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poemas surtidos

carlos domingo
2
© Carlos Domingo
Barcelona, 2016
Dibujo de portada:
Cubículo brotado
Carlos Domingo

Argentina, Venezuela, desde 1950


Barcelona, España, 2016

3
Poemas surtidos

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Contenido
Canto general a la basura y
desperdicios, 8
El Balance, 21
Panegírico de la Fonoaudiologística, 26
El Algebrista, 30
Caída de piano en mudanza,32
A mi primer reloj, 33
Fábulas, 34

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7
Canto general a la basura y
desperdicios
Epílogo

1
Aquí se alza mi voz por vez postrera
para cantar con apolínea altura
la notable e insólita manera
de elección para rey de la basura,
esto es, de la fantástica carrera
de carros realizada en la llanura
formada por la céntrica avenida
la más ancha del mundo conocida.

2
Conducido en las alas de mi mente
y por la sabia mano de mi musa
aparece ante mi súbitamente
en profusión innúmera y confusa
gran multitud de carros y de gente
que alumbra el alba con su luz difusa
y que con grande apuro y diligencia
se aprestan a la magna competencia.

8
3
Y como ya los rayos de la aurora
ornados de arreboles y celajes
iluminan con luz deslumbradora
la multitud ingente de carruajes
puedes ¡Oh musa! designar ahora
los nombres de los grandes personajes
que dan lustre y honor con su presencia
a la inmensa y selecta concurrencia.

4
Primero está Joaquín Pérez Velarde
con cuatro toneladas de basura,
sus corceles apresta en los que arde
el afán de iniciar prueba dura;
haciendo de destreza gran alarde
se prepara Don Rómulo Ventura
y el famoso Venancio Peñalarga
que blasona también roñosa carga.

5
Está también Jerónimo Cardoso
preparando su ajuar para la prueba
cargamento pesado y asqueroso
sobre enorme carro es el que lleva
a su lado aparéjase afanoso
el afamado Federico Trueba
9
y el conocido Cátulo Barrientos
que reparte basura a cuatro vientos.

6
Y otros muchos están, hombro con hombro,
otros diez, otros veinte y otros ciento
y otros ciento cincuenta que no nombro
pues se haría demasiado largo el cuento.
Hay quien carga basura, quien escombro
hay quien trabaja rápido, quien lento,
quien reposa tranquilo, quien se agita
quien bebe, quien discute, quien medita.

7
Cinco hileras de carros enfilados
a todo el ancho están de la avenida
los que van delanteros más cargados
para ser su ventaja disminuida.
Ya están todas las cosas preparadas
para dar la señal de la partida
nadie se atreve a hacer el menor ruido
mientras atiende al toque convenido.

8
El toque de clarín rompe los vientos
y del silencio a la gran turba saca
hay quien pega sin muchos miramientos
10
a su caballo con pesada estaca
quien maldice a los santos sacramentos
porque asustado su corcel se empaca
quien se lanza sin freno y sin trabajo
echando mil demonios, calle abajo.

9
Igual que cuando el río turbulento
se desborda e inunda la llanura
o como el mar que henchido por el viento
a la playa da acuosa sepultura
cubre así la avenida en un momento
la multitud de carros de basura
y el aire surcan rústicos sonidos
relinchos, maldiciones y alaridos.

10
Unos avanzan cautos hacia el medio
otros toman sin miedo por la acera
hay quien choca y se vuelca sin remedio
esparciendo basura por doquiera
otro halla el subterráneo de por medio
y a los tumbos desciende la escalera
otro su carro sin querer desvía
y se introduce en una lechería.

11
11
Se amontonan mirones y curiosos
atraídos del polvo y de los gritos
muchos partido toman afanosos
enemigos marcando y favoritos.
Surgen desde lugares misteriosos
vendedores de chuenga y cubanitos
y a la ventana asoma algún vecino
alarmado del ruido matutino.

12
Hay quien piensa que el río se desborda
o que algún terremoto lo hunde todo
hay quien hace al bullicio oreja sorda
y prosigue su sueño de igual modo
hay quien piensa que al fin se armó la gorda
y espera entusiasmado un acomodo
en el orden social que se avecina
surgido del motín que él imagina.

