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Universidad Francisco Marroquín

Curso: Negociación y solución de conflictos


Docente: Pedro Trujillo Álvarez

Cuaderno número 5
(versión 2012)

Negociación y solución de
conflictos:
La guerra

Este cuaderno representa un resumen de un documento más completo.


Se ha elaborado para fines exclusivos de enseñanza y no está permitida
su reproducción, total o parcial, sin autorización del autor.
© 2012 Pedro Trujillo Álvarez (eepp@ufm.edu)

Guatemala, julio 2012


Pedro Trujillo Álvarez Negociación y solución de conflictos

CAPITULO VI:
LA GUERRA

1. Conflicto bélico o guerra


Cuando las relaciones entre los Estados, grupos organizados, comunidades, etc, han
recorrido todos, o parte, de los aspectos que constituyen el espectro del conflicto, sin
que haya sido posible el arreglo pacífico de las divergencias, se llega a lo que se ha
dado en llamar conflicto bélico.
Se ha adoptado ésta terminología en vez de la clásica de "guerra" por el carácter formal
de ésta palabra cuyas implicaciones, jurídicas y políticas, harán que en ocasiones, uno
o varios de los contendientes no reconozcan como tal un conflicto bélico, aunque éste
incluya acciones militares de entidad importante.
Aún cuando el vocablo conflicto abarca muchos más aspectos que la guerra, al
adjetivarlo con el término "bélico", podemos asimilarlo, con determinados matices, a un
mismo significado, sustituyendo a partir de ahora al de "guerra" actualmente en desuso.
Los siguientes estudiosos de la guerra la han definido a través del tiempo de las
siguientes formas:
"Acto de violencia para obligar al enemigo a cumplir nuestra voluntad" (Clausewitz).
"Choque natural entre los elementos de daño y defensa de que disponen dos poderes
sociales que se encuentran en oposición de intereses" (Villamartín).
"Conflicto prolongado entre grupos políticos rivales mediante la fuerza de las armas"
(Montgomery).
"Lucha armada y cruenta entre grupos organizados" (Bouthoul).
"Lucha armada entre estados, que tiene por objeto hacer prevalecer un punto de vista
político, utilizando medios reglamentados por el derecho internacional" (Introducción al
derecho de los conflictos armados)1.
"Lucha armada y sangrienta entre agrupaciones organizadas, tiene como finalidad
combatir al adversario hasta que uno de los dos se haya impuesto al otro".2

1
Escuela Superior del Ejército. España
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La guerra

La evolución de la idea de "guerra" a la de "conflicto armado" se ha producido,


fundamentalmente, con posterioridad a la finalización de la II GM, aunque ya con
anterioridad se dieron una serie de circunstancias que influyeron fuertemente en la
aceptación conceptual del término. Tras la publicación de la Doctrina de operaciones
norteamericanas (FM 100-5, Operaciones de 1.993) se impuso una nueva terminología
para definir el fenómeno de la guerra sustituyendo "conflicto armado" por "conflicto
bélico" y se suprimió también la división de las guerras según su intensidad: alta, media
y baja.
Podemos considerar cuatro etapas perfectamente diferenciadas en este siglo: Hasta el
final de la la I Guerra Mundial; Periodo entreguerras y II Guerra Mundial; Guerra Fría;
Actualidad. Hasta la I Guerra Mundial, la idea de guerra responde a las siguientes
características:
- Es una lucha armada, fundamentalmente entre Estados, no englobando otras
formas de violencia que la militar.
- Guerra y paz son nociones irreconciliables que se excluyen mutuamente.
- La guerra está sometida a reglas que regulan su comienzo (declaración formal)
o su fin (armisticio o tratado de paz).
- Siendo un hecho violento, respeta en su desarrollo normas de derecho y honor.
- Incluso como "ultima ratio", supone una rotura temporal del equilibrio de fuerzas
que, habiendo sido capaces de establecer la paz, no han sido suficientes para
mantenerla.
Tras la Primera Guerra Mundial, Ludendorff, Hitler y el Nacional-socialismo,
revolucionan el concepto hasta entonces existente de guerra. El teatro de la misma se
expande hasta alcanzar todo el territorio de las naciones en litigio; la guerra la hacen los
Pueblos, no solamente los Estados; implica a todos los sectores de la nación y se
emplean todos los medios posibles, siendo los militares uno más; el concepto moderno
de Guerra Total hace por primera vez su aparición, la guerra pasa a ser la forma
permanente de relación entre naciones y la paz se considera como una situación
transitoria de preparación para la guerra.

