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Traducido por: Francisco Javier Torres González y Gabriel Pinto

(Universidad Politécnica de Madrid). ¿Podrían las cáscaras de frutos


secos sobrantes ser la próxima fuente de energía renovable? Desafía
a tus alumnos a descubrir el uso de la calorimetría.
El mundo se está dando cuenta del daño causado por la quema de combustibles
fósiles. Como resultado, muchos países están recurriendo a alternativas más
respetuosas con el medio ambiente, incluida la energía obtenida de la biomasa w1.
Si bien estas fuentes generalmente se consideran mejores que las no renovables,
uno de los argumentos centrales de la mayoría de los debates sobre bioenergía es
que las tierras de cultivo a menudo se emplean en la producción de biomasa, lo
que tiene un costo para el suministro de alimentos. Una forma obvia de evitar
este dilema de «alimentos frente a combustible» (y reducir las emisiones de
carbono en el proceso) es obtener la bioenergía de residuos.

En los últimos años, un material que normalmente consideramos una fuente de


alimento, los frutos secos, ha comenzado a utilizarse como fuente de energía. En
la actualidad, se utilizan frutos secos enteros, pero ¿quemar las cáscaras de frutos
secos sobrantes sería una forma más sostenible de usar este material? ¿Podría el
residuo de las cáscaras de frutos secos ayudar a satisfacer las demandas futuras
de energía? En las siguientes actividades, promovemos que lo descubran los
estudiantes.

La quema de cáscaras de frutos secos


de desechos podría proporcionar una
alternativa más sostenible a otras
fuentes de bioenergía.
Alexas_Fotos/pixabay.com, CC0

Usando un calorímetro casero, estudiantes de entre 14 y 19 años han determinado


la cantidad de energía en forma de calor liberada por varias cáscaras de frutos
secos. Mediante la comparación de sus resultados con datos procedentes de
publicaciones científicas, los estudiantes evalúan si las cáscaras de frutos secos
podrían reemplazar otras fuentes de energía renovable que están actualmente en
uso.
Preparación: construcción de un calorímetro de
combustión
La construcción del calorímetro durará de 1 a 2 horas. Nosotros sugerimos que se
trabaje en grupos de 2 a 3 estudiantes y que se construya un calorímetro por
grupo. Si tu centro ya tiene calorímetros que puedan ponerse en contacto con una
llama, puedes omitir esta parte de la actividad y empezar de inmediato con el
experimento.

Materials
Para un calorímetro de combustión (figura 1):

 Base metálica o trípode para sostener el calorímetro


 Tres piezas grandes de poliestireno aislante
 Vaso de precipitado de 50 ml con tapa de poliestireno
 Termómetro
 Malla de alambre
 Lámina de aluminio adhesiva
 Cúter
 Escofina (lima metálica)

Figura 1: Diagrama que muestra una sección transversal del calorímetro casero
Papadopoulos Stavros/Nicola Graf
Thermometer: Termómetro;
Polystyrene covered with aluminium foil: Poliestireno cubierto con lámina de
aluminio;
Wire gauze mat: Malla de alambre;
Metal base: Base metálica;
Polystyrene lid: Tapa de poliestireno;
Beaker with water: Vaso de precipitado;
Nutshells: Cáscaras de frutos secos;
Candle: Vela

Procedimiento
1. Encuentra una estructura de metal adecuada para que actúe como base de tu
calorímetro. Las piezas de poliestireno se colocarán sobre la parte superior de esta
base, de manera que la estructura cree un espacio por debajo donde la vela pueda ser
colocada. Nosotros usamos una estructura de metal que ya teníamos disponible en el
laboratorio de nuestro colegio (figura 2), pero tú puedes reducir el tamaño del
calorímetro usando un trípode.
2. La parte de poliestireno del dispositivo sostendrá el vaso de precipitado. Usando un
cúter, corta las tres piezas de poliestireno para ajustarlas a las dimensiones de tu
base metálica o trípode. Ten en cuenta que una de las piezas de poliestireno (la que
se coloca encima de las otras dos) debería ser suficientemente gruesa (p. ej. 6 cm)
para encajar el vaso de precipitado dentro. Las otras dos piezas pueden ser más
delgadas (p. ej. 3 cm).
3. En el centro de cada una de las piezas de poliestireno, corta un agujero con el
diámetro del vaso de precipitado. Alisa las pareces de los agujeros con una escofina.
El vaso de precipitado debería quedar ajustado para evitar el paso del aire.
4. Usando una pieza de poliestireno sobrante, corta una tapa para el vaso de
precipitado, que actuará como tapón. Corta un pequeño orificio en la tapa para que
el termómetro pase a través de él (figura 3).

