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Lectura fundamental
Contenido
1 Introducción
2 Dibujo de líneas
Figura 1. Artista Eva Prager en el caballete. Postura de pie para dibujo artístico.
Fuente: Toronto Star \ Universal Images Group (s.f.)
Cada posición del cuerpo, ya sea de pie, acostado o sentado, exige posiciones que sean cómodas para
afrontar un dibujo. El aprovechamiento de cada posición debe involucrar tres factores por lo menos:
• La postura del cuerpo frente al papel donde se va a dibujar. La ergonomía puede dar
pistas de cómo aprovechar los espacios en función de las posturas para evitar cansancio
o lesiones leves.
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• La postura de la mano al sujetar el lápiz. Parece obvio, pero es clave para incrementar
el potencial de los trazos. La postura clásica de escritura o “pinza”, utilizando los dedos
pulgar e índice para sujetar el lápiz mientras los otros hacen de soporte, es ideal para
giros y elipses más controladas. No quiere decir que si se sujeta el lápiz de otra manera
es imposible lograr esos trazos. Esta posición es comprobada y la mano se adapta fácil a
la herramienta y logra trazos fáciles que con otra postura lo logran con un poco más de
esfuerzo. Lo que es muy importante es que la sujeción del lápiz esté cercana a la punta y
permita el movimiento de los dedos evitando el desplazamiento de la muñeca.
El ángulo del lápiz frente al papel. La punta expuesta del papel ofrece diferentes alternativas que
pueden aprovecharse en la búsqueda de expresividad. Por lo general son: la postura clásica, diagonal al
papel, la postura vertical y horizontal.
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La punta
debe ser
plana
A. B. C.
Filoso Difuminado
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Se debe comenzar con la postura tradicional de la escritura. En esta ayuda aprender cómo usar las
herramientas y familiarizarse con ellas.
Ayuda a entender las capacidades y limitaciones de los lápices, incluso de los borradores, hasta
alcanzar la práctica. El uso de la inclinación de varios grados del lápiz de grafito incrementa la
expresión y el sombreado. Estas técnicas sirven incluso con otros lápices, tales como carbón vegetal,
pastel y lápices tipo cera.
2. Dibujo de líneas
Los ejercicios de líneas son esenciales para entender el potencial de cada postura del lápiz,
independiente del tipo de lápiz que tenga. Estos ejercicios tienen como objetivo afianzar el trazo que
da el lápiz, con la destreza que da la mano.
Los ejercicios clásicos como planas de líneas, planas de círculos y óvalos son importantes para
desarrollar cada vez más las habilidades de dibujo. No importa el formato o tamaños del papel.
No puede ser impedimento para el desarrollo de las prácticas, ya que cada tamaño ofrece retos y
limitaciones diferentes y esto conlleva a mejorar cada vez más el dominio del dibujo.
Figura 4. Clase de dibujo. Ronald Searle, caricaturista inglés, visita la clase de dibujo de una escuela.
Fuente: Kurt Hutton / Hulton Archive / Getty Images (1950)
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Otro ejercicio es el de tratar de controlar las planas de dibujo con todo el brazo a mano alzada y
mantener el ritmo hasta afianzar los trazos. El dibujar no solo implica el dibujo con la mano, se dibuja
con la muñeca, el brazo y todo el cuerpo al mismo tiempo; es un sistema interconectado de músculos
que van desde los dedos hasta el pecho cuando se está dibujando.
También hay que entender que dibujar también incluye la postura, la disposición de la columna, las
piernas y el apoyo de las otras extremidades para hacer conciencia de que, cuando se dibuja, se hace
con todo el cuerpo. A continuación se señalan algunos conceptos básicos necesarios para entender
mejor el tema:
• Movimiento: cuando está dibujando, debe hacer conciencia de qué partes del cuerpo
están involucradas en el ejercicio del trazado (dedos, muñeca, antebrazo o brazo
completo). Utilizando la postura clásica del agarre del lápiz o “pinza” se logran los
movimientos más precisos. En los trazos largos que deben desenvolverse a lo largo de la
hoja, suelen intervenir el antebrazo y la muñeca. La muñeca está adaptada a movimientos
ligeros y trazos curvos y sinuosos.
• Fuerza: los dedos deben sujetar correctamente el lápiz para no cansarlos. Estos deberían
realizar la fuerza mínima en los trazos para que la tensión en los tendones sea la menor y
el trabajo queda más suelto y sin esfuerzo.
• Presión: a mayor presión sobre el lápiz, mayor será la fuerza de agarre de sujeción del
lápiz. La presión debe ser natural, dada por el peso de la mano. Si es necesaria la presión
para dar énfasis a un grosor específico, se debe preparar el agarre para que el esfuerzo no
sea excesivo.
• Postura: el dibujante debe tener adoptar una postura ergonómica que permita que los
movimientos al dibujar le permitan la libertad de trazos y que involucre todo su cuerpo.
Al estar sentado, posición ideal para el dibujo, el dibujante debe ser consciente de su
postura para que los trazos no esfuercen el brazo, debe experimentar la altura de la mesa,
debe ser consciente del apoyo de brazo y la inclinación hacia el área de trabajo.
La mayoría de los seres humanos tienden a ser diestros a la hora de la escritura y el dibujo. La mayoría
de elementos y elementos del diario vivir están diseñados para el mundo diestro, así que las personas
que son zurdas tienden a tener problemas al trazar o escribir en sentido que cubren el recorrido
tradicional de la lectura.
