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Mi abuelo Raúl me decía con voz pausada y alegre: El alma edifica lo que se le ha enseñado a

esperar. Los anhelos de nuestro corazón y las aspiraciones de nuestra alma son algo más que
sueños vanos o quimeras de la fantasía, puesto, que en verdad, son vaticinios, predicciones,
heraldos y mensajeros de futuras realidades.
Indican nuestra potencialidad anímica y miden la alteza de nuestro propósito y la categoría de
nuestro valor moral.
―Luego con ojos llenos de entusiasmo decía:
Lo que ardientemente anhelamos, y en conseguirlo ponemos todo nuestro esfuerzo, se
convierte, tarde o temprano, en realidad.
Nuestros ideales son el boceto de futuras acciones, la esencia de lo que esperamos. ―Para mi
era una tarde mágica en la que sus anécdotas y significados de lo que él llamaba "Palabras de
poder" eran muy elocuentes y estoicas... (Continuará)

¡Oye cuate! ¿Por qué vienes enojado? ―Preguntó mi abuelo.


Lo miré a los ojos y vi que le brillaban como si me estuvieran escudriñando, luego dijo
afirmando:
―En cuanto empezamos a desear una cosa con todo el anhelo de nuestro corazón, nos
relacionamos con ella según la intensidad y perseverancia de nuestro anhelo y el inteligente
esfuerzo para conseguirla.
El inconveniente está en que nos apegamos demasiado a la materialidad de la vida, sin atender
lo suficiente a su idealidad, cuando debiéramos aprender a vivir mentalmente en el ideal cuya
realización anhelamos... ―Dio un sorbo a su café y luego continuó con su peculiar tono y dijo
mientras señalaba a lo lejos:
“El crepúsculo: ¡allí está la rendija entre los mundos!”
―Tras largo titubeo continuó: ―Por ejemplo, si queremos mantener joven nuestro espíritu
hemos de vivir en estado mental de juventud, y si queremos ser felices, entonces vivir en el
contento y debes practicarlo todos los días ¡siempre! ―Luego dijo: ¡ea! Que no pare la
música… ¡Ve hacer tu tarea Beto!, ―mi rostro cambió, me sentí enojado otra vez sin saber por
qué... (Continuará)

Entonces, cómo es vivir en el ideal, ―pregunté, haciendo gala de mi asombro por demostrar
mucho interés por su plática de poder.
― ¡Qué pregunta! ―respondió, con el tono de quien está gozando estos encuentros.
Luego dijo: La ventaja de vivir en el ideal es que con ella eliminamos toda imperfección física,
mental y moral, sin que podamos imaginarnos la vejez, porque la vejez equivale a insuficiencia
y decaimiento, incompatibles con el ideal.
La costumbre de pensar en las cosas y afirmarlas como quisiéramos que fuesen o como deben
ser, da el convencimiento de que nada bueno ha de faltarnos, porque somos hijos de Dios.
Hemos de mantener de continuo en nuestra mente el ideal de cómo quisiéramos ser.
Si alimentamos pensamientos de vigor y robustez, al instante sofocaremos toda imagen de
flaqueza y morbosidad.
No te detengas jamás a lamentarte de tus debilidades, deficiencias o fracasos. Mantén firme el
ideal y recibirás valioso auxilio en tu denodada lucha por realizarlo.
―Olvidas algo esencial ―dijo―. Luego tuvo un ataque de risa. Tenía los ojos tan brillantes,
tan increíblemente llenos de alegría, que yo también acabé riendo. ―Mi gozo era por saber
cómo cambiar mi estado de ánimo. Pareció dominarse y sonrió, sacudiendo la cabeza dijo:
―Te explicaré por qué la mente es un generador de realidades... (Continuará)

Abuelo, ― ¿puedo lograr cumplir alguna obra útil en transcurso de un legítimo anhelo?
― ¡Escucha y escúchame bien!, nuestra mente es un generador de realidades, primero debes
aprender a imaginar, el hombre y la mujer tienen ese poder, un poder que sabe imaginar
cualquier cosa, pero cuando a una imagen la retienes en tu mente y le das intensidad,
coherencia y estructura, entonces la conviertes en realidad, la clave es la voluntad combinada
con la persistencia.
―Mucho tiene logrado quien posee el hábito de esperar y creer que se han de cumplir sus
anhelos y realizarse sus sueños; ―Dijo con vehemencia; y quien sepa mantenerlo, suceda
cuanto quiera, acabará por vencer y lograr la apetecida felicidad.
Nada tan valedero como la optimista y esperanzada actitud mental que siempre confía en lo
mejor y más dichoso, sin entregarse jamás al pesimismo ni caer en el desaliento. En cuanto te
propongas hacer o querer ser, adopta siempre una actitud esperanzada y optimista con relación
a nuestro objeto, y te sorprenderá ver cómo se intensifican tus facultades y se vigoriza tu
voluntad.
Cuando la mente ha contraído ya el hábito de forjar imágenes de prosperidad y dicha, no será
fácil que caiga en el opuesto vicio.
Si a los niños y niñas se les acostumbra a levantar siempre el pensamiento, muy luego veríamos
en altísimo grado el nivel de la civilización y mejorada en extremo nuestra conducta. Una
mente así educada estaría en perpetua condición de utilizar su potencia máxima y sobreponerse
a la discordancia, la animosidad y demás enemigos de nuestra paz y bienestar.
―Luego me preguntó; ¿ qué traes en la mochila?, ―se la puse sobre el escritorio y dijo;
¿ cuántos libros? y éste qué hace aquí, ...lo miré y dije: es un libro que mi padre me regaló.
―¡Interesante!, dijo en un murmullo mientras estaba hojeando y leyendo en voz alta el titulo y
la autora., "Pensamiento y Religión en el México Antiguo de Laurette Séjourné. Un muy buen
libro dijo viéndome a los ojos, ―sentí en su mirada una fugaz aprobación.
Luego dijo; ¡cuando lo termines me lo platicas!
―¡Claro abuelo!. Luego de decirlo me encontré en un estado de pánico que no entendía, ...era
mucha tarea... (Continuará)

El abuelo de Beto tenía una acertada y añeja costumbre, él gustaba de descubrir cualidades que
Beto no sabía que tenía. A pesar de las muchas precauciones, la conversación entre abuelo y
nieto fue a veces un tanto embarazosa.
Más de una vez, Beto se vio a punto de rendirse, y de confesarse incapaz de representar el
terrible papel de nieto; pero el tacto de su abuela Lucía lo salvó... ―¿Quieren una rebanada de
pastel?,
― preguntó su abuela... Luego la abuela dijo a su esposo con voz dulce y suave;
―Raúl, platícale lo que anoche me dijiste.
Ah, si, si, ahora verás; ―Si deseas progresar en determinada cualidad, represéntala tan
vívidamente como puedas y sostenla firmemente como ideal que habrás de conseguir. Pensando
sin cesar en dicha cualidad hasta que la sientas asimilada a tu conducta, la naturaleza inferior
irá desprendiéndose de sus flaquezas, vicios, errores e imperfecciones para identificarse con la
superior y lograrás tu completo enaltecimiento.
Luego dijo en su peculiar tono estoico; ―La conducta es la actualización del ideal... un guiño
de ojo que me hizo, me dejó pensativo... (Continuará)

--¡Abuelo! qué quieres decir con "la conducta es la actualización del ideal"...
Siempre recuerda que el hombre y la mujer sin ideal languidece y muere. --Dijo con su peculiar
tono.
La imaginación es un don divino --dijo y prosiguió, que se nos otorgó para vislumbrar las
grandezas que nos están reservadas y alzarnos de la vileza a la nobleza, de condiciones
térreamente embarazosas a condiciones ideales, para demostrarnos la posibilidad de realizarlas
en la vida.
Estos vislumbres de la gloria han de servirnos para no desmayar en nuestros fracasos y
desengaños. Mantén la frente en alto y tu mente más alto; a las personas míralas a los ojos y
nunca bajes la cabeza cuando hables.
--Me lo dijo porque siempre me escudriñaba y, veía como bajaba la cabeza cuando me miraba a
los ojos, y es que la verdad, sentía su mirada hasta en los huesos, él sabía que me intimidaba,
pero su intimidación iba cargada de amor y admiración, porque sabía y le gustaba cómo mi
atención estaba siempre en él y eso a mi abuelo le agradaba.
--Bien ya entendí, --dije, sin entender nada. --Luego volví a repetir ¿Pero, qué quieres decir con
la conducta es la actualización del ideal?
Bueno, pues verás... (continuará)

Esa tarde era muy lluviosa, me encaminé al despacho privado de mi abuelo, no estaba lejos solo
bajé por los escalones desplazándome sobre el barandal hasta abajo, me gustaba que el
despacho no tuviera la puerta cerrada, se mantenía siempre abierta. Mi padre había sugerido
que ese cuarto de la entrada a la casa lo usara su suegro a quien le tenía respeto y admiración.
Mi abuelo Raúl, lo atiborró de libros, puso un gran escritorio de madera labrada y encima a su
derecha una gran águila de bronce con las alas extendidas sobre un pedazo de cuarzo blanco
que semejaba una montaña, ahí estaba sujetada y, parecía volar hacia mi.
Frente al escritorio dos sillas de madera y piel con color de vino tinto, todo acorde al escritorio
y, a la silla del gran maestro, bueno a mi me parecía. Detrás de la silla de mi abuelo un cuadro
en la pared daba un gran toque a todo el despacho el cual era todo madera y piel.
Ese cuadro le gustaba mucho a mi abuelo, pues era un cuadro que hice por su cumpleaños para
su oficina. Lo colgó con gran orgullo.
A veces me decía con sarcasmo y señalándolo,
― ¡así habrás de tener la mente canijillo!., Luego soltaba una gran carcajada y los dos reíamos.
Sobre el escritorio y mirándome fijamente un águila, esa águila y los ojos de mi abuelo me
intimidaban, me ponía nervioso no saberle contestar, afortunadamente siempre salía bien
librado en comprensión e interpretación cuando me preguntaba sobre algunos de los temas de
los libros que él me recomendaba.
Ese día ya tarde, la lluvia se escuchó fuerte, no paraba de hacer beber a la Tierra.
Tláloc era el fertilizador y, se creía que residía en las más altas montañas donde se forman las
nubes.
¿Cuál era tu pregunta? ―preguntó mi abuelo. Luego recordó y dijo; ― ¡Ah!, o, si
― La conducta es la actualización del ideal, y así cabe colegir el carácter de un hombre o mujer
de los ideales que sustenta, pues nuestros ideales influyen poderosamente en la formación del
carácter y nuestros habituales anhelos se reflejan en el rostro sin que podamos disimular por
mucho tiempo los pensamientos que anidan en nuestra mente… (Continuará)

Y ahora ¿por qué traes un chichón en la frente? ―preguntó mi abuelo cuando entré a su
despacho muy agitado, y dije que mi primo "Noyo" y yo jugábamos guerritas de casa a casa y
esta vez me agarro desprevenido.
―Ah qué cosas, pues mientras no te dé en un ojo todo se vale, y como guerrero te debes
comportar siendo más inteligente, y así cada uno, con su estrategia de guerra.
Pero con respecto a lo otro, ―antes dijo a su secretaria que me limpiara la frente y mientras me
vendaba el chichón mi abuelo empezó a reír y dijo; ―espera a ver cómo te ves.
―Luego prosiguió con entusiasmo.
¡Así que estábamos con que la conducta es la actualización del ideal!... Educimos la cualidad
correspondiente al pensamiento, emoción, anhelo o ideal que más vigorosamente mantenemos;
y, por lo tanto, hemos de realzar y ennoblecer todo cuanto exista en nosotros.
¡Alcemos la mente! ―dijo mi abuelo estoico y elocuente ... (Continuará)

¡Aquí estás!, ahora llegaste muy temprano, ―dijo mi abuelo―, bueno, nos tocó puente abuelo
y no tuve clases, ―muy mal muy mal, esto va a arruinar al país, dijo desilusionado por tal
medida. ―Le pregunté si no interfería con su rutina normal.
Me miró como frunciendo el entrecejo y repuso que no tenía rutinas, y que podía estarme con él
toda la tarde si así lo deseaba.
Agarró un libro que tenía sobre el escritorio lo abrió en donde lo había dejado hizo un
murmullo, como relajante y, respirando hondo dijo;
―Vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos, pero para mirar
necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad.
Luego entonces cuando por la noche te vas a dormir y en algún momento tomas consciencia de
que estas soñando y ves tus sueños, ¿acaso no ves de día en tus sueños?,
Ese Sol Negro te permite ver con ojos espirituales como si fuera de día, porque ver es percibir
y, ese ejercicio de llevar a la práctica, a tomar consciencia en los sueños te ayudan a saber ver y
al cabo de unos días te levantarás de la cama viendo y no mirando...
(Continuará)

Afuera de la casa un grupo de personas llegaron y solicitaron hablar con mi abuelo Raúl Lara.
Venían desde una cuadra haciendo un alboroto, los vi desde lo alto del árbol de framboyán que
teníamos frente a la casa en una orilla de la banqueta.
Según sé, eran grupos de familias que tenían años de estar peleando por sus tierras en el que
llamaban “El Cerro del Abuelo”.
El único cerro que tenía Poza Rica, además de otros en las afueras de la petrolera ciudad.
Uno de los grupos era liderado por “don Panchito” un tipo famosillo y folclórico de grandes
bigotes con gran sombrero y de estatura como de 1.50 m, y daba ordenes con voz fuerte que al
ver al otro grupo que estaban dándose empujones y se abalanzaban sobre de ellos, rápido sacó
su arma e hizo dos disparos al aire para poner orden según él y sin saber que estaba yo en el
árbol.
Una de las señoras que me había visto gritó fuerte al hombrecillo; ― ¡Por Dios Panchito, casi
matas a este niño!
Mi abuelo salió con cara de espanto y dijo conciliando ¡Aquí nos vamos arreglar con diálogo
no con armas y trancazos! ¿Están todos de acuerdo?
Luego de algunas horas vi a mi abuelo sentado, leyendo unos escritos y firmando alguno de
ellos. Me vio de reojo y dijo;
―pasa Beto, ― ¿te espantaste?, me dijo casi riendo, ―si, nunca pensé que llegara alguien e
hiciera disparos, tronó el revolver muy fuerte y casi me da un tiro abuelo. ―Luego le comenté,
ese don Panchito si que es de ánimos templados.
―Me contestó con lo que él llamaba el temple del ánimo y dice así… (Continuará)

El abuelo de Beto le dijo que estuviera siempre alerta.


Hablando de templar el ánimo. Por nada del mundo hubiera tocado el maestro Agustín Lara en
público sin tener el piano perfectamente templado y afinado. --Dijo su abuelo--.
Si durante la ejecución se le distendía tanto así una tecla, sin que nadie lo advirtiera, excepto él,
forzosamente había de templarla, por mucho que el auditorio se impacientase. El pianista
vulgar no tendría tanto escrúpulo y seguiría tocando. --Pronunció su abuelo con singular
sonrisa.
Luego repitió un apunte en un papel; Si lográramos aprender el arte de mantenernos siempre
ecuánimes, reduplicaríamos incomparablemente nuestra eficacia. Habrá que templar
diariamente el ánimo antes de salir de casa. Templar es armonizar.
Abuelo, le pregunté a mi maestro qué significa "trivium y quadrivium" y me sacó de la clase...
(Continuará)

Abuelo, qué es trívium y quadrivium. Murmuró algo y dijo más adelante te lo explico.
Por ahora te voy hablar sobre el poder de las palabras y lo que adquieres con el conocimiento
refinado ¡estamos! ¡sí claro abuelo!
Cuando andas en busca del poder de las palabras debes vigilar todo ―prosiguió―.
Y cada palabra tiene su propio poder. Quedó en silencio un momento y luego procedió a
decirme, en rápida andanada verbal.
Por mi parte, creo que si los hombres y mujeres refinaran el discernimiento acrecentarían
notablemente su felicidad. La mayor parte de las gentes confunden el placer con la felicidad.
―Luego dijo como recordando una de sus notables anécdotas.
Eliot, rector de la Universidad de Harvard, dijo en cierta ocasión a los estudiantes:
Deben adquirir aquí la capacidad para el rápido, intenso y sostenido ejercicio de la mente.
La vida académica tiene por principal objeto robustecer las fuerzas mentales, de modo que sean
aptos para la observación atenta, la inducción exacta, la previsión sostenida y todo cuanto
significa potencia razonadora del hombre.
Esta capacidad mental será la primaria fuente de goces intelectuales, de satisfacción y felicidad
en el curso de nuestra atareada vida. ―Me gustó mucho lo que dijiste abuelo, le comenté
mientras comíamos galletas y bebíamos chocolate.
―luego dije: ―Entonces mañana me dices qué es trivium y quadrivium abuelo.
Me miró como frunciendo el entrecejo y dijo: Tú si que eres perseverante, ahora entiendo por
qué tu maestro te sacó de clase.
Sonrió benévolo, su mirada era cómo de águila que observa a su presa... (Continuará)

Beto, Beto, ¿ha visto a Alberto? ―Preguntó mi padre a su suegro, mi abuelo señaló con su
dedo índice mientras leía un libro y sin quitar la mano del libro indicó debajo de la escalera,
justo ahí estaba la barra o cantinita. ― ¡Estás aquí! ―Dijo mi padre.
Reí para mis adentros yo los escuchaba y sentí cómo mi padre y todos se preocupaban, mi
abuela gritó alarmada, ¡este niño! ¡se tomó todo mi Rompope!
Mi abuelo solo sonrió y dijo denle un cafecito y háganle un caldito de pollo.
Mi padre llamó a Aurelia, hizo un ademán para que me recostaran en el sofá, en la casa había
cuatro mujeres trabajando, dos para la cocina y dos para hacer la limpieza, ellas me hablaban en
totonaco y náhuatl, Aurelia la más robusta me cargó ella solita y me iba diciendo cosas en
náhuatl, ―te ves de la chingada, ―Luego dijo, ―lo que necesitas es un baño con agua fría y
rio con gran deleite…
(Continuará)

Desde aquella tarde que me había tomado el rompope de mi abuela pasaron unos días sin visitar
a mi abuelo Raúl. Siempre que me veía merodeando por ahí me invitaba, una horchata, o un
chocolate si la tarde era fría, aunque siempre era calurosa en extremo, esta ves la horchata fría y
unas galletas me quitaron la culpa que sentía.
Nuestro tema para hoy va a ser: Cosas del Vigor Corporal y la Enfermedad. ―Dijo con alegre
entusiasmo, me miró tratando de leer mis pensamientos, quedé mudo de preguntas. Yo
saboreaba sus palabras. Y pensaba, esto va a ir más allá de lo habituado.
― Comenzó diciendo., La naturaleza, apoyada por la ley de Dios, exige que el hombre y la
mujer estén siempre, en el grado máximo de sus condiciones físicas, mentales y espirituales.
―Dijo― y rápido se levantó de su asiento empezó a caminar hablando y meditando las
palabras.
―Prosiguió. Ciertamente que el vigor corporal es el feliz éxito de la educación física y uno de
los fundamentos de la dicha humana, porque en el cuerpo sano y vigoroso, es más fácil que
actúe un mente también vigorosa y sana, determinando, así, el predominio de la moralidad en la
conducta.
Las energías que debidamente utilizamos, no merman nuestras facultades ni acortan la vida,
como las merman y la acortan las energías que dilapidamos; y, si bien se mira, muchos fracasos
tienen por causa la destemplada conducta y los excesos pasionales que arruinan la salud e
incapacitan al disoluto para toda labor de positiva eficacia.
―No lo podía creer, cuando mi abuelo se expresaba yo me deleitaba con sus palabras, las
palabras que no entendía las buscaba rápidamente en el “tumbaburros” (especie de diccionario)
que cargaba conmigo siempre. Bueno, no siempre sólo algunas veces.
―Mi abuelo tomaba aire y cuando veía que encontraba la palabra proseguía con voz pausada,
(en esto teníamos un código de “esperar” a que la encontrara) y terminaba su discurso diciendo:
La perfecta salud es un poderoso estimulante de la iniciativa, actividad, ingenio y bienestar de
quienes la disfrutan… (Continuará)

Cuando mi abuelo terminaba sus deberes se tomaba un tiempo para ver cómo andaba en
gramática y aritmética.
Luego cuando caminamos seguía hablando sin perder el hilo y a veces preguntándome si había
entendido. Y continuaba con el tema anterior sobre el vigor corporal y la enfermedad:
--Es indudable que las funciones orgánicas dependen, en gran parte, de la condición mental y
moral del individuo. --Dijo--. Quien sufra remordimientos de conciencia por alguna mala
acción, no gozará de cabal salud. --Luego meditó sus palabras y continuó diciendo...
La naturaleza espiritual debe estar en armonía con la física. La perfecta salud significa perfecta
integridad, y nadie puede estar completamente sano si no es dichoso, ni nadie es dichoso,
cuando de continuo le remuerde la conciencia. --Yo gozaba escuchándolo esa es la verdad.
Y con fuerte voz estoica dijo alegre., La conservación de la energía vital y, por consiguiente, el
mantenimiento de nuestra aptitud, es el resultado de saludables hábitos de pensamiento y
conducta.
Tan importante, para ello, es la calidad de los pensamientos como la de los manjares, pues unos
nutren la mente y otros el cuerpo, y de su índole depende la integral salud del individuo.
--Pensé, tantas palabras contenían un poder, un poder que tenía que descubrir.
Mantenerse íntegro, significa que la mente debe ser tan pura, limpia y sana, como el cuerpo. --
Dijo él-- y prosiguió.
Sagrado deber, de todo hombre y mujer, es colocarse y mantenerse en condiciones de hacer lo
mejor de que sean capaces.
Forjémonos una imagen mental, de nosotros mismos, en tan perfecta condición de integridad y
armonía, como la conciba nuestro ideal de perfección.
Insistamos en ver, únicamente, las cualidades propias de la verdadera hombría y femineidad
conformes al propósito que Dios tuvo de formarnos a su semejanza, volví a quedar mudo de
preguntas… (Continuará)
Te voy hablar sobre El Carácter y su Valía y cómo influye en la vocación. ―Dijo mi abuelo
Raúl con una elocuencia estoica y, sentía que iba a disfrutar nuevas palabras útiles, palabras
con poder.
El carácter es fuerza. Es influencia. Gana amigos, allega riquezas, logra independencia y abre
fáciles y seguros caminos a la fortuna, el honor y la dicha. ―Dijo mi abuelo y prosiguió.
Por fortuna me solicitan tomar determinadas decisiones; pero mi carácter está siempre tras de
mí. El carácter debe traslucirse y templarse en todas las cosas; en toda actividad física, en el
discurso, el poema, el cuadro y el drama. Nada de esto vale un ardite (nimiedad) sin el carácter.
―Entonces el carácter es como el diamante que talla las demás piedras preciosas ―dije
tratando de hacer una analogía a sus palabras, me miró de reojo mientras observaba por la
ventana y pronunció: Sé noble; y la nobleza que dormida, pero nunca muerta, late en los demás,
despertará para unirse a la tuya… (Continuará)

