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EL ESPÍRITU SANTO

El creyente es sellado con el Espíritu Santo desde el mismo momento de su


conversión. En el versículo que citamos podrá notar el paralelo con otro pasaje
muy conocido al predicar el evangelio: “De cierto, de cierto os digo: El que oye
mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna” (Juan 5:24).

Fíjese de lo siguiente:

No existe ningún período de tiempo entre el momento de la salvación y el sello del


Espíritu Santo. Venimos a ser sellados y el Espíritu Santo viene a morar
permanentemente en la persona. Este es uno de las bendiciones que el creyente
goza por su fe en Cristo.

Adicionalmente, Gálatas 3:3 nos confirma lo que ya hemos dicho: “¿Recibisteis


el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?... ¿Habiendo
comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” De manera
que, el sello y la morada del Espíritu Santo en el cristiano, no es un privilegio de
algunos grandes hombres o mujeres consagradas, sino que es la marca de
propiedad de todo el que es salvo.

Así que, a los ojos de Dios, hay solamente dos opciones: o somos de Él, o no
somos de Él. Por eso nos dice Romanos 8:9 que “si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de él”. Allí está bastante claro que todo el que es de Dios tiene
el Espíritu Santo.

Que es llanura del Espíritu Santo.

Aunque el bautismo en el Espíritu Santo ocurre una sola vez, al momento de la


salvación, la llenura del Espíritu es algo que puede ocurrir múltiples veces. La
Biblia no nos ordena a buscar el bautismo en el Espíritu Santo, pero sí nos ordena
a ser llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18.) Para un estudio relacionado sobre
el tema puede leer el Significado del Bautismo con el Espíritu Santo.  Es
importante reconocer la diferencia entre el ser "bautizado por el Espíritu" y el ser
"lleno del Espíritu".  Hay un solo bautismo. (Efesios 4:5) que nos une al cuerpo de
Cristo y nos abre la puerta a todas las bendiciones que conlleva ser parte de la
iglesia de Dios (1 Corintios 12:13). El ser lleno del Espíritu es una de esas
bendiciones que usted debe buscar de continuo en su vida.

El papel del Espíritu Santo es primordial en la obra de la iglesia y el ser llenos del
poder del Espíritu de Dios es de vital importancia para todo creyente. Jesús dijo a
sus discípulos "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo" (Hechos 1:8). Personalmente creo que Jesús habló estas
palabras en referencia a la llenura que los creyentes habían de recibir cuando el
Espíritu Santo viniera sobre ellos. Mas adelante veremos cómo esto es cierto por
medio de la Biblia, pero por ahora solo quiero hacer claro que todos los creyentes
están en la misma posición de poder ser llenos del Espíritu. Dios no tiene
favoritos. Si usted busca de Dios será lleno de Dios.

Introducción: El aceite para el motor de cualquier vehículo es fundamental, pues


éste cuando envejece pierde su viscosidad, y puede dañar, disminuir el
rendimiento o destruir el motor. Por eso debe ser renovado periódicamente. 

Cuando hablamos del aceite (o poder) del Espíritu Santo, debemos también
reconocer la importancia de la renovación y saber más acerca de este importante
tema. Estudiemos ahora acerca del poder o unción del Espíritu Santo 

LA UNCIÓN O PODER DEL ESPÍRITU SANTO

I) Definición de la palabra "unción"

a)  Hebreos 1:9

“Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios
tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros”.

Nota: En el contexto se está hablando del Hijo, Jesucristo el Señor (versículo 8),
Dios Padre lo ungió derramando el Espíritu Santo sobre él en el bautismo en el río
Jordán, y aquí en Hebreos 1 relaciona la unción con la alegría en el hijo de Dios.

EL PROPÓSITO DE LA UNCIÓN O PODER DE DIOS:

a) Lucas 4:18.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A
pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los
oprimidos”

Nota: Recordemos que el Espíritu Santo trabaja en tres ámbitos del creyente:


con, en, sobre (con: junto al creyente; en: dentro del creyente; y sobre: poder para
hacer). En éste pasaje observamos algunos objetivos de la unción:

1) “sobre” indica el hacer para Dios,


2) Para la predicación (“para dar buenas nuevas”),
3) Para sanar,
4) Para liberar.

Entonces el poder o la unción del Espíritu Santo no es dada para un beneficio


egoísta o personal, sino para bendición de otros. La unción es para sanar a los
enfermos, echar fuera demonios, predicar el evangelio, ministrar milagros y ante
todo glorificar a Cristo. 

(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).     


  

b) La unción quebranta la esclavitud.

Nota: Es interesante que en el pasaje anterior (Lucas 4:18), se hace referencia a


los pobres, a los quebrantados de corazón, a los cautivos, a los ciegos y a los
oprimidos y en dos ocasiones se cita la palabra libertad.

Veamos ahora Isaías 10:27, Israel tenía angustia y miedo de los asirios


(“la carga será quitada de tu hombro” y “el yugo  se pudrirá”), pero Dios dice aquí
que quitará la opresión de asiria, y el miedo huirá… la unción trae libertad de
vicios, drogas, miedos, adicciones, maldiciones, etc. 

b) La unción del Espíritu Santo es la habilidad, capacidad o poder dado por Dios al
creyente para la obra del ministerio. 
Nota: Es Dios quien nos da la unción o poder para que sirvamos de manera
efectiva, pues nuestro Dios es sobrenatural y nuestro servicio también debe serlo. 

