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El Esqueleto Humano
Introducción
En el presente trabajo se estudiará y analizará como tema principal El Esqueleto
Humano, siendo que se hablará acerca de su división y posteriormente haciendo énfasis
en los huesos del cráneo y de la cara.
Este ensayo tiene como objetivo comprender las dos divisiones del esqueleto
humano, siendo el esqueleto axial y el apendicular, así como realizar un repaso de los
huesos que los componen y de manera breve se mencionarán las funciones del esqueleto
en nuestro cuerpo como complementación del tema.
De forma general se realizará un análisis de todos los huesos que componen el
cráneo y la cara, mencionando generalidades y su función.
Se hablará acerca de los huesos del cráneo, se detallará tanto su anatomía (su
estructura), su fisiología y su localización, de cada uno de los ocho huesos.
Finalmente se hablará de igual forma acerca de los huesos de la cara,
mencionando su anatomía y su fisiología así como las diferentes articulaciones con las
que puede contar cada uno de los catorce huesos.
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El esqueleto de la cabeza
El esqueleto de la cabeza o cabeza ósea está destinado a la protección del
encéfalo, a albergar órganos de los sentidos como la visión, audición, olfato y gusto como
también a rodear los orificios de los tractos respiratorio y digestivo.
En esta cabeza ósea podemos distinguir un cráneo o neurocráneo destinado a
envolver al encéfalo y una cara o viscerocráneo.
El cráneo está constituido por ocho huesos: Dos parietales, dos temporales, un
frontal, un occipital, un esfenoides y un etmoides. Estos huesos al articularse entre sí
conforman en conjunto una estructura craneal de forma ovoidal, lo que determina un polo
anterior (frontal) más estrecho y un polo posterior (occipital) más ancho.
La parte superior del cráneo que se relaciona con el cuero cabelludo se denomina
calvaria. El segmento inferior llamado base craneal se encuentra articulado con los
huesos de la cara en la parte anterior y con la columna vertebral en su porción posterior.
El límite entre estas dos porciones está dado por una línea arbitraria que se extiende
desde la glabela (protuberancia frontal mediana) hasta la protuberancia occipital externa.
Por otro lado el cráneo para su examen presenta una superficie externa o
exocraneal y una interna o endocraneal.
Superficie endocraneal
Calvaria:
Está constituida por la zona superior del frontal, los parietales, la parte más
superior de la escama de los temporales y la escama del occipital hasta la protuberancia
occipital externa. Recorriendo su superficie en sentido anteroposterior observamos en la
línea mediana la cresta frontal y el surco para el seno longitudinal superior. Por lateral y
en relación a este surco se encuentran las fositas granulares donde se alojan las
granulaciones aracnoideas. Cerca del ángulo posterosuperior del parietal se ubican los
agujeros parietales.
Por lateral a estas estructuras observamos las fosas frontal, parietal y occipital.
En relación a la fosa parietal se reconocen los surcos para la arteria meníngea
media y sus ramas. Además en esta superficie endocraneal resaltan las suturas coronal
por anterior y lambdoidea por posterior.
Base:
En la base del cráneo se distinguen tres regiones o fosas craneales: Anterior,
media y posterior.
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Superficie exocraneal
Calvaria:
Partiendo por anterior y en la línea mediana observamos la sutura frontal mediana,
también conocida como metópica, la cual desaparece con la edad.
Luego la sutura sagital la que se relaciona hacia posterior con los agujeros
parietales; finalmente la concha del occipital. Por lateral encontramos las tuberosidades
frontal, parietal y occipital, que se corresponden con las respectivas fosas endocraneales,
entre ellas las suturas coronal y lambdoidea.
Lateral a lo anterior encontramos la línea temporal (continuación hacia posterior
del proceso cigomático del hueso frontal, esta línea, en las cercanías de la sutura coronal,
se divide en una línea temporal superior e inferior que delimitan por superior a la región
temporal. Esta región por tanto se ubica en parte en la calvaria y en la pared de la base
del cráneo.
