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Una de las principales causas de la crisis ambiental es la sobrepoblación, la cual

requiere un incremento en las necesidades de las personas, ya que son ilimitadas,


mientras que los recursos limitados. El consumo excesivo de los recursos
naturales es el resultado del uso de maquinarias pesadas, la depredación de los
bosques, la minería tanto formal como informal, el mal usos de los suelos, la
depredación de combustibles fósiles (petróleo, carbón, y gas natural), el mal uso o
deficiente aprovechamiento de los recursos renovables, así como los efectos
dejados por las guerras y el crecimiento insostenible de las industrias y su mala
regulación ante el desecho de materiales, los cuales contaminan el agua, aire y
suelo. Extraemos y usamos naturaleza sin preocuparnos de su regeneración, de
reutilizar los materiales ya utilizados, ni de buscarle uso a los materiales
sobrantes, solo los desechamos y aumentamos el basural. La lógica actual es
simplemente que cuando se necesita más, se extrae más. A su vez, producimos
solo enfocados en el producto final, sin considerar que el proceso utiliza gran
cantidad de recursos (energía y materiales) ni que genera distintos tipos de
contaminación (emisiones al aire, descargas al agua y desechos a la tierra) ya que
los productos vienen de procesos industriales en su mayoría. La sociedad busca
satisfacción a través de comprar más cosas, mientras más consume, más
contamina, lo que ocasiona un gran impacto ambiental y prácticamente nulo
reciclaje. Por otro lado, las industrias no son un aporte para mejorar esta crisis, ya
que la mayoría de contaminantes (residuos industriales) provienen de sus fábricas:
pesticidas, líquidos químicos y restos de combustibles y metales que provienen de
la producción textil, papelera, alimentaria y petrolera; como también el trabajo de
una mina genera un enorme impacto ambiental en el ecosistema. Los metales
pesados, los hidrocarburos, los plaguicidas y sustancias ácidas son los principales
contaminantes de la tierra.

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