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La idea de este trabajo es poner en perspectiva lo que hemos podido ver junto a la
agrupación y analizarlo en el marco teórico que hemos trabajado a lo largo del cuatrimestre
en Trabajo Social Comunitario III, de esta manera realizando un trabajo que integre todo lo
que hemos aprendido en el cuatrimestre.
Introducción
El pasado 24 de mayo de 2022 fue la primera vez que tuvimos contacto con la
agrupación Vecinos de la Boca, día en el cual hicimos un recorrido del barrio y de las sedes
de la agrupación; y al final del recorrido, incluso tuvimos la oportunidad de hacerle un par de
preguntas a Emiliano Acosta, uno de los mayores referentes de la agrupación. Durante este
intercambio, aprendimos una valiosa cantidad de información acerca de la agrupación, de sus
iniciativas, de su forma de manejarse y de su historia, así como de la historia del barrio de La
Boca. Luego, el día 8 de junio de 2022, nos volvimos a acercar a la agrupación, esta vez para
entrevistar a Lucía Arellano, una de las referentes de apoyo escolar de los Vecinos de La
Boca. De esta entrevista obtuvimos más información todavía, especialmente acerca del apoyo
escolar y de las vivencias de los miembros de la agrupación, la cual ha resultado ser
completamente provechosa para nosotros, por lo que la usaremos exhaustivamente a lo largo
del presente trabajo.
A partir de toda esta información que hemos podido recolectar durante nuestros
intercambios con la agrupación Vecinos de La Boca, vamos a poner en perspectiva todo esto
que hemos podido aprender de ellos a partir del marco teórico que hemos venido trabajando y
desarrollando clase a clase durante este cuatrimestre, de esta manera realizando un análisis
bastante completo sobre el accionar de la agrupación dentro del barrio de La Boca, sobre las
dificultades que enfrentan, y sobre la historia y el presente del barrio mismo.
Desarrollo
Durante nuestra cursada en Trabajo Social Comunitario III, nosotros hemos aprendido
que:
Y es eso mismo lo que hemos hecho durante esta cursada: hemos vinculado nuestro
proceso de aprendizaje con el territorio. Poder entender que el territorio está formado por
lazos sociales, que el barrio habla, desde las situaciones que se dan en la vereda, los lazos
sociales, el espacio público, las paredes, los murales, las construcciones; son la forma en que
el territorio deja ver su historia y su presente. Durante nuestro recorrido, sumado a los relatos
de los miembros de la organización, además pudimos comprender mejor cómo es vivir en el
barrio y cómo se sienten sus habitantes con su realidad actualmente; y pudimos comprender
mejor algunas de las vivencias de las clases populares que son descriptas en las obras de
Adamovsky (2012). En sus palabras, “no existe un mismo grupo popular uniforme que haya
atravesado la totalidad del período de nuestra historia. Por el contrario, se trata de un
conjunto múltiple y heterogéneo de grupos sociales que, sobre todo al principio, estuvieron
más bien fragmentados” (p. 11). Y es eso mismo lo que vemos acá, donde tenemos una gran
variedad de grupos que conforman el barrio de La Boca, históricamente incluyendo a muchos
inmigrantes de distintos países.
Hoy La Boca sigue siendo tan diverso como en ese entonces, con distintos tipos de
problemáticas que enfrenta el barrio y algunos de sus sectores populares; y como también nos
dice Adamovsky (2012): “No se puede entender a las clases populares de la Argentina actual
sin tener en cuenta los procesos a través de los cuales diferentes grupos humanos se fueron
haciendo parte (…) de una misma sociedad” (p. 12). Por eso es que fue tan importante el
recorrido que hicimos con Emiliano, porque de él aprendimos muchísimo respecto a la
historia del barrio, no sólo de la organización. Y eso fue fundamental para poder poner en
perspectiva lo que vivimos durante el recorrido y durante la entrevista con Lucía. Para
Adamovsky (2012):
En efecto esto es lo que nos contaron Lucía y Emiliano: estas problemáticas todavía
están presentes, y la desigualdad y la injusticia siguen haciendo ecos en la historia de la
Argentina. Pero también es en los sectores populares donde la comunidad se junta para
realizar esfuerzos de solidaridad y resistencia, tal y como lo demuestra la agrupación Vecinos
de La Boca y los cientos de organizaciones sociales que también existen en el barrio y que
colaboran entre sí. Lucía, por ejemplo, nos contó mucho sobre algunas de las problemáticas
que enfrentan las clases populares en La Boca y cómo ellos en Vecinos de La Boca se juntan
y se organizan para ayudar, para dar lugar a una intensa creatividad cultural como decía
Adamovsky (2012). Para Lucía, un problema importante es que muchas de las enseñanzas
“cotidianas” que tendrían que se aprendidas en las casas muchas veces no son adoptadas. Ella
nos explica que:
No pasa por una cuestión de una familia de pocos recursos, hay familias de un montón
de recursos y como que viniste al mundo y es como [que les dicen] ‘bueno hazte, yo
ya hice lo suficiente, y sé’. Creo que es una crítica que viene ya mismo hasta de la
escuela, que es como [que] la comunidad educativa somos todos, somos las
autoridades, los chicos, las maestras, los maestros y las familias, porque uno no puede
agarrar y decirle [a la familia] ‘necesitamos que Pirrito venga con el delantal limpio’,
como que eso ya tiene que estar como instaurado o naturalizado en la familia, porque
es un cuidado que el niño si no lo traduce como [diciendo] ‘bueno, esto es normal, yo
ando por la vida así’. Y es como que no saben, nadie nace sabiendo, como que hay
que tener esa paciencia. Es como que a veces se adopta mucho como la cuestión o de
[decir] que ‘no, me lo está haciendo a propósito’ y no te lo está haciendo a propósito,
simplemente no sabe, y a la primera que se lo expliques tampoco lo va a saber.