Base:
En su visión exocraneal la base del cráneo es dividida en tres zonas por dos líneas
transversales: La primera se extiende de un tubérculo cigomático anterior al otro (línea
bicigomática); la segunda se traza del vértice de un proceso mastoideo al otro (línea
bimastoidea). De esta manera describiremos una zona anterior o facial, una media o
yugular y una posterior u occipital.
El hueso frontal
El hueso frontal es aquel que se localiza en la frente. Empieza justo por encima de
las cuencas de los ojos y termina en la parte superior de la frente, siendo así el nexo de
conexión entre los huesos del cráneo y los del viscerocráneo.
Su principal función, además de dar forma a la frente, es la de proteger los lóbulos
frontales del cerebro, que están situados justo detrás de este hueso. Protegiendo estos
lóbulos se consigue que funciones ejecutivas como la flexibilidad mental, la atención y la
memoria no sean susceptibles de traumatismos.
Al describir anatómicamente a este hueso, podemos localizar una cara llamada
cerebral o endocraneal, que está situada en la parte trasera, es decir en contacto con la
superficie del cerebro, y otra cara conocida como cutánea o exocraneal, que se conecta
con la piel.
En la cara cerebral, ubicamos al agujero ciego, el canal del seno longitudinal, la
cresta frontal y las fosas frontales.
Ahora bien, en la cara cutánea, encontramos 3 zonas:
1. La cresta orbitonasal que contiene la escotadura nasal y los arcos orbitarios.
2. Una porción vertical o frontal, en la que ubicamos a la sutura metópica, la glabela,
el arco superciliar, la cresta lateral y el temporal del frontal.
3. Y finalmente la porción horizontal o también llamada orbitonasal, en la que se sitúa
la escotadura etmoidal, la espina nasal, el conducto etmoidal y las fosas orbitarias
(cavidad de los ojos).
Todas las estructuras antes mencionadas son importantes, pero en el caso de la
sutura metópica, que está localizada justo encima de la escotadura etmoidal, es la
encargada de que el hueso frontal permanezca unido.
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Porción Mastoidea:
Suturas:
Occipitomastoidea (hueso occipital con apófisis mastoides del temporal)
Relación con arterias y venas:
Vena emisaria mastoidea que drena en el seno sigmoideo, sale por el agujero
mastoideo.
Cara interna: Arteria occipital en el surco de la arteria occipital.
Apófisis mastoides: Punto de inserción de músculos.
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El hueso occipital
El hueso occipital es un elemento óseo de forma marcadamente cóncava y
localizado en la nuca. Su función es la de proteger, de nuevo, el tronco del encéfalo.
Además, también asegura la integridad del cerebelo y los lóbulos occipitales, encargados
de la coordinación muscular y de procesar las imágenes que percibimos,
respectivamente.
Cuando ya se es adulto, el occipital termina de fusionar sus 4 partes, estas son la
apófisis basilar, las masas laterales y la escama occipital, y es así que se forma el orificio
o agujero occipital.
En la apófisis basilar se ubican una cara exocraneal en la que encontramos al
tubérculo faríngeo y la cara endocraneal la cual en anatomía es importante porque se
relaciona directamente con la protuberancia anular.
Además de las zonas antes mencionadas, encontramos una línea de unión,
conocida como sutura lambdoidea, la cual está encargada de crear una fusión entre el
hueso parietal con los costados del occipital. A aparte de unirse con el parietal, también
se une con el hueso esfenoides y con la porción petrosa del temporal.
Descripción anatómica
Para el estudio del hueso parietal, se le reconocen dos caras, cuatro bordes y sus
respectivos ángulos. Se detallan para cada parte, los accidentes óseos con más
importancia.
Cara exocraneal
Línea curva temporal superior: para la inserción de la aponeurosis temporal.
Línea curva temporal inferior: donde se inserta el músculo temporal.
Giba parietal (eminencia parietal), un abultamiento curvado del hueso.
Agujero parietal: por donde pasa la vena emisaria de Santorini.
Cara endocraneal
Fosa parietal, recorrida por surcos vasculares ramificados que se han comparado
a los nervios de una hoja de higuera, es producto de la impresión sobre el hueso
de las ramas de la arteria meníngea media y sus venas satélites.
