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REPLANTEO DE CIMIENTOS
Replantear cimientos es trasladar al terreno los datos del plano de cimentación del proyecto. Para
ello hay varios sistemas, pero el que más cómodo y exacto nos ha parecido siempre, es el utilizado
por camillas.
Pero en el ejemplo que vamos a exponer, no nos limitaremos al edificio urbano de fácil solución, sino
a ese tipo de construcción actual donde las casas, al agruparse por cientos, la línea recta tiene una
importancia vital, ya que las fachadas, principalmente las que dan a la calle, tienen que pañear unas
con otras en forma correcta e impecable, siendo motivo de orgullo para el que lo realiza, cuando,
desde una esquina se ven todas las fachadas confundidas en una línea vertical perfectamente
aplomada.
Para realizar un buen replanteo, lo primero de que tendremos que proveernos es de una cinta
metálica, a ser posible de 50 metros. Esta tiene la ventaja sobre las demás de que su variación es
inapreciable a los cambios de temperatura y podemos trabajar aun cuando la lluvia humedezca el
suelo. También dispondremos de una docena de jalones de dos metros, estacas, listones de madera
para camillas, martillo, clavos y cuerdas de albañil en cantidad suficiente para lo que queremos
realizar.
EJEMPLO DE REPLANTEO
En posesión del plano de ordenación (fig. 33) observamos que representa una serie de casitas para
colonos con los anexos de
dependencias agrícolas y
un extenso corral, cuyas
parcelas o solares miden
entre ejes 18 x 40 metros.
Este grupo está situado a
30 metros del eje de la
carretera y paralelo al
mismo, teniendo su
arranque a partir del hito del
km 92.
Procederemos así:
1° Si la carretera es de 8 m,
escantillaremos 4 en los
puntos A y B.
2° Con una cuerda uniremos A con B, con los que obtendremos el eje de la carretera.
3° En el punto C haremos una escuadra con el 3, 4, 5 o múltiplos de estos números, que no es más
que un triángulo cuyos catetos miden 3 y 4 metros respectivamente, teniendo 5 metros la
hipotenusa (Fig. 34).
4°
ENTIBACIONES
Hay muchas clases de entibaciones, pero
ciñéndonos a lo meramente constructivo,
señalaremos tres tipos de entibaciones
para zanjas, vaciados y pozos.
Las entibaciones tienen como principal
misión la de proteger al obrero cuando
éste ejecuta una tarea bajo la rasante del
terreno. Mientras que las zanjas o pozos
son de poca profundidad y se tiene la
seguridad de que l terreno es coherente,
no es necesario tomar tal precaución;
pero si, por el contrario, se trata de
terrenos movedizo o poco consistente,
entonces es cuando se impone la
entibación, sin escatimar material alguno,
pues en estos casos un ahorro mal
entendido de madera puede conducir a
Cuando los terrenos no son consistentes, se realizan los entibados (Fig. 47 y 48) mediante un forro de
tablas que cubren totalmente las paredes de la zanja. Esta tabla, que puede ser la denominada ripia,
puede ir colocada tanto vertical como horizontalmente.
El sistema de acodalamiento de las figuras 47 y 48 se efectúa, en el primer caso (Fig. 47) mediante
unos codales sobre una alfarjía o tablón que distribuye la presión uniformemente por todas las tablas;
y en el segundo se realiza por tablones que sustituyen a los codales.
Las entibaciones de los vaciados difiere de los anteriores en que éstas no pueden realizarse por
presión contra los dos paramentos verticales, ya que sólo existe uno, por lo que debían realizarse
mediante tornapuntas
Los anchos y profundidades a realizar son variables, así las hay que excavan trincheras desde 40 a
150 cm de ancho y hasta 3´80 m de profundidad.
Están formadas por un aparato motor que actúa sobre una hilera continua de cangilones metálicos,
los cuales pasan por un botalón telescópico, pudiendo excavar a razón de 2´50 metros longitudinales
por minuto.
A ese tipo corresponde la zanjadora de la figura 60. Hay también máquinas más pequeñas,
igualmente en forma de rosario los cangilones, y montadas sobre carriles.