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Alimentación de tortugas herbívoras

Como comentario personal al artículo, yo prefiero alimentar a las tortugas con comida natural
(verdura, plantas silvestres, etc.) a alimentarlas con pienso, para prevenir problemas de crecimiento
excesivamente rápido. Julio

Normas generales:

Para que una tortuga se desarrolle de manera correcta es necesario ofrecerle una alimentación
adecuada.

Los mejores alimentos para las tortugas herbívoras son aquellos que contienen como mínimo el doble
de calcio que de fósforo.
La explicación a este punto esta en que el fósforo impide una correcta absorción del calcio, por lo que
aunque demos a las tortugas alimentos con una alta cantidad de calcio ellas no pueden asimilarlo si
las concentraciones de fósforo son también altas.

Los vegetales con mejores ratios de calcio/fósforo y más indicados para la dieta de las tortugas son el
diente de león, la escarola, la endivia, la hoja de mostaza, las acelgas, los canónigos, las espinacas,
las coles de bruselas y la achicoria.
Estos vegetales no siempre es fácil encontrarlos frescos, por lo que se pueden comprar sus
semillas en tiendas de jardinería y cultivarlos durante todo el año.

También es importante acostumbrar a las tortugas a que coman piensos especiales. Estos piensos
están elaborados a partir de alfalfa y otros vegetales liofilizados y desecados a los que añaden todas
las vitaminas y minerales necesarios para su correcto crecimiento.
El pienso se debe dar humedecido y, como suelen tardar en aceptarlo, se puede mezclar con los
vegetales mencionados.
Poco a poco, puedes ir incrementando la cantidad de pienso hasta que lo acepten con normalidad.

Aparte de estos alimentos mencionados (que tienen en general entre el cuádruple y el triple de calcio
que de fósforo) existen otros que son muy bien aceptados por las tortugas mediterráneas porque
constituyen parte de su dieta cuando se encuentran en libertad.
Los ratios de estos alimentos están en torno al doble de calcio que de fósforo y son la hoja de
parra, las flores y hojas de hibiscus, la morera y el trébol.
También se puede incorporar algo de fruta a la dieta de las tortugas, pero con moderación.
Esto se debe a que la fruta contiene gran cantidad de agua y azúcares y puede provocar diarreas o
que el animal engorde demasiado.
El azúcar crea reservas energéticas "extra" en las tortugas, por lo que puede que su carne crezca y
engorde rápidamente, mientras que el caparazón crece a un ritmo más lento.
Esto provoca grandes problemas de movilidad a las tortugas y puede incluso provocar enfermedades.

Otro problema es que las tortugas pueden acostumbrarse al sabor dulce de la fruta y rechazar
luego otro tipo de alimentos más nutritivos.

Lo mejor es ofrecer frutas con poco agua (evitar la sandía, las ciruelas o el melón que provocan
diarreas) y ofrecerla sólo de vez en cuando.
Las más recomendables son la manzana rallada (eliminando siempre las pepitas), los higos, la pera...
En general se puede ofrecer cualquier tipo de fruta siempre que sea con moderación y como
suplemento, ya que la base de la dieta debe ser el pienso y grupo de vegetales de hoja verde con
ratios calcio/fósforo superiores a 2/1.

No debemos asustarnos si las tortugas se comen pequeños caracoles o babosas. A veces


incorporan estos animales a su dieta, sobre todo los ejemplares juveniles.

Alimentos peculiares:

Algunos alimentos pueden resultar tóxicos para las tortugas y otros nos pueden ayudar a prevenir
enfermedades o en determinadas épocas.

BERENJENA: contiene una alta concentración de celulosa, que actúa como absorbente y puede
provocar tapones intestinales. No se debe administrar.

PATATA, BONIATO, BATATA Y OTROS TUBÉRCULOS: contienen almidón, que actúa igual que la
celulosa. Es mejor no administrarlos (ni sus hojas ni los tubérculos).
Hay una excepción, si tenemos una tortuga con una diarrea muy fuerte por haber comido hierbas
silvestres indigestas u otros motivos podemos administrar una patata o zanahoria hervida y
manzana rallada que nos ayudará a estreñirla.