Hemicanal del seno longitudinal frontal
Fositas de Paccioni alojan a los corpusculos de Paccioni, también las podemos
encontrar en el hueso frontal.
Cresta silviana, excrecencia ósea amoldada por la correspondiente cisura lateral
del hemisferio cerebral.
Bordes
Se describen 4 bordes:
La articulación del borde superior de ambos parietales da origen a la sutura sagital
(articulación interparietal o parietoparietal).
El obelión es un punto craneométrico situado sobre la línea de la sutura sagital un
poco por delante de los agujeros parietales.
El borde inferior se articula con la escama del temporal.
El borde anterior se articula con el frontal formando la sutura frontoparietal o
coronal.
El borde posterior se une a la escama del occipital formando la sutura
parietooccipital o lambdoidea (porque tiene forma como la letra griega lambda)
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Ángulos
Se describen 4 ángulos:
El ángulo anterosuperior o frontal indica la unión de las suturas sagital y coronal.
Bregma es el nombre del punto craneométrico situado sobre este ángulo.
El ángulo posterosuperior u occipital indica la unión de las suturas sagital y
lambdoidea. Sobre este ángulo se halla el punto craneométrico lambda.
El ángulo anteroinferior o esfenoidal. Punto craneométrico pterión.
El ángulo posteroinferior o mastoideo. Punto craneométrico asterión.
Arquitectura ósea
Es un hueso plano y comparte la estructura de los huesos de la bóveda craneal.
Dos tablas de tejido óseo compacto que cubren una región media de tejido esponjoso.
Cada hueso parietal está formado por la osificación endomembranosa de un único
primordio mesenquimal fibroso que se desarrolla hacia la mitad del segundo mes de vida
fetal.
Articulaciones
El hueso parietal se articula mediante sinfibrosis con otros huesos craneales:
El hueso parietal contralateral: sutura sagital;
El hueso frontal: sutura coronal;
El hueso temporal y parte del esfenoides: sutura escamosa;
El hueso occipital: sutura lambdoidea.
El hueso etmoides
El hueso etmoides el único de este grupo que no dispone de una forma aplanada.
De hecho, su morfología es rugosa y con cavidades. No se trata de un hueso “externo”,
pues está localizado en la parte interna de la cara, detrás de la nariz.
Su función es la de ser la principal estructura de sostenimiento de la cavidad nasal,
desarrollando así una misión primordial para el correcto funcionamiento del sistema
olfativo, creando canales a través de los cuales pueda fluir el aire.
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Lámina cribosa
Tiene forma rectangular y alargada, dispuesta horizontalmente, se articula con el
frontal mediante la escotadura etmoidal del frontal.
La apófisis crista galli divide esta lámina en dos porciones, una derecha y otra
izquierda, denominados surcos olfatorios, que están perforados por múltiples orificios por
los que transcurren los nervios olfatorios, el nervio etmoidal anterior y la arteria etmoidal
anterior.
Laberintos etmoidales
En cada uno de los lados de la lámina cribosa, se proyectan hacia abajo dos
estructuras denominadas laberintos etmoidales, son estructuras complejas en sí mismas
por lo que puede describirse hasta 6 caras con diversas características.
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Cuerpo:
Tiene una forma cúbica y muestra dos cavidades (a modo de ventanas delanteras
de la nave espacial), los senos esfenoidales, separadas por un tabique medio (tabique
intersinusal esfenoidal). Este tabique se afila hacia adelante para formar la cresta
esfenoidal (a modo de la proa de la nave espacial) que se prolonga por el pico o rostrum
esfenoidal. La cara superior del cuerpo es endocraneal. Desde delante hacia atrás se
encuentran las siguientes estructuras:
La lámina cuadrilátera, la silla turca (que aloja la glándula pituitaria) y a
continuación el canal óptico que termina en sus extremos por los canales ópticos.
A su vez, la silla turca está limitada por las apófisis clinoides, dos anteriores y dos
posteriores.
Por la cara inferior el cuerpo presenta en el centro la cresta media que se aloja en
el canal del vómer. Se prolonga es un espolón llamado rostrum o pico del
esfenoides.