13
Llegan en tanto algunos a Lavalle
va primero Jerónimo Cardoso,
cayéndole basura por la calle
se pone el pavimento resbaloso,
avanza sin cuidar este detalle
gritando y maldiciendo sin reposo
12
empuñando su látigo en la mano
con yerto cuello y corazón ufano.

14
Don Federico Trueba va segundo
y viendo que Cardoso le aventaja
deja al punto las riendas furibundo
trepando por su carro hasta la caja
arroja cargamento nauseabundo
y así el peso del carro se rebaja
y en forma tan patente lo aligera
que comienza a tomar la delantera.

15
La magnífica idea surte efecto
y el ejemplo bien pronto es imitado
cada cual lanza cargamento infecto
sin cesar hacia el uno y otro lado
se puebla de inmundicias gran trayecto
y el aire se oscurece hasta tal grado
que sólo se divisa informe masa
y ninguno distingue lo que pasa.

16
Cuando van acercándose a Corrientes
se aclara la tormenta de basura
han volcado ya algunos contendientes
13
y va primero Rómulo Ventura
uno de los más rápidos siguientes
a su lado afanoso se apresura
mas choca el obelisco y se hace trizas
esparciendo basuras y cenizas.

17
Así corre Don Rómulo adelante
entonando su grito belicoso
su ventaja ya es neta e importante
y su ánimo resuelto y empeñoso.
Cien metros de los otro va adelante
cuando en ágil avance y poderoso
Joaquín Pérez Velarde con gran brío
presenta a su victoria desafío.

18
Cual dos flores que crecen en el prado
un blanco lirio y una rosa pura
y cada cual es bella en sumo grado
compitiendo en fragancia y hermosura
así compiten en el altercado
los dos potentes carros de basura
que se destacan como dos gigantes
entre tantos ilustres contrincantes.

14
19
Joaquín Pérez Velarde audaz avanza
sin poder superar a su adversario
y cuando el carro de Ventura alcanza
en modo peligroso y temerario
encendidas basuras sobre él lanza
con artero propósito incendiario
de manera que en muchos carros luego
sus destructivas lenguas alza el fuego.

20
Tres carros de bomberos preparados
que estaban apostados en Alsina
tocando la campana y desbocados
hacia la turba van que se avecina
dos de ellos son de súbito arrollados
y el otro que a escapar tan sólo atina
para no terminar de igual manera
se mezcla y se confunde en la carrera.

21
Cunde en la retaguardia el desaliento
por los choques, incendios y otros males
algunos abandonan al momento
su carro en locaciones anormales
otros que en la revuelta su elemento
encuentran para acciones ilegales
15
se entregan al pillaje y los excesos
ocurriendo vandálicos sucesos.

22
Don Federico Trueba mientras tanto
consigue retomar la delantera
enarbolando negro y sucio manto
que hace flamear a modo de bandera
a Belgrano se acerca en su adelanto
do el rumbo ha de torcer de la carrera
y en donde el riesgo aumentará por obra
de la apremiante y rápida maniobra.

23
Ya doblan los primeros por Belgrano
en peligrosa y rápida carrera
sin distinción tomando cualquier mano
y yendo por la calle y por la acera
cada cual se adelanta muy ufano
sin reparar el medio o la manera
y busca descartar al contrincante
llevándoselo todo por delante.

24
Como el mar en potente marejada
a un estuario sus olas precipita
y oprimido en tan ínfima morada
16
con peligrosos vórtices se agita
de tal forma la turba arrebatada
de carros se revuelve y se encabrita
tratando cada cual pasar primero
al nuevo y más estrecho derrotero.

25
Los caballos de algunos se desbocan
por el ruido y los choque espantados
otros tumulto y confusión provocan
al querer retornar amedrentados
al riesgoso trabajo otros se abocan
de desplazar el carro a los costados
y escapar por las calles laterales
para evitar así mayores males.

26
En Diagonal penetran los primeros
entre los edificios desfilando
donde cirujas hay y basureros
que aclaman a los de uno y otro bando
insultando, gritando desafueros
y sucios desperdicios arrojando
a manera de aliento y de saludo
con los más bravos del combate rudo.

