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SINOPSIS
Los ángeles nunca se verán igual otra vez.
El maravilloso y carismático Alex, tiene el valor y la
habilidad de un Asesino de Ángeles entrenado. La única y
deslumbrante Willow tiene la belleza y el poder que viene
de ser una mitad ángel.
Cuando el poder de la malévola Iglesia de los Ángeles
aumenta, es el momento de que Alex y Willow entrenen a
un nuevo equipo de Asesinos de Ángeles. Willow pronto
descubrirá una nueva faceta de su identidad como semi
ángel, mientras en privado, debe luchar con el
conocimiento de que su padre, Raziel, es un depravado
ángel malvado.
Alex prometió a Willow que nunca la dejaría, pero con el
destino de la raza humana en sus manos, el destino ha
dictaminado, que Alex y Willow deben separarse una vez
más.
INDICE
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10 CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12 CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14 CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16 CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18 CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20 CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22 CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24 CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26 CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28 CAPÍTULO 29
PRÓLOGO
Seb
Le tomo un largo tiempo a la mujer dejar la casa.
Al otro lado de la calle. Seb estaba de pie apoyado contra
una destartalada tienda de comestibles, oculto en las
sombras del amanecer mientras observaba a la mujer en la
puerta principal. Su rostro de pómulos altos tenía una
barba incipiente en su mandíbula. Su cuerpo delgado
estaba relajado y alerta al mismo tiempo como un gato.
Estaba seguro de que este era el lugar correcto. Se veía
exactamente igual de como lo había visto: una casa de color
amarillo dorado en la calle principal, con una puerta de
madera con paneles y un pequeño balcón de hierro forjado
lleno de plantas con flores, una mezcla de rojo y amarillo.
Con las manos en los bolsillos, Seb contó los paneles de la
puerta principal: diez. Luego contó las flores en macetas:
diecisiete.
Capítulo 1
Willow
Las tijeras estaban frías contra mi cuello.
Parada en el baño de nuestro cuarto de hotel con los ojos
cerrados, tratando de no darme cuenta de lo mucho que
odiaba el sonido de cada corte metálico, o la desagradable
sensación de ligereza que se extendía lentamente a través
de mi cabeza. A pesar de lo mucho que sabía que
necesitábamos hacer esto, por supuesto que lo hacía, había
sido mi idea en primer lugar aunque no significaba que lo
estuviera disfrutando. Alex no lo estaba disfrutando
mucho, tampoco. De hecho, probablemente odiaba esta
parte sobre todo. Pero cuando se me ocurrió la idea esta
tarde, él admitió que había estado pensando lo mismo y
ahora las tijeras no vacilaban mientras él trabajaba. Si yo
no hubiera sugerido esto, lo habría hecho él.
Era raro, pensar que ambos estábamos tan ansiosos por
hacer algo que en realidad ninguno de nosotros quería.
Escuche a Alex poner las tijeras en el mostrador del baño.
-Ok, creo que termine- sonaba inseguro. Temiendo lo que
iba ver, abrí los ojos y me miré en el espejo.
Mi una vez largo cabello ahora era corto. Muy corto. Ni
siquiera sabía cómo describirlo. Una especie de corte estilo
pixie, quizás, si los duendecillos hubieran enloquecido con
las tijeras. Y más que eso, ya no era más rubio, si no de un
profundo rubio rojizo que me hacía pensar en otoño y
hogueras. Creí que me iría mejor con mi tono de piel que el
castaño, pero ahora... Trague saliva. En el espejo, mis ojos
verdes estaban muy abiertos e inseguros.
No me veía para nada como yo misma.
Alex estaba mirándome también.
-Guau- dijo.
-Eso hace una gran diferencia.
Quería espetar, aún crees que me veo linda ¿verdad? Me
trague las palabras, "Seguir siendo linda", no era el punto,
no es que realmente pensara que lo era de todos modos,
era Alex quien creía eso. Lo importante ahora era seguir
vivos. En la habitación, aún podía escuchar al comentarista
que había estado repitiéndose sin parar desde que
encendimos la televisión.
-La policía está buscando urgentemente a la pareja en
cuestión... De nuevo, si los vio, no se dirija a ellos usted
mismo, llame a nuestra línea directa... se sospecha que
están armados y son peligrosos...
Sabía sin mirar que estaban mostrando mi foto de
estudiante de segundo año otra vez y que probablemente
estaría en cada sitio web de las Iglesias de Ángeles del
mundo ahora. Para ser honesta, cambiar mi rasgo más
notable en realidad no había sido una decisión difícil. Por lo
menos nadie sabía cómo lucia Alex. Había un bosquejo
policiaco pero era ridículamente malo, el guardia de
seguridad que había estado en la Catedral lo recordaba
cerca de diez años más viejo y cincuenta libras más pesado
de lo que realmente era, construido con músculos como los
de un jugador de fútbol.
No podía quitar los ojos de la chica en el espejo. Era una
extraña que había robado mi rostro. Tome el delineador de
cejas rojo que le había pedido a Alex que comprara y lo
pase sobre mis cejas. El efecto era mucho más dramático
de lo que había esperado. Antes, apenas y notaba mis cejas
cuando me miraba. Ahora parecían sobresalir en mí.