La cara anterior del esfenoides se articula con la parte posterior del etmoides. En
su centro muestra la cresta anterior que se une con la cresta de la cara inferior
para formar el pico. A ambos lados se encuentran los orificios de entrada a los
senos esfenoidales.
La cara posterior se articula con el occipital.
Las caras laterales sirven de punto de implantación de las alas mayores. Estas
están separadas de la silla turca por los canales cavernosos por donde discurre la
arteria carótida interna y algunos nervios destinados a la órbita.
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Alas menores
También llamadas apófisis de Ingrassias, tienen una forma triangular con dos
caras más o menos planas. La base, soldada al cuerpo del esfenoides se halla
atravesada por el conducto óptico.
Alas mayores
Tienen la forma de estrellas de 3 puntas, distinguiéndose tres caras. La cara
anterior forma parte de la pared externa de la órbita. En las alas mayores se encuentran
una serie de orificios y hendiduras para el paso de los nervios y vasos. Los más
importantes son: Agujero redondo, por el que pasa el nervio maxilar superior, el Agujero
esfeno espinoso por el que pasa la arteria meníngea media, el Agujero oval que da paso
al nervio maxilar inferior. El Agujero de Arnold o canal innominado de Arnold da paso al
nervio petroso superficial menor, mientras que el Agujero de Vesalio da paso a una vena
emisaria que pone en comunicación la circulación intracraneal con el plexo venoso
pterigoideo.
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Maxilar superior
El maxilar superior está compuesto por un par de huesos cortos e irregulares
aplanados de adentro hacia afuera. Éste presenta dos caras, una interna y una externa, y
también cuatro bordes y cuatro ángulos. Su borde inferior sirve de inserción para los
dientes de la arcada superior, es decir, los dientes de la mandíbula superior.
Esta estructura se articula con:
El maxilar del lado opuesto en la línea media.
El frontal y el etmoides, junto con los huesos propios de la nariz por arriba.
Los palatinos y el vómer hacia el medio y por detrás.
Da forma a parte de la órbita ocular y de las fosas nasales.
Aunque al observar el maxilar, nos damos cuenta de que no presenta una figura
regular, es comparable con un objeto que tenga entre forma triangular y rectangular. En
este hueso se puede identificar, un área situada por la parte de afuera (cara externa) y
otra ubicada internamente (cara interna); y 4 costados localizados cada uno en una
superficie (arriba, inferior, por dentro y por fuera).
En sus caras, podemos ubicar:
Las raíces de los dientes.
La apófisis cigomática del maxilar donde se ubican la zona orbitaria o superior, la
anterior o geniana y la posterior o cigomática.
El canal y conducto suborbitario por donde se movilizan nervios y vasos
La tuberosidad del maxilar: se encuentran los conductos de los dientes.
La espina malar que limita con la hendidura que se crea entre el maxilar y el hueso
esfenoides.
La apófisis o proceso palatina, es la que separa los tabiques de la nariz.
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Palatinos
Los palatinos son un par de huesos cortos e irregulares, situándose uno en el lado
derecho y otro en el lado izquierdo. Se ubican por detrás del maxilar con el cual se
articulan hacia delante.
Estos huesos se articulan con:
El otro palatino del lado opuesto.
El esfenoides por detrás.
El vómer y las conchas nasales inferiores por arriba.
Conforman parte de las fosas nasales.
El hueso palatino es una estructura ósea maciza que está en íntima relación con el
maxilar superior y tiene participación en la conformación de la cavidad oral.
Se describen en éste dos reparos anatómicos mayores, las láminas del palatino,
una lámina perpendicular y una lámina horizontal.
Lamina horizontal
Presenta cuatro bordes y dos caras. Es de forma cuadrilátera y constituye la parte
posterior del paladar óseo. En esta lámina se encuentran las siguientes partes:
Borde posterior: Su ángulo posteromedial se une al mismo ángulo del mismo
borde del hueso contralateral y forma la espina nasal posterior.
Borde anterior: Se une al borde posterior de la apófisis palatina del maxilar.
Borde medial: Da inserción al hueso vómer a través de la cresta nasal en su parte
superior.
