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LA PERCEPCIÓN SELECTIVA
El conocimiento del concepto de percepción selectiva que específicamente los profesionales de
psicología tienen incorporado, es materia de nuestro interés.
Cada uno de nosotros percibe la realidad de manera distinta, según las particularidades de cada
individuo. Decidimos inconscientemente lo que aceptamos o no aceptamos percibir. Todos nosotros
cuando experimentamos una sensación ante un estímulo negativo la advertimos solamente luego que
ese estímulo cesa.
Cuando nuestros sentidos son agredidos nuestro cerebro nos concientiza de hecho en forma de dolor,
desagrado o simplemente incomodidad. Si esa estimulación negativa es constante se acciona un
mecanismo interno de defensa tornándola paulatinamente en menos perceptible hasta pasar
desapercibida totalmente. Al cesar el estímulo es la sensación de alivio que nos hace tomar conciencia
de que estábamos sujetos a él.
Cuando una interferencia cesa en la emisora de radio sintonizada, el alivio posterior nos demuestra
cuánto nos fastidiaba dicha interferencia. El espacio es un constante y poderoso generador de estímulos,
que nos afectan de muchas maneras, y no tenemos conciencia de ello.
Aborígenes pigmeos que siempre habían vivido en medio de la selva, sin jamas haber visto el horizonte,
cuando fueron llevados a un paisaje de una gran distancia visual, preguntaban que insectos eran
aquellos, refiriéndose a una manada de búfalos. La percepción de estos aborígenes fue modificada por
su medio ambiente.
Del mismo modo, nuestro medio modifica nuestra percepción. Una determinada plaza puede parecer
amplia y vacía para el hombre urbano, pero a un campesino percibirá el mismo espacio como pequeño y
lleno y hacinado.
Toda producción arquitectónica tiene por objetivo servir para ser vivida por el ser humano, por lo tanto
merece nuestro máximo interés.
EL USUFRUCTO DE LA ARQUITECTURA
Es imposible dejar de percibir, una masiva presencia de edificaciones sin ningún contenido
arquitectónico, a los lados de los caminos en la mayor parte de nuestras ciudades. Sin duda esto es
reflejo de la pequeña actuación del arquitecto en la actualidad, como así la falta de una legislación que
torne a esta presencia en obligatoria.
Este deteriorado paisaje urbano ataca nuestros sentidos constantemente, haciendo que la percepción
selectiva torne inconsciente la influencia de este medio. Así, una especie de efecto anestésico nos
impide percibir la buena arquitectura, contribuyendo para que el hombre habitante de las grandes
ciudades otorgue tanto valor a la arquitectura como un sordo a la buena música, sin importar el volumen.
Tampoco las grandes obras públicas escapan a la regla: en ellas el usuario parece importar apenas
como función, teniendo en cuenta solamente algunas condiciones de confort y sin aportes significativos
en general.
¿Será que ahora se busca alivio cada vez más frecuentando espacios un poco menos inocuos, como los
shoppings centers?. Estos locales tienen lo que puede llamarse "arquitectura de resignación",
caracterizada por un desarrollo azaroso, meramente basado en una relación costo beneficio, adornados
con profusas lámparas y espejos, aparentando ser menos agresores a nuestros sentidos que los
espacios públicos con las fachadas desarrolladas en nuestros centros urbanos.
Hoy, principalmente en las grandes ciudades, el hombre perdió el usufructo natural de la arquitectura,
junto al placer de habitar un medio ambiente sano. La lectura del espacio, la vivencia de nuestro arte, ya
no sucede de forma desvinculada del proceso de culturización global, el cual afecta a la mayoría de los
habitantes y nos cabe a nosotros la responsabilidad de revertir esta tendencia, pues si los arquitectos no
luchamos por valorizar a la arquitectura ¿quién lo hará?.
VOCACIÓN VS OCASIÓN
En el contexto actual parece ridículo considerar la vocación, pero seguramente quienes no podemos
desarrollarla en plenitud sabrán entendernos. Los que dan prioridad a la ocasión, como lobos a la espera
de la presa para ejecutar el ritual de transferencia de dinero a cambio de cualquier producto, atropellando
principios, seguramente no les importa.
