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RESUMEN Y ANÁLISIS DEL LIBRO

“1984”
(GEORGE ORWELL)

2016
Hecho y subido por Yawahoo para
Agradecimientos: profesor Alex Cerda y profesora Janet Malleo

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INTRODUCCIÓN AL LIBRO

1984 fue escrito entre 1948 y 1949 por el inglés George Orwell, y es una novela política de
ficción distópica (antónimo de utópico). Se fija en el año 1984, y narra un mundo sin libertad de
expresión, desesperanzador, en donde todos son siempre vigilados, y se intenta borrar la felicidad de
la vida de las personas. En este mundo la información es manipulada al antojo del gobierno, siendo
el pasado editado o borrado todos los días.

Esta obra presenta un narrador omnisciente y es cronológica.

RESUMEN DEL LIBRO

Winston Smith vive en una nación con un gobierno totalitario, socialista, en donde la libertad
de expresión no existe. La Policía del Pensamiento vigila a todos los habitantes de Oceanía, en todo
momento. La telepantalla es el medio por el cual se observa a la gente y se le ordena qué hacer y
qué no. La telepantalla se encontraba en todos lados, dentro de los hogares y en los lugares de
trabajo, por lo que no había prácticamente ningún lugar donde un ser humano no pudiera ser
observado y condenado si aparentaba estar en contra del Partido. Todos los medios son
controlados. Hasta las mentes de los individuos son controladas. Existen dos Ministerios: el de la
Verdad (se ocupa de editar documentos para alterar el pasado a gusto del Partido. Entonces, en
realidad se ocupa de las mentiras, no de la Verdad) y el del Amor (se ocupa de todo lo relacionado
con la guerra. Dentro de aquel Ministerio también se realizan torturas. En lugar del Amor, es un lugar
de odio). El rostro de un hombre se veía en todos lados, en carteles por las calles, dentro de las
casas, en las monedas y en la telepantalla. Su rostro era duro y representaba al Gobierno; al Partido.
Es el Gran Hermano, a quien todos debían amar.

Winston usaba lentes y tenía várices en un tobillo, además de ataques de toz matinales. El
gobierno en el que vivía se había instaurado luego de la Revolución, durante los años 60.

En el mundo habían tres superestados gigantescos y poderosos: Eurasia (absorción de


Europa por parte de Rusia), Oceanía (absorción del Imperio Británico por parte de Estados Unidos) y
Estasia (formada principalmente por China y Japón, junto con otros países de Asia Sudoriental).
Había guerra entre los tres, y actualmente Oceanía y Estasia estaban unidos en contra de Eurasia.
Sin embargo, Winston recordaba que hace algunos años, el enemigo era Estasia, pero no importaba,
la historia había sido reescrita y Oceanía siempre había estado en guerra con Eurasia, según todos
los documentos.

Existían tres lemas del Partido, que se veían en todas partes: GUERRA ES PAZ, LIBERTAD
ES ESCLAVITUD e IGNORANCIA ES FUERZA.

Winston pertenecía al Partido Externo, trabaja dentro del Ministerio de la Verdad, en el


Departamento de Registros. Era un lugar gigantesco. Winston se ocupa de cambiando y corrigiendo
papeles y quemando los originales. Allí se modificaba el pasado todos los días, para conveniencia

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del Gobierno, del Partido. A veces, Winston tenía que inventar historias él mismo para hacer ver bien
al Partido, las cuales, luego de ser procesadas y publicadas, eran la nueva verdad innegable.

El mayor (y aparentemente el único) placer de la vida de Winston era su trabajo. Aunque gran
parte era tediosa, a veces habían tareas complejas y las veía como si fueran complejos problemas
matemáticos, en los que se perdía resolviendo, con gusto.

En el trabajo, se usaba la neolengua: una versión abreviada del lenguaje normal. La


neolengua ahorra palabras y el propósito de su implementación en la Nación era para reducir la
capacidad del pensamiento de la población, para que así sea más fácil controlar sus mentes. Era un
lenguaje simple, incapaz de formar ideas complejas. Se decía que sería totalmente implementada en
el lenguaje cotidiano en el año 2050, que para entonces sustituiría a la llamada hablantigua.

