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Supuesto de hecho
Durante la espera del embarque del vuelo que desde Bogotá, Antonio y Pedro
recogieron de una persona desconocida una maleta que contenía, en un doble fondo,
6200gr de pasta de cocaína que una vez arribada a España sería entregada por Antonio
para ser transformada 3000gr de cocaína, con un valor de mercado de 210.000€.
Cuando llegaron al aeropuerto de Barajas fueron detenidos por agentes de policía y
mostraron su deseo de colaborar en la investigación con el fin de obtener beneficios
de reducción de pena.
Cuestiones a desarrollar
1.- ¿Está protegida la maleta por el artículo 18.3 de la CE? Razonad la respuesta
2.- ¿Se puede dar por válida la prueba derivada de la apertura de la maleta por la
Policía?
3.- ¿Qué valor se le debe dar a la grabación de vídeo realizada por los agentes? ¿De no
haberlo acordado así la policía que valor tendría si lo hubiera realizado Pedro por su
cuenta?
Introducción
Antes de abordar las cuestiones planteadas en el supuesto práctico, creemos que es
necesario enmarcar una serie de conceptos que nos ayudarán a fundamentar
jurídicamente dichas cuestiones.
Pues bien; tal como recoge el preámbulo de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo,
de Protección de la Seguridad Ciudadana: «la Constitución Española (CE) de 1978
asumió el concepto de seguridad ciudadana (artículo 104.1), así como el de seguridad
pública (artículo 149.1.29.ª). Posteriormente, la doctrina y la jurisprudencia han venido
interpretando, con ciertos matices, estos dos conceptos como sinónimos, entendiendo
por tales la actividad dirigida a la protección de personas y bienes y al mantenimiento
de la tranquilidad ciudadana».
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en tanto en cuanto, sus actuaciones
consistan en investigaciones que se lleven a cabo como consecuencia de la notitia
criminis, tendrán la consideración de Policía Judicial, cuando estén a prevención de
Jueces y Tribunales de Justicia, así como del Ministerio Fiscal. Su regulación está
desarrollada en el R.D. 769/1987 de 19 de junio en consonancia con los artículos 547 al
550 de la LO 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, tras el mandato constitucional
del artículo 126 CE que determina: «La policía judicial depende de los Jueces, de los
Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la ley
establezca». También está contemplada su regulación en cuanto a su actuación en los
artículos 282 a 298 del Título III del Libro II de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(LECrim); 769 a 772 LECrim, en el procedimiento abreviado; y en el 796 LECrim, para
los juicios rápidos.
Respuestas
1.- ¿Está protegida la maleta por el artículo 18.3 de la CE? Razonad la respuesta
2.- ¿Se puede dar por válida la prueba derivada de la apertura de la maleta por la
Policía?
Art.282 LECrim, párrafo primero: «La Policía Judicial tiene por objeto y será obligación
de todos los que la componen, averiguar los delitos públicos que se cometieren en su
territorio o demarcación; practicar, según sus atribuciones, las diligencias necesarias
para comprobarlos y descubrir a los delincuentes, y recoger todos los efectos,
instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiere peligro, poniéndolos
a disposición de la autoridad judicial»
Específicamente:
3.- ¿Qué valor se le debe dar a la grabación de vídeo realizada por los agentes? ¿De
no haberlo acordado así la policía que valor tendría si lo hubiera realizado Pedro por
su cuenta?
¿Qué valor se le debe dar a la grabación de vídeo realizada por los agentes?
Esta pregunta incide principalmente en una de las funciones que determina el artículo
11.1 de la LO 4/2015, concretamente la determinada en la función h): «h) Captar,
recibir y analizar cuantos datos tengan interés para el orden y la seguridad pública, y
estudiar, planificar y ejecutar los métodos y técnicas de prevención de la
delincuencia.». En consonancia con el art.282 LECrim, párrafo primero ya relacionado
anteriormente en la pregunta 2ª. Podemos hacer referencia, por último, a los artículos
382-384 de la LEC de la reproducción de la palabra, el sonido y la imagen y de los
instrumentos que permiten archivar y conocer datos relevantes para el proceso.
Conclusión: Podemos afirmar que la Policía está habilitada para dicha grabación a
tenor, entre otras, de dicha normativa. Si dicha grabación, cumple con los requisitos
antes mencionados y se pone a disposición de la Autoridad Judicial, tal como
determina in fine el párrafo primero del artículo 282 LECrim, la prueba será
considerada válida como fuente de prueba. De su consideración o no como prueba
preconstituida, tal como hemos indicado anteriormente, lo analizaremos a
continuación, en la pregunta 4ª.
