Está en la página 1de 222

Índice

1. VITAMINAS INTRODUCTORIAS
Un ángel llamado Ildemar
A eso

2. VITAMINAS PARA EL ORDEN


¿Usted quiere a su ciudad?
Qué es fácil... Qué es difícil

3. VITAMINAS PARA LA SINCERIDAD


Abre tu corazón
En un colegio
Fábula china
Las lentejas de Diógenes

4. VITAMINAS PARA LA OBEDIENCIA


El último beso a mi mamá

5. VITAMINAS PARA LA GENEROSIDAD


Una lección de mi padre
El amigo del hijo
Solamente la cruz era de Él
Ciento por uno
Celia Cruz
Dar de corazón
El gusano y el escarabajo
Un sabio

6. VITAMINAS PARA LA BONDAD


La madre que sí sabía
Sacerdote ahogado
¿Qué quieres ser cuando seas grande?
Respuestas infantiles que sorprenden

Y Dios dijo
7. VITAMINAS PARA LA RESPONSABILIDAD
El vuelo del halcón
Éxito
Ganador y perdedor
No hay que temer
Ante la tormenta
Cuando los niños
El fabricante aprenden
de lápices
Naranjas para el personal
Riesgos

8. VITAMINAS PARA LA PACIENCIA


El lente de contacto
El peso de la cruz
Hay que seguir cantando
Paciencia y esperanza
Por un tiempo
Resistencia
Una madre es

9. VITAMINAS PARA EL TRABAJO


Parábola
Cómo se salvó Juan Pablo II, siendo seminarista
La alegría de servir
Risas de Diógenes
El ruido de la carroza
Un mural del Centro de Pastoral de Duitama, Boyacá, Colombia

10. VITAMINAS PARA LA PERSEVERANCIA


Hacer con lo que tenemos
Memorando
Los chinos ya entrenan para el mundial del 2008
Semillas o balas

11. VITAMINAS PARA LA GRATITUD


La protección de Dios
Las cajas de Dios
Las mil canicas
Ni siquiera merezco
Un vaso de leche

Las ejecutivas del hogar


A propósito del día del padre
El maestro
Me quejé

12. VITAMINAS PARA EL PERDÓN


Un cura mendigo, que había abandonado el sacerdocio, confesó a Juan Pablo II

No acumules penas
El auto
¿Por qué grita la gente?
Pagar bien por mal

13. VITAMINAS PARA EL PATRIOTISMO


Mensaje del año 2050

14. VITAMINAS PARA LA SENCILLEZ


Y uno aprende
Él te reconocerá

15. VITAMINAS PARA EL RESPETO


Si nunca
Estados Unidos: El increíble caso de un hombre de 39 años

16. VITAMINAS PARA LA AMISTAD


Los días de mi vida
Dos amigos
"Eres importante para mí..."

17. VITAMINAS PARA LA SOCIABILIDAD


La Malamadre
No es mi problema
Los pequeños detalles
Luz para el camino
Por qué vuelan en "V"
La tierra en miniatura

18. VITAMINAS PARA LA SOBRIEDAD


Amor de madre
Si yo cambiara
Cómo templar el acero
Oración de la mañana
10 Consejos
19. VITAMINAS PARA EL RESPETO A SÍ MISMO
El banquero y el pescador
Para las chicas: ¿Cómo decir no y conservar a tu novio?
Tenía todo y lo perdí
Aprendí y decidí
La visita de la catedral
Carta de un bebé
El poder de las palabras

20. VITAMINAS PARA LA TOLERANCIA


El círculo del odio
La aguja de oro
Una canción que salvó vidas y convirtió corazones
Hoy
¿Qué has aprendido en la vida?
La escalera

21. VITAMINAS PARA EL OPTIMISMO


El caleidoscopio
Historia de dos ciudades
¡Presente!
Armero, Tolima, Colombia
Avanza
Canción de Optimismo de Fernando Savater
El vidriecito
El Mesías disfrazado
Envejeciendo
Que tengas
Para su deleite
El sufrimiento y la felicidad
Un dilema
El secreto de la felicidad

22. VITAMINAS PARA LA HUMILDAD


Lo que somos
Cerebro y pensamientos
Cuando callas
Uno de estos días
Necesitamos
Tres árboles sueñan
La hormiga y la mosca
23. VITAMINAS PARA LA AUDACIA
¿Cuál es tu naturaleza?
Juzga tú
Nunca te detengas
¡No dejes morir el amor!
¿Dónde escondieron la felicidad?
El crédito
En el tiempo y en el lugar correctos

24. VITAMINAS PARA LA LEALTAD


Manos que oran
La flor carísima
Amor conyugal
La alegría del amor

25. VITAMINAS PARA LA COMPRENSIÓN


Parte del regalo
Accidente
Después
La leccióndedelapiano
tormenta

26. VITAMINAS PARA LA FLEXIBILIDAD


El elefante del circo
¿Qué bien le ha hecho?
Refinados como la plata
Zanahoria, huevo o café
Publicidad
El pastel delicioso
A mis hijos
La lección de amor

27. VITAMINAS PARA LA JUSTICIA


La mesa
Lo único que recuerdo
El rey
Carta de un hijo a todos los padres del mundo

28. VITAMINAS PARA LA FORTALEZA


Cuando Dios creó a los padres
Sé feliz
Una oportunidad para ti
¿Tacaña?
El capullo del gusano
El diablo se retira
La ranita
¿Una mamá?

29. VITAMINAS
La gota de agua PARA LA TEMPLANZA
Un verdadero hombre

30. VITAMINAS PARA LA PRUDENCIA


Las ratas
Aceptar

31. VITAMINAS PARA LA FE


Niña de 5 años, maestra en la Fe
¿Todavía habla Dios con nosotros?
Confesándose con Dios... por medio del sacerdote
El conejito y los perros
El sueño de María
Explicar a Dios
Jesús conmigo
Santa Claus (Papá Noel) y Jesús
¿Sabes cuál es el valor de una misa?
El muro
El mantel
Estoy contigo
Juan 3, 16
Mayor que nuestro corazón
Pagado en su totalidad
Una comunidad
Letrero en un templo

32. VITAMINAS PARA LA ESPERANZA


Carta para mi hermana que se muere de cáncer
Dios... i Me duele!
El Arca de Noé
Prospectiva china
El valor de la esperanza
33. VITAMINAS PARA EL AMOR
Despertamos vivos
Ama en vida
Canción del corazón
El Padre Marianito
Sin amor
Lo que piensa un hijo de su padre
34. ESPECIAL SOBRE HEROÏNAS CRISTIANAS
La "Madre Coraje"
Esposa maltratada
La madre que convirtió a su esposo y a su hijo
La mujer de lo imposible
Reina extranjera, servidora de los pobres
Viuda con proyecciones
Una Doctora tras las rejas de un convento
Da la vida por su madre

Mujer, filósofa,
Esposa, madre judía, religiosa y mártir
y religiosa
Heroína de la caridad
Indígena con los indígenas
La madre, la muerte y el ángel
1. Vitaminas Introductorias

Un ángel llamado Ildemar...

Cuenta una escritora (3) que un día quiso Dios enviar a la tierra a un ángel
llamado Ildemar para que cumpliera una misión especial con tres viejitos que se
reunían todas las noches a jugar como amigos y tenían la costumbre de terminar
el día con una plegaria.
- ¿Qué quieres que haga, Señor?
- Quiero que les lleves Virtudes y Valores como regalo, porque deseo saber qué
van a hacer con ellos. Pero harás lo que te voy a decir... (Y le dijo en la oreja
algunas posas secretas, porque lo de Dios siempre es así, como en secreto y

sólo se conoce más tarde).


Entonces Ildemar cargó con la bolsa de Valores y Virtudes, pero se preocupó
mucho de la Fe, la Esperanza y el Amor (o Caridad). A estas virtudes que son las
de Dios -por eso se llaman teologales-, les puso toda la importancia posible.
Llegó a la tierra. Los amigos de siempre, estaban jugando. Tocó a la puerta. Se
disgustaron un poco, por la distracción que les hacían en su juego. Ildemar
saludó amablemente, se presentó como alguien que iba de camino y que tenía
hambre y sueño. Preguntó si podría pasar allí la noche.
________________
(3) Cf. María Inés Casalá. Diálogo 61.

Los viejitos le dieron de comer y le prepararon algo para que pudiera descansar,
mientras continuaban charlando alegremente. Le dijeron con curiosidad:
- Si se puede saber, ¿de dónde vienes?
- De donde el Diablo perdió su trono, contestó y no estaba mintiendo.
- ¿Y es buena la paga allá de donde vienes?
- Del otro mundo... y tampoco faltó a la verdad.
Así fueron charlando familiarmente hasta cuando llegó la madrugada sin que
nadie se diera cuenta. Al empezar a cantar los gallos, Ildemar dijo:
- Estamos muy bien, pero yo tengo que seguir.
- Y ¿a dónde vas ahora? le preguntaron cordialmente.
- A donde Dios quiera.
Metió la mano en la bolsa y dijo:
- Quiero dejarles algo, de recuerdo y agradecimiento, por esta noche tan bonita.
Entonces les dio, a cada uno, tres Virtudes. Se despidió y salió. Cuando llegó
nuevamente al cielo, el Señor le preguntó:
- Cuéntame cómo te fue.
El ángel Ildemar contestó enseguida:
- El primero de esos señores recibió las Virtudes y, al verlas, creyó que eran
monedas de oro y dijo: "Ahora mismo las llevaré al banco para hacer un buen
negocio...".
Dios contestó:
- Ese señor es un materialista. Es hombre práctico.
- El segundo, continuó diciendo el ángel, recibió las Virtudes y, cuando las vio
pensó que eran palabras bonitas. Dijo: "Con ellas voy a escribir hermosos
discursos, libros y hasta sermones...".
Dios contestó:
- Ese es un idealista... Pura espuma... ¿Y el tercero?
- Pues fue el que me pareció el más loco de los tres. Apenas recibió las Virtudes,
creyó que eran granos de trigo. Me dijo: "Hoy mismo los sembraré y esperaré
hasta la cosecha...".
Entonces Dios manifestó:
- i Ese es el Santo!
Esto significa que los Valores o Virtudes, especialmente los trascendentes, son
los que realmente merecen la pena cultivar, para que lenta, pero seguramente,
produzcan frutos de eternidad que son los únicos que nos acompañarán más allá
de la muerte.
Si en ese momento no los hemos cultivado, no habrá cosecha y el fracaso será
de por vida.
Cultivar valores significa sembrar, para que, en el silencio de la semilla que
muere y da la vida, se luche contra los antivalores que hoy abundan, y así lograr
lo que la recta y educada conciencia pide, en pro de sí, de los demás y de Dios.
(P. Humberto Agudelo c.)
A eso

A
uneso de caer
camino y volver
y tener que atorcerlo,
levantarte, de fracasar
de encontrar el ydolor
volver a comenzar,
y tener de seguir
que afrontarlo, a
eso, no le llames Adversidad, llámale SABIDURÍA.

A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener
que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de planear un
vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder, de querer y no saber, de
avanzar y no llegar, a eso, no le llames Castigo, llámale ENSEÑANZA.
A eso de pasar días juntos radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y
días de compañía, a eso, no le llames rutina, llámale EXPERIENCIA.

A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan y tu cerebro funcione y tus manos
trabajen y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta y tu corazón ame, a eso, no le
llames poder humano, llámale MILAGRO.

Envió: Cavalli A.
2. Vitaminas para el orden

¿Usted quiere a su ciudad?

Son muchos los que dicen con orgullo: "Yo quiero a mi ciudad, yo amo a mi
ciudad, yo doy todo por mi ciudad" y hasta ahí. No hay más compromisos y todo
es de labios para afuera, porque la realidad es otra. Si la amamos y la queremos,
entonces ¿por qué arrojamos los empaques de los dulces, los papelitos de notas,
empaques de drogas médicas o las bolsas del supermercado al piso?

¿Por
a qué enviamos
tiempo o pagamos
la arrojemos a personas
en la calle paradeque
o, en el peor loslacasos,
basura quelechos
a los no recogieron
de
nuestros ríos o quebradas? ¿Por qué los residuos sólidos de construcciones,
terminan cerca al andén del vecino o en el lote cercano? ¿Por qué los cadáveres
de animales en estado de putrefacción no los sepultamos, sino al contrario, los
llevamos a los sitios mencionados?
Ahora sí podemos reflexionar sobre el amor que le tenemos a nuestra ciudad, si
incurrimos en alguno de estos comportamientos sobre ella y sobre nosotros
mismos. De ahí una frase célebre que le escuché a don Hernando Parra Casas:
"En Colombia lo que se requiere son Escuelas para Padres de Familia", Es que de
la familia depende todo y nosotros somos espejos de lo brindado en casa. Ahora

sí, amemos a Honda (Tolima, Colombia).


(Tiberio Murcia Godoy)
Qué es fácil... Qué es difícil...

Fácil es ocupar un lugar en la agenda telefónica. Difícil es ocupar el corazón de


alguien...
Fácil es herir a quien nos ama. Difícil es curar esa herida...
Fácil es dictar reglas. Difícil es seguirlas...
Fácil es soñar todas las noches. Difícil es luchar por un sueño...
Fácil es exhibir la victoria. Difícil es asumir la derrota con dignidad...
Fácil es admirar una luna llena. Difícil es ver su otra cara...
Fácil es tropezar en una piedra. Difícil es levantarse...
Fácil es disfrutar la vida todos los días. Difícil es darle el verdadero valor...

Fácil es orar todas las noches. Difícil es encontrar a Dios en las cosas
pequeñas...
Fácil es prometerle algo a alguien. Difícil es cumplirle esa promesa...
Fácil es decir que amamos. Difícil es demostrarlo todos los días...
Fácil es criticar a los demás. Difícil es mejorar uno mismo... Fácil es cometer
errores. Difícil es aprender de ellos...
Fácil es llorar por el amor perdido. Difícil es cuidarlo para no perderlo...
Fácil es pensar en mejorar. Difícil es dejar de pensarlo y realmente hacerlo...
¡Qué hermoso día para estar vivo!

(Anónimo)
3. Vitaminas para la sinceridad

Abre tu corazón

Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público,


asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas y mucha gente, pues se
trataba de un famoso pintor, un artista reconocido.
Llegado el momento, se tiró la tela que cubría el cuadro. Hubo un caluroso
aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta
de una casa.
Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, aparentaba querer oír si dentro
de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban
aquella preciosa obra de arte.
Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía
cerradura. Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura. ¿Cómo se
hace para abrirla?".
"Así es, -respondió el pintor-. Porque esa es la puerta del corazón del hombre.
Sólo se puede abrir desde dentro".

Envió: Yuli M. Méndez.

En un colegio

Una madre de familia en un colegio, se acercó a las hermanas y con gran


cortesía les preguntó en qué más podría colaborar para el bazar: Que si en
dulces, emparedados, etc., que estaba a sus órdenes. La niña pequeña que la
escuchaba, respondió: "Mamá, tú dijiste en la casa: "¡Esas monjas sí que piden!".
(P. Humberto Agudelo c.)
Fábula china

Se cuenta que allá por el año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la
región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con
la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre
las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta.
Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a
todas las pretendientes y lanzaría un desafío. Una anciana que servía en el
palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos.
Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento
profundo de amor por el príncipe.
Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella
quería ir a la celebración. Sin poder creerlo, le preguntó: "¿Hija mía, que vas a
hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí.
Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no
hagas que el sufrimiento se vuelva locura".
Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy
loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar, por lo
menos por algunos momentos, cerca del príncipe. Esto me hará feliz".
Por la noche la joven llego al palacio. Allí estaban todas las muchachas más
bellas, con las más hermosas ropas, con las joyas más caras y con las más
determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:
"Daré a cada una de ustedes una semilla. Deben cultivarla con amor y hacerla
crecer. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será
escogida por mí, como esposa y futura emperatriz de China".
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba
mucho la especialidad de cultivar algo, sean: Costumbres, amistades, relaciones,
etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes
de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues
sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que
preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que
conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su
amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación, la muchacha le comunicó a su madre
que sin importar las circunstancias, ella regresaría al palacio en la fecha y hora
acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes
tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y
colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las
pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a
una, anunció su resultado.
Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes
tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había
escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con
calma, el príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna
de convertirse en emperatriz: La flor de la honestidad. Todas las semillas que
entregué eran estériles".
"SI PARA VENCER, ESTUVIERA EN JUEGO TU HONESTIDAD, PIERDE. Y SERÁS
SIEMPRE UN VENCEDOR".
Envió: Fray Fernando Rodríguez, O.F.M.

Las lentejas de Diógenes

Estaba Diógenes comiendo un plato de lentejas cuando lo vio Aristipo, quien


vivía confortablemente a base de adular al rey. Y le dijo Aristipo: "Si aprendieras
a ser sumiso al rey, no tendrías que comer lentejas". A lo que Diógenes replicó:
"Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey".
4. Vitaminas para la obediencia

El último beso a mi mamá

Como todos los días, desde hace ya 6 años, me despertó mi madre esta mañana
para ir a la escuela. Había pasado mala noche, con pesadillas sobre monstruos y
me costaba trabajo levantarme. A los 10 minutos, mi madre volvió a
despertarme esta vez con más premura; se me estaba haciendo tarde. Me
levanté como un bólido, apenas si me lavé la cara, desayuné en un abrir y cerrar
de ojos y ahí estaba mi mamá diciéndome: Que comas despacio, que te vas a
ahogar.
Con las prisas del momento, le contesté de mal talante: "Sí, ya lo sé. No
empieces a regañarme". Además, tuve que soportar las preguntas de rigor:
"¿Llevas el almuerzo? ¿te cepillaste los dientes?, ¿tienes listos los libros... ?" Yo,
aún más impaciente, le contesté levantando un poco la voz: "¡Ya te dije que sí!".
Ella sonrió suavemente y me dijo: "Anda, dale un beso a tu madre y ve con
cuidado a la escuela". Alcé los hombros con fastidio y le dije medio enfadado:
"¡Mamá! ¡Ya es muy tarde, no tengo tiempo para eso!" -"Está bien, hijo, ve de
prisa, que Dios te proteja".
Todavía retumban mis propias palabras en mi oído: "No tengo tiempo para
eso...". Con las prisas y el enfado me pasó por alto un leve destello de tristeza
en su mirada, mientras iba corriendo hacia la escuela. Estuve a punto de
regresarme a darle el beso a mi madre, sentía un nudo en el corazón, pero mis
compañeros comenzaron a llamarme y fui hacia ellos, ¿con qué excusa re-
gresada? ¿que iba a darle un beso a mi mamá? se hubieran reído de mí. De
todas formas, al regresar a casa, después de las clases vería a mi madre en la
puerta de mi casa esperándome, como siempre, temerosa de que me suceda
algo, impaciente si tardo unos minutos, ya que me he entretenido con los
amigos.
El día se me pasó volando en la escuela, entre clase y clase, juegos y almuerzo,
se me había olvidado el incidente de la mañana, sin embargo, esta vez, apenas
sonó el timbre salí corriendo a mi casa sin entretenerme, desde la esquina
esperaba divisar la figura de mi madre en la puerta, pero no había nadie. Supuse
que estaría adentro ocupada con algo, pero extrañé de momento su presencia
tan segura. Antes de tocar el timbre salió a la puerta mi padre, ¿pero, era mi
padre? aquel hombre era mucho mayor de lo que siempre me había parecido,
los hombros caídos, los ojos hinchados y un profundo halo de tristeza lo rodeaba.
Mi
vozcorazón empezó
para decir: a latir
"¿Qué pasa,alocadamente, presintiendo
papá, mamá está bien?". algo, apenas me salió la
En un suspiro me contestó: "Tu madre sufrió un ataque al corazón esta mañana,
su muerte fue instantánea, nadie se enteró hasta que vinieron a visitarla y la
encontraron allí tendida en el pasillo, fue muy rápido, hijo, se fue nuestro
ángel...". Un sollozo salió de su garganta y no pudo continuar hablando.
¿Mi mamá? ¿mi mamá? la que todas las mañanas me despierta, la que por las
noches reza conmigo, me arropa y me da un beso de buenas noches, mi madre,
a la que esta mañana contesté de mal modo, a la que no le di el beso de
despedida, ¿mi mamá? Dios, perdóname, dile que me perdone, aún soy un niño
pretendiendo ser un hombre, dile, por favor, que ella es lo que más quiero en
esta vida, que sus abrazos me han dado seguridad siempre y es ahí donde me
he sentido más protegido, dile que su suave sonrisa me acompañará toda la vida
y que prometo valorar a las personas que comparten conmigo mi existencia, no
ponerme bravo con ellas sin ningún motivo y que les daré mil besos, día a día,
por todos los que no pude darle a ella, a mis hijos, a sus nietos... Cuídala por mí,
mi Dios, que ella es muy buena y di le por favor, Dios mío, que cuando me toque
la hora de partir de este mundo venga a mi lecho y me arrope como siempre lo
hizo.
Disfrutemos no sólo de este día, sino todos los días de nuestra vida... Nunca
sabremos hasta cuándo tendremos la dicha de su presencia. Y si ya no están con
nosotros, no te preocupes; una madre y un padre son muy necios y nunca te
dejarán solo.
Envió: Yamile Acuña.
5. Vitaminas para la generosidad

Una lección de mi padre

Nuestra familia siempre ha estado dedicada a los negocios. Mis seis hermanos y
yo trabajamos en el negocio de mi padre, en Mott, Dakota del Norte, un pequeño
pueblo en medio de las praderas. Comenzamos a trabajar haciendo diferentes
oficios, como limpiar el polvo, arreglar las repisas y empacar, luego progresamos
hasta llegar a atender a los clientes. Mientras trabajábamos y observábamos,
aprendimos que el trabajo era más que un asunto de supervivencia o para hacer
una venta.

Recuerdo una lección de manera especial. Era poco antes de Navidad, yo estaba
en el grado séptimo y trabajaba en las tardes, organizando la sección de los
juguetes. Un niño de cinco o seis años entró en la tienda, llevaba un viejo abrigo
marrón, de puños sucios y ajados, sus cabellos estaban alborotados, con ex-
cepción de un copete que salía derecho de la coronilla, sus zapatos gastados,
con un único cordón roto, me corroboraron que el niño era pobre -demasiado
pobre como para comprar algo-. Examinó con cuidado la sección de juguetes,
tomaba uno y otro, cuidadosamente los colocaba de nuevo en su lugar.
Papá entró y se dirigió al niño. Sus acerados ojos azules sonrieron y un hoyuelo
se formó en sus mejillas, mientras preguntaba al niño en qué le podía servir.
Éste respondió que buscaba un regalo de Navidad para su hermano. Me
impresionó que mi padre lo tratara con el mismo respeto que a un adulto. Le dijo
que se tomara su tiempo y mirara todo. Así lo hizo.

Después de veinte minutos, el niño tomó con cuidado un avión de juguete, se


dirigió a mi padre y dijo: "¿Cuánto vale esto, señor?"" ¿Cuánto tienes?", preguntó
mi padre.
El niño estiró su mano y la abrió. La mano, por aferrar el dinero, estaba surcada
de líneas húmedas de mugre. Tenía dos monedas de diez, una de cinco y dos
centavos -veintisiete centavos-. El precio del avión elegido era de tres dólares
con noventa y ocho centavos.
"Es casi exacto" -dijo mi padre-, ¡venta cerrada!". Su respuesta aún resuena en
mis oídos. Mientras empacaba el regalo pensé en lo que había visto. Cuando el
niño salió de la tienda, ya no advertí el abrigo sucio y ajado, el cabello revuelto,
ni el cordón roto. Lo que vi fue un niño radiante con su tesoro.
Envió: Ender.

El amigo del hijo

Era la reunión del domingo por la noche de un grupo apostólico en una iglesia de
la comunidad. Después de que cantaron los himnos, el sacerdote se dirigió al
grupo y presentó a un orador invitado; se trataba de uno de sus amigos de la
infancia, ya entrado en años. Mientras todos lo seguían con la mirada, el anciano
ocupó el púlpito y comenzó a contar esta historia:
"Un hombre, junto con su hijo y un amigo de éste, estaban navegando en un
velero a lo largo de la costa del Pacífico, cuando una tormenta les impidió volver
a tierra firme. Las olas se encresparon a tal grado que el padre, a pesar de ser
un marinero de experiencia, no pudo mantener a flote la embarcación y las
aguas del océano arrastraron a los tres".

Al decir esto, el anciano se detuvo un momento y miró a dos adolescentes que,


por primera vez, desde que comenzó la charla estaban mostrando interés y
siguió narrando:
“El padre logró agarrar una soga, pero luego tuvo que tomar la decisión más
terrible de su vida: Escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro extremo
de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. El padre sabía que su
hijo era un buen cristiano y también que el amigo de su hijo no lo era. La agonía
de la decisión era mucho mayor que los embates de las olas.
Miró en dirección a su hijo y le gritó: ¡TE QUIERO, HIJO MÍO! y le tiró la soga al
amigo de su hijo. En el tiempo que le tomó al amigo halar hasta el velero
volcado en campana, su hijo desapareció bajo los fuertes oleajes en la oscuridad
de la noche. Jamás lograron encontrar su cuerpo".
Los dos adolescentes estaban escuchando con suma atención, las próximas
palabras que pronunciara el orador invitado. "El padre -continuó el anciano-
sabía que su hijo pasaría a la eternidad con Cristo y no podía soportar el hecho
de que el amigo de su hijo no estuviera preparado para encontrarse con Dios.
Por eso sacrificó a su hijo. ¡Cuán grande es el amor de Dios que lo impulsó a
hacer lo mismo por nosotros!".
Dicho esto, el anciano volvió a sentarse y hubo un tenso silencio. Pocos minutos
después dé concluida la reunión, los dos adolescentes se encontraron con el
anciano. Uno de ellos le dijo cortésmente: "Esa fue una historia muy bonita, pero
a mí me cuesta trabajo creer que ese padre haya sacrificado la vida de su hijo
con la ilusión de que el otro muchacho algún día decidiera seguir a Cristo",
“Tienes toda la razón”, le contestó el anciano mientras miraba su Biblia gastada
por el uso. Y, entretanto, sonreía, miró fijamente a, los dos jóvenes y les dijo:
"Pero esa historia me ayuda a comprender lo difícil que debió haber sido para
Dios entregar a su Hijo por mí. A mí también me costaría trabajo creerlo si no
fuera porque el amigo de ese hijo era yo".
Envió: Yira Rodríguez

Solamente la cruz era de Él

Cuando digas:
Si yo hubiera nacido en cuna de oro...
Si mis padres fueran más inteligentes...
Si yo ganara la lotería...
Si no hubiera tanta gente acaparando mi vida...
Si yo consiguiera un diploma sin tener que estudiar...
¿Por qué la gente lucha y sufre tanto en este "Valle de lágrimas"?
¿Otra queja más, todavía?
Entonces, recuerda:
El lugar donde Jesús nació era prestado;
el burrito que Él montó era prestado;
los panes y peces que Él multiplicó eran prestados;
la sala donde Él instituyó la Eucaristía era prestada;
la barca donde Él viajó era prestada;
el sepulcro donde Él fue sepultado era prestado:
¡SOLAMENTE LA CRUZ ERA DE ÉL!
Envió: Lucy González.

Ciento por uno

Iba yo por el camino de la aldea, cuando tu carroza apareció a lo lejos, magnífica


y resplandeciente. Y al pasar junto a mí se detuvo. Entonces tú me miraste a los
ojos y bajaste sonriendo. Sentí que me invadía la felicidad de la vida y pensé que
las penurias de mis días malos habían terminado.
Luego, me tendiste tu diestra y me dijiste: "¿Puedes darme alguna cosa?" ¡Ah,
qué ocurrencia la de tu realeza, pedirle a un mendigo! Yo estaba confuso y no
sabía qué hacer, entonces saqué lentamente de mi saco un granito de trigo y te
lo di. Pero, qué tristeza la mía, cuando al caer la tarde y vaciar mi saco en la
arena, encontré un granito de oro en la miseria del montón. Qué amargamente
lloré el no haber tenido corazón, para darte todo.
(R. Tagore)
Envió: Gerardo Velasco.

Celia Cruz

En la homilía del funeral de Celia Cruz, la popular cantante cubana, el sacerdote


comentó: "Iban tres hombres hacia una montaña y sintieron mucha hambre.
Sólo llevaban una fruta. Pidieron a Dios, con mucha Fe y Él les respondió:
Propongan alternativas inteligentes para ver qué solución dan.
El primero dijo: Multiplica, Señor, la fruta para que podamos comer todos. Dios
respondió: No es propuesta inteligente, porque los hombres prefieren la cantidad
a la calidad.
El segundo dijo: Haz gigante la fruta para que podamos alimentarnos. Dios
contestó: Tampoco es una alternativa buena, porque las personas entre más
tienen, más quieren y, fácilmente, pasan a la ambición y de ésta a la codicia.
El tercero propuso: Haznos pequeños, para que la fruta alcance para todos y la
podamos compartir. Dios lo alabó y dijo que esa sí era una alternativa
inteligente, pues mostraba no sólo vivir la humildad, sino también el pensar en
los demás solidariamente...".
Y ésta, según el predicador, había sido en su vida, la estrella latinoamericana
Celia Cruz, por la cual se celebraba la fiesta eucarística en Miami.
(P. Humberto Agudelo c.)

Dar de corazón

Hubo una vez un limosnero que estaba tendido aliado de la calle. Vio a lo lejos
venir al rey con su corona y capa. Pensó: "Le voy a pedir y seguramente me dará
bastante". Y cuando el rey pasó cerca, le dijo: "Su majestad, ¿me podría, por
favor, regalar una moneda?" Aunque en su interior pensaba que el rey le iba a
dar mucho más. El rey le miró y le dijo: "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no
soy yo tu rey?".
El mendigo no sabía qué responder a la pregunta y dijo: "Pero su majestad, ¡yo
no tengo nada!". El rey respondió: "Algo debes tener. ¡Busca!". Entre su
asombro y enojo
naranja, un bollo el
demendigo buscó
pan y unos entre
granos desus cosas
arroz. y supo
Pensó queque tenía
el pan una
y la naranja
eran mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y
se los dio al rey. Complacido, el rey dijo: "¡Ves cómo sí tenías!". Y le dio 5
monedas de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo dijo entonces: “Su
majestad, creo que acá tengo otras cosas”, pero el rey no hizo caso y dijo:
"Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar".
Es fácil en esta historia reconocer cómo el rey representa a Dios y el mendigo, a
nosotros. Notemos que éste, aun en su pobreza, es egoísta. Ocasionalmente,
Dios nos pide que le demos algo para así demostrarle que Él es el más
importante. Unas veces nos pide ser humildes, otras ser sinceros o no ser
mentirosos. Nos negamos a darle a Dios lo que nos solicita, pues creemos que
no recibiremos nada a cambio, sin pensar en que Dios devuelve el ciento por
uno.
No sé que te pida Dios en este momento... ¿Confianza? ¿sencillez? ¿humildad?
¿abandono en su voluntad? No lo sé. Solamente sé, que por lo que le des, te
devolverá mucho más y recuerda no darle solamente unos pocos granos, dale
todo lo que tengas, pues sinceramente, VALE LA PENA.
Envió: Fray Fernando.

El gusano y el escarabajo

Había una vez, un gusano y un escarabajo que eran amigos, pasaban charlando
horas y horas. El escarabajo estaba consciente de que su amigo era muy
limitado en movilidad, tenía una visibilidad muy restringida y era muy tranquilo
comparado con los de su especie. El gusano tenía muy clara la idea de que su
amigo venía de otro ambiente, comía cosas que le parecían desagradables y era
muy acelerado para su estándar de vida, tenía una imagen grotesca y hablaba
con mucha rapidez.
Un día, la compañera del escarabajo le cuestionó la amistad con el gusano.
¿Cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro del gusano? A lo que
él respondió que el gusano estaba limitado en sus movimientos. ¿Por qué seguía
siendo amigo de un insecto que no respondía los saludos efusivos que el
escarabajo le enviaba desde lejos?
Esto era entendido por él, ya que sabía de su limitada visión, muchas veces ni
siquiera se daba cuenta si alguien lo saludaba y cuando sentía que lo saludaban,
no distinguía de quien se trataba. Sin embargo, calló para no discutir.
Fueron muchas las respuestas que buscaron en el escarabajo para cuestionar su
amistad con el gusano, al final, éste decidió poner a prueba su fidelidad
alejándose un tiempo para esperar que el gusano lo buscara.
Pasó el tiempo y la noticia llegó: El gusano estaba muriendo, pues su organismo
no soportaba tanto esfuerzo, cada día emprendía el camino para llegar hasta su
amigo y la noche lo obligaba a retornar hasta su lugar de srcen.
El escarabajo decidió ir a verlo sin preguntar a su compañera qué opinaba. En el
camino varios insectos le contaron las peripecias del gusano por saber qué le
había pasado a su amigo. Le contaron de cómo se exponía día a día para ir al
lugar dónde él se encontraba, pasando cerca del nido de los pájaros. De cómo
sobrevivió al ataque de las hormigas y así sucesivamente.
Llegó el escarabajo hasta el árbol en que yacía el gusano esperando pasar a
mejor vida. Al verlo acercarse, con las últimas fuerzas que la vida le daba le dijo
cuánto le alegraba que se encontrara bien. Sonrió por última vez y se despidió
de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado.
El escarabajo, avergonzado de sí mismo, par haber confiado su amistad en otros
oídos que no eran los suyos, había perdido muchas horas de regocijo que los
diálogos con su amigo le proporcionaban. Al final, entendió que el gusano,
siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que él era, era su amigo, a
quien respetaba y quería, no tanto por la especie a la que pertenecía, sino
porque le ofreció su amistad.
El escarabajo aprendió varias lecciones ese día: La amistad está en ti y no en los
demás, si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo. También
entendió que el tiempo no delimita las amistades, tampoco las razas o las
limitantes propias ni las ajenas. Lo que más le impactó fue que el tiempo y la
distancia no destruyen una amistad, son las dudas y nuestros temores los que
más nos afectan. Y cuando pierdes un amigo una parte de ti se va con él. Las
frases, los gestos, los temores, las alegrías e ilusiones compartidas en el capullo
de la confianza se van con él.
El escarabajo murió después de un tiempo. Nunca se le escuchó quejarse de
quien mal le aconsejó, pues fue decisión propia el poner en manos extrañas su
amistad, sólo para verla escurrirse como agua entre los dedos.
Si tienes un amigo no pongas en tela de duda lo que es, pues sembrando dudas
cosecharás
come o qué temores. Noestarás
hace, pues te fijes poniendo
demasiadoenen cómo
una habla,
vasija rotacuánto tiene, qué
tu confianza.
Reconoce la riqueza de quien es diferente de ti y está dispuesto a compartir sus
ideales y temores, pues esto alimenta el espíritu de supervivencia más que un
buen platillo.
La esencia del gusano y el escarabajo se volvió una en el plano que encuentra
más allá de este mundo, volviendo al regocijo que en esta vida habían
encontrado.

Dijo la Madre Teresa: "Vaya pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena
que yo pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano, debo
hacerla ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí".

Envió: Claudia Araujo.

Un sabio

Cuentan que a un pueblo lejano, un día llegó un hombre ya bien anciano. Dicen
que era sabio. Unos jóvenes universitarios decidieron probarlo. Fueron hasta él y
le preguntaron: "Si eres un sabio, entonces dinos quién es la mejor persona de
este pueblo".
Al día siguiente, se ubicó en una calle donde se dice que todos los ciudadanos
pasaban continuamente. Colocó un cartel que decía: "NECESITO ALGO DE

USTED. POR FAVOR, DÓNEME ALGUNA COSA".


La gran mayoría le dio dinero. Pero, cada vez que le daban dinero, él lo arrojaba
a otro mendigo que se encontraba a su lado. La gente se sorprendió con su
actitud
Al día siguiente, de nuevo estaba él con el mismo cartel. Esta vez, muy pocos le
dieron dinero -que fue debidamente arrojado al otro mendigo- pero le trajeron
comida, de la mejor y de la peor. Nuevamente, el sabio dio toda la comida
recibida a otros mendigos cercanos y, al llegar la hora del almuerzo, comió de su
propia comida. Nadie entendió que quería realmente el sabio.
Llegó el tercer día, estaba él con el mismo cartel pero esta vez le regalaron
menos dinero que el día anterior y muy pocos le dieron comida y la que recibió
la distribuyó con los otros mendigos del lugar pero, un hombre se acercó al
sabio, le preguntó cómo estaba, le sonrió, conversó un rato con él y después se
retiró. Cuando el hombre se fue, el sabio abandonó el lugar.
Dos días después, los jóvenes preguntaron sobre lo que había sucedido. "Mis
jóvenes, la realidad es que tanto el dinero como la comida que me dieron no
tenían nada de especial. Simplemente cumplían con su deber, por tener algo,
dando a los que no tienen. Sin embargo, la persona que se acercó, me sonrió y
conversó conmigo es la mejor de todas, porque me dio la riqueza de la vida y la
comida del alma".
Siempre que busquen a alguien bueno, verifiquen que, junto con cualquier cosa
material que pueda dar, esa persona dé algo de sí misma, de lo bueno que cada
uno de nosotros llevamos dentro.
Envió: Z. Ibarra.
6. Vitaminas para la bondad

La madre que sí sabía

En cierta ocasión un hombre vino a nuestra casa y me dijo: "Aquí cerca hay una
familia hindú con ocho hijos que llevan mucho tiempo sin probar bocado", Al
oírlo tomé un puñado de arroz y salí a toda prisa para que pudieran comer
aquella noche.
En los rostros de aquellos ocho niños vi dibujadas las huellas del hambre, como
pocas veces las había visto. A pesar de ello, aquella madre tuvo el coraje de
dividir el arroz en dos porciones iguales y salió con una.
Cuando estuvo de vuelta pregunté: "¿A dónde has ido? ¿Qué has hecho?"
"¡También ellos tienen hambre!" contestó la señora. Una familia de religión
musulmana vivía en la casa de enfrente y tenía otros tantos hijos. Aquella madre
sabía que también ellos tenían hambre. Lo que me conmovió fue que ella fue
generosa hasta el heroísmo de la privación.
¡Esto es algo realmente hermoso! i Eso es amor de verdad! Aquella mujer dio
con dolor. ¡Tendrías que haber visto los rostros de aquellos pequeños! Ellos
comprendieron verdaderamente lo que su madre había hecho. El gesto de su
madre les enseñó lo que es el amor auténtico.

(Relato de la Madre Teresa de Calcuta)

Sacerdote ahogado

La prensa romana dio a conocer lo sucedido en Bojano, pueblecito italiano: El


miércoles 30 de julio, hicieron un paseo por el Mar Adriático un grupo de
jóvenes, entre los 12 y los 16 años. Iban felices, cuando una fuerte sacudida
producida por la corriente del mar, hizo que cayeran varios de los niños que
gozaban de ese magnífico día marino.
El Padre Stefano Gorzegno se dio cuenta del grupo que cayó al oleaje y, sin
importar para nada el peligro de lanzarse al agua con el peso de su sotana, no lo
dudó, sino que, fiel al principio de que el pastor da la vida por sus ovejas, se fue
en su ayuda, siendo consciente de ser un buen nadador y gran buceador.
Gracias a eso, logró salvar a 7 niños, pero, a pesar de sus esfuerzos, no pudo
más; sus fuerzas lo dejaron y... pereció ahogado. La localidad de Bojano ofreció
durante su funeral, todos los honores correspondientes a un héroe...

(Cf. Noticia aparecida en www.aciprensa, 1º de agosto de 2003)

¿Qué quieres ser cuando seas grande?

La madre de 26 años se quedó absorbida mirando a su hijo que moría de


leucemia. Aunque su corazón estaba agobiado por la tristeza, también tenía un
fuerte sentido de discernimiento.
Como cualquier madre, deseaba que su hijo creciera y realizara todos sus
sueños. Pero ahora eso no era posible para su hijo. La leucemia no se lo
permitiría. Aun así, todavía quería que sus sueños se realizaran. Tomó la mano
del pequeño y le preguntó: "Billy, ¿alguna vez pensaste en lo que querías ser

cuando crecieras? ¿Soñaste y pensaste en lo que harías con tu vida?


- Mami, siempre quise ser un bombero cuando creciera.
La madre se sonrió y dijo: "Veamos si podemos hacer realidad tu sueño". Ese
día, más tarde, se dirigió a la estación de bomberos de Phoenix, Arizona. Allí
conoció al bombero Bob, un hombre con un corazón grande como Phoenix. Le
explicó el deseo último de su hijo y le preguntó si era posible darle a su
pequeño, de tan sólo seis años, un paseo alrededor de la cuadra en un camión
bombero.

El bombero Bob dijo: "Mire, podemos hacer algo mejor que eso. Tenga a su hijo
listo el miércoles, a las 7 de la mañana y lo haremos un 'Bombero Honorario'
durante todo el día. El puede venir con nosotros aquí a la estación, comeremos
juntos y saldremos cuando recibamos llamadas de incendios. Y, si usted nos da
sus medidas, le conseguiremos un uniforme de bombero, con un sombrero que
lleve el emblema de la Estación de Bomberos de Phoenix; no uno de juguete,
sino el emblema amarillo que nosotros llevamos y sus botas de hule. Todo eso
es hecho aquí en Phoenix, así que es fácil conseguirlo bastante rápido".
Tres días después, el bombero Bob recogió a Billy, le puso su uniforme de
bombero y lo condujo desde la cama del hospital hasta el camión bombero. Billy
tuvo que sentarse en la parte de atrás del camión y ayudar a conducirlo de
regreso a la estación. Se sentía como en el cielo.
Hubo tres llamadas en Phoenix ese día y Billy tuvo que salir en las tres. En tres
camiones diferentes. Fue en el microbús paramédico y también en el carro del
Jefe de bomberos, lo grabaron en video para pasarlo en las noticias locales de
televisión. Habiendo hecho realidad su sueño y con todo el amor y la atención
que le fue dada, Billy fue tocado tan profundamente en su corazón, que logró
vivir tres meses más de lo que cualquier médico pensó que viviría.
Una noche todas sus señales vitales comenzaron a decaer dramáticamente y el
Jefe de Enfermería, que creía en que nadie debe morir solo, comenzó a llamar a
los miembros de la familia para que vinieran al hospital.
Luego, recordó el día en que Billy había pasado como si fuera un bombero, así
que llamó al Jefe de la estación y le preguntó si era posible que enviara a un
"bombero" uniformado al hospital para que estuviera con Billy mientras
entregaba su alma.
El Jefe le dijo: "Haremos algo mejor. Estaremos allí en cinco minutos. ¿Me hará
un favor? Cuando oigan las sirenas sonando y las luces centelleando ¿podría
anunciar por los altoparlantes que no hay ningún incendio, sino que es el
Departamento de Bomberos que va a ver a uno de sus más finos miembros una
vez más? Y, por favor, podría abrir la ventana de su cuarto?".
Cinco minutos más tarde, un gancho y la escalera del carro bombero, llegaron al
hospital y se extendieron hasta el tercer piso donde estaba la ventana abierta
del cuarto de Billy; 16 "bomberos" subieron por ella y entraron al cuarto. Con el
permiso de su mamá, cada uno de ellos lo abrazó y lo arrulló diciéndole cuánto
lo amaba. Con su aliento agonizante, Billy miró al Jefe de los Bomberos y dijo:
"JEFE, ¿SOY VERDADERAMENTE UN BOMBERO AHORA?". El Jefe le respondió: "sí,
BILLY, LO ERES". Con esas palabras, Billy sonrió y cerró sus ojos por última vez...
Los seres humanos necesitamos el conocimiento y el amor de Dios manifestados
a través de nuestros semejantes.
(Cronista desconocido)
Respuestas infantiles que sorprenden

Al autor y orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado
en un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño más cariñoso. El
ganador fue un niño de 4 años, cuyo vecino era un anciano, a quien
recientemente le había fallecido su esposa. El niño, al ver al hombre llorar, fue al
patio de su casa, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó
qué le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó: "Nada, sólo le ayudé a
llorar".

---------------------------*

La Maestra Debbie Moon's, de primer grado, estaba discutiendo con su grupo el


dibujo de una familia. Había un niño pintado y tenía el cabello de color diferente
al del resto
dibujo de los miembros
era adoptado de compañera
y una niña la familia. Uno
del de elloslesugirió
grupo que
dijo: "Yo séeltodo
niñodedel
adopciones porque yo soy adoptada" "¿Qué significa ser adoptado?" preguntó
otro. "Significa -dijo la niña- que tú creces en el corazón de tu mamá, en lugar de
crecer en su vientre".

--------------------------*

Nueva York, en un frío día de diciembre: Un niño de 10 años estaba parado


frente a una tienda de zapatos, estaba descalzo, apuntando a través de la
ventana y temblando de frío. Una señora se le acercó y le dijo: "Mi pequeño
amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?" "Le estaba
pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos", fue la respuesta. La señora lo
tomó de la mamo y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le
diera media docena de calcetines para el niño. Preguntó si podría darle un
recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió.
Ella se llevó al pequeño a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le
lavó los pies y se los secó con la toalla.
Llegó el empleado con los calcetines. La señora le puso un par al niño y le
compró un par de zapatos. Juntó el resto de calcetines y se los dio al niño. Lo
acarició en la cabeza y le dijo: "¡No hay duda, pequeño amigo, que te sientes
más cómodo ahora!"... Mientras ella daba la vuelta para irse, el niño la alcanzó
de la mano, mirándola con lágrimas en los ojos, contestó con estas palabras:
"¿Es usted la esposa de Dios?".

(Anónimo)

Y Dios dijo...

Si nadie te ama, mi alegría es amarte.


Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi alegría.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.

Si estás vacío, mi ternura te colmará.


Si tienes miedo, te llevo en mis brazos.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: "Estoy aquí, dentro de ti".
Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel contigo.
Si quieres hablar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad en tu corazón.
Si estás en prisión, te vaya visitar y liberar.
Si te marchas, no quiero que guardes las apariencias.
Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti.
Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente, un niño.
Si estás excluido, yo soy afiliado.
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón.

Envió: Jorge López Alcedo.


