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Centro de Estudios de Igualdad Argentina
Centro de Estudios de Igualdad Argentina
Trabajo Sexual o
Sociedad Prostituyente
2012
Modelo Prohibicionista
El Estado sanciona penalmente a las tres partes que intervienen en el mercado de sexo:
la persona prostituida, el proxeneta y el cliente. Se considera la prostitución como
delito, la mujer es penada.
Ejemplo: EEUU, China.
Modelo Reglamentarista
1
Ssíntesis extraída de la Serie de Estudios 325/05 Biblioteca Nacional del Congreso de
Chile.
Considera la prostitución como inevitable, cuya existencia debe ser aceptada por la
sociedad ya que “cumple un fin social”. A través de la legalización se la reconoce como
una actividad comercial más y quien la ejerce adquiere la condición de trabajadora,
derechos sociales y laborales.
Las personas en situación de prostitución deben someterse a controles sanitarios,
permisos de ejercicio, registros y pagan impuestos.
Ejemplos: Alemania, Austria, México, Holanda y Uruguay (desde el 2002 Ley 17.515)
Modelo Abolicionista
Este modelo tuvo su origen en el siglo XIX promovido por la Federación Abolicionista
Internacional, fundada en 1875, para luchar contra las leyes reguladoras de la
prostitución promulgada en Inglaterra en 1860/70. Sus principios fueron incorporados al
texto del Convenio de Naciones Unidas para la Represión de la Trata de Personas y de
la Explotación de la Prostitución Ajena de 1949.
Recientemente, en el 2002, se ha adoptado, también en la ONU, un Protocolo Adicional
a este Tratado.
El modelo abolicionista considera la prostitución incompatible con la dignidad de la
persona, no la prohíbe pero trata de abolir la explotación que soporta y la entiende como
un supuesto de “inadaptación social”. Busca la reintegración social de las personas que
han sido prostituidas, el castigo de los proxenetas y la disuasión de los clientes.
De acuerdo con este sistema, el ordenamiento jurídico despenaliza el ejercicio de la
prostitución y, la persona en situación de prostitución, es considerada víctima de la
propia actividad.
Las normas penales tipifican como delito únicamente las conductas de las personas que
se benefician de la prostitución ajena, sin que se tenga en cuenta la existencia o no de
consentimiento por parte de la víctima.
Se pretende evitar el comercio sexual de personas aboliendo toda reglamentación
relativa a la prostitución, cerrando los clubs y suprimiendo la inscripción de las
personas que ejercen la prostitución, en registros policiales y sanitarios.
Ejemplos: Francia, Bélgica, Italia, Suecia y Argentina.
Es interesante conocer algunos estudios sobre el mercado de sexo en países que han
regulado el ejercicio de la prostitución como trabajo.
En Holanda se aprobó la ley de regulación en el verano del 2000 con el objetivo de
erradicar la clandestinidad, que supuestamente llevaba al proxenetismo, a la explotación
de menores y al tráfico de inmigrantes ilegales sin recursos que ejercen la prostitución.
La realidad dos años después no respondió a las expectativas pues se dieron de alta en
Hacienda 921 personas en ejercicio de la prostitución cuando se estimaba que la cifra
real rondaba las 30.0002
“En Alemania hay unas 400.000 personas, casi la mitad de origen extranjero, que
ejercen la prostitución como trabajo principal, además de quienes la ejercen
ocasionalmente. El volumen anual que genera este sector podría acercarse a los 14.500
millones de euros. El 95% de las personas que ejercen la prostitución son mujeres, el
5% hombres, diariamente cerca de 1,5 millones de clientes recurren a servicios de
prostitución.
Las personas que ejercen la prostitución apenas han aprovechado las mejoras que les
brinda la Ley de 2002: sólo el 1% tiene un contrato laboral. A pesar de la ley, sigue
siendo difícil abandonar la prostitución, y tampoco se ha conseguido reducir los niveles
de criminalidad que la circundan”.
