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Combinaciones Secretas

Por el Élder Ezra Taft Benson Del Quórum de Doce Apóstales

Discurso de Conferencia General, octubre, 1961.

Mis hermanos, hermanas y amigos, deseo para seguir el espíritu del orador principal de nuestro
querido profeta, y si el Señor me lo permite, hablarles en cuanto al patrimonio americano de la
libertad, un plan de Dios.

Dirijo mis palabras a los hombres de América en especial a aquellos de la Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Últimos Días que poseen el santo sacerdocio de Dios. Cada miembro del
sacerdocio debe entender el plan divino diseñado por el Señor para traer a las primeras personas
libres en tiempos modernos. En las Escrituras, se describe de la siguiente manera:

Primero: Existen muchas profecías en abundancia en donde Dios deliberadamente escondió el


continente americano aún después de que el Imperio Romano se desmoronó y las diversas
naciones se establecieron independientemente en reinos. De esta manera se mantuvo el
continente americano escondido hasta el tiempo adecuado, el cual no fue un accidente. (2 Nefi 1:
6, espacio 8).

Segundo: En el tiempo adecuado, Dios inspiró a Cristóbal Colón a vencer probabilidades


insuperables para descubrir el continente americano y así traer esta nueva y rica tierra al
conocimiento de los gentiles en Europa. (1 Nefi13: 12, Admiral of the Ocean Sea, por el Dr. Samuel
Eliot Morison, Págs. 46–47).

Tercero: Dios reveló a sus antiguos profetas americanos, poco tiempo después del descubrimiento
del continente americano que habría gente de Europa que tendrían el deseo de escapar de la
persecución y la tiranía del viejo mundo y de escapar a América (1 Nefi 13: 13– 16).

Cuarto: Dios indicó a Sus profetas que los reinos en Europa tratarían de ejercitar dominio sobre la
gente que había escapado al continente americano, pero que en las guerras de independencia los
colonos americanos ganarían. (Esta es una profecía sorprendente que se dio 2.300 años antes de
que se peleara la guerra de revolución, Dios, por medio de sus profetas, predijo quién la ganaría).
(1 Nefi 13: 16–19).

Quinto: Se les dijo a los profetas que en los últimos días, cuando los gentiles vinieran al continente
americano, que ellos fundarían una tierra de libertad donde no habría reyes. El Señor declaró que
Él protegería la tierra y quien quiera que tratara de establecer reyes ya sea dentro o fuera,
perecería (2 Nefi 10: 8–14).

Sexto: Una vez que Dios declaró al continente americano para ser una tierra de libertad, contrajo
la responsabilidad de levantar un grupo de líderes inteligentes e inspirados, quienes escribirían
una constitución de libertad y establecerían al primer grupo de gente libre de los tiempos
modernos. La mano de Dios en esta obra se indica con claridad por Dios mismo en una revelación
al profeta José Smith en estas palabras:

“… He establecido la Constitución de este país, por mano de hombres sabios que levanté para este
propósito mismo…” (D. y C. 101:80)

Séptimo: Dios declaró que la constitución de los Estados Unidos fue divinamente inspirada con el
propósito específico de eliminar el cautiverio y la violación de los derechos y de la protección, la
cual pertenece “a toda carne” (D. y C 101: 77–80).

Octavo: Dios puso un mandato sobre su gente para hacerse amigo y defender las leyes
constitucionales de la tierra y ver que los derechos y los privilegios de toda la humanidad se
protejan. Él verificó la declaración de los fundadores de la nación americana, que Dios creó a todos
los hombres libres.

Él también advirtió en contra de aquellos quienes promulgarían leyes que invadirían los sagrados
derechos y los privilegios de los hombres libres. Él insta las elecciones de líderes honestos y sabios
y dijo que tanto hombres malvados como leyes malvadas eran de Satanás (D. y C 98: 5– 10).

Noveno: Dios predicó por medio de sus profetas que esta gran nación gentil, se levantaría en el
continente americano en los últimos días, y que debería ser la nación más poderosa y rica de toda
la faz de la tierra; aún “[elevada] sobre todas las demás naciones” (véase 1 Nefi 13: 15, 30; Éter 2:
12).

Décimo: En cuanto a los Estados Unidos, el señor reveló a sus profetas que la mayor amenaza
sería una enorme “combinación secreta” mundial, donde no sólo amenazaría a los Estados Unidos
sino también intentaría “destruir la libertad de todas las tierras, naciones y países” (Éter 8: 25).