(comunicación personal, 8 de junio de 2022)
El trabajo de las organizaciones sociales en esos casos realmente ayuda a los niños,
pero no de manera completa, porque hay un trabajo interno que les falta y que, aunque se
esfuercen en desarrollar, ese trabajo en realidad se debería enseñar en la casa, en familia. Pero
lo importante aquí es comprender que estas problemáticas tienen un bagaje importante que
proviene de la historia de la Argentina y de sus clases sociales; y que el enfoque de
aprendizaje en movimiento realmente nos ayuda a poder comprender estas problemáticas
mejor al vincularnos con el territorio y aprender de su historia, de la experiencia de las
personas que lo conforman, y de las organizaciones sociales como Vecinos de La Boca que
trabajan en él y que se enfrentan a diario con estas problemáticas.
Como se relató en uno de nuestros registros de campo: “Éramos turistas en una zona
donde no se hace turismo” (Morán, 2022, p. 2). Este claro contraste entre “céntrico” y
“periférico” muestra los dos lados existentes de la línea abismal: lo visible y lo invisible,
respectivamente. Uno en los medios públicos, ampliamente publicitados, no suele ver los
conventillos que pudimos ver nosotros, o conocer los problemas de las personas que están en
un estado de mayor precariedad. En cambio, te muestran los conventillos que son más
coloridos y “alegres” y que no están tan precarizados. En base a esto, tanto Emiliano como
Lucía hablaron del desfinanciamiento que existe por parte del Gobierno de la Ciudad para
con el barrio de La Boca y la gente humilde que vive en él, en materia de pensiones sociales,
de educación y de salud, entre otras cosas. Lucía, por ejemplo, nos dijo:
En ciudad hace catorce años que está el PRO (…) y vos ves cómo van desfinanciando,
cómo van acortando el presupuesto, ni más ni menos la cuota, la beca alimentaria.
Hoy te dan una galletita, una fruta, y si te inscribiste en la beca te dan un sanguchito
de jamón y queso. Si no, no te dan el sanguchito, te dan el mate cocido con leche o
chocolatada. Pero solo si te inscribís en la beca te dan el sanguchito; si no traiga
comida de su casa. (…) Son cosas que vos decís: ‘Dale, si sabes que el pibe capaz no
tiene una familia que realmente le da la importancia, capaz [de llevarle] a la escuela,
por lo menos que tenga algo en la panza y que pueda pensar’. (comunicación personal,
8 de junio de 2022)
Lo más difícil es que comprendan las consignas. Esa es la gran cuestión que viene
pasando hace tiempo y más ahora (…), y esa fue una de las grandes causantes de
empezar a abrir lo que es apoyo escolar, a hacer más taller. (…) Aquel que tuvo la
suerte o la garantía de que su familia no haya perdido el trabajo, haya tenido los
recursos económicos, tecnológicos, los servicios, un techo donde vivir; todas esas
cuestiones [necesarias] (…) para poder uno desarrollarse como una persona, un
ciudadano o ciudadana, algunos no las tienen por un montón de cuestiones, (…) [y] es
una cuestión de que los que no pudieron tener acceso a todo eso, no se escolarizaban o
no se escolarizaban correctamente. (comunicación personal, 8 de junio de 2022)
Tenemos una ley que es la 2240 para todo lo que es la renovación urbanística
garantizada para la gente que vive en el barrio; y no, lo único que haces es gentrificar
a esa gente, o sea, sacarla, excluirla de su barrio, de su identidad. Porque acá tenés
todo, la escuela, la salita, a tus amigos, a tu familia, la plaza, tenés todo; y es como
que de un día para el otro, porque alguien vino y compró vos te tenés que ir, y es muy
fuerte [eso]. Bueno, justamente esta ley tiene un artículo que solicita que se haga el
relevamiento de todos esos lugares que se vendieron, que fueron beneficiados porque
iban a hacer un centro cultural o lo que fuere para mejorar el barrio, que lo único que
piensan es en que vengan los turistas. (comunicación personal, 8 de junio de 2022)
Todas estas cuestiones que fueron descriptas por Lucía y Emiliano están claramente
invisibilizadas, ya que no tienen una difusión masiva y ya que la gran mayor parte de la
población, especialmente afuera del barrio de La Boca, no conoce que existe esta situación.
Es más, tanto Lucía como Emiliano nos contaron que el Gobierno claramente está enfocando
sus recursos y su influencia en el turismo del barrio de La Boca, lo cual podríamos verlo
como lo “visibilizado”; mientras que los vecinos del barrio tienen que sufrir ser desplazados
de sus viviendas y de su identidad, sin ningún tipo de ley que los ampare y que, por lo tanto,
los invisibiliza. El caso de la Ley 2240 es entonces un claro ejemplo del contraste entre lo
visible, el campo del derecho moderno, y lo invisible, el territorio sin ley. En palabras de
Santos (2014):
Lo legal y lo ilegal son las únicas dos formas relevantes de existir ante el derecho y,
por esa razón, la distinción entre los dos es una distinción universal. Esta dicotomía
centra abandona todo el territorio social donde la dicotomía podría ser impensable
como un principio organizativo, ése es, el territorio sin ley, lo a-legal, lo no-legal e
incluso lo legal o lo ilegal de acuerdo con el derecho no reconocido oficialmente. Así,
la línea abismal invisible que separa el reino del derecho del reino del no derecho
fundamenta la dicotomía visible entre lo legal y lo ilegal que organiza, en este lado de
la línea, el reino del derecho. (p. 34)
¿Dónde están entonces los derechos para los vecinos más humildes de La Boca que
garanticen que no puedan ser excluidos de su barrio, de su identidad? Estos derechos no
existen, y, por lo tanto, el poder de lo legal es usado a favor del Gobierno de la Ciudad. Los
vecinos de La Boca se convierten entonces en una minoría invisibilizada ante la ley y ante la
sociedad. Ellos están del otro lado de la línea, un lado que no podemos ver desde el nuestro,
ya que:
Esto nos muestra que lo que se nos ha enseñado en instituciones oficiales como la
“única verdad”, concepto al que también se refiere Diego Tatián (2017) como “lengua única”,
puede ser completamente erróneo, pero se asume verdadero por una creencia ciega en la
ciencia, en el conocimiento occidental, en lo “obvio”, sin realmente aplicar un pensamiento
crítico para ver qué enfoque es realmente el más efectivo. Un claro ejemplo de esto se puede
ver con el caso del sistema de irrigación Subak de la isla de Bali:
En la década de los sesenta, los sistemas de irrigación de los campos de arroz de Bali
de mil años de antigüedad, fueron remplazados por sistemas científicos de irrigación
promovidos por los partidarios de la revolución verde. Los sistemas de irrigación
tradicionales estaban basados en conocimientos ancestrales y religiosos, y fueron
utilizados por los sacerdotes de un templo Hindú-budista dedicado a Dewi-Danu, la
divinidad del lago. Estos sistemas fueron remplazados precisamente porque se
consideraban basados en la magia y la superstición, el “culto del arroz”, como fueron
despectivamente llamados. Sucedió que su remplazo tuvo resultados desastrosos en
los campos de arroz, las cosechas declinaron más del 50%. Los resultados fueron
tremendamente desastrosos, hasta el punto de que los sistemas científicos de
irrigación tuvieron que ser abandonados y ser restablecido el sistema tradicional.
