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CONVENCIÓN PARA LA PROTECCIÓN DE LOS BIENES CULTURALES EN CASO

DE CONFLICTO ARMADO Y REGLAMENTO PARA LA APLICACIÓN DE LA


CONVENCIÓN 1954
La Haya, 14 de mayo de 1954
Las Altas Partes Contratantes,
Reconociendo que los bienes culturales han sufrido graves daños en el curso de los
últimos conflictos armados y que, como consecuencia del desarrollo de la técnica de la
guerra, están cada vez más amenazados de destrucción;
Convencidas de que los daños ocasionados a los bienes culturales pertenecientes a
cualquier pueblo constituyen un menoscabo al patrimonio cultural de toda la
humanidad, puesto que cada pueblo aporta su contribución a la cultura mundial;
Considerando que la conservación del patrimonio cultural presenta una gran
importancia para todos los pueblos del mundo y que conviene que ese patrimonio
tenga una protección internacional;
Inspirándose en los principios relativos a la protección de los bienes culturales en caso
de conflicto armado, proclamados en las Convenciones de La Haya de 1899 y de 1907
y en el Pacto de Washington del 15 de abril de 1935;
Considerando que esta protección no puede ser eficaz a menos que se organice en
tiempo de paz, adoptando medidas tanto en la esfera nacional como en la
internacional;
Resueltas a adoptar todas las disposiciones posibles para proteger los bienes
culturales;

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CONVENCIÓN SOBRE LAS MEDIDAS QUE DEBEN ADOPTARSE PARA


PROHIBIR E IMPEDIR LA IMPORTACIÓN, LA EXPORTACIÓN Y LA
TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD ILÍCITAS DE BIENES CULTURALES 1970
París, 14 de noviembre de 1970.
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, en su 16a reunión, celebrada en París, del 12 de octubre al 14
de noviembre de 1970,
Recordando la importancia de las disposiciones de la Declaración de los principios de
la cooperación cultural internacional que la Conferencia General aprobó en su 14a
reunión,
Considerando que el intercambio de bienes culturales entre las naciones con fines
científicos, culturales y educativos aumenta los conocimientos sobre la civilización
humana, enriquece la vida cultural de todos los pueblos e inspira el respecto mutuo y
la estima entre las naciones,
Considerando que los bienes culturales son uno de los elementos fundamentales de la
civilización y de la cultura de los pueblos, y que sólo adquieren su verdadero valor
cuando se conocen con la mayor precisión su origen, su historia y su medio,
Considerando que todo Estado tiene el deber de proteger el patrimonio constituido por
los bienes culturales existentes en su territorio contra los peligros de robo, excavación
clandestina y exportación ilícita,
Considerando que para evitar esos peligros es indispensable que todo Estado tenga
cada vez más conciencia de las obligaciones morales inherentes al respeto de su
patrimonio cultural y del de todas las naciones,
Considerando que los museos, las bibliotecas y los archivos, como instituciones
culturales, deben velar por que la constitución de sus colecciones se base en
principios morales universalmente reconocidos,
Considerando que la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas
de los bienes culturales dificultan la comprensión mutua de las naciones que la
UNESCO tiene el deber de favorecer, entre otras formas, recomendando a los Estados
interesados que concierten convenciones internacionales con ese objeto,
Considerando que, para ser eficaz, la protección del patrimonio cultural debe
organizarse tanto en el plano nacional como en el internacional, y que exige una
estrecha colaboración entre los Estados,
Considerando que la Conferencia General de la UNESCO aprobó ya en 1964 una
Recomendación con este objeto,
Habiendo examinado nuevas propuestas relativas a las medidas destinadas a prohibir
e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de
bienes culturales, cuestión que constituye el punto 19 del orden del día de la reunión,
Después de haber decidido, en la 15a reunión, que esta cuestión sería objeto de una
convención internacional, aprueba el día catorce de noviembre de 1970, la presente
Convención.

