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Materials
Para un calorímetro de combustión (figura 1):
Figura 1: Diagrama que muestra una sección transversal del calorímetro casero
Papadopoulos Stavros/Nicola Graf
Thermometer: Termómetro;
Polystyrene covered with aluminium foil: Poliestireno cubierto con lámina de
aluminio;
Wire gauze mat: Malla de alambre;
Metal base: Base metálica;
Polystyrene lid: Tapa de poliestireno;
Beaker with water: Vaso de precipitado;
Nutshells: Cáscaras de frutos secos;
Candle: Vela
Procedimiento
1. Encuentra una estructura de metal adecuada para que actúe como base de tu
calorímetro. Las piezas de poliestireno se colocarán sobre la parte superior de esta
base, de manera que la estructura cree un espacio por debajo donde la vela pueda ser
colocada. Nosotros usamos una estructura de metal que ya teníamos disponible en el
laboratorio de nuestro colegio (figura 2), pero tú puedes reducir el tamaño del
calorímetro usando un trípode.
2. La parte de poliestireno del dispositivo sostendrá el vaso de precipitado. Usando un
cúter, corta las tres piezas de poliestireno para ajustarlas a las dimensiones de tu
base metálica o trípode. Ten en cuenta que una de las piezas de poliestireno (la que
se coloca encima de las otras dos) debería ser suficientemente gruesa (p. ej. 6 cm)
para encajar el vaso de precipitado dentro. Las otras dos piezas pueden ser más
delgadas (p. ej. 3 cm).
3. En el centro de cada una de las piezas de poliestireno, corta un agujero con el
diámetro del vaso de precipitado. Alisa las pareces de los agujeros con una escofina.
El vaso de precipitado debería quedar ajustado para evitar el paso del aire.
4. Usando una pieza de poliestireno sobrante, corta una tapa para el vaso de
precipitado, que actuará como tapón. Corta un pequeño orificio en la tapa para que
el termómetro pase a través de él (figura 3).
1. Intercala la malla de alambre entre las dos piezas más delgadas de poliestireno
(figura 4) y coloca la pieza de poliestireno más gruesa en la parte superior.
2. Envuelve cada una de las tres piezas de poliestireno en papel de aluminio, doblando
los extremos de la lámina en los orificios para el vaso de precipitado. Asegúrate de
que el poliestireno está completamente recubierto por la lámina, ya que esto
asegurará que el poliestireno no se incendia.
3. Coloca el vaso de precipitado (completo con la tapa y el termómetro) en la parte
superior del calorímetro (figura 5).
Figura 5: El calorímetro
terminado está listo para llevar
a cabo los experimentos.
Papadopoulos Stavros
Q = m x c x ΔΤ
Donde:
Materials
Calorímetro
Frutos secos, p. ej. nuez, avellana, almendra, pistacho
Mortero y maja (mano de mortero)
Balanza electrónica de precisión (sensibilidad de 0,1 g o menor)
Termómetro
Cascanueces
Pinzas
50 ml de agua
Vela, p. ej. vela de té (y cerillass)
Nota de seguridad
Esta actividad no debe llevarse a cabo si alguno de los estudiantes o personal involucrado
es alérgico a los frutos secos. Recuerda que algunos restos pueden permanecer en el aire
tras haber molido o quemado los frutos secos, lo que podría afectar a otras personas con
alergias severas que usen la habitación después.
Se deben llevar puestas gafas de seguridad y se debe tener especial cuidado con las llamas.
Procedimiento
1. Usando el cascanueces, se rompe cada tipo de fruto seco y se separan las semillas de
las cáscaras. Muele suavemente cada muestra (semillas y cáscaras por separado) con
el mortero y la maja.
2. Pesa 0,2 g da cada muestra utilizando la balanza electrónica de precisión. Esta
cantidad es suficiente para causar un cambio medible en la temperatura del agua
cuando se quema.
3. Retire la pieza superior de poliestireno y coloca tu primera muestra en la malla de
alambre.
4. Añade 50 ml de agua al vaso de precipitado y séllalo con la tapa de poliestireno.
Asegúrate de que el termómetro está en contacto con el agua. Anota la temperatura
inicial.
5. Enciende la vela y colócala debajo de la malla de alambre para encender la muestra.
6. Tan pronto como la muestra se encienda, quita la vela para evitar calentar el agua
con su llama. Coloca la pieza superior de poliestireno (con el vaso de precipitado)
en su posición.
7. Observa de cerca la muestra en llamas desde debajo del calorímetro. Tan pronto
como deje de arder, lee y anota la temperatura de nuevo.
8. Calcula la variación de temperatura del agua y luego determina la cantidad de calor
que la muestra transfirió cuando se quemó, usando la ecuación Q = m x c x ΔΤ.