Figure 2: Una base metálica, como esta,


actúa como el soporte principal del
calorímetro.
Papadopoulos Stavros
Figura 3: El vaso de precipitado es
sellado con una tapa de poliestireno, a
través de la cual pasa un termómetro.
Papadopoulos Stavros

Figura 4: La malla de alambre está intercalada


entre dos piezas de poliestireno más delgadas.
Papadopoulos Stavros
 

1. Intercala la malla de alambre entre las dos piezas más delgadas de poliestireno
(figura 4) y coloca la pieza de poliestireno más gruesa en la parte superior.
2. Envuelve cada una de las tres piezas de poliestireno en papel de aluminio, doblando
los extremos de la lámina en los orificios para el vaso de  precipitado. Asegúrate de
que el poliestireno está completamente recubierto por la lámina, ya que esto
asegurará que el poliestireno no se incendia.
3. Coloca el vaso de precipitado (completo con la tapa y el termómetro) en la parte
superior del calorímetro (figura 5).
Figura 5: El calorímetro
terminado está listo para llevar
a cabo los experimentos.
Papadopoulos Stavros

Experimento: Quema de biomasa


En los mismos grupos, los estudiantes queman varias cáscaras de frutos secos
usando sus calorímetros y calculan la cantidad de energía calorífica que se
transfiere de la semilla o la cáscara al agua del vaso de precipitado. Aunque el
objetivo del experimento es determinar la cantidad de energía liberada por las
cáscaras de frutos secos (no las semillas), los estudiantes también necesitan
quemar las semillas para comparar sus resultados con los valores publicados, ya
que estos están más disponibles que los de las cáscaras de frutos secos.
Para los cálculos, los estudiantes usan las siguientes fórmulas:

Q = m x c x ΔΤ

Donde:

Q = energía calorífica transmitida (J)

m = masa del agua (kg)

c = calor específico del agua (4200 J kg-1 K-1)

ΔΤ = variación de temperatura (K)

Sugerimos que los estudiantes quemen semillas y cáscaras de frutos secos de


cuatro tipos diferentes, en cuyo caso el experimento durará aproximadamente 2
horas incluyendo cálculos y repeticiones.

Materials
 Calorímetro
 Frutos secos, p. ej. nuez, avellana, almendra, pistacho
 Mortero y maja (mano de mortero)
 Balanza electrónica de precisión (sensibilidad de 0,1 g o menor)
 Termómetro
 Cascanueces
 Pinzas
 50 ml de agua
 Vela, p. ej. vela de té (y cerillass)

Nota de seguridad
Esta actividad no debe llevarse a cabo si alguno de los estudiantes o personal involucrado
es alérgico a los frutos secos. Recuerda que algunos restos pueden permanecer en el aire
tras haber molido o quemado los frutos secos, lo que podría afectar a otras personas con
alergias severas que usen la habitación después.

Se deben llevar puestas gafas de seguridad y se debe tener especial cuidado con las llamas.

Procedimiento
1. Usando el cascanueces, se rompe cada tipo de fruto seco y se separan las semillas de
las cáscaras. Muele suavemente cada muestra (semillas y cáscaras por separado) con
el mortero y la maja.
2. Pesa 0,2 g da cada muestra utilizando la balanza electrónica de precisión. Esta
cantidad es suficiente para causar un cambio medible en la temperatura del agua
cuando se quema.
3. Retire la pieza superior de poliestireno y coloca tu primera muestra en la malla de
alambre.
4. Añade 50 ml de agua al vaso de precipitado y séllalo con la tapa de poliestireno.
Asegúrate de que el termómetro está en contacto con el agua. Anota la temperatura
inicial.
5. Enciende la vela y colócala debajo de la malla de alambre para encender la muestra.
6. Tan pronto como la muestra se encienda, quita la vela para evitar calentar el agua
con su llama. Coloca la pieza superior de poliestireno (con el vaso de precipitado)
en su posición.
7. Observa de cerca la muestra en llamas desde debajo del calorímetro. Tan pronto
como deje de arder, lee y anota la temperatura de nuevo.
8. Calcula la variación de temperatura del agua y luego determina la cantidad de calor
que la muestra transfirió cuando se quemó, usando la ecuación Q = m x c x ΔΤ.
Recuerda que 1 ml de agua pesa 1 g.
9. Repite los pasos para cada una de las muestras de frutos secos por lo menos tres
veces, cambiando el agua en el vaso de precipitado entre cada muestra.
10. Calcula la energía calorífica media por kilogramo para cada tipo de material (tabla
1). Ten en cuenta que los valores para las semillas de la literatura publicada se
muestran en la tabla 2.