Borde lateral: Da continuación a la lámina perpendicular.
Cara nasal: Forma parte del piso de la cavidad nasal.
Cara palatina: Contribuye a formar la bóveda del paladar óseo.
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Lámina perpendicular
Su constitución presenta dos caras y cuatro bordes:
Cara maxilar: A su vez, esta posee tres zonas: una anterior, la cual contribuye a la
formación del surco palatino mayor; una posterior, donde se articula la apófisis
pterigoides; y una intermedia, que forma la pared medial de la fosa pterigopalatina.
Cara nasal: Presenta dos crestas: una denominada cresta medial, que se articula
con el cornete nasal medio; y otra llamada cresta turbinal o cresta de la concha.
Borde anterior: Está superpuesto a la apófisis del maxilar
Borde posterior: Presta inserción al paladar blando. Se articula con la apófisis
pterigoides.
Borde superior: Posee dos apófisis, en el medio de las cuales se encuentra la
escotadura esfenopalatina.
Borde inferior: En su parte anterior se forman los conductos palatinos menores.
Borde anterosuperior
Es cóncavo, forma el borde lateral y parte del inferior de la órbita
Continúa con el borde de la apófisis cigomática y con la apófisis frontal del maxilar.
Borde posterosuperior
Presenta una parte horizontal, que se continúa con el borde superior de la apófisis
cigomática, y otra vertical, en forma de S alargada.
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Configuración interna
Constituido por hueso compacto y hueso esponjoso.
El hueso se encuentra atravesado en el interior del hueso por un canal en forma
de “Y” que se divide en dos; una rama termina en la cara lateral del hueso y otra
en la medial.
Este conducto es recorrido por la rama orbitaria del nervio maxilar.
Hueso nasal
El hueso nasal, también llamado hueso propio de la nariz, es un hueso par
colocado a cada lado de la línea media y que se ubica justo en la parte superior de la
nariz humana, siendo de hecho la única estructura exterior de esa región que está
compuesta por tejido óseo, concretamente una lámina cuadrilátera con dos caras y cuatro
bordes.
Esta estructura se articula con:
El hueso frontal por arriba.
El maxilar superior por debajo.
El otro lado del hueso propio de la nariz y el etmoides.
Conforma parte de las fosas nasales.
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Caras
La cara interna: es convexa; su mitad superior es más o menos lisa, mientras que
la inferior lleva diversas arrugas y surcos vasculares.
La cara externa: mira hacia afuera, es cóncava y menos rugosa que la precedente.
Limita por dentro el meato inferior.
Bordes
Borde inferior: Se encuentra libre dentro de la fosa nasal. Es ligeramente convexo
y más grueso en su parte media que en las dos extremidades.
Borde superior: El borde superior es más delgado y está adherido a la pared
externa de la fosa nasal aplicado contra la cara interna del maxilar superior y del
palatino.
Extremos
Extremo anterior: se articula con el maxilar superior.
Extremo posterior: se articula con el palatino.
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Caras
La cara externa lleva una cresta vertical o cresta lagrimal posterior, que se termina
inferiormente por una apófisis en forma de gancho (hamulus lagrimalis). Esta
apófisis integra el orificio superior del conducto nasal. La cara externa se halla
dividida en dos porciones por la cresta lagrimal. La posterior es plana y se
continúa con la lámina papirácea del etmoides, mientras la anterior es acanalada y
contribuye a formar el canal lacrimonasal que alberga el saco lagrimal, una
estructura que recoge lágrimas y las transporta hacia la cavidad nasal. La
mencionada cresta sirve de inserción al tendón reflejo del músculo orbicular de los
párpados. Se encuentra en la parte anterior de la cara interna de la órbita ocular,
entre el hueso maxilar superior, frontal y el etmoides.
La cara interna presenta numerosas rugosidades y algunos surcos vasculares. En
su parte media se encuentra un canal vertical que se corresponde con la cresta de
la cara precedente. La porción de hueso que está por delante de este canal forma
parte de la pared externa de las fosas nasales. La porción que está por detrás se
aplica sobre las masas laterales del etmoides completando así las celdillas óseas
de esta región.
