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Género hegemónico y cultura,

el modelo de masculinidad
en la cultura popular

Óscar Vázquez Martínez*

GÉNERO Y CULTURA, LOS ENGRANES INVISIBLES

D
urante los últimos años, los estudios de género
emanados del feminismo han descrito las carac-
terísticas de los modelos culturales asignados
tanto a hombres como a mujeres, denunciando la desi-
gualdad de las condiciones sociales entre ambos, lo que
ha causado el estudio de las relaciones sociales desde
un punto de vista más objetivo en aras de un cambio en
los papeles de los y las integrantes de las sociedades
actuales.
Este escrito propone una reflexión sobre la dinámica
de la producción y reproducción del concepto de género
en la cultura a partir del modelo de masculinidad. Con
apoyo en las ideas de Gramsci, se postula al género
como “hegemónico” a consecuencia de la manera en que
se produce y reproduce, encontrando justificación y for-
taleza dogmática en prácticamente toda actividad cultu-
ral, reforzando y alimentándose a su vez de un aparato
ideológico sustentado en las relaciones de dominio.
* Miembro del área de Investigación y Procesos Psicosociales
IZTAPALAPA 45 de los Fenómenos Colectivos del Departamento de Sociolo-
enero-junio de 1999 gía de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Izta-
pp. 27-40 palapa.
Óscar Vázquez Martínez

Para demostrar que el modelo de dormir) están impregnadas de una sim-


masculinidad puede considerarse una bolización cultural que es aprehendida
expresión ideológica que forma parte de por los miembros de la sociedad y que
una estructura hegemónica, reflexiona- las hace parte de la cultura misma, por
remos acerca de la validez de usar los lo que la humanidad vive estas expe-
conceptos gramscianos aplicados a la riencias como “naturales” aunque en rea-
teoría de género apoyándonos prime- lidad están investidas de una gama de
ro en la génesis del sujeto social en el rasgos culturales que permiten que di-
seno de la cultura, para pasar después chas experiencias sean asociadas a una
a la dinámica cultural dentro de la he- serie de símbolos que hacen de la expe-
gemonía e integrar así el concepto de gé- riencia “natural” un acto vivido y estruc-
nero hegemónico. turado desde la cultura.
La importancia de una reflexión de La participación de la psicología so-
este tipo radica en la posibilidad de for- cial en este debate comienza desde el
mular alternativas de deconstrucción momento de definir si las conductas
del modelo de masculinidad y por lo humanas se pueden atribuir a cuestio-
tanto del género desde un punto de nes naturales o pueden ser tomadas
vista diferente, ya que esto permite pen- como “innatas”. Muchas teorías tratan
sar en ellos como estructuras dinámi- de revelar este argumento y atribuyen
cas y transformables hacia un posible una parte del comportamiento a una
nuevo concepto de género que no se esencia innata con raíces en la natu-
estructure a partir de relaciones de do- raleza, insinuando que esta explicación
minio. podía saciar todas las incógnitas al res-
pecto. Pero, por ejemplo, ¿cómo se pue-
den explicar muchos de los procesos
CULTURA Y HUMANIDAD sociales, como los de sometimiento, por
medio de un argumento que atribuye
Los aportes de diversos teóricos de las esto a un impulso natural del hombre?
ciencias sociales han planteado que, en Buscando una respuesta a la cues-
la humanidad, todo es vivido y concep- tión natural-cultural del ser humano,
tuado desde la cultura; en el sujeto no algunos teóricos han propuesto que
se puede hablar propiamente de conduc- toda respuesta a la condición humana
tas asociadas únicamente a la satisfac- y al origen de conductas y relaciones
ción de necesidades físicas. Los com- sociales debe estar vinculada con la idea
portamientos en la humanidad se re- del sujeto como ser social, que si bien
lacionan con cuestiones culturales, e vive procesos naturales como ser vivo,
incluso podemos decir que las acciones éstos son satisfechos o frustrados den-
asociadas con procesos naturales (como tro de un ámbito comunal con otros
el nacimiento, la muerte, el comer o el sujetos.