Tabla 1: Resultados de los estudiantes de experimentos en el aula que muestran la


energía calorífica media para varios tipos de semillas y cáscaras de frutos secos.

Tipo de fruto seco Semilla Cáscar


a
Nuez 1.4595 0.5320
Avellana 1.4175 0.5285
Almendra 1.1690 1.0745
Pistacho 0.6685 0.5180

Evaluación de la fiabilidad
Los estudiantes deberían comparar sus propios resultados para los valores de
semillas y cáscaras de frutos secos con los que están ampliamente disponibles en
las publicaciones científica. Esto les permitirá evaluar la fiabilidad de sus
resultados para cáscaras de frutos secos. Los estudiantes pueden buscar las
publicaciones científicas por ellos mismos o usar los valores que se proporcionan
en la tabla 2. Nuestros estudiantes descubrieron que sus propios valores
experimentales para semillas de frutos secos diferían en aproximadamente un
50% de los valores publicados que encontraron (Brufau et al., 2006). Esta gran
diferencia brinda la oportunidad de analizar por qué la configuración y el
procedimiento experimentales pueden causar dicha discrepancia. Más tarde, los
estudiantes calcularán un factor de corrección con el que ajustar sus datos. Hay
una serie de fuentes de error que se puede debatir, por ejemplo:

 Al comienzo del experimento, los estudiantes pesan 0,2 g de material del fruto seco
usando una balanza electrónica de precisión.
 Para comprobar si las muestras han terminado la combustión, es posible que los
estudiantes deban quitar el vaso de precipitado y el poliestireno para ver la muestra,
lo que liberaría calor del calorímetro y afectaría a la temperatura final del agua.
 Cuando el material termina la combustión, ¿pueden los estudiantes estar seguros de
que toda la muestra está quemada, o la combustión podría estar incompleta? Las
cenizas sobrantes o los trozos de fruto seco sin quemar, por ejemplo, se añadirían al
error.

En general, sin embargo, la mayor fuente de error en calorimetría se produce


como resultado de la pérdida de calor con el entorno. Para lidiar con esto, los
estudiantes necesitan calibrar su calorímetro. En la siguiente actividad, lo hacen
midiendo la energía de combustión de una vela de cera de parafina con una masa
específica.

Valores de energía calorífica para semillas de frutos secos de los experimentos en el aula
(con y sin calibración), comparados con los valores obtenidos de las publicaciones
científicas (Brufau et al., 2006).

Energía calorífica media por kg (x 104 kJ/kg)


Semilla de fruto Valores experimentales sin Valores experimentales con Valores
seco calibración calibración publicados
Nuez 1.460 2.840 2.735
Avellana 1.418 2.757 2.679
Almendra 1.169 2.274 2.302
Pistacho 0.669 1.300 1.147
Calibración: mejora de la precisión
Los estudiantes calculan la cantidad de energía calorífica que el agua del vaso de
precipitado absorbe del calor de la vela, y lo comparan con la cantidad de energía
calorífica que la vela libera. Con la comparación de los dos valores, los
estudiantes pueden calcular el calor perdido y el error en sus mediciones. Este
procedimiento dura aproximadamente una hora incluyendo repeticiones.

Materials 
 Calorímetro
 50 ml de agua
 Vela, p. ej. vela de té (y cerillas)
 Balanza electrónica de precisión (sensibilidad de 0,1 g o menor)
  Cronómetro

Procedimiento
1. Pesa la vela usando la balanza de precisión y anota el valor.
2. Retira la pieza superior de poliestireno y coloca la vela en la malla de alambre.
3. Añade 50 ml de agua al vaso de precipitado, séllalo con la tapa de poliestireno, y
anota la temperatura del agua como en el primer procedimiento experimental.
4. Enciende la vela usando una cerilla y rápidamente coloca la pieza superior de
poliestireno (con el vaso de precipitado) de nuevo en su posición.
5. Usando el cronómetro para medir el tiempo, permite que la vela se queme durante
10 minutos antes de apagarla. Anota la temperatura del agua y calcula el cambio de
temperatura.
6. Pesa la vela de nuevo y calcula el cambio de masa.
7. Calcula la cantidad de energía calorífica transferida al agua usando la ecuación
Q = m x c x ΔΤ.
8. Repite el proceso al menos tres veces y calcula el calor medio de combustión de la
cera de parafina mediante la división de la energía calorífica (Q) por el cambio de
masa en la vela. En nuestro caso, el calor medio de combustión determinado
experimentalmente de la cera de parafina fue 2,1589 x 104 kJ/kg. Es conocido que el
calor de combustión de la cera de parafina es de 4,2 x 104 kJ/kg (Seager et al.,
2011). 
9. Usando estos dos valores, determina un factor de corrección (D) mediante el cálculo
de la proporción. Usando los valores de arriba:

D = 4.2 x 104 / 2.1589 x 104

   = 1.945
10. Multiplica tus valores experimentales mediante el factor de corrección, que tiene en
cuenta la energía calorífica que se perdió con el entorno. Tus datos experimentales
ahora deben estar más de acuerdo con los valores los valores obtenidos de la
literatura científica (tabla 2). Sin embargo, pueden seguir existiendo variaciones,
destacando la importancia de discutir todas las fuentes de error de la investigación.

Sacar conclusiones
Para la parte final de la actividad, los estudiantes evalúan si las cáscaras de frutos
secos pueden reemplazar otras fuentes de energía renovable. Para ello, pueden
obtener datos de publicaciones científicas que traten sobre la energía liberada
mediante la quema de fuentes de biomasa existentes actualmente, como madera
dura, pellets de madera o huesos de aceituna, y comparar estos con sus propios
resultados experimentales para cáscaras de frutos secos. Como alternativa,
pueden usar los valores de la tabla 3, obtenidos de publicaciones científicas.
Después pueden representar esta información en una gráfica (figura 6).

Tabla 3: Valores de energía calorífica de cáscaras de frutos secos de los


experimentos de clase (con y sin calibración), comparados con los valores de otros
biocombustibles sólidos obtenidos de publicaciones científicas (Telmo & Lousada,
2011; Lee, 2015; Miranda et al., 2008)

Energía calorífica media por kg (x 104 kJ/kg)

Biomasa (cáscaras de Valores experimentales sin Valores experimentales con Valores


frutos secos y otras calibración calibración publicados
fuentes)
Nuez 0.5321 1.0349 –
Avellana 0.5285 1.0279 –
Almendra 1.0745 2.0899 –
Pistacho 0.5180 1.0075 –
Madera dura – – 1.5823
Pellets de madera – – 1.9088
Hueso de aceituna – – 1.8944
Figura 6: Energía liberada por varios tipos de cáscaras de frutos secos (de los resultados
calibrados de los propios alumnos) comparados con otras fuentes renovables (tomadas
de Telmo & Lousada, 2011; Lee, 2015; Miranda et al., 2008)
Papadopoulos Stavros
Heat energy per kg (x 104 kJ/kg): Energía calorífica por kg (x 104 kJ/kg);
Experimental values: Valores experimentales;
Published values: Valores publicados;
Walnut shells: Cáscaras de Nuez;
Hazelnut shells: Cáscaras de avellana;
Almond shells: Cáscaras de almendra;
Pistachio shells: Cáscaras de pistacho;
Hard wood: Madera dura;
Wood pellet: Pellets de madera;
Olive stone: Huesos de aceituna

En general, nuestros resultados muestran que la energía procedente de la


combustión de cáscaras de frutos secos era aproximadamente 46% más baja que
la liberada por estas otras tres fuentes de energía. Sin embargo, hay que
considerar que nuestro valor energético para cáscaras de almendra era en realidad
comparable al de los pellets de madera e incluso mejor que el de maderas duras o
el de huesos de aceituna.

Si el tiempo lo permite, los estudiantes pueden realizar los experimentos de


calorimetría para las otras fuentes de biomasa, y comparar sus propios valores
para la madera dura, por ejemplo, con sus valores para cáscaras de frutos secos.

Para evaluar completamente si las cáscaras de frutos secos podrían ser una
alternativa adecuada, los estudiantes también deben considerar las ventajas y
desventajas de usar cáscaras de frutos secos para bioenergía. Por ejemplo, la
principal ventaja es que las cáscaras son un material de desecho, por lo que el
costo de producción es muy bajo. Las cáscaras de frutos secos también contienen
muy poca humedad, por lo que no requieren más secado, a diferencia de (por
ejemplo) los pellets de madera, lo que reduce los costes de procesamiento. Sin
embargo, la cantidad de energía producida por ciertas cáscaras de frutos secos es
mucho menor que otras fuentes potenciales, como muestran los resultados.
Además, el uso de cáscaras de frutos secos como fuente de bioenergía es factible
solo en países donde la producción de frutos secos, y en particular las nueces y
almendras, es alta, como EEUU, España, Irán, Italia y Siria w2. 