7 Vitaminas para la responsabilidad

El vuelo del halcón

Un rey recibió, como obsequio, dos pequeños halcones y los entregó al maestro
de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el maestro le informó al
rey que uno de los halcones estaba perfectamente adiestrado, pero que al otro
no sabía qué le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el
día en que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero
nadie pudo hacerla volar. Al día siguiente, el monarca decidió comunicar a su
pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
En la mañana, lo vio volando ágilmente por los jardines.
El rey le dijo a su corte: "Traedme al autor de este milagro". Su corte le llevó a
un humilde campesino. El rey le preguntó: "¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo
hiciste? ¿Eres acaso un mago?" Intimidado, el campesino le dijo al rey: "Fue fácil,
mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta de que tenía alas y
empezó a volar".
¿Sabes que tienes alas? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué te estás agarrando?
¿De qué no te puedes soltar?
Envió: Fernando Macías Valadez.
Éxito

¿Qué es tener éxito?

- Es comenzar por tener un sueño.


- Es estar comprometido con tus sueños.
- Es tener confianza en ti mismo.
- Es algo que no aparece por casualidad.
- Es aceptar lo que no se puede cambiar.
- Es saber cambiar a tiempo.
- Es saber que lo único permanente es el cambio.
- Es saber y poder delegar en los demás parte de tu tarea. Es volver a empezar.
- Es reconocerte en tus logros.
- Es saber disfrutar de tus logros.
- Es reconocer que te equivocaste y pedir perdón.
- Es reconocer que detrás de cada acierto, puede haber varios fracasos.
- Es enamorarte de lo que haces.
- Es no postergar y hacer algo ahora.
- Es darse cuenta que estás eligiendo a cada momento.
- Es reconocer tus propias debilidades y fortalezas.
- Es no parar jamás hasta conseguir tus sueños.
- Es saber con qué fin hacemos las cosas.
- Es no mirar hacia atrás.
- Es actuar con entusiasmo.
- Es transitar caminos desconocidos.
- Es probar hacer algo que nunca hicimos.
- Es saber que no estamos solos.
- Es no rendirse jamás.
- Es rendirse ante lo que no se puede cambiar.
- Es disfrutar de cada momento.
- Es tener tiempo libre y disfrutarlo.
- Es pensar en positivo.
- Es tener metas claras.
- Es tener perseverancia en la búsqueda de los sueños.
- Es estar preparado para ver la oportunidad.
- Es tener una actitud positiva.
- Es desarrollar la creatividad.
- Es utilizar la imaginación.

- Es volver a comenzar con el mismo entusiasmo.


- Es volver a empezar sin darse por vencido.
- Es hacer las cosas lo mejor posible, pero hacerlas.
- Es actuar como si ya hubieras logrado tus metas.
- Es tener claridad en el propósito.
- Es no hacerse problema por las cosas pequeñas.
- Es dejar una huella para que otro pueda seguir.
- Es jugar a ganar por disfrutar.
- Es tener conciencia de lo que se quiere.
- Es arriesgar.

Envió: Yali.

Ganador y perdedor

Cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me equivoqué".


Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa".
Un ganador trabaja más fuerte que el perdedor y tiene más tiempo; un perdedor
siempre está "muy ocupado" para hacer lo necesario.
Un ganador enfrenta y supera su problema, un perdedor le da vueltas y nunca
logra pasarlo.
Un ganador se compromete; un perdedor hace promesas.
Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero no tan bueno como a mí me gustaría ser".
Un perdedor dice: "Yo soy tan malo como lo es mucha otra gente y otros son
peor que yo".
Un ganador escucha, comprende y responde. Un perdedor sólo espera hasta que
le toque su turno de hablar.
Un ganador respeta a aquellos que son superiores a él y trata de aprender algo
de ellos.
Un perdedor se resiente con aquellos que son superiores a él y trata de

encontrarles defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo; un perdedor no
colabora y siempre dice: "Yo sólo hago mi trabajo".
Un ganador dice: "Debe haber una mejor forma de hacerla".
Un perdedor dice: "Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho".
Un ganador como tú, comparte este mensaje con sus amigos.
Un perdedor es egoísta y se lo guarda para sí mismo.
Y tú, ¿con quién de los dos te identificas?
(Anónimo)

Envió: Elmer Ponce.

No hay que temer

Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo.


Temía fracasar, hasta que me di cuenta de que únicamente fracaso si no lo
intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos
modos opinarían de mí.
Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo y
en Dios.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el
comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta de que no es otra cosa más que
ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta cuando vislumbré la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba
pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos
desfallecer no olvidemos que, al final, siempre hay algo más.

Envió: Jenny Gaytán.

Ante la tormenta

Empezó a lloviznar y al momento los relámpagos iluminaban la ciudad entera


haciendo parecer que amanecía. Más tarde los truenos empezaron a oírse
lejanos y finalmente la ciudad entera se sacudió en un ruido estrepitoso,
pareciendo que la centella que zigzagueaba caería sobre nosotros. ¡Qué
espectáculo tan bello! ¡Qué impotencia más absoluta se siente cuando se
contempla la naturaleza! Amaneció con un sol radiante y el cielo era tan azul
que parecía que la tormenta hubiera lavado cuidadosamente el firmamento; era
un día tranquilo, luminoso.
Esa hermosa mañana todos comentaban: "Hace mucho que no veía rezar a tanta
gente como anoche. Era algo impresionante ver cómo oraban todas las
personas". ¡Qué triste que necesitemos siempre en la vida de tormentas para
hablarle al Padre! Yo creo que también las tormentas del alma nos deben hacer
elevar el alma a Dios. ¡Cuántas veces somos víctimas de depresiones
emocionales porque no le damos a nuestra alma el alimento de la oración! ¡Qué
tremendas tormentas se desatan en el alma!
Esas son peores que las que vivimos en fenómenos atmosféricos. Dentro de
nosotros mismos tenemos las tormentas de odios, envidias, celos, son las
centellas que destruyen la alegría de vivir. La tormenta de esa noche me llevó a
profunda meditación y me motivó a decirle: "Señor, que no necesite mi
existencia tormentas para amarte, que no necesite centellas que me atemoricen
para recurrir a Ti. Que no sean necesarias las tinieblas para buscar tembloroso
tu amorosa mano". "Que sienta que únicamente junto a Ti puedo encontrar paz,
alegría y entusiasmo...
interiores, Y que
me refugie en cuando
la paz de tu me sacudan el alma las tormentas
amor".
Envió: Fray Fernando Rodríguez, OFM.

Cuando los niños aprenden

Cuando los niños aprenden que la felicidad no se encuentra en lo que una


persona tiene, sino en lo que ella es.
Cuando aprenden que dar y perdonar es más gratificante que quitar y vengarse.
Cuando aprenden que el sufrimiento no se mitiga con autocompasión, sino que
se supera con determinación interior y fuerza espiritual.
Cuando aprenden que no pueden controlar al mundo a su alrededor, pero que
son los maestros de sus propias almas.
Cuando aprenden que las relaciones mejoran si valoran más la amistad que el
ego, el compromiso que el orgullo, escuchar que aconsejar.
Cuando aprenden a no odiar a una persona cuya diferenci a temen, sino a temer
a ese tipo de odio.
Cuando aprenden que hay placer en la fuerza de motivar a otros, no en la falsa
fuerza de humillar.
Cuando aprenden que el elogio de otros es halagador, pero sin sentido si no se
conjuga con el respeto a sí mismo.
Cuando aprenden que el valor de una vida se mide mejor, no por los años
dedicados a acumular posesiones, sino por los momentos dedicados a dar de sí
mismo, compartiendo sabiduría, inspirando esperanza, secando lágrimas y
conmoviendo corazones.
Cuando aprenden que la belleza de una persona no se ve con los ojos sino con el
corazón y que, aunque el tiempo y las penurias puedan destruir nuestra coraza
exterior, nos pueden mejorar el carácter y la perspectiva.
Cuando aprenden a abstenerse de juzgar sabiendo que todas las personas están
dotadas de cualidades y defectos y que la aparición de unas u otras depende de
la ayuda ofrecida o el daño infligido por otros.
Cuando aprenden que a todas las personas se les ha dado el don de tener un YO
único y que el propósito de la vida es compartir lo mejor de ese don con el
mundo.
Cuando los niños aprenden estos ideales, ¡ya no son niños! son una bendición
para quienes los conozcan y valiosos modelos para todo el mundo:
(David R. Weatherford)

El fabricante de lápices

Un fabricante de lápices tomó un lápiz, antes de meterlo en su caja y le dio unos


consejos. Le dijo: "Hay cinco cosas que debes saber antes que seas enviado al
mundo. Siempre recuérdalas y serás el mejor lápiz del mundo. Son las
siguientes:
1. Siempre harás cosas grandiosas, pero solamente si te dejas sostener en la
mano de alguien más.
2. Experimentarás el dolor en algunas ocasiones en que te saquen punta, pero

será necesario para que seas cada vez un mejor lápiz.


3. Tendrás errores, pero tendrás un borrador para corregirlos todos.
4. La parte más importante de ti es la que llevas dentro.
5. En cualquier superficie que seas usado, tendrás que dejar tu marca. No
importan las circunstancias o las condiciones, deberás continuar escribiendo".
El lápiz entró en su caja prometiendo recordar estas 5 cosas y con un propósito
en su corazón de ser útil.
Ahora podríamos ponernos nosotros en el lugar del lápiz y recordar estas 5 cosas
para ser, cada día, una mejor persona:
1. Siempre harás cosas grandiosas, pero sólo si te dejas sostener en la mano de
Dios.
2. Experimentarás el dolor en algunas ocasiones de las luchas y tribulaciones,
pero será necesario para que seas más fuerte y valiente.
3. Tendrás errores, pero tendrás humildad para corregirlos todos y crecer por
medio de ellos.

4. La parte más importante de ti es la que llevas dentro del corazón.


5. En cualquier superficie que camines, tendrás que dejar tu marca. No importan
las circunstancias o las condiciones, deberás continuar sirviendo a Dios en cada
momento.
Servir a Dios y a los demás es uno de los privilegios más hermosos que tiene el
creyente.
(Anónimo)
Envió: Fray Fernando Rodríguez, OFM.

Naranjas para el personal

Juan trabajaba en una empresa hace dos años. Siempre fue muy serio, dedicado
y cumplidor de sus obligaciones. Llegaba puntual y estaba orgulloso de que en 2
años nunca recibió una amonestación. Cierto día buscó al Gerente para hacerle
un reclamo:
- Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a
gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Fernando ingresó
a un puesto igual al mío hace sólo 6 meses y ya ha sido promovido a Supervisor.
- Uhmm! -Mostrando preocupación, le dice el Gerente-. Mientras resolvemos
esto, quisiera pedirte que me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al
personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina
venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.
Juan se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de vuelta.
- Bueno, Juan, ¿qué averiguaste?
- Señor, tienen naranjas para la venta.
- ¿Y cuánto cuestan?
- ¡Ah! No pregunté por eso.
- Bien. ¿Pero viste si tenían suficientes para todo el personal?
(Preguntaba serio).
- Tampoco pregunté por eso, señor.
- ¿Hay alguna otra fruta que pueda sustituir la naranja?
- No sé señor, pero creo...
- Bueno, siéntate un momento.

El Gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Fernando. Cuando se presentó, le


dio las mismas instrucciones que le diera a Juan y en 10 minutos estaba de
vuelta. Cuando retornó, el Gerente pregunta:
- Bien, Fernando, ¿qué noticias me tienes?

- Señor, tienen naranjas, lo suficiente para atender a todo el personal y, si


prefiere, también tienen plátano, papaya, melón y mango. La naranja está a
$1.5 el kilo, el plátano a $2.2 la mano, el mango a $0.9 el kilo, la papaya y el
melón a $2.8 el kilo. Me dicen que si la compra al por mayor, nos darán un
descuento del 8%. He dejado separada la naranja, pero si usted escoge otra
fruta debo regresar para confirmar el pedido.
- Muchas gracias Fernando, pero espera un momento...
Se dirige a Juan, que aún segura esperando estupefacto y le dice:
- Juan, ¿qué me decías?
- Nada señor, eso es todo, muchísimas gracias, con su permiso...

Y tú... ¿haz hecho hoy tu mejor esfuerzo? Por eso, haz tu mejor esfuerzo, aún
con las tareas más sencillas, ya que de otra forma nadie nos confiará tareas de
mayor importancia.

(Anónimo)
Envió: Marlén Sánchez.

Riesgos
No porque duermas, deja de amanecer.
No porque llores, evitas el daño que causaron las lágrimas, ni porque rías,
tampoco. La vida sigue y lo importante no es curar, sino prevenir y arriesgar.
No sueñas, si no te atreves a pensar y se corre el riesgo de idealizar.
No cambias, si no te lo propones y se corre el riesgo de vivir de otra manera.
No tienes compañía, si no entregas más de lo que recibes y tienes el riesgo de
que te dejen y quedes solo.
No tienes frutos, si no los siembras y corres el riesgo de no cosechar.
No tienes dinero, si no lo guardas y corres el riesgo de gastarlo.
Si no amas, nadie te quiere y se corre el riesgo de que no te correspondan.

Siempre tienes que dar, amar y entregar a los demás, más de lo que recibes,
para no correr el riesgo de morir sin haber vivido y vivir para siempre en Dios y
en el recuerdo de los que te conocieron.

Envió: Jaime Eduardo Castellanos Villalba.


8. Vitaminas para la paciencia

El lente de contacto

Brenda era una joven mujer que fue invitada a escalar rocas. Aunque esto le
causaba mucho temor, fue con su grupo a un tremendo risco de granito. A pesar
de su miedo, se colocó el equipo, tomó un extremo de la cuerda y comenzó a
enfrentar la roca. En determinado momento, llegó a un borde, donde pudo tomar
un respiro.
Mientras estaba ahí, la cuerda de seguridad golpeó contra un ojo de Brenda y le
sacó su lente de contacto. Bueno, ahí estaba ella en el borde de la roca, con
cientos de metros por debajo y cientos de metros sobre ella. Por supuesto que
buscó y buscó, esperando que hubiera caído en el borde, pero simplemente no
estaba el lente. Ahí estaba ella, lejos de casa, con su vista borrosa.
Estaba desesperada y comenzó a enfadarse, por lo que oró al Señor para que la
ayudara a encontrar su lente. Cuando llegó a la cima, un amigo examinó su ojo y
su ropa buscando el lente, pero no lo pudieron encontrar. Ella se sentó,
desalentada, con el resto de la gente, esperando a que los demás llegaran al
alto.
Miró a través de las montañas, pensando en el verso de la Biblia que habla sobre
los ojos del Señor que observan alrededor de toda la tierra. Pensó: "Señor, Tú
puedes ver estas montañas. Tú conoces cada piedra y cada hoja y Tú sabes
exactamente dónde está mi lente de contacto. Por favor, ayúdame".
Finalmente, bajaron. Al pie de la montaña había un nuevo grupo de alpinistas
comenzando a enfrentar el risco. Uno de ellos gritó: "Oigan, jóvenes! ¿Alguien
perdió un lente de contacto?". Bueno, esto hubiera sido suficientemente
inquietante, pero... ¿Sabes cómo el alpinista vio el lente de contacto? Una
hormiga se movía lentamente a través de la roca, cargando el lente.
Brenda me dijo que su padre era caricaturista. Cuando ella le contó esta
increíble historia de la hormiga, la oración y el lente de contacto, él dibujó una
caricatura de una hormiga cargando un lente de contacto, diciendo: "Señor, no
sé por qué Tú quieres que yo cargue esta cosa. No puedo comérmela y está
extremadamente pesada. Pero si eso es lo que Tú quieres que yo haga, yo la
cargaré para Ti".
Creo que probablemente nos haría bien a algunos de nosotros decir
ocasionalmente: "Señor, no sé por qué quieres que yo lleve esta carga. No veo
nada bueno en ello y es bastante pesada. Pero si Tú quieres que yo la cargue, lo
haré".
Envió: Sandra C. Castillo R.

El peso de la cruz

Esta era una vez un hombre que quería seguir a Jesús y alcanzar, a través de
este servicio, el Reino de los Cielos. En un sueño profundo, aquel hombre quiso
entrevistarse con nuestro Señor y le indicaron el camino del bosque. A poco
andar, encontró a Jesús y le expuso sus intenciones. Nuestro Señor lo miró con

inmensa
el caminoternura, luego
de tu vida consacó
estadel suelo
cruz un árbol
al hombro joven
y así pero altoely Reino
alcanzarás le dijo:de"Recorre
los
Cielos",
El hombre inició su camino con gran entusiasmo y lleno de buenas intenciones,
pero rápidamente cayó en cuenta que la carga era demasiado pesada y lo
obligaba a un paso lento y en algunos momentos doloroso. En una de las
oportunidades en que se dispuso a descansar se le apareció el mismísimo
demonio, quien le regaló un hacha, ofreciéndosela convincentemente sin
condiciones. Él la aceptó, pensando que cargarla no constituía un mayor
esfuerzo y considerándola una herramienta de mucha utilidad en su, cada vez,
más difícil camino.
Pasó el tiempo y el hombre mantenía su propósito, aunque nublado por el
cansancio y angustiado por la lentitud de su marcha. Entonces, bajo otra forma,
volvió a aparecer el demonio y, aparentando buena disposición de ayuda, lo
convence de usar el hacha para recortar un poco las ramas. ¡Qué distinta se
sentía la carga, qué sensación tan agradable experimentó el hombre al
reducirla!

Al pasar algún tiempo, volvió a sufrir el peso agobiante de su cruz y pensó que si
recortara otro poco la carga no cambiaría en nada su gran misión y, más aún,
con ello apresuraría su llegada al encuentro con Jesús; así que volvió a usar su
hacha. De allí en adelante continuaron los recortes, hasta que el árbol se

transformó en una hermosa cruz preciosamente tallada que colgaba de su cuello


y causaba la admiración de todos. La cruz no tardó en convertirse en una moda,
luego vino la fama y el reconocimiento y, adicionalmente, un caminar de gacela
hasta el Reino de los Cielos.
Alcanzado el final del camino el hombre muere. En medio del esplendor celestial,
distingue un hermoso castillo, desde una de cuyas torres Jesús, en Gloria y
Majestad, se dispone a recibirlo. El hombre dice: "Señor, he esperado mucho
tiempo este momento. Señálame la entrada". Jesús le responde: "Hijo, para en-
trar al Reino deberás subir hasta donde estoy, usando el árbol que te entregué
cuando iniciaste el camino hacia mí". El hombre, lleno de vergüenza, reconoció
haberlo destruido y lloró amargamente su error.
Despertó entonces de su profundo sueño y agradecido con el Señor, regresó al
bosque aquel para tomar su cruz y llevarla entera al Reino de los Cielos.

Envió: Luis Carlos Olivares.

Hay que seguir cantando

Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un
bebé, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse
para una nueva etapa en su vida. Supieron que iba a ser una niña. Día y noche
Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. Se estaba
encariñando con su hermanita, desde antes de conocerla.
El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor de
parto, pronto los dolores eran cada cinco, cada tres y finalmente cada minuto.
Pero una complicación se presentó de repente y Karen tuvo horas de labor de
parto.
Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació,
pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia
a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St. Mary, en
Knoxville, Tennessee.
Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirle,
finalmente, a los padres las terribles palabras: "Hay muy pocas esperanzas,
prepárense para lo peor".
Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su
hijita. Habían organizado un cuarto nuevo para ella y ahora se encontraban
haciendo arreglos para un funeral. Sin embargo, Michael les rogaba a sus padres
que le dejaran ver a su hermanita. "Quiero cantarle", decía una y otra vez.
Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría
antes de que acabara la semana. Michael siguió insistiendo que quería cantarle
a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a
dicha sección. De pronto Karen se decidió. Llevaría a Michael a ver a su hermani-
ta, ¡la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la
vería viva nunca.
Ella le puso un overol inmenso y lo llevó a Terapia Intensiva, Michael parecía una
enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que
era un niño y se enfureció. "¡Saquen a ese niño ahora mismo! No se admiten
niños aquí". El carácter de Karen afloró y, olvidándose de sus lindos modales de
dama, que siempre la habían caracterizado, miró con ojos de acero a la
enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: "Él no se va hasta
que le cante a su hermanita" y levantó a Michael y lo llevó a la cama de su
hermanita.
Miró a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida. Después de un
momento, empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres
años. Michael le cantó: "Eres mi luz del sol, mi única luz, tú me haces feliz
cuando el cielo es gris ". (Conocida canción en inglés "You're my sunshine").
Instantáneamente, la bebé pareció responder al estímulo de la voz de Michael,
su pulso se empezó a volver normal.
"Sigue cantando, Michael", le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas
en los ojos. Y el niño seguía: "Tú no sabrás nunca, querida, cuánto te amo, por
favor, no te lleves mi luz del sol...".

Al mismo
volvía tan tiempo que Michael
suave como la de uncantaba, la bebéloseacarician.
gatito cuando movía y su respiración
"Sigue se
cantando,
cariño", le decía su mamá y él continuaba haciéndolo como cuando todavía su
hermanita estaba en el vientre de su madre. "La otra noche, querida, cuando
dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..." seguía cantando el niño.
La hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador
que parecía que la mejoraba por segundos. -"Sigue cantando Michael",.. Ahora
era la voz de la enfermera que, con lágrimas en los ojos, no dejaba de pedirle al
niño que continuara.
"Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol...". Al día
siguiente... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa. La revista
"Woman's Day" lo llamó "El Milagro de la canción del Hermano". Los doctores le
llamaron simplemente un milagro. Karen le llamó "El Milagro del amor de Dios".
Confía en que Dios sabe que estás exactamente donde debes estar. Nunca
olvides las infinitas posibilidades que nacen de la Fe.

Envió: Oiga Nelly Rodríguez Abundis.

Paciencia y esperanza

Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y
eran dueñas de unos hermosos y juguetones corderitos. Durante la noche, el
pastor encerraba a sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa.
Así se aseguraba que los lobos y los zorros no las mataran.

En las horas
aquella del día,
mañana las soltaba
las soltó, como para queyfueran
siempre dejó aalos
pastar por losen
corderitos cerros. Y Es
el corral.
muy riesgoso liberarlos tan pequeños. Las dos ovejas cruzaron el río caminando
sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río eran poco profundas y ellas lo
cruzaban a diario. Pero, al poco tiempo, se desató un temporal muy fuerte y la
lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas descendieron de los cerros, se
volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegaron turbias al cauce del río
y se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus
ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y
vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin
exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas
bajaran, la otra se impacientó y comenzó a lamentarse: "Esta agua no
descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y
nos moriremos", La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda
que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender,
no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua. El pastor la miraba
impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero
las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo. El pastor y la compañera vieron
cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba
contra todas las rocas salientes.
Al anochecer, las aguas ya habían descendido bastante. Pastor y oveja se
miraban desde las dos orillas; el pastor que conocía bien los pasos menos
riesgosos, entró al agua y lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató
una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río. Los corderitos
balaban en el corral. El pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja
sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y
la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La
impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la
oportunidad de alcanzarlo mañana.

Envió: María Isabel Vargas Segura.

Por un tiempo

Te prestaré, por un tiempo, a unos padres para que los ames mientras vivas.
Podrán ser 10, 20, 30 años o más, hasta que los llame. Te pregunto: ¿Podrás
cuidarlos? Quiero que aprendas a vivir con ellos, les he buscado unos hijos y te
he elegido a ti.
No te ofrezco que se quedarán contigo para siempre, sólo te los presto. Ellos te
darán ternura y te darán alegría por tenerte. El día que los llame no llorarás ni
me
por odiarás
el amor porque losmuchos
y por los regreséy aagradables
mí. Su ausencia corporal
recuerdos. Tenquedará
presentecompensada
que si algo
te entristece, que si el golpe del dolor te hiere algún día, tu pena es mía y, así,
con todo esto, tu luto será más llevadero y habrán de decir con agradecida
humildad: ¡Hágase, Señor, tu voluntad!
Envió: R. Falcón

Resistencia
En la antigüedad fue muy famoso el caso de uno de los sabios de Grecia. Cuando
era joven le oyó decir a un anciano: "Si quieres llegar a tener una personalidad
debes ejercitarte en ser insultado y tratado mal sin responder ni una sola
palabra". "¿Pero, cómo lograrlo?", le preguntó el joven. "Soporta todo lo que
entre familiares y conocidos te puedan insultar y así te vas ejercitando en no
responder", le dijo el anciano. Y así lo hizo el joven. Por medio de terceras
personas pagó a unos maleducados para que lo insultaran al pasar él por la
calle. Y se fue acostumbrando a no responder insultos y a callar y tener
paciencia.
Después se fue a una famosa escuela de personalidad en Atenas y allí el
maestro para probar qué tanto carácter poseía su nuevo discípulo, lo recibió con
un regaño tremendo e injusto. Pero mientras el maestro lo insultaba, el joven
sonreía. ¿Cómo se explica -le preguntó el director- que mientras yo te regaño e
insulto, tú sonríes alegremente? Ah, mi buen preceptor-respondió el alumno- es
que en mi tierra tenía que pagar para que me insultaran y aquí me insultan
gratis. Estoy ahorrando dinero.
No olvidemos: Mientras más nos ejercitemos en saber resistir y aguantar las
contrariedades de la vida, mayor personalidad estamos adquiriendo. Y mientras
mayor sea nuestra capacidad de resistencia para rechazar nuestras inclinaciones
hacia la ira, a la sensualidad y a la pereza, más personalidad habremos con-
seguido.
Envió: Edwin Valdés.

Una madre es...


Quien tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y mucho de ángel por la
incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que, siendo joven, tiene la reflexión de una anciana y, en la vejez,
trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer que, si es ignorante, descubre con más acierto los secretos de la vida
que un sabio y, si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer que, siendo pobre, se satisface con los que ama y siendo rica, daría
con gusto sus tesoros, por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que, siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño y, siendo
débil, se reviste a veces con la bravura de un león.
Una mujer que, mientras vive, no la sabemos estimar, porque a su lado todos los
dolores se olvidan, pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por
mirarla de nuevo un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por
escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer no me pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el
pañuelo... esa mujer yo la vi por el camino. ¡Es mi madre!

Envió: Georgina Carvajal.


9. Vitaminas diarias para el trabajo

Parábola

Iba un hombre caminando por el desierto cuando oyó una voz que le dijo:
"Levanta unos puñados de piedritas, mételos a tu bolsillo y mañana te sentirás a
la vez triste y contento".
Aquel hombre obedeció. Se inclinó, recogió un puñado de piedritas y se lo metió
en el bolsillo. A la mañana siguiente, vio que las piedritas se habían convertido
en diamantes, rubíes y esmeraldas. Y se sintió feliz y triste. Feliz por haber
recogido las piedritas; triste, por no haber recogido más.

(William Cunningham)
Envió: Guillermo Lora Santos.

Cómo se salvó Juan Pablo II, siendo seminarista

Juan Pablo II no hubiera llegado a ser Papa si, en el año 1945 en Cracovia, un
oficial de la Armada Roja de la Unión Soviética, culto y amante de la historia, no
hubiera decidido salvar la vida, a pesar de las órdenes de Stalin, a un joven
seminarista llamado Karol Wojtyla, que le había ayudado a traducir libros sobre
la carda del Imperio Romano. Este episodio, hasta ahora inédito de la vida del
Papa, ha sido narrado al semanario italiano “Famiglia Cristiana” por el
protagonista, el Mayor Vasilyj Sirotenko, a quien Juan Pablo II le ha mandado una
felicitación por su cumpleaños. Sirotenko, profesor de historia medieval, formó
parte de la 59ª Armada del General Ivan Stepanovich Konev que arrebató a los
alemanes Cracovia el17 de enero de 1945.
Al día siguiente, el soldado se encontraba entre los hombres que ocuparon una
mina de piedra de la empresa Solvay, a unos cincuenta kilómetros de la ciudad.
"También allí los alemanes se rindieron y escaparon casi inmediatamente
-recuerda-Los obreros polacos se habían escondido: Cuando llegamos comen-

zamos a gritar: sois libres, salid, salid, estáis libres. Cuando los contamos, eran
ochenta. Poco después descubrí que 18 de ellos eran seminaristas".
La guerra de Stalin no era un banquete de gala. Los soldados robaban lo que
podían: Dinero, relojes, ropa... Los primeros rusos que entraron a Cracovia lo
único que buscaban era comida. Sirotenko, sin embargo, causó en más de
alguna risa: Él buscaba libros en latín y alemán. Por este motivo, al ver a los
seminaristas se puso muy contento. "Llamé a uno de ellos y le pregunté si era
capaz de traducir del latín y del italiano -revela Sirotenko-. Me dijo que no era
muy bueno en estas materias, que había estudiado poco. Estaba aterrorizado e
inmediatamente añadió que tenía un compañero muy inteligente y capaz para
los idiomas. Un cierto Karol Wojtyla.
Entonces di la orden de encontrar a ese tal Karol, -continúa diciendo el antiguo
soldado-. Descubrí que era bastante bueno en ruso pues su madre era una
'russinka', es decir una 'ukrainka' con raíces rusas. Por eso, le hice traducir
también documentos del ruso al polaco".
Vasilyj se hizo amigo de Karol y pidió que le tradujera también artículos sobre la
caída del Imperio Romano, que era fruto de todo tipo de interpretaciones por
parte de Stalin. Fueron tan amigos que un día el comisario político Lebedev
convocó al oficial soviético: "Camarada Mayor, ¿qué hace usted con ese
seminarista? ¿Piensa ignorar las órdenes de Stalin? ¿La disposición del 23 de
agosto de 1940 sobre los oficiales, maestros y seminaristas polacos no le
convence?".
Sirotenko respondió: "No puedo fusilarlo. Es demasiado útil. Sabe idiomas y
conoce la ciudad". Y añade: "El comisario sabía que era verdad, pero no quería
correr riesgos. De modo que me dijo que la responsabilidad era mía". Después,
salieron los primeros carros de prisioneros hacia Siberia, personas que no vol-
verían nunca más. Los seminaristas de la cantera Solvay estaban entre los
primeros de la lista. Sirotenko, sin embargo, les salvó la vida. La misma excusa
volvió a convencer a Lebedev.
Ahora, al Mayor no le gusta reconocer que sabía lo que significaba partir al
destierro. "Escribí una orden en la que, por exigencias relativas a las
operaciones militares que tenían lugar en Cracovia, Wojtyla y los demás no
deberían ser deportados". Cuando en 1978 fue elegido Papa un cierto Karol
Wojtyla, Sirotenko era el único que conocía ese nombre en Rusia, a excepción
del KGB. El 6 de marzo pasado recibió una carta del Papa en la que le felicitaba
por sus 85 años. El viejo profesor de historia y antiguo oficial de la Armada Roja
mira la carta y dice: “Los dos hemos tenido una vida muy intensa”.
(Anónimo)
La alegría de servir

Sirve la luna,
sirve el viento,
sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé tú el que apartó la piedra del camino,
el odio entre los corazones,
las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo.
Pero hay, sobre todo, la hermosa,
la inmensa tarea de servir.

¡Qué triste
si todo en élsería el mundo,
estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar
una empresa que emprender!
No sólo se hace mérito con los grandes trabajos,
hay pequeños servicios:
Adornar una mesa, ordenar unos libros...
El servir no es faena de seres inferiores.
Dios, que da el fruto y la luz, sirve.
Y tiene fijos los ojos en nuestras manos
Y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy?
(Gabriela Mistral)

Risas de Diógenes

Estaba un día Diógenes en la esquina de una calle riéndose a mandíbula


batiente. Su amigo Aristipo le pregunta:
- ¿De qué te ríes?
- ¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle? En el rato que llevo aquí ya han
tropezado en ella diez personas. Todas se han irritado, pero ninguna de ellas se
ha tomado la molestia de retirarla para que otros no tropiecen.
(Anónimo)

El ruido de la carroza

Cierta mañana, mi padre me invitó a dar un paseo por el bosque y acepté con
placer.
Se detuvo en una curva, y después de un pequeño silencio, me preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿qué más escuchas?

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:


- Estoy escuchando el ruido de una carroza.
- Eso es -dijo mi padre-. Es una carroza vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carroza vacía, si aún no la vemos?
Entonces mi padre respondió:

- Es muy fácil saber cuando una carroza está vacía, por causa del ruido. Cuanto
más vacía la carroza, mayor es el ruido que hace.

Me convertí interrumpiendo
demasiado, en adulto y hasta
la hoy, cuando veo
conversación de atodo
unaelpersona
mundo,hablando
inoportunamente,
presumiendo de lo que tiene (y lo más seguro no tiene nada), de sentirse
prepotente y minusvalorando a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi
padre diciendo: "Cuanto más vacía la carroza, mayor es el ruido que hace".
Envió: Claudia Páez.

Un mural del Centro de Pastoral de Duitama,


Boyacá, Colombia

"El bien no hace ruido. El ruido no hace bien".


10. Vitaminas para la perseverancia

Hacer con lo que tenemos

En noviembre 18 de 1995, el violinista Itzhatk Perlman, subió al escenario para


dar un concierto en el salón Avery Fisher del "Lincoln Center" en la ciudad de
Nueva York. Si usted alguna vez ha estado en un concierto de Perlman, sabe que
subir al escenario no es un logro pequeño para él.
Él fue enfermo de polio cuando era niño, tiene abrazaderas en ambas piernas y
camina con la ayuda de muletas. Verlo caminar sobre el escenario de un lado a
otro, paso a paso, lenta y penosamente, es una escena impresionante. Él camina
penosa pero majestuosamente, hasta que alcanza su silla.
Después se sienta y lentamente pone las muletas sobre el piso, abre los broches
de las abrazaderas en sus piernas, recoge un pie y extiende el otro hacia
adelante. Después se inclina y recoge el violín, lo pone bajo su barbilla, hace
seña al Director y procede a tocar.
Hasta ahora, la audiencia ya estaba acostumbrada a este ritual. Permanecían
silenciosamente sentados mientras él caminaba por el escenario hasta su silla.
Esperaban respetuosos hasta cuando él estuviera listo para tocar; pero esta vez,
algo ocurrió. Justo cuando él terminaba de tocar sus primeras barras, una cuerda
de su violín se rompió. Se podía oír el estallido. Salió disparada como bala por el
salón.
tendríaNo había
que duda de lo que ese sonido significaba. Se tenía claro lo que él
hacer.
Los que estaban ahí esa noche tal vez pensaron: "Para ésta, él va a tener que
ponerse de pie, abrocharse las abrazaderas, recoger las muletas y cojear hasta
fuera del escenario para encontrar otro violín u otra cuerda". Pero no fue así. En
su lugar, el esperó un momento, cerró sus ojos y después hizo seña al Director
para empezar a tocar. La orquesta empezó y él tocó desde donde había parado.
El tocó con tanta pasión, con tanto poder y con una claridad que nunca antes
nadie había escuchado.
Claro, cualquiera sabe que es imposible tocar una obra sinfónica con sólo tres
cuerdas. Lo sé yo y lo sabe usted, pero esa noche Itzhatk Perlman se rehusó a
saberlo. Uno podía observar como modulaba, cambiaba y recomponía esa pieza
en su cabeza. En una instancia, sonaba como que él estuviera desentonando las
cuerdas para obtener sonidos que ellas habían hecho.
Cuando terminó, había un silencio impresionante en el salón. Después, la gente
se levantó y lo aclamó. Había una explosión de aplausos desde cada rincón del
auditorio. Todos estábamos de pie, gritando y aclamando, haciendo todo lo
posible para mostrar cuánto apreciábamos lo que él había hecho.
Él sonrió, se secó el sudor de sus cejas, alzó su arco para callarnos y después
dijo, no presumidamente, pero en un tono tranquilo, pensativo, y reverente:
"Ustedes saben, algunas veces la tarea del artista es la de averiguar cuánta
música podemos producir con lo que nos queda".
Qué renglón tan poderoso. Se ha quedado en mi mente desde que lo oí. ¿Y quién
sabe? Tal vez esa sea la definición de la vida, no sólo para los artistas sino para
todos nosotros. He aquí un hombre que se ha preparado para producir música
con un violín de cuatro cuerdas, quien, se encuentra de repente en medio de un
concierto con sólo tres de ellas y entonces produce música y la que él causó esa
noche con sólo tres cuerdas, era más bonita y más memorable, que cualquier
otra que él haya producido con cuatro cuerdas.
Entonces, tal vez nuestra tarea en este mundo inestable, cambiante y perplejo
en el que vivimos es la de producir música, primero con lo que tenemos, y
después, cuando esto ya no sea posible, producir música con lo que nos queda.
(Jack Riemer, Houston Chronicle, Febrero 10, 2001)
Enviado por: Gustavo Mendieta.

Memorando

De: Dios
Para: Ti
Hoy, YO, DIOS, estaré manejando todos tus problemas. Por favor, recuerda que
no necesito tu ayuda. Si te enfrentas a una situación que no puedes manejar, no
intentes resolverla. Te pido amablemente que la coloques en la bandeja
(AQSDPH) "Algo que sólo Dios puede hacer". Me encargaré del asunto en Mi
tiempo, no en el tuyo. Una vez que hayas depositado tu problema en dicha
bandeja no te aferres más a él o pretendas retirarlo de allí. El aferrarte o retirar
tu problema, sólo hará que se retrase la solución del mismo.
Si fuera una situación que tú consideres que puedes manejar por ti mismo, te
pido, no obstante que, por favor, lo consultes conmigo en oración, para que
puedas asegurarte de que tomarás la decisión adecuada, debido a que yo no
duermo nunca ni me adormezco jamás.

No haypreocupaciones.
de las razón por la cualDescansa
tengas que
en perder
mí. tu sueño en la madrugada a causa
Si deseas contactarme, estoy a la distancia de una oración. Además considera lo
siguiente: Sé feliz con lo que tienes. Si encuentras difícil el dormir por las
noches, recuerda a las familias desamparadas que no tienen un lecho dónde
dormir. Si te encuentras atorado en el tráfico, no desesperes. Hay gente en este
mundo para quienes tan sólo manejar es un privilegio. Quedo de ti, tu amigo de
siempre... ¡Dios!
Envió: Roberto Magni Silvano

Los chinos ya entrenan para el mundial del 2008

Eran las 6 de la mañana del martes 11 de noviembre de 2003, cuando se


escuchó una noticia que, al parecer, no tenía ninguna importancia: En China,
desde ahora mismo están trabajando con niños de una edad temprana, porque
han puesto sus ojos en el mundial del 2008, al que quieren llegar con jóvenes
que hayan alcanzado o terminado la adolescencia...
Se han fijado metas claras para 5 años después y, seguramente, esta potencia
amarilla obtendrá muchos trofeos para gloria de ese gigantesco país.
Con qué esfuerzos, para lograrlo. No tendrán tregua durante los años que
vienen, pues las medallas de oro , plata y bronce, serán su gloria para hacer
saltar de alegría a lo que hoy es un país con 1.200 millones de habitantes, pero
que, para entonces, será tal vez, más grande.

Esto hace pensar en las familias y el hogar, ante tremendos desafíos que los
abaten:

1. ¿Cómo se planea el futuro de la casa y de cada uno de sus miembros?


Ante los hijos que terminan sus estudios de bachillerato y se encuentran en
búsqueda, cuando hablan de su posible carrera o profesión, automáticamente
sienten el peso de respuestas y opiniones de este tipo: - "¡Eso no da! ¡Eso no
produce!".
Como si el mundo de hoy no avanzara y la tecnología continuara estancada y lo
que aparentemente hoy proporciona alguna ganancia económica, posiblemente
en corto tiempo, tal vez ya no. Ejemplos abundan en los profesionales que
conducen taxis en las ciudades. Pero, lo más importante: El criterio fundamental
para elegir carrera, ¿necesariamente tiene que ser el económico?
2. ¿Qué efectos se producen en esos posibles genios que hoy conviven en sus
casas, cuando se les prohíbe soñar? ¿Se ha analizado con qué criterios o
fundamentos se llegan a esas expresiones que, en lugar de impulsar y dinamizar
a los sabios del futuro, al contrario, se les estanca?
Los dogmatismos conscientes o inconscientes de los mayores hacen que los
jóvenes se cierren al diálogo, cuando más lo necesitan estas personas próximas
a ir a una carrera universitaria o, por lo menos, al sentirse bachilleres. Tal vez
serviría mucho más, el escuchar a los adolescentes en sus inquietudes, dentro
del entorno que ellos manejan, para ayudarles, más desde la experiencia
dialogada, que de la simple imposición.
3. ¿Se busca algo de prospectiva, (al estilo de los chinos en mención) para
planear desde el futuro y no solamente para el aquí y el ahora? ("Gaviota que ve
lejos, vuela alto...").
Los jóvenes inconscientemente buscan respuestas a interrogantes profundos
que difícilmente se les ayuda a aclarar. Cuando se trata de la orientación

profesionaltenga,
publicidad tienencuando
el peligro
no de hallarse
depende deala
lasituación
deriva deestrictamente
lo que más propaganda
económicao
del hogar.
Subjetivamente el joven quisiera tener la transparencia meridiana para no ir por
caminos que no deseara tomar, al lanzarse a la universidad. Desearía tener total
certeza, pero las dudas e inexperiencia le impiden optar en medio de todo lo que
quisiera.
En la búsqueda de respuestas, lo primero que debería hacer el joven, sería
enfocar, como en forma resumida se plantea, al hacerse un cuestionamiento
existencial: ¿Cómo servir más y mejor?
Cuando la chica o el muchacho se confronten con este interrogante, de acuerdo
con sus aptitudes, características, cualidades y potencialidades y pueda
encontrar una respuesta suya, propia y bien pensada, es por ahí por donde
debería lanzarse en la construcción de su futuro.
Es por allí por donde necesita el apoyo, aunque, aparentemente no sea negocio
para la familia en el día de hoy, pues los pioneros del futuro son aquellos que
desde "el allá y el entonces" se preparan en "el aquí y el ahora".
Entonces sí, adelantándose al tiempo, con el perfil que se desea haber obtenido
5 o 10 años después, se podrá intentar buscar el éxito, desde ahora, en plena
lid, con el estudio, la investigación, el aprendizaje, la formación permanente,
para lograr una educación integral enfocada hacia la consecución de lo que se
propone, con la ayuda de quienes lo aman y la ayudan a proporcionar lo que
ansía y sus talentos le permiten, hacia la meta propuesta, como una utopía que
se proyecta y se trabaja "hoy más que ayer, pero menos que mañana".

(P. Humberto Agudelo c.)

Semillas o balas

Uno puede ofrecerle sus ideas a otro como balas o como semillas. Puede
dispararlas o sembrarlas; pegarle en la cabeza a la gente con ellas, o plantarlas
en sus corazones. Las ideas usadas como balas matarán la inspiración y
neutralizarán la motivación. Usadas como semillas, echarán raíces, crecerán y se
volverán realidad en las vidas que fueron plantadas.

El único riesgo en usarlas como semillas: Una vez que crece y se convierte en
parte de aquellos en quienes fueron plantadas, es probable que nunca te
reconozcan el mérito de haberlas ideado. Pero si uno está dispuesto a prescindir
del crédito... ¡recogerá una rica cosecha!

(Anónimo)
Envió: Elisa Mattos.
11. Vitaminas para la gratitud

La protección de Dios

Un misionero estaba colaborando como médico de un pequeño hospital en el


África. Muchas veces, tenía que transportarse en su bicicleta, a través de la
jungla, hacia el poblado más cercano, para conseguir implementos de su trabajo,
medicamentos y dinero que le era enviado desde los Estados Unidos.
El viaje duraba dos días, así que tenía que acampar una noche. Él ya había
hecho este recorrido varias veces, sin ningún contratiempo. En uno de sus
viajes, antes del anochecer del primer día, encontró a dos hombres que
peleaban fuertemente. Uno de ellos estaba seriamente herido y el otro huyó, por
lo que acudió a atenderle y acompañarle a donde éste vivía y dejar algunas
indicaciones a su familia.
Semanas después, en su siguiente viaje y al llegar a la ciudad, se le acercó aquel
hombre que había atendido y éste le dijo: "Yo sé que usted cuando regresa, lleva
consigo medicinas que necesita y dinero. El día en el que usted me atendió de
mis heridas, algunos amigos y yo le seguimos hacia la jungla por la noche, así,
cuando usted acampara y estuviera dormido, teníamos planeado matarle y
tomar el dinero y las medicinas.
Cuando íbamos a atacarle, vimos que la tienda de campaña estaba rodeada por
16 guardias armados. Nosotros éramos 4 y vimos que era imposible llevar a
cabo nuestro plan, de manera que decidimos retiramos", Escuchando el
misionero le dijo al hombre riendo: "Eso es imposible. Yo puedo asegurarle que
siempre viajo solo y nadie me acompaña en mis viajes".
El hombre le corrigió e insistió en lo que vio. "No, señor, yo no fui el único
hombre que observó a los guardias. Mis amigos también los vieron y todos
contamos el mismo número de guardias. Estábamos asustados. Fue por eso que
le dejamos y desistimos en atacarle. Cuando regresábamos yo me separé de
ellos y uno de ellos me siguió y me atacó como castigo por haberlos hecho
perder su tiempo y no haber conseguido nada, ya que yo había planeado todo.
Fue entonces cuando usted me encontró y vio huir al que me golpeó y vino en
mi ayuda. Espero que usted me pueda perdonar".
Varios meses después, el misionero asistió a una celebración dominical en una

iglesia en Michigan, donde les contó acerca de sus experiencias en el África,


incluyendo la historia de los 16 guardias que estuvieron con él mientras
acampaba y les dijo: Recuerdo bien ese día porque era el cuarto aniversario de
haber llegado al África.
Uno de los asistentes de la comunidad interrumpió al misionero y le dijo algo que
dejó a todos atónitos. "Nosotros estuvimos ahí con usted en espíritu para
ayudarle. Esa noche en el África, era de día aquí. Yo llegué a la iglesia para
recoger algunos materiales que necesitábamos para un viaje que teníamos que
hacer, al poner las cosas en mi camioneta, yo sentí que la presencia de Dios
estaba a mi lado diciéndome que orara por usted. La urgencia fue tan grande,
que llamé a algunos hombres de la iglesia para que oráramos por usted pidiendo
protección. Esto lo hicimos en el salón donde tenemos las fotografías de todos
nuestros misioneros, no sabía cual era el peligro que usted pasaba, pero en la
fotografía venía impreso el día que usted fue enviado al África años atrás, un día
antes de su aniversario. Nosotros estuvimos ahí con usted en oración,
protegiéndolo y ellos están aquí para atestiguarlo".
Inmediatamente después, este hombre le pidió a todos los que habían orado por
él ese día, que se pusieran de pie. Uno a uno lo hizo, lo que llamó la atención del
misionero. Éste empezó a contarlos y el número exacto fue de 16 hombres. Toda
la comunidad quedó enmudecida por un largo rato.
Envió: Juan José Garza P.