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CONVENCIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y


NATURAL DEL MUNDO (CONFERENCIA DE PARÍS DE 1972).
Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, en su 17a, reunión celebrada en París del 17 de octubre al 21
de noviembre de 1972.
Constatando que el patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más
amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro sino
también por la evolución de la vida social y económica que las agrava con fenómenos
de alteración o de destrucción aún más temibles,
Considerando que el deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio cultural y
natural constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos los pueblos del
mundo,
Considerando que la protección de ese patrimonio a escala nacional es en muchos
casos incompleto, dada la magnitud de los medios que requiere y la insuficiencia de
los recursos económicos, científicos y técnicos del país en cuyo territorio se encuentra
el bien que ha de ser protegido,
Teniendo presente que la Constitución de la Unesco estipula que la Organización
ayudará a la conservación, al progreso y a la difusión del saber, velando por lav
conservación y la protección del patrimonio universal, y recomendando a los
interesados las convenciones internacionales que sean necesarias para ese objeto,
Considerando que las convenciones, recomendaciones y resoluciones internacionales
existentes en favor de los bienes culturales y naturales, demuestran la importancia que
tiene para todos los pueblos del mundo, la conservación de esos bienes únicos e
irremplazables de cualquiera que sea el país a que pertenezcan,
Considerando que ciertos bienes del patrimonio cultural y natural presentan un interés
excepcional que exige se conserven como elementos del patrimonio mundial de la
humanidad entera,
Considerando que, ante la amplitud y la gravedad de los nuevos peligros que les
amenazan, incumbe a la colectividad internacional entera participar en la protección
del patrimonio cultural y natural de valor universal excepcional prestando una
asistencia colectiva que sin reemplazar la acción del Estado interesado la complete
eficazmente,
Considerando que es indispensable adoptar para ello nuevas disposiciones
convencionales que establezcan un sistema eficaz de protección colectiva del
patrimonio cultural y natural de valor excepcional organizada de una manera
permanente, y según métodos científicos y modernos,
Habiendo decidido, en su décimosexta reunión, que esta cuestión sería objeto de una
Convención internacional,
Aprueba en este día dieciséis de noviembre de 1972, la presente Convención:

CONVENCIÓN PARA LA SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL


INMATERIAL 2003
Paris, 17 de octubre de 2003
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, denominada en adelante “la UNESCO”, en su 32ª reunión,
celebrada en París del veintinueve de septiembre al diecisiete de octubre de 2003,
Refiriéndose a los instrumentos internacionales existentes en materia de derechos
humanos, en particular a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, al
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 y al
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966,
Considerando la importancia que reviste el patrimonio cultural inmaterial, crisol de la
diversidad cultural y garante del desarrollo sostenible, como se destaca en la
Recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y
popular de 1989, así como en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la
Diversidad Cultural de 2001 y en la Declaración de Estambul de 2002, aprobada por la
Tercera Mesa Redonda de Ministros de Cultura,
Considerando la profunda interdependencia que existe entre el patrimonio cultural
inmaterial y el patrimonio material cultural y natural,
Reconociendo que los procesos de mundialización y de transformación social por un
lado crean las condiciones propicias para un diálogo renovado entre las comunidades
pero por el otro también traen consigo, al igual que los fenómenos de intolerancia,
graves riesgos de deterioro, desaparición y destrucción del patrimonio cultural
inmaterial, debido en particular a la falta de recursos para salvaguardarlo,
Consciente de la voluntad universal y la preocupación común de salvaguardar el
patrimonio cultural inmaterial de la humanidad,
Reconociendo que las comunidades, en especial las indígenas, los grupos y en
algunos casos los individuos desempeñan un importante papel en la producción, la
salvaguardia, el mantenimiento y la recreación del patrimonio cultural inmaterial,
contribuyendo con ello a enriquecer la diversidad cultural y la creatividad humana,
Observando la labor trascendental que realiza la UNESCO en la elaboración de
instrumentos normativos para la protección del patrimonio cultural, en particular la
Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972,
Observando además que todavía no se dispone de un instrumento multilateral de
carácter vinculante destinado a salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial,
Considerando que convendría mejorar y completar eficazmente los acuerdos,
recomendaciones y resoluciones internacionales existentes en materia de patrimonio
cultural y natural mediante nuevas disposiciones relativas al patrimonio cultural
inmaterial,
Considerando la necesidad de suscitar un mayor nivel de conciencia, especialmente
entre los jóvenes, de la importancia del patrimonio cultural inmaterial y de su
salvaguardia,
Considerando que la comunidad internacional debería contribuir, junto con los Estados
Partes en la presente Convención, a salvaguardar ese patrimonio, con voluntad de
cooperación y ayuda mutua,
Recordando los programas de la UNESCO relativos al patrimonio cultural inmaterial,
en particular la Proclamación de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de
la humanidad,
Considerando la inestimable función que cumple el patrimonio cultural inmaterial como
factor de acercamiento, intercambio y entendimiento entre los seres humanos,

