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CASO PRACTICO N° 4

A las 9.00PM del 5 de agosto, Tomás, que, a la orilla de una balsa, en el sitio denominado la
Quebrada de las Monjas sostenía una acalorada discusión con Manuel acerca de quién de los dos
tenía derecho a regar primero, con intención de matar dio un fuerte golpe en la cabeza de Manuel
con la pala que llevaba en la mano, ocasionándole una herida en la parte superior, que
comprometió, según el parte pericial, todos los tejidos blandos, a los cuales seccionó, además de
producir hundimiento de la bóveda craneana, sin llegar a romper ninguna de las meninges, pero
haciéndole perder el conocimiento y caer al agua de la balsa en cuyas proximidades discutían.
Tomás, creyendo haber matado a Manuel huyó del lugar. Manuel fue encontrado una hora
después por un vecino que pasaba por allí, que lo condujo a la casa de socorro donde lo
reanimaron, pues había cogido mucho frío, le limpiaron las heridas y le dieron el alta tras
practicarle siete puntos de sutura. Esa misma noche, a Manuel, de 65 años de edad y afectado
por una bronquitis crónica, se le presentó pulmonía hipostática, muriendo a consecuencia de ésta
a los tres días. Todo parece indicar que la pulmonía la contrajo al caer al agua y permanecer
mojado hasta ser rescatado.

¿Hasta dónde responde penalmente Tomás? ¿Es responsable por el resultado de muerte?


Fundamente su respuesta.

Antes de responder las siguientes preguntas, veremos que posibles delitos podrían tener relación
con el presente caso.

1.- HOMICIDIO SIMPLE.- El artículo 106 de nuestro CP, dice “el que mata a otro será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de veinte años”, es menester que en
esta clase de delitos el bien jurídico protegido es la vida humana, dándole importancia que para
calificar este clase de delito no es necesario determinar la modalidad empleada o los medios
utilizados para concretizar dicho acto ilícito cuyo resultado conllevo a la muerte de la víctima. Pero
debemos tomar en cuenta la jurisprudencia vinculante aportada por la Corte Superior de Justicia
de Lima en su sentencia de fecha dos de mayo del dos mil doce, donde menciona lo siguiente:
“(…) para que el resultado de muerte le sea imputable a un sujeto, se requiere en principio,
comprobar un nexo causal efectivo entre la acción desplegada y el resultado producido (…) para
ello se emplean tres criterios generales de imputación: 1) que la conducta del sujeto cree un
riesgo desaprobado a lo que es lo mismo, no se encuentre dentro de los alcances del
riesgo permitido, 2) que el resultado sea la materialización del riesgo prohibido creado por
el sujeto con su comportamiento y 3) que el resultado causado este comprendido dentro
del alcance del tipo, por ser precisamente, la materialización del peligro generado por el
comportamiento que el tipo quiere prohibir”1.

Con esta jurisprudencia, nuestro órganos jurisdiccionales nos dan a entender que el resultado de
la muerte tiene que estar relacionado con la lesión causada por parte del autor del delito, algo que
no se denota en el presente caso práctico, por lo que tampoco podemos afirmar que exista la
1
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA, expediente N° 18707-2011 f. j. n° 5.
tentativa (artículo 16 de nuestro Código Penal)2 de homicidio, ya que dicha lesión jamás genero un
riesgo de muerte a la víctima ni tampoco tiene relación alguna, pues redundado, la muerte de la
víctima fue a causas ajenas a la lesión causada por agente.

Se menciona en el caso práctico, que Tomas con intención de matar dio un fuerte golpe en la
cabeza de Manuel, y esto ocurrió a causa del altercado que tuvieron ambas partes por ver quien
riega primero, por lo que mencionaremos el siguiente delito que pueda tener relación con el
presente caso práctico.

2.- HOMICIDIO POR EMOCION VIOLENTA.- El artículo 109 de nuestro Código Penal lo
conceptualiza de la siguiente manera: “El que mata a otro bajo el imperio de una emoción violenta
que las circunstancias hacen excusable, será reprimido con pena privativa de libertad, no menor
de tres ni mayor de cinco años. (…)”.

Para la configuración de este delito se requiere la presencia de ciertos presupuestos establecidos


por la Corte Suprema de Justicia de Lima, en la R. N. N° 1192-2012-Lima, cuyos presupuestos
son los siguientes: a) el intervalo de tiempo entre la causa objetiva desencadenante y la acción
homicida debe ser razonable; b) el medio empleado; c) la violencia de la emoción; y d) el factor
sorpresa.3

En pocas palabras nos dice, que el delito tiene que cometerse durante el lapso donde el agresor
esta descontrolado y no puede por sí mismo retener sus emociones violentas, por lo que su
reacción es de forma inmediata, no habiendo cabida un espacio temporal entre el hecho
provocante y su acción, así pues, la reacción del agente es de forma sorpresiva, sin premeditación
o una forma de poder contrarrestar su accionar violento. Pero en este caso la víctima falleció por
causas ajenas a la lesión propinada por parte del agresor, dejándolo inconsciente, por lo que huyó
del lugar de los hechos creyendo que lo había matado. Respecto a esto nos hacemos la siguiente
pregunta:

¿Cabe la tentativa en este delito?

