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Propósito: En sus últimos días en la tierra, Jesús demostró que tenía súper claro
el propósito por el cual había venido al mundo y la misión que tenía que cumplir.
Eso lo hizo llegar hasta donde llegó.
Anímalos a pensar en su propósito. Forja en ellos pasión por la búsqueda de sus
dones y cuéntales la bendición que significa sentirse llamado por Dios a algo en la
vida. Nada los hará más plenos.
Perdón: La dimensión del perdón que Jesús ofreció en la cruz, aun por los
mismos enemigos que estaban descargando su odio contra él, nos deja
asombrados. Su frase célebre: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”
nos deja sencillamente sin palabras.
Enseñemos a las nuevas generaciones que perdonar es liberador, y nos abre
nuevas y hermosas posibilidades. Ellos deben comprender desde esta edad que la
justicia y la venganza le corresponden a Dios, y que abrazar el rencor los hará
infelices, amargados y esclavos de su pasado.
Servicio: Toda la vida del Señor Jesús fue un verdadero canto al servicio, y el final
de su caminar en la tierra lo terminó rubricando. Su mayor servicio fue realizado en
esa cruz donde voluntariamente se desangró para salvarnos a todos los que
queramos aceptar su perdón.
Motiva a que tu grupo de adolescentes a que sean personas que se caractericen
por su espíritu de servicio a los demás. Un buen y concreto comienzo puede darse
en estos días en los que no se puede salir de casa. Que en contra de la inercia
egoísta de la edad, puedan ser serviciales con sus familiares más cercanos. Así van
a comprobar otra ley divina que establece que siempre es mucho mejor dar que
recibir.
Inclusión: La muerte de Jesús fue para todos. El perdón y la gracia que él ofrece
no hacen distinción de género, edades, raza, nacionalidad, posición social o
económica, nivel intelectual o ideología política. Sus brazos abiertos en la cruz de
alguna manera nos grafican que la salvación es para todo aquel que en él quiera
creer.
En la actualidad la inclusión es una palabra que divide más de lo que une, ya que
cada uno pretende usarla para defender su postura y su conveniencia. Inspira a tus
adolescentes a que amen indiscriminadamente como lo hace Jesús. Y desafíalos a
que en esta Semana Santa, hagan llegar el mensaje de salvación de alguna
manera, a personas que suelen ser segregadas y discriminadas por los demás.
Poder: La historia de Semana Santa no termina en la cruz, termina con una tumba
vacía con la piedra removida. Jesús murió pero también resucitó y está más vivo
que nunca, reinando y en control de todas las cosas.
Muchas veces tus adolescentes se sentirán impotentes y sin fuerzas aun para ser
fieles a Dios y a sus mandamientos. Muéstrales lo que dice Romanos 8:11. El
mismo Espíritu que logró ese milagro la mañana del domingo glorioso de
resurrección, es el que vive en quienes somos hijos suyos. Recuérdales que no hay
límites para el poder divino que llevamos dentro, y cada vez que nuestra debilidad
se hace presente, vuelven a sonar las palabras de Pablo en 2 Corintios 12:10…
“Porque cuando soy débil, soy fuerte”
Qué nosotros como líderes seamos los primeros en fortalecernos con el poder de
Dios en días tan especiales como estos. Que Dios nos use para animar, sostener y
guiar a las ovejas que puso a nuestro cargo, y que nuestro ejemplo sea toda una
inspiración para que muchas personas se acerquen a Dios y lo puedan conocer en
esta fecha de recordación.