Era común que la gente desapareciera de un día para otro. Se le llamaba vaporización.
Ocurría cuando alguien era sospechoso de pensar o de hacer cosas contrarias al partido. Nunca
más se sabía de estas personas, y su nombre era borrado de todos los documentos, por lo que
nunca habían existido. En las escuelas, a los niños y niñas se les insertaban en la cabeza los
principios del Partido, y era común que los hijos denunciaran a sus padres a la Policía del
Pensamiento por decir algo o hacer una expresión que indicara traición, y como consecuencia, eran
vaporizados esos padres.

También era cotidiano ver morir gente: una o dos veces por semana, prisioneros de guerra
eran ahorcados en la vía pública, y habían personas que disfrutaban observar a estos extranjeros
agonizar y morir.

El Partido trataba de borrar todos los impulsos y placeres de la vida. El propósito del Partido
no sólo era impedir que hombres y mujeres establecieran vínculos incontrolables. El objetivo real y
no declarado era suprimir el placer del sexo. Se educaba a los jóvenes para que vieran el sexo como
un simple procedimiento para reproducirse, así impidiéndose el erotismo. Incluso existían
organizaciones como la Liga Juvenil Anti-Sexo, que deseaban impedir la existencia del matrimonio.
Al parecer, el Partido prohibía el sexo para que las personas tuvieran toda esa energía acumulada y
no estuvieran satisfechos ni felices.

Winston estuvo casado, pero su esposa, Katherine, fue vaporizada hace unos once años. Él
detestaba que ella odiara el sexo. Sólo se quedaba ahí, no hacía nada, veía al sexo como un simple
procedimiento para multiplicarse. Winston pensaba que él tuvo suerte al no tener hijos.

En orden de jerarquía social, estaba el Partido Interno arriba, luego el Partido Externo, y abajo
los proles, gente sin educación y apenas con dinero. Los proles eran vistos como animales por el
Partido, por lo que muchos no eran controlados y no tenían telepantalla en sus hogares. Incluso uno
de los slogans del partido era “Los proles y los animales son libres”. Winston pensaba que la única
esperanza de una rebelión en contra del Partido estaba en ellos, en los proles.

Hay algo llamado Dos Minutos de Odio, en los que todos son obligados a ver a la telepantalla,
y esta comienza a transmitir sonidos horribles junto con la imagen de un hombre llamado Goldstein,
junto con imágenes desagradables, para provocar un sentimiento de odio hacia él. El sonido era casi
insoportable. Goldstein era un traidor del Partido, quien tenía ideas contrarias a éste, como la
verdadera libertad. Esto ocurría a diario. Durante uno de los Dos Minutos de Odio, Winston vio algo
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en los ojos de O’Brien que le hizo pensar que él también odiaba al Partido. O’Brien era un
compañero de trabajo de Winston.

En el algún lado, Winston de pronto encuentra un punto ciego de la telepantalla, y se sienta en


una esquina. Por primera vez no puede ser observado. Escuchado sí, pero no observado. Luego va
a comprar un libro en una tienda llamada “Weeks”, que tenía unas páginas únicas y hermosas que
ya no se fabrican. Era un libro antiguo. Comenzó a hacer algo que era sancionado con más de veinte
años de trabajos forzados, o, más comúnmente, con la muerte: comenzó un diario de vida allí,
secretamente. En él anota sus pensamientos sobre este mundo sin libertad.

Winston continúa escribiendo su diario, cuidando de que no sea visto, y pronto se da cuenta
de que lo está escribiendo para O’Brien, aunque sabe que éste nunca lo leerá. Algo le decía que
O’Brien era su aliado, aquella mirada.