El informe recoge los resultados de una encuesta personal a 305 personas que ejercen la
prostitución. La gran mayoría 72,8% trabaja por cuenta propia. De los 22 dueños de
burdeles encuestados, 17 indican que las personas que trabajan en sus establecimientos
lo hacen como autónomas.
Según los datos de las encuestas: Sólo el 7,4% de las personas encuestadas están
afiliadas a la seguridad social como prostitutas el resto lo hacen como otra profesión.
La mayoría de las encuestadas 86,9% tiene un seguro médico bajo otra profesión o
actividad y un 13% no tiene cobertura médica.
La mitad de las personas encuestadas renuncian a un seguro de pensiones, aunque en
general estarían obligadas a tener algún tipo de previsión para la vejez.
2
Fuente: La prostitución desde una perspectiva de los derechos humanos, Médicos del
Mundo.
3
http://www.empleo.gob.es/es/mundo/revista/Revista101/80.pdf
Marco legal en Argentina
La Ley Palacios, es la primera ley en América que protege a las víctimas de explotación
sexual, combate el flagelo y penaliza los responsables. Esta norma introdujo,
reformando entonces el código penal, la figura del proxeneta. Sentenciaba: “La persona
que en cualquier forma promueva o facilite la prostitución o corrupción de menores de
edad para satisfacer deseos ajenos, aunque medie el consentimiento de la víctima, será
castigada: con 3 a 6 años de penitenciaría si la mujer es mayor de 18 años; con 6 a 10
años de la misma pena si la víctima, varón o mujer, es mayor de 12 años y menor de 18;
y si es menor de 12 años, el máximum de la pena podrá extenderse hasta 15 años…”4
La prostitución en debate
Más allá de los marcos legales y de las estrategias elegidas por el estado para perseguir
a quienes explotan a mujeres y niñas obteniendo beneficios económicos de la
prostitución de sus cuerpos, o a quienes las esclavizan o las trafican como mercancía,
existe un debate más profundo y complejo acerca de cómo pensar la prostitución.
El acceso al cuerpo de una persona para ser usado en alguna forma de actividad sexual
para el placer de quien paga con dinero o con otra forma de pago en especie ¿puede
considerarse un trabajo? ¿Cuál es la principal característica de una actividad para que
sea considerada un trabajo, que sea “socialmente necesario”, que haya condiciones
dignas de contratación, que sea libremente elegido, que no atente contra la integridad de
4
[Cita tomada del artículo publicado en el Diario El Argentino de Gualeguaychú día 22/9/2011 escrito
por María Angélica Pivas integrante del Foro Social Infancia Robada ONG Raquel Liberman.]
la persona, que no afecte su libertad, que contribuya al bienestar colectivo, que sea
socialmente valorado como tal?
Diversas teóricas han sostenido que la comercialización del propio cuerpo puede no ser
una situación indigna y de sumisión para las mujeres si ellas deciden “libremente” esta
actividad haciendo uso del dominio sobre su propio cuerpo y su sexualidad.
En esa línea de pensamiento, Gail Petherson señala (en referencia a las organizaciones
abolicionistas) que “estos grupos describen toda prostitución y pornografía como
violencia contra las mujeres” y que “al igual que las puristas sociales del siglo XIX, no
distinguen entre condiciones de fuerza y de libre albedrío, insistiendo en que las
trabajadoras sexuales que afirman ser autónomas carecen de conciencia sobre su
verdadera sumisión”. Petherson plantea que en muchos países de Asia las mujeres que
trabajan en el sexo son el principal o el único soporte económico de su familia, y se
pregunta “¿porqué no pueden estar orgullosas de ello?”.5
Los datos empíricos de Alemania y Holanda sustentan una conclusión: las mujeres
prefieren el anonimato para no ser estigmatizadas, para que no les descuenten su pago
en impuestos y seguros, y los delitos de tráfico y la clandestinidad de las migrantes no
han variado.
