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Séptima jornada

Me llamo Emilia y hoy les voy a relatar una


historia. Una pareja…

Introducción:
El senescal, el rey, los jóvenes y las señoras despiertan e inician su viaje al Valle de las Damas, el recorrido hasta
el lugar los deja maravillados, pájaros, canciones, placeres, paisajes, todo refleja la belleza del hermoso día, al
llegar, acomodan tapetes para descansar y en la mañana el rey le pide a Emilia iniciar con las historias.
Séptima jornada

Gianni ya se ha ido

Novela 1:
Gianni Lotteringhi un hombre bien acomodado, vendedor de estambre, no muy listo, pero bueno en su labor, ahora
se encontraba casado con Tessa una hermosa y atrayente dama, muy sabia y previsora, ella conocía la simpleza
de su marido, por esta razón, tenía un amante llamado Federico un muchacho hermoso y lozano.
Séptima jornada

Tok tok

Tok tok
Te quiero Federico.
Y yo a ti Tessa.

Tessa y Federico planeaban sus encuentros, en las noches cenaban y dormían en la ausencia de Gianni, hasta
que una noche el esposo de Tessa apareció inesperadamente, arruinando la velada que su esposa había
preparado para su amante, ella actúo con astucia y luego de cenar con su marido fueron a dormir, hasta que
alguien tocó la puerta.
Séptima jornada

Espantajo, espantajo, que por la noche


vas, con la cola tiesa viniste, con la cola
tiesa te irás; vete al huerto junto al
melocotonero, allí hay grasa tiznada y
cien cagajones de mi gallina; cata el
JAJAJAJAJA.
frasco y vete deprisa, y no hagas daño ni
Tu esposo lo ha creído todo.
a mí ni a mi Gianni.

Te dije que no era listo.

Tessa había olvidado advertir a Federico, por esto, ella convence a su esposo de que los golpes provenían de un
espantajo y propone hacer un conjuro, lo que para Gianni era un tipo de oración, en realidad eran las instrucciones
para que federico fuera al huerto a comer la cena preparada. Luego de este incidente, los dos amantes victoriosos
recordaban la situación riéndose de Gianni.
Séptima jornada

Novela 2:
Un pobre albañil de Nápoles tomó como esposa a una hilandera joven y hermosa llamada Peronella. Un día
Giannello observó a la joven y se enamoró, llegando a intimar con ella y acordando verse cada vez que el esposo
estuviera ausente por su trabajo.
Séptima jornada

¡Quédate escondido en la
tinaja, mi esposo acaba de
llegar ¡ Soy afortunado de tener una
buena y honesta joven como
esposa.

Los amantes se encontraban en la casa de Peronella, pero el esposo de ella llegó antes de lo anticipado una
mañana. Giannello se escondió en la tinaja y la joven regañó a su esposo por volver antes, él le explicó que en el
día de San Caleonte no se trabaja, pero el había conseguido un comprador para la tinaja y así no llegar con las
manos vacías, Peronella le dijo que dentro de la tinaja había otro comprador que ella encontró, dispuesto a pagar
más.
Séptima jornada

v Gracias, que tenga


Que disfrute la tinaja. buen día señor, al
igual que usted,
Esta tinaja quedará reluciente. Limpia bien la tinaja, no podemos señora Peronella.
perder el dinero por algo tan
sencillo.

Al entrar el esposo negoció con el comprador (Giannello), él pidió que la tinaja estuviera limpia para comprarla y
Peronella le pidió a su esposo entrar en ella y asearla, en este momento, los amantes tenían relaciones, mientras
Peronella le decía a su esposo las instrucciones exactas para dejar impecable la tinaja, al terminar, recibieron siete
liriados por la tinaja y Giannello se marchó feliz.
Séptima jornada

Te quiero Agnesa, haré todo Siempre te he querido Agnesa.


lo que pueda para llagar a ti. Soy afortunado de tenerte como
compadre.

Novela 3:
Rinaldo un joven galanteador de Siena se encontraba enamorado de su vecina Agnesa, una mujer casada con un
hombre rico, el buscaba la forma de acercarse a su amada y obtener de ella todo lo que deseaba, por esto, decidió
hacerse compadre de ella y amigo de su esposo, consiguiendo conversar con ella y darle a conocer sus
intenciones.
Séptima jornada

Como fraile intenté cambiar, pero


mis deseos ahora son más grandes y Si vuestro marido, que es más pariente de
todo aprecio que tenía por mi vuestro hijo que yo, se acuesta con vos, yo que
comadre lo olvidé. lo soy menos podré hacer lo mismo o más.

¿Quién sabría contestar


a vuestras palabras?

Rinaldo se hizo fraile, en este tiempo dejó de lado sus deseos, pero pronto volvieron a él, recuperando sus viejos
hábitos e iniciando a deleitarse en aparentar, vestir con buenos paños, en ser galante y adornado. Al crecer su
arrogancia, comenzó a visitar con más frecuencia a su comadre, convenciéndola con su filosofía de tener
relaciones sexuales.
Séptima jornada

Cariño, el niño sufrió un


desmayo, el fraile está aquí, en
la habitación hace un ritual, no Hijito, estás bien. Te quiero.
lo interrumpas.

Gracias compadre, por


usted mi hijo vive.

Fue un gusto.

En uno de estos encuentros, el esposo Agnesa llegó a casa, fue ahí donde los amantes pensaron la estrategia para
engañarlo. Agnesa le dio tiempo al Rinaldo para que se pusiera su ropa y ella le dijo a su esposo que el fraile
estaba haciendo un ritual para salvar a su hijo de las lombrices que tenía, al salir el fraile con el niño en bazos él
solo mandó a traer dulces y vino para celebrar al compadre que tenía, cayendo en el engaño de su esposa y
Rinaldo.

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