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

Pichón-Riviere (Pampliega, 1990: 20) El psiquismo surge de la interio-


postula su concepto de sujeto de la si- rización de las relaciones de producción
guiente manera: como estructuras y los órdenes sociales
e históricos del desarrollo humano,
El hombre es un ser de necesidades que dando por resultado una interiorización
sólo se satisfacen socialmente, en rela- como instancia y función representa-
ciones que lo determinan. Nada hay en cional que generará el devenir de las
él que no sea resultante de la interacción formas de simbolización así como el len-
entre individuos, grupos y clases. En- guaje y el pensamiento.
tiendo al hombre como configurándose Al llevarse a cabo este proceso, se
en una actividad transformadora, en fundamentan conceptos tales como las
una relación dialéctica, mutuamente formas de conciencia social, dando el
modificante con el mundo, que se da carácter de social e históricamente de-
siempre a su experiencia como mundo terminada a la naturaleza humana,
social, es decir, entretejido de vínculos con ello también se determinan los víncu-
y relaciones sociales. Esa relación dialéc- los interpersonales así como las ins-
tica tiene su motor en la necesidad. tituciones, gobernando el proceso de
constitución de la subjetividad.
Desde este punto de vista, Pichón- Al situar como emergente al sujeto
Riviere aporta nueva luz a la discusión dentro de la teoría pichoniana, se le con-
y responde a la pregunta antes citada, sidera dentro de un sistema vincular-
ya que describe dentro de su concep- social a partir de la relación fundante
ción de sujeto las relaciones entre entre necesidad y satisfacción, afirman-
naturaleza, hombre y sociedad, propo- do que esta dialéctica esencial es consti-
niendo que el ser humano es naturaleza tutiva de lo subjetivo con base en dos
pero emerge de ella transformándola y pares contradictorios, el de necesidad-
transformándose a partir del trabajo satisfacción y el de sujeto y contexto
y en la producción de bienes necesarios vincular-social, por lo que se postula que
para su subsistencia, en la que se apro- lo que vincula al ser humano con la na-
pia de la naturaleza modificándola en turaleza es la necesidad inherente en
vista de sus necesidades, con lo que se todo ser vivo.
afirma que el hombre en relación con La contradicción entre necesidad y
su particular organización biológica es satisfacción se da en un nivel interior
productor de su vida material en una en el sujeto, en tanto que la fuente de
doble conexión con la naturaleza y con gratificación es exterior, creando una
los otros hombres. Así, dentro de esta contradicción que promueve la relación
doble relación, el hombre no sólo es pro- social en la búsqueda de dicha fuente,
ductor sino simultáneamente reprodu- que consolida a la necesidad como fun-
cido y determinado. damento motivacional de todo vínculo,

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donde toda satisfacción es accesible a producción de la misma en función de


partir de la experiencia con el otro, siendo las actividades de hombres y mujeres
eminentemente social. Con este argu- y la influencia de factores como el medio
mento podemos decir que los procesos ambiente y las transformaciones a éste
psíquicos son, sin duda, la conexión en- que la humanidad realiza para adaptar-
tre los natural y lo social fundado en el lo a sus necesidades.
interjuego de la necesidad y la satisfac- Al conceptuar de esta manera a la
ción y es aquí donde toda acción, norma cultura, podemos afirmar que es la con-
o ideología tienen su fundamento. tenedora de la actividad humana y
Tanto Althusser (1977: 97-141) como como tal no puede ser tomada como
Pichón-Riviere hablan sobre la residen- algo inerte. La cultura es dinámica y
cia subjetiva de la ideología y de los pro- heterogénea, lo que quiere decir que es
cesos fundantes de la cultura humana una para toda la sociedad, pero sus
(aunque Althusser ubica los procesos miembros la vivirán de una manera di-
de la ideología en el terreno de lo incons- ferente al interpretarla y adaptarla a sus
ciente), quedando claro que al postular modos de vida e intereses, por lo que
la dialéctica de necesidad-satisfacción toma este carácter heterogéneo que se
como fundante de procesos, como la había mencionado. Los diversos grupos
instauración de normas y consolidación que componen la sociedad reproducen
de ideologías, el lugar de la cultura queda y producen la cultura desde su posición
dentro de esa parte fundante de la sub- dentro de la sociedad. Obviamente hay
jetividad en la relación entre el sujeto y conflictos internos en donde las rela-
el contexto vincular-social. ciones de dominio son el campo para
Al hablar de cultura no sólo habla- hacer valer los intereses de algunos gru-
mos de un cúmulo de conocimientos, pos sobre los de otros, ya sea de una
sino también de todo tipo de relaciones forma mediadora o total.
que practique una sociedad entre sus La cultura ofrece a los miembros de
miembros, vinculadas a su vez con la sociedad una identidad tanto indivi-
todas las actividades desempeñadas dual como de grupo y una imagen ideoló-
dentro de ella, desde su política, el arte gica de la sociedad a la que pertenecen,
y el trabajo, así como su cotidianidad. proporcionándoles un sentimiento de uni-
Tradiciones, costumbres y hábitos mar- dad e identificación como comunidad.
can esta cotidianidad del proceso cul-
tural de una sociedad. La cultura en
general respalda y caracteriza todo com- HEGEMONÍA Y CULTURA: EL PAPEL DE LOS
portamiento de los miembros de una GRUPOS EN LA ESTRUCTURA IDEOLÓGICA
sociedad. Dicha cultura se modificará
según las necesidades de la sociedad, Según Gramsci, para que un grupo ten-
y es resultado de la producción y la re- ga éxito dentro de las relaciones de

