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Mirta Yáñez no. 59: 158-164, julio-septiembre de 2009.

Feminismo y compr omiso.


compromiso.
Ambigüedades y desafíos
en las narradoras cubanas

Mirta Yáñez

Narradora y crítica.

Como promesa cumplida tardíamente a Susana Montero interpretación de la marginalidad femenina como
histórica, social, económica y cultural, y confirmaba,
además, que las mujeres no podían obtener las
E n 1996, hace ya más de diez años, se publicó en
Cuba la primera compilación contemporánea de
narradoras cubanas, Estatuas de sal.1 Fue un copioso
conquistas solas, ni que únicamente a ellas beneficiarían.
Al final, citando la divisa estoica que tan cercana le era:
trabajo de investigación que realicé en colaboración con «conciencias que combaten por el bien», Camila añade:
la escritora Marilyn Bobes, en buena medida aceptando «si hemos de crear algo, crezcamos desde ahora en
la provocación de aquellos que justificaban por ciencia y conciencia». 3
entonces la exclusión de las mujeres de antologías, Así ha sido: a una década de Estatuas de sal se
congresos, jurados de concursos, etcéteras, con el confirma cómo no solo los beneficios de defender un
manido y falsario expediente de que «no había territorio de paridad han trascendido la parcela de la
narradoras en Cuba». Estatuas de sal constituyó un reto narrativa femenina cubana, sino que, de alguna manera,
y, al mismo tiempo, un desafío. Tenía sus antecedentes a tropezones y con retrocesos, mas con firmeza, las
en un esmerado texto bilingüe, editado en Canadá en escritoras y estudiosas cubanas han crecido en «ciencia
1982, sobre la poesía cubana escrita por mujeres, y conciencia». Se ha roto, pienso que definitivamente, el
elaborado por la escritora norteamericana Margaret silencio en torno a ellas, se han creado cátedras de
Randall, Breaking the Silence,2 [Rompiendo el silencio]; y estudios de la mujer; existe un segmento editorial
en mis lecturas de algunos ensayos de Camila Henríquez llamado Mariposa, dedicado a publicar textos, tanto
Ureña (1894-1973), brillante intelectual cubano- de ficción como de reflexión, de autoras cubanas y
dominicana, maestra de varias generaciones. En su extranjeras; hay congresos, eventos; se dedican revistas
conferencia en la Institución Hispano-Cubana de de corte monográfico al tema de la mujer; se habla del
Cultura el 25 de julio de 1939, «Feminismo» —todavía discurso femenino y de los estudios de género; se debate
de magnetizadora vigencia—, proponía una y se investiga. Pero, sobre todo, las escritoras cubanas

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publican, participan activamente, ganan importantes con gracia aniquiladora, «los cornudos del viejo arte
concursos, tienen ya un espacio de reconocimiento. moderno».5
Afirmado lo anterior, ¿cómo se comporta la En efecto, por múltiples motivos que desbordarían
narrativa cubana actual escrita por mujeres?, ¿qué estas observaciones, un sector de la crítica se las
ambigüedades están presentes aún?, ¿cuáles son los compuso para intentar la creación de un mito sobre
nuevos retos para las narradoras cubanas de varias «los 90» en Cuba, a mi modo de ver una narrativa
generaciones, activas, escribientes, dentro y fuera de la mayormente descalabrada y falta de trascendencia, de
Isla?, ¿en qué medida los vasos comunicantes entre lo cual no se libraron tampoco las escritoras e incluso
lenguaje artístico e intencionalidad creadora han establecieron sus celebridades sobre falsos pilares.
funcionado? Son preguntas con muchas respuestas, A finales del siglo pasado se cerró una etapa, aunque
por supuesto, polémicas y a veces contradictorias o todavía no estemos en condiciones de verlo, y se siga
paradójicas. Voy a proponer algunos de mis puntos de dando vueltas y revueltas sobre lo mismo. Entre muchos
vista; lo dicho: quizás polémicos. lectores y en buena parte del mundillo de las letras,
El primero tiene que ver con los excesos, en el excepto para dos o tres trasnochados editores
proceso de la literatura cubana durante la última década u oportunistas críticos, ya se ha ido agotando el gusto
del siglo pasado, de una narrativa mal escrita y trivial; por la literatura de maltrecho lenguaje y aún más
de un querer pasar «gato por liebre». La década de los maltratados temas sobre la atmósfera procaz de una
90 ha sido una etapa de transición, de presencia de parte de nuestra realidad.