Como contraste a la realidad planteada hay otra, la de los problemas sociales de la sociedad actual, con
pueblos llenos de carencias, principalmente los del tercer mundo. Los Arquitectos podemos planificar, si
lo logramos y nos es permitido seguramente tendremos aceptación y ganaremos el respeto de quienes
son y tienen la verdadera cultura: el pueblo.
Esto, aunque lo parezca, no es un panfleto político. Es un llamado a todos los colegas para dejar de ser
espectadores y ser protagonistas reales en el mundo real y aportar lo mejor de nosotros para construir el
sueño de cada pueblo, cada sociedad, con sus particularidades únicas y en armonía con la tierra, con el
planeta.
La realidad, en todos los tiempos condicionó al arquitecto y debió adaptarse a cada circunstancia, a lo
que la sociedad necesitó en ese momento. Este factor siempre fue local y específico, pero hoy nuestro
planeta es una aldea, sus problemas afectan a todos y existen mecanismos, medios de información que
nos permiten por primera vez trazar objetivos comunes.
Los arquitectos, profesores, constructores, decoradores, de servicios, estatales, comunicadores,
virtuales, artistas, televisivos etc. debemos estar todos comprometidos en la lucha por la supervivencia
del planeta y por una vida mejor y de mayor calidad para todos.
REACCION SIN PREVENSIÓN
Actualmente, comienza a tenerse en cuenta el problema de las barreras arquitectónicas, a partir de los
reclamos que los afectados hacen, no podemos sentir otra cosa que culpa, por que ahora ante este
hecho debemos adaptar los edificios para atender esas graves omisiones, que por negligencia o
economía, no fueran previstas inicialmente por quienes los proyectaron.
Es cierto que no podemos hacernos cargo de necesidades futuras desconocidas, pero debemos
responsabilizarnos siempre de necesidades presentes, es una obligación de hoy el saber que lo
imprevisible puede acontecer, por lo tanto no podemos prescindir de otorgar la maleabilidad necesaria
para futuras soluciones, tanto en el acto de proyectar como en la planificación.
Por esa razón abrimos este documento, permitiendo expresar la visión particular de cada profesional,
que inmerso en diferentes realidades y ambientes pueda tirar otros dados, haciendo saber sobre los
"que" y los "como" a todos, evidenciando otras cuestiones que los autores del presente trabajo no
hayamos percibido y aportando soluciones, al menos colocar algún semáforo en este congestionado
tráfico.
OTRAS PROFESIONES
Hay profesiones que se nutren de la realidad, los periodistas por ejemplo tienen por obligación estar
informados, no plantearemos ahora la interpretación que hagan de esa realidad, por que no es relevante
para este propósito.
Los economistas y contadores públicos aunque no necesiten contacto directo con la realidad, requieren
de sistemas sensores para pulsar la realidad en las cuestiones de mercado, son necesarios por la
imposición del poder en conjunto con la sociedad, razón por lo cual necesitamos recurrir a ellos
obligatoriamente.
Los Ingenieros por su dominio de la tecnología y por tomar una franja del conocimiento de complejo
entendimiento para el lego tienen su cuota parte de indispensables.
Los servicios, nacidos de la necesidad al igual que los mercados de los químicos, los alimentos, la
indumentaria, la industria, la producción por ser de consumo necesario tienen garantizada su inserción.
No tienen la misma suerte otras profesiones, entre ellas la nuestra. Cualquier empresario del ramo
inmobiliario tiene mas influencia en el pautado de ideales futuros que nosotros, arquitectos.
ESPACIO CEDIDO
En el presente el arquitecto tiene un espacio de acción cada vez más pequeño en la sociedad. Creemos
ser protagonistas de los acontecimientos, disponemos de nuevas herramientas para el desempeño
profesional, sin embargo existe una confusión y una enorme dependencia cultural y económica de los
países desarrollados, que contrasta con realidades miserables en los países del tercer mundo.
La importación de valores llega al extremo de encontrarnos con lanzamientos de edificios lujosos,
firmados por nombres de notoriedad internacional, en cuyas carteleras aparecen mas destacados los
avisos publicitarios que los autores del proyecto. Es más valioso el nombre de un perfume, que el
profesional arquitecto, no solo caminamos hacia la extinción de la profesión sino que estamos
practicando un suicidio.
