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Analiza los principales hechos que propiciaron la demás, así como los aspectos

procesales relevantes.
1. Aspecto fáctico.
Los hechos que dieron origen al presente caso datan de enero de 1989, y se
ubican geográficamente en el hermano país de Colombia, específicamente en la
localidad de la Rochela, en las circunstancias en las que quince miembros de una
comisión judicial se dirigieron hacia la localidad de La Rochela. Dicho grupo tenía la
misión de investigar las ejecuciones cometidas en perjuicio de 19 comerciantes en
dicha región.
Las personas fueron interceptadas por un grupo paramilitar denominado “Los
Masetos”. Ellos dispararon contra los vehículos en los que se encontraban los
funcionarios de la comisión judicial. En razón de ello Mariela Morales Caro, Pablo
Antonio Beltrán Palomino, Virgilio Hernández Serrano, Carlos Fernando Castillo
Zapata, Luis Orlando Hernández Muñoz, Yul Germán Monroy Ramírez, Gabriel
Enrique Vesga Fonseca, Benhur Iván Guasca Castro, Orlando Morales Cárdenas,
César Augusto Morales Cepeda, Arnulfo Mejía Duarte y Samuel Vargas Páez
fallecieron.
Es por esta razón que los familiares de las víctimas, interponen una serie de
recursos antes las autoridades colombianas, las mismas que no surten efectos, pues
no se llegó a investigar efectivamente lo sucedido, ni se pudo sancionar a los
responsables. Es por eso que, debidamente representado por el Centro por la Justicia
y el Derecho Internacional (CEJIL) y el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”
inician el camino pasando por la petición ante la Corte IDH y luego obtener una
sentencia por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
2. Aspectos procesales relevantes.

2.1. Procedimiento ante la Corte IDH


Para efectos del presente caso, hemos omitido desarrollar el procedimiento ante la
Comisión Interamericana. No obstante, sí es importante señalar el camino que recorrió
la petición formulada por la CIDH y la petición presentada por los representados de la
víctima ante la Corte IDH y bajo ese comentario tenemos los siguientes pasos
explicado cronológicamente:
a) Petición de la CIDH. - El 10 de marzo de 2006, la CIDH presentó la demanda
ante la Corte IDH para definir si el Estado colombiano violó los derechos
consagrados en el artículo 4 (Derecho a la vida) de la Convención Americana, en
adelante CADH, en perjuicio de las doce presuntas víctimas fallecidas. A su vez,
por la violación del artículo 5 (Derecho a la integridad personal), el artículo 8
(Garantías Judiciales) y 25 (Protección judicial) de la CADH, todos en relación con
el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de las presuntas víctimas y sus familiares.
b) Petición de los representantes de las víctimas: Los representantes
coincidieron con lo alegado por la CIDH. Adicionalmente indicaron que el Estado
violó los artículos 7 (Libertad personal) y 13.1 (Libertad de pensamiento y de
expresión) de la CADH, y el artículo 2 de la citada convención en relación con los
artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección judicial) de la misma. Asimismo,
señalaron que consideran que el Estado violó el artículo 4 (Derecho a la vida) de la
CADH, en relación con la obligación establecida en el artículo 1.1 de la misma,
también en perjuicio de las tres presuntas víctimas que se encuentran con vida.
Se fijo fecha de audiencia ante la Corte IDH, el 31 de enero del 2007 y 1 de
febrero de 2007. Se dictaron medidas provisionales otorgadas el 19 de noviembre de
2009.
3. Derechos vulnerados.

Para efectos del presente trabajo desarrollaré dos derechos vulnerados por
cada grupo de peticionantes; es decir: los que alegan la CIDH y las victimas,
representadas por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y
el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo

3.1. Alegados por la CIDH.


3.1.1 Derecho a la libertad personal. En la medida que se determinó e incluso
Colombia reconoció que los 15 funcionarios integrantes de la Comisión Judicial
estuvieron detenidos ilegal y arbitrariamente durante horas bajo el control de
miembros del grupo paramilitar “Los Masetos” y bajo las circunstancias descritas
fueron obligados a entregar las armas, dejarse amarrar y ser introducidos en
automóviles, impidiéndose cualquier posibilidad de que operaran a su favor las
salvaguardas de la libertad personal consagradas en el artículo 7 de la Convención
Americana.
3.1.2. Derecho a la integridad personal. Por cuanto los quince integrantes de la
Comisión Judicial fueron sometidos a masacres y esta masacre no se produjo una
vez detenidos, sino que transcurrieron aproximadamente tres horas durante las
cuales dichas personas fueron intencionalmente sometidas a sufrimientos intensos
al ser amenazadas, intimidadas y engañadas por un grupo de paramilitares que les
superaba numéricamente y en cuanto a la cantidad y alcance del armamento que
portaban; obligadas a entregar las pocas armas que portaban; mantenidas
encerradas y custodiadas durante horas y, en dichas circunstancias, interrogadas
sobre las investigaciones judiciales que estaban realizando; atadas con las manos
por atrás de la espalda; obligadas a subirse a los dos automóviles y llevadas sin
saber su destino durante aproximadamente unos tres kilómetros (…).
3.2. Alegados por las víctimas, representadas por el Centro por la Justicia
y el Derecho Internacional (CEJIL) y el Colectivo de Abogados “José
Alvear Restrepo.

3.2.1. Garantías judiciales y protección judicial.


Es necesario poner énfasis que el Estado colombiano, reconoció parcialmente su
responsabilidad por la violación de los artículos 8, 25 y 1.1 de la Convención, el
propio Estado aceptó que la “falta de efectividad judicial” se ve reflejada, inter alia,
en que: i) la duración total de los procesos supera los 17 años y en algunos no se
ha llegado a una conclusión definitiva que permita conocer toda la verdad; ii) no se
ha sancionado a todos los sujetos vinculados con la masacre; iii) hubo prolongados
períodos de inactividad procesal; y iv) “han surgido problemas jurídico-procesales
para continuar adelante con las investigaciones, ante fenómenos como la
prescripción o la cosa juzgada”. Al mismo tiempo, el Estado afirmó que su
responsabilidad es parcial porque “aún existen procesos judiciales pendientes
encausados para sancionar a los responsables intelectuales y materiales” y porque
se opone a determinadas afirmaciones de la Comisión y los representantes. (…)

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