Bordes
Borde superior: Se articula con la apófisis orbitaria interna del frontal.
Borde inferior: Se articula con la concha lacrimal del cornete inferior.
Borde anterior: Se articula con el borde posterior de la rama ascendente y la
vertiente anterior del canal lacrimal del maxilar superior.
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Vómer
El vómer es un hueso de curioso nombre que da la casualidad de que es único e
impar, a diferencia de la mayoría de los huesos que conforman la cara. Se encuentra en
la línea media facial, constituyendo la parte posterior del tabique nasal. Se trata de una
lámina cuadrilátera muy delgada que presenta dos caras y dos bordes.
El vómer se articula con:
El etmoides y el esfenoides por arriba.
Los maxilares superiores y los palatinos por debajo.
Constituye parte del tabique nasal.
2. Fosas nasales
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Podemos describir a las fosas nasales como largos pasillos aplanados, que se
caracterizan por estar transversalmente situadas a derecha e izquierda de la línea media.
Cada una de ellas tiene cuatro paredes y dos aberturas, una anterior y otra posterior.
Profundizando en estas cuatro paredes, observamos:
Pared externa: formada por seis huesos, los cuales son el maxilar superior, el
esfenoides, el palatino, el lagrimal, las conchas nasales inferiores y el etmoides.
Pared interna: está constituida por el tabique nasal, que a su vez está formado por
el vómer y la lámina perpendicular del etmoides.
Pared superior o techo: está formada por los huesos propios de la nariz, la espina
nasal del hueso frontal, la lámina horizontal del etmoides y el cuerpo del
esfenoides.
Pared inferior o piso: está formada por la apófisis palatina del maxilar superior y la
lámina horizontal del hueso.
3. Fosa pterigomaxilar
La fosa pterigomaxilar es una pequeña región situada por dentro de la fosa
cigomática. Esta estructura tiene forma de pirámide cuadrangular con cuatro paredes, una
base y un vértice.
4. Bóveda palatina
La bóveda palatina se trata de una región en forma de herradura que está limitada
por detrás al borde posterior del palatino. Por delante y a los lados se encuentra el borde
alveolar del maxilar superior.
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Conclusión
En conclusión, el esqueleto humano es todo el conjunto de los 206-208 huesos de
nuestro cuerpo, este se divide en el esqueleto axial (todos los huesos del eje largo del
cuerpo) y el apendicular (los que forman el resto del esqueleto, y se los llama así porque
son apéndices del esqueleto axial).
Hablando acerca de las funciones del esqueleto son aquellas que hemos
estudiado en trabajos anteriores, refiriéndome al sostén del cuerpo, a la protección de
órganos, la locomoción, y a la formación de las células sanguíneas (hematopoyesis).
Centrándome en los huesos del cráneo, hay algunos que son pares (como lo son
los huesos temporales y los parietales), por lo que nos dan un total de ocho huesos, cada
uno tiene diferente morfología y tienen diferentes funciones aunque de forma general
podemos decir que el cráneo es aquel encargado de proteger el encéfalo (órgano dentro
de la cabeza que controla todas las funciones del ser humano).
Consiguientemente los huesos de la cara son aquellos que le dan forma al rostro,
incluyendo los conductos que lo atraviesan (fosas nasales) y que comunican las distintas
cavidades entre sí (como el caso del conducto lagrimal, que une las órbitas oculares con
la nariz). En total son catorce huesos. Algo importante a destacar es que el único hueso
móvil de la cara es el maxilar inferior (mandíbula), esto debido a que está unido por una
articulación móvil a la base de cráneo.
Finalmente podemos decir que, los humanos somos capaces de vivir sin algunos
de nuestros órganos, podemos tener una vida perfectamente normal con un solo riñón por
ejemplo, lo que es físicamente imposible es vivir sin cerebro, por lo que no es de extrañar
que la evolución nos haya llevado a proteger esta estructura de la manera más segura
que la anatomía permite.
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Bibliografía
Andes, U. d. (4 de Abril de 2016). uandes.cl. Obtenido de uandes.cl:
https://www.uandes.cl/macroscopico/craneo/