En general, nuestros estudiantes estimaron la importancia de usar cáscaras de


frutos secos como fuente de energía y llegaron a la conclusión de que el uso de
cáscaras para la producción de bioenergía, que de lo contrario se perderían, es
una práctica valiosa e innovadora. ¿Qué conclusiones sacarán tus propios
alumnos?

Agradecimientos
Los autores desean agradecer a sus alumnos, Giannis Charalambidis, Alexis
Nikas and Giannis Mantzaridis, por su ayuda con los experimentos descritos en
este artículo, que fueron escritos en memoria de Giannis Mantzaridis, quien
falleció en 2017.

También se agradece al Dr. Georgios Memetzidis por las fructíferas discusiones


sobre la construcción y calibración del calorímetro. También se expresar la
gratitud al director actual, el Dr. Konstantinos Keramidas, por su interés y apoyo
continuo.

References
 Brufau G, Boatella J, Rafecas M (2006) Nuts: source of energy and
macronutrients. British Journal of Nutrition 96(2): S24–S28.
doi: 10.1017/BJN20061860
 Lee JS (2015) Calorific value of wood pellets. Master’s thesis. University of British
Columbia. doi: 10.14288/1.0135651
 Miranda T et al. (2008) Combustion analysis of different olive
residues. International Journal of Molecular Sciences 9(4): 512–525. doi:
10.3390/ijms9040512
 Seager SL, Slabaugh MR (2011) Chemistry for Today: General, Organic, and
Biochemistry. Cengage. ISBN: 978-0-538-73332-8
 Telmo C, Lousada J (2011) Heating values of wood pellets from different species.
Biomass and Bioenergy 35(7): 2634–2639. doi: 10.1016/j.biombioe.2011.02.043 

Web References
 w1 –The Sustainable Energy Handbook, disponible en la web de la Unión Europea,
proporciona información sobre el usos de la biomasa para calefacción y electricidad.
 w2 – Visite el sitio web Food and Agriculture Organization of the United Nations
(FAO) para leer más sobre las cantidades de producción de almendras en diferentes
países.

Resources
 Encuentra estudios de casos que describen cómo se utilizan las cáscaras de frutos
secos para generar energía en la web Biomass Producer.

Author(s)
La Dra. Claire Achilleos y la Dra. Stavros Papadopoulos son profesoras de ciencias en el
1er Liceo Modelo de Tesalónica «Manolis Andronikos» en Grecia. El Dr. Achilleos tiene
un doctorado en materiales magnéticos y el Dr. Papadopoulos tiene un doctorado en física
de plasma.

El Dr. Stylianos Friligkos tiene un doctorado en física del estado sólido. Es el director del
2º Liceo General de Pylaia-Tesalónica, Grecia, y anteriormente desempeñó el cargo de
director del 1er Liceo Modelo de Tesalónica «Manolis Andronikos».

El Dr. Hariton Polatoglou es profesor de física y didáctica en la Universidad de Tesalónica,


Grecia, y director del laboratorio para la didáctica de la física y la tecnología educativa.

Review
En esta interesante investigación, los profesores reciben información para capacitar a los
estudiantes a hacer sus propios calorímetros. Esta puede ser una actividad divertida para
realizar en un club de ciencia o tecnología fuera de las obligaciones escolares, aunque
podría realizarse dentro del programa educativo si todos los materiales están disponibles.

Otro aspecto novedoso es la investigación de las cáscaras de frutos secos (que son
generalmente consideradas con material de desecho) como potenciales biocombustibles.
Esta investigación se relaciona bien con la física y la química, ya que los estudiantes
calculan la energía calorífica liberada, calibran su calorímetro, evalúan la fiabilidad de los
datos recogidos, aplican factores de corrección y comparan sus resultados finales con los
valores publicados en medios científicos. Estos pasos ofrecen un gran potencial para que
discutan las fuentes de error y cómo minimizarlas, un aspecto muy generalizado en todas
las ramas de la ciencia. Las ideas que rodean la bioenergía también podrían vincularse con
la biología, la ciencia ambiental, la geografía y la economía.

Si los problemas de seguridad relacionados con alergias a los frutos secos hacen que esta
actividad sea problemática, otros materiales que también sean considerados un desperdicio
pueden ser usados en lugar de frutos secos. Esto puede incluir huesos de frutas como
aceitunas, ciruelas, melocotones o aguacates, y posiblemente semillas de uva.

Dra. Sue Howarth, consultora en educación científica y anteriormente profesora en


educación científica, Reino Unido

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