minorías antaño relegadas, imposiciones del mercado, A veces los profesores insistimos, por necesidad
afluencia de antologías, de puentes de acercamiento, didáctica, en generalidades que aspiran a establecer
de aperturas y búsquedas. También de rechazo a las tendencias. Pero algunas burdas teorizaciones sobre la
utopías, pretensiones de escándalo, afanes extraliterarios, llamada «narrativa de los 90» han ido creando un
confusión y deslumbramientos con «descubrimientos», equívoco, un sobredimensionamiento. Dudo mucho
donde no ha sido oro todo lo que ha relumbrado. que la mayoría de los textos narrativos publicados
Una de las más graves ambigüedades ha radicado durante esa década confusa y biliosa permanezcan en
en la demanda editorial foránea: en tanto los editores se las historias de nuestra literatura. No creo que haya sido,
dedicaban a publicar, de manera más o menos general, de manera absoluta, culpa de los autores. Quiero
momentáneamente responsabilizar a las demandas
una literatura fácil, con esquemas narrativos simples y
lucrativas que andaban a la caza de un tipo de escritura
sin mucha profundidad, ajustada a patrones que habían
vendible y que, entre otras yerbas, comercializara
mostrado su eficacia para vender como bestsellers, a los
nuestras penurias. Quiero culpar a editores inescrupulosos
autores cubanos se les demandaba temas que sangraran
que han pretendido controlar no solo los temas y
por la herida de nuestra peculiar circunstancia. De sobra
asuntos, sino hasta el lenguaje, transformando los niños
ya es sabido que durante estos tiempos posmodernos cubanos en «pibes», los carros habaneros en «coches» y
y globalizados, en buena parte del mundo se han ido nuestros cubanísimos términos del argot sexual en
subordinando los valores de una literatura culta o fraseologías exógenas; quiero también culpar a un
genuinamente popular a los falsos créditos de una sector superficial de investigadores que, sin jerarquía
literatura populista o, por mejor decir, populachista. de valores nítidos, se apoyaba en esta etapa para
En un curioso libro de Salvador Dalí, el desafiante concurrir con ponencias a cuanta conferencia se ha
artista les espetaba a sus colegas la siguiente convocado por esos mundos. Hubo desorientación,
recomendación: «Pintores, no temáis a la perfección. euforia poco sustentada ante textos medianos, silencios
¡Jamás la alcanzareis! Si sois mediocres y hacéis esfuerzos ante líneas creativas originales, manipulación y, en el peor
para pintar muy, muy mal, se verá siempre que sois de los casos, intereses mezquinos.
mediocres». Pienso que esta frase pudiera adaptarse Nuestro buen y querido crítico, ya fallecido,
a buena parte de lo que ha querido venderse como Salvador Redonet se hubiera sentido al menos
literatura cubana finisecular y podría decirse, desasosegado si hubiese tenido la oportunidad de saber
apropiándome del atrabiliario Dalí: «Señoras y señores que aquella tendencia narrativa de mediados de los 80
escritores cubanos, no teman a la perfección, dejen de que él suponía se dirigía, como afirmó en variados
hacer esfuerzos para escribir mal».4 Por otra parte, ese textos, a reflexionar sobre la dimensión humana, buena
libelo de Dalí también daba un alerta a los críticos que parte se disolvió en un «mirarse el ombligo». Por lo
se dejaban deslumbrar, engañar en definitiva, por una demás, el propio concepto de esta «literatura de los
falsa modernidad y por derroches de lo que, en 90» que se ha pretendido asentar prácticamente como
literatura, Miguel de Unamuno hubiera catalogado una escuela o movimiento, pierde eficacia por lo obvio
como «tecniquerías», y Dalí llamaba a dichos críticos, de la falta de espontaneidad en el surgimiento del

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concepto mismo, casi una imposición por un segmento o mal articuladas, desconocimientos elementales del
de la crítica, como una elaboración y no como una lenguaje y, como me gusta decir «neobanalidad». En
revelación posterior al fenómeno. En algunos de los definitiva pobreza narrativa y pérdida de objetivos
estudios hay hallazgos y verdades, pero también en literarios.
