Está en la página 1de 232

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.

net 1
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 2
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 3
Personajes Importantes
Imperio Galáctico Julian Mintz Huérfano de Guerra, e hijo adoptivo de
Yang. 14 años.
Reinhard von Lohengramm Alto Almirante. Conde. 20
Paetta Vicealmirante, al mando de la 2º flota.
años de edad.
Jean Robert Lapp Oficial asignado a la 6º flota. Teniente
Siegfried Kircheis consejero de confianza de Reinhard.
comandante.
Capitán.
Jessica Edwards Prometida del anterior.
Annerose Hermana mayor de Reinhard. Condesa
Grünewald. Alex Cazellnu Contralmirante. Ayudante principal y 2º al
mando del director del cuartel general de operaciones.
Merkatz Alto Almirante. Muy experimentado.
Sidney Stolet. Director del cuartel general de
Staden Vice Almirante
operaciones conjuntas. Mariscal.
Fahrenheit Contralmirante
Job Trünicht presidente del comité de defensa.
Lichtenlade ministro de estado. Marqués.
Alexander Bucock Vice almirante, al mando de la 5º
Gerlach ministro de Finanzas. Vizconde. flota. Con amplia experiencia.

Thomas von Stockhausen Almirante, comandante de la Edwin Fischer Vice comandante de la flota 13. Maestro
Fortaleza Iserlohn. de operaciones de flota. Comodoro.

Hans Dietrich von Seeckt Almirante. Comandante de la Murai jefe de personal de la flota 13. Comodoro.
flota de Iserlohn.
Fyodor Patrichev. Subjefe de personal de la flota 13.
Paul Von Oberstein Oficial asignado a la flota de Capitán.
Iserlohn. Capitán.
Marino Capitán de la nave insignia de la flota 13.
Wolfgang Mittermeier Vicealmirante. Oficial de la flota
Olivier Poplan Piloto as de Espartano. Teniente.
de Reinhard.
Walter von Schenkopp Capitan del regimiento Rosen
Oskar von Reuentahl Vicealmirante. Oficial de la flota de
Ritter.
Reinhard.
Frederica Greenhill Ayudante del comandante de la
Karl Gustav Kempf Vicealmirante. Oficial de la flota de
flota 13. Subteniente.
Reinhard.
Dwight Greenhill director sustituto del cuartel general
Fritz Josef Wittenfelt Vicealmirante. Oficial de la flota de
de operaciones. Almirante. Padre de Frederica.
Reinhard.
Andrew Fork.jefe de personal de inteligencia para la
Friedrich IV 36º Kaiser del Imperio Galáctico
fuerza expedicionaria a territorio imperial.
Erwin Josef II 37º Kaiser del imperio Galáctico. 5 Años de
Arthur Lynch Desertor que abandonó a los civiles de El
edad.
Facil. Vicealmirante.
Rudolf von Goldenbaum Fundador de la Dinastía
Goldenbaum del Imperio Galáctico. Primer Kaiser. Dominio Phezzan
Alianza de Planetas Libres Adrian Rubinsky 5º terrateniente. Conocido como
“Zorro negro de Phezzan”
Yang Wen-Li Oficial asignado a la 2º flota. Comodoro. 29
años. Nicolas Boltec. Ayudante del anterior

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 4


Prólogo: un esbozo de la historia de la galaxia
Fue en el año 2801 que la humanidad declaró la formación de la Federación galáctica, relocalizando el
punto crucial de su autoridad política de Tierra (Tercer planeta del sistema solar) a Teoría (Segundo
planeta del sistema Aldebarán). En este mismo año, la humanidad resetea el calendario al año 1 de la
era espacial y comenzó a expandirse inexorablemente a los más lejanos confines de la galaxia. Tras las
guerras y el caos que habían sido tan severamente característicos del siglo anterior – que habían
llevado el desarrollo espacial a un parón- la energía que se abrió paso fue la más explosiva.
La teoría del salto subespacial, el control gravitacional y la tecnología del control inercial fueron las
tres gracias que hicieron posible el vuelo interestelar, y fueron refinadas día a día mientras la
humanidad espoleaba sus naves hacia horizontes desconocidos y navegaban sobre océanos
rebosantes de estrellas.
“¡Adelante! ¡Y siempre adelante!”
Esas fueron palabras familiares para la gente de esos días. Era fácil ver que la conciencia de la raza
humana misma había entrado en un periodo de exuberancia.
Y así, con una voluntad resuelta y una pasión deslumbrante, la humanidad se enfrentó a cada
dificultad que se puso en su camino.
Incluso frente a grandes privaciones, no se volvían indulgentes con los consuelos del pesimismo. En su
lugar superaban los obstáculos con buen ánimo. La humanidad en esa edad era lo que quizás podría
llamarse una legión de optimistas irremediables.
“¡Una edad dorada! ¡Rebosante de emprendimiento y renovación”
Quizás. Pero, aunque ese periodo quizás pueda describirse con dichos términos, no quiere decir que
su apariencia fuera perfecta, libre de imperfecciones. Entre estas imperfecciones estaba la existencia
de los piratas interestelares, deforme progenie de los mercenarios que una vez fueron empleados por
la Tierra y Sirius en su batalla por la hegemonía de los años del siglo 28. Entre esos piratas había un
número de individuos que robaban a los ricos, daban a los pobres y cantaban las alabanzas de la
libertad. Ellos, y sus batallas contra la marina federal que les perseguían proporcionaron infinito
material a los programas de entretenimiento de solivision en 3D.
Los hechos, sin embargo, eran más prosaicos. La mayoría de esos piratas eran nada más que
criminales sindicados, confabulados con políticos corruptos y hombres de negocios para recolectar y
consumir bienes mal adquiridos. Para la gente en particular, que vivía en los mundos fronterizos, los
piratas eran nada menos que una caja de pandora llena de problemas. Naturalmente ellos a menudo
acosaban las rutas de envíos que conectaban los sistemas exteriores. Las naves espaciales recién
puestas en servicio eran destruidas, los envíos de suministros se retrasaban, y las mercancías que
llegaban a su destino alcanzaban un precio exorbitante, ya que al precio de las mercancías se le debía
sumar el de la protección de las naves. La seriedad de este problema no puede ser subestimada. Ya
que la insatisfacción y la incertidumbre se acumulaban; la confianza en la capacidad de gobierno de la

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 5


federación se fue erosionando y el resultado fue un deterioro en el entusiasmo de la gente por
desarrollar la frontera.
En el año 106 de la era espacial el gobierno finalmente desplegó un esfuerzo serio para eliminar a los
piratas, gracias al trabajo de los almirantes M. Chauffrin y C. Wood, este objetivo se alcanzaría dos
años más tarde. Aunque no quiere decir que fuera sencillo. Como el almirante Wood, conocido por su
lengua afilada, escribiría más tarde en sus memorias:
Tenía competentes enemigos frente a mí, incompetentes aliados detrás de mí, y tenía que luchar con
ambos a la vez. Demonios, ¡ni siquiera estaba seguro de poder contar conmigo mismo!
Después de que el Almirante Wood se trasladara al mundo de la política, fue conocido como “ese
insensible, cabezota vejestorio” que impulsó una incansable y tenaz guerra contra políticos y
empresarios corruptos.
Estas enfermedades sociales continuaron estallando sin interrupciones. Sin embargo, fueron- si
consideramos a la totalidad de la humanidad como un único individuo- realmente nada más que el
equivalente a unas simples irritaciones cutáneas. No hay forma de prevenirlas o eliminarlas, pero
mientras se proporcione un tratamiento adecuado; no hay razón para que esas enfermedades lleven
a la muerte del paciente. Y así fue, que sin levantarse de esa mesa de operaciones la humanidad gozó
de buena salud por los siguientes dos siglos.
Dejada atrás por esta prosperidad y desarrollo estaba Tierra, una vez la soberana de toda la
humanidad. Este planeta ya había sido despojado de sus recursos, sufriendo la perdida de tanto su
potencial como real poder político y económico. Su población se desplomó, dejando nada más que un
desgastado e inútil estado basado en tradiciones que se desvanecían-Su soberanía todavía era
reconocida, apenas, gracias a que era inofensiva.
Las colonias interestelares que le habían sido arrebatadas, por Sirius y otros; la riqueza acumulada
que había poseído durante los días en los que todavía dominaba la galaxia- todo se había perdido en
algún lugar a lo largo del camino.

Y así al fin las células cancerosas comenzaron a multiplicarse y la sombra de un estancamiento


medieval cayó sobre la faz de la sociedad humana.
Los corazones y las mentes de la gente, pasaron a ser dominados no por la esperanza y la ambición
sino por el cansancio y el agotamiento. La actividad, el optimismo, y la iniciativa dieron paso a la
pasividad, el pesimismo y el proteccionismo. En los campos de la ciencia y la tecnología, los nuevos
descubrimientos e invenciones simplemente se detuvieron. El gobierno democráticamente elegido de
la república perdió su capacidad de mantener la disciplina y declinó en una oligarquía interesada en
nada más que las concesiones y las luchas políticas. Se desecharon los planes de desarrollo de las
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 6
regiones fronterizas. El premio potencial de incontables mundos habitables fue simplemente
abandonado, junto a instalaciones a medio construir que fueron prácticamente abandonadas. La vida
social y la cultura decayó. La gente perdió de vista sus valores y se rindió a la drogadicción, el
alcoholismo, la promiscuidad y el misticismo. Las tasas de criminalidad se pusieron por las nubes,
mientras que las tasas de arresto bajaron en proporción inversa. La tendencia de reducir el valor de la
vida humana y ridiculizar el valor de la moralidad creció de forma pronunciada.
Por supuesto, hubieron muchos que lamentaban este fenómeno, que no podían aguantar sentarse
tranquilamente mientras la humanidad en su decadencia marchaba hacia el mismo destino miserable
que había esperado a los dinosaurios.
Ellos pensaban que era necesario un drástico tratamiento para la enfermedad colectiva que sufría la
humanidad, y en esto no estaban equivocados. Pero cuando eligieron su forma de medicar el
problema, la mayoría optó no por una terapia a largo plazo que requiriese perseverancia y templanza,
sino que bebieron a grandes tragos un elixir de acción rápida de múltiples efectos secundarios.
Esta era la poderosa droga llamada “Dictadura”
Y así, se preparó la escena para el ascenso de Rudolf von Goldenbaum.

Rudolf von Goldenbaum nació en una familia de tradición militar en el año 268 de la era espacial, y
como cualquiera esperaría, el también entró en el servicio.
Mientras estudiaba en la escuela de oficiales de la fuerza espacial, era la imagen encarnada de un
estudiante modelo. Con un poderoso cuerpo de 196 centímetros y un peso de 99 kilogramos, la gente
que le veía a menudo tenía la impresión de estar contemplando una torre de acero.
Su poderosa complexión no contenía la más mínima pizca de grasa, o la más ligera huella de
vulnerabilidad. Recibió su primer puesto como Alférez a la edad de 20 años, adjunto a una guardia
que patrullaba las líneas de suministro de Rigel, como oficial de asuntos legales. En ese puesto se
aplicó a fortalecer la disciplina militar, desterrando los “cuatro males”, del alcohol, el juego, las drogas
y la homosexualidad. Incluso cuando estos problemas enredaban a sus oficiales superiores, no mostró
piedad. Persiguiéndolos con inexpugnable lógica y regulaciones hábilmente esgrimidas. Sus
avergonzados superiores respondieron promocionándole al grado de Subteniente y transfiriéndole a
Betelgeuse.
Esta era una peligrosa región conocida a menudo como “la calle principal de los piratas espaciales”,
pero Rudolf von Goldenbaum entró con buen ánimo. Con el tiempo, las diferentes alianzas de piratas
que allí había fueron llevadas a la destrucción por sus ingeniosos e incansables ataques, dando así
testimonio de las astutas vías de aquel que llegó a ser conocido como “la reencarnación del almirante
Wood”.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 7
El entusiasmo por la ferocidad de Goldenbaum- incluso aquellos que deseaban rendirse y enfrentarse
a un juicio fueron incinerados junto con sus naves- fue naturalmente objeto de crítica, pero las voces
alabando sus éxitos podían escucharse más alto.
Los ciudadanos de la federación galáctica conocían bien el sofocante sentimiento de vivir como parte
de una generación que iba a ninguna parte, y alegremente dieron la bienvenida a este joven y
enérgico nuevo héroe. La apariencia de Rudolf llegó como una supernova resplandeciente a un
mundo que había estado envuelto en gruesa niebla
En el año 296 de la era espacial, Rudolf; quien había llegado al rango de Contra-Almirante a la edad de
28, se retiró de los militares para entrar a la arena política, ganando un asiento en el parlamento.
Cuando se convirtió en líder de un partido político llamado “Alianza de reforma nacional”, atrajo a
muchos jóvenes políticos debido a su popularidad. En el transcurso de unos pocos ciclos electorales,
su poder había crecido a pasos agigantados y en medio de una compleja mezcla de apoyo fervoroso,
incertidumbre, oposición y despreocupación decadente, Rudolf tuvo éxito en construir una sólida
base política.

Fue elegido primer ministro por voto popular, y entonces – aprovechando el vago desarrollo del texto
constitucional en relación a la prohibición que prohibía ejercer múltiples cargos de forma simultánea-
fue asignado como jefe de estado por el parlamento. Había sido una regla no escrita que ningún
individuo debería mantener más de un cargo a la vez. Ambos cargos poseían por si mismos un poder
limitado, pero al estar unidos bajo un mismo individuo, una temible reacción química tuvo lugar.
Ahora esencialmente no había nadie que pudiera entrometerse en el camino del poder político de
Rudolf von Goldenbaum. Como escribió el historiador D. Sinclair una generación después:
El ascenso de Goldenbaum era la chocante prueba histórica de que fundamentalmente, la gente tiende a no
preferir el pensamiento independiente y la responsabilidad que lo acompaña, sino la subordinación;
acompañada de su exención de responsabilidad. En una democracia las masas que eligen a gobernantes
incapaces, tienen la culpa por ese mal gobierno; pero ese no es el caso en una monarquía. En lugar de reflejar
sus propios errores, la gente es libre de hablar mal de líderes que son incluso más irresponsables que ellos.

Sin importar que su teoría sea válida o no, es cierto que la gente de la generación de Rudolf le
apoyaba.

“¡Gobierno fuerte! ¡Líderes poderosos! ¡Orden y revitalización!” En algún lugar a lo largo del camino,
el joven y fuerte líder que había gritado estos eslóganes se convirtió en un dictador conocido como
“administrador perpetuo”, que no permitía la existencia de críticas. Para el año 310 de la era espacial,
cuando se nombró a sí mismo como el “sagrado e inviolable Kaiser del imperio Galáctico”, no pocos
ciudadanos se encontraron maldiciendo su estupidez por no aprender las lecciones de la historia. En
cuanto a los que habían sido consistentemente críticos desde el principio, nadie podía culparlos por
sentirse profundamente resentidos. Pero los números que gritaban de alegría habían sido mucho
mayores.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 8
Hassan el Sayyid – Uno de los políticos de la facción republicana de esa época- escribió lo siguiente en
su diario el día de la coronación de Rudolf: “Aquí en mi habitación puedo escuchar a la muchedumbre
reunida en el exterior gritando ‘Hail, Rudolf’ Me pregunto cuantos días necesitarán para darse cuenta
de que están aclamando a su propio verdugo”

La publicación del diario sería más tarde prohibida por las autoridades imperiales. Fue también en
este día que el calendario de la Era espacial fue abolido, comenzando así el primer año del calendario
imperial. Es en este momento que la Federación Galáctica colapsó y el Imperio Galáctico (junto a la
dinastía Goldenbaum) nació.

No puede ponerse en duda que este hombre- que como Kaiser Rudolf I del Imperio Galáctico se había
convertido en el primer monarca absoluto del sistema político que unía a toda la humanidad- poseía
talentos extraordinarios. Con la fuerza sin límites de su liderazgo político y la fortaleza de su voluntad,
reforzó la disciplina, mejoró la eficiencia del gobierno y purgó a los oficiales corruptos.

Todo esto, era de forma acorde a los estándares que Rudolf se había puesto a sí mismo, pero el
vulgar, decadente, alicaído y malsano estilo de vida y entretenimiento se desvaneció, y las tasas de
crimen y delincuencia juvenil se desplomaron ante la faz de una severa – incluso cruel- actividad
judicial. En cualquier caso, el mal que había envuelto a la sociedad humana fue arrasado.

Y, aun así, el gigante de acero (Forma en que a algunos les gustaba llamar a Rudolf) no estaba
satisfecho. Su sociedad idealizada era una con un alto grado de unidad, regulada y gestionada de
forma ordenada por poderosos líderes.

Para Rudolf- Que tenía gran confianza en sí mismo y tenía una fe inmensa en la justicia que el mismo
impartía – las críticas y la oposición eran nada más que contaminantes extraños que perturbaban la
unidad y el orden de la sociedad. Como una consecuencia natural, la cruel supresión de las fuerzas
opositoras comenzó. En el año 9 del calendario imperial, esto creó la oportunidad para la
promulgación del acta para la eliminación de Genes inferiores.

¡El fuerte consume al débil!¡Los más aptos sobreviven!¡La excelencia vence mientras que la
inferioridad es derrotada! ¡Esta es la providencia del universo!

Con esas palabras, Rudolf expresó esas creencias a sus súbditos.

La sociedad humana no es una excepción. Cuando el número de aberraciones supera una masa crítica,
la sociedad pierde vitalidad y se torna débil. Mi ardiente deseo es una prosperidad eterna para la
humanidad. Por tanto, la eliminación de dichos elementos que podrían debilitar a la humanidad como
especie es mi sagrada obligación como gobernante de la humanidad.

Específicamente, esto significó una esterilización forzosa de los discapacitados físicos, aquellos por
debajo de la línea de pobreza y aquellos que no sobresalieran. Significó eutanasia para los

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 9


discapacitados mentales. Significó que las medidas sociales enfocadas al apoyo de los débiles fueron
eliminadas.

Para Rudolf, la debilidad era un pecado imperdonable y los miembros más débiles de la sociedad que
usan su debilidad como escudo para pedir que cuiden de ellos, no eran nada más que objetivos de su
odio.

Cuando este proyecto de ley fue mostrado a la gente, incluso las muchedumbres que hasta ese
momento habían adorado y seguido ciegamente a Rudolf se avergonzaron de sí mismas, como cabría
esperar. El número de aquellos que podían declararse con confianza como seres superiores no era tan
grande. Todos pensaban…. ¿Pero esto no es un poco demasiado arbitrario?

Los políticos de la casi desvanecida facción republicana todavía se aferraban al parlamento, y ellos
dieron voz a la voluntad de la gente, criticando severamente al Kaiser. Debido a esto, el Kaiser decidió
llevar a cabo un contraataque decisivo.

Inmediatamente y permanentemente disolvió el parlamento.

El año siguiente el ministro imperial de interior creó la oficina para el mantenimiento del orden
público, que llegó a ejercer un feroz poder contra los crímenes políticos. Ernst Falstrong, quien era
ministro de interior, así como un aliado cercano de Rudolf dirigió la oficina él mismo, arrestando,
encarcelando y castigando- no de forma acorde a la ley, sino a su propio juicio. Tal era el impío
matrimonio de la autoridad y la violencia. Estos dos prontos dieron a luz a un niño, conocido como
terrorismo de estado, que creció en un santiamén, convertido en un gigante que engulló a toda la
sociedad humana.

En esa época, era frecuente esta broma de humor negro: “Si no quieres ser ejecutado, no seas
arrestado por la policía. ¡Haz que te arresten los de orden público en su lugar, porque ellos no
ejecutan a nadie!”

Es un hecho que de todos aquellos a los que la oficina arrestó por crímenes políticos y de
pensamiento, ni uno solo de ellos fueron formalmente ejecutados. Sin embargo, aquellos que fueron
disparados sin un juicio o que murieron bajo torturas, que desaparecieron para ser llevados a colonias
penales en asteroides estériles, o que fueron convertidos en mentalmente incapaces por medio de
lobotomías o masivas dosis de drogas; quienes murieron en prisión de enfermedades o accidentes….
La cuenta total de estos asciende a 4000 millones de personas. Pero como este número era apenas un
1,3% de la población del imperio, con un total de 300000 millones, la oficina fue capaz de clamar de
forma espuriosa que “hemos eliminado un conjunto de elementos peligrosos por el bien de la
mayoría absoluta”

Por supuesto, esa mayoría absoluta no incluía los esos 4000 millones que temblaron encogidos de
miedo ante su destino o aquellos otros, incontables, que tragaron sus quejas en ese opresivo silencio.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 10
Rudolf aplasto a aquellos que se le opusieron, y a la misma vez eligió y otorgó privilegios especiales a
cierta gente de capacidad superior, creando una aristocracia que apoyara a la familia imperial. Pero ...
¿Era un signo de la inferioridad del conocimiento del propio Rudolf que todos ellos fueran blancos con
viejos apellidos germánicos?

Basado en su fuerte hoja de servicios, Falstrong recibió el título de conde, pero en su viaje de vuelta a
casa; se encontró con un ataque terrorista llevado a cabo por un grupo republicano clandestino.
Conoció su trágico final con el flash de una bomba de neutrones. Rudolf le lloró, y con la ejecución de
veinte mil sospechosos, buscó consolar el alma de aquel que tan bien le había servido.

En el año 42 del calendario imperial, la vida de Rudolf que en ese momento contaba 83 años de edad,
llegó a su fin. Se dijo que su cuerpo era más fuerte que nunca, pero el estrés fisiológico había puesto
una pesada carga en su corazón. El Kaiser no murió plenamente satisfecho. Con su Kaiserine Elisabeth,
tuvo cuatro hijas, así que estuvo sin un heredero varón. En su senectud, su concubina Magdalena dio
a luz a un niño, pero se dijo que había nacido idiota.

Sobre este episodio, los registros públicos imperiales no dicen nada, pero podríamos conjeturar que
dichos rumores que circulaban eran casi con toda probabilidad ciertos, puesto que no solo
Magdalena, sino también sus padres, sus hermanos y hasta los doctores y enfermeras que atendieron
su parto fueron ejecutados posteriormente.

Debió haber sido un golpe fatal para Rudolf, quien había promulgado el acta para la eliminación de
genes inferiores, y pretendía el desarrollo de una forma superior de humanidad. Para él, el gen lo
decidía todo y para prevenir el colapso de su sistema de creencias, Magdalena tenía que morir.
Simplemente no podía ser posible que el Kaiser tuviera una estructura genética susceptible de
producir retraso mental. La culpa tenía que caer completamente en Magdalena.

Tras la muerte de Rudolf, la corona del imperio galáctico descansó sobre la cabeza de Sigismund, hijo
mayor de Katharina, la hija mayor de Rudolf. Y así, a la edad de veinticinco, y con la ayuda de su padre
Joachim, Señor de Neue-Staufen, el joven Kaiser gobernó la galaxia.

Con la muerte de Rudolf I, las revueltas republicanas emergían en cada esquina. Se creía que, con la
desaparición de su liderazgo y su fiera personalidad, el imperio se desmoronaría poco después; sin
embargo, esa clase de pensamiento era demasiado optimista. Los aristócratas, líderes militares y
burócratas que Rudolf había fomentado durante los últimos cuarenta años formaban tres pilares
mucho más fuertes que cualquier esperanzada estimación republicana.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 11


Estas fuerzas fueron lideradas por Lord Joachim de Neue-Staufen, quien era no solo el padre del
Kaiser, sino el primer ministro. Haciendo alarde de un sereno y frío liderazgo, esperable del hombre
elegido por Rudolf para ser el marido de su hija, Joachim aplastó las débiles fuerzas insurrectas como
si fueran cáscaras de huevo bajo su pie.

Más de quinientos millones que habían participado en las revueltas murieron, y de entre sus familias
más de diez mil millones fueron arrojados a la servidumbre, tras serles revocada su ciudadanía. “En la
supresión de fuerzas opositoras, sé riguroso”, decían las regulaciones imperiales, que fueron seguidos
al pie de la letra.

Las fuerzas republicanas así una vez más tuvieron que afrontar un largo invierno. Ante la faz de tan
poderosos dictadores, se pensaba que este durísimo invierno se alargaría para siempre. Tras la
muerte de Joachim, Sigismund gobernó directamente. Y tras su muerte. Sigismund sería sucedido por
su hijo mayor, Richard; quien a su vez sería sucedido por su hijo mayor; Ottfried. La más alta posición
de autoridad se pasaba únicamente a los descendientes de Rudolf, y parecía como si la herencia fuera
la única cosa que pudiera determinar la transición de poder.

Sin embargo, profundamente bajo la gruesa capa de hielo, una corriente de convección se movía en
silencio. En el año 164 del calendario imperial, los republicanos del sistema Altair – quienes habían
sido denunciados como un clan rebelde, reducidos a un estatus de esclavitud y condenados a trabajos
forzados- escaparon con éxito empleando una nave espacial que construyeron con sus propios
medios.

Su plan no había sido como uno que sus ancestros hubieran estado cuidadosamente refinando por
generaciones. El número de planes que habían sido propuestos, había sido igual al número de planes
que habían terminado fallando.

Las tumbas de republicanos solo habían aumentado, y en lugar de elegías, solo la risa cruel de la
oficina para el mantenimiento del orden público podía oírse entre las lápidas. Era un ciclo que se
repetía sin cesar, hasta que finalmente hubo un éxito. Y desde su concepción hasta su ejecución solo
pasaron tres meses estándar.

Literalmente había empezado como un juego infantil. Un hijo de esclavos que estaba minando
molibdeno y antimonio en el cruel frío de Altair 7 se había escapado de la vista de sus supervisores y
estaba jugando a tallar pequeños naves de hielo que después hacía flotar en el agua. Un joven,
llamado Arle Heinessen le había estado mirando distraídamente y la imagen reverberó en el fondo de
su mente como una revelación divina.

¿No era ese planeta solitario después de todo, un almacén sin fondo de materiales que podían usarse
para construir una nave espacial?

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 12


En Altair VII, la cantidad promedio de agua no era demasiado grande. Abundaba allí de forma natural
más el hielo seco, que el agua congelada en forma de hielo. Heinessen escogió una gargantuesca
masa de hielo seco que estaba enterrada en un valle, de 122 kilómetros de longitud, 40 de anchura y
treinta de altura. Tras vaciar el centro, construyó un área de propulsión para albergar los motores y
un área para vivir. Pronto comenzó a parecer como si pudiera volar. La parte más complicada del plan,
de hecho, fue como conseguir los materiales para construir una nave espacial de verdad. No sería
bueno tratar de obtener esos materiales ilegalmente, puesto que, si la oficina para el mantenimiento
del orden público se enteraba de ello, simplemente podrían arrestar y asesinar a todos los implicados.

Sin embargo, ese mundo tenía también recursos naturales que no atraerían la atención de la oficina.
Con la temperatura de cero absoluto del espacio exterior no había temor de que el hielo seco se
sublimara en gas. Si pudieran aislar el calor generado por las áreas de propulsión y hábitat, un vuelo
de larga duración podría ser posible. Durante ese tiempo, podrían buscar asteroides y planetas
deshabitados para obtener los materiales necesarios para construir una nave interestelar. No había
necesidad de seguir volando en la misma nave que usaran para partir. Y así su nave blanca y
centelleante tallada en hielo seco, fue bautizada como la Ion Fazegas, en honor del chico que había
construido ese barco de hielo. Cuatrocientos mil hombres y mujeres entraron en esa nave y
escaparon del sistema Altaír. Este fue el primer paso en el largo viaje que después los historiadores
llamarían la marcha de los diez mil años luz.

Tras sacudirse de encima la implacable persecución de la fuerza militar del imperio, se ocultaron bajo
la superficie de un planeta sin nombre y allí construyeron una flota de ochenta naves interestelares.
Entonces ellos se dirigieron al núcleo interior de la galaxia. Los prófugos enfrentaron una peligrosa
inmensidad rebosante de gigantes rojas, enanas marrones, cuásares y estrellas de neutrones. En esos
momentos la mala voluntad de la providencia chocaba repetidamente en sus cabezas, una y otra vez.

En medio de ese viaje de durezas, perdieron a su líder Heinessen por culpa de un accidente. Su
querido amigo Kim Hua Nguyen le sucedió como líder. Para el tiempo en que este hombre se había
vuelto anciano y su vista fallaba había al fin superado dichas regiones tan peligrosas, y al fin
encontraron su futuro en un cúmulo estable de estrellas. Más de medio siglo había pasado desde que
dejaron Altair.

A las estrellas de esos nuevos mundos, les dieron los nombres de dioses de la antigua fenicia: Barlat,
Astarté, Melqart, Hadad y otros. Establecieron su base en el cuarto planeta del sistema Barlat, al que
llamaron con el nombre de su fallecido líder Heinessen, para que sus hazañas fueran siempre
honradas.

La marcha de los diez mil años luz acabó en el 218 de la era imperial. Pero esta gente que había
escapado del yugo de una dictadura, eligió abolir el calendario imperial y revivir el cómputo de la era
estelar, usado por la antigua federación en su lugar. De esto se enorgullecían, y es que se
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 13
consideraban los herederos de la Federación galáctica. Rudolf y su clase eran nada más que
despreciables traidores al gobierno de la democracia. De esta manera se declaró solemnemente el
establecimiento de la Alianza de planetas Libres, en el año 527 de la era estelar. La primera
generación de sus ciudadanos era de aproximadamente ciento sesenta mil. Más de la mitad de sus
camaradas habían perecido durante la larga marcha.

Era un número demasiado pequeño como para verdaderamente decir que la humanidad había sido
dividida, pero los fundadores de la alianza de planetas libres poseían incomparable diligencia y pasión,
y con ese poder; la satisfacción de sus necesidades materiales fue rápidamente conseguida. La
natalidad se premió y la población creció. Se estableció un gobierno estructurado y la capacidad
industrial y agrícola creció continuamente. Era como si la era dorada de la federación hubiera
regresado.

Entonces, en el 640 de la era espacial, las fuerzas del imperio galáctico y la alianza de planetas libres
se encontraron por primera vez en forma de una lucha entre naves de batalla de ambos lados. Desde
el punto de vista de la Alianza, tal encuentro era una posibilidad para la que se habían estado
preparando por largo tiempo. Para el lado imperial, sin embargo, fue como un relámpago inesperado,
así que la victoria en esa batalla fue para la Alianza. Sin embargo, justo antes de que un golpe directo
proveniente de un cañón de neutrones convirtiera la nave insignia de la flota imperial en una bola de
fuego y destrucción, un comunicado de emergencia fue enviado a la capital del imperio.

Los burócratas imperiales buscaron entre los viejos registros guardados en los computadores de los
archivos y aprendieron que más de un siglo antes, había habido un incidente que incluía esclavos que
escaparon de Altair. Así que no habían muerto en el espacio después de todo. ¡Habían vivido y
prosperado! Una fuerza fue reunida para parar la insurrección. Grandes naves de batalla fueron
despachadas al bastión de los rebeldes…y entonces esas naves fueron completamente derrotadas.

Hay muchas razones por las que la marina imperial fue tan rotundamente derrotada pese a sus
mayores números. La campaña a larga distancia había causado que la fatiga, tanto física como mental,
arraigara en los soldados y oficiales imperiales. Además, el problema de reaprovisionamiento fue
tomado demasiado a la ligera. Por no hablar de que sabían demasiado poco sobre el área donde
estaban luchando y que subestimaron la fuerza de su enemigo y su voluntad de lucha. Su estrategia
fue descuidada… mientras que la Alianza tenía comandantes capaces. Y podríamos seguir con esta
lista.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 14


Pao Lin – comandante en jefe de la flota de la alianza- era un mujeriego, bebedor y un glotón, y a
pesar de los estadistas de la alianza (que daban gran importancia a un estilo de vida sencillo y puro),
eran propensos a mirar muy fríamente su comportamiento; el hombre era un genio cuando se trataba
de tácticas y estrategia.

Yusuf Topparole- su jefe de personal, que le asistía en su trabajo- era conocido también como “Yusuf
el control”, ya que estaba constantemente quejándose de todos los asuntos, grandes y pequeños,
diciendo “¿Por qué tienes que darme tantos problemas?”

Topparole, sin embargo, también era un preciso y acertado teórico que podría haber sido conocido
también como un ordenador viviente. Ambos hombres estaban aun en los treinta cuando - en los
bordes exteriores del sistema Dagón- dirigieron la mayor operación envolvente de la historia,
aniquilando al enemigo y convirtiéndose en los mayores héroes de la alianza desde su fundación

Para la Alianza era una oportunidad de expandirse. Cuando elementos descontentos dentro del
imperio se enteraron de la existencia de un poder independiente que resistía a la hegemonía,
huyeron del imperio en manadas. Buscando un hogar donde pudieran vivir en paz, inundaron la
alianza.

En los tres siglos que siguieron a la muerte del Kaiser Rudolf, la base del imperio, aunque una vez
hubiera sido firme, se volvió indulgente, y la influencia de la oficina para el mantenimiento del orden
público, que antes no había escatimado en esfuerzos para oprimir a la gente, también se había
desvanecido. Las voces de descontento dentro del imperio se oían cada más más.

Los hombres y mujeres que huían a la Alianza eran aceptados siguiendo la máxima de “no rechazar al
que viene”, pero no todos ellos tenían ideales republicanos. Entre aquellos que huían había incluso
algunos aristócratas y miembros de la familia imperial que venían, tras ser derrotados en una intriga
de la corte. Así, la población de la Alianza creció demasiado rápido.
Era una progresión inevitable, quizás, que la naturaleza de la alianza comenzaría a cambiar más y más.
El imperio y la alianza estuvieron en un estado de guerra crónica desde su primer contacto, pero de
tiempo en tiempo tenían periodos de paz incierta también. Un producto de esto fue el Dominio de
Phezzan. Era una suerte de ciudad estado establecida en el sistema estelar Phezzan, que estaba justo
exactamente entre dos poderes. Estaban bajo la soberanía nominal del Kaiser Galáctico y pagaban
tributo al imperio, pero en lo concerniente a sus asuntos internos, eran prácticamente autónomos
hasta el punto de que se les permitía establecer relaciones diplomáticas y comerciales con la Alianza
de planetas libres.

El Imperio galáctico, al convertirse en el único gobernante de la humanidad, no reconocía la existencia


de ningún gobierno legítimo fuera de su esfera de influencia. En los documentos oficiales la alianza
aparecía no con su nombre oficial, sino como la fuerza rebelde en su lugar. La flota espacial de la
alianza eran rebeldes y el jefe del alto consejo (el jefe de estado de la alianza) era el caudillo rebelde.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 15
Con tales regulaciones teniendo lugar en el imperio, la diplomacia y el comercio con la alianza habrían
estado fuera de toda cuestión, pero Leopold Laap, un poderoso comerciante nacido en la tierra- que
poseía una pasión que no podría ser llamada menos de extraordinaria, y buscó el establecimiento de
este particular dominio feudal. Con peticiones y persuasión – y sobre todo, exorbitantes sobornos- el
asunto fue decidido.

Representando al dominio estaba el Landesheer (terrateniente) o señor feudal, vasallo del Kaiser y
que gobernaba en su nombre. Supervisaba el comercio con la alianza y a veces jugaba un papel
diplomático. Al monopolizar el comercio exterior, el dominio acumuló una riqueza inmensa, y aunque
fuera pequeño, su poder se convirtió en imposible de ignorar.

Sería falso decir que nadie trabajó nunca para la concordia entre el imperio y la alianza. Manfred II,
coronado en el 398 de la era imperial (707 de la era espacial) era uno de los numerosos hijos
ilegítimos del Kaiser Helmut. Tras escapar de las garras de los asesinos, pasó su infancia en la alianza
de planetas libres, creciendo en una atmósfera liberal.

Debido a esto, parecía que su coronación podría pronto traer consigo charlas de paz y libre comercio
entre ambas potencias, así como indicios de reforma política en el seno del imperio. Sin embargo,
esas esperanzas se convirtieron en nada, ya que este joven y popular Kaiser sería asesinado en el
transcurso de un año, y las relaciones entre ambas potencias se enfriarían inmediatamente. El
asesino de Manfred II era un aristócrata reaccionario, pero también había un argumento convincente,
oculto entre bastidores que sugería que las manos de Phezzan estaban involucradas, buscando
salvaguardar su monopolio sobre los derechos del comercio exterior.

Y así al final del octavo siglo de la era espacial (Quinto siglo de la era del imperio galáctico) el imperio
galáctico, indisciplinado y descontrolado debido simplemente a su inmenso tamaño- y la Alianza de
planetas libres- que, tras haber perdido los ideales de su periodo fundacional, continuaba con la lucha
por mera inercia. Con Phezzan de por medio, y de acuerdo a los cálculos de ciertos economistas el
poder nacional relativo de los tres estados es tal como sigue:

Imperio Galáctico 48%

Alianza de planetas Libres 40%

Dominio de Phezzan 12%

El equilibrio de poder era precario.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 16


Además, la población total de la humanidad, que en época de apogeo y prosperidad de la federación
galáctica se contaba por un total de trescientos mil millones de personas, se había desplomado hasta
unos cuarenta mil millones debido a los largos años de caos.

Así pues, la distribución era de veinticinco mil millones de almas residiendo en el imperio, trece mil
millones en la Alianza y dos mil en Phezzan.

“Sería genial si algo funcionara, pero no parece que vaya a hacerlo”

Era una declaración que describía bastante bien la situación.

Lo que cambió la situación fue la aparición de un joven en Odín, el tercer planeta del sistema Valhalla.
Llamado así por el rey de los dioses nórdicos, Odín era el hauptplanet (Planeta principal) al que Rudolf
había movido la capital del Imperio. El nombre de ese joven de belleza gélida y semblante intrépido
era Conde Reinhard von Lohengramm.

Su apellido, originariamente había sido Müsel. Nació en el 467 CI (CE 776) en el seno de una familia
empobrecida que era aristócrata solo de nombre. Su vida cambio cuando tenía diez años, y su
hermana mayor; Annerose (que contaba 15 años entonces) fue llevada al palacio del Kaiser Friedrich
IV. Reinhard, un joven con cabello dorado y ojos de un gélido color azul se convirtió en teniente
comandante de una división de guardias imperiales a la edad de quince, recibiendo ascensos
acelerados gracias a su propio talento y al favor del que gozaba Annerose con el Kaiser.

Cuando cumplió los veinte, recibió el título de Conde Lohengramm y fue ascendido al cargo de alto
almirante de la marina imperial. Esta suerte de gestión del personal extrema es típica de dictaduras,
pero con el rango viene la responsabilidad. Si hubiera sido un noble de demostrado abolengo, no
habría tenido necesidad de probarse a sí mismo, pero ya que Reinhard era nada más que el hermano
pequeño de la favorita del Kaiser, no tenía otra opción más que hacerlo.

Casi a la misma vez, la alianza había conseguido un nuevo estratega. Este era Yang Wen-Li, nacido en
767 CE y alistado a la edad de veinte años. Él nunca aspiró a una carrera militar, y de no hacer sido por
una serie de coincidencias que le empujaron en dicha dirección, el nunca habría llegado al final de su
vida como un creador de historia, sino como un mero espectador.
“Hay cosas que puedes hacer y cosas que no”
Esa era la reflexión favorita de Yang. Con el destino, tenía una disposición mucho más pasiva que
Reinhard, pero por otro lado tenía una gran adaptabilidad e inventiva. Aun así, permaneció incomodo
con la guerra y el trabajo de un soldado de perseguirla, y por el resto de su vida las autoridades
militares nunca estuvieron libres de su petición de abandonar su rango y retirarse.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 17


Al comienzo de 796 CE (487 CI) Reinhard lideraba una flota de veinte mil naves en una expedición. Su
objetivo era subyugar a los rebeldes – que audazmente se referían a sí mismos como la alianza de
planetas libres- y cimentar su posición personal a través de ese logro.

Los militares de la alianza habían organizado una flota de cuarenta mil naves para interceptarle. Uno
de los oficiales de personal en la flota se llamaba Yang Wen-li. El Conde Reinhard von Lohengramm
contaba veinte ese año, y Yang Wen-li veintinueve.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 18


Capítulo 1: En la noche eterna
I
El capitán de la marina imperial Siegfried Kircheis se congeló un momento cuando pisó el puente. Las
profundidades del espacio se abrían ante él, salpicadas de incontables puntos de luz –
abrumadoramente masivos, pareciendo envolver su cuerpo por completo.

Por un momento estuvo allí en silencio, pero en un instante la ilusión de que flotaba en un mar de
negrura infinita desapareció. Kircheis sabía que el puente del acorazado Brunhilde estaba construido
en la forma de un hemisferio gigantesco, cuya mitad superior era una única pantalla. Llevando de
nuevo sus sentidos lejos del vasto cielo y de vuelta al suelo, Kircheis echó otro vistazo al puente.

La iluminación en la vasta cámara era extremadamente tenue, creando una oscuridad crepuscular. La
tripulación se movía de acá para allá entre incontables pantallas, consolas, instrumentos, ordenadores
y dispositivos de comunicación de todos los tamaños. Los movimientos de sus cabezas y miembros le
traían a la miente bancos de peces migratorios surcando las corrientes.

Las fosas nasales de Kircheis detectaron la leve traza de un olor casi imperceptible, uno con el que los
soldados que estaban en el espacio estaban familiarizados, que se producía por la mezcla del oxígeno
reciclado el ozono emitido por la maquinaria y la adrenalina excretada por los tensos soldados que
pronto entablarían combate.

El joven pelirrojo se volvió al centro del puente y caminó hacia él con pasos largos. A pesar de que
ostentaba el rango de capitán, Kircheis no llegaba a veintiun años de edad. Cuando vestía de paisano,
no era nada más que un “atractivo pelirrojo, alto y delgado” como susurraban las oficiales femeninas
de la retaguardia.

De vez en cuando, le molestaba que su edad y su rango estuvieran tan desproporcionados el uno con
el otro. Él no podía aceptar sus circunstancias en la calmada y fría manera que lo hacía su oficial al
mando.

El conde Reinhard von Lohengramm estaba recostado en su sillón de mando, que en ese momento
estaba inclinado ligeramente hacia atrás mientras miraba intensamente al mar de estrellas que
inundaba la gran pantalla del puente de mando. Kircheis sintió una suave resistencia en el aire
mientras se acercaba. Una barrera a prueba de sonido estaba alzada. Las conversaciones que
tuvieran lugar en un radio a cinco metros de Reinhard serían inaudibles para cualquiera que estuviera
fuera de la barrera.

“¿Mirando a las estrellas, excelencia” Le preguntó


Un momento después de oír la voz de Kircheis, Reinhard movió su línea de visión y devolvió el sillón
de mando a su posición original. A pesar de que todavía estaba sentado, su uniforme- funcional,

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 19


negro con adornos plateados aquí y allí- dejaban clara la masculinidad de sus esbeltos y bien
balanceados miembros. Reinhard era un joven atractivo. Uno podría incluso decir que su atractivo no
tenía igual. Su cara redonda y ovalada estaba adornada por múltiples mechones de cabello dorado
ligeramente rizado, y sus labios y el puente de su nariz tenían un aire de elegancia que traían a la
mente la sensación de estar contemplando una escultura tallada por las manos de algún antiguo
maestro artesano

Pero lo que nunca podría ser reflejado en una escultura sin vida, serían sus ojos- de un azul glacial que
brillaban con una luz semejante al filo de una espada intensamente pulida, o el resplandor de alguna
estrella congelada en el cosmos. “Hermosos ojos ambiciosos”- era un cotilleo muy habitual entre las
damas de la corte. “Peligrosos ojos ambiciosos”, susurraban los hombres.

De cualquier manera, era cierto que esos ojos poseían algo más que la perfección pétrea de una
escultura.

Mirando a su leal subordinado, Reinhard respondió “Si, me gustan las estrellas”. Entonces añadió
“¿Has vuelto a crecer?”

“Sigo midiendo lo mismo que hace dos meses, Excelencia: 190 centímetros. No creo que vaya a crecer
más”

“Ciertamente, siete centímetros más alto que yo es mucho”, respondió Reinhard. En el sonido de su
voz había el tono de un estudiante extremadamente competitivo. Kircheis sonrió débilmente. Hasta
hace seis años, no había habido diferencias entre sus alturas. Pero cuando el estirón de Kircheis
empezó a poner distancia entre la altura de él y la de Reinhard, el muchacho rubio se había frustrado
verdaderamente. “¿Vas a dejar a tu amigo detrás y a crecer tu solo? - Se quejaba a veces. Este era el
lado infantil de Reinhard, del que solo Kircheis -y solo otra persona más- sabía.

“Ya veo”, respondió Reinhard. “Entonces, ¿Que te trae aquí?”

“Si, señor. Es la formación de batalla de la fuerza rebelde. De acuerdo a informes de tres de nuestras
naves de vigilancia, se acercan a nuestras fuerzas desde tres direcciones a velocidad uniforme.
¿Podría usar la pantalla de su consola?”

El joven alto almirante asintió con la cabeza, y Kircheis movió sus manos rítmicamente sobre la
consola. En la pantalla que ocupaba la mitad izquierda de la consola de mando de Reinhard,
aparecieron cuatro flechas flotantes, posicionadas en las partes superior, inferior, izquierda y derecha
de la pantalla, y todas avanzaban hacia el centro. Solo la flecha de la parte inferior de la pantalla
estaba coloreada de rojo. Las otras tres eran verdes.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 20


“La cuarta flota del enemigo se encuentra justo frente a nosotros, estimamos que su fuerza es de
12,200 naves. Está a 2200 segundos luz de nosotros. A nuestra velocidad actual, haremos contacto en
seis horas.”

Kircheis movió su dedo por la pantalla. En la parte derecha estaba la segunda flota de la alianza, con
una fuerza de 15,200 naves; aproximándose desde una distancia de 2,400 segundos luz. En el lado
derecho estaba la sexta flota cuya fuerza ascendía a 13200 naves, que avanzaba desde una distancia
de 2050 segundos luz.

Con el desarrollo del sistema de campo antigravitatorio- junto con toda clase de dispositivos
permeables al radar, las ondas electromagnéticas y los materiales que volvían al radar inútil a la hora
de determinar posición y fuera de las unidades enemigas, siglos atrás, los militares galácticos habían
vuelto a confiar en métodos clásicos, como la vigilancia humana mediante el uso de naves de
exploración o satélites de vigilancia. Tras calcular las diferencias de tiempo y factorizar la distancia, la
información de inteligencia reunida de esta forma podía usarse para obtener la posición del enemigo.
Añadiendo a esto, las estimaciones obtenidas referidas a las emisiones de calor y masa y una útil-
aunque imperfecto- cálculo del tamaño de la fuerza enemiga podía ser obtenido.

“Así que en total 40,000 naves, ¿eh? Dos veces el tamaño de nuestra flota”

“Están tratando de envolvernos al venir por tres direcciones diferentes”

“Y supongo que esos viejos generales seniles que están de nuestro lado han palidecido, o quizás se
han puesto rojos.” Reinhard permitió que una rencorosa sonrisa se dibujara en su cara. A pesar de
que le acababan de decir que estaban siendo rodeados por una fuerza que les doblaba en tamaño, ni
una pizca de pánico apareció en la expresión de Reinhard.

“Pálidos, sin duda”- Respondió Kircheis “Los cinco almirantes han venido aquí, apurados, para solicitar
una reunión con su excelencia”

“¿Oh? ¿Después de que cerraran sus bocazas diciendo que ni siquiera querían ver mi cara?”

“¿Te niegas a reunirte con ellos?”

“No. Los veré...Para iluminarles”

Los cinco hombres que aparecieron ante Reinhard eran el Almirante Merkatz, los vicealmirantes
Staden y Fogel, y los contraalmirantes Fahrenheit y Erlach. Ellos eran los “viejos generales seniles” de
quién Reinhard había hablado, aunque quizás el término fuera demasiado duro. Merkatz- el más viejo
de ellos- no llegaba a sesenta, y el más joven – Fahrenheit- tenía solo 31. No es que ellos fueran
demasiado viejos, sino que Reinhard y Kircheis eran demasiado jóvenes.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 21


“Tiene nuestro agradecimiento, su excelencia”, dijo Merkatz, hablando por todos ellos “por
permitirnos ofrecer nuestra opinión” Merkatz había entrado al servicio mucho antes de que Reinhard
naciera, y tenía conocimientos y experiencia tanto en combate como en la administración militar. Su
altura, era media y su complexión de huesos gruesos y ojos somnolientos le daban la apariencia de un
hombre de mediana edad nada destacable, pero su hoja de servicios y su reputación eran mucho
mayores que los de Reinhard.

Tomando la iniciativa, Reinhard respondió con amabilidad “Entiendo lo que quieren decir, señores”
Solo en apariencia, seguía la misma etiqueta que Merkatz había empleado “Desean traer a mi
atención nuestra desventaja circunstancial”

“Lo hacemos, su excelencia”- Respondió el vicealmirante Staden, avanzando medio paso adelante.
Staden tendría unos cuarenta, era delgado como un cuchillo y daba la impresión de ser un hombre
con una mente muy afilada. Como soldado, era el tipo de “Oficial de personal” que sobresalía en
teoría táctica y en la elaboración de discursos.

“El enemigo tiene el doble de naves que nosotros. Además, están tratando de envolvernos por tres
direcciones. Esto significa que, en términos de preparación para la batalla, ya estamos por detrás del
enemigo”

Los ojos azules de Reinhard brillaron fríamente cuando miró directamente al vicealmirante. “En otras
palabras, ¿dice que perderemos?”

“No he dicho nada similar, excelencia. Pero es un hecho que estamos en desventaja en términos de
preparación. Si mira a la pantalla, lo entenderá”

Siete pares de ojos se fijaron en la pantalla de la consola de Reinhard. Las posiciones de las dos
fuerzas opuestas, como Kircheis le había mostrado a Reinhard, estaban allí indicadas. Desde el
exterior del campo repelente de sonido, los soldados dirigían miradas profundamente curiosas a los
oficiales de alto rango. Luego, ante la mirada del vicealmirante Staden, todos desviaron la vista
apresuradamente. Después de detenerse para aclararse la garganta, el vicealmirante comenzó a
hablar nuevamente.

“Hace muchos años, una flota que era el orgullo del imperio fue llevada a la más lamentable derrota
por los rebeldes de la así llamada Alianza de planetas libres. Es la misma formación que usaron
entonces”

“Habla de la aniquilación de Dagón, ¿correcto?”

“Si. Fue una derrota ciertamente lamentable” Un profundo, pesado suspiro escapó de los labios del
vicealmirante. “La victoria en esa batalla pertenecía por derecho al verdadero gobernante de la
humanidad- su alteza el Kaiser del imperio galáctico- y a sus leales sirvientes, los oficiales y soldados

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 22


de nuestra fuerza militar. Pero ellos fueron atrapados sin previo asico por el truco astuto de las
fuerzas rebeldes y al final eso causó la muerte de un millón de nuestros mejores, más bravos y más
brillantes, tuvieron muertes sin sentido. Si- en la próxima batalla- fuéramos a seguir los pasos de
aquellos que nos precedieron, traeríamos gran pena a su alteza, así que- en mi limitado pensamiento,
¿no sería más sabio realizar una retirada honrosa ahora, antes de que apresurarnos impetuosamente
y avanzar en pos de un logro?”

Estúpido pensamiento desde luego, charlatán peor que incompetente. Pensó Reinhard. Pero cuando
abrió la boca, dijo “Reconozco su elocuencia, señor. Sin embargo, no puedo aceptar su argumento. La
retirada está fuera de toda cuestión”

“Pero…¿Por qué?¿Podríamos escuchar su razonamiento?”


la mirada que surgió de los ojos de Staden parecían añadir ...niñato imposible de enseñar, pero sin
pensar en ello, Reinhard respondió. “Porque estamos en una posición de ventaja táctica arrolladora
sobre nuestro enemigo”

“¿Qué quiere decir?” El temblor de las cejas de Staden era perceptible. Los almirantes miraron
fijamente al joven comandante- Merkatz atónico, y Fogel y Erlach en un completo shock.

Solo Fahrenheit- el más joven de los cinco- tenía una mirada de interés brillando en sus ojos de color
aguamarina. Nacido en la baja aristocracia, Fahrenheit expresaba abiertamente que se había
convertido en soldado para poder comer. Tenía una sólida reputación como un planificador de gran
movilidad, capaz de ataques a gran velocidad, aunque se decía que le faltaba tenacidad a la hora de
interceptar ataques.

“Parece que tiene una opinión que es difícil de entender para lerdos como nosotros. Estaríamos
agradecidos si pudiera explicarse en más detalle”

La voz del vicealmirante Staden chirrió en los oídos de Reinhard. Te arrancaré esa irritante lengua
tuya el dia después de mañana, pensó Reinhard. Pero respondió igualmente a su petición: “Dije que
tenemos la ventaja por dos razones. Primero, las fuerzas enemigas estan divididas en torno a estos
tres vectores, mientras que nuestras fuerzas están concentradas. Mientras que el enemigo tiene la
ventaja en términos numéricos, tenemos la ventaja sobre cualquiera de esas tres divisiones del
enemigo.”

Los almirantes escucharon sin decir nada.

“En segundo lugar, cuando se trata de movernos de un campo de batalla al siguiente, nuestra fuerza-
localizada en el centro- puede tomar una ruta más corta que cualquiera de ellas. Para que ellos se
muevan sin luchar con nosotros, tendrían que tomar un gran rodeo. De esa manera, tiempo y
distancia son nuestros aliados”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 23


El silencio de los almirantes se prolongó.

“En otras palabras, superamos al enemigo en movilidad y concentración de potencia de fuego. Si


estas no son condiciones para la victoria, ¿cómo las llamarían?”

Reinhard terminó de hablar con un tono de voz agudo y cortante. Kircheis pensó por un momento
que los cinco almirantes se habían congelado allí mismo. Reinhard había cambiado el pensamiento de
esos viejos y más experimentados militares dentro de su cabeza.

Reinhard subyugó al sorprendido, e inmóvil Vicealmirante Staden con una mirada irónica,
presionando su ventaja.

“No estamos en peligro de ser envueltos. Tenemos una buena oportunidad de destruir al enemigo en
cada vector. Me dicen que no aprovechemos dicha oportunidad al máximo y que realizamos una
retirada sin sentido, pero hacerlo no solo sería meramente pasivo, sino criminal. ¿Por qué? Porque
nuestra misión es prestar batalla con las fuerzas rebeldes y destruirlas. “Una retirada honorable” dijo
usted. Pero ¿dónde está el honor si fracasamos en completar la misión que su majestad imperial nos
ha encomendado? ¿No se asemeja a eso la justificación de un cobarde, señor?”

Ante la mención de su majestad imperial, una ola de tensión corrió a través de los cuerpos de cuatro
de los almirantes, excluyendo Fahrenheit. Reinhard pensó que todo eso era absurdo.

“Como usted diga, comandante” Comenzó Staden, tratando de suplicarle. “Pero, aunque su
excelencia pueda llamarlo “buena oportunidad”, usted es el único que lo cree así. Incluso desde el
punto de vista de las meras tácticas del sentido común. Es imposible de aceptar. Por una estrategia
que no ha sido previamente probada...”

Este no solo es incompetente, es un imbécil, concluyó Reinhard. Una operación sin precedentes no
puede aparecer en los registros. Su registro comenzará con la inminente batalla ¿no? Hablando en voz
alta, “Entonces señor, mañana verificará la prueba y el registro con sus propios ojos. ¿Es eso
aceptable?”

“¿Está seguro del éxito?- Inquirió Staden.

“Lo estoy. Pero solo si siguen mi estratega por completo”

“¿Qué clase de estrategia?” Pregunto Staden, sin hacer esfuerzos para ocultar sus sospechas.

Reinhard dirigió una mirada a Kircheis por un momento y entonces comenzó a explicar la operación.
Dos minutos después, el interior del campo insonorizado estaba lleno con el sonido de los gritos de
Staden.
“Eso suena bien sobre el papel, pero no hay forma de que funcione, Excelencia. Esta clase de...”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 24


“¡Suficiente! No necesitamos mayor debate. Su majestad imperial me nombró comandante de esta
operación. Su obediencia a mis ordenes debe ser interpretada como una prueba de su lealtad a su
majestad ¿No es ese el deber de un soldado imperial? No lo olvide, soy su oficial al mando.”
Hubo un momento de silencio.
“Toda autoridad sobre vuestras vidas recae en mis manos. Si deseáis por vuestro propio acuerdo
desafiar la voluntad de su majestad, muy bien. Simplemente usaré la autoridad que su majestad me
ha conferido para retiraros del deber y castigaros severamente por insubordinación. ¿Están
preparados para llegar a tales extremos?
Reinhard lanzó una mirada a los cinco hombres de pie frente a él. No respondieron.

II
Los cinco almirantes partieron. Ellos ni aceptaban ni consentían, pero encontraban difícil oponerse a
la autoridad del Kaiser. Solo la expresión de Fahrenheit podría ser interpretada como favorable hacia
el plan de Reinhard en la próxima batalla, pero las expresiones de los otros cuatro iban en diferentes
grados diciendo: “¿Como se atreve ese mocoso a blandir la autoridad del Kaiser?”

Para Kircheis, se formaban circunstancias en las que era un poco difícil permanecer en silencio.
Incluso sin todo eso, Reinhard tenía mala reputación como un joven advenedizo. Desde el punto de
vista de esos comandantes veteranos, Reinhard no era nada más que un diminuto asteroide que no
emitía ninguna luz propia, y que usaba la influencia de su hermana Annerose para conseguir su poder
del Kaiser.

Sin embargo, no es como si esta fuera la primera campaña de Reinhard. En los cinco años que habían
pasado desde su enlista miento, él había emergido como victorioso de un gran número de batallas.
Pero si alguien fuera a decir eso a los comandantes, ellos solo dirían algo como “estaba en una buena
unidad” o “el enemigo era demasiado débil”

Y porque era difícil de decir que Reinhard fuera humilde y cortes en todos los asuntos, su antipatía
hacia él solo se había hecho mayor, y ahora en las sombras él era ampliamente conocido como “ese
insolente niñato rubio”

“¿Está seguro sobre esto?” Le preguntó el joven oficial pelirrojo a Reinhard con unos ojos azules en
los que había una nota de inquietud.

“Déjame tranquilo”- Respondió calmadamente su oficial al mando. “¿Qué pueden hacer ellos? Son
cobardes que no pueden siquiera hacer un comentario desagradable de forma individual- tienen que
venir en grupo. No tienen el valor de desafiar la autoridad del Kaiser”.

“Pero el poco coraje que tengan podría reunirse en las sombras”.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 25


Reinhard miro a su ayudante de campo y emitió una suave carcajada divertida. “Sigues siendo igual
de aprensivo. Pero no hay nada de lo que preocuparte. Incluso si están llenos de preocupaciones
ahora, la situación cambiara en un solo día. Y mostraré a ese idiota de Staden una copia enmarcada
de ese ‘registro’ que le gusta tanto”

Tras decir que había tenido suficiente de esa charla, Reinhard se levantó de la silla e invitó a Kircheis a
ir a su cabina para tomarse un descanso. “Tengamos un trago, Kircheis. Tengo algo de buen vino. Se
supone que es uno raro anejo del 410”

“Suena maravilloso”

“Bien, entonces vayamos. Y, por cierto, Kircheis —“

“¿Si, excelencia?”

“Esa cosa de “excelencia”. No hay necesidad de ir llamándome eso cuando no hay nadie más con
nosotros. Háblame como siempre”

“Entiendo lo que dice, pero—“

“Si lo entiendes, solo hazlo. Porque cuando la batalla acabe y volvamos a Odín, la gente te llamará
‘Excelencia” a ti también”

Kircheis no dijo nada.

“Serás promovido a comodoro. Espéralo con ganas”

Dejando el puente al Capitán Reuschner, Reinhard marchó a su habitación privada. Siguiéndole tras él,
Kircheis reflexionaba sobre lo que su oficial al mando le había estado diciendo.

Cuando la batalla acabe y volvamos, serás promovido a comodoro… Parecía que la derrota no estaba
para nada en la mente de aquel joven almirante rubio. Para cualquiera salvo para Kircheis, esas
palabras probablemente serían tomadas por una arrogancia inútil. Pero Kircheis sabía que Reinhard
solo había estado hablando movido por el puro afecto a un querido amigo.

Un pensamiento se cruzó por la mente de Kircheis: ¿ya han pasado diez años desde que nos
conocimos por primera vez? Al conocer a Reinhard y a su hermana Annerose, su destino había
cambiado para siempre.

El padre de Siegfried Kircheis era un oficial menor que trabajaba en el ministerio de justicia, hostigado
por un ajetreo diario de jefes, papeleos y ordenadores para ganar solamente 40,000 marcos
imperiales al año. Era un hombre amable y ordinario cuyos únicos dos placeres eran criar alguna
especie de orquídeas Baldurianas en su estrecho jardín y beber cerveza negra después de cenar.
Mientras que su pequeño hijo pelirrojo había conseguido de alguna forma aparecer en el borde

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 26


inferior del cuadro de honor de la escuela, era bueno en los deportes y era el orgullo y alegría de sus
padres.

Un día, un hombre y sus dos hijos se mudaron a la casa de al lado, que había estado prácticamente
abandonada.

El joven Kircheis se había sorprendido cuando escucho que aquel hombre de mediana edad sin
espíritu era un aristócrata, pero cuando vio a aquella pareja de hermanos de cabellos rubios, lo creyó.
Son tan hermosos, había pensado entonces.

Al día siguiente conoció al hermano menor. El chico, llamado Reinhard era de la misma edad de
Kircheis, nacido solo dos meses más tarde de acuerdo al calendario estándar de la era espacial.
Cuando el niño pelirrojo le dijo su nombre, las bien formadas cejas del niño rubio se levantaron.

“¿Siegfried? Que nombre más vulgar”

Ante una respuesta tan inesperada el chico pelirrojo solo podía conmocionarse sin saber cómo
responder. Pero Reinhard había continuado, añadiendo: “Pero Kircheis es un buen apellido. Muy
poético. Así que he decidido que te llamaré por su apellido”

Por otra parte, su hermana mayor Annerose había abreviado su nombre, llamándole “Sieg”. Las
características de su cara guardaban una fuerte semejanza con los de su hermano pequeño, pero eran
un paso más delicado, y su sonrisa delicada era infinitamente gentil. Cuando Reinhard se lo presentó,
la sonrisa de ella había sido como la luz del sol moteada que fluía a través de los árboles.

“Sieg, por favor, sé un buen amigo para mi hermano”

Desde ese día hasta entonces, Kircheis había obedecido esa petición con lealtad.

Mucho había pasado desde entonces. Un día, un lujoso coche que Kircheis nunca antes había visto
paró junto a la casa de sus vecinos y un hombre de mediana edad que vestía con bellos ropajes salió
de él.

Durante toda la noche la lagrimosa voz de un indomable Reinhard había arremetido incesantemente
contra su padre.

“¡Has vendido a mi hermana!” Le gritó

A la mañana siguiente, cuando Kircheis se pasó por allí con el pretexto de pedirle a Reinhard que
caminara a la escuela con él, Annerose le había dicho con una triste aunque amable sonrisa, “mi
hermano no puede ir más a la escuela contigo. Sé que ha sido por poco tiempo, pero gracias por ser
su amigo”

Entonces la hermosa joven le había besado en la frente y le había dado una torta de chocolate casera.
Ese día el chico pelirrojo no había ido al colegio. En su lugar, había llevado la torta cuidadosamente a
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 27
una reserva natural y con cuidado de no ser visto por ningún robot de patrulla, se había sentado en la
sombra de algunas coníferas- Pinos marcianos, se llamaban, por razones que nadie sabía- y allí había
permanecido durante largo tiempo mientras comía la torta. Mientras contemplaba separarse de
Annerose y Reinhard, las lágrimas se acumularon en sus ojos y se las limpió con las manos, dejando a
lo largo de su cara manchurrones de un marrón oscuro.

Al oscurecer, volvió a casa, preparándose para una regañina. Pero sus padres no le dijeron nada. Las
luces de la casa de los vecinos estaban apagadas.

Un mes más tarde, Reinhard vino de visita sin avisar, llevando el uniforme de la academia militar
imperial para infantes. El muchacho rubio había hablado al conmocionado y emocionado Kircheis con
el apesadumbrado tono de un adulto.

“Voy a ser un soldado” Le había dicho. “Es la manera más rápida de progresar. Y tengo que progresar
en el mundo para poder liberar a Annerose. Kircheis, ven a la misma escuela que yo ¿de acuerdo?
Solo hay patanes en la academia.

Sus padres no se opusieron a la idea. Quizás ellos habían estado esperando que su hijo fuera capaz de
progresar en el mundo de esa forma, o quizás se hubieran dado cuenta que su hijo había sido
seducido por aquella pareja de hermanos. De cualquier manera, Kircheis decidió entonces que
tomaría el mismo camino que Reinhard.

La mayoría de los estudiantes de la academia eran hijos de aristócratas, y el resto eran hijos de
oficiales eminentes. Estaba claro que Kircheis había sido admitido unidamente debido al fervoroso
deseo de Reinhard y a la intervención de Annerose.

Las notas de Reinhard normalmente le ponían en lo alto de la clase y Kircheis también lo estaba. No
solo por su propio bien, sino por el de Reinhard y Annerose, no podría permitir que sus notas bajaran.
De vez en cuando los padres y hermanos mayores de los estudiantes venían de visita. Todos ellos
aristócratas de alto estatus, pero Kircheis no sentía respeto por ellos. Podría oler el hedor de
hombres que se habían vuelto arrogantes tras revolcarse en sus propios privilegios.

“Míralos, Kircheis” Le susurraba Reinhard. Cuando veía a esos nobles su voz de llenaba con un
intenso odio y desprecio. “No han llegado a estar donde están hoy a través de ningún esfuerzo
propio… sino que han heredado su autoridad y fortuna de sus padres por su sangre, y no están
avergonzados por ello. El universo no existe para ser dominado por gente así”

“Reinhard...” Comenzaría Kircheis

“¡Es cierto, Kircheis! No hay ni una pizca de razón por la que debamos estar a favor de esos tipejos”

“Esa clase de conversación había tenido lugar entre ellos no pocas veces, pero en una ocasión,
Reinhard dijo algo que le dio a su amigo pelirrojo el sobresalto de su vida.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 28
Ellos justo habían hecho un saludo cortés- un saludo que era deber sagrado de todos los súbditos
imperiales- ante una de las estatuas del Kaiser Rudolf que se elevaban con altivez sobre cada barrio
de la capital. Nadie se atrevía a no actuar de otra manera, puesto que los ojos de las estatuas tenían
complejas cámaras de vídeo y el ministerio de interior siempre estaba vigilante por elementos
peligrosos que pudieran burlarse de la autoridad imperial. Justo tras ese saludo Reinhard comenzó a
hablar apasionadamente.

“Kircheis, ¿lo has pensado alguna vez? La dinastía Goldenbaum no se remonta hasta el amanecer de
la humanidad. Fue fundada por ese arrogante y despótico Rudolf. Y el hecho de que hubiera un
fundador indica que antes de que se hiciera con el poder, no había familia imperial y que él no era
nada más que un único ciudadano solitario. Al comienzo, Rudolf era un advenedizo ambicioso y nada
más. Pero con el tiempo terminó por reclamar títulos tales como los de “sagrado Kaiser inviolable’ “

¿Qué está intentando decirme? Se preguntaba Kircheis mientras su corazón empezaba a latir más
deprisa.

“¿Crees que lo que fue posible para Rudolf, es imposible para mí?” Le preguntó Reinhard

Entonces, con pensamientos que le arrebataron el aliento, Kircheis le devolvió la mirada a los ojos
azules de Reinhard, que se asemejaban a joyas. Era invierno, justo antes de que entraran en el
servicio militar.

III
...desde el siglo veinte y a través de las tribulaciones del siglo 21, uno puede encontrar muchos
ejemplos de ese rampante desarrollo tecnológico que amenazó con robarle a la humanidad su
identidad. En particular la capacidad de replicar seres humanos a través de la clonación- fruto de la
ingeniería genética- fue una vez erróneamente creído como una garantía de vida eterna pese al hecho
de que solo se habían demostrado sus posibilidades teóricamente. Cuando la clonación se unió a
ideas como el darwinismo social, terribles ideologías que otorgaban un escaso valor a la vida humana
bulleron por la superficie del planeta conocido como Tierra. La opinión de que aquellos que portaban
genes inferiores no estaban cualificados para tener descendencia, y de que las razas inferiores debían
ser purgadas para la mejora cualitativa de la raza humana comenzó a tener una influencia creciente.
Era el primer brote de las afirmaciones que Rudolf von Goldenbaum haría en tiempos posteriores...
El trozo de texto que aparecía en la diminuta pantalla de la consola de pronto se hizo más tenue y se
desvaneció. Más rápido de lo que uno pudiera pulsar el botón de control, otro texto apareció:
“Comodoro Yang, el comandante le llama. Por favor, repórtese al puente de mando tán rápido como
le sea posible”
Con su lectura interrumpida, el comodoro Yang Wen-li agarró la boina de su uniforme y pasó una
mano a través de su rebelde cabello negro. Era un oficial subalterno de la segunda flota de la alianza
de planetas libres, ocupando un asiento en una esquina del puente de la nave insignia; el Patroklos.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 29


Ya que había estado disfrutando de una lectura privada en una consola originalmente intencionada
como un ordenador táctico, no tenía sentido sentirse molesto.
La notación del nombre de Yang era “E”. Era una tradición que venía de los días de la federación. La
gente cuyos apellidos se escribían antes del nombre, eran “E”, que significaba “del este”, mientras
que aquellos cuyos nombres venían antes que sus apellidos eran llamados “O”, que significaba “del
oeste”.
Por supuesto en ese día y era, después de que las razas se hubieran mezclado tanto como lo habían
hecho, el nombre de una persona era un vago indicador de su ascendencia directa.
El joven de 29 años, con su cabello negro, ojos negros, altura y complexión media, daba más la
impresión de un estudioso despreocupado que la de un soldado. Al menos esa era la impresión que
uno podría describir si le presionaran al respecto. La mayoría de las personas que le miraban, veían
poco más que un hombre tranquilo. La mayoría de la gente era incapaz de creer su rango cuando lo
oían

“Comodoro Yang, reportándose como ordenó, señor”

El comandante de la flota, el vicealmirante Paetta giro sus ojos poco amistosos sobre el joven oficial
que estaba saludándole. Era un hombre de mediana edad, cuyas características severas hacían
imposible imaginarle en otra clase de trabajo que no fuera la vida militar”

Observando a Yang de nuevo, simplemente dijo “he estado ojeando el plan táctico que envió”,
aunque lo que quería decir era ¿Como demonios en el mundo puede un niño afeminado como este
estar simplemente dos rangos por debajo de mí?

“Es una idea muy interesante”- continuo “pero muy cauta. Y me pregunto si no es quizás demasiado
pasiva”

“No me diga”- respondió Yang. Lo dijo en un tono de voz muy calmado, pero con un poco de reflexión
podría haber parecido una cosa muy desconsiderada que decirle a un oficial al mando. Aunque el
Vicealmirante Paeta no se había dado cuenta.

“Como usted mismo ha anotado” continuo “sería muy difícil perder con esta estrategia. Pero no hay
sentido si simplemente no perdemos. Debemos ganar. Nos acercamos al enemigo desde tres
direcciones y además de eso duplicamos sus números. Todas las condiciones se han alineado para una
gran victoria, así que ¿ por qué se concentra en maneras de evitar la derrota?”

“Bueno, sí, pero no es como si ellos ya estuvieran rodeados”

Esta vez Paeta se dio cuenta. Sus cejas se levantaron a la vez, en signo de irritación, haciendo que se
formara un espléndido pliegue vertical en mitad de su frente.

Yang estaba tan relajado como siempre.


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 30
Nueve años antes, al graduarse de la Academia de oficiales de la fuerza de defensa nacional, Yang
había sido un nada destacable alférez de nuevo cuño. Se había graduado en el puesto 1909 de una
clase de 4840. Pero ahora ciertamente no podría ser llamado como un comodoro no destacable. Él
era uno de los dieciséis oficiales de toda la alianza que habían alcanzado el almirantazgo antes de los
treinta.

Era imposible que el vicealmirante Paeta no estuviera al corriente de la hoja de servicios del joven
comodoro. En nueve años, Yang había participado en más de un centenar de operaciones de
combate. Y a pesar de que no había estado a menudo en batallas a larga escala que involucraran a
miles de naves como esta, no había sido tampoco un niño jugando con petardos. Por encima de todo
eso, había sido el brillante héroe de la evacuación de El Fácil. Pese a su juventud era el héroe de una
batalla histórica, y aun así el vicealmirante Paeta no tenía para nada esa impresión de él. Aun así,
cuando los salarios de los oficiales eran calculados por los servicios de retaguardia en los cuarteles
generales, era claro que estaba siendo bien pagado de acorde a su registro.

“En cualquier caso este plan táctico es rechazado”

Paeta le devolvió los papeles a Yang y añadió innecesariamente “Déjeme añadir que no es nada
personal”

IV
El padre de Yan Wen-li, Yang Tai-long, era conocido como un hombre de gran capacidad entre los
muchos comerciantes y mercaderes de la alianza de planetas libres. Debajo de su sonrisilla inofensiva,
los engranajes de una mente afilada para los negocios giraban, y desde el día en que se había
establecido como dueño de una pequeña nave comercial, su fortuna había crecido constantemente.
"Es porque adoro mi dinero", decía a los amigos que le preguntaban el secreto de su éxito. “Sale al
mundo y hace su fortuna, y luego regresa a casa como un niño fiel. Las monedas de bronce se
convierten en plata. Las de plata se convierten en oro. ¡Todo depende de su educación!

