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I. INTRODUCCIÓN
El parasitismo data desde hace millones de años, aunque existen relativamente pocas evidencias
fósiles de ello. Se ha notificado la presencia de huevos de nematodos en las heces fósiles de
reptiles procedentes del Mesozoico, de la pulga Paleopsyella klebsiana e insectos procedentes
del Oligoceno que estaban incluidos en el ámbar y escorpiones fósiles procedentes del
Carbonífero (Sánchez, 2000).
Actualmente, se conoce que el parásito depende metabólica y evolutivamente del hospedero,
estableciéndose entre ambos contacto e intercambio macromolecular, con lo cual de forma actual
o potencial ocasiona acciones patógenas o modificaciones del equilibrio homeostático del
hospedero y de la respuesta adaptativa de su sistema inmune. El parasitismo se puede comparar
con un fenómeno peculiar de megaevolución como resultado de una especiación y se enmarca en
el mecanismo universal de la evolución (Martínez, 1999).
Como consecuencia de esta asociación durante la evolución de las especies los parásitos han
sufrido transformaciones morfológicas y fisiológicas, para poder adaptarse a su vida parasitaria.
Cabe mencionar por ejemplo: la atrofia o desaparición del aparato locomotor, la adquisición de
estructuras que permiten su fijación al hospedador, la reducción o desaparición del aparato
digestivo. En general, los aparatos circulatorio, respiratorio y de excreción son simples. El
sistema nervioso y los órganos de los sentidos son muy desarrollados en artrópodos y
rudimentarios en helmintos. Con el fin de asegurar la sobrevivencia de la especie han
desarrollado una extraordinaria capacidad de reproducción. Entre los helmintos existen machos y
hembras, aunque algunos son hermafroditas. En todos ellos la mayor parte del cuerpo está
ocupada por el aparato reproductor que en algunos casos incluso es doble (Madrid et al, 2012).
II. OBJETIVOS
Reconocer las diferentes adaptaciones morfológicas de los parásitos a su modo de vida.
Adiestrar al estudiante en la preparación de reactivos y colorantes, de una determinada
concentración, para ser usados en el laboratorio de parasitología.
IV. RESULTADOS
1. ÓRGANOS DE FIJACIÓN:
Especie: Dermacentor marginatus
Fase evolutiva: Adulto
Método: Observación por Estereoscopio
Características: Es un ectoparásito
hematófago típico del ganado ovino,
desarrollo garras como órgano de fijación a
su hospedador.
Especie: Choricotyle scapularis
Fase evolutiva: Adulto
Método: Fijación en Formol caliente al 5% y aclarados en una
mezcla de alcohol etílico-fenol.
Tamaño del espécimen: 500 um.
Características: Es un nematodo plano parasitario que típico de
peces como Anisotremus scapularis, desarrollo estructuras de
fijación como los Clamps (de naturaleza cornea) ubicado en la
región Opisthaptor del parasito.
V. COMENTARIOS
En teoría se plantea (debido a evidencias) que, todos los parásitos que habitan en los seres vivos
hoy, en un tiempo anterior fueron organismos de vida libre, y que ingresaron a los organismos
animales por ingestión accidental. Debido a esto se creó una asociación parasito-hospedero que a
lo largo del tiempo se fue manteniendo hasta nuestros días. En esta asociación se ve el
importante rol de la evolución y adaptabilidad parasitaria, debido a que las especies de parásitos
han sufrido transformaciones morfológicas y fisiológicas, para poder sobrevivir, obtener
nutrientes y adaptarse a su nuevo entorno.
En esta práctica se hace evidente la atrofia o desaparición del aparato locomotor en algunos
endoparásitos, mientras que en los ectoparásitos aún persisten, así también, vemos la adquisición
y desarrollo de varias clases de estructuras que permiten su fijación al hospedador.
Se puede observar que, con el fin de asegurar la supervivencia de la especie, se han hiper-
desarrollado los órganos sexuales llevando su capacidad de reproducción al máximo (incluso
observamos que la mayor parte del cuerpo del parasito está ocupada por el aparato reproductor),
dándose el hermafroditismo en casi todos ellos. Los juegos de órganos reproductores de cada
espécimen parasitario varían, ya que algunos pueden tener solo un juego de órganos
reproductores, mientras que en otros son dobles. Debido al ya mencionado hiper-desarrollo de
los órganos sexuales parasitarios, los demás aparatos como: el aparato circulatorio, respiratorio y
de excreción se han simplificado para dar cavida en su mayor parte a los órganos fundamentales
y especializados, vitales para la supervivencia de estos organismos de vida parasitaria.
VI. REFERENCIA
Sánchez Acedo Caridad. Origen y evolución del parasitismo. Discurso de ingreso.
Academia de Ciencias de Zaragoza. 2000; 12 de diciembre. Zaragoza. España.