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The Catcher in the Rye (J.D.

Salinger)

The Catcher in the Rye o El guardián entre el centeno siempre había llamado
mi atención. Simplemente este título y un poco de esa misteriosa vida de
Salinger ayudaron en eso. Realmente no sabía mucho más del libro. Y es por
eso que me sorprendió ver de qué trataba una vez me puse por fin manos a la
obra con él, pero me sorprendió para bien.
Hablar, dialogar, intercambiar impresiones, sentir que alguien te entiende, o al
menos, te escucha, desconfiar de las normas sociales establecidas,
cuestionarse la moral… son cosas que normalmente nos cuestionamos, y me
sorprendió que Holden reuniese todas y cada una de las inquietudes, que de
alguna manera tenemos los jóvenes, el libro me enseño que hay gente mala y
por consiguiente gente que sufre, vi en sus páginas una realidad humana
impresionante.
Aprendí en este libro, que los cuentos que me narraban de niño se aplican a la
vida real. Holden es la versión adolescente de Peter Pan, el cual no valora las
experiencias positivas que va teniendo a lo largo del libro, sino que por el
contrario sólo se hunde más y más, aprendí a lo largo de la novela la
importancia de valorar el momento, enfrentarme a cada situación según va
llegando, y la importancia de ser fiel a mi mismo, mientras empiezo a
comprender que no todos nos regimos por los mismos valores. Me invita a
preguntarme sobre qué quiero realmente y asegurarme de que realmente esa
es mi meta, para que la duda no me paralice y sepa tomar esas decisiones que
marcaran mi futuro.
Las actitudes de Holden me impactan y me hacen pensar, pues Holden es un
critico irónico y eso me hace empatizar con él, pero a la vez su crítica me
produce rechazo, ya que intenta agradar y hacerse amigo de aquellos a los que
critica. Al mismo tiempo que es crítico, Holden es una persona empática, capaz
de ponerse en los zapatos de otros, y coincido con él en que las barreras
sociales dificultan la comunicación entre personas.
Hay una frase en el libro que me hizo pensar y es: “La vida es una partida y hay
que vivirla de acuerdo con las reglas del juego". Y al pensar llegue a la
conclusión de que nacemos y morimos, y cada adversidad o problema que
pasa en la vida, o lo superas o mueres en el intento. Pero no solo debo de
solucionar un objetivo, sino todos los que me ponga por delante,
continuamente, hasta morir. Porque de lo que, si estoy muy seguro, es que yo
decido mi destino
Al final el libro me dejó la sensación de que al igual que Holden estoy ante esa
raya que separa la adolescencia del estado adulto, y eso a diferencia de a
Holden no me da miedo, no temo la responsabilidad y el compromiso que se
requieren tener para entrar en ese mundo nuevo, aunque será un proceso en el
que iré aprendiendo paso a paso.

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