Las cajas de Dios

Tengo
dijo: en mis
"Pon manos
todas dos cajas
tus penas en laque Dios
negra me hatus
y todas dado para que
alegrías en lasostenga.
dorada". Él
Yome
escuché sus palabras y en ambas cajas guardé mis alegrías y mis tristezas. Pero
la dorada se fue poniendo más pesada y la negra estaba tan liviana como antes.
Con curiosidad abrí la caja negra para saber por qué seguía tan liviana y
encontré, en el fondo de la caja, un hueco por el cual se habían caído todas mis
tristezas.
Mostré a Dios el hueco y reflexioné en voz alta: "¿Me pregunto a dónde habrán
ido mis penas?". Él me sonrió: "Hijo mío, todas tus penas están conmigo". Le
pregunté: "Señor, ¿por qué me has dado las cajas, por qué la dorada y la negra
con un hueco?". "Hijo mío, la dorada es para que cuentes tus bendiciones, la ne-
gra es para que olvides todas tus penas".
Envió: Alejandra Flores.
Las mil canicas (4)

Entre más envejezco, más disfruto de las mañanas de sábado. Tal vez es la
quieta soledad que viene con ser el primero en levantarse, o quizá el increíble
gozo de no tener que ir al trabajo. De todas maneras, las primeras horas de un
sábado son, en extremo, deleitosas.
Hace unas cuantas semanas, me dirigía hacia mi equipo de radioaficionado en el
sótano, con una humeante taza de café en una mano y el periódico en la otra. Lo
que comenzó como una típica mañana de sábado, se convirtió en una de esas
lecciones que la vida parece damos de vez en cuando. Déjenme contarles.
Sintonicé mi equipo de radio a la porción telefónica de mi banda, para entrar en
una red de intercambio de sábado en la mañana. Después de un rato, me
encontré con un compañero que sonaba un tanto mayor, con buena señal y voz.
Pueden imaginarse al tipo, se oía como si estuviese en el negocio de las co-
municaciones. Él le estaba diciendo a quien estuviese conversando con él algo
acerca de "unas mil canicas".
Quedé intrigado y me detuve para escuchar lo que tenía que decir. "Bueno, Tom,
de veras parece que estás ocupado con tu trabajo. Estoy seguro de que te pagan
bien, pero es una lástima que tengas que estar fuera de casa y lejos de tu
familia tanto tiempo. Es difícil imaginar que un hombre joven tenga que trabajar
sesenta o setenta horas a la semana para sobrevivir. Qué triste que te perdieras
la presentación teatral de tu hija". Conti
________________________
(4) Canica es una bola pequeña de cristal, con la que juegan los niños.

nuó: "Déjame decirte algo, Tom, lo que me ha ayudado a mantener una buena
perspectiva sobre mis propias prioridades". Y entonces fue cuando comenzó a
explicar su teoría sobre unas "mil canicas".

Ves, me senté un día e hice algo de aritmética. La persona vive unos setenta y
cinco años. Yo sé, algunos viven más y otros menos, pero en promedio, la gente
vive unos setenta y cinco años. Entonces, multipliqué 75 por 52 y obtuve 3.900
que es el número de sábados que la persona promedio habrá de tener en toda
su vida. Mantente conmigo, Tom, que voy a la parte importante.
Me tomó hasta que casi tenía cincuenta y cinco años pensar todo esto en detalle
-continuó-, y para entonces, ya había vivido más de dos mil ochocientos
sábados. Me puse a pensar que si llegaba a los setenta y cinco, sólo me
quedarían unos mil más que disfrutar. Así que fui a una tienda de juguetes y
compré las canicas que tenían. Tuve que visitar tres tiendas para obtener 1.000
canicas. Las llevé a casa y las puse dentro de un gran envase plástico, claro,
junto a mi equipo de radioaficionado. Cada sábado a partir de entonces, he
tomado una canica y la he botado.
Descubrí que al observar cómo disminuían las canicas, me enfocaba más sobre
las cosas verdaderamente importantes en la vida. No hay nada como ver que se
te agota tu tiempo en la tierra para llevarte a ajustar tus prioridades. Ahora
déjame decirte una última cosa antes que nos desconectemos y lleve a mi bella
esposa a desayunar. Esta mañana, saqué la última canica del envase. Me di
cuenta que si vivo hasta el próximo sábado, entonces me habrá sido dado un
poquito de tiempo adicional. Y si hay algo que todos podemos usar es un poco
más de tiempo.
Me gustó conversar contigo, Tom, espero que puedas estar más tiempo con tu
familia y espero volver a encontrarnos aquí en la banda, el hombre de 75 años,
este es K9NZQ, cambio y fuera, ¡buen día!"
Uno pudiera haber oído un alfiler caer en la banda cuando este amigo se
desconectó. Creo que nos dio a todos bastante qué pensar. Había planeado
trabajar en la antena aquella mañana y luego iba a reunirme con unos cuantos
radioaficionados para preparar la nueva circular del club. En vez de aquello, subí
las escaleras y desperté a mi esposa con un beso. "Vamos, querida, te quiero
llevar a ti y los muchachos a desayunar fuera".
"¿Qué mosca te picó?" preguntó mientras sonreía. - "Oh, nada; es que no hemos
pasado un sábado juntos con los muchachos en mucho tiempo. Hey,
¿pudiésemos parar en la tienda de juguetes mientras estamos fuera? Necesito
comprar algunas canicas".
Envió: Jenny Gaytán.

Ni siquiera merezco

Este hombre se llama Juan. Yo lo conozco bien, pues vive en el Potrero. Puedo
decir lo que hace cada día. Se levanta cuando no hay luz en el cielo todavía.
Desayuna y se va a la labor. Ahí trabaja una jornada dura, con el sol de plomo o
frío que congela. Su huerto es un jardín bien cultivado.
Esta mujer se llama Luisa. Es la esposa de Juan. Se afana, hora tras hora en sus
quehaceres. No sabe lo que, es descanso, pero sus 5 hijos andan limpiecitos y la
pequeña casa albea como una blanca sábana recién lavada.
Juan y Luisa me invitan a comer. La comida es pobre. La comida es rica. Al
terminarla, ambos se persignan y dicen la sencilla oración aprendida de sus
padres: "Gracias a Dios que nos dio de comer sin haberlo merecido. Amén".
¿Sin haberlo merecido? ¿Ellos? Entonces ¿qué puedo decir yo? Rezo también,
pero en mis labios la frase de acción de gracias es verdad. Yo sí que no he
merecido esta comida. Ni siquiera merezco rezar con ellos la oración...
(Armando Fuentes Aguirre)
Envió: Ángeles Mendoza de la Garza.

Un vaso de leche

Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para


pagar sus estudios universitarios, encontró que sólo le quedaba una simple
moneda de diez centavos y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la
próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora
mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de
leche. Él lo bebió despacio y entonces le preguntó:
- ¿Cuánto le debo?
- No me debes nada, -contestó ella-. Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca
aceptar pago por una caridad.
Él le dijo:
- Entonces, ¡te lo agradezco de todo corazón...!
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió más fuerte, sino que
también su fe en Dios y en los hombres era más madura. El había estado listo a
rendirse y dejar todo.
Años después esa mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban
confundidos. Finalmente le enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard
Kelly para consultarle. Cuando éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la
paciente, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente el Dr. Kelly subió del
vestíbulo del hospital a su cuarto.
Vestido con su bata de doctor entró a verla. La reconoció enseguida. Regresó al
cuarto de observación determinado a hacer lo mejor posible para salvar su vida.
Desde ese día le prestó la mejor atención a este caso. Después de una larga
lucha, ella ganó la batalla...! Estaba totalmente recuperada! Como ya la paciente
estaba sana y salva el Dr. Kelly pidió a la oficina de Administración del hospital
que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. La revisó y firmó.
Además, escribió algo en el borde de la factura y la envió a la habitación de la
paciente.
La cuenta llegó a ésta, pero temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto
de su vida para poder pagar todos los gastos. Finalmente la abrió y algo llamó su
atención: En el borde de la factura leyó estas palabras: "Pagado por completo
hace muchos años con un vaso de leche". (Firmado) Dr. Howard Kelly. Lágrimas
de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: "Gracias, Dios, porque tu
amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos".
Envió: Guillermo Hernández

Las ejecutivas del hogar

En cierta ocasión, un grupo de mujeres reunidas una tarde tomando café,


presumían un poco de sus logros profesionales.
Una hablaba de la maestría que estaba sacando; otra, del puesto en una
compañía importante; otra, de su propio negocio y así todas fueron hablando de
sus ascensos y logros.
Entre el grupo había una señora muy callada a la que le preguntaron a qué se
dedicaba; ella, con un tono de vergüenza, respondió que se dedicaba al hogar,
era Ama de Casa.
Una psicóloga que estaba presente salió inmediatamente en su defensa y le dijo:
"¿Qué sería de este mundo si se hubieran extinguido esas valientes Madres de
Familia?" y le recordó que la empresa de la que ella era presidenta, gerente y
operaria jamás se podría igualar.
Una madre, en el único lugar que es insustituible, es en su propio hogar.
Profesión de una Madre: Es la constructora de la base de la sociedad. Cualquier
mujer puede ser sustituida en cualquier cargo laboral, menos en su propio
hogar. La sociedad consumista ha hecho que se menosprecie su labor porque
aparentemente no produce ingresos a la familia. No hay nada más equivocado,
pues una madre es la cabeza de la institución que representa la base de la
sociedad. La Empresa que dirige se llama FAMILIA y su producción es nada
menos
FAMILIAque todos
salen los los hombres
futuros y mujeres profesionales del futuro... De esta
profesionales.
Cuando una madre cura las raspaduras de su hijo en las rodillas o es chofer de
ellos en las tardes o va al supermercado para que todos tengan algo que comer,
es, en ese momento, cuando ocupa el cargo de "GERENTE DE SERVICIOS
GENERALES".
Cuando la vemos explicando difíciles divisiones con decimales a sus hijos o
enseñándoles educación y respeto, ocupa el cargo de "GERENTE DE RECURSOS
HUMANOS”.
Cuando se le oye hablar de todas las cualidades de sus hijos, es una "GERENTE
DE MERCADEO", pues nadie cree tanto en su producto, como una madre de sus
hijos.
Su Horario: ILIMITADO. Su turno laboral puede empezar en la madrugada con el
llanto del bebé con hambre, puede seguir el resto del día encargándose de que
todo en la casa funcione bien. Por la tarde es chofer, la profesora de sus hijos.
Por la noche, la esposa amorosa que escucha y atiende a su esposo y ella puede
seguir levantada esperando a que su hijo adolescente llegue de la fiesta. Cuando
tiene un rato de descanso, no deja de pensar en sus funciones. No puede
delegar su trabajo porque, al imprimirle tanto cariño, es casi imposible encontrar
personal capacitado para igualarla. Ella no puede encargarle a la secretaria la
transmisión de valores, de moral, de principios, ni mandar por fax el beso de las
buenas noches.
Su Salario: INALCANZABLE. De hecho, ella misma no concibe la idea de recibir
nada a cambio porque lo hace por amor. Algún día de las madres recibe una flor,
un dibujo con brillantes crayolas o la estrellita en la frente de su hijo. Con esto
siente que le han dado el mejor de los ascensos.
Pensión de Jubilación: Nada de esto recibirá, más bien después de 14 ó 18 años
de inalcanzable trabajo será aparentemente despachada, sin prestaciones,
cuando le dicen: "Por favor mamá, no te metas; es mi vida", Queda
supuestamente despedida porque sólo la presencia de una madre es importante,
aunque en esos momentos no se den cuenta.
Monumento o Diploma: ¿Dónde está el monumento o diploma a estas
EMPRESARIAS que no se cansan de ejercer su profesión? El médico, empresario,
artista, sacerdote, ingeniero, abogado, doctora, licenciada, arquitecto, etc., que
entregan sus vidas a otros han salido de esas empresas llamadas "FAMILIAS".
Esos grandes profesionales son sus logros, honores, trofeos y diplomas. ¡QUE
DIOS BENDIGA A LAS EJECUTIVAS DEL HOGAR!
Envió: Idalia López.

A propósito del día del padre

Mi papá murió. Partió amargado y solitario. Se fue de la casa cuando yo tenía 14


años, alegando que quería vivir su propia vida. Lo hizo a pesar de que no
teníamos qué comer. Fue alcohólico, aunque decía que podía dejar de tomar en
cualquier momento. Nunca me abrazó porque, según él, los hombres no se
demuestran ternura.
asunto de mamás. NoNo jugónada
sabía conmigo ni pero,
de mí, con mis hermanos
cuando porqueuneso
yo cometía es era
error,
implacable conmigo.
Decía que trabajaba para su familia. Sin embargo, en la práctica, éramos la
última de sus prioridades. Durante años lo resentí. Marqué con ese rencor todas
mis ilusiones e hice más frustrantes mis desilusiones.
Un día me casé con una mujer maravillosa y me prometí que no iba a ser como
él. Pensaba que ser buen padre era tratar bien a los míos, darles lo que pudiera
y estar con ellos cuando me necesitaran.
En una ocasión le pregunté a mi esposa por qué mis hijos no me hacían caso a
mí, sino a ella. Quería averiguar por qué los niños no disfrutaban estando
conmigo. "¿Sabes? -me respondió- Cuando estás con ellos lo haces más porque
es tu responsabilidad y no porque sea tu privilegio. Tus hijos van a disfrutar de ti
sólo cuando tú disfrutes de ellos".
Me di cuenta que era tanto mi resentimiento y mi deseo de ser diferente a mi
papá que me estaba pareciendo a él. Mi padre no estaba en la casa por borracho
y yo por responsable. Él era lejano porque los niños eran cosa de mujeres y yo
porque quería ser estricto y educarlos bien. Entonces comencé a descubrir las
maravillas de pasar el tiempo con mis hijos, a jugar con ellos, a integrarme a su
vida.
Dejé de intentar que ellos fueran como yo esperaba y empecé a apreciar más lo
que ellos eran. Me permití inspirarme con su alegría y espontaneidad. Caí en
cuenta de que yo podía crecer con ellos. Ya no me esforzaba por ser el que lo
sabía todo; más bien me inclinaba a ser más la persona que quiere enseñar,
pero que también está dispuesta a aprender. Que no sólo sabe dar, sino que
sabe recibir.
Esto no ha sido fácil. Aún me descubro autoritario, lejano, rígido, impulsivo.
Entonces recuerdo que eso no es lo que soy y me abro de nuevo al regalo de la
vida, de los míos, de mi esposa y de mis hijos.
Hoy, día del padre, celebro mi oportunidad de ser padre, los abrazos de mis
hijos, ese ejército de enanos que crean caos de fantasía, que rompen nuestros
esquemas a punta de sonrisas e indolencias.
La infancia de mi padre fue más dura que la mía. Le enseñaron que la vida era
una carga. Él, para su padre, fue una carga. No conoció la ternura ni el apoyo,
nadie se sintió orgulloso de él y él tampoco aprendió a sentirse orgulloso de sí
mismo.
Papá, antes de que te fueras hubiera querido decirte que, para mí, al igual que
para ti, ser un niño no fue fácil, pero es más difícil serlo si encadeno mi vida y la
de loslamíos
darte a losen
libertad rencores y a los
mi corazón defantasmas delpadre.
ser un buen pasado. Quiero perdonarte,
Reconocer que, a tu
manera, hiciste lo mejor que pudiste con tu vida. Sé que sentiste el dolor de tus
propios errores. No me será fácil convertir en ángeles mis fantasmas, pero abriré
con determinación las puertas de la aceptación y la gratitud.
Papá, me siento orgulloso de ti, porque sin ti yo no sería lo que soy, porque tu
vida me ayudó a encontrar mi camino, tu dolor me ayudó a evitar el mío, tus
cualidades florecen en mí y valoro como un tesoro haberlas heredado de ti.
(Anónimo)
Envió: Saulo Reyes.

El maestro

Un anciano tenía fama de sabio y la gente acudía a él en busca de ayuda o


consejo. Y cuando un forastero preguntaba por qué le decían maestro, en qué
consistía la sabiduría o qué ciencia dominaba ese hombre que parecía un
humilde campesino, la gente no sabía muy bien qué responder. "Es un hombre
feliz, vive en paz con todos". Era una de las tímidas respuestas.

Un joven que escuchó hablar de él y que ansiaba adquirir conocimientos, se


presentó una noche para pedirle que le enseñara. El anciano se sorprendió del
pedido, pero aceptó con entusiasmo. Hacía muchos años que vivía solo y le
gustó la idea de tener a alguien con quien compartir su tiempo nuevamente.
A la mañana siguiente, se levantaron y prendieron el fuego para calentar agua y
cocinar el pan que habían dejado preparado la noche anterior. Mientras
esperaban que el desayuno estuviera listo, el maestro se sentó en un banquito y
se puso a contemplar por la ventana. El discípulo, de pie detrás de él, trataba de
poner la mirada en el mismo lugar que el maestro, para descubrir qué estaba
mirando tan concentrado. Por la ventana sólo se veían el campo, flores
silvestres, el gallinero y los perros recibiendo los primeros rayos del sol.
A los pocos minutos, el joven se aburrió y se fue a sentar. Tomó un libro de su
mochila y comenzó a leer. Sin embargo, a cada momento se distraía y pensaba
cómo el maestro podía perder el tiempo sin hacer nada. Cuando el olor a pan
inundó la habitación, el maestro se levantó, preparó el te, colocó dos jarros so-
bre la mesa y el pan sobre una servilleta. Se sentó, indicó, con un gesto de su
mano, al discípulo que hiciera lo mismo y comenzó a comer el pan, cortándolo
en pedacitos y mojándolos en el té caliente.
El discípulo estaba asombrado: El maestro se había olvidado de agradecer la
comida. Sin disimular y para que el otro se diera cuenta de su error, agachó la
cabeza durante unos instantes como si estuviera rezando. Después, comenzó a
comer. Cuando terminaron el desayuno, colocaron cada cosa en su lugar y el
maestro le preguntó al joven de qué quería conversar. En el instante en que le
iba a contestar, se abrió la puerta de golpe y entró un niño corriendo.
- Maestro, maestro, mire el pescado que saqué del agua, hoy vamos a comer
como reyes.
El maestro se levantó, aplaudió la hazaña del niño y se ofreció para ayudar a
limpiar el pescado. Mientras tanto, le preguntó por toda la familia y le explicó
varias maneras
recipiente decondimento
con un cocinarlo. Antes de que
especial parasedarle
fuera, le sabor
más regalóaun
la pequeño
preparación. El
discípulo estaba asombrado y desconcertado. Va había pasado más de medio
día y no había aprendido nada.
A partir del momento en que el niño dejó la casa, cada vez que el maestro se iba
a poner a conversar con él, alguien del pueblo interrumpía la conversación. Iban
a pedirle algo o a llevarle un pequeño regalo -una papa, una planta de lechuga,
una calabaza-, como agradecimiento por alguna ayuda que él les había dado.
Pasó el día y anocheció. El maestro cortó las verduras y puso el caldo en el
fuego, mientras amasaba con mucha dedicación el pan para el otro día.
Comieron y se fueron a dormir.
Los días siguientes fueron más o menos similares: Pasaban las horas yendo de
un lugar a otro, ayudando o visitando a las personas del pueblo; trabajaban la
pequeña huerta; alimentaban a las gallinas y juntaban los huevos que regalaban
al que los necesitaba.
Una noche, entre la respiración profunda del maestro y la bronca acumulada por
no aprender nada nuevo, el discípulo daba vueltas en la cama sin poder dormir.
No sabía si irse o quedarse. Por fin, casi entrada la madrugada decidió probar
durante un día más. Al amanecer, el maestro se levantó, se desperezó y
comenzó a prender el fuego para el desayuno. Puso el agua a calentar, el pan a
cocinar y se sentó en el banquito a mirar por la ventana. Así lo encontró el joven
cuando despertó. Se dio cuenta de que todo iba a seguir igual que los días
anteriores. Al enojo que había acumulado se le sumó el mal dormir y estalló:
- ¡Yo vine a buscar sabiduría, a entender las cosas de la vida, a aprender a vivir
mejor y lo que me encuentro es alguien con una vida común, diría que vulgar,
que ni siquiera es capaz de tener un momento para reflexionar y agradecer al
Creador por todo lo que recibió de él!
El maestro lo miró con los ojos tristes; una expresión que nunca antes le había
visto. Y le contestó:
- Cuando contemplo la mañana por la ventana, veo las flores, huelo su perfume
y, de esa manera, usando mis ojos y mi olfato para gozar de lo que Dios hizo
para nosotros, lo alabo. El campo y el gallinero, son los que nos ofrecen la
comida de cada día y, al mirarlos, no me queda más que agradecer por la vida.
Los perros descansando, me recuerdan que pasaron toda la noche en vela
cuidándonos mientras dormíamos.
Esto me lleva, necesariamente, a agradecer a Dios que en todo momento y sin
descansar tiene sus ojos puestos en nosotros para acompañamos, para
cuidarnos y para hacernos felices. Eso me llena de alegría y paz. Ya no necesito
nada
golpeamás,
a miporque
puertaestoy seguro
me hace de útil,
sentir que necesario,
Dios está conmigo. Cada vez
querido. Cada persona que
que recibo
un pequeño regalo de la gente humilde de la aldea, siento que es Dios mismo
que me lo da, sirviéndose de las manos de los demás y me recuerda, así, que no
soy el único que puede dar.
El discípulo estaba tan enojado que casi no escuchó las palabras del anciano.
Agradeció, por educación, el hospedaje y volvió a su pueblo, olvidándose por
mucho tiempo de lo que el maestro le había dicho. Allí, conoció una chica de
quien se enamoró. Se casaron y formaron una familia.
Cierto día, al volver de trabajar en el campo, vio desde lejos a sus hijos jugando.
Se acercó despacio y desde atrás de un árbol se quedó mirando. Así lo descubrió
su esposa, quien le preguntó:
- ¿Qué estás haciendo acá? ¿Qué haces mirando a los niños jugar?
- Estoy mirando la maravilla más grande que Dios nos ha regalado, estoy
alabándolo mientras escucho sus gritos y sus cantos; estoy dando gracias por el
trabajo que me permite traerles, todos los días, un pedazo de pan y estoy dando
gracias a Dios, porque si yo, que soy muy débil, cuido de ellos y me preocupo,
cuánto más Él, con todo su poder y su inmenso amor.
Ese día el hombre recordó las palabras de su maestro y entendió.

(María Inés Casalá. Publicado en Diálogo 55)

Me quejé

Pensaba que mi vida no estaba bien, hablé con Dios y: Me quejé de lo que me
salió mal en el trabajo, pero no agradecí mis manos para trabajar.
Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos, mas no agradecí por
tener una familia.
Me quejé cuando no había lo que más me gustaba para comer, pero olvidé
agradecer por tener qué comer.
Me quejé por mi salario, cuando miles ni siquiera tienen uno.
Me quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al buscar unos libros, pero no
pensé en que muchos no tienen hogar donde tener las luces encendidas.
Me quejé por no poder dormir 10 minutos más, olvidando a quienes darían todo
por tener su cuerpo sano para poder levantarse.
Me quejé por tener que trabajar al día siguiente, olvidando que muchos no
tienen trabajo que les permita llevar sustento a su familia.
Me quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones desearían tenerla
viva para poder honrarla y abrazarla.
Me quejé pues tenía que dar una charla sobre Jesús a unos jóvenes, olvidando el
privilegio que es poder hablar a otros de Jesús.
Dios me mostró en aquel momento la verdad y entonces comprendí lo ingrato
que había sido con Él y comencé a agradecer por las cosas que había olvidado y,

aún más, aquellas por las que tanto me quejaba. Espero que tú no cometas el
mismo error que yo estaba cometiendo.

Envió: Rubén Guerra.

12. Vitaminas para el perdón

Un cura mendigo, que había abandonado el


sacerdocio, confesó a Juan Pablo II

En el programa de televisión de la Madre Angélica en los Estados Unidos (EWTN),


relataron un episodio inédito de la vida de Juan Pablo II.

Un sacerdote norteamericano de la arquidiócesis de Nueva York se disponía a


rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un

mendigo.
cuenta Después
que conocíade observarlo
a aquel durante
hombre. uncompañero
Era un momento, el
delsacerdote seordenado
seminario, dio
sacerdote el mismo día que él. Ahora mendigaba por las calles.
El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo
había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido. Al día
siguiente, el sacerdote llegado de Nueva York, tenía la oportunidad de asistir a la
Misa privada del Papa, a quien podría saludar al final de la celebración, como
suele ser la costumbre. Al llegar su turno, sintió el impulso de arrodillarse ante el
Santo Padre y pedir que rezara por su antiguo compañero de seminario y
describió brevemente la situación al Papa.
Un día después recibió una invitación del Vaticano para cenar con el Pontífice, en
la que solicitaba llevara consigo al mendigo de la parroquia. El sacerdote volvió
a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el
mendigo, le llevó a su lugar de hospedaje, le ofreció ropa y la oportunidad de
asearse.
Confesó al Papa
El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote que los dejara solos y pidió
al mendigo que escuchara su confesión. El hombre, impresionado, le respondió
que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: "Una vez ordenado
sacerdote, sacerdote para siempre".
"Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero", insistió el mendigo, que
recibió como respuesta: "Yo soy el Obispo de Roma, me puedo encargar de eso".
El hombre escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que
escuchara su propia confesión. Después de ella, lloró amargamente. Al final,
Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando y le
designó asistente del Párroco de la misma y encargado de la atención a los
mendigos.
(Scott Hahn. Nueva York. Publicado en LA RAZÓN, miércoles, 9.05.2001)

No acumules penas

Acostumbro tener un calendario del cual, diariamente, arranco la hoja del día
anterior. Algo bastante simple, excepto cuando dejé de hacerlo por un par de
meses y, al tratar de arrancar todas las hojas atrasadas no pude hacerlo, pues
una a la vez es fácil, pero todas juntas es muy diferente.
Lo mismo sucede con nosotros cuando no nos perdonamos día a día, o cuando
guardamos rencores o sufrimientos. Muchas veces nosotros mismos no nos
perdonamos errores y decidimos cargarlos en silencio, haciendo cada vez más
difícil la tarea de arrancarlos de nuestras vidas.
Pero no acumules más hojas de tu vida; decide hoy arrancarlas de ti y ser libre,
pues para eso fuiste hecho. No acumules tus penas y dáselas cada día a quien
ya pagó por todas y cada una de ellas en una cruz.

(Arturo Quirós Lápiz)


Envió: Marrieta.
El auto

Un joven muchacho que estaba a punto de graduarse, hacía muchos meses que
admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia y sabiendo que su padre
podría comprárselo, le dijo que ese auto era todo lo que él quería. Así llegó el día
de la graduación y su padre le llamó a que fuera a su privado. Le dijo lo orgulloso
que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre
tenía en sus manos una hermosa caja de regalo.
Curioso y, de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró
fue una hermosa Biblia con cubiertas de piel y con su nombre escrito en letras
de oro. Enojado, le gritó a su padre diciendo: "Todo el dinero que tienes y sólo
me das esta Biblia". Y salió de la casa.
Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios.
Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre
que ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo. No lo había vuelto a
ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir a verlo, recibió un
telegrama donde decía que su padre había muerto y le había heredado todas
sus posesiones, por lo que necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre
para arreglar todos los trámites de inmediato.
Cuando llegó a la casa de su padre, su corazón se llenó de una gran tristeza y
arrepentimiento. Empezó a ver todos los documentos importantes que su padre
tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión él le había dado. Con lágrimas
la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre, cuidadosamente, había
subrayado un versículo en Mateo 7, 11: "Y si ustedes, siendo malos, saben dar
cosas buenas a sus hijos, cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos
aquello que le pidan".
Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una
tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que tanto
había deseado. En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las
palabras: "TOTALMENTE PAGADO".

Cuántas veces hemos rechazado y perdido cosas tan hermosas porque no


vienen envueltas en "paquetes hermosos", como nosotros esperamos.
(Anónimo)
Envió: Alex Sánchez.

¿Por qué grita la gente?

Un día Meher Baba preguntó lo siguiente:


- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos momentos:
- Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso gritamos.
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? -preguntó Baba-
¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás
enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a
Baba. Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para
cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados
estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa
gran distancia.
Luego Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?

- Ellos muy
están no secerca.
gritanLasino que seentre
distancia hablan suavemente,
ellos ¿por qué? Sus corazones
es muy pequeña.
Baba continuó:
- Cuando se enamoran más, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan
todavía más, en su amor. Finalmente, no necesitan ni siquiera susurrar; sólo se
miran y eso es todo. Cuando dos personas se aman se acercan más y más.
Luego Baba dijo:
- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que
los distancien más; llegará un día en que la distancia sea tanta, que no
encontrarán más el camino de regreso.
Envió: Fray Fernando Rodríguez OFM.

Pagar bien por mal

Un soldado se quedó pasmado cuando escuchó al General Robert E. Lee hablar


elogiosamente de otro oficial.
- General, -le dijo- ¿sabe usted que el hombre del cual habla tan bien es uno de
sus peores enemigos y que no pierde ninguna oportunidad de difamarlo?
- Sí -dijo el general- pero a mí me pidieron mi opinión de él, no la que él tiene de
mí.
-----------------------*

Un hombre entró a robar a casa de su vecino, el cual lo sorprendió en la acción.


Al saberse descubierto, se llenó de temor, pero contrario a lo que esperaba, su
vecino solamente le dijo: "Amigo, no sabía que tuviera usted tanta necesidad
como para llegar a esto; yo no tengo mucho, pero, por favor, dígame si puedo
hacer algo por usted, trataré de ayudarle lo más que pueda".

----------------------*

Abraham Lincoln dijo una vez: "La mejor forma de derrotar al enemigo es
hacerlo tu amigo". Por tanto, con ayuda de Dios, amemos a nuestros enemigos,
bendigámoslos, hagámosles bien y oremos por ellos. Igual que nuestro Señor,
estemos preparados para devolver bien por mal... ¡incluso a nuestros enemigos!

Envió: Fray Fernando Rodríguez, OFM.


13. Vitaminas diarias para el patriotismo

Mensaje del año 2050

Ayer por la mañana, al levantarme, encontré bajo mi puerta un sobre extraño. El


papel era grueso y gris, como una especie de "aleación" de papel y metal, no es
rígido, no tiene estampilla pero mi nombre y dirección están claramente escritos.
Lo abrí con suma curiosidad. Al extender las hojas, me extrañó que la letra,
escrita a mano, me era familiar y, lo más sorprendente es la fecha y el
contenido, el cual comparto con ustedes, pues parece ser el motivo por el cual
fue escrita:

Año 2050
Acabo de cumplir los 40, pero mi apariencia es la de alguien de 55, tengo serios
problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que no me queda mucho
tiempo. Recuerdo cuando tenía 15 años: Todo era muy diferente. Había muchos
árboles en los parques, las casas tenían hermosos jardines y yo podía disfrutar
de un baño de ducha hasta por una hora, ahora usamos toallas empapadas en
aceite mineral para limpiar la piel; antes todas las mujeres lucían su hermosa
cabellera; ahora debemos afeitamos la cabeza para poder mantenerla limpia sin
agua; antes mi padre lavaba el auto con el chorro de la manguera, los niños de
ahora ni siquiera saben para qué sirve una manguera.

Recuerdo que había muchos anuncios que decían "cuida el agua" y aparecían en
la radio, la televisión, periódicos, pero nadie los tomaba en cuenta...
Pensábamos que el agua jamás se podía terminar. Pero ahora, todos los ríos,
presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados o
agotados; la cantidad de agua indicada como ideal para beber era de ocho vasos
al día por persona adulta; yo sólo puedo beber medio vaso, la ropa es
desechable, con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura. Hemos
tenido que construir de nuevo letrinas, como en el siglo pasado.
Yo vivía en el desierto cuando niño pero nos mudamos por la falta de agua; al
principio la llevaban de muy lejos en camiones cisterna, pero era muy costosa y
sólo los ricos podían pagarla. La gente de pocos recursos tomaba agua
contaminada. Muchísimos murieron de infecciones gastrointestinales,
enfermedades de la piel y de las vías urinarias.
No hay industrias, ni talleres, por tanto, hay desempleo. Son pocos los lugares
para trabajar, en las plantas desalinizadoras, donde algunos obreros prefieren
recibir agua potable en vez de salario. Existen asaltos con el único propósito de
apoderarse del aljibe con agua.
La tasa de mortalidad entre niños y ancianos es enorme, a causa de problemas
renales, deshidratación, enfermedades virales e infecciosas. Mis padres y dos de
mis hijos ya no están conmigo por esas causas: Murieron.
La comida es 80% sintética. Por la resequedad de la piel una joven de 20 años
luce como de 35. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se
puede fabricar agua, el oxígeno también se ha degradado por falta de árboles, lo
que ha disminuido el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones. Se ha
alterado la morfología de espermatozoides de muchos individuos. Como
consecuencia: Niños con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.

El gobierno, incluso, nos cobra por el aire que respiramos: 137 m 3 por día por
habitante adulto. La gente que no puede pagar es arrojada de las "zonas
ventiladas" que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que
funcionan con energía solar; no es de buena calidad pero se puede respirar. La
edad promedio es de 40 años.
En algunos países quedan manchas de vegetación con su respectivo manantial
que es fuertemente custodiado por el ejército. El agua se ha vuelto un tesoro
muy codiciado, más que el oro o los diamantes. Aquí, en cambio, no hay árboles
porque casi nunca llueve y cuando llega a registrarse una precipitación, es de
lluvia ácida. Las estaciones de año han sido severamente transformadas por las
pruebas atómicas que se hicieron en el siglo XX, entre otras causas.
Se advirtió entonces que había que "cuidar el medio ambiente". Cuando mi hija
pide que le hable de cuando era joven le describo lo hermoso que eran los
bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era bañarse y
poder pescar en los ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo
saludable que era la gente; ella me pregunta: "Papá, ¿por qué se acabó el
agua?".
Entonces, siento un nudo en la garganta, no puedo dejar de sentirme culpable,
pertenezco a la generación del derroche, hasta hace apenas 25 años se nos
advirtió "gota a gota, el agua se agota" y no quisimos tomarlo en serio. Ahora
nuestros hijos pagan un alto precio. Por favor, cuidemos el agua y la energía,
¡hagámoslo por y para nuestros hijos! El mensaje está firmado: ¡Por mi hija!

(Documento extraído de la Revista Biografía "Crónica de los Tiempos" de abril de


2002)
Envió Lucho Muñoz.

14. Vitaminas para la sencillez

Y uno aprende

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano
y encadenar un alma, que el amor no significa acostarse y una relación no
significa seguridad. Uno comienza a aprender que los besos no son contratos y
los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza
alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,

porqueuna
tienen el terreno de caerse
forma de mañanaeneslademasiado
mitad. inseguro para planes... y los futuros
Y después de un tiempo, uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del
sol quema. Que hay que plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en
lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que
uno vale y que en cada día... uno aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos,
sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el tiempo te das cuenta de que si estás aliado de esa persona sólo por
compañía a tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más
que cualquier cantidad de dinero.
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados y que el que
no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira, pueden
seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar, cualquiera lo hace, pero, perdonar, es
sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy
probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es
irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano,
tarde o temprano, sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al
cuadrado.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen
ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el
momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que, aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás
terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas,
decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo ante una
tumba ya no tiene ningún sentido.
Pero, desafortunadamente... sólo con el tiempo.
Envió: María V. Bernal.

El te reconocerá

Miguelito estaba sucio. Las manos negras, el cuello café oscuro y la cara
mugrosa. Pero sus brillantes ojos azules se llenaron de lágrimas cuando su
profesora lo regañó por estar tan desaseado. Lo mandó a lavarse y al regresar
se dio cuenta de que estaba llorando a grito abierto, avergonzado y humillado.
Inclinándose hacia él, le dijo afablemente: "Niño, deja de llorar. Tú sabes que no
podía dejarte regresar a casa tan sucio. Porque ni siquiera tu mamá te
reconocería". "Ah sí, por supuesto que ella sí me reconocería -sollozó el niño-.
Ella vería mi abriguito verde y con seguridad que me dejaría entrar".
Siempre puedes estar seguro de que Dios te reconocerá. Él nunca deja de
quererte a pesar de las muchas veces que tú te vuelvas contra Él. Escóndete,
huye, retrocede, desespérate, cambia tu identidad. Él siempre te buscará y
volverá a tu corazón, tan pronto como vea el menor indicio de que quieres que
Él esté allí.

Envió: Graciela Chapa.

15. Vitaminas para el respeto

Si nunca…

Si nunca rompes un racimo de uva en el lagar, nunca tendrás un vaso de vino


sobre tu mesa.
Si nunca te arriesgas a perder, nunca te darás la oportunidad de ganar.
Si nunca afrontas la pena de partir, nunca conocerás la alegría del regreso.

Si nunca sufres muriéndote en la siembra, nunca te gozarás renacido en la


cosecha.
Si nunca te dueles bajo el peso de tu culpa, nunca saborearás el alivio del
perdón.
Si nunca mueles los granos de tu trigo, nunca conocerás el sabor del pan.
Si nunca afrontas el miedo de dejar de ser como eres, nunca descubrirás la
alegría de ser como puedes ser.
Si nunca estás dispuesto a dejar todo lo que tienes, nunca sentirás que lo tienes
libremente.
Si nunca estás dispuesto a morir por una causa, nunca sabrás para qué vives.
Si nunca encaras tu pena y dejas de reír para llorar, nunca conocerás la dicha
del que deja de llorar para reír.
Si nunca te arriesgas a cruzar el río, nunca sabrás lo que te aguarda en la otra
orilla...

Envió: J Puello.

Estados Unidos: El increíble caso de un hombre de 39


años

Volvió a hablar luego de 19 años


Había sufrido un accidente automovilístico en 1984y estuvo en coma 17 años.
En 2001 empezó a comunicarse con gestos. Y el 12de junio último pronunció su
primera palabra: "Mamá".

ARKANSAS, ESTADOS UNIDOS. AP Y EFE.

Después de diecinueve años: "Mamá"


Terry Wallis tiene 39 años. Y desde hace 19 está internado en un hospital de
Estados Unidos debido a un accidente de tránsito que lo mantuvo en estado de
coma hasta hace dos años y, además, lo dejó paralítico. Hace dos semanas
empezó a recuperarse: Puede hablar y caminar aunque lo hace con dificultad.
"Esto es un milagro", dijo su esposa, Sandi Wallis. El hombre está internado en el
Centro de Rehabilitación y Cuidados del Condado Stone, desde que sufrió un
accidente el13 de junio de 1984. Hace casi un mes, el12 de junio pasado, Wallis
pronunció su primera palabra después de años de absoluto silencio, aunque la
noticia se conoció sólo ayer. Fue cuando una de las enfermeras que lo cuida le
preguntó quién era la persona que lo había visitado. "Mamá", respondió
sorpresivamente el hombre.
Una hija de diecinueve años
En estos días fue incorporando otras palabras a su vocabulario como "papá" y
"leche" pero habla en forma lenta y le cuesta articular las palabras. También se
animó a caminar un poco y los médicos explicaron que su memoria a corto plazo
es limitada debido al daño cerebral que sufrió. Según contaron los médicos, el

paciente había despertado de su coma hace un par de años pero hasta ahora
sólo respondía a algunas preguntas con gestos de aprobación o desacuerdo y
con pestañeas.
Wallis tiene una hija de 19 años, Amber, que nació poco antes del accidente de
su padre. Ese día, el hombre viajaba en su auto acompañado de un amigo. El
coche cayó en un barranco. Fueron encontrados al día siguiente bajo un puente.
El amigo había muerto y Wallis estaba en coma.
El coma y sus causas
El coma implica ausencia de conciencia, es decir, de capacidad de relacionarse
con uno mismo o con los demás. Durante el coma fallan los intercambios
nerviosos necesarios para el almacenamiento y las manifestaciones de los
mensajes cerebrales. Los expertos sostienen que no existen dos comas iguales
aunque todos se caracterizan por la ausencia o escasez de respuestas a
estímulos. En este estado, el cerebro puede entrar en una especie de "caja
oscura", del que el paciente puede salir en horas, meses o nunca.
Entre las principales causas del estado de coma, que puede ser superficial o
profundo, figuran las encefalitis infecciosas, los traumatismos craneales y la
patología vascular extensa. También pueden causarla la meningitis grave, la
hiperglicemia, una patología hepática, una complicación del hipotiroidismo o un
fallo anestésico.
No es un caso único

Wallis no as al único en despertar del coma después de años. Patricia White Bull,
una india siux del suroeste de Estados Unidos estuvo 16 años en coma y
despertó. La mujer entró en ese estado cuando se le formó un coágulo de sangre
en el pulmón mientras daba a luz, por cesárea, a su cuarto hijo. El coágulo le
impidió respirar durante unos instantes. Los médicos la reanimaron pero la falta
de oxígeno le provocó un daño severo en el cerebro.
En marzo de 1997, un joven inglés que había sido víctima de una avalancha en
la cancha de fútbol de Hillsborough, en Sheffield, salió de un coma después de 8
años. Andrew Devine había sufrido un daño cerebral. Un año antes, en Estados
Unidos, el oficial Gary Dockery se despertó de un coma, luego de siete años.

(Clarín.com. Jueves 10 de julio de 2003 Año VII N° 2656)


16. Vitaminas para la amistad

Los días de mi vida

El día más IMPACTANTE fue cuando te conocí.


El día más ESTÚPIDO fue cuando nos peleamos.
El día más INTERESANTE fue cuando te traté.
El día más EMOCIONANTE fue cuando me llamaste.
El día más TRISTE fue cuando te vi llorar.
El día más ALENTADOR fue cuando me abrazaste.
El día más CHISTOSO fue cuando dialogué contigo de cualquier tontería.
El día más LARGO fue cuando no te vi.
El día más DIVERTIDO fue cuando me hiciste tus bromas.
El día más BRILLANTE fue cuando sonreíste.
El día más NEGRO fue cuando enfermaste.
El día más FRÍO fue cuando me ignoraste.
El día más DESESPERANTE fue cuando no me escuchaste.
El día más ESPIRITUAL fue cuando recé contigo.
El día más VERGONZOSO fue cuando quedé mal frente a ti.
El día más IMPACIENTE fue cuando no supe de ti.
El día más CANSADO fue cuando estuve lejos de ti.
El día más FELIZ fue cuando me llamaste AMIGO.

Envió: Edwin Valdés.

Dos amigos

Dice una leyenda árabe, que dos amigos viajaban por el desierto y en un
determinado punto del viaje discutieron y uno le dio una bofetada al otro. El
otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: "Hoy, mi mejor amigo
me pegó una bofetada en el rostro". Siguieron adelante y llegaron a un oasis
donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a
ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y
escribió en una piedra: "Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida".
Intrigado, el amigo preguntó: "¿Por qué, después de que te lastimé, escribiste en
la arena y ahora escribes en una piedra?". Sonriendo, el otro amigo respondió:
"Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el
viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo, por otro lado,
cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria
del corazón, donde ningún viento en todo el mundo podrá borrarlo".

Envió: Angélica Carreño M.

"Eres importante para mí…"

Una profesora universitaria inició un nuevo proyecto entre sus alumnos. A cada
uno les dio cuatro moños de color azul, con la leyenda: "Eres importante para
mí" y les pidió que se pusieran uno. Cuando todos lo hicieron, les dijo que eso
era lo que ella sentía de ellos.
Luego les explicó de qué se trataba el experimento: Tenían que darle un moño a
alguna persona que fuera importante para ellos, explicándoles el motivo y
dándole los otros moños para que ellos hicieran lo mismo. El resultado esperado
era ver cuánto podía influir en las personas ese pequeño detalle. Todos salieron
de esa clase dialogando a quiénes darían sus moños; algunos mencionaban a
sus padres; otros, a sus hermanos o a sus amigos.
Pero entre aquellos estudiantes, había uno que estaba lejos de casa. Este
muchacho había conseguido una beca para esa universidad y, al estar lejos de
su hogar, no podía darle ese moño a sus padres o sus hermanos. Pasó toda la
noche pensando a quién daría ese moño, pero al otro día muy temprano tuvo la
respuesta. Tenía un amigo, un joven profesional que lo había orientado para
elegir su carrera y muchas veces lo asesoraba cuando las cosas no iban también
como él esperaba.