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

poder y controle a la sociedad a la que difundida a toda la sociedad; ésta es


pertenece puede optar por dos caminos tarea de la capa de intelectuales al ser-
(Portelli, 1982: 20): puede reprimir a los vicio del sistema que también se encar-
demás grupos usando la coerción y for- gan de invalidar ideologías contrarias
mar una dictadura o puede mantener- a las del grupo dominante, así como
se en el poder sustentando la dirección todas las expresiones culturales que
ideológica de la sociedad forjando una estén fuera de lugar dentro del sistema
hegemonía. hegemónico.
En el caso de la hegemonía, la ideo- Aunque el sistema hegemónico se
logía equilibra y justifica al aparato de empeñe en ser una totalidad, la relación
coerción y el acaparamiento de los exce- entre el grupo dominante y los grupos
dentes de los medios de producción, ya subordinados no es tan rígida, ya que
que para Gramsci (1971: 12) la ideolo- los grupos subordinados presentan una
gía es una concepción del mundo que resistencia al sistema ideológico expre-
se manifiesta implícitamente en todas sado por el poder cultural del grupo do-
las actividades de la vida intelectual y minante al sustentar su propia ideo-
colectiva; esta concepción del mundo logía y apropiarse de sectores de la
justifica las acciones del grupo domi- cultura que le fueron atribuidos como
nante. No hay que olvidar que es “su características; estas relaciones son
concepción del mundo” y ésta debe ser ambiguas, ya que los grupos subordi-
Ilustración: Juan Ezcurdia

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nados presentan esta resistencia que construcción no intervino y hace


cuestiona a la cultura de los grupos sentir la imposición de esa es-
dominantes, pero que en muchos as- tructura como la socialización o
pectos la valida. Esta ambigüedad es el adecuación necesaria de cada
resultado de ver a la cultura como rela- uno para vivir en sociedad (y no
ciones humanas donde los intereses de en una sociedad predeterminada).
grupo luchan entre sí al contraponerse
necesidades no cubiertas con fragmen- Como se puede observar, en este
tos ideológicos que expresan lo contra- punto de la dinámica del sistema ideo-
rio o niegan todo derecho a la satisfac- lógico puede identificarse una fractura
ción de dicha necesidad. En prevención entre las prácticas culturales de la so-
de esta situación, el sistema ideológico ciedad, al existir una apropiación de los
se expresará por medio de la cultura. grupos subordinados de segmentos de
Esta “cultura oficial”, como la llama la cultura y hacerlos propios, ya sea por
García Canclini (1981: 51), hará uso de una resistencia a la dominación o por-
todo medio posible para ejercer su poder que estos segmentos de cultura repre-
obteniendo entonces tres característi-
sentan prácticas que funcionan como
cas que denota de la siguiente manera.
paliativos a las necesidades del grupo.
El poder cultural:

a) Impone las normas culturales-


RELACIONES DE DOMINIO Y CULTURA,
ideológicas que adaptan a los
LOS GÉNEROS COMO GRUPOS
miembros de la sociedad a una
estructura económica y política
Para seguir adelante con la reflexión
arbitraria (la llamamos arbitra-
habrá que interpretar a las sociedades
ria en el sentido de que no hay
razones biológicas, sociales o en función de una primera división fun-
“espirituales”, derivadas de una damental: la de los géneros (masculino
supuesta “naturaleza humana” o y femenino), ya que antes de pertenecer
“naturaleza de las cosas” que a una clase social se es parte de un gé-
vuelvan necesaria a una estruc- nero; por lo tanto, podemos detectar en
tura social determinada); este punto un grupo dominante dentro
b) Legitima la estructura dominan- de la sociedad que se puede superponer
te, la hace percibir como la forma a la división de clases sociales, el grupo
“natural” de organización so- de los hombres.
cial y encubre por tanto su arbi- Las sociedades occidentales han sus-
trariedad; tentado su base social en una división
c) Oculta también la violencia que sexual del trabajo que ha significado la
implica toda adaptación del in- denigración de las actividades asig-
dividuo a una estructura en cuya nadas a las mujeres. Esta devaluación

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

Ilustración: Juan Ezcurdia

desembocó en un principio en la exclu- dedor. Todo parece indicar que el género


sión de las mujeres de los grupos hege- hegemónico cuenta con un bloque his-
mónicos, convirtiéndolas, en el mejor de tórico que está por arriba de los bloques
los casos, en grupos auxiliares de su determinados por elementos económi-
propia clase social, lo que provocó la cos y materiales.
cosificación de la mujer y la creación La relación entre estos grandes gru-
de un modelo de género dominante que pos sociales tiene las mismas dinámicas
sustenta el poder hasta extremos des- que los grupos basados en la condición
póticos y dictatoriales. Si hacemos un social. El sistema ideológico en todos
análisis a este grupo dominante mascu- sus estratos se encarga de absorber
lino podemos observar que ha susten- todo intento de resistencia y trata de
tado una hegemonía con un sistema resolver los connatos de crisis provo-
ideológico basado en una jerarquía cados por el descontento de los grupos
hecha sobre la diferencia sexual a su subalternos; un grupo hegemónico que
favor, y que se ha mantenido a pesar entienda la importancia de tener a su
de la dinámica social de las clases y los servicio a los demás grupos tratará
grupos, no importando que los bloques siempre de adherir y absorber a los
históricos hayan cambiado a su alre- otros grupos antes de reprimirlos.

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Un ejemplo de esta dinámica social mos no transgredibles tachándolos de


