Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
COMUNIDAD
GABRIEL BENAVIDES
EJE 4
Propongamos
Fuente: Shutterstock/130517294
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
ÍNDICE
Introducción
El cuarto y último eje del módulo está orientado al diseño de algunas estrategias
que los docentes en formación propongan con base en el recorrido a través de los
ejes anteriores, por eso nos preguntamos en nuestra metáfora ¿y qué tal si soñamos
construyendo otras redes? Pues es un hecho que niñas y niños no son solo criados
por la familia y la escuela, son criados por su cultura y su grupo social.
La comunidad puede ayudar en este aspecto, la vecina que debe cuidar al niño,
las personas que atienden los niños frente a cualquier tipo de interacción, los cuida-
dores, líderes comunitarios, políticos, legisladores, todos somos responsables de crear
INTRODUCCIÓN
Instrucción
Cabe preguntarse, ¿qué es lo educativo de las comunidades? ¿en qué momento las
comunidades se vuelven educativas? ¿será que el solo hecho de compartir un entorno
físico hace que surja lo educativo? Dice John Gardner:
””
La comunidad enseña. Si es íntegra, impartirá un sistema coherente de valores.
Si es caótica o corrupta, de todos modos, las lecciones serán dadas, pero no se
tratará de lecciones que curen y fortalezcan (…) El niño asimila valores, buenos y
malos, en el patio de juegos, a través de los medios de comunicación, en la calle,
en todas partes. La comunidad y la cultura son las que mantienen al individuo
dentro de un marco de valores (1991, p. 17) (citado por Noddings, 2009, p. 132).
””
No solo a nivel individual, sino colectivo. En este sentido, con razón dijo Juan
Carlos Tedesco (1995, p. 168) que «la educación es una actividad donde la pro-
fesionalización integral no sería posible ni conveniente», requiriéndose –cuando
menos– una «profesionalidad ampliada». En la tarea de establecer alianzas con
la comunidad, el modelo de profesional autónomo se queda corto, y el de pro-
fesional que trabaja de modo colegiado con sus compañeros debe ampliarse
con otros sectores sociales, especialmente las familias (Bolívar, 2006, p. 131).
Uno de los retos para los docentes es trabajar articuladamente con familias y comuni-
dad para acrecentar el capital social, que “está conformado por un conjunto de factores
””
Bourdieu (2001b, p. 84) ha definido el capital social como el conjun-
to de recursos actuales o potenciales vinculados a la posesión de una
red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de reco-
nocimiento mutuo, como consecuencia de la pertenencia a un gru-
po, unidos por vínculos permanentes y útiles (Bolívar, 2006, p. 139).
Se puede afirmar que una comunidad saludable se caracteriza por tener (y reconocer)
un alto capital social, donde “importan, pues, «aquellos aspectos de la organización
social, tales como confianza, normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de una
sociedad a través de las acciones coordinadas», según la formulación de Putnam, et ál.
(1994, p. 212)” (Bolívar, 2006, p. 139).
Figura 1.
Fuente: Shutterstock /305457083
Por ende, es necesario tener en cuenta esos cambios en las interacciones familia-es-
cuela-comunidad, sin duda al comienzo de los procesos formativos de niñas y niños se
requiere de una interacción muy cercana, con base en acuerdos y la comunicación de
expectativas claras. Es un hecho que en los primeros grados de escolaridad la figura
del docente ejerce una fuerte influencia en los pequeños, hasta llegar en ocasiones a
colocarse por encima de las figuras materna y paterna, para un niño si su profesora le
dijo que el dibujo debe tener margen rojo, así debe hacerse y nadie le puede cambiar
esa instrucción.
Así pues, las estrategias que se diseñen han de buscar la máxima superposición posible
entre familias y escuelas (inicialmente), el cual:
Ejemplo
Pero a la par que docentes lideran el involucramiento de las familias, las escuelas
también tienen el reto de idear estrategias para dinamizar un mayor involucramiento de
la comunidad, en la misma lógica de pensarse la comunidad como escuela.
””
Esto contempla programas escolares que les brindan a los niños y a sus fa-
milias acceso a servicios comunitarios y de apoyo, considerando progra-
mas de cuidado después del colegio, servicios de salud y otros recursos
que coordinan estas disposiciones y actividades para el apoyo del apren-
dizaje de los niños. Las escuelas varían respecto a cuánto conocen y com-
parten con sus comunidades y también respecto a cuánta mano echan
a estos recursos comunitarios para potenciar y enriquecer el currículo y
otras experiencias de los estudiantes (Epstein y Dauber, 2013, pp. 162-163).