Decimoprimero: En conexión con los ataques a los Estados Unidos, el Señor indicó al profeta José
Smith que habría un atentado para derrocar la nación al destruir la constitución. José Smith
predijo que el tiempo vendría cuando la constitución colgaría, como si fuese de un hilo, y en ese
entonces “esta gente avanzará y la salvará de la amenaza destructora” (Journal History,
declaración de Brigham Young, 4 de julio de 1854).

Es mi convicción que los élderes de Israel, que se encuentran esparcidos en la nación, se reunirán
con éxito en ese tiempo crucial a los justos de nuestra nación y proveerán el equilibrio necesario
de fuerza para salvar las instituciones del gobierno constitucional.

Decimosegundo: El Señor reveló al profeta Nefi que Él estableció a los gentiles en esta tierra para
que fueran una gente libre para siempre, y si fuesen una nación justa y vencieran la maldad y las
abominaciones secretas que saldrían entre ellos, heredarían la tierra para siempre (1 Nefi 14:1–2).

Decimotercero: Pero por un lado, si los gentiles de esta tierra rechazan la palabra de Dios y
conspiran para derrocar la libertad y la constitución, entonces su condena se ha fijado, y“…serán
desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio” (1 Nefi 14: 6; 3 Nefi 21: 11,14, 21;
D. y C. 84: 114–115, 117).

Decimocuarto: La gran fuerza destructiva que se debe desatar en la tierra, y de la cual los profetas
por siglos la han llamado “la abominación desoladora”, se describe vívidamente por aquellos que
la vieron en una visión. Nuestra generación es la primera en darse cuenta de cuan literal estas
profecías pueden cumplirse ahora que Dios, por medio de la ciencia, ha sacado a luz el secreto de
una reacción termonuclear.

En vista a esas profecías, no debe de haber duda en la mente de ningún poseedor del sacerdocio
que la familia humana se dirige hacia los problemas. Nos aguardan días escabrosos. Ha llegado la
hora en que cada hombre que desea hacer su deber debe prepararse física, espiritual y
psicológicamente para la tarea que puede, llegara cualquier hora y tan repentinamente como un
torbellino.

¿Cómo nos encontramos hoy día?

En todo el mundo la luz de la libertad disminuye. La obliteración o anulación total de la libertad se


encuentra a través de todos los continentes de la tierra

En todas las páginas de la historia nunca ha habido ningún movimiento que haya esparcido su
poder tan lejos y tan rápidamente como lo ha hecho la tendencia socialista-comunista en las
últimas tres décadas. Los hechos no son gratos para revisar. Los líderes comunistas se regocijan
con su éxito. Ellos hacen que en cada frente la libertad retroceda. Por lo tanto, es hora de que
cada americano, y especialmente cada miembro del sacerdocio se informe en cuanto a las
aspiraciones, las tácticas, y los planes de tendencias socialista-comunista. En particular, esto llega
a ser importante cuando uno se da cuenta de que el comunismo comienza a ser la imagen terrenal
del plan que Satanás presentó en la preexistencia. Todo el programa de tendencia socialista-
comunista es esencialmente una guerra contra Dios y contra el plan de salvación, el mismo plan
por el cual peleamos para mantener durante “la batalla en el cielo”.

Hasta ahora, algunos miembros del Iglesia han mantenido la distancia, pensando que la lucha en
contra las tendencias socialista-comunista es “controversial” y no está relacionada con la misión
de la Iglesia o la obra del Señor. Pero en nuestros tiempos, el presidente de la Iglesia ha hecho
hincapié de que la lucha contra el comunismo ateo es un gran reto tanto para la Iglesia como para
cada miembro en ella.

En octubre de 1959, durante una conferencia general del Iglesia, el presidente David O. Mckay, al
hablar en cuanto a la amenaza del comunismo, hizo referencia al libro, "The Naked Communist"
(EL COMUNISMO AL DESNUDO), por Cleon Skousen, y dijo: “Amonestó a todos a leer ese libro
excelente”. Después, él hizo mención de una cita que se encuentra en la cubierta de éste:
“El conflicto entre el comunismo y la libertad es la polémica de nuestra época. Y es de mayor
relieve que cualquier otro problema”.