En Australia, según datos aportados por Sullivan y Jeffreys (2001) desde la legalización
de la prostitución en el Estado de Victoria en 1984, el número de prostíbulos se ha
triplicado, y la mayoría trabajan sin licencia con total impunidad. La industria ilegal, a
5
(Extraído del artículo de Analía Aucía publicado por CLADEM).
partir de la despenalización en New South Wales en 1995, se encuentra fuera de control
y el número de prostíbulos en Sydney se estima en unos 400 la mayor parte sin licencia.
La cuestión, por lo demás, no tiene vuelta de hoja: la industria del sexo es hoy uno de
los negocios más rentables de la economía globalizada. De esta forma, la globalización
del mercado del sexo, potenciando las posibilidades de valorización de la pobreza,
expone hoy a millones de mujeres y niños excluidos, al riesgo de ser víctimas de tráfico
y trata para este mercado, tanto en los países desarrollados como en países en vías de
desarrollo que han convertido el consumo de sexo en su principal reclamo turístico. 6
Sheila Jeffreys que reside en Australia desde hace 20 años, publicó en 2009, un libro
titulado “La industria de la Vagina”. Se transcriben a continuación algunos párrafos que
ilustran este aspecto el debate: “La prostitución no decayó. En contra de la convicción
del feminismo anterior a los años ochenta de que la prostitución era un signo y un
ejemplo de la subordinación femenina y que por lo tanto dejaría de existir cuando las
mujeres adquirieran mayores derechos igualitarios, a fines del siglo XX la prostitución
se ha transformado en una parte del mercado global floreciente e inmensamente
rentable. Varias fuerzas se reunieron para darle vida a esta “práctica cultural nociva”. La
más importante es la nueva ideología y práctica económica de estos tiempos
neoliberales en los que la tolerancia de la “libertad sexual” converge con la ideología
del libre mercado para reconstruir a la prostitución como “trabajo” legítimo que
funciona como base de las industrias del sexo, tanto a nivel nacional como
internacional…requiere ser entendido como la comercialización de la subordinación
femenina.”
“Hasta la década del setenta, había consensos entre los gobiernos nacionales y la ley
internacional acerca de que la prostitución no debía ser legalizada ni organizada por el
Estado.”
En Buenos Aires entre 1996 y 1998 se produjo un fuerte debate sobre la intervención
del Estado en el ejercicio de la prostitución. La Convención Constituyente de la nueva
Ciudad Autónoma de Buenos Aires había derogado los edictos policiales vigentes desde
la dictadura lo que significaba en la práctica quitar una herramienta a la policía federal
para “actuar” sobre la prostitución callejera. Se produjeron entonces fuertes
controversias. Los grupos que habían “manejado” históricamente la prostitución y
vecinos de los barrios mas acomodados de Buenos Aires propugnaban un “Código de
Convivencia” que regulara de algún modo el ejercicio de la prostitución.
Cecilia Lipszyc, protagonista de este debate, relata: 7 “¿Cómo se llega a esta situación a
partir de que un año antes se había votado por unanimidad el Código de Convivencia
que no hacía ninguna referencia como contravención al ejercicio de la prostitución
callejera?”
“La respuesta es una conjugación de factores: la presión del gobierno nacional y del
gobierno local, el inmenso poder de la policía federal y sus operativos, el autoritarismo
existente en los sectores medios, la debilidad del movimiento de mujeres y la defección
del feminismo en este tema. La resultante-muy grave- es el fracaso de la política como
instrumento para modificar las relaciones de poder en la sociedad. Esto nos está
mostrando qué poco poder y decisión de autonomía tiene el poder político frente a las
corporaciones. Ya sean éstas económicas sociales o delictivas.”
Pese a la votación perdida por amplio margen, sí se logró poner en agenda la cuestión
de las “cajas negras” de la policía y visibilizar a organizaciones de mujeres en situación
7
Mujeres en situación de prostitución ¿Esclavitud sexual o trabajo sexual?, CLADEM
de prostitución y de travestis en un debate por sus derechos a no ser perseguidas por su
condición o actividad.