El siguiente tema es sobre el carácter y la vocación:


Las palabras tienen consecuencias ―dijo mi abuelo Raúl.
Las palabras bien pensadas inspiran a la formación del carácter y logran el cumplimiento de
acciones meritorias. Su objeto es promover honrosos esfuerzos en los jóvenes que languidecen
sin ideal; despertar dormidas aspiraciones en quienes se desalentaron.
―Tiene usted razón, abuelo ―dije.
Mi abuelo no respondió. Permaneció largo rato en silencio.
Las palabras tienen consecuencias ―volvió a decir.
En cambio toda vocación requiere algo más que voluntad es como un artesano del espíritu.
Todas las personas son asombrosamente creativos.
Woodrow Wilson rector de la Universidad de Princeton, dijo en una conferencia de bienvenida
a los nuevos alumnos:
La mayor valía de la vida y la cúspide de la buenaventura del hombre y la mujer es haber
nacido con vocación hacia un estado cuyo logro colme su dicha. Hagan que su día tenga valía.
¡Abuelo! --dije insistente,
¿cuándo me explicas el trivium y quadrivium?.
¡A cómo eres persistente!... (Continuará)

Mi abuelo Raúl me miró sin verme, quiero decir sin ponerme atención a la cual estaba ya
acostumbrado. Observó a su secretaria y le pidió que le hiciera un té.
Margaret asintió y fue a traerle el té, ese té lo había traído desde Londres como regalo a mis
abuelos por su hospitalidad. Ella era británica, alta castaña y de hermosos ojos azules, de tez
muy blanca, olía muy rico y, tenía una cierta elegancia, pareciera por su silencio y dedicación
que no estaba ahí.
Su padre el Sr. Joe Evans era contratista de Pemex y había echo su amigo a mi abuelo y a quien
le confió a su hija por unos meses para que aprendiera español. Margaret se quedó a vivir como
seis meses y después se regresó a Londres a seguir sus estudios en la Universidad.
Ella tendría en ese entonces como 23 años, y en cierta ocasión en que mi abuelo no estaba me
leyó un libro “La Leyenda del Rey Arturo” y a veces cuando mi abuelo no se encontraba en su
despacho buscaba a Margaret y le pedía que me leyera otra hojita y a su modo me la traducía,
pero yo le entendía, había estado en un colegio en la Cd. De México, por cierto era un colegio
Inglés. Lowell se llamaba y conocía el idioma y su acento… (Continuará)

Es verdad, he tenido una vida afortunada y rara. Y he seguido algunos caminos duros y
desafiantes. ―Aseveró mi abuelo Raúl.
Pero lo que no saben es que nunca hubiera podido ser ninguna de esas cosas sin la poesía.
Quiero decir aquí estaba este joven torpe de clase trabajadora de Tampico sin un solo
pensamiento interesante en la mente.
―Lo contaba mi abuelo con gran animosidad.
Y entonces, en el Instituto tuve un gran profesor, el Sr. Antonio Rivera, don Antonio, o
profesor Rivera así le decíamos por respeto y los que no le respetaban solo le decían “maestro
Toño”.
Pues él me hizo leer algunos buenos libros, ―comentaba.
Eran de teólogos, filósofos, innovadores y artistas. Y de repente mi mente se incendió.
La forma en que más usaban las palabras iluminó mi imaginación y expandió mi concepto de la
divinidad.
Ellos iluminaron mis pasiones y las situaron en un solo lugar.
En su poema “Vuelo Alto”
John Gilles P. Escribió:
“Me he desligado de los bordes ásperos de la tierra y,
he bailado por los cielos en risueñas alas plateadas”
Cuando leí ese pasaje, instantáneamente pensé dos cosas: Quería estudiar teología y quería
volar… (Continuará)

Los artistas me han inspirado para hacer todo lo que tiene un significado en mi vida. ―Dijo mi
abuelo como recordando.
Incluso puede que me apoyase un poco en Shakespeare y Don Quijote.
No hay nada que impulse más a los seres humanos que la creatividad. Y no hay nada que lleve
a la creatividad como las artes.
Es vital que las promovamos e invirtamos en ellas. Nuestros nietos y bisnietos nos lo
agradecerán. ―Yo te agradezco abuelo.
―Te prometo que tus nietas, nietos y bisnietos algún día oirán de ti y de cómo tu pensar y tus
palabras de poder llegarán a ellos a través de mis palabras.
Tienes la clarividencia desarrollada para tu edad. --Dijo él
La vida y sus preocupaciones. ―Dijo mi abuelo como introducción a otro tema.
Nos fue dada la vida para gozar de ella, no para gemir en la violenta lucha por amontonar
dinero. La parte material y económica de la vida es tan sólo una añadidura de aquella otra más
amplia, en que la mente se dilata y el alma libremente se expansiona… (Continuará)