¿Se le ocurre a Ud. Ante un problema legal prescindir de un Abogado? o ¿ante la enfermedad prescindir
del médico? Sin embargo tanto para construir una vivienda como para hacer la ciudad se prescinde de
los arquitectos, por que las leyes en nuestros países no nos encuadran como componentes para
contribuir desde la obligación.
EL CONSUMIDOR
En las áreas más diversas las innovaciones tecnológicas con nuevos elementos electrónicos, o
automóviles o herramientas, se constituyen en objetos de deseo. En la construcción sucede lo contrario,
el lego no acepta fácilmente la innovación tecnológica y cuestiona la solución estética. Por ello en el
presente coexisten de forma acumulada un sin número de técnicas constructivas distintas junto a las
tradicionales. Las innovaciones se aceptan o rechazan por cuestiones económicas o culturales sin
considerar virtudes intrínsecas que la innovación pueda contener.
Por la misma razón el lego acepta fácilmente la opinión del maestro mayor de obras o del constructor
que la del arquitecto. Eso sucede por que el lenguaje está más cercano al lego, por que su propuesta le
es suficiente y por que le resulta en principio más económico. Y esto es verdad, aunque creamos que
ninguno se dejaría intervenir quirúrgicamente por un enfermero.
LA PRESENCIA DEL ARQUITECTO
Aunque el arquitecto haya cedido muy rápidamente la mayor parte de su espacio de actuación, la
sociedad todavía no asimiló este cambio por completo, porque no existe un profesional capaz de asumir
todas nuestras tareas.
Nuestra presencia y nuestro aval todavía se solicitan. Cualquier iniciativa se enriquece si tiene un
arquitecto implicado. Como profesional capacitado para interpretar el sueño, que tiene como atributo
primero la traducción de lo inexistente, la presencia del arquitecto permite que la intención pueda verse
como viable.
El proyecto, como producto intelectual de difícil mensura no es tangible y por lo tanto difícil de
corresponder con valores económicos, ante la duda "no se lo valoriza".
Llegamos hasta incluirlo dentro del objeto construido para poder cobrarlo.
Si hacemos esto con el proyecto, una parte anterior de importancia extrema cayó en desuso, perdió
terreno el estudio de viabilidad. Por la fuerza de las circunstancias, nosotros somos los primeros en
disminuir el valor de nuestro trabajo. Esta inversión de la secuencia lógica hace del proyecto un ausente
de la construcción y por lo tanto, también el arquitecto. Luego, nuestro trabajo no existe y la obra
tampoco existe.
En procura de nuevos horizontes vamos de aquí para allí, ofreciendo un aval gratuito a través de nuestra
presencia cada vez mas vinculados a los sueños que a la realidad.
Muchas veces somos llamados, no para proyectar, sino para maquillar los errores de quien ha
construido, somos médicos de urgencias, tratando de salvar los restos de un cuerpo maltratado,
pretendemos hacer medicina preventiva y no pasar años entre amputaciones y atrocidades de guerra.
En este estado de cosas, solo tendemos a perder, si no realizamos el intento de conformar una postura
que nos permita alterar ese destino, no tendremos crédito alguno, consolidaremos la idea de que somos
prescindibles con nuestra actitud de soñadores y no de visionarios.
NUEVOS FRENTES
Los organismos dedicados a temas de medio ambiente han ganado un importante espacio, en algunos
países alcanzan el rango de ministerio. Teniendo en cuenta que la obra humana se encuadra en este
espacio llamado biosfera, que es único, los arquitectos no podemos quedar ausentes, debemos tener
conductas acordes al espacio habitable, que es la tierra misma.
Esta apertura que hoy se da para nosotros en todos los niveles y escalas, desde los medios de
comunicación como escenógrafos o como diseñadores en el cyberespacio, demuestra que se necesita
un nuevo perfil de profesional arquitecto, que intente pautar a futuro por un mejor entorno, que quizás
use los intereses del poder, o que al menos los guíe.
¡Arquitectos en TV explican cómo pegar un cerámico o colgar una cortina! Es posible que la sociedad
nos descubra por este hecho y quizás si los colegas que se desenvuelven en este medio generan
objetos de demanda, los intereses de los poderosos terminarán por ofrecer el producto, entonces
¡colegas! ¡Ofrezcan un mundo mejor! Crear demanda para que la sociedad consuma nuestros proyectos,
pero hagamos ofertas para una mejora de la condición humana.