17
27
Los que van terminando la carrera
responden al insólito homenaje
cada cual lanza de cualquier manera
el resto de lo que hay en su carruaje.
Vuela escombro y cenizas por doquiera
transformando de súbito el paisaje
y formando fantástica espesura
de torrentes y montes de basura.

28
Igual que cuando suben hasta el cielo
en las fiestas los fuegos de artificio
así en alas del viento alza su vuelo
nube inmensa de polvo y desperdicio
los restos y ceniza hacen un velo
que cubre toda casa y edificio
y forman torbellinos de basuras,
que se elevan en triunfo a las alturas.

29
En tanto en la vanguardia va creciendo
la puja con encono y con fiereza
pues algunos la meta ya están viendo
y se arrojan hacia ella de cabeza
otros lanzan basura pretendiendo
a sus carros dotar de ligereza
18
o aún de lastimar a contendientes
con basuras y objetos contundentes.

30
Otros viendo su puesto en desventaja
con desesperación hacen coraje
y se acercan a quien les aventaja
a quitarle las riendas del carruaje
hay quien al conductor del carro baja
hay escenas de lucha y abordaje
y se producen muchas cosas feas,
altercados, insultos y peleas.

31
Ya se acercan algunos a la meta
que en la estatua de Roca está ubicada
con jueces, dos heraldos con trompeta
y una cinta en la calle atravesada.
Todos lucen sus trajes de etiqueta
la banda de homenaje está aprestada
y pululan curiosos, periodistas,
magistrados, fotógrafos y artistas.

32
Llegan ya los primeros contendientes
y atropellan la meta y el jurado
hay confusión, corridas y accidentes
19
y no es posible ver quién ha ganado
hay robos de trofeos evidentes
hay vuelcos de los carros que han llegado
y chocan con violencia partidarios
que vivan a diversos adversarios.

33
Del edificio de Perú entretanto
arrecia la avalancha de basura
tiran por las ventanas todo cuanto
se encuentra en su vetusta arquitectura
ventanas, aparejos, cal y canto,
ladrillos y pedazos de estructura
y caen esparcidos o en montones
equipos, profesores y ratones.

34
Y así en lluvia continua van cayendo
inútiles objetos y elementos
hasta que al fin con pavoroso estruendo
cede la construcción y sus cimientos
entonces a los restos van subiendo
cirujas, basureros y harapientos
que forman de las ruinas en la altura
el grandioso festín de basura.

Fin
20
El Balance
(poema inconcluso)

¿Quién dijo que es preciso hacer balance?


Si todo se quedó del mismo lado,
¡si el haber se redujo a conjeturas
en manos de hipotéticos terceros!
Si cuando al fin llegamos ya se habían
apropiado de puestos y letreros,
de palabras, parcelas y escritorios,
de gorras, uniformes y bastones.

Si ya nos programaron la alegría,


los saltos, ocurrencias y estornudos.
Lo demás ya pasó o está prohibido.
¿y entonces qué? ¿seguir atando huecos?
¿transformarse en recíproco de nadie?
¿Legalizar los saldos negativos
Sacando rebanadas al vacío
e inundar la esperanza de tortugas?
¿O perderse al ocaso en bicicleta
perseguido de cerca por palabras?

21
Porque cuando atardece en el cerebro
y se va desvistiendo el esqueleto
se descuelgan por obvias rajaduras
los sobrantes, los gritos comprimidos,
los posibles senderos con censura,
heroísmos ahogados con refrescos,
los amores y juegos sofocados.

Brotan de los lugares más audaces,


y asaltan desde poros inmediatos
para no perder tiempo en horizontes.
¡No los dejen, Dios mío, no los dejen!
¡Van a ocuparlo todo con su aliento,
se prorrogan en todas direcciones,
recrían y establecen sucursales!
Desfile de parásitos heridos
que van de ningún lado a ningún otro!