La lucha contra un comunismo ateo es una función real del deber de aquellos que poseen el
sacerdocio. Es la lucha en contra: La esclavitud, la inmoralidad, el ateísmo, el terrorismo, la
crueldad, el barbarismo, el engaño y la destrucción de la vida humana por medio de un tipo de
tiranía que va más allá de cualquier evento en las páginas de la historia humana. He aquí una lucha
entre la maldad y superchería satánica de Lucifer. En verdad se le puede llamar, “una extensión de
la guerra en los cielos”. Durante la guerra en los cielos, el diablo abogó a favor de una seguridad
eterna y absoluta al sacrificar nuestra libertad. Aunque no haya nada más deseable para un santo
de los últimos días que la seguridad eterna en la presencia de Dios; sin embargo, Dios sabía, al
igual que nosotros, que algunos no lograríamos esta seguridad, si se nos concedía nuestra libertad.
A pesar de todo, el mismo Dios de los cielos, quien posee mayor misericordia que todos nosotros,
aun así decretó que no habría ninguna garantía de seguridad excepto a causa del libre albedrío y
de la iniciativa individual.

Hoy en día, el diablo disfrazado como un lobo con nueva ropa de cordero, atrae a algunos
hombres, tanto dentro como fuera de la Iglesia, repite como un loro al abogar sus palabras a los
partidarios de planes gubernamentales de programas de seguridad garantizada por al precio de
nuestra libertad. Se les debe recordar a los santos de los últimos días el por qué y cómo ellos
votaron en los cielos. Si algunos han decidido cambiar su voto, deben arrepentirse— sostengan sin
reserva alguna la causa de la libertad— y cesen de promover esta subversión. Cuando ponemos a
un lado todos los adornos, fingimientos y la propaganda, la estructura central expuesta del
comunismo moderno es sorprendentemente parecida a las sociedades secretas tales como la
banda de Gadiantón en el registro antiguo del Libro de Mormón. En la civilización antigua de las
Américas, no había palabra alguna que sembrara tan gran temor en el corazón de la gente que el
nombre de la banda de Gadiantón. Ésta era un partido político secreto que operaba como un culto
asesino. Su propósito era infiltrarse legítimamente en el gobierno, colocar a sus oficiales en
puestos importantes y después tomar el poder y vivir del botín apropiado de la gente. (Comienza
por un pequeño grupo de “disidentes” utilizando pactos secretos con amenaza de muerte para los
tránsfugos y gradualmente obtiene dominio tanto en la vida política como de la económica de
civilizaciones enteras). El propósito de la banda de Gadiantón, al igual que de los comunistas
modernos, era de destruir el gobierno existente y de organizar un sistema de dictadura criminal
despiadada sobre toda la tierra.

Una de las apelaciones conmovedoras y de mayor urgencia de Moroni, al finalizar el Libro de


Mormón, fue al dirigirse a las naciones gentiles de los últimos días. Él llegó a ver el auge de una
gran combinación secreta mundial entre los gentiles la cual “… procura destruir la libertad de
todas las tierras, naciones y países;…” (Éter8:25, cursiva agregada). Advirtió a toda nación gentil
de los últimos días de librarse de esta conspiración criminal monumental que buscaría reinar el
mundo. Los profetas de nuestros días, continuamente nos advierten de estas amenazas internas
de nuestro alrededor—y que nuestra mayor amenaza del comunismo-socialista está dentro de
nuestro propio país. Hermanos y hermanas, no necesitamos a un profeta, tenemos uno—
necesitamos aguzar el oído. Si no oímos ni prestamos atención, entonces, sucederá tal y como
leemos en Doctrina y Convenios: “…y vendrá el día en que aquellos que no oyeren la voz del Señor,
ni la voz de sus siervos, ni prestaren atención a las palabras de los profetas y apóstoles, serán
desarraigados de entre el pueblo” (D. y C. 1:14).

Los profetas han dicho que estas amenazas están entre nosotros. El profeta Moroni, al ver
nuestros días, dijo:

“Por consiguiente, el Señor os manda que cuando veáis surgir estas cosas entre vosotros, que
despertéis a un conocimiento de vuestra terrible situación” (Éter 8:24).