2
Doctrina militar española.
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Pedro Trujillo Álvarez Negociación y solución de conflictos

La finalización de la II Guerra Mundial supuso un cambio drástico con respecto a las


potencias hegemónicas que hasta entonces se habían repartido el poder en el mundo
(Alemania, Gran Bretaña y Francia), las cuales fueron sustituidas por otras dos (EEUU y
URSS) cuyo enfrentamiento ha llenado toda la historia contemporánea hasta que la
firma de los tratados CFE y START, el hundimiento de la doctrina comunista así como
la desaparición como estado de la URSS abrió una nueva página llena de esperanza de
paz y estabilidad futura, no exenta de algunos interrogantes.
Sin embargo, la desaparición de la ideología nacional-socialista no supuso la restitución
del concepto de guerra existente anteriormente; la aparición de la URSS como potencia
vencedora de la citada II Guerra Mundial, lanzó al mundo los conceptos marxistas sobre
el conflicto armado, conceptos nuevos que iban a revolucionar la teoría sobre este
aspecto del conflicto..
Ya Clausewitz en su obra "De la guerra", se había manifestado en el sentido de que "la
guerra es la continuación de la política por otros medios", lo que Lenin completó
expresando que esos eran "violentos". De esta forma, si bien política y guerra habían
ido siempre unidas, a partir de ese momento la violencia iba a encontrarse en multitud
de actos de la política marxista.
En su obra "La guerra de guerrillas", Lenin expone "...el marxismo se distingue de todas
las formas primitivas del socialismo en que no vincula el movimiento a ninguna forma de
lucha específica. Reconoce las más diversas formas de lucha...", "...el marxismo pisa
sobre el terreno de la lucha de clases y no sobre el de la paz social".
La palabra violencia para los marxistas-leninistas utilizada en un contexto militar ha
significado siempre armas, fuerzas armadas y toda la organización militar como
instrumento de guerra. En su obra "La teoría de la fuerza", F. Engels escribió que "el
Ejercito y la Armada representan la fuerza en el momento actual y la fuerza es un acto
político". Kruschev se expresó sobre el tema diciendo que "en las relaciones entre
estados, la violencia es guerra".
Sobre esta base, el marxismo define la Guerra como: "el conflicto armado organizado
entre distintas clases sociales, estados, grupos de estados y naciones, con el fin de
alcanzar unos objetivos políticos definidos". Estas consideraciones de la doctrina

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La guerra

marxista-leninista permiten obtener, según su punto de vista, las siguientes


conclusiones sobre la guerra:

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- Es permanente, total, universal y global.


- Es la expresión de la lucha de clases en la que la masa humana es el terreno a
liberar y a transformar.
- No es exclusivamente una lucha armada, sino que por el contrario, ésta surge
como un mero caso particular de un fenómeno que es permanente.
- La lucha armada no es más que un medio entre otros para vencer la voluntad
del adversario que es el único objeto de la guerra.
- No puede subordinarse a limitaciones morales o convencionales.
- Coexiste con la paz, esto es, no implica necesariamente la rotura de relaciones
aparentemente pacíficas.
Este concepto marxista de guerra, dada su amplitud en todos los sentidos, se aproxima
más al genérico de "conflicto" que al específico de "conflicto armado" que hemos
asimilado a guerra con los matices anteriormente indicados. Pese a ello, la influencia
del concepto marxista de guerra sobre el clásico, no lo fue solamente en el campo
teórico o conceptual, sino que, por el contrario, ha quedado puesta de manifiesto en
cuantos hechos bélicos se produjeron desde la finalización de la II Guerra Mundial.
Esta influencia se manifestó no solamente en hechos tales como el abandono del uso
de la declaración de guerra, la actuación contra poblaciones indefensas en acciones de
represalia utilizando incluso armas prohibidas internacionalmente, sino que también se
extendió a otros aspectos del conflicto en general como son el favorecimiento de todo
tipo de contradicciones internas, incluso violentas, el apoyo a organizaciones de
delincuentes con ramificaciones internacionales y, sobre todo, el desmedido crecimiento
del terrorismo, el cual se puede incluir como una modalidad más de conflicto bélico de
características muy particulares.
Hoy en día, el concepto de conflicto bélico, o de guerra, hay que entenderlo como una
amalgama de los conceptos clásico y nuevos, siendo sus principales características las
siguientes:
- Es lucha armada, es decir, implica el empleo de medios bélicos; cualquier otra
clase de lucha se podrá incluir dentro del conflicto, pero no del conflicto bélico.
- Puede ser declarada o no y se desarrolla entre Estados fundamentalmente, o
bien entre éstos y organizaciones de carácter militar opuestas al mismo.