muchos de los argumentos expuestos, afloran La monotonía de esta narrativa, paradójicamente,
ambigüedades y galimatías. ha convertido lo excéntrico en estereotipo. La reiteración
Como muestra, véase esta descripción en un ensayo de tópicos y de asuntos que durante largo tiempo fueron
sobre la narrativa femenina de los 90: «En sentido motivo de anatema (marginalismo, homosexualidad,
general, los textos de estas autoras de finales de los 90 alcoholismo, religiosidad, violencia doméstica,
tematizaron de modo más o menos explícito las distintas criminalidad, sexo rayando en lo porno), y la insistencia
dimensiones sociales, y en particular, morales, de la crisis, en testimoniar una contemporaneidad difícil (con
y su repercusión en el ámbito público o privado» (el proliferación de hippies, balseros, prostitutas,
énfasis de su autora) y, sin ir muy lejos, en el propio drogaditos, santeros), no solo han agotado un lector
párrafo que le sigue, surge el desacuerdo: «Como ha potencial, sino que, de alguna manera, al convertir el
señalado la crítica, las escritoras más jóvenes por lo conflicto en espectáculo comercializable, han traído
general eluden toda referencialidad al contexto social, y un consigo la neutralización del drama y lo ha vuelto
ámbito que no sea el más inmediato, personal o de soporífero y casi en aquello que resultaba su opuesto,
grupo» (este último énfasis es mío).6 en literatura «oficial».
En mi opinión, este es un ejemplo de las confusiones Trasmitir una emoción, establecer un estilo personal
generadas en la crítica y por la propia crítica. Pienso con rigor y gracia no fue lo predominante en los 90.
que lo que se trata de decir en la cita anterior es que Quizás exagero, pero me excusa el hecho de querer
algunas entre la nueva promoción de narradoras, con equilibrar una balanza que se ha ido demasiado del lado
todo su derecho, eluden el aspecto político, pero no el de la alabanza de unos «90» que, en mi opinión,
referente social, el cual ha estado presente hasta en terminarán por pasar con más pena que gloria. Por
sobreabundancia. En efecto, buena parte de las fortuna, durante esos años, la narrativa aprovechó el
narradoras, por lo demás no solo las más jóvenes, han desbarajuste para abrirse a una variedad estilística y
evitado la contaminación del discurso político, por temática (aunque generalmente lo más novedoso no
saturación, por intencionalidad sincera, por moda ha sido considerado ni por la crítica, ni por algunos de
«posmoderna», o incluso por poses que implican, a veces, los jurados, ni por el «consenso» de pasillo, ni por los
una dosis de oportunismo. Mas lo que sí resulta obvio editores «cazatalentos»; irónicamente, por cierto,
es que el concepto de «compromiso», a la vieja usanza proveniente del latín talentum, moneda de cuenta en el
sartreana, de la vieja guardia intelectual ha quedado atrás imperio romano). También, claro está, hay autores y
en los últimos parámetros creativos. Las escritoras autoras que no se han dejado deslumbrar por los cantos
exploran nuevas vías, con mayor o menor suerte, con de sirena de «representantes» ni ediciones «busca
más o menos autenticidad. escándalos», y han resistido el embate siguiendo su íntima
Cuando pase algún tiempo podremos ver con más voz interior sin ceder, algunos escribiendo obras
claridad que en los 90 imperó, por una parte, una excelentes, otros rumiando hasta volver a encontrar el
narrativa que quiero llamar callejera, apuntando al falso rumbo.
éxito y a la moda, a los facilismos de mostrar, de la Uno de los desafíos del presente para las narradoras
manera más grotesca y soez posible, la sordidez de cubanas es rebasar el facilismo enmascarado bajo una
ciertas áreas de nuestro mundo real y, por otra, una postura de indiferencia hacia la cultura y las definiciones
narrativa supuestamente de «experimentación» y ansias éticas. En última instancia, concesiones. De nuevo tipo,
crípticas, en algunos con una pretensión infantil de pero concesiones al fin. Y aprender a deslindar entre
desconcertar con cultismos, profusión de palabras en las «tecniquerías» huecas y la auténtica experimentación
otros idiomas, palabras rebuscadas sacadas de un del lenguaje, entre el narcisismo epatante y la intimidad
heroico diccionario de sinónimos, literatura esta ante la reveladora de honduras humanas. La proyección futura
cual, como en la fábula del sastrecillo valiente, pocos se de nuestras escritoras deberá insistir en una formación
atreven a decir que «ese autor va desnudo, me aburre, culta, en ahuyentar motivos extraliterarios, en una
no entiendo nada». intencionalidad temática y en una voluntad de estilo.
