La contaminación del suelo supone la alteración de la superficie terrestre con
sustancias químicas que resultan perjudiciales para la vida en distinta medida,
poniendo en peligro los ecosistemas y también nuestra salud. Esta alteración de la calidad de la tierra puede obedecer a muy diferentes causas y, del mismo modo, sus variadas consecuencias provocan serios problemas de salubridad que afectan gravemente a la flora, fauna y a la salud humana. Lo hacen, por ejemplo, a través de la agricultura o afectando al equilibrio del ecosistema, polucionando el agua potable o el agua de riego, ya sea por entrar en contacto con estos lugares o por el simple hecho de que proceda de ellos. Lamentablemente, no siempre puede solucionarse el problema, y en ocasiones solo se recupera parcialmente, con la consiguiente degradación del área. Qué es la contaminación del suelo y sus tipos La contaminación del suelo se puede definir como los cambios que alteran la composición de la superficie terrestre o suelo de forma que se ve perjudicado. Así, la contaminación de la tierra la empobrece, incluso provoca que pierda toda su fertilidad y que sea imposible que crezca vegetación en él y lo habiten distintos tipos de seres vivos. Por tanto, la contaminación de la tierra comporta que haya resultados perjudiciales que ponen en peligro a los ecosistemas y la salud de quienes los habitan. Además, existen diversos tipos y ejemplos de contaminación del suelo. Estos son los principales tipos de contaminación del suelo: Causas de la contaminación del suelo El contacto con el área polucionada no siempre es directo. Es lo que ocurre cuando se entierran sustancias tóxicas bajo el suelo y estas acaban contaminando aguas subterráneas que luego se utilizan para regar, para beber o acaban intoxicándonos a través de la cadena alimentaria o trófica, al comer pescado, aves o cualquier otro animal contaminado. El almacenamiento incorrecto de residuos, su vertido intencionado o accidental, la acumulación de basuras en su superficie o el enterramiento de los mismos, así como fugas en tanques superficiales o subterráneos por averías o infraestructuras deficientes son algunas de sus principales causas. Sin embargo, la lista es mucho más larga. Podemos citar otras causas no menos importantes, como las fugas radiactivas, el uso intensivo de pesticidas o abonos químicos, la minería, las actividades de la industria química, los metales pesados que salen del tubo de escape del tráfico rodado y las chimeneas de la industria, los materiales de construcción, sobre todo por la escorrentía del agua que disemina los productos nocivos, el alcantarillado antiguo en mal estado o, sin ir más lejos, la misma lluvia ácida. Habida cuenta de la variedad de los focos de contaminación, las causas a menudo son difíciles de identificar, ya que los contaminantes pueden llegar hasta el suelo, las plantas, los animales o el agua por muy diferentes razones que no siempre resultan obvias. En todo caso, lo que sí que podemos decir es casi todas ellas tienen que ver con la acción del hombre y la actividad industrial. Resumiendo, y de modo esquemático, las causas de la contaminación del suelo son:
Vertido de residuos y basura.
Uso intensivo de químicos. Fugas radioactivas. Humo de coches e industria. Alcantarillado viejo Tipos de contaminantes del suelo Las fuentes de contaminación del suelo son muchas y muy diversas. A modo de resumen, podemos destacar que los principales agentes contaminantes del suelo son:
Residuos urbanos que contaminan el agua y el suelo.
Plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas). Minería. Gran acumulación de basuras, tanto en zonas públicas o naturales como en vertederos y zonas industriales. Efectos y consecuencias de la contaminación del suelo La pérdida de calidad del terreno supone una serie de consecuencias negativas que van desde su desvalorización hasta la imposibilidad de uso para construir, cultivar o, simple y llanamente, para albergar un ecosistema sano. La fuga radioactiva de la central japonesa de Fukushima es un claro ejemplo, pues la contaminación de la tierra o del suelo ha afectado a la agricultura, la ganadería y la pesca. Incluso se ha encontrado cesio radiactivo frente a la costa de Fukushima, concretamente en el fondo marino terroso procedente de esos mismos vertidos, según un reciente estudio del Instituto de Ciencias Industriales de la Universidad de Tokio, la Universidad de Kanazawa y el Instituto Nacional de Investigación. Por otro lado, junto a un lógico deterioro del paisaje por el empobrecimiento del ecosistema, a menudo una pérdida irreversible, la contaminación de la tierra supone pérdidas millonarias al impedir la explotación de ese entorno natural por parte de la población autóctona o de inversores industriales. Así pues, entre las consecuencias de la contaminación del suelo encontramos:
Pérdida de la flora y su variedad.
Dificultades para la agricultura y el conreo. Contaminación y pérdida de la fauna. Deterioro del paisaje. Empobrecimiento global del ecosistema, ya sea marino o terrestre.
La Contaminación Del Suelo Supone La Alteración de La Superficie Terrestre Con Sustancias Químicas Que Resultan Perjudiciales para La Vida en Distinta Medida
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