Lectura recomendada
Carolina Grellet
Las instituciones educativas (sean oficiales o privadas) han de seguir abriendo sus
puertas no solo para recibir estudiantes (y ampliar la cobertura) sino para salir al encuen-
tro de familias y comunidades, para invitarles a ser parte de un modelo de trabajo cola-
borativo con los mejores niveles de involucramiento. Una alternativa muy interesante
de trabajo es llegar a la comunidad a través de los roles sociales de las familias en sus
actividades económicas, pues mamás y papás también son trabajadores y pueden cola-
borar en la conformación de redes comunitarias en torno a la formación de sus hijos.
Algunos estudios muestran que aun en zonas de alta vulnerabilidad es posible generar
el involucramiento de la comunidad y los resultados son muy favorables en términos del
cuidado, desarrollo y educación de niñas y niños (Epstein y Dauber, 2013, p. 179).
Instrucción
Es claro que los docentes infantiles en formación han de prepararse de manera muy
sólida para gestionar los niveles de involucramiento necesarios con el fin de hacer de la
educación inicial un compromiso social en su entorno particular.
-- Valoren los procesos educativos y estén atentos a los retos que surgen de las
nuevas dinámicas sociales.
Otro factor clave para mejorar los niveles de involucramiento, es una mejor con-
certación de las expectativas de formación en las que además de las expectativas de
las familias, hay una identificación de las expectativas de la comunidad. Por último, se
requiere un mayor reconocimiento de las acciones familias y escuela realizan en pro de
la formación de niñas y niños (p. 152).
Para finalizar el módulo se propone una reflexión sobre un aspecto ético que sin duda
ayudaría a consolidar muchas de las estrategias que los docentes en formación están
diseñando, se trata de la corresponsabilidad sobre la que hacemos nuestra última reflexión
a continuación.
Instrucción
En los resultados de algunos estudios Epstein identifica tres maneras de asumir res-
ponsabilidades de familias y escuelas, se refiere entonces, a responsabilidades separadas,
que son las que se dan con más frecuencia, cada tejedora hace lo suyo casi de manera
independiente de lo que hace la otra, lo cual es un factor de conflictos; también están
las responsabilidades compartidas donde familia y escuela tienen la capacidad de sumar
sus esfuerzos y recursos en aras de un propósito común; por último, las responsabilidades
sucesivas que no son estáticas sino que se van modificando de acuerdo con las nece-
sidades e intereses de niños y niñas (2013, p. 136). Las dos últimas maneras de asumir
la responsabilidad van más allá del sentido del deber y permiten dar el paso hacia la
corresponsabilidad.
””
La corresponsabilidad, se refiere a la concurrencia de acciones por parte del
Estado, la familia y la sociedad de acuerdo con sus competencias específicas,
para la promoción y garantía del cumplimiento de los derechos, así como la
prevención de situaciones de inobservancia, amenaza o vulneración y su res-
tablecimiento. Las actuaciones deben ser concomitantes, coordinadas y ar-
ticuladas (artículo 10, Ley 1098 de 2006) (Gobierno Nacional, 2013, p. 135).
Para Colombia la política “De Cero a Siempre” (2013) se orientó a trabajar con cinco
estructurantes:
• El cuidado y la crianza.
• La educación inicial.
””
importante en la medida que:
Lectura recomendada
Gobierno Nacional
Como puede entenderse, las interacciones entre familias, escuela y comunidad tienen
implicaciones políticas que los docentes infantiles deben tener en cuenta de manera
corresponsable, pues el ejercicio de la ciudadanía no aparece con la mayoría de edad,
sino que es parte de todo el ciclo vital de cada sujeto.
Instrucción
””
Educar en la primera infancia significa proponer, por parte de los distintos miem-
bros de la sociedad, acciones conducentes a lograr la inmersión de las nuevas
generaciones en la cultura, que contribuyan a su estructuración como seres
sociales que aprenden a convivir con otros (Cárdenas y Gómez, 2014, p. 42).
””
tiranos.
Las estrategias que se propongan para enriquecer las interacciones entre familias,
escuela y comunidad han de propender por un reconocimiento de las diferencias de cada
niño, “pues, como se ha enfatizado, las características propias del desarrollo, los gustos,
las preferencias, los intereses y necesidades conforman un sinnúmero de particularidades
que enriquecen el trabajo cotidiano con ellas y ellos” (Cárdenas y Gómez, 2014, p. 50).
Se cae en un equívoco al pensar que el trabajo educativo con la primera infancia es sen-
cillo o se limita a atenderle en sus necesidades básicas, por tanto, familias y comunidad
necesitan involucrarse más con sus escuelas, y ayudar a crear mejores condiciones para
potenciar el desarrollo de cada niña y niño.
Reflexionemos
Martí, T., Sales, A., y Moliner, O. (2010). Ampliando el territorio: algunas claves
sobre la participación de la comunidad educativa. Revista Iberoamericana sobre
Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 8(3), 97-119.