En mucha medida, y no solo en los libros Recordar lo que antaño José Martí pedía para los
publicados, sino en los cuantiosos envíos a concursos modernistas finiseculares del XIX: mayor peso a la prosa
(por fortuna no salidos a la luz), en los años 90 podía y condición al verso...
notarse una despreocupación facilista por el estilo, Así que, lo dicho: se ha saciado una etapa. Casi sin
personajes mal construidos, tramas narrativas caóticas percatarnos ya se ha rebasado prácticamente la primera

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década de este siglo. Y, como quien no quiere la cosa, escritoras, se sacuden el término como si se tratara de
se ha notado un saludable giro hacia aquello que unas pulgas, pero luego acuden (o acudirían) gozosas
Redonet anunciaba: reflexionar sobre la dimensión a cuanto evento sobre escritoras se celebre. Y no es tan
humana. misteriosa la paradoja; porque también es una realidad
Como segundo aspecto quiero aludir a otra que vende mucho —esa es la verdad— entre los
circunstancia que me resulta, cuando menos, ingenuos, la «loa» a la conciencia de género o las historias
bochornosa, y es la sobrevivencia en algunos medios narrativas donde las damas son destripadas o vendidas.
de las tontas burlas sobre el feminismo o las teorías de Siempre han existido los que acuden prestos a subirse
género que intentan, con el chiste barato o la vanagloria al vagón de la moda o del que produce un buen rédito,
de la ignorancia, desacreditar algo que a ciencia cierta mas no deja de sorprenderme que actitudes tan bastas
ellos, los rechazantes, no saben de qué se trata. Ocurre en se reproduzcan como la verdolaga sin el menor recato
Cuba, por esos mundos y también, por desgracia, o pudor ético.
en ambientes académicos. La adopción por el mercado y otros poderes del
Reducir a estas alturas la problemática de la discurso del marginado es la mejor forma de su
expresión artística exclusivamente al tema de género neutralización: dinero, viajes, grandes editoriales,
me resulta simplificador, lo cual no quiere decir, de promoción con trompetas celestiales, homenajes. La
ninguna manera, que se pueda obviar como aspecto «maravilla» posmoderna de la celebridad hace que viejos
cardinal en los estudios acerca de la identidad del gays, amas de casa con la lengua sucia, polluelos caídos
intelectual y del proceso de la creación. Se ha hecho un de sus nidos, se vean de la noche a la mañana en la
acto repetido que algunas escritoras, antes de empezar cúspide de una fama que los compra y los anula. Por
a hablar en público, aclaren, como si se tratara de una desgracia, algunos de estos nombres comenzaron
enfermedad contagiosa, que «no son feministas». siendo buenos escritores y ahora se han rendido a la
O como cierto crítico afirmara que «descree del banalidad y a una literatura sometida a convertirse en
feminismo». Me hubiera gustado saber, ante tamaño simple mercancía.
descreimiento, si también hubiese descreído de las luchas Así que ante el tema del feminismo y de los estudios
por el sufragio femenino, del acceso de las mujeres de género tenemos dos caras de una misma vieja
a las universidades, de la denuncia ante crímenes contra moneda: el rechazo ignorante y la utilización deshonesta.
La manipulación grotesca de algo tan sensible causa,
la mujer, de la igualdad de oportunidades ante los
cuando menos, repugnancia. ¿Por qué —increíblemente
cargos públicos y otras conquistas que dieron nacimiento
se preguntan algunos con manifiesto o sinuoso
y continuación al movimiento feminista.
rechazo— esas antologías y esos concursos y editoriales
No es un fenómeno nuevo. Desde las primeras
con la prioridad de género? Yo convoco a estos
décadas del siglo pasado el término feminismo causaba
inquisitivos para que lean algunos índices de revistas,
perturbaciones y aspavientos, confusión y desbandada. o alguna de las antologías en nuestros anaqueles de libros
Sin embargo me quedo perpleja ante el hecho de que a la venta, por ejemplo, Fábula de ángeles,8 de Francisco
muchas de nuestras actuales narradoras que reflejan López Sacha y Salvador Redonet, con quince autores
la violencia doméstica, el abuso de la prostitución y la de declarado sexo masculino en el carné de identidad.