PEREJIL: aunque tiene un ratio de calcio/fósforo muy adecuado para las tortugas, actúa como
vasodilatador (altera el flujo sanguíneo y puede provocar hemorragias internas).
No administrar nunca.

LECHUGA: es habitual que muchas tortugas mueran si las alimenta sólo con lechuga y tomate.
Hay quién sólo les ofrece ésto porque es la única verdura que tiene en su nevera, pero no cubre
sus necesidades de calcio, vitaminas y nutrientes.
Sin embargo, eso no quiere decir que sean alimentos nocivos para las tortugas, sino que no son
suficientes y hay que combinarlos con otros.

La lechuga es uno de los vegetales con mayor cantidad de vitamina E. Esta vitamina regula el
funcionamiento de las mucosas y es muy importante su labor en las mucosas respiratorias y
genitales.
Por ello, es un buen complemento de la dieta de las tortugas hembras durante la reproducción
(actúa aumentando la fertilidad) y para las tortugas propensas a infecciones respiratorias (si se
administra a graecas o horsfieldi recién salidas de la hibernación previene problemas respiratorios
porque regula las mucosas respiratorias).

Las hembras que han tenido crías con deformidades (la más común es babys con un solo ojo) o cuyos
huevos no llegan a término es mejor no reproducirlas. Sin embargo, ante la posibilidad de que
realicen puestas de huevos hasta tres años después de la última monta es conveniente
ofrecer en época de cría alimentos ricos en vitamina E (lechuga, canónigos y diente de león, por
ejemplo).
En casos extremos se puede dar este suplemento en forma de fármaco con medicamentos tipo
Auxina A+E (la absorción de vitamina E es más completa si se combina con vitamina A), aunque
siempre es mejor probar primero con métodos naturales.

TOMATE Y MANZANA: Son muy ricos en vitamina C, actúan como resconstituyentes (aceleran los
procesos encimáticos) después de enfermedades o periodos de debilidad.
Son especialmente beneficiosos en casos de complicaciones respiratorias. Pero deben
administrarse frescos, pierden rápido sus propiedades una vez se trocean (se oxidan).

SOJA: es muy rica en "proteína vegetal", por eso la consumen mucho los vegetarianos para
compensar su carencia de proteínas de origen animal.
No se debe administrar a las tortugas herbívoras y mucho menos a las babys o las especies que
se alimentan casi exclusivamente de pasto y hierba (como las sulcatas), ya que puede provocar
deformidades en el caparazón.

PAPAYA: es uno de los alimentos que tiene un mejor ratio calcio/fosforo (entorno a 7/1), pero no se
debe administrar normalmente porque contiene una gran cantidad de azúcar. Es útil en época de cría,
porque su alto contenido en calcio ayuda a la correcta formación de los huevos.
Se puede emplear como sustituto de los suplementos de calcio, pero nunca ofrezcas ambos
combinados. Demasiado calcio puede provocar problemas óseos o la creación de huevos demasiado
duros de los que las crías tendrán dificultad para salir.

KIWI: provoca diarrea y no se debe administrar salvo para tratar intoxicaciones o tapones
intestinales. Si nuestra tortuga ha ingerido alimentos tóxicos (perejil, adelfa, jazmín, jacinto,
belladona y cola de caballo, por ejemplo) debemos administrar un laxante que ayude a que la tortuga
defeque el alimento tóxico lo antes posible y que no le de tiempo a absorber sus toxinas a través de
las paredes intestinales y estomacales.

Lo mismo sucede si ha ingerido un cuerpo extraño (piedras absorbentes para gatos, gravilla...).
En casos leves se puede administrar una rodaja de kiwi, que ayudará a defecar a la tortuga, o si esto
no es suficiente se puede introducir con ayuda de una jeringa o un cuentagotas un chorrito de aceite
de oliva por la garganta de la tortuga.
Hay que repetir la operación todos los días hasta que elimine el cuerpo extraño y comprobarlo
mediante una visita veterinaria para realizar radiografías

Klara

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