La palabra "ungir" significa: untar, aplicar aceite. Antes de Jesús comenzar su


ministerio, fue ungido, nos dice Hechos 10:38, y se destacan varias cosas aquí:

“cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder; el cual
anduvo haciendo el bien, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios
estaba con Él”

1) Dios Padre lo ungió,


2) Fue ungido con el Espíritu Santo y con poder,
3) “Jesús de Nazaret” destaca su humanidad,
4) Nos enseña un resultado sobrenatural.

La unción nos equipa para el ministerio o servicio a Dios, ella nos hace mucho
más efectivos en el cumplimiento del plan de Dios para nuestras vidas.  

EL TÉRMINO “BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO”

El término “bautismo en el Espíritu Santo” no aparece en las Escrituras. Es una


conveniente designación para la experiencia que anuncia Juan el bautista, que
Jesús “[bautizaría] en Espíritu Santo” 1 (Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16;
Juan 1:33), que Jesús mismo repetiría (Hechos 1:5), y también Pedro (Hechos
11:16). Cabe notar que la expresión aparece en los Evangelios y también el
Libro de los Hechos. La ilustración del bautismo presenta la inmersón, como se
ve en la analogía del Juan el bautista del bautismo en agua que él
administraba y el bautismo en el Espíritu Santo que administraría Jesús.

Ser bautizado en el Espíritu Santo se debe diferenciar de lo que Pablo declara


en 1 Corintios 12:13 que, según la sintaxis griega, lee: “por un solo Espíritu
fuimos todos bautizados en un cuerpo”. El contexto de este pasaje muestra
que “por” es la mejor traducción, indicando que el Espíritu Santo es el
instrumento o medio por el cual se lleva a cabo el bautismo. 2 En los versículos
3 y 9 del capítulo, Pablo usa la misma preposición dos veces en el mismo
versículo para indicar  una actividad del Espíritu Santo. En 1 Corintios 12:13,
“bautizados en un cuerpo” habla de la obra del Espíritu Santo de incorporar a
un pecador arrepentido al cuerpo de Cristo (véase Romanos 6:3; Gálatas 3:27
para una expresión equivalente a “bautizados en Cristo”). Este es el “un
bautismo” de Efesios 4:5; es el bautismo indispensable e importante que
resulta en el “un cuerpo” del versículo 4.

Para resumir: en la conversión, el Espíritu Santo bautiza en Cristo/el cuerpo de


Cristo; en una experiencia subsiguiente y diferente, Cristo bautizará en el
Espíritu Santo.

OTROS TÉRMINOS BÍBLICOS PARA EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU


SANTO

Se usan diversos términos bíblicos para referirse a esta experiencia,


especialmente en el libro de los Hechos, que registra el primer descenso del
Espíritu sobre los discípulos de Jesús y da ejemplos similares de encuentros
del Espíritu con el pueblo de Dios. Las siguientes expresiones en Hechos se
usan de manera intercambiable para describir la experiencia:

 Bautizado en el Espíritu—1:5; 11:16; véase también Mateo 3:11; Marcos


1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33. El término “bautismo en el Espíritu”
generalmente sirve como un conveniente sustituto y también se usa en
este documento
 El Espíritu viene, o desciende, sobre—1:8; 8:16; 10:44; 11:15:19:6;
véase también Lucas 1:35; 3:22
 El Espíritu derramado—2:17,18; 10:45
 El don que mi Padre prometió—1:4
 El don del Espíritu—2:38; 10:45; 11:17
 El don de Dios—8:20; 11:17; 15:8
 Recibir el Espíritu—8:15,17,19; 19:2
 Lleno con el Espíritu—2:4; 9:17; además Lucas 1:15,41,67. Esta
expresión, junto con “lleno del Espíritu”, tiene una aplicación más amplia
en los escritos de Lucas. El mandato de Pablo de “ser llenos con el
Espíritu” (Efesios 5:18) no se refiere a la plenitud inicial del Espíritu; es
un mandamiento a continuar llenándose del Espíritu. 3

Ninguno de estos términos expresa todo lo que envuelve la experiencia. Son


metáforas que expresan la idea de que el receptor es completamente
dominado o saturado por el Espíritu, que ya mora en él (Romanos 8:9,14-16; 1
Corintios 6:19; Gálatas 4:6).

CONTINUIDAD Y SINGULARIDAD

7. El bautismo en el Espíritu Santo

Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar


fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego,
según el mandato del Señor Jesucristo. Esta era la experiencia normal y
común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene una
investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones
espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4,8; 1 Corintios
12:1-31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente
a ella (Hechos 8:12-17; 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9). Con el bautismo en el
Espíritu Santo el creyente participa de experiencias como la de ser lleno del
Espíritu (Juan 7:37-39; Hechos 4:8); una mayor reverencia hacia Dios (Hechos
2:43; Hebreos 12:28); una consagración más intensa a Dios y una mayor
dedicación a su obra (Hechos 2:42); y un amor más activo a Cristo, a su
Palabra, y a los perdidos (Marcos 16:20).

8. La evidencia física inicial del bautismo en el Espíritu Santo


El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo es evidente con la señal
física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4).
El hablar en lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de
lenguas (1 Corintios 12:4-10, 28), pero es diferente en propósito y uso.

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