Esta era yo, ahora.
Sentí un extraño temblor, baje el lápiz y pase mis dedos a
través de lo que quedaba de mi cabello. La mitad en punta
y la otra mitad había caído. Alguien, en algún lugar, pagaría
un buen dinero por un corte como este, del tipo de una
modelo de runway9 que vestiría una bolsa de basura y la
mantendría asegurada con imperdibles, quizás.
-Me alegro de que no quieras ser un peluquero- le dije a
Alex.
-Porque no creo que tu trabajo sea muy corriente.
Él sonrió y toco la parte trasera de mi cuello, se sintió
extrañamente vulnerable tener la piel de ahí tan expuesta.
-Nadie te reconocería, eso es lo importante- dijo.
-Cristo, casi no te reconozco.
-Oh- dije no quería que sonara demasiado desesperado pero
la idea de que Alex no me reconociera, simplemente...
estaba mal.
Atrapando mi mirada, envolvió sus brazos alrededor de mí
desde atrás y me jalo más cerca contra su pecho. La cima
de mi cabeza apenas llegaba a su barbilla.
-Hey- dijo, sus ojos encontraron los míos en el espejo.
-Ambos nos acostumbraremos a esto. Y tú aun eres
hermosa, lo sabes ¿verdad? Solo es diferente, eso es todo.
Solté un suspiro, aliviada, él no había dejado de pensar así.
Tal vez era insignificante, con todo lo que estaba pasando
en el mundo pero tanto había cambiado ya, sin necesidad
de cambiar la manera en que Alex me veía, también. Quería
que eso permaneciera así por siempre.
-Gracias- dije.
Apoyo su barbilla en mi cabeza luciendo divertido.
-Bueno, eso fue una especie de obviedad. Estarías
maravillosa si te afeitaras todo el pelo.
Me reí.
-No vamos a probar eso ¿ok? Creo que esto es bastante
radical por un día, me apoye contra su pecho,
contemplando su cabello negro despeinado y sus ojos azul-
gris en el espejo. "Maravilloso" en realidad era una palabra
que yo usaría para describir a Alex, no a mí. A veces aún
sentía un cosquilleo como en la mañana de navidad al
darme cuenta de que este chico del que estaba tan
enamorada se sentía de la misma manera por mí.
Mientras tanto, mi cabello no dejaba de estar demasiado
corto. O muy rojo. Seguiría recibiendo pequeñas sacudidas
sorpresa cada vez que me mirara, mientras mi mente no
registrara lo que había pasado, todavía.
-Desearía que hubiera alguna manera de que también
pudiéramos teñir tu aura- dijo Alex después de una pausa.
Asentí, frotando sus antebrazos tonificados.
-Lo sé. Sólo tenemos que ser muy cuidadosos.
Mi aura, la fuerza vital que rodea cada ser viviente, era
plata y lavanda, una distintiva mezcla de ángel y humano.
Cualquier ángel que la viera al instante sabría quien era.
La única mitad ángel del mundo, la única que había
intentado destruirlos a todos. Era un riesgo que no podía
evitarse, a menos que planeáramos irnos a vivir a una
cueva en alguna parte.
-Como sea, esperemos que la gente no intente dispararme
muy a menudo ahora- dije.
-Esa es la idea- acordó.
-Porque, ya sabes... la forma en que deseo que te quedes
alrededor por un tiempo- sus ojos parpadearon ante los
recuerdos, sabía en lo que estaba pensando sin esforzarme,
porque estaba pensando en lo mismo. El peor día de
nuestras vidas. Cuando me sostuvo entre sus brazos,
apenas hacia un día y creyó que había muerto. Mis brazos
se apretaron sobre los suyos. La verdad era que había
muerto, si Alex no hubiera estado allí para traerme de
vuelta, no estaría aquí ahora.
-Eso es lo que tengo en mente- dije en voz baja.
El colgante de cristal en forma de lágrima que me había
dado brillaba en la luz.
-Quedarme contigo por mucho, mucho tiempo.
-Hecho- dijo Alex.
Su cabeza bajo en el espejo y me estremecí cuando sus
cálidos labios rozaron mi cuello. Entonces levanto la
mirada, escuchando, cuando una nueva voz llego desde la
televisión, una mujer comunicaba con un tono de voz
sureño:
-Ella debe estar enferma, eso es todo. Pero sólo porque esta
mentalmente enferma no significa que no sea peligrosa.
Porque como puedes ver en la foto hay una mirada
trastornada en sus ojos...
En realidad, lucían más preocupados que cualquier otra
cosa, en ese momento. Alex y yo regresamos a la
habitación, donde dos nuevos comentaristas en la pantalla
estaban asintiendo con gravedad, de acuerdo en que,
efectivamente, debía estar trastornada para llegar a una
tentativa de "acto terrorista" contra La Iglesia de los
Ángeles, como los medios estaban llamando mi intento de
sellar la puerta entre el mundo de los ángeles y el nuestro.