Desafortunadamente nuestra nación no ha tratado al comunista-socialista como “un traidor a


nuestras instituciones libres”, como la Primera Presidencia señaló en una declaración firmada en
1936. Si continuamos apoyando al comunismo al no contarlo como traición, nuestra tierra será
destruida, porque el Señor ha dicho que: “…cualquier nación que apoye tales combinaciones, para
obtener poder y ganancia, hasta esparcirse por toda la nación, he aquí serán destruidas;…” (Éter
8:22).El profeta Moroni describió cómo las combinaciones secretas tomarían posesión de una
nación y lucharían en contra de la obra del Señor, perseguirían a los justos y asesinarían a aquellos
quienes se opongan.

Moroni, por lo tanto, procedió a hacer una descripción de las obras de las antiguas
“combinaciones secretas” para que el hombre moderno reconozca esta gran conspiración política
en estos últimos días; “Por lo tanto, oh gentiles, está en la sabiduría de Dios que se os muestren
estas cosas, a fin de que así os arrepintáis de vuestros pecados, y no permitáis que os dominen
estas combinaciones asesinas, que se instituyen para adquirir poder y riquezas, ni que os
sobrevenga la obra, sí, la obra misma de destrucción…

“Por consiguiente, el Señor os manda que cuando veáis surgir estas cosas entre vosotros, que
despertéis a un conocimiento de vuestra terrible situación, por motivo de esta combinación
secreta que existirá entre vosotros;…

“Porque sucede que quien la establece procura destruir la libertad de todas las tierras, naciones y
países; y lleva a cabo la destrucción de todo pueblo, porque la edifica el diablo, que es el padre de
todas las mentiras;…” (Éter 8:23–25, cursiva añadida)

El profeta Moroni se veía grandemente deseoso para que en nuestros días no perdiéramos la
habilidad de reconocer el hecho importante de que las mismas sociedades secretas que
destruyeron a los Jareditas y aniquilaron vastos reinos tanto de los Nefitas como los Lamanitas
serían exactamente el mismo tipo de conspiración criminal que sugería entre las naciones gentiles
de nuestros días. Las estratagemas de los líderes de estas sociedades son grandemente familiares
para cualquiera que haya estudiado las tácticas de los líderes modernos del comunismo.

El Señor ha declarado que antes de la segunda venida de Cristo, sería necesario “…destruir las
obras secretas de tinieblas,…”para así preservar la tierra de Sión, Las Américas. (2 Nefi10:11–
16).Fácilmente se identifica la conjura secreta mundial que ha surgido en nuestros días para
cumplir estas profecías. El presidente McKay ha sido tan claro para que no haya duda en cuanto a
la posición que los santos de los últimos días deben tomar en cuanto a las “combinaciones
secretas” modernas del comunismo conspirador. En una extensa declaración en cuanto al
comunismo, él dijo: “…Los santos de los últimos días no deben tener nada que ver con las
combinaciones secretas, ni con grupos antagónicos a la ley constitucional de la tierra, cuya ley el
Señor ‘ha permitido que se estableciera’, y la cual ‘debe perseverarse para los derechos y la
protección de toda carne, conforme a los principios justos y santos” (Gospel Ideals, de David O.
Mckay, pág. 306, cursiva añadida).

Hay algunos que recomiendan que el enfrentamiento entre el comunismo y la libertad se eviten
por medio de tratos de desarme. El suprimir nuestra fuerza militar y adoptar un contrato que no
sea forzoso como un substituto para prometernos, se escribirá en las páginas dela historia como el
mayor error que hombres libres pudiesen haber cometido en una época de peligro.

El presidente McKay declaró:

“La fuerza reina en el mundo hoy en día; subsecuentemente, nuestro gobierno debe mantener
tropas en el extranjero, construir escuadrones navales y aéreos, crear bombas atómicas para
protegerse de la agresión amenazadora de una nación que parece que no escucha el llamado que
el de la obligación” (Gospel Ideals, de David O. Mckay, pág. 304).

Eso es un paralelismo con la declaración histórica de George Washington cuando advirtió


vigorosamente: “Hay un rango oportuno de los Estados Unidos entre las naciones que estarán
totalmente perdidas bajo una reputación marginada como débil. Si eludiéramos insultos, debemos
ser capaces de repugnarlos, si aseguramos la paz, se debe saber que en todo tiempo estamos
listos para la guerra”. Algunos líderes tímidos y vacilantes anuncian que el comunismo es algo con
lo que tendremos que aprender a vivir… ya sea Khrushchev o cualquier otro líder. Ellos declaran
que el sistema comunista actual, continuará porque no hay otro sistema alternativo para
remplazar al comunismo. La política del poder creciente de fomentar su sistema al extenderse y
usar al partido comunista, dicen ellos, continuará. Dicha actitud negativa destroza a los cientos de
millones detrás del Telón de Acero como una causa perdida. Seguramente ningún ciudadano
valiente que ame a la libertad considerará la combinación secreta del comunismo como “algo con
lo que tendremos que aprender a vivir”.

