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Josué. 4: 6-7. “para que esto sea señal entre vosotros; y cuando
vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué
significan estas piedras? 7 les responderéis: Que las aguas del Jordán
fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová; cuando ella
pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y estas piedras
servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para
siempre.”.
Hoy Ud. y yo tenemos la oportunidad de levantar un monumento
conmemorativo para las futuras generaciones, para nuestros hijos,
memorias que cuente nuestra historia, de que no todo fue leche y
miel, que hubieron momentos donde tuvimos que cruzar el rio
Jordán, enfrentar gigantes y vencerlos con la ayuda de Dios,
momentos donde tuvimos que pasar por valles de sombra antes de
llegar a la cima del monte, momentos donde tuvimos que luchar con
pensamientos de temor, de duda que provocaban inseguridad,
ansiedad queriéndose robar la esperanza que teníamos en el corazón,
memorias que les recuerden a nuestros hijos..., de cómo Dios fue fiel,
en todo tiempo.... Memorias que le cuenten a nuestras futuras
generaciones que no nos dimos por vencidos, que aunque sentíamos
que las fuerzas se agotaban, sabíamos dónde mirar y poner nuestros
pies. Y ese lugar donde miramos y ponemos nuestros pies, es la roca
inconmovible, y esta roca es Cristo. Estas son las memorias para
nuestros hijos, que pongan sus ojos, pies y su confianza en Jesús.
(Heb. 12: 2/1Co. 10: 4).
Muchas veces las adversidades no dejan ver más allá de la queja, del
dolor, de la angustia, si esto le está pasando, entonces este salmo fue
escrito para Ud. Este salmo nos señala la puerta de salida al estrés, al
dolor y al temor
Mt. 7: 24. “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le
compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.”
Conclusión: Sal. 77: 10. “La memoria es una esclava apropiada para la
fe. Cuando la fe tiene sus siete años de hambre, la memoria, como
José en Egipto, abre sus graneros.” (Spurgeon)