¿De no haberlo acordado así la policía que valor tendría si lo hubiera realizado Pedro
por su cuenta?
Comenzaba el Fiscal del Tribunal Supremo, Luis Lafont Nicuesa, su artículo publicado
en el Anuario Jurídico Villanueva 12/2018 (pag.239-272):
A tal cita, creemos que es obligado matizarla, y ese matiz podría ser el que nos aporta
en su STS 4168/2021-Nº Resolución:875/2021, el Tribunal Supremo en su Fundamento
de Derecho 2-4, al citar el siguiente brocardo: «la verdad no puede obtenerse a
cualquier precio», añadiendo, «"...la exclusión de prueba ilícita del material valorable
por el órgano decisorio forma parte del patrimonio jurídico de los sistemas
democráticos».
Al hilo de ello, podemos citar parte del Fundamento 1-2 de la 2290/2018: «Aunque no
sin matices, puede afirmarse que la nulidad que proclama el art. 11 de la LOPJ es la
nulidad de actos procesales y, como tales, producidos en el proceso, consecuencia de
una actividad procesal desplegada por los poderes públicos que asumen las tareas de
investigación o enjuiciamiento de los delitos o por las partes que intervienen en el
mismo.»
Prosigue: «En segundo lugar, que la prueba obtenida por un particular que, en el
momento de tomar contacto con la fuente probatoria, no está actuando de forma
tendencialmente preordenada, en la búsqueda de su aportación al proceso, requiere
un tratamiento singularizado que impide su incondicional asimilación a las categorías
generales. Sólo el examen del caso concreto, con una detenida ponderación de todos
los elementos concurrentes en la generación y aportación de pruebas, podrá ofrecer
las claves para la solución de la reivindicada nulidad probatoria.»
Y concluimos la cita: «En tercer lugar, ha de quedar fuera de toda duda que en aquellas
ocasiones en las que el Estado se vale de un particular para sortear las limitaciones
constitucionales al ejercicio del ius puniendi, la nulidad probatoria resultará obligada .»
A la vista de ello, y centrándonos en el caso que nos ocupa, constatamos: que Pedro
está inmerso en una operativa e investigación policial. Con su grabación pretende
seguir colaborando con la policía para obtener rédito en su situación procesal. «No se
trata de dos interlocutores que intercambian opiniones mientras que uno de ellos
procede a la grabación de lo que ambos expresan» tal como señala para que sean
lícitas las grabaciones entre particulares, la STS 2290/2018.
Siguiendo con la misma sentencia, más adelante indica en su fundamento 1-2: «En
tercer lugar, ha de quedar fuera de toda duda que en aquellas ocasiones en las que el
Estado se vale de un particular para sortear las limitaciones constitucionales al
ejercicio del ius puniendi, la nulidad probatoria resultará obligada»; tal como concurre
en el caso que nos ocupa.
En primer lugar, debemos significar, que el principio general que rige la regulación de
la prueba nos indica: que solo ostentan la condición de verdaderos medios de prueba
aquellas que se practican en el plenario. Entre las excepciones a este principio general,
se encuentran, aquellas actuaciones sumariales que, por su imposible reproducción en
el juicio, se les atribuye eficacia probatoria si han cumplido en su realización los
requisitos legales de los medios de prueba que se practican en el juicio. Pudiendo
diferenciar, entre ellas, las llamadas pruebas anticipadas de las denominadas pruebas
preconstituidas. Las primeras, por sí misma, no pueden fundamentar una sentencia
absolutoria o condenatoria; en cambio, las segundas, pueden servir, por si solas, para
que el Juez o Tribunal puedan basarse en ellas para emitir un veredicto absolutorio o
de culpabilidad. Otra diferencia nos la ofrece la STS de 10 de marzo de 2009, Recurso:
10808/2008, F.J. 3º: «…Su diferencia con la anticipada está en que en la preconstituida
la práctica de la prueba no tiene lugar ante el Tribunal Juzgador sino ante el Juez de
Instrucción»
Entre los requisitos que se exigen para que una prueba, en la que su práctica se ha
realizado en un periodo preprocesal, tenga la condición de preconstituida, es
condición necesaria, además de estar intervenida por un órgano judicial, que, en su
práctica, se cumplan todas y cada una de las formalidades de las pruebas del juicio
oral; y, que la misma, se incorpore al propio debate del juicio en cuestión,
introduciéndose al mismo, con su lectura, y en las que puedan intervenir las
contradicciones de las partes (art.449 bis LECrim); pues es, en el propio juicio, donde
podrá ser apreciado o no su valor probatorio.