(Santos, 2014, p. 60)
Yo ni siquiera me considero como la seño, sino (…) [que intento que] pensemos
juntos lo que tenemos acá. Es como [que les digo] ‘vos mostrame lo que sabés, yo te
muestro lo que sé y aprendemos juntos o juntas en el mismo instante’. (comunicación
personal, 8 de junio de 2022)
Hoy, gracias al valioso aprendizaje que hemos podido construir durante la cursada de
Trabajo Social Comunitario y durante nuestras interacciones con la agrupación Vecinos de La
Boca, consideramos que nuestros horizontes han sido ampliados y que se ha despertado en
nosotros una chispa que algún día podría traer las llamas del cambio. En este momento tan
trascendental para nuestro país, muchos de nosotros probablemente sentimos esa impotencia
que trae saber que hay tanta desigualdad, tanta injusticia y tanta corrupción en la Argentina.
Viendo cómo hoy las grandes esferas se disputan el poder, exponiéndonos en el ínterin a la
verdad, a la mentira y a muchas palabras; nosotros sabemos que nos encontramos ante la gran
encrucijada de cómo poder resolver una situación que parece muy difícil de resolver, casi
imposible. Pero mientras muchos debaten y discuten, la agrupación Vecinos de La Boca nos
recuerda que a veces lo mejor que podemos hacer es, simplemente, empezar a ayudar. No
importa que el Estado no los apoye, no importa que las masas no estén al tanto de esto, no
importa que su titánico esfuerzo sólo afecte las vidas de unos cuantos: porque lo vale, con
mucho corazón estamos seguros que ellos van a afirmar que lo vale cada maldito segundo. Y
ese es su tesoro más preciado, el motor que cada día impulsa a sus miembros a dar más de sí
mismos, porque el cambio, ese que buscamos con tanto empeño, empieza con nosotros.
ADAMOVSKY, Ezequiel
2012. “Historia de las clases populares en la Argentina. Desde 1880 a 2003”, Buenos Aires,
Sudamericana. Introducción, capítulo 11, capítulo 12
2014. Más allá del pensamiento abismal de las líneas globales a una ecología de saberes en
Epistemologías del Sur (Perspectivas), Santos & M. Meneses (Eds), España, Ediciones Akal
TATIAN, Diego
2017 “La invención y la herencia”; en Córdoba, 1918: Nuevas bases para la Reforma
Universitaria editado por Miriam Socolovsky. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
IEC – CONADU.
completamente preparada para encarar una entrevista que no fue pensada de forma
tradicional. En la misma, intentamos romper un poco con el molde, con los roles
preestablecidos del entrevistador y del entrevistado, para así poder crear un espacio de
confianza y de diálogo, de esta manera permitiéndole a Lucía mostrar no sólo lo que piensa,
sino también su personalidad tan alegre con la que enfrenta día a día el gran desafío de dar
Sin más preámbulos, ella comienza presentándose: “Mi nombre es Lucía Arellano.
Tengo treinta años”. Una alegre risa sale de ella y continúa: “Y estudio para hacer de profe de
porque anteriormente estudiaba para odontología. Soy técnica protesista y después continué
los estudios hasta que llegué a este bendito lugar hermoso”. Vuelve a reírse con mucha
alegría y prosigue explicando la forma en que llegó a este lugar: “Siempre fue como una
cuestión de pensamientos y [de] un montón de cosas, de mi familia, de mis amigas, gente que
me rodea; que fue como [que dije] ‘bueno, algo quiero hacer y quiero hacer y quiero hacer’.
Hará como cuatro años, más o menos cinco años, que venía con esa cuestión hasta que me
decidí y justo, bueno, entre amigas, [ya que] justo una amiga había empezado acá. Ella
también es hermana de uno de los chicos de acá, de uno de los compañeros de acá, de Emi,
referente de la agrupación, y ella entonces continúa explicando: “Así es que nada, yo llegué
más o menos acá al barrio, porque encima yo en ese entonces vivía en Balvanera, y llegué acá
más o menos como en 2018. Llegué así, como con esa idea de ayudar, más que nada: si
necesitan que alguien acomode las cosas, acomodo; limpiar, lavar, lo que sea. Venía en ese
sentido, en ese plan, y también en un plan de (…) curar viejas heridas (…). La verdad que ni
bien llegué acá al espacio fue como [que] me sentía en casa”. Una risa vuelve a interrumpir
su relato mientras recuerda felizmente la forma en que la recibieron y luego prosigue: “Fue
esa sensación, fue más lo que me dieron a mí que lo que yo me llevé en ese mismo
intercambio, en ese primer día; y después, fue como que creo que yo también después de ese
día no pude parar, fue como que todos los días [venía] y a veces ni siquiera la leía, era como
Y Lucía nos contesta con la misma espontaneidad: “Sí, sí, en ese momento todavía ni
siquiera daba el apoyo escolar yo. O sea, fue como muy sorpresivo, porque estábamos
haciendo una especie de reunión y justo vino una adolescente, que estaba en segundo año,
ahora ya se debe haber recibido esperemos; y nada, que tenía que hacer ecuaciones de
segundo grado, y yo [justo] lo tenía fresco al asunto. Me senté y como que lo empezamos
más a charlar, más que decirle ‘no, pero vos tenés que hacer así y asá’. Fue como que [me
dijeron] ‘che Chiqui, vos tenés que dar apoyo escolar’. [Y yo respondí] ‘ehhh sí, bueno, no
sé, bueno, probemos’. Y como que fue todo (…) creciendo [mucho]. Yo ni siquiera me
considero como la seño, sino (…) [que intento que] pensemos juntos lo que tenemos acá. Es
como [que les digo] ‘vos mostrame lo que sabés, yo te muestro lo que sé y aprendemos juntos
Acá volvemos a interrumpirle diciéndole “si, es como [algo] mutuo [lo que hacen]” y
ella nos responde “Exacto, y bueno [eso] fue como creciendo así hasta la actualidad”. Acá se
detiene para reírse un poco amargamente, recordando todos los problemas que siguen
enfrentando por la pandemia. Inmediatamente hace referencia a eso, con un tono mucho más
serio: “Con todo el tema de la pandemia era complicado porque nosotros tuvimos que cerrar
claramente, a toda la familia y a más [personas] todavía, porque ni siquiera asistimos sólo a la
familia de los chicos y las chicas que venían, sino que de toda la cuadra o quizás más, a la
manzana. Y nada, era como [que les decíamos] ‘bueno, ¿cómo vienen con la escuela?
