Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todo lo que acaban de decir es muy importante y de gran valor, pero si ustedes se dan cuenta de
algo, todos ellos tienen un factor común y ese factor es el tiempo.
Eclesiastés 3:1
En el libro de Eclesiastés encontramos una frase muy conocida por todas nosotras,
pero a su vez una frase muy ignorada por todos: “Todo tiene su tiempo”.
Sal 31:15
Nuestros tiempos están en las manos de Dios, pero que vamos nosotros a
hacer con ese tiempo?, es nuestra responsabilidad usar ese tiempo de acuerdo
a la voluntad y el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
En que debemos invertir nosotras las mujeres nuestro tiempo, hoy le traje una
pequeña lista, a esta tal vez usted le puede añadir muchas más, pero hoy les quiero
compartir 6 cosas en las que nosotras como mujeres, y vale la pena, debemos
invertir nuestro tiempo.
Es más en
Mateo 22:36-40
Veamos una anotación importante que Jesús hace en esta cita para llegar a amar a
nuestro prójimo es necesario amarnos a nosotros mismo. No podemos amar a
otros si primero no nos amamos a nosotros mismos. Y me gustó algo mucho que
leí que decía Amarme a mí mismo es proveer para mi crecimiento en
cada área de la vida y cuidarme. Y porque me amo, puedo amar al
otro.
Dios nos ha entregado sueños, habilidades, nos ha entregado una identidad, nos
ha entregado autoestima, una autoimagen, todo eso Dios ha puesto en nosotras,
pero el enemigo ha querido distorsionar la imagen de Dios en nosotras.
Es un tiempo de cargar energía, justo y necesario para toda mujer. Por ejemplo
leer un libro acompañado de una taza de café, ir a cine, pasear no sé qué es
aquello que te produce placer que quisieras hacer, pero que tal vez por los afanes
de la vida no sacas ese rato para ti misma, dormir. Ir a un salón de belleza
arreglarnos las uñas, el cabello, que nos consientan.
Estudiar algo aprender algo nuevo, cumplir esa meta de estudiar eso que siempre
quisiste estudiar, nunca es tarde para aprender o emprender algo nuevo, y
tampoco nunca es tarde para desaprender los concepto que durante mucho
tiempo hemos tenido arraigado en nuestro interior sobre nosotras misma que no
podemos, con la ayuda de Dios todo es posible Fil 4:13.
2. Tiempo a nuestra familia y/o pareja: Y, si una familia está dividida contra sí
misma, esa familia no puede mantenerse en pie. Marcos 3:25. Este al igual que el
primero también es un tiempo diferente a los quehaceres, es un tiempo de calidad
que tratas de dar a tus seres queridos, como Tratar de comer juntos, como
sentarte a escuchar las historia de tus padres, planea una salida familiar. No dejes
pasar las fechas importantes de la familia puede hacer un calendario con los
cumpleaños
2
Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3
Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.
El hecho de salir con amigo, de relacionarnos Prov 17:17 En todo tiempo ama el amigo, Y
es como un hermano en tiempo de angustia. El relacionarnos con otros nos ayuda a
reducir los niveles de estrés, mejora nuestra salud física y mental, nos aporta diversión,
favorecen nuestro desarrollo personal, nos sirve de apoyo emocional, y en el ámbito
cristiano nos ayuda a fortalecer nuestra fe, por ejemplo cuando compartimos con nuestros
hermanos en la iglesia, el hecho de escuchar testimonios nos ayuda y nos fortalece.
Dios nos creó para ser seres sociales. El primer comentario negativo en el libro de Génesis
fue que no era bueno para Adán no tener un compañía humana, a pesar de que estaba
rodeado de todos los animales que puedas imaginar. Desde el nacimiento hasta la muerte,
los estudios han demostrado que los humanos necesitan la presencia de otros seres
humanos: contacto físico y conversación. Los bebés que reciben abrazos y conversaciones,
así como la comida, se hacen más grandes y saludables que los bebés alimentados sin
interacción social.
4. Tiempo a nuestra parte espiritual: La Biblia enseña que Dios nuestro Padre
Eterno debe ocupar el primer lugar en nuestra vida. Cuando un intérprete de la ley
le pregunta a Jesucristo cual era el gran mandamiento en la ley, el Señor le responde
y dice: “…Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente.” Mateo 22:37
Esto nos hace ver la necesidad de dedicar tiempo a Dios, por tanto, debemos
dar un espacio amplio, abundante y generoso al Señor y como resultado
vamos a tener un impacto de la presencia de la presencia del Dios Eterno.
Nos podemos hacer una pregunta: ¿Qué lugar ocupa Dios en mi corazón?
Veamos algo: