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Documento 1.

1d - OsteoArtrología de Viscerocráneo y Neurocráneo

Base de Cráneo
Endocráneo

Es posible distinguir 3 regiones o fosas craneales en distinto nivel, como peldaños de una escala, que
comunican mediante agujeros con regiones de exocráneo, permitiendo el paso de distintos elementos
vasculonerviosos hacia ellas.

La Fosa Craneal Anterior se extiende por anterior y lateral a partir del plano convencional usado para
separar calvaria de base craneal, mientras que hacia posterior se extiende hasta el limbo esfenoidal (que es lo
mismo que decir el labio anterior del surco prequiasmático), luego los procesos clinoides anteriores y los
bordes posteriores de las alas menores del hueso esfenoides. Está conformado por las porciones orbitarias del
hueso frontal, la lámina cribosa y crista galli del hueso etmoides, y el yugo esfenoidal y las alas menores del
hueso esfenoides.

En su parte media, y de ventral a dorsal, presenta la parte inferior de la cresta frontal, el foramen ciego,
la crista galli, el yugo esfenoidal y el limbo esfenoidal (ambas estructuras son parte del cuerpo del hueso
esfenoides). A los lados se observan los surcos olfatorios, depresión en la lámina cribosa a cada lado de la crista
galli, donde reposa el bulbo olfatorio y que emite múltiples filetes del nervio olfatorio (I nervio craneal),
acribillando la lámina cribosa para abordar el techo de las fosas nasales. En la foramina cribosa destacan 2
orificios particulares: el más anterior e inmediato a la crista galli es la hendidura etmoidal (que da paso a una
prolongación de la duramadre); y lateral a esta hendidura se encuentra el foramen etmoidal que da paso al
nervio etmoidal anterior, ramo de la división nasociliar del nervio oftálmico del V nervio craneal, y la arteria
homónima, rama de la arteria oftálmica, hacia la fosa nasal respectiva. La sutura etmoidofrontal en la que
encontramos los orificios internos de los canales etmoidales anterior y posterior que comunican con órbita a la
fosa craneal anterior. Hacia lateral notamos las eminencias orbitarias sembradas de relieves que se amoldan a
los giros y surcos de la cara basal de los lóbulos frontales del cerebro. Posteriormente a estas eminencias se
observa la sutura frontoesfenoidal, las alas menores del esfenoides hacia posterior y los procesos clinoides
anteriores.

La Fosa Craneal Media se extiende entre el límite posterior de la fosa craneal anterior y el borde
superior del dorso de la silla, los procesos clinoides posteriores y el borde superior de las porciones petrosas.

En su porción media presenta el surco prequiasmático que termina lateralmente en los canales ópticos
para el paso del nervio óptico (II nervio craneal) y de la arteria oftálmica hacia la órbita, y la silla turca (cuya
fosa hipofisiaria aloja a la hipófisis [glándula pituitaria]), inmediatamente sobre los senos esfenoidales.

En las porciones laterales, inmediatamente laterales a la silla turca, aparecen los surcos carotídeos para
la arteria carótida interna adentrándose en los senos cavernosos.

La porción más lateral de esta fosa craneal toma relación hacia ventral con la órbita, y hacia caudal con
la fosa infratemporal [cigomática], y presenta, de anterior a posterior, importantes y numerosas
comunicaciones:
 Fisura orbitaria superior: comunica con la órbita y es recorrida por:
o nervio nasociliar [nasal] (V1)
o nervio lagrimal (V1)
o nervio frontal (V1)
o nervio oculomotor [motor ocular común] o III nervio craneal
o nervio troclear [patético] o IV nervio craneal
o nervio abducente [motor ocular externo] o VI nervio craneal
o raíz simpática del ganglio ciliar (derivada del plexo simpático pericarotídeo)
o venas oftálmicas
 Foramen redondo: comunica a la fosa pterigopalatina y es recorrido por:
o nervio maxilar [maxilar superior] del nervio trigémino (V2)
o venas emisarias
 Foramen oval: comunica hacia la fosa infratemporal y es recorrido por:
o nervio mandibular [maxilar inferior] del nervio trigémino (V3)
o vena del agujero oval [de Trollard-Meckel]
o rama accesoria de la arteria meníngea media [arteria meníngea accesoria o menor]
 Foramen espinoso: comunica hacia la fosa infratemporal y es recorrido por:
o arteria meníngea media
o ramo meníngeo del nervio mandibular o nervio espinoso
 Foramen venoso (inconstante) da paso a una vena emisaria
 Foramen petroso (inconstante) que da paso al nervio petroso menor, ramo del nervio glosofaríngeo o
IX par craneal.