Como él mismo parecía pensar que se trataba de una broma ingeniosa, aprovechaba para contarla
cada vez que tenía la oportunidad, y finalmente adquirió el apodo de "experto en crianza financiera".
Sería difícil afirmar que este título siempre se habló con intencionado afecto, pero el mismo Yang Tai-
Long parecía bastante contento con él.

Además, Yang Tai-Long era un coleccionista de arte antiguo. Su residencia estaba a rebosar de
pinturas, esculturas y cerámicas de los días anteriores a la era estelar. Cuando no ocupaba una oficina
y comandaba una flota de naves comerciales interestelares, él siempre estaba ocupado en casa
admirando y abrillantando sus antigüedades.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 31


Después de que su hobby hubiera metastatizado, hubo rumores de que incluso había escogido una
antigüedad como esposa. Tras divorciarse de su primera mujer- que había tenido una inclinación por
derrochar dinero- se había casado con otra mujer de considerable belleza, que era la viuda de un
soldado. Entonces fue cuando nació su hijo Yang.

Yang Tai-long estaba en su estudio, en casa cuando recibió la noticia de que era un chico. Sus manos
pararon un momento de abrillantar un vaso antiguo y murmuró: “Huh, entonces cuando ya no esté
aquí, todas estas obras de arte serán suyas”

Y sus manos continuaron con la labor de limpieza.

Cuando Yang Wen-li tenia cinco años, su madre murió. La causa era una enfermedad cardíaca aguda,
y desde que ella siempre había sido muy sana hasta ese punto, su muerte súbita comprensiblemente
vino como un shock para Yang Tai-long. Dejó caer un adorno de león de bronce al suelo, pero
inesperadamente lo levantó y encolerizó a toda la familia de su esposa al pronunciar estas palabras:

“Gracias a dios que no estaba limpiando nada que pudiera romperse...”

Yang Tai-long había perdido dos esposas – una por divorcio y otra por fallecimiento- y no tenía deseos
de casarse otra vez. Asignó una doncella para que cuidara de su hijo, pero cuando la doncella estaba
de descenso o cuando el chico era difícil de manejar, Yang Tai-long le sentaría junto a él y se pondrían
a limpiar un vaso juntos.

Cuando los parientes de su difunta esposa venían de visita y encontraban a padre e hijo lavando vasos
juntos, se horrorizaban y al final surgió la afirmación de que el niño debería ser rescatado de vivir con
un padre tan irresponsable. Cuando arrinconaron al padre y le preguntaron que era más importante
para él-Su hijo o sus antigüedades- él había respondido:

“Bueno, el arte requirió un gran desembolso de calidad, sabe...”

Pero por la otra parte, conseguí a mi hijo gratis. Esa era la implicación.

La familia entera, enfurecida por estas palabras, se estaba preparando para llevar el asunto de la
custodia del niño a los tribunales, pero Yang Tai-long adivinó lo que estaban haciendo, y se llevó al
niño con él, y tras abordar una nave comercial interestelar desaparecieron de Heinessen. La familia,
tras darse cuenta de lo absurdo que sería alegar ante un tribunal que un padre había secuestrado a su
propio hijo, se encogió de hombros y no hizo nada más allá de rastrear donde había ido la nave.
“Oh...bueno” dijeron- “El hecho de que se haya llevado al niño con él debe significar que al menos
tiene un corazón que le late en el pecho”

de esa forma, Yang Wen-li pasí la mayor parte de sus primeros dieciséis años de vida dentro de las
entrañas de una nave estelar. Al principio, el joven Yang enfermaba y tenía fiebres cada vez que
experimentaba un salto warp, pero con el tiempo se fue acostumbrando y fue capaz de aceptar con
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 32
serenidad sus circunstancias. Una vez que satisfizo su interés en la ingeniería, volvió su atención a otra
dirección: la Historia.

El chico veía vídeos, leía copias electrónicas de libros antiguos y le encantaba escuchar acerca de las
reminiscencias del pasado, pero en particular tenía un profundo interés en el más perverso usurpador
de toda la historia: Rudolf.

Como Yang Wen-li estaba en la Alianza de planetas libres, Naturalmente Rudolf era convertido en la
mismísima encarnación del mal. Pero al escuchar lo que la gente decía sobre él, el chico había
empezado a tener dudas. Si Rudolf hubiera realmente sido un villano así, se preguntó, entonces ¿por
qué la gente le había apoyado y le había dado poder?

“Porque era deshonesto hasta el tuétano” Engañó a la gente.

“¿Por qué la gente fue engañada?”

“Porque Rudolf era un mal hombre, ¿ves?”

Estas respuestas no satisfacían al muchacho para nada, pero la visión de su padre era diferente a la de
otros con los que hablaba. El respondía a las preguntas de su hijo de esta manera:

“Porque la gente quería el camino sencillo, lo más fácil”

“¿Lo fácil?”

“Exactamente. No querían arreglar sus problemas con su propio esfuerzo. Esperaban a que
apareciera de algún un santo o un superhombre para que cargase con todos sus problemas. Y esa es
aquello de lo que Rudolf se aprovechó. Escucha. Quiero que recuerdes esto: Son aquellos que
empoderan a un dictador aquellos que tienen la mayor parte de la culpa. Pero aquellos que no le
apoyaron directamente- que simplemente lo ven todo pasar sin decir nada- también son igualmente
culpables. Pero escucha, ¿No te parece que deberías cambiar tus intereses a una clase de cosa
más...rentable?”

“¿Mas rentable?”

“Si, como el dinero o el arte. Arte para el alma, dinero para los bolsillos”

A pesar de comentarios tales como esos, Yang tai-long nunca trató de imponer su negocio o sus
hobbies a su hijo, así que este se vio cada vez más absorbido por la historia.

Unos pocos días antes del decimosexto cumpleaños de su hijo, Yang tai-long murió como resultado de
un accidente en el reactor de fusión nuclear de su nave. Yang wen-li había decidido tomar el examen
de acceso para el departamento de historia de la universidad memorial de Heinessen, tras haber
recibido la aprobación de su padre.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 33


“¿Y por qué no?” Le había dicho “no es como si nadie hubiera hecho dinero con la historia”

Con esas palabras el padre le había dado al hijo su bendición para que caminase por el camino que
amaba.

“Pero nunca desprecies al dinero, sin embargo. Si lo tienes, puedes apañártelas sin tener que agachar
tu cabeza ante gente que no te gusta, y no tienes que comprometer tus principios solo para salir
adelante en la vida. Pero como los políticos, es mejor si lo manejamos bien y no hacemos únicamente
lo que nos parezca con él”

Al final de su vida de 48 años, Yang Tai-Long le había dejado a su hijo su empresa y su gran colección
de obras de arte.

Tras lidiar con el funeral, estuvo muy ocupado con asuntos mundanos como herencias e impuestos. Y
entonces descubrió una verdad terrible: las obras que su padre había estado coleccionando tan
apasionadamente antes de su muerte, eran casi sin ninguna excepción; falsificaciones.

De los vasos etruscos a los retratos de estilo rococo a los caballos de bronce de la dinastía Han, todo
valía menos que un simple dinar, como le dijo el tasador público del gobierno mediante un
subordinado inexpresivo.

Y eso no era todo. Antes de su muerte, su padre había hipotecado la propiedad de la compañía para
cubrir sus deudas. Al final, Yang estaba solo y desamparado con nada más que una montaña de
basura.

Pero como había hecho cuando era un niño, Yang aceptó la situación con una sonrisa irónica,
mezclada con un suspiro. Pensaba que era bastante extraño que a su padre embaucador le faltara un
ojo para el valor solo cuando se trataba de sus amadas obras de arte.

Si, solo si, hubiera estado recolectando falsificaciones a sabiendas, Yang sintió que eso habría sido
típico de su padre. En cuanto a la compañía, Yang nunca había tenido el deseo de hacerse cargo del
negocio, por lo que no le importaba demasiado perderla.
En cualquier caso, había un problema incluso mayor. No le quedaba a la mano suficiente dinero para
permitirse el coste de ir a la universidad de élite a la que se suponía que iba a ir pronto. Debido al
estado crónico de guerra con el imperio galáctico, Las asignaciones militares enormemente costosas
estaban presionando el presupuesto nacional, y los fondos para la educación en humanidades, que no
tenían aplicaciones militares directas, seguían reduciéndose. Era difícil obtener una beca. Parecía que
no hubiera ninguna institución donde uno pudiera estudiar historia gratis…y aun así la había. Y esa era
la Academia de oficiales de la fuerza de defensa nacional y su departamento de historia militar.
Justo antes de la fecha límite, Yang envió su formulario de registro y pese a que los resultados de su
examen de entrada no le colocaban precisamente a la cabeza de la clase, de alguna manera había
aprobado.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 34


V
De esta manera, Yang Wen-li ingresó a la escuela de oficiales por completo de forma muy oportuna. A
pesar de que tanto para el patriotismo como para el militarismo beligerante para él le resultaban
extraños, su rumbo había sido establecido. Tiro casi toda la montaña de basura que había heredado
de su padre -aunque sí guardó algunas cosas- y se mudó al dormitorio de la escuela del oficial,
literalmente, con las manos vacías.
Siendo sus motivos lo que eran, no había forma de que Yang fuera un estudiante de alto nivel. Estudió
diligentemente su historia militar, y toda la amplia gama de historia no militar que componían los
antecedentes, pero escatimó lo más posible en los otros temas
Particularmente en las áreas de entrenamiento con armas, clases de vuelo e ingeniería mecánica, los
temas aburridos, estaba perfectamente feliz de obtener calificaciones que bastaban para salvarle del
mero fracaso. Sin embargo, si fallaba, existía el peligro de ser expulsado, e incluso si no fuera
expulsado, las pruebas de recuperación tomarían un tiempo precioso. El punto es que mientras no
suspendiera, estaba bien. Su objetivo no era ser el director de la sede operativa conjunta, el
secretario de la armada espacial o el superintendente general del personal. Quería ser investigador en
la Oficina de recopilación de Historia Militar. Prácticamente no tenía ningún interés en avanzar como
soldado.
Sus notas en historia militar eran sobresalientes y combinadas con sus mediocres notas en las
asignaturas prácticas, producían un total que era la misma imagen de “normal”. Sin embargo, las
notas de Yang en Simulaciones tácticas y estratégicas no eran malas para nada. Las notas en esta clase
eran determinadas al enfrentar a los estudiantes en simulaciones virtuales. Los instructores se
sorprendieron un día cuando el primer estudiante de la clase, un chico llamado Wideborn, que era
conocido como el estudiante más brillante que se había conocido en la última década de la
academia…había sido derrotado por Yang wen-li.

Yang concentró sus fuerzas en un punto, cortó las líneas de suministro de su oponente y optó por una
postura puramente defensiva. Wideborn, usando una gran variedad de tácticas penetró bastante
dentro de las líneas de Yang, pero cuando se quedó sin suministros no le quedó más opción que
retirarse. Tanto el juicio del ordenador como la puntuación del instructor le dieron la victoria a Yang.

Wideborn, cuyo orgullo había sido herido; estaba furioso. “Habría ganado si hubiera jugado limpio y
me hubiera atacado de frente. Quiero decir, todo lo que hizo fue moverse adelante y atrás para
escaparse ¿no?”

Yang no discutió. Para él, la clase compensaba sus bajas notas en ingeniería mecánica, y con eso
estaba completamente satisfecho. Pero esa satisfacción, sin embargo, iba a durar poco tiempo.

Al final de su segundo año, Yang fue convocado por un instructor y fue ordenado cambiar su
especialización a estrategia militar.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 35


“No solo eres tú” le había dicho el instructor para tratar de consolarle “lo están haciendo con todo el
departamento de historia militar, así que cada estudiante asignado allí debe cambiar de
especialización. Venciste a ese Wideborn en las simulaciones. Eso es un logro. Deberías cambiar de
departamento de todas formas, para poder aprovechar tu talento”

“Vine a esta escuela porque quería estudiar historia militar” objetó Yang “no creo que sea justo
reclutar estudiantes y desmantelar su departamento antes de que se gradúen”

“Cadete Yang, puede no estar todavía en servicio activo, pero desde el momento en que entró en esta
institución, se convirtió en un soldado. Así es como se trata a los suboficiales. Y como soldado, debe
seguir sus órdenes”

Yang no dijo nada

“Pero escucha, no hay forma en que esto sea un mal trato para ti. Estrategia militar es un
departamento lleno de estudiantes de alto nivel. Estudiantes que intentan entrar, pero no irse
después a otro departamento. Es la realidad aquí, de hecho, es muy raro que alguien sea trasladado
allí”

“Estoy honrado, señor...pero ¿le parezco un estudiante de alto nivel?”

“Cuidado con ese sarcasmo. De todas formas, si no te gusta tienes el derecho de marcharte, claro.
Pero si hicieras eso, tendrías que devolver todos los gastos que se han acumulado hasta ahora,
matriculas, y cuotas escolares. Solo los soldados estudian gratis.”

Yang estaba estupefacto. No podía evitar recordar las palabras de su difunto padre acerca del dinero.
Verdaderamente, con gente siendo gente, no se podía ser libre en esta vida.

A la edad de 20, Yang se graduó en el departamento de estrategia militar con notas mediocres y
recibió su comisión como Alférez. Un año más tarde sería promovido a subteniente, pero eso era
normal para los graduados de la academia de oficiales, no quería decir que su hoja de servicios fuera
particularmente destacable. Había sido asignado a una oficina de los cuarteles generales de
operaciones conjuntas, conocida como oficina de registros y estadísticas. Nadie se distinguía en
combate allí. Pero para Yang era muy agradable tener un trabajo que implicara estar rodeado de
viejos registros.

Sin embargo y de forma simultánea con su promoción a subteniente, Yang recibió órdenes para
cumplir con su deber en primera línea. Partió a su nuevo puesto como oficial en las fuerzas
estacionadas en el territorio de El Facil.

“Cuando una cosa se vuelve loca, todo se vuelve loco”- se quejó el joven teniente.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 36


Pese a que nunca había buscado activamente convertirse en soldado, allí estaba él, llevando una
boina negra con una estrella de cinco puntas de color blanco, una bufanda de color blanco marfil
plegada dentro de su cazadora negra: un uniforme militar extremadamente funcional.

Ese año, el 788 de la era estelar, La batalla de El fácil acelero enormemente el rumbo de la vida del
subteniente Yang wen-li. El telón se alzó en esa batalla con una escena de traicionera desgracia para
la marina espacial de la Alianza. Para la batalla, ambos bandos habían despachado en las cercanías un
millar de naves, y tras tomar un 20% de bajas, se habían retirado temporalmente. Yang no hizo nada
durante la lucha, todo lo que hizo fue sentarse en su silla estática del puente de la nave insignia y
observar cómo transcurría la batalla. Ni siquiera le preguntaron su opinión.

Sin embargo, mientras las naves de la alianza volvían a la base, fueron atacadas por la retaguardia. La
flota imperial, mientras pretendía regresar a su base, había llevado a cabo un rápido cambio de
rumbo para cargar contra la flota de la alianza, que había relajado y guardia y les había estado
mostrado su flanco.

Brillantes lanzas de energía rasgaban la negrura del espacio y novas en miniatura resplandecían y se
desvanecían en un instante. La energía desencadenada por la destrucción de varias naves se convirtió
en un remolino, empujando a varias naves de acá para allá. El contraalmirante Lynch, comandante de
la flota de la alianza- debió estar en estado de pánico. Sin tratar calmar la confusión de sus aliados, su
nave insignia voló de vuelta a El Fácil a toda velocidad.

Tras conocer que su comandante había huido, la flota aliada perdió su voluntad de lucha, y las naves
que habían estado librando batallas aisladas con los enemigos a su alcance comenzaron a despegarse
y salir corriendo del campo de batalla, una tras otra.

Algunos de ellos eligieron rutas de retirada independientes y huyeron totalmente del sistema El Facil,
mientras que otros siguieron a su nave insignia y escaparon a El facil. Las naves que tardaron en
retirarse enfrentaron uno de dos destinos: aniquilación o rendición. Casi todos escogieron lo segundo.

Aquellas fuerzas supervivientes que habían huido a El Facil, todavía se contaban por 200 naves y
50000 soldados, pero la flota imperial se adquirió refuerzos, construyendo una fuerza que sumaba
hasta tres veces ese número, planeando saltar ante la oportunidad de liberar ese territorio de las
garras de las fuerzas rebeldes de un solo barrido. La población civil del planeta, de tres millones,
estaba acobardada en medio de esa tensa situación. Ya era demasiado tarde para parar la caída de El
Fácil.

Los civiles fueron a negociar con los militares buscando la creación e implementación de un plan de
evacuación planetaria. El oficial al cargo que apareció ante ellos fue el subteniente Yang Wen-li. Él era
demasiado joven y su rango era demasiado bajo. ¿Les tomaban los militares en serio? Los civiles
tenían sus dudas, pero Yang hizo un buen trabajo con todo lo que se suponía que debía hacer, pese a

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 37


que seguía rascándose la cabeza de una forma que inspiraba de todo menos confianza. Entre el caos
de la inminente invasión imperial adquirió naves civiles y militares y realizó los preparativos para la
evacuación. Incluso si Yang no hubiera estado allí, cualquier oficial competente podría haber hecho
esto. Aparentemente Yang calmo a los ansiosos civiles mientras esperaba la ocasión de partir.

Al día siguiente llegó un mensaje urgente que sorprendió a todos. El contraalmirante Lynch estaba
huyendo de El Facil con sus subordinados directos y los suministros militares. Había abandonado a
subordinados y civiles en el camino.

En ese momento Yang dio instrucciones de evacuar a los aterrados civiles, en dirección opuesta al
rumbo de Lynch.

“No hay necesidad de preocuparse” les dijo “el contraalmirante está desviando la atención de la flota
de nosotros. Podemos huir si únicamente usamos el viento solar de forma relajada y evitamos el uso
del radar y cosas así”

Con esa decisión distraída, el joven subteniente convirtió a su comandante de flota en una
distracción. Y su predicción fue acertada. El contraalmirante y los otros fueron detectados por la flota
imperial, que había estado afilando sus garras en anticipación de una jugada como esa. Tras estas
corriendo de acá para allá como animales cazados, las naves de la alianza alzaron una bandera blanca
y fueron hechas cautivas.

Mientras tanto el convoy de naves liderado por Yang dejó el sistema El Fácil y fueron en línea recta
para un territorio de retaguardia. Fueron detectados por el Imperio, pero gracias a la noción
preconcebida de que unas naves de evacuación estarían equipadas con sistemas de antidetección que
aparecerían en el radar, las naves fueron consideradas como un largo hervidero de meteoritos y
asteroides, y no objetos hechos por el hombre; por lo tanto, se escaparon justo en las narices del
enemigo.

Más tarde cuando los oficiales de la flota imperial supieron de esto, las copas de vino que habían sido
alzadas para bridar por su victoria se estrellaron contra el suelo. Yang llegó al nuevo territorio con tres
millones de civiles y los aplausos de bienvenida le esperaban.

Como una lluvia de meteoros, las palabras de alabanza a la compostura y atrevimiento de Yang
llovieron desde los altos jefes de los militares. No tenían elección. Después de todo la Flota de la
Alianza había perdido esa batalla, huido del enemigo y abandonado a los mismos civiles que se
supone debían proteger. Para borrar tal desgracia y deshonor, los líderes de la alianza necesitaban un
héroe. Así comenzaron las proclamas: Yang Wen-li: “¡Modelo para los hombres luchadores de la
Alianza!” ,”¡Un guerrero que brilla con la luz de la justicia y la humanidad”!. “¡Que todos los soldados
de la alianza alaben a este joven héroe!”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 38


El 12 de junio de ese año, a las 9 (hora estándar) Yang fue ascendido a teniente. Más tarde en el
mismo día, a la 13, fue convertido en teniente comandante. Las normas militares decían que dobles
promociones no eran permitidas para oficiales vivos, pero este tratamiento inusual fue arreglado por
los aquellos en los escalones más altos de la jerarquía.

Yang mismo no estaba tan emocionado con ello que la gente que le rodeaba. Encogiendo sus
hombros, solo murmuraba. “¿Qué en el mundo es todo esto? Y eso era todo. Lo único que le hacía
feliz sobre todo ello era la subida de salario que acompañaba a los ascensos, lo que significaba que
podía llenar su biblioteca con todos los libros de historia que había querido siempre.

Sin embargo, esta fue la vez en la que Yang sintió por primera vez un interés real en la estrategia
militar. Básicamente la naturaleza fundamental del combate no ha cambiado en lo más mínimo en los
últimos tres o cuatro mil años, pensó yang, comparando sus experiencias con su conocimiento de
historia militar. Antes de ir al campo de batalla lo que cuenta es el aprovisionamiento. Y una vez allí,
es la calidad de los comandantes. La victoria o la derrota depende de estas dos cosas.

Había muchos proverbios antiguos que enfatizaban la importancia de los comandantes “un general
audaz no tiene soldados cobardes” por ejemplo, o “cien ovejas lideradas por un león triunfaran sobre
un centenar de leones liderados por una oveja”

El joven teniente comandante de 21 años sabía mejor que nadie la razón de su éxito. Era porque los
militares imperiales – y de la alianza también- tenían fe ciega en la tecnología y los instrumentos, y el
resultado de ello eran nociones preconcebidas como “si aparece en el radar no debe ser una nave
enemiga”

Nada era más peligroso que la sabiduría osificada. Y cuando pensaba sobre ello, ¿No era también la
razón por la que había sido capaz de vencer a Wideborn en el simulador entonces? Había sido capaz
de sorprender a un oponente que se había aferrado a la idea de un asalto frontal decisivo.

Conocer la psicología de su enemigo. Era el punto más importante de la estrategia militar. Y después
de ese, el reaprovisionamiento en el campo de batalla es absolutamente esencial para hacer buen uso
de tus recursos. Llevado a extremos no necesitas ni atacar la fuerza enemiga para nada- era suficiente
cortar sus líneas de suministro. Si el enemigo no podría luchar, no tendrían más opción que retirarse.

El padre de Yang había enfatizado el valor del dinero en cada aspecto de su vida. SI tratabas a todos
los militares como un solo individuo, el dinero estaría en la línea de suministros. Cuando pensaba
acerca de ello de esa forma, las palabras de su padre resultaban ser muy valiosas después de todo.

Tras esto, casi cada vez que Yang participaba en operaciones de combate, conseguiría un logro
inesperado de alguna clase. Y con esos logros vinieron las promociones a comandante, después
capitán y a la edad de veintinueve. Comodoro. Wideborn, su viejo compañero de clase era
contraalmirante, pero porque como un capitán se había aferrado a su estrategia ortodoxa, realizado
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 39
un ataque frontal y así…. Había terminado recibiendo una promoción doble especial de forma
póstuma.

Y ahora Yang Wen-Li estaba en la región estelar Astarte. De pronto un alboroto estalló en el puente. Y
no uno agradable. Había sido causado por un mensaje recibido por una nave de vigilancia.

“La flota imperial no está en el área predicha. Están acelerando rápido e interceptaran a la cuarta
flota.”

“¿Qué?” Grito Paetta. Su voz era estridente y teñida de histeria. “¡Es una locura…! ¡No lo harían!”

Yang se acercó a su consola y recogió el documento que yacía allí casi avergonzado. Un documento de
papel. Cuatro mil años desde su invención por los antiguos chinos, pero a la humanidad todavía no se
le había ocurrido un mejor soporte sobre el que escribir. El documento era el plan operacional que
había enviado antes. Hojeó entre las páginas. Líneas de texto escritas en las letras impersonales de su
procesador de texto saltaron a él.
...Si el enemigo desea tomar acción agresiva, podrían ver estar circunstancias no como una amenaza de acción
envolvente, sino como una oportunidad única de atacar nuestras fuerzas divididas y destruirlas de forma
individual. Si esto pasara, el enemigo iniciaría la ofensiva contra la cuarta flota, que está posicionada
directamente frente a ellos. Numéricamente es la más pequeña y por tanto la más fácil de atacar y derrotar.
Además, tras derrotar la cuarta flota, el enemigo podría atacar a su discreción a la segunda o sexta flota. Una
forma de resistir a esta estrategia sería: Tras encontrarles y entablar combate, la cuarta flota debería devolver
una tibia resistencia por un tiempo y comenzar una lenta retirada. Mientras el enemigo les persigue, la segunda
y sexta flota les atacan por detrás. Cuando el enemigo trate de virar, la segunda y sexta flotas devuelven una
ligera resistencia mientras se retiran y esta vez la cuarta flota ataca por detrás. Repetir hasta la extenuación del
enemigo. Entonces rodear y destruir. Esta estrategia tiene una alta probabilidad de éxito, pero prestar gran
atención a la concentración de fuerzas, comunicación y flexibilidad en avance y retirada puesto que son
aspectos esenciales.

Yang cerro el fichero y echó un vistazo al gran monitor. Cientos de millones de estrellas le devolvían la
mirada, fríamente. El joven comodoro casi había empezado a silbar, pero se paró y empezó a trabajar
ocupadamente en su consola.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 40


Capítulo 2: La batalla de Astarté
I
El vicealmirante Pastolle, comandante de la cuarta flota de la alianza se desconcertó cuando escuchó
el informe: “Naves de guerra imperiales acercándose rápidamente”

La totalidad de la pantalla principal del puente de mando de la nave insignia de la flota, el Leónidas
estaba cubierto de puntos de luz a medida que se formaban, su luminosidad aumentaba por
momentos a medida que aumentaban cada vez más. Era una vista llena de amenaza- los corazones de
todos los que la veían se aceleraron y sus bocas se secaron.

El vicealmirante se sentó recto en su silla de mando. “Qué pasa aquí?! Gruñó en voz baja “¿Que creen
los imperiales que están haciendo? ¿Por qué ellos…?”

Algunos de los presentes, aunque eran unos pocos, pensaban que eran unas preguntas ridículas. La
fuerza imperial pretendía traer su poder al completo y ejercerlo sobre la cuarta flota. Eso mismo
debería hacer sido obvio. Pero el liderazgo de la alianza nunca hubiera imaginado tan atrevido asalto,
ejecutado por un enemigo acorralado por tres lados.

Atrapados en una formación cerrada y enfrentados a un enemigo más numeroso, la fuerza imperial se
rendiría a sus instintos defensivos (o así habían razonado) contrayendo sus líneas de batalla y
concentrando su fuerza en una formación compacta. Contra esto las fuerzas de la alianza podrían
llegar desde tres lados a una velocidad uniforme, rodeándolos como una red finamente hilada, para
concentrar su fuego y lentamente – pero con toda seguridad- destrozar su capacidad de resistir.

Así era como se había luchado en la aniquilación de Dango, 156 años atrás, se cantaban alabanzas aun
en ese día a los dos grandes generales que entonces habían emergido victoriosos. Este enemigo, sin
embargo, no había actuado para nada de acuerdo a los cálculos de la alianza.

“¿Qué demonios es esto? ¿Ha estudiado acaso su comandante tácticas? ¿Por qué lucharía así en una
batalla?”

Necias palabras seguían emanando de la boca del vicealmirante. Se levanto de su silla de mando y se
limpió el sudor de las cejas con el dorso de la mano. Se mantenía en todo momento una temperatura
constante de 16.5 grados en toda la nave, no debería haber empezado a sudar.

“comandante ¿qué hacemos?”

La voz del oficial del puente que le llamaba era chillona y carecía de compostura. Ese tono chirrió en
los nervios del vicealmirante. ¿No habían sido sus oficiales los insistentes en que el avance triple era
una táctica invencible? El único problema era que hacer los planes de resguardo en caso de
contingencia también era su responsabilidad. ¿Que querían decir con ese ¿qué hacemos? Y, aun así,
ese no era ni el momento ni el lugar para perder la compostura.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 41
La flota de naves imperiales era de 20000 naves mientras que la cuarta flota de la alianza era
solamente de 12000. Los planes de la alianza habían descarrilado por completo. Se supone que
debían rodear al enemigo con tres flotas. Pero ahora la cuarta flota iba a tener que luchar sola contra
una fuerza aplastantemente mayor.

“Mensajes de emergencia a la segunda y sexta flotas: “Contacto enemigo en el sector α7.4, β3.9, γ
menos 0.6, solicitando apoyo inmediato.”

El vicealmirante dio la orden, pero el teniente comandante Nann, jefe de comunicaciones de la nave
insignia Leónidas, respondió con acciones desesperadas y una expresión acorde. Las señales de
saturación de la flota imperial devoraban la red de comunicaciones de la flota de la alianza. Flotando
en el vacío espacial, decenas de miles de boyas electromagnéticas de saturación, desplegadas a las
órdenes de Reinhard estaban en funcionamiento.

“¡En ese caso, enviad mensajeros!¡Dos de cada para cada flota!” Mientras gritaba estas palabras, un
fogonazo de luz proveniente de la pantalla del puente tiñó de blanco por un instante la cara del
vicealmirante. El ataque enemigo había comenzado, sus cañones de rayos de neutrones disparaban
descargas sincronizadas. Su vasta energía y los estallidos de luz que los acompañaban eran tales que
parecía que la retina de los ojos de los soldados pudiera quedar completamente chamuscada.

Destellos de chispeante y colorida brillantez – Las chispas que volaban en esos instantes cuando los
rayos enemigos chocaban contra los campos de neutralización de energía- erupcionaban en toda la
flota de la alianza. Las partículas a baja energía colisionaban a velocidades increíbles, aniquilándose
mutuamente en un fenómeno canibalístico.

El vicealmirante gritó, agitando los brazos salvajemente. “Formación de vanguardia, ¡devuelvan el


fuego!¡Todas las naves, prepárense para una guerra total”

La orden del vicealmirante Pastolle no había sido interceptada, pero en el puente de la nave insignia
de la flota imperial, la Brünhilde; Murmullos de desprecio bailaban en los ojos color azul gélido de
Reinhard, que sin decir a nadie pensaba “Tus respuestas son lentas, tonto incompetente”

“¡Lanzad los cazas!¡Nos disponemos a operar en combate cercano!” Ordenó el contralmirante


Fahrenheit. Una afilada vitalidad brillaba en su cara y resonaba en su voz, nacida de la exaltación de
la batalla; haciendo pareja con una confianza que venía de haber tomado la iniciativa. ¡Incluso si el
“mocoso rubio” termina consiguiendo el mérito de esta batalla, lo importante es ganar!”

Las naves de un solo pasajero y alas cruzadas clase caza, conocidas como Valquirias, fueron lanzadas
desde sus hangares, una tras otra. En el instante en que se alejaron de los canales de lanzamiento,
gracias al impulso; ya alcanzaban una gran velocidad sin necesidad de necesitar catapulta o pasarela.
Las valkirias eran naves pequeñas, así que su poder ofensivo no era tan grande, pero su
maniobrabilidad era excelente y eran extremadamente efectivos en un combate aéreo.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 42
La alianza también tenía cazas uniasiento, parecidos a las valkirias; conocidos como espartanos. Había
fogonazos provenientes de reactores de fusión explotando en cada esquina, y remolinos de energía
desatada agitaban las naves de ambos bandos en olas crecientes. Nuevos subgrupos de rayos de
energía azotaban todo el campo de batalla, y las valkirias se alzaban esquivando entre ellos como
ángeles de la muerte cubiertos de plata brillante.

Los espartanos de la alianza no igualaban a las valkirias en habilidad de combate, pero una terrible
desventaja dominó más allá de sus ojivas, y encontraron rayos que los esperaban en el momento en
que salieron de sus hangares, con el objetivo de destruir a ambos, luchador y piloto.

Una hora después de que la batalla iniciara, la vanguardia de la cuarta flota había sido destruida casi
por completo por la devastadora arremetida del escuadrón imperial bajo las órdenes de Fahrenheit.
De las 2600 naves que componían la vanguardia, ni un 20% todavía participaba en combate. Algunas
naves habían sido vaporizadas por las explosiones de los reactores de fusión, mientras que otras
habían evitado explotar, pero habían resultado severamente dañadas como para continuar con la
lucha, y otras habían editado solamente tenían un ligero daño estructural, pero vagaban inútilmente
por el espacio debido a la muerte de casi toda su tripulación. En esa terrible condición, el colapso de
la línea frontal no parecía lejos.

En el caso del acorazado Néstor, el daño se había limitado a un único punto en la parte baja de la
nave, pero el misil de neutrones que había penetrado había explotado en el interior, desatando una
gran ola de intensas partículas mortales que habían barrido a través de toda la nave, convirtiendo al
Néstor en un instante en un ataúd para 660 soldados y oficiales.

Por esa razón, un vacío Néstor seguía siguiendo las ultimas introducciones introducidas en el
navegador astronómico del puente, y mientras se precipitaba mediante los raíles invisibles de la
inercia, rozó la nave de la Lemnos. Los cañones frontales de la Lemnos desataban una lluvia de fuego
dirigido a una nave enemiga, que fueron interceptados por la Néstor en rango cercano. El impacto
produjo un instante después una explosión muda. La energía del reactor de fusión de la Néstor al
explotar rasgó a través del campo de neutralización y golpeó a la Lemnos de frente.

Hubo dos flashes de luz blanca, uno siguiendo al otro, como gemelos al nacer, y al desvanecerse ni
siquiera quedaba un fragmento de material inorgánico. La tripulación del Lemnos había destruido una
nave aliada y recibida muerte como recompensa.

“¿Que estáis haciendo?”

Ese grito era del vicealmirante Pastolle.

Pero el que murmuraba con desdén, “¿Que estáis haciendo?” era el contralmirante Fahrenheit.
Ambos habían estado contemplando la misma escena a través de las pantallas de sus respectivas
naves insignia. En las palabras de uno había un grito de pánico y desesperación mientras que las
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 43
palabras del otro se burlaban, con toda la confianza que viene de un cómodo margen. La diferencia en
esas dos voces era al mismo tiempo la diferencia entre las circunstancias de sus respectivas fuerzas.

II
En ese momento, la segunda y la sexta flotas de la alianza se tambaleaban del shock, tras haberse
enterado de ese súbito cambio de circunstancias. Incluso así, no habían decidido cambiar el plan de
batalla original y seguían avanzando al campo de batalla a la misma velocidad que antes.

El vicealmirante Paetta, comandante de la segunda flota, estaba sentado en la silla de mando de su


nave insignia, El Patroklos, sacudiendo una rodilla fuera de la línea de visión de la tripulación del
puente. La irritación y la impaciencia continuaban golpeando sin parar. El estado psicológico del
comandante de flota se reflejaba en sus subordinados y el aire del puente parecía estar cargado de
electricidad.

Entre todos ellos, el vicealmirante se percató de un hombre y solo un hombre que no parecía
especialmente alterado. Tras la más leve de las vacilaciones, gritó su nombre: “¡Comodoro Yang!”

“¿Señor?”

“¿Cómo le parecen las cosas ahora? Deme su opinión, por favor”

Tras haberse levantado de su silla, Yang se quitó la boina de la cabeza y se rascó a través de su cabello
negro con una mano. “El enemigo esta probablemente tratando de destruir nuestras fuerzas
individualmente antes de que podamos agruparnos. Y como la cuarta flota es la más pequeña
numéricamente hablando, es natural que ellos traten de deshacerse de ella primero. Es su obligación
decidir qué objetivo es el más urgente, pero claramente ellos están aprovechando la iniciativa”

“¿Piensa que la cuarta flota puede resistir?”

“Ambas fuerzas han tenido un choque frontal, lo que significa que la ventaja es para el lado con
mayores números y además con el que ejecuta el golpe inicial”

La expresión y el tono de voz de Yang parecían de pura indiferencia. Mientras el vicealmirante Paetta
le observaba, seguía abriendo su puño y cerrándolo con firmeza como tratando de exorcizar ese
enojo que le producía.

“En cualquier caso, tenemos que ir al campo de batalla lo antes posible y reforzar a la cuarta flota, con
algo de suerte deberíamos ser capaces de atacar al enemigo desde la retaguardia. Si lo hacemos
podríamos cambiar las tornas de una sola vez.”

“Probablemente no funcionara, señor”

Yang sonaba igual de despreocupado que siempre, lo que casi hizo que Paetta ignorase sus palabras.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 44


El vicealmirante había empezado a girar su cabeza hacia la pantalla, pero se paró y miro al joven
oficial. “¿Que le hace decir eso?

“La lucha habrá acabado para cuando lleguemos allí. El enemigo dejará el lugar de la batalla y antes
de que la segunda y la sexta flota puedan reagruparse, trazarán un círculo alrededor de una o la otra y
lanzarán un ataque ahí. Como la sexta flota es la más pequeña de las dos, es casi seguro que será en
la que se centraran a continuación. El imperio ha tomado la iniciativa y ahora mismo todavía la tienen.
No creo que necesitemos hacer más lo que ellos esperan. “

“Entonces, ¿Qué propone?”

“Un cambio de tácticas. En lugar de reagruparnos con la sexta flota en ese sector del espacio,
reagrupémonos con ellos ahora sin un momento que perder y preparemos una batalla en ese sector.
Al combinar nuestras flotas seremos 28000 y podríamos desafiarles con unas probabilidades mejores
que un 50/50”

“...Lo que significa es que quiere que mire hacia el otro lado mientras la cuarta flota es masacrada?”

En la voz del vicealmirante había una nota de reproche deliberado, es una cosa muy fría que decir,
Pensaba.

“Incluso si nos vamos ya, no llevaríamos a tiempo”

El tono de Yang era brusco, supiera lo que pensaba su superior o no.

“Pero no puedo abandonar allí a un aliado”

Ante las palabras del vicealmirante, Yang se encogió de hombros ligeramente. “Entonces su táctica de
atacar a cada flota por separado convertirá a las tres flotas en presa fácil”

“No necesariamente. La cuarta no caerá sin dar una buena lucha. Si pueden seguir resistiendo...”

“Le acabo de decir que era inútil, pero...”

“Comodoro Yang, La realidad es más que solo frío calculo. El comandante enemigo es el Conde
Lohengramm. Es joven e inexperto. Pero el vicealmirante Pastolle es un guerrero experimentado
forjado en batallas incontables. Comparado con eso…”

“Comandante, puede tener poca experiencia como dice, pero su plan táctico...”

“Suficiente, comodoro” Le cortó el vicealmirante, incomodo. No podía refrenar su disgusto por el


joven oficial que simplemente no le daría la respuesta que quería. El vicealmirante señaló a Yang que
se volviera a sentar, y dirigir su vista a la pantalla.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 45


III
Había pasado cuatro horas desde el inicio de la batalla. En este punto, la cuarta flota de la alianza,
apenas podría llamarse así. No había ninguna formación de batalla ordenada y bien organizada.
Tampoco cadena de mando. Nada más que unos dispersos focos de resistencia desesperada: unas
escasas naves aisladas en cada esquina que libraban una batalla perdida.

La nave insignia Leónidas, era un trozo de chatarra colosal que flotaba en el vacío del espacio. Dentro
no quedaba nada con vida. El cuerpo del comandante Pastolle había ido a parar al espacio por la
diferencia de presión causada por la apertura en el casco del puente de una ráfaga de fuego enemigo
concentrado. En que condición estaría su cuerpo y donde flotaba a la deriva, nadie lo sabía.

Mientras tanto, Reinhard sabía en ese momento que había asegurado una victoria completa. El
informe vino de Merkatz por la pantalla de comunicaciones.

“La resistencia organizada ha terminado. A partir de este punto, vamos a proceder a acabar con los
rezagados, pero...”

“Eso no es necesario”

“¿Señor?” Los estrechos ojos de Merkatz se estrecharon todavía más.

“La batalla solo está acabada en un tercio del total. Deje a los supervivientes, debemos guardar
nuestra fuerza para la siguiente batalla. Pronto recibirá instrucciones. Hasta entonces, reorganice
nuestras formaciones”

“Como desee, su excelencia”

Con una solemne inclinación de cabeza, La imagen de Merkatz se desvaneció de la pantalla de


comunicaciones.

Reinhard miró a su pelirrojo jefe adjunto.

“Hasta él ha cambiado un poco su actitud”

“Si, debe tener poca elección al respecto”

El primer round ha sido una gran victoria, Pensó Kircheis. Incluso el Almirantazgo tendrá que admitir
que el plan táctico de Reinhard ha funcionado bien. Los soldados se sentirán confiados y el enemigo se
paralizará al ver su formación imbatible destrozada.

“¿A que flota piensas que deberíamos atacar ahora, Kircheis? ¿La flota de estribor o de babor?”

“Es posible rodearlas y ponernos en la popa de cualquiera de las dos, pero seguramente ya has
decidido ¿no?”

“Mas o menos”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 46
“Su sexta flota, posicionada a estribor, debe tener la menor fuerza, ¿correcto?”

“Exactamente” Una sonrisa satisfecha apareció en los labios del joven comandante rubio.

“El enemigo podría estar esperándolo. Es la única preocupación leve que tengo, pero...”

Reinhard negó con la cabeza. “No hay peligro de eso. Si se dan cuenta de lo que hacemos, no seguirán
con un plan de batalla que use fuerzas divididas. Trataran de reagruparse tan pronto como puedan.
Después de todo, juntos todavía nos superan ampliamente en número. Que no lo hayan hecho es
prueba de que no comprenden la intención de nuestra flota. Nos moveremos a la retaguardia de la
sexta flota y les atacaremos. ¿Cuántas horas necesitaremos?”

“Menos de cuatro”

“Mírate, ya lo habías averiguado” Dijo Reinhard sonriendo de nuevo. Cuando sonrió, su cara era como
la de un niño. Pero lo que borró la sonrisa de su rostro en un latido era el darse cuenta de que parios
pares de ojos los miraban con atención. Reinhard no enseñaría esa sonrisa a nadie más que a Kircheis.

“Comunícaselo a toda la flota. Cambiad gradualmente nuestro rumbo en el sentido de las agujas del
reloj mientras avanzamos a atacad la sexta flota del enemigo por su flanco popa-estribor”

“Como desee” Contesto Kircheis, pero miraba a su rubio oficial superior como si tuviera algo que
decir.

Reinhard unió sus cejas en un gesto de sospecha y le devolvió la mirada “¿Alguna objeción?”

“No era eso. Me preguntaba si podríamos dejar que los soldados tuvieran un descanso, ya que
tenemos algo de tiempo libre”

“Oh, por supuesto. No me había dado cuenta”

Reinhard emitió la orden para que los soldados recibieran un descanso de hora y media, que se
tomaran a lo largo de dos turnos. Durante ese tiempo, comerían y descansarían en las camas-tanque.
Una cama tanque era en esencia un gran acuario hecho de plástico ligero y lleno de 30 centímetros
de un agua fuertemente salina, mantenida a 32 grados constantes. Quien flotara en su interior
disfrutaría de una perfecta paz y tranquilidad, aislados de todo color, luz, temperatura, sonido y
cualquier estímulo externo. Dormir una hora en un tanque, tenía el mismo efecto para la mente y el
cuerpo que ocho horas en una cama. No había nada igual para restablecer soldados desfallecidos en
cuerpo y espíritu por las durezas del combate

En las pequeñas escuadras en los que no había suficientes camas tanque (o no había) a veces se
usaban estimulantes, pero a menudo no solo eran peligrosos para el cuerpo, sino que tenían un
efecto negativo en la misma organización militar. Los soldados caídos en la drogadicción no tenían

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 47


ningún valor como recurso humano, así que de forma acorde, esta medida solo era tomada en la peor
de las circunstancias.

Los heridos también estaban siendo tratados. Era ampliamente conocido desde los últimos años del
siglo 20 dc, que los electrones podían estimular las células, aumentando la capacidad natural de
sanación de un paciente a grandes saltos. Añade a eso el desarrollo de la tecnología cibernética…esa
era una era en la que el 90% de los soldados heridos que veían a un médico militar podían salvarse.
Aunque por supuesto podría ser posible que fueran llevados a un estado en que la muerte fuese vista
como algo mejor...

En cualquier caso, las tripulaciones de la marina imperial fueron visitadas por un periodo temporal de
paz y tranquilidad. Un alegre bullicio se arremolinaba en torno a los comedores de cada nave. Pese a
que el alcohol estaba prohibido, los soldados estaban en un estado de embriaguez producto de la
batalla en el que la comida sabía mejor de lo que de hecho era. “Incluso nuestro joven comandante es
bastante bueno ¿no crees?” susurraban algunos aquí y allá. “Pensaba que estaba aquí como un
adorno, sin nada más que su buen aspecto. Pero realmente es un buen táctico. Quizás el mejor desde
los viejos días del Almirante Wood...”

La pregunta del porque y el para quien, ellos y sus inadvertidos, desconocidos enemigos se mataban
uno al otro no se escuchaba entre los soldados esa vez. Simple y honestamente se alegraban de
sobrevivir y se su victoria. Pero a las pocas horas, una porción de supervivientes se uniría a los rangos
de los recién caídos.

IV
“Señas de una nave identificadas a las 4:30, identificación imposible”

Cuando el informe, emitido por un destructor de la retaguardia, fue recibido; el vicealmirante Moore
(Comandante de la sexta flota de la alianza) estaba en medio de un almuerzo con sus oficiales.
Sosteniendo el cuchillo sobre su filete de gluten, el vicealmirante le puso mala cara al oficial que había
entregado el mensaje. Sujeto en su lugar por una mirada más afilada que el cuchillo, el oficial se
sentía aterrado. El vicealmirante Moore era ampliamente conocido por ser un hombre justo pero
brusco.

“¿A las 4:30, dice?”

La voz del vicealmirante era igual de afilada que su mirada, en ese momento.

“S-Si, señor. A las 4:30. No sé decir aún si es un contacto amistoso o no”

Pese a sus cáusticos comentarios, Moore interrumpió su almuerzo y se alejó de sus sobresaltados
oficiales. Cuando los miró sus hombros fuertes temblaron mientras se reía.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 48


“¡Mirad esas caras de cervatillos asustados! El enemigo está en la dirección a la que vamos, no
pueden estar justamente en 0430, ¿Pueden?”

El vicealmirante siguió hablando con una voz fuerte. “Vamos con toda celeridad al campo de batalla.
Sin duda la flota está haciendo lo mismo. En ese caso podemos atacar al enemigo por detrás, desde
estribor y babor. Tenemos una muy buena oportunidad de ganar- no, de hecho, definitivamente
ganaremos. Desde la perspectiva de los números y la formación...”

“Pero comandante...”

El hombre interrumpiendo el arranque de elocuencia del vicealmirante era uno de sus oficiales, el
teniente comandate Lapp. Se estaba limpiando un chorretón de grasa de la boca con una servilleta.

“¿Qué?”

“¿Y si el enemigo ha desplazado el campo de batalla? Tal cosa no es completamente incier…”

“¿Quiere abandonar a la cuarta flota?”

“Es difícil de decir, señor, pero los suboficiales están proyectando la posibilidad de que la cuarta flota
ya haya sido derrotada”

Las cejas gruesas del vicealmirante se unieron en un gesto de enfado. "Esa es una proyección audaz y
muy desagradable, ¿no es así, comandante? Toda esa grasa parece haberle dejado la boca demasiado
suelta, como una máquina bien engrasada".
Avergonzado, el Teniente Comandante Lapp guardó su pañuelo.
Para entonces, habían recorrido la circunvalación del interior del barco hasta el puente, cuando
inesperadamente el sistema de control gravitacional se quedó atrás por un momento, y ambos casi
tropezaron. Había sido forzado por un agudo cambio de rumbo, aunque un dispositivo de medición
estaba registrando energía direccional suficiente para destruir el barco justo detrás del casco.
"¡Enemigo atacando el flanco de estribor de popa!"
Los canales de comunicación de la Sexta Flota estallaron en gritos de sorpresa, que fueron
inmediatamente borrados por la estática.
Los oficiales se estremecieron, pues las transmisiones confusas testificaron elocuentemente que el
enemigo estaba muy cerca.
"¡No pierdan la cabeza, gente!"
Las palabras del Vicealmirante Moore estaban medio dirigidas a sí mismo. Sus arrepentimientos lo
abofetearon con fuerza sobre su gruesa papada.
Las naves de vanguardia de la flota no fueron desplegados en la retaguardia. No había forma de que
las viejas naves allí pudiesen soportar un ataque por detrás.
¡La fuerza imperial está detrás de nosotros! ¿Significa eso que la Cuarta Flota fue destruida? ¿O el
imperio había preparado una gran fuerza separada?
"Intercepten y abran fuego".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 49


Cuando la confusión se apoderó de su corazón, el vicealmirante emitió un mínimo de órdenes, que
aún no podían resolver su confusión.

La fuerza imperial, comandada por Merkatz, un experimentado almirante; había asumido una
formación de ataque pulcra y ordenada y había lanzado el ataque a la Sexta Flota de la Armada de la
Alianza. Cañones de rayos de neutrones lanzaban relucientes destellos de muerte contra los campos
de fuerza de baja potencia lanzados por las antiguas naves de la alianza, atravesando los campos y
empalando las naves. A través de su pantalla, Merkatz contempló una escena de bolas de fuego
deslumbrantes, floreciendo y desvaneciéndose en medio de la eterna oscuridad.
Era un espectáculo que se había vuelto familiar para él en los últimos cuarenta años, pero esta vez
sintió algo profundo y poderoso que nunca antes había sentido.
Merkatz ya no veía a Reinhard como una simple rubia muñeca de porcelana. Esa victoria inicial no
había sido casualidad. Fue el resultado adecuado de un cambio audaz en el pensamiento, basado en
una perspicacia aguda y una cuidadosa toma de decisiones. Permitir que las fuerzas de uno sean
atacadas desde tres direcciones, sólo para lanzar ataques separados sobre una fuerza dividida antes
de que pueda cerrar la red.
No había forma de que pudiera haber hecho eso. Sus compañeros de armas de los viejos tiempos
eran los mismos. Esto sólo era posible para un hombre joven, que aún no estaba encadenado por los
convencionalismos.
La era de los viejos soldados como nosotros puede que ya haya pasado. Sin querer, había pensado tal
cosa.
Incluso durante su momento de reflexión, la batalla se hacía más feroz.
La fuerza imperial perforó las filas de la alianza como un taladro, ganando cada vez más terreno tanto
en los intercambios de cañonazos como en los combates cuerpo a cuerpo. Parecía que toda la fuerza
estaba en lo alto, aprovechando al máximo la ventaja que venía con la primera sangre. La fuerza de la
alianza estaba lanzando un contraataque desesperado, pero con los comandantes incapaces de
recuperarse de su confusión, había pocas esperanzas de que se produjera un repunte.
El vicealmirante Moore, de pie, congelado como una escultura de un templo en medio del piso del
puente, gritó: "¡Vengan todas las naves!". Por fin se había decidido. Hasta entonces, sólo había estado
diciendo una y otra vez, como para sí mismo: "¿Qué está pasando?
"¡comandante! Incluso si nos damos la vuelta, no causaremos más que confusión. Creo que
deberíamos avanzar a toda velocidad mientras hacemos un cambio de rumbo en el sentido de las
agujas del reloj hacia el enemigo por detrás".
La sugerencia del teniente comandante Lapp chocó con la robusta estructura del vicealmirante y
rebotó sin sentido.
"En el momento en que golpeamos la parte trasera del enemigo, la mayoría de nuestras naves serían
destruidas. Gira y dispara."
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 50
"Sí, pero-"
"¡Cállate!"
El Vicealmirante Moore dio un grito de enojo que hizo temblar todo su cuerpo, y el comandante de
teniente cerró la boca, entendiendo claramente que su oficial al mando había perdido la cabeza.
Cuando el gigantesco casco de la Pergamum, buque insignia de la Sexta Flota, comenzó a hacerse
realidad, los otros buques que lo seguían hicieron lo mismo. Pero no fue una maniobra fácil de
realizar mientras estaba bajo fuego. El experimentado Merkatz saltó sobre la confusión de su
enemigo de inmediato.
Los cañones de haz de la fuerza imperial golpearon con fuerza con cascadas de rayos resplandecientes
que recorrían el cielo como lluvias de meteoritos. En cada trimestre, los campos de fuerza
neutralizadores de energía se sobrecargaron y colapsaron, y las naves de la alianza fueron destruidas.
Las oleadas de energía que ya se habían visto en el espacio de batalla anterior estaban empezando a
formarse de nuevo en éste, y el Vicealmirante Moore y el Teniente Comandante Lapp por igual tenían
la sensación de que las naves de la alianza solo estaban siendo sacudidas por ellos.

"Múltiples naves pequeñas se acercan rápidamente a Pergamum", gritó un operador. Una de las
pantallas mostraba un gran enjambre de valkirias, y en poco tiempo ocuparon las pantallas de
numerosas consolas. Demostrando ágilmente su maniobrabilidad, llegaron en haces de fuego a
quemarropa.
"Va a ser una pelea de perros. Lanza a los espartanos".
Esta orden también llegó demasiado tarde y les costó mucho. Las valkirias habían estado esperando el
momento en que los espartanos se separaran de sus portadores. Cuando un torrente de rayos
brillantes estalló sin piedad, la nave de combate de la alianza se voló en bolas de fuego, privada
incluso del derecho a morir en batalla.
"¡comandante, mire eso!" Un operador estaba apuntando a una de las pantallas. Un acorazado
imperial se acercaba a ellos. Y detrás de él, y detrás de lo que estaba detrás, uno sobreponiéndose al
otro, se podían ver las sombras de más naves. El puente estaba impregnado de un aire opresivo de
amenaza.
Pergamum estaba ahora rodeada de múltiples anillos de naves.
"Están enviando una señal visual", informó el operador en un susurro.
"Mira si puedes decodificarlo." El Vicealmirante Moore se quedó callado; la orden había venido del
Teniente Comandante Lapp. Incluso su voz era baja y seca.
"Decodificando...'Están completamente rodeados y sin ningún medio de escape. "Ríndase y le
prometo que le trataré con amabilidad". ”
El mensaje decodificado se repitió una vez y luego terminó, e incontables miradas e incontables
silencios se clavaron en el inmenso cuerpo del Vicealmirante Moore. Cada uno de ellos pedía una
decisión del comandante de la flota.
"Ríndete," dice..." La cara del vicealmirante se tornó de color borgoña mientras gruñía su respuesta.
"¡Olvídalo! Puedo ser un fracasado, pero no seré un cobarde".
Veinte segundos después, un destello blanco envolvió la nave insignia.
V
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 51
La acumulación de malestar estaba a punto de alcanzar el punto de saturación.
Una nube de tormenta invisible parecía colgar sobre el puente de la Patroklos, buque insignia de la
Segunda Flota de la Armada de la Alianza. ¿Cuándo se formaría un arco para atacar al enemigo?
Cuando se dieron las órdenes de asumir una formación de batalla de fase uno, toda la tripulación se
estaba cambiando a trajes espaciales. Aun así, el malestar pasaba a través de sus trajes, haciéndoles
sentir la carne de gallina.
"La Cuarta y Sexta Flota han sido aparentemente destruidas."
"Estamos solos aquí afuera. Y ahora la fuerza del enemigo es mayor que la nuestra".
"Quiero información. ¿Qué está pasando? ¿Cuál es la situación actual?"
Hablar fuera de turno estaba prohibido, pero si no decían algo, el malestar sería insoportable. Esto no
estaba en el plan. ¿No iban a atrapar a un enemigo de la mitad de su tamaño en un
movimiento envolvente para aniquilarlos, y entonar después una canción de victoria…?
De repente, la voz de un operador sonó a través del puente desde su micrófono.
"Flota enemiga acercándose."
"De la una o las dos en punto..." Yang murmuró. Aunque sólo se hablaba a sí mismo, el siguiente
informe llegó como una respuesta:
"Rumbo 0110, elevación menos once grados, acercándose a alta velocidad."
Yang no respondió a la tensión que entonces se apoderó del puente del buque insignia Patroklos en
sus garras.
Todo esto fue como él lo había anticipado. La fuerza imperial había golpeado a la Sexta Flota de la
alianza en su flanco de estribor de popa y perforado a fondo para emerger de la proa por su lado de
babor, trazando una curva natural mientras giraba su punta de lanza hacia el último enemigo que le
quedaba, la Segunda Flota. Con la Segunda Flota avanzando en línea recta, sólo siguió que la flota
imperial apareciera desde algún lugar entre la una y las dos de la tarde.
"A sus puestos de combate" ordenó la Vicealmirante Paetta, y Yang pensó: "Eres demasiado lento".
Esperar a que el enemigo viniera a ti y luego contraatacar era la táctica ortodoxa, pero en este caso,
era imposible ignorar el hecho de que los pensamientos de Paetta estaban enclaustrados. Las
medidas que debían adoptarse también requerían un calendario adecuado para su aplicación. Con
maniobras rápidas, no habría sido imposible golpear a la fuerza enemiga por detrás y luego coordinar
con la Sexta Flota para atraparlos en un movimiento de pinza.
En la batalla, era imposible sacrificar a nadie. Sin embargo, al mismo tiempo, el efecto de la victoria se
redujo en proporción inversa a las pérdidas crecientes. Fue al encontrar el punto que hizo
compatibles ambas proposiciones que la táctica como disciplina encontró su razón de ser. En otras
palabras, significaba obtener el máximo efecto por las mínimas pérdidas, o para decirlo con más
frialdad, encontrar la manera más eficiente de asesinar a tus camaradas. Yang se preguntó dudoso si
su comandante lo entendía.
Era demasiado tarde para hacer algo por los que ya habían sido sacrificados. Y desde el principio, esto
no era algo que se podía esconder bajo la alfombra diciendo: "No se podía evitar". Los líderes
militares deberían estar colgando sus cabezas avergonzados por su pobre liderazgo táctico. Pero eso
vendría más tarde, después de todo lo que se dijo y se hizo, en lo que tenían que pensar ahora era en
cómo evitar una reproducción expansiva de su error y en cómo encontrar alguna forma de convertir
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 52
un desastre en una bendición.
Si el arrepentimiento pudiera traer de vuelta a los oficiales y soldados muertos, el latón de los
instrumentos de viento derramaría lágrimas por kilolitro. Pero en última instancia, no estarían
haciendo nada más que tocar elegías, ¿no?
"¡Todos los naves, abran fuego!"
Nadie sabía si esa orden era anterior o posterior. Un destello de luz lo suficientemente fuerte como
para hacer creer a la gente que sus retinas habían sido fritas les robó la visión a todos los que estaban
en el puente.
Con un retraso de medio instante, el cuerpo del Patroklos fue empujado por un explosivo estallido de
energía, luego lanzado y girado en todas direcciones.
Los ruidos de las cosas que caían y los objetos que chocaban se superponían con gritos y gritos de ira.
Ni siquiera Yang pudo evitar caer. Le dieron un duro golpe en la espalda y le sacaron el viento.
Mientras el comunicador de su casco recogía un caótico batiburrillo de ruidos y voces y un fuerte flujo
de aire de los alrededores, Yang enderezó su respiración y cubrió sus ojos ciegos con las palmas de sus
manos protegiéndolos, aunque después del hecho.
¿Y quién necesitaba un apósito por eso? El no poder ajustar la capacidad de fotoflujo de las pantallas
no fue un error fácil de perdonar. Si este tipo de cosas siguieran sucediendo, sería una maravilla que
no perdieran.
"... ¡esto es la torreta de popa! Puente, por favor, responda. ¡Esperando órdenes!"
"- Sala de máquinas. Esta es la sala de máquinas. Puente, responda por favor..."
Por fin Yang abrió los ojos. Una niebla esmeralda colgaba sobre todo su campo de visión.
Se sentó y notó a la persona que estaba a su lado. Un líquido espeso y pegajoso, profundamente
hueco, cubría todo, desde la boca hasta el pecho.
"Comandante", dijo Yang en voz baja, mirando de cerca la cara del vicealmirante. Plantó con firmeza
ambas piernas y se puso en pie.
Una fisura atravesaba ahora una sección del mamparo, y la presión del aire estaba cayendo
rápidamente. Parecía que unos pocos que no habían encendido sus botas magnéticas habían sido
succionados. La abertura, sin embargo, estaba siendo sellada rápidamente por un agente adhesivo
vaporizado soplado contra ella por la pistola de operaciones del sistema de auto-reparación.
Yang miró alrededor del puente. Esto era un desastre; casi nadie seguía de pie. Después de confirmar
que el comunicador de su casco seguía funcionando, Yang empezó a dar instrucciones.
"El comandante Paetta está herido. Que vengan al puente un cirujano militar y los paramédicos, por
favor. Oficiales de operaciones, averigüen el alcance de nuestros daños y comiencen las reparaciones.
Por favor, dense prisa. Torretas de popa, todas las naves ya están en combate, así que no deberían
necesitar instrucciones particulares – hagan sus tareas asignadas. Sala de máquinas: ¿Habéis dicho
algo?"
"Estaba preocupado por las cosas en el puente, señor. No hay daños aquí."
"Bueno, gracias a Dios por eso." Había una nota de sarcasmo en su voz. "El puente está operativo,
como pueden oír. Ahora quiero que te calmes y te concentres en tus deberes".
Echó otro vistazo alrededor del puente.
"¿Hay algún oficial aquí que no esté herido?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 53


Un hombre se adelantó con un paso un poco peligroso. "Estoy bien, Comodoro."
"Tú eres, um..."
"Teniente Comandante Lao, del equipo de oficiales de Estado Mayor." La cara de ojos pequeños y
nariz pequeña que se asomaba por el casco del traje espacial parecía de la misma edad que Yang.
Además, dos astrogadores y un operador levantaron las manos y se pusieron de pie, pero eso fue
todo.
"¿Nadie más?"
Yang abofeteó su casco donde estaba su mejilla. El liderazgo de la Segunda Flota había sido
esencialmente eliminado.
Un cirujano vino corriendo con un equipo de paramédicos. Rápida y eficientemente, revisaron a la
Vicealmirante Paetta y le dijeron a Yang que una costilla rota le había perforado el pulmón cuando su
pecho se estrelló contra la esquina de un panel de control.
"Ha tenido bastante mala suerte", opinó el médico innecesariamente. Por otro lado, no se podía
negar que la suerte de Yang había sido buena.
"Comodoro Yang..." El Vicealmirante Paetta llamó a su joven oficial de Estado Mayor, asediado por
tormentos tanto físicos como mentales. "Tome el mando de la flota..."
"¿Yo, señor?"
"Eres el oficial de más alto rango que sigue de una pieza. Muéstrame... lo que vales como táctico..." El
vicealmirante dejó de hablar repentinamente; había perdido el conocimiento. El médico de la marina
llamó a un coche robot que servía de ambulancia.
"Le tiene en gran estima, ¿verdad?", dijo el teniente Lao, impresionado.
"¿Lo hace? Me pregunto."
El teniente comandante Lao, ignorante de los choques de opinión entre el vicealmirante y Yang, echó
un vistazo dudoso a esa respuesta. Yang se acercó al tablero de comunicaciones y accionó el
interruptor para la comunicación externa. Parecía que las máquinas eran más robustas que la gente.
"Atención, todas las naves. Este es el segundo al mando de la flota, oficial de Estado Mayor Comodoro
Yang Wen-Li."
La voz de Yang corrió por los espacios vacíos, atravesando el vacío.
"El buque insignia Patroklos ha recibido un golpe, y el Vicealmirante Paetta está gravemente herido.
Por orden suya, tomaré el mando de la flota".
Aquí se detuvo por un instante, dando a sus camaradas el tiempo que necesitaban para recuperarse
de la conmoción.
"No os preocupéis. Si seguís mis órdenes, estará bien. Si queréis volver vivos a casa, necesito que
mantengáis la calma y hagáis lo que os pida. En este momento, nuestro bando está perdiendo, pero lo
único que importa es ganar en el último momento".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 54


Vaya, hasta yo estoy hablando muy alto. Yang sonreía irónicamente, pero sólo por dentro; no dejó
que saliera a la superficie. En la posición de comandante, tenías que inflar tu pecho incluso cuando te
apetecía colgar la cabeza.
"No vamos a perder. Todas las naves: concéntrense en destruir sus objetivos uno por uno hasta que
les envíe más instrucciones. Cambio."
Esa transmisión también estaba siendo monitoreada por las fuerzas imperiales. En el puente de la
nave insignia Brünhilde, Reinhard levantó ligeramente sus cejas finamente formadas. "¿No vas a
perder? Si siguen tus órdenes, ¿estarán bien? Parece que las fuerzas rebeldes también tienen gente
que puede decir muchas bravuconadas". Dijo con una mirada semejante a un destello frío, como un
trozo de hielo cobijado en sus ojos. "En este punto, ¿cómo piensa compensar su debilidad? ...Hmm,
no importa. Vamos con "Muéstrame lo que tienes". ¡Kircheis!"
"Señor."
"Reagrupa nuestras filas. Dígales a todas las naves que adopten una formación de aguja. ¿Entiendes
por qué?"
"¿Piensas hacer un avance frontal?"
"Correcto, como esperaba."
A través de Kircheis, la orden de Reinhard fue transmitida a todos las naves de la fuerza imperial.
De no ser por su casco, Yang se habría quitado la boina para rascarse el pelo negro en ese momento.
Cuando había poca diferencia en la fuerza, la táctica más efectiva para el bando atacante era el
avance frontal o el cerco parcial. Había estado adivinando que elegirían al más agresivo de los dos, y
parecía que se las había arreglado para dar en el clavo.
"teniente comandante Lao."
"Sí, comandante en funciones, señor."
"El enemigo está asumiendo una formación de aguja. Van a hacer un avance frontal".
"¡Un avance frontal!"
"Están de buen humor después de eliminar la Cuarta y Sexta Flota. La fuerza imperial probablemente
no pensará en otra cosa".
El teniente comandante Lao miró desesperadamente a Yang mientras le proporcionaba su
comentario. La debilidad de la fuerza de la alianza -de la que la expresión de Lao era representativa-
era el verdadero fruto de las tácticas agresivas del imperio, reflexionó Yang.
"¿Cómo piensas contrarrestarlo?"
"Tengo algo en mente."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 55


"¿Pero ¿cómo nos comunicamos con las otras naves? Existe el peligro de que el enemigo esté
escuchando nuestras transmisiones. Las señales del flash tienen el mismo problema, y los
transbordadores tardarían demasiado".
"No te preocupes, usa múltiples canales y diles a todas las naves que abran los circuitos C4 de sus
computadoras tácticas. Eso será suficiente. Si eso es todo lo que decimos, el enemigo no debería
entenderlo, aunque lo recoja".
"comandante en funciones, señor, ¿significa eso que... ¿Su Excelencia ya había elaborado un plan e
introducido los datos... mucho antes de que esta batalla comenzara?"
"Aunque hubiera preferido que se desperdiciara", dijo Yang. Quizás en su tono de voz había una
pequeña nota de autojustificación. Las miradas heladas habían sido la recompensa estándar para los
profetas de la desgracia, incluso cuando Casandra era reina de Troya.
"No importa, date prisa y transmite mis instrucciones".
"Sí, señor, ahora mismo."
El teniente comandante Lao salió corriendo hacia el asiento del oficial de comunicaciones reocupado.
Con sólo cinco oficiales ilesos, era imposible dirigir el puente, por lo que se convocó a unos diez
hombres de otros departamentos. Los buques de guerra no llevaban exceso de personal, lo que
significaba que los patrulleros estarían escasos de personal en otros lugares. Sin embargo, no se podía
evitar.
Tomándose su tiempo, la fuerza imperial preparó la formación de aguja y luego comenzó su carga. Las
naves de la alianza los recibieron con armas de fuego, pero las naves imperiales no les prestaron
ninguna atención. A medida que la distancia entre los dos bandos se reducía, los rayos en continua
erupción comenzaron a tejer innumerables patrones de barras entrecruzadas.
Comandado por Fahrenheit, el escuadrón de vanguardia del imperio no se ralentizó cuando se
sumergió en las filas de la alianza.
"¡Todas las naves enemigas nos están atacando!"
La voz de la operadora era aguda y aguda.
Yang miró el panel del techo. Un monitor de ángulo obtuso de 270 grados fue insertado allí. Mientras
las naves enemigas aceleraban y cerraban la distancia, parecían estar saltando ferozmente hacia la
garganta de la alianza. Sus movimientos eran dinámicos y precisos. Frente a ello, las fuerzas de la
alianza que los interceptaron no pudieron evitar parecer perezosos y deslucidos.
Bueno, veamos qué pasa.
En la silla de mando, Yang se cruzó de brazos. No estaba tan tranquilo como parecía. En la actualidad,
las acciones del enemigo estaban dentro de los límites de las predicciones de Yang. El problema era lo
que harían sus aliados. Todo estaría bien si siguieran su plan, pero un paso en falso y las cosas se
saldrían de control, y toda la flota se pondría en fuga. ¿Y qué haría entonces?
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 56
Ráscate la cabeza y haz como si estuvieras avergonzado, se dijo Yang, respondiendo a su propia
pregunta. No podía predecirlo todo, ni había un movimiento infaliblemente correcto que pudiera
hacer. No era responsable de cosas que estaban más allá de su poder.

VI
El panel de proyección que formaba el techo estaba cubierto de luces pulsantes. El acorazado
Patroclo estaba ahora en medio de un remolino de rayos de partículas. Las rayos les llegaban de proa
a popa, babor y estribor, hacia arriba y hacia abajo, con un grosor que se asemejaba más a los palos
que a las lanzas.
La propia Patrulla también había abierto fuego, enviando exhalaciones de muerte y destrucción que
golpeaban a sus enemigos. Un inmenso desperdicio de energía humana -o energía material- se
justificaba como el camino hacia la victoria y la supervivencia.
"¡Se acerca el acorazado enemigo! A juzgar por su modelo, probablemente sea la Wallenstein".
La Wallenstein ya había sufrido considerables daños estructurales, al parecer al haber cargado
directamente a través del fuego. Su batería principal medio estropeada apuntó a Patroklos desde el
principio, pero la respuesta de Patroklos, esta vez, llegó rápidamente.
"¡Disparen todos los cañones principales! ¡El objetivo está justo enfrente de nosotros!"
La orden fue dada por el teniente comandante Lao, quien temporalmente se desempeñaba como jefe
de artillería.
Los cañones delanteros de Patroclo escupieron rayos sincronizados de neutrones, dando un golpe
directo a Wallenstein, muerto en su sección media.
Después de un instante de agonía, el gigantesco acorazado de la Armada Imperial voló en pedazos. En
el circuito de comunicaciones del casco de Yang se escucharon gritos de alegría, pero sus notas finales
se transformaron en gritos de horror renovado. La siguiente nave enemiga, Kärnten, se estrelló
altaneramente a través del brillante remolino blanco de la explosión de la fusión, revelando su
majestuosa forma. Yang reconoció de nuevo la dignidad y la grandeza existente en la formación de la
Armada Imperial, así como su fuerte espíritu de lucha.
Estaba claro que su poderosa voluntad de luchar nació de sus abrumadoras victorias. Por un
momento, Yang se sintió cautivado por la idea de que podría estar siendo testigo del momento en
que nació un gran general.
"Algunos generales son llamados 'sabios' y otros 'feroces', pero un comandante que trasciende esas
categorías -que inspira en sus hombres una fe inquebrantable- es alguien a quien yo llamo 'grande'.”
Yang había leído esas palabras en un libro de historia. Reinhard von Lohengramm debe ser todavía
muy joven, pero al menos está en camino de ser "grande". Es una amenaza para las fuerzas de la
alianza y para las viejas estructuras de poder de la Armada Imperial, lo más probable es que también
lo sea”.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 57


Yang cruzó los brazos hacia el otro lado y saboreó la pequeña satisfacción que pudo al pensar que
probablemente estaba sentado justo en medio de la corriente de la historia.
Incluso durante ese intervalo, el estado del campo de batalla cambiaba momento a momento.
Kärnten y Patroklos habían intercambiado fuego, pero en medio de la confusión de la batalla, se
habían separado, sin que ninguno de los dos hubiese dado un golpe mortal.
Yang cambió su mirada hacia el modelo de campo de batalla simulado que la computadora táctica
mostraba en su monitor. Las formas simplificadas mostraban la distribución y condición de ambas
fuerzas.
Ocasionalmente se producían movimientos ondulantes hacia atrás en la flota de la alianza, pero en
general el despliegue mostraba el avance de la fuerza imperial y la retirada de la fuerza de la alianza.
Esos movimientos fueron aumentando gradualmente en velocidad. El imperio avanzó, la alianza
retrocedió. Las diminutas ondas de propagación inversa desaparecieron, y cuanto más se simplificaba
la imagen simulada, más se amplificaba el efecto. A los ojos de casi todo el mundo, el imperio parecía
dispuesto a tomar la victoria de la mano, y la derrota de la alianza por la cola.
"Parece que hemos ganado", murmuró Reinhard.
Mientras tanto, Yang también asintió hacia el teniente comandante Lao.
Parece que va a funcionar", dijo, sin vocalizar su aliviado "¡Gracias al cielo!
Lo que preocupaba a Yang era si las naves de su propio bando seguirían o no sus instrucciones. Tenía
confianza en la operación planeada. En ese momento ya no había forma de ganar. Sin embargo,
todavía era posible terminar esto sin perder. Pero eso sólo podría suceder si las otras naves siguieran
el plan.
Sin duda había comandantes de escuadrón obstinados que despreciaban la idea de obedecer a un
joven e inexperto comandante como Yang, pero ante la ausencia de cualquier otro plan de batalla
efectivo, no había más remedio que aceptar las órdenes de Yang. Pero si el deseo de sobrevivir les
motivaba más que cualquier sentido de lealtad, Yang no tenía la menor objeción.
Una pizca de desconcierto comenzó a aparecer en la cara de Reinhard.
Se levantó de su asiento, puso ambas manos sobre la consola de mando, y miró fijamente a la
pantalla superior. La irritación estaba empezando a hervir por todo su cuerpo. Sus aliados avanzaban,
y sus enemigos retrocedían. Al ser golpeada por el ataque frontal, la flota de la alianza se estaba
dividiendo a la izquierda y a la derecha. Las escenas dibujadas en la pantalla, la simulación que la
computadora táctica estaba reconstruyendo en su monitor, los informes de estado que llegaban de la
vanguardia, todos describían exactamente la misma situación.
Pero aun así, un sonido de truenos lejanos estaba empezando a retumbar débilmente en la parte de
atrás de su mente. Se dio cuenta de un sentimiento enfermizo que le consumía los nervios, del tipo
que se siente justo antes de darse cuenta de que alguien te acaba de jugar una mala pasada.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 58
Puso el puño que había cerrado con la mano izquierda contra la boca, apoyando los dientes
ligeramente sobre la segunda articulación del dedo índice. Y en ese instante, sin razón alguna, intuyó
lo que su enemigo tenía en mente.
"¡No!"
Ese grito bajo, ahogado por los gritos de los operadores, no llegó a oídos de nadie.
"¡Su fuerza se ha dividido a babor y a estribor! "¡Van a pasar por delante de nosotros por los dos
flancos!"
En medio de una conmoción, Reinhard llamó a gritos a su ayudante pelirrojo.
"¡Kircheis! Nos han engañado. El enemigo quiere separarse por ambos flancos y dar la vuelta por
detrás. Están usando nuestro avance frontal contra nosotros. ¡Malditos sean!"
El joven de pelo dorado golpeó con su puño contra la consola de mando.
"¿Qué vamos a hacer? ¿Invertir el curso e interceptar?"
La voz de Kircheis no había perdido nada de su fría entereza. Eso tuvo un efecto calmante en los
nervios de su oficial al mando momentáneamente enfurecido.
"No seas absurdo. ¿Quieres que sea más imbécil de lo que era el comandante de la Cuarta Flota?"
"En ese caso, todo lo que podemos hacer es avanzar."
"Exactamente." Reinhard asintió con la cabeza y dio órdenes a su oficial de comunicaciones. "¡Todas
las naves, a toda máquina! Aferrarse a la parte trasera del enemigo que pasa corriendo por delante de
nosotros. Dobla a la derecha. ¡Y date prisa!"