¿necesitan que les imprimamos algo? ¿algo que no entienden?’. En un momento hasta incluso
habíamos pensado hacer (hicimos, es más, todos los compañeros y las compañeras), [cuando]
estábamos con los talleres [y] con el apoyo escolar, una especie de protocolo, [pero] después
vino la segunda ola y así como que tuvimos que volver a foja cero. Y habíamos hecho
horarios, burbujas; comprado barbijos, las máscaras; de todo, estábamos muy en ese plan.
Pasa esto [la segunda ola] y dijimos ‘bueno, hacemos virtual, que nos llamen’. Bueno, pero
aquel que [quizás no] tiene conectividad y [que pasaba] toda la misma cuestión que se
relucían los mismos problemas que en la escuela había y hoy hay también. Entonces era
como siempre tratar de encontrar la manera. Y nada, cuando te venían a retirar quizás el
bolsón era como [que les decíamos] ‘Toma, te doy lo que necesitas, esto, lo otro, ¿cómo
Pasamos a otro tema y le hacemos una nueva pregunta: “Comentaste un poco ahí que
dabas ecuaciones, que empezaste dando ecuaciones, ¿qué otros temas o materias son las que
dan en el apoyo escolar? ¿Los chicos que vienen están cursando educación primaria en
darte cuenta vos al ayudarlos en el apoyo escolar) y qué es lo que ustedes hacen como para
Pensativamente, ella nos responde: “El público generalmente que atendemos acá, en
general, no solo para el apoyo escolar, varía entre cuatro y cinco años hasta doce, catorce
[años], [que] creo que es lo más grande que estuvo viniendo. Si bien seguimos teniendo
relación con otros niños y niñas que pasaron por el espacio, que hoy son jóvenes, ni siquiera
adolescentes, son jóvenes que son hermanos de chicos y chicas que vienen acá. Bueno, igual
ahora hubo bastante recambio porque antes estábamos a tres cuadras que ahora en este nuevo
[lugar]. Entonces como [que] son nuevas caras, nuevas familias, nuevo todo, pero sigue
siendo el mismo barrio, siguen siendo los mismos chicos, algunos que otro se conocen de
[decir] ‘ah vos vas a tal escuela, él viene a mi escuela de otro grado’ y como que se tienen
todos vistos. Quizás no, no son tan conocidos, pero bueno. Lo que más damos es matemática,
pero eso porque es de cajón y porque yo en mi experiencia creo que, si bien es lo que a veces
cuesta, al toque que la cazan, ya está. Entonces los chicos lo primero que te piden en apoyo
escolar es tipo ‘ay haceme multiplicaciones, divisiones’, bueno divisiones no tanto, pero
sumas, restas y multiplicaciones de cajón y es como [que les digo] ‘bueno, dale, te hago eso
qué’.”
Lucía continúa entonces: “Lo más más difícil es que comprendan las consignas. Esa
es la gran cuestión que viene pasando hace tiempo y más ahora, después de pandemia, o
bueno en endemia, no sé. Y esa fue una de las grandes causantes de empezar a abrir lo que es
apoyo escolar, a hacer más taller, o sea, [a] seguir con el apoyo escolar claramente más fuerte
después de la pandemia. Pero el gran problema que nosotros teníamos dando apoyo escolar
era [decirles] ‘bueno, séntate y léeme qué tenés que hacer’. [Y me responden] ‘No, no sé leer.
Nosotros ahí la interrumpimos con una reflexión: “Claro, era como una negación [lo
que hacían].”
Y Lucía rápidamente nos responde: “Exacto, y es como [que les decía] ‘yo para poder
ayudarte, para que vos puedas también saber qué tenés que hacer y no entrar en
desesperación, tenés que leer y escribir no solamente [de forma] oral’. Entonces, era
[decirles] ‘bueno, ¿qué hacemos?’ y yo justo empecé a cursar una materia en la facultad, que
es práctica social del lenguaje, que justamente hablábamos sobre el primer ciclo que es
primero, segundo y tercer grado. Hoy los que están en tercer grado son los que empezaron en
pandemia primer grado. Aquel que tuvo la suerte o la garantía de que su familia no haya
perdido el trabajo, haya tenido los recursos económicos, tecnológicos, los servicios, un techo
donde vivir; todas esas cuestiones [necesarias] que hoy para poder uno desarrollarse como
una persona, un ciudadano o ciudadana, algunos no las tienen por un montón de cuestiones.”
