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Santa Biblia Reina Valera 1960 – 1 Juan 2

12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a


vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis
conocido al Padre.

14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he


escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y
habéis vencido al maligno.

15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él.

16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

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La Reverencia en la Casa de Dios

Levítico 26:2

Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.


En este texto de la ley encontramos un mandato general de que debemos guardar días de reposo
y tener en reverencia el santuario de Dios, es interesante que no dice “tened reverencia en el
santuario” sino “tened en reverencia el santuario”. Lo que nos dice aquí es que no solo debemos
respetar las cosas que hacemos en el día de reposo sino más allá debemos guardar el día, es decir
tener en consideración de el día le pertenece a Dios. Así también con el santuario, no solo nos dice
que tengamos reverencia (respeto y consideración) cuando estemos ahí, sino que lo respetemos y
consideremos siempre. Ahora sabemos que la ley hablaba del santuario terrenal representado por
el tabernáculo, lugar de reunión y el templo, pero ahora en nuestros tiempos esto somos
nosotros, en los cuales mora el Espíritu Santo.

Sin embargo vamos a utilizar este texto para empezar, y explicar la reverencia que debemos tener
hacia el lugar de reunión y en el lugar de reunión.

•Reverencia hacia el lugar de reunión:

En el libro del profeta Hageo tenemos una gran exhortación que Dios dio al pueblo, en cuanto a
cómo reverenciaban su casa, el capítulo 1 trata sobre esto, veamos el versículo 2:

Hageo 1:2

Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el
tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.

El pueblo tenía en poco la importancia que tiene la casa de Dios, ellos estaban apresurados en
edificar sus casas con las mejores cosas pero no sé preocupaban por los arreglos de la casa de
Dios, ni por las cosas que estaban dentro. De esta manera la casa de Dios estaba desierta.

Hageo 1:4

¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa
está desierta.

Esto es algo que sucede muy comúnmente, el hecho de que estamos preocupados por las cosas
que necesitamos en nuestros hogares pero menospreciamos las cosas de la casa de Dios, sin
considerar que todas las cosas que están en ella van a ser usadas por los hijos de Dios y por lo
tanto son para el servicio a Dios, cosas como la preparación del sistema de sonido, el agua para los
baños, el alumbrado, el orden de las sillas y bancos, la limpieza del suelo y demás cosas, en las
cuales Dios nos demanda que así como cuidamos de estas cosas en nuestros hogares, lo hagamos
con mayor amor y fervor para su casa.

El tiempo también es algo especifico de lo que habla el versículo 2 y 4, esta pregunta que se hace,
nos da a entender que para el pueblo no era importante el tiempo que debían dedicar a la casa de
Dios, y si esto era así podemos decir que mucho menos les importaba el tiempo que pasaban en la
congregación. Es decir que vemos varios problemas: Primero al pueblo le parecía que todavía no
era tiempo de empezar a ocuparse en la casa de Dios, Segundo el pueblo no quería usar su tiempo
en arreglar la casa de Dios, y basado en estos dos cosas podemos decir que tampoco les importaba
pasar tiempo sirviendo y adorando en la congregación.
En ellos había una urgencia y una prisa porque sus casas estuvieran bien ya que ellos tenían el plan
de pasar mucho tiempo en sus casas más que en la casa de Dios. Esto nos lleva a pensar en cuanto
tiempo dedicamos a servir en la congregación, tanto en llegar temprano para ayudar, como para
orar y hablar con los hermanos pero no cosas vanas sino sobre cosas espirituales por si quizá un
hermano necesite un consejo antes de empezar el servicio, y así habiendo recibido la palabra,
pueda adorar de forma agradable a Dios.

También sobre el tiempo que pasamos en el servicio a Dios, podemos decir que es la mejor
inversión de tiempo que podemos hacer cono nos dice:

SALMOS 84.10

‘Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la
casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.’

•Reverencia en el lugar de reunión:

°Inmoralidad en la casa de Dios:

1 Samuel 2

22 Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían
con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión.

23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros
malos procederes.

24 No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.

25 Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra
Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había
resuelto hacerlos morir.

Está porción de la biblia nos da otro aspecto en que debemos velar, y es que estando en la casa de
Dios, sea alrededor o en pleno servicio debemos guardarnos de dar rienda suelta a los deseos que
antes nos dominaban y que deben estar muertos, este es el caso de los hijos de Eli que no les era
vergonzoso fornicar con las mujeres que velaban fuera del tabernáculo, nosotros debemos tener
el temor de presentarnos en la congregación con deseos de ver a alguien de forma indebida o de
pretender ir al culto según a adorar a Dios, y la verdad sea que se va a ligar o fornicar con el
pensamiento con alguien allí presente, quizás los hermanos no lo noten pero delante del Señor
todo está descubierto. Sería una gran necedad estar en el servicio y hasta quizás participar del
altar guardando lujuria en el corazón, ya que Dios no pasa estas cosas por alto. Es un mandato
nuestra santificación:

1 Tesalonicenses 4

2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús;

3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;

4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo
esto, como ya os hemos dicho y testificado.

7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu
Santo.

° Seriedad y Compromiso:

Eclesiastés 5

1 Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el
sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.

2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque
Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

3 Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.

4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los


insensatos. Cumple lo que prometes.

5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.

6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué
harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

7 Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme
a Dios.

