1.

Miami, Enero de 1971 3

2. Como es que comencé a trabajar para A.A. 11

3. Conociéndote 19

Agradecida por Haber Estado Ahí

4. “¡la Gente! ¡Oh, la gente! 41
En memoria de Bill y Lois W.
Con amor y gratitud por su larga y apreciada amistad. 5. Bill W. en el Trabajo. Sus Contribuciones. 53

6. Bill y Lois en el descanso. 65

“Mis 42 años con Bill y Lois, y la evolución de Alcohólicos Anónimos”
7. Cómo era Bill: Su mente y su corazón. 71
Segunda Edición
(Expandida y Revisada) 8. Bill y el Dr. Bob 89

Nell Wing 9. Bill y el Dr. Bob: epílogo 101

10. Las deficiencias de Bill y sus defectos de carácter 103

Hazelden 11. Las influencias en Bill 109

12. Los amigos de “afuera” de Bill 119

13. Archivista para A.A. 127

Contenido 14. Epílogo: Lo que A.A. significa para mí 143

Reconocimientos ix Apéndice A: Anonimato 151

Prefacio xi Apéndice B:

1
Siguiendo los pasos de la Oración de la Serenidad 167

Sobre el Autor 189

Reconocimientos

Quisiera expresar mi sincero agradecimiento a las siguientes

personas, por su ayuda y su apoyo, así como por permitirme el
acceso a materiales que pertenecen a la historia de A.A. para re
imprimirlos:
En particular, agradezco la ayuda brindada por los archivos de
la “General Service Office (G.S.O.)”, del archivista y de “A.A.
World Services, Inc.”, por permitir el acceso a los libros, folletos,
cartas y revistas. También valoro profundamente el
compartimiento de amigos que fueron empleados de A.A. de sus
memorias personales.
Agradezco a “A.A. Grapevine, Inc.” Por compartir las fuentes
de información y los permisos para re imprimir.
Extiendo un especial agradecimiento a “Al-anon Family Group
Headquarters, Inc.”, por su cooperación en la revisión del material
perteneciente a Lois W. y su permiso para usar algunas porciones
del mismo.
También deseo expresar un especial agradecimiento a la Sra.
Lucille Khan, por compartir sus memorias sobre las juntas entre Bill
W. , Gerald Heard y Aldous Huxley, en su departamento y el de su
esposo en Nueva York.
Estoy agradecida con la ayuda y la guía de Bob P. para recabar y
preparar los materiales originales.
Gracias a mis tantos amigos de tanto tiempo en A.A., que, con
tanta amabilidad, compartieron sus memorias de Bill y Lois conmigo.

2

Prefacio
Nell Wing fue la secretaria y asistente ejecutiva de Bill W., uno de
los fundadores de Alcohólicos Anónimos, durante 17 años y se
convirtió en una amiga cercana y compañera de largo tiempo de Lois
W., co-fundadora de Al-Anon, durante 34 años. “Eran mi familia”,
declara Nell, y de hecho, ningún otro individuo siquiera se acercó a
la cálida y profunda relación de la que ella disfrutó con dos de las
figuras más extraordinarias de nuestros tiempos.
Al paso de los años, Bill y Lois en distintas ocasiones, dejaron
mensajes de aprecio y cariño a esta amiga cercana tanto en cartas
como en libros. Una de las últimas expresiones de este tipo se
encuentra en “The AA Way of Life” (La Forma de Vida de A.A.),
más tarde nombrade de nuevo como “As Bill Sees It” (Tal como lo
Ve Bill”. “Lois se une conmigo en el profundo amor e interminable
gratitud por todo lo que has regalado de ti misma hacia nosotros – y
a A.A. en todo el mundo – con devoción, Bill”. Julio 1967.

Adicionalmente, trabajó en la “World Services Office (W.S.O.)” de

A.A. desde principios de 1947 hasta su retiro al término de 1982,
comenzando como recepcionista y convirtiéndose más tarde en
secretaria de “A.A. World Services, Inc.”

Fue una investigadora del consejo; editora de publicaciones;

coordinadora de producción y distribución de las noticias y
reportes de la Conferencia de la G.S.O. durante varios años; y
finalmente, archivista de la comunidad por los últimos 10 años de su
servicio, durante los cuales varias áreas de los Estados Unidos y
Canadá, la invitaron para hablar y compartir sus memorias y
anécdotas durante sus años en A.A.

Ningún otro individuo viviente conoce más sobre el desarrollo y

crecimiento de Alcohólicos Anónimos, ni fue más cercana, ni un
observador más perceptivo de la emoción, turbulencia y
reafirmación espiritual de lo que Aldous Huxley llamó “el más
importante movimiento social del Siglo XX”.

3
Algunos comentarios de Bill hacia Nell Wing en publicaciones
durante los años:

Octubre 8, 1954
Con profunda apreciación por tu maravillosa y duradera devoción a
A.A. y a mí.

Septiembre, 1957
Por tu preciosa amistad, y por tu devoción, que tanto ha ayudado
para poder hacer este libro. “A.A. Comes of Age” (Alcohólicos
Anónimos llega a su Mayoría de Edad) lo que es.

Julio, 1965
El pensamiento de que la Divina Providencia ha permitido que tu y
yo compartamos el 30 Aniversario de A.A. me emociona
profundamente. Hay que agradecer el que seas tanto para tantos –
y para mí.

Julio, 1967
Lois se une en mi profundo amor y nuestra eterna gratitud por toda
la devoción demostrada hacia nosotros – y hacia A.A. mundialmente.

4
 Agradecida por Haber Estado Ahí
1 mundo, esperando ver y escuchar hablar al co-fundador, tal como lo
Miami, Enero de 1971
Íbamos a bordo de un Lear Jet destinado a llevar a Bill W. desde su
hogar en Bedford Hills, Nueva York, al Instituto del Corazón de Miami,
en Miami, Florida. Era Enero 24 de 1971. Mientras los pilotos
maniobraban para alcanzar la altitud y velocidad necesarias para
aterrizar lo más rápido posible sin poner en riesgo la frágil condición de
Bill, ahora seriamente enfermo, acostado a lo largo de varios asientos
traseros, y con su ya siempre presente máscara de oxígeno.
Su médico, el Dr. Ed. B., había puesto la cabeza de Bill sobre Lois,
donde su presencia física y su amor especial podrían ayudarlo lo más
posible. Ed se sentó a un lado del paciente, y yo me senté cerca de sus
pies.
Mientras volábamos, Bill se deslizaba dentro y fuera de sus
alucinaciones, viendo muerte o parientes ausentes a sus pies, a quienes
describía en detalle para nosotros. Su brazo izquierdo ocasionalmente
se quedaba colgando. Yo lo volvía a poner en su regazo y le daba una
palmada. Trataba de sonreírme y darme en la mano un apretón
agradecido. Yo simplemente le decía “aférrate rápido” – una de sus
expresiones favoritas – “aférrate rápido, Bill”.
Esa no fue la primera vez en que nosotros 4 íbamos a Miami en esos
fatídicos meses. En Julio de 1970, estábamos juntos en la Convención
Internacional de A.A. y Al-anon, la mayor reunión de ambas
comunidades que se hubiera llevado a cabo hasta ese momento. Se
había llevado a cabo en los Hoteles Fountainbleu y Eden Roc de Miami
Beach. Más de 10 mil miembros y sus familias habían venido de todo el
había hecho en las 4 convenciones de aniversario previas.
Pero esta vez, Bill estaba demasiado enfermo. Su eterno hábito del
cigarrillo se había vuelto un enfisema, el cual había ido progresando
desde 1965, aun después de que Bill dejó de fumar en 1969. En la
primavera de ese año, mientras trabajaba sobre la azotea de su estudio
en Stepping Stones, el hogar de Bill y Lois, él se había caído, salvado
por una rama de árbol que se rompió al caer, pero no enteramente. De
forma necia, se volvió a subir a la azotea a terminar el trabajo, después
de haber descansado y descubrir que no tenía huesos rotos, pero fue el
principio del fin. Nunca se recuperó completamente de los efectos de
la caída y su salud comenzó a deteriorarse más rápidamente. Al
siguiente año, durante la cena de la Conferencia Anual de los Servicios
Generales, no le fue posible terminar su discurso de bienvenida, ante la
sorpresa y consternación general de los delegados, custodios y demás
presentes.
En Julio, yo había volado junto con Bill y Lois a la convención de Miami,
unos días antes de su comienzo. Durante estas reuniones, me quedaba
muy cerca de Bill para atender sus necesidades, ayudarlo con sus notas
para estas pláticas e “intentar” protegerlo de las multitudes que
constantemente lo presionaban, y generalmente le era de ayuda. Esta
vez, era muy claro que Bill no podría cumplir con sus esperadas
apariciones. La usual Conferencia de Prensa se llevó a cabo en la tarde
del miércoles anterior al fin de semana de apertura de la Conferencia.
El Dr. Jack Norris tuvo que actuar como substituto de Bill, lo recuerdo
bien, y por supuesto Lois tuvo que estar presente y fue un momento
muy difícil para ella.
5

Cada día, algunas veces dos veces al día, teníamos que llevar a Bill a la
clínica, y regresarlo. Lois, Bob H. (el Gerente General de la Oficina de
Servicios Generales), y el Dr. Jack, trataban de hacerse cargo y
arreglar que todo saliera bien durante la Convención, en cuanto a
horarios, e improvisando excusas sobre la ausencia de Bill. Yo pasaba la
mayor parte del día con Bill en la suite que tenía con Lois en el hotel,
tomando mensajes, atendiendo sus necesidades, haciendo recados, etc.
De hecho, el dormía la mayor parte del tiempo. Fue durante esa
semana que comenzó su caída física y comenzó con alucinaciones; por
ejemplo: se imaginaba que había hecho una llamada de larga distancia.
Todo esto era terriblemente estresante para Lois, pero se manejó
heroicamente, cumpliendo con sus presentaciones en Al-anon y algunas
de Bill, guiándonos y reconfortándonos a los demás. Si alguien podía
levantarse, durante cualquier dificultad, era Lois W.
Bernard Smith, el pasado Presidente de la Junta de Servicios
Generales y un muy buen amigo de Bill, fue llamado por Nueva York para
tomar la palabra en lugar de Bill, durante la plática principal ese sábado
por la noche. Bern apareció un poco contrariado por la llamada de
emergencia y me pidió que lo ayudara a adaptar una plática para la
Conferencia de sus años previos – lo cual hicimos. Recuerdo que
terminamos ese mismo sábado como a la 1 o 2 pm, después de lo cual
fue a jugar un poco de golf. El domingo, cuando lo vi en el lobby del
hotel, se acercó conmigo y se disculpó por su mal humor del día
anterior. Tomando mi brazo me dijo: “ven Nell, te invito un trago”, y
nos acercamos al bar del hotel Fontainbleu, pedimos unos tragos, e
hicimos un poco de remembranza de los viejos tiempos. (Irónicamente,
Bern Smith murió sorpresivamente tan solo 3 semanas después, en
Agosto 1º. Menos de 6 meses antes que Bill).
Yo me sentía tan cansada por la noche del sábado, después de la pesada
sesión con Bern y de las preocupaciones por los eventos de esos días,
que me quedé dormida la mañana del domingo, y por lo tanto, ¡me perdí
de la última aparición en público de Bill!
Durante la enorme reunión de clausura de esa mañana, Bill decidió
aparecer sin previo aviso y de sorpresa. Me dicen que lo llevaron en
silla de ruedas por atrás del escenario, conectado con tubos a un
tanque de oxígeno y vestido, por insistencia propia, ¡en uno de los
blazers naranja chillante que identificaban al comité organizador de
Miami! Entiendo que la asistencia completa, simplemente explotó en un
aplauso, la gente celebrándolo mientras lágrimas de alegría caían por
sus mejillas. Mientras el ruido aminoraba, logró levantarse de su silla
de ruedas hasta quedar completamente levantado, con las manos en la
tribuna. Puede ser que haya hablado tan solo 5 minutos, con esa voz
clara y fuerte, el Bill original en su apogeo. Habló de lo impresionado
que estaba con la gran asistencia, particularmente de miembros de
otros países. Mencionó lo que había significado para él, el ver el
enorme crecimiento de A.A. y el haber formado parte de ello. Terminó
con unas pocas palabras, llenas de emoción, que no podrán olvidar los
miles de asistentes que las escucharon, diciendo, en efecto, “Mientras
veo esta mañana esta vasta muchedumbre, se en mi corazón que
Alcohólicos Anónimos durará mil años, si esa es la Voluntad de Dios”.
Mientras se sentaba en su silla de ruedas, la audiencia se levantó en
una estrepitosa ovación.
Más tarde ese día, volé de vuelta a Nueva York. Bill regresó al
Instituto del Corazón de Miami con Lois, donde el Dr. Ed pudo
supervisar mejor su condición, ya que iba empeorando. Permanecieron
en Miami hasta el 1º. De Agosto, cuando tomaron ya la decisión de
regresar a Stepping Stones. Apenas habían regresado, cuando la
condición de Bill volvió a empeorar. Su enfermedad comenzó a
6
progresar rápidamente. Comenzó a requerir oxígeno durante el día y
también durante las noches. Sus alucinaciones se hicieron más
frecuentes.
Tuvo primero un enfermero y en un par de meses, se necesitó de más
ayuda para que pudiera tenerla durante las 24 hrs del día. Durante
este tiempo yo iba a Stepping Stones mucho más seguido,
maravillándome con la increíble fortaleza de Lois, con su coraje y su
energía. A mediados de enero, mi propia madre murió, y recién había
regresado cuando los acontecimientos llegaron a un clímax ese último
fin de semana en Stepping Stones.
Temprano, en la tarde del sábado 23 de enero, Lois y yo estábamos
sentadas en la biblioteca que se encontraba afuera de la recámara, en
la parte de arriba. Bill llamó de pronto desde la recámara, pidiendo un
vaso de agua. El enfermero de día había terminado su turno y el de la
tarde no había llegado aún. Pensando en servir de alguna ayuda a Lois,
le acerqué el vaso de agua, lo ayudé a levantarse y le ayudé a detener la
cabeza para que pudiera beber. Pasó el agua tan rápido que comenzó a
toser muy fuerte y no podía recuperar su respiración. Pensé “Dios Mío,
es aquí que lo perderemos”. Pero de forma milagrosa, un automóvil
corrió por la calle y el enfermero de la tarde llegó. Dijo que había
percibido que se necesitaba antes su ayuda y había decidido llegar
antes. Utilizó el procedimiento correcto para ayudar a Bill en sus
espasmos y lo estabilizó por el resto de la noche. Todavía me maravilla
esa increíble coincidencia, si es que esa es la palabra adecuada.
A media mañana del domingo 24 de enero, llamamos a una ambulancia y
fuimos al Aeropuerto de Westchester en White Plains para esperar el
Lear Jet que un viejo amigo de Bill llamado Brinkley Smithers había
ordenado. Nos tenía que llevar al Instituto del Corazón de Miami. El
avión no estaba aun ahí, y aun cuando pareció una eternidad el tiempo
en que llegó, lo esperábamos ansiosamente. Bill se encontraba en la
ambulancia, requiriendo una atención constante de los enfermeros.
Lois, sumamente nerviosa por el atraso, salió disparada a la pequeña
pista del aeropuerto, buscando en el cielo una señal del avión que
esperábamos. Muy pronto le ordenaron que se moviera de ahí. Justo
cuando los enfermeros estaban a punto de llevar a Bill de vuelta al
hospital de Westchester, apareció el avión con el Dr. Ed. Despegamos
inmediatamente.
Ya en Miami, compañeros alcohólicos nos recibieron y nos llevaron al
Instituto del Corazón de Miami, donde dejamos a Bill. Lois y yo nos
registramos en un motel cercano en dos cuartos separados únicamente
por una puerta, fuimos a buscar algo de comer, y finalmente nos
quedamos dormidas en nuestras habitaciones. El teléfono me despertó
a las 12:30 a.m. Era el Dr. Ed que se encontraba en el lobby con la
noticia de que Bill había muerto ya, y no sabía si debía despertar a Lois.
Bill había muerto a las 11:30 p.m., del 24 de enero de 1971. En su
aniversario de bodas número 53. A.A. había perdido a su co-fundador,
Lois había perdido a su amado marido, y yo había perdido al amigo y
confidente más cercano de mi vida, mi figura paterna, mi hermano
mayor. El certificado de defunción hacía notar que había padecido
enfisema pulmonar por 3 años y neumonía por 2 semanas. También se
hacía ver una falla en el corazón entre las causas de muerte, la cual Ed
nos había hecho notar durante el viaje en avión.
Antes de levantarme, Ed ya había llamado a Bob H. en Nueva York,
quien se puso en acción para preparar un plan sobre el procedimiento
para informar a quienes necesitaban saber la noticia, tanto adentro
como afuera de A.A. Cuando Ed y los otros compañeros de A.A.
vinieron a mi habitación, nos quedamos despiertos y conversando
durante el resto de la noche, y decidiendo si era prudente despertar a
Lois y comunicarle la noticia, pero siempre llegando a la conclusión que
7
era mejor dejarla dormir un poco más, sabiendo lo exhausta que se
encontraba y lo mucho que lo estaría con los eventos siguientes.
Ella había dormido tranquilamente esa noche. Aparentemente su sueño
había sido continuo, lo que nos evitó despertarla para darle la noticia.
Serían las 7 a.m. cuando la escuchamos moverse. Fue Ed quien le dio la
noticia. Ella se colapsó en sus brazos, absolutamente devastada.
Permaneció enojada y lastimada el resto de su vida por no haber podido
estar al lado de Bill durante sus últimos momentos, así como con
nosotros por no haberle dado inmediatamente la noticia.
Bill siempre había amado Vermont, y había planeado que se le enterrara
ahí con el resto de su familia. Así que se decidió conservar su cuerpo
guardado en frío, en un ataúd de roble de Vermont que Ed había
pedido, hasta que la tierra de Nueva Inglaterra se hubiese
descongelado lo suficiente para enterrarlo. Esto ocurrió el 8 de mayo
en East Dorset, Vermont, ante un íntimo y pequeño grupo.
El lunes regresé de Miami junto con Lois. Ella murmuraba
constantemente que había sido demasiado posesiva, más para sí misma
que para mí, entre el duelo y las lágrimas. Las ocupaciones de Bill en el
trabajo y la oficina habían provocado que pasaran mucho menos tiempo
juntos, lo cual había provocado en ella unos celos irracionales.
Al día siguiente, salió un obituario con la foto de Bill y un resumen de su
historia en la primera plana del New York Times. Cientos de periódicos
en el mundo hicieron lo mismo, completando para los archivos históricos
de la agrupación, tres carpetas de recortes. El mundo sabía por
primera vez la identidad del hombre que había sido co-fundador de
Alcohólicos Anónimos, si bien la identidad del Dr. Bob también se había
revelado cuando murió en noviembre de 1950, por lo que había dejado
un precedente. El 14 de febrero, durante el Día de San Valentín, se
llevaron simultáneamente en todo el mundo, servicios conmemorativos
dedicados a Bill, desde la Catedral de St. John el Divino en Nueva York,
hasta Montreal, Londres, Antwerp, Bombay, Dublín, Glasgow,
Johannesburgo, Melbourne y Estambul. Así mismo se llevaron a cabo en
todos los Estados Unidos, Centro y Sudamérica. Ya habíamos
celebrado un servicio en Stepping Stones la semana anterior. Un
querido amigo, ministro de una congregación, presidió la ceremonia y
tocó el piano, haciéndolo bastante mal, por cierto.
Aun cuando habíamos perdido a Bill, esto para mí fue el inicio de una
larga y cercana relación de compañerismo y amistad con Lois, la cual
duró hasta su muerte, 17 años después. Fui constante en mis visitas
durante los fines de semana a Stepping Stones, no solamente para
brindarle consuelo, sino para extenderle mi leal amistad, compartir con
ella proyectos mutuos que tuvimos, disfrutar de nuestros juegos
favoritos y acompañarla en algunos viajes. Nuestra relación floreció en
un amor y una compañía mutuos, que continuaré guardando como un
tesoro durante toda mi vida.
Mientras tanto, yo continuaba con mi trabajo y mis proyectos en la
Oficina de Servicios Generales. Estaba ocupada, primero, en limpiar la
oficina de Bill, la organización de sus documentos, discursos, asuntos
pendientes y correspondencia., y al mismo tiempo, recolectando la
historia de los grupos e intergrupos, de la Oficina de Servicios
Generales, las Conferencias de Servicios Generales, etc.
8
 2 fiel de la Agrupación. Cuando Bill y Loise la visitaron durante un verano
Como es que comencé a trabajar para A.A.
Mis comienzos fueron en West Kendall, un pequeño pueblo localizado en
el Estado de Nueva York, cerca de las costas del Lago de Ontario. My
padre, Frank Wing, era un maestro de escuela y uno de los dos jueces
de paz locales. Era un hombre muy disciplinario como maestro de
escuela. Sin embargo, cuando se ponía en el papel de juez local, parecía
ser considerado y comprensivo en cuanto a todas las clases de
problemas, incluyendo el problema de la bebida. Los rumores locales
decían que a mi padre le gustaba beberse una o dos cervezas
ocasionalmente, pero nunca llegaron a oídos de mi madre, quien era una
adicta a la “Women’s Cristian Temperance Union” W.C.T.U. (Unión de
Mujeres Cristianas en Abstinencia). Yo interpreto, que mi padre no
pensaba en el alcoholismo como una enfermedad exactamente, pero si
se dio cuenta de que la bebida en exceso era algo más complicado que
un simple problema moral. (Y que no pocos de los arrestados por esta
razón eran amigos de mi padre y podían influenciar en su tolerancia).
La mayor parte de los arrestos era por manejar en estado de ebriedad
durante las noches. Esto solía ser cuando todos despertábamos por los
golpes en la puerta hechos por un oficial de policía, quien había
atrapado a su víctima. Papá muy a menudo pagaba las fianzas de sus
amigos, quienes por supuesto no tenían casi nada de dinero en efectivo
en ese momento. Si en ese momento hubiese habido un grupo de A.A.
en nuestra área como lo hay actualmente, estoy segura que papá
hubiera sentenciado a los reincidentes a 30 días de juntas en A.A.
Mi madre, informándose mejor sobre A.A. a medida que pasaba el
tiempo (mi padre murió en 1945 – 2 años antes de que yo llegara a la
Fundación Alcohólica – más tarde A.A.) y escuchando con atención mis
muchas historias y descripciones de A.A., se convirtió en una seguidora
que estuvieron por nuestra área, se volvió aun más adicta, con mucho
entusiasmo, trayendo noticias frescas de A.A. a sus reuniones de
WCTU, así como anécdotas sobre Bill y Lois, completamente
inconscientes de que las mujeres pertenecientes a la Unión, no eran
todas muy devotas ni confiadas en el programa de A.A.
Recuerdo que en las oficinas centrales de la Unión, a principios de
1952, se pasó una información en su boletín donde se informaba que Bill
W había tenido un resbalón y había vuelto a beber – obviamente, sin
ningún intento de verificar la información. Pero no permitimos que esto
continuara. Bill, desde las oficinas centrales de A.A., hizo una carta en
un tono muy fuerte dirigida al editor, haciendo énfasis en que su
información era incorrecta y que esperaba ver corregido el error en el
siguiente número de su boletín. El error se corrigió, incluyendo una
disculpa.
Recuerdo también, que la WCTU intentó abrirse camino para ganar
nuestra cooperación en sus campañas de prevención durante esos años,
así como la pedían también las empresas que vendían licor, sin tener
ningún éxito, por supuesto. De hecho, aproximadamente 100 años
antes, la industria del licor había buscado y obtenido algo de ayuda por
parte de alcohólicos del movimiento Washingtoniano, hablando por ellos
sobre la necesidad de moderación en la bebida.
En Otoño de 1936, asistí al Colegio Keuka, localizado en la región de los
Lagos Finger de Nueva York. Durante los 4 años que pasé ahí, era una
escuela solo para mujeres. De cualquier forma, teníamos encuentros
con los chicos de los colegios vecinos y llevábamos a cabo bastantes
bailes y cenas donde podíamos invitarlos. Creo que describiría mi
comportamiento en esos años como una “pre-hippie”, muchos años antes
de su época, dado que estábamos bastante más avanzadas que en otros
9
colegios y más seguras de nosotras mismas. Se nos motivaba a
expresarnos en distintas áreas, para que pudiésemos tomar nuestras
propias decisiones; teníamos más libertad de elección. Invitábamos a
gente preparada y conocida de distintos niveles de la sociedad para que
hablaran en nuestras asambleas. Recuerdo especialmente e Eleanor
Roosevelt, por sus sabios consejos y su compartir con nosotras
mientras se sentaba a mitad del salón cuando hablaba. Todas nos
sentábamos en el piso a su alrededor y terminábamos haciéndole miles
de preguntas.
Ese día, dio un consejo sobre la madurez: “no esperen que cualquiera
que conozcan apruebe sus ideas o su persona. Acepten y conózcanse a
sí mismas, sean quienes son sin ningún temor”. En ese tiempo yo era
agnóstica e idealista, centrada en mí misma, nada conformista y
probando a cada persona que conocía. Pero creo que esa era la
descripción general de cualquier chica de mi edad.
Después de mi graduación en 1940 y habiendo recibido mi diploma en
educación, decidí viajar al siguiente año a la ciudad natal de mi madre,
San Antonio, Texas. Ahí me dediqué a enseñar a chicos mexicanos de
nivel secundaria que eran adorables pero muy difíciles de disciplinar.
Algunos de ellos solían llevar navajas, y les gustaba retar con ellas al
equipo contrario de futbol cuando perdían. Hablaba un poco de español
pues papá había vivido en México y en Texas durante un tiempo, donde
conoció y se casó con mi madre, Daisy Shepard, y además, creo que les
agradaba la Maestra “Weeng”.
De cualquier forma, antes de que terminara el año, llegué a un límite en
mi capacidad de enseñanza, dado que además, me había contagiado de
un caso de tiña bastante fuerte, contagiado por uno de mis alumnos, así
que decidí comenzar a trabajar como Secretaria en el Arsenal de San
Antonio, pues en esa época estábamos en la Segunda Guerra Mundial.
Duré un año más trabajando en esto y regresé a casa pues papá había
sufrido un ataque al corazón. Se recuperó y vivió otros tres años, pero
me quedé en Rochester, trabajando también como secretaria.
Dos de mis amigas del trabajo, me convencieron un día de ir a la
estación de reclutamiento de la Guardia Costera Auxiliar, donde nos
hicieron los exámenes físicos y psicológicos necesarios, siendo yo la
única que los pasó, por lo que me uní a la parte femenina de la Guardia
Costera que se encontraba “siempre lista” (Semper Paratus – Always
Ready). Esto significaba mantenerse de servicio en todo momento. Me
enviaron a la estación de Seatle, 13º Distrito Naval por 2 años en los
cuales disfruté plenamente mi estancia y mi servicio. No me gustó
particularmente el cargo de Capitán de Mástil que me dieron (el más
bajo rango en una Corte Naval) por una noche de juerga completa, la
cual pasó en el momento incorrecto, el lugar incorrecto y en compañía
de las personas incorrectas, un episodio que siempre recordaré.
Fui liberada de mi cargo de contramaestre al final de la guerra. No
tuve ninguna relación seria pero estuve profundamente interesada en la
escultura, para la cual tenía cierto talento. Tuve un deseo muy intenso
de ir a México para estudiar a un escultor muy famosos que enseñó en
la Universidad Americana, localizada en ese momento en San Miguel de
Allende, pero mi plan era muy vago. Pensé que sería muy divertido el
lograr vivir con ese tipo de gente y su interesante forma de vivir. Sin
embargo, también lo veía de una forma práctica, pues sería el comienzo
de una carrera.
Pero primero, necesitaba algo de dinero para contrarrestar el pago tan
bajo que me daban por mi servicio. Así que fui a Nueva York y conseguí
un empleo temporal en una agencia de contratación. La persona que me
entrevistó, estudió mi CV, y acercándose a mí sobre el escritorio me
10
susurró, como si las paredes tuvieran oídos – “¿qué te parecería
trabajar para Alcohólicos Anónimos?”.
Mientras esto sucedía, yo tenía poco conocimiento sobre A.A. Por
alguna razón, había retenido en mi memoria un artículo que leí en la
escuela, en una revista llamada Libertad que se titulaba “Los
Alcohólicos y Dios”, por Morris Markey y donde se describía de una
forma muy favorable a la comunidad de A.A., pero se hacía demasiado
énfasis en la religión, por lo cual no era muy optimista sobre el futuro
de la misma. Todavía en mi fase agnóstica, el énfasis hecho en una
deidad cuestionable (para mi forma de verlo) era un error crucial.
Hasta ahí llegó mi exactitud como profeta. Durante los años
siguientes, leí más artículos sobre A.A. en el Saturday Evening Post, el
Reader’s Digest y otras revistas. Estaba muy interesada en ellos, por
lo que cuando me propusieron el trabajo en la agencia de contratación,
contesté de forma muy entusiasta que me encantaría trabajar para la
agrupación.
El lunes 3 de Marzo de 1947, durante una fría y neblinosa mañana, me
presenté a las oficinas de la Fundación Alcohólica en la Avenida
Lexington No. 415, justo enfrente de la Gran Estación Central. En ese
número de Av. Lexington hoy se encuentra un enorme y glamoroso
edificio llamado el 425 de la Avenida Lexington). La oficina estaba
localizada en al 11º. Piso. Tenía 3 pequeños salones con un equipo de
aproximadamente 12 personas, incluyendo dos miembros alcohólicos del
Staff que en ese entonces les llamaban secretarios. Me recibió en la
puerta Charlotte L, quien también era casi nueva en la oficina y me llevó
a conocer a Marian Weaver, la nueva gerente de la oficina, también
contratada solo 2 meses antes.
Después de haber hablado sobre nuestras experiencias de servicio
sobre todo, Marian, quien también había sido liberada de la Marina, me
dijo que el salario sería poco pero las recompensas espirituales de
trabajar ahí, más la satisfacción inmensa de ayudar a otras personas,
sería algo increíble. Como ello iba de acuerdo con mi idealismo y
necesitaba también un empuje espiritual, me quedé, pero no fue sino
hasta el primer cheque que recibí que me di cuenta de lo
verdaderamente bajo que era el salario. De cualquier forma, comencé a
trabajar al día siguiente. Alcohólicos Anónimos no tenía ni siquiera 12
años de edad, y yo tenía 29.
Al siguiente día, martes, Bill W. apareció en la oficina. Su costumbre
era estar uno o dos días en la oficina, la cual guardó hasta el final de su
vida. De nuevo, fue Charlotte quien me lo presentó diciendo: “Y este es
Bill”. Después salió y nos dejó solos. Tomando mi mando, yo esperaba
que me saludara de la manera cordial que se acostumbraba, pero no
creo siquiera que me haya saludado.
Lo que, si recuerdo, es que se sentó en su silla, meciéndose en ella, con
las manos en los bolsillos y los lentes detenidos en su cabeza.
Inmediatamente, entró en un monólogo largo, bastante molesto, en el
que se quejaba sobre como los custodios estaban tratando de
mantenerlo aislado de los miembros de la comunidad y que solo querían
que se quedara como una especie de pilar que únicamente debía
dedicarse a desarrollar proyectos. De igual forma, comenzó a hablar
de la necesidad de algo que el llamaba una Conferencia de Servicios
Generales, compuesta por miembros de todo el país que fueran a Nueva
York y tomaran responsabilidades para las futuras decisiones de la
comunidad. Como yo no tenía la menor idea de lo que hablaba, confieso
que salí corriendo de ahí, lo antes que pude.
Pero justo ahí fue que conocí al menos dos importantes características
de Bill W. Una, que no era muy dado a la plática convencional y dos, que
poseía una increíble capacidad para estar completamente absorto en
11
sus pensamientos, ideas y visiones para A.A. y su futuro. Así que lo que
a menudo parecía una “mente ausente” era realmente un viaje interno
dedicado a sus preocupaciones con los problemas y las decisiones que
más tarde se convertirían en el movimiento estructural y el marco de
los servicios de A.A.

De hecho, no era un escucha especialmente atento a menos que le

preguntaras o le hablaras sobre un tema que a él le interesara. En ese
caso, difícilmente podía desconectarse. Más tarde, me di cuenta como
los visitantes que asistieron al salón ubicado en el 305 de East Forty-
Fifth, se le acercaban para saludarlo y terminaban atrapados en uno de
sus discursos. Muy pronto se sentían incapaces de decir que tenían que
irse y por sus miradas rápidas para ver la hora, yo sabía que se
encontraban en peligro de perder sus aviones, sus barcos o sus trenes.

De cualquier manera, quiero hacer énfasis en que, al mismo tiempo, Bill

siempre estaba dispuesto a escuchar a cualquiera de nosotros que
tuviera una opinión o sugerencia sobre algún tema que sentía tenía que
compartir. Siempre estuvo ahí para nosotros.

