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La porosidad del suelo es importante para la agricultura. Los suelos tienen microporos y macroporos que albergan agua y aire. Los suelos arcillosos tienen más microporos y retienen más agua pero menos aire, mientras que los suelos arenosos tienen más macroporos y permiten más flujo de agua pero retienen menos. La porosidad determina el flujo de agua y aire a través del suelo y su capacidad de almacenamiento de agua.
La porosidad del suelo es importante para la agricultura. Los suelos tienen microporos y macroporos que albergan agua y aire. Los suelos arcillosos tienen más microporos y retienen más agua pero menos aire, mientras que los suelos arenosos tienen más macroporos y permiten más flujo de agua pero retienen menos. La porosidad determina el flujo de agua y aire a través del suelo y su capacidad de almacenamiento de agua.
La porosidad del suelo es importante para la agricultura. Los suelos tienen microporos y macroporos que albergan agua y aire. Los suelos arcillosos tienen más microporos y retienen más agua pero menos aire, mientras que los suelos arenosos tienen más macroporos y permiten más flujo de agua pero retienen menos. La porosidad determina el flujo de agua y aire a través del suelo y su capacidad de almacenamiento de agua.
La porosidad del suelo, en este marco, es muy importante para
el desarrollo de la agricultura. El suelo cuenta con poros microscópicos y poros macroscópicos donde se alojan el agua y el aire; según el número de cada tipo de poros, exhibe diferentes cualidades. La fase líquida predomina por sobre la gaseosa, y su mayor variabilidad limita el espacio que ocupa esta última.
Un suelo arcilloso, por ejemplo, tiene una elevada cantidad de
microporos, disponiendo de una alta capacidad para retener agua pero poca aeración. Un suelo arenoso, en cambio, se destaca por sus macroporos, lo cual favorece el paso del agua pero atenta contra la retención.
El flujo de agua y aire se realiza a través de la porosidad del suelo,
condicionada por el tamaño, abundan- cia y distribución de poros. La porosidad es también un indicador de la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo (Buckman y Brady, 1977).
Los diferentes materiales porosos incluyen metales, cerámicos y vidrios,