desconcentrada por el ringtone de un celular, pero luego continúa: “Es una cuestión de que
correctamente. O sea, hoy que tenés a alguien en el tercer grado se supone que tiene que
[poder] leer, escribir y comprender. Y no sucede eso. No sucedía antes de la pandemia. Han
venido chicos y chicas que estaban en quinto grado y que estaban en la misma situación que
hoy en día tenemos, la misma problemática. No pasa [por] haber una pandemia, pasa por un
desfinanciamiento hacia la educación que viene pasando hace mucho tiempo acá en ciudad,
en nación también, no tanto [quizás]; pero acá en ciudad hace catorce años que está el PRO
acá, con Macri y con Larreta, y vos ves cómo van desfinanciando, cómo van acortando el
presupuesto, ni más ni menos la cuota, la beca alimentaria. Hoy te dan una galletita, una
sanguchito, te dan el mate cocido con leche o chocolatada. Pero solo si te inscribis en la beca
[nada más]”, y a partir de eso ella prosigue con la idea: “Son cosas que vos decís: ‘Dale, si
sabes que el pibe capaz no tiene una familia que realmente le da la importancia, capaz [de
llevarle] a la escuela, por lo menos que tenga algo en la panza y que pueda pensar’. O sea, es
como esa cuestión. Acá en el barrio hay problemática de todo tipo, problemática de
adicciones, problemáticas de enfermedad, tenés problemática de ausencia. Uno dice ‘son tan
chicos’. Pero también la realidad es como que no le importa la edad que tiene. Es como [que
les dicen] ‘esta es la realidad que vos tenés’. O sea, sí es la realidad capaz que le toca, pero
[hay que] darle otras herramientas para poder confrontarlas. Hoy que vengan a mi espacio, yo
prefiero que vengan acá dos horas, no importa si es en apoyo escolar o no, la verdad no les
voy a mentir. O sea, creo que a cualquiera de nosotros, o al menos a mí, me ha pasado de que
si me dan a elegir entre jugar y hacer la tarea, me pongo a jugar. Este lugar es medio como
una escuela en todo sentido y es como el espacio en el que socializas, ves gente que capaz no
va a la misma escuela que vos pero es del barrio, te dan algo caliente, te dan algo de comer, te
ayudan, te dan cariño. Porque también es eso: alguien que se sienta que no es ni tu madre ni
tu padre, bueno padre”. Lucía se ríe acá, haciendo clara alusión a lo poco presentes que están
los padres, y luego sigue: “madre, abuela, abuelo, lo que sea, que no es nada tuyo y que
venga y se siente acá al lado tuyo a [decirte] ‘che bueno qué hay que hacer, qué te faltó
la China, a veces con berretín y esas cosas. Pero son chicos, ¿quién no tuvo esa edad?”
reflexiona: “Hay cosas que en los libros no aparecen, yo [me doy cuenta] más ahora
estudiándolo, a veces tengo como esas controversias porque voy como haciendo lo teórico y
lo práctico al mismo tiempo y es como [que decimos] ‘está bien, en algún momento nos toca
ser adultos’. Pero como esa picardía de cuando uno era pibe, es como mi arma más secreta de
poder relacionarme y vincularme con un niño o con una niña, es como que [les digo] ‘Sos
persona, tenés voz y voto y tomas decisiones, problemas chicos, problemas de chico,
problemas chicos’. Entonces, como [que] tenemos un grupo adolescente que anteriormente
eran todo de niñas y hoy tienen doce, trece años y yo la verdad no me gusta que anden por la
calle. O sea, yo me les pongo a hablar y les digo ‘fíjense, no entren a la casa de nadie por más
de que vayan con, no sé, con una amiga, esto, lo otro’. O sea, que entiendan de que estamos
en una época que es jodida, que siempre fue jodida. Si bien uno a esa edad capaz no toma
conciencia totalmente, pero [haciendo énfasis] con esas cuestiones de [decirles] ‘no pienses,
presencia de madres y padres es recurrente, porque, si bien vienen acá, yo no les quiero decir
‘no, vayánse porque no los vienen a buscar’. No, [les digo] ‘vengan, quédense, por lo menos’.
Pero nada, es como llamar a la mamá y [que te reclame] ‘no, que se venga porque no sé qué;
acompañamiento en todo sentido, no sólo escolar [sino que] es como integrar todo más o
menos.” Y ella nos responde con su punto de vista: “No, es todo, todo, todo. Yo sé que desde
mi lugar no les resuelvo, pero sé que sí, de alguna forma u otra, estoy como dándoles algo
más profundo y que es como [que] yo te pongo mi confianza de que vos vas a poder. Es como
que alguien confíe [en ellos], o que alguien les de ese aliento, ese cariño; los acobije, porque
yo y todos los que estamos acá (porque es esa la realidad, cada uno desde su lugar, desde su
experiencia de vida, de conocimiento, de todo) hace como ese abrazo a la niñez. Es como
[que pensamos] ‘vos sos niña y niño y tenés que transitar esa etapa, ese momento, como tal,
no siendo adulto, responsable de vos mismo, pero tenés 12 años al mismo tiempo, o menos’.
Es como todo un trabajo”. Una risa vuelve a interrumpirla, quizás para romper con ese
momento tan serio, pero rápidamente continúa, con un tono más alegre y con más risotadas:
“[Es] re fuerte, pero sé que a la larga es como que por lo menos se va a acordar de mí
[diciendo] ‘viste la loca esa que antes, te acordás de…’ Y si, [terminas siendo] como esas
personas que uno se acuerda, [como] maestros o profesores que [decís] ‘uh este profesor me
todos estamos muy construidos para echarnos para abajo, generalmente, y siempre viene
alguien y te dice ‘che no, vos [podes], y tal cosa’, y eso a uno le suma más que todo lo malo
Termina de explicarnos este punto de vista con otro alegre estallido de risas, antes de
que prosigamos con otra pregunta: “¿Vos cuándo venís? ¿Qué horarios estás acá?”