En el Ministerio de la Verdad, Winston había visto una mujer que parecía ser peligrosa, quizás
un agente de la temida Policía del Pensamiento. Un día, la supuesta espía resbala justo cuando se
topa con Winston. Él le ayuda a levantarse y hábilmente ella le pasa un papel en la mano, sin que la
telepantalla viera. Cuando pudo, Smith vio el papel. Decía “te quiero”. Se trataba de Julia, quien se
convierte secretamente en la novia de Winston. De forma discreta acuerdan verse en un escondite
que Julia conoce, en un parque. Allí por fin ambos pueden verse a los ojos, conversar tranquilamente
y hacer el amor, rodeados por arbustos. Ella era experta en engañar a los demás para ocultar su
odio por el Partido, igual que Winston. Ambos aparentan ser parte del Sistema, pero Julia es incluso
jefa de la tropa de Espías y pertenece a la Liga Juvenil Anti-Sexo. Decía que es el mejor camuflaje
posible. Julia vivía en una pensión, rodeada de mujeres, y trabajaba haciendo mantención a las
máquinas escribenovelas del Departamento de Ficción Narrativa, dentro del Ministerio de la Verdad.
Ella decía no ser inteligente, pero sí ser hábil con las manos. Julia odiaba la pureza y amaba la
corrupción, igual que Winston. Ella ya había tenido sexo con varios del Partido. Le dice a Winston
que le gusta por su cara, por la cual ella había reconocido que no era como los otros, que no era
“uno de ellos”. Mientras hablaban de cosas del Partido, Winston le comenta que le tiene miedo a la
muerte, sin embargo, siguen arriesgándose al comunicarse y juntarse en lugares secretos. Cuando
se divisaban en la calle, sólo podían hablar si había suficiente gente para camuflarse, y siempre sin
mirarse, apenas moviendo los labios, de forma muy discreta. Cada vez que se juntaban, hacían el
amor si podían.

Existía una especie de licor de sabor y olor asqueroso llamado Gin de la Victoria, y un café
igual de espantoso llamado Café de la Victoria. Eran los únicos dos bebestibles que se vendían en
las tiendas. También toda la comida que había sabía mal. Por ejemplo, el pan era negro y duro. Sin
embargo, había cosas geniales que Julia compraba en el mercado negro para comerlas junto con
Winston. También había comida decente en el Partido Interno. Luego de conocer a Julia, el
protagonista no continuó escribiendo su diario.

En la tienda en la que Winston había comprado el libro en el cual comenzó su diario, llamada
“Weeks”, había conocido al dueño, el señor Charington, quien le había mostrado una habitación en el
segundo piso que se veía acogedora, ya que había privacidad, no había telepantalla. Ahora decidió
arrendarla para poder juntarse con Julia allí. Hacen el amor allí, en una cama de dos plazas (cosa
que era imposible de ver, excepto en algunas casas de proles).

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La salud de Winston había mejorado notablemente luego de conocer a Julia: su toz matinal
había desaparecido, sus várices en el tobillo se habían reducido muchísimo, dejó de beber Gin de la
Victoria, había engordado. La vida le había dejado de ser tan intolerable. Todo gracias a Julia y a la
habitación arrendada.

A Winston le importaba mucho que el pasado fuera alterado, lo encontraba terrible. A Julia, en
cambio, no le interesaba.

Un día en el trabajo, O’Brien le pasa a Winston la dirección de su casa para hablar sobre el
uso de la neolengua. Winston piensa que esto es un pretexto, y que él formaba parte de una
organización que conspiraba en contra del Partido. Existían rumores sobre La Hermandad, y con
esto, Winston creía que realmente podría existir, que no era un invento de la Policía del
Pensamiento. Winston le cuenta a su novia sobre O’Brien, y a ella le parece totalmente normal juzgar
a alguien por su mirada, ella lo hacía todo el tiempo. Entonces, ambos (por caminos separados) van
al apartamento de O’Brien. En cuanto entran, O’Brien apaga la telepantalla, algo que era imposible
para quienes no fueran miembros del Partido Interno. Winston y Julia confiesan estar contra el
Partido, y O’Brien les menciona la existencia de La Hermandad. O’Brien les rebela que el líder de la
conspiración contra el Partido es Emmanuel Goldstein, sin embargo no se les da mucha información,
ya que, en caso de ser atrapados, no tendrían mucho qué confesar. O’Brien les dice a ambos que se
les entregará el libro de Goldstein. Esta conversación sólo toma unos minutos, y luego, cuando ya es
hora de irse, O’Brien les dice “nos veremos en el lugar donde no hay oscuridad”.

