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Proyecto frustrado

Florencia Rossi

Otro día gris, como siempre. Hombres que regresan de trabajar toda la noche,

mujeres que salen a buscar comida, niños que piden dinero. La misma historia de todas

las mañanas.

Al final de la calle Adeline, en la pequeña casa del fondo, un joven trabaja en un

proyecto. Hace meses que se escuchan martillazos y engranajes. Después de tanto

tiempo de trabajo, Jack Sulyvan termina su invento. Se espera que esta máquina ayude a

toda la clase media/baja de Londres. Lo que el joven ingles espera de este maravilloso

invento es simple. Gracias a su inteligencia, esta máquina debería de poder ayudar a su

gente en todos los aspectos. El “Raganar Blackmane” con su avanzada tecnología se

puede encargar de las tareas del hogar, limpieza de la ciudad y puede dar atención

médica a aquellos que la necesiten en cualquier momento. Jack esperaba que su invento

este al alcance de todos siempre que pueda.

Tras una semana de ajustar detalles, la nueva máquina salió a las calles de

Londres a ayudar. Despues de varios años, por primera vez en mucho tiempo, las

personas eran felices. Hombres y mujeres de todas las edades comenzaron a sonreír. El

nuevo invento estaba cumpliendo con su objetivo y Jack era feliz porque había logrado

ayudar a toda su gente.

Del otro lado de la ciudad, en los barrios de la alta sociedad, la noticia del gran

proyecto que había logrado Jack Sulyvan llego a las calles. Todo el mundo estaba

preocupado porque su fortuna dependía de las tareas que realizaban las personas de la

baja sociedad.
Meses después, el invento de Jack sigue funcionando y mejorando la situación

de las personas de clase baja. Las personas viven una mejor vida y le agradecen todos

los días al joven inventor. Mientras tanto, en la otra punta de Londres, varios

empresarios estuvieron buscando la forma de hacer fallar el invento de Jack y hoy

encontraron la solución. Leonard Thatcher, dueño de una de las grandes empresas en

Londres, propuso la idea de interferir en el sistema del “Raganar Blackmane”. A

muchos les gustó la idea, pero nadie sabía cómo ponerla en acción. En el medio del

silencio, al fondo del salón, se escuchó una voz ofreciéndose a sabotear el sistema desde

alguna computadora. Todas las personas presentes se alegraron y pidieron que por favor

se acercara a la luz para poder verlo. El público quedo sorprendido al ver a un joven del

nivel social bajo. Todos empezaron a preguntarse cómo había entrado al lugar y porque

estaba dispuesto a dañar a su gente. Luego de unos segundos el joven se presentó.

Su nombre era John Lester y tenía un gran odio al inventor Jack Sulyvan.

Tiempo atrás, en su adolescencia, Jack y John se dedicaban a robar alimento para poder

vivir. En uno de esos robos, los jóvenes fueron descubiertos por la policía y para

salvarse comenzaron a correr. Durante la persecución, un policía le disparo al hermano

de John. El joven le pido ayuda a Jack para poder cargarlo y llevarlo a un lugar seguro.

Al cabo de unos segundos John se dio cuenta de que su amigo no estaba y que lo había

abandonado. Los policías fueron tras el dejando a John y su hermano herido gravemente

en el medo de la calle. Minutos después su hermano había muerto y con eso despertó un

profundo sentimiento de venganza. Ese mismo día, John juro vengarse de Jack Sulyvan

por la muerte de su hermano.

Una semana después, llego el día del sabotaje. El “Raganar Blackmane” estaba

limpiando las calles mientras que los hombres y las mujeres trabajaban. John Lester se

encontraba en la casa de Leonard Thatcher para poder cumplir con su plan. Primero
descifró el código de seguridad del sistema, después busco los planos del robot y la

forma en la que recibía la información. Por último, cambio por completo la

programación a una que arruine todo el trabajo hecho en los últimos meses. Terminado

este último paso, John presiono el botón para dar inicio a lo que se convertiría en el fin

del mundo.

Horas más tarde, Jack Sulyvan se encontraba caminando por las calles de su

barrio cuando escucho gritos aterradores. Corrió hacia el lugar de donde venían y se

encontró con la peor imagen que pudo haber imaginado. Una de las fabricas más

importantes se encontraba en llamas. Muchos trabajadores salían corriendo del

establecimiento, pero otros no podían encontrar salida. Apenas vieron a Jack, todo el

mundo se acercó rápidamente a él para preguntarle qué había pasado, que estaba

sucediendo y como lo iba a arreglar. El joven no pudo responder ninguna de las

preguntas y se fue corriendo a su hogar.

Al llegar a su pequeña casa, Jack abrió su computadora y entro al sistema del

robot. No podía creer lo que había pasado, sabía que nadie podía interferir con la

programación del robot. Inmediatamente comenzó a idear un nuevo plan para destruir al

robot. Despues de horas de trabajo se dio cuenta que todos sus planes terminaban con la

misma solución, el fin del mundo. Pensó y pensó, pero no encontró otra forma, ese era

su destino final.

Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad, los empresarios festejaban su

triunfo y le agradecían a John. Miraban por la ventana la horrible situación y se reían al

contemplar el desastre que habían comenzado.

Despues del incendio en la fábrica y la destrucción de varios edificios el

“Raganar Blackmane” comenzó a destruir los hogares de la aristocracia. Los


empresarios y sus familias empezaron a entrar en pánico porque su plan no estaba

saliendo como lo habían planeado. Le pidieron a John Lester que cancelara la

programación, pero ya era muy tarde, el sistema no podía ser alterado de ninguna

manera.

El robot seguía destruyendo la ciudad a cada paso que daba. Jack Sulyvan

comenzó a pensar una forma en la cual podría destruir el robot para terminar con el

sufrimiento de las familias y sus conocidos. Revolviendo cajones encontró el primer

plano del “Raganar Blackmane” y encontró la solución. El plano decía que el robot

funcionaba con baterías de energía nuclear. Para logar destruirlo tenía que encontrar

alguna forma en la que esa energía se activara y causara una gran explosión. Recordó

que en una de las primeras pruebas surgió una explosión porque las baterías habían

entrado en corto circuito con el agua. Rápidamente dejo su casa, y fue corriendo hacia el

lugar donde estaba el “Raganar Blackmane”.

Despues de correr un par de calles lo encontró. Estaban solo Jack y el robot.

Apenas pudo, llamó su atención y lo desvió hasta la laguna más cercana. Cuando se

encontraba a un par de pasos, una lagrima se empezó a desplazar por el rostro de Jack

Sulyvan. Esa lagrima no solo expresaba la tristeza que sentina por todo lo sucedido, sino

que también, la decepción de haber creado un proyecto que provoco el final de la

humanidad.

Silencio era lo único que había. No había nada más que eso. El “Raganar

Blackmane” convertido en pedazos y Jack Sulyvan tirado en el piso, abrazando el

primer plano de ese proyecto frustrado.

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