ciclo, pero como tenemos un pluriaula, que tenés todos los grados a veces, es como difícil
decirles ‘bueno, vamos a leer este libro que tiene solo oraciones y muchas imágenes’, que
más para el primer ciclo es [para] alguien de once, doce, o diez años. Entonces fue como
bueno El Principito está bueno porque aparte de eso tiene un mensaje, aparte de eso tiene
imágenes, a partir de eso tiene muchas cuestiones o muchas palabras que se repiten. Uno
puede alfabetizar desde ese punto, entonces era como [que dijimos] ‘bueno, dale’. O [también
nos pareció bueno] hacer juegos también, o sea, jugar al ahorcado o jugar al dígalo con
mímica, o inventar un juego mismo (…). Yo debería planificar más, pero es como que en un
punto planifico ciertas cuestiones muy estructurales y después como bueno, a ver qué sale
ahora.” Nosotros en este punto aportamos nuestras propias reflexiones: “Es como se va
dando” y “Claro, es difícil con los chicos [tan] chiquitos.”, a lo cual ella nos responde “Sí,
todo es complejo, pero se va dando, es como la cintura [de] que cada uno lleva su día
conforme a hasta donde uno puede. Entonces me han pasado así también de irme muy
frustrada a veces como diciendo ‘no, no hice nada’, que no surgió nada y [que] no les estoy
ayudando.”
Entre risas, continúa: “Ahí [me doy con el] látigo porque la religión te deja esa
cuestión, perdón si alguien en eso es muy religioso, pero es como [que digo] ‘bueno, fue mi
culpa’.” Luego, vuelve a ponerse seria para decir: “Entonces los chicos también como que
están muy predispuestos, es como [que] ha pasado veces que [me dicen] ‘seño, tengo que
hacer este trabajo que era para entregarlo anteayer, pero hoy estás vos’ y es como [que les
respondo] ‘Bueno, no importa. Lo tenías que entregar ayer, nos sentamos igual, ¿de qué se
trata el trabajo? Bueno, veámoslo’ [entonces estamos con] el celular fijándonos, buscando
información porque traen la carpeta, no los libros o te traen los libros y no la carpeta, o te
dicen que tienen que hacer cosas y no traen la mochila. Entonces es como [que digo] ‘bueno
dale, vamos, vamos, vamos’. Es todo el tiempo medio así, pero también es la dinámica para
uno empezar a ponerle orden al mismo desorden. Entonces vos le vas como enseñando:
‘Bueno, en la carpeta tenés que poner separadores; bueno, no sé, qué día tenés que entregar
tal cosa’, como ir como anotando esas cuestiones que a veces son muchas cosas que se tienen
En este punto para para pensar bien qué decir y finalmente aclara: “Esto lo voy a dejar
en claro: No pasa por una cuestión de una familia de pocos recursos, hay familias de un
montón de recursos y como que viniste al mundo y es como [que les dicen] ‘bueno hazte, yo
ya hice lo suficiente, y sé’. Creo que es una crítica que viene ya mismo hasta de la escuela,
que es como [que] la comunidad educativa somos todos, somos las autoridades, los chicos,
las maestras, los maestros y las familias, porque uno no puede agarrar y decirle [a la familia]
‘necesitamos que Pirrito venga con el delantal limpio’, como que eso ya tiene que estar como
como [diciendo] ‘bueno, esto es normal, yo ando por la vida así’. Y es como que no saben,
nadie nace sabiendo, como que hay que tener esa paciencia. Es como que a veces se adopta
mucho como la cuestión o de [decir] que ‘no, me lo está haciendo a propósito’ y no te lo está
a saber. Es como una cuestión de repetición y de una constancia tal que en algún momento sí
lo va a adoptar, lo va a automatizar, pero hasta que llega ese momento es como [que] no
pierdas los estribos porque nos vamos un pique con los músicos del Titanic.” Se ríe y
concluye: “Perdón, yo hablo y hablo” como queriendo decir que no se guarda nada, no sólo
Continuamos entonces con otra pregunta relacionada al apoyo escolar: “Si un chico o
una chica no puede venir al apoyo escolar, ¿qué hacen ustedes en ese caso? ¿Se mueven para
Lucía nos responde: “Sí nos ha pasado de que no pueden venir por una cuestión de
que no las pueden venir a retirar. Es muy difícil [y] obviamente nosotros entablamos siempre
con la familia, tratamos de [hablar con] alguien responsable, ni siquiera de una cuestión de
sangre, puede ser un tutor, tutora, lo que sea. Y estamos como en esa cuestión de [decirles]
‘Bueno, yo no tengo problema’, y a veces los chicos más que nada vienen solos o vienen
acompañados, pero la gran cuestión en este caso es que los vengan a buscar. Ya nos ha
pasado la [semana] anterior que yo me tuve que ir para otro lado a llevar a dos nenas y otra
compañera se fue para el otro lado, o sea desde acá partimos porque si no es como [que] no
me contestan, me dicen que no”. Acá la interrumpimos dándole la razón: “claro, encima
que es un espacio que les estás dando para ellos, o sea que es de voluntad”. Y ella nos
reafirma que “Sí, sí, sí, por eso también les hablas tanto, [diciéndoles] ‘Yo entiendo, son
chicas, yo también de niño salía de la escuela [sola], y el boludeo, y de que fulanito me gusta,
y está acá, y vas y haces, y la junta y todo eso’. Pero hay la calle está re picante y está más
picante que hace veinte años atrás. Y a veces uno por cuestiones de necesidad, de adicción o
lo que sea, llega a cuestiones que estando en un estado consciente no lo haría. Pero no, en un
estado totalmente de inconsciencia, es como que no sabes con que te va a salir. A una
compañera le paso que fue, las dejó en la casa, en el conventillo en el que viven, y caminando
En este punto agregamos: “Y ella es una señora grande, o sea, si le puede pasar a una
niña”, a lo cual Lucía nos responde: “Claro, exactamente. Por eso mismo yo les decía
‘piensen que yo mido uno setenta y soy grande, puedo dar una piña y una patada, pero ni
siquiera eso me garantiza que no me hagan nada. Imagínense ustedes si alguien viene y las