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CONVENCIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN Y LA PROMOCIÓN DE LA DIVERSIDAD


DE LAS EXPRESIONES CULTURALES
París, 20 de octubre de 2005
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, en su 33ª reunión, celebrada en París del 3 al 21 de octubre de
2005,
Afirmando que la diversidad cultural es una característica esencial de la humanidad,
Consciente de que la diversidad cultural constituye un patrimonio común de la
humanidad que debe valorarse y preservarse en provecho de todos,
Consciente de que la diversidad cultural crea un mundo rico y variado que acrecienta
la gama de posibilidades y nutre las capacidades y los valores humanos, y constituye,
por lo tanto, uno de los principales motores del desarrollo sostenible de las
comunidades, los pueblos y las naciones,
Recordando que la diversidad cultural, tal y como prospera en un marco de
democracia, tolerancia, justicia social y respeto mutuo entre los pueblos y las culturas,
es indispensable para la paz y la seguridad en el plano local, nacional e internacional,
Encomiando la importancia de la diversidad cultural para la plena realización de los
derechos humanos y libertades fundamentales proclamados en la Declaración
Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos universalmente reconocidos,
Destacando la necesidad de incorporar la cultura como elemento estratégico a las
políticas de desarrollo nacionales e internacionales, así como a la cooperación
internacional para el desarrollo, teniendo en cuenta asimismo la Declaración del
Milenio de las Naciones Unidas (2000), con su especial hincapié en la erradicación de
la pobreza,
Considerando que la cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y el espacio
y que esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades
y en las expresiones culturales de los pueblos y sociedades que forman la humanidad,
Reconociendo la importancia de los conocimientos tradicionales como fuente de
riqueza inmaterial y material, en particular los sistemas de conocimiento de los pueblos
autóctonos y su contribución positiva al desarrollo sostenible, así como la necesidad
de garantizar su protección y promoción de manera adecuada,
Reconociendo la necesidad de adoptar medidas para proteger la diversidad de las
expresiones culturales y sus contenidos, especialmente en situaciones en las que las
expresiones culturales pueden correr peligro de extinción o de grave menoscabo,
Destacando la importancia de la cultura para la cohesión social en general y, en
particular, las posibilidades que encierra para la mejora de la condición de la mujer y
su papel en la sociedad,
Consciente de que la diversidad cultural se fortalece mediante la libre circulación de
las ideas y se nutre de los intercambios y las interacciones constantes entre las
culturas,
Reiterando que la libertad de pensamiento, expresión e información, así como la
diversidad de los medios de comunicación social, posibilitan el florecimiento de las
expresiones culturales en las sociedades,
Reconociendo que la diversidad de expresiones culturales, comprendidas las
expresiones culturales tradicionales, es un factor importante que permite a los pueblos
y las personas expresar y compartir con otros sus ideas y valores,
Recordando que la diversidad lingüística es un elemento fundamental de la diversidad
cultural, y reafirmando el papel fundamental que desempeña la educación en la
protección y promoción de las expresiones culturales,
Teniendo en cuenta la importancia de la vitalidad de las culturas para todos,
especialmente en el caso de las personas pertenecientes a minorías y de los pueblos
autóctonos, tal y como se manifiesta en su libertad de crear, difundir y distribuir sus
expresiones culturales tradicionales, así como su derecho a tener acceso a ellas a fin
de aprovecharlas para su propio desarrollo,
Subrayando la función esencial de la interacción y la creatividad culturales, que nutren
y renuevan las expresiones culturales, y fortalecen la función desempeñada por
quienes participan en el desarrollo de la cultura para el progreso de la sociedad en
general,
Reconociendo la importancia de los derechos de propiedad intelectual para sostener a
quienes participan en la creatividad cultural,
Persuadida de que las actividades, los bienes y los servicios culturales son de índole a
la vez económica y cultural, porque son portadores de identidades, valores y
significados, y por consiguiente no deben tratarse como si sólo tuviesen un valor
comercial,
Observando que los procesos de mundialización, facilitados por la evolución rápida de
las tecnologías de la información y la comunicación, pese a que crean condiciones
inéditas para que se intensifique la interacción entre las culturas, constituyen también
un desafío para la diversidad cultural, especialmente en lo que respecta a los riesgos
de desequilibrios entre países ricos y países pobres,
Consciente de que la UNESCO tiene asignado el cometido específico de garantizar el
respeto de la diversidad de culturas y recomendar los acuerdos internacionales que
estime convenientes para facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la
palabra y de la imagen,
Teniendo en cuenta las disposiciones de los instrumentos internacionales aprobados
por la UNESCO sobre la diversidad cultural y el ejercicio de los derechos culturales, en
particular la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de 2001,