lo plantea E. P. Thompson (1990: 135- injustos y luchando por un mejora-
170), al documentar las relaciones de miento de los mismos, por medio de
dominio al servicio del sistema hegemó- protestas tolerando el sistema social,
nico llamándolas economía moral. Di- buscando esas “mejoras inmediatas”.
chas relaciones son las que equilibran Cuando los grupos dominantes trans-
los vínculos grupales a un nivel ideo- greden los límites rompiendo el pacto
lógico. Es una especie de contrato entre entre grupos, las ideologías de resis-
dominantes y dominados que se ca- tencia cobran fuerza y surge la agresión.
racteriza por ser un concepto cultural Como ya lo había mencionado, surge
de reciprocidad disimétrica entre los el desequilibrio y deviene una revolu-
miembros de la sociedad que hace pac- ción, o cuando menos las revueltas,
tar entre éstos los “mínimos no trans- castigando o sustituyendo al grupo en
gredibles” dentro de las relaciones de el poder. Los ejemplos de esta situación
poder y sometimiento, asegurando la es- pueden verse en muchos fenómenos
tabilidad social y la sobrevivencia de los sociales como en la revolución mexica-
grupos minoritarios y dominados. Al na y las revueltas inglesas durante el
pactar estos “mínimos”, los grupos do- siglo XVIII, en donde se observan los in-
minados aseguran una subsistencia tentos de castigo y sustitución de los
en los lugares secundarios de la escala grupos dominantes por la violación de
social, y así tenemos que las ideolo- los mínimos pactados.
gías de los grupos se adecuan a esta En el caso del género, el sistema
economía moral en relación con la ca- ideológico promueve los supuestos be-
pacidad de saciar sus necesidades, pero neficios y las “amables concesiones” que
siempre sobre la base del aseguramien- ha otorgado a las mujeres a lo largo del
to de una satisfacción mínima no trans- tiempo reconociendo sus derechos, lo
gredible. que más que concesiones son el produc-
Esta economía moral dentro de la to de los levantamientos en contra del
cultura es una vía de doble sentido se- sistema hegemónico. Aunque el siste-
mejante al paso fronterizo entre nacio- ma tuvo que cambiar gracias a ellos, se
nes, ya que tanto la cultura oficial como ha podido adaptar a la pérdida del
la resistencia cultural hacen uso de ella; terreno ganado por las mujeres e inclu-
una al promover y naturalizar el mínimo so ha logrado sacar provecho de ello.
no transgredible como el ideal de la sa-
tisfacción posible, logrando neutralizar
resistencias al “convencer” ideológica- LA CULTURA POPULAR COMO EXPRESIÓN
mente de que el modo de vida es inme- DEL SISTEMA IDEOLÓGICO
jorable y que, si no es lo mejor, por lo
menos no es lo peor; y la resistencia al Se ha hablado de una “apropiación” o
promover la visión crítica de los míni- relegación de ciertas partes de la cultura

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

gracias a la acción de la ideología sus- De aquí se desprende una carac-


tentando un poder cultural. Los gru- terística de la dinámica cultural de la
pos subordinados se resisten ante la sociedad: la cultura popular tiene una
cultura oficial, que menosprecia las for- gran capacidad de trascendencia y vali-
mas culturales inservibles a la hegemo- dación de hechos y conocimientos, aun-
nía y que por lo general son todas aque- que se base en mitos, ya que, como he
llas que dan una identidad y valor a los dicho, la cultura popular se mueve a
grupos subordinados como los barrios, través de un carácter práctico y concre-
las etnias y grupos minoritarios que que- to a los ojos de los grupos subordinados,
dan concentrados en un bloque al que por lo que el poder cultural encontra-
se le ha denominado cultura popular. rá resistencia dentro de los grupos que
Esta cultura popular subsiste en respalden esta cultura popular al sos-
relación con la economía moral y es el tener una ideología que fomente la sa-
ámbito donde se desarrolla la ideología tisfacción de las necesidades de dichos
de los grupos dominados. grupos, pero también éste encontrará
La cultura popular es una parte de que la resistencia dentro de la cultura
la cultura de una sociedad que ha que- popular no siempre conlleva a la petición
dado relegada y menospreciada en aras de un cambio en las estructuras sociales
de otra parte de la cultura que valida o culturales, por lo que la utilizará a su
las acciones del grupo en el poder y que favor para confirmar tanto la produc-
favorece a la reproducción del sistema ción como la reproducción del sistema
sustentado por este grupo. Como se dijo hegemónico en los grupos subordinados.
antes, la llamada cultura popular está La cultura popular si bien cumple
compuesta por aquellas secciones de con una función naturalizadora de las
la cultura de una sociedad que se atri- ideologías dominantes como resultado
buyen o que se han impulsado exclu- de la reproducción cultural, también es
sivamente en los grupos subordinados el crisol de los ideales liberadores de los
y a las que, por ser menos valiosas que grupos oprimidos e impulsor de los mo-
las que forman la cultura oficial, se les vimientos sociales al preservar una iden-
da el carácter de poco desarrolladas e tidad de grupo vinculada por el ideal
improductivas, además de que favo- de la satisfacción de las necesidades.
recen las ideologías de resistencia al no El poder cultural hace posible im-
obedecer a los encargos sociales tan poner modelos de conducta que hagan
bien cumplidos por la cultura oficial, funcionar dentro de la estructura social
por lo que únicamente se estudian para dominante a todos sus miembros; es
reforzar su contenido ideológico per- aquí donde encontramos que las tra-
teneciente al sistema,1 en virtud de que diciones, las costumbres y el llamado
en la cultura popular el sentido común “conocimiento popular” dan como re-
tiene supremacía y un poder dogmático. sultado el fortalecimiento de los mo-