VII
Treinta minutos más tarde, ambas formaciones se extendieron en forma de anillo. Fue una visión
extraña. La vanguardia de la alianza se enfrascó en un feroz asalto a la cola de la flota imperial,
mientras que la vanguardia imperial estaba atacando una de las colas de la flota bifurcada de la
alianza.
Visto desde lejos, en las profundidades del espacio, podría haber parecido como dos serpientes
brillantes y gigantescas que intentaban tragarse la una a la otra, cada una desde la cola de la otra
hacia arriba.
Mirando el modelo simulado en la pantalla, el teniente comandante Lao dijo admirado en dirección a
Yang: "Nunca he visto una formación de batalla como ésta".
"Me imagino que no.... Es la primera vez para mí, también."
Pero las palabras de Yang sólo eran verdaderas a medias. Cuando la humanidad había vivido sólo en la
superficie de un planeta remanso llamado Tierra, este tipo de formación había aparecido en los
campos de batalla un sinnúmero de veces. Incluso las brillantes tácticas empleadas por el conde von
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 59
Lohengramm tenían precedentes en las guerras terrestres. Desde la antigüedad, para bien o para mal,
los genios militares tomaron inevitablemente el escenario durante las épocas de guerra, volviéndole
la espalda lo que había sido un pensamiento táctico ortodoxo hasta su llegada.
"¡Mira esta miserable excusa para una formación de batalla!"
El grito de enojo resonó en el puente de la Brünhilde. Reinhard suprimió su voz y gruñó.
"¿No significará esto que nos enfrentamos a una batalla de desgaste?"
Se le entregó un informe sobre la muerte de un oficial de alto rango. El Contraalmirante Erlach se
había quedado boquiabierto con la nave en la que había estado. Ignorando la orden de Reinhard de
avanzar a toda velocidad, había estado tratando de dar la vuelta e interceptar la fuerza de la alianza
cuando en medio del turno su nave había recibido un impacto directo de un cañón de rayo de
neutrones.
¡Qué clase de imbécil trata de dar la vuelta a un barco justo delante de los enemigos que le están
pisando los talones! Sólo puede culparse a sí mismo. Pero, aun así, no se puede negar que esto arroja
una ligera sombra sobre la victoria del imperio.
Yang había comprendido desde el momento en que lanzó esta operación que se convertiría en una
batalla de desgaste. El comandante de la flota imperial, el conde von Lohengramm.
tonto. No era probable que continuara una batalla infructuosa que no hacía nada más que aumentar
el derramamiento de sangre y la destrucción. Ese había sido el plan: forzar al enemigo a tomar esa
decisión....
"El enemigo debería empezar a retirarse pronto", le dijo Yang al teniente comandante Lao.
"¿Vamos a perseguirles?"
"... no lo hagamos." El joven comandante agitó la cabeza. "Sigamos su ejemplo, cuando se retiren,
nosotros también. Hemos hecho todo lo que hemos podido hasta ahora, no hay forma de que
podamos seguir luchando".
También se mantenía en esos momentos una conversación en el puente de la Brünhilde.
"Kircheis, ¿tus pensamientos?"
El joven pelirrojo se los transmitió. Era una respuesta reservada pero inequívoca.
"¿Tú también lo crees?"
"Si continuamos luchando, el daño en ambos lados sólo aumentará. Eso no serviría para nada militar".
Reinhard asintió con la cabeza, aunque un poco de insatisfacción se deslizó por sus mejillas juveniles.
Incluso si aceptaba el razonamiento, no estaba satisfecho emocionalmente.
"¿Eso es frustración?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 60


"Nada de eso, aunque quería una victoria más inequívoca. Es una pena, es como dejar los toques
finales de una pintura."
Eso es lo mismo que tú, pensó Kircheis, una media sonrisa inconsciente que se forma alrededor de su
boca.
"Aniquilaron dos de sus flotas atacando a sus fuerzas por separado, incluso cuando estaban rodeadas
en tres bandos por una fuerza dos veces más grande que la nuestra. Y aunque la flota restante dio la
vuelta y nos cubrió las espaldas, aun así, luchaste hasta el punto de paralizarlos. ¿No es suficiente?
Esperar más sería lo que llamamos "sólo un poco codicioso".”
"Lo sé. Y también está la idea de dejar algo para el día siguiente".
Aunque las dos flotas continuaron disparándose la una a la otra, la formación por fin se extendía
gradualmente hacia afuera horizontalmente a medida que las dos fuerzas comenzaban a distanciarse
entre sí. La velocidad del fuego también disminuyó, y la densidad de las energías que se desataban se
diluyó abruptamente.
"Es bastante bueno. Mejor de lo que esperaba." En la voz de Reinhard había una mezcla de irritación y
alabanza. El joven comandante de pelo dorado estaba muy pensativo, y al cabo de unos minutos
llamó a su ayudante.
"¿Cómo se llamaba el comandante de la Segunda Flota, el hombre que se hizo cargo a mitad de
camino?"
"Comodoro Yang Wen-li."
"Así es, Yang. Envíale un mensaje a mi nombre."
Kircheis, sonriendo, preguntó: "¿Qué clase de mensaje debo enviar?"
"Le felicito, comandante, por una batalla valientemente librada.... Le deseo suerte hasta el día de
nuestro próximo encuentro..." Algo por el estilo debería estar bien.
"Como desees."
Kircheis transmitió la orden de Reinhard al oficial de comunicaciones, quien respondió con una ligera
y curiosa inclinación de la cabeza. Kircheis le devolvió una sonrisa agradable. "Como usted, Oficial....
No tengo prisa por volver a luchar contra un oponente tan duro. Es mejor tener victorias fáciles que
encontrarnos con enemigos a los que alabar".
"Por supuesto, señor", contestó el oficial de comunicaciones asintiendo con la cabeza.
Sonaron nuevas órdenes de Reinhard: "Volvemos a Odín. Todas las naves, en formación."
Después de añadir algunas órdenes adicionales - "De camino pasaremos por la Fortaleza Iserlohn... y
calcularemos el daño a amigos y enemigos lo antes posible"- Reinhard bajó la parte trasera de su silla
de mando hasta que estuvo mirando hacia el techo hemisférico casi directamente y cerró los ojos.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 61


Sintió que el cansancio venía burbujeando desde debajo de la superficie de su conciencia. Debería
estar bien dormir un ratito. Sólo un breve descanso. Kircheis me despertaría si algo sucediera. Sólo
tienes que dejar los ajustes para el viaje de vuelta a casa al sistema de astronavegación inercial...

Para el líder de una fuerza derrotada, delegar las operaciones del escuadrón a comandantes de menor
rango y tomar una siesta eran lujos no permitidos. La mayor obligación de Yang era la recuperación de
los que quedaban, por lo que tuvo que correr de espacio de batalla en espacio de batalla en busca de
supervivientes de la Cuarta y Sexta Flota. Como con la mayoría de las cosas, la parte más difícil es
recoger los pedazos cuando termina, pensó Yang mientras se quitaba el casco de su traje espacial y
bebía leche enriquecida con proteínas de un vaso de papel.
"Tiene un mensaje de la flota imperial, Asistente del Estado Mayor, quiero decir, comandante en
funciones, señor..."
La cara del teniente comandante Lao, que había venido a informarle, estaba llena de curiosidad. Esta
batalla no ha sido más que una sorpresa de principio a fin, decía su expresión.
"Léelo por mí."
"Um, de acuerdo. Aquí va: Mis felicitaciones a usted, comandante, por una batalla valientemente
librada... Suerte hasta el día de nuestro próximo encuentro. Alto Almirante Reinhard von
Lohengramm, Marina del Imperio Galáctico. "Cambio.”
“¿Dice que luché valientemente?, me siento muy honrado."
La próxima vez que nos encontremos te haré polvo, así es como Yang tomó el mensaje.
Infantilismo era como probablemente debería llamarlo, pero no despertó ninguna mala voluntad de
su parte.
"¿Qué debo hacer? ¿Debo enviar una respuesta?"
Yang respondió a la pregunta del teniente comandante Lao en un tono poco entusiasta. "Dudo que
realmente esperen algo así. No importa, sólo ignóralo".
"... Sí, señor."
"En vez de eso, apúrense y lleven a los sobrevivientes a bordo. Quiero salvar a todos los que
podamos".
Después de despedirse del teniente comandante Lao, Yang volvió la mirada hacia su consola. La
propuesta de operaciones que había presentado al Vicealmirante Paetta antes del inicio del combate
yacía en el suelo debajo de él. Una amarga sonrisa adornó la boca de Yang. Nunca había esperado que

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 62


se demostrara que tenía razón. ¿Cuán alto subiría el número de muertos? Yang podía imaginar las
caras en el cuartel general militar, con todos los pelos de punta.

Así concluyó la batalla de Astarté.


Por parte del imperio, 2.448.600 efectivos participaron en combate; la alianza desplegó 4.065.900
efectivos. El imperio desplegó más de veinte mil naves, y la alianza más de cuarenta mil. Las muertes
en el lado del imperio fueron más de 153.400; para la alianza ese número excedió los 1.508.900. Más
de 2.200 naves imperiales se perdieron o fueron destruidos, mientras que la alianza perdió más de
22.600. Las pérdidas de la alianza se elevaron a entre diez y once veces las del imperio. La invasión del
imperio al sistema de Astarté, sin embargo, había sido desviada por un estrecho margen.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 63


Capítulo 3: El brillo decadente del Imperio.

I
Más allá de una pared elegantemente curvilínea hecha de cristal especial, una densa profusión de
rocas de forma extraña sobresalía hacia arriba, sin parecer nada más que campanas de templo. El
crepúsculo desplegaba sus alas sin sonido sobre el fondo del cielo, y para aquellos que las miraban, las
partículas de la atmósfera árida parecían haber teñido todo el campo de visión con profundidades
desconectadas de azul.

El hombre que estaba parado inmóvil junto a la pared, con las manos cruzadas detrás de su cintura,
giró solo su cabeza mientras miraba a la parte de atrás de la estancia. Al final de su línea de visión
había una gran consola de color blanco tiza, al lado de la cual había un hombre de mediana edad que
estaba de pie con una postura impecable.
"Así que lo que me estás diciendo, Boltec," el hombre de la pared retumbó solemnemente con una
voz profunda y masculina, "es que el imperio ganó, pero no ganó en exceso."
"Así es, Señor terrateniente. La alianza fue derrotada, pero no resultó en un colapso total de su fuerza
militar".
"Entonces, ¿recuperaron su posición?"
"Recuperaron su posición, se defendieron y hasta lograron sangrar un poco la nariz del imperio. En
general, hizo poca mella en la victoria del imperio, pero como la alianza no se quedó quieta para
recibir los golpes, tampoco... creo que puedo decir que fue un resultado satisfactorio para nosotros,
los de Phezzan. Pero, ¿qué dice usted, Landesherr?"
El hombre de la pared -Adrián Rubinsky, quinto en ostentar el título de landesherr en Phezzan- se dio
la vuelta para mirar hacia el interior de la habitación. Era un hombre de aspecto inusual. Aunque
parecía tener unos cuarenta años, no tenía ni un pelo en la cabeza. Su piel era oscura. Sus cejas, ojos,
nariz y boca eran grandes, y aunque difícilmente podía ser llamado guapo, tenía una mirada que no
podía evitar dejar una impresión vívida y poderosa en los demás. Su cuerpo rebosaba de un espíritu y
una vitalidad abrumadores, y fue bendecido no sólo por su estatura, sino también por sus anchos
hombros y sus robustas costillas.
Cinco años llevaba en el cargo, siendo despreciado por el imperio y la alianza como el "Zorro Negro de
Phezzan", era el gobernante de por vida de este estado comercial intermediario.
"No puedo estar tan satisfecho, Boltec." La ironía de la mirada y del tono con el que el extraño
landesherr respondía a su ayudante de confianza. "Este resultado se produjo por casualidad, no
porque trabajáramos para conseguirlo. No podemos confiar en que la buena suerte siempre esté ahí
en el futuro. Necesitamos intensificar la recopilación y el análisis de datos, y llenar nuestra mano con
más cartas de triunfo para el futuro".
Rubinsky, vestido casualmente con un cuello alto negro y un traje verde claro, no era la imagen del
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 64
gobernante de una nación cuando se acercaba a la consola en un tranquilo paseo.
Las manos de Boltec bailaban a través de la tabla, y en la pantalla central de la consola apareció un
gráfico. "Esta es la distribución de ambos ejércitos, mostrada desde arriba. Eche un vistazo, por
favor." Era exactamente el gráfico que Kircheis le había mostrado a Reinhard tres días antes. Las
fuerzas imperiales eran rojas y las fuerzas de la alianza verdes. Desde proa, babor y estribor, tres
flechas verdes se acercaban a una roja. Si las flechas se cambiaran por puntos, se vería como un solo
punto rojo dentro de un triángulo cuyos vértices fueran verdes.
"En términos de números, el imperio tenía veinte mil, y la alianza cuarenta mil en total.
Numéricamente, la alianza tenía una ventaja abrumadora."
"Lo hicieron también en términos de posicionamiento. Estaban listos para rodear la fuerza imperial
desde tres ángulos diferentes. Excepto que... espera un minuto. ¿No es esto...?" Rubinsky apretó un
grueso dedo contra el costado de su frente. "¿No es esta la misma formación que la alianza usó en la
Aniquilación de Dagón hace más de cien años? Así que eso es todo, querían vivir ese sueño una vez
más, ¿no? Esa gente nunca evoluciona."

“Pese a que desde un punto de vista táctico el plan tenía sentido”

“¡Hah! Sobre el papel, cada plan es perfecto. Pero en una lucha real lo que importa es el oponente. El
comandante de la flota imperial…era ese “mocoso rubio” del que he estado oyendo, ¿verdad?”

“Sí, señor. El conde Lohengramm”

Rubinsky dejó salir de su boca, una risa engreída. Hace cinco años, cuando su predecesor Walenkov
murió repentinamente, y Rubinsky, entonces de 36 años, tomó las riendas del poder por primera vez,
la oposición apoyó a un candidato experimentado de unos cincuenta años de edad, haciendo un
escándalo sobre cómo un hombre de treinta y tantos era demasiado joven para ser jefe de Estado. Y
ahora aquí estaba el conde von Lohengramm, dieciséis años más joven de lo que había sido en ese
momento. Para los soldados viejos que no podían hacer otra cosa que hablar de precedentes y
costumbres, parecía que había comenzado una edad muy desagradable.

"¿Puede adivinar el landesherr cómo el conde Lohengramm salió de esta trampa?"

Algo en el tono de Boltec decía que estaba disfrutando.

El terrateniente ojeó a su ayudante y observó fijamente el monitor. Entonces, como si fuera la cosa
más sencilla del mundo, expuso su razonamiento: “Se aprovechó de sus fuerzas divididas y se encargó
de ellos uno a uno. Es la única forma”

El ayudante del terrateniente miró al objeto de su fidelidad política, como si le hubieran dado una
bofetada en la cara. "Fue justo como dice. Su perspicacia me sorprende, señor."

Rubinsky, con una sonrisa relajada, incluso descarada, aceptó el cumplido.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 65


"A menudo hay situaciones en las que los profesionales no pueden seguir el ritmo de los aficionados.
Ven más las desventajas que las ventajas, y más los peligros que las oportunidades. Un especialista
examinará esta formación y pensará que la derrota es inevitable para la fuerza imperial rodeada. Pero
la red aún no se ha cerrado, y se puede ver cómo son vulnerables las fuerzas dispersas de la alianza".

"Es como dice, señor."

"En resumen, lo que sucedió es que la alianza subestimó la capacidad de Reinhard von Lohengramm
como comandante. No es que pueda decir que realmente los culpe. De todos modos, ¿puedes darme
un resumen detallado de cómo se desarrollaron las cosas?"

La imagen en la pantalla, obedeciendo las órdenes de Boltec, cobró vida y comenzó a cambiar. La
flecha roja se giró hacia una de las flechas verdes e hizo una línea recta a gran velocidad, luego,
después de aplastarla, se giró hacia otra flecha verde y la destruyó a su vez. El landesherr entrecerró
los ojos y observó atentamente cómo se giraba una vez más para enfrentarse a la tercera flecha
verde. Ordenó a Boltec que se detuviera y, aun mirando la pantalla, suspiró.

"Dos golpes rápidos muy bien ejecutados. Una estrategia activa y dinámica. Y una ejecución
espléndida, pero..." Se calló e inclinó la cabeza. "Pero si las cosas llegaran a este punto, el imperio
debería haber tenido una victoria casi perfecta. Volver al juego después de que las cosas hubieran
llegado tan lejos no sería fácil para la alianza. La clara consecuencia de esto es que la fuerza de la
alianza se está desmoronando completamente y está siendo puesta a volar. ¿Quién estaba al mando
de la formación de la tercera flota de la alianza?"

"El Vicealmirante Paetta, al principio. Pero después de que la batalla comenzó, fue gravemente herido
cuando su buque insignia recibió un golpe. Después, el Comodoro Yang Wen-li, un oficial de Estado
Mayor que era el siguiente en la fila, tomó su lugar".

"¿Yang Wen-li? He oído ese nombre en alguna parte..."

"Estuvo a cargo de la evacuación de El Facil hace ocho años."

"Ah, sí, ese tipo", reconoció Rubinsky. "Recuerdo haber pensado en ese momento que la alianza
también tenía un hombre muy interesante en sus filas. Entonces, ¿cómo movió sus fuerzas el héroe
de El Facil?"

En respuesta, el ayudante de Rubinsky manipuló la exhibición para mostrar a su superior la etapa final
de la Batalla de Astarté.

La flecha verde dividida a la derecha y a la izquierda. Como si tratara de adelantarse a eso, la flecha
roja cargó hacia delante, intentando un avance frontal. La flecha verde, que parecía partida por la
mitad, corrió hacia atrás a lo largo de ambos lados de la flecha roja, se unió detrás de ella y lanzó un
ataque desde su parte trasera.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 66
Rubinsky hizo un tono bajo en la parte de atrás de su garganta. No esperaba ver a un comandante de
la alianza usando tácticas tan refinadas. Además, el hecho de que pudiera comprender la situación y
manejarla con tanta serenidad, incluso ante la perspectiva de que su fuerza se desmoronara por
completo, significaba que no era un comandante ordinario como lo era el conde von Lohengramm.

El quinto terrateniente de Phezzan tenía la mirada clavada en la pantalla desde hacía tiempo.

"Eso que acabo de ver ha sido una magia muy emocionante”

Por fin, Rubinsky hizo un gesto para que apagara la pantalla. Después de hacerlo, Boltec dio un paso
atrás y esperó sus siguientes instrucciones.

"Yang Wen-li, ¿verdad? Póngase en contacto con la oficina de nuestro alto comisionado en
Heinnessen, y dígales que reúnan datos sobre ese comodoro lo antes posible. Lo que pasó en El Facil
no fue casualidad, ahora puedo verlo muy claramente".

"Me encargaré de ello, señor".

"No importa nada la organización, no importa como sea la máquina, lo que la dirige, en última
instancia, es el personal. La habilidad y competencia de los responsables puede convertir a un tigre en
un gato, e incluso puede hacer lo contrario. Y en lo que el tigre hunde sus colmillos también depende
del domador. Es vital que consigamos un perfil de este hombre".

Y al hacerlo, Rubinsky estaba pensando que mientras enviaba a su ayudante desde la habitación,
encontramos una manera de usarlo.

A la estrella conocida como Phezzan asistieron cuatro planetas. Tres eran gigantes gaseosos, y sólo el
segundo planeta poseía una dura corteza planetaria. La composición de su atmósfera -casi el 80 por
ciento de nitrógeno y casi el 20 por ciento de oxígeno- difería poco de la del lugar de nacimiento de la
humanidad. La mayor diferencia era que originalmente carecía de dióxido de carbono, por lo que la
vida vegetal nunca había existido allí.

Tampoco había mucha agua. Incluso la terraformación, habiendo avanzado desde las algas verde-
azules hasta la diseminación de las semillas de las plantas superiores, aún no había convertido todo el
paisaje en campos fértiles y verdes. Sólo las regiones bien irrigadas de la superficie del planeta
estaban adornadas con coloridos cinturones de verde. Las regiones rojas eran terrenos baldíos de
cantos rodados y arena, donde los paisajes erosionados ofrecían vistas espectaculares de extraños
accidentes geográficos.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 67


Phezzan era el nombre de la estrella así como el nombre del segundo planeta. Era también el nombre
del sistema en su conjunto y el nombre de su órgano autónomo de gobierno, establecido en el año
373 del imperio, que lo tenía como su territorio principal. Su fuerza militar consistía en una pequeña
flota de patrulleras, y sus dos mil millones de Phezzanís, cuyas pasiones estaban siempre empeñadas
en aumentar los beneficios, habían dominado durante mucho tiempo las rutas comerciales entre el
Imperio Galáctico y la alianza. Aunque subordinada al imperio como formalidad, conservaba una
independencia política de facto casi completa y, en términos de poder económico, mostraba un vigor
superior al de las dos grandes potencias.

Sin embargo, el largo camino que había llevado a este día no había sido fácil, y todos los landesherr
desde Leopold Laap -el primer landesherr- habían luchado con las maniobras políticas necesarias para
asegurar la posición de Phezzan. La política nacional de Phezzan podría resumirse en la frase "No tan
débil como para ser tomada a la ligera y no tan fuerte como para ser temida", y fue debido a que el
equilibrio numérico de poder - Imperio, cuarenta y ocho; Alianza, cuarenta; Phezzan, doce - no había
cambiado en absoluto en el último medio siglo que el arduo trabajo de las autoridades políticas de
Phezzan se había realizado de manera más vívida.
Si el poder del imperio y de Phezzan se combinaran, estarían en una posición ventajosa sobre la
alianza, pero aun así, destruir la alianza no sería una tarea fácil. Por otro lado, si la alianza y Phezzan
formaran una coalición, sería posible frustrar el imperio, aunque no hasta el punto de aplastarlo.
Fue en el mantenimiento de este equilibrio precario, incluso artístico, donde la estrategia político-
militar de Phezzan mostró su verdadero valor. Phezzan no debe volverse demasiado fuerte. Eso
podría despertar la oposición tanto del imperio como de la alianza, poniendo a ambos en guardia,
haciéndoles ver una alianza entre ellos para borrar a Phezzan de la faz de la faz del universo. Si el
imperio y la alianza unieran sus fuerzas, controlarían el 88 por ciento del equilibrio de poder y podrían
destruir a Phezzan en una sola batalla. Por otra parte, si Phezzan fuera demasiado débil, su existencia
continuada perdería su valor, y sería incapaz de obligar al imperio o a la alianza a respetar su
independencia.
Cuando el imperio conspiraba para robarle su autonomía, Phezzan mostraba la intención de pasar a la
alianza. Cuando la alianza concibió ambiciones en su contra, Phezzan se volvió con ojos coquetos
hacia el imperio. Proporcionando a ambas partes los suministros necesarios, empujando hacia el
interior del imperio y de la alianza, y atrapando a los que estaban en el poder, Phezzan había
sobrevivido por mucho tiempo gracias a su ingenio.
Él, Adrian Rubinski, era el quinto gobernante de este pueblo agudo y astuto.
Sería un problema si el imperio o la alianza lograsen conquistar al otro. Ambas potencias necesitaban
existir, manteniendo su equilibrio; si una caía, Phezzan necesitaba que la otra cayera al mismo tiempo
y sin arrastrar a Phezzan hacia abajo con ella.
Phezzan trazó el curso de la historia, y sin el ejercicio del poder militar, en su lugar utilizó la estrategia
y el poder de su riqueza. Construir gigantescas naves de guerra y enormes cañones, a través de un
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 68
derramamiento de sangre que en última instancia invita al agotamiento del poder nacional y a la ruina
de la sociedad, ese tipo de tonterías que podrían dejar a las dos grandes potencias. Carentes de
medios para protegerse a sí mismos, salvo a través de la matanza y la destrucción, ¿no eran el Imperio
Galáctico, con su monarquía absoluta, y la Alianza de Planetas Libres, con su república democrática;
ambos en esencia imbéciles impulsados por la costumbre rigida? Entonces que ambos bailen en la
palma de la mano de Phezzan, intoxicados por la legitimidad de sus respectivas ortodoxias.
Aún así, había algo sobre el Conde von Lohengramm y sobre Yang, sobre sus respectivos ascensos a la
escena galáctica, que parecía augurar la llegada de una nueva era. Phezzan tendría que vigilarlos de
ahora en adelante. Aunque los sobreestimara, siempre era mejor mantener la nariz en el suelo y la
mano llena de triunfos.

II
(Recomiendo leer con el himno imperial de fondo)https://www.youtube.com/watch?v=xxozwqNMbq0)

La noche envolvía el hemisferio occidental del planeta capital Odín con manos suaves y delicadas.
Ya fuera, territorio imperial o de la alianza, los mundos en constante movimiento nunca podrían
escapar a la cambiante guardia del día y la noche. Ni siquiera el gran Kaiser Rudolf, que había
intentado dominar el espacio galáctico y todo lo que había en él, podía detener la revolución de los
cuerpos celestes. Además, el movimiento de estos cuerpos celestes no tenía períodos uniformes;
mientras que un planeta podía rotar una vez cada dieciocho horas y media, el período de rotación de
otro podía ser de cuarenta horas, cada uno afirmando su propia y preciosa individualidad.
Por otra parte, incluso cuando la humanidad había habitado en su lugar de nacimiento original de Sol
III, los relojes corporales internos de los seres humanos habían estado funcionando en un ciclo de
veinticinco horas, una hora más que el período de rotación de ese mundo. Cada individuo ajustó esto
para una vida vivida en incrementos de veinticuatro horas. Era una costumbre que el reloj de
veinticuatro horas había sido establecido. Cuando la humanidad alcanzó el nivel interestelar que
había significado enfrentar el difícil problema de adaptarse psicológicamente a días y noches de
duración muy variable.

Dentro de naves espaciales, en ciudades flotando en el espacio, en planetas que por cualquier
número de razones requerían un ambiente artificial, esto no era un gran problema. Simplemente
sincronizaron el entorno con el estilo de vida de veinticuatro horas. La iluminación artificial hacía que
el día fuera brillante y la noche oscura. En este tipo de lugares, podrían ajustar la temperatura para
que sea la más baja justo antes del amanecer, y entre el verano y el invierno cambiaban no sólo la
temperatura, sino también la duración de las noches.
Además, en los mundos en los que los períodos de rotación eran extremadamente largos o cortos, un
día de veinticuatro horas podía aplicarse por reglamento. La gente empezaba a decir: "Hoy será de
noche todo el día. "En este planeta, se pueden ver puestas de sol dos veces al día".
El problema ocurrió más bien en planetas con períodos de rotación similares a los de la Tierra de 21.5
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 69
horas o 27 horas, donde después de mucho ensayo y error, la población se dividiría en una facción a
favor de dividir el período orbital en veinticuatro divisiones iguales y usar el tiempo local planetario, y
otra a favor de soportar las diversas inconveniencias de usar el sistema estándar de veinticuatro
horas. Cualquiera que fuera la decisión que tomaran, no habría otra cosa que hacer que no fuera
fortalecer los nervios y acostumbrarse a ello.
Veinticuatro horas es un día, y 365 días es un año. Este llamado calendario estándar fue utilizado
tanto en el imperio como en la alianza. El 1 de enero en el Imperio Galáctico era también el 1 de
enero en la Alianza de Planetas Libres.
"No hay necesidad de permanecer encadenados a los lazos de la Tierra para siempre", era un
estribillo común. "La humanidad ya no gira alrededor de la Tierra, y el calendario de la Era Espacial ya
está en vigor. ¿No deberíamos establecer nuevos estándares para mantener el tiempo?"
Entre los que pensaban eso de "viejo igual a malo" había algunos que argumentaban así, pero cuando
se les preguntaba cuáles deberían ser estos nuevos estándares, nunca hubo una respuesta en la que
todos pudieran estar de acuerdo. En última instancia, la antigua costumbre recibió la mayor cantidad
de apoyo -si no necesariamente la más entusiasta- y continuó hasta el día de hoy.
Los "lazos con Tierra" se extendían también a pesos y medidas. Un gramo era igual a un centímetro
cúbico de agua, pesado bajo la gravedad de la Tierra a 4 grados centígrados. De la misma manera, un
centímetro era aproximadamente igual a una cuatromilmillonésima parte de la circunferencia
terrestre. Estas unidades también eran de uso común para toda la sociedad de la humanidad que
abarca las estrellas.
El Kaiser Rudolf había hecho un esfuerzo para cambiar las unidades de peso y medida. Buscando
estandarizar todas las unidades, había definido la altura de su propio cuerpo como un kaiser-faden y
su propio peso corporal como un kaiser-centner. Sin embargo, este sistema nunca se puso en marcha.
No porque fuera totalmente ilógico, sin embargo. Kläfe, que era el jefe del tesoro en ese momento,
pidió una audiencia con el Kaiser, en la que presentó respetuosamente un único dato. Se trataba de
un cálculo de prueba del gasto que sería necesario para cambiar las unidades de pesos y medidas,
partiendo del supuesto de que para ello sería necesario cambiar cada chip de ordenador y cada
dispositivo de medición en toda la galaxia asentada. En ese momento, la unidad monetaria acababa
de ser cambiada de créditos a marcos imperiales, y la historia cuenta que el número de ceros
alineados en ese papel había sido suficiente para desalentar incluso al siempre obstinado Rudolf.
De esta manera, el metro y el gramo sufrieron su existencia continuada, aunque la teoría que
prevalecía actualmente era que la estimación de Kläfe había sido una cifra obviamente inflada y que
Kläfe, cuya mansedumbre había sido considerada su única gracia salvadora, se había atrevido de
hecho a una sutil muestra de resistencia a la ilimitada auto-deificación de Rudolf.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 70


El majestuoso palacio de Neue Sans Souci , residencia oficial del Kaiser del imperio galáctico, se
revelaba bajo el cielo nocturno. (Nota del traductor: Neue Sans Souci significa literalmente “Sin
preocupaciones.” Del frances. Claramente, yo lo veo como una declaración de intenciones. Sans Souci
es el nombre del palacio de Federico II el Grande de Prussia.)

Edificios grandes y pequeños, independientes e interconectados, innumerables fuentes, bosques


naturales y artificiales, jardines de rosas hundidos, esculturas, macizos de flores, miradores y una
interminable sucesión de césped fueron envueltos en luz plateada pálida por ingeniosos efectos de
iluminación diseñados con cuidado para no irritar el nervio óptico.
Este palacio era la encrucijada política de un gobierno que gobernó más de mil sistemas estelares. Las
oficinas del gobierno estaban dispuestas alrededor de su perímetro, pero no había ningún edificio alto
entre ellas. Sus oficinas principales estaban bajo tierra, ya que era un acto imperdonable de falta de
respeto para un súbdito que miraba desde una alta posición al palacio del Kaiser. Incluso los muchos
satélites que orbitaban los cielos de Odín nunca pasaban directamente sobre el palacio.
Más de cincuenta mil chambelanes y damas de honor trabajaban en el palacio. Era una época en la
que el uso de personas para realizar tareas fácilmente automatizadas demostraba la altura de la
propia posición y la grandeza de la propia autoridad. Cocinar, limpiar, guiar a los visitantes, mantener
los jardines, cuidar a los ciervos en libertad, todo esto era realizado por manos humanas. Este era el
lujo de un rey. No había carreteras de circunvalación ni escaleras mecánicas en el palacio. Tenías que
usar tus propias piernas para caminar por sus pasillos y subir o bajar sus escaleras. Esto era cierto
incluso para el propio Kaiser.
"Rudolf el Grande" había creído que la fuerza física también era un requisito para gobernar. ¿Cómo
podría uno soportar la carga de este vasto imperio si ni siquiera podía caminar con sus propios pies?
Dentro del palacio había varias salas de audiencias, y esa noche la Sala de la Perla Negra estaba
repleta de incontables funcionarios de alto rango. Esta noche se celebraría una ceremonia para
otorgar el cetro de mariscal imperial al conde Reinhard von Lohengramm, que había herido a las
fuerzas rebeldes brutales en la batalla de Astarté y allí hizo brillar gloriosamente la luz de la autoridad
del Kaiser.

(Nota del traductor: En la serie se usa el termino Almirante de flota, en vez de mariscal.)
Un mariscal imperial no sólo estaba un rango por encima de un alto almirante, sino que venía
acompañado de una pensión vitalicia de 2,5 millones de marcos imperiales al año. Un mariscal
imperial tampoco era punible por ningún en virtud del derecho penal por ningún delito, salvo por alta
traición, y podía establecer un almirantazgo en la que podía contratar o despedir a personal a su

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 71


antojo.
En la actualidad, sólo había cuatro mariscales imperiales que disfrutaban dichos privilegios, aunque
esta noche se convertirían en cinco cuando el conde Reinhard von Lohengramm se sumara a ellos.
Además, el conde von Lohengramm también sería nombrado vicecomandante en jefe de la Armada
Espacial Imperial, poniendo la mitad de las dieciocho flotas bajo su mando.

"Después le mejorarán el título de nobleza. De conde a marqués", susurraban así unos a otros en los
recovecos de la vasta Sala de las Perlas Negras. Junto con el fuego, el gran amigo de la humanidad a
través de los tiempos había sido el chismorreo. Aquellos que adoraban a este amigo existían en todas
las épocas y bajo todas las circunstancias, sin excepción ni en el lujoso palacio ni en la casa humilde.

Posicionados lo más cerca posible del trono del Kaiser, los que ocupaban las posiciones más altas del
imperio eran los aristócratas vecinos inmóviles, los oficiales civiles y militares de alto rango y los que
tenían múltiples títulos. Separados por una alfombra roja de seis metros de ancho -doscientos
artesanos la habían tejido a lo largo de 450 años-, habían formado dos filas. Por un lado, había una fila
de funcionarios civiles, con el Marqués Lichtenlade ocupando el puesto más alto.

El marqués Lichtenlade, ministro de Estado del gobierno imperial, presidía las reuniones del gabinete
como primer ministro imperial en funciones. Era un anciano de setenta y cinco años, con la nariz
puntiaguda y el pelo plateado como nieve recién caída, poseía un destello en el ojo, más severo que
penetrante. A su lado se encontraban el ministro de Finanzas Gerlach, el ministro del Interior Flegel,
el ministro de Justicia Lump, el ministro de Ciencia Wilhelmj, el ministro del Palacio Interior Neuköln,
el secretario jefe del gabinete Kielmansek, y otros como ellos, sentados en filas.

En el lado opuesto había filas de oficiales militares: El Mariscal Imperial Ehrenberg, que era ministro
de asuntos militares; el Mariscal Imperial Steinhof, secretario general del Cuartel General del
Comando Militar Imperial; el Mariscal Imperial Krasen, comisionado de Estado Mayor; y el Mariscal
Imperial Mückenberger, comandante en jefe de la Armada Espacial Imperial; El alto almirante
Ovlesser, jefe del Cuerpo de Granaderos Blindados; el almirante Ramusdorf, comisionado de la
Guardia Imperial; el almirante Klammer, comisionado de la policía militar; los comandantes de las
dieciocho flotas...

Ante el claro y resonante sonido de una anticuada trompeta, toda la asamblea comenzó a enderezar
su postura. Hubo un crujido de hojas en el viento, y luego se calmó. La voz del coordinador de las
ceremonias golpeó los tímpanos de los asistentes, anunciando la entrada del Altísimo Honorable.

"El gobernante de toda la humanidad, soberano de todo el universo, defensor del orden y las leyes
que gobiernan el reino celestial, Kaiser del sagrado e inviolable Imperio Galáctico, Su Alteza, ¡Friedrich
IV!"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 72


La solemne melodía del himno nacional del imperio se engrosó tras su última palabra. Todos los
presentes inclinaron profundamente sus cabezas, como si algo les presionara el cuello. Tal vez
algunos de ellos estaban contando por debajo de su respiración. Cuando lentamente levantaron la
cabeza, su Kaiser estaba sentado en su lujoso asiento dorado.

Friedrich IV, era el trigésimo sexto Kaiser del Imperio Galáctico. A los sesenta y tres años, era un
hombre que daba la impresión de estar extrañamente agotado. Aunque no era muy anciano, había
algo en él que hacía que la gente quisiera llamarlo "viejo". Casi no tenía ningún interés en los asuntos
de estado. Tampoco parecía tener la capacidad o la voluntad de usar activamente el poder absoluto
que tenía. El Kaiser Friedrich IV: un hombre débil que llevaba el brillo crepuscular de su poderoso
antepasado Rudolf, su polo opuesto.

El Kaiser había perdido a su Kaiserin diez años antes. No había sido una enfermedad intratable, sino
un resfriado que había empeorado y se había convertido en neumonía. El cáncer había sido
conquistado en la lejana antigüedad, pero eliminar el resfriado común de la lista de enfermedades
había sido imposible, como lo expresó tan maliciosamente un historiador de la alianza, "incluso para
la gloria y el poder de Rudolf el Grande".

Desde entonces, el Kaiser había concedido a una de sus amantes el título de condesa o Gräfin-
Grünewald, convirtiéndola en su esposa de facto, aunque se abstuvo de hacerla Kaiserin. Pero como
esa señora no era de alta alcurnia, se abstenía de asistir a las funciones oficiales del estado y, como de
costumbre, no mostró su adorable rostro ante la corte esa noche. El verdadero nombre de la condesa
Grünewald era Annerose.

En una voz sonora, el coordinador de la ceremonia llamó al hombre del momento para que avanzara.

“¡Lord Reinhard, Conde Lohengramm!”

Esa vez no había necesidad de inclinarse profundamente, así que todos aquellos reunidos volvieron
sus ojos hacia el joven oficial que caminaba por la alfombra, entre ambos grupos.

Había suspiros de admiración provenientes de las doncellas nobles. Incluso aquellos que albergaban
hostilidad hacia él (la mayor parte de los asistentes) no podían sino reconocer su incomparable
atractivo.

Su cara era como la de una muñeca creada con las más perfecta porcelana Baici, aunque sus ojos eran
demasiado afilados para una muñeca, su expresión era demasiado intensa y fuerte. Si no fuera por la
indulgencia del Kaiser hacia la hermana mayor de Reinhard, Annerosse, y la expresión de Reinhard en
ese momento, los murmullos y chismorreos acerca de sodomía entre el soberano y el súbdito habrían
sido inevitables.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 73


Con un paso enérgico digno de un oficial del ejército, Reinhard pasó a través de la mezcla de las
emociones variadas de los espectadores, llegando al fin a pararse ante el trono, donde con una
reverencia que no se sentía en ningún lugar de su corazón, se inclinó sobre una rodilla. En esa
postura, esperaba ser agraciado por las palabras de su soberano. En las funciones oficiales, no se
permitía que los súbditos se dirigieran al Kaiser.

"Conde Lohengramm, sus recientes hazañas militares han sido verdaderamente espléndidas", dijo el
Kaiser, hablando con una voz desprovista de originalidad o carácter.

"Si me permite el atrevimiento, fue por la gracia de la autoridad de Su Majestad."

La respuesta de Reinhard también había carecido de originalidad, pero eso se debió al cálculo y a la
moderación. Incluso si dijera algo inteligente, no estaba hablando con alguien capaz de entender la
inteligencia, y hacerlo solo avivaría las hostilidades de los presentes. Para Reinhard, ese trozo de
papel que el Kaiser tomó del director de ceremonias y comenzó a leer en voz alta era mucho más
importante.

“Hoy, Día 19 de marzo, del año 487 del calendario imperial, y en virtud del reconocimiento de
vuestro éxito en la subyugación de las fuerzas rebeldes del sistema estelar Astarté, nombro a vuestra
merced, Conde Reinhard Von Lohengramm, Mariscal imperial. Además, os nombro vicecomandante
de la armada espacial y emplazo la mitad de sus naves bajo vuestro mando. Por la autoridad de
Friedrich IV, Kaiser del imperio Galáctico”

Reinhard se levantó y ascendió la escalinata, e inclinándose profundamente recibió su carta de


nombramiento. Al mismo tiempo, recibió el bastón de mando de un mariscal imperial. En ese
instante, el conde Reinhard von Lohengramm se convirtió en mariscal imperial.

Incluso cuando una brillante sonrisa apareció en su rostro, Reinhard no sintió ninguna satisfacción en
su interior. Esto no era más que el primer paso en el largo camino que tenía que recorrer, el camino
hacia el lugar de ese tonto torpe que había usado su poder para arrebatarle a su hermana.

"Hmph. ¿Un mariscal imperial de 20 años?"

Ese murmullo apenas audible había venido del Alto Almirante Ovlesser, comisionado del Cuerpo de
Granaderos Blindados. Era un hombre grande y bien formado, a finales de sus cuarenta años; Tenía en
el pómulo izquierdo una cicatriz de color púrpura vivo tallada por el láser de un soldado de la alianza.
Deliberadamente la había dejado parcialmente sin curar, anunciando al mundo que era un general
feroz y endurecido en la batalla.

"¿Desde cuándo la gloriosa Armada Espacial Imperial fue reducida a un juguete para niños,
Excelencia?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 74


El hombre al que le susurró tan provocativamente era aquel a quien Reinhard acababa de robarle la
mitad de los hombres bajo su mando.

El Mariscal Imperial Mückenberger, comandante en jefe de la Armada Espacial Imperial, arqueó


ligeramente una ceja gris.

"Eso dice, señor, pero no puede negar que el mocoso rubio es un táctico talentoso. Es un hecho que
destruyó a las fuerzas rebeldes a pesar de ser superadas en número, y su talento ha silenciado incluso
a veteranos endurecidos por la batalla como Merkatz".

"De hecho, parece como si le hubieran arrancado los colmillos." Echando una mirada hacia el
Almirante Merkatz, en silencio. en medio de una fila de oficiales militares, Ovlesser hizo una crítica
despiadada. "Si bien es cierto que el mocoso los derrotó, una victoria por sí sola podría ser una
casualidad. Si me preguntas, todo lo que puedo pensar es que el enemigo no sabía lo que estaba
haciendo. La victoria y la derrota son en última instancia relativas, después de todo".

"Está hablando muy alto, Almirante"

Aunque hablaba con reproche, el mariscal imperial no había negado el contenido de lo que había
dicho el alto almirante. El logro de Reinhard no fue algo fácil de aceptar para los altos nobles y los
viejos almirantes de la guardia.

El tiempo y el lugar eran lo que eran, sin embargo, el mariscal imperial aparentemente sintió la
necesidad de cambiar el tema. "Sobre ese enemigo en particular, por cierto, ¿has oído hablar de un
comandante llamado Yang?"

"Déjame pensar... No recuerdo a nadie con ese nombre. ¿Qué pasa con él?"

"En la reciente batalla, fue el hombre que detuvo la desintegración de la fuerza rebelde y provocó la
muerte del Contraalmirante Erlach."

"¿Oh?"

"Parece poseer una gran aptitud para el trabajo de general. Tengo información de que hasta nuestro
cachorro rubio torció la nariz a causa de ese hombre".

"¿Y no te alegras de oírlo?"

"Lo sería si esto fuera sólo por Reinhard. Pero, ¿crees que eligen a quién se van a enfrentar cuando
van a la batalla?"

Como era de esperar, había una nota de asco en la voz del mariscal imperial, ante la cual Ovlesser se
encogió torpemente de hombros.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 75


En la sala de las perlas negras, la música empezaba a sonar de nuevo. Era "Las valkirias aman vuestro
coraje", una pieza compuesta en alabanza a los oficiales militares que dieron todo de sí al servicio del
Kaiser y de la patria. El telón estaba empezando a caer clausurando, lo que para los nobles de alta
alcurnia había sido una ceremonia muy desagradable.

El capitán Sigfried Kircheis, junto con otros soldados de la clase de oficiales de campo, estaba
esperando en la Sala Amatista, que estaba separada por un amplio pasillo del lugar de la ceremonia
misma.

Kircheis, como no era ni noble ni almirante, carecía de las cualificaciones necesarias para entrar en el
Salón de las Perlas Negras. Sin embargo, en los últimos dos días se había decidido que sería ascendido
a contraalmirante, (sin pasar por comodoro) a una posición en la que se le llamaría "Excelencia".
Cuando eso ocurriera, ya no estaría excluido de las ceremonias elegantes.

Cada vez que Reinhard sube un escalón en la jerarquía, me arrastran detrás de él... Kircheis temblaba
un poco. Aunque no se consideraba carente de talento, la velocidad de su ascenso era ciertamente
extraordinaria, y sería desastroso pensar que se debía enteramente a su propia capacidad.

"Capitán Sigfried Kircheis, ¿correcto?" Dijo una suave voz a su lado.

Un oficial que parecía estar en la treintena estaba de pie en la línea de visión de Kircheis. Llevaba una
insignia de capitán. Era un hombre alto, aunque no tan alto como Kircheis, con ojos marrones pálidos,
un cutis blanco enfermizo y muchas canas tempranas en su oscura cabellera.

"Así es, ¿y quién eres tú?"

"Capitán Paul Von Oberstein. Es la primera vez que te veo".

Al pronunciar estas palabras, Kircheis se sorprendió al ver una extraña luz que brotaba de sus ojos.

"Le pido perdón..." murmuró el hombre que se hacía llamar Oberstein. Había leído de la expresión de
Kircheis lo que había pasado. "Algo debe estar mal con mis ojos artificiales. Lo siento si te he
asustado. Me aseguraré de que los reemplacen mañana, tal vez".

"¿Son artificiales? Lo siento, entonces soy yo quien debería pedirte perdón".

"No, en absoluto. Gracias a estas cosas, con sus chips fotónicos integrados, puedo apañármelas sin
ningún tipo de discapacidad. Pero simplemente no parecen durar mucho, ¿no? "

"¿Fue herido en batalla?"


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 76
"No, he sido así desde que nací. Si hubiera nacido en la generación de Rudolf el Grande, habría sido
capturado y eliminado por la Ley de Eliminación de genes inferiores".

Las vibraciones del aire se convirtieron en sonidos que apenas alcanzaban los límites inferiores de la
audición humana y, sin embargo, eso era suficiente para que Kircheis se quedara boquiabierto.
Huelga decir que los comentarios que suenan críticos con respecto a Rudolf el Grande eran motivo de
acusaciones de lesa majestad.

"Tiene usted un buen comandante, capitán Kircheis -añadió Oberstein con voz un poco más fuerte-,
pero no era más que un susurro. "Y por un buen comandante, me refiero a alguien que pueda
aprovechar al máximo el talento de sus subordinados. Hay muy pocos de ellos en el servicio ahora
mismo. Pero el conde von Lohengramm es diferente. Es más que impresionante para alguien tan
joven. Es algo difícil de entender para las poderosas familias de alto nivel, sin embargo, atrapadas en
su mentalidad obsesionada con el linaje..."

El detector de trampas de Kircheis sonaba como loco en el fondo de su mente. ¿Cómo podía estar
seguro de que este hombre Oberstein no era una marioneta enviada por alguien que esperaba que
Reinhard cometiera un error?

"Dígame, ¿en qué unidad trabaja?", dijo, cambiando de tema.

"Hasta ahora, he estado en el Departamento de Procesamiento de Datos del Cuartel General, pero
recientemente recibí órdenes de servir como oficial de Estado Mayor en la flota estacionada en
Iserlohn."

Oberstein sonrió poco después de su respuesta. "Parece estar en guardia, Capitán."

En ese instante, un avergonzado Kircheis estaba a punto de decir algo cuando vio a Reinhard entrar
en la habitación. La ceremonia había terminado, al parecer.

Reinhard comenzó a decir: "Kircheis, mañana...", pero entonces se dio cuenta del hombre pálido que
estaba de pie junto a su subordinado.

Oberstein saludó y se presentó, luego, después de breves y convencionales palabras de felicitación, se


dio la vuelta y se marchó.

Reinhard y Kircheis salieron al pasillo. Esta noche se alojarán en una pequeña casa de huéspedes en
un rincón fuera del camino de los terrenos del palacio. Fue una caminata de quince minutos a través
de los jardines para llegar allí.

"Kircheis", dijo Reinhard mientras salían bajo el cielo nocturno, "Voy a encontrarme con mi hermana
mañana. Estoy seguro de que tú también vienes".

"¿Está bien que vaya contigo?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 77


"¿Por qué tan reservado en este punto? Somos una familia." Reinhard sonrió como un niño, pero
luego retrocedió y bajó un poco la voz. "Por cierto, ¿quién era ese hombre? Hay algo en él que me
molesta un poco".

Kircheis dio una breve visión general de la situación y además opinó que él era "de alguna manera, un
tipo misterioso".

Las cejas perfectamente formadas de Reinhard se habían arrugado ligeramente mientras escuchaba.
"Un tipo misterioso", estuvo de acuerdo. "No sé qué tiene en mente para acercarse a ti de esa
manera, pero valdría la pena estar en guardia. Por supuesto, con tantos enemigos como tenemos,
estar en guardia tampoco es fácil".

Los dos hombres sonrieron a la vez.

III
La residencia de la Condesa Annerose von Grünewald se encontraba en otro rincón del Palacio de la
Neue Sans Souci, aunque para visitarla era necesario un paseo de diez minutos en una limusina
decorada con llamativos adornos que sólo se utilizaba en la corte.

Para alguien como Kircheis, caminar habría sido más fácil, pero cuando el Ministerio del Interior del
Palacio enviaba un vehículo terrestre como muestra de la generosidad de Su Alteza Imperial, no había
nada que hacer más que usarlo. La mansión a la que estaban destinados estaba a orillas de un lago
que crecía, densamente rodeada de tilos, construido en un estilo arquitectónico simple y limpio que
se adaptaba bien a su ocupante. Cuando vio la esbelta y elegante figura de Annerose de pie en el
porche, Reinhard saltó del coche que aún se movía y se apresuró a correr hacia ella.

"¡Annerose! ¡hermana mayor!"

Annerose saludó a su hermano menor con una sonrisa que era como la luz del sol en la primavera.

"¡Reinhard! Es maravilloso que hayas venido. Y hasta Sieg está aquí."

"Lo importante es que usted también tiene buen aspecto, Srta. Annerose."

"Gracias. Ahora entrad, los dos. Te he estado esperando durante los últimos días."

Ah, ella no ha cambiado nada desde los viejos tiempos, pensó Kircheis. Esa gentil bondad, esa pureza
intacta... imposible de estropear, aunque todo el poder del Kaiser se pusiera frente a ella.

"Voy a preparar un poco de café. Tomad un poco de pastel de ciruelas también. Lo horneé yo misma,
así que no estoy segura si será de vuestro gusto o no. Probad y decidme".

"Alinearemos nuestros gustos con él pastel", respondió Reinhard riendo. La sala de estar era del
tamaño adecuado, y un ambiente relajado y acogedor llenaba ese espacio. Los tres jóvenes

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 78


compartían por igual la ilusión de que los espíritus del tiempo habían retrocedido diez años en el
tiempo.

El tintineo de las tazas de café al tocarse unas a otras, el mantel limpio, el aroma de un ligero toque
de esencia de vainilla que se mezclaba con el pastel.... se reflejaban en todas estas cosas una alegría
singular.

Annerose llevaba una pequeña sonrisa mientras cortaba y repartía el pastel con movimientos hábiles
y fluidos.

"De vez en cuando, alguien me dice que la cocina no es lugar para una condesa, pero no importa lo
que digan, lo disfruto tanto que no puedo evitarlo. Aunque es mucho trabajo duro no depender
mucho de las máquinas".

Se preparó el café y se vertió la crema. Hubo tarta casera y conversación sin la más mínima
preocupación por otras cosas. Por una vez, sus corazones estaban tranquilos.

"Reinhard siempre quiere salirse con la suya, Sieg. Sólo puedo imaginar todos los problemas por los
que debe pasar."

"No, no en..."

"Puedes decir lo que piensas."

"Reinhard, deja de burlarte de él…¡Oh! Acabo de acordarme. Tengo un delicioso vino rosado que me
dio la vizcondesa Schafhausen. Está en el sótano, así que me pregunto si podrías ir a buscarlo. Pero
lamento enviar a Su Excelencia el Mariscal Imperial a hacer recados”

"Ahora eres tú la que me está tomando el pelo. Pero sí, Milady, ya sea para hacer recados o lo que
sea, considérame a tu servicio".

Reinhard se puso de pie y se fue, relajado y tranquilo. Annerose y Kircheis se quedaron atrás.
Annerose volvió su pequeña sonrisa hacia el mejor amigo de su hermano menor.

"Sieg, gracias por estar siempre ahí para mi hermano."

"No es nada en absoluto. Yo soy el que siempre está siendo cuidado por él. Como no soy un
aristócrata, me parece demasiado, ser capitán a mi edad".

"Pronto serás un contraalmirante. Me he enterado de las noticias, Felicidades".

"Muchas gracias."

Los lóbulos de las orejas de Kircheis empezaron a calentarse.

"Mi hermano nunca lo dice, y tal vez él no se da cuenta, pero Sieg, realmente depende de ti. Así que,
por favor, de alguna manera, cuida bien de él de ahora en adelante, también."
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 79
"Me honra que alguien como yo..."

"Seig, deberías reconocer más tus propios talentos. Mi hermano tiene talento. Probablemente un
talento que nadie más tiene. Pero no es tan maduro como tú. Es un poco como un antílope que se
enreda tanto en la velocidad de sus piernas que corre directo hacia un acantilado. Lo conozco desde
que nació, así que puedo decir cosas así".

"Señorita Annerose..."

"Por favor, Sieg, te lo ruego. Vigila a Reinhard, no dejes que pierda el equilibrio en esos acantilados. Si
ves las señales, regaña y regaña. Si la advertencia viene de ti, te escuchará. El día que deje de
escucharte será el día en que mi hermano deje de ser mi hermano. Habrá demostrado por sí mismo
que, por mucho talento que haya tenido, carecía de la habilidad para perfeccionarlo".

Esa sonrisita ya había desaparecido del hermoso rostro de Annerose. En sus ojos de zafiro, de un azul
más profundo que los de su hermano, flotaba la sombra de algo así como el dolor. Una hoja invisible
se deslizó sobre el corazón de Kircheis. Así es, las cosas no son las mismas que hace diez años.
Reinhard y yo ya no somos niños del vecindario, y Annerose ya no es esa niñita tan hogareña. La
amante favorita del Kaiser, el mariscal imperial y su principal ayudante. Nosotros tres, de pie entre la
fragancia y el hedor del poder imperial...

"Si está dentro de mis posibilidades, haré lo que sea, Srta. Annerose."

De alguna manera, la voz de Kircheis logró obedecer la voluntad de su maestro mientras luchaba por
contener sus emociones.

"Por favor, cree en mi lealtad hacia Reinhard. Nunca haré nada que traicione sus deseos, Srta.
Annerose".

"Gracias, Sieg. Lo siento, siempre te pido demasiado. Pero aparte de ti, no hay nadie en quien pueda
confiar. Por favor, ¿encontrarás alguna manera de perdonarme?"

Quiero que los dos dependan de mí, murmuró Kircheis en su corazón. Desde aquel momento hace
diez años, cuando te oí decir: "Por favor, sé un buen amigo de mi hermano", es lo que siempre he
querido....

¡Hace diez años! De nuevo, Kircheis sintió ese dolor en su corazón.

Si hubiera tenido su edad actual hace diez años, nunca habría entregado a Annerose en manos del
Kaiser. No importa lo que cueste, habría tomado a esos dos hermanos y huido, probablemente a la
Alianza de Planetas Libres. Y para entonces, podría ser un oficial del ejército de la alianza. Pero en ese
entonces, no tenía la habilidad y le faltaba una clara comprensión de sus propios deseos. Ahora las
cosas eran diferentes. Pero diez años o más en el pasado, no había nada que pudiera hacer. ¿Por qué
las personas no pueden tener la edad que necesitan en los momentos más importantes de sus vidas?
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 80
"Podrías haber puesto esto en un lugar más fácil de encontrar."

Esas palabras anunciaban el regreso de Reinhard.

"Sí, su arduo trabajo es muy apreciado. Pero tus esfuerzos en buscarlo traen su propia recompensa.
Iré a buscar las gafas".

Tiempos como estos eran fugaces, aunque tenerlos en absoluto era una bendición. Kircheis se dijo a sí
mismo. La siguiente batalla, que seguramente se avecinaba, no era algo a lo que pudiera permitirse
renunciar.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 81


Capítulo 4. El nacimiento de la flota XIII
I
El edificio del Cuartel General Operativo Conjunto de la Alianza de planetas libres se extendía
cincuenta y cinco pisos sobre el nivel del suelo y ochenta pisos por debajo de él, situado en la zona
climática caducifolia del hemisferio norte del planeta Heinessen. A su alrededor se ubicaban de
manera ordenada los edificios del Cuartel General de Ciencia y Tecnología, el cuartel General de
Servicio de retaguardia, el Centro de Mando, el control de defensa espacial, la academia militar y el
Centro de Mando de Defensa de la Capital. Estos edificios formaban una zona que era el centro de los
asuntos militares, a unos cien kilómetros del corazón de la capital, Heinessenpolis.

En un salón de actos que ocupaba el espacio de cuatro de los pisos subterráneos del edificio del
cuartel general de operaciones conjuntas, estaba a punto de comenzar un homenaje para aquellos
que habían muerto en la batalla de Astarté. Era una hermosa tarde con un cielo azul y despejado, dos
días después de que la fuerza de la alianza enviada al sistema Astarté hubiera regresado como un
remanente agotado, habiendo perdido el 60% de su fuerza. El carril que se dirigía hacia el vestíbulo
estaba lleno de multitudes de asistentes. Estaban presentes las familias de los fallecidos y
desaparecidos, así como el personal gubernamental y militar. Entre ellos se encontraba también la
figura de Yang Wen-Li.

Mientras respondía apropiadamente a la gente que se acercaba a hablar con él, Yang levantó la vista
para ver la gran extensión del cielo azul. Aunque no podía verlos, innumerables satélites militares
volaban silenciosamente sobre el espacio por encima de las muchas capas de la atmósfera. Entre ellos
estaban los doce satélites interceptores que juntos formaban el "Collar de Artemisa", ese gigantesco
motor de asesinato y destrucción controlado por el Centro de Mando y Control de Defensa Espacial,
del que se jactaban los líderes militares de la Alianza: "Mientras tengamos esto, el planeta Heinessen
es inexpugnable." Cada vez que lo escuchaba, Yang recordaba la historia pasada y cómo la mayoría de
las fortalezas, apodadas "inexpugnables", se habían derrumbado en medio de las devoradoras llamas
del juicio. ¿Realmente pensaban que ser militarmente fuerte era algo de lo que presumir?

Yang se abofeteó ligeramente ambas mejillas con sus manos. Se sentía como si no estuviera
completamente despierto. Había dormido dieciséis horas seguidas, pero se había mantenido
despierto durante sesenta horas antes de eso.
Tampoco comía bien. Su estómago no se sentía muy bien, así que todo lo que había consumido era
una sopa de verduras que Julián había calentado para él. Se había desmayado en la cama tan pronto
como regresó a la vivienda oficial, luego se marchó para acudir a ese lugar, apenas una hora después
de despertarse, y ahora que lo pensaba, no podía recordar haber tenido ninguna conversación
decente con el joven del que se había convertido en guardián.
Oh, bueno, supongo que esto me convierte en un fracaso como padre…

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 82


Mientras pensaba así, alguien le dio una palmadita en el hombro. Cuando se dio la vuelta, el
Contraalmirante Alex Cazellnu, su superior de la academia, estaba allí de pie, sonriendo.
"Parece que el héroe de Astarté aún no se ha despertado completamente."
"¿Quién es el héroe?"
"La persona que está frente a mí. Probablemente no has tenido tiempo de ver las noticias todavía,
pero eso es lo que todo el campo del periodismo está escribiendo sobre ti".
"¿Yo? Soy un general derrotado."
"Así es", dijo Cazellnu. "La Marina de la Alianza fue derrotada. Por eso necesitamos un héroe. Aunque
con una gran victoria, la cosa no habría llegado tan lejos como "necesitar “uno, ¿sabes? Eso es porque
cuando perdemos, tenemos que apartar los ojos del público del panorama general. Probablemente
fue lo mismo con El Facil".
El tono irónico era muy característico de Cazellnu. Era un hombre de treinta y cinco años, de mediana
estatura y aspecto saludable, que trabajaba como ayudante principal y segundo al mando del mariscal
Sidney Stolet, director del Cuartel General Conjunto de Operaciones Militares de la Alianza. Con más
experiencia en el trabajo de oficina que en el servicio de primera línea, era un hombre de gran
habilidad cuando se trataba de organizar proyectos y tratar con la burocracia; no había duda de que
su futuro estaba en el puesto de director en el Cuartel General de retaguardia.
"¿Está bien que estés aquí?", preguntó Yang. "Siendo 'ayudante general' (aunque eso signifique 'chico
de los recados') pensé que estarías ocupado, pero..." Bajo un ligero contraataque, el burócrata militar
capaz devolvió una sonrisa sutilmente formada.

"Bueno, este programa está siendo dirigido por la Oficina de Ceremonias. No es para los soldados y ni
siquiera para las familias. El más emocionado por todo esto es su excelencia el presidente del Comité
de Defensa. Porque si se me permite decirlo, todo esto es un espectáculo político para el presidente,
ya que su objetivo es dirigir la próxima administración".
La cara del presidente del Comité de Defensa, Job Trünicht, apareció en los recuerdos de ambos.
Un político alto, guapo y joven de 41 años. Un hombre enérgico, argumentativo y de línea dura contra
el imperio. La mitad de los que lo conocieron lo elogiaron como un orador elocuente. La otra mitad lo
odiaba por ser un sofista.
El actual jefe de Estado de la alianza era el presidente del Consejo Supremo, Royal Sunford. Un
político anciano que se había alzado de la a través de la lucha política para ser un moderador, sobre
todo estaba dedicado a hacer respetar los precedentes y los procedimientos. Ya que de alguna forma
carecía de vigor, la luz del escenario estaba comenzando a brillar sobre Trünicht como el líder de la
siguiente generación.

"Pero tener que escuchar a la palabrería estúpida e insípida de ese hombre es peor que pasar la
noche en vela", dijo Cazellnu con asco. Aunque él estaba en el ejército, su opinión era sobre el asunto
era la minoritaria. Trünicht puede haber sido un sabueso publicitario, pero hablaba apasionadamente

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 83


de proporcionar amplias instalaciones para los militares y de aplastar el imperio, y entre aquellos cuyo
afecto se ganaba, muchos eran soldados uniformados. Yang también era uno de la minoría.

Dentro del auditorio, los dos hombres estaban sentados muy separados. Cazellnu se sentaba detrás
del director Stolet en los asientos reservados para los invitados de honor, mientras que Yang estaba al
frente y en el centro, justo debajo del podio.

La ceremonia había comenzado de una forma convencional, y procedía de una forma convencional. El
presidente del consejo Sundford dejó el escenario tras la monótona lectura de un discurso sin
emoción, preparado por burócratas. Entonces el consejero Trünicht apareció sobre el escenario. Ante
la mera aparición de ese hombre, el aire en el auditorio se volvió cargado y la gente comenzó a
aplaudir, mucho más fuerte que el aplauso para el presidente Sundford.

Trünicht, que no llevaba ningún discurso preparado- llamó la atención de los 60.000 asistentes con
una voz rica y sonora.

“Ciudadanos y soldados! ¿Cuál es el propósito para el que nos hemos apresurado para reunirnos en
este lugar? Para dar paz a ese millón y medio de espíritus heroicos que tan valientemente entregaron
sus vidas en la región estelar Astarté. Puesto que fue para proteger la libertad y la paz de su país, que
ellos entregaron sus valiosas vidas.”

Sólo estaba en este punto del discurso, y Yang ya estaba deseando poder taparse los oídos. Se
preguntaba si esta situación, en la que los oyentes se inclinaban ante palabras vacías y floridas,
mientras su interlocutor se sentía perfectamente a gusto exhibiéndolas, había sido parte de la
herencia de la humanidad desde los días de la antigua Grecia.
"Acabo de decir, ‘sus preciosas vidas'". Y verdaderamente, la vida es algo que siempre debe ser
respetado. Pero, amigos, murieron para mostrar a los que nos quedamos atrás que aún existen cosas
más preciosas que la vida de un individuo. ¿Cuáles son? ¡Son nuestro país y nuestra libertad! Sus
muertes fueron hermosas, precisamente porque se apartaron y dieron su vida por una causa grande y
noble. Eran buenos maridos. Eran buenos padres, buenos hijos y buenos novios. Tenían derecho a
tener una vida larga y satisfactoria. Sin embargo, dejando de lado ese derecho, partieron al campo de
batalla y allí entregaron sus vidas. Ciudadanos, si se me permite el atrevimiento de preguntar... ¿por
qué murieron 1.500.000 soldados?"

"Porque el comando operacional de los líderes apestaba", murmuró Yang, siendo en ese momento su
voz un poco fuerte para un comentario privado. Expresiones de asombro aparecieron en las caras de

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 84


algunas de las personas que lo rodeaban, y un joven oficial de pelo negro le echó un vistazo. Los ojos
de Yang se encontraron con esa mirada de frente, y su dueño, nervioso, miró rápidamente hacia el
podio.

Y desde donde estaba mirando, el discurso del presidente del comité de defensa todavía se alargaba
más. La cara de Trünicht estaba enrojecida, había un brillo de autointoxicación en sus ojos.

"Sí, ya he dicho la respuesta. ¡Fue en defensa de la patria y de la libertad que entregaron sus vidas!
¿Hay alguna muerte más digna que esta de la palabra "noble"? ¿Hay algo más que nos hable tan
elocuentemente de lo mezquino que es vivir sólo para uno mismo y morir sólo para uno mismo?
Todos ustedes deben recordar que el país es lo que hace posible al individuo. Eso es lo que excede
incluso a la vida en importancia ¡Tengan en cuenta esta verdad! Y lo que quiero decir en voz alta es lo
siguiente: ese país y esa libertad merecen ser protegidos, incluso a costa de vidas humanas. ¡Que
nuestra batalla es justa! A aquellos de ustedes que se autodenominan pacifistas, exigiendo que
hagamos las paces con el imperio... a aquellos de ustedes que se autodenominan idealistas, pensando
que es posible coexistir con el absolutismo tiránico, les digo, ¡despierten de sus delirios! Cualquiera
que sea su motivación para lo que hace, el resultado es una pérdida de la fuerza de la alianza, y eso
beneficia al imperio. En el imperio se suprimen las ideologías antibélicas y pacifistas. Es porque
nuestra alianza es una nación libre en la que incluso se permite la oposición a la política nacional. ¡No
se aprovechen de eso! No hay nada más fácil que abogar por la paz con palabras".

Hay una cosa, pensó Yang. Esconderse en un lugar seguro y abogar por la guerra. Yang podía sentir la
excitación de la multitud que lo rodeaba, aumentando a cada momento como un río que se elevaba.
Él había tenido suficiente, pero los agitadores, al parecer, nunca querían apoyo, sin importar la época
o los tiempos.
"Si puedo ser tan audaz, todos aquellos que se oponen a esta guerra justa para derribar el
absolutismo tiránico del Imperio Galáctico están minando al país. ¡Son indignos de su ciudadanía en
nuestra orgullosa alianza! Sólo aquellos que luchan sin miedo frente a la muerte para proteger
nuestra sociedad libre y nuestra administración que la garantiza, son verdaderos ciudadanos de la
alianza. ¡Los cobardes que carecen de esa preparación avergüenzan el espíritu de estos héroes! Esta
alianza fue forjada y construida por nuestros antepasados. Conocemos la historia. Sabemos cómo
nuestros antepasados pagaron por su libertad con sangre. ¡Nuestra patria, con su gran historia!
¡Nuestra patria libre! ¿No nos levantaremos y lucharemos para defender lo único que vale la pena
defender? ¡Luchemos, ahora, por la patria! ¡Salve la alianza! ¡Salve a la República! ¡Abajo el imperio!"

Con cada grito del presidente del comité de defensa, la razón de los oyentes se desvanecía como la
paja. Agitadas olas de exuberancia elevaron los cuerpos de sesenta mil personas que se levantaron de
sus asientos para unirse a Trünicht en sus vítores, con sus bocas abiertas de tal manera que

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 85


probablemente pudieran verse hasta sus muelas.
“¡Salve la Alianza!¡Salve a la república! ¡Abajo el imperio!”

Un bosque de incontables brazos hizo que las boinas danzaran en el aire. Hubo un capricho de
aplausos y vítores. En medio del frenesí, Yang permaneció en silencio, decididamente sentado. Sus
ojos negros se fijaron fríamente en el guerrero que estaba en el podio. Los dos brazos de Trünicht se
elevaron en respuesta a la excitación de todo el auditorio, y luego su mirada se posó en la primera fila
de espectadores. Por un instante, el brillo de sus ojos se volvió duro, mostrando asco, y las comisuras
de sus labios se apretaron. Había reconocido a ese joven oficial en su campo de visión que aún estaba
sentado. Si Yang hubiera estado sentado en la parte de atrás, probablemente no lo habrían notado,
pero estaba en la primera fila, un rebelde descarado sentado justo debajo de la nariz del sublime
patriotismo encarnado.

Un oficial de mediana edad le gritó a Yang: "Oficial, ¿por qué no está de pie?" Llevaba la insignia del
comodoro, igual que Yang.

Cambiando su mirada, contestó Yang en voz baja. "Este es un país libre. Debería ser libre de no
levantarme cuando no quiera. Sólo estoy ejerciendo esa libertad".

"Bueno, entonces, ¿por qué no quieres ponerte de pie?"

"Estoy...ejerciendo mi libertad de no responder."

Yang sabía que era una respuesta inteligente, incluso para él. Cazellnu probablemente se habría reído
y habría dicho: "Eso fue bastante incómodo, incluso como una muestra de resistencia". Yang, sin
embargo, no tenía entusiasmo por comportarse como un adulto aquí. No quería ponerse de pie, no
quería aplaudir y tampoco quería gritar "¡Salve a la alianza! Si no conmoverse por el discurso de
Trünicht era suficiente para merecer la crítica de su patriotismo, ¿qué otra respuesta podría dar salvo:
"lo que tú digas"? Los adultos nunca fueron los que gritaron que el Kaiser estaba desnudo; siempre
fue un niño.

"¿Qué intentas...?"

Justo cuando el comodoro de mediana edad comenzaba a gritarle de nuevo, Trünicht, en el podio,
bajó los brazos. Hizo un leve gesto hacia la multitud, ambas manos abiertas, y mientras lo hacía, el
nivel de excitación bajó, y una silenciosa quietud empezó a sofocar todo el ruido. La gente bajó la
cabeza.

Incluso el comodoro de mediana edad que había estado mirando a Yang tomó asiento, sus gruesas y
carnosas mejillas temblando de descontento.

"¿Damas y caballeros?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 86


El presidente del comité de defensa volvió a abrir la boca en el podio. Entre los gritos y el largo
discurso, su boca se había secado, dejando su melodiosa voz, ronca. Después de toser una vez,
comenzó a hablar.

"Nuestra arma más poderosa es la voluntad unificada de todo el pueblo. Con nuestro país libre y
nuestro sistema de gobierno republicano elegido democráticamente, no podemos imponerles ningún
objetivo, por muy noble que sea. Cada uno de ustedes tiene la libertad de oponerse al Estado. Pero
esto debería ser obvio para toda la gente consciente: la verdadera libertad significa dejar de lado
nuestros egoísmos mezquinos, unirnos y avanzar como uno solo hacia una meta común. Damas y
caballeros…"

La razón por la que Trünicht cerró la boca en ese momento no fue por su boca seca. Fue porque había
visto a una mujer caminando por el pasillo hacia el podio, sola. Era una mujer joven de pelo castaño
claro, y lo suficientemente guapa como para que la mitad de los hombres con los que se cruzaba en la
calle giraran la cabeza al verla pasar. A ambos lados del pasillo por el que pasaba, surgió un bajo y
sospechoso movimiento de susurros, extendiéndose hacia fuera a través de la multitud como
ondulaciones. ¿Quién es esa mujer? ¿Qué está haciendo?

Yang, al igual que los demás oyentes, también miró a la mujer, pensando que cualquier cosa era
mejor que mirar la cara de Trünicht, pero cuando la vio no pudo evitar levantar las cejas ligeramente.
Era una cara que recordaba muy bien.

"Señor presidente del Comité de Defensa", dijo, llamando al podio con una voz de mezzosoprano que
tenía un timbre agradable y persistente. "Mi nombre es Jessica Edwards. Soy -o era- la prometida de
Jean Robert Lapp, oficial de la Sexta Flota, que murió en la batalla de Astarté".

"Vaya, eso es..." El elocuente "líder de la nueva generación" se encontró sin palabras. "... es una pena
terrible, señora, pero..."

El presidente del comité de defensa miró, confuso a su alrededor en el vasto salón de asambleas, sin
que sus palabras llegaran a ninguna parte. La multitud de sesenta mil oyentes respondió con sesenta
mil silencios. Todos ellos contenían el aliento mientras miraban a esta joven, desolada por su
prometido.

"No necesito su consuelo, presidente, porque mi prometido murió noblemente defendiendo a su


país."

Jessica calmó en silencio la incomodidad del presidente, y una expresión de alivio descuidada
apareció en la cara de Trünicht.

"¿Es eso cierto? Bueno, entonces, deberías ser considerada un modelo a seguir para todas las mujeres
jóvenes en el frente de la casa. Un espíritu tan loable será recompensado con creces".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 87


En ese momento, Yang quería cerrar los ojos ante ese hombre tan desvergonzado. Todo lo que podía
pensar era: "Nada es imposible si no tienes vergüenza".

Jessica, por otro lado, parecía serena.

“Muchas gracias. Vine hoy aquí porque hay una pregunta- y solo una pregunta- que me gustaría que
usted respondiera”

“¿Oh? ¿Qué clase de pregunta sería esa? Espero que sea una que pueda responder...”

“¿Dónde estaba usted?”

Trünicht parpadeo. Así también lo hicieron muchos de los espectadores, incapaces de discernir la
intención de la pregunta.

“¿Qué ha dicho?”

“Mi prometido fue al campo de batalla para proteger a su país, y ahora no está en ningún lugar de
este mundo. Consejero Trünicht, ¿dónde está usted ahora? Usted, con sus elogios a la muerte ¿dónde
está?”

“Señorita...” el consejero y presidente del comité de defensa pareció acobardarse ante la vista de
todos.

“¿Y su familia? - Continuó la joven, incansable. “He ofrecido a mi prometido como sacrificio. A usted,
que predica a la gente la necesidad de sacrificarse le pregunto ¿dónde está su familia? No niego ni
una sola de las palabras que ha dicho aquí hoy, ¿pero las está viviendo?”

“¡Seguridad!” Gritó Trünicht, mirando a derecha y después a izquierda. “Esta señorita está muy
afectada. Escóltenla a otra habitación. Mi discurso ha terminado. ¡Himno nacional! Toquen el himno
nacional.”

Alguien agarró a Jessica del brazo. Ella iba a tratar de zafarse, pero se rindió al ver la cara del hombre.

“Vamos” le dijo Yang Wen-li en voz baja. “No creo que este sea un lugar en el que debas estar...”

Una música conmovedora, con una gran capacidad de exaltar, comenzaba a llenar el salón de actos.
Era "Bandera de la Libertad, Gente de la Libertad", el himno nacional de la Alianza de Planetas Libres.

Amigos míos, algún día, al opresor derrocaremos,

Y en mundos liberados,

Levantaremos la bandera de la libertad.

Ahora, luchamos por un futuro brillante;

Hoy, luchamos por un mañana fructífero.


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 88
Amigos, cantemos; la alabanza al alma de la libertad.

Amigos, cantemos; el espectáculo del alma de la libertad.

La multitud comenzó a cantar al ritmo de la música. A diferencia de los gritos caóticos de hace unos
momentos, esta era una melodía rica y unida.

Desde más allá de la oscuridad de la tiranía

Con nuestras manos, traigamos el amanecer de la libertad.

Las espaldas giraron en el podio, Yang y Jessica caminaron por el pasillo hacia la salida. Los asistentes
miraron a los dos mientras pasaban, luego inmediatamente volvieron la mirada hacia el podio y
continuaron cantando. Cuando la puerta que se había abierto silenciosamente ante ellos se cerró
sobre sus espaldas, escucharon la línea final del himno nacional:

Oh, somos gente de la libertad,

Por la eternidad inconquistable...

II
El ultimo rayo de un sol que estaba poniéndose en el horizonte, se desvanecía, y la tierra estaba
cubierta con el aire frío de una noche relajada. La luz azul plateada de los magníficos enjambres de
estrellas comenzaba a brillar. En esta época del año, una constelación que se decía que se asemejaba
a un cinturón de seda en espiral era particularmente vívida.

El puerto espacial de Heinessenpolis estaba lleno de ajetreo.

En su vasto vestíbulo, se apiñaba gente de todo tipo. Los que habían completado su viaje, los que
estaban a punto de partir. Los que habían venido a despedir a alguien, los que habían venido a
recoger a alguien. Ciudadanos normales con trajes normales, soldados con boinas negras, técnicos
con sus trajes combinados. Oficiales de seguridad parados en puntos estratégicos y mirando furiosos
a las grandes multitudes, empleados de puertos espaciales sobrecargados caminando rápidamente,
niños corriendo como locos de emoción. Los coches robotizados se abrían paso como ratones a través
de los huecos en las paredes interpuestas de los seres humanos, transportando equipaje.

“Yang”, dijo Jessica Edwards al hombre joven sentándose a su lado.

“¿Hmm?”

“Debes haber pensado que soy una mujer horrible”

“¿Qué te hace decir eso?”

“La mayoría de esas familias afligidas estaban sentadas allí en silencio, aguantando su pena, pero fui y
causé una escena frente a toda esa gente. Es natural que te ofendas al pesarlo”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 89
No hay un solo ejemplo de cosas que mejoren por aguantarlas en silencio, pensó Yang. Alguien
necesita criticar a los que ejercen el liderazgo y hacerles responsables. Pero cuando abrió la boca para
hablar, todo lo que dijo fue, “No, para nada”

Ambos se habían sentado en uno de los sofás del vestíbulo. Jessica había dicho cuando se encaminaba
desde Heinessen al mundo vecino de Terneuzen en un transporte de línea que despegaba en una
hora. Allí trabajaba como profesora de música de una escuela. Si el teniente comandante Jean Robert
Lapp hubiera sobrevivido, tenía planeado dejar ese trabajo tras la inminente boda.

"Has recorrido un largo camino, ¿verdad, Yang? dijo Jessica, mirando como una familia de tres
personas que pasaba frente a ella.

Yang no contestó.

"Escuché todo lo que hiciste en Astarté. Y tus logros antes de eso... Jean Robert siempre quedó
impresionado. "Eres el orgullo de su promoción, como diría él."

Jean Robert Lapp era un buen hombre. Jessica tomó una sabia decisión al elegirlo, pensó Yang con un
toque de tristeza. Jessica Edwards: hija del sobrecargo de la Academia de Oficiales, que asistía a la
escuela de música. Ahora era una instructora de música que había perdido a su prometido...

"Aparte de ti, todo el almirantazgo debería estar avergonzado. Debido a su incompetencia, más de un
millón de personas han muerto en una sola batalla. Moralmente, también, deberían estar
avergonzados."

Eso no es del todo correcto, pensó Yang. Dejando a un lado los actos de barbarie, como la ruptura de
la tregua y la matanza de no combatientes, no había un terreno fundamentalmente alto o bajo
moralmente entre un gran general y un estúpido. Cuando un general tonto mata a un millón de
aliados, una gran general mata a un millón de enemigos. Esa era la única diferencia, y si se veía desde
el punto de vista del pacifismo absoluto -el tipo que decía: "No mataré, aunque signifique matarme a
mí mismo"-, no había diferencia entre los dos. Ambos eran asesinos en masa.

De lo que un estúpido general tenía que avergonzarse era de su falta de habilidad; la cuestión no
tenía nada que ver con el concepto de moralidad. Esto, sin embargo, era algo que Jessica era poco
probable que entendiera, incluso si Yang lo explicaba, ni tampoco pensó que era algo para lo que se
debía buscar comprensión. Los anuncios de embarque del puerto espacial sacaron a Jessica del sofá.
La salida del barco en el que estaba se acercaba.

"Adiós, Yang, y gracias por despedirme."

"Cuídate".

"Avanza todo lo que puedas en el escalafón, ¿de acuerdo? Y tan lejos como Jean Robert pudiera haber
llevado”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 90
Yang observó atentamente cómo Jessica desaparecía por la puerta de embarque.

Avanzar en el escalafón ¿eh? Me pregunto si se da cuenta de que es lo mismo que decirme: "Ve a
matar a más gente". Probablemente no, definitivamente no. Eso también sería lo mismo que decirme
que les hiciera a las mujeres del imperio lo mismo que le hicieron a ella. Y cuando eso suceda, ¿sobre
quién recaerá la tristeza y la rabia de las mujeres del imperio….?

“Discúlpeme, pero ¿es usted el comodoro Yang Wen-li?” Dijo una voz. Yang se giró lentamente, para
encontrar a una señora de aspecto refinado, aunque entrada en años, que llevaba de la mano a un
chico de cinco o seis años

“Eso es correcto, er….”

“Ah sí, lo que pensé. Aquí, Will, este hombre es el héroe de Astarté. Dile hola”

Tímidamente, el chico se escondió tras la anciana.

“Soy la señora Mayer. Mi marido y mi hijo (el padre de este niño) fueron soldados y murieron
honorablemente en batalla con el imperio. Me emocioné mucho escuchar de sus logros en las
noticias, y ser capaz de conocerle en un lugar así es más de lo que podría hacer esperado”

Yang no sabía que decir.

Me pregunto qué clase de aspecto tiene mi cara ahora mismo, pensó.

“Este niño dice que también quiere ser un soldado. Que va a derrotar al imperio y vengar a su
papá...Comodoro Yang, sé que es una insolencia pedírselo, pero me pregunto si le dejaría estrecharle
la mano a un héroe. Creo que sería una forma de darle ánimos para el futuro.”

Yang no podía mirar a la anciana directamente. Quizás tomando su falta de respuesta como un
asentimiento, la anciana trató hacer que su nieto estuviera frente al joven almirante. El niño, sin
embargo, se aferró al vestido de su abuela y no quería apartarse, aunque miraba a Yang a la cara.

“¿Qué pasa, Will? ¿Piensas que puedes convertirte en un valiente soldado actuando así?”

“Señora Mayer” dijo Yang, quitándose mentalmente el sudor de la frente “Cuando Will crezca y se
convierta en adulto, habrá paz. No habrá ninguna necesidad de hacer que se convierta en soldado…
Cuídate, chico.”

Con una leve inclinación, Yang se giró sobre su talón y salió de ese lugar caminando con rapidez.
Huyó, para ser más precisos. Pero esta era una retirada en la que no veía deshonor.

III
Cuando Yang regresó a su alojamiento de oficial en el bloque 24 de la calle puente de plata, su reloj
mostraba las 20:00 hora estándar de Heinessen. El área al completo era un distrito residencial para

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 91


oficiales de alto rango solteros o que tenían familias pequeñas, y el refrescante aroma de la clorofila
natural flotaba con la brisa.

Aun así, los edificios e instalaciones no necesariamente podían ser llamados nuevos o lujosos. Había
mucho terreno y abundancia de plantas verdes, pero eso se debía a una falta crónica de fondos
necesarios para nuevas construcciones, reformas y renovaciones. Después de bajarse de la acera-
lateral de baja velocidad, Yang cruzó un césped común pobremente cuidado. Con un crujido, como si
se estuviera quejando por el por exceso de trabajo, la puerta principal, equipada con escáneres de
identificación, dio la bienvenida al maestro de la Residencia de Oficiales B-6.
Ya es hora de que se reemplace esta cosa, aunque tenga que pagarla de mi propio bolsillo, pensó
Yang. Incluso si negociara con Contabilidad, no me llevaría a ninguna parte.
"Bienvenido de nuevo, Comodoro." El joven Julián Mintz salió al porche a recibirlo. "Me preguntaba si
no volvería. Menos mal que lo hizo. He hecho el estofado irlandés que te gusta".
“Y eso hace que merezca la pena volver a casa con el estómago vacío. ¿Pero por qué pensabas que no
volvería?”

“El contraalmirante Cazellnu me llamó” contesto el muchacho, tomando la boina del uniforme de
Yang. “Dijo: Ese pillo se escabulló en mitad de la ceremonia de la manita con una mujer hermosa”

Yang esbozó una mueca mientras ponía el pie en el recibidor “Pero, será hijo de...”
Julián Mintz tenía 14 años y era el protegido de Yang. Su altura era muy normal para su edad, con
cabello rubio, ojos castaño oscuro y facciones delicadas. Cazellnu y los otros a veces se referían a él
como “el paje de Yang”.

Dos años antes, Julián había pasado a vivir bajo la protección de Yang, de acuerdo con la Ley
regulatoria especial referente a los hijos de soldados, comúnmente conocida como ley Travers por el
político que la había propuesto.

La Alianza de planetas libres había estado sumida en un estado de guerra con el imperio galáctico por
un siglo y medio. Eso significaba una generación crónica de muertos en batalla y otras víctimas de
guerra. La ley Travers había sido concebida como una herramienta que pretendía matar dos pájaros
de un tiro: asistir a huérfanos de guerra sin parientes cercanos y asegurar recursos humanos para la
contienda.

Los huérfanos eran criados en los hogares de los soldados, los guardianes recibían en préstamo una
suma de dinero para cubrir los gastos de la crianza y los huérfanos iban al colegio hasta los quince
años de edad. Ese era el momento para ellos de decidir su rumbo futuro; sin embargo, si se
presentaban como voluntarios para los militares y se convertían en soldados o se enrolaban en la
academia de oficiales, o alguna escuela técnica (o de otra índole) adscrita al ejército, la devolución de
las cuotas del soporte infantil no sería exigidas.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 92


Para los militares, incluso las mujeres eran un recurso humano indispensable en el servicio de
retaguardia, vitales para las operaciones de reaprovisionamiento, contabilidad, transporte,
comunicaciones, control de tráfico espacial, inteligencia y gestión de instalaciones.

“En resumen, puedes pensar en ello como en el sistema de aprendices que apareció en la edad
media. Algo más vicioso, quizás, ya que usa dinero para tratar de restringir el futuro de las gentes”

Cazellnu, quien en ese tiempo estaba asignado en los cuarteles generales de retaguardia, se lo había
explicado a Yang tal cual, con una sana dosis de sarcasmo.

“En cualquier caso, la gente no puede vivir sin comer. Eso es un hecho, ¿no? Lo que significa que
necesitamos a un procurador de alimentos. Así que venga…puedes acoger a uno, al menos”

“Ni siquiera tengo familia propia”

“Exacto, lo que significa que no estas llevando a cabo tu obligación social de apoyar a una esposa y a
un hijo. Mira, el gobierno incluso corre con los gastos- Sería una vergüenza que no pudiéramos
hacerte tomar una responsabilidad así ¿cierto, soltero alegre?”

“Entendido...pero solo uno”

“Si quieres, puedes tener dos”

“Uno es suficiente”

“¿De verdad? Bueno, entonces tendré que encontrarte a uno que coma por dos”

Cuatro días después de que tuviera lugar esa discusión entre ellos, el muchacho llamado Julián había
aparecido en el recibidor de la casa de Yang.

Ese mismo día, Julián había asegurado para sí mismo su lugar en la casa de Yang. Dado que el
miembro más antiguo (y único) de esa casa apenas era lo que podría llamarse un gerente hábil e
industrioso en los asuntos domésticos, las cosas estaban en un estado ciertamente terrible. Pese a
que Yang poseía un domcom portátil (nota: abreviatura de domestic comunicator), el nunca
introducía los datos necesarios para controlar sus diversos aparatos domésticos, así que no solo había
terminado convirtiéndose en un trasto inútil, sino que todos los electrodomésticos habían adquirido
una capa de polvo.

Al parecer, también por su propio bien, Julián tomó la decisión de poner en forma el entorno de la
casa. Dos días después de convertirse en residente de la casa de Yang, su joven maestro se había
marchado en un corto viaje de negocios. Cuando regresó una semana después, encontró su casa bajo
la ocupación de una fuerza federada de limpieza y eficiencia.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 93


“He configurado los datos en el domcom en seis categorías” El comandante de esta fuerza de
ocupación, de doce años de edad, se había presentado ante el jefe de la casa, quien se había quedado
allí parado, congelado y con la mirada aturdida.

"Veamos, 1 es la gestión del hogar, 2 es el control de electrodomésticos, 3 es la seguridad, 4 es la


recopilación de datos, 5 es el estudio del hogar y 6 es el entretenimiento. La contabilidad de la casa y
la selección del menú diario en el 1; el aire acondicionado, los dispositivos de limpieza y la lavadora en
el 2; la alarma antirrobo y el extintor en el 3; y las noticias, el tiempo y la información de compras en
el 4.... Por favor, recuérdelo, Capitán".

Yang, que era capitán en ese momento. Sin decir palabra, se había sentado en el sofá de lo que
también era su sala de estar y comedor, preguntándose qué le iba a decir a este pequeño invasor que
sonreía inocentemente.
"Me adelanté y limpié eso también. Y también he lavado las sábanas. Yo, ah, creo que me las he
arreglado para poner las cosas en orden en el interior, pero si hay algo con lo que no esté contento,
por favor dígamelo. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?"
"¿Puedes traerme una taza de té?"

Yang se había remojado la garganta porque estaba pensando me remojare la garganta con mi té
favorito, y entonces empezaré a quejarme, pero el muchacho se había apresurado a ir a la cocina y
había vuelto con un set de té que estaba tan limpio que parecía completamente nuevo. Entonces,
ante sus propios ojos, Julián había preparado un té Shillong con una destreza sorprendente.

Yang había tomado un sorbo del té que tenía ante él, y optó por rendirse al joven. Así de buenos eran
su aroma y sabor. Julián le había dicho que su difunto padre había sido un teniente en la armada
especial. Siendo incluso aún más aficionado que Yang al té, había enseñado a su hijo todo acerca de
variedades de té y su preparación.

Seis meses después de que Yang hubiera aceptado las labores domésticas de Julián, Cazellnu, quien
había venido para jugar una partida de ajedrez 3d, miró por la habitación y opinó así :” esta es la
primera vez en tiempos de la historia escrita, que tu casa está así de limpia ¿no? Creo que es cierto lo
que dicen, que un niño es tan maduro como sus padres incompetentes.”

Yang no pudo responder de ninguna manera a eso.

Otros dos años habían pasado. Julián había crecido más de diez centímetros desde entonces y
empezaba a parecer un poco más mayor. Aparentemente sus notas estaban bien. Aparentemente,
porque su guardián siempre le había dicho que mientras que no suspendiera, él no necesitaba
reportarle cada detalle. Y también porque el protegido aparecería cada cierto tiempo con premios,
medallas y cosas similares. En palabras de Cazellnu, “era un estudiante que había sobrepasado a su
maestro.”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 94


“Hoy en la escuela me preguntaron que estaría haciendo en un año”

Era inusual que Julián dijera algo como eso mientras Yang estaba comiendo.

La cuchara de Yang dejó de moverse en para recoger cucharadas de estofado, y miró al chico. "La
graduación es en junio del año que viene, ¿no?"

"Hay un sistema en el que puedes obtener créditos y graduarte seis meses antes."

"¿Lo hay?", dijo su irresponsable guardián, impresionado. "¿Así que planeas convertirte en soldado?"

"Sí, soy hijo de un soldado, después de todo."

“Ninguna ley dice que un hijo tenga que continuar con la carrera de su padre. De hecho, mi padre era
comerciante”

“Si hay alguna clase de trabajo que quieras hacer, deberías hacerlo,” le había dicho Yang. Yang había
recordado la ingenua cara de Will, el chico con el que se había encontrado en el puerto espacial.

“Pero si no entro en los militares, tendrás que devolver todo el dinero de ...”

“lo devolveré”

“¿Que harás qué?”

“No menosprecies a tu guardián en ese sentido. Tengo suficiente ahorrado para cubrirlo. Ahora lo
primero de todo, no tienes ninguna necesidad de graduarte antes de tiempo. ¿Por qué no te diviertes
un poco en lugar de eso?”

Las suaves mejillas del joven enrojecieron de vergüenza. “No podría dejarte semejante carga”

“No me respondas así, chico. La cosa sobre los niños es: Aprovecharse de los adultos, así es como
crecen”

“Muchísimas gracias, pero aun así...”

“¿Pero, ¿qué? ¿Tantas ganas tienes de ser un soldado?”

Julián miró a la cara de Yang, sospechosamente. “De alguna manera suenas como si no le gustaran
los soldados”

“No me gustan”

La respuesta clara y concisa de Yang, sorprendió al joven. “Pero si eso es cierto ¿por qué se convirtió
en uno?”

“Muy sencillo. No tenía talento para hacer otra cosa”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 95


Yang acabó de comer el estofado y limpio su boca con su servilleta. Julián limpio la mesa y uso la
domcom para encender el lavavajillas de la cocina. Entonces trajo el juego de té y comenzó a preparar
un te rojo con hojas de Shillong.

“De todas formas, piénsalo un poco antes de decidirte. No hay nada por lo que apresurarse”

“Si, señor. Eso hare. Pero comodoro, decían en las noticias que el conde Lohengramm se unió a los
militares a los quince años de edad.”

“Aparentemente es cierto”

“Enseñaron su cara y era increíblemente atractivo ¿Sabías eso?”

Yang había visto la cara del conde Reinhard von Lohengramm cierto número de veces, no
directamente, pero en hologramas y similares. Él incluso había oído rumores de que el hombre era
más popular que cualquier oficial de la alianza entre las oficiales femeninas del servicio de
retaguardia. Y parecía bastante probable. Yang tampoco había visto antes a un joven tan atractivo
tampoco.

"Pero ni siquiera yo puedo ser tan feo. ¿No es cierto, Julián?"


"¿Quiere leche con el té o prefiere brandy?"
"Brandy".
Fue entonces cuando la lámpara del sistema de seguridad comenzó a parpadear y a hacer un sonido
nervioso. Julián se dio la vuelta en el monitor. Muchas formas humanas se mostraban en su pantalla
infrarroja. Todos ellos llevaban capuchas blancas sobre sus cabezas, con sólo sus ojos expuestos.
"Julián".
"¿Sí, señor?"
"¿Hay algún tipo de moda en estos días donde payasos como esos hacen visitas de bienestar en
masa?"
"Son el Cuerpo de Caballeros Patrióticos."
"No conozco ningún circo con ese nombre".
"Es un grupo extremista de nacionalistas. Hacen todo tipo de cosas para acosar a la gente que dice o
hace cosas contra el país o la guerra. Se han vuelto muy conocidos últimamente.... Pero esto no tiene
sentido, ¿por qué vendrían a irrumpir aquí? Incluso usted ha sido elogiado por ellos. No hay razón
para que le critiquen, ¿verdad?"
"¿Cuántos hay?", preguntó Yang con indiferencia.
Julián leyó un número en la esquina de la pantalla.

"Cuarenta y dos han entrado en las instalaciones. Ah, cuarenta y tres.... y ahora cuarenta y cuatro."
"¡Comodoro Yang!" Una voz fuerte que resonaba por medio de un megáfono hizo que una pared de

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 96


vidrio reforzado vibrara ligeramente.
"Sí, sí, ya te oí...", murmuró Yang, aunque no había forma de que lo escucharan fuera.

“Somos el cuerpo de caballeros patrióticos-un grupo de gente que verdaderamente aman a su pais-
¡Nosotros le condenamos! Ha hecho gala de acciones disruptivas y dañinas no solo hacia la unidad de
los objetivos militares y dañino con su espíritu de lucha. Quizás sus logros militares le han hecho
arrogante. Estoy seguro de que sabe de qué estamos hablando.”

Yang casi podía sentir la mirada de un sorprendido Julián aterrizando en su mejilla.

"Comodoro Yang, ha mostrado desprecio por un servicio conmemorativo sagrado. Cuando todos los
presentes respondieron al apasionado discurso del presidente del comité de defensa jurando derribar
el imperio, ¿no asumió usted, y sólo usted, al permanecer sentado, una actitud de ridículo hacia la
determinación de toda la nación? ¡Condenamos su arrogancia! Si tiene algo que decir en su defensa,
venga aquí y dígalo delante de nosotros. Debo mencionar que llamar a seguridad es inútil. Tenemos
una forma de desactivar su sistema de comunicación".

Ya veo, reconoció Yang. Parece que esa encantadora tentadora del patriotismo, Su Excelencia
Trünicht, está al acecho detrás de estos Caballeros Patrióticos o como quiera que se llamen. Ambos
discursos son más delgados que un consomé barato, y notablemente similares sólo en sus
exageraciones.

“¿De verdad hizo eso, Comodoro?” Pregunto Julián.

“Emmm, sí. Mas o menos”

“¡Otra vez no! ¿Por qué…? ¡Incluso si estas en contra, cosas como esas no pasarían si únicamente les
dejara ver como se levanta y aplaude con el resto! Los elementos ajenos solo pueden ver la superficie,
lo sabe.”

“Suenas como Cazellnu, chico”

“No necesita meter al almirante Cazellnu en esto- hasta un niño tiene ese sentido común.”

“¿Qué pasa?” Dijo la voz dl exterior. “¿No sale al exterior? ¿Queda un poco de vergüenza en su
corazón? Pero incluso si se arrepiente, no podemos reconocer su sinceridad a menos que nos lo diga
frente a nosotros”

Yang chasqueó la lengua, y estaba a punto de ponerse en pie cuando Julián le tiró de la manga.

“Comodoro, no importa lo enfadado que este, no debe usar armas”

“Deja de sacar conclusiones así, chico. Antes de todo, ¿qué te hace pensar que no intento tener una
charla con ellos?”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 97


“Pero...no lo pretende”.

Yang no tenía respuesta para eso.

En ese momento, la ventana de cristal reforzado comenzó a resquebrajarse con un sonido agudo. Ese
no era la clase de cristal que pudiera romperse tirándole piedras. Un momento después, una bola de
metal del tamaño de una cabeza humana atravesó la habitación para estamparse en una estantería
del muro opuesto, destrozando algunos recipientes de cerámica alineados allí. La bola rodó y cayó al
suelo con un pesado estruendo.

“¡Cúbrete, es peligroso!”

Mientras Yang gritaba esas palabras y Julián brincaba tras el sofá con el domcom en la mano, la esfera
de metal explotó convirtiéndose en miles de fragmentos de metralla. Muchos sonidos discordantes
sonaban a la vez desde cada esquina de la habitación mientras las luces, los platos y las sillas eran
destrozadas.

Yang se había quedado sin palabras. Los caballeros patriotas habían usado un lanzagranadas para
disparar una clase de bomba sin explosivo que los ingenieros militares usaban para arrasar pequeños
edificios cuando había riesgo de incendio.

Que los daños hubieran sido tan limitados como habían sido quería decir que la bomba había sido
configurada en su nivel más débil de poder destructivo. De otro modo, todo en la estancia habría
quedado reducido a pilas de escombro. Aun ignorando todo eso ¿qué hacia un grupo de civiles con
equipamiento militar de ese tipo?

Yang tuvo una idea, y chasqueó los dedos pese a que no hizo un buen sonido.

“Julián, ¿cuál era el interruptor para el sistema de aspersores?”

“Es 2-A-4. ¿Estamos contraatacando?”

“Necesito enseñarles una cosa o dos sobre modales”

“¡Agárralo!”

“¿Y bien? ¿Listo para hablar con nosotros ahora? Si no responde, le mandaremos otro—“

Esa voz del exterior, cada vez más enérgica se tornó en un chillido. Los aspersores, con la presión del
agua configurada al máximo, golpearon a los hombres del exterior ataviados con máscaras blancas,
con gruesos látigos de agua. Empapados, como si estuvieran atrapados en un inesperado aguacero,
corrían de un lado a otro a través de las cortinas de agua, en todas direcciones.

"¿Empezáis a ver por qué da miedo que un caballero se enfade contigo? ¡Estáis confiando únicamente
en los números, matones!"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 98


Mientras Yang se quejaba, la sirena distintiva de la policía de seguridad se hizo audible a lo lejos. Lo
más probable es que los residentes de las casas de los otros oficiales hubieran llamado.

Aun así, el hecho de que las autoridades no se hubieran movilizado hasta ahora podría significar que
esos autodenominados y arrogantes Caballeros Patrióticos eran un grupo inesperadamente poderoso.
Si Trünicht estuviera realmente detrás de ellos, no sería difícil imaginar por qué.

Los Caballeros Patrióticos se dispersaron apresuradamente. Probablemente no estarían de humor


para cantar canciones de victoria esa noche. Los oficiales de policía, que finalmente llegaron con sus
uniformes azules combinados, posteriormente describieron a los Caballeros Patrióticos como un
grupo de personas con un ardiente amor por su país, algo por lo que Yang se ofendió.

“Si de verdad son lo que dicen que son, ¿por qué no se presentan voluntarios para el servicio militar?
¿Rodear una casa con un menor, de noche y causando un gran escándalo es algo que hacen los
patriotas? Y aparte de todo eso, si lo que están haciendo es justo ¿ocultar sus caras no es en si mismo
una afrenta contra el sentido común?”

Mientras Yang refutaba a los oficiales de policía, Julián apagó los aspersores y empezó a limpiar el
desastre.

“Te ayudaré “le dijo Yang tras despachar a los inútiles oficiales de policía.

Julián le ahuyentó con la mano “No, solo se pondrá en medio. Lo sé. Siéntese en esa mesa, por favor”

“¿En la mesa?”

“Acabaré en un momento”

“¿Qué voy a hacer en la mesa?”

“Bueno, hoy a hacerle algo de té. Así que, por favor, bébaselo”

Yang, gruñéndose a sí mismo, se subió a la mesa, y se sentó con las piernas cruzadas, pero pronto se
indignó cuando vio a Julián recoger un fragmento de cerámica.

“Eso era Porcelana Wanli roja. La única pieza real de entre todas las cosas de mi padre”

Cuando Cazellnu llamó en el Visiofono a las 22:00, Julián había terminado de limpiar la habitación.

“Hola, chico. ¿Puedes pasarme a ese guardián tuyo?”

“Está aquí”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 99
Julián apunto a la mesa, donde el cabeza de familia estaba sentado con las piernas cruzadas,
saboreando su té. Cazellnu se quedó mirando la escena por cinco segundos y entonces, lentamente
preguntó.

“Sentarse encima de una mesa era una costumbre en tu casa, ¿no?”

“Solo algunos días de la semana”, le respondió Yang desde lo alto de la mesa, provocando una mueca
en su interlocutor.

“Bien, lo que sea. Hay un asunto urgente sobre la mesa. Me gustaría que vinieras al cuartel general de
operaciones ahora mismo. Se ha mandado un coche a por ti, y debería estar por allí en cualquier
momento”

“¿Ahora?”

“La orden viene directamente del director Stolet”

Cuando Yang devolvió la taza al plato, el clink era ligeramente más alto de lo normal. Julián se quedó
congelado en su sitio durante un segundo, pero volvió en sí mismo y se apresuró a buscar el uniforme
de Yang.

“¿Qué necesita el director de mí?”

“Todo lo que sé es que es urgente. Te veré pronto en el cuartel general”

Cazellnu terminó la llamada. Yang se cruzó de brazos y se perdió en sus pensamientos durante un
momento. Cuando se dio la vuelta vio a Julián con el uniforme en ambas manos. Mientras se
cambiaba llegó el coche oficial desde el cuartel general. Yang no podría evitar pensar que esa iba a ser
una noche ocupada en varios aspectos.

Cuando se disponía a dejar el vestíbulo, Yang le echó una mirada a Julián. “Probablemente regresaré
tarde, no me esperes despierto”

“Si, Comodoro” respondió Julián, aunque de alguna forma Yang sintió que el chico no iba a hacer lo
que le habían dicho.

“Julian, lo que ha pasado esta noche probablemente será algo de los que nos reiremos
eventualmente. Pero a corto plazo, quizás no. Poco a poco, parece que nos acercamos a tiempos muy
malos”

Yang mismo no entendía conscientemente porqué había dicho tal cosa, tan de pronto. Julián miro
directamente al joven almirante.

“Comodoro, yo… yo digo muchas cosas impertinentes, pero por favor no se preocupe por cosas como
esas. Quiero que haga lo que usted crea correcto. Creo, más que nadie más, que usted tiene razón.”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 100


Yang se quedó mirando al joven y aunque quería decir algo, el final solo alborotó el pelo rubio del
muchacho. Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el coche. Julián no se movió del porche hasta
que las luces traseras del vehículo se fundieron con la negrura de la noche.

IV
El mariscal Sidney Stolet, director de los cuarteles generales conjuntos del cuerpo militar de la Alianza
de planetas libres, era un hombre negro de mediana edad, que casi llegaba a los dos metros de altura.
Pese a que no era la clase de hombre cuyos talentos fueran inmediatamente evidentes, era capaz,
tanto como gestor de una organización militar como estratega, y la gente confiaba en su plano, pero
digno carácter. Aunque no era inmensamente popular, si era muy apoyado.

El puesto de director de los cuarteles generales conjuntos era el punto más alto al que hombres y
mujeres de uniforme podían aspirar, y en tiempos de guerra, el individuo con dicha posición también
recibía el título de comandante en jefe sustituto de las fuerzas militares de la alianza. El comandante
en jefe era el jefe del alto consejo, que ostentaba la jefatura del estado. Bajo el, el consejero del
comité de defensa estaba a cargo de la administración militar y el director de los cuarteles generales
conjuntos supervisaba el mando militar.

Desafortunadamente en la alianza, estas dos figuras no estaban necesariamente en buenos términos.


El líder de la administración militar y el líder del mando militar tenían que cooperar con el otro. A
menos que lo hicieran sería imposible hacer que los engranajes de la maquinaria militar de la alianza
funcionaran suavemente y con eficacia. Incluso así, sus personalidades chocaban, y no se podía hacer
nada acerca de que no se gustaran. La relación entre Trünicht y Stolet a menudo se describía como
una neutralidad armada.

Cuando Yang puso el pie en su oficina, el mariscal Stolet le saludó con una sonrisa nostálgica. Tiempo
atrás, cuando Yang era estudiante de la academia de oficiales, el mariscal había sido el director de
dicha institución.

“Siéntese, contraalmirante Yang”

Yang hizo lo que Stolet le decía sin reservas. El mariscal profundizó directamente en el asunto en
cuestión.

“Te he hecho venir porque hay algo de lo que necesito informarte. Tu carta de nombramiento será
formalmente redactada mañana, pero vas a ser ascendido a contraalmirante. No es una oferta no
oficial...ya está decidido. Imagino que conoces la razón de ese ascenso ¿no?

“¿Por qué perdí?”

La respuesta de Yang hizo que el mariscal de mediana edad esbozara una sonrisa dolorida.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 101
“Bueno, no has cambiado un ápice desde los viejos tiempos. Una expresión suave y una lengua
afilada. También eras así en la academia de oficiales.”

“Pero eso es un hecho ¿no es así, profe—, quiero decir, director?

“Me pregunto ¿por qué piensas así?”

“Hay un antiguo ensayo militar que dice que anegar a alguien a base de recompensas es prueba de
que hay problemas. Aparentemente porque hay una necesidad de desviar los ojos de la gente.”

Yang habló sin una pizca de disculpa, haciendo que el mariscal volviera a esbozar el mismo gesto. Este
cruzó los brazos y miró atentamente a su antiguo alumno.

“En cierto sentido, tienes razón. Hemos sufrido una derrota enorme, una que no tiene precedentes en
tiempos recientes y tanto militares como civiles están disgustados. Y para suavizar los ánimos, hace
falta un héroe. En otras palabras…usted, contraalmirante Yang.”

Yang sonrió un poco, pero no parecía para nada complacido.

“Probablemente no te guste, convertirte en un héroe artificial. Pero para un soldado, es también una
clase de misión. Aparte de eso, tus logros realmente te hacen apropiado para un ascenso. Y si pese a
eso no te promoviéramos, se cuestionaría si el cuartel general y el comité de defensa realmente
pretenden recompensar los éxitos y castigar los errores”

“Sobre el comité de defensa... ¿cuáles son los deseos del consejero Trünicht?”

“En este caso, sus deseos como individuo no presentan un problema. Incluso si es el presidente del
comité, debe pensar en su posición como figura pública”

Eso era probablemente cierto, en lo concerniente a su imagen pública. Pero a Yang le parecía que el
lado “personal” de Trünicht había envalentonado a los caballeros patriotas a movilizarse contra él.

“Por cierto, hablando de otro asunto. Ese plan de operaciones que enviaste al vicealmirante Paetta
antes del combate… me pregunto, ¿piensas que nuestras fuerzas hubieran ganado en caso de llevarlo
a cabo?”

“Si, probablemente” Respondió Yang con tanta modestia como pudo.

El mariscal Stolet se acarició el mentón, sumido en sus pensamientos.

“Pero es posible que podamos usar ese plan en otra ocasión, ¿no? Y cuando esa ocasión se
presente...devolvérsela al Conde Lohengramm.”

“Dependería del conde Lohemgramm. Si sus éxitos le han hecho arrogante, puede ser que no resista
la tentación de intentar derrotar otra vez una fuerza grande con una pequeña. Entonces, quizás
podríamos reaprovechar el plan. Sin embargo...”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 102
“¿Sin embargo?”

“Sin embargo, no creo que eso vaya a pasar. Derrotar una gran fuerza con una pequeña, a primera
vista parece espectacular, pero está fuera de toda sintonía con la táctica ortodoxa, y tiene más en
común con los trucos de magia que con la estrategia militar. Encuentro difícil de creer que el Conde
Reinhard von Lohengramm no sea consciente de eso. La próxima vez que venga al ataque,
probablemente sea liderando una fuerza mucho mayor”

“Eso es cierto- conseguir una fuerza mayor que la de tu enemigo es la base de la táctica militar. Un
aficionado, sin embargo, sería más receptivo a lo que tú llamas trucos de magia. Pensará que eres
incompetente si no puedes destruir una fuerza grande con una pequeña. Así que al padecer una
derrota tan grande con un enemigo que tenía la mitad de su tamaño...”

Yang podía percibir angustia en las facciones oscuras del mariscal. Sin importar como Yang era
percibido, era natural que el gobierno y la ciudadanía vieran a la totalidad de los militares de forma
negativa.

“Contraalmirante Yang, si piensa detenidamente sobre ello, nuestras fuerzas no cometieron ningún
error en términos de táctica básica. Enviamos al doble de la fuerza enemiga al campo de batalla. Pese
a eso ¿Por qué perdimos tan desastrosamente, como hemos perdido?”

“Porque arruinamos la aplicación de esa fuerza.” La respuesta de Yang era simple y directa.

“Pese a preparar números superiores, no aprovechamos al máximo esa ventaja. Nos sentimos seguros
en el tamaño de esa fuerza que enviamos al campo de batalla”

“¿Y?”

“Con la excepción de la era de...la llamada guerra del pulsador, y ese periodo de monstruoso
desarrollo en la electrónica del radar, siempre ha habido dos principios fijos para el uso de tropas en
el campo de batalla: Concentrar tu fuerza y moverla rápido. Y podemos añadir una tercera, Nunca
crees una fuerza innecesaria. El conde von Lohengramm lo ha practicado a la perfección”

“Hum”

“Por otro lado, mira a nuestras fuerzas” continuó Yang “Mientras la cuarta flota estaba siendo
aplastada por el enemigo, los otros dos perdieron el tiempo siguiendo el plan inicial. El
reconocimiento de los movimientos del enemigo y el análisis de esa información fue insuficiente. Las
tres flotas tenían que luchar solas y sin refuerzos. Es lo que pasa cuando olvidas los principios de la
concentración de fuerzas y el movimiento rápido.”

Yang paro de hablar. Para él, hablar tanto era, últimamente, una rareza. ¿Era porque se sentía
nervioso?”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 103


“Ya veo. Y veo tu capacidad de discernimiento. “Asintió repetidamente el mariscal “Sin embargo hay
otra cosa, que no ha sido decidida. Es una oferta. Algunos cambios organizacionales van a ser hechos
en ciertas partes de los militares. Se añadirán nuevas fuerzas a los remanentes de la cuarta y la sexta
flota para crear la Decimotercera Flota. Y tú serías nombrado primer comandante de dicha flota”

Yang ladeó su cabeza a un lado. “¿Los nombramientos como comandante de flota no eran para los
vicealmirantes?”

“La nueva flota es aproximadamente la mitad del tamaño de una normal. Sobre las 6400 naves y
740.000 de personal. Y la primera misión de esa nueva flota es la captura de la fortaleza Iserlohn.”

Dijo el director Stolet con un tono de voz terriblemente distraído.

Tras un momento, Yang lentamente abrió su boca para confirmar lo que acababa de escuchar.

“Con media flota… ¿me está diciendo que vaya a tomar Iserlohn?”

“Es cierto”

“¿Usted cree que eso es posible?

“Creo que, si tú no puedes hacerlo, es imposible para cualquier otro”

Creo en ti. Puedes hacerlo. Los viejos clichés tradicionales. Pensó Yang. Era imposible decir a cuanta
gente se le había estimulado el ego de esa manera por esos susurros dulces para terminar arruinando
sus vidas mientras trataban de lograrlo imposible. Y a los que se encargaban de susurrar tampoco les
achacaban ninguna responsabilidad, tampoco.

Yang permaneció en silencio.

“Imagino que no te sientes confiado ¿No?”

Cuando el director dijo eso, Yang fue todavía menos capaz de responder. Si carecía de confianza,
habría dicho eso directamente. Pero Yang tenía confianza y esperanza de tener éxito. Si él hubiera
estado al mando de los asaltantes de Iserlohn, las fuerzas de la Alianza probablemente no habrían
tenido que recibir el deshonor de recibir seis derrotas y perder a tantos hombres. La razón por la que
no podía responder pese a eso era que no le gustaba que el mariscal Stolet jugara con él.

“Si consiguieras lograr tan destacable logro, de liderar la nueva flota y capturar la flota Iserlohn” dijo
el director Stolet, mirando intencionadamente, casi sugestivamente a la cara de Yang “No importaría
lo que piensen de ti personalmente, hasta el presidente del comité de defensa no tendrá más
remedio que reconocer tu habilidad para lograr resultados.”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 104


Lo que quería decir que la posición de Stolet se reforzaría con respecto a la de Trünicht. Lo que
pasaba tenía más que ver con el reino de la política que con la estrategia militar. ¡Menudo zorro
taimado, el director!

“Haré lo poco que pueda” respondió Yang tras un largo silencio.

“¿De verdad? ¿Lo harás?” El director Stolet asintió, aparentemente satisfecho. “Bien, entonces. Dale
la orden a Cazellnu de que se dé prisa y tenga la nueva flota organizada y equipada. Si hay algún
suministro que necesites, pídeselo, sea lo que sea. Te ayudaré tanto como pueda.”

Me pregunto cuando iremos al campo de batalla-pensó Yang. El director debe tener otros 70 días o
asi, de mandato. Y si quiere optar a un nuevo nombramiento, significa que la operación debe llevarse
a cabo antes de eso. Si asumimos que treinta días son necesarios para la operación misma, entonces
nos iremos en unos 40 días, como máximo”

Trünicht no se opondría a esa clase de decisiones personales en la operación. Esto era porque
probablemente no había forma de tomar Iserlohn con solo media flota, y cuando la misión acabara en
fracaso, podría encargarse públicamente de Yang y Stolet. Hasta podría pedir un brindis, diciendo que
Yang y los otros habían cavado sus propias tumbas.

Una vez más, Yang no sería capaz de beber el té de Julián por un tiempo. Para él, era una pena.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 105


Capítulo 5. El ataque a Iserlohn.
I
Iserlohn.

Ese era el nombre dado a esa fortaleza vital del imperio galáctico. Localizada a 6250 años luz de la
capital imperial, en Odín; estaba Artena, una estrella en plenitud, originariamente un sol solitario sin
planetas propios. Su importancia astrográfica había llevado al imperio galáctico a construir en su
órbita un mundo artificial de 60 kilómetros de diámetro para su uso como base de operaciones.

Cuando se veía la galaxia directamente desde arriba, Iserlohn aparecía situado justo en la punta de
una región triangular donde la influencia del imperio galáctico se adentraba en la Alianza de planetas
libres. Esta amplia franja de territorio, una zona difícil para la navegación, era el cementerio
interestelar conocido como el espacio Sargasso, donde los fundadores de la alianza de planetas libres
habían perdido una vez a tantos de sus camaradas. Posteriormente, este trozo de historia, que los
dirigentes del imperio habían encontrado muy satisfactoria, había jugado un papel importante a la
hora de fortalecer su resolución para construir una fortaleza militar en dicha región, desde la cual
amenazar a la alianza.

Estrellas variables, gigantes rojas, campos gravitatorios irregulares...a través de densas


concentraciones de estos peligrosos fenómenos, había un estrecho corredor seguro en medio del cual
estaba Iserlohn. Viajar de la alianza al imperio sin usar esta área significaba usar una ruta a través del
dominio Phezzaní, y el uso de esa ruta para operaciones militares era indudablemente un problema.

El corredor Iserlohn y el corredor de Phezzan. Tanto políticos como tácticos habían intentado de todas
las maneras posibles tratar de descubrir si una posible tercera ruta que conectara la alianza y el
imperio podría ser descubierta, pero los defectos en los sistemas estelares y la interferencia (visible e
invisible) desde el imperio y Phezzan, habían frustrado esas intenciones. Desde la perspectiva de
Phezzan, el mismo valor de su existencia como un puesto comercial a mitad de camino estaba en
juego, y el descubrimiento de un posible tercer corredor, no era algo que fueran a contemplar de
brazos cruzados.

Debido a esto, la materialización del plan de las fuerzas armadas de la Alianza (resumido en las
palabras: ¡Tenemos que invadir el territorio imperial!) era dependiente de la lucha para capturar
Iserlohn. Desde que finalizó su construcción, la alianza se había atrevido a lanzar seis ataques a gran
escala para tomarla, y cada vez fueron rechazados. Esos intentos fallidos habían dado pie a que los
militares imperiales hicieran alarde de que “el corredor Iserlohn estaba poblado de cadáveres de
rebeldes”.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 106


(Nota del traductor: Parte de este párrafo ha sido traducido de forma bastante libre, porque
principalmente no le encontraba sentido al fragmento. << Across four and a half centuries, they had
dared six times to launch large-scale attacks to take the fortress>> Literalmente sería: A lo largo de
cuatro siglos y medio, se atrevieron a lanzar seis veces ataques a larga escala para tomar la fortaleza.
¿Cual es el problema? Pues es fácil de ver si tenéis fresco el prólogo. La guerra Imperio-Alianza tiene
unos 150 años como mucho, y la fortaleza Iserlohn apenas unos 30 en ese punto de la historia. Y
aunque eso no quita que no hayan librado batallas anteriormente por esa zona, antes de que la
fortaleza estuviera allí (El desastre dagón, por ejemplo), no tiene sentido hablar de “ataques a la
fortaleza” en un contexto en que esta no está.)

Yang Wen-li había tomado parte dos veces en operaciones militares cuyo objetivo era tratar de
tomarla. Había sido teniente comandante durante la quinta operación, y capitán durante la sexta.
Dos veces había sido testigo de un número de muertes masivas, y había llegado a darse cuenta de la
estupidez que suponía tratar de abrirse paso a través de mera fuerza bruta.

No podemos tomar Iserlohn atacándola desde el exterior. Yang había pensado en medio de una flota
lista para volar. Pero teniendo en cuenta eso, ¿cómo podríamos hacerlo?

Además de ser una fortaleza, Iserlohn cobijaba una flota con una fuerza de 15000 naves. El
comandante de la fortaleza y el comandante de la flota eran ambos Almirantes. ¿No había ninguna
clase de apertura del que pudiera aprovecharse?

La reciente incursión avanzada del Conde Lohengramm también había usado la fortaleza como base
avanzada de operaciones. Sin importar que, Yang tenía que derribar esta ominosa fortaleza militar del
imperio. Y además, solo recibido media flota para hacerlo.

“Francamente, no pensé que aceptarías esta misión” Dijo el contralmirante Cazellnu mientras hojeaba
un documento referente a la organización de la flota. Estaban en su oficina de los cuarteles generales
conjuntos. “El consejero y el director cuentan con esto...por sus propias razones. Seguramente
puedes ver a través de ambos.”
Sentado frente a él, Yang se limitó a sonreír sin responder. Cazellnu estampó sus papeles sobre la
mesa con revuelo y miró con profundo interés a su antiguo compañero novato de la academia de
oficiales.

“Nuestras fuerzas han tratado seis veces de tomar Iserlohn, y seis veces hemos fallado. ¿Y me estás
diciendo que vas a hacerlo con solo media flota?”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 107


“Bueno, pensé que podría probar”

Los ojos del antiguo superior de Yang en la academia se estrecharon muy ligeramente ante tal
respuesta.

“Así que piensas que hay una oportunidad. ¿Qué vas a hacer?”

“Es un secreto”

“¿Incluso para mí?”

“Empezar a actuar de forma arrogante es lo que te hace apreciar esta clase de cosas”, dijo Yang.

“Tienes razón. Dime si necesitas cualquier suministro que pueda preparar para ti. Ni siquiera pediré
un soborno.”

“En ese caso una nave Imperial, por favor. Deberíamos tener alguna nave capturada ¿no? Y también,
si puedes prepararme unos doscientos uniformes imperiales...”

Los ojos de Cezellnu se abrieron de la sorpresa.

“¿Cuál sería la fecha de entrega?”

“En.…los próximos tres días.”

“...No voy a pedirte que me pagues las horas extra, pero al menos vas a invitarme a Coñac.”

“Te compraré dos. Y, por cierto, tengo una petición más...”

“Que sean tres ¿Qué pasa?”

“Es sobre esos extremistas llamados los caballeros patriotas”

“Si, lo he oído. Debe haber sido horrible”

Como Julián estaría solo en casa por un tiempo, Yang solicitó que se hicieran los arreglos necesarios
para que la policía militar patrullara el vecindario en su ausencia. Había pensado dejar al chico con
alguna otra familia, pero era improbable que Julián, el oficial al mando de la casa cuando Yang no
estaba; lo hubiera aceptado. Cazellnu dijo que se encargaría de ello en un momento, y miró a Yang
mientras parecía recordar algo.

“Oh, si. El alto comisionado de Phezzan. Últimamente ha sido terriblemente curioso sobre ti”

“¿Oh?”

La entidad especial conocida como Phezzan tenía un interés por Yang que era un poco diferente del
que tenía por otros. Ese dominio había sido la creación de un gran mercante de nacimiento terrano
llamado Leopold Laap, pero había muchas cosas sobre su trasfondo y fuente de fondos que eran

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 108


ciertamente turbias ¿Había alguien por alguna razón causado que Laap creara esa entidad conocida
como Phezzan? Yang habiendo intentado y fallado en convertirse en historiador, pensaba en cosas así
también. Naturalmente no había hablado de esto a nadie más.

“Parece que has atraído el interés del zorro negro de Phezzan. Podría intentar conseguir tu talento”

“Me pregunto si el té de Phezzan es bueno”

“Con sabor a veneno, probablemente...por cierto ¿cómo va la planificación? Preguntó Cazellnu.

“Las cosas que salen como las planeas son muy raras en este mundo. Aunque no puedo hacer uno
apropiadamente.”

Con esas palabas, Yang se marchó. Le esperaba una montaña de trabajo.

No era solo que el personal y naves de la flota decimotercera, siendo la mitad de lo normal fuera algo
anormal. Muchos de sus oficiales y soldados eran supervivientes de los remanentes de la cuarta y la
sexta flota que habían sido tan sonoramente derrotados en Astarté; el resto eran nuevos reclutas que
carecían de experiencia en batalla. Yang podría ser un prometedor contralmirante, pero no dejaba de
ser un muchacho que no llegaba a los 30...y las palabras de sorpresa, decisión y conmoción de
almirantes más experimentados habían alcanzado sus oídos: Parece un bebe que todavía lleva
pañales, intentando golpear a un león en un combate a muerte con sus manos desnudas. Debería ser
divertido de ver. Si te han forzado, te han forzado. Pero si vas por tu propia voluntad… ¡madre mía!

Yang ni siquiera se enfadó. Tendrías que ser un optimista irremediable para no tener dudas sobre
esta operación, pensó.

El único que había respaldado a Yang era el Vicealmirante Bucock, oficial al mando de la Quinta Flota.
Un almirante de pelo blanco, poco sociable, de setenta años de edad, conocido por ser un individuo
testarudo con mal carácter. Cuando era saludado por gente como Yang, devolvía un saludo
desinteresado con una mirada sospechosa que casi decía: "¿De dónde ha salido este novato?". En el
Venado Blanco -un club para oficiales de alto rango- sus compañeros almirantes habían estado
usando a Yang y a la Decimotercera Flota como motivo de múltiples bromas cuando ese "viejo
espeluznante" había dicho: "Espero que no terminen quedando en ridículo después. Podríais estar
mirando a un brote de secuoya y reídos de él solamente por no ser alto.”

Enmudecieron por completo. Habían recordado la capacidad que Yang había demostrado en Astarté
y en batallas previas. Ante las palabras del anciano almirante, su mentalidad de grupo se había
desvanecido. Los almirantes habían vaciado sus vasos para después separarse, no sin albergar un
sentimiento extraño en el pecho, de haber dicho algo que no podrían arreglar después…

Yang, a cuyos oídos había llegado la historia; no hizo ningún esfuerzo particular para agradecer al
vicealmirante Bucock. Sabía que, si lo intentara, el almirante de pelo blanco se reiría a carcajadas.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 109
Pese a que la oposición del almirantazgo subsistió por un tiempo, la situación general no había
mejorado demasiado. El sombrío hecho todavía permanecía: esa media flota hibrida, compuesta de
supervivientes derrotados y reclutas verdes, iba a atacar una fortaleza impenetrable.

Yang invirtió un gran esfuerzo a la hora de escoger a sus oficiales ejecutivos. Como su vice
comandante eligió al comodoro Edwin Fischer, un habilidoso y experimentado oficial que había
luchado bien en la cuarta flota. Como jefe de personal escogió al comodoro Murai, un hombre
carente de originalidad, pero poseedor de una mente precisa y bien ordenada. Como asistente,
nombró al Capitán Fyodor Patrichev, que tenía reputación de buen luchador.

Yang recibiría consejo sensato de Murai, y le usaría como consejero para la toma de decisiones y
planificación de operaciones. Patrichev se dar coraje a las tropas. Y Fischer la flota de forma precisa.

Creo que puedo estar satisfecho con las asignaciones que he hecho hasta ahora, pero no sería mala
idea encontrar un ayudante de campo, pensó Yang. Le hizo una petición a Cazellnu para encontrar a
un “joven oficial prometedor” y un comunicado llegó más tarde que decía: “Tengo justo la persona.
Promoción del 794, mejor de su año. - Muchísimo mejor estudiante que tú- ahora mismo, en el
departamento de análisis de datos, en los cuarteles generales conjuntos.”

El oficial prometedor que apareció ante Yang poco después era una bonita joven con ojos de color
avellana y cabello castaño dorado con una ondulación natural. Hasta un simple uniforme militar negro
y marfil le quedaba bien. Yang se quitó sus gafas de sol y se la quedó mirando fijamente.

“Informa, la Subteniente Frederica Greenhill. He sido asignada para trabajar como ayudante de
campo para el contralmirante Yang.”

Esa fue su introducción.

Yang se puso sus gafas de sol para ocultar su expresión, pensando que seguramente debe haber una
cola negra y puntiaguda escondida en la parte trasera de los pantalones del uniforme de Alex
Cazellnu. Ella era hija de Dwight Greenhill, subdirector del Cuartel General de Operaciones Conjuntas,
y tenía la reputación de poseer una memoria extraordinaria.
Y así fue como se decidieron las asignaciones de personal para la Decimotercera Flota.

II
El 27 de abril del 796, El contralmirante Yang, comandante de la decimotercera flota de las fuerzas
armadas de la Alianza de planetas libres, estableció la ruta para atacar Iserlohn.

Oficialmente, este viaje iba a ser la primera maniobra a gran escala de la nueva flota, que se llevaría a
cabo en un sistema estelar de retaguardia, en la dirección opuesta a la de la frontera imperial de la
alianza. Salieron de Heinessen por medio de una navegación de impulso 50-C, en dirección opuesta a

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 110


la de Iserlohn, y después de tres días, volvieron a calcular la ruta y ejecutaron ocho saltos de largo
alcance y once de corto alcance, entrando finalmente en el Corredor Iserlohn.

“Cuatro mil años luz en 24 días. No está mal.” Murmuró Yang. Pero no solo era eso. El hecho de que
una flota reunida y prefabricada tan a prisa hubiera sido capaz de alcanzar el destino sin perder una
nave, era digno de elogio. Por supuesto, este éxito se debía a la experta mano del vicecomandante, el
Comodoro Fischer, elogiado por su magistral operación en operaciones de flota.

“La flota tiene un experto en eso, así que...” Diría Yang, dejando los asuntos relevantes a Fischer.
Cuando él decía algo, el solamente asentiría en aprobación.

La mente de Yang se concentraba solo en una cosa: como capturar la fortaleza Iserlohn. Cuando había
revelado su plan a sus tres oficiales ejecutivos, ellos se habían encontrado sin palabras.

Fischer, en su mediana edad tardía, con su pelo plateado y su bigote; Murai , un delgado hombre de
aspecto nervioso, cercano en edad a Fischer; y Patrichev con largas patillas en su cara redondeada y
un uniforme que parecía a punto de estallar, por el mero hecho de llevarlo puesto. Los tres
simplemente devolvieron la mirada a su joven comandante por unos momentos.

Pasó un momento y Murai preguntó la pregunta obvia:” ¿Y si no funciona, entonces qué?”

“Entonces todo lo que podemos hacer es correr con el rabo entre las piernas”

“Pero si hacemos eso...”

“¿Entonces qué? No se preocupe de eso. Tomar Iserlohn con media flota es una petición excesiva,
para empezar. Los que terminarán avergonzados frente a todos serán el director Stolet y yo”

Tras despedir a los tres, Yang llamó a su ayudante; la subteniente Frederica Greenhill.

En su posición de ayudante personal, Frederica había sabido del plan de Yang antes que el resto, pero
no había tenido objeción alguna, ni mostrado signo alguno de ansiedad o nerviosismo. Todo lo
contrario, había predicho un éxito con una certeza que sobrepasaba las expectativas del mismo Yang.

“¿Que te hace tan confiada?” Yang no pudo evitar preguntarlo, pese a que era consciente de que era
una cosa extraña que decir.

“Porque el almirante también tuvo éxito en El fácil, hace 8 años”

“Pero eso sigue siendo una base terriblemente endeble para afirmarlo, ¿no crees?”

“Puede… pero en esa ocasión, Almirante, tuvo éxito en plantar una confianza absoluta en el corazón
de una niña.”

Como respuesta, él le dirigió una mirada interrogativa.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 111


La oficial de cabello castaño dorado respondió a su dubitativo superior: “Estaba en El Facil con mi
madre en esa época. Era el hogar de la familia de mi madre. Recuerdo claramente a un joven
subteniente que estaba mordisqueando un bocadillo mientras organizaba los procedimientos de
evacuación. Apenas había tenido tiempo de comer. Ese subteniente, sin embargo, haya olvidado con
toda seguridad a la chiquilla de catorce años que le llevó café en un vaso de papel cuando se ahogó
con ese bocadillo ¿no?”

Yang no tenía una respuesta preparada.

“¿Y lo que dijo después de que su vida fuera salvada tras beber ese café?”

“¿Qué dijo?”

"No soporto el café. Habría estado bien si hubiera sido té”

Sintiendo el comienzo de un ataque de risa, Yang aclaró su garganta en voz alta para sacarla de su
cuerpo.

"¿Dije algo tan grosero?"

“Ciertamente, lo dijiste; mientras aplastabas el vaso vacío con la mano”

“¿En serio? Me disculpo. Aunque tienes que encontrar un mejor uso para tu memoria”

Las palabras sonaban ciertamente razonables, aunque no eran nada más que un reflejo de la
frustración que sentía. Frederica había descubierto 6 imágenes de entre 14.000 tomadas de Iserlohn,
en las que el estado anterior y posterior a la batalla no coincidía en las imágenes; probando de paso la
utilidad de su poder memorístico.

“Llama el Capitán Schenkopp “Dijo Yang.

Exactamente tres minutos más tarde, el Capitán Walter von Schenkopp apareció frente a Yang. Era el
Capitán del regimiento de los Rosen Ritter, o “Caballeros de la rosa” perteneciente al departamento
de guerra terrestre de las fuerzas armadas de la alianza. Era un hombre de unos treinta años con una
apariencia refinada, aunque los de su propio genero normalmente se referían a él como un “Hijo de
puta pretencioso”. Nacido de una respetable familia de aristócratas imperiales, él normalmente
hubiera estado en el campo de batalla llevando un uniforme de almirante imperial.

Los Rosen-Ritter habían sido primeramente establecidos por hijos de aristócratas que habían
desertado del imperio a la alianza, y tenía una historia de medio siglo. Esa historia estaba
parcialmente escrita en letras de oro y parcialmente en borrones de tinta negra. El regimiento había
tenido anteriormente doce capitanes. Cuatro habían muerto en batalla, luchando contra su antigua
patria. Dos se habían retirado tras convertirse en almirantes. Seis habían regresado a su anterior
patria, algunos con discreción y otros cambiando de bando en mitad del combate.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 112


Había gente que murmuraba cosas como: “Ese tío tiene mala suerte. Como es el capitán número 13,
probablemente será el séptimo traidor.” En cuanto a la razón de que el numero 13 diera mala suerte,
no había consenso. Una teoría decía que era porque la guerra termonuclear que casi había erradicado
a la humanidad en Terra (Llegando a ser el estímulo que llevaría a los supervivientes a abolir por
completo las armas de fisión nuclear) había durado trece días. Otros clamaban que era porque el
fundador de una antiquísima religión, extinta mucho tiempo atrás había sido traicionado por su
decimotercer discípulo.

“Schenkopp se presenta, señor”

Su respetuoso tono de voz era un pobre encaje para su expresión descarada. Mientras Yang miraba a
ese antiguo ciudadano imperial, que sería tres o cuatro años mayor que él, pensó:

“Adoptar una actitud artificial como esa podría ser su forma de tantear a la gente. E incluso si es así,
no puedo permitirme seguirle la corriente en cada punto...”

“Hay algo que necesito hablar con usted”

“¿Algo importante”

“Probablemente lo sea. Es sobre la captura de Iserlohn” Respondió Yang.

Por unos pocos segundos la línea de visión de Schenkopp vagabundeó por la habitación.

“Eso es extremadamente importante. ¿Está bien que lo consulte con un oficial menor como yo?”

“Solo puede ser contigo. Quiero que escuches bien.” Yang comenzó a describirle el plan.

Cinco minutos después, Schenkopp había terminado de escuchar la explicación de Yang y tenía una
mirada extraña en sus ojos marrones. Parecía estar tratando de eliminar y contener un gran shock.

“Déjame adelantarme para decir esto, Capitán: Esto no es un plan en pleno sentido de la palabra. De
hecho, es más bien un truco barato,” dijo Yang quitándose su boina negra y haciéndola girar en su
dedo.

“Pero si vamos a ocupar la impenetrable Iserlohn, creo que es la única manera. Si esto no funciona,
está más allá de mis habilidades”

“Está en lo cierto- probablemente no hay otra manera” Dijo Schenkopp, mesándose la barbilla
“Cuanta más gente depende de esas resistentes fortalezas, más tienden a fastidiarla. Existe una
posibilidad de éxito...salvo por…”

“¿Salvo por qué?”

“Si, como los rumores sugieren...me fuera a convertir en el séptimo traidor, todo habría sido por
nada. Si eso fuera a pasar, ¿qué haría?”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 113
“Tendría un problema”

Schenkopp esbozó una sonrisa dolorida al ver la mirada seria de Yang.

“Si, por supuesto- Eso sería un problema. Pero ¿es todo lo que sería? Seguramente pensaría en
alguna forma de contrarrestarlo.”

“Bueno, sí. Pensé sobre eso”

“¿Y?”

“No se me ocurrió nada. Si nos traicionas, tiraré la toalla y regresaremos a casa. No habrá nada más
que pueda hacer”

La boina se deslizó del dedo de Yang y se cayó al suelo. La mano del antiguo ciudadano imperial la
alcanzó y la recogió, para una vez que le sacudió un polvo que ni siquiera se había llegado a adherir;
devolvérsela a su oficial superior.

“Disculpa”

“Sin problema. Entonces ¿estás diciendo que tienes confianza absoluta en mí?”

“Siendo honesto, no confío mucho en mí mismo” respondió Yang planamente “pero a menos que
confíe en tí, el plan mismo se acabará antes de empezar. Así que confiaré en ti. Es el gran
prerrequisito.”

“Ya veo,” Dijo Schenkopp, pese a que la apariencia de su rostro dijera que no le había necesariamente
tomado a Yang la palabra. El comandante de los Rosen Ritter miró de nuevo a su superior con una
clase de mirada que parcialmente trataba de discernir las verdaderas intenciones de Yang, así como
las suyas propias.

“¿Puedo preguntarle algo, almirante?”

“Dispara”

“Las ordenes que recibió esta vez eran prácticamente imposibles. Le dijeron que tomara media flota,
con tropas indisciplinadas, que más bien son una masa alborotada- y tomar Iserlohn. Incluso si lo
rechazara, no habría muchos que le culparan. El hecho de que accediera, quiere decir que ya tenía
este plan en mente. Sin embargo, me gustaría saber que hay en su cabeza, por debajo de todo eso.
¿Ansía honores? ¿O un ascenso?”

La luz de los ojos de Schenkopp era afilada e implacable.

“No creo que fuera ansía por un ascenso precisamente” dijo Yang. Su respuesta era totalmente
indiferente, como si hablara de otra persona “Me parece suficiente que me llamen “Excelencia” antes
de los 30. Porque, en primer lugar, si sigo vivo al final de esta misión, mi intención es retirarme”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 114
¿Retirarse?”

“Si, bueno. Tengo la pensión y también la paga de retiro… debería ser suficiente para que yo y otra
persona vivamos con un estilo de vida cómodo, aunque modesto”

“¿En serio dice que se retirara bajo esas condiciones?”

Yang sonrió ante el sonido de la voz de Schenkopp. Parecía estar luchando por entenderlo.

“Con estas condiciones: Si nuestras fuerzas ocupan la fortaleza, eso cortará la que es probablemente
la única ruta del imperio para invadirnos. Mientras la alianza no decida hacer algo estúpido como usar
la fortaleza como una plataforma para su propia invasión a gran escala, ambos poderes serán
incapaces de chocar incluso si quieren. Al menos no a gran escala.”

Schenkopp escuchó en silenció.

“En ese punto, dependerá de la habilidad diplomática del gobierno de la alianza, y ya que habremos
ganado un importante punto estratégico, podríamos ser capaces de obtener un tratado de paz
satisfactorio con el imperio. Y en lo que a mí respecta, puedo retirarme con mi mente en paz si eso
pasa.”

“Aunque me pregunto si esa paz puede durar”

“La paz duradera nunca ha existido en la sociedad humana, así que no aspiro a eso. Aun así, ha
habido periodos de paz y prosperidad que se han alargado a lo largo de varias décadas. Si tenemos
que dejar alguna clase para la próxima generación, lo mejor que podemos darles es paz. Y mantenerla
será la tarea de la próxima generación. Si cada generación recuerda su responsabilidad hacia las
futuras generaciones, puede mantenerse una paz a largo plazo. Si se olvidan, arruinaran ese legado, y
la raza humana volverá a la casilla de salida. Aunque eso también está bien”

Yang se caló en la cabeza la boina con la que había estado jugando.

“En resumen, todo a lo que realísticamente aspiro es a una paz que se extienda por las siguientes
décadas. Pero incluso así, un periodo de paz así de extenso sería mucho mejor que una guerra que
durara la décima parte. Hay un chico de 14 años viviendo en mi casa, y no quiero verle arrastrado a un
campo de batalla. Así es como me siento.”

Cuando Yang cerró la boca, se hizo el silencio. Aunque no duró mucho.

“Discúlpeme, almirante, pero o es un hombre excepcionalmente honesto o el mayor sofista desde los
tiempos de Rudolf el grande” Schenkopp esbozó una sonrisa irónica “en cualquier caso, ha sido una
respuesta mejor de lo que esperaba. Lo daré todo, también, por una paz no-tan-duradera.”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 115


Ninguno de los dos hombres era de los que se estrechaban la mano con emoción después de decir (u
oír cosas así) así que desde allí la conversación derivó inmediatamente a asuntos de negocios,
mientras discutían los detalles de la operación.

III
Había dos almirantes en los militares apostados en Iserlohn. Uno de ellos era comandante de la
fortaleza, el Almirante Thomas von Stockhousen, y el otro el comandante de la flota de Iserlohn;
almirante senior Hans Dietrich von Seeckt. Ambos tenían cincuenta años de edad, y mientras que la
altura también era un aspecto que ambos compartían, la cintura de Stockhousen era una talla más
estrecha que la de Seeckt.

No estaban en términos amistosos, pero esto tenía menos que ver con la responsabilidad individual
de cada uno que con la tradición. Eran dos comandantes, con un rango similar, en el mismo espacio
de trabajo.

Era una maravilla cuando no se peleaban entre ellos.


Los conflictos emocionales se extendían naturalmente incluso a las tropas bajo su mando. Desde el
punto de vista de la guarnición de la fortaleza, la flota era como un molesto huésped que peleaba
afuera, y luego volvía corriendo cuando las cosas se ponían peligrosas, buscando un lugar seguro
donde esconderse: un hijo pródigo, por así decirlo. Y si se les preguntaba a los tripulantes de la flota,
dirían que las tropas de la guarnición de la fortaleza eran un montón de "topos espaciales" escondidos
en un escondite seguro y divirtiéndose jugando a la guerra con el enemigo.
Dos cosas apenas salvaban la brecha entre ellos: su orgullo como guerreros "apoyando la fortaleza
inexpugnable de Iserlohn" y su entusiasmo por luchar contra el "ejército rebelde". De hecho, cuando
llegaron los ataques enemigos, compitieron sin descanso por el éxito, aun cuando se despreciaban y
maldecían unos a otros. Esto resultó en el logro de enormes éxitos militares.
Cada vez que las autoridades militares proponían combinar las oficinas de la fortaleza y del
comandante de la flota para unificar la cadena de mando, se rechazaba la idea. Ello se debió a que la
disminución del número de puestos a nivel de comandante planteaba un problema para los oficiales
de alto rango y también a que no existían ejemplos previos de conflictos entre los dos que condujeran
a un resultado fatal.

Era el 14 de mayo del calendario estelar. Los dos comandantes, Stockhausen y Seekt estaban en su
sala de conferencias. Originariamente, esto había sido parte de un salón para oficiales de alto rango,
pero al estar a la misma distancia de ambas oficinas, se había remodelado como una sala de
reuniones a prueba de sonido. La medida se había tomado porque a ninguno le gustaba la idea de ir a
la oficina del otro, y ya que ambos estaban en la misma fortaleza no tendría sentido emplear
comunicaciones visuales.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 116
Por los últimos dos días, las comunicaciones en las cercanías de la fortaleza habían sido confusas. No
cabía duda de que se acercaba una fuerza rebelde. Sin embargo, aún no ha habido nada como un
ataque. Los dos comandantes se estaban reuniendo para discutir qué hacer al respecto, pero la
conversación no avanzaba en una dirección necesariamente constructiva.