¡Esa era la solución! Saliendo de clases se dirigió al edificio donde su amigo


trabajaba y en la recepción pidió verlo. A su amigo le extrañó, ya que el
muchacho lo iba a ver después de que él salía de trabajar, por lo que pensó que
algo malo estaba sucediendo. Cuando lo vio en la entrada, sintió alivio de que
todo estuviera bien, pero a la vez le extrañaba el motivo de su visita.
El estudiante le explicó el propósito de su visita y le entregó tres moños, le pidió
que se pusiera uno y le dijo que "al estar lejos de casa, él era el más indicado
para llevarlo"; el joven ejecutivo se sintió halagado, no recibía ese tipo de
reconocimientos muy a menudo y prometió a su amigo que seguiría con el
experimento y le informaría de los resultados.
El joven ejecutivo regresó a sus labores y, casi a la hora de la salida, se lo
ocurrió una arriesgada idea: Le quería entregar los dos moños restantes a su
jefe. El jefe era una persona huraña y siempre muy atareada, por lo que tuvo
que esperar a que estuviera "desocupado".
Cuando consiguió verlo, su jefe estaba inmerso en la lectura de los nuevos
proyectos de su departamento, la oficina estaba repleta de reconocimientos y de
papeles. El jefe sólo gruñó: "¿Qué desea?". El joven ejecutivo le explicó
tímidamente el propósito de su visita y le mostró los dos moños. El jefe,
asombrado, le preguntó: "¿Por qué cree usted que soy el más indicado para
tener ese moño?".
El joven ejecutivo le respondió que él lo admiraba por su capacidad y
entusiasmo en los negocios, además que de él había aprendido bastante y
estaba orgulloso de estar bajo su mando. El jefe titubeó, pero recibió con agrado
los dos moños, no muy a menudo se escuchan esas palabras con sinceridad
estando en el puesto en el que él se encontraba.
El joven ejecutivo se despidió cortésmente del jefe y, como ya era la hora de
salida, se fue a su casa. El jefe, acostumbrado a estar en la oficina hasta altas
horas, esta vez se fue temprano a su hogar. En la solapa llevaba uno de los
moños y el
mientras otro lo guardó
manejaba rumboen el bolsillo
a su casa. de su camisa. Se fue reflexionando
Su esposa se extrañó de verlo tan temprano y pensó que algo le había pasado;
cuando le preguntó si sucedía algo anormal, él respondió que no pasaba nada,
que ese día quería estar con su familia. Ella se sorprendió, ya que su esposo
acostumbraba llegar de mal humor. El jefe preguntó: "¿Dónde está nuestro
hijo?". La esposa sólo lo llamó, ya que estaba en el piso superior de la casa. El
hijo bajó y el padre sólo le dijo: "¡Acompáñame!".
Ante la mirada extrañada de la esposa y del hijo, ambos salieron de la casa... (el
jefe era un hombre que no acostumbraba gastar su "valioso tiempo" en su
familia muy a menudo). Tanto el padre como el hijo se sentaron en el porche de
la casa. El padre miró a su hijo, quien a su vez lo miraba extrañado. Le empezó a
decir que sabía que no era un buen padre, que muchas veces se perdió de
aquellos momentos que sabía eran importantes.
Y luego le expresó que había decidido cambiar, que quería pasar más tiempo
con ellos, ya que su madre y él eran lo más importante que tenía. También le
mencionó lo de los moños y su joven ejecutivo. Le dijo que lo había pensado
mucho, pero quería darle el último moño a él, ya que era lo más importante, lo
más sagrado, para él. Que el día que nació, fue el más feliz de su vida y que
estaba orgulloso de él. Todo esto, mientras le prendía el moño que decía: "Eres
importante para mí".
El hijo, con lágrimas en los ojos, le dijo: "Papá, no se qué decir... mañana
pensaba suicidarme porque pensé que no te importaba. Te quiero papá,
perdóname...". Ambos lloraron y se abrazaron, el experimento de la profesora
dio resultado, había logrado cambiar no una, sino varias vidas, con sólo expresar
lo que sentía...
Ese es el poder de uno... Expresar lo que sientes y darle valor a los detalles de la
gente que te ama. Por eso tú para mí... "¡Eres muy importante!". Se necesita
sólo de un minuto para que te fijes en alguien. Una hora para que te guste. Un
día para quererlo... ¡Pero se necesita de toda una vida para que lo puedas olvi-
dar!

(Anónimo)
17. Vitaminas para la sociabilidad

La Malamadre
¡Nunca un nombre tan mal puesto! Existe una planta que se multiplica en forma
exótica: Nunca da semillas, sino que, al final de cada una de sus ramas, produce
una matica en miniatura: No solamente con hojitas, sino con raicitas. Llega un
día en el que las planticas, hijas suyas, se desprenden de la madre, caen al
suelo, se radican, crecen y se defienden en la vida, porque ya llevaban todo lo
necesario para sobrevivir. La Malamadre.
Envió: P. Antonio Silva, S. J.

No es mi problema...

Un ratón, mirando por un agujero en la pared vio a un granjero y a su esposa


que estaban abriendo un paquete. Pensó qué comida podía haber allí. Quedó
aterrado cuando descubrió que era una trampa para matar ratones. Fue
corriendo al patio de la granja a decirles a todos: "¡Hay una ratonera en la casa,
una ratonera en la casa!".

La gallina, señor
"Perdone, que estaba
Ratón,cacareando y escarbando,
pero yo entiendo que es unlevantó la cabezapara
gran problema y dijo:
usted, a
mí no me perjudica en nada, tampoco me incomoda", Entonces el ratón fue
hasta el cordero y le contó: “¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!".
"Discúlpeme, señor Ratón, pero no hay nada que yo pueda hacer. Solamente
pedir por usted. Quédese tranquilo que yo lo recordaré en mis oraciones".
Enseguida el ratón se dirigió a la vaca y ella le contestó: "Pero acaso, ¿estoy en
peligro? Pienso que no...".
Después de esto, el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para
enfrentarse al caso de la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran
barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero
corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad no vio que la ratonera
atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente picó a la mujer. El
granjero la llevó inmediatamente al hospital. Y de allí volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien con fiebre, nada mejor que
una sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal:
La gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos
fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no
mejoró y se murió. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para pagar
los gastos del funeral...
La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como
no es tuyo, no le prestas atención... piénsalo dos veces. "El que no vive para
servir, no sirve para vivir".
Envió: Fray Fernando Rodríguez, OFM.

Los pequeños detalles

El alumno, según él, había terminado el cuadro. Llamó a su maestro para que lo
evaluara. Se acercó el maestro y observó la obra con detenimiento y
concentración durante un rato. Entonces, le pidió al alumno la paleta y los
pinceles. Con gran destreza dio unos cuantos trazos aquí y allá. Cuando el
maestro regresó las pinturas al alumno, el cuadro había cambiado
notablemente.
El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de
mediocre a sublime. Casi con reverencia, le dijo al maestro:
- ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya
cambiado tanto el cuadro?
- Es que en esos pequeños detalles está el arte, contestó el maestro.
Si lo vemos despacio, nos daremos cuenta que todo en la vida son detalles. Los
grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que, a veces, nos impiden ver
esos pequeños milagros que nos rodean cada día. Un ave que canta, una flor
que se abre, el beso de un hijo en nuestra mejilla, son ejemplos de pequeños
detalles que, al sumarse, pueden hacer diferente nuestra existencia.
Todas las relaciones -familia, matrimonio, noviazgo o amistadse basan en
detalles. Nadie espera que remontes el Océano Atlántico por él, aunque
probablemente sí que le hables el día de su cumpleaños. Nadie te pedirá que
escales el Monte Everest para probar tu amistad, pero sí que lo visites durante
unos minutos, cuando sabes que está enfermo.
Hay quienes se pasan el tiempo esperando una oportunidad para demostrar de
forma heroica su amor por alguien. Lo triste es que, mientras esperan esa gran
ocasión, dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. Se puede pasar
la vida sin que la otra persona necesitara jamás que le donaras un riñón, aunque
se quedó esperando que le devolvieras la llamada.
Se piensa a veces que la felicidad es como sacarse la lotería, un suceso
majestuoso que de la noche a la mañana cambiará una vida miserable por una
llena de dicha. Esto es falso, en verdad la felicidad se afianza en pequeñeces, en
detalles que sazonan día a día nuestra existencia.
Nos dejamos engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza. No
desestimes jamás el poder de las cosas pequeñas: Una flor, una carta, una
palmada en el hombro, una palabra de aliento o unas cuantas líneas en una

tarjeta. Todas éstas pueden parecer poca cosa, pero no pienses que son
insignificantes.
En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento
que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relación. La flor se
marchitará, las palabras quizá se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas
permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las
recibió.
¿Qué esperas, entonces? Escribe esa carta, haz esa visita, levanta el teléfono.
Hazlo ahora, mientras la oportunidad aún es tuya. No lo dejes para después por
parecerte poca cosa. En las relaciones no hay cosas pequeñas, únicamente
existen las que se hicieron y las que se quedaron en buenas intenciones...
(Néstor Amstrong)
Envió: Felicidad Garza G.

Luz para el camino


Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que
una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite
encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En
determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto
lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú, ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las
calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me
vean a mí... No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que
yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto
por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite. Alumbrar el camino de los
otros no es tarea fácil... Muchas veces, en vez de alumbrar, oscurecemos mucho
más el camino de los demás... ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el
egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento... ¡Qué hermoso sería sí todos
ilumináramos los caminos de los demás!
(Anónimo)

Por qué vuelan en "V"

El próximo otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para el
invierno, fíjate que vuelan formando una "V". Tal vez te interese saber lo que la
ciencia ha descubierto acerca del por qué vuelan en esa forma. Se ha
comprobado que cuando el pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el
aire que ayuda al pájaro que va tras él. Volando en "V", la bandada completa
aumenta, por lo menos, un 71 % más de su poder que si cada pájaro volara solo.
Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de
comunidad pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente porque van
apoyándose mutuamente.
Cada vez que un ganso se sale de la formación siente inmediatamente la
resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente
regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va
adelante. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos mantendríamos
con aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y
otro ganso toma su lugar. Obtenemos mejores resultados si tomamos turnos
haciendo los trabajos difíciles. Los gansos que van atrás graznan para alentar a
los que van adelante y mantener la velocidad. Una palabra de aliento produce
grandes beneficios.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos
gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se
quedan acompañándolo hasta que está nuevamente en condiciones de volar o
hasta que muere y, sólo entonces, los dos acompañantes vuelven a su bandada
o se unen a otro grupo. Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un ganso nos
mantendríamos, uno aliado del otro, apoyándonos y acompañándonos.

Envió: Jorge Guzmán B.

La tierra en miniatura

Si pudiéramos reducir la población de la Tierra a una pequeña aldea de


exactamente 100 habitantes, manteniendo las proporciones existentes en la
actualidad, sería algo como esto:
Habría 57 asiáticos, 21 europeos, 14 personas del hemisferio oeste (tanto norte
como sur).
52 serían mujeres. 48 hombres. 70 no serían blancos. 30 serían blancos. 70 no
cristianos. 30 cristianos. 89 heterosexuales. 11 homosexuales. 6 personas
poseerían el 59% de la riqueza de toda la aldea y los 6 (sí 6 de 6) serían
norteamericanos.
De las 100 personas, 80 vivirían en condiciones infrahumanas. 70 serían
incapaces de leer. 50 sufrirían de mala nutrición. 1 persona estaría a punto de
morir. 1 bebé estaría a punto de nacer. Sólo 1 (sí, solamente 1) tendría
educación universitaria. En esta aldea habría 1 persona con ordenador o
computador.
Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan comprimida es cuando se
hace más aparente la necesidad de aceptación, entendimiento, tolerancia y
educación.
Envió: Rosa Sanjuán, de Borja, Aragón, España.
18. Vitaminas para la sobriedad

Amor de madre

Un artículo en el National Geographic, varios años atrás, mostraba una foto


impactante de las Alas de Dios. Después de un incendio forestal en el Parque
Nacional de Yellowstone, los guardabosques iniciaron una larga jornada,
montaña arriba, para valorar los daños del incendio. Uno de ellos encontró un
pájaro literalmente petrificado en cenizas, colocado como una estatua, en la
base de un árbol. Un poco asombrado por el espeluznante espectáculo, dio unos
golpecitos al pajarito con una vara. Cuando lo hizo, tres pajaritos pequeños
salieron huyendo de las alas de su madre ya muerta, en forma de estatua.

La amorosa
la base madre,
del árbol enhabía
y los su afán de impedir
acurrucado el desastre,
bajo había llevado a sus hijos a
sus alas, conociendo
instintivamente que el humo tóxico ascendería. Ella hubiera podido volarse para
encontrar su seguridad, pero se había negado a abandonar a sus bebés. Cuando
las llamas llegaron y quemaron su pequeño cuerpo, ella permaneció firme,
porque había decidido morir para que sus hijitos, que estaban bajo sus alas,
pudieran vivir.
(Anónimo)
Envió: Rosa Bolaños.

Si yo cambiara...

Siempre podemos mejorar, poniendo un poco de nuestra parte. El mundo sería


mejor si YO CAMBIARA.
SI YO CAMBIARA mi manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno(a).
SI YO CAMBIARA mi manera de actuar ante los demás, los haría felices.
SI YO aceptara a todos como son, sufriría menos.
SI YO me aceptara tal como soy quitándome mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi
hogar, mi ambiente...!
SI YO comprendiera plenamente mis errores, sería humilde.
SI YO deseara siempre el bienestar de los demás, sería feliz.
SI YO encontrara lo positivo de todos, la vida sería digna de ser vivida.
SI YO amara al mundo... lo cambiaría.
SI YO me diera cuenta de que al lastimar, el primer lastimado soy yo.
SI YO criticara menos y amara más.
SI YO CAMBIARA... CAMBIARÍA EL MUNDO.

Envió: Rosy Gracida.

Cómo templar el acero

Se cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos,
decidió entregar su alma a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco,
practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien
en su vida, muy por el contrario, sus problemas y sus deudas se acumulaban día
a día.
Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba y que sentía compasión por su
situación difícil, le comentó:
- Realmente es muy extraño que, justamente después de haber decidido
volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No
deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada
ha mejorado.
El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces,
sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar
al amigo sin respuesta, comenzó a hablar y terminó por encontrar la explicación
que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero:
- "En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar y debo transformarlo en
espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? Primero, caliento la chapa de acero a un
calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo; enseguida, sin ninguna piedad,
tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza
adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría y el taller
entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del
violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener
la espada perfecta, una sola vez no es suficiente.
El herrero hizo una larga pausa y siguió:
- A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El
calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese
momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de
espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de hierro viejo que ves a
la entrada de mi herrería".
Hizo otra pausa más y el herrero terminó:
- Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los
martillazos que la vida me da y, de vez en cuando, me siento tan frío e
insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso
es: Dios mío, no desistas hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de
mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero
nunca me pongas en la montaña de hierro viejo de las almas.

Envió: Diana María Márquez Acosta.

Oración de la mañana

Señor, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y
fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente,
comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver detrás de las apariencias a tus hijos,
como los ves Tú mismo, para, así, poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra
mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que sólo
los pensamientos que bendigan permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo que todos los que se acerquen a mí,
sientan tu presencia. Revísteme de tu bondad, Señor, y haz que durante este
día, yo te refleje.

Amén.

Envió: Cristina Caffarena.


10 Consejos

1. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.


2. No gastes dinero antes de haberlo ganado.
3. No compres nada inútil con el pretexto que es barato.
4. No sientas nunca haber comido poco. Más vale levantarse de la mesa con
apetito que harto de comer.
5. El trabajo hecho a gusto, no cansa jamás.
6. No pidas ayuda para lo que puedas hacer solo(a).
7. La vanidad y el orgullo salen siempre más caros que el hambre y la sed.

8. Las cosas hay que empezarlas siempre por el principio.


9. Evita las preoc upaciones y penas que sólo está n en tu imaginación y que
no han acontecido todavía.
10.Cuenta hasta diez antes de hablar cuando estás enojado(a) y
disgustado(a) y hasta cien antes de hablar cuando estés encolerizado(a).

(Thomas Jefferson)
Envío: Edwin Valdés.
19. Vitaminas para el respeto a sí mismo

El banquero y el pescador
Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando
llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes
amarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad del
pescado y le interpeló cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que sólo unos minutos. El banquero luego le preguntó por
qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él
tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El
banquero luego interrogó:

- Pero, ¿qué haces con el resto de tu tiempo?


El pescador dijo:
- Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, tomo siesta con mi
señora, María, voy todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra
con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada.
El banquero replicó:
- Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la
pesca y con los ingresos comprar una lancha más grande, la cual daría para
conseguir varios botes y eventualmente tendrías una flota de barcos pesqueros.
En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a
un procesador y abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el
procesamiento y la distribución. Podrías salir de este pequeño pueblo e irte a la
capital, donde manejarías tu empresa en expansión.
El pescador preguntó:
- Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso? Respondió el banquero:
- Entre 15 y 20 años.
- ¿Y luego qué?
El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte.
- Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y
vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones.
- Millones... y ¿luego qué? Dijo el banquero:

- Luego te puedes retirar. Te moverás a un pueblito en la costa donde puedas


dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu
mujer, ir todas las noches al pueblo donde tomes vino y toques guitarra con tus
amigos.
El pescador respondió:
- ¿Acaso eso no es lo que tengo ya?
Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene,
pero que muchas veces no vemos.
Envió: Edwin Valdés.

Para las chicas: ¿Cómo decir no y conservar a tu


novio?

Cuando estás muy enamorada de tu novio, no es fácil decirle que NO a la


intimidad física y estar segura de que van a seguir juntos. Esperamos que los
siguientes consejos puedan ser de tu ayuda:
- No esperes hasta que hayan llegado demasiado lejos.
- Dialoguen, antes de que te veas en situaciones incómodas, cuáles son tus
límites de intimidad física.
- No te esperes hasta el momento, es más difícil autocontrolarte si te anticipas.
- Si estás en aprietos, di que vas al baño, dile cualquier cosa para distraerse de
ese momento en el que no quieres caer.
- Mantenlo en privado: No comentes las decisiones que han tomado, con amigos.
Mantén estos temas privados, entre ustedes dos.
- De verdad me gustas, pero....
- Dile que no quieres perderlo, sino que no estás preparada para tener relaciones
sexuales y que deseas tener control de tus acciones y ser responsable, de tus
actos. Pregúntale: ¿Qué pasaría si quedara embarazada? ¿Verdad que no es el
momento?
Razones por las que quieres esperar:
- Tienes que estar muy segura de tu decisión y tenerla bien clara para que se la
puedas explicar.
Argumentos que puedes utilizar:
- No estás lista para ser madre. Hay muchas enfermedades de transmisión
sexual. Es importante para ti esperar a estar casada para tener relaciones
sexuales. Es un regalo que quieres darle a tu marido.
- Enfrenta la presión.
Hay formas de responder ante las frases típicas con las que buscan presionar:
- "Todo el mundo lo hace": Creí que me querías porque soy diferente a todo el
mundo.
- "Lo harías, si realmente me amaras": Si tú me amaras, no me estarías
presionando a hacer algo que no quiero hacer.
- "Los hombres tienen necesidades": Yo también, necesito saber que me quieres

lo suficiente como para saber esperar.


Cuando hables con él no lastimes sus sentimientos:
Es normal que al principio tu novio se sienta herido. Aclara que se trata de una
decisión que tiene que ver con tu forma de pensar, no se trata de que no lo
quieras a él.
Prueba otras formas de mostrarle cariño: Inventen formas novedosas de decirse
que se aman sin tener relaciones sexuales.
Cuando "él no acepta no":
- Si después de explicarle tus razones, te sigue presionando, hay que poner un
alto. Si realmente está enamorado de ti, regresará; si no, lo que buscaba en ti no
era amor, sino otra cosa.
(Tomado de: www.piénsalo.com)

Tenía todo y lo perdí

La conocí en mi oficina, era una muchacha con unos años menos que yo y sin
ser una belleza, no era fea; además, con una bonita figura, simpática y muy
atractiva. También gozaba de gran inteligencia. Yo la admiraba porque también
era muy eficiente en su trabajo. Nunca pasó por mi mente el tener algo que ver
con ella. Adicionalmente, nunca había sido infiel a mi esposa, quizá porque
siempre he sido del tipo hogareño.
Sin embargo, las circunstancias se dieron cuando las cosas del trabajo
cambiaron y lo que pareció un resbalón accidental de ella, que ahora pienso no
fue tan accidental, nos obligó a afianzarnos uno al otro. De ahí en adelante se
abalanzaron ciertas ideas en mi mente que, poco a poco, se fueron haciendo
realidad, hasta que un día, cegados por la locura, ni yo ni ella nos detuvimos.
Un par de semanas más tarde me informó del posible embarazo y, poco
después, lo confirmábamos con los contundentes análisis clínicos. Empezó la
zozobra para determinar qué hacer. Finalmente, llegamos a la decisión del
aborto. Me atreví a consultar solamente a dos personas, un amigo y un
sacerdote; el amigo no apoyó esa decisión pero me informó en dónde había un
consultorio que, con menos riesgos, podría efectuarse. El sacerdote me advirtió
de las consecuencias morales de tal medida; sin embargo, nos dimos prisa y la
decisión se llevó a la práctica.
Desconozco si anteriormente ella ya había hecho lo mismo, pero lo dudo porque
vi y sentí lo tremendamente traumático que le resultó; tardó en reponerse y yo
contribuí en lo que pude en su recuperación psíquica. Cuando acudí a
confesarme, el sacerdote estaba bastante triste por lo sucedido y, claro, me hizo
comprometerme a que ya no la seguiría viendo.
De veras que lo intenté haciendo trámites para que alguno de los dos fuese
trasladado profesional mente. En lugar de cambiamos, por las nuevas
condiciones de trabajo, se nos dieron mayores facilidades de estar juntos.
Por entonces investigué un poco y supe que ella se veía también con otra
persona. Le hablé para decirle que no nos veríamos más. Para mi sorpresa no lo
aceptó; al contrario,
convencer. No estabaprometió
enamoradodejar
dealella,
otroniy siquiera
expuso muchas
sé cómorazones;
llamarlo,me dejé
creo que
estaba enredado. De manera que el verla y tratarla, era un formidable disfrute
para mí, pero en mi interior se desgarraba mi mente y mi espíritu.
Después de ella hubo otras mujeres: El tabú se había roto... y parece que era un
vicio, igual que otros difíciles de dejar. Ahora no sé qué decirme ni a mí mismo
en mis propias tribulaciones, que no son pocas. Estoy bastante seguro si digo
que no pasa un día sin que me acuerde de esa decisión y lo lamente y me lo
recrimine y pido perdón a Nuestro Señor.
La relación actual con mi esposa nunca fue peor y aunque mis hijos me siguen
respetando y escuchando, sé que ahora lo hacen por lo que les enseñamos
antes.
Son escasas las personas que disfrutan de una conversación conmigo, sólo lo
ordinario. Y me pregunto: ¿Por qué habrá quienes, incluso siendo médicos, ven
el engaño como algo perfectamente normal? Cómo lamento que ya no tenga yo
la capacidad de dar consejos. Cómo añoro esa tranquilidad Interior que me hacía
sentir tan bien aun en las situaciones más difíciles. Cómo me duele haber tenido
y perdido asa paz interior que me hacía sentir y gozar la intensidad de la vida y
del amor. ¡Creo que estoy describiendo la pérdida de la gracia! Esto equivale a
perder una parte del corazón y de la existencia. Y lo peor ¡aún no encuentro
cómo reparar ese daño! Todo tiene su precio, ¡lo sabía! y ahora ya lo estoy
comprobando. Tenía el Cielo en la tierra y lo perdí.

(Anónimo)
Envió: Fernando Macías Valadez.

Aprendí y decidí

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar...

Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada
problema como la oportunidad de encontrar una solución; decidí ver cada
desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como
un misterio para resolver; decidí ver cada día como una nueva oportunidad de
ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades y
que en éstas, está la única y mejor forma de superamos, aquel día dejé de temer
a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que
quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me im-
porta simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a
alguien "Amigo".
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor
es una filosofía de vida".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser
mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas
a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde
aquel día ya no duermo para descansar...
Ahora simplemente duermo para soñar.
Envió: Alberto Mata Medina.

La visita de la catedral

Recuerdo que una mano me llevaba


y que, en la mano, un corazón latía,
una savia caliente, que subía
por mis dedos y que me confortaba.
Recuerdo que a mi madre la apretaba
como abrazando mi alma, que decía:
"Mira, aquí está Dios",
y que tenía temblor su voz cuando lo mencionaba.
Y yo buscaba al Dios desconocido
en los altares, sobre la vidriera
en que jugaba el sol a ser fuego y cristal.
Y ella añadía: "No le busques fuera,
cierra los ojos, oye su latido,
tú eres, hijo, la mejor catedral".

(José Luis Martín Descalzo)


Carta de un bebé
Hola, mami, ¿cómo estás? Yo, muy bien, gracias a Dios hace apenas unos días
me concebiste en tu estomaguito. La verdad no te puedo explicar lo contento
que estoy de saber que tú vas a ser mi mamá. Otra cosa que también me llena
de orgullo es el ver con el amor con el que fui concebido... ¡Todo parece indicar
que vaya ser el niño más feliz del mundo!
Mami, ha pasado ya un mes desde mi concepción y ya empiezo a ver cómo mi
cuerpecito se empieza a formar. No estoy tan bonito como tú, pero dame una
oportunidad. ¡Estoy muy feliz! Pero hay algo que me tiene un poco preocupado...
Últimamente me he dado cuenta de que hay algo en tu cabecita que no me deja
dormir, pero bueno, ya se te pasará, no te apures.
Mami, ya pasaron dos meses y medio y, la verdad, estoy contento con mis
nuevas manitas y de veras que tengo ganas de utilizarlas para jugar. Dime qué
te pasa, ¿por qué lloras tanto todas las noches? ¿Por qué cuando papi y tú se
ven, se gritan tanto? ¿Ya no me quieren o qué? Vaya hacer lo posible para que
me quieran.
Han pasado ya 3 meses. Mami, te noto muy deprimida, no entiendo qué pasa,
estoy muy confundido. Hoy en la mañana fuimos con el doctor y te dio una cita
para mañana. No entiendo, yo me siento muy bien... ¿Acaso te sientes mal,
mamita? Mami, ya es de día, ¿a dónde vamos? ¿Qué pasa, mami ¿por qué lloras?
No llores, no va a pasar nada...
Oye mami, no te acuestes, apenas son las 2 de la tarde, es muy temprano para
irse a la cama, no tengo nada de sueño, quiero seguir jugando con mis manitas.
¡Ay, ah! ¿Qué hace ese tubito en mi casita? ¿A poco es un juguete nuevo?
¡Oigan! ¿Por qué están succionando mi casa? ¡Mami! ¡Esperen! Esa es mi
manito! Señor, ¿por qué me la arrancan? ¿No ve que me duele? iMami,
defiéndeme! ¡Mamá... ayúdame! ¿no ves que todavía estoy muy chiquito y no
me puedo defender? ¡Mami, mi piernita, me la están arrancando! Por favor, diles
que ya no sigan, te lo juro que ya me voy a portar bien, ya no te vuelvo a patear.
¿Cómo es posible que un ser humano me pueda hacer esto? Va a ver cuando sea
grande y fuer... ah... te… ¡Mami, ya no puedo más, me...! ¡Ay... mami... mami...

ayúdame...!
- Mami, han pasado ya 17 años desde aquel día, y yo, desde aquí, observo que
todavía te duele esa decisión que tomaste. Por favor, ya no llores, acuérdate de
que te quiero mucho y te estoy esperando con muchos abrazos y besos. Te
quiere mucho,
Tu bebé
(Anónimo)

El poder de las palabras

Cuenta la historia que, en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su atento


auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra y el
influjo que ella ejerce en nuestra vida y en la de los demás. "Lo que usted dice
no tiene ningún valor", lo interpeló un señor que se encontraba en el auditorio.
El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó
con fuerza: "¡Cállate, estúpido, y siéntate, idiota!".
Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varias
imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo:
"Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas
y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo". El señor se
calmó y le dijo al maestro: "Le entiendo y también pido disculpas y acepto que la
diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras
opciones".
El maestro le sonrió y le dijo: "Perdone usted que haya sido de esta manera,
pero así hemos visto todos del modo más claro, el gran poder de las palabras:

Con unas pocas palabras le exalté y con otras pocas le calmé".


Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e
influyen positiva o negativamente... Las palabras curan o hieren a una persona.
Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos
elogiaban el silencio.
Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras
y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino. Medita sabiamente para
saber cuándo y cómo hay que comunicarse y cuándo el silencio es el mejor
regalo para ti y para los que amas. Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuándo
callar. Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido
y habla sólo cuando estés en paz.
Recuerda que las palabras tienen poder y que el viento nunca se las lleva. Las
palabras encierran una energía que bien puede ser positiva o negativa.
Recuerda: "Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las
palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca”.

(Anónimo)

20. Vitaminas para la tolerancia

El círculo del odio

Un importante empresario gritó al director de su empresa, porque estaba


enojado en ese momento. El director llegó a su casa y gritó a su esposa,
acusándola de que estaba gastando demasiado, porque había un abundante
almuerzo en la mesa. Su esposa gritó a la empleada porque rompió un plato. La
empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque
estaba obstaculizando su salida por la puerta. Esa señora fue al hospital para
ponerse la vacuna y que le curaran la herida y gritó al joven médico, porque le
dolió la vacuna al ser aplicada.
El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de
su agrado. Su madre, tolerante y un manantial de amor y perdón, acarició sus

cabellos
Tú diciéndole:
trabajas "Hijo querido,
mucho, estás cansado prometo queuna
y necesitas mañana
buenaharé tu de
noche comida favorita.
sueño. Voy a
cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias, para que puedas
descansar en paz. Mañana te sentirás mejor". Bendijo a su hijo y abandonó la
habitación, dejándolo solo con sus pensamientos... En ese momento, se
interrumpió el círculo del odio, porque chocó con la tolerancia, la dulzura, el
perdón y el amor.

Envió: Alfredo Omar Roca Reyna.


La aguja de oro

Existió una señora que desconfiaba mucho de todas las personas, siempre
estaba culpándolas por cualquier cosa, así que ella vivía sola, pero tenía de
ayudante a una muchachita. Una de las cosas que más quería esa señora era
una aguja de oro con la que cosía todas las tardes, hasta que un día, por más
que la buscaba no la encontraba; acusó muy duro a la muchacha y le dijo que
ella era la que le había robado su aguja de oro, así que la despidió.
Una tarde, la señora decidió ir al patio y encontró un lindo nido el cual le llamó la
atención, subió a ver los pajaritos y ¡qué sorpresa! encontró que su aguja de oro
estaba ahí durante todo ese tiempo. La señora se sintió muy mal por haber
despedido a la única persona que en verdad la cuidaba y quería.
Envió: Fátima Mariel Arana.

Una canción que salvó vidas y convirtió corazones

Una noche clara y serena, subía un vaporcito, la corriente del Potomac, en


América del Norte. La naturaleza estaba en calma y sólo el ruido de la máquina
de vapor quebrantaba el silencio de la noche.
- Cantad alguna cosa, señor Sankey, dijeron algunas personas al célebre
compañero y amigo de Moody, quien estaba a bordo.

-“¿Cantar? -respondió Sankey-. No sé más que himnos".


-“Pues bien, un himno, por favor", dijeron todos.

Sankey se arrimó a la gran chimenea, se quitó el sombrero y, concentrándose


algunos segundos en pie, comenzó a cantar preciosamente. Su voz se elevaba
pura, espléndida, emocionante; una de estas voces, cuyos acentos deben llegar
hasta el trono de Dios, había escogido el popular cántico "Jesús, sé mi fortaleza".
El silencio era profundo y cuando se extinguió la nota final del himno, todos los
creyentes estaban estáticos bajo la impresión del cántico. De repente, de la
extremidad del vapor, un hombre tostado por los rayos del sol, con aspecto de

bandido se adelante hacia Sankey y con voz entrecortada, sobrecogido, le dice:


- ¿Sirvió usted en el ejército del Sur?
Aludía a la guerra entre el Norte y el Sur de los Estados Unidos, en los años 1861
a 1865.
- Sí, respondió Sankey.
-¿Estuvo usted en tal batallón y en tal regimiento?
- Sí, sí, pero ¿por qué estas preguntas?
- Escuche, ¿no estuvo usted en los puestos avanzados en la noche del plenilunio
de mayo de 1862?
- Sí, allí estuve, me acuerdo perfectamente.
- Y yo también -dijo el hombre de tez bronceada-. Aquella noche fue para mí la
más extraordinaria, la más memorable de mi vida y de la de usted también,
señor, a pesar de que no sabe nada al respecto. Yo servía también en esa
guerra, en el Ejército del Norte, enemigo vuestro. Estaba yo en los puestos de
avanzada aquella noche, cuando al resplandor de la luna vi a un hombre, un
enemigo. “¡Ah, ah joven!-dije,-tú por lo menos no escapas. Pobre hombre, no
tiene más que segundos de vida".
Tenía su cabeza descubierta y yo me ocultaba en la sombra. Mis dedos ya se
posaban en el gatillo... El bulto hizo movimiento, levantó sus ojos fijándose en
una pequeña estrella que brillaba en el cielo y empezó a cantar... ¡Qué queréis!
Cada uno tiene sus flaquezas, la mía es gustarme apasionadamente la música.
¡Oh, qué voz tiene este condenado! Dejémosle vivir dos o tres minutos dije para
mí-y siguió cantando: "Jesús, sé mi fortaleza".
Cuando llegó a la segunda estrofa, noté que algo me sujetaba; yo no sé lo que
fue, pues nunca sentí cosa igual; yo estaba perturbado. Debo decirle que,
cuando era niño, mi madre me cantaba este cántico. Ella murió muy joven, si

hubiese aquella
durante vivido más tiempo,
noche yo llena,
de luna sería otro hombre. Y hesentí
repentinamente aquí,como
en aquel momento,
un beso en mi
frente, como en los tiempos en que era niño. Esto me tocó el corazón.
Es su espíritu, pensé, ella está aquí, ha venido para impedirme que tirara sobre
este creyente, ahora expuesto al cañón de mi fusil. Hubo aún más; una voz me
decía con fuerza: "Este Jesús debe ser fuerte y poderoso para salvar a este
hombre de muerte tan segura". Y cuando le he visto a usted ahora, como en
aquella noche, con la cabeza descubierta, al resplandor de la luna cuando he
oído el cántico, el cántico de mi madre, mi corazón se ha enternecido.
La primera vez quedé bien impresionado; ahora estoy enteramente decidido.
¿Quiere usted ayudarme a encontrar a este Jesús que es tan poderoso y que le
ha enviado dos veces cerca de mí, sin duda para hacerme cambiar de camino?
Sankey abrió los brazos y los dos hombres se abrazaron temblando de emoción.
El canto de un himno salvó la vida de un hombre y cambió la vida de otro.

(Anónimo)

Hoy

Hoy no heriré a nadie:


Si alguien es descortés, si alguien es impaciente, si alguien es poco amable... Yo
no responderé de la misma manera.
Hoy pediré a Dios que bendiga a mi enemigo:
Si me encuentro con alguien que me trata áspera o injustamente, en silencio
pediré a Dios que lo bendiga. Entiendo que el "enemigo" puede ser un miembro
de la familia, vecino, compañero de trabajo o extraño.
Hoy tendré cuidado con mis palabras:
Elegiré cuidadosamente mis palabras y tendré cuidado en no ser chismoso ni
rudo.
Hoy caminaré un kilómetro extra:
Buscaré la manera de compartir la carga de otra persona.
Hoy perdonaré:
Perdonaré cualquier ofensa o agravio que venga a mí.
Hoy haré algo realmente hermoso para alguien, pero lo haré secretamente:
Me acercaré y bendeciré la vida de otros anónimamente.
Hoy trataré a los demás como me gustaría ser tratado:
Practicaré la regla de oro: "Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti".
Hoy levantaré el ánimo de alguien que esté desanimado:
Mi sonrisa, mis palabra s, mi expresión y mi apoyo pueden hacer la diferencia en
alguien que esté en un mal momento.
Hoy cuidaré mi cuerpo:
Comeré comida sana. Comeré menos comida basura. Agradeceré a Dios por su
obra en mí.
Hoy creceré espiritualmente:
Hoy pasaré más tiempo en oración. Comenzaré leyendo algo, espiritual e
inspiracional; buscaré un lugar tranquilo y escucharé la voz de Dios.
Envió: Dora Cárdenas.

¿Qué has aprendido en la vida?

He aprendido que no tenemos que cambiar a los amigos si entendemos que los
amigos cambian.
He aprendido que no importa qué tan bueno es un amigo; te van a lastimar en
algún momento y los debes perdonar por eso.
He aprendido que la amistad verdadera continúa creciendo, más allá de la
distancia. Lo mismo pasa con el amor.
He aprendido que puedes hacer algo, en un instante, que te causará dolor de
por vida.
He aprendido que me está tomando mucho tiempo llegar a ser la persona que
quiero ser.
He aprendido que siempre debes dejar con palabras de amor a las personas que

quieres. Puede ser la última vez que las veas.


He aprendido que puedes seguir adelante mucho después de que no puedas.
He aprendido que somos responsables por lo que hacemos, no importa cómo
nos sintamos.
He aprendido que si no controlas tu actitud ella te controlará a ti.
He aprendido que sin importar qué tan excitante es una relación al principio, la
pasión desvanece y más vale que haya otra cosa que tome su lugar.
He aprendido que los héroes son las personas que hacen lo que se debe, cuando
se necesita hacerla, sin importar las consecuencias.
He aprendido que el dinero es una pésima forma de mantener el marcador.
He aprendido que mi mejor amigo y yo podemos hacer cualquier cosa o no hacer
nada y pasar el mejor tiempo.
He aprendido que a veces las personas que esperas que te pateen cuando estás
derrotado, son las que te ayudarán a levantarte.
He aprendido que a veces, cuando estoy enojado y aunque tenga derecho para
estarlo, eso no me da el derecho de ser cruel.
He aprendido que por el hecho de que una persona no te quiera como tú
quisieras que lo hiciera, no significa que no te quiera con todo lo que tiene.

He aprendido que la madurez tiene más que ver con las experiencias que has
tenido y lo que has aprendido de ellas, que con el número de cumpleaños que
has celebrado.
He aprendido que no siempre es suficiente ser perdonado por los demás. A
veces tienes que aprender a perdonarte a ti mismo.
He aprendido que no importa qué tanto está roto tu corazón, el mundo no se
detiene por tu pena.
He aprendido que nuestro pasado y nuestras circunstancias pueden haber
influenciado en quiénes somos, pero somos responsables por quien llegamos a
ser.
He aprendido que el hecho de que dos personas discutan no significa que no se
quieran el uno al otro. Y el hecho de que no discutan, no significa que sí se
quieran.
He aprendido que no debes insistir tanto en encontrar un secreto. Podría
cambiar tu vida para siempre.
He aprendido que dos personas pueden ver exactamente la misma cosa y ver

algo totalmente diferente.


He aprendido que tu vida puede ser cambiada en cuestión de horas por
personas que ni siquiera te conocen.
He aprendido que aun cuando piensas que no tienes más que dar, cuando un
amigo te llora, encontrarás la fuerza para ayudarlo.
He aprendido que los títulos en la pared no te hacen una persona decente.
He aprendido que las personas por las que más te preocupas en la vida se van
demasiado pronto.

Envió: Magda García de Lee.


La escalera

Un carpintero se puso un día a construir una escalera. Pasó un vecino, vio lo que
estaba haciendo y le dijo: "Si me regalas un pedacito, me servirá mucho y a tu
obra casi no le perjudicará, ¿pudieras regalarme un tramo de tu escalera?". El
carpintero se rascó la cabeza y se lo dio. El vecino se lo agradeció y se fue
contento.
Después vino otra persona y le explicó que, permitiéndole usar unos peldaños,
trabajaría y alimentaría a sus hijos. El carpintero accedió y le regaló unos
peldaños. El hombre se retiró contento y agradecido. El carpintero continuó
trabajando en su obra. Pasó por allí una pobre mujer y le pidió que le regalara un
pedazo de madera, puesto que era urgente arreglar una pared de su casa por la
que se colaba el viento. Él accedió. La mujer se alejó contenta y agradecida.

Vinieron muchos más y el carpintero seguía sirviéndoles en esos favores. El


invierno era duro, la miseria muy grande y el carpintero daba a todos pedazos
de su escalera, hasta para quemarlos como leña. Y decía: "No comprendo,
mujer. Mi escalera es cada vez más chica y, sin embargo, ¡subo por ella al
cielo!".

Envió: Ramón Mitre.


21. Vitaminas diarias para el optimismo

El caleidoscopio

Existía un hombre que, a causa de una guerra en la que había peleado de joven,
perdió la vista. Este hombre, para poder subsistir y continuar con su vida,
desarrolló una gran habilidad y destreza con sus manos, con lo cual pudo
destacarse como un estupendo artesano; sin embargo, su trabajo no le permitía
más que asegurarse el mínimo sustento.
En cierta Navidad quiso obsequiarle algo a su hijo de cinco años, quien nunca
había conocido más juguetes que los trastos del taller de su padre con los que
fantaseaba reinos y aventuras. Su papá tuvo entonces la idea de fabricarle, con
sus propias manos, un hermoso caleidoscopio como alguno que él tuvo en su
niñez.
decenasPordelas noches
partes, fue recolectando
pedazos de espejos,piedras
vidrios,demetales...
diversos tipos que trituraba en
Al cabo de la cena de Noche Buena pudo, finalmente, imaginar, a partir de la voz
del pequeño, la sonrisa de su hijo al recibir el precioso regalo. El niño no cabía
en sí de la dicha y la emoción que aquella increíble Navidad le había traído de
las manos de su padre ciego.
Durante los días y las noches siguientes, el niño fue a todo sitio llevando el
preciado regalo y con él, regresó a sus clases en la escuela del pueblo. En el
receso, entre clase y clase, el niño exhibió y compartió, lleno de orgullo, su
juguete con sus compañeros que se mostraban fascinados con aquella maravilla.

Uno del
hijo de aquellos
artesanopequeños, tal vez
y le preguntó con el mayorintriga:
mucha del grupo,
"Oye,finalmente se acercó al
qué maravilloso
caleidoscopio te han regalado... ¿dónde te lo compraron? no he visto jamás nada
igual en el pueblo...". Y el niño, orgulloso de poder revelar aquella verdad
emocionante desde su pequeño corazón, le contestó: "No, no me lo compraron
en ningún sitio... me lo hizo mi papá". A lo que el otro pequeño replicó con cierto
tono incrédulo: "¿Tu padre?.. imposible... ¡si tu padre está ciego!".
Nuestro pequeño amigo se quedó mirando a su compañero y al cabo de una
pausa de segundos, sonrió como sólo un portador de verdades absolutas puede
hacerla y le contestó: "Sí... mi papá está ciego... pero de los ojos... SOLAMENTE
DE LOS OJOS...".
El amor sólo se puede ver con el corazón... "LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS
OJOS".

Envió: Randall Salvatierra Porras.

Historia de dos ciudades

Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se
encontraba a un lado del camino:
- ¿Cómo es la gente de esta ciudad?
- ¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes? le inquirió ella a su vez.
- Terrible -respondió el viajero-. Mezquina. No se puede confiar en ella.
Detestable en todo los sentidos.
-¡Ah!, -exclamó la mujer- Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges.

Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también


preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. De nuevo, la
mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de donde provenía.
- Era gente maravillosa, honesta, trabajadora y extremadamente generosa.
Lamento haber tenido que partir, -declaró el segundo viajero-.
La sabia mujer le respondió:
- Lo mismo hallarás en la ciudad a donde te diriges.

En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos.
Envió: Osiris Hernández.

¡Presente!

Los Rogers eran católicos devotos que habían formado una familia fuerte. El

padre se interesaba especialmente por el estado espiritual de cada uno de sus


hijos y con frecuencia les hacía pruebas para estar seguro de que se salvarían.
Un día le tocó el turno a Jimmy, de siete años, de expresar cómo sabía que ten-
dría vida eterna. Jimmy les contó su versión:
- Creo que el cielo va a ser algo así: Un día, cuando nos vayamos al cielo será
hora de que el ángel grande lea, en un enorme libro, los nombres de toda la
gente que va a estar allí. Vendrá hasta donde está la familia Rogers y dirá:
"¿Papá Rogers?", y papá dirá: "Presente". Luego el ángel llamará: "¿Mamá
Rogers?", y mamá dirá: "Presente". Entonces el ángel bajará para llamar a Susie
Rogers y a Marvis Rogers y ambos contestarán: "Presente".
Hizo una pausa, respiró profundamente y continuó:
- Por último, ese ángel grande va a leer mi nombre, Jimmy Rogers y como soy
pequeño y a lo mejor no alcanza a verme, voy a saltar y a decir bien fuerte:
"¡Presente!", para asegurarme que sabe que estoy ahí.
Apenas unos días después, hubo un trágico accidente. Un auto arrolló a Jimmy
cuando éste salía a tomar el autobús de la escuela. Fue llevado en ambulancia al
hospital a donde acudió toda la familia. El pequeño grupo familiar se reunió
alrededor de la cama, donde Jimmy yacía sin moverse, inconsciente y ya perdida
toda esperanza de que se recuperara. Los médicos habían hecho todo lo que
estaba a su alcance.
La familia oraba y esperaba. Tarde esa noche, el niño pareció moverse un poco.
Todos se acercaron. Vieron que movía los labios; sólo dijo una palabra antes de
pasar a la otra vida. Pero qué palabra tan consoladora y llena de esperanza para
la familia apesadumbrada que dejaba atrás: Con su clara voz de niño, nítida y
fuerte para que todos pudieran oírla y entenderla, el pequeño Jimmy Rogers dijo
una palabra: "¡Presente!". Y luego partió a esa otra vida, más allá de este
mundo, donde un gran ángel leía los nombres ahí anotados.

(Tomado de: Moments for Mothers)


Envió: Rosa Bolaños.

Armero, Tolima, Colombia

Con 25.000 habitantes, esta ciudad fue destruida en pocas horas, cuando un_
avalancha producida por un volcán que derritió el Nevado del Ruiz, produjo
horror, angustia, muerte y total desolación, desde sus faldas, hasta el cauce del

río Magdalena, lugar en el que estaba ubicada la población ya mencionada, la


cual dormía plácidamente, sin sospechar que no llegaría a ver la luz del día
siguiente.
En tan breve tiempo, lo que fueron sus calles, algunas empedradas y otras
pavimentadas, el sitio que ocupó su gran templo parroquial y las casas y
edificios... de todo aquello no quedó sino un desierto totalmente plano y
arrasado, de tal manera que hasta las bases de acero y hormigón, fueron
llevadas por la marea, como si hubieran sido cortadas con sierras o aparatos
eléctricos, dejando un campo solo, sin señales de haber existido una ciudad.
Soledad y barro se fueron secando, dando lugar a un desierto, sin carreteras, ni
caminos, como si nunca hubiera habido por allí civilización alguna.
De lugares aledaños, por fin, aparecieron algunos pocos labriegos que, transidos
de dolor, pero confiando en el futuro, comenzaron a sembrar arroz sobre
aquellas nuevas tierras que parecían abonadas por la lava y las cenizas del
volcán. Y, ¡oh sorpresa!, a los pocos meses, todo aquello volvió a la vida, con los
prados verdes de arrozales que llegaron a brindar otra forma de esperanza y de
consuelo, en medio de la total desolación. Sobre las ruinas de muerte, con
constancia y esperanza, hoy ha surgido la vida, a través del coraje y la
superación de personas campesinas entrenadas en sufrir...

(P. Humberto Agudelo C.)