discriminación en sus relatos, no asocian el conflicto O efectivamente los ángeles tienen sexo y los autores
concreto con la teoría.7 privilegiaron uno, o no hay escritoras que valgan. ¿Cómo
Lamentablemente pienso que existe, ante todo, se justifica, con dos dedos de frente, esta supresión?
ignorancia, prepotencia y provincianismo, del mismo Tal vez será que, a lo mejor, en verdad somos inferiores
tipo que cuando los adolescentes se ríen nerviosos ante y tenemos que rendirnos a la evidencia, al menos por
un desnudo en el cine. El feminismo no es un «club», ni ahora.
una desviación sexual, ni una gripe, ni siquiera una La necesidad de insistir en estos aspectos es que,
religión, como para que sea necesario librarse de la para mi asombro, en conferencias impartidas en
sospecha o declarar públicamente que no se participa actividades recientes como ferias del libro, nacionales
de ello. No debe olvidarse nunca que el feminismo, e internacionales, en algunos textos recién publicados
movimiento complejo y todavía no estudiado sobre la narrativa cubana y en reflexiones sobre lo que
debidamente en nuestro país, tuvo entre sus filas a figuras parece ser la polémica más fresca, acerca del llamado
respetabilísimas del rango de Camila Henríquez Ureña, «canon», algunos caballeros de las letras se saltan, en
Dulce María Borrero, Loló de la Torriente, Mariblanca brinco olímpico, todo el proceso histórico que ha
Sabas Alomá, Mirta Aguirre y Vicentina Antuña. resultado en la situación de la literatura escrita por
Lo que sí resulta risible, si no fuera dramático, es las cubanas de hoy. No sé si se trata de intencional
que muchas de esas mujeres periodistas, críticas, escamoteo, de autocomplacencia, de facilismo para

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Los vasos comunicantes entre literatura y compromiso, entre


funcionalidad y estilo, entre identidad y lenguaje, entre ética
y estética, comienzan a renovarse y a organizarse bajo una
óptica crítica que aspira a ahondar en los conflictos del ser
humano, en aras de revelar lo auténticamente trascendente.

rápidas entendederas, o mera ignorancia. Por su parte, discrepancias, optaban en su mayoría por un amplio
incluso algunas autoras desconocen los esfuerzos o dramas concepto que no aislaba la lucha por los derechos de la
de sus antecesoras y se sientan en su alquilado Olimpo, mujer de otras contiendas sociales. La defensa de las
haciendo el juego con sus silencios o con sus reivindicaciones de la mujer cubana —donde actuaron
superficialidades a los marginadores de siempre. con lucidez las intelectuales— ha estado insertada
¿Alguien toma a risa que nuestras mambisas solo históricamente en el acontecer social en general. Los
alcanzaron el derecho al voto en 1934? ¿Se tranquiliza finales del siglo XX trajeron los augurios pesimistas de
la conciencia con una elegida, el clásico «botón de la muerte de las utopías, y con ellas se ha querido
muestra» que, por cierto, encaje en ciertos patrones, ya dar por muertas también las ideas feministas. En esas
sea porque no cause mucho ruido o lo cause demasiado, oscuras ambigüedades han caído, a la par, ingenuos
para utilizarla como módulo generalizador? ¿Vale de y mal intencionados. Lo repito otra vez: todo
algo abrumarse de cónclaves donde algunos asisten con fundamentalismo es antintelectual, pero la indiferencia
el único fin de engrosar sus magros currículos? ¿Se y la aparente (e imposible) neutralidad en la literatura
puede quedar alguien indiferente ante la omisión de también lo es.
nombres como Lydia Cabrera o Gertrudis Gómez de Tal como decía al principio, en esta década, las
Avellaneda? Estas preguntas tienen un alto porcentaje intelectuales cubanas hemos progresado en «ciencia y
de retórica, pero también habría la obligación de irlas conciencia», pero el desafío en cuanto a la paridad de
formulando para encontrar respuestas, o remover oportunidades para la mujer se mantiene en nuevos
estructuras prejuiciosas o negadoras. terrenos y conflictos.
