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“Alaba, oh alma mía, a Jehová. 2 Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva. 3 No confiéis en
los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. 4 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese
mismo día perecen sus pensamientos. 5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está
en Jehová su Dios…” Salmo 146:1-5
INTRODUCCIÓN:
Hoy en día es difícil confiar, la mayor parte de nosotros somos desconfiados de todo y de todos.
Poco a poco nos vamos dando cuenta que las personas en quien tanto confiábamos también fallan, nos damos cuenta
que las instituciones que nos ofrecían seguridad y estabilidad tampoco son confiables… AFP, ISSS, PNC, SISTEMA DE
JUSTICIA.
Es por eso que la palabra de Dios nos lo dice claramente (vers. 3) y es por eso que nosotros los hijos de Dios debemos
de poner totalmente nuestra confianza en él, debemos de confiar absolutamente en nuestro Señor.
En esta noche reflexionaremos sobre los que confiamos en Jehová, los que confiamos en nuestro Dios.
2) No podemos decir que confiamos en Dios si en la primera batalla nos apartamos de la iglesia o de los ministerios.
a. Si está confiando en el Señor no se mueva de su trabajo,
2) Nuestra alegría está en saber que tenemos alguien que nos defienda: ¡Nuestro Dios!
a) Si esta noche te encuentras triste,
b) deprimido,
d) porque los que confían en el Señor se alegraran sabiendo que Él los defiende.
b) si les llaman por teléfono solo esperan que sean para extorsionarlas,
c) si sus hijos salen solo esperan la llamada que algo les ha pasado.
2) Los que confían en Jehová están seguros que su vida, su familia y todo lo que tienen están en la manos del Señor y él
tiene cuidado de ellos.
b) en sus amistades,
c) en su experiencia.
CONCLUSIÓN:
Hermanos aprendamos a confiar en nuestro Dios, más aun que en estos tiempos no hay realmente en quién confiar, pero
Gloria al Señor tenemos a alguien que no nos decepcionará jamás, nuestro Dios es digno de nuestra confianza.