De estos versículos podemos sacar varias cosas, lo primero es analizar que cuando estábamos en
el mundo muchas veces hacíamos promesas a la ligera, dábamos nuestra palabra de que íbamos a
hacer algo y no lo hacíamos, y hasta mentiamos a los otros repetidas veces, además también pasa
que personas que en el mundo tenían ciertas habilidades y conocimiento pretenden llegar a la
congregación queriendo ser oídos ellos antes de oír a los ancianos o pastores, de esta forma
demuestran que vienen a ofrecer un sacrificio de necios haciendo las cosas como si estuvieran en
cualquier lugar. Pero nuestra relación con Dios y su casa no puede ser igual a la relación que
manteniamos con los hombres, ya que a Dios no podemos mentirle y además el ofender a Dios
nos trae consecuencias por que El si ejecuta las cosas, aún su disciplina sobre nosotros cuando
hablamos a la ligera. Entonces debemos ir a la casa de Dios con sobriedad sabiendo que antes de
hablar y pecar al querer comprometernos con más de lo que podemos hacer o dar, primero
tenemos que aprender y ser cambiados por Dios, ya que las cosas que aprendimos en el mundo
mayormente son pecaminosas y no podemos pretender servir a Dios con herramientas
fraudulentas o sucias sino con las nuevas que El mismo nos ha de entregar, de forma que podamos
hacer compromisos que estén a nuestro alcance y que con esfuerzo podamos cumplirlos.

De manera que Dios sea glorificado, así como nos mandan estos versículos:
Santiago 5:12

Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro
juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.

Mateo 5:33

Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus
juramentos.

34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran
Rey.

36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.

37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

Cuando estamos en la casa de Dios en conveniente hacer como job:

Job 40

3 Entonces respondió Job a Jehová, y dijo:

4 He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?

Mi mano pongo sobre mi boca.

5 Una vez hablé, mas no responderé;

Aun dos veces, mas no volveré a hablar.

° Orden, Respeto y interés ocultos:

Juan 2

13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,

14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y
esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;

16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa
de mercado.

17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.

S Mateo 21

12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el
templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho
cueva de ladrones.

Aquí encontramos algo muy edificante, este ejemplo que nos dejó Jesús en su Celo por la casa de
Dios, y es que aquí vemos un grave desorden sucediendo en el templo, además una irreverencia y
gente que se escondía en supuestamente negociar en beneficio del servicio a Dios cuando en
realidad, lo hacían por sus propios intereses.

Es importante cuidarnos de hacer de nuestro tiempo en la iglesia, un tiempo para negociar con los
hermanos, o aún de usar el altar para hacer publicidad a productos o inversiones para nuestro
propio beneficio. La casa de Dios aunque a veces se compare con una empresa en algunos
sentidos, no es una, y por lo tanto debemos rechazar toda astucia o manipulación que de pueda
presentar para mal usar el espacio y tiempo en la congregación, esta es una característica de los
falsos maestros de estos tiempos los cuales son instrumentos para traer mala fama a la iglesia de
Dios, como nos dice:

2 Pedro 2

2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será
blasfemado,

3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo
tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Existen iglesias que colocan negocios de ventas de comidas y demás cosas en el lugar donde se
reúnen, esto a mi opinión es muy peligroso, ya que representa un riesgo de tropiezo tanto para los
creyentes como para los inconversos.

° La indiferencia, falta de celo hacia la casa de Dios y la jactancia.

Santiago 4

16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;

17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

Tomando la palabra que leímos de como Jesús en su Celo hizo lo que debía hacer, podemos decir
que así como el hablar apresuradamente nos puede hacer pecar en la congregación, también el
quedarnos callados y pasar por alto cosas que son graves ante los ojos de Dios, se nos convierte en
pecado.

Cuando empezamos en nuestro servicio a Dios, se nos da la espada del Espíritu como lo dice:
Efesios 6:17. Al tomar esta espada nos vemos en el compromiso de aprender a usarla lo más
pronto posible, ya que siempre estaremos en batalla, este es el caso de nuestro servicio en la casa
de Dios, pero a veces nos volvemos muy tranquilo o miedosos en cuanto a usarla, pero como nos
dice Santiago debemos hacer lo que hemos aprendido, sino se nos cuenta cómo pecado. Cuando
en el servicio a Dios vemos que se mueven cosas indebidas, que existen actitudes incorrectas y
pecado queriendo ser oculto nuestra responsabilidad es hablar, alertar, y ser esa voz de alarma
para que lo que ofende a Dios sea quitado. Esto lo vemos en los profetas del antiguo testamento,
los cuales tuvieron el encargo de hablar con fervor la palabra de Dios y anunciar el pecado que se
practicaba:

Isaías 58

1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su
rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.

Ezequiel 2

7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.

También en el nuevo testamento vemos esto cuando Pablo escribe en el capítulo 5 de 1 Corintios
sobre que uno del los miembros estaba en pecado pero la iglesia seguía reuniéndose como si eso
no pasará, Pablo manda a que se reúnan y resuelvan este asunto porque su jactancia en que
estaban haciendo las cosas bien era pura mentira abominable ante Dios.

1 Corintios 5

De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre
los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.

2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese
quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?

3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he
juzgado al que tal cosa ha hecho.

4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de


nuestro Señor Jesucristo,

5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en
el día del Señor Jesús.

6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?

7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad,
sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;

10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con
los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.

11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o
avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.
12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que
están dentro?

13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

° La reverencia higiénica:

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