Hay un punto de vista más valiente y sensato. El presidente McKay lo expresó en las siguientes
palabras:

“Los hombres serán libres. Por 20 años he tenido la esperanza de que el sistema ruso se disolviera.
No hay libertad en él y tarde o temprano la gente se levantará en su contra. No se pueden oponer
ni a los fundamentos de la civilización ni a Dios. No podrán siempre agobiar a su gente. Los
hombres serán libres”. (Sección de la Iglesia, Deseret News, 6 de noviembre de 1957, en un
artículo titulado, President McKay receives Senador Kennedy at Church Offices”).
¿Cuál es la posición oficial de la Iglesia en cuanto al comunismo?

En 1936, la Primera Presidencia hizo una declaración oficial en lo que concierne el comunismo,
dicha declaración nunca ha sido abrogada. Hago una referencia al párrafo final:

“Hacemos un llamado a todos los miembros de la Iglesia para que eviten completamente el
comunismo. La seguridad de nuestro divino gobierno constitucional inspirado y el bienestar de
nuestra Iglesia requieren imperativamente que el comunismo no tome lugar en América”.

Debemos siempre recordar que el socialismo colectivo es parte de la estrategia comunista. El


comunismo es fundamentalmente el socialismo. Nunca ganaremos nuestra lucha en contra del
comunismo al hacer concesiones al socialismo. El comunismo y el socialismo, con lazos estrechos,
deben ser derrotados en principio. El vínculo estrecho entre el socialismo y el comunismo
claramente lo muestra el senador Strom Thurmond de Carolina del Sur en una carta al editor del
Washington Post, fechada el 6de agosto de 1961, en las siguientes palabras:

“…Tanto el socialismo como el comunismo se derivan de las enseñanzas de Marx y Engels. De


hecho, los movimientos eran uno hasta que se dividieron en cuanto a los métodos de dirección, lo
cual resultó después de la revolución rusa de1905… La meta y propósito de ambos era, en ese
entonces y lo sigue siendo, el socialismo mundial, el cual el comunismo intenta lograr por medio
de la revolución y por lo cual los socialistas procuran obtener a través de la evolución.

“Los logros industriales de los EE.UU. son el resultado de un sistema económico el cual es la
antítesis del socialismo. Nuestro sistema económico se le llama “capitalismo” o “la iniciativa
privada” y se basa en los derechos de propiedad privada, el motivo de ganancia y competición.

Tanto el comunismo como el socialismo procuran destruir nuestro sistema económico y


remplazarlo por el socialismo; y su éxito, ya sea por la evolución por medio del socialismo o por la
revolución por medio del comunismo o por una combinación de ambos, destruirá no sólo nuestro
sistema económico, pero nuestra libertad, incluso los aspectos ‘civiles’ también…

“…el ‘común denominador’ del socialismo y del comunismo es un factor del cual la gente de
América debe estar alerta. Sin un claro entendimiento de que el comunismo es socialismo, el
peligro total y la amenaza de la guerra fría nunca podrá comprenderse y pelearse hasta obtener la
victoria”.

Cuando el socialismo se entienda, nos daremos cuenta de que muchos de los programas de apoyo
y muchos de los que ya están en función en los EE.UU. están claramente dentro de la categoría del
socialismo.

¿Qué es socialismo?