sigue y les quiere hacer algo.’ Obvio son niñas, les entra por un oído, les sale por el otro. Pero
comentamos: “Bueno, pero es una cuestión de cuidado”, a lo cual ella se muestra de acuerdo
diciendo: “Es una cuestión de cuidados y obviamente es una cuestión más de género para una
niña. Lamentablemente a nosotras nos siguen matando y la realidad es esa, entonces es como
[que les digo] ‘Cuídense, no digo que anden perseguidas por la vida ni nada por el estilo,
porque a ninguna de nosotras nos gusta andar perseguidas, pero eso no quita de que la
realidad sea así de cruda. Entonces, es como [que les digo] ‘hagan, sean niñas, hagan, pero
sean cuidadosas. No esto, no lo otro, o sea cuídense’. Yo me reía porque una miraba para el
otro lado, la otra miraba para el piso, la otra estaba como con el celular y una decía ‘eh
rescátense, dale loco, que nos está hablando’. Y era como [que le quería decir] ‘Te amo, te
amo muy fuerte, pero sé que tampoco me estás escuchando’. Termina lo que está diciendo
Lucía entonces continúa con la misma idea, pero desde otro punto de vista, uno muy
importante: “Es como que incluso cuando se enseñan entre ellos mismos, es como [que]
quizás están diciendo lo mismo que les dije yo; pero entre pares es diferente, uno refuerza lo
que ya sabe y el otro como que empieza a comprender lo que le cuenta el otro. Entonces a
veces esa relación [va en contra a como era en] la vieja escuela, que antes te ponían en la
tarima y era como [que nos hacían pensar] ‘bueno, la autoridad sabe más que nosotros que
horizontal: No es como [decir] ‘yo sé y vos tenés que obedecer’. Yo lo sentí en ese sentido, se
hablan entre ellas, lo van a comprender de otra forma. Quizás a mí me toman como la
autoridad o como que las estoy cagando a pedos. Y yo nada que ver, autoridad cero.” Lucía
vuelve a estallar en risas ante la mera idea de ella como figura de autoridad; ella se siente
como uno más. Acto seguido, nos dice “Pero es mucha oralidad, mucho bla bla bla (…), y
también a las mismas familias. La otra vez yo me reía, porque una compañera me decía ‘que
vos hayas hecho leer a un papá que encima salió de estar en cana y toda la pelota es un
montón, es un montón’. Y después, cuando pasan los días es como que vas cayendo y decís
‘es un montón, es un montón’. Es que leer es una herramienta súper necesaria; hasta el mismo
que dice ‘estamos en La Boca, Maradona y que se yo, el club’, bueno, hasta para ser
futbolista, tenés que saber leer el contrato porque te van a cagar de un poste. O sea, yo no soy
como la maestra convencional, yo soy muy de ser así, de hablar a la misma, porque siento
que llega más. Mi experiencia es esa, yo te trato como vos persona, no te trato como un niño,
[sino] como persona, porque sos una persona. Entonces de ahí entablamos la relación y se va
dando re bien. A veces me vuelven loca y otras veces los quiero tirar debajo de un tren.
Bueno, ahora no, pero antes [les decía] ‘te voy a tirar abajo del 33’”. Al final bromea con eso
Continuamos entonces con otra pregunta: “¿Cómo se manejan con los niños que
poseen trastornos como el autismo o como el TDA, o mismo que poseen un problema físico
Pero obviamente nosotros acá en el barrio pueden caminar y ver que hay varias
organizaciones y siempre tratamos de hacer red. Siempre tratamos no; tenemos claramente
una red construida en el barrio, en el que [podemos decir] ‘che miren tengo, o posiblemente
venga, un niño así o una niña asá. ¿Me podés recomendar un lugar?’. Nosotros acá somos
todos militantes. O sea, yo recién estoy estudiando, pero tenemos un profe de educación
física muy muy bien recibido; tenemos periodistas; tenemos todas unas profesiones diferentes
a lo que hoy acá estamos. Entonces [nos preguntamos] ‘¿Cómo abordar esos niños o niñas
como para que puedan aprender?’. Hablamos con otras organizaciones, otros espacios, que
quizás tengan psicopedagoga o psicóloga; más recursos. Y también que sepan lo que se va a
tratar. Obviamente también tenemos lazos con los centros César nueve, que está enfrente de
la Matheu sobre Irala y el 41, y no me acuerdo ahora dónde está, pero está más para el lado
de la usina. Bueno, mucho antes, pero como para que se ubiquen. Nuestra idea es más de eso.
Sí, si notamos algo raro, como que lo conversamos mucho en reunión, que en ese mismo
momento de reunión es como que [decimos] ‘che me está pasando esto. Tenemos un niño así
y una niña asá’, y entre todos como [que vamos] pensando ‘bueno, fíjate, si vos ves que hasta
ahí podés, hasta ahí podés, y si ves que la cuestión va más para largo, hablamos con las
personas’. La realidad es que es más una cuestión de alfabetización, lo que pasa acá de los
niños y las niñas que vienen, que de otras condiciones, otras dificultades. La verdad que por
el momento no tuvimos niños o niñas con cuestiones así. Mentira, hubo un niño, sí, antes de
que nos mudemos, pero creo que le dijimos que vaya a tal lado (…). Pero sí, sí, estábamos
ahí. En eso re estamos. Todos sabemos [porque] se hacen muchos eventos y conoces gente de
otras organizaciones y vas como tejiendo y entablando relación para poner nombre, cara y
espacio.”
La interrumpimos entonces para hacer una nueva pregunta: “¿Y cómo se relacionan
así con otras organizaciones? ¿Cómo hacen para generar ahí un nexo?”
Con mucha soltura, Lucía nos cuenta: “Generalmente eso se va dando. Antes de
pandemia se había hecho el Consejo Consultivo de la Niñez y del Adolescente. Bueno, ahí yo
estaba yendo. También se hizo un Consejo Consultivo de Salud. Se hizo Consejo Consultivo
de Vivienda, que ya hace un tiempo que está. Como que se van formando diferentes grupos
que ahí tenés gente de todas las organizaciones o de la gran mayoría de las organizaciones.