Había una especie de sesión o “fiesta” de odio y repudio colectivo hacia Goldstein y hacia
Eurasia, llamada La Semana del Odio. Las personas salían a las calles a gritar de odio y a insultar
como animales. Sin embargo, durante La Semana del Odio, se informó en la telepantalla que ahora
Oceanía era aliado de Eurasia, y que estaba en guerra con Estasia. Sin embargo nada cambió, la
gente allí afuera simplemente destruyó los carteles en contra de Eurasia y siguieron gritando. El odio
seguía igual, sólo se había redirigido. Sin embargo, era necesario ahora alterar el pasado para que
no haya evidencia de que alguna vez Oceanía estuvo en contra de Eurasia, por lo que Winston junto
con todo el Departamento de Registros estaba trabajando mucho más de lo habitual. Winston trabajó
gran cantidad de horas en 6 días, quedando totalmente agotado.

A Winston le entregaron secretamente el libro de la Hermandad, que no tenía portada ni


contraportada alguna. En la primera página, se anunciaba su título: “TEORÍA Y PRÁCTICA DEL
COLECTIVISMO OLIGÁRQUICO”, y el autor era Emmanuel Goldstein. Según aquel libro, estos tres
superestados no estaban en guerra por bienes o diferencias ideológicas, ya que todos eran tan
extensos que eran autosustentables. En realidad luchaban porque querían aumentar su mano de
obra para producir armas para así poder ganar más mano de obra. Era un círculo vicioso, algo sin
sentido. Además, el poder estaba demasiado equilibrado, por lo que un territorio era conquistado por
uno e inmediatamente reconquistado por el otro, y la guerra no avanzaba nunca. Sin embargo, no se
usaban armas nucleares en esta guerra; había una especie de pacto entre todos para evitar una
mortal guerra nuclear, pero todos poseían armas nucleares. En cuanto a los súbditos cambios de
alianza, ocurrían cuando había posibilidad de apoderarse de una porción de la tierra en disputa
mediante una repentina traición. La guerra es una manera de destruir productos que podrían ser
usados para aumentar el bienestar de la gente y, por lo tanto, de aumentar su inteligencia. La guerra
es una forma de utilizar mano de obra sin producir ningún bien de consumo, sólo armas.

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En el libro de Goldstein también se menciona que las condiciones de vida en los tres
superestados son casi iguales: en Oceanía se rige por los principios de “Ingsoc”, en Eurasia por el
“neocomunismo”, y en Estasia por “la adoración a la muerte” o “la desaparición del yo”. Estos
principios de los tres superestados tienen como finalidad instaurar la no-libertad y la no-igualdad.

Las personas toleran su vida porque no tienen con qué compararla, ya que el pasado es
borrado y reescrito, por lo que nadie sabe con certeza cómo era el mundo antes de la Revolución,
nadie sabe si es que el mundo actual es mejor o peor.

Aquel libro menciona que quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el
presente controla el pasado.

Un día, luego de encontrarse Winston con su novia en la habitación del sr. Cherrington y al
haber hecho el amor, son sorprendidos por una telepantalla oculta. De pronto una voz les dice que
no se muevan, y entran soldados de uniforme negro que golpean y se llevan a Julia. Luego entra el
sr. Cherrington, con la cara cambiada, casi transformado en alguien más. Él era un agente de la
Policía del Pensamiento. Winston y Julia estaban atrapados, perdidos.

Winston fue llevado a la cárcel, y luego a alguna celda, en donde cree, es el Ministerio del
Amor. No tenía idea si era de día o de noche, porque todo estaba iluminado, incluso las baldosas
eran blancas, y no había ventanas. Entonces comprendió que este era el lugar que O’Brien le había
dicho. Este era el lugar donde no hay oscuridad. Los guardias hacen pasar y salir a varios otros
prisioneros, algunos que Winston conocía. Luego de muchas horas de espera en esa celda, Winston,
ya con mucha hambre y con dolor de estómago, divisa a O’Brien acercándose a su celda. Él era uno
de ellos.