12
 3 diciéndome que cómo diablos podía estarlo llamando Sr. W, delante de
Conociéndote
Para describir con una sola palabra la impresión que me quedó de esa
primera semana en nuestra pequeña oficina de A.A., utilizaría
“desorganización.” Contándonos tanto a Bill como a mí, en la oficina
contábamos con unas 13 personas, todas apretadas en 3 oficinas
pequeñas – de las cuales muy frecuentemente movíamos las paredes, o
las poníamos y quitábamos para ganar espacio, pues nuevos elementos
se iban agregando a la fuerza de trabajo. Antes de la contratación de
la nueva Gerente de la oficina, Marian Weaver, los empleados que no
eran alcohólicos, de una forma permisiva y casual, parecían haber
organizado las funciones de la oficina de forma que les acomodaran
mejor. (Bill pasaba aproximadamente dos días a la semana en la oficina,
viniendo en tren desde su casa en Bedford Hills.)
Había dos miembros del staff. La superior era Margaret (Bobbie B.),
quien según tengo entendido había sido bailarina de un centro nocturno
en París en los años 20’s. En la moda de los 40’s, ella utilizaba
sombreritos y tacones muy altos, mientras trabajaba. Era una
comunicadora fenomenal. No podría decir la cantidad de alcohólicos, en
todo el mundo de A.A., que deben su sobriedad a esa dama tan especial.
Sin embargo, la disciplina de una oficina no parecía acomodarle bien.
Intentó poner una regla, que a ella la llamaran la Sra. B y a Bill, el Sr.
W. Por supuesto que eso no aplicaba para Charlotte.
Durante 1947, durante la cena de Inter grupos en Nueva York,
mientras la oficina estaba a reventar de visitantes mayormente de
fuera, yo me encontraba en mi escritorio, cerca del conmutador. Recibí
una llamada para Bill, y siguiendo la nueva “regla”, dije: hay una llamada
para usted Sr. W, a lo que recibí una contestación por parte de él,
todos, lo cual fue bastante molesto para mí. Pensé, “ay, Dios mío, ¿qué
es lo que va a pensar la gente? En todo caso, este esfuerzo de
formalidad de una gran oficina no duró mucho y no se volvió a intentar
desde entonces.
El 2º. Miembro del Staff, Charlotte, por el otro lado, era una excelente
mujer de negocios. Proporcionaba estabilidad y mucho conocimiento de
cómo hacer las cosas en toda la operación de la oficina. De la oficina
de publicidad donde había trabajado, se había traído con ella a Marian
Weaver para el puesto de Gerente. Cuando Marian comenzó a
introducir algunas reformas necesarias, al igual que disciplina en la
oficina, la mayoría de los empleados renunciaron. Yo era la primera de
la nueva camada.
Mientras Marian comenzaba a aplicar los nuevos procedimientos, era a
menudo como una escena de alguna película. Mary Lou, nuestra
capturista, era la “princesa” de nuestra oficina. Era una chica muy feliz,
de muy buenas costumbres, a la que le encantaba bromear. La
recuerdo caminando por la oficina con una bolsa sobre la cabeza. Todos
disfrutábamos sus bromas, y también los visitantes. El mensajero
estaba totalmente enamorado de ella, y pasaba mucho tiempo en su
escritorio, sentado, con los pies arriba del mismo, mientras yo, o
cualquier otro, hacíamos su trabajo. Mary Lou fue la última empleada
de la primera camada en irse y realmente la extrañamos.
Esa informalidad de la oficina se había extendido a algunos de los
visitantes. Aun cuando el Inter Grupo de Nueva York llevaba
aproximadamente un año en funciones, los alcohólicos activos de la
localidad que sabían de A.A. o de quienes entraban y salían de la
agrupación, o que habían aprendido esto rápidamente, encontraron que
podíamos ser una buena fuente de cuidado y ayuda para ellos, por lo que
13
muchas veces se les encontraba dormidos en la recepción o curándose
las crudas hasta que se les tenía que mostrar la puerta y el elevador de
una forma bastante fuerte.
Un día, en la recepción, un hombre estaba gesticulando y gritando que
había una enorme serpiente bajo su silla. Los empleados respondieron
rápidamente y lo llevaron al elevador, pero realmente no había ningún
tipo de mano dura para controlarlos o ponerlos en su lugar y pronto
regresaban a pedir refugio en la oficina. Se nos había dicho
claramente que no les diéramos dinero, y de todas formas les
regalábamos algunas monedas. Hank G. (un exgerente), o Bill o quien
fuera que estuviera en la entrada, realmente se preocupaban e insistían
en que regresaran si querían estar sobrios.
Bobbie y Charlotte, y más tarde Ann M. y Sussan (quien ayudó por un
tiempo con la correspondencia), llevaban una enorme carga de trabajo,
acompañada por toda la reorganización y ajustes a la oficina. Fue
también durante este período de los 40’s que los grupos comenzaron a
proliferar de una forma muy rápida en Estados Unidos y en Canadá.
Grupos de prisiones y hospitales iban naciendo y creciendo de forma
continua. El staff tenía que manejar esto y el aumento de publicidad
que A.A. estaba recibiendo. Así que trabajaban largas horas toda la
semana, y después, como ahora, salir a atender a los A.A.’s locales o
asistir a reuniones durante los fines de semana en distintas partes de
Estados Unidos y Canadá.
Inicialmente me habían contratado como secretaria de Charlotte, pero
pronto me pusieron a trabajar también como recepcionista. Después
del “éxodo” de los empleados anteriores, el siguiente grupo que se
contrató tenía más experiencia y era más disciplinado. Algunos tenían
parientes alcohólicos, y una pareja tenía problemas de alcoholismo. El
resto de nosotros, como decía Bill, “de todas formas pensaba de forma
alcohólica”, así que embonábamos perfectamente unos con otros. En
una o dos semanas de ir a la oficina, me di cuenta que tardaría mucho
más tiempo del esperado en ir a México.
Muy pronto, de hecho, comencé a sentir que todos nos integrábamos
como una familia. Ese sentimiento se motivaba, y Bill y los demás
también nos empujaban a compartir la oportunidad y la responsabilidad
de ayudar a otros alcohólicos que aún estaban sufriendo, por medio de
nuestro trabajo y nuestro servicio, como Marian había sugerido
durante nuestra entrevista. Se nos encaminaba a tener una actitud
preocupada y comprensiva al propósito de A.A., a sus principios y a sus
metas. Y me siento feliz de decir que el mismo sentimiento prevalece
aún en un grado significativo, aun cuando la Oficina de Servicios
Generales es hoy mucho más grande, con sus 100 o más empleados
esparcidos en 5 pisos completos de los edificios en Park Avenue South
No. 468 y 470.
Esa década, de 1945 a 1955, fue la era más turbulenta, emocionante e
innovadora en la historia de Alcohólicos Anónimos. Bill y todos
nosotros, fuimos atrapados en ello, sobre todo en la oficina. Como
recepcionista, recibía a todas las personas que cruzaban por la puerta,
escuchaba los problemas tanto de la gente de la oficina, como de la
gente que venía de afuera, y además de mis otras responsabilidades,
comencé a trabajar con Bill en 1950.
Aun cuando era casi imposible mantener un control sobre la membresía
(y aún lo es ahora), estimábamos que hubiera como 14’000 miembros en
1947 y como 1’250 grupos, al mismo tiempo que nuevos grupos se iban
formando rápidamente mientras la comunidad comenzaba a crecer
hacia fuera. Varios grupos de mujeres se habían ido formando a
principios de los 40’s, así como para miembros de color y para médicos
internacionales. A principios de los 50’s, comenzaron a darse grupos
14
para jóvenes, gays, abogados (llamados “Abogados Internacionales”),
curas y monjas, y hasta para pilotos aéreos (Aves de una Pluma). El
mensaje de A.A. era llevado por vendedores y vacacionistas que
viajaban como civiles y se movían después de la guerra. Fuera de
Estados Unidos y Canadá, el mensaje era llevado por viajeros solitarios,
personal al servicio de A.A. que era enviado a otros países después de
la guerra, mercaderes marinos, miembros de A.A. que trabajaban en
embajadas de Estados Unidos en otros países y trabajadores de la
construcción que salían a trabajar incluso en los Países Árabes
(recuerdo la emoción que nos produjo contar con los primeros miembros
Árabes!!), donde la necesidad de ayuda de A.A. era mucha. Era muy
estimulante para nosotros ver cómo iba creciendo aceleradamente la
comunidad de A.A. desde Estados Unidos, Canadá, México y Hawái
hasta Irlanda, Gran Bretaña, Escocia, Europa Continental, África del
Sur, Australia, Japón, la Antártica, Nepal y el Oriente, y el tener la
oportunidad de participar en el servicio de todos esos grupos.
Esos nuevos grupos y sus miembros, a menudo estaban aislados. No
tenían nadie con quien comunicarse excepto nuestra oficina. Éramos el
único contacto y la única fuente para mantenerse sobrios. Lo que
hacían, era que a menudo escribían cartas, desde lugares muy lejanos,
de las profundidades de África, bases de Estados Unidos en
Groenlandia, islas remotas en el Atlántico y el Pacífico y del Lejano
Oriente, describiendo como se sentían, qué es lo que estaban haciendo
para mantenerse sobrios y la suerte que sentían cuando se topaban con
otros alcohólicos. Llegaban las cartas en las que nos contaban como de
estar solos, de pronto habían encontrado otros alcohólicos y habían
formado grupos, describiendo llenos de entusiasmo como comenzaban a
sesionar sus grupos y agradeciéndonos la ayuda. Yo archivé todas estas
cartas como un verdadero tesoro, cartas que contaban con tanto
cuidado la historia de cómo comenzó A.A. y como fue creciendo por
todo el mundo, comunicaciones únicas y preciosas. Aunque también hay
otras historias a las que llamo “Johnny Appleseeds”, de miembros como
el Capitán Jack S. que comenzó un grupo Internacional en Caracas y que
llevó el mensaje a tantos lugares y estuvo viviendo un tiempo en
Venezuela; Johnny P e Irwin M, Roy Y. que llevaron el mensaje a varias
áreas de Estados Unidos. Sus cartas todavía están archivadas en las
Oficinas de Servicios Generales.
Como recepcionista, a menudo era la primera en enterarme que un
grupo nuevo se había formado en el área de la persona que llegara de
visita. El primer paso era revisar mis archivos para asegurarme que no
hubiera ya un grupo formado. Si no lo había, entonces tomaba la
información ahí mismo y me llevaba al visitante a que me ayudara a
completar mis registros. Después de ello, hacíamos una pequeña
ceremonia para que el visitante colocara un alfiler en el gran mapa que
teníamos sobre la pared, justo donde estaba su nuevo grupo. Esto era
divertido para todos. Finalmente, llevaba al visitante a conocer a
Bobbie, Charlotte, Ann y después a los demás miembros del equipo.
Todo esto tomaba unos 15 minutos. Hoy el tour a los 5 pisos lleva al
menos una hora. A veces ese tiempo se pasa solamente en los archivos.
Hubo muchos artículos de prensa sobre A.A. desde principios de los
años 40’s y aun antes, pero los periódicos, revistas y estaciones de
radio parecieron descubrir A.A. a mediados de los 40’s. “Pregunte a un
alcohólico” fue un programa de radio muy popular. Detroit y Hartford,
Connecticut, tenían documentales de radio sobre alcoholismo y A.A.
muy populares. Aun los programas de radio regulares como algunas
radionovelas, llevaban algunas historias de A.A. en su contenido. Había
uno llamado “La Tía Jenny”, muy popular en 1949, que dirigió un drama
de 10 episodios a una historia sobre un alcohólico que encontró un
camino para recuperarse por medio de A.A. Esto se emitió en
aproximadamente 81 estaciones de la CBS. Más de 300 solicitudes
llegaron a la Fundación Alcohólica antes de que la serie terminara. La
15
revista Grapevine publicó muy buenas experiencias sobre el programa
en Diciembre del 49, comunicando que se manejó el asunto con mucha
agudeza y de forma adulta. Como todos trabajábamos durante el día,
no recuerdo si alguien tuvo la oportunidad de escuchar los episodios.
Yo no la tuve, pero estaba muy emocionada con la publicidad y la buena
reputación que dio la serie.
A finales del 45, una película llamada “El fin de semana perdido” tuvo un
impacto increíble sobre el público ya que perfilaba la vida de un
alcohólico, de una forma más realista que nunca y mostrando al público
un entendimiento sobre el alcoholismo como una enfermedad. La
película nos hizo muy buena publicidad, ayudándonos para que la gente
tuviera una idea más clara de A.A. y de la transmisión del mensaje de
una forma amplia en los años siguientes.
Como resultado de esta nueva perspectiva del alcoholismo y el interés
en los alcohólicos, las empresas de cine nos visitaban en nuestras
pequeñas oficinas, cinco o seis en un solo año. Tuvimos muchas
discusiones, en la oficina, entre custodios y en comunicación con A.A.
en los países extranjeros sobre cuánto podríamos cooperar con ellas, si
es que podíamos. Un contacto con Hal Wallis, de la Paramount Pictures
estuvo vivo durante unos cuatro años. Se hicieron un par de scripts
mientras el debate continuaba, pero el proyecto finalmente se agotó en
1949.
Más allá de eso, casi diariamente, A.A. estaba en las noticias,
conectado con alguna faceta de publicidad. Había muchos artículos en
revistas y en periódicos. Nuestro servicio de monitoreo estaba
saturado. Nuestros libros de recortes empezaron en 1939 y eran muy
solicitados por los visitantes a nuestras oficinas, como lo son hoy ya en
nuestros archivos. A.A. fue objeto de tema para muchas caricaturas y
comediantes, muchos de ellos miembros de la agrupación. Nuevos
libros con temas de A.A. “Acuérdate de Septiembre y Colapso” se
hicieron películas, en las cuales la actriz principal era Susan Hayward,
me parece. Jim Bishop, un escritor y reportero muy conocido en ese
momento, escribió muy claramente y con mucha empatía sobre el
alcoholismo de otro escritor en un libro llamado “La Muleta de Cristal”.
Otro libro muy popular “Si el sirviente enloqueciera”, por Harold Maine.
(recuerdo haber leído este especialmente, pues creo que era la primera
vez que se reflejaba la problemática de un alcohólico tan explícita y
radicalmente; no he podido olvidar en todos estos años la descripción
de sus terribles episodios). Un libro que nos fortaleció especialmente y
que todos nosotros leímos fue el del “El Hombre Moderno en busca de
su alma” de Carl Jung. Corrí a comprar este libro en cuanto pude (lo
que quiere decir, en cuanto tuve algo de dinero para gastar, lo que me
tomó algo de tiempo). “Este mundo de creencias” de Lewis Browne, fue
un punto de quiebre en mi propia búsqueda de la espiritualidad. Aun
amo este libro.
Hubo documentales sobre A.A. en “La Marcha de Tiempo” y RKO Pathe.
Hubo obras de teatro en Broadway “Harvey, Regresa, Pequeña Sheba y
La copa temblorosa” las cuales también se hicieron películas. Hubo más
películas y más obras de teatro durante los 50’s y una muy buena
película para televisión “Un día a la Vez” en 1955.
Dentro de A.A. también se manejaron excelentes publicaciones
internas.
Para finales de los 40’s, principios de los 50’s, comenzaron los grupos
que seguían los 12 pasos, por ejemplo: Comedores Compulsivos, Adictos
Anónimos, Jóvenes Anónimos, que utilizaban principios similares a los
de A.A.
16
Por un lado, esta cantidad de publicidad creaba más demandas de
personal para responder a los escritores y reporteros. Y, por otro
lado, nos trajo más visitantes de los que podíamos manejar. Y como el
personal en sí ya estaba trabajando bajo mucha presión, no siempre
había tiempo suficiente para recibir a los visitantes como se merecían.
Yo tenía que trabajar mucho en la recepción, hablando con los
visitantes y dándoles información. Me sentía particularmente
impresionada con el número de personas no alcohólicas que paraban en
la oficina para recoger una copia de los 12 pasos porque habían
escuchado sobre ellos en alguna parte. Querían utilizar los 12 pasos en
sus propias vidas. Fue cuando me di cuenta por primera vez de lo útiles
que podían ser para personas no alcohólicas, para casi cualquier
problema que se tuviera que tratar, o como una guía espiritual.
Me daba cuenta de los dolores y problemas que Alcohólicos Anónimos
estaba experimentando por la cantidad de solicitudes de ayuda que
llegaban a la oficina. Además de Bill y el Dr. Bob, había muchos
fundadores locales alrededor del país. Como la autonomía del grupo (y
personal) es una tradición muy importante dentro de la comunidad,
muchos de estos fundadores hablaban, actuaban y guiaban como se les
antojaba. Muchos de ellos eran editores locales de boletines de A.A. y
tenían mucha oportunidad para buscar apoyo y expresarse desde sus
particulares puntos de vista. Los Clubs para alcohólicos comenzaron y
causaron bastante confusión sobre cuál debería ser el propósito, como
deberían recaudar dinero, etc. Había otros problemas como relaciones
entre compañeros y compañeras y problemas de juego. El dinero era un
problema tanto al nivel de grupo como nacional. Bill y los primeros
miembros reconocieron la importancia del auto-sostenimiento. La
avaricia por tener mucho dinero se había vuelto parte de la caída de
algunas comunidades previas. Bill, aprendiendo de la experiencia,
prometió que esto no pasaría con A.A. John D. Rockefeller Jr.,
expresó el mismo punto de vista, pero seguramente no desde el lugar
histórico del que Bill y otros miembros lo veían.
La costumbre de llevar a cabo conferencias y convenciones de área,
comenzaron a mediados de los 40’s. La gran reunión de Cleveland en
1945 casi se podía llamar una Convención Internacional, pues
representantes de un par de países extranjeros asistieron. La
asistencia fue de aproximadamente 250 personas. También a mediados
de la década, las oficinas intergrupales se abrieron, trayendo consigo
estabilidad e información procedentes de sus áreas.
Bill dio pláticas masivas durante esta década ante importantes
sociedades médicas, lo que significaba un crecimiento en la conciencia,
interés y aprobación por parte de las autoridades médicas hacia las
contribuciones que A.A. regalaba a ese campo.
Las apariciones de Bill ante las sociedades médicas me recuerdan a uno
de sus más cercanos amigos, Bunky, un biólogo erudito más conocido
como el Dr. E. M. Jellinek, que hoy ya no está con nosotros. Uno de los
fundadores de la Escuela de Verano de Yale sobre estudios del Alcohol
en 1943, y además un investigador metódico y dedicado al estudio del
alcoholismo durante los años 40’s y las siguientes décadas, y el autor
del libro “El concepto del alcoholismo como enfermedad”.
En 1972, Lois y yo habíamos planeado un emocionante viaje por barco
para ver el eclipse solar, el cual tendría lugar en un punto especial al
sur de Nova Scotia y a unos cientos de millas al este de la ciudad de
Nueva York por el Atlántico. En ese punto, por la voluntad de Dios y un
clima favorable, el sol y la luna se fusionarían y una experiencia
inolvidable sería nuestra. Y así lo fue. Pero en la Universidad de
Rutgers, la escuela de verano de Estudios del Alcohol (formalmente en
17
Yale) llevaba a cabo una cena para conmemorar la vida y trabajos del
Dr. Jellinek y anunciaba el Premio Jellinek a Bill, en homenaje póstumo.
Por supuesto, esto quería decir que Lois tendría que estar presente
para recibir el premio y, además, ella quería estar presente. Así que
decidió hacer las dos cosas. La cena en Rutgers se llevaría a cabo en el
día en que tendríamos que estar en Halifax. Así que Lois planeó
desembarcar y tomar un avión a Rutgers o New Brunswick. Sin
embargo, no había avión desde Halifax cuando desembarcó, y esto fue
una gran desilusión para Lois y estoy segura que para quienes la
esperaban en Rutgers.
Algún tiempo después, el premio fue entregado a Lois en Stepping
Stones. Era un pequeño busto de Jellinek, y no tenía ninguna
inscripción, ni para quién era, ni quién lo emitía. Pero era una hermosa
réplica del rostro y los hombros de este hombre querido. Estoy
totalmente segura que Bill y Jellinek soltaron una gran carcajada al
verlo allá arriba, así como Lois y yo la tuvimos. El premio sigue estando
en el estudio donde Bill trabajaba.
Pero regresando a los problemas de los 40’s, en 1946 Bill se encontró
de pronto en medio de una disputa traída por el Consejo Nacional de
Alcoholismo, o, como lo llamaban antes, el Consejo Nacional de
Educación en Alcoholismo (NCEA) y un proyecto para recaudar fondos.
Esto centrado en una carta que firmaba Marty M. que establecía que
Alcohólicos Anónimos se beneficiaría de las contribuciones recibidas.
Bill estaba en la mira porque Marty era una amiga personal, y él creía
fuertemente en lo que ella trataba de lograr; así que él había
compartido de forma leal y públicamente sus esfuerzos, así como su
rompimiento de anonimato. Así que tanto el nombre de Bill como el del
Dr. Bob aparecían en el membrete de la NCEA. Cuando la carta de
solicitud que involucraba a A.A. circuló, trajo consigo un torrente de
llamadas y cartas indignadas a la oficina, por tanto, tiempo, unos 4
años, que pensé seriamente que la comunidad como la conocíamos
terminaría. Los custodios llevaron a cabo sus primeras conferencias de
prensa, deslindándose de cualquier beneficio hacia A.A. por medio de
las contribuciones de la NCEA. Bill y el Dr. Bob, dándose cuenta de la
necesidad, se deslindaron de la NCEA y sus nombres se removieron del
membrete de las cartas de esta. Sin embargo, algo bueno vino de este
incidente y es que para 1949, fue una gran ayuda para establecer con
firmeza las Tradiciones de No Afiliación y Auto-Sostenimiento.
De la misma manera, los rompimientos de anonimato que parecían
ocurrir en todo momento ayudaron a formar la 11ª. Y la 12ª. Tradición.
Marty M. había viajado alrededor del país a principios de los 40’s
promocionando su organización e identificándose abiertamente ante el
público y como un miembro de A.A. El furor que esto causó, junto con
los otros rompimientos de anonimato que se conocían, llevaron a Bill a
repensar la importancia espiritual que tenía el anonimato, aun el propio,
sin importar el beneficio temporal que pudiera resultar de romperlo. O
como él mismo lo dijo, “lo bueno es enemigo de lo mejor”. Más adelante,
entregado a sus fuertes ideales, Bill tuvo que negarse a ciertos
honores públicos como una historia ofrecida en la revista Time, un
doctorado honorario de Yale y un par de recomendaciones para el
Premio Nobel y muchas otras.
Ebby T, el hombre que trajo el mensaje de los Grupos Oxford a Bill era
un visitante constante al 415 de Lexington. Así como fue importante
en los inicios de A.A., nunca logró mantener una sobriedad continua.
Llegaba ocasionalmente a la oficina para pedirle algo de dinero
prestado a Bill, o a quien quiera que pudiera pedírselo. Cuando estaba
sobrio lo encontraba muy ameno para platicar. Era inteligente y bien
articulado. Además, conocía sobre las familias Wing en Albany, pues
sus raíces eran de ahí.
18

Un día, estaba en la recepción cuando Ebby llegó muy bebido. Intentó
hablar sin lograrlo durante un tiempo y después se desmayó en el sillón,
donde lo dejé permanecer. Después de un rato, la puerta de la oficina
se abrió y un extraño que más bien parecía un británico entró. Me
explicó que estaba escribiendo un artículo sobre la historia de A.A. y
que sabía suficiente sobre Bill W. y el Dr. Bob, pero que necesitaba
saber qué había pasado con la persona que le había hecho llegar a Bill el
mensaje. Impactada por la coincidencia, solamente señalé hacia el
sillón y con un sentimiento de culpabilidad, apunté hacia Ebby,
completamente perdido. Inmediatamente después, le pedí al visitante
que me acompañara a ver a Bobbie.
Ebby siempre fue un hombre enojado e infeliz. Cuando bebía, se
expresaba de Bill de una forma celosa, diciendo que bill le había dado
mucho más crédito al Dr. Bob que a él como co-fundador. Bill, por otro
lado, nunca dejó de ser leal a Ebby, preocupado constantemente sobre
su bienestar. A principios de los 60’s, cuando Ebby había regresado de
Texas (a donde algunos miembros de AA lo habían enviado con otros
miembros de AA para ayudarlo a estar sobrio), Bill planeó solicitar a los
primeros miembros que conocían bien a Ebby, cualquier apoyo que
pudieran darle. Esto no se materializó, pero si otro plan que incluía a
LeRoy Chipman. Cuando el Sr. Chipman se retiró, aparentemente tenía
algo de recursos financieros y en gratitud por sus contribuciones a
A.A., Bill había persuadido a los Custodios de que le dieran algunos
honorarios. Esto continuó hasta que se hizo evidente que Ebby también
necesitaba desesperadamente una ayuda financiera de forma regular.
Así que Bill visitó la oficina de Rockefeller y les explicó la situación. El
equipo de Rockefeller estuvo de acuerdo en asumir el soporte para el
Sr. Chipman. Y así fue que los honorarios de A.A. fueron para ayudar a
Ebby en Nueva York en un asilo por los últimos dos años de su vida,
donde recibió cuidados amorosos por parte de los dueños del asilo,
Margaret y Mickey McP, hasta que Ebby murió en Marzo de 1966,
enfermo, pero sobrio por dos años. Bill y Lois lo visitaban a menudo
durante esos dos años.
Un año antes de que Ebby muriera, Bill compartió algunos de su
sentimientos sobre Ebby en una carta a un viejo amigo, uno de los
miembros más antiguos en Nueva York. Defendiendo el valor de Ebby
para la comunidad, Bill dijo:
“Desde luego, su servicio, único y grande, fue el hecho de que me
apadrinó. Si no hubiera sido por Ebby, independientemente de lo que
puedan pensar de él de forma personal, seguramente no hubiera
comenzado A.A. Así que en la mente de muchos, incluyéndome a mí
mismo, esto lo coloca en una posición especial. Además, siempre fue un
indigente, ya fuera por su falta de preparación en los negocios, o por su
forma de beber. En este momento, tiene un caso tan agudo de
enfisema que es un inválido, sin ninguna forma de cuidarse a sí mismo.
Es por estas condiciones y porque fue mi padrino, que he tratado de
ayudarlo incluso económicamente durante estos años. Tal vez esto le
haya hecho más daño que bien, pero bajo las circunstancias, no podría
haber hecho menos. Si tu situación hubiera sido la misma, y hubieras
sido mi padrino, hubiera hecho por ti exactamente lo mismo que he
hecho por él.”
Bill siempre llamó a Ebby su padrino, invitándolo a las cenas
intergrupales de Nueva York y a las convenciones internacionales,
donde Bill lo presentaba siempre dándole crédito por ayudarlo a
mantenerse sobrio por haberle pasado los principios de los Grupos
Oxford, los cuales Bill convirtió en los 12 Pasos de Alcohólicos
Anónimos.
19
Como dije antes, ocurrieron tantos eventos importantes y críticos
antes y después de que yo llegara a trabajar a la oficina, que me dejan
sin habla. Como me dijo el primer día que lo conocí, Bill estaba
enredado en un debate con los custodios sobre su papel en AA como un
todo y la relación tanto de él mismo como de ellos en la Estructura de
A.A. así como la de las oficinas centrales con los grupos. Escribió
muchos memorándums y creó un “Código de Tradición”, un “Código para
Oficinas Centrales” y un “Código para la Revista Grapevine”,
acomodando las ideas de los distintos elementos de la estructura y
cómo deberían trabajar unidos.
Trabajaba duro para promover el auto gobierno de la agrupación por
medio de la Conferencia de los Servicios Generales y había mucha
controversia alrededor de esta idea.
Como AA iba creciendo, la oficina también crecía. A finales de 1949
teníamos 6 chicas que nos ayudaban en el equipo y otros 14 empleados.
Bill viajaba mucho y solamente estaba en la oficina uno o dos días a la
semana cuando estaba en casa. Así que la oficina sufría mucho de la
falta de una buena Dirección. Para remediar esto, los custodios de ese
año decidieron llevar un Comité de Servicios Generales que viera por la
oficina en una base de día con día. Hank G., fue en ese momento el
elegido para llevar la Dirección de la Oficina. Más adelante se convirtió
en una posición asalariada, primero en un horario de medio tiempo y
eventualmente en uno de horario completo. Recuerdo que Hank era un
hombre de mediana estatura, con una cara redonda y un cabello y
bigotes castaños obscuro. Era un hombre intenso, inclinado a ser
brusco en ciertos momentos, pero amoroso, y sus contribuciones a la
oficina fueron muchas y tuvieron un efecto profundo en las operaciones
de las oficinas centrales. Por ejemplo, su estructura y programa para
las convenciones internacionales, llevadas a cabo cada 5 años siguiendo
a la inicial de Cleveland de 1950, eran muy admiradas por los AA’s y los
profesionales de afuera, y aun se toman como ejemplo.
Creo que este año de 1950 fue particularmente significativo en la
historia de A.A.
En un solo año, pasó todo lo siguiente:
1. Bill hizo su último viaje largo por los grupos para promover la
idea de la Conferencia y las Tradiciones. Lois generalmente lo
acompañaba en los viajes anteriores, pero esta vez Bill vio
claramente que no había necesidad de que las familias se
involucraran y la urgencia de su propia agrupación. A este
punto, nuestra oficina había servido a estos grupos mientras se
formaban, poniéndolos en contacto con otros grupos y
haciéndoles llegar nuestro folleto “A las Esposas” tomado del
capítulo 8º. del Libro Grande de Alcohólicos Anónimos y
registrándolos en nuestros controles.
2. Se sugirió que Lois coordinara los 90 grupos, o más, que habían
surgido de familias de alcohólicos, haciéndolos parte de una
comunidad basada en los 12 Pasos y las 12 Tradiciones. Anne B.,
como co-fundadora, ayudó a Lois a formar Al-anon a principios
del 51.
3. Bill y Lois hicieron un viaje a Europa, donde se emocionaron al
ver la gran expansión de A.A. en otros países y la necesidad de
traducir toda la literatura de A.A. para los grupos y las
estructuras de servicio.
4. La 1ª. Convención Internacional de A.A. se llevó a cabo en
Cleveland donde las Tradiciones se aceptaron y el Dr. Bob hizo
su última aparición antes de morir.
5. Bill hizo su último y final esfuerzo para persuadir a Bob de
aprobar la Conferencia.
20
 6. Una placa de conmemorativa fue dedicada en el Hospital St.
Tomas, en Akron, Ohio para los amigos del Dr. Bob y Anne, para
las hermanas y el personal del hospital. Esto marcó a Akron
como el lugar donde nació Alcohólicos Anónimos.
7. Muere el Dr. Bob el 16 de Noviembre de 1950.
8. Los Custodios se reúnen en su junta de Invierno y acuerdan por
mayoría probar la idea de la Conferencia. Aprueban la 1ª.
Conferencia para que se lleve a cabo en Abril de 1951.
9. El segundo artículo en el Saturday Evening Post por Jack
Alexander, aparece en Marzo 29: “El Mejor amigo del
Borracho”.
10. Las oficinas Centrales se mueven a un local más grande en la
esquina del 141 de East Forty Fourth Street.
Más tarde en ese mismo año, además de todas mis ocupaciones,
comencé a trabajar con Bill. Creo que eso fue porque yo era mayor que
las otras chicas cuando llegué a la oficina. Era una graduada y ex
maestra y tal vez tenía intereses intelectuales distintos. La secretaria
que había tomado el dictado de Bill renunció en 1950 y las demandas de
tiempo para Bill habían crecido descomunalmente por lo que necesitaba
una secretaria, ayuda, asistente, todo combinado. Así que Helen B., del
equipo, me recomendó para el trabajo. Aun cuando esto ocurrió en el
momento más emocionante y pleno de mi vida, hubo algo que no fue
ventajoso para mí. Por un lado, aun era una empleada de las oficinas
centrales, continuando como recepcionista por unos cuantos años más y
manejando otras responsabilidades más tarde, en los 60’s, y por el otro
lado, era responsable primeramente de Bill, manteniendo en orden su
correspondencia, ayudándolo a escribir sus proyectos y asistiéndolo
durante las conferencias y las convenciones.
Durante los años tempranos de las sesiones de las Oficinas de
Servicios Generales, atendía a Bill de forma cercana, para contestar
preguntas, corregir errores, etc. antes de la primera reunión de Abril
de 1951 hubo una discusión en la oficina sobre poner a alguien en la
puerta del Salón donde se llevaría a cabo la reunión en el Hotel
Commodore para controlar si no había ninguna persona no autorizada
que quisiera entrar a las reuniones. Hubo algunos problemas con un
miembro del oeste que primero pidió amablemente entrar a la reunión,
pero se le negó el acceso porque estas reuniones estaban limitadas
solamente a los Delegados, Staff y Custodios. Nos volvió a llamar, cada
vez más molesto y estridente, diciéndonos que no podíamos de ninguna
manera detenerlo para entrar a una reunión de A.A. Así que las cosas
se pusieron un poco feas y se decidió poner a alguien que cuidara la
puerta, alguien que pudiera distinguir a los Delegados de los no
Delegados al conocerlos bien. Se me informó que se me había escogido
para esta importante y especial misión. Así que llegó el momento y
todos entraron al Salón de Reuniones, menos yo. La puerta cerrada y
yo esperando en completo silencio y expectativa.
Pronto un hombre alto y agresivo se me aproximó diciendo que él quería
entrar al Salón. Yo estaba un poco nerviosa, pero disfrutando el drama
del momento y le aseguré de la forma más atenta que no podía entrar.
Intentó de nuevo y esta vez me puse delante de él con mucha firmeza y
le dije que no podía pasar. Para mi sorpresa, se hizo a un lado y dijo
algo como “bueno, está bien” y se fue. ¡Sentí que había aceptado un
reto y había ganado!! Muchas veces me preguntó quién habrá sido, si
alguien que quería atentar contra la reunión o alguien del área que
simplemente había querido entrar.
Cuando comencé en la oficina, Bill estaba escribiendo una serie de
ensayos para la revista Grapevine, el boletín mensual de AA, que aun
estaba en su infancia en ese momento. Los ensayos se titulaban “Doce
puntos para asegurar nuestro futuro” que más adelante se convirtieron
en las 12 Tradiciones. Bill describía estos puntos como una serie de
21
principios generales, establecidos con claridad, que ofrecían soluciones
ya probadas para todos los problemas de AA, para que se pudiera
trabajar en conjunto y relacionar nuestra agrupación con el mundo
exterior. En 1952 Bill decidió combinar los ensayos de las Tradiciones
con una serie de ensayos sobre cómo cada uno de los pasos se podía
aplicar a la forma de vida en sobriedad, en forma de un solo libro de
pasta gruesa. Recuerdo una carta muy conmovedora que dedicó en
Julio de ese mismo año al Padre Ed Dowling en St. Louis, en la que
decía:
“El problema con los pasos ha sido la forma de hacer que lleguen
profundamente tanto a los de nuevo ingreso como a los veteranos.
Tenemos que lidiar con ateos, agnósticos, creyentes, depresivos,
paranoicos, gente de iglesia, psiquiatras, etc. Como abrir su significado
de tal forma que se sienta correcto y razonable el entrar, evitando
distracciones, distorsiones y algunos prejuicios de quienes lean, lo cual
parece una tarea difícil”.
Bill por sí mismo era uno de los depresivos que mencionaba. Padecía de
esa condición desde 1945 a 1955 y muchas veces lo incapacitaba.
Algunas veces cuando me estaba dictando, despacio y con gran
dificultad, tenía que detenerse a mitad de una frase, imposibilitado
para continuar. Clavaba su rostro en sus manos lleno de frustración. Y
sin embargo, también durante esa década, tuvo momentos de gran
creatividad y algunos de los logros más grandes de su vida: El Plan de
la Conferencia, la aceptación de las 12 Tradiciones, mejorías en la
Estructura de Servicio, asistencia a la Revista Grapevine y muchos más.
Uno de estos logros fue por supuesto “Los Doce Pasos y las Doce
Tradiciones” y los planes para continuar con proyectos ambiciosos para
A.A.
Bill continuó con la misma forma de escribir que cuando había escrito el
Libro Grande. Quiere decir que escribía una sección por vez, la cual
enviaba a sus amigos y editores para sus comentarios. Betty L, Tom P.,
y Jack Alexander fueron de mucha ayuda. Tan pronto como los 12
Pasos y las 12 Tradiciones fueron publicados en Enero de 1953, fueron
un éxito inmediato para sorpresa del mismo Bill. Para Octubre, 25 mil
copias ya se habían enviado. Se ha mantenido como el 2º. Libro de
mayor venta de A.A.
En este tiempo, Bill tuvo la idea de formar un equipo de Investigación y
Redacción que consistía en nosotros dos y un alcohólico de una familia
prominente llamado Ed B., que tenía un éxito considerable como
escritor y editor antes de que el alcoholismo hubiera arruinado su
carrera. El propósito de este equipo era llevar a cabo algunos
proyectos que Bill tenía en mente:
1. Una segunda edición del Libro Grande que se había esperado
durante mucho tiempo. Bill viajaba para recopilar historias
personales de los veteranos pero necesitaba ayuda para
transcribirlas y editarlas.
2. La historia completa de Alcohólicos Anónimos. Sin embargo, las
depresiones de bill atrasaban este tipo de compromiso y
terminó siendo “Alcohólicos Anónimos llega a su Mayoría de
Edad” en 1957.
3. Un libro que destilara toda la experiencia, tanto de él como de
otros en su aplicación del programa en cada día de nuestra vida.
Título: “En Todos nuestros Asuntos”. Esta idea eventualmente
se convirtió en el primer libro titulado como “La Forma de Vida
de Alcohólicos Anónimos”, hoy titulado “Tal Como la Ve Bill”.
Nuestro equipo de Investigación y Redacción comenzó a trabajar en el
141 de East Forty-Fourth Street, pero al siguiente año (1955) se movió
22
a otro espacio en un edificio de lofts en el 305 East Forty-Fifth
Street, adyacente al departamento de envíos, que también se había
instalado ahí. La razón en parte era quitar un poco de presión a la
Oficina de Servicios Generales, pero más aún, alejarnos de
interrupciones y distracciones. Trabajamos diligentemente por un par
de años y produjimos nuestros 2 primeros proyectos. Aunque Ed B
tenía considerables talentos y nos fueron de gran ayuda, a menudo se
sentía frustrado con nuestra agenda irregular de trabajo. Como la
agenda de escritura de Bill era muy restringida, tuvimos que dejar ir a
Ed. Así que la mayoría del tiempo (hasta 1960 en que la Oficina de
Servicios Generales se movió también), estuve sola mucho de mi tiempo
en el 305 de East Forty-Fifth Street.
Ed y yo habíamos comenzado a buscar en los archivos viejos de la
oficina, yendo hasta el momento en que todo comenzó en 1940 en 30
Vesey Street. Ahí en los 40’s estos archivos se habían guardado en una
bodega del centro y nosotros los habíamos traído de vuelta para
comenzar a archivarlos y ordenarlos en cajas y repisas que llegaban
hasta el techo en el despacho de envíos que estaba junto a nosotros.
Bill me motivaba para que continuara investigando y organizando este
material. Escribió una vez: “toda la historia de A.A. está escondida en
esas cajas, esperando que alguien la quiera sacar”…
Gracias a nuestro trabajo de investigación, hoy es sabido que los
hechos básicos del crecimiento de A.A. y su desarrollo nunca se
distorsionarán. El llamaba a esto “la nueva responsabilidad de Nell”, y
fue el comienzo de la formación de los Archivos de A.A. Comenzamos
en 1957 y continuamos mientras el tiempo lo permitió hasta nuestro
actual comienzo formal en 1972.
Dije que estaba sola la mayor parte del tiempo, pero eso no es
totalmente cierto. Mientras comenzaba a cosechar por medio de los
archivos antiguos, me di cuenta de que algunos habitantes convivían
conmigo, pequeñas polillas del papel. Habían vivido y se habían
alimentado durante mucho tiempo de estos archivos. Mientras yo
invadía su territorio por primera vez, iban saliendo de pronto, como
pelusas de polvo, hasta que volaban. Un día, Bill había traído un
visitante para que conociera lo que hacíamos y en ese mismo momento,
sentí algo que revoloteaba por dentro de mi blusa. Sentí como si una
abeja grande estuviera ahí queriendo salir furiosa. No me podía
concentrar en lo que el visitante decía, mucho menos contestar de
forma lógica. Se apiadó de alguna manera y no dijo mucho. En cuanto
desapareció, comencé a sacudir mi blusa frenéticamente y salió por fín
una de esas polillas. (Muchas veces me he preguntado qué clase de
historia podría haber compartido el visitante en su grupo sobre “la
extraña secretaria de Bill”).
Algunos de mis más vívidos y emotivos recuerdos de esta oficina son los
de las fiestas de navidad. Por supuesto, A.A. no estaba en contra de
que las personas de afuera bebieran y Bill y el equipo siempre fueron
especialmente escrupulosos en que la gente que visitaba y no era
alcohólica pudiera beber sin problemas, lo cual todos hacíamos. En una
fiesta de Navidad, una de las chicas se puso un poco alegre y comenzó a
coquetear por la ventana con otros inquilinos que tenían su propia fiesta
en el edificio de enfrente, el de la Chrysler. Se comunicaban con
gestos y signos escritos con las manos. Todo fue muy bien hasta que
los hombres descubrieron que las chicas eran de A.A. pues ellos
trabajaban en una destilería.
Cantábamos, intercambiábamos regalos (Bill era Santa) y poníamos
discos para bailar. Pero el punto clave de cada fiesta de Navidad era
cuando Bill se inclinaba en su silla, con las manos en los Bolsillos y a
mitad de la oficina, y todos nos quedábamos en silencio, sentados en el
suelo a sus pies para escucharlo contar como había comenzado A.A., lo
23
que él llamaba “El Cuento de las buenas noches”. Este sentido único de
unidad, esta pequeña y muy unida familia, la sensación de estar cerca en
estos momentos, cada Navidad, es algo que siempre recordaré y
guardaré en mi corazón con gratitud. Fue la primera Navidad en que
me sentí parte de eso, y supe que México tendría que esperar por
mucho tiempo.