Es simplemente posesión gubernamental y administración de los recursos básicos para la


producción y la distribución de bienes.
Nunca debemos de olvidar que las naciones tienen el potencial de sembrar las semillas de su
propia destrucción mientras disfrutan de una prosperidad sin precedentes. La conspiración
socialista-comunista para debilitar a los Estados Unidos implica ataques en muchos frentes. La
debilitación de la economía de la empresa libre, la cual tuvo mayor rendimiento tanto de sus
enemigos como la de sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial, es un blanco de alta
prioridad para los líderes comunistas. Tanto la prensa como otros medios de propaganda están
por lo tanto continuamente vendiendo los principios de control centralizado o control federal de:
granjas, ferrocarriles, electricidad, escuelas, acero, embarques de mercancía y muchos otros
aspectos de la economía, pero siempre en el nombre del bienestar público. Eso lleva a cabo la
estrategia impuesta por los grandes comunistas. John Strachey, un oficial de alto rango del partido
socialista de trabajadores de la Gran Bretaña, dijo lo siguiente en su libro titulado, The Theory and
Practice of Socialism (La teoría y la práctica del socialismo)

“Es imposible establecer el comunismo como un sucesor inmediato del capitalismo. Por
consiguiente se propone establecer el socialismo como algo que pueda tomar el lugar de nuestro
actual capitalismo decadente. Por lo tanto, los comunistas laboran por el establecimiento del
socialismo como una etapa de transición necesaria en el camino del comunismo”.

Hoy, el tema de suma importancia es la libertad en contra del socialismo que se presenta
sigilosamente. Es de este tema que el presidente McKay afirmó:

“El comunismo es un sistema antagónico a la manera de la vida americana. Su propósito declarado


es destruir la creencia en Dios y la libre empresa… la fomentación de la plena libertad económica
yace en los cimientos de nuestras libertades. Solamente al perpetuar nuestra libertad económica,
nuestras libertades sociales, políticas, y religiosas pueden ser preservadas”.(Extracto de una
declaración inaugural del Dr. Henry A Dixon, presidente de USU [Universidad Utah State]
pronunciado por el presidente McKay en el recinto universitario de USU, Logan, Utah, lunes 18 de
marzo de 1954).

Una vez más, el presidente McKay advirtió al hacer referencia a las palabras de W. C. Mullendore,
presidente de la compañía Edison de California del Sur:

“Durante la primera mitad del siglo veinte hemos viajado lejos dentro de la tierra del alma
destructora del socialismo y hemos hecho alianzas extrañas por medio de las cuales nos hemos
involucrado en casi guerras tanto activas como guerras frías por todo el mundo. En esta retirada
de la libertad, las voces de los ciudadanos en protesta han sido ahogadas por los gritos estridentes
de la intolerancia y del maltrato del aquellos que guían la retirada de sus millones de jóvenes
incrédulos que marchan felizmente hacía su perdición llevando pancartas en las cuales están
inscritas aquellas fascinantes declaraciones erróneas como justicia social, reforma, patriotismo, y
asistencia social (Gospel Ideals, p. 273).

Es de gran trascendencia que, este mes, hace118 años el Profeta José Smith, después de haber
asistido a clases en cuanto al socialismo, hizo esta declaración oficial en la historia de la iglesia:
“Dije que no creía la doctrina” (History of the Church, vol.6, pág. 33).
Ningún santo de los últimos días, ni ningún americano puede ser socialista ni comunista ni apoyar
a los programas que lleven a esa dirección. Esas filosofías malvadas son incompatibles con el
mormonismo, el Evangelio verdadero de Jesucristo.

¿Qué deben de hacer los poseedores del sacerdocio?

Existen muchas cosas que podemos hacer para enfrentar el desafío del adversario en nuestros
días.

*Primero: Debemos de informarnos en cuanto al comunismo, en cuanto al socialismo, y en cuanto


al americanismo. Qué mejor manera de que uno pueda informarse primero al estudiar las palabras
inspiradoras de los profetas y usarlas como cimientos en contra todo otro material que deseemos
poner a prueba. Esto está en armonía con el lema del profeta José Smith: “Cuando el Señor
manda, hazlo”. (History of the Church, Vol. 2, pág. 170).

La fundación para la educación económica, Irvington-on-Hudson, New York, en la cual el


presidente J. Reuben Clark, Jr., sirvió como miembro de la junta directiva, continúa suministrando
la literatura de la libertad razonable. Debemos tener el conocimiento suficiente en cuanto a la
libre empresa americana para poder defenderla. Debemos saber qué hace posible que el seis por
ciento de la humanidad, que vive bajo nuestra economía libre, produzca aproximadamente la
mitad de la riqueza de las tierras en desarrollo cada año. Debemos saber por qué el paternalismo,
colectivismo, o la supervisión innecesaria federal mantendrá nuestra norma debida abajo y reduce
la productividad así como lo ha hecho en cada país en donde se ha intentado. También debemos
saber por qué los líderes comunistas consideran el socialismo como la carretera que lleva al
comunismo

*Segundo: Debemos aceptar el mandamiento del Señor y tratar el social-comunismo como una
herramienta de Satanás. Debemos seguir el consejo del presidente de la Iglesia y resistir la
influencia y la política de la conjura socialista-comunista doquier se encuentre: en las escuelas, en
las Iglesias, en los gobiernos, en los sindicatos, en los negocios, en la agricultura.