Me hundí sobre la cama. La iglesia afirmaba que habíamos
intentado activar una bomba en la Catedral, que yo odiaba
a los ángeles tanto que planee explotar todo el lugar, a
pesar de los miles de adoradores allí atestiguando la
llegada de la Segunda Ola. Yo una bombardera trastornada.
Hubiera sido gracioso si Alex y yo no estuviéramos en tanto
peligro.
Una imagen de la Catedral en Denver al día anterior
apareció, su amplia y blanca cópula y enormes columnas, el
estacionamiento congestionado de autos y gente. Y la altas
puertas plateadas, permanecían abiertas mientras
innumerables ángeles salían en tropel. Había visto la
filmación varias veces ahora, no podía quitar mis ojos de
ella. La mire con mórbida fascinación mientras las alas de
los ángeles brillaban doradas en la puesta de sol, saliendo
de la Catedral en un rió interminable de luces y gracia. En
su forma etérea, los ángeles no eran normalmente visibles
excepto para los humanos de los que se estuvieran
alimentando pero ellos hicieron una excepción cuando la
Segunda Ola invadió nuestro mundo. Querían escuchar las
ovaciones de la gente, Nate nos lo dijo. El ganado
aclamando a sus verdugos.
La segunda ola y yo estábamos en las grandes noticias del
día. Todos en el planeta parecían estarse debatiendo sobre
lo que esto significaba. Si la filmación sobre ángeles había
sido falsificada o no, lo que significaba para el mundo si lo
había sido. El nuevo programa de noticias mostraba el
mismo clip una y otra vez, con el titular "Llegada angelical"
deslizándose en el fondo de la pantalla. Luego cuando se
cansaron de eso los comentadores tomaron más llamadas
telefónicas que venían de todo el país, personas que habían
visto la llegada de los ángeles, personas que pensaban que
me habían visto, gente que deseaba poder verme, para
poder darme mi "merecido".
Me senté observando en tensión. Seguía siendo difícil
creer que hasta hace seis semanas, mi vida era
relativamente normal o por lo menos tan normal como era
posible cuando eres psíquico y reparas autos. Y entonces le
hice una lectura a Beth Hartley, una chica de mi escuela
secundaria anterior en Pawntucket, Nueva York. La había
visto unirse a la Iglesia, ponerse enferma y apática, intente
detenerla, pero no había sido capaz y al mismo tiempo un
ángel llamado Paschar había previsto que yo era la única
que podía destruirlos a todos.
Suspiré y mire a los ángeles volando en la pantalla. Dios
desee que él hubiera tenido razón. Pensé en mi madre,
perdida en sus sueños, su mente destruida por siempre por
Raziel, odiaba llamar a ese ángel mi padre, no se merecía
la palabra, por lo que le había hecho. Ella no era la única.
Millones de personas eran lastimadas por la maldad de los
ángeles, millones más probablemente estarían siendo
lastimadas en este preciso momento, mientras todas las
llamadas en la televisión hablaban del amor angelical.
Amor angelical. Las palabras dejaban un sabor amargo
cuando sabias que en realidad los ángeles estaban aquí
para alimentarse de la energía de los humanos como si
nuestro mundo fuera su propia granja privada. Y gracias a
algo llamado quemadura de ángel, eran vistos como
criaturas hermosas y bondadosas, incluso cuando la
energía vital de sus víctimas se marchitaba bajo su toque.
El resultado podía ser una enfermedad mental como había
tenido mi madre, o MS10, cáncer o cualquier otra
enfermedad debilitante que pudieras nombrar. Porque
cuando un ángel se alimentaba de ti, había dos verdades:
1. Serías dañado para siempre en alguna terrible e
irrevocable manera.
2. Adorarías a los ángeles hasta el día que murieras.
Mire a Alex sentado junto a mí. Disfrutando de las firmes
líneas de su rostro, las pestañas oscuras que enmarcaban
sus ojos, la boca que suplicaba que pusiera mi dedo sobre
ella y trazara su contorno. Para el momento en que Alex
acababa de cumplir dieciséis años, su familia entera había
sido destruida por ángeles. Ahora decenas de sus amigos
habían sido asesinados también.
[←1]
Chiquita español en el original.
[←2]
Pesos Español en el original.
[←3]
Gracias Español en el original
[←4]
Chiquita Español en el original
[←5]
Amigo: Español en el original
[←6]
Cabrón Español en el original.
[←7]
Media milla: 804.5 m.
[←8]
Cabrón: Español en el original.
[←9]
Una revista de moda femenina caracterizada por lucir portadas con
modelos llenas de glamour y sofisticación.
[←10]
Esclerosis múltiple (MS) enfermedad neurológica discapacitante más
común entre los adultos jóvenes.
[←11]
En el original Angel Killer = Asesino de ángeles.
[←12]
Goodwill es una empresa estadounidense sin ánimo de lucro y además una
organización que proporciona trabajo a personas en situaciones
vulnerables. En estas tiendas las personas y empresas suelen donar
artículos que aún se encuentren en buen estado funcional, a cambio
suelen recibir facturas para reducir impuestos.