La literatura cubana nace de una tradición patriarcal El concepto de identidad ha estado presente de
de la cual no nos hemos desembarazado totalmente. todas las maneras imaginables en el cuerpo literario
El llamado «98» cubano del XIX, fijó conductas, racismo, cubano. La conciencia de este fenómeno es, para
sexismo, homofobia, dependencia política y económica. empezar, el reconocimiento de la diferencia. Sale a flote
Se estableció la primera élite dominante cubana, de una por oposición, por defensa. Como se sabe, la identidad
mirada ortodoxamente masculina y blanca y, de hecho, no es abstracta, está afincada en hechos históricos
se apuntaló la práctica de la marginalidad económica, concretos, en circunstancias específicas. Evoluciona, es
moral, cultural, y mental. Fue afirmado un discurso un proceso. Sus proyecciones no son solo de nación,
social que se expandió más allá de los cambios económicos sino de género, sexualidad, clase, raza, edad, lengua,
y políticos de 1959. Y que sigue manifestándose, formación, sitio de vida. Mas, ante todo, la identidad
además, con mayor o menor medida en las más agrupa valores específica y abarcadoramente culturales.
opuestas posturas ideológicas. Los viejos patrones Si bien la economía rige los destinos de las sociedades,
patriarcales han sobrevivido no solo en la familia, sino la identidad es más agredida en lo cultural. Por la peculiar
también en la proyección cultural. De hecho, y a pesar forma de manifestarse es por donde primero se ataca
de muchos esfuerzos, no se han desmantelado algunos y se defiende la identidad. En su definición, no debe
hábitos de los valores culturales opresores del pasado. declinarse el mero hecho de que ser mujer supone una
Subyacen y se manifiestan en la propaganda de los problemática más agresiva y lacerante.
medios masivos de comunicación, e incluso en Si bien se ha adquirido conciencia del concepto
expresiones del lenguaje que parecerían inocuas si no abarcador de identidad incluyendo el género y la
fueran reflejo de actitudes muy graves. Sin dudas, las sexualidad, en algunas narradoras se presenta la paradoja
leyes y la intencionalidad de las instituciones cubanas se de insistir en la disolución de la propia. Sin llegar
dirigen a la igualdad, aunque a veces el desatino o el a radicalismos que a nada conducen en la literatura, se
candor inclinan la balanza hacia manifestaciones que engañan quienes suponen que la identidad no trasciende
refuerzan el sexismo y la misoginia. en el acto creativo. Se escribe como se es. En la actual
Las feministas cubanas de los primeros cincuenta narrativa escrita por mujeres (y eludo intencionalmente
años del siglo pasado, con sus contradicciones y el uso de «femenina») hay expansión, vigor creativo,

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originalidad, mas también desconcierto ante la autoridad Francia a Karla Suárez. Nada, excepto el grato recuerdo
textual donde ha predominado el punto de vista de una alumna prometedora en la escritura de poemas,
hegemónicamente masculino. Cuesta decirlo, pero la me obliga a distinguir a Zoe Valdés. En los primeros
identidad de género parece haber entrado en confusión. años del milenio ya se empieza a deslindar entre las
La siento disuelta en la pérdida de algunos valores que modas y los modos, las actitudes tendenciosas y
ha traído consigo una sumisión acrítica y tardía de la las tendencias, la manipulación para objetivos intrusos
posmodernidad. a la creación y la crítica inteligente.
