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Las biomoléculas son Carbono, Hidrogeno, Oxígeno, Nitrógeno, Azufre y Fosforo se encuentran en la
corteza terrestre, en el agua del mar y en la atmósfera en cantidades muy pequeñas también están
presentes en las llamadas rocas organogenias, como el carbón y el petróleo que proceden de la
actividad de seres vivos de épocas pretéritas. Pero ¿cómo adquirieron los primeros organismos vivos
sus biomolecular en un entorno tan pobre en este tipo de sustancias?
En 1922, el bioquímico ruso Aleksandr I. Oparin formuló una hipótesis acerca del origen de la vida
sobre la Tierra, que incluye una explicación sobre el origen de las primeras biomoléculas.
Dice que la atmósfera primitiva de la Tierra era rica en gases como el metano, el amoníaco y el vapor
de agua, y estaba prácticamente exenta de oxígeno; era una atmósfera netamente reductora, muy
diferente al entorno oxidante que hoy conocemos. La energía liberada por las descargas eléctricas de
las frecuentes tormentas y por la intensa actividad volcánica, habría propiciado que estos gases
atmosféricos reaccionasen entre sí para formar compuestos orgánicos sencillos, que a continuación se
disolvían en los primitivos océanos.
Este proceso duró millones de años, durante los cuales los océanos se fueron enriqueciendo
paulatinamente en una gran variedad de compuestos orgánicos; el resultado fue la “sopa primigenia”
que es una disolución caliente y concentrada de moléculas orgánicas. En esta “sopa” algunos de estos
compuestos simples reaccionaban con otros para dar lugar a estructuras más complejas, y así fueron
apareciendo las distintas biomoléculas.
La tendencia de algunas biomoléculas concretas a asociarse en estructuras cada vez más complejas
culminó con el paso del tiempo con la aparición de alguna forma primitiva de organismo celular, que
sería el antepasado común de todos los seres vivos.
Los puntos de vista de Oparin fueron considerados durante mucho tiempo como una mera
especulación, hasta que un experimento, ya clásico, realizado por Stanley Miller en 1953 vino a
corroborarlos. Miller sometió los gases de la atmósfera primitiva que son: metano representado por
CH4, amoniaco representado por NH3, vapor de agua y H2 a descargas eléctricas producidas entre un
par de electrodos durante períodos de una semana o más; todo ello en un dispositivo como el de la
imagen. Las descargas eléctricas tenían la finalidad de simular las frecuentes tormentas de la
atmósfera primitiva. Al analizar el contenido del recipiente de reacción, encontrando que en la fase
gaseosa, además de los gases que había introducido inicialmente, se habían formado CO y CO2,
mientras que en la fase acuosa obtenida por enfriamiento había aparecido una gran variedad de
compuestos orgánicos, entre los que se contaban algunos aminoácidos, aldehídos y ácidos orgánicos.
Miller llegó incluso a deducir la secuencia de reacciones que había tenido lugar en el recipiente.
Experimentos posteriores al de Miller, realizados con dispositivos más avanzados, han corroborado
que la síntesis abiótica de biomoléculas es posible en condiciones muy diversas. No sólo las
descargas eléctricas, sino también otras fuentes de energía que pudieron estar presentes en la Tierra
primitiva, como los rayos X, la radiación UV, la luz visible, la radiación gamma, el calor o los
ultrasonidos, pueden inducir el proceso.
Además se demostró que no es imprescindible partir de gases tan reducidos como el metano y el
amoníaco: mezclas convenientemente irradiadas de CO, CO2, N2 y O2 también dan lugar a gran
variedad de compuestos orgánicos. En resumen, los experimentos sobre la formación espontánea de
biomoléculas en condiciones similares a las de la Tierra primitiva indican que muchos de los
componentes químicos de las células vivas pudieron haberse formado en esas condiciones.
Carbohidratos. Los carbohidratos realizan funciones vitales en los organismos vivos, forman la
estructura esquelética de plantas, insectos y crustáceos, al igual que forman la estructura exterior de
los microorganismos.
Además de los ácidos nucleicos que tienen como funciones principales son la suplicación del ADN, la
codificación del mensaje genético y se encarga del correcto funcionamiento de la célula.
Especialización y diferenciación
Las biomoléculas son los antepasados biológicos de un vasto número de compuestos orgánicos
diferentes que se hallan en las diversas especies de organismos vivos actuales, por ende a medida
que los organismos vivos evolucionaban se desarrollaban nuevas, muchas de las biomoléculas
especializadas son extremadamente complejas y parecen conservar poca semejanza con las 30
biomoléculas primordiales.
Hasta ahora se han encontrado en el mundo alrededor de 150 aminoácidos diferentes. Que derivan de
los 20 aminoácidos fundamentales utilizados en la construcción de proteínas. Se conocen docenas de
nucleótidos diferentes y de derivados conteniendo todos descendientes de las cinco bases
nitrogenadas principales.
Solo de la glucosa derivan unos 70 azucares sencillos, a partir de los cuales se forma gran variedad de
polisacáridos en diferentes organismos. Existen muchos ácidos grasos diferentes. Todos ellos
descendientes de uno de los primordiales. Pero a grandes rasgos las Biomoléculas se dividen en
orgánicas e inorgánicas:
Orgánicas: son compuestos de carbono sus enlaces químicos fundamentales se realizan entre átomos
de carbono o entre estos y átomos de hidrógeno formando una estructura base hidrocarbonada.
Los átomos de carbono se unen con los demás bioelementos y esto produce el aumento de la
complejidad de las moléculas y la aparición de grupos funcionales, que son grupos de átomos que
confieren propiedades fisicoquímicas concretas y específicas a las moléculas hidrocarbonadas que
las presentan.
Éstas son las principales: carbohidratos, lípidos, proteínas y Ácidos nucleicos que desempeñan una
serie de funciones importantes para la vida. Inorgánicas: son las que no están formadas por
cadenas de carbono e hidrógeno y pueden encontrarse dentro y fuera de los seres vivos como son
el agua, las sales minerales o los gases.
Dimensiones y formas
Las biomoléculas como toda molécula poseen distintas formas, estructuras y dimensiones que le
permiten anclar todos los elementos que éstas requieren para su transformación a dicha molécula.
Pueden tener forma de anillos, cadenas, dobles cadenas, ramificaciones y pueden ser plasmados en 2
o 3 dimensiones. Todas estas formas representadas en sus fórmulas desarrolladas o representaciones
Estructuras supramoleculares
Estructuras supramoleculares con uniones no covalentes, éstas tienen misiones muy variadas como
algunas con función estructural, intracelulares o extracelulares, con función enzimática, con función
contráctil, con funciones de interacción, regulación metabólica y con propiedades autorreplicativas.
Ejemplo más amplio de las supramoleculas en el cuerpo es en los filamentos gruesos de las
miofibrillas del musculo esquelético.