"Dice que deberíamos lanzar la flota ya que los rebeldes están ahí fuera, comandante, pero no
sabemos dónde están, así que, ¿cómo va a luchar contra ellos?"
Así habló Stockhausen, a lo que Seeckt respondió:
"Por eso es por lo que deberíamos salir: para averiguar dónde se esconden. Si los rebeldes vienen a
atacar, es probable que movilicen una gran fuerza".
Con las palabras de Seeckt, Stockhausen asintió, en un gesto de completa seguridad en sí mismo.
"Que terminará con ellos siendo rechazados de nuevo. Los rebeldes nos han atacado seis veces, y seis
veces han sido repelidos. Incluso si están a punto de volver, sólo significará que seis veces se
convertirán en siete".
"Esta fortaleza es realmente asombrosa", dijo el comandante de la flota, insinuando que no es porque
el comandante de la fortaleza fuera particularmente capaz. “En cualquier caso, es un hecho que el
enemigo está cerca. Me gustaría movilizar a la flota e ir a buscarlos".
"Pero si no sabes dónde están, no tienes forma de encontrarlos. Espera un poco más".
Justo cuando la conversación empezaba a dar vueltas, hubo una llamada de la sala de
comunicaciones. Decía que se había detectado una extraña transmisión. Aunque la interferencia era
feroz y la transmisión se desvanecía, al final se reveló la siguiente situación:
Desde la capital imperial, Odín, se había enviado a Iserlohn un único crucero ligero de clase Bremen
que transportaba comunicados vitales, pero había sido atacado por el enemigo dentro del corredor y
en la actualidad estaba siendo perseguido. Estaban buscando el rescate de Iserlohn. Los dos
comandantes se miraron el uno al otro. En un gruñido de la parte posterior de su gruesa garganta,
Seeckt dijo: "No está claro en qué parte del corredor se encuentran, pero en este momento no
tenemos más remedio que movernos".
"¿Pero es realmente una buena idea?"
"¿Qué quieres decir con eso? Mis tropas son muy diferentes de los topos espaciales que sólo quieren
seguridad".
"¿Qué se supone que significa eso?"
Los dos habían llegado a la sala de reuniones de las operaciones conjuntas y ocuparon sus asientos,
con los rostros disgustados uno al lado del otro.
Seeckt dio órdenes de lanzar la flota a sus propios oficiales de Estado Mayor, y Stockhausen miró en
otra dirección mientras explicaba la situación. Cuando Seeckt terminó de hablar, uno de sus oficiales
se levantó de su asiento.
"Un momento, por favor, Su Excelencia."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 117


“Ahh, Capitán Oberstein…”dijo el Almirante Seeckt sin una pizca de buena voluntad en su voz. Odiaba
a su nuevo oficial de estado mayor. Ese cabello entrecano, ese rostro pálido y sin sangre, esos ojos
artificiales que a veces emitían un brillo extraño. Nada de eso le gustaba. “Es un personaje muy
sombrío, pensaba.

“¿Tiene la misma opinión?”

Al menos en la superficie, Oberstein no parecía perturbado por el tono impertinente de su oficial


superior.
“La tengo”
“Bien, oigámosla” Dijo Seeckt con reparos.
“Bien, en ese caso se lo diré. Podría ser una trampa.”
“¿Una trampa?”
“Si, señor. Para atraer a la flota lejos de Iserlohn. No deberíamos salir, sino observar la situación sin
hacer un movimiento precipitado.”

Seeckt resopló con desdén. “Así que lo que quiere decir, Oficial, es que si salidos, el enemigo está
esperando y si luchamos seremos derrotados.”

“Eso no es lo que quería decir”

“Bien entonces ¿qué quiere decir? Somos soldados, luchar es nuestro deber. En lugar de buscar
nuestra seguridad personal, deberíamos pensar proactivamente maneras de destruir al enemigo, y
más importante ¿Qué podemos hacer si no podemos ayudar a un aliado en problemas?”

Sentía antipatía hacia Oberstein, y tenía que considerar su propia apariencia frente a Stockhausen,
que observaba el desarrollo con una sonrisa irónica. Además, Seeckt era un líder de armas y gloria,
del tipo que no soportaba esperar y quedarse al margen cuando el enemigo estaba ante él; no estaba
en su naturaleza permanecer encerrado en la fortaleza y esperar un asalto. Creía que, si lo hacía, una
carrera dedicada a las naves de guerra se desperdiciaría.
"No lo sé, Almirante Seeckt, su oficial de Estado Mayor tiene razón. No conocemos las posiciones
precisas de nuestros enemigos ni de nuestros aliados, y el peligro es grande. ¿Qué tal si esperamos un
poco más? “Fue la opinión de Stockhausen la que decidió el asunto. Seeckt lo dijo sin rodeos.
Por fin la flota de Iserlohn, compuesta por quince mil naves grandes y pequeñas, comenzó a salir del
puerto.
Stockhausen observó las salidas a través de la pantalla del monitor de control de tráfico del puerto en
la sala de mando de la fortaleza. La visión de los acorazados como enormes torres a sus lados y los
elegantes destructores aerodinámicos lanzándose en formaciones ordenadas, partiendo hacia un
campo de batalla en el vacío del espacio, era verdaderamente magnífica.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 118
"Hmph. Espero que vuelvas más inteligente", murmuró Stockhausen. No se atrevía a decir cosas como
"morir" o "perder", ni siquiera en broma. Esa era su manera de ejercer la moderación.
Pasaron unas seis horas, y luego, una vez más, llegó una transmisión. Era del crucero ligero de clase
Bremen en cuestión, y las siguientes palabras fueron extraídas de la estática: "Finalmente hemos
llegado cerca de la fortaleza, pero seguimos siendo perseguidos por las fuerzas rebeldes. Solicito
bombardeo de artillería para cubrir nuestra aproximación."

Mientras ordenaba a los artilleros hacer preparaciones para el fuego de cobertura, la expresión de
Stockhausen se volvió un tanto amarga. ¿Adónde se había marchado ese imbécil de Seeckt?”

Las grandes palabras estaban bien, pero ¿no era capaz de ayudar a un aliado que estaba solo?

"¡Tenemos imágenes de la nave en pantalla!", informó uno de sus hombres. El comandante dio
órdenes de aumentar y proyectar la imagen.

El crucero ligero de clase Bremen se acercaba a la fortaleza con toda la inestabilidad de un borracho.
Los múltiples puntos de luz que se podían ver en su fondo eran, por supuesto, naves enemigas.

"¡Prepárense para disparar!", ordenó Stockhausen.

Sin embargo, justo antes de entrar en el campo de tiro de los cañones principales de la fortaleza, las
naves de la fuerza de la alianza se detuvieron por completo. Estaban flotando -a tiempo, parecía- más
allá de una frontera invisible, y cuando vieron que el crucero ligero de clase Bremen se dirigía hacia el
puerto, guiados por una señal de la sala de control de tráfico del puerto de la fortaleza, empezaron a
girar sus narices en aparente resignación.

"Chicos prudentes, saben que es inútil."

Los soldados imperiales estallaron en una risa estridente. Su confianza era tan inquebrantable como
la fortaleza era inexpugnable. Habiendo entrado a puerto, y atracado por medio de campos
magnéticos, el crucero ligero clase-Bremen era un espectáculo trágico que contemplar. Con sólo mirar
su exterior, era posible divisar una docena de áreas dañadas. La espuma de choque blanca salía de las
grietas en el casco como los intestinos de un animal, y el número de grietas finas era imposible de
contar, incluso con los dedos de las manos y de los pies de cien soldados.

Los coches impulsados por hidrógeno y cargados con personal de tierra vinieron corriendo hacia ella.
No se trataba de tropas de la fortaleza, sino de tropas bajo el mando de la Flota de Iserlohn, y
simpatizaban desde el fondo de sus corazones al ver la miserable condición de la nave.

Se abrió una escotilla en el crucero ligero y apareció un oficial de aspecto joven, con vendas blancas
alrededor de su cabeza. Era un hombre guapo, pero su pálida cara estaba manchada con una
sustancia rojiza y negra.

"Soy el capitán Larkin, comandante de esta nave. Me gustaría ver al comandante de esta fortaleza."
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 119
Hablaba el idioma oficial del imperio de forma clara y articulada.

"Sí, señor", dijo uno de los oficiales de mantenimiento, "Pero, ¿qué está pasando ahí fuera?"

El capitán Larkin dio un suspiro de frustración.

"Nosotros mismos no estamos muy seguros. Venimos de Odín, sabes. Sin embargo, parece que de
alguna manera su flota ha sido destruida."

El capitán Larkin, que miraba con incredulidad a la tripulación de tierra, gritó: "Parece que, de alguna
manera, las fuerzas rebeldes han encontrado una nueva forma de pasar por el pasillo. Esto amenaza
no sólo a Iserlohn sino también a la supervivencia del propio imperio. Rápido, ahora, llévame con el
comandante."

El almirante Stockhausen, que había estado esperando en la sala de mando, se levantó de su silla
cuando vio a cinco oficiales del crucero ligero entrar en la sala rodeados de personal de seguridad.

"Explica la situación, ¿qué está pasando ahí fuera?" Mientras Stockhausen caminaba hacia el capitán
con largas zancadas, su voz era más aguda de lo habitual. Ya se le había informado, y si las fuerzas
rebeldes habían ideado una forma de atravesar el corredor, ello significaba que se pondría en tela de
juicio el significado mismo de la existencia de Iserlohn y le correspondería a él desarrollar alguna
forma de contrarrestar los movimientos de las fuerzas rebeldes.

Como Iserlohn era en sí mismo una construcción fija, era exactamente en tiempos como estos cuando
era necesaria la flota de Iserlohn. Y Seeckt, ese jabalí salvaje, había salido corriendo con él.
Stockhausen tenía problemas para mantener un aire de calma.

"Esto es lo que ha pasado..." La voz de este capitán Larkin era baja y débil, así que Stockhausen,
sintiéndose impaciente, se acercó al hombre. "Esto es lo que ha pasado: ¡Su Excelencia, Stockhausen,
se ha convertido en nuestro prisionero!"

Un instante congelado se derritió, y para cuando los guardias de seguridad, con agudas maldiciones,
desenfundaron sus blasters, el brazo del Capitán Larkin envolvió el cuello de Stockhausen, y apuntó
un arma de fuego de cerámica -invisible para el sistema de seguridad de la fortaleza- al costado de su
cabeza.

“Pero, tu..."Gruñó el comandante Lemmrar, jefe del equipo de seguridad de la sala de mando, con la
cara rojiza cada vez más roja. "Eres amigo de esos rebeldes. ¿Cómo te atreves a intentar algo tan
escandaloso...?"

"Voy a pedirte que me recuerdes. Soy el capitán Walter von Schenkopp, del regimiento Rosen Ritter.
Tengo las dos manos ocupadas ahora mismo, así que no puedo quitarme el maquillaje para saludarte
como es debido". El capitán se rió como si fuera invencible. "Para ser honesto, no pensé que las cosas
saldrían tan bien. Me aseguré de falsificar una tarjeta de identificación antes de venir, pero nadie la
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 120
revisó. Es una buena lección que aprender, que no importa cuán seguro sea el sistema, todo depende
de la gente que lo maneje".

"¿Y para quién es esa lección, me pregunto?" Con estas palabras siniestras, el comandante Lemmrar
apuntó con su blaster tanto a Stockhausen como a Schenkopp. "Planeaban tomar rehenes, pero no
piensen que ustedes los rebeldes son lo mismo que los soldados imperiales. Su Excelencia el
comandante es un hombre que teme la deshonra más que la muerte. ¡No hay ningún escudo aquí
para protegerte!"

"Su Excelencia el comandante parece molesto por haber sido tan sobreestimado." Sonriendo con
desprecio, Schenkopp miró a uno de los cuatro hombres que lo rodeaban. Ese hombre sacó un disco
de cerámica, lo suficientemente pequeño como para llevarlo en la mano, de debajo de su uniforme
imperial.

"Sabes lo que es eso, ¿verdad? Es un emisor de partículas Céfiro".

Schenkopp habló, y fue como si una corriente eléctrica hubiera pasado por la amplia cámara.

Las partículas Céfiro fueron nombradas por su inventor, Karl Seffl, un investigador en química
aplicada, quien había sintetizado las partículas para la extracción de minerales y la realización de
obras de ingeniería civil a escala planetaria, por lo que -para decirlo brevemente- estas partículas eran
como un gas que reaccionaría a una cantidad determinada de calor o energía, desencadenando una
explosión dentro de un rango controlable. Sin embargo, la humanidad siempre ha adaptado las
tecnologías industriales al uso militar.

La cara del comandante Lemmrar parecía casi completamente oscurecida. Los Blasters, que
disparaban rayos de energía, se había vuelto imposibles de usar. Si alguien dispara, todos caerían
juntos. Las partículas de Céfiro en el aire serían encendidas por el rayo, reduciendo a cenizas a todos
los presentes en la habitación en un instante.

"Comandante C..."

Uno de los guardias de seguridad había levantado la voz en lo que parecía un chillido. El comandante
Lemmrar, con los ojos llenos de una luz vacía, miró al almirante Stockhausen. Schenkopp aflojó un
poco el brazo, y después de respirar dos veces, el comandante de la Fortaleza de Iserlohn se rindió.

"Tú ganas. No se puede evitar, nos rendimos".

Schenkopp dio un suspiro de alivio en su corazón.

"Muy bien, todos: ya saben qué hacer."

Como se les ordenó, los subordinados del capitán se ocuparon de sus tareas. Se modificaron los
programas de control de tráfico portuario, se desactivaron todos los sistemas de defensa y se liberó

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 121


gas durmiente en toda la fortaleza por medio del sistema de aire acondicionado. Los técnicos que se
habían estado escondiendo dentro del crucero ligero de clase Bremen desembarcaron y ejecutaron
estas operaciones con habilidad y eficiencia. Mientras que sólo un pequeño grupo de personas se
daba cuenta de lo que estaba sucediendo, Iserlohn estaba siendo invadido, como si fuera un cáncer, y
sus funciones se paralizaron en un instante.

Cinco horas más tarde, los soldados imperiales fueron liberados de un sueño nublado como una sopa
de judías y quedaron aturdidos sin palabras para encontrarse despojados de sus armas y ser hechos
cautivos. Sumando todo el personal de combate, comunicaciones, abastecimiento, médico,
mantenimiento, control de tráfico, técnico y de otro tipo, su número total ascendía a quinientos mil.
Con sus fábricas gigantescas para la producción de alimentos y otras necesidades, Iserlohn estaba
equipada con un entorno y unas instalaciones capaces de mantener a una población, incluido el
personal de la flota, que superaba el millón de personas. La intención del imperio de que Iserlohn
debía ser una "fortaleza eterna" tanto en nombre como en el de los demás, era evidente.

Sin embargo, los oficiales y tropas de la Decimotercera Flota de las Fuerzas Armadas de la Alianza ya
estaban al mando. La Fortaleza de Iserlohn, que en el pasado había consumido como un vampiro la
sangre de millones de soldados de las Fuerzas Armadas de la Alianza, cambió de manos sin que se
derramara una sola gota de sangre nueva.

IV
La Flota imperial había estado vagando por el interior del corredor, lleno de obstáculos y peligros,
buscando al enemigo.

Los oficiales de comunicaciones habían estado trabajando arduamente para contactar a la fortaleza y,
por fin, palideciendo, llamaron al comandante Seeckt. Una vez eliminadas las persistentes olas de
interferencias, por fin habían restablecido las comunicaciones, pero lo que habían recibido de la
fortaleza era una transmisión que decía: "Ha estallado un motín entre los hombres". Solicitando
ayuda".

"¿Un motín dentro de la fortaleza?" Seeckt chasqueó la lengua. "¿No puede ese incompetente de
Stockhausen controlar a sus propios hombres?"

Los sentimientos de superioridad de Seeckt estaban siendo cosquilleados por la cortés petición de
ayuda. Cuando pensó en cómo esto dejaría a su colega en deuda con él en gran medida, se sintió aún
más encantado.

"Apagar el fuego a nuestros pies tiene prioridad. Todas las naves, regresen a Iserlohn
inmediatamente."

"Espere un momento", respondió una voz a la orden de Seeckt.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 122


La voz era tan silenciosa que arrojó una nube de tristeza sobre el puente, y sin embargo permaneció
en toda la habitación. Cuando Seeckt vio al oficial que había salido antes que él, una expresión brotó
de su rostro de odio abierto y oposición. Ese pelo entrecano, esas mejillas mortalmente pálidas, ¡es el
Capitán Oberstein otra vez!

"No recuerdo haberle pedido su opinión, Capitán."

"Soy consciente de ello. Sin embargo, si me permite..."

"... ¿Qué quieres?"

"Esto es una trampa. Creo que sería mejor no volver".

Seeckt se quedó en silencio durante un largo momento.

Sin decir una palabra, el comandante se abrió paso en su mandíbula y miró con odio a un
desagradable subordinado que decía cosas desagradables en un tono de voz desagradable.

"Me parece que todo lo que ves es una trampa en tus ojos."

"Excelencia, por favor escuche."

"¡Ya es suficiente! Todas las naves, den la vuelta y diríjanse a Iserlohn a velocidad de combate dos.
Esta es una gran oportunidad para poner a esos topos espaciales en deuda con nosotros".

Su amplia espalda se alejó de Oberstein.

"No merece la pena hablar con hombres pequeños que están llenos de ira, pero no tienen verdadero
coraje."

Escupió esas palabras con desprecio, y Oberstein se volvió y abandonó el puente. Nadie intentó
detenerlo.

Después de subir a un ascensor exclusivo que sólo reaccionaba a las huellas de voz de los oficiales,
Oberstein comenzó a descender a través de la inmensa nave, equivalente en tamaño a un edificio de
sesenta pisos, yendo hacia su nivel más bajo.

"¡La flota enemiga ha entrado en el rango de fuego!"

"Cañones principales de la fortaleza cargados y listos."

"¡Objetivo alcanzado! Podemos disparar en cualquier momento".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 123


Voces tensas llenaban el aire de la sala de mando de la Fortaleza de Iserlohn.

"Apuntales un poco más."

Yang estaba en la mesa de mando de Stockhausen. No estaba sentado en la silla del comandante, sino
sobre la mesa, con las piernas cruzadas, y en esa posición indecorosa miraba fijamente a un grupo de
puntos brillantes que se acercaba y cubría la pantalla gigante de la pantalla táctica. Por fin, respiró
hondo y dijo: "¡Fuego!"

La orden que Yang había dado no había sido pronunciada en voz alta, sino a través de sus auriculares,
fue transmitida con precisión a los artilleros.

Y Dispararon. Los artilleros observaron como masas de luz -blancas y rebosantes de brillo- saltaban y
se precipitaban sobre el enjambre de puntos centelleantes.

Más de cien naves de la vanguardia de la flota imperial tomaron el asalto de la batería principal de
Iserlohn de frente y fueron aniquilados al instante. El exceso de calor y la alta concentración de
energía ni siquiera les dio tiempo a explotar. Después de que la materia orgánica e inorgánica por
igual hubiera sido vaporizada, no quedaba nada excepto un vacío casi perfecto.

Las naves que habían explotado eran los de segundo rango de la fuerza imperial y los que
flanqueaban la vanguardia. Las naves en la periferia fueron golpeadas por las energías y enviadas
fuera de curso, e incluso las naves posicionadas fuera de esa región fueron sacudidas violentamente
en el período posterior. Gritos y chillidos ocupaban los canales de comunicación de las naves
imperiales que habían sobrevivido a aquel primer ataque.

"¿Por qué están disparando a sus aliados?"

"No, eso no está bien. Tienen que ser esos tipos que se amotinaron..."

"¡¿Qué hacemos?! No podemos contraatacar. ¿Cómo nos alejamos de las armas principales?"

Dentro de la fortaleza, tanto los oficiales de la fuerza de la alianza como las tropas habían jadeado y
permanecido en silencio, con sus ojos clavados en la pantalla. Habían visto por primera vez el poder
destructivo y diabólico de la batería principal de Iserlohn, apodada “Martillo de Thor”.

La fuerza imperial al completo estaba dominada por un sentimiento de terror. El arma principal de la
fortaleza, que hasta ese momento había sido un inigualable y poderoso ángel de la guarda, se había
convertido en una porra implacable en manos de un demonio, y que se abalanzaba sobre sus cabezas.

“¡Contraataque!¡Quiero un barrido sincronizado de todos los cañones principales!” Aulló Seekt con
una voz que resonaba como un trueno. En su propia manera ese grito había tenido el efecto de
devolver la disciplina a las confusas tropas. Los pálidos artilleros se abalanzaron sobre sus consolas

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 124


para sincronizar sus sistemas de apuntado automático, y pulsaron los botones de las pantallas táctiles.
Cientos de rayos trazaron líneas geométricamente perfectas a través de la negrura del espacio.

Era imposible, sin embargo, destruir el muro externo de Iserlohn con el mero poder de los cañones de
una flota. El bombardeo golpeó la cubierta externa, pero los rayos fueron reflejados, dispersándose
fútilmente.

La humillación, derrota y terror que los oficiales y tripulación de las fuerzas armadas de la alianza
habían probado en tiempos pasados había sido devueltos, con intereses a las fuerzas imperiales.

Las llamaradas de luz diez veces más gruesas que los rayos de los cañones de las naves estallaron una
vez más desde la Fortaleza de Iserlohn, y de nuevo causaron la muerte y la destrucción a gran escala.
Gigantescos agujeros habían aparecido en las columnas de la flota imperial, demasiado anchos para
ser cerrados fácilmente. Los bordes estaban adornados con las cáscaras arruinadas de los naves y
fragmentos de los mismos.

Después de haber sido atacada sólo dos veces, la fuerza imperial estaba medio paralizada. Los
supervivientes habían perdido la voluntad de luchar y apenas podían permanecer donde estaban.

Yang miró hacia otro lado de la pantalla y se frotó alrededor de su estómago. Su sensación era, si no
llegamos tan lejos, no podemos ganar esto.

El Capitán Schenkopp, mirando la pantalla que estaba junto a Yang, tosió a propósito.

"Esto no es lo que usted llama combate, Excelencia. Esta es una masacre unilateral".

Yang, que se volvió hacia el capitán, no estaba enojado.

"Lo sé. Tienes toda la razón. Pero no vamos a comportarnos como el imperio. Capitán, intente
aconsejarles que se rindan. Si no quieren hacer eso, diles que se retiren y que no los perseguiremos".

"Sí, señor." Schenkopp miró al joven oficial superior con gran interés. Otros soldados también
podrían ir tan lejos como para aconsejar la rendición, pero probablemente no le dirían al enemigo que
escapara. ¿Era esto una fortaleza o una debilidad del más extraño de los tácticos, Yang Wen-li?

En el puente de la nave insignia, un oficial de comunicaciones gritó:

"¡Excelencia, hay una transmisión de Iserlohn!" Seeckt miró al hombre con los ojos inyectados de
sangre, a lo que dijo:

"Iserlohn está ocupado por la alianza, es decir, por las fuerzas rebeldes, después de todo. Su
comandante, el Contraalmirante Yang Wen-li, dice lo siguiente:

"No hay nada que ganar con más derramamiento de sangre. Ríndanse.”

"¿Rendirse, dice?"
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 125
"Sí. Y otra cosa: Si no quieres rendirte, entonces retrocede, no perseguiremos.”

Por un momento, las caras alrededor del puente volvieron a cobrar vida. ¡Huir! ¡Por fin, una opción
inteligente! Sin embargo, esas expresiones de ánimo fueron borradas por un feroz grito de ira.

"¡¿Cómo podríamos hacer tal cosa?!" Seeckt estampó en el suelo sus botas del uniforme. Ceder a
Iserlohn a los rebeldes, perder casi la mitad de las naves bajo su mando, volver a enfrentarse a Su
Majestad, ¿el Kaiser en la derrota? ¿Eso es lo que este comandante rebelde le estaba diciendo que
hiciera? Para Seeckt, eso era imposible. Mejor romperse como una joya inestimable, decía el dicho,
que llevar una vida larga y vergonzosa como un vulgar azulejo El último honor que le quedaba era el
de la joya destrozada.

"Oficial de Comunicaciones, transmita lo siguiente a las fuerzas rebeldes."

Mientras los oficiales y la tripulación que rodeaban a Seeckt escuchaban el contenido de su mensaje,
el color se les drenaba de la cara. La fiera luz en los ojos de su comandante atravesó sus rostros.

"A mi orden, todas las naves trazarán cursos de colisión y atacarán a Iserlohn. Seguramente ninguno
de ustedes envidiará nuestras vidas en un momento como éste".

El puente estaba en silencio. Nadie le respondió.

Mientras tanto, en Iserlohn, Schenkopp le dijo a Yang: "Hay una respuesta de las fuerzas imperiales".

Llevaba el ceño fruncido.

"No conoce el corazón del guerrero; morir y cumplir la causa del honor es el camino que conocemos;
vivir manchado de desgracia es un camino que no conocemos."

"Hmm", dijo Yang.

"Lo que quiere decir es que, bajo estas circunstancias, todo lo que pueden hacer ahora es cargar con
todas las naves para que mueran gloriosamente, y al hacerlo, devolver el favor de su Alteza Imperial."

"¿El corazón del guerrero?"

La Subteniente Frederica Greenhill sintió el sonido de una amarga ira en la voz de Yang. De hecho,
Yang estaba furioso. ¿Quieres morir para expiar la derrota en la batalla? Bonito y elegante. Pero si vas
a hacer eso, ¿por qué no puedes morir solo? ¿Por qué te llevas a tus subordinados contigo por la
fuerza?

Es por culpa de hombres como éste que la guerra no puede terminar, pensó Yang. Ya he tenido
suficiente. Basta de tratar con hombres como éste.

"Todas las naves enemigas están cargando", gritó un operador.

"¡Artilleros! ¡Concentren el fuego en el buque insignia enemigo!"


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 126
Era la primera vez que Yang daba una orden tan incisiva. Frederica y Schenkopp miraron a su
comandante, cada uno con su propia expresión.

"Este es el último bombardeo. Si pierden a la nave insignia, el resto de ellos huirá".

Con mucho cuidado, los artilleros apuntaron a su presa. Innumerables flechas de luz fueron desatadas
por la fuerza imperial, pero ni siquiera una tuvo efecto. Las vistas estaban perfectamente alineadas.

Y fue entonces cuando un solo transbordador de escape fue expulsado de la popa del buque insignia
imperial. La humilde salpicadura de plata rápidamente se derritió en la oscuridad.

¿Alguien lo había notado? Después del espacio de otro aliento, las mortíferas y redondeadas
columnas de luz apuñalaron a través de la oscuridad por una tercera vez.

En su punto focal estaba el buque insignia imperial, y parecía como si una región circular del espacio
se hubiera separado del resto. El almirante Seeckt, con su voz enfadada y su cuerpo corpulento, había
sido reducido a partículas que sólo se podían medir en micras, junto con sus desafortunados oficiales
de Estado Mayor. Cuando las naves imperiales sobrevivientes se dieron cuenta de lo que había
sucedido, comenzaron a mover sus narices una tras otra y a retirarse del campo de tiro de la batería
principal de la Fortaleza de Iserlohn. Ya que el comandante que pedía sus nobles y bellas muertes
había desaparecido, no había razón para tirar sus vidas a la basura en un combate temerario, o, mejor
dicho, en una matanza unilateral.
En medio de ellos estaba la sombra del transbordador de escape que llevaba al capitán Oberstein. A
medida que avanzaba en el semiautomático, volvió a mirar por encima de su hombro la forma
esférica de la colosal fortaleza que iba menguando en la distancia.
En el momento anterior a su muerte, ¿gritó el almirante Seeckt "Salve a su Majestad Imperial" o algo
así? Qué absurdo. Sólo los vivos pueden vengarse.” Ah, bueno, pensó Oberstein en su corazón. Si
tuviera habilidades de liderazgo y el poder para hacer las cosas además de su ingenio, podría
recuperar Iserlohn en cualquier momento. O incluso si dejaran a Iserlohn en las manos de la alianza
tal y como estaban las cosas, perdería todo su valor cuando la propia alianza fuera destruida.
¿A quién debe elegir? No había nadie con talento entre los aristócratas de sangre azul. ¿Debería elegir
al joven rubio del conde Reinhard von Lohengramm? No parecía haber nadie más...
Pasando junto a las naves de sus camaradas que huían, el transbordador se alejó volando en medio de
la noche.
Dentro de la Fortaleza de Iserlohn, sin embargo, un volcán de alegría y emoción estaba en erupción, y
cada espacio abierto estaba ocupado por voces de risas y cantos, sin prestar atención a la clave o
escala. Los únicos que se mantuvieron en silencio fueron los prisioneros aturdidos que se habían
enterado de sus circunstancias, y el director del gran espectáculo, Yang Wen-li.
"¿Subteniente Greenhill?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 127


Cuando Frederica respondió a su llamada, el joven almirante de pelo negro estaba bajando al suelo
desde la mesa de mando.
"Contacta con la Alianza. Diles que se acabó, que ganamos, e incluso si me dicen que lo haga de
nuevo, no puedo. Ocúpate del resto. Voy a buscar una habitación vacía y dormir un poco. En cualquier
caso, estoy agotado".

"¡Yang el mago!"
"¡Milagro Yang!"
Una tormenta de vítores saludó a Yang Wen-li, que había regresado a Heinessen, la capital de la
Alianza de Planetas Libres.
La gran derrota en la Región Estelar de Astarté que había ocurrido recientemente fue rápidamente
olvidada, y la ingeniosa treta de Yang y el perspicaz juicio del Mariscal Stolet al nombrarlo fueron
elogiados hasta los límites de lo que podía concebir el lenguaje florido. En la ceremonia
cuidadosamente preparada y en el banquete que siguió, le lanzaron a la cara una imagen de si mismo
tan inverosímil que estaba cansado de ello.
Cuando por fin quedó libre, Yang regresó a casa con una expresión exasperada en la cara y vertió
brandy en un té que Julián le había preparado. A los ojos de ese joven, la cantidad parecía un poco
excesiva.
"Son todos iguales: nadie entiende", se quejó el héroe de Iserlohn mientras se quitaba los zapatos, se
sentaba con las piernas cruzadas en el sofá y sorbía su té, que a esas alturas se había convertido en su
mayor parte en brandy. "Magia y milagros, no tienen idea de lo duro que trabaja la gente. Sólo dicen
lo que les da la gana. Las tácticas que utilicé han existido desde la antigüedad. Es una forma de
separar la fuerza principal del enemigo de su base y eliminarla por separado. No he usado nada de
magia, sólo agregué un poco de especias a eso, pero si me equivoco y caigo en sus halagos, puede que
me digan la próxima vez que vaya a Odín desarmado y la tome solo".
Y antes de que eso ocurra, dimitiré, aunque no lo dijo.
"Pero todos dicen cosas maravillosas de ti." Mientras hablaba, Julián movió casualmente la botella de
brandy fuera del alcance de Yang. "Creo que está bien estar honestamente contento, como ellos
quieren que lo estés tú."
"Sólo te elogian cuando ganas", respondió Yang en un tono que no era ni alegre ni lo que Julian quería
que fuera. "Si sigues luchando, al final pierdes. Hablar de cómo se vuelven contra ti cuando eso
sucede puede ser divertido si es otra persona a la que le está pasando. Y por cierto, Julian, ¿puedes al
menos dejarme beber todo el brandy que quiera?"
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 128
Capitulo 6: a cada hombre su estrella
I
¡Iserlohn ha caído!

Ante el sonido de la desastrosa noticia, un escalofrío corrió por todo el imperio galáctico.

“Pero se suponía que era inexpugnable...”

Con expresión pálida, el mariscal Ehrenberg, ministro de asuntos militares, murmuró esas palabras y
después se sentó, inmóvil, frente a su mesa.

“No puedo creerlo. El informe debe estar equivocado”

El almirante de flota Steinhof, comandante supremo de los cuarteles militares imperiales, lanzó un
áspero gruñido y tras verificar los hechos se retiró en silencio.

Incluso el Kaiser, Friedrich IV, conocido por albergar escaso interés o energía en los asuntos de
estado, había pedido una explicación al ministro de estado, el Marqués Lichtenlade, a través de
Neuköln, ministro del palacio interior.

“El territorio imperial debe ser sagrado e inviolable para cualquier enemigo externo, y así de hecho
siempre ha sido. Sin embargo, nuestra falta de previsión, por haber permitido que tales circunstancias
molestaran el corazón de su majestad, la vergüenza que hoy sentimos no conoce límites.”

Las noticias llegaron al Almirantazgo de Lohengramm, que esa había sido la temerosa respuesta del
marqués.

“Algo está mal con esa línea de razonamiento, Kircheis”, dijo Reinhard a su confiable ayudante en su
oficina. “Ni una pulgada de territorio imperial debe ser invadido por enemigos externos, dice. Pero
¿desde cuándo son los rebeldes un poder externo e igual? Es porque no ve las cosas por lo que son,
que dice contradicciones como esas”

Reinhard, habiendo establecido su almirantazgo y asegurado bajo su mando la mitad de las naves de
la Armada Espacial Imperial, se enfrentaba diariamente a las asignaciones de personal.

Al reclutar jóvenes oficiales, como política fundamental su preferencia se había decantado hacia
aristócratas de bajo rango y plebeyos. La media de edad de los comandantes del frente se había
desplomado. Oficiales enérgicos y jóvenes como Wolfgang Mittermeier, Oskar von Reuentalh, Karl
Gustav Kemp y Fritz Joseph Wittenfelt, eran ahora almirantes de nuevo cuño, y el almirantazgo había
adquirido vida con espíritu y energía juveniles.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 129


Sin embargo, Reinhard había sido incapaz de quitarse de encima los días anteriores un sentimiento
de insatisfacción que sentía. Había reunido a comandantes que tenían valor y destreza táctica de
sobra, pero no había sido capaz de encontrar gente para sus vacantes de personal administrativo.

Reinhard tenía pocas expectativas de los oficiales administrativos de cuño noble que hubieran sido
estudiantes de honor en la escuela de oficiales. Sabía demasiado bien que las habilidades militares no
eran algo que se enseñara en un aula. Mientras que los soldados natos eran a veces brillantes en sus
días de colegio- Como el mismo Reinhard había sido- lo opuesto nunca sería cierto.

No podía poner a Kircheis como administrativo. Reinhard necesitaba que actuara como su
representante y que a veces tomara el mando de algunas flotas. Cuanto estuvieran juntos, podía
hacer que Kircheis le diera su opinión con su visión de conjunto, para así tomar decisiones juntos. Ese
era el deber que su más confiable ayudante debería desempeñar.

Solo unos días antes, Reinhard había despachado a Kircheis al sistema Kastropp para que fuera en su
lugar a sofocar la revuelta que había estallado allí. Esto había sido organizado así para dejar a Kircheis
conseguir logros propios y dejar claro a todos que iba a ser el vice comandante de las fuerzas que
comandaba Reinhard.

Reinhard había solicitado al Marques Lichtenlade, ministro de estado, que las órdenes del Kaiser
fueran entregadas a Kircheis.

Al principio el marqués Lichtenlade no había mirado favorablemente esta idea. Sin embargo, el
marques tenía a un ayudante llamado Waitz que le ofreció su opinión: “¿Por qué no dejarle? El
contralmirante Kircheis es el más cercano de los ayudantes del Conde Lohengramm. Si tuviera éxito
en sofocar la rebelión del duque Kastrop, recompensarle (y ponerle en deuda con usted) podría ser
beneficioso más adelante. Si falla, la culpa ira al conde Lohengramm por recomendarle. Todo lo que
tendrá que hacer es ordenar al conde hacer la subyugación el mismo, y si su subordinado fallara una
vez, no podría ir por ahí fanfarroneando cuando el asunto este resuelto.”

“Hmmm. Ya veo, tiene sentido”

Aceptando ese razonamiento, el marqués había comenzado el procedimiento por el cual la orden de
subyugación de la rebelión Kastrop sería entregada por el Kaiser a Kircheis. Reinhard envió una
recompensa monetaria más tarde a Waitz en privado. El marques nunca supo que había sido Reinhard
el que había pedido a Waitz que le aconsejara como había hecho.

De esta forma, Kircheis recibió sus órdenes del Kaiser. Esto significaba que iba como un soldado del
imperio. En el almirantazgo de Reinhard, se adelantó a colegas de su mismo rango para ser
abiertamente reconocido como un número dos. Naturalmente, esto era nada más que una
formalidad. Para hacerlo real, Kircheis necesitaba logros militares reales.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 130


De esta forma la rebelión del sistema Kastrop había comenzado:

En un momento anterior, ese mismo año, la vida del Duque Eugen von Kastrop había llegado a un
inesperado final por causa de un accidente en su nave espacial privada.

Como aristócrata tenía el derecho de establecer impuestos en sus dominios privados, y por mera
rutina había reunido el poder que venía de una vasta riqueza. Además, como uno de los súbditos de
mayor rango de la corte había servido como ministro de finanzas por quince años. Durante su
servicio, había usado la autoridad de ese puesto para incrementar su riqueza personal y de vez en
cuando había sido envuelto en vergonzosos escándalos de sobornos a oficiales públicos. Cuando se
trataba de los crímenes de la aristocracia, sin embargo, el tejido legal era de un entramado
desgastado y lleno de agujeros. Cuando las cosas habían alcanzado el punto por el que incluso esos
agujeros eran demasiado pequeños para que el Duque Kastrop se escabullera por ellos, él había
continuado evitando las manos del castigo mediante la hábil aplicación de su riqueza y poder.

El Conde Rugue, ministro de asuntos judiciales en ese momento, había descrito sus abusos
irónicamente como un “espléndido hechizo” del que se podría inferir que incluso a ojos de nobles
como él, el hombre había ido demasiado lejos. Como era un pilar del gobierno imperial, encontraron
inconveniente que no siguiera las reglas para oficiales públicos más de cerca. La insatisfacción publica
con el súbdito podría fácilmente en una insatisfacción de todo el sistema al completo.

Ahora, el duque había muerto. Para los ministros de finanzas y de asuntos judiciales, era una
oportunidad idónea. El consenso general era: “Mejor ir allí y azotemos públicamente al muerto”

Eso era imperativo para mostrar a la población que hasta las grandes familias nobles no podían
escapar de la ley, y para sujetar bien las riendas de todos los pequeños Kastrop que existían en la
aristocracia, demostrando el poder de la ley imperial y la administración pública. Naturalmente, los
fondos públicos que el Duque se había embolsado y los sobornos que había aceptado ascendían a una
vasta suma, y si pudiera integrarse dicha cantidad a la tesorería nacional, el sufrimiento de las arcas
públicas, agotadas por las expediciones militares, podrían aliviarse por un tiempo.

Pese a que había algunos entre los burócratas del ministerio de Finanzas que hablaban de gravar
fiscalmente a la aristocracia, eso significaría cambiar una política nacional en vigor desde los días de
Rudolf el Grande, que podría invitar a insurrecciones o a un golpe de estado en el gobierno. Si el
Duque Kastrop fuera el único objetivo, sin embargo, habría poca oposición entre la aristocracia.

Se mandaron investigadores del ministerio de finanzas publicas al sistema Kastrop. Y ahí es cuando
empezaron los problemas.

El duque tenía un hijo, de hombre Maximilian, que pendiente de la aprobación del Kaiser; iba a
heredar el título y las propiedades de su difunto padre. Debido a las presentes circunstancias, el
ministro de estado (Marques Lichtenlade) había elegido posponer el proceso de sucesión y solo
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 131
reconocer la herencia cuando el ministerio de finanzas hubiera concluido su investigación y sustraído
la porción que el anterior duque había obtenido de forma ilícita.

Maximilian se opuso. El hijo del vasallo jefe y aristócrata de alto rango, era un joven egoísta criado
rodeado largamente de riquezas y privilegios, y que carecía de las habilidades políticas de su difunto
padre, incluso en el sentido negativo de la palabra. Literalmente, soltó a sus perros de caza, para que
persiguieran a los investigadores; y los expulsó del territorio. Estos perros eran “Cabezas de cuerno” a
los que el procesamiento de ADN había otorgado cuernos cónicos en la frente. Eran bestias salvajes,
símbolo del lado violento de la autoridad aristocrática.

Este joven poco imaginativo no tenía idea de que sus acciones habían sido una bofetada a un
gobierno imperial que daba gran importancia al prestigio y a la apariencia de dignidad. La parte
abofeteada no iba a tolerar ese insulto sin más.

Cuando un segundo grupo de investigadores fue también expulsado igualmente, el ministro de


finanzas, el Vizconde Gerlach envió una petición al ministerio de estado para convocar a Maximilian a
la corte.

Al recibir una severa convocatoria escrita, Maximilian se dio cuenta por primera vez de que sus
acciones eran vistas como problemáticas. Careciendo de un juicio equilibrado, lo dominó un terror
extremo. Estaba seguro de que, si viajaba a Odín, no volvería a ver su hogar.

En la familia del Duque Kastrop había muchos parientes y parientes políticos, que preocupados por la
situación se interpusieron para tratar de mediar una solución. Esto, sin embargo, solo exacerbó las
sospechas de Maximilian.

Cuando uno de sus parientes, el conde Franz von Mariendorf- un hombre conocido por su naturaleza
suave y neutral, fue a tratar de razonar con él, Maximilian lo encarceló haciendo que se desvaneciera
cualquier esperanza de una resolución pacífica. Maximilian, habiendo perdido por completo la cabeza
comenzó a reunir un ejército privado que consistía principalmente de las fuerzas de seguridad del
ducado. Fue entonces que el gobierno imperial decidió enviar una fuerza para aplastar su rebelión. La
flota, dirigida por el Almirante Schmude partió de Odín al mismo tiempo que los militares del imperio
y la alianza chocaban en la región estelar de Astarté. La fuerza de Schmude fue fácilmente derrotada.

Aunque Maximilian estaba lejos de ser un adulto responsable, todavía poseía un poco de talento
puramente militar, y la fuerza enviada contra él había subestimado demasiado a su oponente,
entablando combate sin trabajar demasiado la parte estratégica. Mientras que estos fueron algunos
de los factores que les llevaron a la derrota, el resultado final fue que la fuerza enviada a restaurar el
orden fue derrotada al momento de aterrizar y el Almirante Schmude había muerto en Batalla.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 132


La segunda fuerza enviada a Kastrop había fallado, y Maximilian; que estaba perdiendo el control;
había procedido a anexionar el vecino condado Mariendorf y había hecho planes para tallar un
dominio semindependiente para sí mismo en una esquina del imperio. Pese a que Franz, el jefe de la
familia que gobernaba el Condado Mariendorf, había sido encarcelado por Maximilian, sus fuerzas de
seguridad mantenían una lucha sostenida contra la fuerza invasora y solicitaban Ayuda a Odín.

Así estaba la situación cuando Kircheis fue ordenado que fuera a sofocar la rebelión. Le tomó diez
días dominar un levantamiento que se había alargado por medio año.

Primero, Kircheis hizo ver que se dirigía al condado Mariendorf en su ayuda, para girar bruscamente
en dirección al Ducado Kastrop. Un conmocionado Maximilian, no dispuesto a quedarse inmóvil
mientras le despojaban de su base, rompió el asedio del condado Mariendorf y se apresuró a volver al
ducado con todas sus fuerzas. Con eso, Kircheis había rescatado al condado del peligro que había
enfrentado. Además, su “viaje” al Ducado Kastrop no había sido nada más que una distracción.

Maximilian, frenético por la amenaza de su principal fortaleza fue negligente al proteger su flanco.
Kircheis ocultó su flota en una región traicionera de un cinturón de asteroides, les dejó pasar para
lanzar un súbito ataque en una retaguardia sin defender, con un efecto devastador.

Maximilian se retiró del campo de batalla solo para ser asesinado a manos de sus subordinados,
esperando un castigo menor. Sus fuerzas restantes se rindieron entonces.

Así, la rebelión llegó a un abrupto final. Pese a que se había dicho que había tomado diez días
aplastarla, seis de esos días habían sido el viaje desde Odín y había tomado dos días lidiar con los
resultados, así que en realidad solo dos días se habían usado en combate.

La habilidad táctica que Kircheis había mostrado en la insurrección había sido extraordinaria.
Reinhard quedó satisfecho y los almirantes de su almirantazgo asintieron en aprobación, mientras
que los altos nobles quedaron atónitos. Una cosa era que solo Reinhard tuviera tal deslumbrante
talento, pero que su mano derecha fuera un hombre tan similarmente talentoso era algo amargo que
aceptar.

Sin embargo, un logro militar seguía siendo un logro militar. Kircheis fue ascendido a vicealmirante y
recibió una brillante Zeitwing de un dorado resplandeciente – una medalla con forma de aguila
bicéfala. En calidad de primer ministro en funciones, El marques Lichtenlade, ministro de estado le
hizo entrega a Kircheis del título y la medalla y alabó sus logros, animándole a que fuera agradecido
con el favor de su majestad y a que sirviera al Kaiser con incluso mayor devoción.

Kircheis, sabía todo lo que había pasado entre bambalinas, así que para él la adulación con la que
Waitz había alentado al marqués Lichtenlade era simplemente absurda, aunque no dejaría que
ninguno de esos sentimientos aflorase, por supuesto.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 133


Aun así, Kircheis estaba pensando. Me pide lo imposible, diciéndome que me entregue de forma
devota al servicio del Kaiser. ¿No había sido el Kaiser Friedrich IV, quién había secuestrado al objeto
de su verdadera devoción ante sus propios ojos para quedárselo para sí mismo? No eran el imperio, la
casa imperial, o el Kaiser por lo que Kircheis luchaba.

Siegfried Kircheis, ese joven alto y pelirrojo era muy popular con las mujeres de palacio, desde hijas
de duques a las jóvenes criadas que iban cumpliendo tareas. Era completamente inconsciente de
esto, sin embargo, y solo lo hubiera considerado una molestia si se hubiera percatado de ello.

Fue mientras que Reinhard y Kircheis estaban asegurando sus respectivas posiciones que apareció
ante ellos el Capitán Oberstein con su pelo semiplateado.

II
¡Necesito personal de apoyo! Últimamente ese deseo de Reinhard se iba haciendo más fuerte, día a
día. Pero la clase de oficiales que buscaba no eran necesariamente especialistas en asuntos militares.
Para eso bastaban Reinhard mismo o Kircheis. En su lugar, buscaba a gente con una fuerte aptitud
para las maniobras políticas y conspirar. Reinhard podía prever esa clase de problemas contra los
nobles de la corte- conspiraciones y batallas de ingenio, para decirlo de forma llana- siendo desde ese
momento algo necesario.

Kircheis no era adecuado para ser el confidente de Reinhard en esos asuntos. No era un problema de
intelecto, sino uno de personalidad y procesos de pensamiento.

Reinhard comprobó su ficha mental del hombre que acababa de darle su pistola laser al guardia para
pasar desarmado a su oficina. No había nada en ella que decía que viera a ese hombre
favorablemente.

“Capitán Paul Von Oberstein, ¿no? ¿Qué asunto podría tener usted conmigo?”

“Primero, me gustaría hablar a solas con usted” solicitó el invitado no deseado, con una actitud que
rayaba la arrogancia.

“Solo estamos nosotros tres aquí”

“Cierto. El vicealmirante Kircheis también esta aquí. Por eso se lo pido”

Ambos hombres se quedaron mirando al visitante- Kircheis en silencio y Reinhard con una mirada
afilada.

“Hablar con el Vice almirante Kircheis es como si hablara conmigo. ¿No sabía eso?”

“Soy consciente”

“Así que quiere hablar de algo que no quiere que se oiga. Pero si después se lo cuento, el resultado
será el mismo”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 134
“Su excelencia es libre de hacerlo, por supuesto. Las logros de un conquistador , sin embargo, no se
consiguen sin gente talentosa de todos los ámbitos. Creo que uno debería decirle a A lo que A
necesita oír, darle a B deberes propios para B….y así...”

Kircheis miró a Reinhard y dijo discretamente “Su excelencia, quizás sería mejor si esperara en la otra
sala...”

Reinhard asintió con una expresión pasiva y Oberstein finalmente comenzó a profundizar en el tema
del que había venido a hablar.

“Para ser honesto, excelencia. Estoy en una posición un poco complicada en este momento. Creo que
está al tanto, pero...”

“Eres el desertor de Iserlohn. Es natural que te critiquen, y más cuando el Almirante Seeckt murió tan
heroicamente”

La respuesta de Reinhard era fría. Oberstein sin embargo no mostró indicios de que le afectara.

“Para legiones u Oficiales al mando, soy solo un despreciable desertor y nada más. Sin embargo,
excelencia tengo mi propia parte de la historia y me gustaría que la oyera”

“Ha venido a la persona equivocada. Explíqueselo al tribunal militar, no a mi”

Oberstein, único superviviente de la nave insignia de la flota de Iserlohn, se enfrentaba a una


sentencia máxima por el simple hecho de haber sobrevivido. Había fallado al ejecutar su deber de
asistir a su comandante y guardarle de cometer errores, y además había buscado su propia seguridad-
esas eran las razones para el proceso judicial y las miradas frías, pese a que también estaba el hecho
de que las circunstancias requirieran como cabeza de turco a un individuo presente en el momento de
la caída de Iserlohn.

Ante la respuesta indiferente de Reinhard, Oberstein inesperadamente tocó su ojo derecho con su
mano. Cuando la bajo, había un hueco vacío en esa parte de la cara. El hombre de cabello
parcialmente ceniciento mostro un pequeño objeto al joven mariscal. Un cristal casi esférico que
descansaba en la palma de su mano derecha.

“Mire esto, excelencia”

Reinhard miró, pero no dijo nada.

“Lo habrá oído del vicealmirante Kircheis, pero mis ojos son biónicos, como este. Si hubiera nacido en
tiempos de Rudolf...me habrían matado al nacer, de acuerdo a la Ley de eliminación de genes
inferiores.”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 135


Después de colocar su ojo biónico desprendido de nuevo en su cavidad, el brillo en la mirada de
Oberstein se dirigió a Reinhard de frente, pareciendo que se dirigía directamente a la propia línea de
visión del almirante.

“¿Lo entiende?” Le dijo. “Los odio a todos. Rudolf el grande, sus descendientes y todo lo que han
traído con ellos… la dinastía Goldenbaum y el mismo imperio galáctico.”

“Valientes palabras”

Por un momento, el joven mariscal imperial fue dominado por una claustrofóbica tensión en el
pecho.

Incluso sospechas ilógicas despertaron en él, ya que se preguntaba si la funcionalidad de los ojos
biónicos de Oberstein incluía el poder de abrumar la voluntad de los demás o si quizás había activado
algún componente que aplicaba presión psicológica.

Aunque la voz de Oberstein era baja y toda la habitación estaba equipada con dispositivos de
insonorización, sus palabras sonaban como un trueno de primavera fuera de temporada.

“El Imperio Galáctico- Y con ello me refiero a la dinastía Goldenbaum- debe ser destruido. Si fuera
posible, lo haría con mis propias manos. Sin embargo, carezco de la perspicacia, del poder. Lo que
puedo hacer es contribuir en el ascenso de un nuevo Kaiser, eso es todo. Me refiero a usted,
excelencia. Al Mariscal Imperial Reinhard von Lohengramm”

Reinhard podía prácticamente oír la ruptura del aire, previa a un trueno; en cada palabra.

“¡Kircheis!”

Mientras se levantaba del asiento, llamó a su más antiguo amigo y consejero. El muro se abrió sin un
solo sonido y allí apareció la alta figura del joven pelirrojo. El dedo de Reinhard apuntaba a Oberstein.

“Arresta al Capitán Oberstein. Ha mencionado palabras de rebelión contra el imperio. Como soldado
imperial no puedo pasarlo por alto”

Los ojos brillantes de Oberstein brillaron con intensidad. El joven pelirrojo había desenfundado su
pistola más rápido de lo que parecía humanamente posible, para apuntarla al centro del pecho de
Oberstein. Desde sus días de la escuela preparatoria militar, pocos habían superado a Kircheis en
puntería.

Incluso si Oberstein hubiera sostenido una pistola y hubiera podido resistirse, hubiera sido inútil.

“Así que al final…así es su discernimiento...” murmuró Oberstein. Una amarga sombra de decepción y
autorreproche se deslizó por una cara que había tenido poco color para empezar. “Bien, vaya por ese
camino estrecho únicamente con el Vicealmirante Kircheis para guiarle”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 136


Sus palabras eran parcialmente actuadas y parcialmente sentidas de corazón. Echó un vistazo a la
silenciosa figura de Reinhard y entonces se giró a Kircheis.

“Vicealmirante Kircheis, ¿puede dispararme? Estoy desarmado, como puede ver. Incluso así ¿Puede
dispararme?”

Pese al hecho de que Reinhard no había ordenado nada más, Kircheis que seguía apuntando al pecho
de Oberstein, había dudado en poner fuerza sobre el dedo del gatillo.

"No puede hacerlo. Ese es el tipo de hombre que es usted. Merecedor de respeto, pero no puede
pretender que el respeto por sí solo les ayude en el trabajo de conquista. Cada luz tiene una sombra
que la sigue... ¿Nuestro joven Conde Lohengramm todavía no lo ve?"

Reinhard, que seguía mirando fijamente a Oberstein, hizo un gesto para que Kircheis guardara su
arma. Muy levemente, su expresión estaba cambiando.

"Eres un hombre que dice lo que piensa."

"Me honra que lo digas".

“Y el Almirante Seeckt... ¡cuánto debe de haberle odiado! ¿Me equivoco?”

“El almirante no era un hombre que inspirase lealtad en sus hombres” Respondió Oberstein sin guiñar
siquiera un ojo. Supo en ese momento que había ganado su apuesta.

Reinhard asintió.

“Muy bien, entonces. Le compraré a esos nobles”

III
El ministro de asuntos militares, el secretario general de los cuarteles generales y el comandante en
jefe de la armada espacial eran conocidos colectivamente como el triunvirato de las fuerzas armadas
imperiales. (NDT: el traductor usa en realidad el término “Three directors general of the Imperial
armed Forces. Pero me gusta lo de triunvirato. No solo como referencia a la serie, sino a la historia de
Roma; así que me ciño a ese término). Para un ejemplo de un hombre que ostentara a la vez los tres
cargos sería necesario retrotraerse un siglo al tiempo del príncipe imperial Ottfried, el único hombre
que lo había hecho.

Ottfried también había sido primer ministro imperial, y desde entonces los ministros de estado eran
nombrados como primeros ministros interinos, sin emitir nunca un nombramiento oficial para el
puesto, siendo la razón que los vasallos tendían a evitar emular cualquier precedente establecido por
ese particular Kaiser.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 137


En sus días de príncipe Imperial, Ottfried había sido un joven capaz y prometedor, pero tras acceder al
trono y convertirse en el Kaiser Ottfried III, se vio envuelto en un remolino de repetidas
conspiraciones palaciegas que solo daban rienda suelta a sus sospechas. Reemplazó cuatro veces a su
Kaiserin y cinco veces a su sucesor, hasta que, al fin, un miedo terrible a morir envenenado causó que
se abstuviera de comer casi todo el tiempo. Finalmente murió de hambre teniendo unos cuarenta y
algo años de edad.

Los tres miembros del Triunvirato, el ministro de asuntos militares Ehrenberg, el secretario general
de los cuarteles generales, Steinhof y el comandante de la armada espacial, Mückenberger
entregaron sus dimisiones a la misma vez al primer ministro en funciones, el marqués Lichtenlade,
ministro de estado. Hicieron esto para tomar la responsabilidad por la pérdida de Iserlohn.

“No buscan evitar responsabilidades o aferrarse a la posición. Creo que su elegancia en este asunto es
digna de ser elogiada. Sin embargo, si los tres puestos quedaran vacantes, eso querría decir que al
menos uno de ellos sería para el Conde Lohengramm. Seguramente no quieran pavimentar su camino
al ascenso ¿cierto? Están bastante cómodos financieramente, así que ¿por qué no renuncian a su
salario el próximo año en su lugar, por ejemplo?”

Cuando el ministro de estado hablo así, el mariscal Steinhof, por cuya cara creció una expresión de
angustia, respondió:

“No es que no hayamos considerado eso, pero somos soldados. Lamentaríamos demasiado si dijeran
de nosotros si dijeran que nos hemos aferrado a nuestros puestos y nos equivocamos cuando
deberíamos haber renunciado. Por favor, acepte nuestras cartas “

A regañadientes, el marqués Lichtenlade se dirigió a la corte y consiguió que el Kaiser Friedrich IV


comenzara con las cartas de renuncia de los tres directores generales.
El Kaiser, que había estado escuchando al ministro de estado con la misma apatía de siempre, dio
instrucciones a su chambelán para convocar a Reinhard desde su almirantazgo. El problema de
convocarlo cuando el problema podría haberse solventado con una llamada de visiofono en minutos,
era una de las formalidades que la conspicua demostración de poder del Kaiser, requería.

Cuando Reinhard apareció en el palacio imperial, el Kaiser le mostro al joven mariscal imperial las tres
cartas de renuncia, y con la misma entonación que una persona usaría al dejar a un niño escoger un
juguete, le preguntó qué puesto querría. Después de una breve mirada hacia el ministro de Estado,
que estaba de pie sin moverse y con una mirada infeliz en su rostro, respondió Reinhard.

“No puedo despojar a alguien de su cargo cuando no es por un logro propio. La pérdida de Iserlohn
fue por los errores de los almirantes Seeckt y Stockhausen. El primero ha pagado sus pecados con su
vida y el otro esta ahora mismo en una prisión enemiga. No creo que nadie más deba ser culpado.
Humildemente ruego a su majestad que no culpe a los tres jefes del triunvirato.”
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 138
“Hmmm. Que magnánimo.”

El Kaiser miró al ministro de estado, que estaba sorprendido ante el inesperado giro de los
acontecimientos.

“El conde ha hablado ¿Qué dice usted?”

“Su humilde vasallo está impresionado por la aguda perspicacia del conde, que va más allá de la
habitual sabiduría de la juventud. Los tres directores generales han hecho grandes cosas por la
nación, y por mi parte también me gustaría pedirle que se les tratara con amabilidad”

“Si eso es lo que ambos tienen que decir, no administraré ningún castigo duro. Aunque al mismo
tiempo, no se puede evitar ningún castigo...”

“En ese caso, Alteza; me pregunto qué diría a hacerles renunciar a sus salarios por el siguiente año y
entregar esos fondos a la fundación de apoyo a las familias de los soldados caídos.

“Si, algo asi estaría bien. Le dejo los detalles al ministro de estado. ¿Es todo lo que quiere hablar?”

“Si, alteza”

“En ese caso, ambos pueden irse. Tengo que ir a mi invernadero a cuidar mis rosas.”
Ambos hombres se retiraron.
No pasaron ni cinco minutos, antes de que uno de ellos regresara en secreto. Ya que el Marqués
Lichtenlade, de 75 años de edad había vuelto a media carrera, necesitaba un momento para
recuperar su aliento. Pero para cuando estuvo frente al jardín de rosas del Kaiser, había recuperado la
compostura física.
Allí, entre gruesos muros de arbustos rosales que llenaban el invernadero con salvajes y abundantes
espirales de color y fragancia el Kaiser estaba de pie, inmóvil, como un viejo árbol marchito. El
anciano aristócrata se le aproximó y cuidadosamente se puso de rodillas.
“Si me permite, Alteza.”
“¿Qué pasa?”
“Digo esto consciente de que puedo ganarme su disgusto, pero...”

“¿Es acerca del conde Lohengramm?”

La voz del Kaiser estaba carente de filo, intensidad o pasión. Era como el sonido de arena llevada por
el viento- la voz de un viejo sin vida.

“Quiere decir que le estoy dando demasiado poder y prestigio al hermano pequeño de Annerose”

“¿Su Alteza ya lo sabía?”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 139


Lo que también había sorprendido al ministro de estado había sido lo inesperadamente lucido que
había sido el pronunciamiento de esas palabras por parte del Kaiser.

“Ese hombre no conoce el miedo. No se detendrá en obtener el poder de un vasallo jefe- quizás se
deje llevar y conspire para usurpar el trono ¿Es eso lo que estabas pensando?”

“Solo con la mayor de las reservas he dejado que cruzara mis labios”

“¿Y qué si lo hace?”

“¿Majestad?”

“No es como si la dinastía Goldenbaum hubiera estado presente desde el inicio de la humanidad. Igual
que no hay tal cosa como un hombre inmortal, tampoco hay un estado eterno. No hay razón por la
que el Imperio galáctico no deba acabar en mi generación “
Su risa baja y reseca hizo estremecer la médula espinal del ministro de Estado. Las profundidades del
vacío que acababa de vislumbrar helaron su alma hasta lo más profundo de su ser.
"Si todo va a ser destruido de todos modos, entonces su destrucción debería ser al menos
espectacular..." La voz del Káiser se calló como la cola ominosa de un cometa.

IV
Los tres directores debían admitir, aunque a regañadientes, que le debían un favor a Reinhard,
aunque les resultara ofensivo. Así que no estuvieron en posición de rechazarle cuando Reinhard les
solicitó la exención de responsabilidades del capital Paul Von Oberstein en la pérdida de Iserlohn, y su
transferencia a su almirantazgo. Apenas podían tomar duras medidas contra otros cuando apenas
disfrutaban de la gracia de la generosidad del Kaiser. También estaba el hecho de que no veían la
retención o el despido de un capitán como algo importante. En cualquier caso, era un resultado
satisfactorio para Oberstein.

Como Reinhard había rechazado los puestos, la opinión entre la élite se había dividido a la mitad
entre los favorables – “Sorprendentemente poco egoísta ¿no?” y los negativos – “Solo quiere tener
buena apariencia de cara al público”.

Reinhard mismo no prestaba atención a ninguno de los puntos de vista. La dictadura era suya, para
tomarla cuando quisiera (NDT. Referencia a la historia de Roma. Cuando el primer triunvirato se
disuelve con la muerte de Craso, y tras la guerra entre César y Pompeyo, César se nombra Dictador de
Roma a perpetuidad) Hasta entonces, simplemente le dejaba los puestos a viejos débiles. Y en cuando
a lo que él pretendía, esa clase de posición era solo un trampolín para él.

En el día en que Reinhard asumió el más noble de los roles, no habría satisfacción incluso si tuviera los
tres puestos del triunvirato para él solo.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 140
“¿Qué pasa, Kircheis? Parece como si tuvieras algo que decir”

“No estas siendo muy amable ¿no? Pretender no saber lo que es”

“No te enfades. Es sobre Oberstein ¿no? Sospeche un momento que podría ser una herramienta de
los altos nobles, pero no es la clase de hombre que los aristócratas puedan manejar. Tiene una mente
afilada y demasiadas peculiaridades”

“¿Pero puedes manejarle, Lord Reinhard?”

Reinhard inclinó un poco la cabeza. Cada vez que lo hacía, un mechón de su brillante y dorado cabello
se deslizaba hacia el otro lado.

"Hmmm... No espero amistad o lealtad de ese hombre. Sólo trata de usarme para lograr sus propias
metas".

Reinhard extendió sus largos y flexibles dedos y tiró juguetonamente del pelo de su mejor amigo, tan
rojo como si estuviera teñido de rubíes fundidos. Reinhard hacía este tipo de cosas de vez en cuando
no había nadie más cerca. Durante su infancia, describía el pelo de Kircheis según su capricho: cuando
se peleaban -un estado que nunca duraba mucho tiempo- decía cosas malas como: "¿Qué le pasa a
ese pelo rojo? Parece sangre". Luego, después de que se reconciliaban, él lo alababa, llamándolo
"muy bonito, como una llama ardiente".

“Del mismo modo, voy a usarle por su cerebro. Sus motivos son irrelevantes. Si no puedo controlar a
un hombre solitario como él, no tengo esperanzas de poder controlar el universo entero ¿No crees?”

La política no es sobre procesos o sistemas, es sobre los resultados- creía Reinhard.

Tomar el Gobierno de la república galáctica y convertirse en Kaiser no era lo que convertía a Rudolf en
imperdonable; era que hubiera usado sus vastos y nuevos poderes para el más necio de los
propósitos: la autodeificacion. Esa era la verdadera cara de Rudolf, un ansia de poder enmascarada de
heroísmo. ¡Qué gran ayuda podría haber sido para el avance de la civilización si tan sólo hubiera
usado esos vastos poderes de la manera correcta! En lugar de desperdiciar su energía en conflictos
derivados de diferencias políticas, la humanidad podría haber dejado sus huellas por toda la galaxia.
Hoy, la humanidad gobernaba sólo una quinta parte de este vasto reino de estrellas, incluso teniendo
en cuenta el poder rebelde.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 141


La responsabilidad de este bloqueo en el camino de la historia humana recaía exclusivamente en la
melomanía de Rudolf. ¿Un "dios viviente"? Lo mejor que se podía llamar a ese hombre era un
demonio propagador de la peste.

Se necesitaba una autoridad y un poder inmensos para destruir el viejo sistema y forjar un nuevo
orden. Pero Reinhard no cometería los mismos errores que Rudolf. En Kaiser se convertiría. Sin
embargo, no entregaría ese título a sus descendientes.

Rudolf había creído ciegamente en las líneas de sangre y en el gen. Pero no se podía confiar en los
genes. El padre de Reinhard no había sido ni un genio ni un gran hombre. Carente tanto de la
capacidad como de la voluntad de vivir de acuerdo con sus propios esfuerzos, había sido un inútil que
había vendido a su adorable hija a los poderosos para llevar una vida de consuelo y
autocomplacencia. Hace siete años, cuando la bebida excesiva y el jolgorio culminaron en la muerte
repentina de su padre, Reinhard no había tenido las lágrimas que debería haber llorado. Aunque le
había dolido el corazón ver esas lágrimas brillantes cayendo de las mejillas de porcelana de su
hermana, su pena y dolor habían sido exclusivamente para su hermana.

Como ejemplo de genes poco confiables, uno no necesita mirar más allá del estado actual de la
familia imperial Goldenbaum. ¿Quién iba a imaginar que en el cuerpo decrépito de Federico IV fluía
hasta un milímetro de la sangre de Rudolf? La sangre de la Casa Goldenbaum ya estaba nublada y no
podía ser reconocida.

Cada uno de los nueve hermanos y hermanas de Friedrich IV estaban muertos. Empezando con su
Kaiserin, Friedrich IV había fecundado a seis mujeres, por un total de 28 veces. Pero de esos 28, seis
embarazos habían acabado en aborto, y nueve en partos de bebés muertos, mientras que de los trece
que habían nacido, cuatro habían muerto antes de su primer cumpleaños, cinco habían muerto antes
de la edad adulta y dos habían muerto en la adultez. Solo dos hijas seguían vivas: La Duquesa Amalia
von Braunschweig y la Marquesa Christine von Littenheim. Ambas se habían desposado con
poderosos aristócratas de antiguas familias, y de ambas habían nacido niñas.
Aparte de ellas, el príncipe Imperial Ludwig, que había muerto una vez adulto, había dejado tras de sí
un niño. Este era Erwin Joseph, que era en el momento presente el único niño de la familia imperial.
Como apenas tenía cinco años, sin embargo, no había sido nombrado príncipe todavía.

El Kaiser Friedrich IV que parecía haber absorbido toda la decadencia del palacio en su persona, era
para Reinhard nada más que un objeto de odio amargo y escarnio. Aunque en dos puntos solamente,
Reinhard le aprobaba.

El primero era que el Kaiser, tras haber vivido las muertes de muchas amantes como consecuencia de
un parto difícil, temía perder a Annerose, y por eso ella nunca se había quedado encinta. Otro factor
en esa decisión era la presión de los altos nobles, preocupados por la disputa sucesoria que podría
surgir si Annerose fuera a dar a luz. Desde el punto de vista de Reinhard, el pensamiento de su
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 142
hermana llevando en su vientre a un hijo del Kaiser era demasiado repugnante como para
contemplarlo siquiera.

La otra cosa era que el número de solicitantes del trono fuera tan extremadamente pequeño. El
Kaiser solo tenía tres nietos. Todo lo que tenía que hacer era eliminar a esos tres. O podría casarse
con una de las nietas, aunque solo fuera por mantener las apariencias.

De cualquier forma, Oberstein probaría su utilidad. Con un entusiasmo y tenacidad oscuros, ese
hombre tendería trampas y complots en torno a aristócratas y a la familia imperial y si fuera necesario
no albergaría dudas para asesinar a mujeres o niños. Era porque Kircheis había recalcado esto
inconscientemente que despreciaba a ese hombre, pero, aun así, Reinhard le necesitaba.

Se preguntaba si Annerose y Kircheis le mirarían ahora con amabilidad, por tener necesidad de un
hombre como Oberstein. Aun así, era algo que tenía que hacer.

V
La reunión de estrategia económica del Terrateniente de Phezzan, se celebró en su residencia oficial.

“Finanzas Universo- Una marioneta en la alianza, operada por nuestro gobierno- se ha asegurado
derechos de excavación para los yacimientos de gas natural sólido del séptimo y el octavo planetas
del sistema Bharatpur” Dijo un ayudante “La cantidad total de reservas extraíbles ascienden a 48
millones de kilómetros cúbicos, y esperamos alcanzar la rentabilidad en los dos primeros años de
explotación”

Como Rubinsky asintió, el ayudante continuó con su informe.

“También, en lo que concierne a la Naviera Santa cruz, una de las compañías de transporte
interestelar más grandes de la Alianza, nuestro porcentaje de acciones que poseemos ha alcanzado
un 41.9 %. Como la propiedad se divide entre más de 20 personas, no se han dado cuenta de lo que
pasa. Aun así, hemos superado en participación al fondo estatal de inversiones de la alianza, que está
en lo alto de las listas de accionistas.”

“Bien hecho, pero no te duermas hasta haber alcanzado más de la mitad.”

“Ciertamente. Mientras tanto, en el Imperio nuestra participación en el capital social de los proyectos
de desarrollo agrícolas de la zona estelar de la séptima frontera ha sido aprobados. Es ese del que
hablamos antes, - Dicen que van a transportar unos 200 quadrillones de toneladas métricas de Agua
desde Eisenherz II a ocho mundos áridos e incrementar la población de alimentos en un número
suficiente para sostener a 5000 millones de personas.”

“¿Como es el desglose de la participación en el capital social del proyecto?”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 143


“Nuestro gobierno tiene tres empresas títere que tienen en conjunto un 84% de participación.
Tenemos de facto la propiedad. Ahora, en el asunto de la fábrica de radio metálico de Ingolstadt...”

Después de que Rubinsky hubiera escuchado el resto del informe, envió fuera al ayudante por un
rato y se quedó mirando el escenario tras el muro, que mostraba la belleza de un paisaje lóbrego y
desolado.

En ese momento, todo iba sobre ruedas. En el imperio y la alianza, los líderes parecían pensar que la
guerra solo podía hacerse con Naves disparándose unas a otros misiles subluminales en el espacio.
Eso significaba que mientras esos dogmatistas obstinados se veían envuelto en una espiral
interminable de asesinatos mutuos, las bases socioeconómicas de ambas potencias caería en manos
de Phezzan. Incluso ahora, casi la mitad de los bonos de guerra que ambos países emitían, eran
comprados directamente o indirectamente por Phezzan.

En cada rincón del universo donde la humanidad había puesto el pie, Phezzan gobernaba
económicamente. Un día, los gobiernos del imperio y de la alianza no harían más que generar
beneficios económicos para Phezzan y ejecutar políticas en su nombre. Todavía les llevaría un poco
más de tiempo llegar a ese punto, pero cuando esto ocurriera, sólo les quedaría medio paso antes de
la fase final de su objetivo....

Sin embargo, la situación política y militar no es, por supuesto, algo que pueda tomarse a la ligera. En
resumen, si el imperio y la alianza logran la unificación política de sus vastas hegemonías, la posición
especial de Phezzan perdería todo su significado. En la antigüedad, las ciudades comerciales, tanto
terrestres como marítimas, habían cedido ante el poder militar y político de las dinastías unificadas
recién surgidas, y esa historia probablemente podría repetirse.

Si eso sucediera, el camino que conducía a las metas de Phezzan se cerraría permanentemente. El
nacimiento de algo así como un nuevo Imperio Galáctico tenía que ser prevenido por todos los
medios necesarios.

Un nuevo Imperio Galáctico ....

El pensamiento le dio a Rubinsky una nueva sensación de tensión. El actual Imperio Galáctico de la
Dinastía Goldenbaum ya chirriaba con la degeneración de la edad, y revigorizarlo era casi imposible.
Incluso si se separara y se convirtiera en un grupo de pequeños reinos, e incluso si de ahí naciera un
nuevo orden, ¿cuántos siglos se necesitarían para que esto ocurriera?
La Alianza de Planetas Libres, por otro lado, había perdido los ideales de su época de fundación y
estaba a la deriva en la inercia. El estancamiento de su economía y la falta de desarrollo de su
sociedad han dado lugar al descontento de las masas, y no hay fin a la hostilidad por las desigualdades
económicas entre los diversos planetas que componen la alianza. A menos que un líder
increíblemente carismático apareciera y reconstruyera un sistema de poder centralizado, las cosas
seguirían como estaban sin salida a la vista.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 144
Cinco siglos antes, un joven Rudolf von Goldenbaum, con un corpulento cuerpo rebosante de deseo
de poder, se había apoderado de la organización política de la república galáctica para convertirse en
el sagrado e inviolable Kaiser. Por medios legales, había surgido un dictador. ¿Llegaría el día de su
regreso? Si se hiciera cargo de la estructura de poder ya existente, el cambio sería posible en un corto
período de tiempo. Incluso si no fuera legal...
Un golpe de estado. Para aquellos que estaban cerca del centro del poder político y militar, existía
este método clásico pero efectivo. Sólo por esa razón, la idea tenía su atractivo.

Rubinsky apretó un botón en su consola y llamó a su ayudante.

"¿Las probabilidades de un golpe de estado en ambos países?"

La pregunta del Terrateniente le había sorprendido.

"Si esa es su orden, me ocuparé de la investigación inmediatamente, pero... ¿ha recibido algún tipo de
comunicado urgente que sugiera tal cosa?"

"Nada de eso. Se me acaba de ocurrir. Aun así, no hay nada malo en examinar todo tipo de
posibilidades".

Es ofensivo que aquellos cuyas mentes y espíritus son tan completamente corruptos puedan hacer lo
que quieran con un poder que ni siquiera merecen, pensó el gobernante de Phezzan. Aun así, era
necesario que los sistemas políticos del imperio y la alianza continuaran en sus formas actuales por
ahora. Al menos hasta el día en que se lograran los verdaderos objetivos de Phezzan, que ni el imperio
ni la alianza podrían llegar comprender.

VI
El alto consejo de la Alianza de planetas libres se componía de 11 consejeros. Los miembros incluían al
presidente del consejo, el vice presidente (que también era jefe del comité de asuntos domésticos) el
secretario, el jefe del consejo de defensa, el jefe del consejo de finanzas, el jefe del consejo de Ley y
orden, el jefe del comité de recursos naturales, el jefe del comité de recursos humanos, el jefe del
comité de desarrollo económico, el jefe del comité de desarrollo de sociedades regionales, y el jefe
del comité de Navegación. Todos estaban reunidos en una sala de reuniones en un edificio magnífico
cuyos muros exteriores eran de color perla.

