Está en la página 1de 1

¿A dónde va el Evangelio de Cristo con estos creyentes?

Tal vez yo no soy el más idóneo para decir lo que sigue a continuación, pero
igual lo voy a expresar.
Me llama mucho la atención la calidad de “creyentes” evangélicos que
pululan en los templos.
Personas con una vasta ignorancia de lo que dice la Biblia, maestros que
jamás fueron a prepararse para ser maestros, evangelistas que jamás se
dedicaron a estudiar las doctrinas, y mucho menos a analizar con sentido lógico el
mundo material y humano que les rodea, pastores que según ellos los llamó Dios,
pero que ni tan siquiera han podido tener a su familia bajo sujeción a ellos y
mucho menos a la palabra de Dios, grupos de oración que no comprenden que es
lo que hacen, y en fin una serie de circunstancias que, en lugar de salvar almas, lo
que están haciendo es enviarlas al infierno.
Las iglesias de hoy se dedican a ofrecer a las almas pecadoras mentiras
tras mentiras (OJO, NO ESTOY DICIENDO QUE JESUCRISTO NO SALVA) y
manipulación tras manipulación.
¿Qué derecho tienen los “pastores, evangelistas, maestros y profetas”
de acusar al resto de los mortales que no asisten a un templo evangélico de
pecadores y perdidos, cuando dentro de esos mismos templos encontramos que
hay hombres y mujeres que: mienten descaradamente, manipulan sin ningún
escrúpulo, roban sin temor, engañan, fingen un supuesto amor que no existe,
cobran sin trabajar, piden prestado y no devuelven lo que piden, no asumen sus
culpas y mucho menos se hacen responsables por sus fallas y sus pecados, y una
extensa línea de etcéteras.
Dicen: la sangre de Cristo tiene poder, pero no ha podido cambiarlos a
ellos, porque siguen siendo los mismos, sólo que ahora van al templo y a los
cultos, pero igual no tienen amor por nadie.
Esta gente no se quiere dar cuenta que lo que están es avergonzando a
Aquel que ha querido salvarlos de la condenación eterna. Hablan de alguien a
quien no conocen, hacen todo lo contrario a lo que tienen que hacer.
Los pastores entregan en herencia el ministerio, es decir, ya no es Dios
quien entrega ministerios, ahora son los “pastores, los evangelistas, los maestros,
los profetas…” Por eso me pregunto ¿A dónde va a para el Evangelio de
Jesucristo con estos ´creyentes´”.
Alguien en estos días, con el que estuve conversando me pregunto Félix
¿Dónde podremos congregarnos? Y no supe que contestarle porque yo también
me hago la misma pregunta a cada rato.
Por esto que he escrito, me van a zaherir, juzgar, satanizar, condenar. Pero
ya tengo el pellejo endurecido, es lo que han hecho cada vez que digo la verdad.

También podría gustarte