Avanza

Contaban que un par de marineros habían bebido durante toda la noche en una

isla cercanaSubieron
oscuridad. al puerto. Enbote
a su la madrugada, salieron
al cual apenas muy tomados
pudieron y en lapenas
llegar. A duras
empezaron a remar durante la madrugada y, al amanecer, uno de ellos se dio
cuenta de que no habían desamarrado el bote.
Cuántas veces nosotros tratamos de hacer esfuerzos para mejorar nuestras
vidas, pero sin embargo dejamos de lado el hecho de que para avanzar
requerimos más que buena voluntad. Necesitamos soltar amarras que nos atan
al puerto para poder seguir adelante. Hay muchas amarras que nos pueden
retrasar. Odio, rencor, dolor, tristeza, apatía, pereza o tantas otras cosas a las
que estamos expuestos cada día. Si queremos avanzar, debemos soltamos de
todas esas cosas que, de una forma, u otra evitan que nos acerquemos a Dios.
No desgastes tus fuerzas remando sin haber soltado tus amarras, usa todas tus
fuerzas para perdonar, levantarte, animarte y luego usa todas tus fuerzas para
avanzar.
Y si sientes, desde hace mucho, un deseo en tu corazón de que hay algo que
falta en tu vida, algo que deseas haber hecho, pero todavía no y no sabes qué
es. Búscalo, llévalo a cabo.
Si sientes que tienes tal vez trabajo, familia, auto y hasta prosperidad pero, a
pesar de todo eso, sientes que algo te falta, ese es Dios que te llama a servirle.
Ese es Dios que te llama a avanzar hacia Él. No esperes más, busca hoy mismo
la Iglesia y el servicio a Dios. Busca un grupo, una parroquia y empieza a ser
pleno llenando ese espacio que solamente Dios puede llenar en tu vida. Y serás
entonces totalmente pleno. Vamos, AVANZA.
Envió: Ramón Mitre.

Canción de Optimismo de Fernando Savater

Canción de optimismo para seres humanos y, de paso, para alguno que otro
maestro.
"El optimismo es la única actitud rigurosa...
En cuanto educadores, no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay!
Educar es creer en la perfectibilidad humana, en que los hombres podemos
mejorarnos unos a otros.

Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros.


El valor de educar, en el doble sentido de acción valiosa y válida y de acto de
coraje, es la tarea más sujeta a desalentada fatiga, acompañada por la
sensación de sufrir abandono en una sociedad exigente pero desorientada.
Estas palabras no pretenden más que acompañar a quienes se lanzan
valientemente a este mar perplejo de la enseñanza".
Pido disculpas públicas a Fernando Savater por utilizar partes del texto de su
libro "El Valor de Educar". Espero y sé que sabrá comprenderlo. Gracias.

(Un admirador de ese filósofo español)


El vidriecito

Se cuenta que estalló una bomba en una calle bogotana, el 9 de abril de 1948.
Por supuesto, volaron vidrios, se rompieron ventanales de droguerías, joyerías y
almacenes de esta zona central de la capital colombiana y rebotaron toda clase
de esquirlas, como es de suponer. Varios peatones cayeron al suelo y se vio
sangre en casi todos ellos.
Un joven se levantó, ayudó a los que pudo y corrió a su casa. Su madre
angustiada, vio la sangre de su hijo que corría por uno de sus brazos. Al instante
quiso extraerle el vidriecito que se le había incrustado y ¡oh sorpresa!, dicho
cristalito verde, ¡resultó ser una esmeralda!
(Historia narrada por el P. Antonio Silva, S. J.)

El Mesías disfrazado

Recordé aquella otra vieja historia de un monasterio en el que la piedad había


decaído. No es que los monjes fueran malos, pero sí que en la casa había una
especie de gran aburrimiento, los monjes no parecían felices; nadie quería ni
estimaba a nadie y eso se notaba en la vida diaria como una capa espesa de
mediocridad.
Tanto, que un día el Padre Prior fue a visitar a un famoso sabio con fama de
santo, quien, después de oírle y reflexionar, le dijo: "La causa, hermano, es muy
clara. En vuestro
entre vosotros monasterio
vive el Mesías habéis cometido
camuflado, todos yunninguno
disfrazado gran pecado: Resulta
de vosotros se que
ha
dado cuenta". El buen Prior regresó preocupadísimo a su monasterio porque, por
un lado, no podía dudar de la sabiduría de aquel santo, pero, por otro, no
lograba imaginarse quién, de entre sus compañeros, podría ser ese Mesías
disfrazado.
¿Acaso el maestro de coro? Imposible. Era un hombre bueno, pero era vanidoso,
creído. ¿Sería el maestro de los novicios? No, no. Era también un buen monje,
pero era duro, irascible. Imposible que fuera el Mesías. ¿Y el hermano portero?
¿Y el cocinero? Repasó, uno por uno, la lista de sus monjes y a todos los
encontraba llenos de defectos. Claro que -se dijo a sí mismo- si el Mesías estaba
disfrazado, podía estar disfrazado detrás de algunos defectos aparentes, pero
ser por dentro, el Mesías.
Al llegar a su convento, comunicó a sus monjes el diagnóstico del santo y todos
sus compañeros se pusieron a pensar quién de ellos podía ser el Mesías
disfrazado y todos, más o menos, llegaron a las mismas conclusiones que su
Prior. Pero, por si acaso, comenzaron a tratar mejor a sus compañeros, a todos,
no sea que fueran a ofender al Mesías. Y comenzaron a ver que tenían más
virtudes de las que ellos sospechaban. Y, poco a poco, el convento fue
llenándose de amor, porque cada uno trataba a su vecino como si el otro fuera
Dios mismo. Y todos comenzaron El ser verdaderamente felices amando y
sintiéndose amados.
(José Luis Martín Descalzo)
Envió: Anahf Guerra.

Envejeciendo

El primer día de clase nuestro profesor se presentó a los alumnos y nos desafió a
que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía. Me quedé de
pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó el hombro. Miré hacia
atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con
una sonrisa que iluminaba todo su ser. Dijo:
- Hola, buen mozo. Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad...
¿Puedo darte un abrazo?
Me reí y respondí:
- ¡Claro que puede!
Y ella me dio un gigantesco apretón.
- ¿Por qué está usted en la facultad en tan tierna e inocente edad? pregunté.
Respondió juguetona:
- Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener una casa llena de
hijos y entonces jubilarme y viajar.
- Está bromeando, le dije.
Yo estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío con
su edad y ella dijo:
- ¡Siempre soñé con tener estudios universitarios y ahora estoy teniendo uno!
Después de clase, caminamos hasta el edificio de la unión de estudiantes y
dividimos un pastel de chocolate. Nos hicimos amigos instantáneamente. Todos
los días, en los siguientes tres meses, teníamos clase juntos y hablábamos sin
parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo aquella "máquina del tiempo"
compartir su experiencia y sabiduría conmigo.
En el curso de un año, Rosa se volvió un ícono en el campus universitario y hacía
amigos fácilmente dondequiera que Iba.
Adoraba vestirse bien y se reflejaba en la atención que le daban los otros
estudiantes. Estaba disfrutando la vida... Al final del semestre, invitamos a Rosa
a hablar en nuestro banquete de fútbol. Fue presentada y se aproximó al podio.
Cuando comenzó a leer su charla preparada, dejó caer tres de las cinco hojas al
suelo. Frustrada, tomó el micrófono y dijo simplemente:
- Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! Nunca conseguiré colocar mis papeles en
orden de nuevo, así que déjenme apenas hablar a ustedes sobre aquello que sé.
Mientras reíamos, ella despejó su garganta y comenzó:
- No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de
jugar. Existen solamente cuatro secretos para que continuemos jóvenes, felices
y obteniendo éxito: Se necesita reír y encontrar humor en cada día. Se necesita
tener un sueño, pues cuando se pierde, uno muere... ¡Hay tantas personas
caminando por ahí que están muertas y ni siquiera sospechan! Hay una enorme
diferencia entre envejecer y crecer... Si usted tiene diecinueve años de edad y
se queda tirado en la cama por un año entero, sin hacer nada productivo,
terminará con veinte años...
Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago
cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho años... Cualquiera consigue quedar
más viejo. Eso no exige talento ni habilidad... La idea es crecer a través de la

vida y encontrar
se siempre
arrepienten oportunidad
por aquello en la novedad.
que hicieron, sino porLos viejos generalmente
aquellas cosas que no
dejaron de hacer. "Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son
aquellas que tienen remordimientos"…

Al fin de ese año, Rosa terminó el último año de la facultad que comenzó tantos
años atrás. Una semana después de graduarse, Rosa murió tranquilamente
durante el sueño. Más de dos mil alumnos de la facultad fueron a su funeral en
tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que "nunca es
demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede probablemente ser".
"ENVEJECER ES OBLIGATORIO, CRECER ES OPCIONAL".
(Anónimo)

Que tengas:

Suficiente felicidad para mantenerte alegre.


Suficientes experiencias para mantenerte fuerte.
Suficientes pesares para mantenerte humano.
Suficiente esperanza para mantenerte feliz.
Suficiente entusiasmo para ver siempre adelante.
Suficientes fracasos para mantenerte humilde.
Suficientes éxitos para que sigas luchando.
Suficientes amigos para darte confort.
Suficiente riqueza para satisfacer tus necesidades.
Suficiente fanatismo para inspirarte a tratar de hacer todo lo posible por
alcanzar tus metas.
Suficiente determinación para hacer el día de hoy, mejor que el de ayer.
Suficiente fe para recordar que, sin importar lo qua hagas, tu Creador siempre te
acompaña.
Suficiente desprendimiento para dar a los demás de la misma forma que Dios te
da a ti.

Envió: Edwin Valdés.

Para su deleite

Matemáticas del romance:


Hombre inteligente + mujer inteligente = romance.
Hombre inteligente + mujer tonta = aventura.
Hombre tonto + mujer inteligente = matrimonio.
Hombre tonto + mujer tonta = embarazo no deseado.
Aritmética de oficina:
Jefe inteligente + empleado inteligente = beneficio.
Jefe inteligente + empleado tonto = producción.
Jefe tonto + empleado inteligente = ascenso.
Jefe tonto + empleado tonto = horas extras.
Matemáticas de las compras:
Un hombre pagará $2,83 por un objeto de $1 ,83 que necesita.
Una mujer pagará $1 ,83 por un objeto de $2,83 que no necesita.
Ecuaciones y estadísticas generales:
Una mujer se preocupa por el futuro hasta cuando encuentra marido.
Un hombre nunca se preocupa por el futuro hasta cuando encuentra mujer.
Un triunfador es un hombre que hace más dinero de lo que puede gastar su
mujer.
Una triunfadora es la mujer que encuentra a ese hombre.
Felicidad:
Para ser feliz con un hombre, tienes que entenderle mucho y quererle un
poquito.
Para ser feliz con una mujer, tienes que quererla un montón y no intentar
entenderla.
Longevidad:
Los hombres casados viven más que los solteros, pero están mucho más
dispuestos a morir.
Propensión a los cambios:
Una mujer se casa con un hombre esperando que cambie, pero no lo hace.
Un hombre se casa con una mujer esperando que no cambie, pero sí lo hace.
Técnicas de discusión:
Una mujer tiene siempre la última palabra en una discusión.

Cualquier cosa que el hombre diga después de eso, es el comienzo de una nueva
discusión.
Lee esto a mujeres y hombres inteligentes, con sentido del humor, que
necesiten una sonrisa... y que estén preparados para ello...

(Humorista anónimo)

El sufrimiento y la felicidad

Cierto día, Suda, sentado sobre la flor del loto, enseñaba la necesidad de
suprimir el sufrimiento para alcanzar la felicidad. El dolor, al oírlo, se quedó muy
triste, porque ya nadie lo querría. Poco después pasó por allí un joven lleno de
caridad y viendo llorar al dolor se le enterneció el corazón, lo tomó de la mano y
lo convirtió en su amigo inseparable. Ese joven se llamaba Jesús.

Cuando Jesúsvez
Por primera comenzó a predicar,
en la historia, los oyentes
el dolor se contagiaron
se alegraba viendo que de su felicidad.
él también podía
dar algún fruto, pues Jesús decía que no habría felicidad sin cruz. Incluso murió
en ella abrazado a su amigo, el dolor, pero con el corazón inmerso en la alegría.
Suda se asombró al constatar que Jesús y él buscaban lo mismo: La felicidad. Sin
embargo, mientras él eliminaba el sufrimiento por la vía de la renuncia y de la
meditación, Jesús lo asumía para sanar el pecado y traer la salvación. Al final, ni
uno ni otro erradicaron el dolor del mundo. Suda no pudo; Jesús no quiso. Hoy, la
felicidad toma la mano del sufrimiento para que no se encuentre solo; por eso
los místicos son felices, pase lo que pase.
(P. José Alcázar Godoy)

Un dilema

Estás conduciendo tu carro en una noche de tormenta terrible. Pasas por una
parada y ves a tres personas esperando el bus:
1. Una anciana que parece a punto de morir.
2. Un viejo Amigo que te salvó la vida una vez.
3. El hombre perfecto o la mujer de tus sueños.
¿A cuál llevarías, sabiendo que sólo puedes llevar a un pasajero en tu automóvil?
Piensa antes de seguir leyendo... Piensa... Piensa... Este es un dilema ético-moral
que una vez se utilizó en una entrevista de trabajo.
Podrías llevar a la anciana, porque va a morir y, por tanto, deberías salvarla
primero; o podrías transportar al amigo, ya que él te salvó la vida una vez y esta
sería la oportunidad perfecta de devolverle el favor. Sin embargo, tal vez nunca
vuelvas a encontrar al hombre o mujer de tus sueños... Piensa antes de seguir
leyendo... Piensa... Piensa...
El aspirante que fue contratado (de entre 200 aspirantes) no dudó al dar su
respuesta. Me encantó y espero poder utilizarlo después en alguna entrevista.
¿Qué dijo? Simplemente contestó: "Le daría las llaves del coche a mi amigo y le
dejaría que llevara a la anciana al hospital. Yo me quedaría y esperaría el
autobús con la mujer de mis sueños". Debemos superar las aparentes
limitaciones que nos plantean los problemas y aprender a pensar creativamente.

Envió: Juan Eduardo López.

El secreto de la felicidad

Hace muchísimos años, vivió en la India un sabio de quien se decía que


guardaba, en un cofre encantado, un gran secreto que lo hacía ser un triunfador
en todos los aspectos da su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más
feliz mundo.

Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero y hasta intentaron robarlo


para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más
infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio
era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo:
- Señor, yo también quiero ser inmensamente feliz como tú. ¿Por qué no me
enseñas qué debo hacer para conseguirlo?
El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo:

- A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha


atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y
estos son: Mi mente y mi corazón. Y el gran secreto no es otro que una serie de
pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
El primero es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas y, por
tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes y por todo lo
que te pasa.
El segundo, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al
acostarte, debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy
inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda
vencer. Este paso se llama autoestima alta.
El tercero, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres; es decir, si
piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz,
haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si
piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas
en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El cuarto pasó, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es,
cada cual alcanzó su meta; logra tú las tuyas.
El quinto paso es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese
sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y
tú... Perdona y olvida.
El sexto paso es no tomar las cosas que no te pertenecen. Recuerda que, según
las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.
El séptimo paso, es no maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos
derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y, por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu
alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo
afortunado que eres al tener todo lo que tienes. Ayuda a los demás, sin pensar
que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus
cualidades y ofréceles el secreto para triunfar para que, de esta manera, puedan
ser felices.
Y como pueden ver, lo que los reyes y poderosos ansiaban, lo tenían al alcance
de su mano.
Envió: Ramón Mitra.
22. Vitaminas para la humildad

Lo que somos

Ahí va Raúl
en ese ataúd.
Gastó su vida haciendo plata,
gastó su plata en su salud
y, ahora, sin plata y sin salud,
ahí va Raúl,
en ese ataúd...

(Poema recitado por Esperanza de Cárdenas)

"Si Usted se cree muy importante, dese un paseíto por el cementerio y estudie
todas las lápidas y verá que todos los grandes han sido reemplazados y el
mundo sigue igual. No se desespere".

(Letrero en una cafetería de Iza, Boyacá, Colombia)

Cerebro y pensamientos
Estaban un astronauta y un neurocirujano muy reconocido, discutiendo sobre la
existencia de Dios. El astronauta dijo: "Tengo una convicción, no creo en Dios.
He ido al espacio varias veces y nunca he visto ni siquiera un ángel”. El
neurocirujano se sorprendió, pero disimuló. Luego de pensar unos instantes,
comentó: "Bueno, he operado muchos cerebros y nunca he visto un pen-
samiento".
Envió: Sandra C. Castillo R.
Cuando callas

Cuando callas también hablas de ti mismo.


Cuando callas un secreto, conozco tu fidelidad de amigo.
Cuando callas tu propio dolor, conozco tu fortaleza.
Cuando callas ante el dolor ajeno, conozco tu impotencia y tu respeto.
Cuando callas ante la injusticia, conozco tu miedo y tu complicidad.
Cuando callas ante lo imposible, conozco tu madurez y dominio.
Cuando callas ante la estupidez ajena, conozco tu sabiduría.
Cuando callas ante los fuertes y poderosos, conozco tu temor y cobardía.
Cuando callas ante lo que ignoras, conozco tu prudencia.
Cuando callas tus propios méritos, conozco tu humildad y grandeza.

El silencio es el tiempo donde el sabio medita, la cárcel de la que huye el necio y


el refugio donde se esconden los cobardes.

Siembra para ser tú mismo...


(Geoge Eliot 1819-1880)
Envió. R. Vaca.

Uno de estos días


Uno de estos días perderás la paciencia y les gritarás a tus hijos lo siguiente:
"¡Cuándo van a crecer y dejar de actuar como criaturas!". Y la verdad es que lo
harán. Tal vez les grites: "Salgan de la casa, vayan afuera a jugar! ¡Procuren no
lastimarse y no cierren la puerta tan fuerte!". Y ya no lo harán.
Ordenarás sus dormitorios hasta que todo esté limpio y en su lugar, los juguetes
sobre los estantes, los peluches sobre la cama y todos sus vestidos bien
colgadas en el ropero. Los llamarás y les dirás: "Ahora quiero que esto se quede
así". Y así se quedará.
Prepararás la cena perfecta, la ensalada llegará a la mesa en buen estado, sin
que les falte nada. El pastel estará perfecto, sin marcas de deditos, porque lo
probaron en la cocina y dirás: "¡Por fin! Esta es una comida que se podrá servir a
los invitados". Y comerás sin ellos.
Cuando suene el teléfono, gritarás: "¡No levanten la otra línea cuando estoy
hablando! Quiero privacidad y dejen de gritar... ¿Me escucharon?" Y nadie te va

a contestar.
vaso En del
con flores tu casa yatraídas
jardín no habrá
conmanchas enYa
un besito. el no
mantel de la
tendrás mesa
que y ni
coser losunagu-
jeros de los pantalones y nunca más te romperás las uñas tratando de desatar
los nudos de los cordones de sus zapatitos. Nadie va a entrar en tu casa con lodo
en las botas y van a desaparecer todas esas ligas para atar cabellos que siempre
llenaban tu baño.
¡Imagínate! Nadie estará usando tu lápiz labial para escribir por las paredes. Ya
no tendrás que buscar una niñera para ir a las Fiestas de Año Nuevo. No tendrás
que asistir a las reuniones de padres en la escuela ni asistir a esas obras donde
tu hijo hace el papel de árbol. No tendrás que preocuparte por el transporte
escolar, músicas que rompen tus tímpanos o viajes extras al colegio porque tu

hijo olvidó su merienda en la casa.


¡Imagínate! En Navidad ya no recibirás más regalos hechos de palillos de
helados. Se habrán terminado los besitos mojados después del desayuno por la
leche que aún tienen en sus labios. Nunca más tendrás que preocuparte por los
dientes que caen y los nuevos que tienen que salir. No escucharás las voces que
siguen hablando después de haberse apagado las luces, no tendrás rodillas
raspadas que besar, ni deditos sucios que limpiar. Sólo habrá una voz diciendo:
"¿Cuándo será que crecerán y dejarán de actuar como criaturas?".
El silencio te responderá: "Ya lo hicieron...".

(Felipe Hutsell)
Envió: Zunny Fretes.

Necesitamos…

Un borrador, para borrar de nuestra historia todo lo que nos haga daño.
Un detergente, para quitar las manchas de las máscaras que usamos a diario.
Unas tijeras, para cortar todo aquello que nos impide crecer.
Un pájaro, para que nos enseñe a volar alto y cantar con libertad.
Una tinaja, para añejar el cariño y la madurez del amor.
Un frasco transparente, para conservar las sonrisas y sin tapa para escuchar su
alegre sonido.
Unos lentes, correctores de la visión de la vida, que nos permitan observar con
amor al prójimo y a la naturaleza.

Una
Unasardilla,
agujasque nos indique
grandes, cómo
para tejer treparepor
sueños las ramas del árbol de la sabiduría.
ilusiones.
Un cofre, para guardar todos los recuerdos que construyen y dan vida.
Un cierre, que permita abrir la mente cuando se desee encontrar respuestas,
otro para cerrar nuestra boca cuando sea necesario y otro para abrir nuestro
corazón.
Un rebobinador de películas, para recordar los momentos más felices en
nuestras vidas.
Un reloj, para darle todo el tiempo al amor y al amar.
Los zapatos de la ética y la moral, para pisar firme y seguro por donde quiera
que vamos.
Una balanza, para pesar todo lo vivido Y todo lo experimentado. Un espejo, para
admirar una de las obras más perfectas de DIOS...

Envió: María del Refugio Garibay.

Tres árboles sueñan


Una vez, en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles amigos soñaban
en grande sobre lo que el futuro deparaba para ellos. El primer arbolito miró
hacia las estrellas y dijo:
- Yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y ser llenado de piedras
preciosas. Yo seré el baúl de tesoros más hermoso del mundo.
El segundo arbolito observó un pequeño arroyo en su camino hacia el mar y dijo:
- Yo quiero viajar a través de mares inmensos y llevar a reyes poderosos sobre
mí. Yo seré el barco más importante del mundo.
El tercer arbolito miró hacia el valle y vio a hombres agobiados de tantos
infortunios, fruto de sus pecados y dijo:
- Yo no quiero jamás dejar la cima de la montaña. Quiero crecer tan alto que
cuando la gente del pueblo se detenga a mirarme, levanten su mirada al cielo y
piensen en Dios. Yo seré el árbol más alto del mundo.
Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles se convirtieron en
majestuosos cedros. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña.
El primer leñador miró al primer árbol y dijo: "¡Qué árbol tan hermoso!" y con la
arremetida de su brillante hacha el primer árbol cayó. "Ahora me deberán
convertir en un baúl hermoso, voy a contener tesoros maravillosos", dijo el
primer árbol.
Otro leñador miró al segundo árbol y dijo: "¡Este árbol es muy fuerte, es perfecto
para mí!". Y con la arremetida de su brillante hacha, el segundo árbol cayó.
"Ahora deberé navegar mares inmensos -pensó el segundo árbol-. Deberé ser el
barco más importante para los reyes más poderosos de la tierra".
El tercer árbol sintió su corazón hundirse de pena cuando el último leñador se
fijó
miróenhacia
él. Searriba
paró yderecho y alto, apuntando
dijo: "¡Cualquier árbol mealservirá
cielo. para
Pero lo
el que
leñador ni siquiera
busco!". Y con
la arremetida de su brillante hacha, el tercer árbol cayó.
El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó al taller, pero pronto vino
la tristeza. El carpintero lo convirtió en un pesebre para alimentar las bestias.
Aquel árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni contuvo piedras preciosas. Fue
solamente usado para poner el pasto.
El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero.
Pero no estaba junto al mar sino a un lago. No había por allí reyes, sino pobres
pescadores. En lugar de convertirse en el gran barco de sus sueños, hicieron de
él una simple barcaza de pesca, demasiado chica y débil para navegar en el
océano. Allí quedó en el lago, con los pobres pescadores, que nada de
importancia tienen para la historia.
Pasó el tiempo. Una noche, brilló sobre el primer árbol la luz de una estrella
dorada. Una joven puso a su hijo recién nacido en aquel humilde pesebre. "Yo
quisiera haberle construido una hermosa cuna", le dijo su esposo... La madre le
apretó la mano y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba al niño que
apaciblemente dormía sobre la paja y la tosca madera del pesebre. "El pesebre
es hermoso", dijo ella y, de repente, el primer árbol comprendió que contenía el
tesoro más grande del universo.
Pasaron los años y, una tarde, un gentil maestro de un pueblo vecino subió con
unos pocos seguidores a bordo de la vieja barca de pesca. El maestro, agotado,
se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente sobre el
lago. De repente, una impresionante y aterradora tormenta se abatió sobre
ellos. El segundo árbol se llenó de temor pues las olas eran demasiado fuertes
para la pobre barca en que se había convertido.
A pesar de sus mejores esfuerzos, le faltaban las fuerzas para llevar a sus

tripulantes
lago! seguros
Se sentía a la orilla.fracaso.
un verdadero ¡Naufragaba! ¡Qué dolor,
Así pensaba, pues
cuando el no servía sereno,
Maestro, ni para un
se
levantó y, alzando su mano, dio una orden: “¡Calma”. Al instante, la tormenta le
obedeció y dio lugar a un remanso de paz. De repente el segundo árbol,
convertido en la barca de Pedro, supo que llevaba a bordo al Rey del cielo, tierra
y mares...
El tercer árbol fue convertido en sendos leños y por muchos años fueron
olvidados como escombros en un oscuro almacén militar. ¡Qué triste yacía en
aquella penuria inútil; qué lejos le parecía su sueño de juventud! De repente, un
viernes en la mañana, unos hombres violentos tomaron bruscamente esos
maderos. El tercer árbol se horrorizó al ser forzado sobre las espaldas de un
inocente que había sido golpeado sin misericordia. Aquel pobre reo lo cargó,
doloroso, por las calles ante la mirada de todos.
Al fin llegaron a una loma fuera de la ciudad y allí le clavaron manos y pies.
Quedó colgado sobre los maderos del tercer árbol y, sin quejarse, sólo rezaba a
su Padre mientras su sangre se derramaba sobre los maderos.
El tercer árbol se sintió avergonzado, pues no sólo se sentía un fracasado, se
sentía además cómplice de aquel crimen ignominioso. Se sentía tan vil como
aquellos blasfemos ante la víctima levantada. Pero el domingo en la mañana,
cuando al brillar el sol, la tierra se estremeció, el tercer árbol comprendió que
algo muy grande había ocurrido. De repente todo había cambiado.
Sus leños bañados en sangre ahora refulgían como el sol. ¡Se llenó de felicidad y
supo que era el árbol más valioso que había existido o existirá jamás, pues aquel
hombre era el Rey de Reyes y se valió de él para salvar al mundo!
La cruz era trono de gloria para el Rey Victorioso. Cada vez que la gente piense
en él recordarán que la vida tiene sentido, que son amados, que el amor triunfa
sobre el mal. Por todo el mundo y por todos los tiempos millares de árboles lo
imitarán, convirtiéndose en cruces que colgarán en el lugar más digno de
iglesias y hogares. Así todos pensarán en el amor de Dios y, de una manera
misteriosa, llegó a hacerse su sueño realidad. El tercer árbol se convirtió en el
más alto del mundo y, al mirarlo, todos pensarán en Dios.
(Anónimo)

La hormiga y la mosca

Discutían una mosca Y una hormiga cuál de ellas tenía más honor. Decía la
mosca a la hormiga:
- Tú no puedes compararte conmigo. Te llevo ventaja en todo: Allí donde haya
un plato sabroso, yo lo gusto. Lo mismo me poso en la cabeza del rey que en su
mesa. ¡Hasta beso a las damas importantes y guapas! Tú no puedes hacer nada
de esto...
- Tú -le respondió la hormiga- eres una sinvergüenza: ¿Te invitan y te desean en
todos esos sitios que dices? Eres enojosa a todos y tan pronto como llegas te
echan. Vives sólo en verano; cuando llega el frío te desmayas o mueres. Pero yo,

en todo tiempo
te espantan y teme conservo y vivo bien, mientras que a ti, con el cazamoscas,
matan.

(Esopo)
23. Vitaminas para la audacia

¿Cuál es tu naturaleza?

Había una vez un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando.
Decidió sacar al animalito del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Ante
el dolor lo soltó, por lo que el animal de nuevo se estaba ahogando... entonces
intentó sacarlo y otra vez lo volvió a picar. La escena se repitió varias veces:
Sacarlo del agua, ser picado y soltarlo.
Alguien que observaba, le dijo: "¡Cómo es de terco! ¿No entiende que cada vez
que lo saque del agua lo va a picar?". Entonces el maestro oriental le respondió:
"La naturaleza del alacrán, que es picar... no va a cambiar mi naturaleza, que es
ayudar".
¿Cuál es tu naturaleza?
Envió: Karla Manuel.

Juzga tú
Estar en un grupo apostólico de Jóvenes fue para mí una oportunidad
importantísima para formarme y tomar gusto por la formación de los demás. En
la adolescencia, dos fuerzas luchan dentro de los jóvenes. Una nos empuja a
hacer el bien (deporte, leer, aprender...) y, la otra, nos empuja a hacer el mal
(tomar, fumar, ser vándalos...). La tendencia actual es obedecer la fuerza que
nos empuja
Nuestros a hacernos
"amigos" el mal... Nos sentimos
reconocen rebeldes."bien" cuando
Nos damos somosque
cuenta "malos".
somos
temidos y nos gusta.
Este grupo apostólico fue para mí una oportunidad y un incentivo para hacerle
caso a la otra fuerza, de enfocar mis energías en crecer, aprender y hacer
deporte. Lo logré. Me sentí bien reconocido y respetado por haber tomado esa
decisión. Nunca sentí la necesidad de pertenecer a los "malos" para sentirme
bien. Tampoco sentí lástima por ellos. Ahora, algunos años después, me doy
cuenta de todo lo que gané gracias a este grupo: Disciplina, liderazgo, criterio,
trato con la gente, creatividad, desenvolvimiento y espiritualidad. ¿Tendría todo
esto ahora si le hubiera hecho caso a la otra fuerza? Juzga tú... Vale la pena,
pues, buscar un grupo apostólico de formación.
(Ing. Óscar Urrutia Garza)

Nunca te detengas

Siempre ten presente que:


La piel se arruga,
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia,
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña,
detrás de cada línea de llegada,
hay una de partida;
detrás de cada logro,
hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo;
si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerla.
No vivas de fotos amarillas,
sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

Cuando porpuedas
cuando no los años no puedas
trotar, correr, trota;
camina;
cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero nunca te detengas.

(Madre Teresa de Calcuta)


Envió: Yndira Pérez.
¡No dejes morir el amor!

Hubo una vez, en la historia del mundo, un día terrible en el que el odio, que es
el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a
una reunión urgente con todos ellos.
Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del
corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cuál era el
propósito. Cuando estuvieron todos habló el ODIO y dijo: "Los he reunido aquí a
todos porque deseo, con todas mis fuerzas, matar a alguien".
Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el ODIO que estaba hablando y
él siempre quiere matar a alguien, sin embargo, todos se preguntaban entre sí,
¿quién sería tan difícil de matar para que el ODIO los necesitara a todos?
"QUIERO QUE MATEN AL AMOR", dijo. Muchos sonrieron malévolamente, pues
más de uno le tenía ganas.
El primer voluntario fue el MAL CARÁCTER, quien dijo: "Yo iré y les aseguro que
en un año el AMOR habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo
soportará". Al cabo de un año se reunieron otra vez y, al escuchar el reporte del
MAL CARÁCTER, quedaron muy decepcionados. "Lo siento, lo intenté todo; pero
cada vez que yo sembraba una discordia, el AMOR la superaba y salía adelante".
Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la AMBICIÓN que, haciendo
alarde de su poder, dijo: "En vista de que fracasó, iré yo. Desviaré la atención
del AMOR hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará". Y
empezó la AMBICIÓN el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó heri-
da, pero después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado
de poder y triunfó de nuevo.
Furioso el ODIO por el fracaso de la AMBICIÓN envió a los CELOS quienes,
burlones y perversos, inventaban toda clase de artimañas y situaciones para
despistar al AMOR y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el AMOR
confundido, lloró y pensó que no quería morir y, con valentía y fortaleza, se
impuso sobre ellos y los venció.
Año tras año, el ODIO siguió en su lucha enviando a sus más hirientes
compañeros, envió a la FRIALDAD, al EGOÏSMO, a la INDIFERENCIA, a la
POBREZA, a la ENFERMEDAD y a muchos otros que fracasaron siempre, porque
cuando el "AMOR" se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerzas y todo lo
superaba.
El ODIO, convencido de que el AMOR era invencible, les dijo a los demás: "Nada
que hacer, el AMOR ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo
logramos". De pronto, de un rincón del salón, se levantó un sentimiento poco
conocido que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su
rostro y no lo dejaba ver; su aspecto era fúnebre como el de la muerte, "YO
MATARÉ AL AMOR", "YO MATARÉ AL AMOR", dijo con seguridad. Todos se
preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo lo que ninguno había
podido. El ODIO dijo: "¡VE Y HAZLO!".
Tan solo había pasado algún tiempo cuando el ODIO volvió a llamar a todos los
malos sentimientos para comunicarles que, después de mucho esperar, por fin
ELAMOR HABÍA MUERTO. Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el
sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí les entrego el AMOR totalmente
muerto y destrozado". Y sin decir más se marchó. "Espera -dijo el ODIO-, en tan
poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor
esfuerzo para vivir, ¿quién eres?". El sentimiento levantó por primera vez su
horrible rostro y dijo: "SOY... LA RUTINA".
(Anónimo)
Envió: Julia Maritza Omaña. Serviestudiantes Col Rosario-Bogotá.

¿Dónde escondieron la felicidad?


Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para
hacer una travesura. Uno de ellos dijo: "Debemos quitarles algo, pero, ¿qué les
quitamos?".
Después de mucho pensar, uno dijo: "¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero
el problema va a ser en dónde esconderla para que no la puedan encontrar".
Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del
mundo". A lo que inmediatamente repuso otro: "No, recuerda que tienen fuerza;
alguna vez alguien puede subir y encontrarla y si la encuentra uno, ya todos
sabrán donde está". Luego propuso otro: "Entonces vamos a esconderla en el
fondo del mar". Y otro contestó: "No, recuerda que tienen curiosidad; alguna vez
alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará".
Uno más dijo: "Escondámosla en un planeta lejano de la tierra".
Y le dijeron: "No, recuerda que tienen inteligencia y un día alguien va a construir
una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, entonces
todos tendrán felicidad". El último de ellos era un duende que había

permanecido
de los demás en silencioLas
duendes. escuchando atentamente
analizó y dijo: cada
"Creo saber una de
dónde las propuestas
ponerla para que
realmente nunca la encuentren".
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: "¿Dónde?". El duende
respondió: "La esconderemos dentro de ellos mismos, así estarán tan ocupados
buscándola fuera, que nunca la encontrarán". Todos estuvieron de acuerdo y,
desde entonces, ha sido así: El hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin
saber que la trae consigo.
Envió: Elva M. Soqui Fierros.

El crédito

Una mujer, pobremente vestida, con el rostro que reflejaba derrota, entró a una
tienda. La mujer se acercó al dueño y, de la manera más humilde, le preguntó si
podía llevarse algunas cosas a crédito. Con voz suave le explicó que su esposo
estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban
comida. El dueño le gritó y le pidió que abandonara su tienda. Viendo la
necesidad que estaba pasando su familia, la mujer continuó:
- i Por favor, señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda.
El dueño le dijo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta en su
tienda. De pie, cerca del mostrador, se encontraba un cliente que escuchó la
conversación. Se acercó y le dijo al dueño que él se haría cargo de lo que la
mujer necesitara para su familia. De una manera muy tosca, preguntó a la

mujer:
- ¿Tiene usted una lista de compra? La mujer dijo:
- Sí, señor.
- "Está bien -dijo el dueño-. Ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le
daré yo en comestibles.
La mujer titubeó por un momento y, cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo
de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel en la balanza todavía con
la cabeza mirando hacia el suelo. Los ojos del dueño y el cliente se llenaron de
asombro cuando la balanza se fue hasta lo más bajo y se quedó así. El dueño
entonces, sin dejar de mirarla y, de mala gana, dijo:
- i No lo puedo creer!
El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la
balanza. La balanza no se movió, por lo que continuó poniendo más y más
comestibles hasta que no aguantó. El almacenista se quedó allí parado con gran
disgusto. Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con mucho más
asombro... No era una lista de compra, era una oración que decía: "Querido
Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos".
El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reunido y quedó allí en
silencio. La mujer le agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un
billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo:
- Valió cada centavo de este billete.
Sólo Dios sabe cuánto pesa una oración.

(Anónimo)
Envió: Marlén Sánchez Yaso.
En el tiempo y en el lugar correctos

Estaba caminando en una calle poco iluminada una noche ya tarde, cuando
escuché unos gritos que trataban de ser silenciados, que venían de atrás de un
grupo de arbustos. Alarmado, disminuí mi velocidad para escuchar y me
aterroricé cuando me di cuenta de que lo que estaba escuchando eran los
inconfundibles sonidos de una lucha: Fuertes gruñidos, pelea desesperada y tela
rasgándose. A sólo unos metros de donde yo estaba parado, una mujer estaba
siendo atacada. ¿Me debería involucrar?

Yo estaba asustado por mi propia seguridad y me maldije a mí mismo por tener


que decidir repentinamente el tomar una nueva ruta a casa esa noche. ¿Y si me
convertía en otra estadística? ¿No debería tan sólo correr al teléfono más
cercano y llamar a la policía? Aunque me pareció una eternidad, las
deliberaciones
habían en mi
aumentado cabeza
poco habían tomado sólo segundos y los chillidos ya
a poco.
Yo sabía que tenía que actuar rápido. ¿Cómo podría alejarme de esto? No,
finalmente me decidí. No podría darle la espalda a esta mujer, aunque esto
significaba arriesgar mi propia vida. No soy un hombre valiente, ni soy atlético.
No sé donde encontré el coraje moral y la fuerza física, pero una vez que había
decidido finalmente ayudar a la chica, me volví extrañamente transformado.
Corrí detrás de los arbustos y empujé al asaltante lejos de la mujer. Forcejeando,
caímos al piso, donde luchamos durante unos minutos, hasta que el atacante se
puso en pie de un salto y escapó. Jadeando fuertemente, me levanté con
dificultad y me acerqué a la chica, que estaba en cuclillas detrás de un árbol,
sollozando. En la oscuridad, apenas pude ver su silueta, pero ciertamente pude
percibirla temblando y en shock. No queriendo asustarla de nuevo, primero le
hablé a distancia.
"Está bien -dije en tono tranquilizador-. El ladrón huyó, estás a salvo ahora".
Hubo una prolongada pausa y entonces oí las palabras, pronunciadas
maravillosa y sorprendentemente: “¿Papi, eres tú?". En aquel momento, de atrás
del árbol, salió caminando mi hija más joven, Katherine...
Dios tiene la manera de permitimos estaren el lugar adecuado en el momento
indicado.

Envió: Fray Leobardo


24. Vitaminas para la lealtad

Manos que oran

Durante el siglo XV, en una pequeña aldea cercana a Nuremberg, vivía una
familia con 18 niños. Para poder poner pan en la mesa para tal prole, el padre y
jefe de la familia trabajaba casi 18 horas diarias en las minas de oro y en
cualquier otra cosa que se le presentara.
A pesar de las condiciones tan pobres en que vivían, dos de los hijos de Albrecht
Durer tenían un sueño. Ambos querían desarrollar su talento para el arte, pero
bien sabían que su padre jamás podría enviar a ninguno de ellos a estudiar a la
Academia.
Después de muchas noches de conversaciones calladas entre los dos, llegaron a
un acuerdo. Lanzarían al aire una moneda. El perdedor trabajaría en las minas
para pagar los estudios del que ganara. Al terminar sus estudios, el ganador
pagaría entonces los estudios al que quedara en casa, con las ventas de sus
obras o como fuera necesario. Lanzaron al aire la moneda, un domingo, al salir
de la Iglesia. Albretch Durer ganó y se fue a estudiar a Nuremberg.
Albert comenzó entonces el peligroso trabajo en las minas, donde permaneció
por los próximos cuatro años para sufragar los estudios de su hermano quien,
desde el primer momento, fue la sensación en la Academia. Los grabados de
Albretch, sus tallados y sus óleos llegaron a ser mucho mejores que los de mu-
chos de sus profesores y para el momento de su graduación, ya había

comenzado a ganar considerables sumas con las ventas de su arte.


Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia Durer se reunió para una
cena festiva en su honor. Al finalizar la memorable velada, Albretch se puso de
pie en su lugar de honor en la mesa y propuso un brindis por su hermano
querido, que tanto se había sacrificado para hacer de sus estudios una realidad.
Sus palabras finales fueron:
- Y ahora, Albert, hermano mío, es tu turno. Ahora tú puedes ir a Nuremberg a
perseguir tus sueños, que yo me haré cargo de ti.
Todos los ojos se volvieron llenos de expectativa hacia el rincón de la mesa que
ocupaba Albert, quien tenía el rostro empapado en lágrimas y movía de lado a
lado la cabeza mientras murmuraba una y otra vez: "No... no... no...".
Finalmente, Albert se puso de pie y secó sus lágrimas. Miró por un momento a
cada uno de aquellos seres queridos y se dirigió luego a su hermano y, colo-
cando su mano en la mejilla de aquel, le dijo suavemente:
- No, hermano, no puedo ir a Nuremberg. Es muy tarde para mí. Mira lo que
cuatro años de trabajo en las minas han hecho a mis manos. Cada hueso de mis
manos se ha roto al menos una vez y, últimamente, la artritis en mi mano
derecha ha avanzado tanto que hasta me costó trabajo levantar la copa durante
tu brindis... mucho menos podría trabajar con delicadas líneas el compás o el
pergamino y no podría manejar la pluma ni el pincel. No, hermano... para mí ya
es tarde.
Más de 450 años han pasado desde ese día. Hoy día los grabados, óleos,
acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Durer pueden ser vistos en museos
alrededor de todo el mundo. Pero seguramente usted, como la mayoría de las
personas, sólo recuerde uno. Lo que es más, hasta tenga uno en su oficina o en
su casa. Un día, para rendir homenaje al sacrificio de su hermano Albert,
Albretch Durer dibujó las manos maltratadas de su hermano, con las palmas
unidas y los dedos apuntando al cielo. Llamó a esta poderosa obra simplemente:
"Manos", pero el mundo entero abrió de inmediato su corazón a su obra de arte
y se le cambió el nombre por el de: "Manos que oran".
La próxima vez que vea una copia de esa creación, mírela bien. Permita que
sirva de recordatorio, si es que lo necesita, de que nadie, nunca, ¡triunfa solo!
Envió: Claudia Resendiz.

La flor carísima

Mi madre siempre contaba una historia así: Había una joven muy rica, que tenía
de todo. Un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba buena
remuneración, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar
todo eso. El trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siem-
pre la sentía débil en algún área.
Si el trabajo le consumía mucho tiempo, se lo quitaba a los hijos. Si surgían
problemas, dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran
siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy
sabio, le dio un regalo: una flor carísima y muy rara, de la cual sólo había un
ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:
- Hija, esta flor te va a ayudar mucho. ¡Más de lo que te imaginas! Tan sólo
tendrás que regarla y podarla de vez en cuando y, a veces, conversar un poco
con ella y te dará, a cambio, un perfume maravilloso y unas preciosas flores.
La joven quedó muy emocionada. Al fin de cuentas, la flor era de una belleza sin
Igual. El tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo
su tiempo y, su vida que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor.
Llegaba a casa, miraba la flor y todavía se encontraban en el mismo lugar; no
mostraba señal de flaqueza o muerte. Solamente permanecía linda, perfumada.
Entonces pasaba de largo. Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió.
Llegó a casa ¡y se llevó un susto terrible! Estaba completamente muerta, su raíz
estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho y le
contó a su padre lo que había ocurrido. Él le respondió:
- Yo ya me imaginaba que eso ocurriría y no te puedo dar otra flor, porque no
existe otra igual a esa. Era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia.
Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a
regarlos, podarlos y darles atención, pues, al igual que la flor, los sentimientos
también mueren. Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida,
siempre perfumada y te olvidaste de cuidarla.
Envió: Caro de Tabeada.

Amor conyugal

Caer al río el viento un nido deja,


y al verle un ave, en pos vuela piando,
porque dentro, sus huevos empollando,
flota embarcada su infeliz pareja.

Con el nido que, hundiéndose,


se aleja, naufraga el ave fiel que va criando,
y el esposo, después, vaga exhalando
de árbol en árbol queja tras queja.

Creciendo sin cesar su pío, pío,


donde el nido se hundió los ojos clava,
como diciendo así: "¡Pobre amor mío!".
Y un día, al fin, que su dolor se agrava,
se esfuerza, vuela, muere, cae al río,
se sumerge, suena algo... y todo acaba.

(Ramón de Campoamor)

La alegría del amor

El autobús viajaba directo al sur. Una señora observó que el hombre sentado a
su lado se ponía cada vez más nervioso. Miraba a cada instante por la ventana,
incapaz de concentrarse en la revista que tenía en sus manos y que fingía leer.
La señora, finalmente, le preguntó si algo lo molestaba y él le contó la historia.
- Acabo de salir de una prisión del Estado de Nueva York, en libertad condicional,
después de haber cometido un asesinato. Mi esposa vive en Carolina del Sur y
no tengo noticias suyas desde hace tiempo. Espero que ella quiera recibirme,
por eso le pedí a un compañero mío que le enviara una postal para comunicarle
que esta semana tomaría el autobús. Si aún me ama, colgará un pañuelo
amarillo del árbol de nuestro jardín. Si no, seguiré mi camino y reharé mi vida en
otra parte. Ahora nos estamos acercando. Estoy muy nervioso para mirar. Vea
usted y dígame si hay algo; allí, a la vuelta de la esquina.
La mujer echó una mirada circunspecta por la ventana cuando el autobús volteó:
Sus ojos se iluminaron y abrazó al hombre, invitándolo con gozo a mirar. El árbol

estabacomo
rama, lleno un
de enorme
cintas deramo
sedade
amarilla que ojos
flores. Los ondeaban maravillosamente
del hombre de cada
se llenaron de
lágrimas. "¡Me quiere! ¡Me ama!", dijo. Bajó del autobús y corrió con alegría y
confianza a los brazos de su esposa.
¿Dudó el hombre cuando vio las cintas? ¿Dudó del amor de su esposa? No.
Tampoco nosotros debemos hacerlo. Las cintas amarillas están en el árbol de
Dios siempre que queremos volver a casa, sin importar nuestras acciones (5).

