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REGRESO AL HOGAR/A LOS PARIENTES. 1. Alléen los Alpes atin es noche clara y la nube, condensando pottica dicha', cubre las entrafias del bostezo del valle. De aqui para alld, bromeando alegre, resuena y se precipita el aire de la [montafa, y brusco entre los abetos se desliza un relmpago que fulge y desaparece. Lento se apresura y combate el caos, estremecido de gozo; de apariencia juvenil, pero fuerte, celebra amorosa disputa entre las pefias, hierve y oscila en los eternos limites, pues alld adentro atin se alza més baquica la mafiana. Pues alli atin es més infinito el crecer del afio y las sagradas horas, los dias, se mezclan y ordenan de modo ain més osado, Mas el ave de las tormentas observa vigilante el transcurrir dl tiempo y entre * Advidtase que el alemén reza«Freudigesdichtende, reuniendo el verbo wdichten» dos sentidos el de scondensaciéns, que optamos por mantener debido al contexto atmos féxico, ye de shacer poesaso spoetzare, con el que no cabe duda est jugando tan- bin el autor. Puesto que no disponemos en estellano de un verbo que nos permita ver ter ambos sentidos, optamos por emplear una doble traduceign: condensando y poetizando dicha. 10 12 ACLARACIONES A LA POESIA DE HOLDERLIN las montafias, en lo alto de los aires permanece quieto y llama al dia. ‘Ahora también despierta el pueblecito en el fondo de las profundidades, y sin temor, acostumbrado a lo alto, alza su mirada a las cumbres, presintiendo crecimiento, pues ya, como rayos, caen los viejos manantiales, el suelo humea vapor bajo el agua que cae, cl eco retumba en derredor y el inconmensurable taller agita su brazo noche y dia distribuyendo sus dones. 2. Mientras tanto, alld arriba, calmas relucen las plateadas cumbres, y ya estéIlena de rosas la nieve reluciente de las alturas. Y atin mds arriba, por encima de la luz, habita el puro y dichoso dios, regocijado por el juego de los sagrados rayos luminosos. En silencio y solo vive y claro reluce su rostro, pues el etéreo parece inclinado a dar vida, ‘a crear gozo con nosotros, como hace a menudo, cuando, conocedor de la (medida, conocedor de los que alientan, también sin prisa y con prudencia, el dios, envfa dicha firme y pura a las ciudades y la casas, y suaves Iuvias que abran ia tierra, y nubes prefiadas, y a vosotros, aires mds familiares, y después a vosotras, suaves primaveras, yccon lenta mano le devuelve el contento a los tristes, cuando renueva los tiempos, El, el que crea, y los callados corazones de los que envejecen, los hombres, conmueve y refresca, y acnia alld abajo, en las profundidades, y abre y aclara, tal como gusta; y por eso ahora vuelve a comenzar la vida, florece la gracia, como antafio, y vuelve a presentarse el espiritu y un dnimo gozoso vuelve a hinchar las alas. 3. Muchas cosas le hablé, pues lo que los poetas conciben fo cantan, a los Angeles y a él concierne casi siempre; muchas cosas le rogué, por amor a la patria, a fin de que no nos sorprendiera repentinamente el espfritu sin antes haberlo convocado; mucho le rogué también por vosotros, los que con cuidados vivis en la patria, ‘a quienes la sagrada gratitud devuelve sonriendo a los fugitivos, igentes de mi tiertal, por vosotros rogué, mientras el lago me mecfa y el remero bogaba tranquilo alabando el viaje. Sobre la ancha llanura del lago s6lo un tinico y dichoso ondular bajo las velas hasta que, por fin, ya florece, ya se aclara la ciudad alld, bajo Ia luz del alba, por los umbrosos Alpes hacia aqui guiada, ya reposa ahora en el puerto la nave. REGRESO AL HOGAR/A LOS PARIENTES 13 Calida es aqut la orilla y valles que se abren amistosos, bellamente aclarados por sendas, me lanzan verdes destellos. Aut los jardines se arraciman y ya asoman los brillantes capullos y el canto de los pajaros invita al caminante. ‘Todo resulta familiar, también el apresurado saludo pronunciado al pasar parece de amigo, todas las caras parecen conocidas. 