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CICLO DE VIDA.

Los conejos mariposa aparecieron a finales del siglo XIX en Inglaterra, de ahí que se les
denomine también ingleses manchados o lo que es lo mismo, english spot. Aunque se
desconocen cuáles fueron las razas exactas que originaron a los conejos mariposa, se ha
establecido que probablemente se trate de un cruce entre conejos manchados ingleses y
alemanes. Llegaron a Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX, fundándose el
club americano en el año 1924. Desde entonces, la raza ha ido ganando seguidores,
convirtiéndose en una de las más populares del mundo.

El conejo mariposa es un conejo pequeño-mediano. En general, su peso oscila entre los 2 y


los 3 kilogramos. La esperanza de vida media de estos conejos es de aproximadamente 12
años. Su cuerpo es mediano, con un marcado arco en la espalda, que llega desde el cuello
hasta los cuartos traseros. Estas patas traseras han de ser redondeadas, nunca de formas
abruptas, y largas para permitir que el cuerpo esté despegado del suelo.

Aunque los anteriores son rasgos que ayudan a identificar la raza, sin lugar a dudas las
características del conejo mariposa más representativas son las referentes a su pelo. El
patrón de pelaje ideal de la raza es muy específico, puesto que el conejo mariposa ha de
presentar un color de base, habitualmente claro, sobre el que aparecen unas motas o
manchas. Estas motas han de seguir la siguiente distribución: una cadena de puntos que
abarca desde las patas traseras y la cola hasta el cuello, donde empieza una línea que
sigue la columna vertebral del animal. Ha de tener también una marca en las patas
delanteras, así como en las mejillas, un círculo alrededor de los ojos y la nariz coloreada.
Las orejas y su base deberían presentar el mismo color de las manchas. Todas estas
marcas han de estar bien definidas, sin estar difusas ni presentar ningún matiz del color de
base. Además, este pelo es siempre corto y muy denso.

Alimentación, nutrición y hábitos alimenticios de los conejos mariposa.

Los conejos son omnívoros, esto significa que tienen una dieta basada en vegetales y no
comen carne. Durante los meses cálidos, los conejos mordisquearán hierbas, guisantes,
pastos, trébol, lechuga y vegetales. A diferencia de los roedores, los conejos presentan dos
pares de incisivos en la parte superior de su boca, y esto los ubica dentro del orden de los
lagomorfos. Una característica habitual en este tipo de animales, es el crecimiento
constante de sus dientes, por lo que necesitan desgastarlos en la misma medida y lo hacen
generalmente masticando alimentos cada cierto tiempo.

Para hacernos una idea, este animal es capaz de realizar entre 20 y 30 comidas diarias,
aunque algunos casos han reportado más de 80 ingestas en un día. Este dato también
responde a una característica de su sistema digestivo muy sorprendente, y es que los
conejos desplazan la comida hacia el interior por empuje, o sea que cada bocado ingerido
hace presión sobre el resto de la comida alojada en el tubo digestivo para su asimilación.

De esta manera, no es difícil pensar por qué el conejo necesita comer varias veces al día. Y
dentro de este aspecto, reside además la importancia de proveerles una dieta balanceada y
rica en fibras y minerales, entre otros nutrientes. Con ello evitaremos enfermedades muy
comunes como los cólicos y el deterioro de la dentadura, así como la presencia de bacterias
perjudiciales en el tracto intestinal.

El heno, las verduras y el pienso, son algunos de los integrantes vitales para asegurar el
desarrollo de nuestro conejito. Las primeras semanas necesitarán de un régimen especial
de comida, de modo que pueda adaptarse paulatinamente a la dieta, o de lo contrario
sufrirá de diarreas y en el peor de los casos, la muerte.

De manera general, un conejo debe comer más de 150 gramos de heno al día, junto a 100
gramos de verduras y 30 de pienso por cada kilo de su peso corporal. Esta medida, no
pretende ser un estándar de alimentación, si bien lo ideal es consultar previamente a un
veterinario para determinar las particularidades del animal.

Adicionalmente, puedes incorporar a la dieta frutos secos, cereales y alimentos industriales


para conejos, pero siempre en pequeñas porciones y con la idea de confeccionar un menú
variado, que satisfaga sus necesidades energéticas y nutritivas. Es recomendable además,
pesarlo semanalmente, y condicionar la dieta según los valores obtenidos.

● Heno:

Este alimento no debe faltarle a tu conejo. Su importancia es tal, que es capaz de prevenir
las diarreas, la obesidad y las bolas de pelo en el estómago, además de aportar beneficios
al sistema digestivo en general, y potenciar el crecimiento saludable de los dientes.

El heno se obtiene a partir del secado de las plantas verdes. A pesar de existir una amplia
variedad de este alimento, sus propiedades nutricionales alcanzan su máxima evidencia en
el heno de gramíneas y el heno de leguminosas.

En cuanto al heno de gramínea, su aporte de proteínas es moderado, por lo que se


recomienda para conejos adultos. La avena, la Hierba Bermuda o el Dáctilo (Orchard grass)
son algunos de los productos que podemos encontrar de este tipo en el mercado.

Por otra parte, el heno de leguminosas es ideal para conejos en pleno desarrollo o para
proveer nutrientes a la hembra durante el proceso de gestación. Ejemplo de este tipo de
alimentos, puede ser la alfalfa, la esparceta o el trébol blanco.

● Verduras:

No hay nada como combinar acelgas, pepinos, coles y alcachofas para alimentarlos. Y
asegurarse de suministrarles esta comida con una frecuencia diaria, y procurar mantenerla
con buena higiene y a temperatura ambiente. En pequeñas proporciones también es válido
añadir algo de espinacas, zanahorias, brócolis y lechugas.

Una buena combinación estaría compuesta por tres partes de verduras de hoja por una de
verduras frescas y frutas. Para las primeras, estas deben ser de colores oscuros, pues son
las que mayores concentraciones de nutrientes poseen. Las hojas amarillas deben evitarse,
y dosificarse algunos productos como el perejil, y las hojas de rábano o de remolacha por
su alto contenido de oxalatos, cuya ingesta en grandes cantidades puede afectar el riñón
del conejo.

Dentro de las verduras frescas, podremos seleccionar apio, pimientos, tomates (sin las
hojas), judías verdes y calabacines. Para el caso de las frutas, y en aras de controlar los
niveles de azúcar, podemos suministrar en pequeñas porciones (una cucharada por kilo de
peso) frambuesas, mango, manzanas, peras o sandías.

Por otra parte, podemos decir que debe evitarse terminantemente la cebolla, puerro,
aguacate, remolacha, ajo y cualquier tubérculo. También resultan igual de dañinos la
aceituna y la flor del brócoli, ya que estas verduras por lo general, acarrean complicaciones
intestinales y en el hígado. Evita cualquier tipo de alimento rico en almidón y azúcares.

Adicionalmente, necesitarás controlar el sobrepeso de tu conejo, y vela porque siempre


disponga de agua limpia. Para facilitarles el desgaste de los dientes, coloca un trozo de
madera o de pan viejo dentro de la jaula. No olvides que debes alimentarlo al menos dos
veces al día y para utilizar alimentos en polvo, mézclalos previamente con agua para evitar
complicaciones respiratorias.

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