__________________
Siete Días con Teresa de Lisieux.
(5) OBBARD, Elizabeth Ruth. Bogotá: Comunicaciones sin
Fronteras, p 51.52.
25. Vitaminas para la comprensión

Parte del regalo

Una niña en África le dio a su maestra un regalo de cumpleaños. Era un hermoso


caracol. "¿Dónde lo encontraste?", preguntó la profesora. La niña le dijo que
esos caracoles se hallan solamente en cierta playa lejana. La maestra se
conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos
kilómetros para buscar el caracol. Le dijo: "No debiste haber ido tan lejos sólo
para buscarme un regalo". La sabia niña sonrió y contestó: "Maestra, la larga
caminata es parte del regalo".

Envió: Roberto Azuero Valbuena.

Accidente

Una tarde una pareja iba por la carretera cuando, de pronto, vieron a lo lejos a
una mujer en la mitad de la vía pidiendo que pararan. La esposa le dijo al esposo
que mejor no se detuviera porque podía ser peligroso. Él decidió ir despacio para
no quedarse con la duda de saber lo que pasaba... Al acercarse, observaron que
la mujer estaba golpeada en la cara y en los brazos. Entonces decidieron parar.
La mujer les pidió ayuda diciéndoles que había tenido un accidente en automóvil
y que el esposo y su hijo, un recién nacido, estaban dentro del carro bajo el
barranco; que el esposo estaba muerto pero que el bebé todavía se encontraba
con vida.
El esposo decidió bajar a rescatar al niño y le pidió a la señora lastimada que se
quedara con su esposa dentro del carro. El bajó y vio a dos personas adelante
del vehículo, pero no le dio importancia y sacó rápidamente al bebé y subió a
llevárselo a su madre. Cuando llegó, no vio a la señora. Le preguntó a su esposa
que en dónde estaba, pero ella le contestó que la mujer herida se había ido tras
él.
Cuando el señor decidió ir a buscarla al barranco, se fijó claramente que las dos
personas que estaban en los asientos de adelante se hallaban muertas. Eran un
señor y una señora con el cinturón puesto. Al fijarse bien en la señora, cayó en la
cuenta de que era la misma que les pidió auxilio al principio...

(Anónimo)

Después de la tormenta

Hay una leyenda que cuenta de un Barón Alemán que, en su castillo en el Rin,
tendió hilos por el aire desde una torre hasta otra, para que el viento los tratara
como un arpa eolia y, de esta manera, creara música cuando pasaba por ellos.
Pero, a pesar de que las suaves brisas circulaban alrededor del castillo, no
producían ninguna música.

Una noche,
estaba empero,
asentado se levantó
el castillo una
se vio tremenda
atacado tormenta
por la furia deyun
el vendaval.
monte sobre el que
El Barón
miró por la puerta aterrorizado por el viento y he aquí que el arpa eolia llenó el
aire de melodías que se oran por encima de la tormenta. ¡Hizo falta una feroz
tormenta para producir la música!
Todos hemos conocido personas cuya vida jamás ha producido ninguna música
agradable durante sus días de tranquila prosperidad pero que, cuando feroces
vientos pasaron por su vida, nos asombraron con el vigor y la hermosura de su
música.
Cuántas veces desde mi ventana,
vi caer la lluvia, lenta, interminable,
¡qué desesperante el oscuro velo!
¿Es que no se cansa de llorar el cielo?
Luego, fulgurante, con sus mil colores,
irrumpe en el cielo el arco del pacto;
las flores se alegran y las aves cantan,
justo ahora entiendo el porqué del llanto.
Siempre se puede confiar en que Dios hará el "después" de las dificultades mil
veces más rico y mejor que el presente, si las vencemos correctamente. "Al
momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo... pero después da fruto
apacible de justicia".

(Anónimo)
La lección de piano

Deseando animar a su nieto para que progresara en sus lecciones de piano, su


abuela lo llevó a un concierto de Paderewski. Cuando ocuparon sus respectivos
lugares, la abuela reconoció a una amiga en la audiencia y dejando a su nieto, se
dirigió hacia ella. Teniendo la oportunidad de explorar las maravillas de ese viejo
teatro, el pequeño niño recorrió algunos de los lugares y, posteriormente, logró
llegar a una puerta donde estaba escrito el anuncio "Prohibida la entrada". Esto
no le importó al pequeño.
Cuando se anunció la tercera llamada y las luces empezaron a apagarse y la

función estaba
horrorizada queasupunto
nietodenoempezar, la abuela
se encontraba. regresó a su lugar
Inmediatamente, y descubrió
las grandes
cortinas se abrieron y los reflectores apuntaron hacia el centro del escenario.
Sorprendida, la abuela vio a su pequeño nieto sentado en el piano, tocando
inocentemente una canción infantil popular. En ese momento, el gran maestro
de piano hizo su entrada y rápidamente se dirigió hacia el piano y susurró al oído
del pequeño: "No pares, hijo, sigue tocando, lo estás haciendo muy bien". En-
tonces, inclinándose hacia el piano, Paderewski empezó a hacer un
acompañamiento, junto al niño, con su brazo izquierdo. Pronto su brazo derecho
alcanzó el otro lado para realizar un "obbligato". Juntos, el viejo maestro y el
pequeño novicio, transformaron la embarazosa escena en una maravillosa y
creativa experiencia. La audiencia estaba muy entusiasmada.
Esa es la forma en que Dios trabaja junto a nosotros. Está siempre a nuestro
lado cambiando nuestros pequeños esfuerzos hasta convertirlos en grandes
cosas, susurrándonos al oído: "No pares, hijo, síguelo intentando; lo estás
haciendo muy bien".

Envió: Oscar Maldonado.


26. Vitaminas para la flexibilidad

El elefante del circo

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de ellos,
eran los animales. También a mí, como a otros, me llamaba la atención el
elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño
y fuerza descomunal...

Pero después
elefante de su
quedaba actuación
sujeto y hasta
solamente porununa
rato antes que
cadena de volver al escenario,
aprisionaba una deelsus
patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas
enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y
poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo
con su propia fuerza podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando
tenía cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún tío por el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba
porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No
recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé
del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba
con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo
bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del, circo no
escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy
pequeño".
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy
seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de
soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no lo logró. La estaca era ciertamente
muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a
probar y también al otro sin tener buenos resultados... hasta que un día, un
terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su
destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO
PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se
siente poco después de nacer. Y lo peor es que Jamás se ha vuelto a cuestionar
seriamente ese registro. Jamás... Jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra
vez...
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: Vamos por el mundo
atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un
montón de cosas "no podemos hacer", simplemente porque alguna vez
probamos y no pudimos.
Grabamos en nuestro recuerdo “no puedo… no puedo y nunca podré”,
perdiendo una de las mayores bendiciones con las que puede contar un ser
humano: la Fe. La única manera de saber es intentar de nuevo, poniendo en ello
TODO NUESTRO CORAZÓN y todo nuestro esfuerzo, como si todos dependiera de
nosotros, pero al mismo tiempo, confiando totalmente en Dios como si todo
dependiera de Él.
Envió: Bonnard Hernández Herrera.

¿Qué bien le ha hecho?

Un mercader inglés llegó a una de las islas del Océano Pacífico. Un nativo se le
ofreció para llevarle el equipaje desde el bote hasta el hotel. Durante el camino
conversaron sobre los misioneros y su obra evangélica; el negociante, que
además era ateo, le preguntó con tono despectivo:
- ¿Qué bien le ha hecho a usted ser cristiano?
- Yo puedo resaltar algo bueno que le ha hecho "a usted" el que yo sea cristiano.
¿Ve allí aquella gran piedra plana?
- Sí, claro que la veo.
- Qué bien, porque si usted hubiese venido cuando yo era pagano, le habría
degollado sobre aquella piedra plana y, luego, mis amigos y yo nos lo habríamos
comido. En cambio, ahora, le ayudo a transportar su equipaje, muy contento de
servirle.

Envió: Karlos Reges.


Refinados como la plata

Hace ya tiempo, un grupo de señoras se reunió en cierta ciudad para estudiar la


Biblia. Mientras que leían el tercer capítulo de Malaquías, encontraron una
expresión notable en el tercer versículo que decía: "Él purificará... y los refinará
como se hace con la plata (Mal.3, 3)
Una de las señoras propuso visitar un platero y contarles a las demás lo que él
dijera sobre el tema. Fue y sin decir a qué iba, pidió al platero que le hablara

sobre la forma
proceso, de refinar la plata. Después de que el platero describiera el
le preguntó:
- Señor, ¿usted se sienta mientras está en el transcurso de la refinación?
- Oh, sí señora -contestó el platero-; debo sentarme con el ojo fijo en el horno,
porque si el tiempo necesario para la refinación se excede en el grado más leve,
la plata será dañada.
La señora, inmediatamente, vio la belleza y el consuelo de la expresión: "Él
purificará... y los refinará como se hace con la plata".
Dios ve necesario poner a sus hijos en un horno, su ojo está constantemente
atento en el trabajo de la purificación y su sabiduría y amor obran juntos en la
mejor
ser maneramás
probados paraallá
nosotros. Nuestras
de lo que pruebas
podemos no vienen al azar y no nos dejará
sobrellevar.
La señora hizo una pregunta final:
- ¿Cuándo sabe que el proceso está completo?
- Pues es muy sencillo -contestó el platero-. Cuando puedo ver mi propia imagen
en la plata, se acaba el proceso de refinación.
Envió: María del Carmen Serna.
Zanahoria, huevo o café

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le
resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se
daría por vencida". Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba
un problema,
trabajo. aparecía
Allí llenó otro.con
tres ollas Su agua
padre,y un
las chef
pusode cocina,
sobre la llevó
fuego El su lugar de
fuerte.

Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en
otra, huevos y en la última, granos de café. Las dejó hervir, sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en
un tazón. Sacó los huevos y los puso en otro plato. Finalmente, coló el café y lo
puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija, le dijo:

- Querida, ¿qué ves?


- Zanahorias, huevos y café.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que
estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de
sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Enseguida, le pidió que probara el
café. Ella sonrió, mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente, la hija
preguntó:
- ¿Qué significa esto, padre?
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad:
Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó
al aguadébil,
vuelto fuerte, dura;
fácil pero, después
de deshacer. de pasar
El huevo habíapor el agua
llegado hirviendo,
al agua frágil,sesuhabía
cáscara
fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su
interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos;
después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- ¿Cuál eres tú? -le preguntó a su hija-. Cuando la adversidad llama a tu puerta,
¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la
adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un
huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, ¿pero
después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto dura y
rígida? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y
un corazón endurecidos?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento
que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su
mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú
reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Y tú, ¿cuál de los
tres eres?
Envió: Blanca Mesías.
Publicidad

Dicen que una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus
pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME,
SOY CIEGO". Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y
observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso cogió el cartel, le
dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de
madera sobre los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su
gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego, reconociendo sus pasos, le
preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué había
escrito allí. El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anun-
cio, pero con otras palabras". Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo,
pero su nuevo cartel decía: "ESTAMOS EN PRIMAVERA Y YO NO PUEDO VERLA".
Cambia de estrategia cuando algo no te sale y verás que puede resultar mejor
de esa manera.
Envió: Algún Publicista Desconocido.

El pastel delicioso

Una hija le comentaba a su madre que en todo le iba mal. Había reprobado
álgebra, su novio terminó con ella y su mejor amiga había cambiado de ciudad.
Mientras dialogaban, su mamá estaba preparando un pastel y le preguntó a su
hija:
- ¿Quieres comer algo?
- Claro mamá, ¿me pudieras dar de tu pastel?
- Ten, tómate este aceite.
- No entiendo, respondió la hija.
- ¿Qué tal un par de huevos crudos?
- ¡Que asco, mamá!
- Entonces, ¿quieres algo de harina? ¿O qué tal, bicarbonato?
- Mamá, ¡todo eso es asqueroso!
- Sí, todas esas cosas parecen malas en sí mismas. Pero cuando las unes, de la
manera adecuada, haces un pastel delicioso.
Así trabaja Dios. Muchas veces nos preguntamos por qué nos permite pasar por
tiempos tan malos y difíciles. Pero Dios sabe que cuando pone todas estas cosas
en orden, siempre trabajarán para nuestro bien. Sólo tenemos que confiar en Él
y, tarde o temprano, ¡estas cosas harán algo maravilloso!
Envió: Silvia López.

A mis hijos

¿Por qué no me pertenecen,


si estuvieron dentro de mí;
si en hermosos nueve meses
mi ilusión fue un desvarío?

En un mundo de pañales
que quedó ya en el recuerdo
un rey mago fue a contarles
de sus viajes en camello...

Mas el tiempo no ha parado


el rey mago es ya un sueño
los juguetes han quedado
en un mundo de silencio.

Se me escapan de las manos


en un mundo tan inmenso
por su sueño yo he velado
y he sufrido por sus miedos.

Hacia un mundo que no entiendo


se me escapan porque crecen.
¡Son tan míos mis pequeños,
pero no me pertenecen!

Envió: Sandra Alves.

La lección de amor

En una ocasión fui a colaborar en un proyecto de la universidad que consistía en


ayudar a mejorar una comunidad pobre. Cuando llegamos al lugar íbamos con el
firme propósito
mentalidad. Fuede dejar ver
curioso ahí algunas cosas
cómo todos losyniños
de ayudarles a mejorar
nos seguían su entusias-
con gran
mo y hasta nos confundían con sacerdotes o misioneros: "Misionero, cárgame";
"misionero, regálame tu reloj"; "misionero, dame tu camiseta" y un montón de
peticiones.
Había un niño llamado Robertico, que tenía una especial fijación por un grupo de
nosotros y nos seguía para todos lados. En el segundo día nos tenía ya hartos de
tantas peticiones que nos hacía. En la tarde, dejamos a la gente para poder
comer y asearnos un poco y les dijimos que los veríamos a las 5.
Robertico no tardó en llegar, no estuvo ahí a las 5 sino a las 4:45 de la tarde,
mientras comíamos un postre y un amigo se deleitaba con unas papas. Y
comenzó Robertico: "Misionero, dame papas", "ándale misionero, dame tus
papas"... repetía una y otra vez, hasta que mi amigo, ya molesto, se las dio.
Inmediatamente, Robertico las tomó y no se daba la vuelta para empezar a
comer, cuando los demás niños ya lo habían rodeado para pedirle papas.
Personalmente creí que Robertico iba a salir corriendo y no le iba a dar a nadie.
¡Qué equivocado estaba!, empezó a dar las papas a todos y había tanto
desorden, que le dijimos: "Robertico, fórmalos para que les des", inmedia-
tamente se volteó y, con una voz muy segura, les dijo que si no se formaban no
les iba a dar.
Mi segundo error fue pensar que no iba a dar todas las papas; el pequeño
Robertico entregó todas las papas a los demás niños. Todos nosotros nos
quedamos pensando, por un rato, en lo que había pasado, obviamente no
podíamos sentir otra cosa que admiración por ese pequeño de 6 años.
Nos acababa de dar la mayor lección de nuestra vida, él, que no estaba
acostumbrado a tener y cuando, por fin llegaba a poseer, también tenía el
enorme corazón para entregarlo todo. Desde ese momento nosotros éramos los
que le seguíamos y, hasta cierto punto, lo compensamos y le dimos más, porque
sabíamos que no lo pedía para él.
Por otro lado, me di cuenta que si en muchos aspectos carecemos de liderazgo,
hay gente muy humilde que puede mover masas, así como Robertico que pudo
manejar a un grupo de niños y organizarlos, por turnos.

(Anónimo)
27. Vitaminas para la justicia

La mesa

Había una vez un matrimonio joven. Él de 38 años, su mujer de 36 y un pequeño


de 6. Vivía también en la casa una anciana de 80 años, madre del padre de
familia.
Todo transcurría con normalidad salvo, a la hora del almuerzo y cena, en donde
la anciana sin querer, tropezaba con las cosas, arrojando a veces las copas
servidas o ensuciando el mantel.
Después de un tiempo, ella le pidió a su marido que comprara una mesa para
ubicar a su madre en otro sitio de donde ellos comían. Y así fue. A partir del
siguiente día la "abuela" empezó a comer sola, sin molestarlos a ellos.
Pasó algún tiempo, hasta que un día el hijo de la anciana se preparaba para
almorzar cuando notó que su propio hijo tenía en el piso del comedor un par de
maderas, clavos sueltos y martillo. Se acercó a él y le preguntó: "¿Qué es lo que
estás haciendo con esas cosas, hijo?". Y el niño le respondió: "Estoy haciendo
una mesa para cuando tú y mamá sean grandes como la abuela".

Envió: Héctor Ricardo González.

Lo único que recuerdo

Cuando mi padre me hablaba, siempre empezaba la conversación diciendo: “Ya


te dije cuánto te adoro?". La expresión de amor era correspondida y en sus
últimos años, cuando su vida empezó a decaer, nos acercamos aún más...
A los 82 años estaba dispuesto a morirse y yo a dejarlo partir para que su
sufrimiento terminara. Nos reímos, lloramos, nos tomamos de las manos, nos
dijimos nuestro amor y estuvimos de acuerdo en que era el momento. Dije:
"Papá, una vez que te hayas ido, quiero que me envíes una señal para saber que
estás bien",
Mi padre y yo estábamos ligados tan profundamente, que en el momento de su
muerte, sentí profundamente su infarto. Día tras día rezaba para saber algo de
él, pero no pasaba nada. Pasaron 4 meses y lo único que sentía era el dolor de
su pérdida. Mamá había muerto 5 años antes, del mal de Alzheimer.
Un día, mientras estaba tranquilamente tendido sobre una mesa de masajes, en
un cuarto oscuro, esperando mi turno, me invadió una ola de nostalgia por mi
padre. Noté que mi mente se hallaba en un estado de hiperagudeza. Sentí una
claridad desconocida. Cada pensamiento era como una gota de agua que caía
en una fuente tranquila y me maravilló la paz de cada momento que pasaba.
De repente, apareció el rostro de mi madre, como había sido antes de que la
enfermedad de Alzheimer la privara de su juicio, de su humanidad y de 25 kilos.
Era tan real y estaba tan cerca que daba la impresión de poderla tocar, si quería.
Se la veía como era unos 12 años atrás, cuando el deterioro no había empezado.
Hasta percibía la fragancia de su perfume favorito. Me pregunté cómo era
posible que estuviera pensando en mi padre y apareciera mi madre, sintiéndome
culpable por no haber pedido una serial de ella también.
Dije "Oh, madre, lamento tanto que hayas tenido que sufrir con esa horrible
enfermedad". Inclinó levemente la cabeza, como para confirmar lo que había
dicho de su sufrimiento. Luego sonrió y dijo de una manera muy clara: "Pero lo
Único que recuerdo es el amor". Y desapareció.
Empecé a temblar en un cuarto que de pronto se había vuelto frío. Supe en lo
más profundo, que el amor que damos y recibimos, es lo único que cuenta y lo
único que se recuerda. El sufrimiento se olvida; el amor permanece. Sus
palabras son las más importantes que he oído en mi vida y ese momento quedó
grabado para siempre en mi corazón. Todavía no he visto ni oído a mi padre,
pero no tengo ninguna duda de que, algún día, cuando menos lo espere,
aparecerá y dirá: "¿Ya te dije hoy que te quiero?".
(Bobbie Probstein)
Envió: Roberto Azuero Valbuena.

El rey

Durante el invierno, el Rey Akbar paró en un lago para bañar sus manos y pies,
cerca al palacio. Al entrar en el lago, se dio cuenta de lo fría que estaba el agua
y dijo que daba una recompensa a quien se arriesgara a pasar una noche entera
en él.
Una persona de muy bajos recursos se ofreció a hacerla. Durante la noche, pasó
todo el tiempo dentro del agua, vigilado por los soldados del rey. Al día
siguiente, fue a reclamar su recompensa y los soldados confirmaron su hazaña.
Sin embargo, alguien que quería causar problemas, preguntó:

- Pero, cuéntame mi buen hombre, ¿qué hizo usted toda la noche?


- Bien, mientras estaba en el agua, miré hacia el palacio todo el tiempo.
- Es decir, a través de tu mirada fuiste capaz de obtener calor de la luz del
palacio. O sea, no has cumplido con tu parte, pues no has quedado en el agua
helada totalmente como se esperaba.
A pesar de lo injusto que sonó la afirmación, nadie se atrevió a cuestionarla, ni
siquiera el Rey. Birbal, su consejero, decidió corregir la injusticia. Así que invitó a
toda la corte a un almuerzo un día en su casa.
Después de muchas horas de espera y de preguntas, finalmente Birbal los llevó
a donde se cocinaba la comida. Vieron que la olla estaba colgada en un árbol...
¡a cinco metros del fuego!
- Pero, ¿qué estás haciendo, Birbal?, le preguntó enojado el rey.
- Estamos cocinando. Por alguna razón, ha llevado más tiempo que de
costumbre.
- Pero, ¡qué tontería! -comentó el cortesano; el mismo que había impedido la
recompensa al pobre hombre del lago- ¿Cómo es posible que una olla a cinco
metros de distancia reciba el calor del fuego?
- Bueno, si un hombre, a unos kilómetros de distancia, puede recibir el calor del
palacio, ¿no es lógico que esta olla también lo reciba?
Aclarado el punto, el rey mandó llamar al pobre hombre y le dio su merecida
recompensa.
La justicia es un don que tú tienes; ¿ya lo has desarrollado?
Envió: Víctor Escalante

Carta de un hijo a todos los padres del mundo


No me den todo lo que les pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto podré
obtener.
No me griten, los respeto menos cuando me gritan y me enseñan a gritar a mí
también y yo no quisiera gritar.
No me den siempre órdenes y más órdenes, si a veces me pidieran las cosas yo
lo haría más rápido y con más gusto.
Cumplan sus promesas, buenas o malas. Si me prometen un premio, quiero
recibirlo y también si es un castigo.
No me comparen con nadie (especialmente con mi hermano), si me presentan
como mejor que los demás alguie n va a sufrir y, si es lo contrario, seré yo quien
sufra.
No cambien de opinión tan pronto sobre lo que debo hacer. Decídanse y
mantengan esa decisión.
Déjenme valerme por mí mismo. Si hacen todo por mí, nunca podré aprender.
Corríjanme con ternura.
No digan mentiras delante de mí, ni me pidan que las diga por ustedes, aunque
sea para sacarlos de un apuro. No es apropiado, me hace sentir mal y pierdo la
fe en lo que ustedes me dicen. Cuando hago algo malo no me exijan que les diga
"por qué lo hice". A veces ni yo mismo lo sé.
Si alguna vez se equivocan en algo, admítanlo; así se robustece la opinión que
tengo de ustedes y me enseñarán a admitir mis propias equivocaciones.
Trátenme con la misma amabilidad y cordialidad con que tratan a sus amigos.
Por ser familia, no significa que no podamos ser también amigos.
No me pidan que haga una cosa si ustedes no la hacen. Yo aprenderé a hacer
todo lo que hacen aunque no me lo digan, pero difícilmente haré lo que dicen y
no hacen.
Cuando les cuente un problema mío, aunque les parezca muy pequeño, no me
digan: "No tenemos tiempo ahora para esas bobadas". Traten de
comprenderme, necesito que me ayuden. Los necesito.
Para mí es muy necesario que me quieran y me lo digan. Lo que más me gusta
es escucharlos decir: "Te queremos".
Abrácenme, necesito sentirlos muy cerca de mí.
No se olviden que yo soy, ni más ni menos, un hijo.
Envió: Marita Abraham.

28. Vitaminas para la fortaleza

Cuando Dios creó a los padres

Cuando Dios creó a los Padres, comenzó con una talla grande. Un ángel se le
acercó y le dijo: "¿Qué clase de Padre es ése? Si estás haciendo niños tan cerca
del suelo, ¿por qué pones al Padre tan arriba? No podrá jugar canicas sin
arrodillarse, arropar a un niño en cama sin torcerse la espalda o besar a un niño
sin encorvarse". Dios sonrió y dijo: "Sí, pero si le hago del tamaño de un niño,
¿como quién tendrían que crecer los niños?".
Y cuando Dios hizo las manos del Padre, éstas eran grandes. El ángel agitó su
cabeza y dijo: "Las manos grandes no pueden sujetar un pañal, abrochar
botones pequeños, poner una curita o quitar astillas a causa de jugar con un
bate de béisbol". De nuevo, Dios sonrió y dijo: "Lo sé, pero son lo
suficientemente grandes para sostener todo lo que un muchacho pequeño vacía
de sus bolsillos y todavía bastante pequeñas para acariciar la cara de un niño".
Entonces Dios amoldó piernas largas, delgadas Y hombros anchos. "¿Te has
dado cuenta que hiciste un Padre sin regazo?". El ángel lo dijo susurrando. Dios
contestó: "Una Madre requiere un regazo. Un Padre necesita hombros fuertes
para tirar un trineo, balancear a un muchacho en una bicicleta o sostener una
cabeza soñolienta de un pequeño como un gran malabarista".
Cuando Dios estaba en el medio de la creación se mostraron los pies más
grandes vistos hasta entonces. El ángel no pudo contenerse más: “Esto no es
confiable. ¿Honestamente crees que esos pies van a llegar rápido a la cama del
bebé cuando llore en las mañanas o andar a través de una fiesta de cumpleaños
sin pisar a los huéspedes?". Y Dios dijo: "Trabajarán. Ya lo verás. Soportarán y
tendrán la fuerza para pedalear, con un niño, un paseo en bicicleta por la
montaña o asustarán ratones en una cabaña de verano y mostrarán al pequeño
el desafío de llenar esos zapatos".
Dios trabajó toda la noche, dio al Padre pocas palabras, pero una voz firme para
mostrar autoridad; ojos que ven todo, pero con calma y tolerancia. Finalmente,
agregó lágrimas. Entonces se volvió al ángel y le dijo: "¿Ahora estás satisfecho?
¡Puede amar intensamente como lo hace una Madre!". El ángel no dijo más.
Envió: Fernando Macías Valadez
Sé feliz

Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A
partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y
por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la
gloria y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del
trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
En un recodo del camino vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de
vida".
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: "Estos
dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y
da vida con las personas que me rodean".
Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró
que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que les dedicaba a los
demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que
tanto había deseado. Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la
vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y
aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y
valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y
descansar.

Entendió
la que la felicidad
comprensión. Que son brota en ely corazón,
instantes momentos con
deelplenitud
rocío dely cariño, la ternura
bienestar; y
que está
unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que
siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.
Finalmente, descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que
sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: Amor, bondad,
reconciliación, perdón y donación total.
Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco
que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos". Ser feliz es una
actitud.
Envió: Fernando Macias Valadez
Una oportunidad para ti

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente cuando voy a mi trabajo


todos los días. Llego a la casa y mi esposa sirve lo mismo de la comida para
cenar, la cual no me gustó mucho que digamos y tengo que comerla. Voy a
entrar al baño y mi hija, de apenas año y medio, no me deja porque quiere jugar
conmigo, no entiende que estoy cansado y quiero entrar a él.
Después, tomo mi revista para leerla en mi sillón y mi hija nuevamente quiere
jugar y que la arrulle entre mis brazos; yo quiero leer mi revista y sale mi esposa
con su: "¿Qué tal me veo? Me arreglé para ti"; le digo que bien, sin despegar mis
ojos de mi revista. Para variar, se enoja conmigo porque dice que no la
comprendo y que nunca la escucho, no sé por qué se enoja si le pongo toda mi
atención; es más, aun viendo la T.V. la atiendo; bueno, siempre y cuando haya
malos comerciales... A veces quisiera estar solo y no escuchar nada. Solamente
quiero descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los
de mi casa.
Mi padre también me molesta algunas veces y, entre clientes, esposa, hija,
padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis
ojos, siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.
- Hola, vengo por ti.

- ¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?


- Me manda Dios por ti. Dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de
descansar.
- Eso no es posible, para eso tendría que estar...
- Así es. Sí lo estás; ya no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por
caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te
moleste. Es más: Jamás escucharás los consejos de tu padre.
- Pero... ¿Qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?
- No te preocupes; en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu
puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.
- ¿Y mi esposa y mi hijita?
-A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus
cualidades que tú nunca observaste en ella y él acepta con gusto todos sus
guisos sin reclamarle nada, porque, gracias a Dios y a ella, tiene algo que
llevarse a la boca todos los días, a diferencia de otras personas que no tienen
nada qué comer y pasan hambres hasta por meses; y, además, se preocupa por
tu hija y la quiere como si fuera de él y por muy cansado que llegue del trabajo,
le dedica tiempo para jugar; son muy felices.
- No, no puedo estar muerto.
- Lo siento, la decisión ya fue tomada.
- Pero... eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi hijita; ni a
decirle que amo a mi esposa; ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho
que los aprecio; ni darle un abrazo a mi padre; ya no volveré a vivir, ya no
existiré más, me enterrarán en el panteón y ahí se quedará mi cuerpo cubierto
de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían: "Amigo,
eres el mejor"; "Hijo mío, estoy orgulloso de ti"; "Cuánto amo a mi esposo";
"Hermano mío, qué bueno que viniste a mi casa"; "Papito..."
- No, no quiero morir; quiero vivir, envejecer junto a mi esposa, no quiero morir
todavía...
- Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme
para siempre.
- No, no quiero, no quiero. ¡Por favor, Dios!
- ¿Qué te pasa amor? ¿Tienes una pesadilla? - dijo mi esposa, despertándome.
- No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé,
de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, estando muerto ya nada
puedes
hacer lahacer y estando
voluntad vivo
de Dios. tienes
Una la oportunidad
vez cerrados denadie
tus ojos, hacerte
felices a los volver
garantiza demásay
abrirlos.

(Anónimo)
Envió: Viannette Daisley.

¿Tacaña?
Elisa Vásquez: ¿La avara de Sevilla?.. Utilizaba buses. Nada de taxis. A pesar de
su ancianidad, no quiso vivir con nadie. La hicieron entrar en un asilo durante un
mes, lo que bastó para que no volviera por allí jamás. Nunca compraba nada
para ella. Cuando necesitaba ropa, iba a los almacenes de segunda y compraba
ropa usada.
Vivía en uno de los barrios más pobres de Sevilla (España). Aunque movía dos
cuentas bancarias, nunca hizo gastos para ella... Una de esas cuentas, la
"grande", como la llamaba, era para los ahorros mayores, con el único deseo de
construir, algún día, un ancianato y ponerle el nombre de su esposo fallecido
hacía años. Murió al cumplir 90 años. Y dejó una fortuna de más de 1.800
millones de euros...
De su puño y letra se encontró su testamento en el que explicaba que, desde
hacía años, cualquier céntimo que ahorraba, lo hacía con ese exclusivo fin: ¡Para
los pobres!... ¿Tacaña...

(Cf. "El País", Madrid, España, lunes 15 de abril de 2002)

El capullo del gusano

Dos gusanos vivían en un frondoso árbol. En un momento dado, uno de ellos,


movido por un fuerte impulso, comenzó a encerrarse en un capullo de seda.
Hasta ese momento los dos habían sido grandes amigos.
- ¿Qué estás haciendo? -gritó espantado su compañero-. ¿Te has vuelto loco?
El impulso era tan fuerte que el gusano no respondió. Era un gusano que se
emocionaba con facilidad cuando hacía algo nuevo.
- ¿Ya has pensado lo que eso significa? -siguió su compañero, que era mucho
más reflexivo y prudente-. ¡Vas a aislarte del árbol! ¿Y las jugosas hojas que
estás dejando? ¿Y los nuevos brotes del tallo central? ¡No podrás comer ni
moverte por el árbol si te encierras ahí!
Dado que su compañero no respondía, el orador decidió buscar apoyo moral en
los demás gusanos y trajo unos cuantos junto al capullo de seda, que ya estaba
por terminarse.
- ¡No cierres aún, espera!
Y escuchó al coro de gusanos que decía: "Mira lo que dejas, mira lo que dejas..."
pero se encerró tras la seda, pues el impulso era muy fuerte y no podía
explicarlo. Los gusanos se quedaron mirando la cápsula de seda y pasaron toda
la tarde comentando el suceso. "Se volvió loco", decían. "¡Qué aburrida debe ser
la vida ahí dentro!" y "¡mira lo que se está perdiendo! ¿A quién le cabe en la
cabeza despreciar un árbol tan frondoso?..". "¿Tú te encerrarías ahí?.. ¡con lo
simpático y joven que era!".
Después de un tiempo encontraron el capullo roto y vacío. No supieron qué
pensar, así que decidieron mantener sus opiniones y seguir mascando hojas y
ramitas sin volver a tocar el tema del capullo de seda. Mientras tanto, una
mariposa hermosísima se alejaba del árbol volando en medio del atardecer.
¿Qué importa ir contra la corriente si el fruto de tu decisión te transforma en lo
que siempre soñaste, sin saberlo?
(P. Miguel Segura)
Envió: Fray Fernando Rodríguez.

El diablo se retira

Cierta vez corrió la voz de que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus
herramientas al mejor postor. En la noche de la venta, estaban todas las
herramientas dispuestas en forma que llamaran la atención y por cierto, era un
lote siniestro: Odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los
implementos del mal.

Pero un tanto
gastado, comoapartado delsido
si hubiese resto, había
usado un instrumento
muchísimas veces de forma
y cuyo inofensiva,
precio, sin muy
embargo, era el más alto de todos. Alguien le preguntó al diablo cuál era el
nombre de la herramienta. "Desaliento", fue la respuesta. "¿Por qué su precio es
tan alto?", le preguntaron. "Porque ese Instrumento -respondió el diablo- me es
más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano
cuando todos los demás me fallan y, una vez adentro, por medio del desaliento,
puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Está muy gastado porque lo
uso casi con todo el mundo y, como muy pocas personas saben que me
pertenece, puedo abusar de él"...
El precio de desaliento era tan, pero tan alto, que aún sigue siendo propiedad

del diablo... El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cual es


indispensable fortalecerse. Nos desalentamos con la situación económica, con
nuestro trabajo, con nuestra familia, con la necesidad de cambio, con los grupos
de amigos, con el engaño, con la mentira, con el desamor... Debemos
mantenemos alertas contra el desaliento. Si se presenta un tropezón o una caída
no hay que entregarse. Después de cada día se empieza, otra vez, desde un
punto más alto.

Envió: Ramón Mitre.

La ranita

Una ranita salió con una amiga a recorrer la ciudad, aprovechando los charcos
que dejara una gran lluvia. Ustedes saben que las ranitas sienten una especial
alegría luego de los grandes chaparrones y que esta alegría las induce a salir de
sus refugios para recorrer mundo.
Al pasar frente a una finca de las afueras, se encontraron con un gran edificio
que tenía las puertas abiertas. Llenas de curiosidad se animaron mutuamente a
entrar. Era una quesería. En el centro de la gran sala había una enorme tina de
leche. Un tablón permitió a ambas ranitas trepar hasta la olla grande, en su afán
de ver cómo era la leche.
Pero, calculando mal el último salto, se fueron las dos de cabeza dentro de la
tina, zambulléndose en la leche. Lamentablemente pasó lo que suele pasar: Caer
fue una cosa fácil; salir era el problema. Porque, desde la superficie de la leche
hasta el borde del recipiente, había como dos cuartas de diferencia. Y aquí era
imposible ponerse de forma vertical. El líquido no ofrecía apoyo ni para erguirse
ni para saltar.
Comenzó el pataleo. Pero, luego de un rato, la amiga se dio por vencida.
Constató que todos sus esfuerzos eran inútiles y se tiró al fondo. Lo último que
se le escuchó fue: "Glu-glu-glu", que es lo que suelen decir los que se dan por
vencidos.
Nuestra ranita, en cambio no se rindió. Se dijo a sí misma que, mientras viviera,
seguiría pataleando. Y pataleó, pataleó y pataleó. Tanta energía y constancia
puso en su esfuerzo que, finalmente, logró solidificar la nata que había en la
leche y, parándose sobre el pan de mantequilla, puso un pie y saltó hacia afuera.
(María Inés Casalá. Publicado en Diálogo 57)
¿Una mamá?

Las mamás existen de todos los tamaños, colores y formas.


Traen alegría y esperanza.

Ellas manejan, vuelan, caminan, corren o escriben por correo electrónico para
demostrarte cuánto le importas.
Hospedan en el vientre a otras personas, las ofrecen al mundo y después
quedan ciegas, ante la belleza de los hijos que engendraron.

Dan las alas y enseñan a volar, pero no quieren verlos partir, aunque sepan que

no son de su propiedad.
Piensan con el corazón; actúan por la emoción y vencen por el amor. Aman
incondicionalmente.
Sonríen cuando quieren gritar; cantan cuando quieren llorar.
Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que quieren. No toman un "no" por respuesta cuando creen que
hay una mejor solución.
Andan sin zapatos nuevos para que sus hijos los puedan tener.
Experimentan miles de emociones en un solo día y transmiten cada una de ellas
con una sola mirada.
Saben que un beso y un abrazo pueden curar un corazón herido.
Andan buscando la perfección y viven tratando de buscar disculpas para los
errores de aquellos a quienes aman.
Como alquimistas, transforman en luz y sonrisas los dolores que sienten en el
alma, solamente para que nadie lo note y aún tienen fuerzas para dar consuelo a
quien se acerca a llorar sobra su hombro.
Dan compasión e ideales, dan apoyo moral a sus hijos y familiares.
El corazón de una madre es lo que hace al mundo girar.
Envió: Fray Fernando Rodríguez.
29. Vitaminas para la templaza

La gota de agua

"¿A que no saltas?", dijo una gotita a la otra. "¿Crees que tengo miedo? ¡Yo soy
bien valiente!", respondió la otra. "¡No, no es eso -dijo la primera-. Tú sabes que
no necesito ir sola, sino todas juntas, para que hagamos una buena lluvia. Y si
hacemos una buena lluvia, vamos a poner muy contentos a todos los cam-
pesinos...". Pero la segunda gota le replicó: "¡Qué tontería, todas juntas! Yo sola
puedo tirarme y lucir hermosa con el sol. Ya verán", Y la gota tomó impulso,
juntó las manos Y izas! se lanzó de cabeza al vacío. Las gotitas, todas, miraban
asombradas cómo su hermana descendía rápidamente hacia la tierra.
La gota que quería hacer ella sola la lluvia, llegó a la tierra sedienta y ni siquiera
alcanzó a mojar un pétalo de flor. Mientras tanto, arriba, en la nube, las gotitas
dijeron: ¡A la una, a las dos y a las tres, ya! Y todas juntas saltaron a la vez. ¡Qué
linda lluvia! La tierra se pintó de verde y las flores sonrieron. Las gotitas
buscaron a su hermana, la que quiso hacer la lluvia sola y no la encontraron. La
tierra dijo: "Una gotita loca cayó y murió, No sirvió para nada; en cambio, todas
juntas: ¡Qué aguacero! ¡Qué lluvia buena para mí!", Y ¡qué alegría para los
campesinos!

(Anónimo)

Un verdadero hombre

Mi padre, un hombre trabajador, responsable, de poco diálogo, además de


deportista (no fuma, no bebe), un día, de esos raros, platicó conmigo por largo
tiempo; yo tenía 15 años. Me contó muchas cosas de su vida desde su infancia
(la cual yo ya conocía).
Me comentó que era el mayor de 13 hermanos en una familia de extrema
pobreza, que vivía entre el alcohol y las drogas, tuvo que aprender a ser padre
de sus hermanos desde los 3 años. Vendía chicles para alimentarlos, pues su
madre tenía que salir a lavar lo ajeno o permanecer en un hospital con algún hijo
enfermo y que no le pasara algo a sus hermanos durante el día porque tendría
una golpiza segura.
Al entrar a la escuela primaria, sus cuadernos y lápices eran los desperdicios de
sus demás compañeros; a los 12 años, ya para graduarse de primaria, hubo un
incendio en la vecindad donde vivía y no quedó nada; para poder presentarse a
la graduación, una maestra le prestó una blusa para utilizarla, en lugar de su
camisa blanca. A esta edad, se paraba frente a su padre con las manos atrás
cuando ebrio quería golpear a su madre y le decía: "Pégueme a m í pero a ella
no la va a tocar".
A los 15 años su padre le dijo: "Es hora de que te conviertas en hombre, te
llevaré al lugar ideal" y su respuesta fue: "Padre, usted me podría llevar a donde
quiera, pero eso no me hará más hombre; es más hombre el que puede vivir
entre tanta mugre sin ensuciarse".
Estos son sólo algunos aspectos de una vida difícil, por lo cual, desde aquel
diálogo, aprendí lo que es ser un verdadero hombre. Y valorar y amar más a mi
padre, pues él ha sido siempre una persona que respetó y amó a sus padres.

Envió: José Juan Dávila Moreno.


30. Vitaminas para la prudencia

Las ratas

Después de la Segunda Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil


avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo. Poco después
de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó
un ruido extraño que venía de detrás de su asiento. Volteó y se dio cuenta que
había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil
avión.
Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado
pasajero. Pero, de repente, recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.
Así que tomó la opción de subir volando cada vez más alto y así, poco a poco,
cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.
Moraleja:
a. Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia, VUELA MÁS
ALTO.
b. Si te critican, VUELA MÁS ALTO.
c. Si te hicieran alguna injusticia, VUELA MÁS ALTO. Acuérdate siempre que las
ratas no resisten las grandes alturas...

Envió: Lucho Muñoz.

Aceptar

En todos los juicios que yo hago sobre ti, ¿hay un juicio sobre mí mismo? Y
ambos son igualmente ciertos o falsos. Mientras piense que yo estoy en
posesión de la verdad y tú no lo estás, crearé separación, desigualdad y
estableceré las bases para que el sufrimiento se instale en mi vida. Lo mismo
ocurre si pienso que tú posees la verdad y yo no. La realidad es que ambos
poseemos una parte de la verdad y una parte de ilusión.
Cuando sentimos que la otra persona nos acepta tal y como somos, tenemos la
motivación para adaptamos el uno al otro. Adaptarse es hacerle al otro un lugar
junto a nosotros; es no imponerse ni que se nos impongan.
El amor es aceptación. Si pretendemos cambiar a quienes amamos surgen los
grandes conflictos, las discusiones, nace el dolor y, poco a poco, el amor muere.
El amor no muere de un día para otro, comienza a apagarse lentamente como
las luces del cine antes de comenzar la película.
Aceptar al otro con sus defectos, con sus virtudes, con su forma de ser que
puede ser diametralmente opuesta a la nuestra, es amarlo. El amor es un
sentimiento que no debe ser analizado, se siente y como tal debemos asumir lo
que sentimos y dejarnos llevar. Debemos enamoramos de las diferencias y no
sólo de las semejanzas porque AMOR son dos personas que comienzan a ser
una, sin dejar de ser ellas mismas.

(Anónimo)
Envió: Edwin Valdés.
31. Vitaminas diarias para la Fe

Niña de 5 años, maestra en la Fe

En el Colegio Nuestra Señora del Pilar, Chapinero, en Bogotá, durante un Taller


de Escuelas de Padres de Familia, acerca de la Fe, en el 2º. semestre de 2001,
pidió la palabra uno de los participantes y dijo:
- Hoy doy un testimonio personal de algo que nunca creería ni yo mismo. Al decir
estas palabras, todos guardaron silencio; conocían muy bien a quien hablaba,
pues no era muy dedicado a las cuestiones religiosas.
En mí mismo sucedió algo extraordinario. Tenía un cáncer terminal y, como
médico que soy, no lo podía creer, a pesar del dolor continuo de mi cabeza. Fui a
varias clínicas,no
Total, aunque mequería
hice tomar radiografías
reconocerlo, y todaslas
ahí estaban daban el mismo
pruebas: resultado.
¡Cáncer terminal
en mi propio cráneo!
El silencio era absoluto en el salón de conferencias.
- Una noche me puse a llorar junto a mi esposa, pues tenía que enfrentarme a
tan fatal realidad. Ella no sabía qué decirme. Sólo me abrazaba. Pero, tras la
puerta, estaba mi pequeña hijita de tan sólo 5 años, estudiante del Colegio del
Pilar que hoy nos acoge. En silencio, ella vino y nos abrazó a los dos y con su
prudencia mostró comprensión. Preguntó: ¿Qué te dijo el médico, papito? "Nada
grave", contesté procurando disimular mis lágrimas.

- Pero tú eres médico. Los exámenes y tu dolor de cabeza de todos los días...
¿qué te dicen? Su tono era patético y digno de personas de mayor edad.
- Sí, estoy algo malito...
La niña me abrazó con inmensa ternura, hasta hacerme llorar en sus brazos. Me
dijo suavemente:
- Tranquilo, papito, mientras acariciaba la zona parietal en la que yo sufría los
terribles dolores.
Esa noche me dejé guiar por ella. Me tomó de la mano, me llevó a la cama, se
sentó a la orilla, me recosté y, como si fuera una persona adulta, sentenció:
- i Dios no me falla!
Hizo que pusiera mi cabeza en sus piernecitas, colocó sus manos en la zona
dolorida de mi cabeza y, con una fe y una confianza inauditas, dijo:
- Mamita, vamos a orar por la salud de mi papito. Yo sé una oración. Y, con sus
manos impuestas en mi cabeza, cerrando los ojos, volvió a afirmar, con un
énfasis extraño:
- ¡Dios no me falla! -y añadió-: Mamita, recemos.
Cerrando sus ojitos, lentamente rezó la Oración a la Virgen del Pilar que les
enseñan en el Colegio, con una devoción y unción tan profunda que yo mismo
estaba conmocionado. Sin saber cómo, yo sentía algo raro por dentro de mi
propio cerebro. Realmente me estaba recuperando en el regazo de mi pequeño
ángel que oraba con tal confianza. Terminó de orar a la Virgen y añadió
peticiones:
- Tú, Dios mío, no me puedes fallar. Mi papacito tiene que quedar bueno. Tú no
me fallas. No puedes llevarte a mi papito, tú no me fallas. No podemos quedar
solitas, mamá y yo...
Mi sentimiento se tornaba en gigante respeto por una personita que me estaba
dando muestras de tan gran madurez y confianza en Aquél que yo estaba
dejando a un lado... Mi ángel pequeñito me estaba dando lecciones profundas de
Fe...
Lo cierto es que me comenzaron a pasar los fortísimos dolores y, por insistencia
de mi mujer, fui a la última clínica en la que me habían tomado las radiografías.
Tomaron una y nada, otra y nada. Llamaron a la persona que había hecho las
últimas y era la misma que estaba allí en Rayos X. ¡Optaron por volver a hacer
otras y no encontraron nada! No podía creer que mi cáncer terminal en el
cerebro se hubiera ido, así como así...
Me fui a las otras clínicas en las que yo mismo había estado haciéndome tomar
varias radiografías, pues, como médico, no quería aceptar que estuviera en ese
estado y, ¡oh sorpresa tan grande! i En ninguna de ellas aparecieron rastros del
mal tan terrible!
Entienden, queridos padres de familia, ¿por qué he vuelto a Dios y que mi
pequeña, de sólo 5 años, ha sido mi gran maestra en la Fe?
Cuando terminó de exponer su vivencia, todos llorábamos... en silencio.