Recuerda que 1 ml de agua pesa 1 g.
9. Repite los pasos para cada una de las muestras de frutos secos por lo menos tres
veces, cambiando el agua en el vaso de precipitado entre cada muestra.
10. Calcula la energía calorífica media por kilogramo para cada tipo de material (tabla
1). Ten en cuenta que los valores para las semillas de la literatura publicada se
muestran en la tabla 2.
Evaluación de la fiabilidad
Los estudiantes deberían comparar sus propios resultados para los valores de
semillas y cáscaras de frutos secos con los que están ampliamente disponibles en
las publicaciones científica. Esto les permitirá evaluar la fiabilidad de sus
resultados para cáscaras de frutos secos. Los estudiantes pueden buscar las
publicaciones científicas por ellos mismos o usar los valores que se proporcionan
en la tabla 2. Nuestros estudiantes descubrieron que sus propios valores
experimentales para semillas de frutos secos diferían en aproximadamente un
50% de los valores publicados que encontraron (Brufau et al., 2006). Esta gran
diferencia brinda la oportunidad de analizar por qué la configuración y el
procedimiento experimentales pueden causar dicha discrepancia. Más tarde, los
estudiantes calcularán un factor de corrección con el que ajustar sus datos. Hay
una serie de fuentes de error que se puede debatir, por ejemplo:
Al comienzo del experimento, los estudiantes pesan 0,2 g de material del fruto seco
usando una balanza electrónica de precisión.
Para comprobar si las muestras han terminado la combustión, es posible que los
estudiantes deban quitar el vaso de precipitado y el poliestireno para ver la muestra,
lo que liberaría calor del calorímetro y afectaría a la temperatura final del agua.
Cuando el material termina la combustión, ¿pueden los estudiantes estar seguros de
que toda la muestra está quemada, o la combustión podría estar incompleta? Las
cenizas sobrantes o los trozos de fruto seco sin quemar, por ejemplo, se añadirían al
error.
Valores de energía calorífica para semillas de frutos secos de los experimentos en el aula
(con y sin calibración), comparados con los valores obtenidos de las publicaciones
científicas (Brufau et al., 2006).
Materials
Calorímetro
50 ml de agua
Vela, p. ej. vela de té (y cerillas)
Balanza electrónica de precisión (sensibilidad de 0,1 g o menor)
Cronómetro
Procedimiento
1. Pesa la vela usando la balanza de precisión y anota el valor.
2. Retira la pieza superior de poliestireno y coloca la vela en la malla de alambre.
3. Añade 50 ml de agua al vaso de precipitado, séllalo con la tapa de poliestireno, y
anota la temperatura del agua como en el primer procedimiento experimental.
4. Enciende la vela usando una cerilla y rápidamente coloca la pieza superior de
poliestireno (con el vaso de precipitado) de nuevo en su posición.
5. Usando el cronómetro para medir el tiempo, permite que la vela se queme durante
10 minutos antes de apagarla. Anota la temperatura del agua y calcula el cambio de
temperatura.
6. Pesa la vela de nuevo y calcula el cambio de masa.
7. Calcula la cantidad de energía calorífica transferida al agua usando la ecuación
Q = m x c x ΔΤ.
8. Repite el proceso al menos tres veces y calcula el calor medio de combustión de la
cera de parafina mediante la división de la energía calorífica (Q) por el cambio de
masa en la vela. En nuestro caso, el calor medio de combustión determinado
experimentalmente de la cera de parafina fue 2,1589 x 104 kJ/kg. Es conocido que el
calor de combustión de la cera de parafina es de 4,2 x 104 kJ/kg (Seager et al.,
2011).
9. Usando estos dos valores, determina un factor de corrección (D) mediante el cálculo
de la proporción. Usando los valores de arriba:
= 1.945
10. Multiplica tus valores experimentales mediante el factor de corrección, que tiene en
cuenta la energía calorífica que se perdió con el entorno. Tus datos experimentales
ahora deben estar más de acuerdo con los valores los valores obtenidos de la
literatura científica (tabla 2). Sin embargo, pueden seguir existiendo variaciones,
destacando la importancia de discutir todas las fuentes de error de la investigación.
Sacar conclusiones
Para la parte final de la actividad, los estudiantes evalúan si las cáscaras de frutos
secos pueden reemplazar otras fuentes de energía renovable. Para ello, pueden
obtener datos de publicaciones científicas que traten sobre la energía liberada
mediante la quema de fuentes de biomasa existentes actualmente, como madera
dura, pellets de madera o huesos de aceituna, y comparar estos con sus propios
resultados experimentales para cáscaras de frutos secos. Como alternativa,
pueden usar los valores de la tabla 3, obtenidos de publicaciones científicas.
