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El documento describe la Trinidad divina decidir enviar a Jesús para rescatar a la humanidad de la miseria tras la caída. Jesús acepta venir al mundo por obra del Espíritu Santo encarnándose de María para salvarnos. También habla de Jesús explicándole a Luisa Piccarreta los nueve excesos de su amor en la Encarnación y cómo desea que se compartan para renovar y extender su amor.
Descripción original:
Primera hora de la Novena de NAVIDAD de Luisa Piccarreta.
Título original
Primera hora de la Novena de NAVIDAD de Luisa Piccarreta.
El documento describe la Trinidad divina decidir enviar a Jesús para rescatar a la humanidad de la miseria tras la caída. Jesús acepta venir al mundo por obra del Espíritu Santo encarnándose de María para salvarnos. También habla de Jesús explicándole a Luisa Piccarreta los nueve excesos de su amor en la Encarnación y cómo desea que se compartan para renovar y extender su amor.
El documento describe la Trinidad divina decidir enviar a Jesús para rescatar a la humanidad de la miseria tras la caída. Jesús acepta venir al mundo por obra del Espíritu Santo encarnándose de María para salvarnos. También habla de Jesús explicándole a Luisa Piccarreta los nueve excesos de su amor en la Encarnación y cómo desea que se compartan para renovar y extender su amor.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Oración inicial:
medito el ____ Exceso de tu amor. Y a ti Madre Inmaculada, te p
“En una hora me transportaba con el pensamiento allá arriba, al paraíso, y me imaginaba a la S.S. Trinidad en concejo decisivo para querer rescatar al género humano, precipitado en la más escuálida miseria, de la cual, sin la intervención divina jamás podría resurgir a una nueva vida de absoluta libertad. Mi mente se confundía y todo mi ser se maravillaba al intuir un misterio tan grande, de un amor tan recíproco, tan fuerte y tan igual entre las Divinas Personas, que se hacía todo él difusivo para copiosa ventaja de los hombre. Y consideraba, por tanto, la ingratitud de los hombre, que hacen inútil el copioso fruto de tan grande amor. Así pues, me imaginaba al Padre en acto de querer enviar a su Hijo Unigénito sobre la tierra; al Hijo en acto de asentir a la noble idea del Padre; al Espíritu Santo en acto complacientísimo de querer darse todo, en su pleno consentimiento, para el mayor bien y salvación de la humanidad. En esta consideración hubiera permanecido no sólo una hora sino el día entero si el Señor no me hubiese hecho escuchar una voz en mi interior que me decía:
“Así basta por ahora, ven
conmigo y mira otros excesos mas grandes de mi amor hacia ti”. Al terminar cada meditación: el Reino de la Divina Voluntad sobre la tierra, y Catecismo de la Iglesia Católica
Por qué el Verbo se hizo carne
456 Con el Credo Niceno-
Constantinopolitano respondemos confesando:
"Por nosotros los hombres y por
nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre" (DS 150). Catecismo de la Iglesia Católica
457 El Verbo se encarnó para
salvarnos reconciliándonos con Dios:
"Dios nos amó y nos envió a su
Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10).
"El Padre envió a su Hijo para ser
salvador del mundo" (1 Jn 4, 14).
"Él se manifestó para quitar los
pecados" (1 Jn 3, 5): Padre de la Iglesia
«Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada;
desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado?»
(San Gregorio de Nisa, Oratio catechetica, 15: PG 45, 48B).
Vol. 25. Diciembre 16, 1928 Estaba haciendo la meditación, y como hoy comenzaba la novena al niño Jesús, estaba pensando en los nueve excesos que Jesús con tanta ternura me había narrado de su Encarnación, los cuales están escritos en el primer volumen, y sentía una gran repugnancia de recordarlo al confesor, porque él me había dicho al leerlos, que quería leerlos en público en nuestra capilla. Mientras esto pensaba, mi niñito Jesús se hacía ver en mis brazos, pequeño, pequeño, que acariciándome con sus pequeñas manitas me ha dicho:
“¡Cómo es bella mi pequeña hija, cómo es bella! ¡Cómo debo
agradecerte el que me hayas escuchado!”
Y yo: “Amor mío, ¿qué dices? Yo debo agradecerte a Ti el
que me hayas hablado, y que con tanto amor, haciéndome de maestro, me hayas dado tantas lecciones que yo no merecía.” Y Jesús: “Ah hija mía, a cuántos quiero hablar y no me escuchan, me reducen al silencio y sofocan mis llamas, así que debemos agradecernos mutuamente, tú a Mí y Yo a ti, y además, ¿por qué quieres oponerte a la lectura de los nueve excesos? Ah, tú no sabes cuánta vida, cuánto amor y gracia contienen, tú debes saber que mi palabra es creación, y que al narrarte los nueve excesos de mi Amor en la Encarnación, Yo no sólo renovaba mi Amor que tuve al encarnarme, sino que creaba nuevo amor para investir a las criaturas y vencerlas para darse a Mí. Estos nueve excesos de mi Amor que te he manifestado con tanto amor de ternura y simplicidad, formaban el preludio a las tantas lecciones que debía darte acerca de mi Fiat Divino para formar su reino, y ahora con leerlos, mi Amor viene renovado y duplicado,
¿no quieres tú entonces que mi Amor duplicándose
desborde fuera e invista otros corazones, a fin de que como preludio se dispongan a las lecciones de mi Voluntad para hacerla conocer y reinar?” Para profundizar en los Escritos de la S. D. Luisa Piccarreta
Vol.2. Octubre 14, 1899
Vol 4. Marzo 12, 1903
Vol 30. Enero 3, 1932
Para tener en cuenta en la Navidad:
de los regalos inútiles, o del desperdicio superfluo. Si no que sea