http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/cultural-diversity/cultural-expressions/the-
convention/convention-text/

Carta de Atenas (1931)


https://en.unesco.org/sites/default/files/
guatemala_carta_de_atenas_1931_spa_orof.pdf

CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA CONSERVACION Y LA RESTAURACION DE


MONUMENTOS Y SITIOS

VENECIA 1964

Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los


pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones
seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores
humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones
futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos
en toda la riqueza de su autenticidad.
Por lo tanto, es esencial que los principios que deben presidir la conservación y la
restauración de los monumentos sean establecidos de común y formulados en un plan
internacional dejando que cada nación cuide de asegurar su aplicación en el marco de
su propia cultura y de sus tradiciones.
Dando una primera forma a estos principios fundamentales, la Carta de Atenas de
1931 ha contribuido al desarrollo de un vasto movimiento internacional, que se ha
traducido principalmente en los documentos nacionales, en la actividad del ICOM y de
la UNESCO y en la creación, por esta última, de un Centro internacional de estudios
para la conservación de los bienes culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico se
han vertido sobre problemas cada vez más complejos y más utiles; también ha llegado
el momento de volver a examinar los principios de la Carta a fin de profundizar en ellos
y de ensanchar su contenido en un nuevo documento.
En consecuencia, el II Congreso Internacional de Arquitectos y de Técnicos de
Monumentos Históricos, reunido en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964, ha
aprobado el siguiente texto:

https://www.icomos.org/charters/venice_sp.pdf

INFORME FINAL DE LA REUNIÓN SOBRE CONSERVACIÓN Y UTILIZACIÓN DE


MONUMENTOS Y LUGARES DE INTERÉS HISTÓRICO Y ARTÍSTICO
Normas de Quito (1967)

La inclusión del problema que representa la necesaria conservación y utilización del


patrimonio monumental en la relación de esfuerzos multinacionales que se
comprometen a realizar los Gobiernos de América, resulta alentador en un doble
sentido. En primer término, porque con ello los Jefes de Estado dejan reconocida, de
manera expresa. la existencia de una situacion de urgencia que reclama la
cooperación interamericana, y en segundo lugar, porque siendo la razón fundamental
de la Reunión de Punta del Este el común propósito de dar un nuevo impulso al
desarrollo del Continente, se está aceptando implícitamente que esos bienes del
patrimonio cultural representan un valor económico y son susceptibles de erigirse en
instrumentos del progreso. El acelerado proceso de empobrecimiento que vienen
sufriendo una mayoría de países americanos como consecuencia del estado de
abandono e indefensión en que se halla su riqueza monumental y artística, demanda
la adopción de medidas de emergencia, tanto a nivel nacional como internacional, pero
la eficacia práctica de las mismas depender, en último término, de su adecuada
formulación dentro de un plan sistemático de revalorización de los bienes
patrimoniales en función del desarroIlo económico.social. Las recomendaciones del
presente informe van dirigidas en ese sentido y se contraen, específicamente, a la
adecuada conservación y utilización de los monumentos y lugares de interés
arqueológico, histórico y artístico, de conformidad con lo que se dispone en el Capitulo
V, Esfuerzos Multinacionales, literal d) , de la Declaración de los Presidentes de
America. No obstante precisa reconocer que, dada la íntima relación que guardan
entre sí el continente arquitectónico y el contenido artístico, resulta imprescindible
extender la debida protección a otros bienes muebles y objetos valiosos del patrimonio
cultural a fin de evitar que se sigan deteriorando y sustrayendo impunemente y de
procurar, asimismo, que contribuyan al logro de los fines perseguidos mediante su
adecuada exhibición de acuerdo con la moderna técnica museográfica.

