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¨AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANIA NACIONAL¨

CURSO: HISTORIA DEL DERECHO

DOCENTE: CARLOS CESAR CUEVA ALCANTARA

CICLO: I

ALUMNNO: WILMER ALEXANDER RAMOS ORTOZCO

TEMA: DESARROLLO DE UN JUICIO ANTE EL TRIBUNAL DE LA SANTA INQUISICION


Su método era simple.

Con sus asesores, su escribano y su carcelero se instalaba en el obispado o


en un convento de dominicos o, a falta de ambos, en un castillo requisado
para el caso.

Después hacía anunciar el día y hora de su primer sermón.

No acudir a escucharlo era para cada habitante como dejar flotar una duda
sobre sus convicciones católicas.
EN ESTE SERMÓN ANUNCIABA SU VOLUNTAD DE EXTIRPAR
LA HEREJÍA DE LA CIUDAD.

Era un ultimátum a los herejes del lugar. Sin embargo les era concedido un
período de gracia. Si se presentaban ellos mismos a los inquisidores, estos
últimos les perdonaban todos sus pecados mediante simples penitencias
canónicas.

Estas penitencias eran por cierto un medio cómodo de alejar a los más
molestos: era suficiente pedirle al antiguo hereje que emprendiera la
peregrinación a Santiago de Compostela y desde allí que subiera a
Canterbury para exiliarlo durante muchos meses.

Pero durante ese período de gracia el tribunal no condenaba a los culpables.


No corrían, pues, el riesgo de incurrir en la pena de muerte, ni en la
confiscación de sus bienes ni en la pena de prisión. La cosa ya era diferente
después del período de gracia. Entonces los sospechosos eran convocados
sin miramientos y tratados como malhechores.

Los más débiles, los que no tenían gran cosa que reprocharse, aquellos que
podían temer a algún enemigo, aquellos, en fin, que no habían tenido más
que relaciones de negocios o de circunstancias con los herejes, por haber
sido sus proveedores o clientes, o por haber intercambiado con ellos alguna
palabra en la calle, o por haber sido recibido por ellos, o incluso por haber
asistido casual o voluntariamente a cualquier ceremonia sin participar en
ella, todos ellos acudían voluntariamente a acusarse.

Estas confesiones eran escuchadas por los inquisidores a puerta cerrada.


El secreto era absoluto.

No se trataba de indulgencia: era simplemente el mejor medio de obtener


rápidamente información. El temor inspirado por la Inquisición y la pobreza
de espíritu de gran número de habitantes facilitaba mucho el trabajo del
tribunal. No era suficiente acusarse para ser absuelto sino que era necesario
citar nombres y dar direcciones para no ser considerado posteriormente
como cómplice. De este modo se alargaba la lista con los enemigos
personales de unos y otros, y, como ocurre de ordinario con ese
procedimiento, con todos aquellos que destacaban por su talento, su
originalidad, su carácter o sus… manías.

Llegaba entonces el final del período de gracia.

-El tribunal comenzaba por convocar a todos los que habían sido citados.
–El método cambiaba brutalmente.
-sospechoso era interpelado, arrojado en prisión e interrogado después.

Existía una guía de la Inquisición y los jueces se contentaban con seguirla.


TODOS LOS INTERROGATORIOS, Y EXISTEN MILLARES EN
LOS ARCHIVOS DE LA INQUISICIÓN, SON DEL MISMO TENOR:

«— ¿Os habéis visto con un hereje?»


«— ¿Dónde lo habéis visto?»
«—¿En qué fecha?»
«ODOSLOS INTERROGATORIOS, Y EXISTEN MILLARES EN
LOS ARCHIVOS DE LA INQUISICIÓN, SON DEL MISMO TENOR:

«—¿Os habéis visto con un hereje?»


«—¿Dónde lo habéis visto?»
«—¿En qué fecha?»
«—¿Sabíais que era un hereje u os lo hizo saber?»
«—¿Quién os lo dijo?»
«—¿Teníais con él relaciones regulares?»
«—¿Por quién lo conocisteis?»
«—¿Le habéis recibido en vuestra casa?»
«—¿Fue sólo o acompañado?»
«—¿Le habéis visitado?»
«—¿Ibais sólo o acompañado?»
«—¿Os habéis visto en un lugar diferente de vuestra casa o la suya?»
«—¿Solo o en grupo?»
«—¿Habéis oído una predicación?»
«—¿Qué decía?»
«—¿Conocéis el saludo de los herejes?»
«—¿Lo habéis vos mismo utilizado?»
«—¿Habéis asistido a la iniciación de un hereje?»
«—¿Habéis renegado de la religión cristiana?»
Como puede verse, el interrogatorio de los sospechosos era llevado como si
los jueces pudieran tener ya respuestas.

Conociendo el sistema de delación establecido por la Inquisición, las personas


interrogadas tenían pocas posibilidades de ser absueltas, ya que, o se veían
obligadas a confesar sus relaciones con los herejes o a negar toda
culpabilidad, viéndose entonces confundidas por testimonios de valor muy
desiguales.
— ¿Sabíais que era un hereje u os lo hizo saber?»
«— ¿Quién os lo dijo?»
«— ¿Teníais con él relaciones regulares?»
«— ¿Por quién lo conocisteis?»
«— ¿Le habéis recibido en vuestra casa?»
«— ¿Fue sólo o acompañado?»
«— ¿Le habéis visitado?»
«— ¿Ibais sólo o acompañado?»
«— ¿Os habéis visto en un lugar diferente de vuestra casa o la suya?»
«— ¿Solo o en grupo?»
«— ¿Habéis oído una predicación?»
«— ¿Qué decía?»
«— ¿Conocéis el saludo de los herejes?»
«— ¿Lo habéis vos mismo utilizado?»
«— ¿Habéis asistido a la iniciación de un hereje?»
«— ¿Habéis renegado de la religión cristiana?»

Como puede verse, el interrogatorio de los sospechosos era llevado como si


los jueces pudieran tener ya respuestas.

Conociendo el sistema de delación establecido por la Inquisición, las personas


interrogadas tenían pocas posibilidades de ser absueltas, ya que, o se veían
obligadas a confesar sus relaciones con los herejes o a negar toda
culpabilidad, viéndose entonces confundidas por testimonios de valor muy
desiguales.

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