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- Está sometido formalmente a normas de carácter internacional reconocidas por,


al menos una de las partes, si bien es frecuente su incumplimiento o violación
sistemática.
- No coexiste con la paz, pero sí con otras formas de conflicto.
- Normalmente las mesas de negociaciones serán una herramienta de uso
simultáneo que excederá en el tiempo a la duración de los mismos.
La situación de "distensión" que existió entre los EEUU y la antigua URSS en especial
desde la subida al poder del Presidente Gorbachov, se manifestó en la práctica
desaparición de algunos conflictos que parecían enquistados en la vida internacional y
en una drástica disminución de otros que, como el terrorismo, constituyen una lacra que
enturbia el libre desarrollo de paz y convivencia entre los pueblos. No obstante, la
Federación Rusa no ha dejado de ser un foco de inestabilidad y de conflictos
potenciales aunque estos ya no sean de naturaleza ideológica.
Pero más peligroso que lo anterior es la situación de multitud de países de los llamados
del "tercer mundo", enfrentados a problemas económicos, sociales, étnicos, religiosos,
etc., de difícil solución y el “relativamente nuevo” accionar del terrorismo.

2. El conflicto bélico en el futuro


Analizado lo que el conflicto bélico ha sido y es en el momento actual, queda por
establecer lo que puede ser este fenómeno en el futuro, teniendo en cuenta las
circunstancias que simultáneamente se están produciendo en estas décadas que
engloban el fin del pasado siglo XX y el presente XXI. Este conjunto de circunstancias
se pueden reunir en dos grupos: el primero incluiría a aquellas que harán más difícil e
incluso podrían imposibilitar el desencadenamiento de un conflicto; el segundo , por el
contrario, incluirá a todas aquellas que lo favorecen, haciéndolo más posible e
inevitable.
Entre las primeras podemos destacar, sin por ello pretender agotar toda la gama de
posibilidades existentes, las siguientes:
- El extraordinario poder destructor del armamento, no solo en a gama nuclear,
sino también el de algunos de tipo convencional.
- La interdependencia entre los países desarrollados.

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- El fin de la guerra fría y el fracaso de la ideología marxista-leninista como


elemento desestabilizador de la situación internacional.
- El éxito que han tenido las sucesivas Conferencias de Desarme, tanto en el
campo nuclear como en el convencional.
- La creciente ola de pacifismo que se extiende por el mundo occidental.
- Los elevados costes de los modernos sistemas de armas, los cuales ahogan las
economías, no solo de los países en desarrollo, sino la de aquellos que hasta
fechas recientes eran considerados como potencias.
- El creciente prestigio logrado por la Organización de las Naciones Unidas3.
El desarrollo tecnológico ha hecho posible incrementar el poder destructor tanto del
arma nuclear como de la convencional, así como multiplicar de forma extraordinaria el
número de las primeras en poder no solo de las superpotencias, sino de otras naciones
como son Francia, Gran Bretaña y China, miembros de “segunda fila del Club Nuclear".
Sin embargo, siendo esto importante, lo más peligroso es que las poseen otras
naciones cuya situación de conflictividad permanente con respecto a su entorno, hacen
posible su utilización en determinadas circunstancias. Este peligro se ha visto
incrementado con la desaparición de la URSS y el consiguiente control del armamento
nuclear distribuido entre las antiguas Repúblicas integrantes de ella y hoy países
independientes.
Asimismo, ese desarrollo tecnológico también posibilita la utilización de medios de
lanzamiento de misiles, desde plataformas terrestres, aviones o submarinos, de
alcance, y precisión tal que ningún punto de la tierra puede considerarse fuera de su
alcance. La pasada "Guerra del Golfo" (1991) puso de manifiesto, sin necesidad de
emplear el arma nuclear, la potencia destructora y de precisión de las modernas armas,
especialmente de los vectores lanzados desde el aire. Una apreciación similar se puede
hacer respecto a la poder empleado en la invasión de los USA a Afganistán.
En consecuencia, si este poder destructor del armamento tanto nuclear como
convencional, pero especialmente del primero, sirvió durante años pasados como
elemento fundamental de la Disuasión, no hay razones para pensar que ahora ésta va a

