Está en la página 1de 5

Enseñanza de Equidad de Género en las Escuelas del Perú

XXXXXXXX

En la actualidad, se habla mucho sobre la igualdad de género, empoderamiento de las

mujeres, equidad en el trato y oportunidades en posiciones de alto cargo laboral. Cada día, este

tema se torna de mayor relevancia en las diferentes organizaciones. Sin embargo, ¿realmente,

como sociedad, se ha alcanzado la igualdad de la que tanto se habla? ¿Se cuenta con los

mecanismos para forjar una nueva generación de personas que entiendan las implicancias de la

igualdad de género? Algunos investigadores consideran que sí; pero otros, no.

A través de este ensayo, se tratará de mostrar que la enseñanza de la equidad de género

debe realizarse a las personas desde pequeñas. El entender los beneficios, que trae la equidad de

género en diferentes ámbitos de la sociedad, resulta fundamental para el crecimiento como

nación. Para poder entender a fondo estos puntos, se debe tener un concepto claro de a qué hace

referencia el género y es aquello con lo que se iniciará.

“El género es el grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este

desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. (Diccionario de la

Lengua Española, 2018). De esta definición, se desprende que, al buscar la equidad de género, se

habla de una categorización social, mas no necesariamente de la condición biológica de cada ser

humano. Lo que busca la equidad de género es brindar igualdad de oportunidades a todas las

personas independientemente del género al que pertenezcan o del género con el que se sientan

representados. Con eso en mente, se debe tratar de hacer memoria y recordar en qué momento,

durante los 11 años que se recibe educación primaria y secundaria, los profesores hacen

referencia a este concepto. Se estima que, en realidad, en ningún momento.


2

Resulta un poco desconcertante saber que, en estos últimos años, se intenta incentivar el

empoderamiento de las mujeres y, por otro lado, aún no se tiene una agenda clara de lo que se

imparte en los colegios respecto a este punto. Ello se da pese a los grandes esfuerzos que

mundialmente se viene realizando por generar mayor consciencia de este tema. Por ejemplo, los

Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas fomentan

ampliamente la Igualdad de género, inclusive fijando metas bastante ambiciosas. Las escuelas

son el foco principal para la obtención de este tipo de conocimientos, aunque no vienen

cumpliendo esa labor. Además, durante la etapa de niñez y adolescencia, los jóvenes suelen tener

diversas dudas de cómo interrelacionarse entre diferentes géneros y es importante contar con un

apoyo, más allá del ámbito familiar.

La enseñanza de la equidad de género en el Perú es crucial. Está demostrado que,

mientras a más temprana edad se empodere a una mujer, mejores frutos económicos generará en

un país. Empresas que decidieron incrementar en un 30% la participación femenina en puestos

líderes, vieron un incremento de 15 puntos porcentuales en la rentabilidad neta, según Nolan,

Moran y Kotschwar (2016).

Ofrecer el discurso de equidad entre géneros desde el colegio fortalece la seguridad de las

niñas, que terminarán siendo mujeres dispuestas a tomar responsabilidades mayores. De esta

manera, no se truncan sueños ni metas que las mujeres quisieran alcanzar. En estos días, las

mujeres están en un constante enfrentamiento por hacer respetar sus derechos para que se les

reconozca como un igual, sin exigir privilegios; esta no debería ser una lucha. Esto debería ser un

derecho, ser parte natural del desenvolvimiento de la sociedad.

No solo por el lado de las mujeres, el enseñar este concepto a los niños, brindará, al

futuro, hombres que entiendan la independencia de los géneros y una mayor consciencia de que
3

las mujeres no se encuentran en un nivel de inferioridad ni de sometimiento. Ello llevaría al Perú

a no cargar con cifras alarmantes como tener al 32% de mujeres, entre 15 y 49 años, que hayan

sufrido alguna vez violencia física por parte de sus parejas (Instituto Nacional de Estadística e

Informática-NEI, Brecha de Género 2017). Vivir en un país con equidad de género quita la

venda de que las mujeres pertenecen a otras personas, cuando solo se pertenecen a ellas mismas.

Por otro lado, es importante mencionar a quienes no se encuentran a favor de la iniciativa

al que hace referencia este ensayo. Resulta difícil encontrar a personas o instituciones que

abiertamente muestren discordancia con incentivar la equidad de género; sin embargo, se puede

ver con asombro como el movimiento social “Con mis hijos no te metas” puede tener una pauta

muy marcada de aversión a este tema. Pone como centro al origen biológico de las personas, es

decir al sexo en sí, para escudarse en argumentos de odio y manipulación con el lema de al

aceptar a las personas identificadas con un género diferente, los niños pueden ser tentados a

pertenecer a otro género también.

Si bien de ese tipo de organización no se puede rescatar argumentos sólidos ni

estadísticas verídicas, lo que sí se ha observado es una posición ampliamente marcada por la

violencia, dispuesto a no reconocer otras opiniones y presentarse como una opción superior. Es

valioso hacer una reflexión respecto a los principales afectados de esta constante pelea, que son

las mujeres sobre todo, quienes se quedan sin una reglamentación que respalde una educación

que otorgue igualdad. Más allá de las disputas políticas o de poder, que puedan haber alrededor

de este tema, la verdad es que no solo quedan desprotegidas las personas que no se sienten

identificadas con el sexo con el que nacieron, sino también las mujeres.

Es fundamental la participación del Estado como regulador del cumplimiento, por parte

de los colegios, de una enseñanza clara, transparente, basada en equidad y valores. El control no
4

solo debe darse para escuelas estatales. También el Estado tendría que evidenciar que colegios

particulares cumplan con un mínimo de horas de impartir el mensaje de igualdad.

Es más, si se es estricto con lo que se quisiera lograr a largo plazo, la enseñanza de

equidad no debería regirse a ciertas horas durante la semana, debería ser parte integral de la

enseñanza, siendo esta el eje central de todos los cursos. La enseñanza de valores, dentro de ellos

la equidad, no puede ser dejada en manos solo de la familia, menos aún en estos días en los que

existe cada vez más familias disfuncionales. Las escuelas deben fungir un rol mucho más

participativo al respecto.

En resumen, la enseñanza de equidad de género debe ser vista con ojos de apertura a

nuevas posibilidades, como una herramienta que permita apalancar a futuras mejores

generaciones y permita centrar una educación basada en valores. Los colegios no pueden ser

ajenos a una realidad tan cruda como la desigualdad que se observa en la actualidad. Toda la

sociedad, en general, debe tener un rol activo para contrarrestar interpretaciones de odio de la

realidad. Se puede generar un ambiente enriquecido de igualdad desde acciones cotidianas como

parando los comentarios machistas, disminuyendo las críticas a personas respecto a cómo se ven

o quieren verse para sentirse cómodas y siendo fuente de respeto para otras personas. Ello va

más allá de la tolerancia.


5

Referencias

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2018).

Instituto Nacional de Estadística e Informática- INEI (2017). Perú Brechas de Género 2017

Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres. Recuperado de

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1444/libr

o.pdf.

Noland, M., Moran, T. & Kotschwar, B. (2016). Is gender diversity profitable? Evidence from a

Global Survey. Peterson Institute for International Economics. Recuperado de

https://piie.com/publications/wp/wp16-3.pdf.

Organización de Naciones Unidas (s.f.). Objetivos de desarrollo sostenible – Igualdad de

género.

También podría gustarte