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delos a seguir por los miembros de la hombre-mujer desde un principio ge-


sociedad, originando tanto estereotipos nérico, fijando para cada uno caracte-
que tienen por objetivo legitimar los con- rísticas excluyentes y contradictorias,
ceptos sobre hombres y mujeres como de donde derivan razones incuestiona-
una posición cultural del “deber ser” de bles de desigualdades de género, que
sus integrantes, logrando así una transi- fundan un discurso intrincado de com-
ción de los modelos y posturas de los plementariedad de opuestos. A estas di-
géneros inscritos de un plano ideológico ferencias se les convierte en el marco
a un plano incuestionable, el plano de del sistema valorativo de la ideología
lo “natural”, anulando toda posibilidad gracias a las relaciones de dominio, y
de discusión y, por lo tanto, de cambio participan de las relaciones culturales,
en la estructura dominante. pasando a ser un eje importante de toda
Estas posturas inscritas en los pla- ideología.
nos ideológicos y cotidianos dan como Según esta propuesta, la cultura
resultado modelos de comportamientos impone una serie de valores de género
a seguir tanto para los individuos como a sus integrantes; éstos deben seguirse,
para los grupos, por lo que al formarse de lo contrario, la sociedad los descali-
un grupo natural (un grupo unido por ficará como sujetos capaces de respetar
lazos afectivos), ya sea en un ambiente y observar las normas ideológicas y
de trabajo o en cualquier otro, éste re- culturales “aceptables”. Aun cuando se
producirá el modelo dictado en el plano tenga una posición crítica al respecto,
ideológico y afirmado en el plano coti- de alguna u otra manera siempre se res-
diano, o en su defecto optará por una ponde al género que se nos ha asignado.
posición crítica ante ésta (Bauleo, 1975: Dentro de la gama de manifesta-
55-70), aunque, si se habla de las postu- ciones que la cultura muestra de la
ras de género, los grupos generalmente masculinidad, hay ciertas actitudes que
tenderán a reproducir total o parcial- son comunes entre la cultura oficial y
mente las conductas propias de su la popular y que son la base del modelo
género. hegemónico de la masculinidad; Harry
El feminismo ha proporcionado di- Christian (1994: 10-11) las plantea en
versos estudios a partir de una gama nueve actitudes básicas:
amplia de disciplinas, logrando una
identificación de conductas pertene- 1. Los hombres y las mujeres son
cientes a los modelos a seguir de los substancialmente diferentes, y
géneros y una revelación de los propó- los hombres “de verdad” son supe-
sitos a quienes sirven estas conductas, riores a las mujeres y a cualquier
enmarcándolas dentro de los procesos hombre que no se apegue a las
sociales, dejando en claro que la orga- normas convencionales de la mas-
nización social establece la dualidad culinidad dominante.