A pesar de lo dicho, el saldo es positivo. Daisy Cocco Puede ya tenerse seguridades en que las narradoras
de Filippis, crítica dominicana, clasificaba con agudeza cubanas, dejando atrás etapas de ambigüedad,
tres estadios en la pugna de las escritoras por ubicarse recapitulan y salen a la palestra. Por solo poner unos
en el ceñido mundillo literario latinoamericano. Decía pocos ejemplos del aire de cambio que se siente ya en
ella que se había evolucionado de «combatidas» y nuestra narrativa y que deja atrás definitivamente la mal
«combativas» a «combatientes».9 Los dos primeros se calibrada «narrativa de los 90», Marilyn Bobes ha ganado
explican por sí solos. En el tercero, Cocco de Filippis por segunda vez el Premio Casa de las Américas. El
añade el elemento de que la mujer escritora ya puede último con su novela Fiebre de invierno; Aida Bahr ganó
asumir su marginación con humor, se ha hecho evidente el premio de cuentos del Concurso Alejo Carpentier
su presencia y además puede permitirse el lujo de los 2007, con su libro Ofelias; por su parte, Mirta Yáñez
satisfechos de reírse del prójimo. Yo pienso que las (quien relata) obtuvo el Premio de la Crítica 2006 con
cubanas ya hemos llegado a una cuarta fase: ahí están Falsos documentos, los cuentos de Esther Díaz Llanillo
las antologías, los premios, las ediciones de buenos —con su tercer libro al hilo, Entre latidos, 1995—
libros, la editorial Mariposa. Ahora, cuando no estamos recuperan la zona intrigante de lo fantástico que tanto
o no se nos menciona, pues brillamos por nuestra ausencia. brillo ha dado en el pasado a nuestras letras. El interés
Como tercer aspecto, quiero dejar apuntado el por la novela histórica se ha puesto otra vez en boga:
hecho, ya sin vuelta atrás, del conocimiento y contactos El harén de Oviedo, de Marta Rojas narra con copioso
entre la literatura cubana escrita dentro de Cuba y la lenguaje una circunstancia del pasado, y la misma autora
que se produce afuera. A mi modo de ver, la reflexión ganó el importante certamen de narrativa Alejo
sobre la identidad cubana o la incorporación natural Carpentier 2006 con otra novela histórica, Inglesa por
en la obra creadora de los elementos particularizadores un año.
de nuestra idiosincrasia, es uno de los rasgos Ya no cabe tampoco hablar simplistamente de
unificadores de la literatura cubana de hoy, en especial «tendencias propias» de las escritoras, por ejemplo
de la narrativa. Señala la continuidad con la literatura aquella que atribuía a las narradoras el separar la
anterior e imprime un carácter distintivo en sus actuales inspiración ficcional del acto reflexivo puro. Las cubanas
manifestaciones, donde quiera que se escriba y publique. desmitifican los patrones y asumen un realismo que
Las actitudes extremas de ambas partes han intentado admite la nota filosófica, el metatexto, la innovación de
separar la producción literaria cubana entre la que se estructuras, el rejuego lingüístico, en una diversidad que
hizo y se hace dentro de la Isla, y otra, en el exterior. incluye el disparate, el humor negro, la intertextualidad,
Todo lo escrito con marcas identificadoras de identidad el absurdo, la magia, lo sobrenatural, la literatura dentro
pertenece a la corriente de la literatura cubana, así se de la literatura. Coexiste una narrativa de «hechos»
haga en cualquier parte del mundo. Ya tocará a los donde se cuenta una historia a la manera, podría decirse,
estudiosos en el futuro deslindar sus vinculaciones, «clásica», en una autora como María Elena Llana (con
virtudes y fracasos. Incluso, y esto es motivo de polémica dos nuevos libros publicados en 2004: Ronda en el malecón
—bien lo sé— aquella que está escrita en otro idioma. y Apenas murmullos) y una narrativa donde el lenguaje es
A la Condesa de Merlín, que escribió Viaje a La Habana el protagonista, como en los cuentos de Aymara
(1844) en francés, nos gusta considerarla como una Aymerich. Hay ironía, humor, crítica visión de la
escritora nuestra. Dentro de doscientos años nadie va sociedad cubana en narradoras como Laidi Fernández,
a recordar las distancias, y cuando se estudie la literatura también ganadora, en 2004, del premio Alejo
cubana, mucha de la que se haya escrito en español tal Carpentier con el libro de cuentos La hija de Darío, o en
vez no será recordada y quizás alguna de la que está Nancy Alonso con Tirar la primera piedra y Cerrado por
siendo escrita en otro idioma será considerada cubana. reparación, Premio de narrativa femenina del único
Entre las narradoras que viven en los Estados Unidos concurso convocado bajo el nombre de Alba de
hay que mencionar a Achy Obejas y Cristina García Céspedes, en 2002.10
(que escriben en inglés), Daína Chaviano, Uva de Al propio tiempo, nombres poco conocidos
Aragón, Mireya Robles, Sonia Rivera-Valdés y Rosa empiezan a hacerse sentir con textos que se esfuerzan
Ileana Boudet; a Mayra Montero en Puerto Rico; y en por ir más allá de la mera descripción de la vida cubana

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actual, como Diana Fernández (Compañía urbana de fueron engañados por la técnica» y «Puedo citar al menos cuatro
la noche, 2004), Carmen Hernández Peña (Zumba la ejemplos de dicha cornudez: 1) Ha sido engañado por la fealdad. 2)
Ha sido engañado por lo moderno. 3) Ha sido engañado por la
curiganga, 2004) y María Liliana Celorio (Mujeres en técnica. 4) Ha sido engañado por lo abstracto». Ibídem, pp. 75 y 27.
la cervecera, Premio de la Crítica 2004). Algunas de las
más jóvenes y ya reconocidas siguen trabajando y 6. Luisa Campuzano, «Literatura de mujeres y cambio social:
narradoras cubanas de hoy», Temas, n. 32, La Habana, enero-marzo
publicando, como Ena Lucía Portela, Wendy Guerra, de 2003, p. 41.