Mi abuelo Raúl me decía: ―Bajo cualquier circunstancia hay pan y éxito para todo joven
resuelto a encaminarse con rostro y corazón en el mundo. Y, en las más adversas circunstancias
no son poderosas a debilitar el deseo de saber, ni los anhelos de mejora; que ni la pobreza, ni la
humildad de cuna, ni la lisiadura, ni aún la ceguera impidieron el avance de los voluntariosos.
Demuestra que el hombre y la mujer de inquebrantable propósito y determinación se saben
encaminar sabiamente a través de todo impedimento y siguen adelante; quien anhele alto ha de
conducirse de manera impecable para poder conservar su terreno y conquistar el colindante.
Lo mismo que el alma humana tiene sus pliegues secretos. en la lucha por el éxito; dar estímulo
y aliento para mayores resoluciones a los que tratan de encaminarse sin otro capital ni otros
amigos que su decidido propósito.
La vida es como una flecha; hemos de saber a qué blanco dirigirla y cómo manejar el arco para
apuntarla bien, disparar y dejarla ir. Lo importante en la vida es tener un alto y definido ideal
con aptitud y perseverancia suficientes para lograrlo.
―Bueno abuelo, todo lo que piensas es inteligente como lo dices, entendí que habrá que tener
rostro y corazón, que nada me detendrá mi avance que hay que conducirse de manera
impecable; fuerte, decidido y con propósito.
―Ahora dime abuelo, por favor ¿por qué mi profesor me sacó de clase cuando le pregunté;
¿qué es trivium y quadrivium?.
Sus ojos cambiaron de color muy pero muy rápido, me observó detenidamente y luego sonrió y
soltó una gran carcajada que hasta la secretaria Margaret se atacó de la risa.
―¿Cuál es el chiste? pregunté confundido y medio enfadado, Margaret me llamó con un
ademán hacia ella, me dió un beso en la frente y murmuró algo en latín con mi abuelo.
Bueno con ese beso, rápido se me quitó lo enfadado... (Continuará)

¡Oye cuate! ― Gritó mi abuelo Raúl ―Ven te platicaré sobre tus temas favoritos.
¿Acaso es sobre las cosas celestes abuelo? ―dije.
―Bien, mi abuelo sacó una caja de madera labrada, la abrió y cogió un gran cigarrote, luego
supe que los llamaban “Puros”, prendió su puro que le habían traído desde cuba, un primo
pianista y compositor que se llamaba Agustín Lara.
Tino y mi abuelo Raúl eran primos que compartieron juntos agradables momentos en eventos
que mi abuela Lucía organizaba en el municipio de la petrolera Poza Rica. En ese entonces mi
abuela era la anfitriona para recaudar fondos para construir el Hospital Civil.
Siempre mi tío abuelo Tino (así le llamaba mi abuelo) asistía y, lo invitaban a que tocara sus
melodías famosas en ese tiempo., Él siempre estuvo en todos y cada uno de los eventos que mi
abuela Lucía coordinaba...
Después de dar una fumada a su puro, ―mi abuelo Raúl entró en calor y dijo:
Pocos relatos hay en la mitología sobre la Osa Menor., Luego dijo con énfasis, E C H I N E I S
es uno de ellos...
E C H I N E I S es el ursino (echinus) el ozesno, la Osa Menor constelación donde se encuentra
la estrella Polar. En ellos hay pequeñas fábulas o narraciones mitológicas.
Según una versión es Fenice, ninfa compañera de Artemisa que, como Calisto, es seducida por
Zeus.
Y lo mismo que ocurre con Calisto, ocurre con ella: Artemisa la transforma en osa, pero cuando
se entera de que ha sido Zeus el responsable de la seducción la catasteriza esto es, la convierte
en constelación .
Según otra versión es Cinosaura, una ninfa que habitaba en el monte Ida de Creta, donde Rea
escondió a su hijo, Zeus, para que no fuera devorado por Crono.
Cinosaura cuidó durante ese tiempo de él. Más tarde, Zeus, en agradecimiento la transformó en
la Osa Menor o en su estrella más brillante, la Polar.
¿Estás aburrido? ―preguntó como para animarme. ¡No claro que no! tú sabes que me gustan
estos temas abuelo, lo dije afirmando y volteando a ver a Margaret para conseguir su
aprobación.
―Luego dije:
Pero quiero que me cuentes la otra, esa que no me quieres decir. Esa que dices, que es muy
hermética., Y los dos nos reímos viéndonos a los ojos.
Margaret me guiñó el ojo como asintiendo.
―Bueno pues verás, a ver si entiendes… (Continuará)

¡Oye cuate! ¿Por qué estás tan desanimado? ―Preguntó mi abuelo.


Nos vamos a vivir a la ciudad de México y te voy a extrañar
―dije.
No, no te preocupes yo los iré a visitar. Además, en la ciudad conocerás museos, irás a
Chapultepec y a muchos lugares que no hay aquí ―dijo mi abuelo con mucho entusiasmo.
Luego hizo énfasis en que el mundo sería mejor y más hermoso, si nuestros maestros nos
hablaran del deber de la felicidad, al mismo tiempo que de la felicidad del deber.
Entonces Margaret interrumpió diciendo; Tengo entendido que en Londres han fundado una
escuela de felicidad, y ciertamente que nada tan necesario en este mundo como la educación de
las gentes, y sobre todo de los jóvenes, en el arte de la felicidad, que todo ser humano debiera
conocer.
Mi abuelo y yo nos quedamos asombrados de cómo Margaret había aprendido tan rápido el
español. Fue entonces que mi abuelo le preguntó cómo en tan pocos meses hablaba muy fluido
el idioma.
Y Margaret nos dijo que en Londres se quedaba en su casa una amiga y su hermano, Lucía y
Julen ambos de Pamplona Navarra, en España y que ellos iban al mismo colegio con ella y que
Julen era su novio, por un momento sentí algo de celos… (Continuará)