En 1954 comencé a ir a Stepping Stones un promedio de 1 vez al mes

durante los fines de semana porque Bill prefería trabajar en su casa.
Me hice muy amiga de Lois, teniendo la oportunidad de conocerla mejor.
Después del trabajo del sábado, los 3 dábamos unos largos paseos
juntos. En las tardes, escuchábamos música – Bill tocaba el violín o el
Cello y Lois o yo lo acompañábamos con el piano. Stepping Stones con el
tiempo se convirtió en mi segundo hogar y Bill y Lois fueron mi familia,
más cercanos incluso que mis propios padres, pues confiaba en ellos
para sugerencias y consejos en mis ocasionales asuntos del corazón y
cualquier problema que me ocurriera.

Tuve la oportunidad de conocer también a muchas figuras clave en la

historia de Alcohólicos Anónimos.

24

4 también!! Era mi primera Convención de A.A. y no estaba preparada
“La Gente, ¡Oh La Gente!”
La Sobriedad en los 40’s no parecía ser algo nada estable, ni
consistente, como lo es hoy en día. Si un miembro recaía (con suerte
de forma temporal), causaba una gran decepción e incluso
desesperación. Cuando una recaída se sabía, Bill decía con gran pesar,
“La gente ¡Oh, la Gente! ¡No logrará mantenerse en sobriedad!”
Pero para Bill, no era frustración lo que más le causaba la gente, sino
alegría. Tenía una gran conciencia del papel tan importante y las
contribuciones que hacía la gente precisamente, sobre todo los no
alcohólicos a la causa de A.A. y siempre le dio crédito a los demás: A
Lois, a Ebby, al Dr. Bob, a Henrietta Sieberling, al Dr. Harry Tiebout,
los amigos de Rockefeller y la lista podría continuar. Y uno de los
momentos donde más crédito les dio, fue durante la Convención
Internacional por el XX Aniversario en St. Louis, en 1955. Más tarde
escribió: “Durante la Convención, fue más apreciado que nunca, por
primera vez, el hecho de que nadie inventó Alcohólicos Anónimos, sino
que muchas corrientes de influencia se encontraron y mucha gente,
algunos de ellos no alcohólicos, ayudaron para que por medio de la
Gracia de Dios, A.A. alcanzara su propósito”.
Asistí a la Convención como la secretaria de Bill, y como mensajera para
hacer sus encargos; para ayudar a agendar las fechas de los almuerzos
y las horas de visita, con gente que constantemente lo presionaba; y
para ayudar en lo que se necesitara. Bill simplemente estaba repartido
en todos lados durante esos 3 días y se cansaba demasiado. Yo
para el golpe de estar en el centro de unos cuantos miles de
exuberantes alcohólicos recuperados y amigos de A.A., y para el
impacto emocional de la ceremonia de “Mayoría de Edad”, que marcó la
aceptación de la Carta de la Conferencia por parte de la Comunidad.
Desde el punto de vista actual, es difícil para la gente darse cuenta de
la importancia de la decisión tomada la mañana del domingo hace tantos
años, y las preparaciones para ella. Fue algo dramático y
extremadamente conmovedor para los que sabíamos el esfuerzo tan
grande que Bill había hecho para llegar a esto, por sobre mucha, pero
mucha oposición. Había presionado por la idea de una Conferencia, por
un tiempo muy largo, y haciendo campaña por ella personalmente.
Muchos miembros, sobre todo de la Región Central de USA, se seguían
oponiendo a la idea.
Después de haber presentado Bill su resolución, Bernard Smith, el
Presidente, pidió por un momento de silencio por parte de la
muchedumbre, para invocar la guía de Dios. Bern entonces llamó a los
votos y un rugir de aprobación estremeció.
Salieron lágrimas de mis ojos. Estaba sentada junto a Dennis Manders,
el bibliotecólogo no alcohólico de la oficina. Podía ver que sus ojos
también estaban llenos de lágrimas. (Dennis estufo en las Oficinas de
Servicios Generales tanto como pudo, aunque nuestros años de servicio
fueron distintos. Él se había convertido en el Contralor y Jefe
Administrativo cuando se retiró de operación en 1986). Vimos como
Bill, para enfatizar su renuncia, físicamente se bajó del escenario ahí
en el Auditorio Kiel. A Dennis le gustaba bromear con ello después
diciendo “Parecía que a Bill le costó 12 años llegar al último Paso”. Era
cierto que Bill continuó con su costumbre de pasar uno o dos días a la
25
oficina en las Oficinas de Servicios Generales, y por supuesto seguía
involucrado con las actividades de los Custodios y muchos otros temas
hasta finales de los 60’s. También jugó un papel prominente durante
esos años en las Conferencias de Servicios Generales, la Junta de
Servicio Mundial de 1969 y las Convenciones. Había siempre
cantidades voluminosas de cartas por contestar. Trabajé con él para
responderlas casi todo el tiempo. Pero después de 1955, al menos se
había liberado de los asuntos del día a día de la oficina. (Casualmente ,
su depresión de casi una década, gradualmente se fue controlando en
los meses que siguieron a la Convención de San Luis; durante los
siguientes tres o cuatro años, a finales de los 50’s, principios de los
60’s, tuvo una terapia que le inyectó vitamina gracias a la compañía de
sus dos amigos, el Dr. Abram Hoffer y el Dr. Humphfrey Osmond).
Muchas figuras que fueron importantes o cruciales para A.A.
estuvieron presentes en la Reunión de St. Louis.
Ebby T, quien llevó a Bill el mensaje por primera vez, estaba ahí como
su invitado especial. Bill arregló que Ebby pudiera venir de Texas,
donde había vivido por casi un año ya. El haberse encariñado con una
chica alcohólica que eventualmente murió le trajo a Ebby mucho dolor,
ocasionando que recayera y después regresara a Nueva York, pero su
período más largo de abstinencia fueron los 6 años que estuvo en
Texas.
Otro invitado especial fue la madre de Bill. “Dr. Emily”. Aun cuando se
había divorciado del padre de Bill cuando él tenía 10 años, Bill parecía
ansioso de recibir su aprobación en cada cosa que hacía en su vida. Así
que quería que ella estuviera presente en esta Convención para que lo
escuchara hablar y observara como la gente lo respetaba. Bill dijo que,
para él, esto era el betún del pastel.
La Dra. Emily era una Dra. en Osteopatía que vivía en San Diego. Su
segundo esposo, el Dr. Charles Strobel, un especialista en cáncer, había
muerto en 1936. Comenzando a la edad de 75, ella también había
invertido de forma exitosa en acciones del mercado. Bill le había dado
una parte de sus acciones de Cemento Portland cuando el comenzó a
tener participación y ella probó ser una inversionista muy inteligente,
que intuitivamente sabía cuándo comprar y vender. Cuando vivía con
Bill y Lois, antes de morir, yo estaba acostumbrada a verla en cama muy
temprano en la tarde, con sus rodillas hacia arriba, los anteojos sobre
su cabeza y concentrada en sus reportes de las acciones. Sabía que
estaba decidiendo entre vender y comprar. A la mañana siguiente, una
decisión era tomada y una llamada telefónica se hacía, o tal vez le
pasaba la información a Bill. Resultó que su decisión era correcta, si
decidía vender, las acciones iban hacia abajo, y si decidía comprar, al
contrario. Acumulaba un fondo de vivienda bastante decente, aunque
su forma de vida era muy sencilla. Bill la apodaba “Hetty” por la
famosa Hetty Green, una mujer que acumuló una larga fortuna a
principios de siglo, y además tenía un poder político casi de la misma
magnitud. La Dra. Emily disfrutaba mucho con ese apodo.
No sé cómo es que la Dra. Emily pudo haber ayudado a Bill durante la
Convención, porque aun después de ver cómo lo recibían ahí, ella no
demostró casi ninguna emoción. Sin embargo, durante su estadía larga
con Bill y Lois, los últimos años de su vida, expresó profunda devoción y
apreciación por las contribuciones de Bill hacia A.A., y disfrutaba
mucho con los amigos AA’s de Bill. Pude conocerla mucho durante esos
años, y nos encontrábamos en muchas ocasiones, las cuales yo
disfrutaba. Sus mensajes eran cortos, precisos y agudos. Le tomé
mucho cariño.
Como siempre, Lois contribuía con sus ideas, entusiasmo y energía a la
Convención de St. Louis, concentrándose en sus grupos de familiares de
26
Al-anon. Pero también estuvo al lado de Bill cada vez que la necesitó, y
por supuesto en la “Gran Reunión”. En la tarde del domingo de la
Mayoría de Edad, ella fue la primera oradora en dirigirse a la
muchedumbre después de que se había hecho la memorable votación.
Austin MacCormick, el conocido penalista, habló durante la Convención
en uno de los páneles. Era el Custodio favorito de todos, un hombre
pequeño y sumamente amable que contribuyó muchísimo con su
conocimiento para los medicamentos que se les daban a los alcohólicos
que estaban presos. Era una persona totalmente devota a Alcohólicos
Anónimos y de una ayuda tremenda para la promoción de la agrupación
con otros líderes dentro del campo de las instituciones carcelarias.
Apoyó a Bill, siempre leal, durante los debates que se dieron durante la
década y, de hecho, fue casi el único que lo apoyó de esa manera.
El Dr. Sam Shoemaker también estuvo en la Convención. Fue uno de los
amigos no alcohólicos que contribuyó. Era un clérigo Episcopal que fue
muy activo en los Grupos Oxford de los que A.A. aprendió tantas cosas
tan importantes para su programa. Bill acostumbraba hablar de la gran
honestidad, firmeza y sinceridad de Sam. Bill dijo una vez que fue de
Sam de quien absorbió la mayoría de los principios en los que basó los
12 Pasos. Una vez escribió que Sam le transmitió las llaves espirituales
con las cuales logró ser liberado. Sam era carismático, un hombre alto
y guapo con voz gruesa. Un orador maravilloso, dio una plática
formidable durante la Convención de St. Louis, junto con algunos otros
que se describen en “Alcohólicos Anónimos llega a su Mayoría de Edad”.
Cuando ya Sam Shoemaker llevaba bastante tiempo de haber muerto,
fui a Austin, Texas y pasé algún tiempo en los archivos de la Iglesia
Episcopal con permiso de su viuda, Helen Shoemaker, buscando si había
algunas cartas traspapeladas entre él y Bill. Traje un poco de material
de vuelta, incluyendo algunas cosas que daban nueva luz a la
controversia entre Frank Buchman, el líder de los Grupos Oxford y el
Dr. Shoemaker. Su sociedad terminó en 1941.
Otro líder de iglesia importante que estuvo presente fue el Padre Ed
Dowling. Era de St. Louis. Había aprendido sobre A.A. en 1940,
durante su visita a los miembros de Chicago. En St. Louis, había
ayudado a formar el primer grupo de A.A. Bill lo llamaba su “padrino
espiritual” y “amigo, consejero, gran ejemplo y una fuente inmensa de
inspiración”. Cuando Bill lo presentó para que hablara, Bill dijo: “El
Padre Ed está hecho de lo que están hechos los Santos”. Yo misma lo
admiraba, porque era directo y siempre con muy buen humor, y
transmitía una profunda espiritualidad, humildad y consideración por
otras personas. Era de altura media con una cara de Irlandés
inconfundible y de cabello blanco. Por ser cojo, caminaba con bastón.
(Cuando el Padre Ed murió, le dio su bastón y su crucifijo personal a
Bill. Eran de las pertenencias favoritas y más queridas de Bill y aun se
pueden ver en su estudio en Stepping Stones.)
Leonard Harrison, quien era Custodio de la Fundación Alcohólica (y más
adelante se cambió a la Junta de Servicios Generales) y su Presidente
durante los 40’s, participó en la Convención el día de la apertura. Era
un Sociólogo de profesión, de muy buen ver, con cabello blanco muy
fino, siempre digno y calmado. Bill lo llamaba “uno de los más antiguos
AA’s y de los amigos más apreciados, que vivió la adolescencia de la
agrupación, cuando nadie podía afirmar si se terminaría de formar o
acabaría desapareciendo”.
El Dr. Leonard Strong no pudo ir a St. Louis, lo cual decepcionó mucho a
Bill. El Dr. Strong era el cuñado de Bill, casado con su hermana
Dorothy. Cuando casi todo mundo había abandonado a Bill y a Lois,
había vivido la peor etapa de bebetoria de Bill y había servido como
enlace entre Bill, el Hospital Charles Towns y el Dr. William Silkworth.
27
Más tarde, fue un enlace esencial entre Bill y las personas alrededor de
John D. Rockefeller Jr. Por la vía de su antiguo amigo, el Reverendo
Willard Richardson, que manejaba las donaciones de caridad de
Rockefeller. Esta conexión llevó directamente a la creación de la
Fundación Alcohólica en 1938 y su Junta de Custodios. No es
exagerado decir que sin la amorosa preocupación del Dr. Strong por
Bill, tal vez nunca hubiese existido una agrupación llamada Alcohólicos
Anónimos.
Yo había conocido a Leonard y Dorothy Strong por 40 años o más. En
mis primeros días en la oficina, ocasionalmente tomaba dictados
especiales por parte de él, cuando era secretario de la Fundación
Alcohólica hasta su retiro de la Junta en 1955.
Siempre habló en un tono de voz suave, moderado y amable; gracias a
Dios que mis oídos estaban en buena forma. El Dr. Strong era formal,
muy serio y digno, pero tenía un gran sentido del humor y también
gustaba de hacer bromas. También era un poco determinado y muchas
veces Bill y él no estaban totalmente de acuerdo sobre la idea de la
Conferencia de Servicios Generales.
Recuerdo muchas visitas con Bill y Lois a los Strong cuando vivían cerca
de White Plains, Nueva York, hace años. Dorothy era una gran
cocinera. Sus cenas muy al estilo de Nueva Inglaterra eran muy
sabrosas. Leonard, antes de la cena, aparecía utilizando una chaqueta
especial, una pipa en su boca, muy británico, como un elegante
caballero, echando pequeñas nubes de humo, y junto con Dorothy, se
ponían a contar historias y conversaciones sobre sus vivencias
personales en A.A.
Me mantuve en contacto con ellos hasta hace muy poco, especialmente
con Dorothy, quien era una mujer cálida, amorosa, que pensaba en los
demás. Por muchos años hablamos por teléfono al menos una vez al
mes, y compartíamos noticias sobre Bill, Lois y los eventos en Stepping
Stones. Por supuesto ella era un contacto regular también con los
Wilson. Querían mucho a los Strong y siempre expresaron una gratitud
inmensa por Leonard y su fe en Bill, y por su firme apoyo en los
esfuerzos de Bill para comenzar con A.A. y hacerlo posible, por medio
del contacto con los Rockefeller en 1937, como dije anteriormente.
Muy entrados en los 80 años, Leonard y Dot vivían en el Brandon Inn,
en Brandon, Vermont, y más tarde ambos tuvieron que entrar, en
momentos distintos, en un asilo de ancianos cerca de Rutland. Leonard
fue el primero, pues había tenido un derrame que lo dejó muy afectado
del habla. Dorothy, viviendo sola, sufrió una caída por las escaleras y
entró al mismo asilo que Leonard. Pero la caída afectó mucho la
memoria de Dorothy, así que sus últimos días fueron muy difíciles,
tanto para ellos como para sus amistades. Todavía siento pena de
recordar como Dorothy no me reconocía. Estuvo rodeada de cualquier
manera, por muchos amigos y familia que la amaban. Leonard murió en
Abril 24 de 1989. (Tantos amigos tan queridos pasaron frente a
nosotros). Dot estaba consciente de su partida y pareció por un
momento recuperar algo la memoria.
Siempre sentí que la gente que trabajaba con John D. Rockefeller Jr,
en la división que se encargaba de los donativos de caridad nunca
recibieron el crédito suficiente por el papel tan crucial que habían
jugado en los inicios de A.A. Como mencioné antes, el Reverendo
Willard Richardson era uno de los que también se volvió un amigo muy
cercano de Bill y Lois – le llamábamos el Tio Dick. Bill le decía que era
“uno de los más finos servidores de Dios y el hombre”. Fue el contacto
clave que persuadió a Rockefeller Jr. Para contribuir y apoyar a ese
pequeño grupo de alcohólicos que más tarde estuvieron en la famosa
cena con Rockefeller en 1940. Rockefeller no pudo asistir en el último
minuto pero envió a su hijo Nelson para leer sus comentarios, los cuales
28
alababan a A.A. de una forma cálida, pero afirmaban que él creía que el
dinero nos echaría a perder, lo cual debe haber traído un sentimiento
momentáneo de decepción en los alcohólicos ahí presentes, para decir
lo menos. De cualquier forma, Rockefeller nos donó 1000 dólares.
También hubo donativos de otros asistentes a la cena para ayudar a
fortalecer a la Fundación Alcohólica. También permitió que la
Fundación solicitara la lista de invitados a la cena de una forma anual
hasta 1945 en que los grupos comenzaron a contribuir regularmente.
Bill dijo en 1945:
“Fue un gran día cuando más tarde los Custodios lograron expresar su
profunda gratitud a Rockefeller y otros amigos y decirles que no se
necesitarían más contribuciones. Dejó claro que la Fundación no sería
más, en ningún grado, una empresa para caridad. Desde entonces, A.A.
de forma nacional, se detuvo en sus propios pies, respaldado por las
entradas que venían por parte de sus publicaciones, y por parte de sus
15’000 grupos.”
Este evento marcó un punto de partida para el crecimiento mundial de
Alcohólicos Anónimos.
El Reverendo Richardson trajo a Frank Amos, un ejecutivo de un
periódico que había enviado Rockefeller en 1937 a Akron, para que
conociera al Dr. Bob y viera lo que estaba sucediendo. Su brillante
reporte fue el argumento decisivo para adquirir el apoyo de
Rockefeller. Frank resultó ser un activo y entusiasta custodio hasta su
muerte en Julio de 1965. Me sentí cercana a Frank y a su esposa Mary,
porque eran estaban interesados en los fenómenos psíquicos como yo.
Le Roy “Chippie” Chipman fue otro. Él había estado en el equipo de
Rockefeller como tesorero de los donativos privados de caridad y
estuvo en la primera reunión que Leonard Strong ayudó a concertar.
Como Tesorero de la Fundación alcohólica, casi desde sus inicios,
Chippie manejó las finanzas y pagó a los primeros accionistas para que
la Fundación pudiera tener los derechos sobre Works Publishing. Más
adelante también se hizo cargo del dinero de las Oficinas. Hacía los
cheques, los depósitos bancarios, y ese tipo de cuestiones. Chippie era
un hombre bajito y muy tímido, maniático y fastidioso. Era bastante
duro con los contadores que le rendían informes, pero era encantador.
Tenía unos ojos brillantes y un buen sentido del humor, como Leonard
Strong. Recuerdo como amaba hablar del viaje de su vida a Nueva
Zelanda. Cuando Chippie se retiró y tenía una salud bastante mala, Bill
logró que la fundación le consiguiera honorarios que expresaran la
gratitud de la Fundación por el servicio invaluable que había prestado a
la comunidad y a las Oficinas mismas de la Fundación. Chippie se sintió
terriblemente decepcionado de que su enfermedad no le permitiera
asistir a la Convención de St. Louis.
Rockefeller se mantuvo en contacto con Bill y con A.A. hasta su muerte
en 1960. Quisiera reproducir solo algunas palabras para mostrar su
gran admiración por Bill, en un mensaje que le envió por Navidad, en
Diciembre 21 de 1949:
“Qué gratificante debe ser para ti el saber cuánta gente ha ayudado tu
organización y el que continúe ayudando! Tu liderazgo ha sido de gran
inspiración para muchos.”
Bill estaba orgulloso de que el Dr. Harry Tiebout, el primer psiquiatra
en reconocer el trabajo de AA y en utilizar sus principios en sus
propias prácticas, había venido desde Greenwich, Connecticut, para
compartir con nosotros en la Convención. En 1939, el Dr. Tiebout había
visto recuperaciones espectaculares en A.A. en dos de sus pacientes,
Marty M., y su amiga Grennie C. (Grennie se volvió una muy querida
amiga mía y continuamos en contacto muchos años hasta su muerte). El
29
Dr. Tiebout se volvió un reportero entusiasta de A.A. y ayudó a
persuadir a dos sociedades médicas para que invitaran a Bill a leerles
sobre A.A. durante sus reuniones. También escribió un número
considerable de artículos profesionales sobre A.A. y también para la
revista Grapevine, los cuales aún circulan y muchas veces son citados.
(Dos años después de la Convención, fue nombrado Custodio y sirvió con
nosotros hasta su muerte en 1966). Harry era un hombre genial, fácil
de conocer, articulado, lleno de humor pero firme en sus convicciones –
algunas veces de acuerdo con las ideas de Bill y otras no. Bill alababa
sus opiniones penetrantes. Era un gran hombre.
en A.A. y se convirtió en un creyente, conociendo a Bill en 1942 o 1943.
Bill invitó al Dr. Jack a unirse a la Junta en 1950. Fue Custodio hasta
su muerte a la edad de 85 años en Enero de 1989, un miembro activo
por 27 años del crecimiento de A.A. y de sus gran problemática. Fue
Presidente de la Junta durante 17 años. Creo que nunca faltó a una
reunión de la Junta, a menos que estuviera fuera del país o en una
Conferencia de Servicios Generales. Conocí y admiré al Dr. Jack
durante toda mi vida en A.A. y no pude tener más respeto y admiración
por él, aun cuando como Presidente, muchas veces discutió con Bill
sobre varias cuestiones. Tenía un gran coraje por sus convicciones.

Bernard Smith era el Presidente de la Convención. También era

Presidente en ese momento de la Junta de Custodios. Un abogado de
Nueva York, que había ayudado a cambiar la Junta a una corporación en
1943. Él había apoyado y ayudado mucho a Bill para unificar la
Estructura de la Conferencia de Servicio de AA. Bill lo llamaba el
“Arquitecto de la Estructura de la Conferencia”. Cuando Bill estaba
tratando de empujar con la idea de la Conferencia, Bern Smith fue el
único custodio que realmente lo apoyó. Fue él quien finalmente
consiguió que la mayoría de los Custodios aceptaran la Conferencia, en
forma de prueba. Rápido en mente y percepción, muy bueno para
construir ideas y a veces tomaba algunas copas. A veces se refería a sí
mismo como un no alcohólico. Era un hombre devoto a Bill y a A.A.