Después pueden representar esta información en una gráfica (figura 6).
Para evaluar completamente si las cáscaras de frutos secos podrían ser una
alternativa adecuada, los estudiantes también deben considerar las ventajas y
desventajas de usar cáscaras de frutos secos para bioenergía. Por ejemplo, la
principal ventaja es que las cáscaras son un material de desecho, por lo que el
costo de producción es muy bajo. Las cáscaras de frutos secos también contienen
muy poca humedad, por lo que no requieren más secado, a diferencia de (por
ejemplo) los pellets de madera, lo que reduce los costes de procesamiento. Sin
embargo, la cantidad de energía producida por ciertas cáscaras de frutos secos es
mucho menor que otras fuentes potenciales, como muestran los resultados.
Además, el uso de cáscaras de frutos secos como fuente de bioenergía es factible
solo en países donde la producción de frutos secos, y en particular las nueces y
almendras, es alta, como EEUU, España, Irán, Italia y Siria w2.
Agradecimientos
Los autores desean agradecer a sus alumnos, Giannis Charalambidis, Alexis
Nikas and Giannis Mantzaridis, por su ayuda con los experimentos descritos en
este artículo, que fueron escritos en memoria de Giannis Mantzaridis, quien
falleció en 2017.
References
Brufau G, Boatella J, Rafecas M (2006) Nuts: source of energy and
macronutrients. British Journal of Nutrition 96(2): S24–S28.
doi: 10.1017/BJN20061860
Lee JS (2015) Calorific value of wood pellets. Master’s thesis. University of British
Columbia. doi: 10.14288/1.0135651
Miranda T et al. (2008) Combustion analysis of different olive
residues. International Journal of Molecular Sciences 9(4): 512–525. doi:
10.3390/ijms9040512
Seager SL, Slabaugh MR (2011) Chemistry for Today: General, Organic, and
Biochemistry. Cengage. ISBN: 978-0-538-73332-8
Telmo C, Lousada J (2011) Heating values of wood pellets from different species.
Biomass and Bioenergy 35(7): 2634–2639. doi: 10.1016/j.biombioe.2011.02.043
Web References
w1 –The Sustainable Energy Handbook, disponible en la web de la Unión Europea,
proporciona información sobre el usos de la biomasa para calefacción y electricidad.
w2 – Visite el sitio web Food and Agriculture Organization of the United Nations
(FAO) para leer más sobre las cantidades de producción de almendras en diferentes
países.
Resources
Encuentra estudios de casos que describen cómo se utilizan las cáscaras de frutos
secos para generar energía en la web Biomass Producer.
Author(s)
La Dra. Claire Achilleos y la Dra. Stavros Papadopoulos son profesoras de ciencias en el
1er Liceo Modelo de Tesalónica «Manolis Andronikos» en Grecia. El Dr. Achilleos tiene
un doctorado en materiales magnéticos y el Dr. Papadopoulos tiene un doctorado en física
de plasma.
El Dr. Stylianos Friligkos tiene un doctorado en física del estado sólido. Es el director del
2º Liceo General de Pylaia-Tesalónica, Grecia, y anteriormente desempeñó el cargo de
director del 1er Liceo Modelo de Tesalónica «Manolis Andronikos».
Review
En esta interesante investigación, los profesores reciben información para capacitar a los
estudiantes a hacer sus propios calorímetros. Esta puede ser una actividad divertida para
realizar en un club de ciencia o tecnología fuera de las obligaciones escolares, aunque
podría realizarse dentro del programa educativo si todos los materiales están disponibles.
Otro aspecto novedoso es la investigación de las cáscaras de frutos secos (que son
generalmente consideradas con material de desecho) como potenciales biocombustibles.
Esta investigación se relaciona bien con la física y la química, ya que los estudiantes
calculan la energía calorífica liberada, calibran su calorímetro, evalúan la fiabilidad de los
datos recogidos, aplican factores de corrección y comparan sus resultados finales con los
valores publicados en medios científicos. Estos pasos ofrecen un gran potencial para que
discutan las fuentes de error y cómo minimizarlas, un aspecto muy generalizado en todas
las ramas de la ciencia. Las ideas que rodean la bioenergía también podrían vincularse con
la biología, la ciencia ambiental, la geografía y la economía.
Si los problemas de seguridad relacionados con alergias a los frutos secos hacen que esta
actividad sea problemática, otros materiales que también sean considerados un desperdicio
pueden ser usados en lugar de frutos secos. Esto puede incluir huesos de frutas como
aceitunas, ciruelas, melocotones o aguacates, y posiblemente semillas de uva.