En su pueblo estaba la huesuda, aburrida y sola se comenzaba a ver. Ya que todo de gris y negro se veía, la catrina triste se sentía. Para despejar su mente de su hogar del pueblo salió.
Mientras más se alejaba,
las calles más urbanas se volvían; colores, música y las personas más alegres encontraba ella. La niña perdida se sentía, pero feliz se volvía.
Curiosa miraba las velas y papeles de colores
adornando las moradas tan urbanizadas que se hacían ver por todas las ruidosas calles de la ciudad, la Catrina feliz se ya se sentía.
Día y noche los autos rondando
Y sonando alrededor de las calles. Coello Illarramendi, Marlene. 2Sociología Rural y Urbana.
Las personas hablando y gritando
pasaban empujando entre los carros para llegar con sus amados y la niña sola se sentía de nuevo.