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COSTES Y SU APLICACION
EN LA RED ASISTENCIAL
PARA PERSONAS CON
MINUSVALIA
Figura 1
Evolución de los costes y las aportaciones torales en el período 1992-96
(en miles de pesetas)
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asignados a cada elemento de coste y la modo de ejemplo, cubren un 10 % de los
aportación de los usuarios y/o familias en costes residenciales. Esta presión, tradu-
función de sus disponibilidades econó- cida en un incremento de cuotas, tiene su
micas, abandonando la idea de aportacio- refrendo en la recientemente aprobada
nes forales fijas y asumiendo la aplicación Ley de Servicios Sociales, en la medida
de un modelo en el que dichas aportacio- que proyecta la cofinanciación pública y
nes se particularicen para cada usuario. privada como solución al previsible de-
Así, pasaremos a reflexionar sobre for- cremento de la tasa de financiación pú-
mulaciones con la siguiente estructura: blica, motivada, entre otras razones, por
las desviaciones de los recursos hacia
sectores como la sanidad y las pensiones,
motivadas a su vez por cambios en la pi-
rámide de la población.
donde:
aportación plaza para cada usuario
3. EL NUEVO MODELO. METODOLOGIA
del servicio.
Y CONSECUENCIAS
suma de los valores asignados a La construcción de un modelo que se
los factores de coste. desarrolle sobre la aplicación de la expre-
cuota o precio asignado a cada sión (2), exige analizar los costes desde
usuario en función de su renta y/o una perspectiva mixta, de equilibrio entre
patrimonio. lo técnico-asistencial y lo económico-fi-
nanciero. Si los datos económicos se ob-
El efecto más inmediato de la adop- servaran aisladamente del contexto social
ción de este tipo de políticas es el ejerci- al que pertenecen, de la explotación de
cio de una mayor presión sobre el usuario los mismos no podríamos construir nin-
y su entorno, que en la actualidad, y a gún simulador válido.
Figura 2
El sistema modular de costes y su financiación
T: Tipología
S: Servicio
M: Módulo
C: Componente
U: Unidad
3.1.2. Análisis económico de la red plotación de datos ya corregidos ofrezca
asistencial un mínimo de garantías.
Naturalmente, la aplicabilidad de di- Si bien esta homogeneización debe
ferentes técnicas de análisis estadístico, realizarse para la totalidad de los datos
o de cualquier otro instrumento de aná- contables, por su importancia a nivel de
lisis, para la cuantificación de los facto- costes el capítulo de personal merece un
res de coste a partir de los datos eco- tratamiento especial. Explicar este con-
nómicos de la realidad, podría no tener cepto de gasto es explicar tres cuartas
sentido si previamente no se han corre- partes del coste/plaza en términos me-
gido las desviaciones que sobre las mis- dios. En concreto, para los servicios resi-
mas variables se pueden presentar. Así, denciales de Gipuzkoa en el ejercicio
esta primera etapa nos obliga a homo- 1996, los costes de personal han variado
geneizar la información contable hasta entre un 63% y un 83% del coste por
obtener un nivel de bondad tal que la ex- usuario, como muestra la siguiente tabla:
Nota: estimación, en miles de pesetas, de los datos presentados a junio de 1996 por las entidades afectadas
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Del repaso de las estructuras de per- directa se refiere —salarios, seguridad so-
sonal implantadas en las entidades del cial y gastos sociales—, la desviación del
sector, se observa que no existen mode- coste se sitúa en un 16,66 % del coste pro-
los de funcionamiento sino, más bien, sis- medio, como se deduce de la figura n.° 4).
temas adaptados a las necesidades deri- Disminuir esta dispersión supondría re-
vadas de la evolución experimentada por pasar cada estructura de personal exis-
cada una de ellas en los últimos años (por tente para poder confluir en una banda
ejemplo, en lo que a personal de atención salarial común.
Figura 4
Coste unitario del personal directo
Estos datos aconsejan que el análisis Finalmente, para calcular los precios
de la estructura de personal necesaria, di- del resto de conceptos de gasto —aque-
recta e indirecta, para la prestación de los llos componentes definidos que no son
servicios contemplados en la matriz, se personal y que aproximadamente signifi-
realice desde sus más diversas perspec- can un 25 % del coste/plaza— los criterios
tivas. En este sentido, podríamos indicar de cálculo dependerán de la validez de la
las siguientes: información ya depurada. En algunos ca-
sos, la explotación estadística nos permi-
— en función del tipo de atención: defi- tirá obtener inferencias con el suficiente
niciones de personal de atención direc- nivel de confianza; en otros, sin embargo,
ta y personal de atención indirecta, así la escasez de información tanto cualitativa
como de los ratios de personal para las como cuantitativa, nos empujará a la asig-
diferentes combinaciones tipología- nación de valores desde la propia expe-
servicio. riencia o desde unos precios de mercado
que podamos utilizar como referencia.
— en función de la naturaleza: clasifica-
ción de los costes de personal para ca- Delimitados todos los inputs, inter-
lificar la naturaleza discreta o continua medios y primarios, que conforman el
de los incrementos o decrementos en coste/plaza o, lo que es lo mismo, desgra-
el número de profesionales, motivados nada dicha variable en sus componentes
por variaciones en la dimensión asis- elementales, y conocidos los precios asig-
tencial ante cambios en el grado de nados a cada unidad de obra definida o
complejidad de los servicios. Pij, de las expresiones (2) y (3) podemos
deducir el cálculo de APU según el siguien-
— en función de la categoría profesional: te desarrollo:
creación de un marco remunerativo co-
mún para trabajadores de similares ca-
tegorías (iniciativa de profesionalización
del sector adoptada por el Gobierno La aportación por plaza y usuario para
Vasco a través del «Proyecto de Decreto una determinada combinación de servicio
sobre Servicios Sociales Residenciales y tipología se calculará como la diferencia
para la Tercera Edad»). entre la suma de los precios asignados a
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cada unidad de cada combinación com- aquí, ante la tendencia iniciada por la tasa
ponente-módulo y la aportación del usua- de cobertura pública desde el ejercicio
rio en función de sus disponibilidades 1994 (figura n.° 1), donde surge la nece-
económicas. sidad de redefinir los actuales repartos de
financiación mediante la intervención de
conceptos no contemplados hasta el mo-
3.2. Diseño del sistema de financiación mento, tales como el precio máximo, pre-
cio político, renta, patrimonio, responsabi-
Abordar el problema desde la única lidad subsidiaria, reconocimiento de deu-
perspectiva del coste, como hemos hecho da, etc.
hasta ahora, resuelve tan sólo la mitad del La disminución per cápita de los re-
problema. Si bien, todo el análisis previo cursos sociales destinados al sector que
nos permite la construcción de un sistema nos ocupa nos conduce al replanteamiento
homologado de los componentes de cada de los tradicionales sistemas de finan-
servicio definido, no indica, sin embargo, ciación, con el objetivo de redistribuir los
la tasa de financiación de cada agente in- recursos sociales de una manera más
terviniente (administraciones públicas y equitativa y racional, de acuerdo con las
usuarios); en definitiva, sabemos qué ha- conclusiones extraídas del desarrollo del
cer pero no sabemos cómo hacerlo. Es siguiente esquema:
Figura 5
Sistema de facturación
Figura 6
Cobertura teórica de costes y pagos
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