Otro de los gigantes en la historia de A.A. que estuvo en St. Louis y en

todas las Convenciones Internacionales que se llevaron a cabo fue el
Dr. John L. Norris, conocido en A.A. como el Dr. Jack. Él era un
hombre guapo, de pelo blanco, con una forma de hablar muy suave, un
yankee de Nueva Inglaterra – el prototipo ideal de Presidente. Como
Director Médico Asociado del Eastman Kodak en Rochester, Nueva
York, fue un pionero no solamente para la medicina industrial, sino para
el alcoholismo. Vio de primera mano, varias recuperaciones importantes 5

30

“Bill W. en el Trabajo. Sus Contribuciones.”
La gente a veces expresa su sorpresa ya que durante la mayoría de los
años que trabajé con Bill W., mi escritorio estaba ubicado dentro de su
gran oficina. Esto era cierto, tanto en las Oficinas Centrales como en
Stepping Stones, y algunas veces en el estudio que él y un vecino
construyeron como a 50 yardas de la casa principal. El llamaba a su
lugar de trabajo “Wit’s End” (cuya elección se puede atribuir realmente
a Lois). Por lo que no solamente estaba cerca para ayudarlo en lo que
necesitara, sino que además podía escuchar todas sus conversaciones
telefónicas y sus pláticas con los diversos visitantes durante sus
reuniones. Recientemente, alguien teorizó que desde que Bill se dio
cuenta de la importancia del movimiento de A.A., y por mi sentido de
A.A. como un movimiento socio-histórico, el decidió que yo fuera un
testigo ocular a esa historia.
Interesante, pero no lo creo así. Recuerden que Bill había crecido en la
Nueva Inglaterra tradicional y conservadora en la primera parte del
siglo. En aquellos días, no era inusual que un pequeño banquero, abogado
o ejecutivo de negocios tuviera a su asistente administrativo o
secretaria trabajando en una esquina de su oficina. Era una especie de
símbolo de estatus y algo que convenía más a la persona, antes de los
días de los procesadores de palabras y los aparatos de dictado.
En las saturadas oficinas de A.A. en esos años, también se trataba de
dar un buen uso a cada pie cuadrado lo más eficientemente posible. Y
aun cuando la Oficina de Servicios Generales se expandió de una forma
importante, dándonos un buen espacio de oficinas, Bill y yo continuamos
funcionando de la misma manera.
De esos años de proximidad de primera mano y de observación de las
actitudes de Bill, me di cuenta de lo perceptivo que era, y de sus
extraordinarias contribuciones a Alcohólicos Anónimos y otras áreas de
problemas humanos que se vieron beneficiadas por la creciente
filosofía y experiencia de A.A.
Primero, su impresionante capacidad de ver hacia el futuro. En lugar
de distraerse con los miles de detalles, problemas, baches y
tempestades creadas en una tetera que caracterizaban los inicios de
A.A., Bill siempre pensó en términos de un gran crecimiento a futuro.
Su mirada estaba enfocada al futuro la mayor parte del tiempo, no en
los incidentes diarios. Tenía la habilidad de observar las experiencias
pasadas o presentes para prever las consecuencias futuras. Entonces
podía presionar por ideas que fueran de ayuda al desarrollo y
crecimiento de la comunicad a nivel mundial. Su viaje al extranjero,
junto con Lois en 1950 lo ayudaron a darse una mejor idea de la
realidad en este sentido.
Por ejemplo, muchos de los primeros grupos cometieron todos los
errores de libro. Algunos de ellos pusieron restricciones de quién
podría unirse a ellos. Otros impusieron reglas para los miembros que
iban llegando. Otros más se vieron involucrados en hospitales y
buscaban cambios a las leyes que no se aplicaban a los alcohólicos, lo
cual llevó a una confusión externa y una gran guerra interna. Ya había
yo mencionado los muchos problemas que se daban por los rompimientos
de anonimato, incluido el de Bill, al hacerse públicos como miembros de
A.A.
Bill, en lugar de frustrarse y deprimirse con estos problemas de
principios de los 40’s, tomó el consejo de Earl T. fundador de A.A. en
Chicago, para registrar esta década de experiencia. Bill pudo
sintetizar esto en un grupo de guías para la supervivencia, unidad y
31
efectividad de la comunidad. “En los yunques de la experiencia”, dijo
“la estructura de nuestra sociedad ha sido martillada”.
Característicamente, primero llamó a las guías “Doce Puntos para
asegurar nuestro Futuro”, y más tarde comenzó a llamarlas
“Tradiciones”. Si hubiera tratado de llamarlas reglas o regulaciones,
jamás hubieran sido aceptadas. Esa era otra de las características de
Bill, que buscaba siempre utilizar la palabra o frase realmente
descriptiva.
Entonces llevó las Tradiciones a la Comunidad, a finales de los años
40’s, para tratar de “venderlas” a los grupos. No querían escuchar.
Recuerdo una vez que Bill planeaba un viaje y había escrito a los grupos
del lugar donde iría sobre su visita. Le escribieron de vuelta diciéndole
que “nos encantaría recibirte y escucharte. Cuéntanos de la
experiencia espiritual que tuviste, pero por favor, no vengas a
hablarnos de tus malditas tradiciones” Aun así, la comunidad las
adoptó formalmente en su forma corta (reducida por Bill en 1949, en la
Convención de Cleveland en 1950.
Otra contribución significativa hecha por Bill fue cómo aprendió a
comunicar su propia recuperación o compartir su experiencia, fortaleza
y esperanza, como A.A. lo hace con otros alcohólicos. Hay que recordar
que cuando Bill dejó el Hospital Towns, trató de sermonear a cuanto
alcohólico encontraba (como lo describía el Dr. Silkworth), sin ningún
éxito en absoluto. Pero cuando compartió su experiencia con el
“bebido” Dr. Bob, en Akron, tuvo la oportunidad de ayudar tanto al Dr.
Bob como a sí mismo. Más adelante, su extraordinaria habilidad para
comunicar la desesperación y la miseria de su propia bebetoria y para
inspirar a otros alcohólicos con su elevada experiencia espiritual,
alentaba la recuperación de otros y los guiaba para compartir sus
propias experiencias, fortalezas y esperanzas con el siguiente
prospecto y así continuar con la difusión de Alcohólicos Anónimos hasta
los confines de la tierra.
Bill amaba hablar, de eso no había duda! Tenía casi la capacidad de la
hipnosis en las audiencias. Alguna vez en los 60’s, yo estaba sentada
con Herb. M, el Gerente General de la Oficina de Servicios Generales,
en una de las cenas de Aniversario de Bill anuales que la Intergrupos de
Nueva York aun patrocina. Herb ocasionalmente criticaba algunas de
las ideas de Bill; a veces se mostraban agresivos verbalmente el uno con
el otro. Así que esta noche, yo estaba sorprendida de descubrir a
Herb con los ojos llenos de lágrimas y soplando la nariz (como cientos
de otros alcohólicos lo hacían en la audiencia) mientras Bill terminaba
de hablar. Herb sacudió su cabeza en señal de admiración por lo
elocuente que Bill podía ser. Bill llegaba a toda persona con quien
hablaba.
En las pláticas de Bill, hizo ver la necesidad del alcohólico de alcanzar
un fondo de sufrimiento antes de lograr un cambio espiritual profundo.
Hacer ver la necesidad del desinflamiento del ego, por medio de este
fondo de dolor, fue otra de las grandes contribuciones de Bill W. De
los Grupos Oxford obtuvo el concepto de la derrota ante un Poder
Superior antes de poder obtener ninguna guía. William James, en su
libro “Variedades de la Experiencia Religiosa” sugiere cómo el
desinflamiento del ego casi siempre antecede a un despertar espiritual.
La contribución de Bill fue el descubrir que el alcanzar el fondo de
sufrimiento era la llave para la recuperación del alcohólico. Más
adelante, el Dr. Tiebout en sus papeles profesionales, atribuyó mucho
el éxito de A.A. a esta idea. En el Libro Grande, Bill describe el
comportamiento del alcohólico como un descontrol de la propia voluntad
y establece que la raíz del problema es el egocentrismo. Por lo que el
1er. Paso de los 12 Pasos, confronta la necesidad de un desinflamiento
del ego por medio del “Admitimos que éramos impotentes ante el
32
alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”. Al
explicar este paso en el libro de los 12 Pasos y las 12 Tradiciones, Bill
escribió: “Solo mediante la derrota total seremos capaces de dar
nuestros primeros pasos hacia la liberación y la fortaleza. Nuestra
admisión ante la impotencia personal finalmente se convertirá en el
sólido cimiento sobre el cual podremos construir una vida útil y feliz”.
Por supuesto, estuvieron sus muchas contribuciones filosóficas,
organizacionales y tangibles.
Estaban sus libros, escritos, con la ayuda de otros también, pero
finalmente sus libros: “Alcohólicos Anónimos, los 12 Pasos y las 12
Tradiciones”, por supuesto, la piedra angular del programa de A.A.
“Alcohólicos Anónimos llega a la Mayoría de Edad”, que como mencioné,
Ed B y yo ayudamos a concentrarlo (Tom P. fue el editor). Es un viaje
de fuerza. Es un lienzo en el cual Bill pinta el panorama de todo lo que
pasó en A.A. desde su nacimiento hasta la Convención de St. Louis y un
retrato del lugar que tenía A.A. en el mundo de 1955 . “Los Doce
Conceptos para el Servicio Mundial” (recuerdo bien los cuatro años que
llevaron de trabajo), que hablan sobre la autoridad, la responsabilidad y
el liderazgo en A.A. y las inter relaciones de los Grupos, los Custodios,
la Conferencia, la Oficinas de Servicios Generales y la Revista
Grapevine. Su último Libro “Tal como la Ve Bill”, es una colección de
citas y extractos de los libros que ya mencioné antes, más sus artículos
y cartas a Grapevine, de la selección y producción de donde él mismo
obtenía su guía. Para finales de los 60’s, el enfisema de Bill ya estaba
afectando en sus actividades y Janet G. fue de gran ayuda en la
búsqueda de mis archivos, reuniéndolos para Bill.
En Octubre de 1988, Grapevine publicó un volumen largo de 400
páginas con los escritos de Bill desde 1944, titulado “El Lenguaje del
Corazón”. Admito que prejuzgué, pues inicialmente me pidieron que
compartiera algunos pensamientos sobre él y no eran los mejores, pero
hoy entiendo que es un maravilloso trabajo que revela muchísimo sobre
el crecimiento espiritual de Bill y su gran comprensión de sí mismo
durante los años”. De hecho, considero que es un buen sustituto para la
propuesta del último libro que Bill quería hacer tan desesperadamente,
un resumen de toda su experiencia en A.A. Fue por el enfisema que no
lo pudo hacer. Contiene excelentes ejemplos de su liderazgo y de la
experiencia e historia de A.A. Estoy segura que se convertirá en una
de las fuentes más utilizadas en A.A. Las palabras de Bill se extienden
hoy a nosotros tan directamente como lo hicieron cuando las escribió,
hace 20, 20, 40 años.
Estaban sus proyectos de estructura, como la pobreza de la
corporación, la falta de cualquier autoridad personal (“nuestros líderes
son solamente servidores de confianza”) y la mínima organización para
pasar el mensaje. La gente decía que sus ideas eran ridículas y que
nunca funcionarían, pero funcionan. Después de la muerte de Bill, Lois
y yo hablamos sobre el origen de todas estas ideas en Bill. Ella creía
que las enseñanzas de San Francisco de Asís, específicamente,
influenciaron su pensamiento. Bill probablemente se interesó en San
Francisco de Asís por medio del Padre Dowling o de la hermana
Frances, los dueños originales de Ken Farm, Connecticut, dedicados a
admirar al Santo por su organización y su espiritualidad. Bill estaba
orgulloso de contarle a la gente que A.A. era una anarquía, una anarquía
benigna, pero finalmente una anarquía.
Estaba su reconocimiento del peligro de que una sola persona llevara el
liderazgo. En esto, Bill fue influenciado por leer sobre Mary Baker
Eddy, la líder de Ciencia Cristiana. Un maestro antiguo y mentor de
ella la acusó de fracaso por no haberle dado crédito por algunas ideas
críticas que adoptó como una parte integral de sus enseñanzas. Resultó
en una controversia que la dañó mucho. Recuerdo especialmente una
33
carta que Bill le escribió en 1943 a un amigo, comentando este
incidente en la cual decía:
“Nadie en A.A. debería nunca ser sujeto de estas tentaciones. A.A.
siempre deberá dar crédito por completo a todas sus ramas de
inspiración y debería siempre considerar a estas personas entre los
fundadores de nuestra bien amada sociedad”.
Bill impuso un ejemplo en el dar crédito a otros, por si alguien tenía
dudas sobre su falta de humildad.
Desde el reconocimiento del peligro de un liderazgo llevado solo por una
persona, siguió su insistencia en la autonomía de cada grupo. Explicó
que quería decir simplemente que cada grupo de A.A. era libre para
manejar sus asuntos exactamente como decidiera mientras esto no
afectara o pusiera en peligro a A.A. como un todo. Lo escuché decir
una y otra vez: “Cada grupo tiene el derecho a equivocarse”.
Aun cuando A.A. parecía haber crecido mucho más rígido desde la
muerte de Bill, él era increíblemente permisivo y tolerante consigo
mismo. Un día, una delegación de miembros vino a verlo desde
Midwestern City para llenar el oído de Bill con los problemas que
estaban pasando con algunos antiguos tiranos que estaban manejando
una casa club para miembros de A.A. como se les antojaba y querían que
Bill hiciera algo. Este grupo, decían, estaba usando el dinero del grupo
para otros propósitos, excluyendo a miembros que no estaban de
acuerdo y muchas otras cosas. Todo sonaba muy mal para mí desde mi
escritorio. Pero Bill lo único que hizo fue acomodar sus largas piernas
sobre el escritorio, se meció hacia atrás en la silla y pensó durante un
momento. Finalmente preguntó: “¿están sobrios estos muchachos?”.
La delegación admitió que sí, que lo estaban. Bill lo único que contestó
fue “Bueno…” y ese fue el final de la entrevista.
Toda la evolución de la estructura para proveer los servicios de A.A.
puede adjudicársele a la visión de Bill, a su poder de persuasión y
persistencia. La confusión reinó durante finales de los 40’s y los 50’s
con cada elemento de servicio que desarrollaba operaciones por
separado. Era como un cuerpo humano con la cabeza y las piernas
desconectadas del torso. Los Custodios estaban haciendo sus propias
cosas; ellos concebían su responsabilidad primeramente como
guardianes; no eran un cuerpo de acción. Eran los primeros en tener
dudas sobre la idea de la Conferencia y más tarde sobre la Conferencia
en sí misma. Los delegados de la Conferencia eran nuevos en su papel, y
aun cuando comprendían que eran responsables de toda la operación,
estaban aún intimidados por los Custodios, y muchos no tenían
comunicación directa con las Oficinas. Como mencioné antes, los
miembros del Staff de la oficina funcionaban mucho por sí mismos y en
los 40’s no estaban muy seguros del papel a jugar. Grapevine
funcionaba por sí misma en esa pequeña estructura y aparentemente
responsable de nadie.
Bill con su visión pudo prever que esta falta de conexión entre los
servicios y la falta de cooperación directa podía llevar a un conflicto
interno y contenía las semillas de la posible destrucción de Alcohólicos
Anónimos. Habiendo presionado hacia la idea de una Conferencia de
Servicios Generales, con la responsabilidad final y la máxima autoridad
en manos de los grupos, Bill intentó conjuntar todos esos elementos en
lo que llamó “El 3er. Legado de Servicio” (los primeros dos legados eran
la Recuperación y la Unidad, por medio de los 12 Pasos y las 12
Tradiciones, respectivamente). Formó un Manual del 3er. Legado, más
tarde agrandado y editado, llamándolo “El Manual de Servicio de A.A.”
En él explica cómo funciona toda la Estructura. Es un tesoro, en mi
opinión, y espero que la comunidad esté de acuerdo, porque es seguido
fielmente y se reimprime casi cada año con cambios y revisiones
34
directas de la Conferencia. El Manual, sin embargo, era solo una guía y
Bill sentía que se necesitaba algo más.
Por lo tanto, en 1959 comenzó a escribir un suplemento al manual para
dejar por sentado el porqué de nuestro servicio de estructura de tal
forma que la valiosa experiencia del pasado, y las lecciones que se
vivieron de esa experiencia, nunca se olvidaran o perdieran. Esa
declaración es típica de Bill. Hasta el día de hoy, no muchos saben
suficiente sobre la escritura de “Los Doce Conceptos para el Servicio
Mundial”, como llamó Bill al documento. Probablemente más que
cualquier otro de sus libros, este representa completamente su forma
de pensar, una contribución final a la calidad del liderazgo. Escribió el
manuscrito entero a mano, trabajando en él dolorosamente, borrando,
insertando, cambiando, mediante lo escribía. Entonces me pasaba las
hojas para que se lo transcribiera. Cuando la Conferencia finalmente lo
aprobó y lo publicó en 1962, es la única pieza de la literatura de A.A.
que está encabezada con su nombre como individuo. Los conceptos
están claramente firmados “Por Bill W.”
Para este momento, él estaba libre de las preocupaciones del día con
día que afectaban a la oficina, así que tuvo tiempo de poner su atención
en este gran esfuerzo, al cual le dio prioridad. Había salido de su
depresión y era capaz de concentrarse claramente y con muchas ideas.
Los conceptos codificaron algunos de los principios espirituales que se
habían observado ya generalmente en A.A. como “El Derecho de
Decisión”, “El Derecho de Participación”, “El Derecho de Apelación”,
etc. Los conceptos definían la “responsabilidad y autoridad” de los
grupos y el papel de la Conferencia y de los Custodios. Los conceptos
pedían tener cuidado en cuanto a que el liderazgo tuviera dos cabezas,
pues establecían la necesidad de un buen liderazgo personal, y
describían las relaciones de trabajo de los Centros de Servicio.
Finalmente, el Concepto XII enfatiza y elabora las “Garantías
Generales de la Conferencia”. (Como estas son el Artículo 12 de la
Carta de la Conferencia, fueron indudablemente el producto en
conjunto de Bern Smith y Bill). Me gustaría mencionarlas aquí, pues son
uno de los documentos más notables que he leído nunca:
“En todos sus procedimientos, la Conferencia de Servicios Generales
cumplirá con el espíritu de las Tradiciones de A.A., teniendo especial
cuidado de que la conferencia nunca se convierta en sede de peligrosa
riqueza o poder; que fondos suficientes para su funcionamiento, más
una reserva adecuada, sean su prudente principio financiero; que
ninguno de los Miembros de la Conferencia sea nunca colocado en una
posición de desmedida autoridad sobre ninguno de los otros; que todas
las decisiones importantes sean alcanzadas por discusión, votación y
siempre que sea posible, por unanimidad sustancial; que ninguna acción
de la Conferencia sea punitiva a personas, o una incitación a
controversia pública; que aunque la Conferencia pueda actuar al servicio
de Alcohólicos Anónimos, ella nunca deberá realizar ninguna acción de
gobierno, y así como la Sociedad de Alcohólicos Anónimos a la cual
sirve, la Conferencia en sí misma siempre permanecerá democrática en
pensamiento y acción.”
Cuando fueron introducidos, los doce conceptos fueron recibidos con
indiferencia, seguidos por años de real abandono. Después de todo, se
aplicaban básicamente a aquellos vinculados con el servicio, y además,
eran extremadamente difíciles de leer. Recuerdo que el Staff de la
oficina tomó un curso de estudio en los Conceptos, antes de la
Conferencia. De cualquier forma, ha habido un nuevo interés en los
Conceptos en la última década. Al ir invitada a convenciones o foros
regionales de A.A., me he sentido enormemente satisfecha al ver que
dentro de los foros de trabajo, los Conceptos causan mucho interés.
Porque ellos, y la estructura que describen, son una de las más grandes
contribuciones que Bill dejó.
35

A la luz de los muchos movimientos de auto ayuda que han surgido, la
apertura de Bill para compartir los principios de A.A., los 12 Pasos y la
experiencia de A.A., con estos movimientos, es una de sus grandes
contribuciones. Comenzó con el reconocimiento de la necesidad por
parte de las familias de los alcohólicos, de tener su propia comunidad, y
apoyó a Lois para que formara los grupos de familiares Al-anon. Muy
pronto, la experiencia de A.A. se había esparcido para ayudar a
resolver casi cualquier problema humano que se pueda nombrar:
Enfermedad emocional, esquizofrenia, el juego, la forma compulsiva de
comer, narcóticos (específicamente cocaína), la obsesión sexual, las
compras obsesivas y muchos más. Los grupos de autoayuda existen
para viudos, padres que han perdido un hijo, padres con hijos con
Síndrome de Down, supervivientes a mastectomías (yo misma participé
en uno de estos) y otros tipos de cáncer y víctimas de muchas otras
enfermedades crónicas. La membresía total de ese tipo de grupos de
autoayuda está estimada en millones y millones. Y todo comenzó con
Alcohólicos Anónimos y los deseos de Bill de compartir sus programas
con cualquiera que pudiera ser beneficiado por ellos. Después de todo,
él decía que todo en A.A. es prestado, así que ¿por qué no habría de
compartirse con otros? La política aún se sigue ahora. Sin embargo
hay que hacer notar que Bill se oponía a la creación de grupos dentro de
A.A. que trataran otros problemas, que se hicieran “multigrupos” (como
grupos de alcoholismo y adicción juntos, por ejemplo.
de las 12 Tradiciones. La 2ª. Tradición establece que “Para el
propósito de nuestros grupos, solamente hay una autoridad
fundamental, un Dios amoroso que puede manifestarse por medio de la
Conciencia del Grupo. Nuestros líderes son solamente servidores de
confianza, no gobiernan.”
La Conferencia de Servicios Generales surgió de esta misma idea, y Bill
tuvo que luchar largo y tendido para educar a los grupos a aceptar el
poder y la autoridad. Esto es aún más notable puesto que iba en contra
de la misma naturaleza de Bill. Ciertamente, tenía un ego muy nutrido,
el cual constantemente trataba de suprimir y frecuentemente se
llamaba a sí mismo “chofer del poder”. En cuanto a esto, creo que
sobresale único y carismático, entre todos los líderes de distintos
movimientos. Muchos de ellos se mantuvieron como tales o hasta su
muerte o hasta que los forzaron a dejar de serlo. Pero no Bill. El Dr.
Jack dijo: “Bill estaba dispuesto a dejarnos ir, mucho antes de que
nosotros estuviéramos dispuestos a dejarlo ir”.

Y esa política también es seguida hasta el día de hoy.

Por mi parte, la contribución más grande que pudo hacernos Bill W. fue
su deseo, su afán de hacerse a un lado como líder. Desde la primera
vez que lo conocí, hasta su muerte, dedicó una gran cantidad de energía
y tiempo a tratar de hacerse a un lado del poder y la autoridad, en
lugar de tratar de arraigarse a ellos. Esta idea es una parte integral

36
 6 La Música era una parte importante en el tiempo de descanso en
“Bill y Lois en el descanso”
Durante mis fines de semana en Stepping Stones, muy a menudo
trabajábamos arriba: Lois trabajaba en cosas de Al-anon en su
escritorio mientras Bill acostumbraba dictarme. Y si no me dictaba, tal
vez tomaba una siesta en el sillón mientras yo capturaba en la máquina.
Otras veces, Bill y yo teníamos una rutina en el estudio sobre la colina,
mientras Lois pasaba horas en su amado jardín.
Cuando nuestro trabajo terminaba, generalmente dábamos un paseo
caminando o íbamos a dar una vuelta en el auto. Bill le decía a Lois:
“Querida, yo manejo” a lo que Lois contestaba: “No Bill, manejo yo”.
Discutían sobre esto a menudo porque para ambos, el manejar era una
forma de relajarse. Pero Lois generalmente se imponía; además de que
era mejor conductora que él. Mientras tanto, yo me sentaba
cómodamente en el asiento de atrás. Cuando caminábamos o íbamos en
estos paseos, especialmente durante primavera u otoño, pude conocer
esa hermosa zona de Westchester, llena de árboles, sus senderos y
paisajes. Muchas partes estaban aún en su estado natural, sin ningún
tipo de invasión humana. Me siento agradecida por esos momentos.
Cuando regresábamos, Lois normalmente se ocupaba en la cocina
preparando la cena (era muy buena con el tipo de cocina de carne y
papas), aunque en los últimos años era Harriet quien cocinaba. Bill
volteaba y me decía “Bueno Nell, que te parecerían unas castañas?.” Yo
me sentaba al piano, él tomaba su violín o su cello y comenzábamos a
tocar alguna de sus piezas favoritas, algunas de las cuales le
recordaban sus tiempos de guerra.
Stepping Stones. A ambos les gustaba la música clásica y dejaban el
radio prendido la mayor parte del tiempo en la estación “WQXR”, la
estación de música clásica de Nueva York. Lois había tomado clases de
piano cuando niña en Brooklyn y tocaba bastante bien, mucho mejor que
yo aun cuando yo también las había tomado en Kendall, por lo cual hoy
me siento agradecida. El abuelo de Bill lo había retado a aprender el
violín cuando era muy pequeño, así que lo hizo, primero reconstruyendo
un violín que encontró en el ático y que había pertenecido a su Tío
Clarence. Se enseñó así mismo a tocarlo pegando un esquema en el
cuello del violín y practicando duramente hasta que sonaron las notas
correctas. Pasó horas escuchando discos, incluyendo solos de violín,
para después ir al suyo y comenzar a practicar de nuevo.
Se enseñó de tal forma que pudo tocar como primer violín en la
orquesta de la preparatoria, que se presentaba en bailes de escuela.
Hacía comentarios de su logro diciendo: “Era un muy mal primer violín
en una muy pobre orquesta”. De cualquier forma, la música continuó
regalándole una satisfacción continua por el resto de sus días. Escuché
que una vez tomó su violín y fue a visitar al Dr. Bob y Anne en Akron,
tocando más tiempo del que ellos hubieran esperado. Por años, en los
picnics anuales de Al-anon en Stepping Stones, se mezclaba con los
visitantes y tocaba su violín como un gitano errante. De hecho, era
mucho mejor con el cello. Siempre creí que si realmente hubiera
perseguido este instrumento, podría haber tenido una exitosa carrera.
Amaba escuchar a Pablo Casals, ya fuera en discos o en radio, al igual
que lo hacía Lois. (De hecho, hasta sus últimos días, Lois escuchaba las
estaciones de música clásica durante días y noches).
El piano, el violín y el cello todavía pueden verse en el rincón de la sala
de Stepping Stones.
37
Bill era dueño de dos violines. El segundo era un regalo de un miembro
muy antiguo llamado Gib K, de Milwaukee. Bill y Lois fueron de visita un
año después de que yo llegué a las oficinas. Gib estaba en el hospital
con cáncer terminal cuando Bill llegó. Gib presionó a Bill para que
aceptara el violín como su último regalo así que Bill lo atesoraba.
Además de tocar los instrumentos, le gustaba jugar constantemente
con ellos, llevándolos de un lugar a otro, ajustándolos y volviéndolos a
juntar. Esta era su personalidad de ingeniero jugando con la de músico.
Esto quiere decir que trabajaba con ellos para que emitieran los
sonidos de una forma óptima.
En Stepping Stones, yo tenía el dormitorio de abajo, a un paso de la
sala. Recuerdo que más de una noche no pude dormir, mientras Bill
trataba de afinar los instrumentos durante horas. Finalmente los
instrumentos se negaban a producir las notas tan perfectamente como
él lo buscaba!
Las largas caminatas eran parte de Bill y Lois. La primera vez que se
movieron a Bedford Hills en 1941, prácticamente eran los únicos en el
área, por lo que crearon sus propios senderos de caminata hasta la
colina y de vuelta. A medida que pasaba el tiempo, más gente se fue
mudando, casi hasta quedar en su puerta de entrada, de no haber sido
porque ellos compraron algunos acres más de terreno durante los años.
Pero aun cuando el área se pobló, ellos encontraron la forma de guardar
ciertas porciones de sus senderos originales. Como Bill era una persona
reconocida, la gente lo llamaba cuando iba caminando, desde sus
porches o sus cocinas, y a él le encantaba detenerse a platicar con
ellos. Recuero la primera vez que pasee con ellos por la propiedad
privada de sus vecinos, diciéndoles que estábamos seguramente
entrando sin autorización, cuando ví al vecino saludando a Bill con
mucho gusto, sin importarle en lo más mínimo que estuviéramos ahí. La
gente quería a la pareja.
En los mejores años de Bill, cuando era aún muy vigoroso, podía caminar
hasta 5 millas al día. Este fue el período en el que comencé a trabajar
con ellos en Stepping Stones. Recuerdo un sábado, por ahí de 1954,
que Lois no estaba paseando con nosotros, por alguna razón, tal vez se
estaba recuperando del ataque al corazón en ese momento. Estaba
caminando con Bill y cuando habíamos recorrido como 3 millas, él estaba
sorprendido porque le había logrado seguir el paso. Se volvió y me dijo:
“Por Dios Nell, para una chica de tu edad, tienes buena condición para
caminar”. Como en ese momento yo tenía 37 años, me sorprendió
bastante que me pensara tan grande, y más considerando su propia
edad, ¡hasta que me di cuenta de que estaba bromeando!
Sus caminatas fueron para él un salvavidas durante sus épocas de
depresión. Había días que apenas podía levantarse de la cama, y tenía
que forzarse para caminar, con respiraciones profundas, un paso
delante del otro, respirando y caminando. Hoy leo muchos artículos de
médicos y psicólogos que recomiendan caminar, y hacer otro tipo de
ejercicio como una muy buena terapia para mantener una buena salud
física y mental, y más para gente con problemas de depresión. Bill
siempre estaba adelantado a su época.
Lois también era una persona que amaba caminar. Ella y yo continuamos
con las caminatas años después de la muerte de Bill y hasta que su
salud se volvió demasiado frágil para hacer ejercicio. Usualmente
tomábamos caminatas más cortas, pero nos las arreglábamos para
aumentar las distancias durante primavera y otoño. Sobre todo,
durante la primavera, pues aprovechábamos para inspeccionar el
terreno y hacer inventario sobre los daños que el invierno hacía en la
propiedad; las ramas rotas y las hierbas que necesitaban limpiarse, etc.
(Esta siempre fue más una preocupación de Lois que de Bill, pues él solo
tenía menta para los asuntos de A.A. y no le interesaba demasiado el
38
darle atención a la propiedad). Ella amaba ver de cerca los primeros
nacimientos en las hojas, en los árboles, en los arbustos, los colores de
las magnolias y otras flores. Esto para mí siempre fue una aventura
espiritual. Durante esos días fríos de Marzo en que caminábamos
alrededor de la propiedad, siempre con la misma sensación de sorpresa
ante la misteriosa celebración de la naturaleza ante su primera
estación.

En el otoño, cuando el aire era suave, Lois y yo nos tomábamos una

bebida entre los hermosos colores de esta estación, y recogíamos
bellas flores para llevarlas a la casa y a veces yo me llevaba algunas a
mi departamento. Aprendí tanto de Lois, era una persona que vivía en
armonía con el ambiente que la rodeaba. Sabía los nombres de todos
los árboles, plantas y aves. Lois era una gran maestra.

Un episodio en el otoño de 1969 o primavera de 1970, no estoy muy

segura, me mueve muy profundamente aun cuando lo cuento ahora. La
salud de Bill estaba muy deteriorada y este era uno de los pocos días
que estaba bien. Los 3 comenzamos a caminar, decidiendo probar un
nuevo camino. Llegó el momento en que Lois se detuvo a examinar una
especie de flores desconocida. Mientras me contaba sobre ello, miré a
Bill, que caminaba delante de nosotras, con las manos en la espalda,
empinándose hacia delante, como siempre hacía. Mientras su figura se
iba haciendo pequeña a medida que avanzaba, experimenté una
premonición esperada de que esta sería la última caminata que
tomaríamos los tres juntos, lo cual fue así. En esa visión vi a Bill literal
y simbólicamente, mucho más adelante que nosotras, mientras Lois y yo
todavía estábamos arraigadas a las cosas del mundo, por decirlo de
alguna manera. Un momento después, dejamos de ver a Bill.

39

7 a Bill y Loise, murió en enero de 1971, una semana antes que Bill. Sentí
“Cómo era Bill: Su Mente y su Corazón”
Para comprender la visión de los miembros de A.A. sobre Bill W. y el
Dr. Bob, las personas no alcohólicas deberían comprender el
sentimiento de los Alcohólicos Anónimos de que su vida y su sobriedad
no serían posibles si no hubiese sido por los co-fundadores. El
crecimiento de la agrupación, es gracias al trabajo con otros, en un
proceso de alcohólico a alcohólico en el que un miembro sobrio puede
ayudar a un nuevo integrante que aún está sufriendo, siendo así posible
para cada uno de los millones de miembros de A.A. alrededor del mundo
el trazar por medio de su propia recuperación, la cadena de
apadrinamiento que viene desde los fundadores. Así que no es
sorpresivo que los A.A.’s tiendan a idealizar a Bill W., y mientras estuvo
vivo, tuvieran la esperanza de conocerlo y agradecerle personalmente
por sus propias vidas. Como archivista, tuve la oportunidad de conocer
miles de miembros que visitaron los archivos solamente para
asegurarse de dónde había comenzado todo. Una experiencia
totalmente emocional para ellos.
La misma actitud caracteriza la visión de los miembros de Al-anon hacia
su cofundadora Lois W.
Como yo no soy miembro ni de A.A., ni de Al-anon, mi perspectiva es
distinta. Mi relación con Bill y Lois era más como un miembro de la
familia. No tenían hijos (Lois tuvo tres malos embarazos y tuvieron que
hacerle cirugía y nunca pudieron adoptar por el alcoholismo activo de
Bill en esos días), así que jugaron los papeles de padre y madre para mí.
Yo podía hablar con ellos sobre cosas que jamás hablaría con mis
padres. (Mi padre murió en 1945 y mi madre, que admiraba muchísimo
como si hubiese perdido a ambos padres). Bill era mi consejero y mi
mentor, de alguna forma era una figura paterna, pero de otra era más
como un hermano mayor. Lois era especialmente amorosa, una gran
amiga, y también una figura materna, una amistad verdaderamente
profunda.
Una vez, regresé a Nueva York de mis vacaciones, muy aturdida por la
muerte de un muy buen amigo con quien estuve a punto de casarme. Bill
y Lois manejaron desde Bedford Hills a recogerme y llevarme de vuelta
a Stepping Stones, donde me consolaron de la mejor manera que
pudieron durante días y días. En otro momento, me dio una apendicitis
muy fuerte y fui al hospital. Bill estuvo ahí para asegurarse de que
estaba bien y después de la operación, durante mi recuperación, me
llevó de nuevo a Stepping Stones. Estos son solo un par de ejemplos de
lo que podían hacer por mí. Y ese mismo tipo de atenciones, se las
procuraban a otros parientes y amigos cercanos, incluso a sus vecinos.
En 23 años de observar a Bill en acción en la oficina y en Stepping
Stones, lo vi
aconsejar a muchísima gente. Siempre era un buen escucha en estas
circunstancias, un buen consejero para amigos de A.A. y otros, no
solamente con problemas de alcoholismo sino con sus problemas
personales también. Siempre les dio respuestas pragmáticas, no
opiniones teóricas. Era compasivo, comprensivo y amoroso.
En sus pláticas, tenía una elocuencia natural, y en sus escritos, tenía el
don de encontrar las palabras que expresaran exactamente lo que
quería. Aunque no era necesariamente muy académico, si era una
persona culta, muy leído, y escogía muy bien el lenguaje que utilizaba.
Cuando trabajábamos en artículos o capítulos de algún libro, o en las
40
cartas que hacía, generalmente hacía varios borradores, revisados muy
a fondo por él mismo. Tom P., un amigo que escribía muy bien y era
excelente orador, lo admiraba abiertamente. Bill le pidió que editara,
durante muchos años, varios de sus manuscritos antes de ser
publicados, específicamente los “Doce Pasos y Doce Tradiciones” y
“A.A. llega a su Mayoría de Edad”. Tom se concentraba realmente en
cambiar las palabras, en la estructura de las oraciones y en que el
pensamiento de Bill fluyera naturalmente en sus escritos.
Bill tenía un excelente sentido del humor. Era excelente contando
historias. Pero no estaba muy interesado por las bromas que se hacían
a su alrededor. En muchas ocasiones, vi como sus amigos se atrevían a
intentar compartir bromas con él. Cuando el que contaba la broma
llegaba al final de la misma, Bill solamente se le quedaba viendo sin
hacer ningún gesto, frustrando por supuesto al bromista.
Bill amaba contar historias de Vermont en el dialecto auténtico. (No
tenía normalmente un acento muy marcado, no como el Dr. Bob, que lo
tenía marcadísimo). Contarnos estas historias, o relatarnos sus propias
aventuras de cuando bebía, o las aventuras de otros, describiendo
características físicas de sus amigos o vecinos de Vermont era algo con
lo que nos divertía siempre, nos hacía reír a carcajadas hasta casi
caernos de nuestras sillas.
Las reuniones de A.A. siempre están plagadas de risas, lo cual muchas
veces sorprende y hace que los nuevos compañeros entren en una
especie de shock. Bill y Lois disfrutaban plenamente el unirse a esta
alegría. Una vez en la oficina, Bill no podía encontrar un documento
muy importante y sugirió que nuestra Gerente, Marian, lo había
perdido. Marian se indignó y lo negó, pero Bill seguía molestándola.
Finalmente encontró el documento en un cajón de su propio escritorio.
Avergonzado, se puso en cuatro patas, con el documento en la boca, y
fue así a pedirle perdón a Marian hasta su escritorio.
Por supuesto se estaba burlando de sí mismo, pero siempre tuvo la
suficiente humildad para pedir una disculpa. Tenía un gran ego, pero
lograba controlarlo, sin embargo, era muy importante para su liderazgo
dentro de A.A. Sus esfuerzos para darle crédito a otras personas,
eran una forma de bajarlo. Su constante, insistente esfuerzo para
renunciar a su propio poder como fundador, eran otra evidencia de su
humildad. A principios de los 60’s, Bill escribió un artículo para la
revista Grapevine llamado “Las críticas pueden ser nuestros
benefactores”, a consecuencia de un artículo muy malo que publicó un
periodista llamado Arthur Cain en la revista Harpers. Difícilmente la
reacción de alguien egoísta. Personalmente lo que creo es que la
percepción de la gente sobre el ego de Bill en los primeros días, surgió
de su continuo y persistente esfuerzo por convencer a los custodios y a
los miembros de la agrupación para soportar la estructura y la visión
que él tenía para la comunidad. Esta falsa percepción no ayudó cuando
Bill personalmente hablaba sobre su ego y sus tendencias a mantener el
poder. Pero siento que muy a menudo él mismo magnificaba estas
tendencias para hacer sentir a la gente que era “parte del grupo”.
He escuchado muchas veces como Bill explicaba su propio punto de
vista sobre la humildad. De acuerdo a su percepción, necesitamos
seguir lo que los griegos llamaban el medio camino para llegar al
equilibrio. No debemos cargar con el sombrero de la absoluta
humildad, pues caería en lo falso, ni tampoco caer en el orgullo de los
logros materiales y la admiración de nuestra propia importancia. La
definición de humildad de Bill era el deseo de buscar la voluntad de
Dios en nuestra vida y seguirla. Y me viene a la memoria un comentario
que ví alguna vez publicado en el pizarrón del boletín de una institución
de rehabilitación para alcohólicos:
41

“No hay más que un solo Dios, y hoy, tú no eres Él”
Creo que eso se acercaba mucho a la visión de Bill sobre la humildad.
No creo que Bill fuera una figura para santificar, pero sí como una
figura práctica y falible, con los pies bien puestos sobre la tierra, pero
viendo hacia arriba, buscando respuestas tanto a sus preguntas como a
sus acciones.
Creo que Bill era esencialmente no religioso – lo cual puede parecer
paradójico, porque era profundamente espiritual. Toda su vida se
cambió por una profunda experiencia religiosa. Los grupos Oxford,
quienes fueron responsables del principio de su sobriedad, se
recuerdan como un movimiento religioso, aun cuando su concepto de un
Poder Superior dejaba mucha amplitud para una interpretación
personal. Ya había mencionado del gran cariño de Bill y su gran
confianza en su padrino espiritual, el Padre Ed Dowling. Para cuando yo
llegué a la oficina, él estaba tomando clases sobre la fe católica, con el
Monseñor Fulton Sheen (aunque jamás se convirtió al catolicismo; y Lois
me confirmó que realmente nunca tuvo la intención de hacerlo). Se
sentía muy contento cuando alcohólicos que no creían en nada, que
estaban desilusionados, regresaban a sus antiguas creencias religiosas
como consecuencia de su recuperación en A.A. Y sin embargo, dado su
profundo interés en las variedades de las creencias religiosas, Bill no
era alguien que estuviera a favor de la iglesia y toda su vida evitó
unirse a ninguna religión en particular. También recuerdo
perfectamente, que cuando revisábamos el borrador de A.A. llega a su
Mayoría de Edad, de pronto decidió agregar la explicación que sigue
como una nota de la página 232 para aclarar su sentimiento sobre que
A.A. no necesitaba y no apoyaría ninguna fe religiosa en particular, ni
ninguna religión en sí. Escribió:
“El Dr. Bob tenía ciertas creencias religiosas, así como yo… Nada, sin
embargo, podría ser tan desafortunado para el futuro de A.A. como el
intento de incorporar ninguna de nuestras visiones teológicas
particulares a la enseñanza, práctica o tradición de A.A.”
Eso probablemente fue parte de su motivo, pero por muchas de
nuestras pláticas, creo que era mucho más profundo. Él estaba abierto
a toda creencia espiritual y no quería continuar él mismo en ninguna
interpretación o creencia específica. Probablemente su visión se vio
afectada por leer “El Mundo Creyente” (The Believing World) por Lewis
Browne, el cual era muy popular entre muchos A.A.’s y que también
influenció mis propias creencias.
En su política, Bill era conservador de fondo de Vermont. Yo era liberal
y aun lo soy, creo. Discutíamos mucho durante los tiempos de
elecciones hasta que finalmente aprendí a quedarme callada. Me
desgastaba discutiendo con él y escuchándolo siempre con sus visiones
políticas. Como la mayoría de la gente en estas cuestiones, era muy
testarudo y no se movía ni un centímetro. Durante sus años de
actividad, había escrito cartas muy fuertes al Presidente Franklin
Roosvelt.
En los 50’s, Bill sentía que Adlai Stevenson, el candidato democrático
para presidente, era casi un traidor por haber sugerido que la prueba
de bombas atómicas alrededor de ciertas islas en el Océano Pacífico
fueran restringidas (lo cual sucedió no mucho tiempo después). Por
supuesto, yo favorecía a Stevenson para presidente. Una noche,
cuando Adlai estaba hablando en televisión, cada vez que hacía un
comentario con el cual Bill no estaba de acuerdo (que era la mayoría de
las veces), fruncía el ceño y me miraba con desaprobación, como si yo
tuviera la responsabilidad. Cuando Lois tuvo suficiente, se fue a
dormir; yo tuve que mantenerme despierta y escuchar! En el desayuno
42
al día siguiente, Bill ponía su brazo alrededor de mis hombros y se
disculpaba. “Oh, Nell, qué mal me he portado contigo”.
Era intelectual y filosófico. Se comunicaba por muchos años e
intercambiaba ideas con mentes tan finas como los filósofos Gerald
Head y Aldous Huxley, quienes sinceramente lo admiraban y se
expresaban abiertamente sobre ello. Se puede ver como en los Pasos,
las Tradiciones y los Conceptos, Bill considera ideas, conceptos y
opciones de acción de diversas fuentes antes de llegar a las soluciones
ideales para A.A. Pudo reunir diferentes corrientes de pensamiento
para formar nuevos conceptos. Por ejemplo, los principios de los
grupos Oxford, William James y “Las Variedades de la Experiencia
Espiritual” y la perspicacia del Reverendo Sam Shoemaker,
contribuyendo todas para integrar los Doce Pasos, pero fue Bill el que
basándose en su propia experiencia junto con estas corrientes, pudo
formarlos como una serie de principios aplicables al alcohólico, y, como
se ha visto, para cualquier otra enfermedad humana imaginable.
También tenía una facultad inusual para reducir los pensamientos. Por
ejemplo, por sugerencia de Earl T., que fue fundador de A.A. en
Chicago, Bill primero escribió algunos ensayos sobre las Tradiciones.
Estos primeros aparecieron en la revista Grapevine en 1946-1948.
Introdujo cada una en su forma larga (encontradas al final del Libro
Grande), y después, en 1949, las redujo a su forma corta, como las
conocemos ahora. Como dije, observé toda esta metamorfosis en mis
primeros años en las oficinas de A.A.
Bill parecía ser de muy fácil trato. Hablaba con una especie de
irreverencia. Se me quedó en la mente una imagen vívida de él en casa,
aun con gente presente, tumbado a la ligera sobre el piso sin importarle
nada más. A veces recibía a los miembros de la agrupación sentado en
su lugar favorito, el piso. Dennis Manders se acuerda de él en una
sesión de la Conferencia de Servicios Generales, estirado en la
alfombra en mitad del salón de conferencias, tomando una siesta. (Yo
no me acuerdo de eso!) Pero cuando ser duro era algo que beneficiaría a
la comunidad, como la idea de la Conferencia de Servicios Generales
(para proveer una estructura sólida y poder dejar el liderazgo,
confiado en la estabilidad de toda la agrupación), y el cambio de
proporción de la Junta de Custodios, era un hombre concentrado,
determinado, dirigido hacia las metas y sumamente visionario para
lograr que sus esfuerzos llegaran a la aceptación y comprensión de sus
propuestas. Después de haber propuesto la Estructura de A.A. y como
punto focal la Conferencia de Servicios Generales, no recibió casi nada
de apoyo ni por parte de los Custodios, ni por parte de los miembros de
A.A. por un largo período. Como dije antes, él creía que los custodios
intentaban colocarlo a él en una torre de cristal, desde donde
simplemente debería dedicarse a trabajar en sus proyectos de
escritura y frenarse de remover las aguas entre los grupos. Pero esto
solamente logró que se determinara más. Así que fue y viajó por los
Estados Unidos y Canadá a finales de los 40’s, explicando y
convenciendo a quienes lo escuchaban de la necesidad de aprobar sus
propuestas para que la comunidad asegurara una continuidad aun cuando
él y el Dr. Bob hubieran muerto.
En 1950, había un pequeño grupo de miembros que aún no comulgaban
con Bill que pensaban que había verdaderamente enloquecido y se
encargaban por su lado de contactar a otros miembros de la comunidad
para provocar oposición hacia la idea de la Conferencia. Se llamaban a
sí mismos “El Grupo Ortodoxo”. Pero perdieron en su intento de hacer
ver a Bill como un demente! Y por supuesto, en la junta de 1950, pese a
ellos, los custodios finalmente aprobaron la conferencia, en un período
de prueba.
43
Bill mostró la misma decisión y persistencia en este esfuerzo largo, que
duró casi 11 años, para llegar al cambio de proporción de la Junta de
Servicios Generales, en cuanto a la mayoría de custodios alcohólicos.
La vieja Fundación Alcohólica, que comenzó en 1939, había consistido
originalmente de 5 miembros, 3 de los cuales no eran alcohólicos (los
amigos de Rockefeller) para asegurar la responsabilidad y la
continuidad de la Junta en los primeros días en que la sobriedad de los
alcohólicos era sumamente incierta. La estructura de la Junta se
cambió y agrandó en 1943. Para 1955, ya contaba con 15 miembros, de
los cuales 8 eran aún no alcohólicos (o Clase A) y 7 eran alcohólicos
(Clase B). Bill comenzó a sentir que el tiempo había llegado para
cambiar la proporción y determinar el cómo se lograría dicho cambio.
Al revisar un archivo de ese período, me encontré una carta que Bill
escribió en 1958 a un custodio no alcohólico llamado Harrison Trice, en
la cual le daba estas razones:
 Un aumento de presión en el trabajo con la cual no podemos
saturar a los miembros no alcohólicos
 Una determinación propia de las políticas y administración de
A.A. en la que los no alcohólicos han negado tener habilidad
para manejarla
 La necesidad de una representación geográfica mucho más
amplia de custodios alcohólicos
 La idea infantil e inmadura de creer que no tenemos cimientos
psicológicos suficientemente fuertes bajo los cuales un
movimiento de nuestro actual tamaño y madurez sea llevado por
una mayoría de alcohólicos confiables.
Estos puntos específicos, así como su propuesta, eran generalmente
debatidos sin fin por los custodios y causaron altercados con los
delegados en 10 conferencias, pues Bill continuaba persiguiendo su
meta. La paradoja fue que la comunidad, actuando por medio de sus
delegados, se oponía más al cambio de proporción que los mismos
custodios. Año tras año, Bill continuó con su propuesta y esta fue
pasada hacia la siguiente conferencia, hasta que finalmente esto se
votó favorablemente en 1962.
Un triunfo para Bill en esa Conferencia fue la aprobación y aclamación
de “Los Doce Conceptos para el Servicio Mundial”. Aun así, votaron que
no a sus recomendaciones, que aún siguen sin tocarse y están guardadas
entre los archivos.
Pero el debate ese año sobre el cambio de proporción fue largo y
molesto. La Conferencia seguía posponiendo su acción sobre ello.
Inmediatamente después del voto, tomaban un descanso durante el cual
eran muy pocos los delegados que se acercaban a Bill a darle apoyo pues
siempre se sentaba solo. Yo lo miraba a través del salón y mi corazón
iba volando hacia él. Nunca lo había visto tan caído y tan derrotado.
Afortunadamente, el rechazo no logró desalentarlo por mucho tiempo.
En las conferencias que siguieron, fue directamente hacia los
delegados, explicando y persuadiendo. De hecho, el Dr. Jack,
Presidente de la Junta, decía que los delegados reaccionaban
negativamente, no tanto a la idea del cambio en la proporción sino a las
tácticas que utilizaba Bill para tratar de persuadirlos y presionarlos.
Finalmente, en 1966, la Conferencia recomendó “que la Junta se
incrementara a 21 miembros, 7 no alcohólicos y 14 alcohólicos”. Es así
que los custodios aceptaron la recomendación por unanimidad. Bill
estaba eufórico con la victoria, pero siendo parte de su personalidad, le
dio crédito tanto al Dr. Jack como a Herb M. en dos cartas que les
dirigió. Su carta a Herb decía en parte:
44
“Sin tu ayuda, tu capacidad y tu buena voluntad, nada de esto podría
haberse logrado. Sé que el futuro de A.A. estará en deuda contigo por
esta contribución, aun en los tiempos difíciles de nuestro progreso”.
No podría describir por completo como era Bill sin tener que lidiar con
sus depresiones. Eran una parte que pesaba tanto en su vida, de sus
días de escuela en adelante. Era particularmente problemático durante
la década de 1945 a 1955. Paradójicamente, también fue una de
las décadas más productivas de su vida. Pero también una época
dolorosa y difícil para él. Siempre lo confundió el por qué sentía este
tipo de depresiones cuando sabía que era una persona afortunada que
tenía muchas razones para vivir. Como era obvio que no era un
problema mental, ni de actitud, el sentía que debía ser bioquímico. Esta
idea fue sostenida en los 50’s tanto por la opinión médica como por la
psiquiátrica y la científica. Describía sus episodios depresivos como
maniaco-depresivos; parecía ser cierto pues sus más hondas
depresiones parecían ser consecuencia de períodos de intensas
emociones y actividades físicas, cuando gastaba enormes cantidades de
energía física y espiritual.
Todos los que éramos cercanos a Bill, Lois, el Dr. Jack, Herb M. yo, así
como otros amigos, estábamos preocupados. Pero las gentes no tan
cercanas eran mucho menos comprensivas. Fui testigo de muchísimas
críticas de miembros de A.A. que sugerían de alguna manera que si él
hubiera ido a sus juntas de forma continua y se hubiera aplicado a sí
mismo sus 12 Pasos, seguramente no hubiera tenido ese tipo de
problemas. Y Bill estaba de acuerdo! Fui testigo también de que no
solamente trató de hacerlo de una forma valiente (hizo su 5º. Paso con
su padrino espiritual, el padre Ed Dowling), sino que además buscó
ayuda de todas las formas que le fue posible. Vio al Dr. Harry Tiebout
para tratamiento psiquiátrico en algún momento. Escribió a un amigo
tiempo después diciéndole que lo ayudó mucho en el conocimiento de sí
mismo pero que no lo había encontrado curativo. Me ayudó a dejar de
tenerle miedo a mis depresiones, pero no fue suficiente para
resolverlas. Esperó que el alivio de sus depresiones resultara de sus
sesiones con el Monseñor Fulton Sheen. Encontró cierto alivio en sus
tratamientos osteópatas, pero llegó a la conclusión de que no eran una
cura, sino un parche que las bloqueaba. Su remedio casero, como
mencioné antes, eran esas largas caminatas en las que iba paso a paso,
con respiraciones profundas, en las que sentía que de alguna manera se
forzaba a sí mismo, aunque fuese para caminar.
A mediados de los 50’s, su amigo Gerald Heard lo presentó con dos
psiquiatras ingleses, el Dr. Humphrey Osmond y el Dr. Abram Hoffer,
quienes trabajaban con pacientes esquizofrénicos y alcohólicos en el
Hospital Canadiense. Estaban experimentando con un químico sintético
llamado “Acido Lisérgico Dietilamida – el cual en los 60’s era conocido
como la droga LSD. Pero en 1954 no había leyes ni regulaciones sobre
el mismo. Los psiquiatras habían reportado que producía algunos
efectos benéficos, 10% más benéficos que la ayuda de A.A. en sus
pacientes, particularmente en cuanto a la resistencia al tratamiento.
Bill se sintió entusiasmado sobre su potencial y dijo que “cualquier cosa
que ayude a los alcohólicos es buena y no debe descartarse”. Eso era
típico en su apertura hacia las nuevas ideas y las terapias. Así que
junto con Gerald Heard, probó el químico bajo la dirección de un
psiquiatra en California. Al regresar a casa, continuó experimentando
con él. Yo misma lo probé, así como Lois y algunos otros amigos. Bill
siguió muy de cerca los resultados científicos sobre su administración a
los pacientes mentales y a los alcohólicos durante los siguientes dos o
tres años. Se salió por completo del experimento cuando en 1959
cuando fue muy obvio que toda esta idea iba en contra de su posición
como fundador y su “imagen paterna” dentro de A.A.
45
Bill continuó la amistad con Hoffer y Osmond siguiendo de cerca su
trabajo. A principios de los 60’s ellos reportaron que estaban teniendo
algo de éxito al tratar alcohólicos y otras víctimas de depresión con
dosis masivas de vitamina B3, también llamada Niacina. Bill había
probado también esta vitamina, y encontró, para su satisfacción, que lo
ayudaba muchísimo. De hecho me dijo que era la primera vez en su vida
que experimentaba la vida como una persona normal debía hacerlo. Al
tiempo que se iba entusiasmando por el uso de la Niacina, Bill compartía
con sus amigos médicos de A.A. y con los miembros en general, siendo la
depresión una condición normal en los alcohólicos. Hizo unos
documentos en los que hablaba sobre la vitamina B3 para que se
supiera.
Esto causó mucho ruido en la comunidad. Miembros y custodios se
opusieron a lo que Bill hacía, pues parecía estar utilizando A.A. para
promover su propia causa. Era verdad que los defensores de la Niacina
comenzaron a promover con entusiasmo sus resultados en las reuniones
de A.A., mientras los otros se oponían a que se utilizaran las juntas de
A.A. como foro para expresar este tipo de asuntos. Así que fue
evidente que Bill, sin tener la intención, estaba violando dos de sus
propias Tradiciones: la 6ª, en la que se dice que A.A. nunca nunca debe
respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad
allegada o empresa ajena, y la 10ª, en la que se dice que A.A. no tiene
opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su
nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas. Así que la Junta
de Custodios recomendó y aprobó en la Conferencia de 1967 que todas
las cuestiones relacionadas con la vitamina B3 deberían manejarse
fuera de la Junta de Servicios Generales, por separado. También
recomendaron utilizar un lugar aparte, con una secretaria aparte.
Yo de alguna manera resentía todo esto pues mi lealtad estaba con Bill
y yo misma había probado la Niacina, así como un largo número de
miembros de la comunidad a quienes les había dado un gran beneficio.
Bill y Lois continuaron tomándola por el resto de sus días (Lois hasta
como un año antes de su muerte). Bill continuaba compartiendo su
entusiasmo con otros. Yo había escuchado a muchos visitantes
agradecer a Bill por salvarles la vida doblemente. Después de haber
muerto Bill y durante los años que siguieron, Lois y yo continuamos
recibiendo llamadas y cartas preguntando por la experiencia de Bill de
haber superado sus depresiones por medio de la Niacina. Yo siempre
compartí todo lo que pude, al igual que Lois, sobre la experiencia de Bill
y sobre todos sus escritos sobre la vitamina B3. Recibimos muchísimos
agradecimientos por este tipo de ayuda.
Bill era un hombre sumamente inquisitivo y con una apertura mental
extraordinaria. Era un buscador, un investigador. Apropiadamente,
había tenido una fascinación de años con los fenómenos psíquicos, tal
vez porque él tenía algo de psíquico. Esto también lo demostraba en su
fe absoluta a una vida después de la muerte. El Dr. Bob y Anne S,
también estuvieron interesados en los fenómenos psíquicos. A
principios de los 40’s Bill y Lois a menudo llevaban a cabo sesiones en un
pequeño cuarto que tenían en la casa de Stepping Stones al cual
llamaban “el cuarto fantasma”. Los amigos de A.A., la gente de
Rockefeller y algunos vecinos de Bedford Hills participaban
frecuentemente en este tipo de sesiones y experimentaban fenómenos
inusuales. Una tarde, con el reverendo Willard Richardson, Bill
comenzó a participar con dos párrafos en latín de un sermón de San
Bonifacio, verificado por el reverendo Richardson, quien también era un
estudiante de latín. Bill tenía una muy vaga idea de quién había sido
San Bonifacio y nunca había leído ningún sermón de él, ni en inglés, ni en
latín.
Una de las más convincentes y abrumadoras experiencias de Bill ocurrió
en 1947 durante una visita con Lois a la Isla Nantucket. Llegaron de
46
noche pero Bill se levantó muy temprano a la mañana siguiente.
Mientras estaba sentado solo en la cocina de su anfitrión ante una taza
de café, escuchó una conversación entre varias personas que habían
vivido hacía más de cien años: entre ellos, un ballenero que había dicho
que su nombre era David Morrow, y que había sido asesinado en una
batalla bajo las órdenes de un Admirante Farragut; también un capitán
llamado Pettingill. “Solo por diversión es que conté más tarde esta
historia” escribió Bill un tiempo después, “haciendo énfasis en los
nombres”. Por supuesto su anfitrión se mostró totalmente escéptico,
por decir lo menos y el tema no volvió a tocarse.
Al día siguiente Bill, Lois y sus anfitriones se encontraron con otras
personas para un día de campo, en una de las principales avenidas de
Nantucket. En ese lugar, había un pequeño monumento a los caídos de
Nantucket durante la Guerra Civil, al pie del cual estaban cincelados los
nombres de los muertos. Uno de ellos era David Morrow! Bill llamó a su
anfitrión para mostrarle esto. Al día siguiente, visitaron el museo de la
caza de Ballenas por primera vez. Había un libro abierto donde se
veían los nombres de los capitanes de barcos balleneros. Uno de ellos
era Pettingill! “No había ni una oportunidad remota de que yo hubiera
escuchado sobre estos extraordinarios habitantes de la isla” escribió
Bill.
En los 50’s, la Universidad de Duke se convirtió en el centro de
experimentos en clarividencia. Reunían un archivo extenso de
percepciones extrasensoriales. Bill había tenido correspondencia con
el Dr. J. B. Rhine de Duke sobre esto, así como con otros
investigadores del campo.
Como era de esperarse por su servicio militar, Bill era un patriota.
Amaba su país y siempre fue leal a su nativo Vermont. Bill regresó
varios años después, y Lois muy a menudo iba con él en el Jeep. Se
quedaban en el Londonderry Inn o en el Hotel Equinox en Manchester.
Caminaban mucho, hablaban mucho y trabajaban mucho en sus
proyectos por separado para A.A. y para Al-anon. También les gustaba
quedarse en otros lugares “escondidos” cerca de casa por un día o dos,
lejos de las llamadas telefónicas y de los visitantes. Ocasionalmente
llegué a acompañarlos. Bill compartía y aconsejaba a mucha gente:
A.A.’s, Alanones, y otros que simplemente lo conocían y lo apreciaban
como los dueños de los hoteles. Más adelante, obtuve historias de esos
propietarios de hoteles, en las que me contaban que Bill había hecho
sugerencias muy útiles sobre depresión y otras cuestiones. Bill
regresaba fresco a casa después de esos viajes, listo para volver a la
batalla con los custodios. Traía borradores de memorándums y
artículos para la revista Grapevine, listos para que yo los capturara. Y
generalmente traía algunas de esas increíbles historias de Vermont
para compartir con nosotros.
Mi primera visita a Vermont fue con Bill y Lois en el otoño de 1960.
Fue porque era el aniversario 25 de A.A. en Vermont. El lugar donde se
celebró fue Burlington. Bill y Lois fueron los miembros de honor desde
luego y se les hizo honor en ausencia al Dr. Bob y a Anne, pues Vermont
también era su Estado. Bill y Bob recibieron una mención por parte del
Gobernador Robert Stafford. Disfruté plenamente al ir a algunas
reuniones de Al-anon, así como algunas de A.A. y me quedé muy
impresionada con las historias de las esposas, sus tribulaciones y sus
contribuciones, por lo que me convertí en una admiradora de su trabajo,
tanto como del de A.A. en los archivos de A.A. tenemos grabaciones de
ese gran fin de semana.
La ocasión de mi segunda visita a Vermont, fue el entierro de bill y su
servicio en East Dorset en Mayo 8 de 1971. El hermano de Lois, Rogers
(quien la había presentado con Bill), había muerto en Diciembre de
1970, como un mes antes que Bill y se le enterró más o menos al mismo
47
tiempo que a Bill pero en otro cementerio cercano. Lois aprovechó para
visitar su tumba también. El Dr. Jack y su esposa, Ellie, también
asistieron al servicio.
Y de nuevo en Febrero de 1984, manejé con Lois y mi amiga Joan B.,
desde Toronto, para visitar a la hermana de Bill y a su cuñado. Dorothy
y Leonard Strong. En el mismo viaje fui recabando historias para los
archivos en el Area de East Dorset, Arlington y Manchester. Con
Dorothy visitamos lugares históricos como el cementerio donde Bill y
los miembros de su familia estaban sepultados, la casa de Rowland H.,
la escuela de Bill y Ebby, y la casa de los abuelos de Bill donde creció.
Durante esta visita, acompañada también por Orlando C., visité el
aeropuerto de Manchester, lugar de una de las más famosas aventuras
en la actividad de Bill. Era el año de 1929 y Bill y Ebby habían estado
de fiesta toda la noche en Albany con otro amigo de bebetoria, el piloto
Ted Burke. Dentro de la neblina alcohólica, surgió un esquema
temerario: que viajarían a Manchester al día siguiente en el pequeño
aeroplano de Ted. El aeropuerto de Manchester apenas estaba siendo
terminado pero aún no estaba enuso. En algún punto el piloto llamó al
centro de vuelo de Manchester para anunciar su inminente aterrizaje.
Al final todos los amigos de Manchester se reunieron en un comité de
recepción, así como la banda de amigos del pueblo; la delegación había
sido guiada por la Sra. Anna Simonds Orvis, la digna dueña de la famosa
casa Equinox.
Bill contó más tarde, que los 3 habían seguido bebiendo durante el
vuelo.
“Dimos la vuelta al campo y de alguna manera caímos en la pradera llena
de baches. La delegación de bienvenida corrió hacia nosotros. Nos
correspondía a Ebby a mí hacer algo al respecto… De alguna forma
salimos de la máquina, caímos en la tierra y ahí nos quedamos,
acostados e inmóviles. Así fue como se formó la historia del primer
aeroplano que aterrizó en Manchester, Vermont.”
Pero más de 50 años después, en el mismo lugar de la escena, aquí
estábamos, parados en la puerta de ese silencioso aeropuerto,
abandonado por largo tiempo, con el viento soplando gentilmente en la
maleza, revelando las viejas huellas de las llantas de los aviones que
alguna vez aterrizaron ahí. Estábamos mirando hacia la barda, donde
se leía aun que cualquier intruso que entrara en la pista sin permiso
sería perseguido por interferir con las operaciones de la pista de
aterrizaje. Todo esto traía un sentimiento de nostalgia, mientras
trataba de construir mentalmente la increíble escena que aun hoy
mucha gente de la zona recuerda y habla sobre ella.
En los últimos años, he regresado al hermoso estado de Vermont varias
veces más. En Octubre 10 de 1988, llevamos a cabo una pequeña
ceremonia de entierro para Lois, justo a un lado de Bill. Recientemente
fue un placer asistir a la celebración del día de los Fundadores en East
Dorset, durante la cual se hizo un servicio en memoria de Bill y Lois
junto a sus tumbas. Al menos 150 personas estuvieron presentes, con
los carros alineados a ambos lados del camino en una larga fila, justo
hasta la entrada del cementerio.
El que ambos fundadores de Alcohólicos Anónimos hayan venido de
Vermont es una de las “coincidencias” de A.A. que tenían un papel
desconocido, pero muy significativo en la fundación y supervivencia de
Alcohólicos Anónimos. Su amor por Vermont no era lo único que
compartieron, como les contaré en el siguiente capítulo.
48