En la unión del cuerpo con las alas mayores del hueso esfenoides se dispone como cuña el vértice de la
porción petrosa del hueso temporal, configurándose el foramen rasgado o lacerado [rasgado anterior] que se
presenta cerrado en estado fresco por un fibrocartílago que hace de “piso” para la arteria carótida interna en
su trayecto hacia el seno cavernoso, a la vez que es atravesado por el nervio petroso mayor.

En esta fosa se presentan diversos accidentes del hueso temporal: la impresión trigeminal que recibe al
ganglio homónimo antes de dividirse en sus 3 ramos de calibre similar (nervios oftálmico, maxilar y
mandibular); los hiatos de los canales para el nervio petroso mayor y menor, que comunican endocráneo con el
canal del facial, labrado en el espesor de la porción petrosa del hueso temporal y recorrido por el nervio facial
(VII par craneal). Además, en esta fosa se observa el nacimiento del surco de la arteria meníngea media.

La Fosa Craneal Posterior, su límite anterior corresponde al límite posterior de la fosa craneal media.
En su segmento medio encontramos, de ventral a dorsal, el clivus, el foramen magno que permite el paso de la
médula espinal y sus 3 envolturas meníngeas, las raíces espinales del nervio accesorio y las arterias vertebrales,
posteriormente la cresta occipital interna (donde se inserta la hoz del cerebelo), y la protuberancia occipital
interna, punto de convergencia de varios senos venosos de la duramadre.

En los segmentos laterales de la fosa craneal posterior observamos, de ventral a dorsal, en relación con
la porción petrosa del temporal el poro y meato acústicos internos (atravesados por el nervio facial, el nervio
intermedio [intermediario de Wrisberg] o VII” par craneal (hablado se diría “el séptimo bis”, para diferenciarlo
del nervio facial, el séptimo par craneal), el nervio vestibulococlear [auditivo] o VIII nervio craneal, y la arteria
laberíntica). Lateral a este orificio se encuentra la fosa subarcuata y, más lateral, la fosita ungueal en cuyo
fondo se encuentra la abertura externa del acueducto del vestíbulo ocupado por una pequeña arteria y por el
conducto y saco endolinfáticos (conjunto que permite la reabsorción de la endolinfa del oído interno). Más
lateral aún, se encuentra el surco para el seno sigmoídeo.

En la unión entre los huesos occipital y temporal se observa el foramen yugular subdividido en 2
porciones por 1 tracto fibroso: zona nerviosa para el paso del IX, X y XI nervios craneales, ubicándose siempre
más medial y anterior el nervio glosofaríngeo; zona venosa, posterolateral, para el origen de la vena yugular
interna como continuación del seno sigmoídeo.
Por último, en relación con el hueso occipital se observa el canal del nervio hipogloso ubicado en el
reborde del foramen magno y que da paso al nervio hipogloso o XII nervio craneal. Lateral y posterior a él se
puede encontrar un agujero inconstante y más pequeño, el canal condíleo, atravesado por una vena emisaria
condílea. Posteriormente, las fosas cerebelosas (destinadas a recibir los hemisferios cerebelosos) limitadas
superiormente por el surco para el seno transverso.

Exocráneo

La base de cráneo la subdividimos en 2 grandes porciones mediante una línea transversal que va entre
los procesos estiloides resultando una porción anterior (subdividida en porciones facial y retrofacial) en
relación con las regiones profundas de la cara, y una porción posterior/temporooccipital que se corresponde
con las regiones del cuello.

Porción Anterior de la Base Craneal: La porción facial de la base craneal presta articulación al esqueleto de la
cara y está constituida por el hueso etmoides, la porción órbitonasal del hueso frontal y gran parte del hueso
esfenoides. Esta porción, dado lo artificioso de su exposición como tal, tiene más sentido estudiarla con el
macizo facial articulado (cavidades comunes al cráneo y a la cara).