La sala de decisiones carecía de ventanas y estaba rodeada de gruesos muros y otras salas, como la
Anti Sala (para establecer comunicación con gente de fuera de la Alianza), la sala de cartas, donde se
recopilaban documentos, informes y otros materiales; la sala de inteligencia, para el procesamiento
de datos, y la sala de operaciones desde la que se controlaban los mecanismos de la alianza. Además,
estas estaban rodeadas en el exterior por la antecámara de los guardias de seguridad, que tenía una
forma de Donut que rodeaba todas esas estancias.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 145


“Es esto lo que llamarías un asiento de un gobierno abierto?” Pensó João Lebello, jefe del comité de
Finanzas mientras se sentaba frente a su asiento en una mesa redonda de siete metros de diámetro.
Esto no era algo que hubiera comenzado a pensar de forma súbita, cada vez que pasaba por los rayos
infrarrojos del corredor para entrar a esa sala, le asaltaba esa pregunta.

Ese día, durante la reunión del 6 de agosto del año 796 de la era espacial, uno de los asuntos a discutir
era la cuestión de la aprobación de una propuesta de plan militar que había sido enviado por los
militares. Este plan, que consistía en usar la ocupada Iserlohn como una cabeza de puente para
invadir el imperio, había sido entregado al consejo en persona por un grupo de jóvenes oficiales de
alto rango. Para Lebello, esto apestaba a extremismo.

La reunión comenzó, y Lebello adoptó una fuerte posición contra la expansión de la guerra.

“Es una manera extraña de ponerlo, pero hasta el día de hoy el imperio galáctico y nuestra alianza
han mantenido su guerra justo apenas en el rango que nuestras finanzas son capaces de tolerar. Sin
embargo...”

Las anualidades de las compensaciones económicas para las familias de los soldados muertos en la
batalla de Astarté iban a requerir un desembolso anual de diez mil millones de dinares. Si las llamas
de la guerra fueran a extenderse más todavía, ni las finanzas nacionales ni la estructura económica del
país en las que estas se apoyaban serían capaces de evitar el colapso fiscal. No importaba tampoco
que las finanzas públicas estuvieran en ese momento en Déficit de gasto.

Irónicamente, Yang había contribuido a los problemas financieros. Había hecho 5 millones de
prisioneros de guerra en Iserlohn, y solamente el hecho de alimentarlos iba a ser un desembolso
considerable.

“Para apuntalar nuestras finanzas tenemos las elecciones que siempre hemos tenido: incrementar la
emisión de bonos o subir los impuestos. No hay otra vía”

“¿Y un incremento de la cantidad de papel moneda?” Preguntó el vice presidente del consejo

“¿Sin los números para respaldarlo? En pocos años siguiendo esa política y tendríamos que usarlos al
peso en lugar de por su valor nominal. Personalmente no quiero ser recordado como el infame
economista que no tenía un plan y dio lugar a una era de hiperinflación”

(ndt: https://en.wikipedia.org/wiki/Hyperinflation_in_the_Weimar_Republic)

“Pero salvo que ganemos la guerra, no podemos asegurar que tengamos un mañana, menos todavía
unos pocos años para continuar con esa política.”

“Entonces en ese caso, debemos poner fin a la guerra misma”

Lebello dijo esas palabras con una voz fuerte y la estancia quedó sumida en un silencio sepulcral.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 146


“Gracias a la estrategia del almirante Yang tenemos Iserlohn. El imperio ha perdido su base de
avanzadilla para invadirnos. ¿No creen que es una oportunidad excelente para llevar a cabo un
tratado de paz con ellos en términos favorables?”

“Pero esta es una guerra justa contra una monarquía absoluta. No debemos heredar las estrellas
junto a esa calaña. ¿Realmente cree que podemos parar solo porque no es económico?”

Algunas personas introdujeron sus propios argumentos en la discusión.

¿Una guerra justa? João Lebello, jefe del comité financiero del gobierno de la Alianza de planetas
libres, se cruzó de brazos, insatisfecho.

Océanos de sangre derramada, bancarrota nacional, masas empobrecidas. Si sacrificios tales como
esos eran necesarios para traer justicia, entonces la justicia parecía un dios avaricioso, exigiendo
incansablemente un sacrificio tras otro.

“Tengamos un pequeño descanso...” Escucho que decía el presidente en una voz carente de lustre.

VII
Tras un almuerzo la reunión se reanudó.

Esta vez, fue Huang Rui- jefe del comité de recursos humanos, que tenía responsabilidades
administrativas concernientes a educación, empleo, conflictos laborales y seguridad social- quien
estaba empleando una aproximación directa al problema. También estaba en contra demás
operaciones militares.

“Como jefe del comité de recursos humanos, debo decir...”

Huang era un hombre pequeño, con una voz aguda. Con su complexión rubicunda y sus cortos pero
ágiles extremidades, daba la impresión de ser un hombre que tenía energía de sobra.

“Para empezar no puedo sino sentirme incomodo por nuestra situación actual: Hay demasiadas
personas de talento que terminan en los militares cuando podrían ayudar a crecer a nuestra
economía y mejorar nuestra sociedad. Es también problemático que las inversiones que hacemos en
los campos de educación y de adiestramiento laboral sigan reduciéndose. Como una evidencia de la
reducción de los niveles de habilidad de los trabajadores me gustaría remarcar que los accidentes
laborales se han incrementado un 30% en los últimos seis meses. En un accidente que envolvió un
convoy de transporte en el sistema lumbino, se perdieron 400 vidas y 50 toneladas de radio metálico.
Es posible que los periodos de adiestramientos más cortos para los astronautas civiles hayan tenido
mucho que ver con eso. Además tiene graves carencias de personal.”

Tenía una clara y brusca forma de hablar.


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 147
“En este punto tengo una propuesta. Del personal técnico que han sido forzados a trabajar para las
fuerzas armadas me gustaría que cuatro millones de los departamentos de transporte y
comunicaciones volvieran a la vida civil. Como mínimo.”

La mirada de Huang recorrió a sus compañeros de consejo, para posarse en último lugar en la cara del
jefe del comité de Defensa, el consejero Trünicht. Su ceño se crispó mientras respondía:

“Por favor, no haga demandas irrazonables. Si liberamos a tantos del servicio de retaguardia, la
organización al completo se desmoronará como un castillo de naipes”

“Así dice el jefe del comité de defensa, pero al ritmo al que vamos, nuestra sociedad y economía se
colapsarán antes que los militares. ¿Conoce la edad media de un operador que trabaje en un centro
de distribución logística de la capital?”

“...No”

“42”

“No me parece un numero fuera de lo normal”

Huang golpeó la mesa con fuerza.

“¡Porque es una ilusión creada por los números reales! El 80% de ellos tienen o bien veinte años o
menos, o más de 70. Haces la media aritmética y sale 42, pero la realidad es que no tenemos un
tronco de técnicos experimentados en sus 30 o sus 40 años de edad. Por toda la maquinaria de
nuestra sociedad hay un debilitamiento de aquello que la hace funcionar. Espero haber hecho una
profunda impresión en nuestros sabios consejeros, al tratar un asunto tan aterrador como este...”

Huang cerró la boca y volvió a mirar a todo el mundo. Aparte de Lebello, no había nadie que se
enfrentara a esa mirada de frente. Uno tenía los ojos hacia abajo, otro despreocupadamente apartaba
la mirada, y otro más miraba hacia el alto techo.

Lebello sustituyó a Huang.

"En resumen, ahora es el momento de dejar descansar a la gente y reconstruir sus fuerzas. Con la
Fortaleza de Iserlohn ahora en nuestras manos, la alianza debería ser capaz de poner fin a las
invasiones del imperio en su territorio. Y esta situación debería mantenerse a medio plazo. Y siendo
ese el caso, ¿qué posible necesidad hay de lanzar un ataque de nuestra parte de forma voluntaria?"

Lebello hizo su apelación con fervor.

"Conducir a nuestros ciudadanos a sacrificios aún mayores de los que ya han hecho es abandonar
incluso los principios básicos de la democracia. No pueden soportar la carga."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 148


Voces de refutación se alzaron, empezando por la presidenta del Comité de Navegación e Inteligencia,
Cornelia Windsor, la única mujer entre los concejales. Acababa de prestar juramento hace una
semana.

"No hay necesidad de complacer el egoísmo de los ciudadanos que no hacen ningún esfuerzo por
comprender nuestro gran y noble propósito. ¿Y qué gran empresa ha tenido éxito sin sacrificio?"

"Señora Windsor, la gente empieza a preguntarse si estos sacrificios podrían ser demasiado grandes."
Lebello dijo esto para contrarrestar un argumento de manual, pero sus palabras no tuvieron ningún
efecto.

"No importa cuán grande sea el sacrificio, aunque signifique la muerte de cada uno de nuestros
ciudadanos, tenemos algo que debemos hacer."

"Ese ya no es un argumento político." Lebello había levantado la voz sin darse cuenta.

Ignorándolo casualmente, Madame Windsor se volvió hacia los asistentes y, con una voz fuerte que se
escuchaba bien en la sala, comenzó a transmitir sus opiniones.

"Tenemos un noble deber. Un deber para derribar el Imperio Galáctico y rescatar a toda la humanidad
de su opresión. ¿Cómo puedes decir que estamos caminando en el camino de la rectitud si nosotros,
intoxicados con un humanitarismo barato, olvidamos ese gran propósito por completo?"

Con cuarenta años recién cumplidos, era una mujer atractiva -Graciosa, con una especie de belleza
intelectual- y en su voz había un hilo musical. Sólo eso elevó el peligro que Lebello sentía en ella a
otro nivel. ¿El heroísmo barato no se agarraba a sus propios tobillos?

Justo cuando Lebello estaba a punto de hacer otro contraargumento, el presidente Sunford, que
había permanecido en silencio hasta ahora, habló por primera vez.

"Tengo algunos materiales aquí ¿Podría todo el mundo mirar su terminal?"

Todos se sorprendieron un poco y, por un momento, todos los ojos se fijaron en el presidente -a
menudo se decía de él que proyectaba "una sombra delgada"- antes de volverse a sus terminales
como se les había ordenado.

"Este es el índice general de aprobación del público para este consejo. Definitivamente no es bueno".

El valor mostrado (31,9%) no estaba muy lejos de lo que los asistentes esperaban. No han pasado
tantos días desde que el predecesor de la Sra. Windsor cayera en un vergonzoso caso de soborno y,
como habían señalado Lebello y Huang, el estancamiento social y económico era un problema muy
grave.

"Y, por otro lado, aquí está nuestro índice de desaprobación."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 149


Hubo suspiros en el valor: 56.2 %. No era inesperado, pero la decepción fue inevitable.

Observando las reacciones de todos los presentes, el presidente continuó. "A este ritmo, es dudoso
que podamos ganar las elecciones a principios del año que viene. Puedo ver que estamos atrapados
entre la facción pacifista y los más fuertes de la línea dura, y que nos quedamos cortos de una
mayoría. Sin embargo..."

El presidente bajó la voz. Aunque era difícil decir si esto era intencional o no, fue muy efectivo para
atraer la atención de sus oyentes.

"He hecho que la computadora haga algunos cálculos, y es casi seguro que, si podemos asegurar una
victoria histórica sobre el imperio en los próximos cien días, nuestro índice de aprobación aumentará
un 15 por ciento como mínimo."

Hubo un suave revuelo de voces en la habitación.

"Vamos a votar sobre la propuesta militar", dijo Madame Windsor. Después de unos segundos, varias
voces se alzaron de acuerdo. Todo el mundo estaba pensando en mantener la presidencia de su
comisión frente a volver a la oposición en caso de derrota electorales, y sólo durante este intervalo
hubo silencio.

"Esperen un minuto."

Lebello se levantó a medias de su asiento. A pesar de que estaba bajo una lámpara solar, sus mejillas
estaban pálidas como las de un anciano.

"No tenemos ese derecho. ¿Lanzar una invasión innecesaria sólo para mantener el poder político?...
no se nos ha dado tal derecho..."

Su voz temblaba y se rompía.

"Vaya, dices cosas tan bonitas."

La fría y brillante risa de Madame Windsor resonó. Lebello se quedó sin palabras mientras miraba,
atónito al ver a los políticos que estaban a punto de contaminar el espíritu del gobierno democrático
con sus propias manos manchadas de sangre.

Desde su asiento, a cierta distancia, Huang miraba a la angustiada figura de Lebello.

"Te lo ruego, por favor, no pierdas los estribos", susurró, y estiró un grueso dedo hacia el botón de
votación.

Seis a favor, tres en contra, dos abstenciones. Se requería una mayoría de dos tercios de los votos
válidos emitidos para su aprobación, y los votos a favor tenían ese número; acababa de decidirse la
invasión del territorio imperial.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 150


Sin embargo, los resultados de la votación conmocionaron a los concejales, no porque la movilización
hubiera sido aprobada, sino porque uno de los tres votos en contra había sido emitido por el
presidente del Comité de Defensa, Trünicht.

Los otros dos votos, emitidos por el presidente del Comité de Finanzas Lebello y el presidente del
Comité de Recursos Humanos Huang, eran de esperar. ¿Pero no era Trünicht reconocido por todos
como un militarista de línea dura?

"Soy un patriota. Pero eso no significa que esté a favor de ir a la guerra en todos los casos. Quiero que
todos recuerden que yo estaba en contra de esta movilización".

Esa fue la respuesta que dio a los que lo interrogaron.

Ese mismo día, el Cuartel General de Operaciones Conjuntas rechazó oficialmente la carta de dimisión
que había presentado el Contraalmirante Yang Wen-li, emitiendo en su lugar su carta de
nombramiento con el rango de vicealmirante.

VIII
"Lo que estás diciendo es que quieres renunciar, ¿verdad?"

La respuesta del Mariscal Stolet cuando Yang presentó su carta de renuncia no fue muy creativa.
Yang, sin embargo, no esperaba exactamente que tomara la carta con una mano mientras que con
una floritura de la otra le entregaba su pensión de jubilación y su tarjeta de jubilación, por lo que le
hizo el gesto más amable que pudo.

"Pero aún tienes treinta años."

"Veintinueve". Yang puso especial énfasis en los veinte.

"Pero, en cualquier caso, ni siquiera has vivido la tercera parte de la esperanza de vida media ¿No
crees que es un poco pronto para dejar atrás su vida?"

"Excelencia, eso no es lo que estoy haciendo", objetó el joven almirante. No estaba abandonando su
vida; la estaba volviendo a encarrilar. Todo hasta ahora había sido un desvío forzado contra su
voluntad. Desde el principio, quiso ser un observador de la historia, no un creador de la misma.

El mariscal Stolet entrelazó los dedos de ambas manos y apoyó su barbilla de aspecto robusto sobre
ellos.

"Lo que nuestro ejército necesita no es su erudición como historiador, sino su competencia y
capacidad como táctico. Y lo necesitamos desesperadamente."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 151


¿No me he permitido ya sus halagos una vez? Yang respondió en su corazón. De cualquier manera,
que él lo mirara, tenía que estar haciendo serios sobrepréstamos en su relación de crédito y débito
con los militares. Sólo por tomar Iserlohn, creo que debería tener un pequeño cambio en mi camino,
pensó Yang. Sin embargo, el asalto del Director Sitolet se bifurcó en dos frentes.

"¿Qué va a ser de la Decimotercera Flota?"

Ante esta pregunta tan descabellada pero efectiva, la boca de Yang se abrió un poco.

"Esa es su flota, y acaba de formarse. Si dimites, ¿qué les pasará?"

"Bueno, ellos..."

El haber olvidado eso sólo puede describirse como un error descuidado. Había arruinado la operación,
tenía que admitirlo. Una vez que te enredaste en algo, volver a soltarte no era un asunto sencillo.

Al final, Yang se retiró de la oficina del director, dejando su carta de renuncia con él, aunque estaba
claro que no iba a ser aprobada. Indignado, se dirigió hacia abajo por medio de un ascensor
gravitacional.

Sentado en un sofá de la sala de espera, Julian Mintz había estado mirando desinteresadamente a la
gente uniformada que pasaba por aquí y por allá, pero cuando vio a Yang a lo lejos, se puso en pie con
energía. Yang le había dicho que pasara por el cuartel general de camino a casa desde la escuela ese
día. "¿Por qué no salir a comer por una vez? Además, tengo algo que quiero decirte". Eso fue todo lo
que le dijo al chico. Quería sorprenderlo: "En realidad, acabo de dejar el ejército. De ahora en
adelante, lo que me espera es la vida despreocupada de un pensionista".

Pero ahora, sin embargo, sus planes seguían en el aire, de modo que ese sueño dichoso se había
desvanecido en una sola bocanada de la exhalación amarga de la realidad. Bueno, ¿qué le digo ahora?
Inconscientemente relajando su ritmo, Yang estaba tratando de encontrar algo cuando una voz del
equipo le llamó.

El capitán Walter von Schenkopp lo saludaba. Debido a sus recientes hazañas, Schenkopp estaba a
punto de recibir un ascenso a Comodoro.

"Lo vi salir de la oficina del director, Excelencia. ¿Acaso vino a presentar su dimisión?"

"Claro que lo hice. Sin embargo, no hay duda de que será rechazada".

"Yo diría que sí. No hay forma de que el servicio le deje ir". El capitán, que una vez fue ciudadano del
imperio, miraba a Yang con una expresión divertida. "Con toda seriedad, quiero que gente como
usted se quede en casa, señor. Siempre da en el blanco en su evaluación de la situación, y también
tienes suerte. Sirviendo a sus órdenes, puede que nunca me distinga en batalla, pero al menos las
probabilidades de supervivencia parecen altas."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 152


Schenkopp estaba tranquilamente hablando de una evaluación de un oficial superior justo delante del
hombre.

"He decidido cerrar las cortinas de mi vida muriendo de viejo. Quiero vivir hasta los 150 años,
convertirme en un anciano tembloroso, y luego mientras exhalo mi último aliento, escuchar a mis
nietos y bisnietos llorando felices por librarse finalmente de mí. No tengo ningún interés en morir en
una llamarada de gloria. Por favor, manténgame con vida lo suficiente para hacer eso".

Dicho esto, el capitán volvió a saludar y sonrió a Yang, quien le devolvió el saludo con un ademán
desmoralizado.

"Siento haberte hecho perder el tiempo. Mira, el chico apenas puede esperarte".

Cazellnu y Schenkopp poseían por igual una capacidad para nada pequeña para las púas sarcásticas,
pero no había ninguna diferencia cuando Julián estaba cerca; tal vez había algo en él que les hacía
simplemente solidarios.

Mientras Yang y Julian caminaban uno al lado del otro, Yang miró al niño, incapaz de reprimir un
cierto grado de desconcierto avergonzado en su corazón. Fue algo tan extraño.... Experimentar
emociones como las de un padre, incluso sin haber estado casado.

El ambiente del restaurante era mucho más relajado de lo que uno podría imaginar de un lugar
llamado La Liebre de Marzo. La decoración a la antigua usanza unía todos sus muebles, y también
había velas en las mesas cubiertas con telas tejidas a mano, y Yang estaba encantado. Sin embargo, su
recompensa por haber descuidado la tarea de hacer una reserva -que apenas valía la pena llamar
tarea, puesto que una llamada en el visiofono era suficiente- fue que no se llevaba bien con las
pequeñas hadas de la suerte de esa noche.

"Lo siento mucho, pero estamos llenos hasta los topes."

Así que fueron informados solemnemente por un camarero anciano que abundaba en dignidad, físico
y hermosas patillas. Yang echó un vistazo al pequeño interior del restaurante, y enseguida quedó
claro que el camarero no estaba mintiendo para inclinarse por las propinas. Bajo la tenue iluminación,
el resplandor de la luz de las velas parpadeaba rítmicamente en todas las mesas. No se encendían
velas para las mesas sin clientes.

"Oh bien. ¿Quieres probar en otro lugar?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 153


Mientras Yang se rascaba la cabeza pensativamente, alguien se levantó de una de las mesas junto a la
pared con movimientos tan refinados como para ser llamado elegante. Era una mujer. Su vestido
blanco perla brilló a la luz de las velas, apelando al ojo de Yang con un efecto de ensueño.

"¿Almirante?"

Cuando ella lo llamó, Yang inconscientemente se quedó inmóvil. Su ayudante, la Subteniente


Frederica Greenhill, respondió con una ligera sonrisa.

"Hasta yo tengo ropa de civil. Mi padre dice que le gustaría que te unieras a nosotros, si no te
importa".

Mientras ella hablaba, su padre se levantó y se paró detrás de ella.

"Buenas noches, Vicealmirante Yang."

En una voz amistosa, el Almirante Dwight Greenhill, subdirector del Cuartel General de Operaciones
Conjuntas, le llamó. En el interior, Yang se sintió un poco incómodo al sentarse con un oficial superior,
pero en ese momento no había rechazado la invitación.

"Es contraalmirante, Excelencia", dijo Yang mientras saludaba.

"Serás vicealmirante la semana que viene a más tardar. Es mejor que te acostumbres al nuevo título,
¿no?"

"¡Eso es maravilloso! ¿Es eso de lo que querías hablar?" Los ojos de Julián brillaban. "Me lo esperaba,
pero aun así, son noticias maravillosas, ¿no?"

"Con una simple risa, Yang se distrajo de emociones extremadamente complejas, se recompuso y
presentó a su pupilo a Greenhill y a su hija.

"Ya veo, así que eres el famoso estudiante de honor, ¿no? Y también ganaste la medalla de oro por la
mayoría de los puntos conseguidos en la división junior de flyball. Haciéndolo bien en el aula y en la
cúpula por igual."

El Flyball era un deporte que se jugaba en una cúpula donde la gravedad se fijaba en 0,15 Gs. Era un
deporte sencillo en el que el objetivo era lanzar una pelota a una canasta que se movía a intervalos
irregulares a gran velocidad a lo largo de la pared. Sin embargo, el mismo tipo de encanto que se veía
en la danza se veía en las figuras que peleaban por el balón en el aire, manejándolo mientras giraba
lentamente.

"Julian, ¿es eso cierto?"

El guardián irresponsable de Julián miró al niño, sorprendido, y el niño asintió con la cabeza, con sus
mejillas ligeramente rojas.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 154


"El almirante debe ser el único que no lo sabía", dijo Frederica en un tono ligeramente burlón que
hizo sonrojar a Yang. "Julian es una celebridad en esta ciudad".

Hicieron sus pedidos. Con tres copas de un vino tinto reserva del 670 y una de ginger ale, brindaron
por el premio de Julian Mintz por marcar el mayor número de goles, y luego la comida llevada a la
mesa. Fue después de haber traído muchos platos a su mesa que el Almirante Greenhill sacó a relucir
un tema totalmente inesperado.

"Por cierto, Yang, todavía no tienes ningún plan para casarte, ¿verdad?"

Los cuchillos de Yang y Frederica chirriaron simultáneamente contra sus platos, y el anciano
camarero, un aficionado a la vajilla tradicional china, levantó las cejas inconscientemente.

"Así es. Cuando llegue la paz, lo pensaré".

Sin decir nada, Frederica estaba serruchando con el cuchillo y el tenedor todavía bajados. Había un
elemento de violencia muy leve en su manejo de las mismas. Julián miraba a su guardián con gran
interés.

"Tenía un amigo que murió y dejó una prometida. Cuando pienso en eso, no puedo... no ahora
mismo..."

Habló del teniente comandante Lapp, que había muerto en la Batalla de Astarté. El almirante
Greenhill asintió con la cabeza y luego volvió a cambiar de tema.

"Conoces a Jessica Edwards, ¿no? Fue elegida como representante en las elecciones especiales de la
semana pasada. Para el distrito electoral del Planeta Terneuzen".

Al igual que el Mariscal Stolet, las coloridas emboscadas de varios frentes también parecían ser el
fuerte del Almirante Greenhill.

"¿Oh? Puedo imaginar el apoyo que debe haber recibido de la facción antibélica."

"Así es. Y naturalmente hubo ataques del lado de la guerra..."

"Como, por ejemplo, ¿del Cuerpo de Caballeros Patrióticos?"

"¿El Cuerpo de Caballeros Patrióticos? Escucha, esos tipos son idiotas. Nunca ha valido la pena hablar
de ellos. Estás de acuerdo, ¿verdad? ...esta ensalada de gelatina es fantástica".

"Estoy de acuerdo", dijo Yang, en referencia a la ensalada.

Que los Caballeros Patrióticos eran idiotas, Yang estaba dispuesto a permitirlo, pero no se podía decir
con certeza que sus acciones exageradas y caricaturescas no eran el resultado de una dirección
hábilmente planeada. Después de todo, la joven generación que había apoyado fanáticamente a

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 155


Rudolf von Goldenbaum, ¿no había sido saludada desde el principio con muecas y sonrisas de lástima
por la intelectualidad de la Federación Galáctica?

Quizás a la sombra de una gruesa cortina, fuera de la vista de los asientos de los espectadores, alguien
esbozaba una sonrisa satisfecha incluso ahora.

IX
En el camino de regreso a casa, Yang estaba pensando en Jessica Edwards en el asiento de un taxi
autopropulsado.

"Quiero seguir adelante, seguir siempre preguntando a los que tienen autoridad:'¿Dónde están?
Cuando envían a nuestros soldados a las fauces de la muerte, ¿dónde están? ¿Qué están haciendo...?
"…"

Ese había sido aparentemente el clímax del discurso de Jessica. Yang no pudo evitar recordar la
escena de la ceremonia conmemorativa que tuvo lugar después de la derrota en Astarté. Ni siquiera
el presidente del Comité de Defensa, Trünicht, que se enorgullecía de su elocuencia, había podido
resistirse a sus acusaciones. Eso solo debe haber sido suficiente para hacerla el centro de todo el odio
y la hostilidad de la facción a favor de la guerra. Una cosa era cierta: el camino que había elegido sería
un camino más traicionero que el Corredor Iserlohn.

El taxi se detuvo repentinamente. Normalmente, esto nunca debería haber pasado. Los coches nunca
se movían de tal manera que la inercia ejerciera una fuerza innecesaria sobre el cuerpo humano, al
menos mientras el sistema de control estaba en funcionamiento. Algo muy fuera de lo común
acababa de ocurrir.

Abriendo la puerta manualmente, Yang salió a la calle. Un oficial de policía con uniforme azul se
acercó corriendo, con su enorme cuerpo balanceándose pesadamente. Reconoció la cara de Yang y,
después de expresar su profunda emoción por poder conocer a un héroe nacional, explicó la
situación.

"Se ha producido una anomalía en el ordenador de control de tráfico del Centro Municipal de Control
de Tráfico", dijo.

"¿Una anomalía?"

"No conozco los detalles, aparentemente fue un simple error humano que ocurrió durante la entrada
de datos. De todos modos, casi todos los lugares de trabajo tienen poca gente experimentada hoy en
día, así que este tipo de cosas no son inusuales".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 156


El oficial de policía se río, pero entonces, ante la mirada directa y hostil de Julián, se obligó a poner en
su cara una expresión solemne.

"Ah, pero no es momento de reírse de ello. Debido a esto, cada sistema de transporte público en este
distrito va a ser detenido durante las próximas tres horas. Incluso las aceras automáticas y los maglevs
están paralizados".

"¿Total?"

"Sí, total".

Por la actitud del oficial, casi parecía que estaba orgulloso de ello. Aunque a Yang le pareció gracioso,
no era cosa de risa. Este accidente y las palabras del oficial se sumaron a algo que le provocó
escalofríos en el corazón. El sistema que controlaba y dirigía su sociedad se había debilitado de
manera alarmante. La influencia negativa de la guerra estaba erosionando constantemente el tejido
social, de manera más suave y sin embargo más segura que las pisadas del diablo.

Desde su lado, Julian miró a Yang. "¿Qué hacemos, Almirante?"

"No hay nada que podamos hacer, caminemos", dijo Yang, y así se decidió. "Es bueno hacer esto de
vez en cuando. A pie, volveremos en una hora. Será un buen ejercicio".

"Oh, es cierto."

Los ojos del policía se abrieron de par en par ante esto. "¡Oh, no podía dejarle hacer eso! ¿Hacer que
el héroe de Iserlohn vuelva a casa con sus propios pies? Enviaré a buscar un coche de tierra o un
aerocoche. Por favor, use eso en su lugar."

"No puedo dejar que haga eso sólo por mí."

"Por favor, no seas tímido."

"No, creo que voy a ser tímido al respecto", dijo Yang.

Le costó un poco de esfuerzo evitar que su desagrado se manifestara en su cara o en su voz.

"Vamos, Julian."

"Sí, sí, señor."

Con esa alegre respuesta, el niño comenzó a dar saltos ágiles y luego se detuvo repentinamente. Yang
le miró sospechosamente.

"¿Qué pasa, Julian? ¿No te gusta caminar?"

Quizás su voz era un poco aguda debido a su disgusto residual.

"No, no es eso."
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 157
"Entonces, ¿por qué no vienes?"

"Esa es la dirección equivocada."

Yang se dio la vuelta sin decir una palabra. Mientras el comandante de una flota espacial no se
equivoque en el rumbo, no hay nada de qué preocuparse. Consideró decir eso, o algo similarmente
antideportivo, y luego decidió no hacerlo. La verdad sea dicha, su confianza incluso le falló en ese
punto de vez en cuando. Por eso Yang valoraba tanto la precisa gestión de flota de precisión del
Comodoro Fischer.

Largas filas de coches maglev parados se extendían para formar largas paredes en las calles, y la gente
que no podía hacer nada al respecto caminaba sin rumbo. Yang y Julian se enhebraron
tranquilamente entre ellos.

"Las estrellas son realmente hermosas esta noche, Almirante", dijo Julián, levantando su mirada hacia
el cielo estrellado. Las luces brillantes de innumerables estrellas formaban patrones demasiado
complejos para ser asimilados, y lo atestiguaban con su parpadeo continuo que se reflejaba a través
de la atmosfera del planeta.

lo que atestigua con su continuo parpadeo la existencia de la atmósfera del planeta.

Yang fue incapaz de despejar completamente su mente de los malos sentimientos.

Todo el mundo se dirigía hacia el cielo nocturno, tratando de agarrar la estrella que se les había dado.
Pero la gente que conocía la posición exacta de su propia estrella era escasa. ¿Y qué hay de mí, Yang
Wen-li? ¿He determinado claramente dónde está mi propia estrella? arrastrado por las circunstancias,
¿la he perdido de vista? ¿O podría haberme equivocado todo el tiempo sobre cuál es mi estrella?

"¿Almirante?", dijo Julián con voz clara y cristalina.

"¿Qué pasa?"

"Hace un momento, tú y yo estábamos mirando la misma estrella. Mira, ese azul grande".

"Hmm, esa estrella es..."

"¿Cómo se llama?"

"Está en la punta de mi lengua...", dijo Yang.

Si hubiera empezado a rastrear ese hilo de un recuerdo, seguramente podría haber llegado a la
respuesta, pero Yang no tenía ganas de obligarse a hacerlo. No hay la más mínima necesidad de que
este chico a mi lado mire a la misma estrella que yo, pensó Yang.

Un hombre debe agarrar una estrella que es para él y sólo para él. No importa cuán desafortunada
pueda ser esa estrella.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 158
Capítulo7: La farsa entre escenas

I
En el dominio de Phezzan, los intereses del imperio galáctico eran cuidadosamente vigilados por un
alto comisionado imperial. El conde Joachim von Remscheid, era el encargado de desempeñar esa
tarea. El aristócrata de pelo blanco y ojos casi transparentes, había sido enviado a Phezzan desde
Odín, más o menos a la vez que Rubinsky había jurado el cargo de terrateniente, y era apodado a sus
espaldas como “el zorro blanco”. Sin duda, era una burla al apodo que recibía Rubinsky: “Zorro negro”

Esa noche, el lugar al que Rubinsky había invitado a Remscheid de forma no oficial, no era ni la oficina
del terrateniente, ni su oficina privada. Era un lugar que durante los cuatro siglos y medio previos
había una pequeña depresión en una región montañosa con grandes depósitos de sal. Ahora era un
lago artificial. A la orilla del mismo se levantaba una cabaña de montaña que no tenía conexión legal
con Rubinsky, ya que su dueña era una de las muchas amantes del terrateniente.

Cuando alguien le preguntó una vez “Terrateniente, excelencia... ¿cuántas amantes tiene usted?”
Rubinsky lo pensó con una expresión seria en el rostro, sin responder directamente, hasta que al final
dijo con una sonrisa animada que rozaba la audacia “Solo las cuento por docenas”

Aunque ciertamente exageraba, tampoco estaba contando cuentos chinos por completo. Su vitalidad
de mente y cuerpo no contradecía en lo más mínimo la impresión que daba su apariencia exterior.
La filosofía de Rubinsky era que la vida debe ser disfrutada a lo grande. Licores con cuerpo, comidas
que se derretían en la lengua, melodías que hacían temblar las cuerdas del corazón, y bellezas gráciles
y flexibles: era un amante de todas ellas.

Estos, sin embargo, eran meros entretenimientos. Su mayor diversión estaba en otra parte, pues los
juegos de intriga política y militar se jugaban con el destino de los hombres y de las naciones como
chips intangibles, y ni el vino ni las mujeres podían compararse con la emoción que proporcionaban.

Incluso el engaño maquiavélico, suficientemente refinado, puede ser un arte, reflexionó Rubinsky.
Sólo lo peor de lo peor recurre a la amenaza de la fuerza armada. Las palabras en sus pancartas
pueden diferir, pero en ese punto hay poca diferencia entre el imperio y la alianza. Ambos son hijos
gemelos nacidos de un monstruo llamado Rudolf, pensó con malicia, y comparten un odio mutuo por
el otro.

"Pues bien, como Su Excelencia el terrateniente se ha tomado tantas molestias para invitarme esta
noche a esta velada, debe haber algo de lo que quiera hablar", dijo el conde Remscheid mientras
dejaba su copa de vino sobre una mesa de mármol.
Disfrutando mientras miraba hacia atrás a la expresión reservada del hombre, Rubinsky contestó: "En
efecto, lo hago, y creo que el asunto le parecerá de gran interés... La Alianza de Planetas Libres está
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 159
planeando una ofensiva militar contra el imperio."
El aristócrata imperial necesitó varios segundos para digerir el significado de esa respuesta.
"Su Excelencia quiere decir que la alianza-" fue lo que el conde comenzó a decir, pero se percató de
sus propias palabras, y se corrigió a sí mismo: "¿Que los rebeldes están tramando ultrajes sin ley
contra nuestro imperio?"
"Parece que después de capturar la orgullosa fortaleza del imperio de Iserlohn, el ansia de guerra de
la alianza se está empezando a desbordar”
El conde entrecerró un poco los ojos. "Al ocupar Iserlohn, los rebeldes ahora tienen una cabeza de
puente en territorio imperial. Eso es un hecho. Pero no significa que vayan a lanzar una invasión total
de inmediato".
"Sea como sea, está claro que la alianza está preparando planes para un ataque a gran escala."
"¿Qué significa ‘a gran escala'?"
"Una fuerza de más de veinte millones de personas. que en realidad podría superar los treinta
millones".
"Treinta millones".
Los ojos casi incoloros del aristócrata imperial brillaban debido a la iluminación, con un brillo blanco.
Ni siquiera la armada imperial había movilizado nunca una fuerza tan numerosa de una sola vez. La
dificultad de hacerlo no era sólo un problema de números, sino también de organización, gestión y
capacidad para dirigirlo todo. ¿Tenía la alianza ese tipo de capacidad? Lo hicieran o no, se trataba de
una información de inteligencia vital, pero...
"Pero, terrateniente, Su Excelencia, ¿por qué está compartiendo esta información conmigo? ¿Cuáles
son sus objetivos?"
"Me sorprende un poco que Su Excelencia el Alto Comisionado me pregunte tal cosa. ¿Nuestro
dominio ha hecho alguna vez algo que pudiera poner al imperio en desventaja?"
"No, no recuerdo tal cosa. Naturalmente, nuestro imperio confía plenamente en la lealtad y fidelidad
de Phezzan".
Fue un intercambio con un vacío y una insinceridad que ambas partes conocían muy bien.
Por fin, el conde Remscheid se marchó. Viendo su coche oficial mientras corría a toda prisa por la
pantalla de su monitor, una cruel sonrisa apareció en la cara de Rubinsky. El alto comisionado correría
a su oficina y enviaría un mensaje de emergencia a Odín. La información que Rubinsky acababa de
darle no podía ser ignorada.

Habiendo perdido a Iserlohn, los militares imperiales palidecerían ante esta noticia y comenzarían los
preparativos para interceptar el ataque. Reinhard von Lohengramm sería casi con toda seguridad el
enviado a interceptar ese ataque, pero esta vez Rubinsky quería que ganara para el imperio sin ganar
demasiado. Si Reinhard se encargaba de ello, eso sería un problema, en realidad.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 160


Rubinsky no había informado al imperio cuando recibió la noticia de que Yang iba a atacar Iserlohn
con sólo media flota. Por un lado, nunca habría soñado que el intento tendría éxito, y por otro, tenía
ganas de ver qué tipo de treta se le ocurriría a Yang. La conclusión había sido tal que podía incluso
sorprender genuinamente a Rubinsky. Y pensar que tenía un truco como ese bajo la manga.
Sin embargo, no estaba en condiciones de dejarse impresionar y ya está. El equilibrio del poder militar
se había inclinado hacia la alianza, y ahora necesitaba empujarla un poco hacia el imperio. Necesitaba
que se pelearan entre sí, que se hirieran entre sí, más y más.

II
El marques Lichtenlade, ministro de estado y primer ministro imperial en funciones, recibió una visita,
una noche en la mansión en la que vivía, por parte del Vizconde Gerlach, ministro de Finanzas.

La ocasión de la visita del ministro de finanzas fue para informar que se había completado una etapa
de la limpieza del levantamiento del hijo del duque Kastrop. Hacer que un subordinado enviara un
informe por visiofono desde su propia casa no era una tradición que existiera en el imperio.
"La tasación de las tierras y la fortuna del duque Kastrop se ha cumplido en su mayor parte. Después
de la liquidación, el valor de la propiedad asciende a medio billón de marcos imperiales".
“Ciertamente ha estado ahorrando ¿no?”

"Por supuesto que sí. Aunque siento un poco de pena por el hombre cuando pienso en lo diligente
que había ahorrado para pagarlo todo al tesoro nacional…"

Después de disfrutar suficientemente del aroma con cuerpo del vino tinto que tenía ante él, el
ministro de finanzas lo tocó con los labios. El ministro de Estado dejó su vaso y cambió su expresión.

"Por cierto, hay un pequeño asunto que me gustaría discutir con usted."

"¿Y qué podría ser?"

"Hace muy poco recibí un comunicado urgente del conde Remscheid sobre Phezzan. Dice que las
fuerzas rebeldes realizarán una invasión masiva de territorio imperial"

"¡Las fuerzas rebeldes...!" El ministro de Estado asintió con la cabeza. El ministro de finanzas puso su
vaso medio lleno sobre la mesa, haciendo que el vino restante se agitara violentamente. "Este es un
problema serio."

"Lo es. Pero al mismo tiempo, no puedo decir que no sea una oportunidad". El ministro de Estado se
cruzó de brazos. "Ahora mismo tenemos la necesidad de pelear una batalla y ganar. Según el informe
del ministro del interior, se está fomentando una vez más entre los plebeyos una especie de ambiente
revolucionario. Parece que tienen una vaga idea de que perdimos a Iserlohn. Para acabar con todo
eso, tenemos que destruir a los rebeldes y restaurar la dignidad de la familia imperial. Junto con eso,
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 161
tenemos que dejar que los plebeyos tengan un poco de caramelo también. Un indulto especial para
los criminales intelectuales, una reducción de impuestos, una disminución de los precios del licor, algo
así".

"Deles demasiados beneficios y los plebeyos se aprovecharán de usted. He visto los escritos
clandestinos de los radicales, están llenos de declaraciones escandalosas. Los seres humanos tienen
derechos antes que deberes, y cosas por el estilo. ¿No crees que un perdón especial sólo los
mimaría?"

"Es como usted dice, pero no podemos gobernar exclusivamente con el palo", dijo el ministro de
Estado con cierto reproche.

"Es cierto, pero complacer a la gente más de lo necesario es... Pero no, dejemos eso para otro
momento. Este informe de los rebeldes que invaden nuestro imperio, ¿Es Rubinsky la fuente del
mismo?"

El ministro de Estado asintió.

"El Zorro Negro de Phezzan", dijo el ministro de finanzas, chasqueando la lengua en voz alta.
"Últimamente, tengo la sensación de que los avaros de Phezzan podrían ser un peligro mucho mayor
para el imperio que los rebeldes. No se sabe lo que podrían estar tramando".

"Estoy de acuerdo", dijo Lichtenlade. "Pero por ahora, es la amenaza rebelde con la que tenemos que
lidiar. ¿A quién debemos asignar a la defensa?

"Ese mocoso rubio probablemente querrá hacerlo", dijo Gerlach. "¿Por qué no dejarlo?"

"Es mejor no tomar una decisión emocional. Suponga que lo dejamos: Si tuviera éxito, su reputación
se elevaría a un nivel totalmente distinto, y el poder que tenemos para obstaculizarle se evaporaría.
Si, por otro lado, fracasara, significaría una lucha contra las fuerzas rebeldes en condiciones
extremadamente desfavorables -dentro del núcleo del imperio, lo más probable es que contra una
enorme horda de treinta millones de personas cuya moral se elevaría debido a su victoria".

"Su Excelencia es demasiado pesimista", dijo el ministro de finanzas, quien se inclinó hacia adelante y
comenzó a explicar su propia posición. "Aunque los rebeldes salgan victoriosos, no saldrán ilesos de la
batalla con la fuerza del conde Lohengramm. El conde no es ningún incompetente y, sin duda, causará
víctimas considerables al enemigo. Además, la fuerza rebelde estará en una campaña muy lejos de su
base, incapaz de reabastecerse a voluntad. Además, carecerán de la ventaja geográfica. Por esta
razón, las fuerzas imperiales podrán detener a un enemigo cansado de luchar, como quieran. Dadas
las circunstancias, de hecho, puede que ni siquiera sea necesario salir a luchar contra ellos. Si
simplemente libramos una batalla de desgaste, el enemigo sufrirá escasez de suministros y tensión

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 162


psicológica, y al final no tendrá más remedio que retirarse. Si las fuerzas imperiales esperan ese
momento para perseguir y atacar, la victoria vendrá con poca dificultad."

"Ya veo", dijo el Ministro de Estado Lichtenlade. "Eso en caso de que el mocoso sea derrotado. Pero,
¿y si gana? Entre sus logros militares y su el favor de Su Alteza, es más de lo que podemos manejar,
incluso ahora. Sólo puedo imaginar lo malcriado que se volvería si saliera victorioso".

"Creo que deberíamos dejar que se eche a perder. ¿Un hombre que se ha alzado por encima de su
puesto? Podemos destruirle cuando queramos. No es como si estuviera con sus tropas 24 horas al
día."

"Hmm..."

"Una vez que la flota rebelde haya sido aniquilada, ese mocoso rubio también caerá", dijo fríamente
el ministro de finanzas. "¿No aprovecharemos al máximo sus talentos mientras los necesitamos?"

III
12 de agosto del 796 (Calendario estelar).

En la capital de la Alianza, se estaba celebrando una reunión operativa para la inminente invasión del
imperio. Reunidos en una sala de reuniones subterránea en los cuarteles generales conjuntos estaban
el director Stolet, y 36 almirantes, lo que significaba que el jefe al mando de la flota 13, el recién
nombrado vicealmirante Yang Wen-li estaba entre ellos.

Yang no tenía buen aspecto. Como le había dicho anteriormente al capitán Schenkopp, creía que la
amenaza de guerra disminuiría si Iserlohn caía. La realidad, sin embargo, había tomado exactamente
el rumbo opuesto -una que le recordó a Yang el hecho de que era joven, o más bien, ingenuo. Aun así,
Yang no estaba naturalmente de humor para reconocer la lógica solidez de los argumentos a favor de
esta movilización y expansión de la guerra.

La victoria en Iserlohn no había sido más que la jugada en solitario de Yang. No significaba que las
Fuerzas Armadas de la Alianza fueran capaces de derrotar al imperio. La verdadera situación era que
las tropas estaban agotadas hasta el punto de agotarse, y la riqueza y el poder de la nación que las
apoyaba estaba disminuyendo.

Sin embargo, este hecho, que el propio Yang reconoció como un hecho, era uno que líderes políticos y
militares simplemente no parecían entender. Las victorias militares eran como los narcóticos, y una
dulce droga llamada "Iserlohn ocupado" parecía haber causado un repentino brote de alucinaciones
bélicas acechando en los corazones de la gente. Incluso en la Asamblea Nacional, donde deberían
haber prevalecido las cabezas frías, llamaban con una sola voz a la "invasión del territorio imperial".
La manipulación de la información por parte del gobierno también fue hábil, pero....

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 163


¿Pagamos muy poco al tomar Iserlohn? Yang se preguntó. Si hubiera llegado a costa de un baño de
sangre de decenas de miles, ¿habría dicho la gente: "Basta ya"?

Habrían pensado: "Hemos ganado, pero estamos muertos de cansancio. ¿No deberíamos descansar
un rato, reexaminar el pasado, pensar en nuestro futuro y luego preguntarnos si realmente hay algo
ahí fuera que haga que luchar valga la pena?

Eso no había pasado. "¿Quién hubiera imaginado que la victoria sería tan fácil?", pensó la gente.
"¿Quién hubiera imaginado que los frutos de la victoria podrían ser tan deliciosos?" Era una ironía que
el que hubiera puesto esos pensamientos en sus cabezas fuera el propio Yang. Esta era la última cosa
que el joven almirante había querido, y en estos días el contenido de brandy de su té no hacía más
que aumentar.

La orden de batalla de la fuerza expedicionaria aún no había sido anunciada al público, aunque ya
estaba decidida.

El mariscal Lasalle Lobos, comandante en jefe de la Armada Espacial de la Alianza, ocupaba


personalmente el puesto de comandante de la flota suprema. Como el segundo hombre uniformado
después del director del Cuartel General Conjunto de Operaciones Stolet, su relación competitiva con
Stolet se remontaba a más de un cuarto de siglo atrás.

El puesto de vice comandante en jefe había quedado vacante, y el Almirante Senior Dwight Greenhill
– El padre de Frederica Greenhill- ocupaba el puesto de jefe de estado mayor conjunto. Bajo su
mando estaban el Vicealmirante Konev, jefe de personal de operaciones; el Contraalmirante
Birolinen, jefe de personal de inteligencia, y el Contraalmirante Cazellnu, jefe de personal del servicio
de retaguardia. Este fue el primer trabajo en el frente en bastante tiempo para Alex Cazellnu, quien
era conocido por su extraordinaria habilidad para hacer las cosas en la oficina.

Bajo el mando del Jefe de Estado Mayor de Operaciones, había cinco oficiales de Estado Mayor de
operaciones. Uno de ellos fue el Contraalmirante Andrew Fork, un hombre brillante que se había
graduado el primero de su clase en la Academia de Oficiales hace seis años; este joven oficial fue el
arquitecto original del plan para la próxima expedición.

El personal de inteligencia y el personal del servicio de retaguardia estaban integrados por tres
oficiales cada uno. A estos dieciséis se añadieron ayudantes de alto nivel y personal esencial de
comunicaciones, seguridad y de otro tipo, y juntos formaban el centro de mando supremo.

Para empezar, ocho flotas espaciales debían movilizarse como unidades de combate:

La Tercera Flota, comandada por el Vicealmirante Lefêbres.

La Quinta Flota, comandada por el Vicealmirante Bucock.

La Séptima Flota, comandada por el Vicealmirante Hawood.


Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 164
La Octava Flota, comandada por el Vicealmirante Appleton.

La Novena Flota, comandada por el Vicealmirante Al Salem.

La Décima Flota, comandada por el Vicealmirante Urannf.

La Duodécima Flota, comandada por la Vicealmirante Borodin.

La Decimotercera Flota, comandada por el Vicealmirante Yang.

Las Cuarta y Sexta Flotas, tras haber recibido duros golpes en la Batalla de Astarté, se habían unido
recientemente a las fuerzas restantes de la Segunda para formar la Decimotercera Flota de Yang, por
lo que sólo dos de las diez flotas que formaban la Armada Espacial de las Fuerzas Armadas de la
Alianza -la Primera y la Undécima- se estaban quedando atrás en la patria.

A estas fuerzas se añadieron las tropas móviles blindadas conocidas colectivamente como unidades
de combate terrestre, escuadrones de combate aéreo intra-atmosférico, escuadrones anfibios,
unidades navales, unidades ranger y todo tipo de unidades de operación independiente. También
iban a participar especialistas en armas pesadas del Cuerpo de Seguridad Nacional.

En cuanto al personal no combatiente, se debía movilizar el mayor número posible de personal de los
ámbitos de la tecnología, la ingeniería, suministros, las comunicaciones, el control del tráfico espacial,
el mantenimiento, procesamiento de datos, medicina y otras esferas.

El número total movilizado ascendía a 30.227.400 personas. Esto significaba que el 60 por ciento de
todo el ejército de la Alianza de Planetas Libres iba a ser movilizado de una sola vez. Esa cifra también
representaba el 0,23 por ciento de la población total de la alianza, que era de 13.000 millones de
personas, en ese momento.

Con un plan operativo ante ellos, cuyo gigantesco alcance no tenía precedentes, incluso los almirantes
que habían luchado valientemente en muchas batallas anteriores estaban, aquí y allá, visiblemente
incapacitados para aclarar sus cabezas. Se limpiaban de la frente un sudor inexistente, bebían un vaso
tras otro del agua helada preparada para ellos, o susurraban a sus colegas en los asientos de al lado.

A las 9.45 horas, el mariscal Stolet, director del Cuartel General de Operaciones Conjuntas, entró en la
sala con su ayudante superior, el Contraalmirante Marinesk, y la reunión comenzó inmediatamente.

No había ningún sentido de gran exaltación en la expresión o voz del Mariscal Stolet cuando abrió la
boca para hablar: "El plan que estamos discutiendo hoy para una campaña en territorio imperial ya ha
sido aprobado por el Alto Consejo, pero..."

Todos los almirantes presentes sabían que él se había opuesto al despliegue.

"Los planes detallados para las acciones de la fuerza expedicionaria aún no están establecidos. El
propósito de la reunión de hoy es concretar los detalles. No necesito recordarles en este momento
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 165
que las Fuerzas Armadas de la Alianza son el ejército libre de una nación libre. Espero que, con ese
espíritu, lleven a cabo un vigoroso intercambio de ideas y discusión hoy".

Puede haber habido algunos presentes que por la falta de entusiasmo en los comentarios del director
entendieron su angustia, y puede haber habido otros que también pudieron percibir en su entonación
de profesor una resistencia pasiva-agresiva. El director cerró la boca, y por un momento nadie dijo
nada. Era como si todos los presentes estuvieran hirviendo a fuego lento en sus propios
pensamientos.

En el fondo de su mente, Yang estaba repitiendo algo que había oído de Cazellnu el otro día:

"En cualquier caso, pronto se celebrarán elecciones regionales unificadas. En el frente interno han
tenido lugar una serie de escándalos, desde hace un tiempo. Si quieren ganar, tendrán que desviar la
atención del público hacia el exterior. De eso se trata esta campaña militar".

Ese es un viejo truco que los gobernantes usan para distraer a la gente de su propio malgobierno,
pensó Yang. ¡Que mal se habría sentido el padre fundador Heinessen al enterarse de esto! Su deseo
nunca había sido que se erigiera una estatua de cincuenta metros de altura en su honor; seguramente
su esperanza era la construcción de un sistema de gobierno que no supusiera un peligro para su
pueblo, en el que los derechos y libertades de los ciudadanos no se vieran menoscabados por los
caprichos arbitrarios de los gobernantes.

Pero, así como los hombres deben envejecer y enfermarse eventualmente, tal vez también, sus
naciones deben volverse corruptas y decadentes con el tiempo. Aun así, la idea de enviar treinta
millones de tropas al campo de batalla para ganar unas elecciones y conservar el poder durante otros
cuatro años iba más allá de la comprensión de Yang. Treinta millones de seres humanos, treinta
millones de vidas, treinta millones de destinos, treinta millones de posibilidades, treinta millones de
alegrías, tristezas, dolores y placeres...enviados a las fauces de la muerte, solo para aumentar las filas
de los sacrificados, mientras que los que están en lugares seguros monopolizan todo el beneficio.

Aunque las épocas cambiaban, esta escandalosa correlación entre los que hacían la guerra y los que
eran forzados a pelear en ella, no había mejorado en lo más mínimo desde los albores de la
civilización. En todo caso, los reyes y los campeones del mundo antiguo pueden haber sido
ligeramente mejores, aunque sólo fuera por haber estado a la cabeza de sus ejércitos, exponiendo sus
propias pieles a la amenaza de daño físico. Se podría argumentar también que la ética de los que se
ven obligados a librar guerras sólo se ha degenerado....

"Creo que esta campaña es la hazaña más atrevida desde la fundación de nuestra alianza. No hay
mayor honor para mí como soldado que el poder participar en él como oficial de Estado Mayor".

Esas fueron las primeras palabras que se pronunciaron.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 166


La voz plana y monótona, como la de alguien que lee un guion, pertenecía al Contraalmirante Andrew
Fork.

Sólo tenía veintiséis años, pero parecía mucho mayor que eso, y junto a él era Yang quien parecía un
niño. La carne de sus pálidas mejillas era demasiado delgada, aunque no estaba mal mirando
alrededor de los ojos y las cejas. Sin embargo, su manera de mirar a la gente con desprecio para
después subir su mirada hacia arriba conspiraba con el pliegue de su boca para darle una impresión
bastante sombría. Aunque, por supuesto, para Yang-cuya experiencia con la palabra "estudiante de
honor" era nula- quizás se tendía a dar el epíteto de genio, a través de la lente del prejuicio.

El siguiente en hablar después de la larga y florida intervención de Fork sobre el gran diseño militar -
es decir, la operación que él mismo había bosquejado- fue el vicealmirante Uranff, comandante de la
Décima Flota.

Uranff era un hombre bien construido, en la flor de la vida, descendiente de una tribu nómada de la
que se decía que alguna vez había conquistado la mitad del mundo de la Tierra antigua. Tenía una tez
oscura y unos ojos que brillaban con una inteligencia aguda. Su valiente liderazgo lo hizo destacar
incluso entre los almirantes de la alianza y le hizo muy popular entre la ciudadanía.

"Somos soldados y como tales iremos a cualquier parte si se nos ordena. Si eso significa golpear la
misma base de la tiranía de la Dinastía Goldenbaum, iremos, y con mucho gusto. Sin embargo, no
hace falta decir que hay una diferencia entre un plan audaz y uno temerario. Una preparación
minuciosa es esencial, pero antes me gustaría preguntar cuál es el objetivo estratégico de esta
campaña. ¿Nos sumergimos en territorio imperial, peleamos una batalla, y luego damos por
terminado el día? ¿Vamos a ocupar militarmente una parte del territorio del imperio y, de ser así, la
ocupación será temporal o permanente? Y si la respuesta es "permanente", ¿se convertirá el
territorio ocupado en una fortaleza militar? ¿O vamos a asestar un golpe destructivo a los militares
imperiales y no volver atrás hasta que hayamos hecho que el Kaiser jure un juramento de paz? Y antes
de todo eso, ¿se considera esta operación en sí misma a corto o largo plazo? Es una larga lista de
preguntas, pero me gustaría oír las respuestas".

Uranff se sentó, y los mariscales Stolet y Lobos dirigieron sus miradas hacia el Contraalmirante Fork,
instándole a responder.

"Penetraremos profundamente en el territorio del imperio con una gran fuerza. Sólo eso bastará para
infundir terror en los corazones de los imperiales". Esa fue la respuesta de Fork.

"Entonces, ¿nos retiramos sin pelear?"

"Estoy pensando que debemos mantener un alto nivel de flexibilidad y lidiar con cada situación a
medida que se presente."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 167


Las cejas de Uranff se juntaron, mostrando su insatisfacción. "¿No puedes darnos más detalles? Esto
es demasiado abstracto".

"Lo que quiere decir es que nosotros simplemente nos movemos al azar, ¿correcto?"

El pliegue en el labio de Fork se hizo más pronunciado con ese comentario sarcástico. El Vicealmirante
Bucock, comandante de la Quinta Flota, fue quien lo dijo. Era un verdadero veterano de las Fuerzas
Armadas de la Alianza, varios grados más que el mariscal Stolet, el mariscal Lobos, el almirante
Greenhill y otros. No era un graduado de la Academia de Oficiales, sino que se abrió camino, como un
simple recluta, por lo que, aunque era más bajo que ellos en términos de rango, los superaba en edad
y experiencia. Como táctico, su reputación lo colocaba en los límites de "competente".

Fork no respondió; aunque naturalmente sentía cierta reserva hacia el hombre, también estaba el
hecho de que Bucock no había sido reconocido formalmente para hablar. Sobre esa base, Fork
aparentemente había decidido ignorarlo cortésmente.

"¿Alguien más tiene algo...?", dijo forzadamente.

Después de un momento de vacilación, Yang pidió ser reconocido.

"Me gustaría escuchar la razón por la que la invasión ha sido fijada para este momento".

Por supuesto, Fork no iba a decir: "Por la elección". ¿Pero cómo respondería?

"Por cada batalla, existe algo llamado el momento de la oportunidad", dijo el Contraalmirante Fork,
comenzando con orgullo una explicación del asunto a Yang. "Dejarlo pasar, en última instancia, sería
desafiar al destino mismo. Algún día, lamentablemente, podríamos mirar hacia atrás y decir:'¡Si
hubiéramos actuado entonces! Pero para entonces será demasiado tarde".

"En otras palabras, nuestra mejor oportunidad de atacar al imperio es ahora mismo. ¿Es eso lo que
quiere decir, Comodoro?"

Yang tenía la sensación de que era ridículo pedir confirmación, pero lo hizo de todos modos.

“De hacer un ataque masivo”

Como le gustan sus tecnicismos, pensó Yang.

"Los militares imperiales están aterrorizados por la pérdida de Iserlohn, no tienen idea de qué hacer.
En este preciso momento de la historia, ¿qué otra cosa sino la victoria podría deparar a una fuerza de
la alianza de una magnitud sin precedentes, formada por largas y majestuosas columnas, avanzando
con la bandera izada de la libertad y la justicia?"

Había un matiz de autointoxicación en su voz mientras hablaba, señalando a la pantalla


tridimensional.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 168


"Pero esta operación nos mete demasiado lejos en el terreno enemigo. Nuestra formación se alargará
demasiado, y habrá dificultades con el reabastecimiento y las comunicaciones. Además, al golpearnos
en esos largos y delgados flancos, el enemigo podrá dividir nuestras fuerzas con facilidad".

La voz de Yang se acaloró mientras argumentaba, aunque esto no estaba necesariamente en sintonía
con lo que realmente estaba pensando. Después de todo, ¿cuánto importaban los detalles de los
problemas a nivel de ejecución cuando el plan táctico en sí mismo ni siquiera era sólido? Sin embargo,
no soportaba no intentar decírselo.

"¿Por qué estás enfatizando el peligro de estar dividido? Un enemigo que se hundiese en el centro de
nuestra flota sería sorprendido en un ataque con pinzas, y sin duda sería derrotado. El riesgo es
insignificante."

Los argumentos optimistas de Fork agotaron a Yang. Estaba luchando contra el deseo de decir:
"Adelante, haz lo que quieras", Yang siguió contraatacando.

"El comandante de la fuerza imperial será probablemente el conde Reinhard von Lohengramm. Hay
algo en su habilidad militar que está más allá de la imaginación. ¿No crees que deberías tener eso en
cuenta y pensar en un plan un poco más cauteloso?"

Cuando terminó de hablar, el Almirante Greenhill contestó antes de que Fork pudiera hacerlo.

"Vicealmirante, soy consciente de que tiene una gran opinión del conde Lohengramm. Pero aún es
joven, y hasta él debe cometer errores ".

Las palabras del Almirante Greenhill no impresionaron mucho a Yang.

"Eso es cierto. Sin embargo, los factores que dan como resultado la victoria y la derrota son, en última
instancia, relativos entre sí... así que, si cometemos un error mayor que él, es lógico que él gane y
nosotros perdamos".

Y el punto principal, Yang quería decir, es que el plan en sí mismo está equivocado.

"En cualquier caso, eso no es más que una predicción", concluyó Fork. "Sobreestimar al enemigo,
temerle más de lo necesario... es la cosa más vergonzosa de todas para un guerrero. Considerando
cómo eso mina la moral de nuestras tropas y cómo su toma de decisiones y sus acciones pueden
verse empañadas por ello, el resultado es, en última instancia, beneficioso para el enemigo,
independientemente de su intención. Espero que sea más cauteloso al respecto".

Hubo un fuerte ruido en la superficie de la mesa de la sala de reuniones. El Vicealmirante Bucock la


había golpeado con la palma de la mano.

"Contraalmirante Fork, ¿no cree que lo que acaba de decir ha sido irrespetuoso?"

"¿Cómo?" Mientras el anciano almirante lo pinchaba con una aguda mirada, Fork sacó pecho.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 169
"Sólo porque no estuvo de acuerdo contigo y te aconsejó precaución, ¿crees que es aceptable ir por
ahí diciendo que cómplice del enemigo?"

"Sólo estaba haciendo una declaración general. Encuentro muy irritante que eso se interprete como la
difamación de un individuo".

La delgada carne de las mejillas de Fork estaba temblando. Yang podía verlo claramente. Ni siquiera
tenía ganas de enfadarse.

"Desde el principio, el propósito de esta campaña es realizar nuestro gran y noble propósito de liberar
a los veinticinco mil millones de personas en el Imperio Galáctico que están sufriendo bajo el peso
aplastante del despotismo. Y tengo que decir que cualquiera que se oponga a ello está tomando
partido por el imperio. ¿Estoy equivocado?"

Los que estaban en sus asientos estaban cada vez más callados en proporción inversa a su voz cada
vez más aguda. No era que se hubieran conmovido por sus palabras, sino que el estado de ánimo se
había estropeado por completo.

"Incluso si el enemigo tuviera la ventaja geográfica, la mayor fuerza de tropas, o incluso nuevas armas
de un poder inimaginable, no podríamos usar eso como excusa para ser intimidados. Si actuamos
basándonos en nuestra gran misión -como una fuerza de liberación, como una fuerza que está ahí
para defender al pueblo- entonces el pueblo del imperio nos saludará con aplausos y cooperará
voluntariamente..."

Mientras el discurso de Fork se prolongaba, Yang se hundió en una reflexión silenciosa.

"Esas nuevas armas de poder inimaginable" básicamente no existían. Las armas inventadas y puestas
en práctica por uno de los dos bandos en un conflicto casi siempre habían sido al menos tratadas
conceptualmente también en el otro bando. Tanques, submarinos, armas de fisión nuclear, armas de
rayos... habían entrado en el campo de batalla de esta forma y la sensación de derrota experimentada
por el bando que se había quedado atrás no se verbalizaba tanto en la forma de "¿Cómo puede ser
esto? Entre individuos, había grandes desigualdades en los poderes de la imaginación humana, pero
esas brechas se reducían notablemente cuando se veían como totales dentro de los grupos. En
particular, las nuevas armas sólo son posibles gracias a la acumulación de poder tecnológico y
económico, razón por la cual no hubo bombardeos aéreos durante el Paleolítico.

Además, mirando a la historia, las nuevas armas casi nunca habían sido el factor decisivo en la guerra,
con la excepción de la invasión española del imperio inca, pero incluso eso había sido coloreado
profundamente por haber explotado fraudulentamente una antigua leyenda inca. Arquímedes, que
había vivido en la antigua ciudad-estado griega de Siracusa, había ideado todo tipo de armas, pero no
habían sido capaces de detener la invasión romana.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 170


"Inimaginable" era más bien una palabra que se pronunciaba cuando se producía un cambio radical
en el pensamiento táctico. Ciertamente, hubo momentos en que estos cambios fueron
desencadenados por la invención e introducción de una nueva arma. El uso masivo de armas de
fuego, el uso de la fuerza aérea para gobernar el mar, la guerra móvil de alta velocidad utilizando
combinaciones de tanques y aviones -todos ellos fueron ejemplos de ello. Pero las tácticas
envolventes de Aníbal, los cargas de Napoleón contra la infantería enemiga, la guerra de guerrillas de
Mao Tse-tung, el uso de las unidades de caballería por parte de Genghis Khan, la guerra psicológica e
informativa de Sun Tzu, La falange hoplítica de Epamónidas... todos ellos habían sido ideados e
implementados sin ninguna relación con el nuevo armamento.

Yang no tenía miedo de ninguna nueva arma del imperio. Lo que sí temía era el genio militar de
Reinhard von Lohengramm y la suposición errónea de la propia alianza de que la gente del imperio
buscaba la libertad y la igualdad más que la paz y la estabilidad en sus vidas. Eso no se podía contar ni
pronosticar. No había forma de que un factor como ese se incluyera en el cálculo de los planes de
batalla.

Con un toque de melancolía, Yang hizo una predicción: considerando lo insondablemente


irresponsables que eran las motivaciones detrás de esta campaña, esa irresponsabilidad iba a
extenderse también a su planificación y ejecución.

La distribución de la fuerza expedicionaria fue decidida. A la cabeza estarían la décima flota del
almirante Uranff y en la segunda columna la decimotercera de Yang. Los cuarteles generales para la
fuerza expedicionaria estarían instalados en la fortaleza Iserlohn, y por la duración de la operación, el
comandante supremo de la fuerza expedicionaria también actuaría como comandante de Iserlohn.

IV
La reunión llegó a su fin sin haber dado ningún fruto en lo que respectaba a Yang. Justo cuando estaba
a punto de regresar a casa, Yang fue parado por el Mariscal Stolet, director del Cuartel General de
Operaciones Conjuntas, y se quedó atrás. Sin un sonido, los restos de energía desperdiciada se
desviaba como una corriente de convección a través del aire.

"Entonces, debes estar muriéndote por decir que debería haberte dejado retirarte", dijo Stolet. Su voz
se había corroído, por todo el trabajo realizado que no había llegado a nada.

"Yo también fui ingenuo. Estaba pensando que si capturábamos Iserlohn, las llamas de la guerra
retrocederían después. Sin embargo, aquí estamos."

Yang se quedó en silencio, habiendo perdido de vista las palabras que debía decir. Por supuesto, no
había duda de que en el cálculo del mariscal Stolet, la llegada de la paz habría asegurado su posición y
fortalecido su influencia, pero en comparación con el aventurismo temerario y las maniobras políticas
de la facción a favor de la guerra, era mucho más fácil simpatizar con él.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 171
"En última instancia, supongo que me tropecé con mis propios cálculos. Si Iserlohn no hubiera caído,
los halcones no estarían haciendo una apuesta tan peligrosa. En cualquier caso, podría decirse que
esto es merecido en lo que a mí respecta, pero para ti he terminado provocando un verdadero
desastre".

"... ¿Piensa retirarse?"

"Ahora mismo, no puedo. Sin embargo, una vez que termine esta campaña, no tendré más remedio
que dimitir. Sin importar si fracasa o tiene éxito."

Si la expedición fracasaba, el mariscal Stolet, como el hombre de uniforme de más alto rango, por
supuesto se vería obligado a asumir la responsabilidad con su dimisión. Por otra parte, si lo lograba,
sólo había un puesto más alto para recompensar al mariscal Lobos, comandante supremo de la flota
de la fuerza expedicionaria, por su logro: el de director del Cuartel General Conjunto de Operaciones.
El hecho de que el Mariscal Stolet hubiera estado en contra de esta campaña también lo perjudicaría;
su expulsión tomaría la forma de una grácil reverencia para dejar paso al Mariscal Lobos. No
importaba hacia dónde tirara el dado, su futuro ya estaba decidido. Todo lo que le quedaba a Stolet
era prepararse para ello con elegancia.

"Sólo te lo digo porque las circunstancias son las que son, pero lo que espero es que esta expedición
fracase con el menor número posible de bajas."

Yang no dijo una palabra.

"Si es una derrota, por supuesto que habrá mucha sangre derramada por nada. ¿Pero qué pasa si
ganamos? Está tan claro como el día, que los halcones aprovecharán la oportunidad, y ni la razón ni el
cálculo político serán suficientes para hacerles aceptar la sumisión al gobierno civil por más tiempo.
Luego se precipitarán y finalmente caerán en un desfiladero. Los libros de historia están llenos de
naciones que fueron conducidas a la derrota final porque ganaron una batalla cuando no debían.
Deberías saber todo sobre eso."

"Sí…"

"La razón por la que rechacé tu renuncia fue porque pensé que podía contar contigo para entender si
las cosas llegaban a ese punto. No es como si hubiera previsto nuestras circunstancias actuales, pero
como resultado de ellas, tu presencia en el ejército se ha vuelto aún más vital".

Yang continuó escuchando en silencio.

"Sabes mucho de historia, y eso le ha dado cierto desprecio por la autoridad y el poder militar. No
puedo decir que te culpe, pero ninguna nación organizada puede existir libre de esas cosas. Siendo
así, el poder político y militar debe ser puesto en manos de personas competentes y honestas -no a
aquellos que son el polo opuesto- para que el estado pueda ser controlado por la razón y la
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 172
conciencia. Siendo un soldado, no me atreveré a hablar de política, pero hablando estrictamente de
su papel en el ejército, el Contraalmirante Fork no es apto”. La intensidad con la que pronunció esas
palabras sorprendió a Yang. Por un momento, Stolet pareció que estaba luchando por controlar sus
propias emociones.

"Llevó este plan de operaciones directamente al presidente del Consejo Superior a través de una ruta
privada. El hecho de que los vendiera como una estrategia para mantenerse en el poder es suficiente
para decirme que está motivado por un deseo personal, quiere ascender. Su objetivo es llegar a la
cima del ejército, pero en la actualidad tiene un rival que es demasiado fuerte, y está ansioso por
marcar un logro que lo pondrá por delante de esa persona. Se graduó el primero de su clase en la
Academia de Oficiales y tiene una cosa graciosa sobre no perder contra un tipo normal y corriente”

Yang murmuró un "veo" casual para mostrar que estaba escuchando, y una sonrisa apareció en la
cara del Mariscal Stolet por primera vez.

"A veces eres muy denso. Su rival no es otra persona, eres tú".

"¿Yo, señor?"

"Sí, tú."

"Pero, director, yo--"

"Esto no tiene nada que ver con cómo te evalúes a ti mismo. El problema está en lo que Fork está
pensando y en el método que ha tomado para lograr sus objetivos. Tengo que decir que es demasiado
político, en el sentido negativo de la palabra. Incluso si no fuera por eso" -aquí el mariscal suspiró -
"debes haber captado algo de su carácter de la reunión de hoy. Muestra su talento no en logros
reales, sino en un discurso elocuente, y lo que es peor, desprecia a los demás mientras trata de
distinguirse. No tiene realmente el talento que cree que tiene, confiar el destino de alguien más que
el suyo propio es demasiado peligroso".

"Hace un momento, decías que la importancia de que yo estuviera aquí había aumentado..." Dijo
Yang pensativo. "¿Con eso me estás diciendo que me oponga al Contraalmirante Fork?"

"Fork no es exactamente el único. Cuando llegues a la posición más alta en el servicio, podrás
obstaculizar y eliminar a personas como él por ti mismo. Eso es lo que espero que hagas. Aunque sé
que no es más que una molestia para ti".

El silencio se aferró a la pareja como una pesada bata mojada. Yang tuvo que sacudir físicamente su
cabeza para poder encogerse de hombros.

"Su Excelencia el director siempre me asigna tareas que son demasiado grandes para mí. Decirme que
tomase Iserlohn fue una de esas, también, pero...”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 173


"Pero lo hiciste, ¿no?"

"Esa vez, lo logré, sí, pero..." Yang se detuvo y casi vuelve a callar, pero siguió adelante, diciendo: "No
es que yo menosprecie a la autoridad y el poder militar en la contemplación; no, la verdad es que esas
cosas me aterran. La mayoría de las personas que ganan autoridad y poder militar se vuelven ...feas,
podría dar un montón de ejemplos. Y tampoco tengo la confianza para decir que no cambiaría".

"Dijiste que la mayoría de la gente. Lo que es exactamente correcto. No todo el mundo cambia."

"En cualquier caso, pretendo ser un hombre discreto y mantenerme alejado del valor. Quiero hacer
algún tipo de trabajo dentro del rango que puedo y luego vivir una vida relajada y relajada, ¿es eso lo
que ellos llamarían alguien perezoso por naturaleza?".

"Así es. Perezoso por naturaleza."

Mientras miraba a Yang, que se quedó sin palabras, el director Stolet Sonrió. Era una sonrisa divertida.

"Yo también he luchado mucho tiempo con esto. No es muy divertido trabajar duro solo y ver a otras
personas viviendo una vida relajada y tranquila. Pero, antes que nada, si no puedo hacer que hagas el
trabajo duro adecuado a tu talento, eso es lo que yo llamaría injusto".

"... injusto, señor?"

Aparte de hacer muecas, Yang no conocía otra forma de expresar sus emociones. En el caso de Stolet,
el director probablemente había decidido trabajar duro de buena gana y por su propia voluntad, pero
Yang no creía que fuera así. En cualquier caso, lo cierto es que había perdido la oportunidad de
dimitir.