Puedo tal vez volverme especialista


adornar mi perímetro con dientes
y aguzando mi lengua de esmeriles
destilar un aliento hipocloroso.
Que nadie se apersone y me acometa:
lo empalmo, cuadriculo y diagnóstico,
salpico sus atuendos con sofismas
y expuesto su cerebro a la intemperie
escapa con el alma interpretada.

22
¡Que hablen de mí en proverbio malheridos
rumiando cicatrices de escarmiento!
¿Más para qué? Sabemos que tampoco
se soportan agujas en el cráneo,
las uñas también crecen hacia adentro,
y trepan cucarachas por la tráquea.
Y una noche de estrellas clandestinas
me avistarán huyendo de mí mismo
desnudo, enjabonado y con paraguas.

Puedo también trajearme de manuales,


engordar en almuerzos vitalicios
con una beatitud remunerada
y un amable talante con diploma,
disfrazar los sarcasmos de alusiones
y en la complicidad sobreentendida
ir contabilizando tolerancias.

Aunque en la noche cuelgue la sonrisa


y enfrentando un insomnio de amenazas
busque atajar los monstruos presentidos
con candados de fármacos y letras
en una calma llena de ganzúas.
O puedo pisar placas con raíces
ir arropaviejándome de almenas
y apelando a solemnes geometrías
exhibir una lógica inclemente.

23
¡Que vengan los sofistas en bandadas!
encontrarán axiomas remachados
argumentos de acero inexpugnable
reforzando paredes de teoremas
que aplastarán las dudas más hirientes!
Pero.... ¡también se pudren los peñascos!
Ni se provoca en vano al terremoto
Que rumia paradojas en las bases.

Y hay quienes han tenido por urgencia


que escaparse por cloacas y albañales
dejando atrás libradas a su antojo
polémicas de atroz mampostería.
O quizá rezumar resentimiento
anegando los huecos insufribles
de creyentes pateados y vacíos.
¡Venid a mí los puros maltratados,
Humildes hartos de excrementofagia
vosotros sois la sal del universo!
¡Os ofrezco un hartazgo de venganza!
Ya vengo con mi ejército de avispas
Para inyectar a vuestros victimarios.
Verán que se apoyaban en el moco.
Pensando en privilegios heredables
Construyeron palacios en la sarna.
Y ahora ven que las piedras protectoras
apuestan divertidas a sus cráneos.

24
Veréis, los orgullosos implorando
Con bocas atestadas de panales
Y el esófago lleno de aguijones.
Y podréis desde palcos acolchados
ejercitar una piedad sin riesgo
adornada de hipócritas humores.

Pero ¡también la astucia me atraganta!


éxitos apestados de derrotas
plagados de laureles nauseabundos.
Y al voltearme buscando partidarios
sólo diviso guerras de gusanos
e ideas cansadas que sudando gorras.

Y apuñaleos de interpretaciones
disputan mi doctrina maloliente.
¡General victorioso que en la noche
deserta vomitando sus principios
y atascando el retrete de medallas
se fuga sin que nadie lo persiga!

25
Panegírico de la
Fonoaudiologística
Buenos Aires 1950
a Amor Cloé López, fonoaudióloga

Cosa es que pone neurótico


y causa impaciencia agónica
el ver tanta gente afónica
o sorda en un grado tal,
que ya no resulta exótico
pedir un estricto y lógico
estudio fonoaudiológico
para remediar el mal.

Y no es cosa extemporánea
quitar mal tan poco eufónico
antes que se vuelva crónico,
y más en este lugar
en que afluencia foránea
de manera sistemática
la nitidez idiomática
ha venido a amenazar.

26
Nuestros paisanos mismísimos
los de la zona más tórrida
alteran en forma hórrida
las leyes del bien decir
y dan ejemplos tristísimos
de alteraciones silábicas
que en ellos ya son atávicas
y duras de corregir.

Y es un caso sintomático
el de aquella gente apática
que con bebida no acuática
se suele estropear la voz
o del sujeto maniático
que al tomar bebida frígida
(muchas veces casi rígida)
queda con ronquera atroz.

Y llegan a estados críticos


los descuidados y cínicos
que con humos nicotínicos
la voz se echan a perder
o, los que en actos políticos,
para atraer catecúmenos
se ponen como energúmenos
gritando a más no poder.