Por otra parte, la porción retrofacial se relaciona con diversas regiones profundas. El foramen oval, el
foramen espinoso, y los inconstantes forámenes venoso y petroso que comunican la fosa craneal media con la
fosa infratemporal. Hacia dicha fosa también comunica el canal anterior de la cuerda del tímpano, transitando
por él la cuerda del tímpano y la arteria timpánica anterior, rama de la arteria maxilar; este diminuto canal está
labrado en la fisura timpanoescamosa, límite posterior de la porción articular de la fosa mandibular.

El foramen lacerum/rasgado [rasgado anterior], obliterado por una lámina fibrocartilaginosa sólo
atravesada por el nervio petroso mayor, comunica a la fosa craneal media con las proximidades del orificio
posterior del canal pterigoídeo.

El foramen estilomastoídeo, pese a poner en comunicación la fosa craneal posterior con la región
parotídea (que es parte del cuello) ha sido incluido en esta porción anterior por terminar la distribución de su
contenido (nervio facial) en los tejidos faciales; además, permite el paso de la arteria y venas estilomastoídea.
El canal del nervio hipogloso, del mismo modo, conduce su contenido (nervio hipogloso) transitando desde
parte del cuello hacia el compartimento sublingual donde aborda la lengua; también da paso a la vena condílea
anterior.

El canal musculotubárico (que resulta de la superposición de la porción ósea de la tuba auditiva y el


canal del músculo del martillo) comunica con la pared anterior de la caja timpánica (oído medio); el surco
faringotimpánico (continuación de la porción ósea excavada en la unión entre porción petrosa y ala mayor
esfenoidal) también se presenta acá.

El foramen redondo (canal redondo) comunica a la fosa craneal media con la fosa pterigopalatina. Esta
última fosa además presenta comunicaciones con otras regiones mediante un canal del cráneo que sólo es
visible por exocráneo y, por tanto, no mencionado en la descripción de las fosas craneales; el canal pterigoídeo
que da paso al nervio, arteria y venas del canal pterigoídeo, y que pone en comunicación (mediante sus
extremos anterior y posterior) a esta fosa con exocráneo en las inmediaciones del foramen lacerado. Por otra
parte, la fosa pterigopalatina presenta otra comunicación visible por exocráneo, el canal palatovaginal.

Dentro de esta porción, por formar parte de distintas fosas y prestar inserción a músculos, destacan el
proceso pterigoides (con la fosa pterigoídea para el músculo pterigoideo medial, y la fosa escafoídea para el
músculo tensor del velo del paladar), la superficie esfenocigomática del hueso esfenoides (inserción del
fascículo superior o esfenoidal del músculo pterigoideo lateral), la espina del esfenoides (inserción del
ligamento esfenomandibular), una pequeña superficie rugosa lateral al foramen lacerado (para la inserción de
los músculos elevador del velo del paladar y músculo tensor del tímpano), y el proceso estiloides con su vaina
(que presta inserción a 3 músculos [estilohioídeo, estilogloso y estilofaríngeo] y 2 ligamentos [estilohioídeo y
estilomandibular], conjunto conocido como ramillete estíleo [de Riolano]).

Porción Temporooccipital: se relaciona directamente con la parte alta del cuello, siendo este el principal
destino de los elementos que atraviesan los forámenes de esta porción. Está formada por la totalidad del
hueso occipital y las porciones escamosa, timpánica y petrosa del hueso temporal.

Esta porción se presenta dividida por los cóndilos occipitales en una parte anterior, rica en forámenes y
ligeramente pobre en inserciones musculares, y otra parte posterior ampliamente rugosa para inserción
muscular y dotada de pocos agujeros.

La parte anterior presenta en la línea media la superficie basilar con rugosidades para la inserción de
los músculos recto anterior de la cabeza y largo de la cabeza, el tubérculo faríngeo (inserción del rafe faríngeo),
la fosita navicular, el foramen magno y la cresta occipital externa (inserción del ligamento nucal) que termina
en la protuberancia occipital externa. A cada lado se tiene el foramen yugular, la abertura externa del canal
carotídeo y la fosa yugular, todos comunicando a la fosa craneal posterior.

La parte posterior presenta el foramen magno, el canal condíleo (inconstante) y foramen mastoídeo,
además de superficies y crestas rugosas destinadas a inserciones musculares.

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