V
Ante Reinhard se disponían los jóvenes almirantes adscritos al almirantazgo de Lohengramm: Kircheis,
Mittermeier, Reuentahl, Wittenfelt, Lutz, Wahlen y Kempf, seguidos por Oberstein. Reinhard los
consideraba lo mejor de lo mejor de los recursos humanos del ejército imperial. Sin embargo,
necesitaba reunir aún más, tanto en calidad como en cantidad. Necesitaba que se dijera de su
almirantazgo que un nombramiento allí significaba el reconocimiento de un individuo talentoso y
capaz. La reputación del mismo ya era significativa, pero Reinhard quería que la superioridad de su
almirantazgo fuera universalmente reconocida.

"He recibido el siguiente informe de la inteligencia militar imperial", dijo Reinhard, mirando alrededor
de la reunión, haciendo que los almirantes enderezaran ligeramente su postura. "Recientemente, los
rebeldes fronterizos de la llamada Alianza de Planetas Libres han logrado robar la base de primera
línea del imperio de Iserlohn. Esto ya lo saben, pero desde entonces, los rebeldes han estado
concentrando sus fuerzas en Iserlohn en grandes cantidades. Según nuestras estimaciones, hay
doscientos mil buques y treinta millones de soldados; además, estas son estimaciones mínimas".
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 174
Murmullos de sorpresa e incluso de admiración se abrieron paso entre los almirantes. Comandar una
flota gigante era la mayor ambición de un guerrero, y a pesar de que ésta pertenecía al enemigo, no
podían evitar sentirse impresionados por su escala.
"Lo que esto significa es tan claro como el día, ni puede haber ni una pizca de duda: los rebeldes
pretenden lanzar un ataque total dirigido al núcleo de nuestro imperio." Los ojos de Reinhard
parecían arder. "Tengo órdenes secretas del ministro de Estado: el deber de interceptar y defender al
imperio de esta amenaza militar es mío. Las órdenes del Kaiser llegarán en un par de días. Como
guerrero, no hay mayor honor que pueda esperar. Espero una buena y dura pelea de todos ustedes."

Hasta ese momento, había estado hablando en un tono duro y formal, pero aquí sonrió de forma
inesperada. Era una sonrisa llena de energía y espíritu, aunque no era la sonrisa de corazón puro y
transparente que sólo mostraba a Annerose y Kircheis.
"En otras palabras, esto significa que todas las demás fuerzas son muñecos ornamentales que
decoran el palacio imperial y con los que no se puede contar. Es una excelente oportunidad para
ascensos y medallas".
Los almirantes también sonrieron. Al igual que Reinhard, compartían un odio común hacia los nobles
de alta alcurnia que no hacían otra cosa que atiborrarse de posición y privilegios; no había sido sólo
por sus talentos que Reinhard había seleccionado a estos hombres.
"Y ahora me gustaría hablar con ustedes sobre dónde debemos interceptar al enemigo..."
Mittermeier y Wittenfelt expresaron una opinión compartida: El ataque rebelde vendría a través del
Corredor Iserlohn, así que, ¿por qué no golpearlos en el momento en que salieran de él para
adentrarse en el territorio imperial? "Podemos determinar el punto donde aparecerá el enemigo, así
que será posible golpear su vanguardia y crear una formación semienvolvente, lo que nos dará la
ventaja y hará que la lucha sea más fácil…"

"No..." Reinhard dijo, moviendo la cabeza. Luego procedió a explicar que el enemigo estaría
esperando un ataque en el punto en el que salieron del corredor para atacar al corazón mismo del
imperio. Sus fuerzas de élite se posicionarían en la vanguardia, y si la fuerza restante no salía del
pasillo cuando fueran atacados, su fuerza se quedaría sin medios para atacarlos más.
"Deberíamos atraer al enemigo más profundamente", argumentó Reinhard, y después de una breve
discusión, los otros almirantes estuvieron de acuerdo. "Atraemos al enemigo hasta lo más profundo
del territorio imperial, y cuando sus filas y líneas de suministro se hayan alargado hasta el punto de
ruptura, les damos con todo lo que tenemos. Yo diría que, con tal estrategia, la victoria del equipo
defensor está asegurada".
"Pero eso llevará mucho tiempo", dijo Mittermeier. Tenía una constitución firme, aunque pequeña, y
ciertamente parecía un oficial joven y agudo. Tenía el pelo rebelde, de color miel y ojos grises. "Como
esta es, según las propias palabras de la alianza, la hazaña más atrevida desde su fundación, es seguro
que no escatimarán esfuerzos en la preparación de sus filas, equipos y líneas de suministro. Tomará

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 175


una considerable cantidad de tiempo para que su material se agote y para que su espíritu de lucha
disminuya".

La opinión bastante preocupada de Mittermeier era natural, pero Reinhard miró a sus almirantes y,
con un brillo de firme confianza en sus ojos, dijo: "No, no tardará mucho". Le daría menos de 50 días.
Oberstein, explica las bases de la operación."
Cuando se le pidió, el oficial de Estado Mayor con el pelo canoso se adelantó y comenzó a explicar.
Mientras lo hacía, un aire de asombrosa incredulidad se extendió entre los almirantes sin hacer ruido.

El 22 de agosto, SE 796, el Cuartel General de la Fuerza Expedicionaria de la Alianza de Planetas Libres


en el Territorio Imperial fue establecido dentro de la Fortaleza de Iserlohn. Por esas mismas fechas,
treinta millones de soldados desde la capital de Heinessen y los sistemas estelares circundantes
estaban reuniendo columnas de naves de guerra y para dirigirse hacia un campo de batalla distante.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 176


Capítulo 8: Muerte en las líneas del frente.
I
Durante el primer mes una emoción chispeante constantemente acompañaba a todas las flotas de la
alianza. Cuando el calor de dicha compañía se enfrío, dejando atrás decepción e- incluso peor-
impaciencia y ansiedad. Había una pregunta que los hombres no cesaban de preguntarse los unos a
los otros – los oficiales en lugares donde ningún soldado podría oírlas y los soldados en lugares libres
de oficiales.

¿Por qué el enemigo no se deja ver?

Con la décima flota del vicealmirante Uranff a la cabeza, la fuerza aliada había penetrado quinientos
años luz en territorio imperial. Doscientos sistemas solares cayeron en sus manos, de los cuales,
apenas una treintena estaban habitados, aunque con poblaciones con bajo nivel de desarrollo
tecnológico. Un numero cercano a los cincuenta millones de ciudadanos vivían en esos mundos. Los
gobernadores coloniales, nobles fronterizos, oficiales gubernamentales y soldados que
supuestamente debían estar gobernando a esa gente; había huido. Y la alianza virtualmente no había
encontrado una resistencia destacable.

“Somos una fuerza de liberación” Eso fue lo que los oficiales de la fuerza de pacificación de la alianza
anunciaron a las masas de granjeros y mineros abandonados a su suerte.

“Os prometemos libertad e igualdad. No sufriréis más bajo la opresión del despotismo. Tendréis
plenos derechos políticos y comenzareis vuestras vidas de nuevo, como ciudadanos libres.”

Pero para su decepción, lo que habían encontrado esperándoles no eran los fervientes aplausos que
habían visualizado. Las aglomeraciones de gente no mostraban el más mínimo interés, de hecho; y la
apasionada elocuencia de los oficiales no parecía afectarles en lo más mínimo. Cuando los
representantes de los granjeros hablaron, dijeron:

“Antes de que nos den cualquier clase de derechos políticos, preferiríamos que nos dieran el derecho
a vivir primero. No tenemos comida. No hay leche para nuestros bebes. Los militares se lo llevaron
todo cuando se marcharon. Antes de prometer libertad e igualdad, ¿Pueden prometer pan y leche?”

“Pu-pues claro,” responderían los oficiales, pese a que en su fuero interno quedasen desanimados
por esas peticiones prosaicas. Sin embargo, eran una fuerza de liberación. Garantizar las necesidades
vitales de multitudes que sufrían bajo el pesado yugo del gobierno imperial era un deber que
eclipsaba en importancia al combate. Se repartieron víveres desde el departamento de suministro de
cada flota, mientras se hacían nuevas solicitudes de avituallamiento al cuartel general de mando
supremo de Iserlohn: El equivalente a 180 días de alimentos para 50 millones de personas, semillas de
doscientas variedades de plantas, cuarenta plantas de producción de proteína artificial, sesenta
plantas hidropónicas y las naves necesarias para transportarlas.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 177
“Es el mínimo necesario para rescatar a la zona liberada de un estado de hambruna perpetua. Estas
cifras crecerán se harán cada vez más grandes, conforme se expanda la zona liberada”

El contralmirante Cazellnu, jefe de personal del servicio de retaguardia de la fuerza expedicionaria


dejó escapar un gruñido involuntario ante la vista de ese número, garabateado en el formulario de
reaprovisionamiento. ¿El equivalente a 180 días de comida para 50 millones de personas? En grano
solamente, ascendería a 10 millones de toneladas. Para moverlo, se requerirían 50 naves de
transporte de 200.000 toneladas y lo más importante era que esa cantidad excedía por mucho la
capacidad de producción y almacenaje de Iserlohn

“Incluso si vaciamos cada almacén de Iserlohn, eso solo ascendería a 7 millones de toneladas. E
incluso con las plantas hidropónicas y de producción de proteínas operando a toda capacidad...”

Cazellnu cortó el informe de su subordinado: “No era suficiente. Lo sé”

El plan de reaprovisionamiento, diseñado para los 30 millones de soldados de la alianza, había sido
trazado por el mismo Cazellnu y había estado muy seguro de su implementación.

Aunque ahora sería otro cantar, porque además ahora tenían que alimentar a una población no
combatiente que casi duplicaba a la totalidad de la fuerza expedicionaria. Sería necesario hacer
correcciones al plan para triplicar su escala, y tendría que hacerlo rápido. Cazellnu podía imaginar
fácilmente las quejas de los departamentos de aprovisionamiento de las flotas, mientras se forzaban
bajo una carga excesiva.

“Aun así, ¿son todos estos oficiales unos completos idiotas?”

Lo que le inquietaba era la nota adjunta al formulario de solicitud: Estas cifras aumentarán
constantemente a medida que la zona de liberación se amplíe. ¿No significaba eso que la carga sobre
el esfuerzo de reabastecimiento sólo iba a ser mayor? No era el momento del regodeo infantil por la
expansión del territorio conquistado. Y además, había una tenue sugerencia de algo más en todo
esto, de algo que era aterrador.

Cazellnu solicitó una reunión con el comandante supremo, el mariscal Lobos. En su oficina también
estaba presente el contralmirante Fork del mando de operaciones. Lo esperaba, puesto que Fork
disfrutaba de una mayor confianza por parte del comandante supremo que incluso su jefe de
personal, el Almirante Greenhill. Habitualmente se podía ver a Fork, aun lado de su superior, sin
perder detalle, y últimamente habían habladurías sobre que “el comandante supremo es solamente
un altavoz para el staff de operaciones. Cuando abre la boca, realmente habla por él el contralmirante
Fork”

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 178


“Debe ser acerca de las peticiones de los equipos de pacificación” dijo el mariscal Lobos,
acariciándose su carnosa papada. “Lo que sea, estoy suficientemente ocupado sin lidiar con esto, así
que sea rápido.”

Uno no llegaba al rango de mariscal siendo incompetente. Lobos era un hombre que sabía cómo
obtener resultados en el campo de batalla, manejar el papeleo en una oficina, liderar grandes fuerzas
y gestionar al personal. O al menos, había sabido hasta cierto punto de los cuarenta y tantos. Ahora,
sin embargo, su declive era evidente. Sobre todo, era muy letárgico y su carencia de energía se hacía
notar cuando se requerían un juicio claro, perspicacia y era necesaria tomar una decisión. Que era
probablemente la razón por la que se permitía al contra almirante Fork que hiciera lo que quisiera,
tomando todas las decisiones.

Había algunas teorías que intentaban explicar la causa de que tan dotado comandante hubiera
terminado así. Algunos decían que el agotamiento al que había sometido su cuerpo y mente desde su
juventud había resultado en el inicio de una encefalomalacia o reblandecimiento cerebral; otros
dijeron que era una enfermedad cardíaca crónica, o que nunca se había repuesto de perder el asiento
de director de los cuarteles generales ante Stolet- Los hombres de uniforme desplegaban alas de
imaginación mientras hablaban los unos con los otros.

Cuando esas alas se abrían de más, surgieron teorías talas como la esa en la que Lobos- que nunca
había conocido a una jovencita que no le cayera en gracia- había contraído una terrible enfermedad
de una mujer con la que había compartido una noche. Esa tesis particular venía con un extra especial:
el clamor de que la mujer que, infectado al mariscal con tal enfermedad, era una espía del imperio.
Sonrisas perversas aparecían en las caras de aquellos que oían el rumor, tras lo cual, sus hombros se
encogerían como si hubieran sentido un escalofrío.

“Seré breve, excelencia. Nuestras fuerzas se enfrentan a una crisis. Una muy seria”

Cazellnu probó a atacar con una estocada directa, para ver como reaccionaba Lobos. El mariscal paró
la mano que masajeaba su mentón y dirigió una mirada de duda al jefe de servicio de retaguardia. El
contralmirante Fork torció sus labios pálidos ligeramente, pese a que esto era meramente por hábito.

“¿A qué viene esto de pronto?”

No había remanente de sorpresa o sobresalto en la voz del mariscal, pero Cazellnu se preguntó si no
era posible que no estuviera calmado, sino emocionalmente impedido.

“¿Es consciente de las peticiones de los equipos de pacificación? - Le preguntó Cazellnu, en un tono
que podría haber sido un tanto desagradable. Fork claramente parecía pensarlo, pese a que no dijo
nada en alto. Pero la curva de su labio se torció más. Quizás pretendía hacer algo con es o más tarde.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 179


“Los conozco”- Dijo Lobos- “Y yo mismo pienso que piden demasiado, pero con nuestra política de
ocupación... ¿qué elección tenemos?”

“Iserlohn no tiene los suministros en las cantidades que piden”

“Pues haga el pedido a Heinessen. Los contables se volverán histéricos, pero no pueden negarse a
enviar lo que necesite”

“Si, señor. Lo enviarán. Pero una vez que esos suministros lleguen a Iserlohn, ¿qué piensa que pasará
después?”

El mariscal empezó otra vez a masajearse la barbilla. No importa cuánto lo acaricies, no vas a quitarte
de encima toda esa grasa, pensó Cazellnu.

“¿Qué quiere decir, Almirante?”

“Quiero decir que el plan enemigo es sobrecargar nuestra capacidad de reaprovisionamiento “- Dijo
en un tono de voz bastante áspero, aunque lo que realmente quería hacer era gritarle “¡Es que no
puedes verlo!”

“En otras palabras, el enemigo va a atacar a las flotas de transporte y cortar nuestras linear de
suministros...¿es esa su opinión como jefe de retaguardia?” Inquirió el contralmirante Fork.

Era desagradable que le interrumpieran, pero Cazellnu asintió.

“Pero todo desde aquí a 500 años luz está ocupado por nuestras fuerzas. No creo que haya necesidad
de preocuparse tanto. Pero ...añadiremos una escolta. Por si acaso.”

“Ya veo. Por si acaso, ¿no?”

Cazellnu dijo aquello con todo el sarcasmo que podía reunir. ¿Qué le importaba lo que pensara Fork?

Yang, por favor. Regresa vivo- Pensó Cazellnu llamando a su amigo silenciosamente. No podía dejar de
pensar. Es una lucha demasiado estúpida como para morir en ella.

II
En Heinessen, capital de la alianza, un acalorado debate se desarrollaba entre las facciones que
apoyaban y se oponían a las gargantuescas peticiones logísticas de la fuerza expedicionaria.

Aquellos a favor, decían; “El objetivo original de la fuerza expedicionaria era a liberar a un pueblo que
sufría de la opresión del gobierno imperial. Rescatar a 50 millones de personas de la hambruna es
obviamente un deber moral que debemos llevar a cabo también. Y, además, cuando la gente sepa
que nuestras fuerzas las han salvado, eso, junto a su oposición al dominio imperial, hará que la
opinión pública vire inevitablemente a nuestra alianza. Por razones militares y políticas, las peticiones
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 180
de la fuerza expedicionaria deberían ser satisfechas, para así entregar víveres a los residentes de la
zona ocupada...”

Había, igualmente una contraargumentación:” Esta expedición ha sido pobremente planeada desde el
inicio. Solamente el plan, había requerido un desembolso de 200.000 millones de dinares, un 5.6% de
los presupuestos nacionales proyectados para ese año, y más de un 10% del presupuesto de defensa.

Y aun con solo esos gastos, es seguro que se superará por mucho el presupuesto fijado, una vez que
se hagan los asientos reales en la contabilidad nacional. Añadir a estos gastos la aseguración de la
zona ocupada y una provisión de víveres para sus residentes, era el prolegómeno de una bancarrota
nacional. Por tanto, la campaña debería acabar, pasando a abandonar los territorios ocupados y
volver a Iserlohn. Tener la fortaleza en su poder ya era suficiente para bloquear invasiones
imperiales...”

(NDT: Hagamos unos números rápidos. El presupuesto (que no el pib) ascendería a 3,571 trillones de
“Dinares”. El presupuesto militar, a unos 2 billones. Si ponemos que el cambio Dolar/Dinar
hipotéticamente hablando, fuese de 1$/D; La alianza se gastaría en el ejército una cantidad que
equivale al doble del pib español, o la 1/6 del de los estados unidos americanos. Por otra parte, el
gasto de defensa de esta última nación asciende a 680.000 millones.)

Llamamientos ideológicos, fríos cálculos y emociones se desbocaron, haciendo parecer que el fiero
debate no terminaría nunca. Un informe- o más bien un grito de súplica- llegó desde Iserlohn, para
terminar de decidir el asunto: “Al menos dad a nuestros soldados la oportunidad de morir en batalla.
Si gastáis cada día haciendo nada, solo les esperan deshonrosas muertes por hambruna”

Los suministros fueron reunidos de acuerdo a las peticiones del frente, y fueron enviados. Pero no
mucho después, llegaron nuevas peticiones casi idénticas a las previas. La zona ocupada se había
expandido y el número de residentes en ella había ascendido al centenar de millones de personas.
Naturalmente no había manera de evitar un incremento en el montón de suministros necesarios….

Aquellos que apoyaron las peticiones previas se sintieron humillados, como cabría esperar. Los
opositores dijeron entonces “¿No tratamos de decíroslo? ¿No veis que no tiene fin? Eran 50 y ahora
son 100 millones. Y en poco tiempo, 100 se convertirán en 200. El imperio quiere destruir las finanzas
de nuestra alianza. El gobierno y los militares han caminado ciegamente hacia esto y no van a poder
eludir la responsabilidad. No nos quedan opciones, salvo retirarnos.”

“El imperio usa a civiles inocentes como arma para resistir a nuestras fuerzas de invasión. Es una
táctica horrible, pero considerando que lo hacemos en nombre de la liberación y el rescate, uno solo
puede admitir que es una táctica muy efectiva. Deberíamos retirarnos. De otro modo, nuestras flotas

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 181


colapsarán bajo el peso de todos los ciudadanos hambrientos, y aplastada bajo un contrataque a gran
escala cuando no les queden fuerzas”

Así habló Joao Lebello, jefe del comité de finanzas, en el alto consejo. Aquellos que habían apoyado la
movilización no dijeron una palabra. En su lugar, permanecieron en sus asientos, abatidos o mejor
dicho; aturdidos.

La señora Cornelia Windsor, jefa del comité de Inteligencia, había clavado sus ojos en la pantalla
cenicienta de una terminal de ordenador, que no mostraba nada. Su atractivo rostro se había vuelto
rígido. En este punto, incluso ella sabía demasiado bien que no había nada más que hacer salvo retirar
a las tropas. No se podría hacer nada con los gastos que se habían llevado hasta ese momento, pero
las finanzas nacionales no podían aguantar más gastos.

Sin embargo, si se retiraban ahora sin logros militares destacables, ella perdería credibilidad por haber
apoyado la intervención. No solo aquellos que se habían opuesto al despliegue desde el inicio, pero
aquellos de la facción pro-guerra que la apoyaban en ese momento, sin duda la harían responsable
políticamente por ello, y perdería la silla del consejo que tanto había deseado desde que inició su
carrera en política.

¿Que estaban haciendo esos incompetentes en Iserlohn? La señora Windsor estaba dominada por
una rabia terrible. Rechinaba los dientes y apretaba los puños, causando que sus hermosas uñas;
cuidadosamente cuidadas se hundieran en la palma de su mano.

No había otra opción salvo la retirada. Pero antes de eso, ¿Y si mostraban a todos una victoria militar
sobre la marina imperial? En ese caso, ella podría guardar las apariencias y se podría evitar que la
campaña evitara ser considerada como un símbolo de estupidez y derroche por futuras generaciones.

Ella miró al anciano jefe del consejo. Ese viejo, tan cabezota que ocupaba sin preocuparse el mayor
asiento de poder de la nación…

El jefe del estado, ridiculizado como “aquel al que nadie eligió”. Al final de un juego sin gracia
producido por la mecánica de la esfera política, había sido aupado a la cúspide sin realidad ninguna
clase de esfuerzo propio, como un pescador que se encontraba a un pájaro playero luchando con una
almeja; para tomarlos a ambos con facilidad. He sido engañada para apoyar esto porque habló de las
próximas elecciones. Odió al presidente desde el fondo de su corazón por meterla en ese lío.

Por otra parte, el presidente del comité de defensa, Trünicht, se sentía muy bien consigo mismo
debido a la claridad de su propia previsión. Había sido obvio para él que las cosas tomarían ese
camino. Al presente nivel de fuerza militar y nacional, no había forma posible de que la alianza
derrotada al imperio. En un futuro cercano la fuerza expedicionaria conocería la derrota. Una
miserable derrota. Y la presente administración perdería el apoyo de las masas. Sin embargo, Él se
había opuesto a aquel mal concebido despliegue militar, mostrándose como un hombre de verdadero
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 182
coraje y discernimiento, no solo resultaría ileso de todo aquello; sino que adquiriría la reputación de
verdadero estadista. Eso solo dejaría como competidores a Lebello y Huang. Pero ellos no tenían
apoyos entre los militares o la industria de defensa. Con eso, en última instancia la presidencia del
alto consejo podría ir a Trünicht.

Era lo que él quería. En su corazón sonreía de satisfacción. Le llamarían “mayor jefe de estado de la
historia de la alianza…aquel que derribó al imperio.” Y solo el mismo iba a ser digno de tal honor.

Al final, en la sesión termino por rechazarse la retirada.

“Hasta que alcancemos alguna clase de resultado en el frente, no deberíamos hacer nada que agite a
las tropas.” Ese era el argumento de la facción proguerra, comunicado en un tono de voz ligeramente
avergonzado. Ese resultado resultaría en algo maravilloso para Trunicht. Aunque, claramente la clase
de resultado con el que contaba, era muy diferente de aquel que los halcones esperaban.

III
“Hasta que reciban los suministros desde la patria, cada flota debe procurar los suministros que
considere necesario localmente”

Cuando esa directiva fue comunicada a los líderes de cada flota, las caras de volvían rojas de rabia.

“¿Procurar suministros localmente?¡Están diciendo que nos convirtamos en saqueadores!”

“¿Qué demonios piensan los de Iserlohn? ¿Acaso piensan que se han convertido en piratas?”

“Cuando la línea de suministro falla, es el primer paso en el camino de una derrota estratégica.
Militarmente, es mero sentido común. Intentan de forzar a las fuerzas de la vanguardia para que
carguen con la culpa.”

“¿No decía el cuartel general supremo que los sistemas de reaprovisionamiento eran perfectos? ¿Qué
ha pasado con toda esa palabrería?”

“¡Nos están diciendo que de alguna manera nos procuremos sobre el terreno algo que jamás estuvo
ahí en primer lugar!”

Aunque Yang no se unió a este coro de quejas, estaba totalmente de acuerdo con ellas. El Cuartel
General de mando Supremo se estaba comportando de una forma extremadamente irresponsable,
pero como había motivos irresponsables detrás del despliegue desde un principio, hubiera sido
demasiado esperar que hubiera alguna responsabilidad en su ejecución y operación. Odiaba pensar
por lo que Cazellnu debía estar pasando.
Aun así, estamos en nuestro límite, pensó. Gracias a haber seguido alimentando a los habitantes de la
zona ocupada, la Decimotercera Flota estaba a punto de llegar al fondo de sus tiendas. El malestar y la
insatisfacción del Capitán Uno, el jefe de suministros, explotó:

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 183


“Estos civiles no buscan ideales de justicia, solo les importan sus estómagos. Si la marina imperial les
trae víveres, se postrarían en el suelo gritando, ¡‘salve a su majestad el Kaiser!’ Solo viven para
satisfacer sus instintos más básicos. Así que ¿por qué debemos morirnos de hambre para
alimentarlos?”

“Para no convertirnos en Rudolf.”

Habiendo respondido únicamente con eso, Yang llamó a la Teniente Frederica Greenhil, y la hizo abrir
un canal de comunicación superlumínica con el Almirante Uranff, de la décima flota.

“Bueno, Yang Wen-Li , “Dijo aquel descendiente de aquellos olvidados clanes nómadas de criadores
de caballos “es raro oír de ti. ¿Qué ocurre?”

“Me alegro de verle bien, Almirante Uranff.”

Era una mentira. Uranff, de complexión fuerte y ojos afilados mostraba signos de agotamiento y
cansancio. Pese a ser muy alabado como un valeroso comandante, parecía que problemas de una
naturaleza completamente diferente a las del valor y la estrategia, habían empujado a ese hombre a
sus límites.

Cuando se le preguntó cómo se mantenían sus reservas de víveres, el disgusto de Uranff subió otro
escalón.
"Sólo queda una semana. Si no hay reabastecimiento antes de eso, no tendremos otra opción que el
requisamiento obligatorio-no, no tiene sentido disfrazarlo- saquear el territorio ocupado. La fuerza de
liberación se sorprenderá cuando se entere de eso. Asumiendo que haya ahí abajo algo que saquear."
"Acerca de eso, tengo una opinión que me gustaría compartir..." Yang dijo. "¿Qué tal si dejamos estas
zonas ocupadas y nos retiramos?"
"¿Retirarme?" Las cejas de Uranff se movieron ligeramente. "¿Sin ni siquiera entablar batalla al
menos una sola vez? ¿No es eso un poco pasivo?"

"Deberíamos hacerlo mientras podamos. El enemigo está drenando nuestros suministros y esperando
que nos muramos de hambre. ¿Y por qué crees que es eso?"

Uranff pensó por un momento. "Lo más probable es que nos golpeen con todo lo que tienen. El
enemigo tiene la ventaja de jugar en casa, y sus líneas de suministro serán cortas".
"Hmm..." Uranff era famoso por su audacia, pero no era de extrañar que un escalofrío pareciera
haber bajado por su columna vertebral. "Pero si nos retiramos de forma caótica, terminaremos
invitando a la ofensiva enemiga, ¿no? En cuyo caso, empeoraríamos mucho las cosas".
"El gran prerrequisito es estar preparado para contraatacar. Si nos retiramos ahora, podemos hacerlo,
pero si esperamos a que nuestros hombres y mujeres se mueran de hambre, será demasiado tarde.
Lo máximo que podemos hacer es retirarnos ordenadamente antes de que eso ocurra".
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 184
Yang presentó su caso con vehemencia. Uranff escuchó en silencio.
"Además, el enemigo tendrá su previsión para el momento en que crea que estemos a punto de
morirnos de hambre. Si nos ven retirarnos, y lo interpretasen como una retirada en toda regla para
venir a por nosotros, habría muchas formas de luchar contra ellos. Por otro lado, si piensan que es
una trampa porque nos vamos demasiado pronto, bueno, eso también está bien, tal vez podamos
retirarnos ilesos. Las probabilidades no son muy altas, sin embargo, y bajarán con cada día que pase".
Uranff pensó en ello, y no tardó mucho en tomar una decisión.
"Muy bien. Probablemente tengas razón. Empezaremos los preparativos para la retirada. Pero, ¿cómo
deberíamos informar a las otras flotas?"

"Estoy a punto de llamar al almirante Bucock. Si consigo que se ponga en contacto con Iserlohn,
debería tener más peso que si lo hago yo..."
"Muy bien, hagamos que esto pase tan rápido como podamos."
Tan pronto como Yang terminó de consultar con Uranff, llegó un comunicado urgente.
"Ha estallado un motín civil en la zona de ocupación de la Séptima Flota. La escala es
extremadamente grande. Fue causado por la suspensión militar de la distribución de alimentos".
Frederica tenía una expresión agonizante y frustrada al dar el informe.
"¿Cómo se las arregló la Séptima Flota?"
"Los han reprimido temporalmente usando gas narcótico, pero aparentemente el motín volvió a
desencadenarse en el momento en que los efectos desaparecieron. Probablemente sea sólo cuestión
de tiempo antes de que los militares escalen sus métodos de resistencia".

Yang no podía evitar pensar: "Todo esto se ha convertido en una tragedia".


Una invasión de la alianza que se llamaba a sí misma fuerza de liberación -una fuerza para proteger al
pueblo- había convertido a las masas en sus enemigos. En esta fase del juego, probablemente ya no
había manera de disipar la desconfianza mutua. Lo que significa que el imperio había logrado separar
espléndidamente a las fuerzas de la alianza y al pueblo ocupado.
"Absolutamente espléndido, Conde Lohengramm."
Yo no podría haber hecho esto.... llevándolo tan lejos, tan a fondo. Aunque supiera que podía ganar si
lo hacía, no podría. Esa es la diferencia entre el Conde von Lohengramm y yo, y esa es la razón por la
que me aterra.
Porque algún día, puede ser esa diferencia la que lleve al desastre.…

Cuando el Vicealmirante Bucock, comandante de la Quinta Flota de la Alianza de Planetas Libres, hizo

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 185


una llamada superlumínica al Cuartel General del Comando Supremo en Iserlohn, fue la cara pálida
del Oficial de Estado Mayor de Operaciones Fork la que apareció en su pantalla de comunicaciones.

"Pedí una cita con Su Excelencia el comandante Supremo. No recuerdo haber dicho que quería hablar
contigo. El personal de operaciones no debería meter sus narices en lugares donde no han sido
invitados".
La voz del viejo almirante era mordaz. En fuerza y seriedad, no había forma de que Fork se acercara a
ella. El joven oficial de estado mayor se quedó atónito por un instante antes de responder con
arrogancia: " Las comunicaciones con Su Excelencia el comandante Supremo, así como los informes y
similares, todos pasan por mí. ¿Cuál es su razón para solicitar una cita?"

"No tengo que hablar contigo."


Incluso Bucock olvidó su edad por un momento, asumiendo la postura de alguien que se preparaba
para una pelea.

"Entonces no puedo conectarte."


"¿Qué...?"
"No importa cuán alto sea tu rango, tienes que seguir las reglas. ¿Debería terminar esta transmisión?"
Usted mismo inventó esas reglas, ¿no? Pensó Bucock, aunque en este caso no tuvo más remedio que
ceder.
"Todos los comandantes de flota en el frente quieren retirarse. Me gustaría obtener el
consentimiento del comandante Supremo en este asunto."
"¿Dijiste “retirarse”?” ¿Los labios del Contraalmirante Fork se retorcieron en la misma forma que el
viejo almirante había estado esperando? "El Almirante Yang podría decir algo así, pero no esperaba
oír a alguien tan renombrado por su coraje como usted, Almirante Bucock, argumentando por la
retirada sin combatir."
"Basta de golpes bajos", dijo Bucock. "No estaríamos en este lío si ustedes no hubieran presentado
una propuesta de despliegue tan descuidada en primer lugar. Trata de sentirte un poco responsable".
"Esta es la oportunidad perfecta para matar a la Marina Imperial de un solo golpe. ¿De qué tienes
tanto miedo? Si estuviera en tu lugar, no me retiraría".
Ese comentario insolente e irreflexivo desencadenó destellos como supernovas en los ojos del viejo
almirante.

"¿Es eso cierto? Bien, entonces cambiaré de lugar contigo. Volveré a Iserlohn, y tú puedes venir al
frente en mi lugar".

Los labios de Fork estaban llegando a un punto en el que no podían torcerse más.
"Por favor, no sugiera lo imposible."
"Tú eres el que insiste en las imposibilidades. Y lo estás haciendo sin moverte del lugar seguro en el
que estás sentado".
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 186
"¿Me está insultando, señor?"
"Estoy harto y cansado de escuchar palabras que suenan elevadas", dijo Bucock. "Si quieres
demostrar tu talento, debes hacerlo con una hoja de servicios, no con discursos elocuentes. "¿Qué tal
si lo intentas y averiguas si tienes o no lo que se necesita para dar órdenes a otros?"
El viejo almirante se imaginó que podía oír el sonido de la sangre drenándose de la estrecha cara de
Fork. Lo que vio, sin embargo, no fue su imaginación. Los ojos del joven oficial de Estado Mayor
perdieron la concentración cuando la confusión y el terror se extendieron por sus rasgos. Sus fosas
nasales se abrieron, y su boca se abrió en un cuadrilátero doblado. Levantó ambas manos,
escondiendo su cara de la vista de Bucock, y después de una pausa de aproximadamente un segundo,
se oyó un grito que estaba entre un gemido y un grito.
Bucock miró boquiabierto mientras la imagen del Contraalmirante Fork se hundía debajo de la parte
inferior de su pantalla de comunicaciones. En lugar de Fork, vio figuras corriendo de un lado a otro,
pero por el momento no había nadie que le explicara lo que estaba sucediendo.

"¿Qué le ha pasado?", le preguntó al teniente Clemente, el ayudante que estaba de pie a un lado.

Pero Clemente tampoco lo sabía.

El viejo almirante tuvo que esperar frente a la pantalla durante unos dos minutos.

Por fin, un joven oficial médico con uniforme blanco apareció en la pantalla y saludó.

"Señor, soy el teniente comandante Yamamura. Soy oficial médico. Actualmente, Su Excelencia el
Contraalmirante Fork está siendo tratado en la enfermería. Por favor, permítame explicarle la
situación".

Algo sobre Yamamura golpeó a Bucock como un poco engreído. "¿Qué le pasa?"

"Ceguera neurogénica provocada por histeria conversiva".

¿"Histeria"?

"Sí, señor. Los sentimientos de frustración o fracaso le causaron una agitación anormal, lo que
paralizó temporalmente sus nervios ópticos. Podrá volver a ver en unos quince minutos, pero en
momentos como éste es posible que los episodios se repitan una y otra vez. La causa es psicológica,
así que a menos que la causa pueda ser eliminada..."

"¿Qué se puede hacer al respecto?" Preguntó Bucock.

"No debes oponerte a él. No debes engendrar en él ningún sentimiento de fracaso o derrota. Cada
uno debe hacer lo que dice, y todo tiene que ir a su manera".

"¿Habla en serio, Oficial Médico?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 187


"Estos son síntomas que a veces vemos en niños pequeños que crecen en ambientes donde siempre
se salen con la suya y desarrollan egos anormalmente grandes. No es un problema del bien y del mal.
Lo único importante es que su ego y sus deseos sean satisfechos. Por lo tanto, no será hasta que los
almirantes se disculpen por su grosería, lo den todo en la ejecución de su plan, y se den cuenta de la
victoria para que se convierta en un objeto de alabanza... que la causa de su enfermedad se
resolverá".

"Bueno, estoy muy agradecido de oír eso." Bucock no estaba de humor para perder los estribos. "Así
que treinta millones de soldados tienen que pararse en las fauces de la muerte para curar la histeria
de este tipo... Es maravilloso. Estoy tan conmovido que creo que me voy a ahogar en un mar de
lágrimas".

El oficial médico esbozó una débil sonrisa. "Si nos centramos en el único punto de curar la
enfermedad de Su Excelencia el Contraalmirante Fork, eso es lo que hará falta. Si ampliamos nuestra
visión para incluir a todo el ejército, se presenta una forma diferente de resolver el problema,
naturalmente".

"Exactamente, debería dimitir", ladró el viejo almirante. "Puede que sea lo mejor que haya pasado.
Los militares imperiales estarían bailando de alegría si supieran que el estratega a cargo de treinta
millones de tropas tiene la mentalidad de un niño llorando por chocolate".

Después de una ligera vacilación, Yamamura dijo: "En cualquier caso, no estoy autorizado a hablar de
ningún asunto fuera de su condición médica. Pondré en la línea a Su Excelencia el Jefe del Estado
Mayor Conjunto..."

La boda no oficial de políticos que esperaban una victoria electoral y un joven soldado brillante dado a
los ataques infantiles de histeria ha resultado en la movilización de treinta millones de soldados.
Tendrías que ser un masoquista auto intoxicado o un belicista serio para escuchar eso y realmente
querer luchar con más ahínco; pensó Bucock asqueado

"Almirante..." El hombre que reemplazó al oficial médico en la pantalla de comunicaciones fue el


almirante Greenhill, el jefe de estado mayor adjunto de la fuerza expedicionaria. Había una profunda
sombra de ansiedad en su apuesto y caballeroso rostro.

"Bueno, Almirante Greenhill, siento molestarle en un momento tan ocupado como este." Una de las
virtudes del viejo almirante era que la gente no podía odiarlo, incluso cuando era abiertamente
sarcástico.

Greenhill sonrió de la misma manera que el médico de la marina. "Yo también lamento que hayas
tenido que ver algo tan desagradable. Necesitaremos la sanción del comandante Supremo, pero creo
que le daremos al Contraalmirante Fork un poco de tiempo para que descanse y se recupere, de
inmediato…"
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 188
"En ese caso, ¿qué hay de la propuesta de la 13ª Flota de retirada? Estoy 100% a favor. Los hombres
del frente no están en condiciones para el combate, ni mental ni físicamente".

"Espera un momento. Esto también requiere la sanción del comandante supremo. Por favor,
comprenda que no puedo darle una respuesta de inmediato".

El Vicealmirante Bucock le echó una mirada que decía que ya estaba harto de respuestas burocráticas.

"Sé que esto puede sonar indiscreto, Almirante, pero ¿podría hablar directamente con el comandante
Supremo?"

"El comandante supremo está echándose una siesta ahora mismo", dijo Greenhill.

Las cejas blancas del viejo almirante se juntaron, y parpadeó rápidamente. Luego, lentamente,
preguntó: "¿Qué acaba de decir, Almirante?"

La respuesta del Almirante Greenhill fue aún más solemne. "El comandante supremo está tomando
una siesta. Sus órdenes son no despertarle por nada salvo por causa de un ataque enemigo, así que le
transmitiré tu petición cuando despierte. Por favor, espere hasta entonces."

A eso, Bucock no intentó responder. Sus cejas temblaban tan ligeramente que el movimiento era casi
indetectable. "Muy bien. Lo entiendo muy bien."

Pasó más de un minuto antes de que el viejo almirante continuase, con una voz de emoción muy
contenida. "Sólo estoy llevando a cabo el deber que tengo como comandante de primera línea hacia
la vida de mis subordinados. Gracias por las molestias. Cuando el comandante supremo despierte,
dígale que Bucock llamó y espera que haya tenido sueños placenteros".

"Almirante..."

Bucock cortó la transmisión desde su extremo, mirando con una pesada expresión a la pantalla de
comunicación, que había mutado en una monótona sombra de color blanco grisáceo.

IV
Reinhard terminó de leer el informe del equipo de reconocimiento, asintió una vez y convocó al
vicealmirante pelirrojo Siegfried Kircheis. A él le asignó una misión de gran importancia.
"Una flota de naves de suministros será enviada desde Iserlohn al frente. Esa es la línea de vida del
enemigo. Toma todas las fuerzas que te he dado y aplástalo. Dejaré los detalles a tu propia
discreción."
"Como desees."
"Usa cualquier inteligencia, organización y suministros que necesites."
Kircheis saludó, se dio la vuelta y empezó a irse, pero Reinhard de repente le detuvo. Su amigo miró
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 189
hacia atrás con desconfianza, a lo que el joven mariscal imperial le dijo: "Esto es por la victoria,
Kircheis".
Reinhard lo sabía. Sabía que Kircheis criticaba la durísima táctica que había empleado de dejar morir
de hambre a la población de los territorios ocupados para encadenar las manos y los pies del
enemigo. No se notaba en la cara de Kircheis, y mucho menos en sus palabras, pero Reinhard lo
entendía demasiado bien. Sabía la clase de hombre que era Siegfried Kircheis.
Kircheis saludó una vez más y abandonó la habitación. Entonces Reinhard informó al resto de los
almirantes.
"Mientras el Almirante Kircheis noquea a la flota rebelde, nuestras fuerzas lanzarán un ataque total.
En ese momento, publicaré un informe falso de que la flota de reparto fue atacada, pero ahora está a
salvo. Eso es para evitar que la fuerza rebelde pierda su última esperanza y recurra a las acciones de
un animal acorralado. Al mismo tiempo, también es para evitar que se den cuenta de que hemos
pasado a la ofensiva. Naturalmente se darán cuenta en algún momento, pero cuanto más tarde,
mejor".
Miró al hombre que estaba sentado a su lado. Antes, siempre había sido un joven alto y pelirrojo a su
lado. Ahora era un hombre con el pelo medio plateado, Paul Von Oberstein. Aunque él mismo había
tomado la decisión de poner a Oberstein allí, aún se sentía un poco extraño.
"Además, nuestro cuerpo de suministros proporcionará alimentos a la población en el momento en
que se recuperen los territorios ocupados. Aunque esto fue permitido para oponerse a la invasión
rebelde, nunca fue el deseo de nuestro ejército el llevar a los súbditos de Su Majestad a la inanición.
Además, esta es una medida necesaria para demostrar a los residentes de la frontera que sólo el
imperio es lo suficientemente responsable para gobernarlos".
La verdadera intención de Reinhard no era ganar corazones y mentes para el imperio, sino para sí
mismo, aunque no había necesidad de salir de su camino para decirles eso aquí y ahora.

La flota de transporte de la alianza, bajo el mando del Almirante Gledwin Scott, consistía en cien
buques de transporte de la clase de cien mil toneladas y veintiséis naves de escolta. En cuanto al
número de escoltas, el Contraalmirante Cazellnu, jefe de personal del servicio de retaguardia, había
argumentado: "Eso no es suficiente, al menos dales cien", pero la petición había sido denegada.
Las razones dadas habían sido que el imperio parecía poco probable que enviara una fuerza muy
grande para atacar una flota de transporte y que despachar demasiadas naves dejaría a las fuerzas de
seguridad de Iserlohn sin personal suficiente.
¿Qué clase de excusa es ésa, cuando estás sentado lejos de las líneas del frente en una fortaleza
"inexpugnable"? Cazellnu estaba tan enfadado que estaba a punto de estallar.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 190


El almirante Scott era mucho más optimista que Cazellnu. Cuando Cazellnu le dijo justo antes de la
partida que buscara enemigos, Scott se había desentendido de la amonestación, e incluso ahora no
estaba en su puente, sino en su camarote disfrutando de una partida de ajedrez tridimensional con un
subordinado.
Cuando el oficial de Estado Mayor de la flota, el comandante Nikolsky, vino a buscarlo, su cara estaba
blanca como una sábana. Scott, que estaba a punto de poner a su oponente en jaque, preguntó
enfadado: "¿Pasa algo en el frente? Oigo mucho ruido ahí fuera."
"¿En el frente?" El comandante Nikolsky miró a su comandante, incrédulo. "Este es el frente. ¿No lo
ve, Excelencia?"
Sostenido en la punta de sus dedos, un pequeño panel conectado a la pantalla principal del puente
mostraba una nube de luz blanca en rápida expansión.
El Almirante Scott se quedó sin palabras por un momento. Ni siquiera él podía creer que eran
amistosos. Una fuerza enemiga sorprendentemente grande les estaba envolviendo.
"Tantos..." Scott finalmente se fue. "¡No puedo creerlo! ¿Por qué tantos para una miserable flota de
transporte?"
Mientras corría por el pasillo hacia el puente en un coche impulsado por hidrógeno conducido por
Nikolsky, el almirante no paraba de hacer preguntas estúpidas. ¿No entiendes el sentido de tu propia
misión? Nikolsky estaba a punto de responder, cuando el grito de un operador resonó abruptamente
por los altavoces del pasillo:
"¡Múltiples misiles enemigos, acercándose!"
Un instante después, su voz se convirtió en un verdadero grito.
"¡Incapaz de responder! ¡Son demasiados!"

Nave insignia imperial Brünhilde-


Un oficial de comunicaciones se levantó de la silla de su estación y se volvió hacia Reinhard, con la
cara sonrojada de la emoción. “¡Tenemos un mensaje del Almirante Kircheis! Buenas noticias, señor.
Flota de transporte enemigo aniquilada. Además, veintiséis buques de escolta fueron destruidos. Las
pérdidas de nuestro bando se limitan a un acorazado con daños moderados y catorce valquirias..."
Gritos de alegría llenaron el puente. Aunque las repetidos retiradas de la Armada Imperial habían
nacido de una necesidad estratégica, no obstante habían estado en retirada desde la caída de
Iserlohn, y para sus soldados, esta era la emoción de la victoria que hacía tanto tiempo que no
experimentaban.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 191


"Mittermeier, Reuentahl, Wittenfelt, Kempf, Mecklinger, Wahlen, Lutz: sigan el plan y golpeen a las
fuerzas rebeldes con todo lo que tengan."
Ordenó Reinhard a los almirantes reunidos que estaban esperando para cumplir sus órdenes.

Los almirantes respondieron con un caluroso "¡Sí, señor!" y estaban a punto de partir hacia el frente
cuando Reinhard los llamó a todos a un alto y ordenó a un asistente que trajera vino para cada uno de
ellos. Era una celebración anticipada de su victoria.
"La victoria ya está asegurada. Pero más que eso, tenemos que hacer que esta victoria sea perfecta.
Las condiciones son las propicias para ello. No permitan que esos rebeldes advenedizos regresen vivos
a casa. Que el favor de nuestro gran señor Odín esté sobre Ustedes. Prosit!" (Ndt: En aleman, Salud)
"¡Prosit!", gritaron los almirantes a coro. Luego, después de drenar sus vasos, los arrojaron al suelo
como era costumbre. Innumerables fragmentos de luz danzaron brillantemente sobre el suelo por un
instante.
Después de que los almirantes se marchasen, Reinhard miró fijamente a su pantalla. Allí pudo ver un
grupo de luces estériles e inorgánicas que eran infinitamente más frías y distantes que las manchas de
luz dispersas en el suelo. Sin embargo, adoraba esas luces. Fue para apoderarse de esas luces y
hacerlas suyas que él estaba donde estaba ahora mismo…

V
10 de octubre del calendario estelar, 16:00

El Almirante Uranff, quien estaba posicionando su flota en órbita sobre el Planeta Lügen de acuerdo a
la estabilización del gradiente de gravedad, podía decir que el ataque enemigo se aproximaba. De los
veinte mil satélites de reconocimiento que se habían colocado en toda la región, cerca de cien de ellos
en la dirección de las dos en punto habían dejado de transmitir imágenes después de mostrar
innumerables puntos de luz.
"Aquí vienen", murmuró Uranff. Sintió una corriente de tensión que lo atravesó hasta llegar a sus
nervios terminales. "Operadora, ¿cuánto falta para el contacto con el enemigo?"
"Entre seis y siete minutos, señor".
"Muy bien, entonces. Prepárense para una guerra total. Oficial de comunicaciones: enviar mensajes al
Cuartel General del Comando Supremo y a la Decimotercera Flota. "Nos hemos encontrado con el
enemigo. ”
Sonaron las alarmas, y las órdenes y las respuestas volaron de un lado a otro a través del puente de la
nave insignia.
"La Decimotercera Flota eventualmente vendrá a ayudarnos", dijo Uranff a sus subordinados. "Así es
Milagro Yang. Cuando eso suceda, podemos atrapar al enemigo con una pinza. No dudeis de nuestra
victoria."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 192


A veces los comandantes tenían que hacer creer a sus subordinados cosas que ellos mismos ni
siquiera creían. Yang probablemente estará bajo el ataque de múltiples enemigos al mismo tiempo
que nosotros y no tendrá el lujo de venir a ayudar a la Décima Flota, pensó Urannf.
El ataque masivo de la Marina Imperial había comenzado.

La Subteniente Frederica Greenhill miró a su oficial al mando, con tensión evidente en su cara blanca.

"¡Excelencia! Hay un mensaje superlumínico del Almirante Uranff."

"¿Están siendo atacados?"

"Sí, señor. Dice que el combate con el enemigo comenzó en 16:07."

"Así que por fin ha empezado…"

Una alarma sonó en ese momento, ahogando el final de sus palabras. Cinco minutos más tarde, la
decimotercera flota intercambiaba disparos con una fuerza imperial dirigida por el almirante Kempf.

"¡Misiles enemigos acercándose desde las once en punto!"

Al grito del operador, el capitán Marino, capitán del buque insignia Hyperion, respondió con rapidez:
"¡Expulsen los señuelos! ¡Apunten a las nueve en punto!"

Yang permaneció en silencio y se concentró en su propio trabajo, que era el mando operativo de la
flota. La defensa y el contraataque a nivel de nave individual era la tarea de la capitán; si un
comandante de flota se involucrara en esa medida, en primer lugar, sus nervios nunca se
mantendrían.

Los misiles con ojivas de fusión activadas por láser cayeron sobre ellos como perros de caza feroces.

Para contrarrestarlos, se dispararon cohetes señuelo. Estos emitieron enormes cantidades de calor y
radiación electromagnética para engañar a los sistemas de detección de los misiles. Los misiles del
grupo giraron sus narices en ángulos agudos y fueron tras los señuelos.

Un resplandor ominoso llenaba constantemente el vacío negro mientras la energía chocaba con la
energía y la materia chocaba contra la materia.

"¡Espartanos, prepárense para el lanzamiento!"

La orden fue transmitida, y una agradable tensión recorrió las mentes y los cuerpos de varios miles de
tripulantes de cazas espartanos. Eran niños que podían hacer que el dios de la guerra Ares concediera

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 193


sus peticiones. Eran poseedores de una confianza feroz en sus habilidades y reflejos, para quienes el
miedo a la muerte no era más que un objeto de ridículo.

"¡Muy bien, salgamos y demos la vuelta!"

El hombre que dio este grito entusiasta a bordo del buque insignia Hyperion era el piloto ás, Teniente
Waren Hughes.

En el Hyperión había cuatro ases. Además de Hughes, estaban los tenientes Salé Aziz Cheikly, Olivier
Poplan e Ivan Konev. Para mostrar sus títulos, cada uno tenía una marca de as de picas, diamantes,
corazones o palos pintados con pintura especial en el casco de su spartanano favorito. Tener el valor
suficiente para pensar en la guerra como un deporte era probablemente uno de los factores que los
había mantenido vivos durante tanto tiempo.

Después de saltar a su espartano, Poplan gritó al mecánico: "Voy a derribar cinco, ¡así que empieza a
enfriar el champán!" Pero la respuesta no fue la que esperaba:

"No hay forma de que eso suceda, pero al menos te traeré un poco de agua".

“Al menos intenta seguirme la corriente "Poplan refunfuñó, mientras él y los otros tres salían en
pirueta hacia el espacio. Las alas de los espartanos brillaban con tonalidades arco iris, reflejando la luz
de explosiones lejanas. Los misiles se precipitaron hacia ellos con intenciones hostiles, y los láseres
enemigos salieron a su encuentro.

"¿Crees que puedes golpearme?" Gritó Poplan.

Los cuatro hombres estaban haciendo alardes similares. Era el orgullo de los guerreros que habían
cruzado las líneas de la muerte muchas veces y aun así vivían para contar la historia que les hacía
tenerlo.

Alardeando de habilidad divina, se balancearon bruscamente, esquivando los misiles. Los esbeltos
troncos de los misiles intentaron seguirlos, pero incapaces de soportar el cambio repentino de la
fuerza G, se separaron de sus centros. Más adelante, las valkirias imperiales bailaban a la vista,
inclinando sus alas hacia adelante y hacia atrás como si estuvieran burlándose mientras venían en
busca de un combate aéreo.

Hughes, Cheikly y Konev las despacharon con gusto, y una por una, las naves enemigas explotaron en
bolas de fuego. Sin embargo, uno de los ases de la alianza, Poplan, estaba rojo de ira y sospecha. A
una velocidad de 140 rondas por segundo, disparaba al enemigo con balas recubiertas de uranio-238 .
Estos tenían una excelente habilidad para perforar armaduras y se sobrecalentaron y explotaron al
golpear un blanco; sin embargo, todos sus tiros fueron absorbidos por el vacío, sin golpear nada. Sin
su ayuda, los otros tres ya habían hecho la primera baja, destruyendo un total de siete combatientes
enemigos.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 194
"¿Qué pasa contigo?" El Vicealmirante Kempf, oficial al mando de la fuerza imperial, dijo con una
fuerte exhalación de desprecio.

Kempf era un as del pilotaje, un héroe de muchas batallas que en su valkiria de alas plateadas había
arrojado docenas de naves enemigas a los pies de la Parca. Aunque era extremadamente alto, la
anchura de su cuerpo era tal que la gente no se daba cuenta. Su pelo castaño estaba cortado al rapé.

"¿Por qué pierdes el tiempo con enemigos como ése? ¡Formen formaciones de media-envoltura a sus
astas y llévenlos al campo de tiro de los acorazados!"

Esas instrucciones dieron justo en el blanco. Tres valkirias asumieron una formación de medio
desarrollo a popa del espartano del Teniente Hughes y hábilmente maniobraron hasta el rango de
fuego de un acorazado. Al darse cuenta del peligro, Hughes se inclinó bruscamente y envió una lluvia
de balas U-238 a la cabina de un combatiente enemigo, y luego trató de atravesar el hueco que había
abierto. Sin embargo, no había tenido en cuenta los cañones auxiliares del acorazado enemigo. Los
láseres le golpearon...borrando a Hughes y a su nave de este mundo de un solo disparo.

Cheikly también fue derribado usando la misma táctica. Los dos ases restantes apenas lograron
deshacerse de sus perseguidores, y se metieron en un punto ciego de los cañones de los acorazados.

El sentido de autoestima de Poplan había sido herido sin remedio. Ya era suficientemente malo que
Konev hubiera enviado a cuatro enemigos a la tumba, pero Poplan, incapaz de derribar a un solo
enemigo, no había hecho otra cosa que correr, esquivando de un lado a otro.

Cuando descubrió la razón por la que ni un solo disparo había dado en el blanco, su dolor se convirtió
en furia. Cuando regresó a la nave nodriza, saltó de la cabina, corrió hacia un mecánico y lo agarró por
el cuello.

"¡Traigan a ese jefe de mecánicos asesino! ¡Voy a matarlo!"

Cuando el Teniente Técnico Toda, el jefe de mecánicos, vino corriendo, Poplan dándole rienda suelta
a su rabia.

"¡Las miras de mis armas están de nueve a doce grados fuera! ¡¿Les has hecho siguiera el
mantenimiento apropiadamente, ladrón de sueldo?!"

Las cejas del teniente Toda se elevaron.

"Hago mi trabajo, los cuido bien. Después de todo, un humano se puede hacer gratis, pero una nave
de combate cuesta mucho dinero".

"¿Se supone que eso es gracioso, imbécil?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 195


Poplan tiró al suelo su casco de piloto; se levantó del suelo y se elevó por los aires. Los ojos verdes de
Poplan ardían de rabia. En contraste, la mirada de Toda se estrechó y agudizó. "¿Quieres dar una
vuelta por ahí, libélula?"

"Adelante. He perdido la cuenta de cuántos imperiales he matado, pero cada uno de ellos era mejor
hombre que tú. Incluso te daré una ventaja: una mano es suficiente para gente como tú".

"¡Escúchate! ¡Intentando culpar a otro por tus propios errores!"

Había gritos dirigidos a ellos para que se controlaran, pero para entonces los puñetazos ya estaban
volando. Se intercambiaron golpes dos o tres veces, pero finalmente Toda, empujado a una lucha
puramente defensiva, empezó a tambalearse. Justo cuando el brazo de Poplan retrocedía de nuevo,
sin embargo, alguien lo agarró.

"¡Basta ya, tonto!", dijo un disgustado Comodoro Schenkopp.

Las cosas se calmaron de inmediato. No había nadie que no reconociera al héroe de la captura de
Iserlohn. Aunque, naturalmente, para el propio Schenkopp, fue terriblemente decepcionante no tener
ningún otro papel en la lucha más que este.

El oficial al mando de la fuerza imperial que atacaba a la Décima Flota de Urannf era el vicealmirante
Wittenfelt. Tenía el pelo anaranjado, largo y ojos marrones claros, y su cara estrecha parecía algo
desequilibrada con la firmeza de su cuerpo. Su comportamiento combativo se podía ver en sus cejas
arrugadas y en el brillo feroz de sus ojos.

Además, todas las embarcaciones bajo su mando estaban pintadas de negro y conocidas
colectivamente como Schwarz-Lanzenreiter, o Lanceros Negros. Esta fuerza era la encarnación misma
de la fuerza rápida y violenta. Uranff había librado una dura y astuta batalla, causando un flujo
constante de daño a esta fuerza. Sin embargo, había tomado la misma cantidad de dinero a cambio,
no en porcentaje, sino en términos de números brutos.

Wittenfelt tenía una fuerza mayor que Uranff, y además, sus tropas no habían pasado hambre. Tanto
el oficial al mando como sus subordinados estaban frescos y llenos de energía, y aunque estaban
sufriendo muchas bajas, por fin lograron envolver por completo a la flota de la alianza. La Décima
Flota, incapaz de avanzar o retirarse, no tenía forma de evitar el fuego concentrado de la flota de
Wittenfelt.

"¡Fuego a discreción! "¡Si disparas, seguro que le dais a algo!"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 196


Los oficiales de artillería de la fuerza imperial hicieron llover un monzón de rayos de energía y misiles
sobre las naves densamente agrupadas de la flota de la alianza.

Los campos de neutralización energética se rompieron, y los cascos fueron golpeados por impactos
insoportables. Los golpes finalmente irrumpieron en el interior de las naves, llenándolas de
explosiones, y los soldados y oficiales fueron vaporizados por vendavales calientes y asesinos.
Arrastrados por la gravedad planetaria, naves destrozadas que habían perdido propulsión estaban
cayendo. Entre los habitantes del planeta, los niños olvidaron por un momento su hambre, cautivados
por la belleza ominosa de las innumerables estrellas fugaces que gritaban a través del cielo nocturno.

VI
El potencial armado de la Décima Flota estaba casi agotado. Las condiciones eran terribles: El 40 por
ciento de las naves se habían perdido, y la mitad de las naves restantes no podían seguir luchando.

El Contraalmirante Cheng, jefe de personal de la flota, se volvió hacia el comandante con la cara
blanca como una sábana.

"Excelencia, ya no es posible continuar las operaciones de combate. Todo lo que podemos hacer
ahora es decidir si rendirnos o huir".

"Así que es una deshonra o la otra, ¿no?" El Vicealmirante Uranff dijo, con una pizca de
autodesprecio. "Rendirme no está en mi naturaleza. Intentemos correr. Transmite la orden a todas las
naves"

Pero incluso para correr, tendrían que abrir un camino sangriento a través de las líneas enemigas.
Uranff reorganizó su fuerza restante en una formación de huso y la golpeó de golpe contra un punto
del cerco. Uranff sabía cómo concentrar su fuerza y usarla.

Utilizando esta audaz e inteligente maniobra, logró sacar a la mitad de sus subordinados de las fauces
de la muerte. Sin embargo, él mismo murió en combate. Su buque insignia había permanecido en el
cerco hasta el final, y en el mismo momento en que intentó abrirse paso, recibió un impacto directo
de un rayo enemigo en uno de sus tubos de misiles y voló en pedazos.

A lo largo de las líneas de batalla, las fuerzas de la alianza se tragaban la amarga sopa de la derrota.

El Vicealmirante Borodin, comandante de la Duodécima Flota, bajo el asalto del Vicealmirante Lutz,
había luchado hasta que le quedaron apenas ocho naves, y cuando tanto la batalla como la huida se

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 197


hicieron imposibles, se disparó a sí mismo en la cabeza con su propio blaster. El comando de la flota
había pasado al Contraalmirante Connally, quien se retiró y se rindió.

Las otras flotas también estaban bajo ataque -la Quinta Flota de Reuentahl, la Novena de
Mittermeier, la Séptima de Kircheis (que ya había destruido la flota de transporte), la Tercera de
Wahlen, y la Octava de Mecklinger- y se habían amontonado al momento de la retirada.

La única excepción era la decimotercera flota de Yang. Había empleado una inteligente formación de
media luna contra la flota de Kempf, esquivando los ataques del enemigo y desangrándolos con
golpes alternados en sus flancos de babor y estribor.

Sorprendido por la inesperada cantidad de daño que estaba sufriendo, Kempf había decidido que era
mejor apretar los dientes y elegir una cirugía drástica que mantener el rumbo y morir miserablemente
por la pérdida de sangre. Eligió retirarse y reagrupar sus fuerzas.

Viendo que el enemigo se retiraba, Yang no hizo ningún intento de usar la abertura para continuar la
ofensiva. Lo que importa en esta batalla es sobrevivirla, no ganarla, pensaba Yang. Incluso si
derrotáramos a Kempf aquí, el enemigo seguiría teniendo la ventaja general. Al final acabábamos
siendo golpeados por todos lados cuando los otros regimientos se unieron contra nosotros. Lo que hay
que hacer es correr lo más lejos posible de aquí mientras el enemigo se retira.

Con voz grave y solemne, Yang se dirigió a sus fuerzas:

"¡Atención! Todos las naves: ¡huyan!"

La Decimotercera Flota huyó. Pero de forma ordenada.

Kempf no pudo evitar sorprenderse cuando el enemigo -que tenía la ventaja- no sólo no lo persiguió,
sino que comenzó a retirarse rápidamente. Aunque se había estado preparando para sufrir pérdidas
considerables cuando le perseguíeran buscando continuar su ataque, en su lugar había sido
engañado.

"¿Por qué no usan su ventaja y atacan?"

Kempf estaba pidiendo opiniones a sus oficiales y preguntándose en voz alta.

Las respuestas de sus subordinados se dividieron en dos campos: la hipótesis de que "la fuerza de la
alianza debe estar corriendo en ayuda de otra fuerza que está en problemas" y la hipótesis de que "su

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 198


objetivo es darnos un golpe mortal mostrándonos una abertura e invitándonos a ir irreflexivamente a
la ofensiva".

El alférez Theodor von Rücke, un joven oficial recién salido de la escuela de oficiales, abrió la boca con
temor.

"Señor, quiero decir, Comandante, creo que es posible que no quieran pelear y sólo estén tratando
de escapar."

Esta sugerencia fue completamente ignorada, y el alférez Rücke se echó atrás, solo y con la cara roja
de la vergüenza. Nadie, incluido él mismo, entendió que estaba más cerca de la verdad que ninguno
de ellos. Kempf, que tenía mucho sentido común como estratega, llegó después de mucho pensar que
la retirada del enemigo era una trampa, y abandonó la idea de un segundo contraataque, para
reagrupar su flota.

Mientras tanto, Yang Wen-li y sus fuerzas continuaron su huida, llegando a una región del espacio que
las fuerzas imperiales llamaron Zona de Guerra C. Allí, las fuerzas imperiales se enfrentaron de nuevo,
y una nueva batalla comenzó a desplegarse.

Mientras tanto, la Novena Flota, comandada por el Almirante Al Salem, estaba bajo el asalto
fulminante de la flota imperial de Mittermeier y había sido puesta a volar repetidamente. El Almirante
Al Salem estaba luchando desesperadamente para evitar que la cadena de mando colapsara.

La rapidez de la persecución y el asalto de Mittermeier fue tal que la vanguardia de la flota imperial
perseguidora y la retaguardia de la flota de la alianza que huía se mezclaron, con naves de ambas
fuerzas volando uno al lado del otro en paralelo. Un soldado tras otro se quedó atónito al ver las
marcas de las naves enemigas de cerca a través de los ojos de buey.

Además, las lecturas de alta densidad de materia detectadas en esa estrecha región del espacio
enviaron a los sistemas de prevención de colisiones de cada nave a una sobrecarga. Fuera Cual fuera
la dirección en la que intentaban girar, se encontraron con que el camino estaba bloqueado tanto por
naves enemigos como por naves amigos, e incluso algunas naves habían empezado a girar como
resultado de ello.

No intercambiaron fuego. Era evidente que, si se liberaban vastas energías con las naves tan juntas, se
produciría una reacción en cadena imparable, y todas ellas perecerían juntas.

Sin embargo, se produjeron choques y colisiones. Esto se debía a que los sistemas de prevención de
colisiones, incapaces de encontrar una dirección segura en la que avanzar, habían sido conducidos a
un horrible estado de autonomía, lo que provocó que algunas naves pasaran al pilotaje manual para
evitar que se volvieran locas.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 199


Los astronavegadores estaban sudando mucho, y esto no tenía nada que ver con la función de control
de temperatura de sus trajes de combate. Aferrados a sus paneles de control, podían ver al enemigo
justo enfrente de ellos, luchando con el objetivo común de evitar colisiones.

El caos finalmente terminó cuando Mittermeier ordenó a sus subordinados que bajaran la velocidad y
aumentaran la distancia entre las dos flotas. Por supuesto, todo esto significaba para las fuerzas de la
alianza que la flota enemiga se estaba reagrupando y que en ese momento volvería a su estrategia de
persecución y ataque. Mientras la fuerza imperial ponía una distancia segura entre ella y la flota
enemiga, los naves y soldados de la alianza se perdían constantemente en medio del diluvio de fuego
enemigo.

El casco del buque insignia Palamedes también sufrió daños en siete lugares, y el comandante de la
flota, el Vicealmirante Al Salem, resultó herido, con las costillas rotas. Su vice comandante, el
Contraalmirante Morton, tomó el mando en su lugar y apenas mantuvo unida a la fuerza restante,
recorriendo un largo camino hacia la derrota.

Las dificultades del camino hacia la derrota, por supuesto, no fueron sólo suyas.

Cada una de las flotas de la alianza estaba soportando la misma pena ahora. Incluso la decimotercera
flota de Yang Wen-li ya no era una excepción.

Para entonces, la decimotercera de Yang, que se había retirado a una distancia de seis horas luz del
lugar de la batalla inicial, se había visto obligado a luchar contra enemigos cuatro veces más
numerosos. Además, Kircheis, comandante de las fuerzas imperiales de la Zona de Guerra C, ya había
puesto a la Séptima Flota a correr por sus vidas y estaba comprometiendo fuerzas y suministros en su
primera línea constantemente para desgastar la flota de Yang a través de un combate ininterrumpido.
Esta táctica era ortodoxa, no el producto de una estrategia inteligente, pero era extremadamente
fiable cuando se ponía en marcha, lo que hacía que Yang suspirara: "No hay apertura para atacar, no
hay apertura para correr". Parece que el conde von Lohengramm tiene gente excelente trabajando
para él. Nada extraño ni excéntrico, sólo buenas tácticas".

No pudo evitar quedar impresionado. Porque, aunque estaba usando tácticas ortodoxas, estaba claro
que su fuerza de alianza numéricamente inferior estaba siendo llevada a la derrota.

Después de pensarlo, Yang decidió la táctica que debía tomar: abandonar el espacio que habían
asegurado y cederlo a las manos del enemigo. Sin embargo, la retirada ordenada de Yang atraería al
enemigo a una formación en U, y luego, cuando sus filas y líneas de suministro se estiraban hasta el
punto de ruptura, contraatacaría desde tres lados con todas sus fuerzas.

"No hay otra opción. Y naturalmente, depende de que el enemigo vaya a por ello..."

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 200


Si hubiera tenido tiempo de acumular fuerza y una perfecta independencia de mando, la estrategia de
Yang podría haber asegurado algún éxito y puesto fin al avance de la fuerza imperial. Sin embargo, al
final no pudo hacer ninguna de las dos cosas. Mientras soportaba el feroz ataque de las fuerzas
imperiales que se acercaban a un volumen abrumador, Yang estaba luchando por reagrupar su flota
en la formación U cuando llegaron nuevas órdenes para él desde Iserlohn.
El día 14 del presente mes, Concentren las fuerzas en el punto A del sistema estelar Amritzer. Cese el
combate inmediatamente y cambie de rumbo.
Cuando Yang escuchó esas instrucciones, Frederica vio una sombra de amarga decepción aparecer en
su cara. Se fue en un instante, pero en su lugar suspiró.
"Es fácil para ti decirlo".
Eso fue todo lo que dijo, pero Federica comprendió lo difícil que sería retirarse en estas
circunstancias, justo delante del enemigo. Tampoco se enfrentaban a un incompetente. Kempf estaba
en la misma posición: si hubiera podido retirarse, lo habría hecho desde el principio. Estaba luchando
porque no podía hacer otra cosa. Yang siguió sus órdenes. Pero durante esa difícil retirada de
combate, las bajas entre su flota se duplicaron.

En el puente de la Brünhilde, buque insignia supremo de la flota imperial, Reinhard escuchaba el


informe de Oberstein.
"Aunque el enemigo sigue huyendo, mantienen todo el orden que pueden y parecen estar
dirigiéndose a Amritzer."
"Eso está cerca de la entrada del Corredor Iserlohn. Pero no creo que esto sea un mero intento de
huir ¿Qué te parece?"
"Que probablemente tengan la intención de reagruparse y retomar la ofensiva. Aunque es un poco
tarde, parece que se han dado cuenta de la tontería de esparcir sus fuerzas tan escasamente por
nuestro espacio".
"De hecho, es demasiado tarde."
Rascándose con los dedos bien formados el pelo dorado que se derramaba desde la frente hasta las
cejas, Reinhard sonrió con una sonrisita fría.
"¿Cómo responderemos, Excelencia?"
"Naturalmente, también reuniremos nuestras fuerzas en Amritsar. ¿Por qué negar al enemigo su
deseo, si quieren convertir Amritzer en su cementerio?"

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 201


Capítulo 9: Amritzer
I
La voz de la estrella Amritzer se elevaba en un rugido silencioso. En ese terrorífico infierno de fusión
nuclear en el que innumerables átomos colisionaban, se separaban y se reformaban, y la repetición
incansable de ese ciclo arrojaba inimaginables cantidades de energía al cosmos. Varios elementos
producían llamas multicolores que erupcionaban con estallidos dinámicos de movimiento medidos
por la magnitud de decenas de miles de kilómetros, pintando los cielos de los mundos que miraban a
esa estrella de rojos, amarillos y púrpuras (NDT: técnicamente, en una estrella solo hay fusión. O sea,
átomos que se unen para formar elementos más pesados.)

“No me gusta nada esto”

Las cejas blanquecinas del Vicealmirante Bucock se juntaron cuando miró el panel de comunicaciones.
Yang asintió de acuerdo. "Es un color ominoso", dijo. "No hay duda de ello."
"Bueno, el color también, pero es el nombre de la estrella, lo que no me gusta."
"¿Amritzer, quieres decir?"
"La inicial es A, igual que Astarté. No puedo evitar pensar que es un mal augurio para nosotros”.
"No había pensado lo suficiente en ello como para darme cuenta."
Yang no estaba de humor para tomar a la ligera la preocupación del viejo almirante. Después de
medio siglo en aquellas profundidades vacías, había sensibilidades y heurísticas especiales que
hombres como él desarrollaban. Yang se inclinaba más por hacer caso de las supersticiosas palabras
del viejo almirante que de las decisiones del Cuartel General del Comando Supremo, que había
designado a Amritzer como el lugar de la batalla decisiva.
Yang no se sentía muy animado en ese momento. Aunque había luchado duro y bien, esta retirada le
había costado una décima parte de las naves bajo su mando, al tiempo que ponía fin a su intento de
contraataque. Todo lo que sentía ahora era cansancio. Mientras su flota era reabastecida por
Iserlohn, mientras los heridos eran enviados de vuelta a la retaguardia, y mientras la formación era
reagrupada, Yang se había ido a un tanque para descansar, pero mentalmente no le había refrescado
en lo más mínimo.
Esto no va a funcionar, pensó. La Décima Flota, habiendo perdido a su comandante y más de la mitad
de su fuerza, también había sido puesta bajo el mando de Yang. Parecía que incluso el Cuartel General
del Mando Supremo había reconocido de alguna manera su habilidad -en la gestión de los restos de
las fuerzas derrotadas, por lo menos-, pero no se sentía agradecido por esa responsabilidad añadida.
Había límites tanto para sus habilidades como para su sentido de la responsabilidad, y por mucho que
se esperara de él -o por mucho que se le retorciera el brazo- lo imposible seguía siendo imposible. No
soy Agarre Yusuf, pero se confunden, ¿por qué tienen que hacerme pasar un mal rato?

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 202


"En cualquier caso", había dicho Bucock justo antes de terminar la transmisión, "me gustaría que el
grupillo del Cuartel General del Comando Supremo saliera al frente y echara un vistazo a su alrededor.
Quizá así entiendan un poco por lo que están pasando los hombres".
Había llamado para discutir algunos detalles referentes al posicionamiento de sus naves, pero la
segunda mitad de la conversación se había convertido en una un vapuleo verbal dirigido al Cuartel
General del Comando Supremo. Yang no tenía ganas de decirle que se había salido del tema. Él
también sentía la misma exasperación.
"Por favor, coma algo, Excelencia."
Yang se dio la vuelta desde el panel de comunicaciones, ahora en blanco, y vio a la Subteniente
Frederica Greenhill parada allí sosteniendo una bandeja. En ella había un rollo de gluten asado relleno
de salchichas y verduras, sopa de judías, una rebanada de pan de centeno fortificado con calcio, una
ensalada de frutas ahogada en yogur y una bebida alcalina con sabor a jalea real.
"Gracias," dijo, "pero no tengo apetito. Pero si me gustaría una copa de brandy..."
La mirada en los ojos de su ayudante negó la petición. Yang la miró, emitiendo objeciones.
"¿Por qué no?", dijo finalmente.
"¿No le ha dicho Julián que bebe demasiado?"
"¿Qué? ¿lo dos os habéis confabulado contra mí?"
"Estamos preocupados por tu salud."