4, std claro! Es la terra natal, el suelo del hogar, lo que buscas ya esta cerca, ya te sale al encuentro! 'Y no en vano esté de pie frente a ti, como un hijo, junto a tu puerta rodeada de rumor de ola, y te mira y te busca nombres de amor con su canto, un hombre errante, joh, dichosa Lindau! ‘Una de las hospitalarias puertas de la tierra es ésta, que invita seductora a salir més alld, a las prometedoras lejantas, alld, donde suceden los prodigios, donde la furia divina, 1 Rin, cae de lo alto hendiendo en las lanuras un atudaz camino, abriendo entre las pefias un valle jubiloso un para adentratse, atravesando las claras montafias, en camino hacia Como, © hacia abajo, hacia el lago abierto, donde declina el dias pero atin mas me seduces tii, puerta bendita, para regresar a casa, a donde me son conocidos los flotidos senderos, para visiar la tierra y los hermosos valles del Neckar, y también los bosques, el vetdor de los érboles sagrados, alli donde l roble gusta de asociarse con los tranquilos abedules y las hayas, yen las montafias un lugar me retiene dulcemente prisionero. 5. Allies donde me reciben. ;Oh, vor de la ciudad, voz de la madre! Oh, ti tocas, eu despiertas dentro de mi algo hace largo tiempo aprendi Pero jatin sigue ahi! Atin os florece el sol y la dicha, iqueridos mios, y hasta dirfa que lucen en vuestros ojos con més fuerza que fantafo. iOh, si ;Adin perdura lo antiguo! Crece y madura, pero nada de lo que alli vive y ama olvida su fidelidad, Pero el mayor bien, el hallazgo que yace bajo el arco de la sagrada paz, éc esté reservado a jévenes y viejos Hablo neciamente: es la dicha. Pero mafiana y en el futuro cuando salgamos y veamos allé afuera los campos llenos de vida bajo los drboles en flor, en los dias festivos de la primavera, ‘mucho os confiaré y aguardaré muchas de estas cosas con vosotros ;queridos! Pues mucho he ofdo acerca del gran Padre y he R 14 ACLARACIONES A LA POESIA DE HOLDERLIN callado largo tiempo sobre él, El, que el tiempo siempre errante tefresca desde las auras y reina sobre las cumbres, EL, que pronto nos conceders dones cclestiales y convocard tun canto ms claro y enviar muchos buenos espiritus. Oh, no tardéis! ;Nenid pronto, vosotros los que sustentais todo, vosotros, angeles del afio y [vosorros, 6. angeles de la casa, venid! {Que por las venas todas de la vida dando a todos gozo por igual se reparta lo celestial! ;jEnnoblece! jRejuvenece! para que ningiin bien humano, para que ni una hora del dia se quede sin los Dichosos y para que también dichas como la de ahora, cuando se vuelven a encontrar los que se aman, queden sin consagrar convenientemente, tal como corresponde. Pero cuando bendigamos la mesa, :a quién nombraré?, y cuando descansemos de la vida del dia, decidme, zc6mo expresaré mi gratitud? Nombraré para ello al més Alto? Un dios no ama lo inconveniente Y para captarlo nuestra dicha casi es demasiado pequeia. ‘A menudo debemos callar; pues faltan nombres sagrados. Laten los corazones y, no obstante, ;se queda atrés la palabra? Pero un tafiido de cuerda presta a cada hora sus tonos y tal vex sepa alegrar a los celestiales, que ya se acercan, Preparadlo pues, y asi, ya casi quedari satisfecho el cuidado que vino entremezclado con la dicha. Cuidados como éste, quiéralo o no, tiene en el alma {que llevar un cantor, y ademds muy a menudo, pero los otros no.

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