27
Y es algo muy antiestético,
pasando ya al campo acústico,
ver gentes de oído rústico
o sordos a más no dar,
y uno se pone frenético
dando gritos estentóreos
y ellos fijos, como arbóreos,
prosiguen sin escuchar.

Y en grita tan antipática


a más de quedar afónico
el son ronco e inarmónico
ensordece a los demás
y así, de forma automática,
esta epidemia tan tétrica
crece en progresión geométrica
aumentando más y más.

Y es una cosa ridícula,


tanto que nada hay análogo,
si dos sordos en un diálogo
entreverados se ven,
y uno habla de la canícula
y el otro entiende otro artículo
y le habla de otro adminículo
creyendo contestar bien.

28
Y no digo si hay un tríptico,
porque resulta patético
el conflicto audio-fonético
que entonces tiene lugar:
un cúmulo apocalíptico
de cláusulas paradójicas
y conclusiones ilógicas
propias de locos de atar.

Estos males nada insólitos,


aún en los tiempos pacíficos,
nos dan ejemplos magníficos
que muestran con claridad
que han de aumentar los acólitos
de la fonoaudiologística
por ser tan característica
su urgencia y necesidad.
Y es conclusión categórica
de premisas tan explícitas
que entre las tareas lícitas
que se pueden emprender
el iniciar la obra histórica
de estudio fonoaudiológico
es, en orden cronológico,
lo primero que hay que hacer.

29
El Algebrista

Dedicado a Villamayor mi estimado profesor de


Álgebra abstracta en el Instituto de Matemáticas de
Mendoza en 1964. Villamayor, había sido ingeniero
aeronáutico y renegado de toda aplicación de las
Matemáticas se dedicó a investigar en anillos,
publicó este tango en los “proceedings” de un
congreso de Álgebra. El amigo Enzo Gentile, lo
cantaba con su excelente voz de bajo y música del
tango Mano a Mano de Gardel y Razano.

Mendoza 1954

30
Algebrista te volviste Pero no engrupís a nadie
refinado hasta la esencia y es inútil que te embales
oligarca de la ciencia con anillos e ideales
matemático bacán. y con álgebras de Boole.

y hoy mirás a los que sudan Todos saben que hace poco
en las otras disciplinas resolviste hasta matrices
como dama a pobres minas y rastreabas las raíces
que laburan por el pan. con el método de Sturm.

¿Te acordás que en otros tiempos Pero puede que algún día
sin mayores pretensiones con las vueltas de la vida
mendigabas soluciones tanta cáscara aburrida
a una mísera ecuación? te llegue a cansar al fin.

Hoy la vas de riguroso Y añores tal vez el día


revisás los postulados que sin álgebras abstractas
y junás por todos lados con dos cifras exactas
la más vil definición. te sentías tan feliz.

31
Caída de piano en mudanza
Accidente ocurrido en un edificio cercano a casa, 1952
“No les pidamos firmeza
Porque son de una señora
Que se muda.”
Jorge Manrique

En suspensión audaz sobre el abismo


Y en tránsito fugaz hacia la altura
Tu boca de armoniosa dentadura
Hace gala cabal de su mutismo.

De tensiones el grave antagonismo


Prefacio de desgarre y de ruptura
Presiente tu quejido y sepultura
Que acaso cavará tu cuerpo mismo.

El cuerpo de tu espíritu armonioso


De su terreno origen afanoso
Que tus ansias de cielo desafía,
Una cuerda quebró, no de tu canto,
Y han de morir las tuyas por lo tanto
En postrera y total desarmonía.

32
A mi primer reloj
Abbingdon 1955

Un nuevo pulso mi muñeca agita


Exacto, regular, aparejado
Por nuevas manecillas que han brotado
Del lugar que mi propia mano habita.

Hoy siento que una esposa que palpita


Firmemente la mano me ha tomado
Y con rigor me lleva encadenado
A un lugar, un trabajo o una cita.

Y pienso que mi vida desde ahora


Se organiza en precisa y larga vía
Por cifras implacables jalonada,

Y cuando marque al fin mi última hora


Seguirá palpitando todavía
Junto a mi mano para siempre helada.