8 menudo describía al Dr. Bob como “la roca sobre la cual se fundó A.A.”
“Bill y el Dr. Bob”
La reunión en Mayo de 1935 de los dos cofundadores de Alcohólicos
Anónimos, su comprensión inmediata y la maravillosa relación que
mantuvieron hasta la muerte del Dr. Bob en Noviembre 16 de 1950
siempre me ha parecido como un verdadero milagro. Una parte del
milagro fue el que compartieran tantas cosas en común. De no haber
sido así, probablemente nunca hubiese existido A.A. La otra parte fue
el que hubiera tantos contrastes y diferencias entre esos dos hombres;
se complementaban mutuamente a la perfección. Creo sinceramente
que ninguna otra combinación entre dos hombres hubiera funcionado
igual.
Ocasionalmente, más a menudo en los primeros días, que en los últimos,
escuchaba a algún miembro de Akron decir que era Bob el que tuvo más
impacto, el que mantenía unida la comunidad y el que la salvaba del gran
ego de Bill y sus esquemas salvajes – o de algún miembro del Este, que
decía que eran los esfuerzos de Bill los que lograron la unidad y
mantuvieron intacta a A.A. Ello siempre me molestó un poco porque
representaba una muy mala interpretación del milagro, como yo lo había
visto. No era una cuestión de quien era más importante que el otro,
sino que hicieron dos partes de un todo. El Dr. Bob, en palabras de Bill,
era un “pescador de hombres” (aunque Bill también hizo su parte),
mientras que Bill (como lo llamó alguna vez Bernard Smith), era “el
arquitecto de la agrupación”, el constructor de la casa donde habitaba
Alcohólicos Anónimos. Lo más hermoso de esto, era la devoción que
sentían uno por el otro y el gran respeto por las opiniones y
contribuciones que cada uno aportaba para la comunidad. Bill muy a
A menudo se me pregunta si conocí al Dr. Bob. Lamentablemente solo
lo ví una vez, y de forma muy breve. Fue en el otoño de 1948, cuando
se juntó con Bill y Lois durante la cena anual de Inter Grupos en Nueva
York, una de las raras apariciones de los dos juntos. El Dr. Bob
también vino a la oficina. Nuestra pequeña oficina estaba llena como
una lata de sardinas para la ocasión. Yo estaba de turno como
recepcionista y telefonista. Lo único que llegué a ver fue a un hombre
alto que iba dejando el área de recepción, visto además por detrás. De
cualquier manera, siento como que conocí muy bien tanto al Dr. Bob
como a Anne, por medio de las memorias tan descriptivas por parte de
Bill y Lois, así como de otros amigos que compartían anécdotas sobre
ellos, las cuales se fueron guardando en grabaciones para los archivos
durante los años.
¿No es increíble que estos dos alcohólicos que tan desesperadamente
se necesitaban se reunieran en Akron, para más tarde descubrir que
ambos eran de Vermont? Compartieron su herencia de Nueva
Inglaterra. También, cuando platicaron por primera vez ese domingo
en Akron, Bill refrenó ese impulso de “sermonear”, haciendo un énfasis
profundo en los aspectos médicos del alcoholismo, los cuales había
aprendido del Dr. William Silkworth y Bob, como médico, estaba
completamente receptivo a su mensaje.
El Dr. Bob se convirtió, como describía Bill, en el “Príncipe del paso 12”,
algo para lo que estaba bien calificado, utilizando su instinto natural
para ayudar a otros como médico, combinado con su intenso deseo de
compartir sus experiencias como alcohólico con otros que estaban
sufriendo. Era cauto por naturaleza, no dado a dar opiniones a la ligera,
con los pies en la tierra, acostumbrado a cierta disciplina, paciente,
49
práctico, seguro de sí mismo en términos profesionales, mucho más
dado a escuchar y dejarse influenciar por ideas de otros, mucho menos
arriesgado a equivocaciones. Bob a menudo le pedía a Bill que fuera
cauto. Aun cuando compartía con él la visión hacia el futuro de A.A.,
creía que no debía tomarse ninguna acción hasta que hubiera un
acuerdo total o alguna sugerencia se hubiera asegurado de antemano.
Aun cuando no siempre estaba de acuerdo en los tiempos de las
propuestas y proyectos de Bill, siempre lo apoyaba, por lealtad y
aprecio profundos.
Bill por el otro lado, reflejando su entrenamiento en Wall Street,
siempre estaba pensando hacia delante. Poseía un talento natural para
ver las necesidades que se iban presentando. Era activista, buen
escritor y un orador muy carismático; creía que debían probarse nuevas
propuestas o acciones para que en el futuro la comunidad pudiera
funcionar de mejor forma. Si no funcionaba, podía hacerse a un lado,
pero el esfuerzo debía hacerse. Lo escuché decir muchas veces que
uno debía tratar siempre de alcanzar sus metas. Que una persona no
podía culparse por caerse al intentar lograrlas, pero sí por no intentar
lograrlas con el debido esfuerzo.
Sus temperamentos y personalidades eran distintas. Bob parecía ser
mucho más tímido en público que Bill, pero en privado era mucho más
sociable, de acuerdo con los amigos. Era siempre uno más, disfrutando
pasar tiempo con sus compañeros, y relajarse. Le gustaba pasar el
tiempo pescando en un lago. Recuerdo una fotografía de él con un
amigo, cargando entre los dos un pescado y con una sonrisa de oreja a
oreja. Le gustaba jugar cargas y ver peleas de box en la televisión; le
gustaban los autos y los conducía rápido. Pero aparentemente no
deseaba, ni le gustaba mucho hablar en público, sobre todo ante mucha
gente. En cambio Bill era lo contrario. Era un hombre mucho más
privado que a menudo se sentía fuera de lugar y se sentía incómodo al
estar en pequeñas reuniones sociales; en cambio se sentía muy seguro
de sí mismo en público y disfrutaba compartiendo y hablando ante
multitudes, generalmente en conferencias y convenciones. Se volvió
difícil para él poder asistir a los grupos individualmente. Había
comenzado, antes de la Convención de St. Louis en 1955, a visitar
algunos grupos para explicar más a fondo sus razones y planes para
transferir el liderazgo. Pero otros grupos protestaron vigorosamente y
demandaron que también los visitara, por lo que tuvo que cancelar su
plan de visitas original.
Desde un principio su relación fue cercana y se protegían el uno al otro
aun cuando estaban separados por grandes distancias durante períodos
muy largos de tiempo. Bob se preocupaba por la salud de Bill y Bill se
preocupaba por la situación económica de Bob, la hipoteca de su casa,
por ejemplo. (El Dr. Bob estaba pasando tanto tiempo en tratar
alcohólicos, sin recibir ninguna compensación, que su práctica regular se
había venido a menos). Bill, junto con Hank P., había formado la “Works
Publishing Company” a principios de 1939 para publicar el Libro Grande.
Por insistencia de Bill, una de las condiciones principales de dar la
vuelta a sus intereses en 1940 hacia la Fundación Alcohólica era que
Bob y Anne recibieran derechos de autor por el Libro Grande cuando lo
necesitaran. Aunque los primeros dos años de que fue publicado el
libro, realmente no se recibieron muchas regalías, así que ninguno de
los dos recibía mucho. Después de ese periodo de frustración, el libro
comenzó a venderse y cuando las deudas fueron pagadas, tanto Bill
como Bob recibieron regalías por parte de la fundación, las cuales a
Bob se le dieron retroactivas hasta 1940.
En 1939 Bill hizo un esfuerzo por su parte para obtener un préstamo de
la Fundación Guggenheim en Nueva York y así poder ayudar
económicamente a Bob. Escribió:
50
“En Akron, Ohio, hay un médico, el Dr. Robert H. S…., quien ha sido
responsable durante los últimos 4 años de la recuperación de por lo
menos 100 alcohólicos crónicos que la profesión médica ha calificado
como desahuciados… un hombre que no se queja de nada y está casi en
bancarrota…
Gracias a este valioso trabajo voluntario, el Doctor se ha visto
imposibilitado para retomar sus prácticas de cirugía.
Si continúa su trabajo con los alcohólicos al paso que lleva ahora, puede
perder por completo su práctica profesional y seguramente su hogar.
Obviamente él continuaría, pero cómo?”
Bill sugirió entonces un estipendio de 3’000 USD por un año,
asegurando a la Fundación Guggenheim que otros esfuerzos se estaban
haciendo para proveer los fondos necesarios. Terminó la carta con
estas palabras: “Él no tiene conocimiento alguno de este acercamiento
por mi parte hacia ustedes”.
La Fundación Guggenheim respondió, dando muy poca esperanza de
poder acomodar al Dr. Bob, puesto que sus apoyos eran dados a
trabajos de arte originales y creativos. Bill se sintió muy defraudado.
Bill y Bob compartían un agudo sentido del humor. Les encantaba tomar
el pelo. Contaban historias y ambos eran buenos en ello. Bob se hacía
notar por utilizar pequeñas parábolas para hacerse entender por los
que ayudaba. Les gustaba poner apodos a los demás, incuyéndose ellos
mismos. Bill siempre llamaba a Bob “Doc o Smith” y Bob llamaba a Bill
“Willie o Sir William”. Ocasionalmente, en las cartas que Bob escribía a
Ruth Hock en la oficina, Bill era simplemente “ese muchacho”, como en
“dile a ese muchacho que escriba cuando lo veas”. (Bill no era el mejor
para contestar correspondencias).
No sé si era porque Bill y Bob eran de Vermont, o por la época en que
crecieron pero ambos utilizaban expresiones muy pintorescas. Bob
habría sido la desesperación de las feministas de hoy, pues para él, una
mujer era endeble, un anillo era una roca, una conversación llegando a
su climax, se estaba “calentando”…
Para los primeros días de A.A., turbulentos y llenos de decepciones y
pasos para atrás, Bill tenía una variedad de expresiones. Si se
escuchaban desacuerdos en los grupos o entre las personas, decía en un
acento rural de Vermont “Golpea a la gente” o una variedad parecida.
Por ejemplo, si un miembro tenía una recaída, Bill podía decir “O, la
gente, no le gusta quedarse reparada”. O si alguien rompía su
anonimato o se metía en una riña en algún club, decía “Esa es la vida
entre los anónimos!!!” Si comenzaba a comer, decía “Tal como lo come
Bill”. Al terminarla, tomaba su vaso y lo golpeaba con fuerza sobre la
mesa, siendo una costumbre de Nueva Inglaterra, parecía.
Una coincidencia maravillosa en la primera reunión de Bob y Bill, y que
seguramente fue una profunda influencia en la relación tan unida que
llevarían en adelante, es que ambos habían estado involucrados en los
Grupos Oxford – Bill, en los meses después de que salió del Hospital
Towns en Diciembre de 1934 y el Dr. Bob, buscando ayuda para sí
mismo en el Grupo Oxford de Akron, presionado por su mujer y por
Henrietta Seiberling. Así que en cuanto comenzaron las juntas de
alcohólicos en Akron, siguieron el formato y los principios de los Grupos
Oxford. En los inicios, Bob, Anne y las familias de alcohólicos tenían las
juntas en sus casas, durante las mañanas o las tardes. Cuentan que a
Bob le gustaba sentarse con una Biblia abierta en su regazo, de la cual
escogían un pasaje al azar y lo leían. Esto daba pie a una discusión que
tratara de la vida personal de cada uno de los presentes. El énfasis se
hacía en el día con día, como enfrentar los problemas personales, el
51
auto examen – aunque por supuesto que el alcoholismo como
enfermedad era también parte de la discusión. (La recuperación de los
alcohólicos en esos días, en los primeros encuentros con los prospectos,
era generalmente en los hospitales, por medio del puente de
comprensión, compartiendo la historia con otro igual). La Guía (una
expresión de los Grupos Oxford), era algo que se pedía y se escuchaba.
(El uso de la palabra “compartir” dentro de A.A. también era una
expresión que venía de los Grupos Oxford). También lo era la palabra
Testimonio.
El Dr. Bob, como cualquier otro médico disciplinado, podía ser firme con
el paciente hospitalizado, estableciendo de entrada si el paciente
alcohólico querría ayuda exterior, algo más que ayuda médica.
Cualquier reacción que no fuera consecuente con esto, producía de
inmediato una reacción negativa en Bob – “regresa entonces cuando
estés preparado” o algo similar. Pero si el paciente alcohólico
expresaba su deseo de ser ayudado, antes y sobre sus propias
necesidades físicas, Bob y los miembros de ese momento, respondían
inmediatamente llevando el mensaje de vida de A.A.
En algún punto alrededor de 1936, o principios de 1937, las reuniones
fueron aumentando el número de miembros, por lo que ya no cabían en
las casas de Bob y Anne, así que comenzaron a reunirse en las casas de
T. Henry y Clarace Williams, quienes lideraban el Grupo Oxford en
Akron.
Aparentemente “la cuadrilla alcohólica” se reunía separadamente de los
miembros regulares del Grupo Oxford, aunque ambos grupos abrían y
cerraban sus juntas al mismo tiempo. Antes de reunirse, la cuadrilla
alcohólica (también llamada “la Hermandad Cristiana del Primer Siglo”
mientras estaba asociada con el Grupo Oxford), se le preguntaba al
nuevo miembro (como lo hacía Bob cuando trabajaba con un prospecto
en los hospitales) que si quería derrotarse, como primera y crucial
decisión. Si contestaba que sí, el nuevo era llevado a la parte de arriba
por el Dr. Bob o un par de otros miembros. La derrota tenía que ser
sobre sus rodillas y al final bajaban de nuevo, generalmente con el
nuevo miembro pálido y muy movido. (Se reportó que una de las
esposas una vez, estaba visiblemente alarmada pues había visto a su
marido bajar esas escaleras todo tembloroso!). Es por estas
experiencias que Bill, en el primer borrador de los Doce Pasos,
comienza el paso 7, con “Humildemente, sobre tus rodillas…” Ruth
Hock cuenta que un día, cuando comenzaba a trabajar para Bill y Hank
P. en la oficina de “Honor Dealers” en Newark, llegó a trabajar y
descubrió a un visitante arrodillado junto al escritorio de Hank y Bill,
con ellos inclinándose hacia él, hablando de forma muy cercana.
A finales de Agosto de 1935, cuando Bill regresó de la casa del Dr. Bob
y Anne después de haber pasado un verano con ellos, Bill continuó
asistiendo a las juntas de los Grupos Oxford en Nueva York. Sin
embargo, siendo muy independiente en su forma de preocuparse por los
alcohólicos y aplicando algunos de los principios de los Grupos Oxford
para mantenerse sobrios, Bill no estaba interesado en el afán
reformista de los mismos para “salvar al mundo”. Así como los Grupos
Oxford, de acuerdo a su fundador Frank Buchman, no estaban
interesados tampoco en salvar a todos los alcohólicos del mundo. Por lo
que los alcohólicos en Nueva York llegaron a un rompimiento con los
Grupos Oxford de la Iglesia Calvario Episcopal en 1937, dos años antes
del rompimiento en Akron. Años después, A.A. habiendo escuchado
muchas veces por parte de Bill de lo mucho que A.A debía a los grupos
Oxford, el Reverendo Sam Shoemaker escribió una carta que en parte
decía:
“Bill, si alguna vez escribes la historia de A.A. y su conexión temprana
con los Grupos Oxford, creo que sería bueno decir con toda
52
honestidad, que fuimos guiados por los Grupos Oxford, pero que fue
mejor que siguiéramos por nuestro lado y fuera de su corriente,
tratando de hacer algo por nosotros mismos. Recuerdo muy bien que
tuviste tu inspiración de esos primeros años, pero tu coraje no vino de
ninguno de nosotros… Afortunadamente, no logré detener tu
entusiasmo y el principio de esta maravillosa contribución a una de las
más grandes necesidades de estos tiempos.”
En esto, creo que el Dr. Shoemaker fue demasiado modesto, porque fue
de gran influencia para Bill y para el programa de A.A. Se volvió un
amigo muy cercano y especial para Bill y para todos los miembros de
A.A. hasta que murió en Octubre de 1963.
Bob y Bill compartieron con A.A. un regalo único y muy preciado, el
evitar el poder y el tener una gran posición. Ninguno de ellos quería ser
recordado o visto como un líder espiritual en una sociedad de
seguidores, no querían que se les pusiera en un pedestal. Cada uno de
ellos se veía a sí mismo como un alcohólico más. Para Bill era difícil,
pues durante todos los años que lo conocí, en las grandes reuniones de
alcohólicos o en las oficinas, lo seguían los miembros de A.A., de todas
partes del mundo, lo querían abrazar (pese a su vergüenza) y hacerle
sentir su amor y gratitud. Él, inmediatamente se hacía a un lado,
aunque de forma afectiva, y les decía “Transmítelo”, o tal vez, “mira, no
soy más que un compañero más”. (De forma muy apropiada, esa
expresión de Bill fue la escogida como título de su Biografía
“Transmítelo”). Como comentario también, Bill casi nunca se refería al
Alcoholismo como una enfermedad, sino más bien como un mal o una
dolencia.
Me gustaría compartir una carta del Bill al Dr. Bob, en Agosto 26 de
1940. La nostalgia, el pragmatismo espiritual, la calidad de la capacidad
de maravillarse con lo que estaba pasando en los principios de A.A. era
tan sobrecogedor que me mueve de tal forma que se me salen las
lágrimas cada vez que lo leo. Si hay algunas palabras especiales de Bill
que se deberían guardar siempre como un tesoro al celebrar la
verdadera perspectiva de los inicios de A.A., esta carta lo dice todo.
“Decir que estoy rebosante de alegría por el progreso que está
teniendo A.A. sería muy poco. Por un largo tiempo, me sentí temeroso
de que las situaciones de debilidad fueran a ser numerosas como
resultado de una mala publicidad. Pero aun Washington, hoy tiene un
grupo fuerte y lugares que no parecían tener éxito, como Los Angeles y
San Francisco, están progresando también, tanto en calidad como en
cantidad. Se está haciendo evidente, en los últimos meses, que el
viajero casual, el libro, y nuestra correspondencia y propaganda por
parte de las oficinas centrales, son suficientes para la transmisión del
Mensaje de A.A. alrededor de todo el país. Ese es un hecho
demostrable del que no tengo ninguna duda. Así como tampoco la tiene
ninguno que haya visto la cantidad de correspondencia que corre por
estas oficinas. En algunos casos, no ha habido ningún contacto
personal, solamente la correspondencia y el Libro. Un número cada vez
mayor de personas, están despertando a la luz y se han mantenido
sobrios, solamente por medio del Libro. En muchos casos, han
comenzado a trabajar con otros. Esto es un milagro real. Considerando
la cantidad de atención y cuidado, y la gran dificultad con que
comenzaron los grupos originales, esto es algo casi incomprensible. No
obstante, el éxito a nivel nacional ya está aquí. Ya no podemos fallar”.
Alcohólicos Anónimos fue bendecida por sus co fundadores. Uno se
pregunta cómo hubiera sido para otras sociedades que no tuvieron
tanto éxito, si se hubieran adherido a los mismos principios espirituales
que tenían los líderes de A.A. (y de la comunidad entera). La búsqueda
y práctica de la humildad genuina en todos nuestros asuntos, el
anteponer los principios a las personalidades, el mantener las relaciones
53
frente a frente con el nuevo, compartiendo juntos con rigurosa de Alcohólicos Anónimos a nivel mundial. Eso fue todo lo que ellos
honestidad, el crecer en madurez y en iluminación espiritual, y al final, quisieron dejarnos.
el demostrar una gran fortaleza para dejar el liderazgo sin querer
arraigarse a él para siempre.

Finalmente, el Dr. Bob y Bill murieron, y cuando fueron enterrados, fue

con la misma humildad que mostraron durante sus vidas. Poco antes de
la muerte del Dr. Bob, los AA’s de Akron propusieron honrarlo con un
mausoleo imponente, y un monumento. Cuando vio los planes, y se los
mostró a Bill, “Bill, tenemos que ser enterrados como cualquier otro
miembro”. Bill estuvo de acuerdo completamente. Así que así fue, para
ambos. Con excepción de los obituarios en los periódicos, en los que su
anonimato se rompió, no hubo mucho ruido. Sus tumbas no hacen
mención alguna sobre A.A. Aun cuando se llevaron a cabo servicios para
recordarlos alrededor de todo el país y en el mundo, solamente viejos
amigos y familiares fueron los que realmente asistieron a sus servicios
funerales. Además de la fecha de sobriedad de Bill, Junio 10 de 1935,
la fecha de sobriedad de Bob, que fue designada para marcar el
principio de la historia de A.A., ninguna otra fecha en sus vidas, es
celebrada de forma especial. Ni cumpleaños, ni fechas de muerte.
Estoy segura que muy pocos miembros podrían nombrarlas siquiera, que
es justo lo que Bill y Bob hubieran querido.

El mismo cuidado por la privacidad personal se mantuvo cuando murió

Lois y en su servicio de entierro en Octubre 10 de 1988, en East
Dorset, donde ahora descansa junto a su bien amado Bill. Y también
estoy segura que esto se hizo con el entierro de Anne en Junio de 1949
en Akron.

Durante el constante milagro de Alcohólicos Anónimos, la contribución

más grande de los co-fundadores fue, en una cadena directa e
inquebrantable, la sobriedad en la vida diaria de millones de miembros

54
 9
El escribió:

“Bill y el Dr. Bob: epílogo” “Hoy conocí a un hombre que tiene mi mismo problema”.

Inmersa estaba en el absorbente y excitante mundo de Alcohólicos

Anónimos, compartiendo la alegría que sentían los cofundadores. Nunca
me cansé de escuchar a Bill hablar sobre su llamada telefónica para
ayudar a Henrietta Seiberling, quien fue quien lo puso en contacto con
del Dr. Bob aquel sábado del destino en Akron, y cómo él y el Dr. Bob
finalmente se encontraron a la siguiente tarde en la guarida Sieberling.
Cuando eventualmente me volví la archivista de A.A., me emocionaba
pensar que en algún momento podría cruzarme con documentación por
escrito de esta reunión, algo que pudiera regalarle al mundo alguna
novedad sobre como Bill y el Dr. Bob veían esa histórica ocasión. Me
sentía segura de que Bill, con su sentir visionario, podría haber
evaluado la importancia de ello en esa época.

Finalmente, a finales de los 70’s, encontré lo que estaba buscando.

Sucedió durante una de mis visitas de fin de semana a Stepping Stones.
Lois me pidió emocionada que le leyera una nueva colección de cartas
que recién había descubierto (guardadas años antes en el sótano) que
Bill le había escrito desde Akron durante ese importante verano de
1935. Para Lois, el releer las cartas le había traído recuerdos de
sentimientos muy profundos, tanto de alegría como de decepción para
ese momento: alegría porque Bill había logrado estar sobrio y hacer
amigos; decepción de que no regresó tan pronto como ella esperaba.

Al leer las misivas, mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando

encontré en mis manos la misma carta que Bill le había escrito a Lois en
aquel día de las madres tan importante de Mayo de 1935.