«1. Podrán también leerse o reproducirse a instancia de cualquiera de las partes las
diligencias practicadas en el sumario, que, por causas independientes de la voluntad
de aquellas, no puedan ser reproducidas en el juicio oral.
De la lectura del apartado 2 del artículo 730, podemos afirmar, que las grabaciones de
la policía tienen el carácter de prueba preconstituida, siempre y cuando, formen parte
de la fase de Instrucción. De ahí la exigencia que establece, entre otros, el artículo 282
LECrim, de poner a disposición judicial todos los efectos, instrumentos o pruebas del
delito, de forma inmediata, formando ya parte de la Instrucción al estar la
investigación a prevención judicial. Añadimos, según aporte del Doctor en Derecho
Albert González y Jiménez, que el Tribunal Constitucional 1 ha otorgado el valor de
prueba preconstituida a todas aquellas diligencias como las fotografías, croquis,
resultados de las pruebas alcoholimétricas, etc., que se limiten a reflejar
fielmente determinados datos o elementos fácticos de la realidad externa 2.
Conclusión; Pues bien, en el caso que nos ocupa, no hay una sola mención de que
dicha investigación policial esté a prevención judicial (salvo en el supuesto que la frase:
“el debido control” incluya que la operación está a prevención judicial). Si ello es así,
tales pruebas no podrán ser consideradas (independientemente de otras valoraciones
ajenas al caso que nos ocupa), como pruebas preconstituidas al no estar a prevención
judicial ni formar parte de la Instrucción.
La jurisprudencia del Tribunal Supremo entiende como delito provocado : «Se está
ante un delito provocado cuando la voluntad de delinquir surge en el sujeto no por su
propia y libre decisión, sino como consecuencia de la actividad de otra persona,
generalmente un agente o un colaborador de los Cuerpos o Fuerzas de Seguridad, que,
guiado por la intención de detener a los sospechosos o de facilitar su detención,
provoca a través de su propia y personal actuación engañosa la ejecución de una
conducta delictiva que no había sido planeada ni decidida por aquél, y que de otra
forma no hubiera realizado, adoptando al propio tiempo las medidas de precaución
necesarias para evitar la efectiva lesión o puesta en peligro del bien jurídico
protegido.»
Independientemente que el relato del supuesto nos crea cierta confusión puesto que,
en principio, era Antonio el que se haría cargo de entregar (no sabemos a quién) la
maleta para que posteriormente fuese transformada la pasta de cocaína en cocaína (se
deduce que Antonio no interviene en dicha transformación), y no Pedro, que según
parece se hace cargo de la maleta en el operativo policial. Sí sabemos, que tanto Pedro
como Antonio, están colaborando con la policía en el operativo bajo control de esta;
sabemos cómo colabora Pedro, de la colaboración de Antonio en el operativo,
entendemos que da apoyo a Pedro con su presencia tanto en el viaje a Málaga como
en el momento de la entrega de la maleta a Ramón. Es por ello que no entendemos
que se detenga a Antonio, dado que él está formando parte del operativo policial.
Suponemos que es una errata, y en vez de la detención de Antonio conjuntamente con
la de Ramón, se quería decir, la detención de Ramón y Juan (o Santiago) (no sabemos
la suerte que corre Santiago o Juan).
1
Vid. STC 107/1983, de 29 de noviembre; STC 138/1992, de 13 de octubre; STC 303/1993, de 25 de
octubre; y STC 157/1995, de 6 de noviembre. Justicia2014_2. indb 52924/11/14 06:51
2
GONZÁLEZ JIMENEZ. A, (2014). “Las diligencias policiales como supuesto de prueba preconstituida y su
incorporación al proceso” JUSTICIA AÑO 2014 Núm. 2. Págs. 521-548
Conclusión: Aclarado el asunto, se infiere, tras el relato del cambio de manos de la
maleta una vez inspeccionado el contenido, que no ha habido la más mínima inducción
al delito por parte tanto de Pedro como de Antonio, y por supuesto, de la policía. Y que
tanto Ramón, Juan y Santiago, actúan por propia y libre decisión e iniciativa ya que
eran conscientes del contenido de la droga y se hicieron cargo de la misma en una
reunión concertada previamente, para, suponemos, realizar la correspondiente
transformación en cocaína.