(Hna. Aracely Barajas, Rectora) (6)


__________________
(6) La Hermana Aracely Barajas, de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, murió
sorpresivamente en un accidente de tránsito, después de haber dictado el anterior articulo, pues
fue testigo de lo ocurrido. Su recuerdo es imperecedero para el Colegio Nuestra Señora del Pilar
de Chapinero en Bogotá, de donde era su Rectora y Directora de la Escuela de Padres. ¡Paz en su
tumba!
¿Todavía habla Dios con nosotros?

Un joven fue a una reunión de estudio bíblico en la casa de un matrimonio


amigo. El matrimonio dividió el estudio entre oír a Dios y obedecer la Palabra del
Señor. El joven no podía dejar de querer saber si "Dios aún habla con las

personas".
Después de la asamblea, salió a tomar un café con los amigos que estaban ahí
para discutir un poco más sobre el mensaje de esa noche. De formas diversas
ellos hablaban cómo Dios había conducido sus vidas de maneras tan diferentes.
Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando el joven se despidió de sus
amigos y se dirigió a su casa. Sentado en su automóvil, comenzó a pedir: "Oh
Dios! Si aún hablas con las personas, habla conmigo. Yo te escucharé. Haré todo
para obedecerte".
Mientras iba por la avenida principal de la ciudad, tuvo un pensamiento muy
extraño, como si una voz hablara dentro de su cabeza: "Para y compra un litro
de leche". El movió su cabeza y dijo en voz alta: "¿Dios, eres tú, Señor?". No
obtuvo respuesta y continuó dirigiéndose a su casa. Sin embargo, nuevamente,
surgió el pensamiento: "Compra un litro de leche".
El joven pensó en Samuel y cómo no reconoció la voz de Dios... "¡Muy bien, Dios!
-dijo el joven en voz alta-. Te obedeceré y voy comprar la leche. Esto no parece
ser una prueba de obediencia muy difícil". Total, él podría también usar la leche.
Así que paró, la compró y reinició su camino a casa.
Cuando pasaba por la avenida séptima, nuevamente sintió un pedido: "Gira en
aquella calle". Esto es una locura, pensó y pasó de largo. De nuevo sintió que
debería habar girado en la séptima. En el siguiente retorno, volvió y se dirigió
por la avenida séptima. Medio bromeando, dijo en voz alta: "Muy bien, Dios. Lo
haré".
Siguió avanzando por algunas cuadras, cuando de repente sintió que debía
parar. Se detuvo y miró a su alrededor. Era un área comercial y residencial. No
era la mejor, pero tampoco la peor de la vecindad.
Los establecimientos estaban cerrados y la mayoría de las casas estaban a
oscuras, como si las personas ya se hubieran ido a dormir, menos una que
estaba cerca.
Nuevamente, sintió algo: "Ve y dale la leche a las personas que están en aquella
casa del otro lado de la calle".
El joven miró la casa. Comenzó a abrir la puerta del carro, pero se volvió a
sentar. "Señor, esto es una locura. ¿Cómo puedo ir a ese sitio extraño, en medio
de la noche?". Una vez más, sintió el deseo de ir a dar la leche. Finalmente, abrió
la puerta.
- Muy bien, Dios, si eres el Señor, iré y entregaré la leche a aquellas personas. Si
el Señor quiere que yo parezca un idiota, muy bien. Yo quiero ser obediente.
Pienso que esto va a contar para algo; sin embargo, si ellos no responden
inmediatamente, me iré en el mismo momento.
Atravesó la calle y tocó la campanilla. Pudo oír un barullo que venía desde
dentro, parecido al llanto de una criatura. La voz de un hombre sonó alto:
"¿Quién está ahí? ¿Qué quiere?". La puerta se abrió antes de que el joven
pudiera huir. De pie estaba un hombre vestido de jeans y camiseta. Tenía un
olor extraño y no parecía contento de ver a un desconocido en la puerta de su
casa.
"¿Qué pasa?", le preguntó al joven. Éste no dijo nada y sólo le entregó la botella
de leche. Luego le dijo: "Compré esto para ustedes". El hombre cogió la leche y
corrió dentro mientras decía algo en voz alta. Después, una mujer pasó por el
corredor cargando la leche en dirección a la cocina. El hombre la seguía,

sosteniendo
del hombre yen brazos
luego una criatura
comenzó queen
a hablar, lloraba.
medioLágrimas corrían por el rostro
de su llanto:
- Nosotros oramos. Teníamos muchas cuentas que pagar este mes y nuestro
dinero se acabó. No teníamos más leche para nuestro bebé. Apenas recé, le pedí
a Dios que me mostrara una manera de conseguir leche.
Su esposa gritó desde la cocina: "Recé para que me mandara un ángel con un
poco de... ¿Usted es un ángel?". El joven tomó su cartera y sacó todo el dinero
que había en ella y lo colocó en las manos del hombre. Se dio media vuelta y se
fue a su vehículo, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Él experimentó
que Dios todavía responde los pedidos justos y verdaderos.

(Anónimo)

Confesándose con Dios... por medio del sacerdote

Cierto día, en Misa, un amigo dirigiéndose a otro le comentaba:


- Me alegra que por fin te hayas decidido a confesarte... y a comulgar.
- ¿Confesarme yo? -decía el interpelado-. No, no soy tan tonto.

Los curas no son necesarios; son hombres como tú y como yo y lo que hago es
confesarme con Dios: Le cuento lo que me pasa, le pido perdón y listo.
- Es interesante -respondió su amigo-, ver lo inteligente que eres. La verdad, es

posible quecabe
que no me tengas
en razón y que
la cabeza estodos
cómolos
un demás
hombreseamos unos imbéciles,
de tu inteligencia pero en
se queda lo
la mitad.
- ¿La mitad? No te entiendo, preguntó el otro.
- Sí, hombre -contestó-. Tú has comulgado y te has arrodillado ante el Sagrario.
Pues bien, dada tu mente inteligente y abierta, lo más lógico sería que fueras al
mercado y compraras un poco de pan, lo consagraras tú, comulgaras y te
guardaras el resto en una urna, ¿no? Pero, quedarte a medias...
- Yo no puedo consagrar. Ese poder Dios se lo concedió sólo a los sacerdotes y,
gracias amigo, me has hecho ver claro. Tengo suerte, aún hay un confesionario.

Envió: Agustín Filgueiras.

El conejito y los perros

Un rey había ido de cacería y vio que sus perros perseguían a un pequeño
conejo blanco. Cuando el conejito vio que los perros ya estaban cerca de él, se
dio un giro y corrió en dirección contraria, arrojándose en brazos del cazador.
Profundamente
consigo al conejoconmovido
y lo cuidó.por
Noesta
dejómanifestación de confianza,
que nadie lo molestara, sinoelque
reyse
llevó
ocupó
de él y lo curó personalmente.
Mira, cuando nos sentimos indefensos, sólo debemos arrojarnos en los brazos de
Dios. Entonces Él se conmoverá con nuestra confianza y podrá recompensar
nuestro acto de fe.
Envió: Elizabeth Ruth Obrad.

El sueño de María
No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento
de nuestro Hijo. Sí, creo que era acerca de esto. La gente estaba haciendo
preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraba las casas y compraba
ropas nuevas. Salían muchas veces de compras y adquirían regalos. Era muy
peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con
hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, todo lo colocaban debajo
de un árbol adornado.
Sí, era un árbol, José, dentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol
también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura
en lo alto del árbol. Me parecía ver un ángel. ¡Oh! Era verdaderamente hermoso.
Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los
regalos, se los intercambiaban unos con otros. José, lo triste es que no quedó un
solo regalo para nuestro Hijo.
Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca se les oyó que mencionaran
su nombre. ¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas
para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen? Tuve la extraña
sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado presente, en esa celebración
hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso, José, todo el
mundo feliz; pero yo sentí ganas enormes de llorar.
Y así lo hice. Qué tristeza para Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta
de cumpleaños.
Me alegré al despertarme. Qué contenta me siento porque sólo fue un sueño.
Pero qué terrible José, si eso hubiese sido realidad.
(Anónimo)

Explicar a Dios

A los 20 años de edad, John Dee empezó a escribir su gran libro sobre Dios.
Cuando cumplió 30 años terminó el primer tomo. Pasaron cinco años más y
concluyó el segundo. Al llegar a los 40 dio cima al tercero. Se desesperaba el
filósofo, pues su obra debía tener 50 tomos. En menos no se podía definir a Dios.
Un día, John Dee salió de la biblioteca a respirar el aire mañanero. Una
muchacha que volvía del mercado lo miró al pasar. El resto de la historia es
corto: Las historias de amor son siempre cortas. Se enamoró John Dee de la
muchacha y de aquel amor nació un hijo. "Este es el libro de Dios -afirmaba John
Dee mientras mecía en sus brazos al pequeño-. Quizá después vendrán otros
volúmenes, pero éste basta para explicar a Dios".

(Armando Fuentes Aguirre)


Envió: Selene Delgado.

Jesús conmigo

Había una pareja de ateos que tenían una niña; dichos padres jamás le hablaron
de Dios. Una noche, cuando la niña tenía 5 años, sus padres pelearon y el papá
le disparó a la mamá y después se suicidó. Todo esto sucedió delante de la niña.
Luego fue enviada a un hogar adoptivo. Su nueva mamá, Cristina, la llevó a la
iglesia. Ese día la mamá le explicó a la maestra de catecismo que la niña jamás
había escuchado hablar de Jesús y que, por favor, le tuviera paciencia.
La maestra tomó una figura de Jesús y le preguntó a los niños: "¿Alguno de
ustedes sabe quién es esta persona?". La pequeña niña respondió: "Yo sé,
maestra, ¡ese es el señor que estuvo tomando mi mano la noche en la que mis
padres murieron!".

Envió: Manuel Rodríguez.

Santa Claus (Papá Noel) y Jesús

Si te portas bien, Santa puede dejar un regalo en el árbol.


Santa vive en el Polo Norte,
Santa se pasea en trineo;
Santa viene una vez al año;
Santa llena tus calcetines con regalitos;
Santa baja por tu chimenea.
Para tomarte una foto con Santa tienes que hacer fila;
Santa te deja sentar en su regazo;

Santa
Santa tiene
tiene que
una preguntarte:
barriga llena "¿Cómo te llamas?";
de algodón;
Santa se ríe "jo, jo, jo".
Los ayudantes de Santa hacen juguetes.
Santa te hace reír.
Jesús, sin import ar cómo te comportes, hizo el regalo de su vida, la qua ofrendó
por ti.
Jesús está en todas partes.
Jesús camina entre nosotros y camina sobre las aguas.
Jesús siempre está a tu lado para ayudarte.
Jesús suple todas tus necesidades.
Jesús toca a tu puerta aunque no tengas chimenea, después entra en tu corazón
cuando tú lo invitas.
Jesús está siempre a tu lado cada vez que mencionas su nombre.
Jesús te ofrece su hombro y sus brazos para consolarte.
Jesús sabe tu nombre desde antes que nacieras, conoce tu pasado y tu futuro.
Jesús es delgado, pero tiene su corazón lleno de amor.
Jesús sabe que a veces las risas no son lo único que necesitas, sino ayuda y
esperanza.
Jesús hace nuevas vidas, repara corazones y arregla hogares destrozados.

Jesús
saludotede
puede
"Felizhacer volverme
Navidad", a vivir. Por esoatedecirle
acompañes pido que, en el
a todo vez de un vacío
mundo:
"¡FELICIDADES, HOY JESÚS NACIÓ POR TI!".

(Anónimo)
Envió: P. José Antonio Muguerza.

¿Sabes cuál es el valor de una misa?


Hace muchos años, en la ciudad de Luxemburgo, un capitán de la guardia
forestal se entretenía en una animada conversación con un carnicero cuando
una señora, ya mayor, entró a la carnicería. Ella le explicó al carnicero que
necesitaba un pedazo de carne, pero que no tenía el dinero para pagarlo.
Mientras tanto, el capitán encontró la conversación entre los dos muy
entretenida, "un pedazo de carne, pero ¿cuánto me va a pagar por eso?",
preguntó el carnicero. La señora le respondió: "Perdóneme, no tengo nada de
dinero, pero iré a Misa por usted y rezaré por sus intenciones". El carnicero y el
capitán eran buenos hombres pero indiferentes a la religión y se empezaron a
burlar de la respuesta de la mujer.
"Está bien -dijo el carnicero-, entonces usted va a ir a Misa por mí y cuando
regrese le daré tanta carne como pese la Misa". La mujer se fue a Misa y
regresó. El carnicero cogió un pedazo de papel y anotó la frase: "Ella fue a Misa
por mí" y lo puso en uno de los platos de la balanza y en el otro plato colocó un
pequeño hueso. Nada sucedió e inmediatamente cambió el hueso por un pedazo
de carne. El pedazo de papel pesó más.

Los dos hombres


Colocaron un grancomenzaron a avergonzarse
pedazo de carne en uno de de
losloplatos
sucedido,
de la pero continuaron.
balanza, pero el
papel siguió pesando más. Entrando en desesperación, el carnicero revisó la
balanza, pero todo estaba en perfecto estado. "¿Qué es lo que quiere buena
mujer, es necesario que le de una pierna entera de cerdo?", preguntó. Mientras
hablaba, colocó una pierna entera de carne de cerdo en la balanza pero el papel
seguía pesando más. Luego un pedazo más grande fue puesto en el plato, pero
el papel siguió pesando más.
Fue tal la impresión que se llevó el carnicero que se convirtió en ese mismo
instante y le prometió a la mujer que todos los días le daría carne sin costo
alguno. El capitán dejó la carnicería completamente transformado y se convirtió

en un fiel asistente
sacerdotes, de Misas
uno de ellos todos
jesuita losotro,
y, el días.del
Dos de susCorazón.
Sagrado hijos se hicieron
El capitán los
educó de acuerdo con su propia experiencia de fe.
Luego, advirtió a sus dos hijos que "deberán celebrar Misa todos los días
correctamente y que nunca deberán dejar el sacrificio de la Misa por algo
personal". El Padre Stanislao, quien fue el que me contó todos los hechos, acabó
diciéndome: "Yo soy el sacerdote del Sagrado Corazón y el capitán era mi
padre".
(Anónimo)
El muro

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que
querían matarlo. Ingresó a una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo
por otras cercanas a la que él se encontraba. Con tal desesperación elevó una
plegaria a Dios, de la siguiente manera: "Dios todopoderoso, haz que dos ánge-
les bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".
En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva y vio que
apareció una arañita. Empezó a tejer su tela en la entrada. El hombre volvió a
elevar otra plegaria, esta vez más angustiado: "Señor, te pedí ángeles, no una
araña". Y continuó: "Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro
fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".
Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada y observó al animalito
tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva vecina
a la que se encontraba el hombro y éste se resignó a esperar su muerte. Cuando
los malhechores se detuvieron frente a la cueva en la que se encontraba el
hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó esta
conversación:
Primer hombre: Vamos, entremos a esta cueva.
Segundo hombre: No. ¿No ves que hay telarañas? Nadie ha entrado en esta
cueva. Sigamos buscando en las demás cuevas.
"La fe consiste en creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo
imposible". "Si le pides a Dios un árbol te lo dará, en forma de semilla". Pedimos
cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios
nos da aquellas con las cuales nos muestra que con cosas muy sencillas, Él
puede hacer mucho más. Si has pedido un muro y no ves sino una telaraña,
recuerda que Dios puede convertir las cosas... y confía en Él.
Envió: María del Carmen Reyes González.

El mantel

Una linda historia que confirma que las casualidades no existen. DIOS también
se apoya en nosotros. El nuevo sacerdote, recién asignado a su primer ministerio
para reabrir una iglesia en los suburbios de Brooklyn, Nueva York, llegó a
comienzos de octubre entusiasmado con sus primeras experiencias.
Cuando vio la iglesia se encontró que estaba en pésimas condiciones y requería
de mucho trabajo de reparación. Se fijó la meta de tener todo listo a tiempo para
oficiar su primer servicio en la Nochebuena. Trabajó arduamente, reparando los
bancos, empañetando las paredes, pintando, etc. y para 18 de diciembre ya
había casi concluido con los trabajos, adelantándose a la meta trazada.
El 19 de diciembre cayó una terrible tempestad que azotó el área por dos días
completos. El 21 el Sacerdote fue a ver la iglesia. Su corazón se entristeció
cuando se dio cuenta que el agua se había filtrado a través del techo, dañando
un área considerable del pañete, de unos 20 pies por 8 pies que cayó de la
pared frontal del santuario, exactamente detrás del púlpito, dejando un hueco
que empezaba como a la altura de la cabeza.
El sacerdote limpió el desastre en el piso y no sabiendo qué más hacer, sino
posponer el servicio litúrgico de Nochebuena, salió para su casa. En el camino
notó que una tienda local estaba llevando a cabo una venta del tipo "mercado
de pulgas" o bazar, con fines caritativos y decidió entrar. Uno de los artículos era
un hermoso mantel hecho a mano, color hueso, con un trabajo exquisito de
aplicaciones, bellos colores y una cruz bordada en el centro. Era justamente el
tamaño adecuado para cubrir el hueco en la pared frontal.
Lo compró y volvió otra vez hacia la iglesia. Estaba comenzando a nevar. Una
mujer mayor iba corriendo desde la dirección opuesta tratando de alcanzar el
autobús, pero finalmente lo perdió. El Sacerdote la invitó a esperar en la iglesia
donde había calefacción, por el próximo autobús que tardaría 45 minutos más en
llegar. La señora se sentó en el banco sin prestar atención al pastor, mientras él
buscaba una escalera, ganchos, etc., para colocar el mantel como tapiz en la
pared.
El sacerdote apenas podía creer lo hermoso que lucía y cómo cubría toda el área
del problema. Entonces miró a la mujer que venía caminando hacia abajo, desde
el pasillo del centro. Su cara estaba blanca como una hoja de papel. "Padre,
¿dónde consiguió usted ese mantel?". El padre le explicó.
La mujer le pidió revisar la esquina inferior derecha para ver si las iniciales EGB
aparecían bordadas allí. Sí estaban. Estas eran las iniciales de la mujer y ella
había hecho ese mantel 35 años atrás en Austria. La mujer apenas podía creerlo
cuando el Pastor le contó cómo acababa de obtener el mantel. La mujer le
explicó que antes de la guerra ella y su esposo tenían una posición económica
holgada en Austria. Cuando los Nazis llegaron, la forzaron a irse. Su esposo
debía seguirla la semana siguiente. Ella fue capturada, enviada a prisión y nunca

volvió a ver a su esposo.


El sacerdote la llevó en el carro hasta su casa y ofreció regalarle el mantel, pero
ella lo rechazó diciéndole que era lo menos que podía hacer. Se sentía muy
agradecida, pues vivía al otro lado de Staten Island y solamente estaba en
Brooklyn por el día, para un trabajo de limpieza de casa.
¡Qué maravilloso fue la liturgia de la Nochebuena! La iglesia estaba casi llena. La
música y el espíritu que reinaban eran increíbles. Al final de la celebración, el
sacerdote despidió a todos en la puerta y muchos expresaron que volverían. Un
hombre mayor, que el pastor reconoció del vecindario, seguía sentado en uno de
los bancos mirando hacia el frente y el Padre se preguntaba por qué no se iba. El
hombre le preguntó dónde había obtenido ese mantel que estaba en la pared del
frente, porque era idéntico al que su esposa había hecho años atrás en Austria,
antes de la guerra y ¿cómo podía haber dos manteles tan idénticos?
Él le relató al Padre cómo llegaron los Nazis y cómo forzó a su esposa a irse,
para la seguridad de ella y cómo él estaba dispuesto a seguirla, pero había sido
arrestado y enviado a prisión. Nunca volvió a ver a su esposa ni a su hogar en
todos aquellos 35 años.
El pastor lo invitó a llevarlo con él a dar una vuelta. Se dirigieron en el carro
hacia Staten Island, hasta la misma casa donde el padre había llevado la mujer
tres días atrás. Le ayudó al hombre a subir los tres pisos de la escalera que
conducían al apartamento de la mujer, tocó a la puerta y presenció la más bella
reunión de Navidad que pudo haber imaginado.
Una historia real ofrecida por el padre Rob Reid. ¡Quién dice que Dios no trabaja
en formas misteriosas!
Envió: Saulo Reyes.

Estoy contigo

A veces es difícil encontrar la respuesta a esa sencilla pregunta. ¿Para qué


buscarte? Me preguntaba... ¿Qué gano con seguirte? Me cuestionaba... ¿Por qué
he de hacer tu voluntad? Me replicaba... Y hoy, estando solo y con miles de
problemas encima, hoy cuando los que creí mis amigos me han abandonado,
hoy cuando más solitario me siento y atareado me encuentro, vienen a mi
mente las respuestas a estas preguntas, pues en medio de los problemas, sin
importar cuánto le he fallado, Tú sigues firme a mi lado.
En medio del cansancio siento tus brazos sostenerme. Y entre el bullicio de cada
día y los problemas que me agobian, escucho tu dulce voz susurrarme al oído:
"Calma, estoy contigo". Y ahora me doy cuenta de que todo vale la pena y que
aquellas dudas no eran más que trampas de mi enemigo para evitar tu consuelo,
tu paz, tu compañía.
Gracias, Señor, porque a pesar de todas mis dudas, me recibiste en tu seno y
siempre que te cuestionaba sonriendo me decías: "Tranquilo, que ya llegará uno
de esos días".
Envió: Pedro Mesías.

Juan 3, 16

En la ciudad de Chicago, una noche de invierno soplaba un fuerte viento. Un


niñito vendía periódicos en un rincón, tratando de guarecerse del frío
inclemente. Realmente, no vendía mucho, lo que intentaba era no congelarse de
frío. Vio a un policía, se le acercó y le preguntó: "Señor, ¿sabrá usted de algún
refugio donde un niño pueda dormir esta noche? Normalmente duermo en una
caja de cartón que guardo en el callejón, pero es que esta noche hace
demasiado frío y me gustaría estar en un lugar caliente".
El policía miró al chico y le dijo: "Baja por esta calle, hasta una casa blanca, toca
a la puerta y cuando te abran solamente di: 'Juan 3,16' Y te dejarán pasar". El
niño obedeció,
puerta, llegó
el niño la a la
miró casa
y le dijo:y "Juan
tocó a3,16".
la puerta. Una gentil señora abrió la
La señora le contestó: "Pasa, hijo mío". Lo toma de la mano y lo sienta en una
mecedora cerca de una vieja chimenea que estaba encendida. La señora sale de
la habitación y el chico piensa por un breve instante: La verdad es que no
entiendo a Juan 3,16, pero en verdad puede hacer que un chico se caliente en
una noche fría.
Al rato, la señora regresa y le pregunta al chico: "¿Quisieras comer?". Respondió:
"Hace días que no como y no me vendría nada mal un poco de pan". La señora
tomó al niño da la mano, lo llevó a la cocina y lo sentó en una mesa llena de
exquisitos manjares. El chico comió y comió hasta que ya no pudo más y
entonces pensó: La verdad es que no entiendo a Juan 3,16, pero es seguro que
llena un estómago hambriento.
Al terminar, la señora llevó al chico de la mano al baño, donde lo esperaba una
tina llena de agua tibia y olorosas burbujas. Mientras se sumergía en la tina,
pensaba: La verdad es que ahora menos entiendo a Juan 3,16, pero ya sé que
puede dejar bien limpio a un muchacho sucio. Yo nunca había tomado un baño
de verdad, en toda mi vida. El único baño que recuerdo fue la vez que me metí
debajo de la manguera de los bomberos, un día que la abrieron y dejaron caer el
agua por la calle.
La mujer regresó, lo llevó a una habitación, lo vistió con un pijama y lo acostó en
una inmensa cama con una almohada de plumas. Lo cubrió con una espesa
colcha, lo besó y le deseó dulces sueños, apagó la luz y salió. El chico, bien
abrigado en la cama veía, a través de la ventana, la nieve caer y pensó: La
verdad es que Juan 3,16 puede hacer que un chico cansado pueda descansar.
A la mañana siguiente, la señora regresó con ropa limpia y lo llevó ante la
misma mesa de la noche anterior, para el desayuno. Después de comer, la
señora lo sentó en la mecedora de la noche anterior y tomó en sus manos una
vieja Biblia. Se sentó frente a él, le miró a los ojos y con una dulce voz le dijo:
¿"Entiendes a Juan 3,16?".
"No señora, replicó el muchacho, anoche fue la primera vez en mi vida que oí
sobre él, cuando el policía me dijo que se lo dijera a usted". La señora abrió la
Biblia, en Juan 3, 16, Y comenzó a explicarle acerca de Jesús.
Ahí, frente a esa vieja chimenea, el chico entregó su corazón y su vida a Jesús, al
tiempo que pensaba: Juan 3,16, quizás no lo entienda, pero hace que un chico
perdido se sienta seguro, se sienta amado.
¿Sabes? Yo tampoco lo entiendo: Cómo fue que Dios estuvo dispuesto a mandar
a su Único Hijo a morir por m í y cómo Jesús estuvo dispuesto a ello. No
comprendo la agonía del Padre y de toda la Corte Celestial al presenciar el
sufrimiento de la pasión y muerte de Jesús. No entiendo la intensidad del AMOR
de Jesús por Mí, que lo mantuvo en su camino hacia la cruz, hasta el fin. Yo no lo
entiendo, pero de lo que sí estoy segura, es que todo ello hace que esta vida
valga la pena vivirla y que nuestra misión debe ser cumplida.
Juan 3,16: "Porque así amó Dios al mundo: Hasta dar su Hijo Único, para que
todo aquel que cree en ÉL no se pierda, sino que tenga vida eterna".

Envió: Adriana Cantú.


Mayor que nuestro corazón

Aunque no lo recuerdes, por ti dio la vida.


Aunque no lo creas, por ti se preocupa.
Aunque no te consideres importante, para Él lo eres.
Aunque no lo aceptes, te ha perdonado.
Aunque no lo percibas, está contigo.
Aunque a ti mismo te condenes, Jesús ha optado por amarte.
Él nos ve de otra manera.
Es mucho más. Mucho mayor que nuestro corazón.

(Ulrich Schalfer)

Pagado en su totalidad

Después de haber vivido "decentemente" en la tierra, mi vida llegó a su fin. Lo


primero que
espera de lo recuerdo es queera
que imaginaba estaba sentado
una Sala sobre una
de Jurados. La banca, en abrió
puerta se la salay de
se me
ordenó entrar y sentarme en la banca de los acusados.
Cuando miré a mi alrededor vi al "Fiscal", quien tenía una apariencia de villano y
me miraba fijamente, era la persona más demoníaca que había visto en mi vida.
Me senté, miré hacia la izquierda y allí estaba mi abogado, un caballero, con una
mirada bondadosa, cuya apariencia me era familiar.
La puerta de la esquina se abrió, su presencia demandaba admiración y respeto.
Yo no podía quitar mis ojos de Él; se sentó y dijo: "Comencemos". El Fiscal se
levantó y dijo:" Mi nombre es Satanás y estoy aquí para demostrar por qué este
individuo debe ir al Infierno".
Comenzó a hablar de las mentiras que yo había dicho, de cosas que había
robado en el pasado, cuando engañaba a otras personas. Satanás habló de otras
horribles cosas y perversiones cometidas por mi persona y, entre más hablaba,
más me hundía en mi silla de acusado.
Me sentía tan avergonzado que no podía mirar a nadie, ni siquiera a mi abogado,
a medida que Satanás mencionaba pecados que hasta había totalmente
olvidado. Estaba tan molesto con Satanás por todas las cosas que estaba
diciendo de mí e igualmente, molesto con mi abogado, quien estaba sentado en
silencio.
Yo sabía que era culpable de las cosas que me acusaban, pero también había
hecho algunas cosas buenas en mi vida, ¿no podrían esas cosas buenas, por lo
menos, equilibrar lo malo que había hecho?
Satanás terminó con furia su acusación y dijo: "Este individuo debe ir al Infierno,
es culpable de todos los pecados y actos que he formulado y no hay ninguna
persona que pueda probar lo contrario. Por fin se hará justicia este día".
Cuando llegó su turno, mi Abogado se levantó y solicitó acercarse al juez, quien
se lo permitió,
protestas haciéndole señas para que lo hiciera, a pesar de las fuertes
de Satanás.
Cuando se levantó y empezó a caminar, lo pude ver en todo su Esplendor y
Majestad.
Hasta entonces me di cuenta por qué me había parecido tan familiar. Era Jesús
quien me representaba, mi Señor y Salvador. Se paró frente al Juez, suavemente
le dijo: "Hola, Padre" y se volvió para dirigirse al Jurado. "Satanás está en lo
correcto, al decir que este hombre ha pecado, no vaya negar esas acusaciones.
Reconozco que el castigo para el pecado es la muerte y este hombre merece ser
castigado".

Respiró Jesús fuertemente, se volteó hacia su "Padre" y con los brazos


extendidos proclamó: "Sin embargo, yo di mi vida en la cruz para que esta
persona pudiera tener vida eterna y él me ha aceptado como su Salvador, por
tanto, es mío".
Mi Salvador continuó diciendo: "Su nombre está escrito en el libro de la vida y
nadie me lo puede quitar. Satanás todavía no comprende que este hombre no
merece justicia, sino misericordia".
Cuando Jesús se iba a sentar, hizo una pausa, miró a su Padre y suavemente le
dijo:
"No se necesita hacer nada más, lo he hecho todo". El Juez levantó su poderosa
mano y, golpeando la mesa fuertemente, pronunció las siguientes palabras:
"Este hombre es libre, el castigo para él ha sido pagado en su totalidad, caso
concluido".
Cuando mi Salvador me conducía fuera de la Corte, pude oír a Satanás
protestando enfurecido: "No me rendiré jamás, ganaré el próximo juicio".
Cuando Jesús me daba instrucciones hacia donde me debía dirigir, le pregunté:
"¿Ha perdido algún caso?". Jesús sonrió amorosamente y dijo: "Todo aquel que
ha recurrido a mí para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto tuyo"...
"Pagado en su totalidad".

Envió: Ramón Mitre.

Una comunidad

Una comunidad dice mucho cuando es de Jesús.


Cuando habla de Jesús y no de sus reuniones.
Cuando anuncia a Jesús y no se anuncia a sí misma.
Cuando se gloría de Jesús y no de sus méritos.
Cuando se reúne en torno a Jesús y no en torno a sus problemas.
Cuando se extiende para Jesús y no para sí misma.
Cuando se apoya en Jesús y no en su propia fuerza.
Cuando vive de Jesús y no de sí misma.
Una comunidad no se tambalea por los fallos, sino por la falta de fe.
No se debilita por los pecados, sino por la ausencia de Jesús.
No se rompe por las tensiones, sino por el olvido de Jesús.
No se queda pequeña por carencia de valores, sino porque Jesús, dentro de ella,
es pequeño.
No se ahoga por falta de aire fresco, sino por asfixia de Jesús.
Una comunidad sólo se pierde cuando ha perdido a Jesús.
Una comunidad es fuerte cuando Jesús, dentro de ella, es fuerte.
Una comunidad pesa cuando Jesús, dentro de ella, tiene su peso.
Una comunidad marcha unida cuando Jesús está en medio.
Una comunidad se extiende cuando extiende a Jesús.
Una comunidad vive cuando vive de Jesús.
Una comunidad convence y llena cuando es la Comunidad de Jesús.
(Patxi Loidi)
Envió: Luis Alberto Trujillo Pacheco.

Letrero en un templo

Tú me llamas Maestro... y no me consultas.


Tú me llamas Luz... y no me ves.
Tú me llamas Verdad... y no crees en mí.
Tú me llamas Camino... y no me sigues.
Tú me llamas la Vida... y no me deseas. . .
32. Vitaminas para la esperanza

Carta para mi hermana que se muere de cáncer

Bogotá, 9 de junio de 2001


La paz contigo.
Pensando mucho en ti he tomado la pluma para hablarte: Hoy quiero que
conversemos del miedo, ese sentimiento que nos comienza con un frío en el
estómago y sube para quitamos el aire. ¿Pero, quién propicia ese sentimiento?

Cuandoylos
alegría pensamientos
paz, son de Dios.nos crean angustia,
Entonces, son del
¿no podemos demonio,
tener miedo?cuando
¿No es nos dan
Cristiano
sentir ese frío que nos ahoga? Pero si Cristo en el monte hizo manifiesta su
condición de hombre cuando lo sufrió: "Padre, si quieres, aparta de mí esta,
copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22,42). Porque el miedo es
una condición del hombre que lo hace reconocerse pequeño, desvalido,
necesitado de Dios. "Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la
flaqueza. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis
flaquezas para que habite en mí la fuerza de Cristo... cuando estoy débil
entonces es cuando estoy fuerte" (2 Co 12, 9-10).
En la medida que no sentimos miedo, no necesitamos a Dios; ¿pero qué decir

entonces?
con ¿Elque
la fuerza miedo es San
habla un pensamiento de Dios
Pablo, dominarlo poroladel demonio?
gracia Vencer
de Dios, por laelFE
miedo
que
tenemos en Cristo, es lo que marca la diferencia. El miedo es un sentimiento que
el demonio usa para robarle la gloria a Dios; pero el temor cimentado en la Fe es
lo que nos acerca a Dios y nos hace hijos obedientes como Jesucristo, pero que
"no se haga mi voluntad sino la tuya".
Ánimo, pues, Blanquita, ánimo, que tú no estás sola; Cristo te acompaña. "Una
noche soñé que caminaba a lo largo de una playa acompañado por Dios.
Durante la caminata muchas escenas de mi vida fueron proyectándose en la
pantalla del cielo. Según iba pasando cada uno de esos actos, notaba que unas
huellas se formaban en la arena. A veces aparecían dos pares de huellas, en

otras solamente aparecía un par.


Esto me preocupó grandemente porque pude notar que durante las escenas que
reflejaban etapas tristes en mi vida, cuando me hallaba sufriendo angustias,
penas o derrotas, solamente podía ver un par de huellas en la arena.
Entonces le dije a Dios: 'Señor, tú me prometiste que si te seguía, tú caminarías
siempre a mi lado. Sin embargo, he notado que durante los momentos más
difíciles de mi vida sólo había un par de huellas en la arena, ¿por qué cuando
más te necesitaba no estuviste caminando a mi lado?'. El Señor me respondió:
'Las veces que has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo mío, han sido
cuando te he llevado en mis brazos"'.
Blanquita, ten Fe que cuando más angustiada te sientas, si estás débil y
necesitada de Dios, Cristo te carga sobre sus hombros como la oveja desvalida;
sólo tienes que sentirte necesitada de Dios.
Es en la humildad de la flaqueza cuando nos sentimos amados por Dios, fuertes
en su fuerza, porque "si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?.. ¿Quién
nos separa del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La angustia? ¿La persecución?
¿El hambre? ¿La desnudez? ¿Los peligros? ¿La espada?.. Pues estoy seguro, que
ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo presente, ni lo
futuro, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni otra criatura alguna
podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro"
(Rm 8, 31-39).
¿Qué más puedes pedir ante este amor tan grande? Pon tu vida en el Señor, tus
dolores en el Señor, tu angustia en el Señor, Él curará todo, porque Él es el único
que lo puede hacer, ¡tú no!
Ánimo, descansa en Cristo y lo demás se te dará por añadidura.
Dios te bendiga,

Jaime Melo Castiblanco. Escuela de Padres, Colegio Teresiano, Bogotá.

Dios... ¡Me duele!

Dije: "Dios, me duele...". Y Dios dijo: "Lo sé".


Dije: "Dios, he llorado tanto...". Y Dios dijo: "Para eso te di lágrimas".

Dije: "Dios, estoy tan deprimida...". Y Dios dijo: "Por eso te di el brillo del sol".
Dije: "Dios, la vida es dura...". Y Dios dijo: "Por eso te di a seres queridos".
Dije: "Dios, mi ser más querido murió…", Y Dios dijo: "El mío también".
Dije: "Dios, es una pérdida tan grande...". Y Dios dijo: "Vi al mío clavado en una
cruz".
Dije: "Dios, pero tu ser más querido vive...". Y Dios dijo: "El tuyo también".
Dije: "Dios, duele...". Y Dios dijo: "Lo sé".
Estas palabras están en una pared en la ciudad de Oklahoma, en el lugar donde
se había producido un tiroteo.
Envió: L. Enríquez.

El Arca de Noé

Todo lo que yo necesito saber, lo aprendí del Arca de Noé...


Uno: No pierdas el barco.
Dos: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.
Tres: Planea por adelantado. No estaba lloviendo cuando Noé construyó el Arca.
Cuatro: Mantente en buena salud. Cuando tengas 600 años, alguien puede
pedirte que hagas algo muy grande.
Cinco: No escuches a los críticos; simplemente sigue con el trabajo que necesita
ser hecho.
Seis: Construye tu futuro en tierra alta.

Siete: Por razones de seguridad, siempre viaja en pareja.


Ocho: La velocidad no siempre es una ventaja. Los caracoles estaban a bordo
junto con los micos.
Nueve: Cuando estés estresado, flota un rato.
Diez: Recuerda, el Arca fue construida por aficionados guiados por la mano de
Dios; el Titanic por profesionales.
Once: No importa la tormenta, cuando estás con Dios, siempre hay un arco iris
esperándote.

Envió: Mirthala Lozano Correa.


Prospectiva china

"Si tienes planes para un año, siembra trigo.


Si tienes planes para diez años, planta un árbol.
Si tienes planes para cien años, educa a un niño".

El valor de la esperanza

La única diferencia entre los que "tiran la toalla" y abandonan lo que hacen y los
que utilizan su energía para reconstruir y seguir andando, se encuentra en la
palabra "esperanza".
Escuché con paciencia mientras el señor exteriorizaba todos sus problemas. En
su trabajo no iba bien. Algunos de sus hijos andaban por mal camino y estaba
preocupado por ellos. La gota que colmó el vaso fue cuando su esposa decidió
dejarlo. Allí estaba sentado, hundido por la desesperación. Fue la última frase de
su historia la que me alarmó. Dijo: "No tengo nada por qué vivir, he perdido toda
esperanza".
Comencé a decirle que la esperanza era algo que no podíamos damos el lujo de
perder. Estaba a punto de perder su negocio, su dinero y también su familia,
pero aún así, podría reiniciarse en la vida si mantenía la esperanza viva.
Si la esperanza es tan importante, ¿qué es? Tertuliano dijo: "La esperanza es la
paciencia con la lámpara encendida". La esperanza es aferrarse cuando las
cosas de alrededor comienzan a deslizarse. La esperanza es orar con
expectativas cuando aparentemente no hay respuestas.
G. Campbell Morgan cuenta de un hombre cuyo negocio se quemó durante un
incendio desastroso en Chicago. Llegó al lugar de las ruinas a la mañana
siguiente, llevaba una mesa. Puso la mesa en medio de los escombros
acumulados y sobre ella este cartel optimista: "Todo se ha perdido con
excepción de la esposa, los niños y la esperanza. Los negocios se reanudarán
como es habitual, mañana por la mañana".
Muchos hombres y mujeres se vuelven pesimistas frente a la vida por causa de
las circunstancias desafortunadas en las que se encuentran. Muchos abandonan.
Otros se han quitado la vida. ¿Qué es lo que hace la diferencia en los resultados?
¿El talento? ¡No!
¿Qué hace la esperanza por la humanidad?
La esperanza es más brillante en las horas más oscuras.
La esperanza nos motiva cuando viene el desaliento.
La esperanza energiza el cuerpo cuando está cansado.
La esperanza endulza cuando la amargura nos muerde.
La esperanza canta cuando todas las melodías se han apagado.
La esperanza cree cuando la evidencia se elimina.

La esperanza escucha las respuestas cuando nadie habla.


La esperanza escala los obstáculos cuando nadie ayuda.
La esperanza permanece en las dificultades cuando nadie se preocupa.
La esperanza sonríe confiadamente cuando nadie se ríe.
La esperanza tiene respuestas cuando nadie pregunta.
La esperanza empuja hacia la victoria cuando nadie alienta.
La esperanza se anima a dar cuando nadie comparte.
La esperanza trae la victoria cuando nadie triunfa.
No queda otra cosa que enterrar a una persona cuando sus esperanzas se han
ido. Perder la esperanza habitualmente precede a la pérdida de la vida misma.
Usted no necesita un medio ambiente mejor, sólo necesita más esperanza. ¡Es la
única cosa que no puede faltamos para poder vivir!

(Tomado del libro: Prepara tu mañana de éxito, de John Maxwell, Editorial Peniel)
www.editorialpeniel.com.
33. Vitaminas para el amor

Despertamos vivos

Viví jugando a demasiadas cosas,


a vivir, a soñar, a ser hombre.
Tal vez nazca al morir, aunque me asombre,
como nacen, soñándose, las rosas.
Dame tus manos misericordiosas
para que el corazón se desescombre.

Dime si es cierto que, al pensar tu nombre,


se vuelven las orugas mariposas.
Sé que los cielos estarán abiertos
y aún más abierta encontraré la vida.
Ya no seremos nunca más cautivos.
Ganaremos, perdiendo, la partida.
Y, pues hemos vivido estando despiertos,
muriendo, en luz despertaremos vivos.

(José Luis Martín Descalzo)

Ama en vida

Dos amigos se encontraban tomando un café y uno le comenta en tono de queja


al otro:
- Mi mamá me llama mucho por teléfono para pedirme que vaya a conversar con
ella. Yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser. Ya
sabes cómo son los viejos. Cuentan las mismas cosas una y otra vez. Además,
nunca me faltan compromisos: Que el trabajo, que los amigos...
- Yo, en cambio -le dijo su compañero- converso mucho con mi mamá. Cada vez
que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo, cuando tengo un problema
y necesito fortaleza, acudo a ella y me siento mejor.
- Caramba -respondió el otro-. Eres mejor que yo.
- No lo creas, soy igual que tú -respondió el amigo con tristeza-.Visito a mi mamá
en el cementerio. Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco
yo iba a conversar con ella y pensaba lo mismo que tú. No sabes cuánta falta me
hace su presencia, cuánto la echo de menos y cuánto la busco ahora que se ha
ido del lado de nosotros... Si de algo te sirve mi experiencia, conversa con tu
mamá hoy que todavía la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que
seguro las posee y trata de hacer a un lado sus errores, que de una forma u otra
ya forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque ahí
la reflexión duele hasta el fondo del alma, pues entiendes que ya nunca podrás
hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No dejes
que te pase lo que me pasó a mí.
En el automóvil, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la
oficina, dijo a su secretaria: Comuníqueme, por favor, con mi mamá; no me pase
más llamadas y también modifique mi agenda porque es muy probable que este
día, ¡se lo dedique a ella!
¿Tú crees que esto sólo se refiere a los padres? Desafortunadamente, no.
Siempre estamos devaluando el cariño o la amistad que otras personas nos
ofrecen y, en ocasiones, la perdemos porque no sabíamos cuán importantes
eran, hasta cuando ya no están a nuestro lado

Envió: Luisa Riojas Charles.

Canción del corazón

Había una vez un gran hombre que se casó con la mujer de sus sueños. Con su
amor, procrearon a una niñita. Era una pequeña brillante y encantadora y el
gran hombre la quería mucho.
Cuando era muy pequeñita, la alzaba, tarareaba una melodía y la hacía bailar
por el cuarto, al tiempo que le decía: "Te quiero, chiquita". Mientras la niña
crecía, el gran hombre solía abrazarla y decirle: "Te amo, chiquita". La hijita
protestaba diciendo que ya no era chiquita. Entonces el gran hombre se reía y
decía: "Para mí, siempre vas a ser mi chiquita".
La chiquita que ya-no-era-chiquita, dejó su casa y salió al mundo. Al aprender
más sobre sí misma, aprendió más sobre aquel hombre. Vio que era de veras
grande y fuerte, pues ahora reconocía sus fuerzas. Una de ellas era su capacidad
para expresar su amor a la familia. Sin importarle en qué lugar del mundo estu-
viera, el gran hombre la llamaba y le decía: "Te amo, chiquita".
Llegó el día en que la chiquita que ya-no-era-chiquita, recibió una llamada
telefónica. El gran hombre estaba mal. Había tenido un derrame. No podía
hablar y no estaban seguros que pudiera entender lo que decían. Ya no podía
sonreír, reír, caminar, abrazar, bailar o decirle a la chiquita, que ya-no-era-
chiquita, que la amaba.
Entonces fue a ver al gran hombre. Cuando entró en la habitación y lo vio,
parecía más pequeño y ya, menos fuerte. Él la miró y trató de hablar, pero no
pudo. La chiquita hizo lo único que podía hacer. Se acercó a la cama junto al
gran hombre. Los dos tenían los ojos con lágrimas y ella rodeó con sus brazos los
hombros inmóviles de su padre.
Con la cabeza apoyada en su pecho, pensó en muchas cosas. Recordó los
momentos maravillosos que habían pasado juntos y cómo se había sentido
siempre protegida y querida por el gran hombre.
Entonces escuchó, el latido de su corazón. Ese corazón que siempre había
albergado música y palabras. El corazón seguía latiendo, desentendiéndose del
daño del resto del cuerpo. Y mientras ella descansaba allí, obró la magia. Oyó lo
que necesitaba oír.
Su corazón expresó las palabras que su boca ya no podían decir:
Te amo…
Te amo…
Te amo…
Chiquita...
Chiquita…
Chiquita…
Y se sintió confortada.
(Patty Hansen)
Envió: Roberto Azuero Valbuena.
El Padre Marianito

El nuevo Santo "Cura de Ars" colombiano trabajó entre campesinos. Un día, uno
de ellos vino a darle quejas por la forma como trataba el coadjutor a alguna
chica. El sacerdote le invitó a tomar agua fresca para que calmara la sed
tropical. Al terminar de tomarla el campesino, el Padre Marianito le dijo que se
acercara a la llave por donde estaba cayendo el refrescante líquido; que metiera
los dedos en ella y se diera cuenta cómo estaba el tubo por dentro. Así lo hizo su
feligrés. Como los tubos de la época eran metálicos, acumulaban mucho óxido.
Sacó el dedo el campesino, por supuesto, manchado del clásico color del óxido y
se lo mostró a su Pastor.
Viendo esa escena, le dijo el Padre: "Por ese tubo sucio, oxidado, ha llegado el
agua pura que te tomaste y que tomamos. De la misma manera, a través de
seres humanos ha querido Dios llegar con su cariño a regalamos su amor y su
amistad".

