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HASTA LA MUERTE ES PARTE DEL PLAN

Vivir eternamente es algo que he anhelado desde que tengo memoria, “hasta la muerte
es parte del plan” decía mi abuela, el simple hecho de saber que envejezco cada día y
que no he logrado mis anhelos, que no he encontrado la cosa por la que vine al mundo,
que no he encontrado mi propósito, es algo que simplemente me mantiene despierto
por las noches. La muerte es algo que no puedo aceptar, esa es la razón por la cual
ahora le ruego a la muerte que me acepte a mí, en algún lejano ayer, en mi búsqueda
de vivir para siempre, escuché hablar de Víctor Lorcan, un inglés multimillonario que
poseía múltiples reliquias y que podía ser más rico que la mismísima reina, y que podía
ser el poseedor del legendario bastón lunar, un bastón que supuestamente otorgaba la
inmortalidad, así que decidí ir a buscarlo, fue difícil llegar ahí ya que estaba en un
acantilado rocoso y peligroso, al verlo me di cuenta que era un hombre con modales
perfectos y una vestimenta de igual porte, me presente con el apretándole la mano, con
una voz imponente el me invito a sentarme y me pregunto el motivo por el cual había
venido, él tenía el aspecto de un hombre de 30 pero mis fuentes dicen que él había
nacido en el siglo 19. Debería tener más de 200 años, prácticamente sería un cadáver.
Decidido, le expliqué el motivo por el cual había venido, le comenté que él es poseedor
de una basta colección de reliquias y una en particular ha llamado mi atención.
¿Mi bastón lunar no es así…? dijo mientras levantaba el bastón y se acomodaba para
seguir hablando, sabe, usted no es no es el primero que viene por mi bastón y no será
el último, pero este bastón no tiene valor alguno solo uno sentimental, entonces ya que
no tiene valor alguno no le importara que le eche un vistazo, cierto? Su rostro cambio
radicalmente, usted es un hombre astuto, pero ya debería saber que no se juega
conmigo, no puedo prestarle mi bastón y tampoco está en venta pero tengo lo que
necesita sígame, me llevo a un cuarto que contrastaba con el resto de la mansión. El
cuarto estaba repleto de joyas y objetos de gran valor, estatuillas, joyas, gemas,
diamantes entre otros más. Antes de poder formular si quiera una palabra me advirtió
del lugar, no toque nada de este lugar cada uno de estos objetos esta maldito si alguien
osase de hurtar alguno de estos objetos por mínimo que sea afrontara la muerte, dicho
esto usted mi amigo quiere algo que le quita el sueño por las noches, la vida eterna y la
tendrá. Con todo esto quiero mostrarle 2 de las piezas más especiales de mi colección,
lentamente me guió a una vitrina con un cofre que guardaba 2 objetos y los colocó en
una mesa, estas 2 reliquias no son parte del tesoro principal así que están libres de
toda maldición. Este es el reloj de la vida, causa desgracias a su poseedor si es
cuidado por la misma persona durante 2 décadas exactas. Por eso debo deshacerme
de el cada 2 décadas, una verdadera pena, y éste mi buen amigo es el anillo de
cronos, tiene un único poder y propósito evitar la muerte, inmortalidad si así le apetece,
¿por qué me ofrece esto? ¿que gana usted?
Absolutamente nada, le explicaré, usted hace un pacto conmigo y accede a no poder
quitárselo nunca y a cambio obtiene la vida eterna que tanto anhela, es libre de
llevárselo, ¿y por qué decide dármelo? Yo ya tengo mi propia fuente de vida y siéndole
totalmente sincero solo quiero ayudar a un amigo con un anhelo muy grande por la
inmortalidad Solo prométame que no se lo quitará nunca, no veo razón alguna por la
cual me lo quitaría; es un trato entonces. Hice todo lo que siempre quise hacer, conocí
y visité lugares de belleza inimaginable hasta que ocurrió algo que no esperaba las
líneas en mi cara se hacían mas grandes, mi cabello empezaba a tornarse blanco,
Víctor me había mentido desde hace 2 décadas así que volví a visitarlo, a unos
cuantos metro de la entrada me asaltaron me despojaron de mis pertenencias y
cuando vieron mi anillo intentaron quitármelo a lo cual me negué y por más que rogué y
rogué no logré nada me dispararon justo en el pecho y caí por el acantilado, las rocas
afiladas trituraban mis huesos, destruían mis órganos, el dolor era insoportable y al
llegar al suelo solo era cuestión de tiempo para que la muerte me acogiera, pero ella
nunca llego, las horas se convirtieron en días los días en meses y los meses en años,
mi cuerpo se estaba pudriendo sentía como los buitres comían mi carne como los
gusanos se alojaban en mi piel todo eso hasta la más mínima gota de agua podía
sentirla yo sentía, absolutamente todo, el anillo de alguna manera me mantenía con
vida pero eso era imposible porque yo estaba envejeciendo a menos que, que… que él
haya sido más astuto que yo. Después de un tiempo escuche unas pisadas
acercándose hacia a mí, buenas tardes amigo mío es un placer volverte a ver, era
Víctor, se veía igual como la primera vez que lo ví, trate con todas mis fuerzas hablar
pero apenas pude murmurar, este no era el trato, el trato amigo mío es que yo te
concedia la vida eterna mas no juventud eterna. El anillo le da inmortalidad no lo deja
morir, y el trato sigue en pie a menos que se lo quite cosa que no puede hacer, yo
podría hacerlo, podría quitarle el anillo y ponerle fin a esto, pero la verdad no tengo
mucho tiempo he de ir a una fiesta a la que me invitaron, que disfrute de su
inmortalidad amigo mío.

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