"No hay necesidad de preocuparse tanto. Aunque beba más de lo que acostumbro, sigue siendo
apenas lo que la persona promedio consume. Estoy a miles de años luz de hacerme daño."
Justo cuando Frederica estaba a punto de responder, sonó la voz áspera y chillona de una alarma:
"¡Naves enemigas acercándose! ¡Naves enemigas acercándose! Naves enemigas acerca..."
Yang hizo un ligero gesto con una mano hacia su ayudante.
"Subteniente, parece que el enemigo se acerca. Si sobrevivo a esto, prometo comer sano por el resto
de mi vida".
La fuerza de la alianza ya se había reducido a la mitad. La muerte de un valiente y brillante táctico
como el Almirante Uranff había sido un golpe particularmente duro. La moral no era buena. ¿Cuánto
tiempo podrían resistir a una Marina Imperial totalmente preparada que venía contra ellos, ávida de
victoria y lista para emplear todas las tácticas adecuadas?

Reuentahl, Mittermeier, Kempf y Wittenfelt, valientes almirantes del imperio, alinearon las proas de
sus acorazados y cargaron hacia adelante en una formación cerrada. Aunque esto tenía la apariencia
del tipo de asalto de fuerza bruta que ignora los puntos más sutiles de la estrategia, Kircheis lideraban
una fuerza separada para rodear a la retaguardia de la alianza, por lo que de hecho disfrazaba la
intención del imperio de atrapar al enemigo en un movimiento de pinzas y era el tipo de ataque feroz
que se necesitaba para evitar darle a la alianza la oportunidad de recobrar el aliento.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 203


"Muy bien", ordenó Yang. "Todas las naves: velocidad máxima de combate."
Así, la Decimotercera Flota comenzó a moverse.
El choque de las dos fuerzas estaba en marcha. Innumerables rayos y misiles se lanzaron unos contra
otros, y la luz de las explosiones nucleares rasgó la oscuridad. Los cascos de las naves se desgarraron y
salían despedidos a través del espacio vacío, dando vueltas en misteriosas danzas, llevados por
vientos de pura energía. A través de sus remolinos, la Decimotercera Flota corrió altaneramente,
corriendo hacia el enemigo que les esperaba.

El asalto de la Decimotercera Flota se llevó a cabo de acuerdo con un programa de desaceleraciones


y aceleraciones que Fischer había calculado con la máxima precisión sobre la directiva de Yang. La
Decimotercera Flota se alzó temiblemente por encima de la luz de las inmensas llamas de Amritzer,
como una corona andrajosa enviada volando desde su sol por medio de la fuerza centrífuga.

Cuando el rápido asalto saltó hacia ellos desde ese ángulo inesperado, el comandante de la Armada
Imperial que se comprometió a recibirlo fue Mittermeier. Era un hombre valiente, pero sin duda se
había sorprendido; había dejado que Yang tomara la iniciativa. El primer ataque de la Decimotercera
Flota fue, literalmente, un bombazo para el regimiento de Mittermeier.

Su potencia de fuego se concentraba en una densidad casi excesiva. Cuando un solo acorazado -y un
solo punto en el casco de ese acorazado- era alcanzado por media docena de misiles de hidrógeno
guiados por láser, ¿cómo podría defenderse?
La región que rodeaba al buque insignia de Mittermeier se convirtió en un envolvente enjambre de
bolas de fuego, y Mittermeier, que también sufrió daños por su lado de babor, se vio obligado a
retirarse. Sin embargo, incluso en la retirada, su extraordinaria habilidad como táctico era evidente en
la forma en que estaba cambiando flexiblemente su formación, manteniendo el daño que había
sufrido al mínimo, y esperando su oportunidad de contraatacar.
Yang, por otro lado, tuvo que contentarse con infligir un daño limitado, ya que no se atrevió a
perseguir al enemigo demasiado lejos. Maldita sea, pensó Yang, ¡mira toda esa gente talentosa que
tiene el Conde von Lohengramm! Aunque si todavía tuviéramos a Uranff y Borodin de nuestro lado,
probablemente podríamos haber luchado contra el imperio en igualdad de condiciones...
En ese momento, el regimiento de Wittenfelt llegó a toda velocidad, interponiéndose en el espacio
entre las flotas Decimotercera y Octava, una región llamada Sector D4 por conveniencia. Era un
movimiento que sólo podía describirse como atrevido o temerario.
"Excelencia, un nuevo enemigo ha aparecido a las dos en punto."
La respuesta de Yang - "Uh-oh, eso es un problema"- difícilmente podría considerarse una respuesta
adecuada. Sin embargo, Yang tenía un fuerte punto en común con Reinhard. Se recuperó
rápidamente y empezó a dar órdenes.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 204


A las órdenes de Yang, los acorazados de la flota, fuertemente blindados, se alinearon en columnas
verticales para formar un muro de protección contra el fuego enemigo. Desde las brechas entre ellos,
los cañoneros y los misileros -débilmente blindados, pero con movilidad y potencia de fuego de sobra-
desplegaron una despiadada descarga de fuego en retorno.
Uno tras otro, se abrieron agujeros por todo el regimiento de Wittenfelt. Aun así, no bajó la velocidad.
Su contraataque fue muy intenso e hizo que la sangre de Yang se enfriase cuando una parte de la
pared de acorazados se derrumbó.
Aun así, no hubo daños graves a la Decimotercera Flota en su conjunto, aunque las heridas sufridas
por la Octava fueron profundas y amplias. Incapaz de contrarrestar la velocidad y la furia de
Wittenfelt, el flanco de la octava flota no dejaba de hacerse más fino, y estaba perdiendo
constantemente sus medios de resistencia; físicos como energéticos.

El acorazado Ulises había sufrido daños por el fuego de los cañones imperiales. Este daño era de la
variedad "menor pero grave". Lo que había resultado destruido era el sistema de tratamiento de
aguas residuales basado en microbios, y por esa razón, la tripulación se vio obligada a seguir luchando
con los pies empapados en aguas residuales vomitadas por las cañerías. Esto seguramente sería una
historia de guerra encantadora si volvían a casa a salvo, pero si morían en esas circunstancias, era
difícil imaginar un camino más trágico e ignominioso que tomar.
Yang podía ver ante sus propios ojos una flota aliada a punto de disolverse en las profundidades. La
Octava Flota era como un rebaño de ovejas, y el regimiento de Wittenfelt como una manada de lobos.
Las naves de la Alianza volaron hacia aquí y hacia allá tratando de escapar, sólo para ser destruidas
por aquellos ataques viciosos e incisivos.
¿Deberíamos ir a ayudar a la Octava Flota?
Incluso Yang tuvo su momento de duda. A juzgar por la enérgica acción del enemigo, estaba claro que
si la Decimotercera Flota hacía un movimiento para ayudarles, las cosas degenerarían en una dura
pelea, y su cadena de mando no se mantendría. Eso sería lo mismo que cometer suicidio. Al final, no
pudo hacer nada más que ordenar cañonazos más concentrados.
"¡Adelante! ¡Adelante! Nike, diosa de la victoria, está enseñando sus bragas justo delante de
vosotros!"
Las órdenes de Wittenfelt difícilmente podrían calificarse de refinadas, pero ciertamente elevaban la
moral de sus hombres, y sin importar el fuego que venía del costado, el enjambre de lanceros negros
dominó por completo el Sector D4. Parecía como si las fuerzas de la alianza se hubieran dividido en
dos.

"Parece que hemos ganado", dijo Reinhard, permitiendo que el más leve indicio de emoción se
deslizara en su voz mientras miraba hacia atrás a Oberstein.

Parece que hemos perdido, pensó Yang casi en el mismo instante, aunque no podía decirlo en voz
alta.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 205
Desde la antigüedad, las declaraciones de los comandantes habían poseído un poder aparentemente
mágico para concretar lo abstracto; cada vez que un comandante decía: "Hemos perdido", la derrota
seguía inevitablemente, aunque los ejemplos de lo contrario eran extremadamente raros.

Parece que hemos ganado.

Era Wittenfelt quien, en ese momento, pensaba así. La Octava Flota de la alianza ya se desmoronaba;
ya no había miedo de ser atrapado en un movimiento de pinzas.

"Bien, tenemos un paso adelante. Ahora es el momento de acabar con ellos".

Wittenfelt estaba pensando con entusiasmo, La Decimotercera Flota ha preservado mucha de su


fuerza, pero yo daré un golpe mortal en un combate de cazas.

"Que todas las naves que puedan funcionar como naves nodriza desplieguen las valkirias. Todos los
demás, cambien de cañones de largo alcance a cañones de corto alcance. Vamos a luchar contra ellos
de cerca".

Sin embargo, esa intención agresiva había sido anticipada por Yang.

Cuando el poder de fuego de la fuerza imperial se debilitó temporalmente, Yang intuyó


instantáneamente la causa: un cambio en su metodología de ataque. Aunque les hubiera tomado más
tiempo, otros comandantes también podrían haber adivinado lo que Wittenfelt pretendía. Había
actuado demasiado pronto. Cuando Yang vio el error, decidió aprovecharlo al máximo.

"Atraedlos", dijo. "Todos los cañones, prepárense para un bombardeo sostenido."

Minutos más tarde, los papeles se habían invertido, y eran las fuerzas imperiales del Sector D4 las que
se enfrentaban a una derrota inminente.

Al ver esto, Reinhard habló inconscientemente: "Wittenfelt se equivocó en eso. Ha desplegado sus
valkirias demasiado pronto. ¿No ve que se han convertido en presa fácil para la artillería?"

Parecía que había aparecido una grieta en el comportamiento helado de Oberstein. Su rostro,
naturalmente pálido, parecía iluminado por la cola de un cometa.

"Quería asegurar la victoria con sus propias manos, pero..."

La voz con la que respondió estaba más cerca de un gemido que de cualquier otra cosa.

Las fuerzas de la alianza, después de haber atraído al regimiento de Wittenfelt al alcance de la mano
para un ataque a quemarropa, estaban llevando a cabo destrucción y matanza a voluntad. Lanzados
desde cañones de rieles magnéticos, proyectiles de artillería de acero superduro perforaron la
armadura de las naves enemigas, y los estallidos de la metralla de fusión y las ráfagas de fotones
redujeron a valkirias y pilotos, a partículas microscópicas.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 206


Destellos coloridos e incoloros se solapaban unos con otros, ya que a cada instante se abrían puertas
hacia el mundo de las tinieblas, por las que pasaban cada vez más soldados.

Parecía que el negro de los lanceros negros, su orgullo y alegría, sugería el color de las mortajas
funerarias.

El oficial de comunicaciones se volvió hacia Reinhard y gritó: "¡Excelencia! Comunicado del Almirante
Wittenfelt-está solicitando refuerzos inmediatos."

"¿Refuerzos?"

El oficial de comunicaciones retrocedió ante la respuesta punzante del joven mariscal de pelo dorado.

"Sí, Excelencia, refuerzos. El almirante dice que va a perder si las condiciones de la batalla siguen
empeorando así".

El tacón de la bota de Reinhard resonó duramente contra el suelo. Si hubiera habido una silla de
estación no asegurada cerca, probablemente la habría pateado.

"¿En qué está pensando?" Gritó Reinhard. "¿Que puedo sacar una flota de naves estelares de mi
sombrero mágico?"

Un instante después, sin embargo, tenía su ira bajo control. Un comandante supremo tenía que
mantener la calma en todo momento.

"Mensaje a Wittenfelt: 'El Comando Supremo no tiene fuerzas sobrantes. Si enviamos naves de las
otras líneas de batalla, toda la formación se desequilibrará. "Usa tus fuerzas actuales para defender tu
posición con tu vida y cumplir con tus deberes como guerrero".”

Tan pronto como cerró la boca, emitió una nueva orden.

"Interrumpid todas las comunicaciones con Wittenfelt. Si el enemigo se da cuenta de eso, se dará
cuenta de la difícil situación en la que nos encontramos".

Los ojos de Oberstein siguieron a Reinhard mientras este volvía su mirada hacia la pantalla.

Duro y frío, pero la decisión apropiada, pensó el jefe de personal de pelo plateado. Sin embargo,
¿podría tomar la misma acción hacia cualquier hombre, sin respeto a la persona? Un verdadero
conquistador no debe tener vacas sagradas que no esté dispuesto a convertir en hamburguesas...

"Lo están haciendo bien, ¿no?" Reinhard murmuró mientras miraba la pantalla. "Ambos lados, quiero
decir."

Aunque su mando supremo estaba muy lejos de la retaguardia y su estructura de mando general
carecía de fluidez, las fuerzas de la alianza estaban librando una buena batalla. Las maniobras de la
Decimotercera Flota fueron particularmente impresionantes. Yang Wen-li era su comandante,
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 207
Reinhard lo había oído. A menudo se decía que un gran general nunca tenía tropas débiles.
¿Aparecería ese hombre siempre de pie en el camino que debía recorrer?

Reinhard miró inconscientemente a Oberstein.

"¿Ha llegado Kircheis ya?"

“¿Todavía no”

El jefe de personal respondió de forma simple pero directa, pero entonces formuló una pregunta, que
intencionalmente o no tenía un deje de sarcasmo. “¿Está preocupado, excelencia?”

“Nada por el estilo, solo estaba comprobando”

Evitando así la pregunta, Reinhard cerró su boca y miró fijamente la pantalla.

En ese momento, Kircheis , que lideraba una enorme fuerza que ascendía a un 30% de la flota al
completo, tomaba un gran desvío, rodeando el sol del sistema Amritzer para situarse en el flanco de
las fuerzas de la alianza.

“Llevamos un poco mas tarde de lo previsto, ¡Vamos”!

Para escapar a la detección de las fuerzas de la alianza, el regimiento de Kircheis volaba cerca de la
superficie del sol, pero sus sistemas de navegación se habían visto afectados por unos campos
magnéticos y gravitacionales más poderosos de lo previsto, hasta el punto de que los
astrónavegadores se habían visto obligados a trazar los cursos utilizando calculadoras percom
primitivas. Por eso sus fuerzas habían perdido velocidad, aunque ahora finalmente habían alcanzado
la región del espacio a la que se dirigían originariamente.

En la parte trasera de las fuerzas de la alianza había un profundo y amplio campo minado.

Incluso si las fuerzas imperiales dieran la vuelta a su popa, encontrarían su avance bloqueado por
cuarenta millones de minas de fusión. Eso es lo que creían los líderes de la alianza. Yang no estaba del
todo convencido, pero pensó que, aunque el enemigo tuviera un medio eficaz para atravesar las
minas, no podría hacerlo rápidamente, por lo que sería posible preparar una formación para
contraatacar en el momento en que llegaran al espacio de batalla.

Sin embargo, las tácticas del imperio superaron incluso las expectativas de Yang.

La orden de Kircheis fue transmitida por la cadena de mando: "Liberar partículas de Céfiro
direccionales".

El ejército imperial, un paso por delante de las Fuerzas Armadas de la Alianza, había logrado
desarrollar partículas Céfiro que podían apuntar en una sola dirección. ¿Su primer despliegue? Esta
batalla, ese momento.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 208


Llevados por naves espías, tres dispositivos de emisión en forma de tubo se acercaron al campo
minado.

"Háganlo rápido", dijo en voz alta el capitán Horst Sinzer, uno de los oficiales del Estado Mayor, "o tal
vez no queden enemigos para nosotros".

Kircheis mostró el amago de una sonrisa irónica.

Las partículas densamente agrupadas penetraron en el campo minado como un pilar de nubes en el
medio interestelar. Los sistemas de detección de calor y masa con los que estaban equipadas las
minas no reaccionaron ante ellos.

"Las partículas de Céfiro han penetrado hasta el otro lado del campo minado."

"Muy bien. ¡Enciéndelas!"

Al grito de Kircheis, la nave líder apuntó cuidadosamente tres cañones de haz, cada uno en una
dirección diferente, y disparó.

Un instante después, el campo minado fue atravesado por tres enormes columnas de fuego. Después
de que se apagara la luz candente, se abrieron agujeros a través del campo minado en tres lugares.

Tres pasadizos en forma de túnel -doscientos kilómetros de diámetro y trescientos mil kilómetros de
largo- habían sido creados en medio del campo minado en muy poco tiempo.

"¡Todas las naves, a la carga! ¡Máxima velocidad de combate!"

Impulsados por las órdenes del joven almirante pelirrojo, las treinta mil naves bajo su mando
atravesaron en carrera los túneles como enjambres de cometas y cayeron sobre la retaguardia
indefensa de la alianza.

"Gran fuerza enemiga avistada a popa".

El enjambre de objetos luminiscentes era tan grande que era imposible determinar su número, e
incluso mientras los operadores de la alianza los detectaban y gritaban alarmados, agujero tras
agujero comenzaba a abrirse en las filas de la alianza debido a los disparos de cañón de la vanguardia
del regimiento de Kircheis.

Asombrados, los comandantes de las fuerzas de la alianza perdieron el juicio. Su terror y confusión,
amplificados muchas veces, infectaron a sus tripulaciones, y en ese instante, las líneas de la alianza se
derrumbaron.

Las naves rompieron filas, y las fuerzas imperiales hicieron llover disparos de cañón contra las naves
de la alianza, que comenzaron a dispersarse en desorden, golpeándolos despiadadamente,
rompiéndolas en pedazos. El vencedor y los vencidos habían sido decididos.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 209


Yang miró en silencio a la vista de sus aliados en plena huida. Simplemente es imposible que los seres
humanos puedan anticipar todas las situaciones, se dio cuenta tarde.

"¿Qué hacemos, comandante?" preguntó Patrichev, haciendo un fuerte ruido mientras tragaba con
fuerza.

"Hum... Es demasiado pronto para huir", contestó con una voz que de alguna manera sonaba como si
se estuviera hablando a sí mismo.

Por otra parte, la victoria estaba en el aire en la cresta de la insignia imperial Brünhilde.

"Nunca había visto cientos de miles de naves listos para volar". La voz de Reinhard era como la de un
joven mientras sonaba. Oberstein respondió en forma prosaica:

"¿Deberíamos adelantar el buque insignia, Excelencia?"

"No, no lo hagamos. Si yo intercediera en este momento, se me acusaría de robar a mis subordinados


la oportunidad de distinguirse".

Era una broma, por supuesto, y demostraba como de cómodo estaba Reinhard en ese momento.

Aunque la batalla en sí iba a echar el telón, la intensidad de la matanza y la destrucción no mostraban


signos de disminuir. Los ataques fanáticos y los contraataques desesperados se repetían una y otra
vez, y en los bolsillos localizados había incluso unidades imperiales que se encontraban en desventaja.

A estas alturas, nadie pensaba en cuanto significado había en la victoria táctica; los que tenían la
victoria ante ellos aparentemente se esforzaban por hacerla más completa, mientras que los que
estaban al borde de la derrota parecían estar rezando para que pudieran expiar su ignominia, incluso
si se llevaban a otro soldado enemigo con ellos.

Pero lo que sangraba a las victoriosas fuerzas imperiales incluso más que el intenso combate era la
resistencia organizada de Yang Wen-li, que se quedaba en el campo de batalla para que sus aliados
pudieran escapar a territorio seguro.

Su técnica consistía en concentrar su poder de fuego en regiones localizadas para dividir la fuerza de
la fuerza del imperio e interrumpir su cadena de mando para después dar golpes a las fuerzas
separadas de forma individual.

Los sentimientos embriagadores que hicieron noble y trágica belleza de la autodestrucción y de las
joyas destrozadas, eran totalmente ajenos a Yang. Mientras cubría la huida de sus compatriotas,
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 210
también estaba asegurando una ruta de salida para sus propias fuerzas y esperando su oportunidad
de retirarse.

Oberstein, mirando de un lado a otro entre la pantalla principal y el panel táctico de la computadora,
advirtió a Reinhard: "Alguien necesita reforzar al Almirante Wittenfelt- Bien sea el Almirante Kircheis
o cualquiera otro. Ese comandante enemigo está apuntando a la parte más débil de la envoltura. Está
planeando abrirse paso con un empujón repentino. A diferencia de antes, nuestras fuerzas pueden
permitirse el lujo de prescindir de algunas naves ahora, y deberían hacerlo".

Reinhard se rascó su cabello dorado y rápidamente cambió su mirada: a la pantalla, a varios paneles
diferentes, y a la cara de su jefe de personal.

"Tienes razón. Aun así, Maldito ese Wittenfelt-su fracaso fue sólo suyo. ¡Maldito sea para siempre por
ello!"

Las órdenes de Reinhard saltaron por el vacío a través de FTL. Al recibirlos, Kircheis extendió sus filas,
intentando desplegar otra línea de defensa en la retaguardia del regimiento de Wittenfelt.

Yang, que había estado esperando su oportunidad de retirarse, se dio cuenta de este movimiento de
las fuerzas imperiales y por un instante sintió que su sangre había dejado de fluir. ¡Su salida se estaba
cerrando! ¿Había llegado demasiado tarde? ¿Debería haber escapado antes?

Sin embargo, la suerte estaba del lado de Yang en esto.

Al ver el repentino movimiento del regimiento de Kircheis, los acorazados de la alianza que se
encontraban en el camino de ese avance fueron capturados con pánico, y sin prestar atención al
hecho de que estaban cerca de grandes masas, realizaron un salto warp.

Esto no fue necesariamente un hecho inusual. Las naves estelares que sabían que era imposible huir a
veces elegían el miedo a lo desconocido por encima de una muerte segura y huían al subespacio con
cursos imposibles de computar. Cuando la huida era imposible, la rendición también era una opción, y
la señal para indicar tal intención también era conocida por ambas partes. Pero a veces la gente
sumida en un frenesí de terror no pensaba en eso. Nadie sabía qué tipo de destino les esperaba a los
que huían al subespacio. Era como el mundo de los muertos; no había consenso.

Sin embargo, eligieron su destino con sus propias manos, y para los demás, esto significó una grave
desgracia. Los operadores de todos los regimientos de la flota imperial gritaron advertencias a todo
pulmón al detectar que las naves que se encontraban por delante de la formación estaban
desapareciendo, acompañadas de la erupción de violentas perturbaciones en el espacio-tiempo. Esos
gritos se superponían a las órdenes gritadas de maniobras evasivas. La mitad delantera de la flota
quedó atrapada en esas ondulaciones caóticas, y varias naves chocaron en medio de la confusión.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 211


Por esta razón, Kircheis tuvo que dedicar tiempo a reorganizar su flota, lo que significó que se le
dieron valiosos minutos a Yang.

Wittenfelt, deseoso de recuperar su honor, lideraba a un número numéricamente inferior de


subordinados en valerosa batalla. Sin embargo, cada movimiento que hacía era en respuesta a un
enemigo que aparecía frente a él, no con la vista puesta en la marea de la batalla en su conjunto.

Si hubiera estado prestando atención a los movimientos de Kircheis, podría haber sido capaz de
adivinar lo que Yang estaba planeaba, incluso con las comunicaciones con Reinhard cortadas, y así
cortar efectivamente el camino de retirada de Yang. Sin embargo, al carecer de una conexión orgánica
con sus aliados, su fuerza era simplemente una unidad numéricamente más pequeña y nada más.

Ese fue el estado del regimiento de Wittenfelt cuando Yang de repente golpeó con toda la fuerza que
le quedaba.

En su afán por compensar su error anterior, Wittenfelt estaba lleno de espíritu de lucha, y también
era un hábil comandante. Pero en ese momento, también sufría de una falta crítica de la fuerza
necesaria para aprovechar al máximo esas cualidades. Y tampoco tenía tiempo.

En el espacio de un instante, las naves que se encontraban a pocas filas del buque insignia de
Wittenfelt habían sido atravesadas y destruidas. Aun así, el comandante seguía pidiendo a gritos un
contraataque, y si los oficiales de Estado Mayor como el Capitán Eugen no lo hubieran detenido, sus
fuerzas probablemente habrían enfrentado una aniquilación literal.

Yang llevó a la decimotercera flota de las Fuerzas Armadas de la Alianza fuera del campo de batalla a
lo largo de la ruta de escape que había asegurado. Tanto Reinhard como Wittenfelt miraban mientras
ese río de luces fluía hacia la distancia, todavía en orden: Wittenfelt desde cerca en un silencio
aturdido, Reinhard desde lejos, temblando de rabia y decepción.

En el espacio entre ellos estaban Mittermeier, Reuentahl y Kircheis, el último de los cuales había
tenido que renunciar a bloquear su retirada. Esos tres jóvenes y capaces almirantes abrieron canales
de comunicación y comenzaron a hablar entre sí.

"Las fuerzas rebeldes tienen un buen comandante."

Mittermeier lo alabó con un tono de voz directo, y Reuentahl estuvo de acuerdo.

"Sí, estoy deseando volver a verle."

Reuentahl era un hombre muy guapo. Su pelo castaño oscuro era casi negro, pero lo que sorprendía a
la gente cuando lo conocía por primera vez era el hecho de que sus ojos eran de diferentes colores. Su
ojo derecho era negro y su ojo izquierdo azul. Se trataba de una condición fisiológica llamada
heterocromía.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 212


Nadie dijo: "Vamos tras ellos".
Todos sabían que la última oportunidad se había perdido y tenían el sentido común suficiente para no
perseguirlos demasiado. La sed de batalla por sí sola no podía mantenerlos vivos, ni tampoco podía
mantener vivos a sus subordinados.
"Las fuerzas rebeldes han sido expulsadas del territorio imperial, y probablemente huirán a Iserlohn.
Eso es suficiente victoria por el momento. No van a tener ganas de lanzar otra invasión durante un
buen rato y probablemente hayan perdido la fuerza para hacerlo".
Esta vez fue Mittermeier quien asintió con la cabeza ante las palabras de Reuentahl.
Kircheis seguía con los ojos las luces que desaparecían. ¿Qué pensaría Reinhard? Se preguntó. Al igual
que en la batalla de Astarté, su victoria perfecta fue arrojada al suelo en la última etapa. No va a estar
de un humor tan magnánimo como la última vez, ¿verdad?
"Mensaje del Comando Supremo" dijo el oficial de comunicaciones. "Regresen mientras se encargan
de los rezagados. ”

II
“Caballeros, todos han realizado un trabajo soberbio “En el puente de la nave insignia Brünhilde,
Reinhard expresó su agradecimiento a sus almirantes, que estaban de regreso.

Estrechó las manos de Reuentahl, Mittermeier, Kempf, Mecklinger, Wahlen y Lutz, alabando sus
heroicas hazañas y prometiéndoles ascensos. En el caso de Kircheis, simplemente le tocó el hombro
izquierdo sin decir nada, pero entre ellos dos, eso era suficiente.

Fue entonces cuando Oberstein le informó acerca del regreso de Wittenfelt a la nave insignia, que la
sombra de la incomodidad afectó a la grácil templanza del joven mariscal imperial.

El regimiento de Fritz Josef Wittenfelt, si podía todavía ser llamado así- apenas había regresado con
las cabezas gachas. Ningún otro en la marina imperial había perdido más subordinados y naves en esa
batalla que él. Sus colegas Reuentahl y Mittermeier habían estado en las zonas donde el combate
había sido más denso, así que por su parte era imposible delegar la culpa en otros por sus grandes
pérdidas.

La alegría de la victoria se convirtió en un silencio incómodo. Con la cara pálida, Wittenfelt se acercó a
su oficial superior y, como si se estuviera preparando para lo peor, bajó la cabeza.

"Aquí es donde quiero decir que la batalla está ganada, y tú también luchaste heroicamente, pero ni
siquiera puedo hacerlo."

La voz de Reinhard sonó como el chasquido de un látigo. Valientes almirantes que no moverían
siquiera una ceja frente a una enorme flota enemiga se agarraron inconscientemente el cuello, tras
sentir un escalofrío.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 213


"Comprende esto: impaciente por la gloria, te adelantas en un momento en que no debías haber
avanzado. Ese paso en falso podría haber desequilibrado toda nuestra línea de batalla, y nuestra flota
podría haber sido derrotada antes de que llegase la otra fuerza. Además, ha hecho un daño
innecesario a los militares de Su Majestad Imperial. ¿Tienes alguna objeción a lo que acabo de decir?"

"Ninguna, excelencia"

Su respuesta fue de tono bajo y desprovisto de espíritu. Reinhard respiró una vez y luego continuó.

"Un clan de guerreros se mantiene recompensando a los buenos y castigando a los que fracasan.
Cuando volvamos a Odín, te haré responsable. Pondré a su regimiento bajo el mando del Almirante
Kircheis. Usted mismo está confinado a sus aposentos."

Todo el mundo debe haber estado pensando, Eso fue duro. Un movimiento sin palabras se levantó
como una nube, hasta que Reinhard la cortó con la palabra "¡Retírese!”, y comenzó a encaminarse a
sus dependencias, a grandes zancadas.

Los colegas del desafortunado Wittenfelt se reunieron a su alrededor y comenzaron a decir palabras
de aliento. Kircheis los miró y luego siguió a Reinhard. Mientras lo hacía, fue observado
cuidadosamente por Oberstein.

Es un hombre capaz, se dijo en silencio el jefe de personal, pero será problemático si su relación con
el conde Lohengramm llega a ser vista como una relación de privilegio excesivo. Un conquistador no
debe estar atado por sentimientos personales.

En un pasillo vacío que sólo conducía a las habitaciones privadas del comandante supremo, Kircheis
alcanzó a Reinhard y lo llamó.

"Excelencia, por favor, reconsidérelo."

Reinhard se giró con una energía feroz. Un fuego ardía en sus ojos azules como el hielo. La ira que
había estado reteniendo frente a otros, ahora iba a estallar.

"¿Por qué quieres detenerme? Wittenfelt no cumplió con sus propias responsabilidades. No tiene
sentido defender su caso. Es natural que sea castigado".

"Excelencia, ¿está enfadado ahora mismo?"

"¿Y qué si lo estoy?"

"Lo que te estoy preguntando es: ¿qué es lo que te tiene tan enfadado?"

Incapaz de entender su significado, Reinhard miró hacia atrás a la cara de su amigo pelirrojo. Kircheis
aceptó tranquilamente su mirada.

"Excelencia…"
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 214
"Basta con el 'Excelencia',' ya, ¿qué quieres decir? Dímelo claramente, Kircheis".

"En ese caso, Lord Reinhard, ¿es realmente por el fracaso de Wittenfelt por lo que está enfadado?"

"¿No es obvio?"

"No creo que lo sea, Lord Reinhard. Tu enfado está realmente dirigido hacia ti mismo. A usted, que ha
asegurado la reputación del Almirante Yang. Wittenfelt solamente está atrapado en el fuego
cruzado".

Reinhard empezó a decir algo, pero luego se lo tragó. Un temblor nervioso corrió a través de sus
puños cerrados. Kircheis lanzó un suspiro ligero y miró sin pensar al joven de cabello dorado, con los
ojos llenos de amabilidad y consideración.

"¿Es realmente tan enloquecedor haber hecho del Almirante Yang un héroe?"

"¡Por supuesto que lo es!" Gritó Reinhard, aplaudiendo con las dos manos juntas. "Me las arreglé para
soportarlo en Astarté. ¡Pero ya son dos veces seguidas y ya he tenido suficiente! ¿Por qué siempre
aparece justo cuando estoy al borde de la victoria total y completa, para interponerse en mi camino?"

"Probablemente él también tenga sus quejas. Como: "¿Por qué no puedo enfrentarme al conde
Lohengramm al comienzo de la batalla?".

Sobre esto, Reinhard no dijo nada.

"Lord Reinhard, por favor entienda que el camino no es nivelado y suave. ¿No es obvio que habrá
dificultades a lo largo del camino para subir a los asientos más altos? El Almirante Yang no es el único
obstáculo en su camino de conquista. ¿Realmente crees que por ti mismo puedes encargarte de
todos?"

Para eso Reinhard no tenía respuesta.

"No puedes ganarte el corazón de los demás ignorando sus muchos logros por un solo error. Con el
Almirante Yang delante de ti y los nobles a tus espaldas, ya tienes dos poderosos enemigos. Además
de eso, estás haciendo enemigos incluso dentro de tus propias filas ahora."

Durante un instante, Reinhard no hizo el más mínimo movimiento, pero al fin, con un profundo
suspiro, la fuerza se fue de su cuerpo.

"Está bien", dijo. "Estaba equivocado. No castigaré a Wittenfelt".

Kircheis inclinó la cabeza. No fue sólo por el propio Wittenfelt que se sintió tan aliviado. También le
alegró saber con seguridad que Reinhard tenía la amplitud de mente para aceptar palabras francas de
reproche.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 215


"¿Podrías decírselo a él de mi parte?"

"No, eso no servirá."

Ante la pronta negativa de Kircheis, Reinhard reconoció lo que quería decir y asintió con la cabeza.

"Eso es cierto. No tendrá sentido si no se lo digo yo mismo".

Si Kircheis comunicara la intención de Reinhard de perdonar, Wittenfelt -que había sido reprendido
por Reinhard- probablemente seguiría guardándole rencor, mientras sentía gratitud hacia Kircheis. La
psicología humana era así. Por esa razón, la indulgencia de Reinhard no habría tenido sentido en
última instancia, razón por la cual Kircheis se había negado. Reinhard comenzó a girar sobre sus
talones, pero luego se detuvo y habló una vez más con su amigo y ayudante de confianza.

"¿Kircheis?”

"¿Sí, Lord Reinhard?"

"... ¿Crees que puedo tomar este universo y hacerlo mío?"

Siegfried Kircheis miró directamente a los ojos azules como el hielo de su querido amigo.

"¿A quién sino a Lord Reinhard se le podría conceder tal deseo?

Las fuerzas de la Alianza de Planetas Libres habían formado en filas de remanentes amedrentados y se
habían puesto en camino hacia Iserlohn.Los muertos y los desaparecidos se estimaban en
aproximadamente veinte millones. Los números de sus computadoras estremecieron los corazones
de los sobrevivientes. En medio de la lucha a vida o muerte, sólo la Decimotercera Flota había
preservado viva a la mayoría de su tripulación.Yang, el mago, había obrado un milagro incluso aquí, y
una luz similar a la fe religiosa brillaba en los ojos de sus subordinados mientras miraban al joven
almirante de pelo negro.

El objeto de esa confianza absoluta estaba en el puente del buque insignia Hyperion. Ambas piernas
estaban mal apoyadas sobre su consola de mando, los dedos entrelazados de ambas manos
descansaban sobre su estómago, y sus ojos estaban cerrados. Bajo su piel joven, se había estancado
una pesada sombra de cansancio.

"Excelencia…"

Se abrió los ojos y vio a su ayudante, la subteniente Frederica Greenhill, un poco indecisa. Yang puso
una mano sobre su boina negra del uniforme.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 216
"Discúlpeme, actuando así delante de una dama."

"Está bien. Pensé que podría traerte un poco de café o algo. ¿Qué te gustaría?"

"Un té estaría bien."

"Sí, señor."

"Con mucho brandy, si es posible."

"Sí, señor."

Frederica estaba a punto de empezar a alejarse cuando Yang la llamó inesperadamente.

"Subteniente... he estudiado un poco de historia. Así es como aprendí esto: En la sociedad humana,
hay dos escuelas principales de pensamiento. Una dice que hay cosas que son más valiosas que la
vida, y el otro dice que nada es más importante. Cuando la gente va a la guerra, usa la primera como
excusa, y cuando deja de pelear, da la segunda como razón. Eso ha estado sucediendo por incontables
siglos... por incontables milenios..."

Frederica, sin saber cómo responder, no respondió.

"¿Crees que tenemos incontables milenios de eso por delante?"

"Excelencia…"

"No, no importa la raza humana en su conjunto. ¿Hay algo que pueda hacer para que toda la sangre
que he derramado valga la pena?"

Frederica se quedó ahí parada, incapaz de responder. De repente, Yang parecía ligeramente
desconcertado, como si hubiera notado su incomodidad.

"Lo siento, fue una cosa rara de decir. No lo pienses más".

"No, está bien. Iré a hacer té con un poco de brandy, ¿no?"

"Con mucho".

"Sí, señor, con mucho".

Yang se preguntaba si Frederica le dejaba tomar brandy como recompensa, aunque no la miraba
cuando ella se iba. Volvió a cerrar los ojos y se murmuró para sí mismo:

"¿Podría el Conde Lohengramm aspirar a convertirse en un segundo Rudolf...?"

Por supuesto, nadie respondió.

Cuando Frederica regresó llevando una bandeja con el té, Yang Wen-li estaba profundamente
dormido en esa misma posición, con su boina apoyada en la parte superior de su cara.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 217
Capítulo 10. Un nuevo prologo
I
La serie de batallas que habían llegado a conocerse como la Batalla de Amritzer -basada en el nombre
de la región estelar en que tuvo lugar el encuentro final- había concluido con una derrota total de los
militares de la Alianza de Planetas Libres. La fuerza expedicionaria de la alianza abandonó por
completo los más de doscientos sistemas estelares fronterizos que, gracias a la retirada estratégica
del Imperio Galáctico, habían ocupado temporalmente, y apenas lograron asegurar su primer premio
del conflicto: la Fortaleza Iserlohn.

La alianza había movilizado una fuerza de más de treinta millones de personas, pero los
supervivientes que regresaron a sus hogares vía Iserlohn eran menos de diez millones, y el porcentaje
de los que no regresaron fue de un desastroso 70 por ciento.

Esta derrota naturalmente proyectó una inmensa sombra sobre cada faceta de la política, economía,
sociedad y el ejército de la alianza. Las autoridades financieras se volvieron pálidas al calcular los
gastos hasta el momento y los gastos por venir -incluidos los pagos de sumas globales a las familias en
duelo, así como las pensiones. Las pérdidas sufridas en Astarté no habían sido nada comparadas con
esto.

Una lluvia de críticas y censuras contra el gobierno y los militares de familias afligidas y la facción
antibélica por haber lanzado una campaña tan temeraria. La ira de los ciudadanos que habían perdido
a padres e hijos a causa de una estrategia electoral trivial y el ansia histérica de ascenso de un oficial
de Estado Mayor hizo caer al gobierno y a los militares al suelo.

Entre la facción proguerra, incluso ahora había apologistas que defendían la invasión, diciendo:
"Hablas del gran costo en vidas y tesoros, pero hay cosas dignas de mayor consideración que éstas.
No debemos caer en ideologías cansadas de la guerra basadas en la emoción".

Sin embargo, no podían hacer nada más que callarse mientras las respuestas los arrinconaban:

"¡No importa el dinero! ¿De qué están hablando exactamente que valga más que las vidas humanas?
¿Proteger a los que están en el poder? ¿Ambición militar? Entonces, ¿estás diciendo que mientras
veinte millones de soldados derramaban su sangre por nada -mientras que un número mucho mayor
a ese derramaba lágrimas por ellos en su país de origen-, la vida humana no era algo que mereciera
respeto?

La facción a favor de la guerra no pudo responder, porque aparte de un número muy pequeño de
personas sin conciencia, todos se sintieron de alguna manera avergonzados por el simple hecho de
que vivían en condiciones de seguridad.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 218


Los miembros del alto consejo de la alianza presentaron sus dimisiones en masa. La popularidad de la
facción proguerra se desplomó, lo que significaba que la facción pacifista ganó popularidad en la
misma medida. Los tres consejeros que votaron en contra de la invasión fueron alabados por su
visión, y el Consejero Trünicht fue nombrado jefe interino de la administración, ocupando ese cargo
hasta las elecciones del año siguiente.

En el estudio en su casa, Trünicht levantó una copa para celebrar su propia previsión. No tendría que
esperar mucho más antes de que la palabra "interino" desapareciera del título.

En el ejército, el mariscal Stolet, director del Cuartel General de Operaciones Conjuntas, y el mariscal
Lobos, comandante en jefe de la armada espacial, renunciaron a la vez. Había un rumor que decía que
Lobos, a través de sus propios fracasos, había arruinado a su rival Stolet.

El Vicealmirante Uranff y el Vicealmirante Borodin, los dos comandantes de flota que habían muerto
valientemente en el campo de batalla, recibieron promociones dobles especiales y se les otorgó
póstumamente el rango de mariscal. En el ejército de la alianza, no había rango de Alto almirante, y
mariscal era el siguiente en la jerarquía por encima del almirante completo.

El Almirante Greenhill fue trasladado a la secretaría general del Comité de Defensa, donde, como
director de investigaciones de campo, fue expulsado de la primera línea del esfuerzo por
contrarrestar las actividades militares del imperio.

El Contraalmirante Cazellnu también fue transferido y partió de la capital de Heinessen para


convertirse en comandante de la Base de Abastecimiento 14, ubicada dentro del territorio de la
alianza. Alguien tenía que asumir la responsabilidad por el fracaso del esfuerzo de suministro en la
batalla de Amritsar. Dejando a su familia en la capital, partió hacia una tierra fronteriza a quinientos
años luz de distancia. Su esposa tomó a sus dos hijas pequeñas y se mudó de nuevo con sus padres.

Después de recuperarse, se le ordenó al Contraalmirante Fork que se uniera a la reserva, y allí parecía
que su ambición había llegado a su fin. Todo ello provocó una alarmante escasez de recursos
humanos en la dirección de las Fuerzas Armadas de la Alianza. ¿Quién podía llenar esos asientos?

Asumiendo el puesto de director en el Cuartel General Conjunto -y siendo ascendido en el proceso de


vicealmirante a almirante- fue Cubresly, quien había servido hasta ese momento como comandante
de la Primera Flota.

Como no había participado en las batallas de Astarté o Amritsar, no era responsable de las derrotas.

Había construido un sólido registro de resultados en la provisión de seguridad para la capital y la


defensa del orden público a nivel nacional, así como en su papel tradicional de reprimir las
organizaciones de piratería espacial y mantener la seguridad de las rutas de navegación. Se había
graduado con excelentes calificaciones en la Academia de Oficiales, donde se le consideraba como un

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 219


hecho que un día llegaría a la cima más alta de las fuerzas armadas. Esa predicción se había hecho
realidad a una velocidad con la que el hombre nunca había soñado.

Reemplazando a Cubresly como comandante de la Primera Flota estaba la Vicealmirante Paetta, que
se había estado recuperando de sus heridas en la Batalla de Astarté.

Bucock fue instalado como comandante en jefe de la armada espacial y, naturalmente, ascendido a
almirante en el proceso. Este experimentado almirante por fin había ocupaba un puesto digno de su
experiencia, y su nombramiento fue muy elogiado tanto dentro como fuera de las fuerzas armadas.
No importaba lo famoso que pudiera haber sido Bucock, había trabajado su camino desde que se
enroló como un mero soldado raso, y sin que las circunstancias hubieran sido las que eran,
probablemente nunca habría llegado a ser comandante en jefe de la armada espacial. En ese sentido,
algo irónicamente positivo había salido de la desgracia de esa miserable derrota.

La forma en que Yang Wen-li iba a ser recompensado no se decidió de inmediato.

Había traído vivo a casa a más del 70 % del personal de la Decimotercera Flota, una tasa de
supervivencia muy superior a la de cualquier otro regimiento de la fuerza expedicionaria. Nadie
habría podido acusarle de haberse escondido en algún lugar seguro. La Decimotercera Flota había
estado en medio de intensos combates todo el tiempo y había permanecido en el campo de batalla
hasta el final, dándolo todo para que los aliados pudiesen escapar.

Cubresly esperaba hacer de Yang su jefe de personal en el Cuartel General. Bucock le había dicho a
Yang directamente y con certeza él prepararía el puesto de jefe de estado mayor de la armada
espacial para él.

Por otro lado, la tripulación de las naves de la Decimotercera Flota ya no podía imaginar tener ningún
comandante más que Yang sobre ellos. Como dijo acertadamente Schenkopp: "Los soldados quieren
un comandante que tenga habilidad y suerte. Para ellos, esa es la mejor manera de sobrevivir".

Mientras las cosas estaban todavía en el aire sobre su siguiente destino, Yang se tomó unas largas
vacaciones y se marchó al planeta Mithra. Las cosas eran tales que, si se quedaba en su residencia
oficial en Heinessen, no podría poner un pie fuera de su puerta sin ser atestado por civiles y
periodistas que querían conocer al héroe invicto, y con su visiofono sonando constantemente
también, era imposible tener algo de descanso.

Su transmisor de texto comenzó a escupir letras, que llegaban con segundos de diferencia. Una de
ellas fue una breve nota del cuartel general del Cuerpo de Caballeros Patrióticos - "Extendemos
nuestras alabanzas a un gran almirante de nuestra amada patria"- ante la cual, Yang se echó a reír a
carcajadas, mientras que una proveniente de la madre de un soldado de la Decimotercera Flota que
había sido asesinado en combate -"Tú también eres amigo y aliado de los asesinos", lo dejó

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 220


profundamente desanimado. En realidad, eran sólo seis de una docena y media de la otra. El honor y
la gloria eran cosas que sólo se construían sobre los cadáveres apilados de soldados desconocidos....

Julian había propuesto la escapada de vacaciones porque sentía que tenía que hacer algo. Además de
sentirse deprimido, Yang había aumentado drásticamente su consumo de alcohol. Yang no era del
tipo que se emborrachaba y hacía cosas malas, como perturbar la paz o meterse en peleas, pero
tampoco bebía por placer, y no había forma de que su nivel de consumo pudiera ser bueno para su
salud.

Yang, tal vez con cierto grado de autoconciencia al respecto, aceptó mansamente la sugerencia de
Julian. Yang pasó tres semanas rodeado de una exuberante y verde belleza natural, perdió su interés
por el alcohol y regresó a la capital para encontrar su carta de nombramiento esperándole.

Comandante de la fortaleza Iserlohn/ comandante de la flota patrullera de Iserlohn/ Miembro del


consejo supremo de personal de las fuerzas armadas aliadas.

Ese era el nuevo estatus que Yang Wen-Li había recibido. También fue ascendido a Almirante. Había
cierto número de ejemplos pasados de gente que había alcanzado el Almirantazgo antes de los
treinta, pero esta era la primera vez que alguien había sido ascendido por los tres rangos del
almirantazgo en apenas un año.

Debido a que la flota patrullera de Iserlohn se había creado al combinar los remanentes de la décima
y la decimotercera, el termino común para denominarla, “La flota de Yang”, fue hecho oficial.

Era justo decir que las fuerzas armadas de la alianza habían mostrado su mayor aprecio hacia el joven
héroe nacional. Sin embargo, todo eso era todo lo contrario de lo que Yang realmente quería. Había
esperado poder retirarse, en lugar de recibir ascensos, y optar a una vida pacífica como civil en lugar
de alcanzar el honor como un guerrero. Y, aun así, Yang partió a Iserlohn, donde pasó a tomar el
mando de la línea de defensa frontal de la Alianza.

Naturalmente, esto puso fin a su vida en Heinessen, y la pregunta de qué hacer con el joven Julian le
dio a Yang muchos quebraderos de cabeza. Él había pensado pedirle a la familia de la señora Cazellnu
que se hicieran cargo de él, pero Julián nunca había tenido la menor intención de dejar el lado de
Yang.

Desde el mismo comienzo, Julián había decidido acompañar a su guardián. Yang le vio prepararse, y
pese a albergar algunas dudas, decidió llevarle con él en última instancia. Eventualmente, alguien
sería asignado a Yang para cuidar de sus necesidades personales, y si ese era el caso, entonces dejar
ese trabajo a Julian le parecía algo más cómodo. Aunque no quería causar que el chico caminara por
el mismo camino que él, tampoco quería separarse de él. Julian se convirtió en un trabajador civil
para el ejército, y se le dio un estatus equivalente al de un soldado de primera clase. También recibía
un salario.
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 221
Naturalmente, sin embargo, no solamente Julian siguió a Yang hasta Iserlohn.

Su ayudante personal era Frederica Greenhill. El vicecomandante de la flota patrullera de Iserlohn era
Fischer. Schenkopp era comandante de defensa de la fortaleza. Murai y Patrichev le acompañaban
como oficiales de personal, así como Lao, que había ayudado a Yang en la batalla de Astarté. El
capitán de la primera división de defensa espacial de la fortaleza era Poplan. Además, los oficiales de
personal de la décima flota también fueron con él. La alineación de la flota de Yang poco a poco
tomaba forma.

Ahora, si puedo hacer que Cazellnu se encargue del papeleo, Pensó Yang, decidiendo llamarle tan
pronto como pudiera venir.

Lo que le inquietaba, sin embargo, eran los movimientos de la marina imperial. Aparte del Conde
Reinhard von Lohengramm, había otros almirantes- retoños de grandes casas nobles- que habían sido
inspirados por sus logros militares. ¿No estarían planeando incursiones incluso ahora, buscando
atacar en una oportunidad en la que la capacidad de contraataque de las fuerzas armadas aliadas se
había debilitado?

Afortunadamente dicha inquietud nunca se manifestó, puesto que una situación apremiante se había
alzado dentro del imperio galáctico, sin dejarle libertad para lanzar campañas distantes.

El Kaiser Friedrich IV había muerto de forma súbita.

II
Habiendo obtenido una victoria espectacular en Amritzer, Reinhard regresó a la capital imperial de
Odín para encontrar su superficie prácticamente enterrada bajo bosques de banderas de duelo.

¡La Muerte del Kaiser!

La causa de dicha muerte, se decía que había sido un infarto de miocardio. No solo el cuerpo del
Kaiser se había debilitado por los años de desenfreno y despreocupación de su propia salud; la línea
de sangre de la familia Goldenbaum misma se había vuelto oscura y lodosa, y había muerto de forma
súbita, como si estuviera intentando demostrar en qué clase de débiles e inferiores formas de vida se
había convertido su familia.

¿Friedrich está muerto? Murmuró Reinhard en su corazón, con una expresión tan sorprendida como
podría tener, mientras miraba fijamente a los almirantes reunidos bajo su mando. Infarto… ¿Muerte
natural? Desperdiciada en ese hombre. Si hubiera vivido otros cinco- no, dos años más-, entonces le
hubiera mostrado una muerte digna de sus muchos pecados.

Dirigió su mirada hacia Kircheis y se encontró con que sus ojos albergaban sentimientos similares. No
tan intensos como los de Reinhard, pero posiblemente más profundos. El hombre que diez años atrás
les había despojado de su amable y bella Annerose había muerto. Visto a través de la luz de los
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 222
recuerdos, todos esos años que habían dejado atrás, brillaban con un brillo abrumador y parecían
estar bailando salvajemente en torno a ellos…

“Excelencia” Dijo una voz increíblemente fría, que devolvió a Reinhard a la realidad. No era necesario
confirmar que era Oberstein.

“Friedrich está muerto y no hay sucesor nombrado”

Todos los almirantes, salvo Reinhard y Kircheis perdieron el aliento por un segundo, alarmados del
descaro con el que había despojado al Kaiser de sus títulos.

“¿Por qué estáis tan alarmados?” Dijo el oficial de personal mientras les miraba, con esos ojos
artificiales que emitían esa luz tan inorgánica. El único hombre al que profeso lealtad es el mariscal
imperial Reinhard von Lohengramm. Aunque hubiera sido Kaiser, Friedrich no merecía títulos
floridos”

Tras su declaración, Oberstein se giró para mirar a Reinhard.

“Excelencia, Friedrich ha muerto sin un sucesor. Claramente habrá una disputa sucesoria entre sus
tres nietos. Lo que se decida a corto plazo será solo temporal. Podría pasar antes o después, pero no
se decidirá sin sangre.”

“Tienes razón” Dijo Reinhard tras un momento.

El joven mariscal le asintió con la mirada de un fiero e inteligente maquinador.

“Y mi destino se determinará por aquel a que decida apoyar. Así que dime, entonces, ¿cuál de esos
hombres que acechan tras los tres nietos vendrán a extenderme su mano?”

“El Marques Lichtenlade probablemente. Los otros dos tienen fuerzas militares propias, mientras que
el marques Lichtenlade no. Buscará el apoyo de su excelencia con total seriedad.”

“Ya veo.” Los atractivos rasgos de Reinhard parecían brillar cuando mostraba una diferente clase de
sonrisa de aquella que reservaba a Kircheis. “En ese caso veamos a cuanto podemos alquilar nuestro
apoyo”

Era ampliamente esperado que el poder y la influencia del conde Reinhard von Lohengramm no se
verían poco afectadas por la súbita muerte del Kaiser. Sin embargo, el resultado había sido el
contrario debido a que Erwin Josef, el nieto de cinco años del Kaiser había sido reconocido como
próximo Kaiser por la mano del ministro de estado Lichtenlade. El niño era un descendiente directo de
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 223
Friedrich IV, así que no había nada particularmente inusual en la sucesión misma. Incluso así, era
demasiado joven para reinar y sobre todo no tenía respaldo de los poderosos nobles. Por esas
razones se pensaba que estaba en desventaja.

En un caso como ese, no hubiera sido inusual que Elisabeth von Braunschweig, la hija de 16 años del
Duque y la duquesa Braunschweig, o Sabine von Littenheim, la hija de 14 años del marqués y la
marquesa Littenheim, se convirtieran en Kaiserin con el respaldo del poder y el dinero de sus padres.
Había un numero de precedentes similar. Si fuera a pasar, el padre de una Kaiserin demasiado joven,
la ayudaría con toda seguridad como regente.

El duque Braunschweig y el Marques Littenheim tenían confianza y ambición, y así la situación dio
paso a unas maniobras extraoficiales pero muy enérgicas para hacer sus predicciones realidad.

En particular, apuntaban a poderosas familias aristocráticas con jóvenes hijos solteros, y los
cortejaban con sus maquinaciones “si apoyas a mi hija en su ascenso al trono- les decían- considerare
convertir a su hijo en consorte de la nueva Kaiserin.”

Si dichas promesas verbales tuvieran que ser estrictamente honradas, las dos nietas del Kaiser se
hubieran visto forzadas a desposarse con muchas docenas de maridos. Incluso si las niñas ya tenían
prometidos de su gusto, sus deseos indudablemente serían ignorados.

Sin embargo, era el Marques Lichtenlade quien administraba el sello imperial y la emisión de decretos
imperiales, y no tenía intenciones de permitir que poderosos parientes maternos convirtieran el
imperio en su propiedad privada.

Lichtenlade estaba preocupado de la dirección a la que se encaminaba el Imperio y por encima de


eso, le encantaba su propia posición y poder. Decidió presentar a Erwin Josef como heredero del
difunto heredero del Kaiser (ndt: o sea, que es hijo del príncipe Ludwig), pero el mero pensamiento
del gran poder esgrimido por aquellos que se oponían a su plan le dejaban con una imperiosa
necesidad de fortalecer su propia posición. Su perro guardián debía ser fuerte, y sobre todo fácil de
manejar.

Tras pensar mucho en el asunto, el marques se decidió por un hombre, aunque era difícil de decir
que el sujeto fuera fácil de manejar. De hecho, era un hombre bastante peligroso. Pero en términos
de fuerza bruta no podía poner pegas.

Así fue como el Conde Reinhard von Lohemgramm fue ascendido al rango de marqués por
Lichtenlade, quien a su vez se convirtió en Duque. Fue también, así como ocupó el cargo de
comandante en jefe de la armada espacial imperial. Cuando la ascensión de Erwin Josef al trono se

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 224


anunció al público, los nobles- comenzando por el mismo duque Braunschweig- pasaron a
decepcionarse, y más tarde a arder de furia.

Pero el eje de poder creado por un apretón de manos que, por razones mutuamente egoístas, había
sido intercambiado entre el duque Lichtenlade y el marqués Lohengramm resultó ser
sorprendentemente firme. Esto se debió a que el primero necesitaba la fuerza militar del segundo y
su popularidad entre los plebeyos, el segundo deseaba la autoridad del primero en el gobierno
nacional y su influencia en la corte, y ambos necesitaban utilizar al máximo la autoridad del nuevo
Kaiser para cimentar sus respectivas posiciones y poder.

Cuando se celebró la ceremonia de coronación de Erwin Josef II, los dos representantes de sus
vasallos jefe, juraron respetuosamente su lealtad al niño Kaiser, que se encontraba sentado en el
regazo de su niñera. En representación de las autoridades civiles estaba el duque Lichtenlade, que
asumió el cargo de regente, mientras que el representante de las autoridades militares era Reinhard.
Aunque les dolía hacerlo, los aristócratas, burócratas y oficiales militares reunidos no tuvieron más
remedio que reconocerlos como los dos pilares gemelos de este nuevo orden.

Los nobles de alta alcurnia que habían sido excluidos del nuevo orden estaban literalmente
rechinando los dientes. El duque Braunschweig y el marqués Littenheim estaban unidos por el odio
que compartían hacia él.

El duque Lichtenlade, pensaron, era un anciano agotado que debería haber terminado su papel en los
asuntos nacionales y salir del escenario con la muerte del káiser Friedrich IV. Por otro lado, ¿quién era
el marqués Lohengramm? Puede que tenga un brillante historial de servicio, pero ¿qué era en
realidad sino un cachorro advenedizo de una pobre familia, cuya nobleza era sólo de nombre, que
había usado el favor del Káiser hacia su hermana para llegar a la prominencia? ¿Deberíamos
quedarnos quietos y dejar que gente como esa monopolice nuestro gobierno nacional? Los nobles de
alta alcurnia convirtieron su indignación privada en indignación pública y anhelaban el derrocamiento
de este nuevo orden.

Mientras compartieran enemigos comunes tan poderosos, el eje Lichtenlade-Lohengramm


probablemente permanecería firme como una fortaleza de acero y fuerte como un muro de hierro.
Simplemente no había otra opción.

Reinhard, convertido en Marqués Lohengramm, inmediatamente ascendió a Siegfried Kircheis al


rango de alto almirante y lo nombró vice comandante de la Armada Espacial Imperial.

El duque Lichtenlade también apoyó activamente este nombramiento, sin haber renunciado a la idea
de hacer sentir a Kircheis en deuda con él.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 225


El que tenía dudas sobre esto era Oberstein. Había sido ascendido a vicealmirante y ahora se
desempeñaba como jefe de personal de la Armada Espacial Imperial y como secretario jefe del
almirantazgo Lohengramm y un día se reunió con Reinhard para darle un consejo sincero.

"Es perfecto tener un amigo de la infancia, y también tener un segundo al mando capaz. Pero tener a
ambos en la misma persona es peligroso. En primer lugar, no había necesidad de nombrarlo vice
comandante en jefe. ¿No cree que debería tratar al Almirante Kircheis igual que a los demás?"

"Conozca su lugar, Oberstein, ya he tomado una decisión."

El joven comandante en jefe de la Armada Espacial Imperial silenció al oficial de Estado Mayor de ojos
artificiales con este único comentario desagradable. Fue la astuta maquinación de Oberstein lo que
Reinhard estaba pagando; no consideraba al hombre con el pelo cubierto de plata como un amigo con
el que pudiera compartir su corazón. No le ponía de buen humor escuchar palabras ligeramente
calumniosas contra el que era su otro yo.

Después de la muerte del Káiser, Annerose, la condesa Grünewald, se había retirado de la corte y se
había mudado a una mansión en Schwarzen que Reinhard había preparado para que ellos
compartieran. Cuando le dio la bienvenida a su hermana, Reinhard había hablado como un niño muy
ansioso.

"No volverás a pasarlo mal, así que, por favor, sé feliz, siempre."

Viniendo de Reinhard, esta era una línea poco imaginativa, pero estaba llena de emoción sincera.

Sin embargo, Reinhard tenía otra cara -la cara de un intrigante ambicioso y sin corazón- que no quería
que Annerose viera.

Conocía la alianza que se había formado secretamente entre el duque Braunschweig y el marqués
Littenheim, y en su corazón la acogió con satisfacción.

Deja que explote. Haré que los ejecuten como rebeldes contra el nuevo Káiser y de un solo golpe le
arrebataré a la alta nobleza de su fuerza e influencia.

Si pudiera destruir a los dos yernos de renombre de Friedrich IV, el resto de ellos no podrían hacer
nada más que rendirse ante la ambición de Reinhard. Todas sus señorías se inclinarían ante el suelo y
le jurarían obediencia. Y cuando eso ocurriera, naturalmente podría romper su alianza con el Duque
Lichtenlade. Viejo zorro astuto, al menos por ahora, celebra haber llegado tan alto como puedas.

De la misma manera, el duque Lichtenlade no estaba pensando en hacer permanente su relación con
Reinhard, aunque, al igual que Reinhard, contaba con que los planes del duque Braunschweig y el
marqués Littenheim eventualmente colapsarían. Usando el poder militar de Reinhard, los aplastaría. Y
una vez hecho ese trabajo, ya no le serviría para nada un individuo peligroso como Reinhard.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 226


Por orden de Reinhard, Siegfried Kircheis avanzaba con los preparativos militares contra lo que se
esperaba que fuera un levantamiento armado de una federación de nobles de alta alcurnia, con el
duque Braunschweig y el marqués Littenheim a la cabeza.

Kircheis era consciente de la mirada fría y seca de Oberstein en su espalda, pero como no parecía
haber grietas en su relación con Reinhard o Annerose, no tenía nada de qué avergonzarse y decidió
no tomar más precauciones de las necesarias.

Kircheis estaba trabajando duro en el desempeño de sus deberes, mientras que al mismo tiempo
disfrutaba de oportunidades para reunirse con Annerose que habían aumentado más allá de lo que lo
habían hecho en años anteriores. Esto hizo que el paso de los días fuera satisfactorios y dichosos.

Si tan sólo esos días pudieran durar para siempre....

III
Por el tiempo en que ambas partes: imperio y alianza finalmente habían formado nuevas estructuras
de poder y así, comenzado a subir jadeando, la escalera hacia el futuro, el terrateniente Rubinsky se
sentó en una habitación interior de su residencia privada en el Dominio de Phezzan y decidió hacer
una llamada.

La habitación no tenía ventanas, y estaba sellada herméticamente tras de paredes de plomo grueso.
La habitación misma estaba polarizada.

Pulsó un interruptor rosa en su consola y se activó un dispositivo de comunicaciones. Era difícil elegir
el dispositivo a simple vista, la razón es que la habitación en sí era el dispositivo de comunicaciones,
creado para unir varios miles de años luz de espacio interestelar, cambiando las ondas cerebrales de
Rubinsky en las longitudes de onda distintivas de las transmisiones superlumínicas, y enviándolas a su
destino.

"Soy yo. Por favor, responda."

Sus pensamientos asumirían la estructura de un lenguaje definido durante estas transmisiones


periódicas de alto secreto.

"¿Quién es “yo”?”

La respuesta que le llegó desde más allá de los confines del espacio no podría haber sido más
arrogante.

"El Terrateniente de Phezzan, Rubinsky. ¿Cómo está Su Santidad, Gran Obispo? ¿Está de buen
humor?"
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 227
Rubinsky habló con una humildad difícil de creer.

"No tengo ninguna razón para estar de buen humor... no cuando mi amada Tierra aún no ha
reclamado su legítima posición. Hasta el día en que la Tierra sea adorada por toda la humanidad,
como en nuestro pasado lejano, mi corazón no estará libre de desazón.”

Rubinsky podía sentir en sus pensamientos el suspiro de un gran suspiro que utilizaba toda la caja
torácica del obispo.

La Tierra.

La forma de un planeta flotando en el vacío a tres mil años luz de distancia se elevó en la parte
posterior de la mente de Rubinsky para convertirse en una imagen nítida y vívida.

Un planeta atrasado, abandonado después de haber sido sometido al saqueo y destrucción. Decrépito
y devastado, agotado y pobre. Con ruinas que salpicaban sus desiertos, montañas rocosas y bosques
dispersos. Un pequeño número de personas apenas se ganan la vida, se aferrándose a un suelo
contaminado que ha perdido para siempre su fertilidad. Escorias de gloria, y rencores precipitados.
Un mundo tan impotente que hasta Rudolf lo había dejado en paz. El tercer planeta desde su sol, que
no tenía futuro y nada más que pasado.…

Sin embargo, este mundo olvidado era el gobernante secreto de Phezzan. Porque era de la
supuestamente empobrecida tierra de donde procedía el capital de Leopold Laap.

"Durante un largo intervalo de ochocientos años, la Tierra ha sido despreciada injustamente, pero el
día del final de su humillación está cerca. Es la Tierra que es la cuna de la humanidad y el centro desde
el cual todo el universo es gobernado, y en algún momento durante los próximos dos o tres años, el
día finalmente llegará para que aquellos ingratos que abandonaron a nuestra madre tierra, la
conozcan".

"¿Será tan pronto?"

"¿Dudas de mí, Terrateniente de Phezzan?"

Sus ondas cerebrales tocaban la melodía de una risa baja y sombría. La risa del gobernante religioso y
político de la Tierra, conocido como el Gran Obispo, aterrorizó a Rubinsky e hizo que todos los pelos
de su cuerpo se le pusieran de punta.

"El flujo de la historia es algo que se acelera. Particularmente en lo que respecta a los respectivos
campos del Imperio Galáctico y la Alianza de Planetas Libres, las convergencias de sus autoridades
políticas y poderes militares están avanzando. A eso, añadiremos un nuevo movimiento de masas
entre el pueblo. El movimiento espiritual para regresar a la Tierra que ha estado al acecho sin ser visto
en ambas potencias pronto aparecerá en las calles. El trabajo de organizarlos y recaudar capital se te
ha dejado a ti, Phezzaní, y no debe haber errores".
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 228
"Por supuesto."

"Fue para este propósito que nuestro gran maestro seleccionó el planeta Phezzan, envió allí a gente
leal a la Tierra, y les encomendó la tarea de acumular riquezas. A través de la fuerza de las armas, no
nos podemos oponer ni al imperio ni a la alianza. Es sólo a través del poder económico alcanzado a
través del uso cuidadoso de su posición especial, que Phezzan domina la esfera secular, mientras que
es a través de la fe que nuestra Tierra gobierna lo espiritual.... La galaxia será recapturada para la
Tierra sin que se dispare un solo tiro. Es un gran proyecto que ha tardado siglos en realizarse. Y ahora,
en nuestra generación, la sabiduría de nuestro maestro dará fruto..."

En ese momento, la polaridad de sus pensamientos se invirtió, y gritó con fuerza:

"¡Rubinsky!"

"Uh... sí?"

"Nunca me traiciones."

Si hubiera estado presente una sola persona que hubiera conocido al terrateniente de Phezzan, sus
ojos se habrían abierto de par en par al darse cuenta de que incluso este hombre podía estallar en un
sudor frío.

"Eso es algo que nunca soñé que te oiría decir."

"Sólo te estaba advirtiendo para que no sucumbieras a la tentación. Seguramente eres


suficientemente consciente de la razón por la que el ilustre Manfred II, así como su propio predecesor
como terrateniente, tuvo que morir".

Manfred II había creído en el ideal de la coexistencia pacífica entre el imperio y la alianza, y había
intentado ponerlo en práctica como política. El predecesor de Rubinsky, Walenkov, había odiado ser
controlado desde la Tierra y había intentado actuar de forma independiente. Ambos habían intentado
actos perjudiciales para la Tierra.

"Gracias al apoyo de Su Excelencia pude convertirme en terrateniente. No soy un ingrato."

"Si ese es el caso, entonces todo está bien. Ese merito te protegerá."

Un tiempo después, la transmisión llegó a su fin, y Rubinsky salió a la terraza de mármol, donde,
parado, miró hacia el cielo nocturno salpicado de estrellas. Que no pudiera ver la Tierra fue una
suerte. La sensación de alivio, como si hubiera regresado a la realidad desde otra dimensión, estaba
ayudaba a restaurar gradualmente su habitual e indomable confianza.

Si Phezzan hubiera pertenecido sólo a Phezzan, bien podría haber sido él mismo el gobernante de
facto de la galaxia. Desafortunadamente, sin embargo, la realidad era diferente. Para los

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 229


monomaníacos que trataban de revertir ochocientos años de historia y hacer de la Tierra el centro de
toda la humanidad una vez más, Adrián Rubinsky no era más que un sirviente.

Sin embargo, ¿sería eso cierto a perpetuidad? En ninguna parte del universo había una razón absoluta
y justa por la que eso tuviera que ser así.

"Bueno, entonces, ¿quién va a ser el último que quede en pie? ¿El imperio? ¿La alianza? ...la
Tierra...?" Mientras Rubinsky hablaba consigo mismo, las comisuras de su boca se volvieron hacia
arriba, como la boca de un zorro (que era su apodo)

"¿O seré yo…?"

IV
"No vamos a poder evitar una batalla decisiva contra los altos nobles. Es una batalla que
probablemente dividirá al imperio".
Ante las palabras de Reinhard, Kircheis asintió. "Estoy en consulta con Mittermeier y Reuentahl", dijo,
"y la planificación de las operaciones está avanzando muy bien. Pero sólo hay una cosa que me
preocupa".
"¿Qué harán las fuerzas rebeldes?"
"Exactamente."
¿Qué pasaría si, mientras las fuerzas internas del imperio se dividieran entre el eje Lichtenlade-
Lohengramm y el bando de Braunschweig-Littenheim, los militares de la alianza aprovecharan el
estado de guerra civil y emprendieran una segunda incursión? Incluso Kircheis, que confiaba en la
planificación y ejecución de su operación, se sentía incómodo al respecto.
El joven de cabello dorado le dio a su amigo pelirrojo una sonrisa despreocupada.
"No te preocupes, Kircheis. Tengo una idea. No importa cuánta habilidad pueda presumir tener Yang
Wen-li como estratega, esta medida asegurará que no pueda dejar Iserlohn".
"Y tu estrategia es..."
"En resumen, es esto."
Sus ojos azul hielo parpadearon con entusiasmo, Reinhard se lanzó a su explicación.
V
"Puedo sentir la tentación", murmuró Yang. Perdido en sus pensamientos, ni siquiera había tocado el
té que le habían traído. Cuando Julián entró para llevarse su taza, miró a Yang con los ojos muy
abiertos, pero algo en el aire le impidió preguntar qué le pasaba. No dijo nada.
Aunque la situación política del imperio parecía haber tenido un breve respiro debido al rápido
establecimiento del eje Lichtenlade-Lohengramm, no había manera de que la configuración actual
Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 230
pasara a ser un período de estabilidad. El bando de Braunschweig-Littenheim se iba a levantar con
una fuerza armada o, más precisamente, se iba a ver acorralado en un rincón desde el que tendría
que alzarse. Una guerra civil iba a estallar y dividir el imperio.
Y cuando eso sucediera, Yang haría una lectura ingeniosa de la situación e intervendría; por ejemplo,
supongamos que uniera fuerzas con la gente de Braunschweig para derrotar al marqués Lohengramm
en un movimiento de tenaza y luego le devolviera el favor al bando de Braunschweig con un solo
golpe para aniquilarlos. El Imperio Galáctico probablemente caería.
O tal vez podría darle sus planes a Braunschweig, dejarle hacer la mitad de la lucha contra Reinhard, y
luego golpear a ambos cuando ambos bandos habían alcanzado los límites del agotamiento, lo que
probablemente podría hacer él mismo. Por su parte, Yang estaba bastante disgustado de que se
enorgulleciera tanto de ser un táctico. Cuando murmuró, "Puedo sentir la tentación", eso era de lo
que había estado hablando.
Si fuera un dictador, eso es lo que haría. Pero, ¿qué era él sino un soldado de una nación
democrática? Había, por supuesto, restricciones sobre lo que podía hacer. Exceder esas restricciones
sólo lo convertiría en el sucesor de Rudolf...
Cuando Julián se llevó la taza de té frío, preparó una nueva tetera y la puso sobre el escritorio de
Yang, Yang se dio cuenta por fin.
"Oh, gracias", dijo.
"¿Tenías algo en mente?"
Cuando se le preguntó directamente, una mirada infantil de vergüenza apareció en la cara del
almirante más joven de las Fuerzas Armadas de la Alianza.
"No es el tipo de cosas de las que puedo hablar con otras personas. Quiero decir, honestamente, si
todo lo que la gente piensa es en ganar, no hay forma de saber cuán bajo pueden llegar".
Sin entender bien lo que Yang quería decir, Julian se quedó callado y esperó a que continuara.
"Por cierto, “dijo Yang, “entiendo que Schenkopp te ha estado enseñando a disparar ¿Cómo va eso?"
"Por lo que dice el contralmirante, aparentemente soy un talento natural.”
"Oh, eso está bien."
"Pero, comandante, usted nunca practica la puntería. ¿Está eso bien de verdad?"
Yang se río. "Parece que no tengo talento para ello. No te preocupa hacer un esfuerzo, así que en este
momento podría ser el soldado en activo con peor puntería".
"Bueno, en ese caso, ¿cómo te proteges a ti mismo?"
"Una pelea en la que un oficial al mando tiene que tomar un arma para defenderse ya está perdida.
En lo único que pienso ahora es en cómo no terminar en esa situación".

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 231


"Ya veo. En ese caso, seré yo quien te defienda".
"Contaré con ello." Sonriendo, Yang cogió la taza de té.
Mirando al joven comandante, Julián pensó: "Es quince años mayor que yo". En los próximos quince
años, ¿puedo llegar a su nivel?
El niño tenía la sensación de que era una distancia demasiado grande.

La galaxia volvió a girar una vez más, llevando consigo pensamientos, creencias y esperanzas en
números imposibles de cuantificar..
Era el año 796 del calendario estelar, y 487 del cómputo imperial, y ni el marqués Reinhard von
Lohengramm ni Yang Wen-li habían previsto nada de lo que aún les esperaba.

Fin del Volumen 1.


Traducido por Jossokar, basado en la traducción inglesa de Daniel Huddleston.

Pdf editado por Jossokar.

Traducido por Jossokar. Pdf Editado por Jossokar. www.rincondeJossokar.net 232

También podría gustarte