Ahora, por ejemplo, está la unidad ejecutora de lo que es vivienda. No sé si les comentaron
de la ley 2240, que en realidad esa ley lo que hace es todo lo que es la renovación urbanística
y ambiental del barrio, que eso no está sucediendo. Sólo lo pusieron como [diciendo] ‘bueno,
sí, algo vamos a hacer’, tras haber designado a La Boca como el Distrito de las Artes. Lo que
hace el Distrito de las Artes es que vengan acá, compren terrenos, pero sin importar si en esos
terrenos hay gente viviendo, si hay niños, niñas; no les importa nada. Es como [que te decían]
‘bueno, si vos vas a poner para exponer, te bajamos no sé cuánta plata de la tasación o del
valor del terreno, del conventillo o lo que sea, con la idea de que vos pongas un lugar para
exponer obras de arte, que sea un centro cultural, lo que sea’. La verdad es que eso nunca
pasa y sacan familias y familias. Bueno, hace dos semanas desalojaron a diez familias, por
ejemplo. Hubo dos desalojos, un total de diez familias que no son familias convencionales de
Tratando de recordar porque habíamos escuchado de eso, le preguntamos: “¿El día del
censo [fue]?”, e inmediatamente ella nos responde: “No, no, no, fue después del censo, fue
justo después del censo. Sí, sí, fue la semana siguiente del censo.” Luego, ella continúa con el
tema de las problemáticas y la política: “Hay muchas cuestiones acá en este barrio que no se
dan. Es un punto como [por ejemplo que] el otro día escuché que decían ‘no, bueno, las leyes
son necesarias, pero siempre dependen de las manos en las que caigan’. Y te ponés a pensar y
decís ‘sí, qué haces, ¿no?’. Tenemos una ley que es la 2240 para todo lo que es la renovación
urbanística garantizada para la gente que vive en el barrio; y no, lo único que haces es
gentrificar a esa gente, o sea, sacarla, excluirla de su barrio, de su identidad. Porque acá tenés
todo, la escuela, la salita, a tus amigos, a tu familia, la plaza, tenés todo; y es como que de un
día para el otro, porque alguien vino y compró vos te tenés que ir, y es muy fuerte [eso].
Bueno, justamente esta ley tiene un artículo que solicita que se haga el relevamiento de todos
esos lugares que se vendieron, que fueron beneficiados porque iban a hacer un centro cultural
o lo que fuere para mejorar el barrio, que lo único que piensan es en que vengan los turistas.”
En este punto, volvemos a interrumpir su relato para comentarle: “Pero en sí ven esto,
por ejemplo, esta organización que es para el barrio. O sea, se invierte más en el turismo, que
en la gente que vive acá.”, y ella nos responde muy de acuerdo: “Exactamente, entonces es
justamente eso lo que se está peleando hoy y ahí están todas las organizaciones. No es que
solo una organización; están todas las organizaciones. Entonces ahí vas tejiendo [y] te vas
vinculando con otras personas, con gente militante de la hostia de años, que estuvieron
detenidos. Conoces mucha gente y te vas nutriendo también de eso, de sus experiencias, de su
historia de vida. Bueno, yo también hace poco empecé a estar en Encuentro por la Memoria
La Boca-Barracas, que ahí también hay militancia y años de historia. Y bueno, ahora el [día]
11 vamos a hacer una conmemoración a los caídos por el bombardeo que se hizo a Plaza de
Mayo para asesinar a Perón en el 55, y se va a hacer acá en una de las cooperativas, en ese
montón de gente, a hablar sobre el 30 de junio, porque ese día es el que se conmemoran los
67 años. Pero nosotros lo hacemos antes justamente como para promocionar más que nada.
También para concientizar, porque si no es como que la historia pasa a ser una asignatura
más de la escuela. Y es como [que] la historia es necesaria para no volver a repetir los
mismos errores o por lo menos aprender de ellos; y de realmente salir adelante como país.”
mismo, capaz parezco a veces media zurda o lo que sea, pero es como que nosotros tenemos
vamos a votar. La otra vez cuando votamos para senadores y diputados, vos agarrabas y
capaz preguntabas ‘¿Fuiste a votar?’ o ‘¿A quién vas a votar?’ [y al final terminabas
preguntando] ‘¿Sabés qué hay que votar [siquiera]?’. [Y te terminan respondiendo] ‘¿Qué
hay que votar? ¿Gobernador de vuelta?’. [Nosotros les respondíamos] ’No, no’. Nosotros
íbamos con las boletas del Frente de Todos, porque también hay cuestiones que son como
más de una convicción; pero es como independientemente de [a] quién votes, por lo menos lo
hagas sabiendo qué vas a votar. Y también tomes como esa cuestión de hacer un mea culpa y
decir ‘bueno, yo elegí esto y me re cagaron’ pero por lo menos vos te informaste y supiste, no
que vos vas y votas [porque te dicen] ‘votá a tal’. Después se quejan de lo que nos pasa, y en
cierto punto, nosotros fuimos los responsables de que pase lo que pase.
En este punto, somos interrumpidos por la aparición de dos niños que vienen al
merendero y al apoyo escolar. Aquí podemos ver en total y completa acción a Lucía como la
docente de pleno derecho que es hoy en día, así como la forma que tiene de manejarse junto a
los niños de La Boca. Sin embargo, por motivos de privacidad, no transcribiremos estos
momentos con los niños (y obviamente por no tener permiso de los padres de estas criaturas).
Sin embargo, mientras los chicos se preparaban, tuvimos tiempo para hacer una pregunta
más: “Cerremos con esta pregunta, ¿cuáles son los pasos a seguir [para ustedes]? ¿A qué
pone seria y responde: “Yo creo que eso lo vamos viendo en el día a día, pero sí apuntamos a
característica jovialidad y Lucía termina: “No, es una pregunta que no puedo responder.
Messi, Maradona, paso!”. Y con eso, Lucía desvía su mirada hacia los niños, su atención
totalmente depositada en ellos con el amor que solamente puede ser sentido mediante la
docencia. No solamente hay que tener vocación para enseñar, también hay que tener vocación
para quererlos, cuidarlos y darles todo el cariño que se merecen. De una cosa estamos
seguros, Lucía definitivamente tiene esta vocación y esperamos en el futuro verla graduada
Fin de la entrevista.