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Industria 4.

0: la era de la cuarta
revolución industrial ya llegó
La tecnología ya no es una tendencia sino una realidad
sin techo en su crecimiento y desarrollo, y la impresión
3D es una de las innovaciones que están
revolucionando todos los rubros
23 de septiembre de 202115:15
Cristian Sandre

El concepto de Industria 4.0, también conocido como “cuarta


revolución industrial”, es un término que nació en Alemania  allá por
2011. El objetivo estaba claro: tomar posición frente al rápido avance de la
digitalización dominada por otros países y que iba a impactar (en este caso) en
el ámbito específicamente industrial.
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Hoy este término forma parte de las grandes tendencias globales de


la digitalización, y varios países cuentan con políticas que fomentan el
desarrollo de industrias alineadas a este nuevo paradigma. Argentina
también tiene su “Plan de desarrollo Productivo Argentina 4.0 ”

Ya es una realidad comprobada que la


digitalización facilita la integración
de los procesos en toda la cadena de valor. Esto quizás es más fácil de
entender en las empresas que brindan servicios, sin embargo, ahora es también
el turno de las empresas manufactureras, que están comenzando a incorporar
las llamadas tecnologías 4.0 para mejorar su oferta, desde ofrecer productos
más alineados a la demanda analizando los datos generados desde dispositivos
iOT (intelligent of things, que se traduce en inteligencia de las cosas), o
mejorar sus procesos productivos mediante la toma y procesamiento de datos
con inteligencia artificial y machine learning en tiempo real, hasta brindar
productos con cada vez mayor grado de personalización y bajo demanda con
Fabricación Aditiva (por ejemplo).

¿Qué rol cumple la Impresión 3D en este marco? La impresión 3D o mejor


dicho, la fabricación aditiva, es considerada una de las tecnologías
4.0, ya que tiene un flujo de trabajo digital que brinda un proceso de fabricación
flexible, donde un mismo equipo puede generar diversas morfologías de piezas,
e incluso hacer herramientas de diversas aleaciones. En este sentido, la
tendencia hacia esta nueva versión de la industria está impulsando el desarrollo
de equipos, materiales y procesos aditivos enfocados en el ámbito industrial; es
decir, que estas tecnologías puedan fabricar piezas que vayan directamente al
mercado de consumidores finales y ya no exclusivamente para uso en el ámbito
de desarrollo de productos como es el de prototipado.

La impresión 3D ha tenido un impulso enorme en los últimos años,


principalmente gracias a la democratización de esta tecnología. Su
difusión, la baja de sus costos, la creación de empresas que fabrican equipos,
materiales y el software libre posibilitó el ingreso de esta tecnología a sectores y
áreas antes impensadas. Si hablamos del ámbito industrial, muchas empresas
incorporaron impresoras 3D para acelerar procesos de desarrollo de
productos o piezas; y en ese sentido, podríamos decir que aceleró la
innovación. La tecnología permite rápidamente materializar lo que se está
diseñando en un software  3D y bajarlo a la realidad en una pieza plástica,
acrílica o hasta metálica y validar así si ese diseño es el correcto o hay que hacer
ajustes en el software  y luego volver a imprimir. Estas interacciones entre
lo digital y lo material traen como resultado desarrollos más
maduros reduciendo errores, bajando costos e impulsando la
innovación.
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Asimismo, las tecnologías de fabricación aditiva permiten pensar en piezas de


baja escala y alta complejidad como, por ejemplo, las piezas que se están
utilizando en aviones, autos o prótesis dentales.

Un sector que se vio altamente beneficiado con este avance es la salud, donde el
impacto es increíble. Hoy, por ejemplo, a partir de una impresora 3D se
puede materializar un prototipo de un órgano de un paciente a
partir de los datos de una tomografía computada, donde el médico
junto a su equipo puede hacer la práctica quirúrgica y así bajar el
tiempo de operación, y ser más eficiente en la misma.
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El hecho de que se haya democratizado esta tecnología dio como resultado


aplicaciones que antes eran impensadas por los costos elevados que tenían o por
desconocimiento de la tecnología. En esa línea, se destaca la llegada a las
escuelas y el hecho de poder hacer prototipos de proyectos y así tener
mejor feedback  entre lo digital y lo material; la posibilidad de que hospitales
puedan tener sus propios centros de impresión tanto como para prácticas
quirúrgicas como para poder comunicar mejor al paciente y sus familiares cómo
va a ser la operación; la posibilidad de construir casas con cierto grado de
innovación para el aislamiento térmico; imprimir alimentos que puedan
fomentar en los chicos una alimentación más saludable a través de formas
atractivas; o mejorar la experiencia de alimentación en personas adultas que no
pueden ingerir sólidos.

Todavía quedan pendientes muchos desafíos aún en materia de desarrollo e


implementación de esta tecnología. Así como en su momento nuestras vidas se
digitalizaron en lo social y en lo financiero, lo mismo está sucediendo en las
industrias. La combinación de diversas tecnologías para lograr mayor
integración en los flujos productivos es una tendencia de la industria 4.0.

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En el marco local, cabe preguntarnos cómo está Argentina en la adopción de


esta tecnología. En los últimos 8 años se incrementó el desarrollo local
de equipos de impresión 3D y también se equiparon centros
tecnológicos con varias de las innovaciones que aporta la
manufactura aditiva. Todo esto acompañado con el apoyo del Estado que
impulsó la aplicación en las empresas, tanto para la adquisición de equipos
propios como para la contratación de servicios de impresión 3D. En líneas
generales podría decirse que hoy todavía deben generarse políticas a largo plazo
que promuevan el desarrollo de tecnologías, materiales y conocimiento que
agreguen valor genuino a las distintas industrias locales, para que las empresas
argentinas puedan brindar servicios y productos de alta calidad con la
utilización de estas tecnologías. En este sentido, cabe destacar que, al igual que
sucede en otros países, la Argentina ya tiene su “plan de desarrollo productivo
4.0”, iniciativa muy alentadora y que demuestra que la tecnología ya no es
una tendencia, sino una realidad con un futuro sin techo .

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