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

2. Cualquier actividad o conducta Daniel Cazés (1996: 1-10) hace una


identificada como femenina de- aclaración del punto 3, referente a la
grada a cualquier hombre. situación sentimental de los hombres;
3. Los hombres no deben sentir (o menciona que es erróneo pensar que
al menos no deben expresar) las se les enseña a los hombres a no sentir
emociones que tengan la más o expresar sus sentimientos, más bien
mínima semejanza con sensibili- se les fomenta el uso de vías alternas
dades o vulnerabilidades identi- diferentes de las femeninas para sus-
ficadas como femeninas. tentar dicho fin, siguiendo las pautas
4. La capacidad y el deseo de domi- de exteriorización y expansión de una
nar a los demás y de triunfar en manera radical, ocupando los espacios
cualquier competencia, son ras- privados y públicos de una manera apa-
gos esenciales de la identidad de ratosa. El hombre, al expresar sus sen-
cualquier hombre. timientos, lo debe hacer siguiendo las
5. La dureza es uno de los rasgos pautas antes mencionadas, debe ser
masculinos de mayor valor. duro y firme.
6. Ser sostén de la familia es central
en la vida de cada hombre, y es pri-
vilegio exclusivo de los hombres. A MANERA DE CONCLUSIÓN.
7. La compañía masculina es prefe- ¿CRISIS DEL MODELO?
rible a la femenina excepto en la
relación sexual, que es la úni- Por medio de este visor de la opinión
ca vía masculina para acercarse pública y el sentido común que es la
a las mujeres. cultura popular comprendida más allá
8. El sexo permite tanto ejercicio del de un simple folklore y a través de estu-
poder como obtener placeres, de dios sobre los papeles familiares, se ha
manera que la sexualidad de los detectado que el modelo hegemónico
hombres de verdad es un medio ha entrado en una nueva crisis gracias
de demostrar el dominio y la su- a la dificultad que los hombres están
perioridad sobre las mujeres, así encontrando en cumplir con el perfil del
como la capacidad de competir modelo de masculinidad. Esta situación
con los demás hombres. se puede apreciar en toda su fuerza al
9. En situaciones extremas, los hom- analizar las tasas de desempleo en hom-
bres debemos matar a otros bres y su desplazamiento en el merca-
hombres o morir a manos de ellos, do de trabajo por mano de obra femeni-
por lo que declinar hacerlo, en na; esto, además, a todos los niveles: la
caso necesario, es cobarde y, por crisis económica ha hecho mella en el pri-
lo tanto, demuestra poca hom- vilegio masculino de ser los únicos pro-
bría y poca virilidad. veedores (Montesinos, 1996: 197-201).

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¿Cómo es que ha explotado esta cri- Esto nos permite pensar que el mo-
sis? Esta situación, agudizada en los delo tratará de reestructurarse para
años recientes a causa de las condicio- mantener el control, pero el desarrollo
nes económicas, puede sumarse al de- de la capa intelectual del grupo femeni-
sarrollo que el grupo femenino ha venido no está lo suficientemente desarrolla-
viviendo como grupo subordinado. Sin da como para impedir que se recupere
duda el género hegemónico ha sufrido el control total del sistema ideológico
cambios debido a las crisis anteriores. y desembocar en una especie de batalla
Estas adaptaciones han provocado que de desgaste, en donde la capa intelec-
su expresión cultural (el modelo de tual de la hegemonía luchará por estabi-
masculinidad) se haya modificado para lizar el bloque, mientras el otro bloque
disminuir el impacto de las consecuen- intelectual seguirá adhiriendo más se-
cias de acciones sociales que han trans- guidores.
formado el curso de la historia de las Este jaloneo político también será
sociedades y que han dado oportunidad afectado por las condiciones externas,
a las mujeres de obtener concesiones como las crisis financieras y el cambio
de las condiciones sociales en gene-
ante el sistema ideológico dominante.
ral, pero si el grupo subordinado que
Un ejemplo de estas crisis son las
ahora está en pugna con el dominan-
grandes guerras mundiales, en las que
te no prepara un sistema ideológico
las mujeres tuvieron una participación
balanceado y opta por una actitud
clave para el sostenimiento de las eco-
radical, el nuevo bloque se ve en peligro
nomías y, por consecuencia, de los gru-
de perder su autonomía ganada ante el
pos hegemónicos, aunque estas situa-
grupo dominante y se verá en la triste
ciones causaron graves crisis en el
situación de imitar los mismos métodos
grupo masculino dominante, pues las
que el decadente modelo dominante.
mujeres demostraron que el sistema
Entonces, lo único que se lograría sería
ideológico sustentaba mitos que fueron un cambio de grupo en el poder, pero
refutados, con hechos, por las mujeres.2 no habría cambio alguno en el modelo
Si a esto adicionamos que las muje- hegemónico de género, ya que el nuevo
res no sólo han luchado en el campo bloque, al perder su autonomía, imi-
político con base en sus logros sino que taría al viejo bloque, lo que equivale a
los han reforzado con la formación de afirmar que también se basaría en re-
una capa intelectual propia, que ha pro- laciones de dominio, y será igual de do-
vocado un contrapeso enorme en contra minante que el anterior, el género he-
del sistema hegemónico masculino, ob- gemónico cambiaría de sexo, pero no de
servaremos que el sistema está perdien- métodos ni de sistema ideológico, sim-
do la dirección ideológica de los grupos plemente sería como si se viera en un
subordinados. espejo.