La tentativa se mencionada en nuestro Código Penal, ha sido materia de observación por parte de
nuestra Corte Suprema, donde esta última nos da una noción respecto a la tentativa: “La tentativa
no solo comprende el comienzo de los actos ejecutivos, es decir la exteriorización de los actos
tendientes a producir el resultado típico, sino que el agente quiere que los actos que

2
Código penal peruano, articulo 16 “En la tentativa el agente comienza la ejecución de un delito, que decidió cometer, sin consumarlo.
El juez reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la pena.”
3
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LIMA, R. N. N° 1192-2012, de fecha 19-12-2012, f. j. 4.6
objetivamente se despliega, aun teniendo conocimiento de su peligrosidad, teniendo además, la
intención de proseguir en la ejecución de los actos necesarios para la consumación del delito”4.

Por lo que esta jurisprudencia nos indica que en la tentativa, debe existir premeditación, la
realización de un plan mediante la conciencia y voluntad de realizar el ilícito penal antes de que
ocurran los hechos. Pues en el caso práctico no encaja dicha tipificación, ya que el hecho ocurrió
de forma sorpresiva, que no existió un lapso temporal entre en hecho provocante y su reacción.

3.- ¿Podríamos fijarlos como lesiones leves o graves, o ninguno de estos?

3.1.- Lesiones graves.- El código Penal en su artículo 121 nos manifiesta que para las lesiones
se consideren graves deben: a) poner en inminente peligro la vida de la víctima; b) Las que
mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio para su función,
causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía psíquica
permanente o la desfiguran de manera grave y permanente; c) Las que infieren cualquier
otro daño a la integridad corporal, o la salud física o mental de una persona que requiera
más de veinte días de asistencia o descanso según prescripción facultativa.

Como observamos la norma es más que clara respecto a este artículo, y si comparamos con los
hechos ocurridos en el caso práctico, ninguno tiene relación alguna

3.2 Lesiones leves.- El CP en el artículo 122 en su inciso 1, nos indica que son consideradas
lesiones leves las que se causen en el cuerpo o en la salud física o mental que requiera más de
diez días y menos de veinte de asistencia o descanso, según prescripción facultativa.

Pues recordemos que en el caso práctico, se encontró a Manuel horas después por un vecino que
paso por la zona que lo condujo a la casa de socorro donde le limpiaron las heridas y le hicieron
una sutura de siete puntos en el lugar del cuerpo que recibió tal lesión, pero esta lesión no llego a
poner en peligro inminente la vida de Manuel, por lo que le dan de alta el mismo día. Entonces
vemos que en este caso no se le puede imputar al agresor por lesiones leves ni graves, ya que
para configurar este ilícito, la victima tiene que facultársele de diez a más días de asistencia o
descanso según prescripción facultativa, algo que no vemos en este caso, ya que le dieron de alta
el mismo día.

Expuesto todo esto, procedo a responder la primera pregunta:

¿Hasta dónde responde penalmente Tomas?

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, R. N. N° 1065-2000-AREQUIPA, de fecha 19-06-2000, p. 171.
A mi criterio la responsabilidad que recaería a Tomas, dado que la víctima murió a causa ajena a
la lesión causada y que esta no genero peligro inminente a Manuel, la sanción que se le atribuiría
a Tomas seria la mencionada en el artículo 441, del libro de faltas de nuestro CP, que
prácticamente nos dice: “el que causa a otro una lesión dolosa en el cuerpo o en la salud física o
mental que requiera hasta diez días de descanso o asistencia, o nivel leve de daño psíquico
según prescripción facultativa, será reprimido con prestación de servicio comunitario de cuarenta a
sesenta jornadas, siempre que no concurra circunstancias o medios que de gravedad al hecho”.
Como podemos ver aquí a la víctima se le dio de alta el mismo día que ingreso a la casa de
socorro, considerándose como un día de asistencia medico facultativo, llegando a encuadrar bien
los hechos con esta clase de tipificación.

¿Es responsable por la causa de la muerte?

Pues, el agresor no es responsable por la muerte de la víctima, ya que esta murió a causa ajena a
la lesión propinada por parte de su agresor, pues como se menciona en el caso práctico la lesión
jamás puso en peligro inminente la vida de Manuel, y como el agresor creyó que había matado a
su víctima por miedo a enfrentarse a la justicia huyo del lugar de los hechos.

Referencias:

1. CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA, expediente N° 18707-2011.


2. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LIMA, R. N. N° 1192-2012, de fecha 19-12-2012.
3. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LIMA, R. N. N° 1192-2012, de fecha 19-12-2012.
4. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, R. N. N° 1065-2000-AREQUIPA, de fecha 19-06-2000.

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