33
Fábulas
1
Siempre defendió Juan la no violencia
Y lo mató un señor de otra creencia,
el cual después de muchos incidentes
también llego a morir, viejo y sin dientes.

Mueren al fin los malos y los buenos


pero estos, casi siempre, duran menos.

2
Un señor se encontraba muy doliente
pues todo le dolía menos un diente;
y temiendo que el diente le doliera
al dentista ordenó que lo extrajera.

Llevada a sus extremos es nociva


hasta la medicina preventiva.
3
A un niñito su hermano mas grandote
le arrojó un pelota en el cogote,
mas ésta rebotó en modo no flojo
y al incauto agresor le dió en un ojo.

34
Si le arrojas a alguno algo al cogote
que sea de un material que no rebote.

4
Un sabio de didáctica notoria
para un burro instruí r se ató a una noria,
y en tan arduo trabajo finalmente
se quedó allí de forma permanente.

Aquel que burros con afán instruye


a menudo también burro concluye.

5
Un chofer chocador y atropellante
se llevó a un carpintero por delante,
el cual cargaba clavos y fue un chasco
pues los cauchos dejóle hechos un asco.

Haz bien sin ver a quién. Sabia sentencia.


Pero el mal hazlo siempre con prudencia.

6
Un señor muy benigno por su trato
le tenía que cortar la cola a un gato,
y como ser violento no quería
le cortaba un poquito cada día.

35
El bien se da en etapas, lentamente,
pero el mal de una vez y de repente.

8
Un sabio al que acechaban cobradores
fue a un establo a calmar sus sinsabores,
mas como allí dormía un asno arisco
otro asno lo creyó y le dio un mordisco.

Cuando está pobre al sabio más brillante


cualquier asno lo cree su semejante.

9
Un jefe policial de alta eficiencia
consiguió erradicar la delincuencia;
y la comunidad, al otro día,
decidió suprimir la policía.

Si vives de un problema no es prudente


resolverlo de forma permanente.
10
Se alababa al banquero Blas Moreno
porque daba a interés dinero ajeno,
y se llamaba avaro a Juan Procopio
por que en el banco atesoraba el propio.

36
Si quieres ser tenido como bueno
algo tienes que dar, aunque sea ajeno.

11
Cierto señor, por lo demás muy bueno
exterminaba perros con veneno,
y al fin se envenenó con un chorizo
que con los perros muertos alguien hizo.

No te confíes de este mundo incierto


que hasta puede vengarse un perro muerto.
12
Afirma un idealista de alto vuelo
que la amargura hace caer el pelo.
Y hay un materialista que asegura
que es la calvicie la que da amargura.

Materialismo o espiritualismo,
si uno está triste y calvo dan lo mismo.
13
Un millonario usó mucho dinero
y los votos compró de un pueblo entero,
mas su rival con muchos menos reales
compró los votos de los concejales.

37
Es mucho más barata y efectiva
la democracia representativa.

14
Pusieron en prisión a Juan Cerradas
que hirió a un hombre de quince puñaladas,
pero ascendieron al teniente Erazo
que mató a más de cien de un cañonazo.

Si te vas a poner a matar gente


recuerda que es mejor ser eficiente.

15
Una locha robó Benigno Hurtado,
se salvó por lo leve del pecado.
Cien millones robó Tomás Rotundo,
se salvó sobornando a medio mundo.

Sólo sufre castigos y tragedias


quién roba cantidades intermedias.

16
Un señor que vivía con cierta holgura
botaba su alimento a la basura,
mientras otro, por falta de sustento
buscaba en la basura su alimento.
38
Por procesos como este, tan notable,
el sistema económico es estable.

18
De una parra al abrigo y sombra amiga,
vivían una cigarra y una hormiga.
Sin cuidado alternaba la cigarra
el sueño con el canto y con la farra,
entretanto la hormiga con esmero
de alimento llenaba su hormiguero.

Así cortó la parra noche y día


y en tal forma alteró la ecología
que se secó la parra
y murieron la hormiga y la cigarra.

39

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