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Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular

Para que se lograra un cambio efec- cana hace algunos años, que contri-
buyó al fortalecimiento de estereotipos
tivo en las relaciones de género, el grupo
y a la reducción de la cultura popular
dominante tendría que proponerse a un mero folklore.
2
cambiar el tipo de relaciones sociales y Al escasear la mano de obra masculina,
las mujeres trabajaron en la industria
así acceder a un reconocimiento de la
de guerra armando aviones de com-
diferencia entre los grupos integrantes bate, realizando un trabajo tan acep-
de la sociedad, cambiar el dominio por table como el de cualquier hombre.
el consenso y buscar en la diferencia
un complemento, para lograr que las
jerarquías se tornaran en equidad. BIBLIOGRAFÍA
¿Cómo lograr una hegemonía basa-
da en la equidad? ¿Cómo salvar las Althusser, Louis
trampas del modelo y no caer de nuevo 1977 Ideología y aparatos ideológicos
del Estado en la filosofía como
en una relación dominadora? Cimentar
arma de la revolución, Siglo XXI
una hegemonía en la equidad equivale (Cuadernos del pasado y pre-
a plantear que el bloque dominante sente, 4), México, 8a. edición.
Anzieu, D.
desmonte el aparato hegemónico, em-
1971 La dinámica de los grupos pe-
presa difícil, habría que hacer frente queños, Kapeluz, Buenos Aires.
además a un sistema ideológico mile- Bauleo, A.
nario que se niega a morir, pero sin 1975 “Notas para la conceptualización
sobre grupo”, en autores varios,
duda algo que realmente se puede hacer Psicología y sociología del grupo,
es tratar de parar la violencia con que Fundamentos, Madrid, pp. 55-
las relaciones de dominio se han refor- 70.
Cazés, Daniel
zado en este fin de siglo, hay que de- 1996 Hombres del siglo 21: visiones y
tener la reproducción de los modelos prácticas de la paternidad, po-
fomentando una reestructuración del nencia presentada en el Encuen-
tro de estudios de masculinidad
sistema ideológico para que éste dé
en la UAM-X, noviembre de 1996,
cabida a cualquier expresión cultural 10 pp.
proveniente de todos los grupos de la Christian, Harry
sociedad, también empresa difícil, pero 1994 The making of anti-sexist men,
Routledge, Londres-Nueva York.
no imposible, todo bloque histórico tiene García, Caclini, Nestor
un final, hay que procurar que éste sig- 1981 Las culturas populares en el capi-
nifique equidad. talismo, Fondo de Cultura Eco-
nómica, México.
Gramsci, Antonio
1971 El materialismo histórico y la
filosofía de Benedetto Croce.
NOTAS Nueva visión, Buenos Aires.
Lagarde, Marcela
1
Con respecto al género podemos citar 1990 Cautiverios de las mujeres: Ma-
la moda del estudio de la picardía mexi- dresposas, monjas, putas, presas

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Óscar Vázquez Martínez

y locas, Coord. Gral. de Estudios definida como social”, en Enfo-


de Posgrado-Universidad Nacio- ques y perspectivas en psicología
nal Autónoma de México, México. social, Cinco, Buenos Aires.
Montesinos, Rafael Portelli, H.
1996 “Vida cotidiana, familia y mascu- 1982 Gramsci y el bloque histórico, (Co-
linidad”, en Sociológica, año 11, lección sociología y Política), tra-
no. 31, mayo-agosto, Universidad ducción de María Braun, 9a. edi-
Autónoma Metropolitana-Azca- ción, Siglo XXI, México.
potzalco, pp. 197-201. Thompson, E.
Pampliega, de Q. 1990 Tradición, revuelta y conciencia
1990 “La concepción de sujeto en el de clase; estudio sobre la crisis de
pensamiento de Pichón-Riviere. la sociedad preindustrial, ERA,
Fundamento para una psicología México.

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