https://www.icomos.org/charters/quito.htm

MESA REDONDA DE SANTIAGO DE CHILE 1972


Los cambios sociales, económicos y culturales que se están produciendo en el mundo,
y sobre todo, en muchas de las zonas subdesarrolladas, constituyen un reto a la
museología.
El momento que vive la humanidad es de profunda crisis: La tecnología ha propiciado
un gigantesco adelanto de la civilización que no va a la par con el desarrollo de la
Cultura. Eso propicia un desequilibrio entre los países que han alcanzado un gran
desarrollo material y los otros marginados del desarrollo y aun avasallados a través de
su historia. La mayoría de los problemas que evidencia la sociedad contemporánea
están enraizados en situaciones de injusticia y las soluciones son inalcanzables
mientras éstas no se corrijan.
La problemática que plantea el progreso de las sociedades en el mundo
contemporáneo requiere una visión integral y un tratamiento integrado de sus múltiples
aspectos -la solución de sus problemas no pertenece al dominio de una ciencia o de
una disciplina- la decisión sobre las mejores soluciones y su ejecución no
corresponden a un grupo de la sociedad sino exigen la participación amplia,
consciente y comprometido de todos los sectores de la sociedad.
El museo es una institución al servicio de la sociedad, de la cual es parte inalienable y
tiene en su esencia misma los elementos que le permiten participar en la formación de
la conciencia de las comunidades a las cuales sirven y a través de esta conciencia
puede contribuir a llevar a la acción a dichas comunidades, proyectando su actividad
en el ámbito histórico que debe rematar en la problemática actual: es decir anudando
el pasado con el presente y comprometiéndose con los cambios estructurales
imperantes y provocando otros dentro de la realidad Nacional respectiva.
Esta perspectiva no niega a los museos actuales, ni implica el abandono del criterio de
los museos especializados, pero se considera que ellas constituyen el camino más
racional y lógico que conduce al desarrollo y evolución de los museos para su mejor
servicio a la sociedad. La transformación propuesta se dará en algunos casos,
paulatina o aún experimentalmente; pero en otros casos, podría ser ella la dirección
básica.
La transformación de las actividades museológicas requiere un cambio paulatino en la
mentalidad de los propios conservadores y encargados y en los lineamientos de las
estructuras de que dependen. Por otra parte el museo integral requeriría el auxilio,
permanente o transitorio, de especialistas de disciplinas diferentes y de especialistas
en ciencias sociales. El nuevo tipo de museo, por sus características específicas
parecería el más adecuado para actuar a nivel de museos regional o de museo de
poblaciones medianas y pequeñas.
En base a las consideraciones anteriormente expuestas y teniendo presente que: El
museo es una "institución al servicio de la sociedad, que adquiere, conserva,
comunica, y sobre todo, expone con fines de estudio, de educación y de cultura,
testimonios representativos de la evolución de la naturaleza y del hombre".
La Mesa Redonda sobre "El desarrollo y el papel de los museos en el mundo
contemporáneo",

http://www.ibermuseus.org/wp-content/uploads/2014/07/copy_of_declaracao-da-mesa-
redonda-de-santiago-do-chile-1972.pdf