Era un día muy caluroso en Poza Rica., Don Raúl Lara abuelo de Beto estaba en su despacho
firmando algunos papeles, cuando de pronto se oyeron unos gritos de Aurelia la doméstica de la
casa. …
¡Don Raúl!, ¡don Raúl! ¡Venga pronto! Beto se está peleando con el vecino de enfrente, entró
corriendo por la pistola de su papá, ¡algo va hacer este escuincle! ―Dijo asustada.
Don Raúl y su secretaria Margaret salieron de prisa a detener a Beto antes de que hiciera una
tontería. Beto gritaba a su vecino;
―Te voy a matar cabrón. …(Continuará)

Ese día en que Beto salió de su casa con el arma de su padre y, dijo a su vecino que lo iba a
matar, era una tarde como otras, salvo por ese acontecimiento.
Aurelia la mucama de la casa de Beto y, Margaret la secretaria de don Raúl, salieron de prisa
para impedir que Beto cometiera una barbaridad. Aurelia de ascendencia azteca y que hablaba
dos lenguas (náhuatl y español) llegó primero y descalza, agarró con fuerza la mano derecha de
Beto y la torció hacia arriba quitándole el arma y, dándosela a Margaret que iba tras de ella.
Margaret se la dio a don Raúl que llegaba agitado por el esfuerzo de salir apresurado y correr
como 70 metros. Por suerte al revisar don Raúl el arma, esta no traía balas.
Aurelia cargó a Beto con un solo brazo y lo llevó a su casa diciéndole cosas en náhuatl y
español., (Piltontli atlakatl, ouicanaquia yaokiski, ouititicac, piltontli tiyakautli) (Niño malo,
estas en peligro, eres un guerrero novato y rudo, niño valiente).,
Beto iba pataleando y quería zafarse del brazo de Aurelia.
Don Raúl hizo pasar a Beto a su despacho y le preguntó; ¿Cuál fue el problema por el que
peleaban?, Beto contestó: Cada vez que salgo a jugar o andar en bicicleta me tira unas bolitas
verdes con su resortera y pues algunas duelen mucho ―dijo y mostrando un moretón en su
oreja.
Su abuelo se sonrió y dijo estoico; Debes aprender a confiar en ti, el mundo admite de buen
grado al hombre o a la mujer que confían en sí mismos. La confianza es base de toda empresa;
pues entraña enorme fuerza de convicción de que realizaremos cuanto con sana intención nos
propongamos.
(Prosiguió) La fe es el fortísimo lazo de conexión, es el único sentimiento que penetra en el
santuario de nuestro ser, alumbra la verdadera fuente de vida y nos pone en relación con Dios.
Nuestra vida será noble o ruin, dilatada o mezquina, en proporción a la firmeza de nuestra fe.
Su abuelo sorbió su té y dijo a Beto ándate con cuidado, vale más ver a tu oponente cara a cara
y decirle lo que no te parece, habla con él, usa tu inteligencia.
--Luego dijo con elocuencia.
La fe es un potente realzador del carácter e influye eficazmente en los ideales. Es la luz de la
intuición, de la verdad y de la sabiduría.
Sé sabio, nunca uses la violencia contra otras personas.
--Si abuelo, lo haré, gracias por el consejo, --dijo Beto.
Miró a Margaret y le pidió que lo acompañara por una nieve, su abuelo consintió con un guiño
de ojo.
Margaret le decía que la había asustado mucho, Beto le agarró la mano para cruzar una calle, su
mano era suave y femenina, su corazón latía más de lo normal… él Iba pensando que; podemos
ser héroes solo por un día… (Continuará)

El temor y el tedio son los mayores enemigos de la felicidad, ―dijo mi abuelo Raúl.
Siempre y por doquiera podemos hallarnos con una maldición; pero cualquier infortunio que
nos sobrevenga lo podremos soportar más llevaderamente sin aquellos dos asesinos de la dicha.
En efecto, el temor es antiguo enemigo del hombre, y el tedio es su odioso cómplice.
(Continuó) Siempre fue el temor propio de la condición humana; pero el tedio es enfermedad
peculiar de nuestra época.
El temor mata la esperanza; el tedio y la ansiedad desvanecen la confianza, anulan la fuerza de
concentración y paralizan las iniciativas.
Entonces; quién es el enemigo de toda proeza? --preguntó mi abuelo con su peculiar mirada de
águila.
―¡El temor!, ―dije y agregué; es el emponzoñador de la felicidad abuelo…
(Luego dijo con su peculiar tono estoico) Hemos de ser dueños en vez de esclavos, y no hay
esclavitud comparable a la del prejuicio o superstición que nos acobarda.
Es una gran charla como otras ―dije emocionado… Esta vez Margaret interrumpió a mi abuelo
y pidió que yo le acompañara a hacer unas compras. Me gustaba acompañarla, ella se sentía
segura y, caminando me preguntaba sobre algunos mitos aztecas que anteriormente le había
contado, quedando fascinada con esos relatos...
Mi abuelo Raúl asintió con un guiño de ojo. …(Continuará)

