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EL PALACIO EPISCOPAL

Siendo obispo de la Diócesis de Catamarca monseñor Carlos


Francisco Hanlón, le encomendó a su ecónomo diocesano, el presbítero
Carlos Segundo Toranzos Pla, la construcción de un nuevo Palacio
Episcopal. Rápidamente este eficiente sacerdote puso manos a la obra
gestionando todo lo necesario para cumplir con lo solicitado por el titular
de la diócesis.
El 15 de diciembre de 1934, se firma el contrato entre el Obispado de
Catamarca, y el empresario constructor, señor José Fertonani Maroli,
domiciliado en calle Prado 479, para la construcción del edificio sobre la
calle San Martín nº 566, bajo la dirección técnica del ingeniero Adalberto
Tretter. En nota dirigida el señor intendente municipal, Ramón Arce
Delgado, del 7 de septiembre de 1936, se solicita el permiso
correspondiente para construir el Palacio Episcopal, adjuntando los planos
respectivos lo que fue asentado en expediente letra T. nº 864.
Luego de demoler un viejo edificio existente, a fines de febrero de
1935, se niveló el terreno y se comenzó la obra. El constructor se
comprometió a entregar la obra concluida el día 31 de abril de 1937. La
construcción del Palacio Episcopal costó la suma de 181.000 pesos moneda
nacional. Dicha suma fue abonada por la Diócesis de Catamarca, de la
siguiente manera:
- diez mil pesos al terminarse toda la base de cemento armado; diez
mil pesos a la terminación del esqueleto de cemento armado del
entrepiso;
- veinte mil pesos al terminarse el esqueleto de cemento armado del
primer piso;
- treinta mil pesos al terminarse todas las manposterias del edificio
de planta baja;
- veinte mil pesos a la terminación del revoque de cal de todo el
edificio;
- veinte mil pesos a la terminación del revoque de portland de todo
el edificio;
- veinte mil pesos a la terminación de la colocación de todo el
mosaico en los pisos;
- diez mil pesos a la terminación de la colocación de todas las
puertas y pintura en general y;
- 21.023, 26 pesos restantes pagaderos a la entrega de la obra en
conformidad.
Los gastos de honorarios para planos, derechos municipales y el pago de
obreros, corrió por cuenta del contratista.

El entonces obispo de la Diócesis de Catamarca, monseñor Carlos


Francisco Hanlón solicitó al gobierno nacional, por intermedio del señor
Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, el catamarqueño Dr. Ramón S.
Castillo un subsidio por la suma de 100.000 $mn, bajo expediente 14.972 –
O – 1935. El 21 de octubre de 1936 fue concedido dicho subsidio, bajo
expediente 19.931 – O – 1936, y pagado en cuatro cuotas de 25.000 $mn,
cada una.
El resto del dinero fue cubierto con el dinero de ahorros, intereses de
cédulas hipotecarias y por el dinero obtenido de la venta de las propiedades
de Bella Vista, de la Angostura y de La Viña y por la venta de joyas y
relojes a la Casa Richardi.

A partir del mes de agosto de 1937, se realizaron trabajos adicionales, los


que detallamos a continuación:
- Cañerías para cloacas y para agua fría y caliente - 2.457, 65 $
mn.
- Construcción de tres fuentes - 877 $ mn.
- Construcción de canteros, pisos de portland y pulido de las
fuentes – 855 $ mn.
- Vidrios, pintura de carpintería, pintura de herrería, paragolpes de
puertas, mampostería de la verja, pilar del portón del frente, piso
de vereda e instalación eléctrica – 9.422, 75 $ mn.

El ascensor
El 5 de febrero de 1937 fue despachado desde los depósitos de la
Compañía Comercial Ascensores Italianos Stigler Ltda., en los vagones del
ferrocarril General Belgrano todos los materiales necesarios para iniciar el
montaje del ascensor en el Palacio Episcopal. En el mes de mayo de 1937
comenzó a funcionar el primer ascensor que tuvo la provincia de
Catamarca.
Prof. Mario Daniel Vera

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