DECLARACION DE AMSTERDAM

21-25 DE OCTUBRE, 1975

El Congreso de Amsterdam, coronación del Año Europeo del Patrimonio


Arquitectónico 1975, habiendo reunido a los delegados venidos de toda Europa, acoge
calurosamente la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico, promulgada por el
Comité de Ministros del Consejo de Europa, que reconoce que la arquitectura única de
Europa es el patrimonio común de todos sus pueblos y afirma la intención de los
Estados miembros de cooperar entre ellos y con los otros Estados europeos para
protegerlo.
De la misma manera el Congreso afirma que el patrimonio arquitectónico de Europa es
parte integrante del patrimonio cultural de todo el mundo y observa con satisfacción el
empeño mutuo en favorecer la cooperación y los intercambios en el ámbito de la
cultura, contenido en el Acta final de la Conferencia sobre la Seguridad y la
Cooperación en Europa adoptada en Helsinki en julio de este año.
Al hacer esto, el Congreso pone el acento en las siguientes consideraciones
esenciales:
a) Además de su inestimable valor cultural, el patrimonio arquitectónico de Europa
conduce a todos los europeos a tomar conciencia de una historia y un destino
común. Su conservación reviste, pues, una importancia vital.
b) Este patrimonio comprende no sólo los edificios aislados de un valor
excepcional y su marco, sino también los conjuntos, los barrios de ciudades y
las ciudades que presentan un interés histórico o cultural.
c) Al constituir estas riquezas el bien común de todos los pueblos de Europa,
éstos tienen el deber común de protegerlas de los peligros crecientes que las
amenazan - negligencia y ruina, demolición deliberada, nuevas construcciones
sin armonía y circulación excesiva-.
d) La conservación del patrimonio arquitectónico debe ser considerada no como
un problema marginal, sino como objetivo principal de la planificación urbana y
de la ordenación del territorio.
e) Los poderes locales, a los que incumbe la mayor parte de las decisiones
importantes en materia de planificación, son especialmente responsables de la
protección del patrimonio arquitectónico y deben ayudarse mutuamente
mediante intercambios de ideas y de informaciones.
f) La rehabilitación de los barrios antiguos debe ser concebida y realizada, en la
medida de lo posible, de forma que no modifique sustancialmente la
composición social de los residentes y que todos los estratos de la sociedad se
beneficien de una operación financiada mediante fondos públicos.
g) Las medidas legislativas y administrativas necesarias deben ser reforzadas y
mostrarse más eficaces en todos los países.
h) Para hacer frente a los costes de la restauración, planificación y mantenimiento
de los edificios y sitios de interés arquitectónico o histórico, debe ponerse a
disposición de los poderes locales y de los propietarios privados una ayuda
financiera adecuada; además, para estos últimos, deberían ser previstas
desgravaciones fiscales.
i) El patrimonio arquitectónico sobrevivirá sólo si es apreciado por el público y
especialmente por las nuevas generaciones. Los programas de educación
deben, pues, preocuparse más de esta materia en todos los niveles.
j) Conviene animar a las organizaciones privadas, internacionales, nacionales y
locales para que contribuyan a despertar el interés del público.
k) La arquitectura de hoy, al constituir el patrimonio del mañana, debe poner
todos los medios para asegurar una arquitectura contemporánea de alta
calidad.
El Comité de Ministros, habiendo reconocido en la Carta Europea del Patrimonio
Arquitectónico que incumbe al Consejo de Europa asegurar la coherencia de la política
de sus Estados miembros y promover su solidaridad, considera esencial que se
establezcan relaciones periódicas sobre el estado del avance de los trabajos de
conservación arquitectónica en los países europeos, bajo una forma que permita el
intercambio de experiencias.
El Congreso hace un llamamiento a los gobiernos, parlamentos, instituciones
espirituales y culturales, institutos profesionales, empresas comerciales e industriales,
asociaciones privadas y a todo ciudadano, para que aporten su pleno apoyo a los
objetivos de esta Declaración y pongan todos los medios para asegurar su aplicación.
Solamente así se conservará el patrimonio arquitectónico irreemplazable de Europa
para el enriquecimiento de la vida de todos sus pueblos en el presente y en el futuro.
Al final de sus debates el Congreso expone las siguientes conclusiones y
recomendaciones:
Nuestra sociedad deberá, en breve plazo, renunciar al patrimonio arquitectónico y a
los sitios que constituyen su marco tradicional de vida, si no se pone en marcha con
urgencia una nueva política de protección y conservación integrada de este
patrimonio. Lo que importa proteger hoy son las ciudades históricas, los barrios
urbanos antiguos y las ciudades de tradición, comprendidos los parques y jardines
históricos. La protección de estos conjuntos arquitectónicos no puede ser concebida
más que desde una perspectiva global, teniendo en cuenta todos los edificios que
tienen valor cultural, desde los más prestigiosos a los más modestos, sin olvidar los de
la época moderna, así como el marco en que se inscriben. Esta protección global
completará la protección puntual de los monumentos y sitios aislados.
El significado del patrimonio arquitectónico y la legitimidad de su conservación son
ahora mejor percibidos. Se sabe que la preservación de la continuidad histórica del
medioambiente es esencial para la conservación o creación de un marco de vida que
permita al hombre encontrar su identidad y experimentar un sentimiento de seguridad
frente a las mutaciones brutales de la sociedad: un nuevo urbanismo trata de volver a
encontrar los espacios cerrados, la escala humana, la interpretación de las funciones y
la diversidad socio-cultural que caracterizan los tejidos urbanos antiguos. Pero se
descubre también que la conservación de los edificios existentes contribuye a la
economía de los recursos y a la lucha contra el despilfarro, una de las grandes
preocupaciones de la sociedad contemporánea. Se ha demostrado que los edificios
antiguos pueden recibir nuevos usos, dando respuesta a las necesidades de la vida
contemporánea. A esto se añade que la conservación recurre a artistas y artesanos
muy cualificados cuyo talento y saber hacer deben ser mantenidos y transmitidos.
Finalmente, la rehabilitación del hábitat existente contribuye a reducir la invasión de
terrenos agrícolas y permite evitar o atenuar sensiblemente los desplazamientos de la
población, lo que constituye un beneficio social muy importante de la política de
conservación.
Aunque, por todas estas razones, la legitimidad de la conservación del patrimonio
arquitectónico se presente hoy con una fuerza nueva, es necesario fundamentarla
sólida y definitivamente; debe, pues, dar lugar a investigaciones de carácter
fundamental y estar incluida en todos los programas de educación y de desarrollo
cultural.