55
 10
“Las Deficiencias de Bill y sus Defectos de Carácter”
Durante los últimos quince años o más, he sido invitada ocasionalmente
a reuniones de área de A.A., conferencias, y convenciones que
comparten las memorias de Bill y Lois y la increíble temprana historia
de la agrupación. Después de escucharme hablar durante una de ellas
sobre las virtudes y contribuciones hechas por Bill, un miembro se me
acercó más tarde a preguntarme “¿Pero Bill no tenía ningún defecto de
carácter entonces? De momento me tomó por sorpresa, dándome
cuenta de que probablemente me había dedicado mucho a los buenos
puntos que tenía a su favor, creando la impresión de que era de alguna
manera “infaliblemente divino”. Así que logré responder, “Bueno, en
realidad sí, claro que los tenía. Después de todo era humano. Bill no
era perfecto, ¿quién de nosotros lo es? De hecho, un amigo suyo de
mucho tiempo en A.A. solía decir que “utilizaba su aureola en su lado
alegre”.
Antes de comenzar, debo decir que no me siento cómoda hablando de
los defectos de carácter de nadie, incluyendo los de Bill. Pienso que tal
vez a la mayor parte de la gente que estaba alrededor durante los años
de la formación de la estructura le parecía que su mayor defecto de
carácter era el manejo del poder. Una vez que tenía en su mente una
idea o propuesta que él consideraba necesaria, buena y práctica para el
éxito del futuro de las operaciones (como el enlazar servicios, la
seguridad financiera de A.A., la necesidad de literatura, la
representación de delegados, una fuerte y segura Junta de Custodios y
Conferencia de Servicios Generales) no lo dejaba ir por nada, hasta que
no estuviera cumplido. Podía ser en algunas circunstancias muy tenaz y
muy necio, lo que podía molestar a mucha gente. Pero era la única
forma en que encontraba la forma de cumplir sus metas y lo hacía.
Desde un principio, con la escritura del libro de A.A., Bill tuvo que
presionar con vigor cada propuesta de importancia o concepto que
ampliara la efectividad del programa de A.A. y su estructura,
incluyendo los 12 Pasos. En los primeros tiempos en Akron, había una
preferencia por mantener pequeño el movimiento, de uno a uno,
buscando calidad y no cantidad. (Algunos miembros de esos tiempos
contaban en sus historias orales que lo percibían como un tipo de “Club
para Caballeros”). Así que Bill siempre se confrontaba a la apatía, el
ultra conservadurismo, los Custodios y las facciones en las que la
agrupación no estaba de acuerdo con sus ideas.
Cuando trataba de convencer con sus argumentos, no estaba por encima
de una torcedura de brazo, como muchas personas podían atestiguar.
Si sentía que el tema necesitaba una decisión inmediata y la otra parte
aun no estaba de acuerdo, podía presionar verdaderamente,
arrinconando hasta que el último de los desacuerdos se había esfumado.
Continua
y a veces se ponía furioso. A veces era su peor enemigo; la gente muy a
menudo decía que reaccionaban no a sus ideas sino a sus tácticas
estridentes tratando de convencerlos. Puede ser, pero hay que
recordar que en esos días realmente parecía haber una falta de
entusiasmo desde un principio a muchas de sus sugerencias.
Un amigo y socio de mucho tiempo en la oficina, Dennis Manders, decía
(muy similar a lo que yo he dicho) que “Bill no era muy bueno para la
plática. Podías tener una conversación continuada con él, mientras te
enfocaras al tema que a él le interesaba en ese momento. Si tú
tratabas de hablar de otra cosa, él podía simplemente dejarte hablando
solo e irse.” Aun así, podía ser un hombre increíblemente paciente y un
tipo que escuchaba con atención a la gente, incluyéndome a mí, que
56
acudí con él para consejos en muchos temas distintos. Pero cuando
estaba en una de sus “cruzadas”, sus ojos y su mente se llenaban con
una meta, y era un hombre impaciente que quería tomar decisiones con
rapidez, no importaba cuánto tiempo tardara en llegar a ellas.
Junto con este rasgo, también era muy dedicado y podía hablar sin
cansarse. Muchos fines de semana en Stepping Stones con gente
presente, recuerdo a Bill reclinado sobre una silla, con sus brazos en
movimiento, llevando la conversación hacia cualquier tema que se
refiriera a A.A. que le llamara la atención en ese momento: La
Conferencia, la Junta de Custodios o los Conceptos. No mucha gente lo
interrumpía una vez que había comenzado, incluyendo sus parientes.
Cuando Lois trataba de hacerlo, la miraba con molestia. Cuando
intentaba utilizar conmigo la misma táctica, yo pretendía no darme
cuenta y hacía mis propios comentarios. Un miembro de la familia
recuerda que las visitas durante las fiestas normalmente era para
escuchar los interminables monólogos de Bill. Esta era realmente la
manera de Bill de descubrir y afinar algunos temas, verbalizándolos y
notando las reacciones, antes de ponerlos en papel. Desde luego, esto
no ayudó a aquellos que tenían que sentarse y escucharlo durante largos
períodos de tiempo.
Muchos miembros recuerdan la tendencia de Bill a exagerar. Ruth
Hock recordaba que cuando hablaban antes de una reunión, era
propenso a aumentar la cuenta de la membresía. Podía decir, por
ejemplo, que había 150 miembros. Ruth, que era un poco literal en su
forma de pensar (así como yo), podía decirle en un susurro “no Bill, son
solamente 95” o la cantidad real que hubiera en ese momento. Bill se
quejaba después “Oh, Ruth, estás estropeándome la diversión”.
Bill siempre dijo que la asistencia a la Convención Internacional de St.
Louis fue de 5’000. Dennis, quien manejaba los registros, me dijo que
la cantidad real había sido de 3’100 más unos pocos cientos más. Yo si
recuerdo que la multitud no llenaba para nada el Auditorio Kiel. La
exageración era una parte de la intensidad con que Bill se enfocaba al
crecimiento y desarrollo de A.A. Por ejemplo, la página del título de la
primera edición de Alcohólicos Anónimos dice “La historia como 100
miembros se han recuperado del alcoholismo”. Se duda que hubiera
habido 100 miembros que se mantuvieran sobrios con continuidad
cuando se escribió eso en 1939, así que para el año siguiente, esa
cantidad ya era obsoleta.
Bill también podía haber reflejado un desprecio por las estadísticas en
A.A. Ya que la membresía en A.A. es anónima y no lleva registros
detallados o estadísticas de los individuos que ingresan, salvo por la
correspondencia, y también porque no se reciben pagos, así que no
había cantidades confiables del total de miembros a ese momento. Así
que todos somos libres de hacer nuestro propio cálculo.
También Bill no era siempre un tipo de mucho tacto. A veces era
demasiado directo y brusco para decir las cosas, pasándose de la raya
muchas veces. Le faltaba un sentido de confidencialidad. Si tenías un
secreto, no era lo mejor el compartirlo con Bill pues terminaba
contándolo a menos que lo hicieras levantar su mano derecha para jurar
que lo guardaría o de otra manera moriría.
Podía parecer que estaba ausente de mente. Tenía constantemente el
problema de perder sus lentes, cuando generalmente los tenía sobre la
cabeza. En 1950 la oficina se movió de la Avenida Lexington No. 415 a
la esquina de la Calle East Forty Fourth No. 141. Bill llegaba de
Bedford Hills a la Estación Central en tren. Era muy común que se
bajara y caminara directamente a la oficina anterior. El hombre que
manejaba el elevador, o el portero le recordaban que tenía que irse al
edificio nuevo. Esto no pasó una vez, sino muchas.
57
Bill de alguna manera era precavido contra la nueva tecnología o nuevas
técnicas. Cuando se decidió hacer un video casero que documentara la
Historia de Bill se congeló delante de la cámara. Así como se sentía
cómodo con las palabras y hablando mucho, se sentía muy raro e
incómodo en la presencia de la cámara y los micrófonos de la misma. Yo
estaba con ellos en Stepping Stones cuando la filmación comenzó y
recuerdo como Bill armó un lío en el que buscaba todas las posibles
razones por las que no estaba funcionando una escena en particular. De
cualquier manera finalmente pudieron terminar la filmación y la falta
de profesionalismo de Bill y Lois le pusieron un poco de encanto. Creo
que esta filmación se ha traducido a varios idiomas. Lois y yo asistimos
al 25 Aniversario de A.A. en Suiza en 1981. Vimos la versión en
Francés, una experiencia maravillosa.
Lo que Bill sentía sobre las cámaras, también lo sentía sobre las
grabadoras para dictado. Hasta el final, utilizábamos un par de viejas
máquinas de dictado como de 22 años de antigüedad. Ya ni siquiera las
hacían más y los discos de plástico ya no se encontraban. De cualquier
manera teníamos una buena provisión de material. Bill se sentía cómodo
con ellas y a mí no me importaba mucho.
Muchos interpretaban la persistencia de Bill y su manejo del poder
como parte de un gran ego. Seguro que si, Bill tenía su ego. ¿Quién no?
Lo que me impresionó durante los años que compartí con Bill, y aun más
en retrospectiva, es que alguien con un ego tan saludable podía
suprimirlo de una forma muy exitosa y sublimarlo en todas sus
acciones: sin darle importancia a sus propias contribuciones,
insistiendo en el concepto del cofundador, siempre compartiendo el
crédito con otros, echando para atrás los honores públicos (el premio
Lasker, el grado en Yale), haciendo a un lado el poder y la gloria y
haciéndose a un lado en cuestión de liderazgo.
El Dr. Sam Shoemaker en una carta a Bill lo hizo ver de una forma muy
clara cuando le dijo “Dios te ha salvado del amor al reflector Bill, al
menos, si no del amor hacia él, sí de acercarte demasiado. Es una de
las cosas que más me gustan de ti”.
Para algunos miembros, el que Bill no asistiera con asiduidad a las
juntas de A.A. era una grave falta. El mismo lo sabía. Pero la
agrupación simplemente no permitiría a su cofundador el que asistiera a
las juntas como cualquier otro miembro de A.A. Esa era una de las
decepciones más grandes de Bill, porque desesperadamente quería
curar sus heridas, renovarse espiritualmente y hacer introspección
junto con todos los demás miembros de A.A. Añoraba
desesperadamente en alguna ocasión ser un miembro más de A.A. y
poder sentarse en la fila de atrás. Pero esto simplemente no fue
posible lo que significó que Bill siempre dio y rara vez recibió. En
Octubre de 1947 escribió un artículo para la revista Grapevine llamado
“¿Porqué no podemos unirnos también a A.A.?” Era un artículo en forma
de carta del Dr. Bob y él, dirigiéndose a la comunidad en la que
explicaba con amplitud este dilema compartido por ambos.
Cuando Bill llegaba a ir a alguna reunión, siempre se le pedía que
hablara. O se le trataba como una persona famosa o le daban
sugerencias no pedidas sobre las decisiones que debía tomar, o ambas
cosas. Por supuesto, en Stepping Stones siempre estaba rodeado de
AA’s o Alanones, tanto en persona como por teléfono. Recuerdo una
procesión interminable de personas que buscaban su guía en los 12
Pasos o sus sugerencias para continuar en sobriedad y las horas
interminables que él les dedicaba. Es por ello que cuando escucho o leo
que Bill no hizo un trabajo propio con los 12 Pasos se me ponen los pelos
de punta, pues esto decididamente NO ES CIERTO.
58
 11
“Las Influencias en Bill”
¿Cómo es que pudo Bill lograr todo lo que hizo? Mucha gente me lo ha
preguntado, especialmente fuera de la Agrupación. Expresan asombro
de que una persona, no importa lo inteligente o inspirada que haya
estado, pueda haber escrito el Libro Grande y la demás literatura y
pueda haber creado las Tradiciones., la Estructura de A.A., los
Conceptos, más todos los demás logros alcanzados en un tiempo
relativamente corto, al mismo tiempo que viajaba y compartía tan
extensamente. Y además de todo, hecho en medio de períodos
depresivos muy dolorosos que ni los miembros conocían.
Un buen amigo de A.A. escuchó al famoso Clancy I. dando sus propias
ideas sobre ello en una plática llena de humor. Clancy es un personaje
en A.A. a quien se le ha invitado a dar una cantidad enorme de pláticas.
También es conocido como una persona dura pero extremadamente
exitosa en el apadrinamiento de cientos de alcohólicos con los que otros
se dieron por vencidos. Así que ha visto de manera muy cercana la
cantidad de tiempo requerida para el crecimiento y desarrollo que se
da en un alcohólico en recuperación. Mi amigo dijo que Clancy dio una
plática sobre el Libro Grande en la que dijo “No soy una persona
particularmente religiosa, pero estoy completamente convencido que el
Libro Grande tuvo que ser escrito bajo la guía divina. Fue escrito en
1938 cuando Bill solo tenía dos años y medio de sobriedad. Y si piensas
en la condición mental de los recién llegados con los que se ha
trabajado, dos años y medio de sobriedad raramente pueden provocar
dos frases coherentes al mismo tiempo. Y aun así, Bill escribió el libro,
el cual ha sido responsable de la recuperación de millones de
alcohólicos que ya no tenían esperanza en todo el mundo”. Clancy dijo
entonces de forma irónica, “¿Por qué siquiera confiaría en un padrino
con 10 años de sobriedad para tomar una decisión importante?,
difícilmente dejaría a un miembro con 5 años de sobriedad solo por las
noches! Por lo que uno con dos años y medio de sobriedad, ni siquiera le
confiaría para salir a tomar un café con él!” La audiencia reía junto con
él por lo cierto de fondo en su exageración.
Así que Clancy terminó con esto: “No me digan que Bill pudo haber
escrito este libro sin ayuda exterior”.
La verdad es que Bill poseía una inteligencia especial, ecléctica. Era
muy bueno para sintetizar. Tenía una habilidad impresionante para
tomar ideas y conceptos de diferentes fuentes y después escoger las
mejores y más aplicables para combinarlas y expresarlas en los
trabajos que después provocarían admiración en los demás. Dijo en
muchas ocasiones: “Nadie inventó AA” o “Todo es prestado de algún
otro lugar”. Bill realmente fue influenciado por varios lados.
Primero y sobre todo, fue profundamente influenciado por su
experiencia espiritual en el Hospital Towns después de haberse
probado que era su última parranda. La experiencia realmente comenzó
con la visita de Ebby, cuando Bill estaba bebiendo en la cocina de su
hogar en Clinton Street, sin haber tenido un momento de sobriedad en
aproximadamente 5 años. Hasta ese momento había sido agnóstico.
Había creído muy vagamente en un Poder Superior a sí mismo, pero los
ministros y religiones se habían encargado de quitárselo por completo,
según decía.
“Mi amigo se sentó frente a mí y me hizo la declaración de que
Dios había hecho por él lo que él no había podido hacer por él
mismo… Los médicos habían pronunciado que su mal era
incurable… Después tuvo, en efecto, la bendición de haber sido
59
 levantado de la misma muerte, repentinamente recuperado de la
peor vida imaginable hacia un nivel de vida mejor que el que
nunca había conocido!... Pero aun así, quedaban en mi los
vestigios de mi viejo prejuicio… Podía ir hacia ciertas
concepciones como la inteligencia creativa, le mente universal
del espíritu de la naturaleza, pero me resistía al pensamiento
del Zar de los Cielos, por más amoroso que fuese… En el
hospital fui separado de una vez por todas del alcohol…”
Ebby visitó de nuevo a Bill y encontró a una persona mucho más
receptiva, habló con intensidad sobre él y sobre darse sin interés
propio y con fe al poder de Dios o un concepto de un Poder Superior.
Cuando su amigo se fue, Bill se abandonó al llanto y dijo “Si existe un
Dios, que se me muestre en este momento!”, y con eso dio que el cuarto
se había llenado de luz.
“Había una sensación de victoria, seguida por una paz y una
serenidad que nunca había sentido… me sentí levantado, como si
un viento limpio de montaña soplara a mi alrededor. Dios viene
gradualmente a la mayoría de los hombres, pero su impacto en
mí fue sorpresivo y profundo”.
Esta historia de Bill no solo constituye el corazón del primer capítulo
del Libro Grande, pero lo contó en miles de ocasiones durante el tiempo
que vivió. Sin esta experiencia espiritual que le transformó la vida, no
hubiera llegado la recuperación ni sus propios logros.
Parte de su experiencia fue el libro “Las Variedades de la Experiencia
Espiritual” por el psicólogo William James. Era por sí mismo, una
importante influencia para Bill. Ebby trajo el libro al Hospital Towns
donde lo dejó. Puede haber preparado a Bill para su experiencia
espiritual. De cualquier forma, su ávida lectura después de la
experiencia espiritual le abrió sus horizontes espirituales de una forma
inmensa, al leer sobre muchas otras personas que habían tenido
experiencias como las suyas. Se describían en términos científicos y
psicológicos, mucho más que de forma religiosa. William James se
extendía en la importancia de la deflación del Ego como un pre-
requisito para recibir un Poder más grande que uno mismo. Bill había
estado en el fondo más bajo de su vida y había llamado al Dios en el que
no creía realmente, y reconocía la especial importancia de este paso
para el alcohólico. “Las Variedades de la Experiencia Espiritual” fue
una gran influencia en el énfasis de la necesidad de la deflación del Ego
que Bill manifiesta en el capítulo 5 del Libro Grande. Y aún más, el 1er.
Paso es, “Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que
nuestras vidas se habían vuelto ingobernables”. El libro de James no
solo influenció a Bill sino que se volvió una lectura básica para muchos
de los primeros miembros de A.A.
Otra influencia fundamental, de hecho una de las piedras sobre las que
se construyó el programa de A.A. fue el Dr. William Silkworth, el
Director Médico del Hospital Towns. El trató a Bill en todos sus viajes
a Towns y fue de gran ayuda para Lois al hacerla entender la
enfermedad que atacaba a su marido. De hecho, en la 3ª visita de Bill,
el Dr. Silkworth le dijo a Lois que probablemente sería el último, ya que
no podría sobrevivir otra dosis de alcohol como la que había recibido
esa última vez. Bill escuchó este lúgubre diagnóstico, que puede haber
contribuido a la deflación de su Ego y puede haber ayudado a
prepararlo para su experiencia espiritual siguiente.
El Dr. Silkworth era un hombre de baja estatura, con cabello blanco
muy delgado y mucha serenidad. Su experiencia en tratar miles de
alcohólicos le había dado un extraordinario conocimiento sobre la
naturaleza de la enfermedad. El alcoholismo era, según decía, una
obsesión de la mente combinada con una alergia del cuerpo, una
60
enfermedad del cuerpo, la mente y el espíritu. Una vez que el
alcohólico ha tomado la bebida, se le vuelve una compulsión que lo
condena a ser institucionalizado o a la muerte. Después de que Bill se
había recuperado, el Dr. Silkworth discutió su teoría médica sobre el
alcoholismo muchas veces con Bill y éste se lo hacía saber a otros
alcohólicos.
Cuando Bill escribió el Libro Grande, invitó al Dr. Silkworth a que
contribuyera con “La Opinión del Médico”. Es un documento remarcable
que hasta el día de hoy sigue siendo tan importante como el día que lo
escribió, medio siglo atrás. Lee en una parte:
“La acción del alcohol en estos alcohólicos crónicos es una
manifestación de una alergia; el fenómeno de sentir ansiedad
por él se limita a esta clase y nunca ocurre en el bebedor
promedio. Estos tipos alérgicos no pueden utilizar el alcohol
nunca de una forma segura.
Una vez que han perdido el control, sus ideas deben
encontrarse con un Poder Superior a sí mismos si es que quieren
recuperar sus vidas…
Hombres y mujeres beben esencialmente porque les gusta el
efecto que produce el alcohol. La sensación es tan agradable
que en lo que admiten que es perjudicial, no pueden después de
un tiempo diferenciar entre lo verdadero y lo falso. Para ellos,
su vida alcohólica les parece la única normal. Son inquietos,
irritables y no están contentos, a menos que puedan volver a
experimentar la sensación de tranquilidad y confort que viene
una vez que han tomado algunas copas, copas que otros delante
de ellos pueden tomar con impunidad. Después de haber
sucumbido a su deseo de nuevo, como muchos lo hacen, y se
desarrolla el fenómeno de la ansiedad, pasan por varias etapas
desde una juerga, hasta un sentimiento terrible de culpa con
una firme resolución de no volver a beber. Esto se repite una y
otra vez, y a menos que la persona pueda experimentar un
cambio psíquico completo hay muy poca posibilidad de que se
recupere.
Este concepto de enfermedad del alcoholismo es aceptado
mundialmente al día de hoy, y es difícil creer que las palabras del Dr.
Silkworth fueran las primeras en escucharse y leerse sobre el tema.
“El pequeño médico que amaba a los borrachos”, era la descripción
afectiva de Bill hacia William Silkworth, quien nunca dejó de funcionar
como una influencia crucial en su experiencia y pensamiento.
El Grupo Oxford jugó un papel crítico, y particularmente su líder de
Nueva York, el Dr. Sam Shoemaker, en la creación del programa de
A.A. El Grupo Oxford comenzó con Frank Buchman a quien Sam
Shoemaker conoció en China a principios de 1920. Empezaron un
movimiento en Princeton en los Estados Unidos y en Oxford en
Inglaterra. Se describía como “Agrupación Cristiana del Primer Siglo”
(First Century Christian Fellowship) y en un principio sus mie
mbros seguían ciertos principios: la derrota personal
(preferentemente de rodillas), la conversión (o cambio como lo llamaban
a veces), la honestidad, la restitución (a las personas que habían
dañado), atestiguar y compartir, y la práctica diaria.
Sobre la derrota personal, el Dr. Shoemaker sugirió que aunque una
persona quisiera hacerlo privadamente, era de mucha más ayuda si lo
compartía con otra persona, preferentemente un amigo que supiera
sobre sus necesidades y con quien pudiera abrirse y ser honesta. Bill
incorporó esto al 5º. Paso. El Dr. Sam solamente habló de honestidad
personal e integridad como ingredientes necesarios en la experiencia
61
de la derrota, asumiendo también la responsabilidad hacia otros.
Cuando la persona ha cambiado, la necesidad de ser honesto y abierto
con otros y con Dios, era algo que venía naturalmente. También habló
elocuentemente sobre la restitución, diciendo que para probar la
realidad de una conversión espiritual, era necesario buscar a las
personas que se habían dañado (familia, amigos, socios de negocios)
para intentar solucionar los problemas pasados de ser posible. (8º y 9º
Pasos). Dos conceptos más, muy importantes para el Grupo Oxford: La
necesidad de compartir el cambio de comportamiento con otros y las
nuevas creencias en grupos pequeños y la necesidad de comunicar y
compartir libre y profundamente sus experiencias comunes y sus
problemas en un ambiente en el que se hablara el mismo idioma.
En ningún lugar se mostraba mejor el don de síntesis de Bill que en su
habilidad para seleccionar y manifestar los conceptos del Grupo
Oxford en la forma de un programa designado para encontrar las
necesidades especiales del alcohólico y en el que, mientras se conocía
mejor, se probara aplicable y adaptable también para otros tipos de
enfermedades, de manera que hay hoy una universalidad del programa
de A.A. de forma que mucha gente pueda sacar provecho de él.
Me ha fascinado siempre que aunque el Dr. Shoemaker y Bill no eran
muy cercanos de forma personal (según cuenta Lois) en los primeros
días de la asociación de Bill al Grupo Oxford, y aunque se podía asumir
que el rompimiento de Bill con el Grupo Oxford pudo haber causado un
alejamiento, los dos hombres a principios de los 40’s continuaron una
asociación para toda la vida, llena de un respeto profundo, hasta la
muerte de Sam en Octubre de 1963.
Algunos miembros del Grupo Oxford también continuaron siendo
grandes admiradores de Bill. Uno de ellos fue Irving Harris, un líder
del Grupo Oxford en un principio en Nueva York y autor de “La Fe y el
Trabajo”, un libro muy conocido sobre el movimiento. En Febrero de
1980 su esposa Julie, Lois y yo fuimos a las Bermudas a visitar a este
fino caballero por quien Lois y yo teníamos un gran cariño. El expresó
tristeza sobre la desaparición del Grupo Oxford (más tarde nombrado
“Rearme Moral”), pero se sentía orgulloso del hecho de que Alcohólicos
Anónimos (a quien él consideraba como una continuación del Grupo
Oxford) había crecido y se había extendido para convertirse en uno de
los más grandes y respetados movimientos en el mundo. Siempre fue
abierto en su admiración por Bill y lo que había logrado.
Aunque evitábamos decirlo delante de Irving. el Grupo Oxford
influenció a Bill de otra forma importante, en enseñarle lo que no debía
hacer. Parte del declive del Grupo Oxford fue que Frank Buchman
perdió la perspectiva y se alejó de los más simples principios de la
cristiandad. Su liderazgo infló su Ego, así que aspiró a cambiar el
carácter moral del mundo entero. Buscó el apoyo de figuras públicas
con dinero y fama y las utilizó por medio de sus membrecías para
atraer a otros. Pequeñas reuniones terminaron convirtiéndose en cada
vez más grandes reuniones públicas. Bill fue suficientemente listo para
observar y aprender, y evitar este tipo de asuntos para A.A., así como
a los movimientos similares que intentaban ayudar alcohólicos en el
siglo anterior, sobre todo los Washingtonianos, y los movimientos
“Emmanuel & Jacoby”, y la experiencia de Richard Peabody en la
primera parte de 1900.otro libro que Bill valuó como una influencia
considerable fue “Este Mundo Creyente” por Lewis Browne. Jim B, uno
de los primeros 12 miembros en Nueva York y más tarde fundador de
A.A. en Filadelfia escribió: “De este libro de religión comparativa, creo
que Bill obtuvo una remarcable percepción de los posibles riesgos
futuros para nuestra agrupación, pues claramente enseña que las
mayores fallas de las religiones y los cultos en el pasado se han debido
a cuatro cosas: mucha organización, política, dinero o poder”. Una
Copia de “Este Mundo Creyente” en la biblioteca de mi padre más tarde
62
despertó en mí, mi propia búsqueda de la Fe espiritual, como mencioné
anteriormente. Dejé una copia de este en los archivos cuando me
retiré.
Otro libro más que influenció a Bill fue el de Alexis de Tocqueville,
“Democracia en América”. Bill llamaba a Alcohólicos Anónimos una
democracia pura (porque todo el poder residía en los miembros, y todos
son iguales).
Mencioné previamente dos influencias más en Bill. San Francisco de
Asís fue uno de ellos. De él, Bill tomó las ideas de la pobreza
corporativa, la falta de autoridad personal dentro del liderazgo, y
tener la menor organización posible para llevar el Mensaje. La segunda
fue la controversia causada por Mary Baker Eddy al no darle el debido
crédito a otros por algunas de sus ideas en la enseñanza. “AA siempre
deberá dar crédito a quienes lo han inspirado”, declaraba Bill. Y de
hecho, Bill hizo precisamente eso, al punto de hacerlo con exageración.
Pero él sinceramente quería extender su gratitud a todos los que se
habían interesado y ayudado, no importaba lo mínimo que esto fuera.
De esta y otras fuentes, Bill desarrolló y definió los Conceptos de la
Agrupación de un liderazgo no autoritario, la transferencia de
liderazgo, la conciencia de grupo como la autoridad final y la autonomía
propia de cada grupo, incluyendo “el derecho a equivocarse”.
Las influencias de Bill ciertamente incluyeron amigos del exterior a
quienes él valoraba enormemente y quienes fueron la fuente de ayuda
personal para él. Ellos son el tema del siguiente capítulo.
12
“Los amigos de afuera de Bill”
La posición de Bill como Cofundador de Alcohólicos Anónimos y líder
principal tanto como él vivió no fue todo una cama de rosas. Muchos
miembros lo consideraban como una súper reverencia que era
enteramente poco realista. Esto naturalmente lo llevó a tener dudas y
aprehensiones sobre sus relaciones en la agrupación y él seguido sufría
de ansiedad sobre su habilidad de vivir para sus expectativas. Por el
motivo de su propia sobriedad y paz mental, él tuvo que mantener la
perspectiva en la cara de la adulación. Por otro lado, cuando él falló en
vivir con las expectativas de los miembros, muchos no vacilaron en
expresar sus desacuerdos, tanto en cartas y en persona. Era
igualmente poco realista esperarlo a que absorbiera la crítica sin el
sentimiento herido-el cual raramente mostró, porque él pudo ser
filosófico y realista con la crítica. El escuchó y aprendió de ello.
No es sorprendente entonces que en situaciones difíciles, Bill seguido
alcanzó a sus amigos no alcohólicos con quienes él había perdido
contacto. Mucha de sus vida en AA, disfrutó cerrando ciclos con la
gente de afuera con quienes él pudo compartir sus profundas
preocupaciones y cuya fuerza y entendimiento él pudo aprovechar como
él pudo raramente hacer con sus compañeros de AA-especialmente si
un problema consternaba a la agrupación.
El señor Hanford Twitchell, un no alcohólico, conocido hombre
profesionista en Nueva York, conoció a Bill en el Grupo Oxford, en
1935, y el seguido acompañaba a Bill al Hospital Towns y a la Misión
Episcopal del Calvario donde Bill habló con alcohólicos. Él dice que Bill
fue autoritario, un líder por naturaleza y siempre tuvo una tropa de
compañeros alrededor de él. Al principio él estuvo solo y no parecía
parte de las reuniones en el Grupo Oxford, pero esto pronto cambió
porque la gente lo seguiría. Él siempre estuvo interesado en hablar y
63
asociarse con borrachos durante y después de las reuniones del Grupo
Oxford para llevar el mensaje del Grupo Oxford como un miembro del
equipo. El señor Twitchell dice que Bill pensó que él podía aplicarse a los
principios del Grupo Oxford a su propia enfermedad del alcoholismo,
creyendo que para que los alcohólicos sean ayudados era necesario para
él, ganar un poco de creencia espiritual, si él no podía todavía tenerla y
que la relación uno a uno, fuertemente influenciado por Frank Buchman,
fue especialmente aplicable para los alcohólicos y para la importancia
de permanecer sobrio. Él dijo que Bill quería estar preocupado sólo con
la recuperación de los alcohólicos del Grupo Oxford, mientras que los
líderes del Grupo Oxford querían salvar el mundo. Aquí es donde ellos
diferenciaban.
Quizás uno de los amigos más importantes y con el cual estuvo más en
constante contacto fue el Padre Edward Dowling. Sobreestimar el
papel que jugó como guía espiritual de Bill, es imposible. Una noche
triste y lluviosa en 1940, cuando Bill y Lois estaba en bancarrota
financiera y AA estaba pasando por turbulencias y el dolor en
aumento, él apareció en la vida de Bill como si lo hubiera
mandando un Poder Superior. No sólo hizo que ellos hablaran hasta
altas horas de la noche en el Clubhouse en la calle 24, sino que Bill
continuara incluso apoyándose después es este especial amigo para
fortaleza espiritual, comodidad y consejos. El Padre Ed era un
hombre de un grandioso temperamento y buen humor, quien tuvo
compasión por los alcohólicos en San Luis, dándolo a Bill un único
entendimiento de su dolor y sus problemas.
Otro apoyo para Bill fue el Dr. Harry Tiebout. Él y Bill disfrutaron de
una relación benéfica para Bill en muchos sentidos. En su trabajo con
los alcohólicos, el Dr. Tiebout fue el primer psiquiatra en reconocer la
efectividad de AA y su apoyo profesional fue de gran ayuda para
convencer a otros psiquiatras sobre el valor de AA. Con el Dr. Kirby
Collier, él fue responsable de arreglar lo necesario para que Bill hablara
antes con dos sociedades médicas en 1940, las cuales le habían dado a
AA un gran estímulo con el tiempo. Él también autorizó papeles
profesionales analizados por psiquiatras que le dieron puntos de vista
para que AA trabajara mejor.
Bill le tuvo un gran respeto y admiración a Harry y lo utilizó como caja
de resonancias en la cual, botó sus ideas. Con la objetividad y el punto
de vista de un psiquiatra, Harry reconoció a la agrupación como un todo
emocionalmente maduro de lo que Bill creía y lo ayudo a entregar su
responsabilidad y autoridad a los grupos antes de que ellos estuvieran
listos para aceptarlo. Ya en 1950, Bill fue proclamando
entusiasmadamente: "AA ha alcanzado la mayoría de edad" y Harry
advirtió, "todavía no".
Bill creyó en Harry como amigo y en el Dr. Tiebout como psiquiatra,
quien podría ayudarlo con su profunda depresión. De hecho, él fue con
el Dr. Tiebout a terapia en 1944. El reportó que su experiencia lo había
ayudado a entender su problemática y su vida propia entre sus
limitantes, aunque no hizo mucho por aliviarlo de su estado depresivo.
Otro doctor que fue buen amigo de Bill fue E. M Jellinek-"Bunky"- para
Bill y otros conocidos. El Dr. Jellinek fue un científico médico conocido
mundialmente por su enfoque en la enfermedad del alcoholismo, fue
Cofundador del Consejo Nacional de Alcoholismo (NCA por sus siglas en
inglés Council National of Alcoholism) y Fundador del Centro de
Estudios de Alcohol de Yale, el cual se cambió después a Rutgers.
Autor de "El Concepto de la Enfermedad del Alcoholismo", en el que
hizo una investigación en este campo. El desarrolló la famosa "Gráfica
Jellinek", en la que se muestra el progreso de la enfermedad y su
consecuente recuperación, él y Bill se tuvieron una increíble admiración
que Bill aceptó la invitación de su amigo el Bunky para hablar en el
Centro de Yale. Y cuando ellos se encontraban en los Congresos de
alcoholismo o en los negocios de la NCA ellos disfrutaban recordar el
pasado y bromear juntos.
El Dr. Harry Emerson Fosdick terminó su revisión del Libro Grande de
AA y dijo:
64
“En conjunto, el Libro tiene el acento de realidad y es escrito con
una inteligencia insólita, habilidad, humor y modestia atenuante que
pudo haber sido un fuerte y horrendo cuento.
Pero la crítica del "Periódico de la Asociación Americana de Medicina"
(JAMA por sus siglas en inglés Journal of the American Medical
Association") terminó diciendo:
Una cosa valida en el libro es el reconcomiendo de lo serio que es la
enfermedad de adicción al alcohol. A parte de esto, el libro no tiene
mérito científico o de interés.
Creo que fue la opinión del doctor, quien algunos años después estuvo
discutiendo con el señor Charles Towns sobre AA, que le dijo al doctor
cómo habían sido reembolsadas todas las sumas de dinero que él había
prestado a la sociedad. El doctor respondió que desde que AA pagó sus
deudas, debió ser más exitoso.
El Dr. Fosdick siempre permaneció devoto a AA. Como regalo para Bill,
él dijo acerca de "AA llega a la mayoría de edad":
Me has dado mucho más crédito del que pensé: AA ha hecho tanto más
por mí de lo que yo pude dar por él; pero esto feliz, conocí una cosa
nueva cuando lo vi.
Cuando nosotros pensamos del señor John D. Rockerfeller Jr., su
interés en AA a finales de los 30`s y principios de los 40`s. pero la
verdad es que el permaneció en contacto y nos escribió muchas notas
de afecto hacia Bill y otros hasta su muerte. Un ejemplo de la una
carta de 1949:
Qué gratificante pudo ser para ti conocer a tanta gente, ayudarla y
continuar ayudando. Tu liderazgo en todo, ha sido una inspiración.
En el aniversario número 34 de Bill en 1969, Nelson Rockerfeller, le
envió un telegrama en el cual le mencionó el profundo interés de su
padre en trabajar en lo que AA estaba haciendo.
Dos persona que no encajaban específicamente en ninguna de estas
categorías pero que sin embargo eran muy reverenciados en Akron,
fueron T. Henry y Clarace Williams, líderes del Grupo Oxford ahí. En
1939, los primeros alcohólicos se reunían sus casa, momento en el cual,
no había pregunta que los alcohólicos querían y necesitaban hacerse
para conocerse a ellos mismos y para cortar toda afiliación con el Grupo
Oxford. Nueva York había hecho esto en el otoño de 1937, en Cleveland
por la acción de Clarence S. Cuando había terminado su relación a
principios del Otoño de 1939. Así que le cayó al Dr. Bob que le dijo a los
William la triste noticia de la retirada de los alcohólicos de su medio.
Los William, más heridos que enojados, no pudieron entender tranquilos
porque esta separación había ocurrido, pero sin embargo, nunca cesado
a ser devoto de los miembros de la agrupación, ni de Bill, ni de Lois, ni
de Bob ni de Anne. Me parece recordar que cuando T. Henry murió,
más AAs lo atendieron como nadie más.
A finales de 1043, Bill y Lois hicieron una ambiciosa travesía que incluía
California, donde visitaron a la mamá de Bill, Emily Strobel, en San
Diego. Bill habló para más de miles de AAs en Los Ángeles. En San
Francisco, el vio al famoso Clinton T. Duffy, guardia de la prisión de
San Quentin, la primera oficina correccional en la ciudad donde se
realizaban reuniones de AA dentro de las paredes. El guardia Duffy,
fue otro de los no alcohólicos al que Bill valoró.
Después de pasar la Navidad con el Dr. Emily, Bill y Lois manejaron a la
Universidad Trabuco, en el desierto de California, Trabuco había sido
fundada por Gerald Heard, un filósofo británico, antropólogo,
metafísico, radio-comentarista y un novelista de misterio, a quien Dave
D, un miembro del Grupo de AA de California, había estado ansioso por
conocer a Bill. Bill y Gerald hicieron inmediatamente clic y se hicieron
amigos.
Fue mediante Gerald Heard, Lucille Kahn y su esposo David, que Bill fue
introducido por Aldous Huxley, autor de "Nuevo mundo valiente",
maestro, filósofo y pionero de la nueva era del conocimiento. Otra vez
Bill y Huxley tuvieron una buena relación de inmediato- de los cuales
ambos hombres estuvieron orgullosos. Aldous nombró a Bill "El más
grande arquitecto social del siglo". Ellos continuaron la animada
65
correspondencia aproximadamente dos décadas. Yo recuerdo ver a
Huxley en uno de sus viajes a Nueva York a finales de los 40`s cuando
visitó la Oficina de Servicios Generales para ver a Bill. Él era una
hombre alto y apuesto y de figura encorvada. Huxley y Heard
escribieron artículos para la Grapevine. El artículo de Huxley titulado
"Hombre y realidad" también apareció en el libro de recuerdos de AA
"Sólo por hoy", distribuido en 1960 por la Convención Internacional en
Long Beach. Uno de los libros de Huxley, "Las Puertas de la
Percepción", fue ansiosamente comprado por Bill, amigos y por mí
misma. Cuando Huxley murió en 1963, su viuda escribió una larga carta
sobre su muerte para la familia en Inglaterra y envió una copia a Bill.
El enlace que Bill, Dave D, Gerald Heard y Aldous Huxley tuvieron en
común fue un interés en las preguntas filosóficas en general, y en el
misticismo y fenómenos físicos en particular. Heard y Huxley fueron
amigos cercanos de David y Lucille Kahn y Bill se reunía muy seguido en
el departamento de Kahn en el Central Park cuando iba a Nueva York.
Los Kahns fueron durante mucho tiempo, amigo de Edgar Cayce, el
famoso psíquico.
Lucille Kahn todavía vive en Nueva York, al Sur del Central Park. La
visité recientemente. Una viuda ahora, en sus medianos 80 años, ella
luce como de 60-una pequeña y guapa mujer, segura de sí misma y
articulada. Ella compartió conmigo recuerdos de Bill y de las reuniones
que tomaron lugar, mientras su esposo David estaba vivo, quien murió
algunos años atrás, en su departamento cuando Heard y Huxley
estaban en la ciudad.
Bill disfrutó sus cercanas amistades a Heard, Huxley y el Padre
Dowling-de hecho, él tuvo muchos amigos de ellos de estatura
intelectual. Y esto fue de ayuda emocional para él, aparte del su propio
gusto por su compañía. Él fue capaz de compartir sus profunda
preocupaciones con estas personas no alcohólicas. Él pudo hablar con
ellos sobre sus dudas, sus miedos inclusive sobre cosas de sus relación
con sus compañeros de AA: su frecuente ansiedad sobre la habilidad
para vivir las expectativas de muchos de los miembros (él seguido
agonizaba por su papel como Cofundador, como líder de AA)-las súper
reverencias que algunas veces le daban-o, por otro lado, absorber
escrita o verbalmente los desacuerdos si él no viviría para las
expectativas de cada punto. Ambos puntos de vista fueron poco
realistas, y él sinceramente sintió imposible ser aceptado solo como
otro miembro; un ser humado, vulnerable e imperfecto como ellos. Él
pensó largo y duro sobre su papel de líder, el cual había reflexionado y
escrito después. Esta gente de afuera, separada y removida de un
concepto emocional, fueron mejores para él, lo consolaron y lo
aconsejaron con diferentes puntos de vista que quizás los miembros de
AA no pudieron.
Archivista para AA.
Durante mis últimos 10 años en la Oficina de Servicios Generales serví
en el archivero de Alcohólicos Anónimos. En muchas formas, esto fue
uno de los más ricos y más satisfactorios periodos de mi vida. La
actividad requería algo de creatividad e acción independiente y una
revisión a la historia de AA si era necesario. ¡Así que era une medida de
persistencia! Mi familiaridad, amistad en muchos casos con los primeros
miembros-Bill, Lois y otra gente que contribuyó a la creación y
crecimiento de la agrupación-hicieron el puesto especialmente
significativo para mí.
En realidad, nosotros comenzamos la actividad archivística en 1955.
Como relacionados anteriormente, Bill había configurado un Equipo de
Búsqueda y Escritura en 1954, como él lo nombró, Ed. B y yo. Pero
debido a las molestas depresiones de Bill y su sentimiento a una
historia mejor de AA, nosotros habíamos contemplado que era mucho
por hacer y que él no podría emprenderlo de todos modos, la escritura
se paralizó por el momento, completando después la segunda edición del
66
Libro Grande. Así que Ed y yo fuimos llevados al 305 de la Calle 45
Este. A la espera de la historia completa, habíamos tenido un enorme
número de archivos en cajas y de la oficina sacada del centro de
almacenamiento y amontonada en una sección del techo contigua al
despacho de envíos. Bill nos advertía, "Ahora, Ed y Nell den la hora en
que ustedes pueden arreglar todo este desorden y ponerlo en orden.
Ha sido conservado". (Ya a finales de 1930, él le había dado la misma
sugerencia a Lois, y ella había archivado cartas, fotos, artículos de
revista, recortes de periódicos, su propia correspondencia, etc. en
Stepping Stones, la cual, ha llegado a ser la base de la bien organizada
y archivada oficina de Al-Anon).
Más tarde Bill mencionó la razón de su interés en mantener los
archivos; a saber, asegurando que "los hechos básicos del crecimiento
de AA y el desarrollo nunca pueden llegar a ser distorsionados". A
mediados de los años 50`s, él se dio cuenta que algunos de los viejos
tiempos estaban distorsionando los hechos. También como sabemos, Bill
fue visionario, él vio el alcance y el triunfo total de la agrupación que
había cofundado y previsto el significado como un movimiento social
para ser estudiado por futuros historiadores, investigadores y
estudiantes. Así que, en nuestros diminutivos cuartos fuera del área
del despacho en la Calle 45 Este, Ed y yo comenzamos vadeando a
través de los archivos del grupo y la oficina.
Ed B. fue un amante de la criminología, un autoritario en casos
criminales y famosos ensayos, tanto en el pasado como hoy en día,
sobre los cuales él había escrito muchos libros. Además, estando
recientemente sobrio cuando se nos unió afínales de 1954, él se había
sometido a una laringotomía, por lo que él no podía hablar. Se
comunicaba mediante cartas o usando señales manuales. Caminamos
hacia el restaurante del Hotel Tudor para comer algo en la Calle 42. El
mesero se dio cuenda enseguida que Ed no podía hablar, pensó que
también era sordo (un error muy común). Así que él repetiría nuestra
orden aumentando el tono de voz, hablando muy despacio como si
nosotros estuviéramos mentalmente enfermos. Esto nos molestó a
Ed y a mí hasta al final, pero llegamos a aceptar las cosas que no
podíamos cambiar.
Ed tuvo un tío, Albert Bierstadt, quien es recordado como uno de los
famosos "Pintores del Rio Hudson" en el siglo 19 y un prominente pintor
de América "salvaje oeste" con Fedric Remington. También había sido
de ayuda en asuntos del gobierno, incluido Egipto con sus cavas
arqueológicas de una sola vez y le dieron muchos objetos de sus tumbas
o santuarios. Su tío Albert lo heredó con algunos objetos
Indoamericanos y objetos romanos encontrados en cavas en Inglaterra.
Ed pasó a lo largo de muchas estatuas pequeñas y otros recuerdos
míos-Mantuve esta bella colección y la amistad de Ed profundamente.
Ed y yo trabajamos juntos cómodamente, le entramos al trabajo de
revisar y clasificar los archivos de las viejas cartas, no había hecho por
mi cuenta desde que tuve deberes, como siempre, pero pude ver a Ed
que estaba tirando la bote de basura lo que "no era importante"
suficiente para guardar. Discutí que nosotros debíamos evaluar las
cartas y archivos desde muchos puntos de vistas antes de
descartarlos, pero no desaprovecharlos. Así que en lugar de protestar
mucho, después de que Ed saliera de la oficina cada tarde, yo sacaría el
material desechable del bote de basura y lo pondría en los folders
correspondientes hasta que se pudieran ser revisados con mayor
precisión por mí o por alguien más.
Como se vio después, Ed no permaneció mucho tiempo con nosotros-
cerca de un par de años. Él hizo algo de organización preliminar de "AA
llega a la mayoría de edad", hasta que se fue. Se le ofreció un poco de
edición en la investigación de Grapevine, pero su actitud crítica y
autoritaria del equipo de Grapevine hicieron que no pudiera tener
relaciones estables. Me siento avergonzada de decir que no vi a Ed
después. Se mucho en varias ocasiones fuera de Nueva York.
Finalmente el regresó a Nueva York donde murió a finales de los 60`s.
67
En los 50`s, mucha gente sabía un poco sobre los procedimientos para
archivar, de hecho, la palabra archivos no era usada en general,
excepto en museos de historia o librerías públicas y seguido era
confundida con el propósito y estructura de una librería. Pocos
negocios y empresas le ponían seriedad a la importancia de guardar sus
archivos; muchas ciudades europeas estaban muy por delante de
nosotros en esta área.
Cuando Bill nos asignó esta tarea, yo busqué un libro o libros sobre la
materia, pero encontré pocos, excepto uno con información útil sobre
catalogar e indicar, muchos de ellos me eran familiares de la librería
del trabajo de años antes. Visité varios ligares en la ciudad que pensé
habrían archivado configuraciones pero encontré pocos beneficios. En
la Biblioteca Pública de Nueva York, por ejemplo, me llevaron a la planta
baja o bodega, en donde había filas y filas de cajas llenas de cartas
que aparentemente se consideraban de importancia histórica y era
necesario conservarlas-pero ellos también me dijeron que tendría
que ideas mi propio sistema. Fue lo mismo en otra parte; encontré
pequeñas experiencias o consejos que pude usar- solo “hazlo tú
mismo, y suerte”.
Un día leí la notica “gestión de registros” servicio localizado en la Calle
42. Pensando. “Al fin! La ayuda profesional está al alcance!”. Me
apresuré. Dos o tres hombres me saludaron (creo que debí haber sido
uno de sus primeras propuestas). Después les dije que quería saber lo
que el gerente dijo de venir aquí y evaluar nuestras necesidades por 90
dólares al día; que si nosotros decidíamos contratar a alguien, serían
150 al día. Tragué saliva. Les agradecí y salí rápidamente- sólo tuve que
encontrar mi propio camino afuera!
A partir de entonces, simplemente confié en mi propia biblioteca y mi
experiencia en los índices, mis instintos y mi experiencia en AA. En
esto, como mencioné antes, Edith Klein, un bibliotecario profesional,
fue de ayuda cuando empezamos a profundizar un poco más tarde. A
principios de los 70´s, asistí a un curso de archivos a los Archivos
Nacionales en Washington D.D., para aprender la diferencia por
primera vez entre biblioteca y la ciencia de archivar. Fui feliz de
encontrar que había hecho muchos movimientos correctos
instintivamente para organizar nuestro material.
Pero antes de irnos al este de la Calle 45 en 1970, tuve que comenzar a
acomodar y categorizar muchos archivos: reportes de conferencias,
varios tipos de hojas informativas nuestras y de los grupos, directorios
de grupos, Grapevines, libros, artículos de revistas sobe AA, la
colección de Información Pública, material perteneciente a
conferencias y conferencias internacionales, por mencionar un poco.
Nosotros también teníamos las negociaciones de Bill, memorándums y la
correspondencia que, de todos modos, había organizado a lo largo de
varios años.
A finales de los 50´s, para el fondo de las cartas de Bill de los
primeros amigos de AA, añadiría notas que decían, “Salven los archivos
de la historia de su grupo o área y sus propias cartas porque vamos a
comenzar los archivos”. Un viejo amigo me preguntó con voz
preocupada, “Nell, no estás asustada de estar creando un monstruo?”
Todo lo que puedo decir es que ése monstruo fue un compañero
bastante lento. No recuerdo ninguna loca carrera por romper las
barricadas para rescatar artefactos de AA para posteriormente.
De hecho, no había mucho entusiasmo por este esfuerzo de nadie
durante este periodo de los 50`s y 60`s. Por ejemplo, había colectado
y acumulado muchos dictados de Bill en un gabinete especial, incluyendo
largos memorándums para depositar importantes cuestiones de amigos
conocidos, los primeros miembros y similares-un irremplazable e
inestimable registro, porque ellos guardaron su propia voz. Cuando la
Oficina se movió de la Calle 45 en 1970 a Avenida Sur del Parque,
el gabinete contenía todas esas cintas que estaban limpias y todas
aquellas que debían haber sido destruidas. Nunca volví a ver a
ninguno de ellos. Estaba y todavía estoy enferma del corazón cuando
pienso en nuestra pérdida. El problema fue y es educar a la gente
68
como debieron haber sido conservados para el futuro. Una vez, los
archivos generales en la Oficina de Servicios Generales necesitaron
guardarse en nuestros estantes, así que, el gerente general al
momento, Bob P., autorizó que la correspondencia de todos los
grupos que ya tenían dos años, fuera desechada. Hice un escándalo
justo a tiempo y rescaté los archivos viejos, me enviaron por ellos
arriba, así que pude revisar lo que debía conservarse, de todos
modos, desde mi punto de vista.
Un amado y perceptivo contador de tiempo, sin embargo, hizo
ciertamente entender la necesidad de conservar la historia y lo más
importante, las experiencias de AA: Tom S., uno de los miembros más
jóvenes en Jacksonville, Florida y un fideicomisario antiguo. En su visita
a la oficina durante los 60`s, pudimos platicar a cerca de la
conservación del trabajo. Él me preguntaría sobre la historia de AA en
Florida por la cual estaba familiarizado y consternado sobre
conservarla. Eso era natural como que él era el miembro más primerizo
ahí. Le dije que pensé que yo estaba progresando en una mínima forma.
Tuve muchos otros deberes en la oficina. Estaba literalmente
trabajando 7 días a la semana, pero no me quejé de él sobre esto,
porque yo amaba cada hora lo que estaba haciendo.
Un día, a principios de 1972, después de no verlo por 2 o 3 años, desde
que Bill murió, tuve otra plática bonita con Tom sobre nuestra materia
favorita. 15 minutos después de que Tom se fue, en trazos, Bob H., el
gerente general dijo apresuradamente: "Deja todo lo que estás
haciendo ahora Nell y ve a los archivos!" como buena veterana que era,
saludé y contesté, "si, si señor" y esta es la forma en que llegué a ser la
archivista oficial. Aprendí pronto después de que Tom se había ido
directamente con Bob después de que salió de mi oficina diciendo,
"Mientras Neil esté todavía con nosotros, estaríamos mejor que ella
continúe con estos archivos". Sólo pude pensar que debí tener edad
considerable en esto 2 o 3 años desde la última vez que vi a Tom.
No mucho para después, particularmente debido al gran interés de Tom
S. y porque nosotros lo queríamos y disfrutábamos estar en contacto,
le pedimos dirigiera una subcomisión de los primeros miembros fuera
de las áreas para el propósito de obtener historias personal y
recuerdos de ellos, más de otros que ellos pudieran recomendar.
Con la mudanza al Sur de la Park Avenue los registros de archivos
juntos con un gran número de cajas de material que todavía no estaba
examinado, conservamos en una habitación grande lo que Bill y yo
habíamos compartido en la oficina. Después de que Bill murió, la
habitación se había dividido en 2 oficinas. Permanecí en una por un
momento, después me moví sobre el corredor a una diminuta cueva
dentro de la habitación, con mis archivos acomodados alrededor mí,
los visitantes no se dieron cuenta que había un cuerpo sentado en
el escritorio detrás de la torre de cajas!
Pero no se quedó por mucho tiempo así. Le reporté a la asistente
administrativa de Bob Midge M. Con su ayuda entusiasta el año
siguiente, 1972, a los archivos fueron dados su propio espacio en el
recién arrendado piso 8 de la 468 Avenue Park al Sur. Mi escritorio
estaba largo, en una esquina asoleada de la habitación con las paredes
de color azul palo y las sillas de color calabaza. El piso estaba
alfombrado y teníamos atractivas lámparas. Estaba oficina está situada
entre una habitación de trabajo pequeña y una de trastes.
Además de tener la asistencia profesional de Edith Klein, también
adquirí una secretaria y una asistente general. Ella era un miembro de
AA que se llamaba Harriet G. quien llegó a ser en tan poco tiempo una
de mis amigas más cercanas. Harriet era una mujer bien educada que
llegó a ser alcohólica e integrarse a AA. A su esposo lo conoció dentro
de AA, quien murió una semana después q Bill.
Su padrino en AA sabía algo de la gente encargada de la Oficina de
Servicios Generales y como Harriet había tenía una experiencia como
secretaria en Wall Street, ella había sido referida a nuestra oficina
por un trabajo temporal la gran cantidad de cartas y portales que
69
llegaban después de que Bill muriera. Cuando este deber fue termino,
nos comprometimos con ella que sería mi asistente de medio tiempo.
Pero desde que ella vivía sola y estuvo absolutamente dedicada a los
archivos-y desde que cada uno amamos y disfrutamos su compañía-ella
trabajó muchas horas adicionales con nosotros en proyectos especiales.
Harriet se fue porque se enfermó a finales de los 70`s, pero nosotros
permanecimos con ella hasta que murió en mayo de 1986. Como ella no
tenía familia, yo dejé todo para ocuparme de sus asuntos. Muchos
miembros de AA y amigos de las Oficina de Servicios Generales todavía
extrañan a Harriet como yo.
Otra de mis amigas cercanas que también fue nuestra asistente, es
Sheila T. Sheila es de una familia de Connecticut, Greenwich. Ella hizo
su debut social graduada con honores de la Universidad Smith y se
estableció para ser gobernadora, se casó con un exitoso abogado. Ellos
habían tenido 4 hijos. Sin embargo, en algún lugar del camino, ella se
convirtió en una persona alcohólica por todos los problemas que tenía
tanto personales como familiares que puedes acompañar la enfermedad.
Pero con la ayuda de AA y su propio y su gran espíritu, ella los superó.
Sheila se juntó con Harriet y conmigo a mediados de los 70`s. Aunque
ella no permaneció alrededor de Harriet, yo estoy agradecida por su
tiempo y sus contribuciones. Somos buenas amigas y la admiro
tremendamente por el valor que tiene ante la adversidad y su fe en el
programa. Nos reunimos para comer.
Harriet y Sheil siguieron siendo trabajando de asistentes a través de
los años. Mientras tanto, Frank M. se había unido a la Oficina de
Servicios Generales como asistente administrativo. Él era un hombre
alto con bigote, estaba en sus intensos 40. Resultó que entre sus
admirables cualidades, incluida su profunda espiritualidad y una
remarcable habilidad para compartir sus experiencias en AA tan
apasionada y articuladamente, era un estupendo interés en la historia
de AA. En la gráfica de organización, reporté a Frank como asistente
administrativo y Secretario del Comité de Archivos de Fideicomisos;
pero en la práctica actual él simplemente tomó un interés más y más
profundo en los archivos. Finalmente en 1982, él me suplió,
preparándose para tomar el control como archivista cuando yo me
retirara.
Pero me estoy adelantado a mi historia. Al año siguiente a mi cita como
archivista, la Junta General de Servicio de AA creó el Comité de
Archivos de Fideicomisos como un comité permanente en la junta; el
comité tuvo su primera reunión el 24 de Octubre de 1973. Inicialmente
había 3 miembros: George G., el que se encargaba de organizar las
reuniones, un profesor universitario de comunicaciones que ha hecho
contribuciones elocuentes y duraderas para nuestro departamento y
todavía hace, como consejero y consultor de valores; el Reverendo Lee
Belford y el Dr. Milton Maxwell, quien también nos ayudó como
encargado de organizar las reuniones. Él fue un gran contribuyente no
alcohólico fideicomisario que más tarde se convirtió en el Secretario
de Reuniones de Fideicomisos. (Él murió en Octubre de 1988). Midge
M., quien nos ayudó mucho siendo nuestra secretaria en el Comité y yo,
que también estuve presente. Más tarde, cuando Midge se fue, Frank
M. tomó su lugar. En la primera junta, el propósito principal del Comité
estaba claramente marcado: "Mantener las cosas claras, así que aquel
mito no predomine como la historia exacta".
Desarrollamos nuestro propio presupuesto para los muebles de la
oficina, uno para el catálogo de las tarjetas, para los documentos
históricos, los discos, el equipo visual, el de las cintas de grabación y
otras necesidades. El Comité también consideró algunas preguntas de la
policía. Definimos nuestros objetivos y objetos, incluidas
clasificaciones de material que tendríamos acceso para diferentes
clasificaciones. Ellos se encargaron de arreglar el área de archivos,
conseguir los permisos y reimprimir el material de archivo sin derechos
de autor. El Comité de Archivos de Fideicomisos ha continuado
reuniéndose cada vez que se puede; la membresía ha aumentado de 3 a
8 miembros.
70
Mi primer proyecto como archivista, el cual me llevó hacerlo todo el
verano d 1972, fue categorizar e integrar los archivos de
correspondencia originales y en copias de Bill que mantuve en Bedford
Hills en la Oficina de Servicios Generales. La correspondencia entre el
Dr. Bob y Bill está incluida en esta categoría así como información de
las actividades de la esposa del Dr. Bob, Anne y de Lois también, por
supuesto. (Loa visitantes a los archivos de AA me dicen que es una
experiencia fantástica sostener en las manos y leer las cartas de Bill
hacia el Dr. Bob y viceversa escritas con sus propias manos). Más
tarde, Lois contribuyó con sus artículos de valor de sus propios
documentos: un duplicado del primer libros, copias de cartas entre
ella y Bill cuando él estuvo en Akron en 1935 y copias de sus propios
diarios de ella fechados desde 1937 a 1954, contando intimidades y
una gran cantidad de eventos y sus reacciones hacia ellos durante
aquellos primeros años luchando con sus vidas personales y las de
AA. (Al-Anon también se ha mantenido por algunos años, guiado
desde el principio por Margaret O`B, una atractiva mujer de casa y
coleccionista de los documentos históricos de su agrupación. Fran
H. ha organizado también una colección similar de archivos en
Stepping Stone).
Una segunda categoría de material de archivo de cartas de Bill y Bob,
es la historia de los grupos que empezaron en los primeros quince años
de AA, como ellos consiguieron iniciar y como ellos crecieron en
diferentes partes de los Estados Unidos y Canadá a orillas del mar. El
plan fue agregar los archivos cada dos o tres años, como "eliminados"
tomaran el lugar en el departamento de archivos regulares.
La tercera categoría amplia consiste en los negocios y los archivos de
finanzas de la vieja Fundación Alcohólica, de los Trabajos de Impresión
y de la Oficina de Servicios Generales.
Todavía en otra categoría se guardaron fotografías, pantallas, mapas,
premios, creaciones, citatorios, arte, largos libros, copias de la
Grapevine AA y archivos desde el inicio que también son incluidos. Hay
mucho mas-tendrás que visitar por tu cuenta.
La mayor parte del material importante fue microfilmado a mediados
de los 70`s y los microfilms codificados, etiquetados e indicados para
fácil recuperación. Al mismo tiempo, también nos comprometimos en
archivar en un audiocassette las cintas de pláticas significativas que
habíamos acumulado en grabaciones de alambre, archivos del fonógrafo
y otros obsoletos formatos de archivos. Todos los microfilms y casetes
fueron duplicados, con la segunda copia almacenada en una bodega
segura en Nueva Jersey. Creo que hay planes presentes de actualizar
las técnicas de presentación y preparar la computarización de la
información.
Los tesoros especiales eran historias habladas, tanto personales como
historias del área, de los miembros más viejos e historias escritas del
estado. Coleccionar esto es una actividad en curso, pero yo estoy
agradecida de haber conservado los recuerdos de muchos de los
miembros que han pasado en los recientes años.
Quiero enfatizar otra vez que los archivos no son una biblioteca.
Mientras que hoy el visitante ciertamente ve los estantes de libros
(que contienen una copia de cada impresión del Libro Grande y los
siguientes libros) y una larga sala de biblioteca con estantes de libros
que contienen libros sobre alcoholismo y libros que mencionan a AA
escritos por miembros de AA, el visitante también podrá ver una serie
de fotografías en la pared y una variedad de objetos y recuerdos
históricos. Una de las paredes está cubierta con fotos de Bill y Lois y
de las primeras reuniones de Nueva York, otra está cubierta con
fotos del Dr. Bob y Anne, la Hermana Ignacia y de las ubicaciones de
AA en Akron. Una tercera pared está cubierta con fotos de las
convenciones internacionales desde 1955. El visitante verá el
Premio Lasker de la famosa carta del doctor Carl Jung hacia Bill,
estatuas de bronce de Bill y Bob hechas por un miembro de AA y
otros objetos de museo.
71
Dos de las atracciones del museo sin rivales para los visitantes. Una de
ellas era la cuidadosamente conservada copia de la primera impresión
de la primera edición del Libro Grande. A simple vista, de pequeño
volumen coloreado con un paño vinculante de color rojo, es un regalo de
la viuda de Jim B., uno de los primeros diez miembros de AA y el
fundador de AA en Philadelphia (incluso antes era llamado AA). Jim B.
es la persona que realizó algunos cambios en los Doce Pasos, incluida la
frase "Dios como lo entendamos". El libro lleva una nota escrita a mano
por Jim B. en cuanto a su autenticidad y las firmas de los primeros
miembros.
Recientemente, los archivos también han adquirido otro maravilloso
tesoro: un Libro Grande de la primera impresión autografiado de Bill
para Lois en 1939. Lois agregó un mensaje a Todd (el nieto del Dr. Bob)
y se la envió. El padre de Todd ha reenviado este libro a los archivos de
la Oficina de Servicios Generales-ciertamente, un memorable y
generoso regalo.
La otra atracción primaria son los 15 largos albúmenes de los primeros
recortes de noticias sobre AA. Las noticias impresas deterioradas y
desmoronadas en pedazos de los últimos años, así que los originales
albúmenes de recortes de los primeros años estaban de una forma
espantosa. Se las enviamos a una primera firma de restauración en
Nueva York, quien hizo un trabajo maravilloso pero extremadamente
laborioso. Los recortes se remojaron en ácido; después,
cuidadosamente se secaron y se montaron en papel libre de ácido. Cada
página es entonces encapsulada en Mylar antes de que las páginas sean
rebotadas en cubiertas duraderas, en orden cronológico. Es un
procedimiento caro pero un trabajo bueno porque los albúmenes de
recortes terminados no sólo proporcionaban una foto única del
crecimiento de AA desde 1939, sino que también, ellos mostraban cómo
el público conocí del alcoholismo y cómo los escritores de periódicos lo
reportaban a la nueva sociedad. El idioma que ellos usaban hoy es
divertido; por ejemplo, en unas líneas se lee, "La Batalla del Demonio
Ron de AA". Con el cambio de actitud hacia el alcoholismo a través de
los años, los reporteros abandonaron las expresiones que describían la
borrachera en el siglo 19 y comenzaron a reportar historias sobre AA
con más exactitud y entendimiento.
Por ejemplo, nuestro álbum de recortes de 1939-1942 tenían renglones
como: "Cena de Rockerfeller Tira-ollas" o "Ayuda Secreta para
Bebedores Crónicos" o "Desnudo como Ángel del Proyecto Reforma"-.
En otro: "El plan de los ex bebedores para Ayudar con la Nueva
Cosecha". Más tarde este ejemplo de un buen renglón: "Alcohólicos
Anónimos-cuesta nada pertenecer, pero fortunas para unirse". Dar
un poco de imaginación si tú quieres. Los editores amaron el
término "carro de agua" como en: "La vida en el carro de agua
ensalzado" o refiriéndose a Bill "La cabeza del carro de agua visita
aquí".
Los dispositivos usados para proteger el anonimato de un nivel medio en
esos días traen una risa hoy. Una foto en una página de periódico
completa muestra a un hombre usando una máscara de Halloween y hay
varias fotos sobre grupos completos usando máscaras, como de
Llaneros Solitarios. También una pareja de chicos usando máscaras en
su camino en un callejón oscuro hacia su junta de AA (Ver apéndice A:
anonimato).
Tan pronto como los archivos fueron establecidos en Nueva York, las
áreas y localidades comenzaron a establecer sus propios archivos
locales, los cuales nos encargamos de promover desde el inicio como un
importante corolario de nuestros propios esfuerzos de la Oficina de
Servicios Generales. Algunas de las primeras áreas de los Estados
Unidos que vienen a hacerse cargo estaban al Sur de California,
Florida, Estado de Washington, Utah, Oklahoma, Chicago, Texas,
Missouri, Arizona y Washington D.C. Las primeras en Canadá estaban
en Toronto, Quebec y en Colombia Británica. Ahora hay 180 centros
archiveros en los Estados Unidos y Canadá y en muchas ciudades
costeras. Periódicamente distribuimos una carta de noticas llamada
72
"Marcas", comenzada en 1980 de una buena sesión de compartimiento
después de que la tienda de archivos en la Convención Internacional de
Nueva Orleans se compartiera ayuda para actualizar información de los
archivos en el campo.
También exploramos formas de compartir nuestros tesoros con ellos. Y
con el resto de los grupos conocidos. También hemos dispuesto, por
ejemplo de una copia del borrador del manuscrito del Libro Grande,
algunas veces llamado "copia múltiple". Ofrecemos una copia completa
del álbum de recortes de 1939-1942. Cintas de importantes audios de
co-fundadores que pueden estar comprados. Y algo más. Probablemente
la herramienta más eficaz que tenemos para "Hablando sobre los
Archivos del Grupo" es la película "Marcas en un Viaje" preparada por
la iniciativa de Mike R. cuando él era el encargado de las eventos en el
Comité de Archivos de Fideicomisos por el año 1979. Debo confesar no
estuve mucho a favor the esa original idea, pensando más en términos
de un folleto de buena suerte con muchas fotos para compartir. Pero
creo que la película es maravillosa. No es sobre los archivos; más bien,
nos cuenta la historia de los primeros quince años de AA (con reflejos
de la historia posterior), empleado el material de los archivos. Ustedes
escuchan las voces de Bill y Bob y ven a algunos amigos no alcohólicos
como la Hermana Ignacia, el Padre Dowling, Harry Tiebout, Bernard
Smith y otros. Espero haya otro "Marcas" emprendido antes de
mostrar la habitación de los archivos como luce ahora.
Las biografías de dos co-fundadores, publicadas por AA-El Dr. Bob
y el Gran Viejo Contador de Tiempo y Transmítelo"- les debemos
mucho así como del material de archivo.
Debo compartir con ustedes uno de nuestros más penosos momentos:
La oficiales ceremonias de inauguración de los archivos que fueron
realizadas el 3 de Noviembre de 1975, inmediatamente seguida la
reunión de la Junta de Servicio General así que muchos de los
fideicomisos pudieron ser ahí, así como una multitud considerable de
los invitados interesados. El encargado George G. presidió la reunión
junto con Lois W y el Dr. Jack Norris t Tom S. hicieron breves
comentarios. (George G., quien nos guio generosa y entusiastamente,
fue lo suficiente generoso para decir, "nunca escucharé otra vez las
palabras "la mano de obra para el amor" sin pensar en Nell". Mi
respuesta sería que ese comentario lo describe a él y a otros). LOIS Y
Tom S. hicieron los honores de cortar la cinta azul que simbolizaba la
disponibilidad de los archivos. La ceremonia fue fotografiada y después
se sirvió la comida y el café, la asamblea del grupo tenían su risa del
día: fue de repente el darnos cuenta que habíamos olvidado por
completo grabar la ceremonia para conservar el recuerdo.
En 1981 el local físico de los archivos fue movido otra vez a una
parte mejor restaurada y una mayor expansión de la Oficina de
Servicios Generales. El presente sitio está en el piso 4 del 468 al Sur
de la Avenue Park. Hay una gran habitación central dedicada
enteramente a exhibir y conservar recuerdos excepto un escritorio de
recepcionista/encargado general. Una habitación de búsqueda
contiene una mesa de conferencia a lo largo de la biblioteca,
álbumes encuadernados y otras cosas. El archivista y su asistente
compartieron otra habitación y fuera de este espacio, hay una
alacena de buen tamaño, donde las historias del área, las cintas y
otros recuerdos, son conservados.
La primera tienda de archivos fue presentada en Aniversario 45 de la
Convención Internacional de Nueva Orleans. Fue muy emotivo ver la
habitación llena, con una audiencia muy entusiasta en la primera
reunión. Cinco años después otra tienda de archivos fue uno de los
aspectos más destacados del Aniversario 15 de la Convención en
Montreal-un regalo especial estaba teniendo Ruth Hock Crecelius como
ponente.
Mientras tanto, poco después llegué a ser archivista y comencé a
recibir invitaciones para compartir algo de la historia de AA en las
conferencias, convenciones y otras experiencias en los Estados Unidos,
Canadá y Bristol, Inglaterra. Aunque estas conversaciones fueron
73
usualmente de naturaleza histórica, ellos nunca estuvieron experiencia es lo que ha sido aprendido de los acontecimientos, el
exactamente en lo mismo. Algunas veces los grupos querían escuchar significado, la esencia y la evaluación de estos eventos. Tan lejos como
los recuerdos de Bill y Lois y las historias sobre los primeros días, la estabilidad de AA continúe hacia el futuro, conservar, evaluar y
algunas veces, más información sobre nuestros archivos propios; estar consciente de las experiencias del pasado, es necesario.
todavía otros temas de tiempo como anonimato (Ver Apéndice A) o
humor en AA o simplemente esbozos de "mi vida entre los Anónimos".
Cuando fui de alto nivel en la Universidad, evité tomar un curso sobre
cómo hablar en público- y lo he lamentado desde muchos años! Sin
embargo. Estoy agradecido y halagado de ser amado por amigos de
AA que me han pedido compartir todo estos sobre estos años.
Después de cumplir con las riendas de los archivos hacia Frank M., me
retiré de Alcohólicos Anónimos a finales de 1982, a la edad de 65.
Hay muchas otras cosas que decir sobre los archivos, pero no hay
tiempo ni espacio. Pero quiero enfatizar el punto de que ahora es
importante conservar la historia que está tomando lugar hoy en día AA,
para conservar la experiencia de AA y la experiencia de los
movimientos dentro y fuera de la existencia antes de que AA llegara.
En 25 años, 15 años, esta década, como cada década, será considerada
una era cuando la historia de AA tome lugar, cuando se abran nuevos
grupos. Los nuevos miembros que llegaron hoy serán considerados los
"servidores de confianza" del futuro. AA es uno de los mayores
movimientos socio históricos del mundo. Les debemos el futuro de los
miembros de AA a historiadores, escolares e investigadores para
mantener un registro lo más completo que podamos de esta sociedad en
todos los tiempos, así que su mensaje es significativo y las
contribuciones no solo para los alcohólicos sino otros problemas pueden
ser evaluados y solucionados completamente de manera exacta para
cualquier propósito futuro.
Sobre todo me siento como un miembro más- aún más a medida que
pasa el tiempo-es muy importante conservar la experiencia de AA
porque puede ser útil para los futuros miembros y grupos. La historia Epílogo: ¿Qué significa AA para mí?
es el archivo de fechas y eventos sucedidos a lo largo del tiempo. La

74
He sentido una tremenda gratitud por mi larga asociación con
Alcohólicos Anónimos. Es interesante, en retrospectiva, como
rápidamente desarrollé una relación cerrada para esta amada
agrupación. Me vinculé pronto a ella mental y emocionalmente, olvidando
a México y la escultura y la anticipada libertad de fluir como desearía
donde sea y cuando sea, la inspiración me tocó.
Estoy profundamente agradecida por haber tenido la oportunidad de
observar de cerca cómo trabaja el programa de AA y Al-Anon y ver en
los últimos años, mediante una única y emocionante ventana al mundo de
la agrupación de AA. Desde un punto de vista socio-histórico, ha sido
emocionante ver cómo las víctimas de otras enfermedades y problemas
de conducta han adaptado los 12 Pasos exitosamente para traer consigo
su propia recuperación. El éxito de los extendidos y múltiples
movimientos de auto-ayuda que damos por sentado hoy en día desde la
experiencia y el programa de Alcohólicos Anónimos. (Será interesante
observar como la presente tendencia para involucrar la participación de
AA como parte de la escena de la adicción entera afectará "lo
tradicional" de AA en el futuro.
Desde mi punto de vista, he visto la aparición en los 50s, el desarrollo
en los 60s y un crecimiento explosivo desde los primeros 70 agencias
de alcoholismo y centros de tratamiento. Cuando AA comenzó, no había
hospitales generales que yo recuerde, donde admitieran alcohólicos
bajo el diagnóstico: esta la aislada "granja de los borrachos" o el
hospital privado como el Hospital Towns en Nueva York, o un poco más
tarde, a mediados de los cuarenta, un piso o sala en el Hospital
Knickerbocker también en Nueva York, una sala que funcionaba para el
apadrinamiento y esfuerzos de los miembros locales de AA.
Una de las primeras visiones de Bill para el movimiento sin nombre fue
tener una cadena de hospitales para alcohólicos. Esta grandiosa idea se
apresuró cuando, bajo la influencia directa de John D. Rockefeller Jr.,
se decidió que "el dinero arruinaría a AA" (pero entonces, los primeros
miembros por si mismos no discutieron la idea del hospital). Encuentro
irónico que Bill de hecho, tenía visón hacia el futuro en esta área. Hoy
en día hay varias miles de casas de rehabilitación para alcohólicos
alrededor de Estados Unidos y Canadá y en otras partes del mundo
como él había soñado que sería-excepto que ellos no están bajo los
auspicios de AA. Todavía AA es una parte esencial de la terapia en
muchos de ellos y muchos o quizás muchos de sus parientes
eventualmente terminaron en AA.
Este fenómeno resultó en parte por un cambio de actitud en los
profesionales y en el público en general sobre lo que el alcoholismo
trajo, en gran parte, por los sucesos y aceptación de AA. Gradualmente
el concepto erróneo sobre alcoholismo está siendo puramente un asunto
moral y un problema conductual que ha dado una manera de
recuperación para una enfermedad tratable. De hecho, muchos
profesionales ahora se suscriben a la interpretación holística abarcada
por AA desde sus inicios hasta el hecho de que es una enfermedad de
la mente, el cuerpo y espiritual, de acuerdo con la opinión de Dr.
Silkworth.
La universalidad del programa de los Doce Pasos de AA es simplemente
maravillosa. Ha cruzado barreras geográficas, de raza, religión, política
y de tiempo. Incluso fue escrito 65 años después de su inicio y todavía
sigue propagándose. Ha sido una revelación mantener cómo los
alcohólicos, quienes son culturalmente diversos-desde gente joven en
las calles de Los Ángeles hasta los Confucionistas en Nepal- pedir la
ayuda de AA, recibir la misma cura para la recuperación por diligencia
practicando el mismo programa, y eventualmente desarrollar el marco
de estructura idéntico basado en compartir, amor y servicio como
75
también aprendí a atender las reuniones en Escocia, Irlanda,
Inglaterra, Suiza, Italia e Israel a través de los años.
Durante mis días como recepcionista en la oficina de AA (nosotros la
llamábamos "terremotos de cabeza" en aquellos días), he estado
agradablemente sorprendida en como muchos de los llamados "gente
normal" (si hay una clasificación; a un amigo de AA le gusta definir
como "normal" a uno sentado en una lavadora) deseo usar para el
programa de AA. Los visitantes seguido se detienen en la oficina para
pedir una copia de los Pasos que ellos pudieron aplicar en sus propias
vidas. Hace unos pocos años, me preocupé sobre un murmullo (nada
serio) de que yo estaba siendo examinada por una doctora joven. Ella
me preguntó que hacía y yo le dije, que aunque no era alcohólica, que
había trabajado para AA. Su cara se le llenó de brillo y declaró: "Oh,
sigo los Doce Pasos, no soy una alcohólica tampoco pero uso y
recomiendo los Doce Pasos". Supe exactamente de donde venía. La
forma de vida de AA me cambió dramáticamente. (Sin embargo, no
esperaría ser aceptada como miembro en un grupo de AA, porque no
soy alcohólica, pero si una buhòlitica porque soy una coleccionista
compulsiva de búhos).
Permanecí dentro mis primeros 20 años como un tipo de flor tardía,
emocionalmente inmadura, todavía conservando fantasías irreales y
expectativas sobre lo que la vida me traería- seguido no reaccionó a
hacer seguir la seña de su dedo. Pero una vez, seguramente envuelta
por los amigos en AA y la filosofía, comencé a aprender por grados la
aplicación de los principios de AA a mis decisiones diariamente,
enfrentar la realidad; esto es; aceptar retos directa y honestamente
(la mayor parte del tiempo, de todas formas), para evaluar los eventos
también como ocasionales conflictos personales en mi vida con un juicio
y una consideración mejor que antes, con un grado de valor y humildad
en vez de salir corriendo y evadirlos, como lo haría antes. También, he
aprendido a enfrentar con imprevistas realidades físicas como el
cáncer y aceptar graciosamente espero los "viejos 70", todo también
trayendo la pérdida de amigos muy queridos y cercanos.
En muchas ocasiones, he sido muy hábil para pasar esta forma de vida a
otros. Y que traer una dimensión agregada de alegría. Hoy hay muchos
miembros de AA y Al-Anon (que no mencionan los otros programas de
12 Pasos), con sus parientes y amigos que son tocados por sus vida, que
siento que AA está cambiando al mundo! Cuando dije que Bill hace años
respondió, "puedes decir esto!”. Significa que él no podía permitirse
alimentar su propio ego de esta forma y él, repetidamente advirtió a la
agrupación sobre su grandiosa idea (tú sabes, vivir tu vida un día a un
tiempo que hace mucho sentido).
Por supuesto, no estoy sola entre no-alcohólicos que sienten esta forma
de vida de AA. He escuchado a Michael Alexander decir que solo por
ser asociado con la agrupación "creces y maduras". Y el Dr. Jack Norris
dijo "todos somos egoístas, irritables y resentidos al mismo tiempo.
Pero AA nos muestra cómo conseguir eliminar estos defectos de
carácter que destruyen nuestras relaciones".
Esto me recuerda mi propio concepto de espiritualidad: a saber, es
descubierto es nuestras relaciones, en nuestra conexión con otra gente
y en mantener nuestra fe. Mi definición favorita es acreditada de
William Ward, quien dijo: "Fe es conocimiento, hay un océano porque tú
has visto un arroyo".
Como niña atendí la Iglesia Libre Metódica en nuestro centro-la única
iglesia que había en West Kendall. Era evangelista que hoy en día se
llamaría "fundamentalista". Para nuestras jóvenes mentes, Dios era un
hombre viejo, vestido en largas batas blancas, cabello largo y barba
gris, y siempre ¡apuntándonos con su dedo fuera de las nubes y
condenándonos enojadamente al infierno por alguna infracción o
llevarnos al cielo si hemos dicho nuestras plegarias esta mañana!
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Con este fondo me di cuenta lo vieja que ya estoy y no necesariamente
Religiosa-con R mayúscula. A través de los años, he tratado de estar
abierta a otros enfoques de la fe espiritual. En los años 60 por ejemplo,
leí a Alan Watts y al Dr. D. T. Suzuki y durante este periodo participé
en un clase temprana de "encuentro grupal" en el Gran Sur, California,
con un amigo cercano de AA. Nos separamos al azar en parejas que no
nos conocíamos mutuamente. El objetivo fue tratar de formar una
relación con la otra persona sin hablar al respecto. Y nos encontramos
que no solo era posible sino una profunda experiencia enriquecedora.
Siempre lo he recordado. En otro tiempo, atendía la iglesia Unitariana;
el ministro estaba interesado en AA (un grupo de AA reunido en las
escaleras del salón de eventos sociales), y él seguido incorporaba
alguno de los principios de AA en sus sermones.
Ellos recalcan la necesidad de concentrarse en el interior y meditar
para buscar lo que la realidad refleja. El Budismo no tiene un salvador
ni ninguna autoridad. Es sólo una forma de vida como la de AA. Gautama
(Buda) no quería ser venerado. Él recalcó la necesidad de comunicarse,
de compartir. No pretendo evangelizar a nadie aquí (bueno, quizás un
poco), sino más bien compartir un poco de mi propio esfuerzo para
crecer y extender mis horizontes espiritualmente. Esto es otra cosa
que tienen en común el Budismo y AA: nadie de nosotros profetiza a
nadie, sino que respeta todas las fes y filosofías.

También atendí las reuniones budistas durante mis primeros tiempos en

Nueva York, los cuales me permitieron explorar más a profundidad mi
interés desde hace muchos años en el Budismo. Volví a creer que sus
principios y filosofía estaban lo más cercano a mí. Uno de sus principios
es que cada ser humano es responsable de las consecuencias de sus
propios pensamientos, palabras y actos, para enfrentar estas
responsabilidades con honestidad. En otras palabras, tú eres causante
de tu propio sufriendo. El estado de cultura que el Budismo trata de
lograr es uno en el cual nuestro egoísmo interno y nuestro
egocentrismo (el cual, cuando está mal usado causa más de nuestro
sufrimiento) es limpiado. Esto es similar en uno de los principales
objetivos de los 12 Pasos de AA. El Budismo conecta bien con la
agrupación de muchas otras formas. Los Budistas creen que toda la
creación avanza siempre cambiando y fluyendo, pero siempre
progresando y nosotros no tratamos de resistir este flujo pero yendo
con él.

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