3
A pesar de ciertos cuestionamiento que actualmente se debaten especialmente en relación con el voto en el Consejo
de Seguridad y el “uso” que de las resoluciones de este organismo internacional han hecho ciertas potencias.
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disminuir sino que, por el contrario, ha de verse incrementada como consecuencia de la


propia dinámica tecnológica.
Los países económicamente desarrollados, son a su vez los productores de armas y
poseedores de los ejércitos más tecnificados y poderosos. Sin embargo, esos mismos
países están a su vez relacionados entre sí por multitud de lazos de tipo comercial,
político, económico, militar, cultural, etc., que hacen poco menos que imposible, al
menos mientras perduren las actuales circunstancias, que entre ellos se de un conflicto
armado.
Pese a todas las dificultades que se han dado, se dan y se darán, entre estos grupos de
países, lo cierto es que su interdependencia es total de forma que no solo han impedido
los conflictos armados entre ellos, sino que han servido de ejemplo a otros muchos, los
cuales, ante el éxito logrado, han abandonado posturas incluso radicalmente opuestas
en un próximo pasado y llaman a la puerta de este mundo desarrollado clamando por
participar de su bienestar.
Durante más de cuatro décadas el mundo sufrió las consecuencias de ese pulso que
los bloques capitalista y comunista, mantuvieron y obligaron a mantener al resto de los
países que orbitaban a su alrededor. El fracaso económico del sistema marxista
condujo, primero a la desaparición de las dictaduras comunistas en el Este de Europa,
adoptando al menos formalmente el sistema democrático. En segundo lugar llevó a la
disolución del Pacto de Varsovia con lo que desapareció el enemigo potencial de
Occidente, anulando de esta forma el peligro de conflicto bélico no sólo en Europa sino
en todo el mundo, al menos en su faceta de confrontación entre grandes potencias4. No
obstante lo anterior, esto mismo incrementó el riesgo de conflictos menores en
determinadas zonas como son los Balcanes y las antiguas Repúblicas de la ex-URSS.
Otro aspecto a favor de la evitabilidad del conflicto armado lo constituye la cada vez
mayor ola de pacifismo que se extiende fundamentalmente por todas las naciones del
mundo occidental y de la que tampoco se escapan los países pertenecientes al antiguo
bloque oriental.

4
En Centroamérica, por ejemplo, se puso fin a los conflictos armados internos a través de negociaciones en cierta
medida fomentadas y potenciadas por esas potencias.
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Iniciadas estas corrientes, quizás como "quintas columnas" dentro de los países
occidentales y que en principio, podrían ocultar otras motivaciones, "movimientos
verdes" por ejemplo, lo cierto es que han ido calando en la mente de los ciudadanos.
Unidas a otras motivaciones, ideológicas, económicas, éticas, sociales, etc, la realidad
es que un sector cada vez más amplio de la juventud, se muestra contrario a la solución
de las controversias a través de la fórmula violenta que es el conflicto armado.
El coste elevadísimo que supone la adquisición y mantenimiento de un armamento
continuamente en evolución y cuya vida es cada vez más efímera, pesa como una losa
sobre las economías estatales.
La opinión pública, influida por todas las razones anteriormente expuestas y deseosa de
alcanzar cotas más elevadas de bienestar, cuestiona constantemente la parte de los
presupuestos dedicados a financiar las fuerzas armadas y sus dotaciones
armamentísticas, en beneficio de los aspectos culturales, sociales, económicos, etc,
que suponen una mayor prioridad en las aspiraciones de una parte sensible de los
ciudadanos. Los gobiernos, ante esta situación, se plantean constantemente la
reducción de los presupuestos de defensa, la disminución de los efectivos de los
ejércitos y el tiempo de permanencia en filas de sus ciudadanos o bien recurren a la
profesionalización y abandonan la recluta obligatoria.
Por último, sin que ello presuponga el agotamiento de las razones que se puedan aducir
en favor de disminuir el riesgo de los conflictos, nos encontramos con el hecho de que
las Naciones Unidas, como consecuencia de un relativo consenso internacional, insólito
hasta el momento, están adquiriendo un protagonismo y sus decisiones una aceptación
y respeto internacional hasta ahora desconocidos, lo cual hace pensar en un mayor
peso específico de este organismo en cuanto a que sus recomendaciones permitan
evitar los conflictos y conseguir el mantenimiento de la paz5.
En el segundo de los grupos enunciados, se concentran una serie de problemas que, al
igual que apuntábamos anteriormente, no pretenden ser todos los posibles, y que
podemos cifrar en:

5
Algunas excepciones ya se han comentado y si bien s cierto cuanto se expone hay abierto un debate en torno a la
necesidad de modificar el alto organismo internacional, especialmente en temas como la toma de decisiones, el
derecho de veto y la financiación. Ello no opaca, en modo alguno, la importancia actual del sistema de Naciones
Unidas y su influencia internacional.
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- Un renacimiento de los nacionalismos.


- Retraso económico de los países del "Tercer Mundo".
- Avance del fundamentalismo islámico.
- Problemas raciales.
- Nuevo equilibrio de fuerzas en el pacífico con la irrupción de China como gran
potencia.
El problema nacionalista, una de las causas fundamentales del conflicto se escapa de
una explicación lógica y racional. En un mundo en el que las fronteras son cada vez
más difusas, surgen estas aspiraciones disgregadoras que no son privativas de los
grandes países, donde parecería lógica su aparición, sino incluso de los más pequeños,
cual es el caso de Bélgica, Sri Lanka, Timor, etc. Una característica fundamental y
común a todos estos movimientos es su fanatismo y, consecuencia de ello, la escasa o
nula predisposición al diálogo y a las salidas negociadas, así como la utilización de esa
forma de lucha cruel e inhumana que es el terrorismo.
Los nacionalismos se han arropado frecuentemente con vestimentas ideológicas,
sociales, religiosas, étnicas, etc., siendo las primeras las que, frecuentemente, les han
proporcionado apoyos exteriores de un valor inestimable. El retroceso actual de las
ideologías puede restarles de forma importante esas ayudas, sin embargo, las otras
circunstancias citadas conservan suficiente importancia dentro del grupo nacionalista
para que perdure la peligrosidad de sus acciones.
El segundo de los factores negativos para la solución de los conflictos lo constituye la
situación de bancarrota económica en la que se encuentran la mayor parte de los
países incluidos en ese mundo en vías de desarrollo. Una deuda externa imposible de
saldar en un plazo razonable, el retraso tecnológico que ahonda cada vez más el foso
que los separa de los países desarrollados, una población desempleada que mira a un
mundo rico inalcanzable y por el que se ve rechazada y un número de causas añadidas,
sociales, sanitarias, etc, constituyen una bomba de relojería cuya hora de explosión
puede acercarse de forma peligrosa. La manera de expresar su disconformidad con
esta situación, se puede presentar de las dos formas siguientes:

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- La primera de ellas, es a través de un terrorismo con base social y mezclas


éticas, religiosas, raciales, ideológicas, etc, pero todas ellas buscando una
justicia social que no disfrutan.
- La segunda, a través de mafias delictivas (crimen organbizado) aprovechando
la oportunidad que una sociedad sin esperanzas les ofrece, para actuar de forma
casi impune desde unos países que se muestran incapaces de ofrecer a sus
ciudadanos unos medios más dignos de resolver sus problemas económicos.
Tanto una como otra son exportadas a los países desarrollados a través de
inmigraciones ilegales, ghetos sociales, tráfico de drogas, delincuencia, xenofobia, etc.
El mundo islámico, después de una época de esplendor cultural, económico, político y
militar, fue retrocediendo en todos sus frentes hasta caer en una total dependencia
colonial del mundo occidental. El hundimiento del Imperio Otomano y, sobre todo, el
proceso descolonizador surgido de la II Guerra Mundial, provocaron la aparición de
multitud de países de estirpe islámica, la mayor parte de los cuales no contaban con
medios adecuados o con unas economías lo suficientemente desarrolladas para
afrontar las necesidades actuales de los Estados. La disponibilidad de petróleo en
algunos de ellos, no ha sido suficiente para situarse al nivel de los países occidentales.
Estas circunstancias, unidas a un rechazo a la cultura occidental, a la que se culpa de
parte de sus problemas, han hecho renacer un fuerte sentimiento religioso, el cual
amenaza con extenderse por gran parte del mundo islámico. Hoy, de una u otra forma,
este fenómeno ya se ha manifestado con mayor o menor intensidad, o como causa
subyacente, en conflictos regionales como la Guerra Iran-Irak, Guerra del Golfo (1991),
la invasión a Afganistán o locales como la guerra civil del Líbano, y los disturbios
sociales de Argelia y Tunez, por citar los más significativos.
La inestabilidad política interna, unido al problema añadido que supone el conflicto
palestino-israelí, ha hecho de esta zona geográfica uno de los focos más peligrosos de
potenciales conflictos. El nivel de armamentos en la zona hace posible el
desencadenamiento de una amplia gama de enfrentamientos que van desde el
terrorismo a un posible conflicto bélico de carácter ilimitado dada la posibilidad de que
alguno de los países enfrentados se encuentre en posesión de armas nucleares.
futura construcción de un Estado Palestino.