https://ipce.culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:3105dc7a-8c2e-409d-94b5-b731fc21a8e2/1975-
declaracion-amsterdam.pdf

CARTA DE 1987 DE LA CONSERVACION Y RESTAURACION DE LOS OBJETOS


DE ARTE Y CULTURA

http://www.planmaestro.ohc.cu/recursos/papel/cartas/1987-restauracion.pdf

CARTA DE NARA, JAPÓN (1994) 


https://ipce.culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:550b230e-6b0e-45d6-8e42-
ed0b1c3c5bcd/1994-documento-nara.pdf

DOCUMENTO DE ZIMBABWE (2003) 


https://www.icomos.org/charters/structures_sp.pdf

CARTA DE ENAME (2004) 


Facilitar al público una comprensión más profunda y generalizada de los lugares con
valor patrimonial, y fomentar la conciencia social sobre la necesidad de su
conservación.

Proteger la autenticidad y el significado de los lugares patrimoniales a través del


respeto a los vestigios materiales originales y su emplazamiento natural y cultural, así
como mediante la reversibilidad de las infraestructuras interpretativas y los servicios de
acogida a los visitantes.

Dar a conocer los lugares patrimoniales en su más amplio contexto y en las diferentes
vertientes que atañen a su significado, tanto de naturaleza tangible como intangible,
desde lo local y particular hasta lo universal y general.
Coordinar la presentación de evidencias científicas, debidamente documentadas,
sobre los lugares de valor patrimonial, con el reconocimiento de las tradiciones
culturales y valores espirituales de la localidad y el respeto hacia los mismos.

Contribuir a la conservación perdurable de los lugares con valor patrimonial, potenciar


la calidad de vida de las comunidades receptoras de los visitantes, y fomentar su
positiva incorporación al proceso de interpretación.

Mejorar y desarrollar una tecnología y unas técnicas aplicadas a la interpretación del


patrimonio que sean adecuadas y viables dentro de su respectivo contexto social, y
establecer pautas para la formación profesional.

Reconocer que la interpretación eficaz de los lugares con valor patrimonial en todo el
mundo es un instrumento substancial para el intercambio cultural.
https://www.artifexbalear.org/car_res3.htm

Marco legal
-  Ley Nacional 12665
- Ley Nacional 25675
- Ley N° 1.227, Del Patrimonio Cultural de la C.A.B.A,    (PCCABA) C.E. N °
78.654/2003, Buenos Aires, 4de diciembre de 2003.

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