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Es importante la práctica constante del dibujo a lápiz porque las habilidades evolucionan, y con el
tiempo, se mejoran los trazos y los dibujos. Las planas de ejercicios son fundamentales para afianzar
la mano, calentar los músculos de la mano y el brazo; además de afinar la sensación del lápiz con la
superficie con la que se esté trabajando.
Líneas rectas verticales, horizontales y diagonales a mano alzada: disponga de un espacio libre para el
dibujo.
Figura 6. Ahora disponga de un punto de referencia donde imagine que termine la línea recta y señálelo con el dedo.
Fuente: elaboración propia
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Figura 7. Ahora desde el punto inicial empiece a trazar la línea recta hasta el punto imaginario señalado con el dedo.
El trazo debe funcionar y aproximarse a una línea recta lo mejor posible. Este método es utilizado con frecuencia en el
dibujo arquitectónico y facilita la construcción de dibujos con volumen
Fuente: elaboración propia
Otro aspecto por evaluar es la diferencia entre línea, trazo y variación de calibre, porque de ellos
depende la posibilidad de imprimirle una identidad propia a cada dibujo. Cada uno de los seres
humanos tiene una particularidad, los trazos son únicos, tanto en la forma como se se escribe, como
se dibuja.
Así como se puede reconocer la escritura propia o de alguien por sus grafismos fáciles de reconocer al
ojo, el dibujo también tiene su sello característico que lo convierte parte de la identidad del dibujante.
Línea:
Es el elemento visual más importante del dibujo. La línea es el medio gráfico fundamental para
representar las formas alrededor nuestro y es considerada como una sucesión de puntos, según el
punto de vista de la geometría.
• Líneas rectas: son fuertes, robustas, indican direccionalidad y aseguran el equilibrio entre
las zonas del papel. Las líneas horizontales generan tranquilidad, reposo y calma. Las
líneas verticales son rígidas, equilibradas y representan fuerza.
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• Líneas quebradas: son inestables, producen el efecto de incertidumbre e indecisión.
Sensación de rotura y fragmentación.
• Espirales: según su tipo dan movimiento, llevan o salen hacia un centro, o en el caso de
las espirales consecutivas, hacia el infinito.
Figura 8. Líneas rectas. Cada trazo representa percepciones diferentes con respectoa su ubicación.
Depende de cada uno el tratar de dominar el control del lápiz para que cada línea sea fluida y sin quiebres.
Fuente: elaboración propia
Trazo:
Se puede entender como cada una de las rectas y curvas que componen un dibujo, haciendo énfasis
en la textura y su calidad, sin levantar el lápiz. Desde que comienza hasta que termina el trazo se
imprime una identidad característica a cada grafismo dada por la presión impuesta al lápiz, el ángulo
de dibujo y la velocidad.
Cada dibujo o ilustración puede contener innumerables trazos que conllevan a la totalidad de una
obra. El aprendizaje de los valores de intensidad del grafito es fundamental para el aprovechamiento
de la herramienta.
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Se distinguen dos tipos de trazos:
• Trazos finos: son líneas delgadas y delicadas que enmarcan una figura y por lo general,
están dibujadas con lápices que van del HB, hasta el 4H.
• Trazos gruesos: son líneas toscas, expresivas, rápidas y que están dadas por lápices que
van desde el HB (dependiendo de la presión que se le haga), hasta el 6B.
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Conocer las posibilidades de poder trabajar con diferentes tonos de lápices, asegura que en algunos
casos esta variación de calibres ayude a que los dibujos sean estables y equilibrados. Este tipo de
manejo de variación de calibres ayuda a los dibujos arquitectónicos o dibujos de entornos de ciudad
cuando hay muchos detalles para registrar.
Cuando se dibuja con trazo continuo, se hace que las líneas respondan a los cambios de presión que
aplican en respuesta a los contornos características de los volúmenes que intentan definir.
Figura 10. Boston: casa de Howe. Trazos ligeros con lápices de valor duro hacen que las líneas sean delicadas.
Fuente: Whitefield, Edwin. The Granger Collection / Universal Images Group (1892)
La variación del trazo son la presión que se ejercen en el principio y final de un trazo, la sensibilidad
de la línea y la tensión a lo largo de su recorrido. Es esta característica la que le da la identidad a los
dibujos para que sean reconocidos como parte fundamental de la expresión del dibujante.
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Figura 11. Variación del calibre de diferentes lápices.
La variación del calibre permite que la línea sea expresiva y le dé la característica especial al dibujo; el sello del dibujante.
Fuente: elaboración propia
Figura 12. Placa 6: Seis manos, de 'El libro para aprender a dibujar’
Fuente: Stefano della Bella (1649)
El acto de dibujar es siempre un acto de libertad. Si hay temor o algo de vergüenza al afrontar
un dibujo, la práctica siempre será la mejor alternativa. Las planas clásicas de rayas horizontales y
verticales son fundamentales para el dominio del grafito. La experimentación con el lápiz así parezca
obvia después de lo habitual que se ha vuelto en nuestra vida, necesita pensarse desde una perspectiva
nueva. Una perspectiva que permita que un elemento tan sencillo haga que lo que tiene en su mente
se represente y empiece a tomar la forma que un noble y paciente lápiz puede dar.
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Referencias bibliográficas
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Whitefield, Edwin. The Granger Collection / Universal Images Group (1892). Boston: casa de Howe.
Trazos ligeros con lápices de valor duro hacen que las líneas sean delicadas. [Obras de arte]. Recuperado
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