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Intimamente relacionado con todos los anteriores, es necesario tener presente los
problemas raciales. Aún cuando en un principio pudiera parecer un problema casi
exclusivo de los países africanos o asiáticos, una simple mirada a la situación
internacional nos ofrece un panorama en el que, además de los existentes en esos
Continentes (Sudáfrica, Ruanda, India, etc.) el fenómeno se extiende a Europa o
América del Norte con situaciones como las planteadas en Europa Occidental con las
poblaciones inmigrantes procedentes de las antiguas colonias, la provocada en
Yugoslavia, en las repúblicas integrantes de la CEI o, los problemas que suponen para
los EEUU no sólo la multiplicidad de razas que conviven en su seno, sino el incesante
goteo que significa la inmigración constante procedente de Méjico, Centroamérica o
Sudamérica. El riesgo de conflicto de este colectivo es grande, si bien limitado en su
grado máximo a acciones de tipo social y terrorista.
Por último nos encontramos en la actualidad con una zona potencial de conflictos en la
costa oeste del Océano Pacífico. La aparición de China en el juego de las potencias, ya
no sólo regionales sino mundiales, y la existencia de unos estados con un crecimiento
económico importante como son: Taiwan, Corea, Singapur, Tailandia o Malasia,
obligará a medio y largo plazo a un reequilibrio de las fuerzas en el área, lo que creará
sin duda fricciones.
Esta situación que en el pasado hubiera llevado a una guerra inevitable, hoy puede ser
resuelta de modo pacífico. No obstante, también es posible que las crisis que se
produzcan puedan degenerar en conflictos, y en caso de producirse, estos podrían
tener graves consecuencias.
Como consecuencia de todo lo expuesto hasta el momento, podemos deducir las
siguientes conclusiones:
- Tras la desaparición de la URSS y del Pacto de Varsovia, se puede descartar el
desencadenamiento de un Conflicto que enfrente a las grandes potencias,
puesto que los dos únicos países con capacidad para desencadenarlo han
abandonado sus posturas de enfrentamiento y optado por la paz. El resto de los
países con capacidad nuclear conocida, o se encuentran en la órbita de aquellos

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o comparten sus posturas en contra del desencadenamiento de un conflicto de


estas características6.
- La posibilidad de conflictos menores de ámbito limitado es mayor por cuanto la
gama de países que pueden provocarlos es también más numerosa.
- La mayor probabilidad de conflictos la proporciona la gama inmensa de
circunstancias fundamentalmente nacionalistas, económicas, sociales, raciales,
religiosas, etc, las cuales pueden dar lugar a una gran diversidad de conflictos
bélicos menores con capacidad de extenderse a todos los países aún cuando
directamente no aparezcan implicados en su causa original.
- No obstante, a pesar de la posibilidad de empleo de armas nucleares en estos
conflictos, el riesgo de holocausto nuclear que durante toda la época de la
"Guerra Fría" estuvo flotando en el ámbito internacional parece alejarse de forma
inexorable.
- Por lo que respecta a los conflictos bélicos entre Estados, se puede prever.
Asimismo, su duración estará muy limitada por cuanto los países susceptibles de
desencadenarlos tienen una dependencia casi absoluta de aquellos otros
productores de armamentos.
- Otro factor de moderación lo constituye el creciente prestigio que las Naciones
Unidas están adquiriendo en el seno internacional, lo que supone un mayor
respeto y cumplimiento de las resoluciones que se votan en ella. Por su parte,
tanto las grandes potencias como la Unión Europea, están adquiriendo un
protagonismo importante como vigilantes de la paz internacional y, si bien sus
resultados ofrecen luces, persisten aún zonas de sombras que hacen pensar que
la solución definitiva para impedir los conflictos bélicos se haya aún lejana.
- A tenor de lo anterior, la paz no está tan cerca como los cambios producidos en
los últimos tiempos podrían augurar y parece ineludible que el mundo conviva
durante un periodo de tiempo difícil de cuantificar con intervenciones
convencionales de carácter limitado, conflictos sociales y sobre todo terrorismo.

6
Algunas excepciones que en todo caso parecen serán controladas se pueden referir a Corea del Norte, Irán,
Paquistaní y la India.
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