*Tercero: Debemos ayudar aquellos que han sido engañados o que han sido mal informados para
que ellos encuentren la verdad. A menos de que cada persona que conoce la verdad “se levante y
no se quede callado” será difícil que los ciudadanos que han sido engañados o confundidos
encuentren el camino de regreso.

*Cuarto: No debemos cometer el error de llamar a a gente “comunista” sólo porque se


encuentran ayudando la causa comunista. Miles de americanos patrióticos, incluyendo algunos
santos de los últimos días, han ayudado a los comunistas sin darse cuenta. Otros lo han hecho a
sabiendas sin unirse al partido. El remedio es evitar llamarlos por ese nombre, pero indicar clara y
persuasivamente como ellos ayudan a los comunistas.

*Quinto: Cada poseedor de sacerdocio debe usar su influencia en la comunidad para resistir el
proceso de erosión que se está llevando a cabo en nuestra vida política y económica. Dicho
poseedor debe usar el partido político de su preferencia para expresar su evaluación de temas
importantes. Él debe ver que su partido trabaje para preservar la libertad y no destruirla. Él debe
unirse a grupos responsables locales interesados en promover la libertad y la empresa libre
competitiva, al estudiar los temas políticos, al evaluar los registros de voto y los programas
propuestos, escribir a los miembros del congreso, promover a buenos hombres en cargos públicos
y escrutar agencias tanto estatales como federales para ver que la voluntad de la gente se lleve a
cabo. Él no debe esperar que los siervos del Señor den instrucción en cada detalle una vez que
ellos hayan anunciado la dirección en la que el sacerdocio debe seguir. Cada miembro debe orar y
decidir en buen juicio que decisión deben tomar y después actuar.

*Sexto: Y el más importante de todos, cada miembro del sacerdocio debe poner su casa en orden.

Esto incluye:

1. Tener con regularidad la oración familiar y recordar especialmente en ella a nuestros líderes
gubernamentales.

2. Salir de deudas.

3. Ver que cada miembro de la familia entienda la importancia de guardar los mandamientos.

4. Asegurarse de que la verdad se comparta con miembros de la familia, vecinos y amigos.

5. Ver que cada miembro cumpla con su deber en el sacerdocio, en las organizaciones auxiliares,
en el templo, y en el aspecto cívico de su comunidad.

6. Ver que cada persona que aporta ingresos al hogar pague un diezmo íntegro y cumpla con otras
obligaciones de apoyo financiero en el reino.

7. Almacenar un año de provisiones esenciales.

Al hacer estas cosas, un miembro de la Iglesia no sólo se hace a si mismo oponente al adversario,
si no es un proponente del Señor. En las profecías no hay promesa alguna excepto a los
obedientes.

Un profeta moderno del Señor dijo:

“Por tanto, lo que digo a uno lo digo a todos: Velad, porque el adversario extiende sus dominios y
las tinieblas reinan; Y la ira de Dios se enciende contra los habitantes de la tierra… os doy
instrucciones en cuanto a la manera de conduciros delante de mí, a fin de que se torne para
vuestra salvación.

“Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; más cuando no hacéis lo que os digo,
ninguna promesa tenéis” (D. y C. 82:5–6, 9–10)

Que Dios nos dé la sabiduría para reconocer la amenaza a nuestra libertad y la fortaleza para
afrontar este peligro con valor.
Sí, tiempos peligrosos se aproximan, pero si cumplimos con nuestro deber en todas las cosas, Dios
nos dará la paz interna y reinará en todas las cosas para nuestro bien. Que Dios nos lo conceda, es
mi oración, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Nota: En esta época de 1961 no todos los discursos de la conferencia general fueron traducidos a
español ya que esto no se realizaba. Éste fue unos que no fueron traducidos. Por tanto la versión
de inglés puede ser ubicada por los miembros.

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