(P. Humberto Agudelo c.)

Sin amor

La Inteligencia sin amor, te hace perverso.


La justicia sin amor, te hace implacable.
La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.

La verdad sin amor, te hace hiriente.


La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te envilece.
La oración sin amor, te hace introvertido.
La ley sin amor, te esclaviza.
La fe sin amor, te hace fanático.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La vida sin amor, no tiene sentido...

Envió: Ricardo Díaz.

Lo que piensa un hijo de su padre

A los siete años: Papá es un sabio, todo lo sabe.


A los catorce años: Papá a veces se equivoca.
A los veinte años: Papá es un anticuado.
A los treinta años: Papá con mi experiencia hubiera sido millonario.
A los cuarenta: Voy a consultar este asunto con mi padre.
A los sesenta años: ¡Qué sabio era papá! ¡Lástima que yo lo haya comprendido
tan tarde!

Envió: una religiosa Paulina


34. Especial sobre Heroínas Cristianas

Las mujeres,
silenciosos denuestras madres, esposas, hermanas, amigas, han sido modelos
valores auténticos.

Muchas de ellas, sin publicidad, ni propaganda alguna, han llegado a la cumbre


de los altares, como ejemplo de personas femeninas, cristianas, comprometidas
y apostólicas.
En su honor y como proyección a la juventud que busca y no encuentra modelos
por seguir, he querido dedicar este "Especial sobre Mujeres Heroicas", para
quienes no se contentan con ídolos que tienen pies de barro (7), sino que
anhelan modelos de valores y virtudes trascendentes que vayan más allá del
"aquí y el ahora", con utopías del "allá y el entonces"...

La "Madre Coraje"

Cuando le avisaron a la Doctora Gianna Beretta Mollaque tenía cáncer, ("la


tendremos que someter a una intervención quirúrgica o, de lo contrario, su vida
corre riesgo") ella, como médica, ya lo sabía. Tenía un matrimonio ejemplar con
tres hijos. Manejaba su propio carro para ir y venir ante las personas que
acudían a ella, por sus propias enfermedades.
Pero lo más grave que se le presentaba ahora era que: O ella se veía abocada a
morir o debería efectuar un aborto de la hijita que esperaba y llevaba dentro de
sí. Era una alternativa en la que debía vivir o morir una de las dos.
__________________
(7) Alusión al sueño de Nabucodonosor y la interpretación que le hizo Daniel: Dan. 2, 31-39.

Hubiera sido más fácil efectuar un aborto, pues nadie conocía a su hija no nacida
todavía, pero, consciente del peligro que corría, aceptó dar la vida por quien
llevaba en su vientre.
El ingeniero Molla, su esposo, manifestó que "le habían aconsejado una
Intervención quirúrgica... Esto le habría salvado la vida con toda seguridad. El
aborto terapéutico y la extirpación del fibroma, le habrían permitido más
adelante tener otros niños. Gianna eligió la solución que era más arriesgada
para ella".
Gianna falleció el 28 de abril de 1962, con 39 años de edad, una semana
después de haber dado a luz. La "Madre Coraje" la llamaron y prefirió ofrecer su
vida antestodavía...
sin nacer de aceptar la operación que le costaría la vida a la niña que llevaba,
Su esposo, admirado de tener una esposa santa y normal dijo: "Mis sentimientos
tienen múltiples matices, de sorpresa, casi de maravilla, de agradecimiento a
Dios y de aceptación jubilosa, ciertamente feliz y singular, de este don de la
Divina Providencia, que también considero un reconocimiento a todas las
innumerables madres desconocidas, heroicas como Gianna, en su amor materno
y en su vida".
“Espero, dijo Pietro, que Gianna pueda descansar en el cementerio de su
localidad natal junto a su hija Mariolina y a las demás mamás que la llamaban
con ternura "nuestra doctora". Junto a las muchas mujeres que Gianna curó y a
las cuales dio, con amor, su tiempo y profesionalidad".
Los Molla-Beretta seguirán viviendo el ejemplo de santidad sencilla en la vida
cotidiana que les dejó Gianna. Su esposo ha dicho: "Para mí y para mis hijos,
Gianna seguirá siendo algo muy íntimo. Una espléndida esposa, una tiernísima
madre. Si alguien tiene que hablar, que hable la Iglesia...".
Transcurridos 32 años, después de muerta, el Papa Juan Pablo II la beatificó el 24
de abril de 1994 convirtiéndola en un Símbolo de la Defensa de la Vida. Al salir
esta edición se nos da la noticia que el mismo Pontífice canoniza a esta valiente
“Madre Coraje".

Esposa maltratada

La Beata Isabella Ganari Moranació en Roma el 21 de noviembre de 1774, en


una familia de posición acomodada, profundamente cristiana y preocupada por
la educación de sus hijos.
Estudió con las Hermanas Agustinas de Casia, en donde se destacó por su
inteligencia, una profunda vida interior y su espíritu de penitencia. De regreso a
Roma, tuvo una vida tranquila hasta que en 1796 -cuando tenía 21 años- se casó
con el joven abogado romano Cristóforo Mora.
Para ella, el matrimonio fue una decisión reflexionada, madura, pero después de
algunos meses, la fragilidad psicológica de Cristóforo, su esposo, dañó la
tranquilidad de la familia: Convirtió a una mujer de mal vivir en su amante y a
medida que pasaba el tiempo, humilló y abusó de su esposa en distintas formas,
no ejercióa más
llevando la abogacía
su esposa y a susy hijas
gastóaelladinero en pobreza
extrema sus aventuras hasta
y a una terminar
deuda cada vez
mayor.
A la violencia física y psicológica de su esposo, Isabella respondió siempre con
absoluta fidelidad, paciencia gentil, ofreciendo penitencias y oraciones por su
conversión. Nunca pensó en separarse de él, a pesar de los consejos de
familiares y amigos. En lugar de esto, siempre amó, apoyó y perdonó a su
esposo esperando que cambiara.
El Señor le hizo alcanzar la madurez para recibir las visiones y las ilustraciones
sobre el destino de la Iglesia. Recibió en forma clara los estigmas de la pasión de
Cristo y en sus visiones vio las tremendas batallas que tendrá que sostener la
Iglesia en los últimos tiempos bajo el poder de las tinieblas.
Tuvo cuatro hijos, pero los dos primeros murieron pocos días después de nacer.
Con el abandono de su esposo, fue forzada a vivir trabajando con sus propias
manos para seguir al cuidado de sus hijas Mariana y Luciana. Dedicó mucho
tiempo a la oración, los pobres y los enfermos.
Su hogar se convirtió en un punto de referencia para mucha gente que buscaba
la ayuda material y espiritual. Se propuso especialmente a cuidar de las familias
que sufrían necesidades. Su familia era un lugar en el que se debía dar un
espacio a cada persona, un espacio para buscar dar frutos de vida, de fe, de
solidaridad y de responsabilidad.
El hogar, para ella, era el templo en el que recibía al "Amado Señor, Jesús de

Nazaret"ofrecía
Isabella y a todos los que
su vida por se
la dirigían
paz y la asantidad
ella. A través de su autonegación,
de la Iglesia, la conversión de su
esposo y la salvación de los pecadores.
En 1807 se unió a la Orden Terciaria Trinitaria. Respondió con dedicación a la
vocación del matrimonio y la consagración del mundo. Sus admirables virtudes
humanas y cristianas, así como la fama de su santidad, se difundieron a través
de Roma e Italia.
El 5 de febrero de 1825, mientras era asistida por sus dos hijas, Isabella falleció.
Poco después de su muerte, como ella misma lo había predicho, su esposo se
convirtió uniéndose a la Orden Terciaria Trinitaria y después se ordenó como
sacerdote de los Franciscanos Conventuales. Él murió el 9 de septiembre de
1845.
Isabella Canori Mora fue beatificada por el Papa Juan Pablo 11 el 24 de abril de
1994, en el Año Mundial de la Familia. Su fiesta se celebra cada 4 de febrero.

La madre que convirtió a su esposo y a su hijo

Mónica nació en Tagaste (África del Norte), a unos 100 kms de la ciudad de
Cartago, en el año 332. Deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad,
pero sus padres dispusieron que tenía que desposarse con un hombre llamado
Patricio. Era un buen trabajador, pero malgeniado y mujeriego, jugador y sin
religión ni gusto por lo espiritual. La hizo sufrir por treinta años y ella tuvo que
aguantar sus tremendos estallidos de ira, pues gritaba por el menor disgusto.
Tuvieron tres hijos: Dos varones y una mujer, Los dos menores fueron su alegría
y consuelo, pero el mayor, Agustín, la hizo sufrir por muchos años. Cuando le
preguntaban qué hacía para no pelear con su cónyuge, daba este consejo: "Es
que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen
genio. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no
acepto la pelea, pues… no peleamos". . .
Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por él y, al fin, alcanzó de Dios la gracia de
que en el año 371 se hiciera bautizar, lo mismo la suegra, mujer terriblemente
colérica que, por meterse demasiado en el hogar de su nuera, le había
amargado la vida.
Un año después de su bautismo, murió santamente Patricio, dejando a la pobre
viuda con el problema de su hijo mayor, el cual era extraordinariamente
inteligente y por eso lo enviaron a la ciudad de Cartago, a estudiar filosofía,
literatura y oratoria.
se interesara por susPero Agustín
buenas notas,tuvo
quelabrillara
desgracia de fiestas
en las que su sociales
padre solamente
y que
sobresaliera en los ejercicios físicos; en su vida espiritual no se metía, ni le
ayudaba en nada. Y esto fue fatal para él, pues fue cayendo, de mal en peor, en
pecados y errores.
Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica
noticias cada vez peores, que el joven llevaba una vida no cristiana. En una
enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de la religión y
propuso hacerse católico, pero al ser sanado de ella, abandonó el propósito.
Finalmente, se metió en una secta llamada de los Maniqueos, que afirmaban que
el mundo no lo había hecho Dios, sino el Diablo. Mónica, que era bondadosa pero
no cobarde ni floja, al volver su hijo de vacaciones y empezar a oírle mil
barbaridades contra la verdadera religión, lo echó de la casa y le cerró las
puertas, porque bajo su techo no quería albergar a enemigos de Dios.
Sucedió que en esos días, Mónica tuvo un sueño en el que vio que ella estaba en
un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo y que en ese momento se
le acercaba un personaje muy resplandeciente y le decía: "Tu hijo volverá
contigo" y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró al muchacho el sueño
tenido y él dijo,
maniqueísta comolleno
él.de orgullo,
Pero ella leque eso significaba
respondió: que ella
"En el sueño no se
meiba a volver
dijeron, mamá
irá a donde su hijo, sino: Tu hijo volverá contigo". Esta hábil respuesta
impresionó mucho a su hijo, quien más tarde la consideró como una inspiración
del cielo.
Faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera. Cuando le contó a un obispo
que llevaba años y años rezando, le respondió: "Esté tranquila; es imposible que
se pierda el hijo de tantas lágrimas".
Cuando tenía 29 años, el joven decidió ir a Roma a dar clases. Ya era doctor.
Mamá se propuso marcharse con él para librarlo de todos los peligros morales.
Pero Agustín le hizo una jugada tramposa (de la cual se arrepintió mucho más
tarde).
Al llegar, junto al mar, le dijo a Mónica que se fuera a rezar a un templo,
mientras iba a visitar a un amigo y lo que hizo fue subirse al barco y salir rumbo
a Roma, dejándola sola, pero Mónica no era mujer débil para verse derrotada tan
fácilmente. Tomó otro barco y se dirigió a Roma y en Milán, Mónica se encontró
con el Santo más famoso de la época, San Ambrosio, arzobispo de esa ciudad.
En él encontró un verdadero padre lleno de bondad y de sabiduría que la fue
guiando con prudentes consejos. Además, Agustín se quedó impresionado por su
enorme sabiduría y la poderosa personalidad de San Ambrosio. Empezó a escu-
charle con profundo cariño y a cambiar sus ideas y entusiasmarse por la fe
católica.
Y sucedió que en el año 387, Agustín, al leer unas frases de San Pablo sintió una
impresión extraordinaria y se propuso cambiar de vida. Envió lejos a la mujer
con la cual vivía en unión libre, dejó sus vicios y malas costumbres. Se hizo
instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo
bautizar.
Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano a su tierra, en
el África y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había
conseguido todo lo que anhelaba en esta vida, que era ver la conversión de su
hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí, en una casa junto al
mar, por la noche al ver el cielo estrellado, dialogando con Agustín sobre cómo
serán las alegrías que tendrían en él, ambos se emocionaban, comentando y
meditando los goces celestiales que los podían esperar. En determinado
momento exclamó entusiasmada: "¿Ya mí que más me puede amarrar a la
tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que
deseaba lo he conseguido de Dios".
Poco después le invadió una fiebre y en pocos días se agravó y murió. Lo único
que pidió a sus dos hijos fue que no dejaran de rezar por el descanso de su alma.
Murió en el año 387 a los 55 años de edad.
Miles de madres y de esposas se han encomendado en todos estos siglos a
Santa Mónica, para que les ayude a convertir a sus esposos e hijos y han
conseguido cambios de vida admirables.

La mujer de lo imposible

Santa Rita de Casia (1381-1457) quería ser monja. Por obedecer a sus padres, se
casó. Su esposo le causó muchos sufrimientos, pero ella devolvió su crueldad
con oración y bondad. Con el tiempo él se convirtió, llegando a respetarla y a ser
temeroso de Dios. Rita sufrió cuando su esposo fue asesinado.
Descubrió que sus dos hijos estaban pensando en vengar el asesinato del padre.
Temiendo todo, le suplicó a Dios que se los llevara de esta vida antes de
permitirles cometer este gran pecado. Al poco tiempo, ambos murieron después
de prepararse para encontrarse con Dios.
Sin su esposo y sin sus hijos, Rita se entregó a la oración, penitencia y obras de
caridad. Pasado un tiempo, pidió ser admitida en el Convento Agustiniano en
Casia.
No fue aceptada, pero al orarle a sus tres especiales santos patronos San Juan
Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino-logró entrar al convento.
Allí sobresalió por su gran caridad y severas penitencias. Sus oraciones
obtuvieron curaciones notables, liberación del demonio y muchos favores
especiales de Dios. Para que pudiera compartir en el dolor de su corona de
espinas, Dios le permitió una herida de espina en su frente. Fue muy dolorosa y
expelía un olor desagradable, pero ella lo consideraba una gracia divina.
Oraba "Oh amado Jesús, aumenta mi paciencia en la medida en que aumentan
mis sufrimientos". La herida duró por el resto de su vida. Santa Rita falleció un
22 de mayo de 1457 a la edad de 76 años. La gente se agolpó al convento a
manifestar sus últimos respetos. Innumerables milagros tuvieron lugar a través
de su intercesión y la devoción hacia ella se extendió por todas partes.
Su cuerpo fue conservado perfectamente por varios siglos y, a veces, daba una
fragancia dulce. Según se cuenta, en la ceremonia de beatificación, el cuerpo de
la Santa se elevó y abrió sus ojos.
Dios ha escuchado las oraciones de Santa Rita, en innumerables ocasiones y
ciertamente ella estará feliz de interceder una vez más, a nombre de aquellos
que acuden a su mediación ahora. Es la Patrona de los Imposibles.

Reina extranjera, servidora de los pobres

Isabel de Hungría (1207-1231), hija de Andrés II, rey de Hungría. Desde niña,
como princesa, quiso huir de todo el lujo cortesano y deseó ser amiga de los
menesterosos, con quienes compartía lo que tenía.
Muy jovencita, a los 14 años, fue prometida a Luis, hijo de Herman I, de Turingia.
En medio de una dote sin igual y con unas fiestas fastuosas, se casó en el año
1221, en Wartburg de Turingia. Y, de esta manera la princesa, nacida en un país
lleno de sol y de abundancia como era Hungría, vino a parar a la dura y pobre
tierra germánica.
La pobreza del pueblo estimuló más aún la caridad de la princesa Isabel. Todo lo
parecía poco para remediar a los necesitados: El dinero de sus arcas, las alhajas
que trajo de
sombras como dote ydejaba
la noche, hasta sus propiosyalimentos
el palacio vestidos.
visitaba una Aprovechando
a una las las
chozas de los
vasallos más pobres para llevar a los enfermos y a los niños, bajo su manto, un
cántaro de leche o un pedazo de pan. Y hasta el propio manto lo entregó un día
de mucho invierno a una pobre mendiga que temblaba de frío a la vera del
camino. No faltó quien acusó a la princesa, ante el propio duque, de estar
dilapidando los caudales públicos y dejar pobres los graneros y almacenes.
Su suegra, la duquesa viuda Sofía, no miraba a Isabel con buenos ojos. El celo de
los pobres y sus sacrificios por ellos, no los dejaba notar ante su esposo. Pero no
pudo conciliar la pobreza con la riqueza y lujo de los cortesanos. Isabel vino a ser
una viviente acusación contra una corte, un tanto licenciosa, que empezó a
conspirar contra la princesa extranjera.
Su marido se fue a rescatar el Santo Sepulcro en una cruzada. Poco después,
Isabel recibió la noticia de que había muerto, víctima de una epidemia. De esta
manera, quedó viuda a los 20 años, desamparada, en una corte extranjera y
hostil y comenzó su calvario.
Su cuñado Herman, acusó a Isabel de ser demasiado generosa y era verdad que
ella había entregado hasta el fondo de su arca lo que tenía, para remediar la
miseria del pueblo en el temible "año del hambre" que Europa entera
atravesaba.
Las acusaciones de Herman encontraron eco en la corte y la princesa
Isabel, expulsada del palacio, tuvo que buscar refugio con sus tres hijos y la

compañía de dos sirvientas en Marburgo, la patria de su madre.


Por intermedio del Papa se consiguió que la princesa fuera indemnizada con una
importante suma y se le asignasen unas posesiones, pero ella ya nada tenía que
la ligara al mundo y renunció a sus bienes, vistió el hábito de la Tercera Orden y
se consagró enteramente y de por vida, a practicar heroicamente la caridad.

Por aquel entonces regresaban los cruzados de los Santos Lugares ardiendo en
fiebre y enfermos de lepra y a ellos dedicaba Isabel sus más amorosos cuidados,
en recuerdo de su marido, muerto muy lejos del alcance de sus manos.
Isabel, firme en su propósito de dedicar su vida a los pobres y enfermos,
buscando en ellos al propio Jesucristo, rechazó una y otra vez la llamada de su
padre, el rey de Hungría que, valiéndose de nobles emisarios y hasta de la
autoridad episcopal, trataba de convencerla de que regresara a su país. En
cambio, sí acudió solícita a la llamada del Señor, pues solamente a los
veinticuatro años, en 1231, murió para ir al cielo a recibir el premio merecido por
haber dado de beber al sediento, comer al hambriento, vestir al desnudo, curar
al herido, consolar al oprimido y pensar en los pobres.
Fue canonizada el 27 de mayo de 1235, en presencia de su propio padre, Andrés
II de Hungría. Su fiesta: El 17 de noviembre.

Viuda con proyecciones

Santa Luisa de Marillac nació el año 1591, hija de una familia noble. Huérfana de
madre muy joven, su padre le proporcionó una formación extraordinaria en
todas las ramas del saber. Era piadosa y ejemplar.

A los quince
delicada años
salud. quiso
Murió suentrar
padre en
y, auninstancias
convento,depero
sus la disuadieron
parientes, por su
se casó con el
señor Le Gras. En el proceso de beatificación se lee: "Fue un dechado de esposa
cristiana. Con su bondad y dulzura logró ablandar a su marido que era de
carácter poco llevadero, dando el ejemplo de un matrimonio ideal en que todo
era común, hasta la oración".
Tuvieron un hijo al que Luisa le tenía un amor sin límites. Quedó viuda a los
treinta y cuatro años. El señor Le Gras murió santamente, en sus brazos. Desde
entonces decidió entregarse totalmente a Dios y a las buenas obras.

Francia estaba enredada en guerras de religión en el siglo XVI. Luisa recorría los
pueblos, reanimaba las cofradías, visitaba a los enfermos y todo quedaba
renovado. Hacían falta más brazos para atender a tantas necesidades. La
miseria imperaba en ciertas regiones, donde, según informe al Parlamento "los
aldeanos se ven obligados a comer la hierba a manera de las bestias".
Junto a Vicente de Paul, no descansa. Amplían su radio de acción. Otras muchas
jóvenes se unen a Luisa para atender a tantos necesitados. Después de un
tiempo de noviciado, Luisa y sus compañeras pronuncian sus votos, en la fiesta

de la Anunciación
mundo las Hijas dede
la1634, fecha
Caridad en que
de San luegoderenovarán
Vicente Paúl. sus votos en todo el
Desde entonces, se multiplican las obras en favor de "sus señores, los pobres",
como gusta llamarlos. Visita a hospitales, acoge a niños abandonados. Atiende a
las regiones en guerra. Su acción se extiende a Flandes, Polonia y, luego, a todo
el mundo. Fundan asilos para pobres, establecimientos para enfermos mentales.
No hay dolencia sin remedio para Luisa y sus compañeras.
A principios del año 1655 queda canónicamente erigida la Congregación de las
Hijas de la Caridad. San Vicente leyó las Reglas y les dijo: "De hoy en adelante,
llevarán el nombre de Hijas de la Caridad. Conserven este título, que es el más
hermoso que pueden tener".

La actividad desarrollada
constitución. Murió el15 depor SantadeLuisa
marzo era
1660. sobrehumana,
Vicente, tambiénaenfermo,
pesar deno
su pudo
débil
acompañarla a la hora de la muerte. Le envió este recado: "Usted va delante,
pronto la volveré a ver en el cielo". Poco tiempo después, ser iría a acompañarla.
Su fiesta se celebra el 15 de marzo.

Una Doctora tras las rejas de un convento

Santa Teresita del Niño Jesús,jovencita francesa, criada en una familia


acomodada, nació en el año 1873 y en 1897, con sólo 24 años, murió.
En tan poco tiempo en la tierra, llegó a ser Patrona:
● De las Misiones en general. (Junto con San Francisco Javier).
● De las Obras Católicas de Rusia.
● De las Misiones de África.
● De los Enfermos de SIDA.
● De los Pilotos de Aviación.
● De los Floristas y Jardineros.
●. De Francia, junto con Santa Juana de Arco.
●De los enfermos de los pulmones.
●. De la restauración de la libertad religiosa y, como si fuera poco,
●Doctora de la Iglesia. (La más joven de los 33 Doctores que tiene la Iglesia).

¿Por qué llegó a ser la "Santa más grande de los tiempos modernos", como dijo
otro Santo: El Papa Pío X? Porque, ante todo, tuvo unos padres cristianos
comprometidos y ejemplares que serán beatificados próximamente también y
ellos se dedicaron a formar a sus nueve hijos en la mejor forma que pudieron.
Cinco de sus hijas fueron religiosas, como consecuencia de esa educación
recibida.
Su vida fue normal, pero a los 15 años, después de haberlo meditado y orado
mucho, luchó por ir al convento. Incluso, visitó al Papa León XIII para pedir su
licencia. Él, prudentemente, lo dejó en manos de Dios, del Obispo y de la
Superiora del convento.
Cuando, por fin, logró su cometido, se propuso ser santa con decisión y
conciencia. Dijo: "Dios no inspira deseos imposibles. No tengo que hacerme más
de lo que soy, sino aceptarme tal como soy, con todas mis imperfecciones".
Buscando los caminos más directos para llegar a Dios, se encontró con la
sencillez de los niños, tan alabada por Cristo en el Evangelio y logró ver un
sendero aparentemente fácil y aparentemente difícil: El amor.
A través de un camino hacia la santidad, fundamentado en la naturalidad y
perfección en las pequeñas cosas de la vida cotidiana, se fue convirtiendo en el
ideal de muchos cristianos. Dentro del convento, trabajó por la vida comunitaria
a través de su entrega y servicio caritativo para con sus hermanas,
especialmente con aquellas que le hacían la vida imposible.

Los hechos
dejado que
huella ennarra
todosen
lossuque
autobiografía
la leen. Allíllamada "Historia
afirma que dede
el éxito ununa
Alma",
vidahan
no
consiste en la importancia, ni en el éxito de las obras que hayamos realizado,
sino en el valor del amor con el que nos hemos entregado a todas esas
actividades.
Así, en la sencillez y en el abandono al servicio de Dios y en el perfecto
cumplimiento de los pequeños deberes, día tras día, fue acercándose más y más
a los consejos evangélicos que valoró y puso en práctica con rectitud de
conciencia.
El amor mostrado en los Evangelios la fue convirtiendo en alguien que consideró
la total disponibilidad puesta al servicio de Cristo con pensamientos que se
adelantaron a su época: "En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el Amor"
y se ofreció cada vez más con mayor esfuerzo, para sostener los padecimientos
de los misioneros, a quienes acompañó con la plegaria, los sacrificios y sus
cartas.
Más aún, prometió: "Pasaré en el cielo regando rosas sobre la tierra, hasta el fin
del mundo", como lo ha cumplido desde entonces. Enferma de tuberculosis,
ofreció sus dolores y su vida por la Iglesia, por los misioneros y por los que aún
no encuentran
diciendo: a Dios.voy
"No muero, En medio de sus fatigas, con una gran esperanza, murió
a la vida".

Da la vida por su madre

Laura Vicuña, nació el 5 de abril de 1891, en Santiago de Chile. Es la


primogénita del matrimonio de José Vicuña y Mercedes del Pino. Poco después
de nacer la segunda hija: Julia, muere su padre, quedando la familia en la
indigencia. Mercedes emigra con otros chilenos a la Argentina buscando un
bienestar, así llega a Neuquén en 1899, finalmente se traslada a la estancia del
Quilquihué de Junín
a convivir con ManueldeMora
los Andes a trabajar
(el dueño como dependiente
de la misma). y donde
Laura y Julia comienza
ingresan al
colegio María Auxiliadora de aquella pequeña población. Desde su llegada Laura
es muy sensible a la fe cristiana. A los 10 años recibe la Primera Comunión.
En sus segundas vacaciones, al volver a la estancia, ya adolescente, Manuel
Mora trata de abusar de ella y es rehusado. Durante una fiesta la invita a bailar y
al ser nuevamente rechazado la arrastra fuera de la casa y debe dormir a la
intemperie. Mora decide no pagar más la mensualidad de la escuela, para
acorralarla, pero las hermanas la reciben gratuitamente. Laura decide ofrecer su
vida por la conversión de su madre.
Al poco tiempo sobreviene una inundación en el colegio en un crudo invierno,
Laura se
decide enferma.
regresar La madre
a Junín. Mora,sefurioso
la llevapor
a su casaperdido
haber pero noase recupera.
Mercedes Entonces
y ser
rechazado por Laura, le propina una feroz paliza a la joven.
Viendo próxima su muerte, Laura le cuenta a su madre lo de su ofrecimiento:
"Mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido
mi vida por ti, para que regreses a Él" y le pide que abandone a Mora y se
convierta. Ella le promete cumplir su deseo.
Muere el 22 de enero de 1904, sin cumplir los 13 años. Sus restos desde 1956
están en el Colegio María Auxiliadora de Bahía Blanca (Argentina). El 3 de
septiembre de 1988 Juan Pablo II la declara Beata.
Mujer, filósofa, judía, religiosa y mártir

Edith Stein
Breslau nació en Su
(Alemania). unamadre,
familiade
judía compuesta
profunda por 11 hermanos,
vida religiosa, en 1891,
quedó viuda cuandoen
Edith cumplió 2 años. Su hija, a los 15, abandonó todas sus creencias.
Buscando la verdad y defendiendo a la mujer, se sintió feliz, hasta cuando
estudió filosofía en Breslau. En Gotinga se encontró con el padre de la
Fenomenología, Edmund Husserl, hombre sincero y preocupado en la búsqueda
de la verdad científica, hizo que Edith fuera su discípula más querida,
precisamente por ese amor a la verdad.
Un día de 1922, leyó, por casualidad la autobiografía: "Vida de Santa Teresa de
Avila". Llegó a la conclusión de que ese camino es la Verdad e, inmediatamente,
compró un Catecismo y un misal, fue por primera vez en su vida a una Eucaristía
y se hizo bautizar en el año nuevo de 1923, haciéndose poner el nombre de
Teresa.
En 1934 entra en el Convento Carmelita de Colonia, con el nombre de "Sor
Teresa Benedicta de la Cruz". Fue un tiempo de nazismo terrible, por lo que sus
superiores la mandaron al convento de Echt, en Holanda.
En 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y los alemanes invadieron
ese pequeño país, los Obispos publicaron una pastoral condenando estos
abusos, por lo cual los nazis decidieron deportar también a los católicos
holandeses de procedencia judía.
La GESTAPO llegó al convento de Echt buscando a la "monja judía" y Edith fue
llevada al campo de concentración de Auschwitz, ese "calvario del hombre
contemporáneo", como lo llamó Juan Pablo II, entre el 8 y el11 de agosto de
1942.
En su beatificación, realizada el 1 de mayo de 1987, el Papa expresó en su
homilía lo siguiente:
(...) “Cuando llegó la hora de abandonar el Carmelo, Edith se limitó a tomar a su
hermana de la mano, diciéndole: “Ven, vamos a ofrecernos por nuestro pueblo".
En virtud de su seguimiento de Cristo y dispuesta por ello al sacrificio, vio
incluso, en su aparente impotencia, un modo de prestar un último servicio a su
pueblo.
Algunos años antes se había comparado a sí misma con la Reina Ester en el
palacio persa durante el exilio de los judíos, antes de Jesús. En una de sus cartas
leemos lo siguiente: 'Confío en que el Señor haya aceptado mi vida por todos
(los judíos). Pienso continuamente en la Reina Ester, que fue tomada de su
pueblo precisamente para presentarse ante el rey por el pueblo. Yo soy una
pobre y pequeña Ester impotente, pero el Rey que me ha elegido es
infinitamente grande y misericordioso"'.
(...) "Edith Stein se encontró con Cristo y este encuentro la llevó, paso a paso, a
la clausura del Carmelo. En el campo de exterminio murió como hija de Israel
"para
Teresagloria
de la del Nombre
Cruz, Santísimo
es decir, (de por
bendecida Dios)" y, al mismo tiempo, como hermana
la cruz".
(...) "Encontró la cruz por la primera vez en la viuda de un compañero de
estudios, mujer fuerte en la fe, para quien la trágica muerte de su marido no fue
ocasión de duda, sino que, en esa circunstancia, sacó fuerza y consuelo de la
cruz de Cristo. Edith Stein escribirá más tarde sobre este hecho: "Fue mi primer
encuentro con la cruz y la fuerza que Dios da a quienes la llevan... En ese
momento, mi incredulidad cayó por tierra... y resplandeció Cristo: Cristo en el
misterio de la cruz".
(...) A la afirmación de su madre de que también se podía ser piadosa siendo
judía, respondió ella: "Cierto; pero cuando no se ha conocido otra cosa".

(...)laElla
no estabasino
pierden, convencida de que,
que la ganan; a quien
pues entra
nuestra en la vida
vocación religiosa, "losestar
es precisamente suyos
ante Dios por todos".
Culminaba su homilía el Papa, en el estadio de Colonia, diciendo: "Bendita sea
Edith Steln, Sor Teresa Benedicta de la Cruz, una verdadera adoradora de Dios,
en espíritu y en verdad". Edith Stein, Teresa Benedicta de la Cruz, se reunió con
Jesucristo en una cámara de gas.

Esposa, madre y religiosa

Juana de Lestonnac nació en Burdeos, Francia, en 1556, hija de padres nobles


(él, francés y ella, castellana). En su familia encontró resistencias para su fe,
desde su propia madre hasta filósofos como su tío Miguel de Montaigne, quien la
llamó: "bella princesa, albergada en magnífico palacio".
Halló la ayuda de Guy, el mayor de sus hermanos varones quien, con sus charlas
fraternales, le dio a conocer lo que aprendía en el colegio que dirigían los Padres
Jesuitas.
De esta manera fortaleció su fe y su devoción a la Virgen, en un ambiente
combatido por la herejía. El barón de Landirás y de la Mothe le rogó que fuera su
esposa. Ello oró, pidiendo discernimiento y claridad para ese paso y aceptó. 24
años estuvo en el baronesado de Landirás, buscando perfección en todo. Tuvo 8
hijos y pronto murieron los 3 primeros.
Con sus dos varones y tres mujeres más, pudo vivir a plenitud su vocación de
madre y de santa, atendiendo a sus colonos, dando hospitalidad a los mendigos,
entregándose de tal manera a los demás que, años más tarde, le dieron el título
de: "Honor y Gloria de Francia y de la Iglesia".
En el año 1597 murió su querido esposo, por lo que tuvo que tomar las riendas
del hogar. En 1604 muere el heredero del baronesado. Su otro hijo, Francisco,
también fundó su hogar. Las hijas María y Magdalena, entraron a las Anunciatas
de Burdeos. Sólo le quedaba su pequeña Juanita, a quien dejó a cargo de
Francisco y su esposa, para poder ingresar en la comunidad de las Fuldenses, en
Tolosa, pues deseaba entregarse plenamente al Señor.
Juanita, la pequeña de la casa, no la quería dejar partir pero, sobreponiéndose,
la dejó, con gran dolor, para irse a cumplir lo que pensaba que era su vocación.
Cuando tomó el hábito, inició una vida llena de penitencias rigurosas, de tal
manera que la superiora la invitó a volver a su castillo de Landirás.
Entonces buscó la manera de cumplir la voluntad de Dios. Soñó con muchas
jóvenes que se iban al abismo y, como fondo, veía a la Virgen María que
procuraba salvar a la juventud. Esa noche, comenzó su esfuerzo por lograr hacer
la voluntad de Dios y aceptar lo que fuera más conveniente para ello.
Vivió la caridad en su palacio, pero continuó pensando, buscando y pidiendo
ayuda para algo mejor. Los Jesuitas Bordes y Raymond le ayudaron a escribir
Reglas con la mentalidad de Ignacio de Loyola, con el objetivo de fundar una
comunidad, que respondiera a sus inquietudes. El 11 de mayo de 1608, tomaron
hábito las 5 primeras religiosas en la Compañía de la Virgen. En 1610, son nueve
las que se entregan en forma total, luego de vicisitudes planteadas por un
Cardenal que las quería ver dentro de las Ursulinas.

Tuvo que sufrir


fundadora muchas
frustrada cruces,ycomo
de Tolosa los desprecios
la traición de una dede
susLucía
hijas,deentre
Teula,
las
primeras religiosas que tuvo, quien por envidia y ambiciones hizo llegar falsas
acusaciones ante el Prelado Superior.
"La parte que Jesús nos da de su cruz nos hace conocer cuánto nos ama",
repetía esta Santa. Continuó así, dando ejemplo de humildad, al preocuparse por
las niñas más pobres. ¿De dónde sacaba fuerzas? De la Eucaristía y la devoción
al Ángel de la Guarda y a la Virgen a la que consagró la Compañía fundada por
ella.
Ejemplo de caridad, en épocas de epidemias, ayudó a los mendigos y
necesitados; vivió pendiente de la Providencia en todas sus empresas. El 2 de
febrero de 1640, en sólo dos días de enfermedad, murió repitiendo los nombres
de Jesús, María y José, dejando organizadas 40 casas del instituto.
Durante la Revolución Francesa, fueron profanados sus restos, enterrándolos
junto a los de un caballo. La madre Duterrail, cuando terminó dicha conmoción,
logró encontrar sus restos y después de 300 años, Pío XII la elevó a la gloria de
los altares el15 de mayo de 1949.
Hoy sus hijas están regadas por todo el mundo y pasan de 115 casas de la
Orden de la Compañía de María Nuestra Señora que procuran vivir el carisma de
quien les enseñó a: "Trabajar o morir por la mayor gloria de Dios".

(Cf. María Ángeles Viguri, O.D.N.)

Heroína de la caridad

María Ráfols obtuvo ese título, conferido por la ciudad de Zaragoza que la acogió
y en la que se santificó ayudando a hacer lo mismo a otras mujeres jóvenes.
Nació el 7 de noviembre de 1781 en Villafranca del Penedés (Barcelona) en una
familia cristiana que la puso a estudiar, movidos por su ingenio y precocidad. Se
encontró con el P. Juan Bonal al organizar una expedición a Zaragoza para ir a
trabajar en un gran Hospital, junto a la Virgen del Pilar, desde el 28 de diciembre
de 1804.
Con caridad paciente en exceso, logró transformar un hospital lleno de desidia y
desorden en una vida religiosa apostólica que la condujo a la envidia e
intolerancia por parte de las autoridades que habían administrado dicho centro.
En 1806, la Madre Ráfols se presentó a examen de Flebotomía, para poder
practicar la operación de sangría, tan frecuente en la medicina de su tiempo.
Durante los dos sitios de Zaragoza organizados por parte de los franceses que la
tomaron, la madre Ráfols y sus Hermanas de la Caridad ayudaron a enfermos y
pobres, sin fijarse en nacionalidades, siendo las personas que vivieron los
derechos humanos, sin tomar en cuenta para nada, ni la raza, el idioma o la
nacionalidad, arriesgando la vida entre balas y bombardeos. En 1808 quedó
Instalado el Hospital de Convalecientes.
Se presentó valientemente ante el general Lannes, jefe francés, buscando
alimentos y la forma de curar heridos, logrando salvar muchas vidas. En 1811
fue reconocida la Hermandad y llegó otra etapa dura. Busca el indulto o huída de
los prisioneros maltratados y hasta los oficiales presos en el castillo también le
solicitan su servicio y su generosa caridad.
Por las fiebres murieron numerosas hermanas jóvenes, pero continuaron
ejerciendo el servicio de la caridad. Cuando los franceses se fueron, se dedicaron
a los niños abandonados. Su mayor sufrimiento: Ver morir a los niños en sus
brazos. Visita las familias que tienen niños en "custodia" para ver si están bien
atendidos; su corazón traspasa los muros del Hospital.
El trienio de 1820 al 23 de radical anticlericalismo prohibe vestir hábito y obligan
a secularizarse a los religiosos de ambos sexos. El 15 de julio de 1824, por fin,
les fueron aprobadas sus Constituciones por el Vicario General y trece Hermanas

pronunciaron
La Madre Ráfolssusse4 dedicó
votos de Pobreza,con
entonces, Castidad,
mayor Obediencia
tiempo, a losy pequeños
Hospitalidad.
sin
hogar. Cuando se declaró la guerra carlista, la Madre Ráfols fue encarcelada y,
posteriormente, desterrada, a pesar de ser declarada inocente. Fue detenida el
11 de mayo de 1834 y trasladada a la antigua cárcel de la Inquisición, destinada
para presos políticos. Allí, junto a otras mujeres, se ocupó de hacer todo el bien
posible durante dos largos meses que finalizaron con el pago de una fianza.
Continuó en ese sitio llamado la Inclusa, esperando la sentencia que llegaría un
año más tarde, declarándola inocente, aunque para sorpresa de todos, se la
obligó a salir de Zaragoza siendo exiliada en Huesca. Allí fue recibida con cariño
por las hermanas que 7 años antes había ido a visitar con permiso de la Sitiada.

Cuando finalizó
Zaragoza y juntolaaguerra carlista,
los niños de la la MadreElMaría
Inclusa. vuelve
número a su querido
de niños Hospital de
abandonados
siguió aumentando al igual que los que morían. La junta decidió colocar a otras
dos hermanas para que le ayudaran.
El 30 de marzo de 1845 llegó su jubilación en atención a su avanzada edad y fue
sustituida por la hermana Teresa Periú. Una vez más, la Madre María resultó de
difícil sustitución por lo que la junta decidió que siguiera a cargo de la Inclusa.
Sufrió una parálisis progresiva, hasta el límite de sus fuerzas y cayó en cama.
"De los últimos momentos de su vida poco puede decirse, porque horas antes de
morir perdió el habla. Sólo observaron que, momentos antes de expirar, miró a
todas con mucho cariño y, sonriente, entregó, con gran paz, su alma al Señor".

Así,de
30 a la edad de
agosto de 1853
setenta y un su
dejaba años y cuarenta
legado: "Serviryanueve
todos,de vida religiosa,alas
principalmente el día
más
pobres y necesitados con una Caridad sin fronteras".
Hoy la siguen, en esos caminos, más de 3.000 hermanas, en diversos países del
mundo. En este año 2004 han cumplido su segundo centenario. Nos unimos,
alegres, a esta efemérides.

(Cf. www.padrínos.org)

Indígena con los indígenas


La Madre Laura Montoya y Upeguinació el 26 de mayo de 1874 en Jericó,
Antioquía, Colombia. "Se hizo indígena con los indígenas para ganarlos a todos
para Cristo". Evangelizó en las selvas de Urabá y del Sarare.

En su juventud
llevar se dedicó
el evangelio a la enseñanza,
a los indígenas pero su
de su tierra. Su verdadera
formación aspiración
académicaera
la la de
recibió en el Colegio del Espíritu Santo de Amalfi y en la escuela de Medellín
Además de la docencia, que desempeñó con especial esmero y consagración, la
Madre Laura se distinguió por sus aptitudes misioneras, labor que realizó con
inteligencia, valentía y entusiasmo.

En 1908 emprendió su primer viaje misionero. Fundó las "Obras de los Indios" y
la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de
Siena, para llegar hasta donde no llegan los sacerdotes.
En 1914 organizó un grupo de señoritas consagradas al servicio de Dios y de los
hermanos más necesitados, dando vida a la congregación que con los años se
extendió a varios países de América Latina.
Defensora de los derechos del indígena y símbolo de la mujer fuerte, la Madre
Laura murió el21 de octubre de 1949 en Medellín. Está considerada como una
figura ejemplar para la historia religiosa de su país.
Envió: Feviva.
La madre, la muerte y el ángel

En pleno
pena díajuego
hacía -por tiempo y por edad-la
con la suelta mujer
cabellera, vestía
los ojos de noche. yLalaoscuridad
insondables túnica. de su
Cansada de llamar a la Muerte que bajó la caperuza, tapó sus oídos y vagó por el
mundo sólo por no oírla, acudió al Ángel.
- Señor: He perdido a mi hijo. ¡Era tan pequeño que cabía exactamente en la
cuna de mis brazos! En vano llamé a la Muerte para que me lo devolviera. ..
- ¿No sabes, Mujer, que la muerte no devuelve nada...?
- Le rogué que me llevara junto a él. No fui escuchada. No tengo paz ni consuelo.
Toda yo soy una estéril lluvia de lágrimas.
- Resignación, Mujer.

- Lo soñé con amor. Lo engendré con amor. Lo esperé con amor. Lo di a luz con
amor... Y me fue arrebatado. No tiene sentido.
- Busca las palabras de la resignación y de la fe -dijo el Ángel y desapareció.
La Mujer cerró sus desolados ojos. Cuando los volvió abrir estaba en una Iglesia
que destilaba esplendor. En los murales, pintores de clara estirpe idealizaron
hasta el arrebato místico, los rostros de vírgenes y santos.
Se arrodilló ante el sacerdote.
- Padre: He perdido a mi hijo. No tengo paz ni consuelo. En vano he llamado a la
Muerte. Vivo en martirio.
- Bienaventurados los que sufren porque de ellos será el reino de los cielos...
Dios da y Dios quita. Tu criatura, mujer, es un ángel grato a los ojos del Señor.
Resignación, hija mía, resignación.
Cubierta con su cabellera como un manto, fue a una sinagoga. Refulgían la
estrella de David y los candelabros de siete brazos. Se arrodilló ante el rabino.
- Señor: He perdido a mi hijo. Lo engendré con alegría. No tengo calma, ni
consuelo, ni encuentro sentido a mi vida. Soy un dolor.
- Un Rabí perdió a su hija recién nacida y, en su acompañamiento, iba alegre...
Cuando le preguntaron el motivo, repuso: "Me alegra devolver a Dios un alma
tan pura como cuando Él me la dio...". Dios da y Dios quita. Resignación, hija
mía, resignación.
Envuelta en la oscuridad de su cabellera y de su pena, la mujer entró en la
mezquita.
La filigrana de la piedra reproducía, hasta el infinito, el nombre de Alá. Se hizo
un ovillo a los pies del Imán.
- Señor: He perdido a mi hijo. Era tan pequeño que mis brazos le bastaban. Lo
amaba y lo perdí. No tengo consuelo.
- La verdadera tumba de los mortales no está en la tierra sino en el corazón de
los
Dioshombres...
da y Dios Tu hijoResignación,
quita. está vivo en hija
tu corazón. Vida y muerte no nos pertenecen,
mía, resignación.
Arrebujada en el manto vivo de su cabellera, la madre entró en una capilla
evangelista. Las paredes eran grises y desnudas. Sólo un crucifijo fino, de
madera negra. En lo alto, los fragmentados colores de un vitral. Dobló su
torturada humanidad ante el Pastor.
- Señor: He perdido a mi hijo. Era tan pequeño y tan grande mi dolor. Vivo
penando y sin consuelo.
- En el día del juicio final veremos los rostros de él y de los seres que amamos.
Dios da y Dios quita. Resignación, hija mía, resignación.
En lágrimas, ya sin fuerzas, la madre era una figura oscura, espasmódicamente
sacudida por los sollozos y el viento. Ajena a la vida que pasaba a su alrededor,
sólo recordaba al hijo que tuvo entre sus brazos y se perdió como en un sueño...
El Portero Celestial, con infinita pena le alzó el rostro.
- Mujer, levántate. Vaya llevarte ante quien comprenderá tu dolor.
Por un instante, la madre abandonó su oscuridad de cuerpo y espíritu.

- ¡Señora...! -suplicó ante la augusta figura. Tú que perdiste a tu Hijo, dime,


¿cuál es la fórmula del consuelo...?
Entonces, a dos mil años del hecho, los ojos de la virgen María se llenaron de
lágrimas…
(María Inés Casalá. Publicado en Diálogo 56)

También podría gustarte