Mi abuelo Raúl sustrajo un escrito de una carpeta y me la leyó con mucha alegría y dice así:
La ociosidad es una perpetua desesperación. ―CARLYLE
El sha de Persia contemplaba admirado un baile de parejas, y decía: «¿No pueden estas gentes
pagar a quien baile por ellas?»
Pensaba el sha que ver el baile era más agradable que bailar.
Dice a este propósito Charlotte Perkins Gilman:
Los más puros placeres de la vida arrancan más bien de la expresión que de la sensación. Más
placentero es pintar un cuadro que contemplarlo y más agradable es cantar que oír el canto.
Dotado el ser humano de todos los medios imaginables de deleite, muy pronto agota el placer
que le causa la posesión de objetos agradables;
Pero cuando abre amplio cauce al flujo de sus energías, nunca consume el placer de
actualizarlas en la acción.
La potencia receptiva de un organismo no es tan grande como su potencia donadora.
La expresión aventaja a la impresión. Locamente nos figuramos que vale más poseer las cosas
que hacerlas, y este error sube de punto cuando eludimos el trabajo y admiramos a su ejecutor.
Ese sha si que compraba todo para su deleite, --dije.
Luego miré a mi abuelo y él señaló un libro... quiero que leas ese libro; Los Tres Mosqueteros:
Trata sobre la lealtad, la unión y la valentía en el ser humano. El ambiente social de la obra está
desenvuelto en la realeza, su servidumbre y los mosqueteros.
Luego me lo platicas dijo él... (Continuará)
Grandiosa es la tierra para quien con entusiasta corazón vive en inmediación de la naturaleza y
cumple estrictamente sus deberes y emplea con beneficio los días. ― ¡Oh!, vaya abuelo, tú sí que
sabes cómo decir las palabras ―
― Luego dijo con elocuencia: ― No entendamos mal por plenitud de poder la omnipotencia, que
es atributo de Dios, ni el poderío social o político que a veces encarna en los tiranos y déspotas
con máscara de justicia. ― En ese momento su público éramos Margaret y yo.

Prosiguió con esta reflexión: ― Es la plenitud de poder, fuerza, vigor y energía física, mental y
moral que deriva de la obediencia a las leyes de la salud de cuerpo y mente y pone al individuo en
condición de llegar al máximo grado de su aptitud mental. ― Me miró de reojo y los dos
sonreímos, ― luego me dijo: ― El ejercicio al aire libre, es el más valioso conservador de la salud y
el mejor preventivo contra las enfermedades.

El cautiverio forzoso abrevia la existencia y el voluntario no influye muy beneficiosamente en su


salud… calló y dio un sorbo a su café, me miró y me pregunto: ¿Ya leíste el libro que no has traído?

― Tengo mucha tarea abuelo, ―dije, tratando de escabullirme… (Continuará)

Esa última vez del despacho me escabullí, mi abuelo me pedía el libro que me prestó y que él
guardaba en su armario secreto (pequeña vitrina en su librero) y que sólo podía leerlo ahí, dentro
de su despacho.
Lo que no sabía él, qué en el colegio, el maestro Toño me vio que leía el libro y no prestaba
atención a su clase, así que me lo pidió para que prestara atención y, dijo que después me lo
entregaba y así pasaron unos días hasta que me arme de valor y se lo pedí por favor, entonces me
dijo que se le había perdido. ― ¡Oh! ahora si estoy en problemas… pensé― … ¿Cómo se le explico
a mi abuelo? ... qué será de mi …

Ese día, ya en la tarde a la hora de costumbre decidí a entrar a su despacho con mucho valor, y le
dije: ― ¡Abuelo no me lo vas a creer! pero él me calló y dijo a Margaret y a mí ¿en qué nos
quedamos? ―Sí, ya recuerdo ― dijo―. Luego nos miró a los ojos y no pudimos
desengancharnos de su relato de poder y de su poderosa mirada, luego dijo mientras se levantaba
de su asiento y empezara a caminar por el despacho con manos muy expresivas como un actor en
escena:

«El aire sin sol no puede ser puro, porque la acción química de los rayos aniquila los gérmenes
morbosos que inficionan la respiración. ―Dijo y agregó: «Del sol deriva toda energía actualizada
en la tierra. No en balde los antiguos adoraron a este globo de fuego como una divinidad, porque
en su ignorancia confundían la energía física con la potencia espiritual. S i las gentes supieran que
el sol es el único manantial de calor, luz, electricidad y magnetismo, que de él brotan todas las
energías físico-químicas, no rehuirían su presencia ni esconderían de su vivificante luz».

Al siguiente día ya en la tarde entré a su despacho mi abuelo me clavó su mirada, tomó un gran
respiro y en verdad que era bueno para atrapar nuestra atención.

Enseguida continuó con su relato del día anterior…

«Vemos, por lo tanto, que el hombre y la mujer tienen a su alcance todo lo necesario para
conservar su salud, alargar su vida y conseguir, la dicha y el bienestar como anticipo de si durante
su peregrinación por este valle obedece las leyes de Dios y de la naturaleza. La naturaleza es el
mejor médico cuando el hombre y la mujer la saben descifrar y leerla. La salud, la fuerza, el poder,
la dicha y cuantos bienes alegran la vida y llenan el corazón de optimistas esperanzas son dones
que Dios nos ofrece a cada punto sin más condición que saber recibirlos y aprovecharlos».

Al terminar, hizo una reverencia al final, como si de un actor en escena se tratara, pronto nos
deshechizó… ¡Vaya abuelo! Si que te luciste ―dije―, miré a Margaret y ella se secaba las lágrimas,
luego dijo en español, ― ¡aquí en Poza Rica hay más sol que en Londres ! ―.

Me imaginé un Londres gris, lluvioso y con neblina, …oscuro.

Después, mi abuelo rió con fuerza y me palmeó la espalda, luego lo escuchamos decir, como
volviendo en escena: ―Todo cuanto sirve de alimento al cuerpo está elaborado por la química del
sol, del suelo y la humedad. Las frutas y el agua, los dos más valiosos productos de la naturaleza,
nos llegan de su laboratorio completamente preparados para el consumo. No necesitan
condimento alguno. El más hábil cocinero sería incapaz de mejorar el sabor de las frutas ni de
infundir nuevas propiedades digestivas en el agua. Las frutas son luz y calor del sol concentrados,
energía acumulada. Conviene a todas las edades y condiciones, y especialmente a los niños en la
segunda infancia y a los viejos. El cerebro funciona mucho mejor, cuando, la sangre que lo riega y
nutre, está vitalizada por la sana alimentación. La mente, movida por la voluntad, obra maravillas,
cuando dispone de un potente cerebro regado por sangre pura, mientras que, …(Continuará)
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