Mylene Fernández o Anna Lidia Vega Serova. Y otras
no tan jóvenes como Ana Luz García Calzada y Gina 7. Vayan estas perlas de algunas colegas escritoras: «Me parece que
[el feminismo] es una manera de automarginarse», Anna Lidia Vega
Picart continúan con una obra sistemática y en ascenso. Serova; «Del feminismo pienso más o menos lo mismo que del
Los vasos comunicantes entre literatura y machismo [...] son extremos que no conducen a ningún lugar [...] de
compromiso, entre funcionalidad y estilo, entre verdad que ser feminista es incluso marginarse [...] Sí, automarginarse.
identidad y lenguaje, entre ética y estética, comienzan a Siempre una tiene problemas con el machismo, pero también tiene
renovarse y a organizarse bajo una óptica crítica que problemas con el feminismo» [sic], Adriana Zamora; «Yo soy
machista... [sic] Yo soy una mujer más apegada al machismo que al
aspira a ahondar en los conflictos del ser humano, en feminismo [...] Me atrae mucho la independencia de la mujer, además
aras de revelar lo auténticamente trascendente. No que la mujer puede ser tan humana como cualquier hombre, está
perdamos la esperanza de remontar esta etapa de comprobado que puede ser así. Pero quizás como cubana me atrae
banalidad y supercherías. El papel de las escritoras un poco más el método machista, tradicional, de tener una pareja
cubanas en el mundo actual es dinamizador. Están, que te cuide, que te dé seguridad, que te proteja hasta cierto punto,
te acaricie, te malcríe», Aymara Aymerich. Tomado de Katrin
simple y llanamente, corriendo las fronteras. Sigamos Kollenz, Die Kubanische Frau, Brandes and Apsel Verlag, Frankfurt
creciendo, como pedía una de nuestras primeras del Meno, 2003, pp. 181, 202, 207.
feministas, Camila Henríquez Ureña, en ciencia y
8. Francisco López Sacha y Salvador Redonet, Fábula de ángeles,
conciencia, en arte y conciencia.11 Letras Cubanas, La Habana, 1994.
9. Véase «Introducción», en Mirta Yañez y Marilyn Bobes, ed. cit.
Notas 10. En fechas posteriores, nuevos honores han sido otorgados a
escritoras. Entre otros, el Premio Alejo Carpentier 2008 de novela
1. Mirta Yañez y Marilyn Bobes, Estatuas de sal. Cuentistas cubanas y cuento, a Margarita Mateo y Gina Picart, respectivamente; el
contemporáneas. Panorama crítico (1959-1995), Ediciones UNION, La último Premio de novela UNEAC lo obtuvo Gleyvis Coro con La
Habana, 1996. burbuja; y de los diez Premios de la Crítica 2007, cuatro de narrativa
fueron para Las edades transparentes, de Lourdes González Herrero,
2. Margaret Randall, Breaking the Silence, Pulp Press Publishers, Perro viejo, de Teresa Cárdenas, Ámbito de Hipermestra, de Mercedes
Vancouver, 1982. Melo Pereira y Corazón de libélula, de Nersys Felipe.
3. Camila Henríquez Ureña, Estudios y conferencias, Letras Cubanas, 11. Este texto fue presentado en el XXVII Congreso de la Asociación
La Habana, 1982, p. 571. de Estudios Latinoamericanos (LASA), celebrado en Montreal, en
septiembre de 2007.
4. Salvador Dalí, Los cornudos del viejo arte moderno, Tusquets
Ediciones, Barcelona, 1990, p. 94.
5. También decía Dalí: «Partidarios de lo ultranuevo, menospreciados ©
por los advenedizos de lo seudoviejo-viejo, los críticos ditirámbicos , 2009

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