Lo golpean los guardias hasta cansarse, lo azotan, lo torturan de varias maneras. Pero lo peor
de todo, según él, son los innumerables interrogatorios, sin descanso, que le provocaban confusión,
y lo hacían confesar y firmar cualquier cosa que quisieran, la hubiera hecho o no. Luego, lo llevan a
la Pieza 101, en donde lo amarran a una máquina que, tras sólo mover una palanca, le genera
monstruosas cantidades de dolor. Al parecer, aplica una corriente eléctrica. En la Pieza 101, lo
interroga y lo tortura O’Brien a través de ese aparato. O’Brien le dice que al Partido no le importan
los actos de los prisioneros, sino sus mentes. Le dice que los llevan ahí para mejorarlos, hacerles
“recuperar la cordura” (lavarles el cerebro). No sólo destruyen a sus enemigos, sino que los cambian.
Los obligan a amar al Gran Hermano y a creer en el Partido, y sólo entonces, los matan.

Luego, a Winston le aplican electricidad en el cerebro y siente como si tuviera un trozo de


cerebro menos. Después, O’Brien rellena ese trozo con información del Partido. Incluso sostuvo
cuatro dedos y les preguntó cuántos veía, diciéndole que debía ver cinco, y Winston realmente creía
ver cinco, sí vio cinco.

O’Brien decía que había tres etapas en su “reintegración”: aprendizaje, comprensión y


aceptación. Le mencionó que acababa de pasar a la segunda. Le revela que en realidad fue él quien
escribió el libro de Goldstein (él junto con algunos más). Le dice que el gobierno del Partido es en
base al odio y que, en el fututo, se exterminará cualquier sentimiento o sensación buena. Dejará de
existir el placer y la curiosidad de vivir, no habrá felicidad. Winston se rehusó a creer que un gobierno

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así pudiera existir, dijo que es imposible, que la gente se rebelaría, que él creía en el Espíritu del
Hombre.

Luego de eso, le sueltan las amarras y O’Brien le dice que se desnude para que pueda verse
en el espejo. Su propia apariencia le dio terror: su piel se había oscurecido, su cara era deforme,
horrible y desamparada, de frente abultada y cráneo calvo. Sus ojos eran feroces y vigilantes. Le
pareció que había cambiado más por fuera que por dentro. Las emociones de ese rostro eran
distintas de las que sentía. Según él, lo peor era su extrema delgadez. Había bajado 25 kilos desde
que lo atraparon.

A Winston ahora lo habían puesto en una celda mejor, con un colchón, una almohada, un
asiento y hasta agua caliente. Le llevaban alimento tres veces al día, y con comida buena. Estaba
recuperando peso, pero no sabía si su cara era la misma que vio en el espejo. Pensaba en el Partido
y estaba de acuerdo. Aceptó todo lo que le habían dicho.

Sin embargo, una vez, mientras dormía, despertó gritando “¡Julia!”, comprendiendo que aún
amaba a Julia. Luego entró O’Brien a la celda y le preguntó si odiaba al Gran Hermano, y Winston
respondió que sí. Por lo que se lo llevaron otra vez a la Pieza 101. O’Brien sabía que a todas las
personas les resulta intolerable algo, una cosa con que no pueden luchar ni escapar. En el caso de
Winston, eran los ratones. Lo amarran fuertemente a una silla, y O’Brien le coloca una rejilla en la
cabeza, luego le muestra unos ratones que lentamente acerca para metérselos allí, en su cara. Este
comienza a desesperarse y, antes de que le pongan los ratones en la cara, dice que se lo hagan a
Julia y no a él, que no le interesaba qué le pasara a ella. Eso es lo que querían que dijera. Eso es lo
que querían que sintiera.