En la Provincia de Santa Fe el mismo debate fue instalado por Vox Asociación Civil
defendiendo a las travestis que ejercían la prostitución en la Plaza Libertad de Rosario y
muy notoriamente por Sandra Cabrera referente local de AMMAR (Asociación de
Mujeres Meretrices de Argentina).
Con el asesinato de Sandra Cabrera en enero de 2004 quedó expuesta la verdad que
contenían sus denuncias respecto a la complicidad policial en el negocio de la
prostitución. El reclamo impulsado por AMMAR y Vox por la derogación de los
artículos del Código de Faltas que penalizaban la ofensa al pudo r, el travestismo y la
prostitución escandalosa, encontraron apoyo en otras organizaciones: políticas, de
Derechos Humanos, académicas.
Los proyectos de ley para derogar estos artículos se presentaban y perdían estado
parlamentario sin haber sido prácticamente debatidos y se volvían a presentar al año
siguiente. Finalmente, cambios en las mayorías políticas permitieron la apertura del
debate en el año 2009 que culminó el 29 de abril de 2010 con la aprobación de una ley
provincial derogando los tres artículos del Código de Faltas (proyecto presentado por la
Diputada Lucrecia Aranda del Partido Socialista) y un artículo de la Ley Orgánica de la
Policía que facultaba al Estado a detener a una persona por estar prostituyéndose. Ese
día la barra de la legislatura se pobló de mujeres y personas trans y una enorme bandera
con la foto de Sandra Cabrera reivindicó su lucha.
El sentido claro de esta iniciativa fue impedir que los dueños de los boliches exploten a
las chicas que van a buscar clientes y controlen su actividad.
Se han escuchado las demandas y las denuncias de personas que ejercen la prostitución
y la sociedad lentamente empieza a hacerse eco de la necesidad de dejar de perseguir a
las mujeres que se paran en una esquina a ganarse la vida, que no ponen en riesgo la
seguridad de nadie más que la propia y que no cometen ningún delito. En cambio, hay
hoy una mirada más inquisitiva hacia los “empresarios de la noche”, hacia las
complicidades policiales y judiciales y fundamentalmente hay una fuerte condena social
a la trata de mujeres y niñas/os con fines de explotación sexual.
A modo de conclusión
9
http://www.catwinternational.org
• La legalización de la prostitución aumenta la prostitución clandestina, ilegal y la
prostitución de la calle. Muchas mujeres eligen la prostitución de calle porque
quieren evitar ser controladas y explotadas por los nuevos “hombres de
negocios”.
• La legalización de la prostitución aumenta la demanda. Incentiva a los hombres
a comprar a las mujeres por sexo en un entorno social más permisivo y de mayor
aceptación. Se multiplican los anuncios que ofertan a mujeres como objetos
sexuales que tienen que estar dispuestas a cualquier demanda si quieren
permanecer en un mercado cada vez más “exigente” y se enseña a las nuevas
generaciones de hombres a tratar a las mujeres como subordinadas. Se anima a
los hombres de negocios a que tengan sus reuniones de empresa en los clubes
donde hay mujeres que sirven las mesas desnudas.
• La legalización de la prostitución no protege a las mujeres que están en
prostitución ni promueve una mejora en su salud.
En este sentido citamos algunos párrafos del artículo de opinión de la española Carmen
Vigil, publicado por Apramp Asociación para la prevención, reinserción y atención de
la mujer prostituida10 por lo concluyente de sus reflexiones:
El mercado del sexo está relacionado con la desigualdad de género en un doble sentido.
De un lado, la institución de la prostitución es indisociable del modelo de sexualidad
10
www.apramp.org
imperante en la sociedad patriarcal, según el cual los hombres tienen necesidades
sexuales perentorias y requieren tener a su disposición cuerpos femeninos para poder
satisfacerlas. De otro lado, la desigualdad de oportunidades en el mercado de trabajo
coloca a muchas mujeres en una situación de extrema precariedad económica,
convirtiéndolas en candidatas a formar parte de la población prostituida.