Finalmente sueltan a Winston. Sigue trabajando en el Ministerio de la Verdad, pero, sobre


todo, pasa el tiempo en un café bebiendo Gin de la Victoria y resolviendo problemas de ajedrez. Por
un momento, en la calle y de casualidad, se encuentra con Julia, y de forma fría y distante se dicen
“te traicioné”. Luego se van y no se vuelven a ver.

Finalmente, tal como imaginó que ocurriría mientras estaba siendo torturado, se encontraba
caminando en un pasillo, con un guardia armado siguiéndolo, y lo matan con un disparo por atrás, en
la cabeza. Pero eso no importa, por fin amaba al Gran Hermano.

FIN

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CARACTERIZACIÓN DE PERSONAJES

Los personajes irán en orden de más relevante a menos relevante. Algunos de estos
personajes no están en el resumen por su baja importancia en la historia.

o Winston Smith: Protagonista. Hombre de 35 años. Usa lentes. Su hermana pequeña y su madre
habían desaparecido cuando él tenía 12 años. Vivía en los Edificios de la Victoria y trabajaba
dentro del Ministerio de la Verdad, en el Departamento de Registros. Se enamora de Julia. Él no
olvidaba los sucesos del pasado cuando habían sido borrados o reescritos, a diferencia de los
demás; y se horroriza de esta modificación del pasado, tildándola de monstruosa.

o Julia: Novia secreta de Winston. Tenía 23 años. De cara pecosa y de pelo corto oscuro. No era
hermosa, pero su boca sí. Su abuelo había sido vaporizado cuando ella tenía 8 años.

o O’Brien: Era todo lo contrario a lo que Winston había deducido de su mirada. Un hombre
inteligente. Un par de veces Winston siente admiración por su aspecto de invencible y su gran
inteligencia, incluso al haberlo torturado.

o Señor Cherrington: Es el dueño de la tienda “Weeks” y es quien le arrienda la habitación a


Winston. Era viudo, de 63 años y había vivido en su tienda por 30 años. Finalmente se descubre
que es un agente de la Policía del Pensamiento.

o Katherine: Esposa del protagonista. Era alta, rubia, muy erguida y de movimientos espléndidos.
Fue vaporizada. Era la mujer más estúpida, vulgar y vacía que había conocido Winston.

o Syme: Compañero de trabajo de Winston. Trabajaba dentro del Ministerio de la Verdad, en el


Departamento de Estudios. Era un especialista en la neolengua y trabajaba en la nueva edición
del Diccionario de la Neolengua. Era pequeño, de pelo negro y ojos prominentes, tristes y
burlones. Era muy inteligente: había leído mucho y hablaba mucho. Winston sabía que sería
vaporizado porque sabía demasiado, y así fue.

o Señora Parsons: Mujer del vecino del protagonista. Tenía unos 35 años, pero aparentaba tener
mucha más edad, y su casa era inmunda. Tenía polvo en las arrugas de la cara.

o Tom Parsons: Esposo de la señora Parsons y compañero de trabajo de Winston en el Ministerio


de la Verdad. Tenía 35 años, era rubio, de estatura mediana y gordo pero muy activo, y apoyaba
al Partido, según decía. Siempre tenía un fuerte olor a sudor porque siempre transpiraba. Sus
hijos pertenecían a la tropa de Espías y les gustaba ver a los extranjeros ser ahorcados. Es
apresado luego de que su hija lo delatara a la Policía del Pensamiento al escucharlo decir “¡Abajo
el Gran Hermano!” mientras él dormía.

o Ampleforth: Mujer pasiva, ineficaz, de orejas peludas y con talento para la rima y la métrica. Era
poeta. También trabajaba en el Ministerio de la Verdad.

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OPINIÓN DEL LIBRO

Si te interesa mi opinión, aquí está:


1984 es un libro quizás algo deprimente, inquietante y desesperante si uno se pone en el lugar de las
personas de ese mundo, sobretodo en el lugar de Winston. Sin embargo es un libro entretenido.
Orwell no se demora cinco páginas en describir un lugar, es rápido, y así uno no se aburre en la
lectura. Gracias por eso. Agradezco también que el final no sea el típico “final feliz”, al contrario, es
inesperado.

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